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Operación Cóndor

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CENTRO INTERNACIONAL PARA LA PROMOCIÓN DE LOS DERECHOS HUMANOS<br />

CATEGORÍA II UNESCO<br />

<strong>Operación</strong> <strong>Cóndor</strong><br />

40 años después


Garzón Real, Baltasar<br />

<strong>Operación</strong> <strong>Cóndor</strong>. 40 años después / Baltasar Garzón Real. -<br />

1a ed. adaptada. - Ciudad Autónoma de Buenos Aires : Centro Internacional<br />

para la Promoción de los Derechos Humanos (CIPDH) Categoría II UNESCO,<br />

2016.<br />

400 p. ; 23 x 16 cm.<br />

ISBN 978-987-42-0141-6<br />

1. Dictadura Militar<br />

CDD 323<br />

ISBN 978-987-42-0141-6<br />

<strong>Operación</strong> <strong>Cóndor</strong>. 40 años después<br />

1ra. edición - Marzo 2016<br />

Editado por el Centro Internacional para la Promoción de los Derechos Humanos (CI-<br />

PDH) Categoría II UNESCO.<br />

Avenida España 2591 2° piso - Ministerio de Justicia y Derechos Humanos (Sede Costanera<br />

Sur), C1107, C.A.B.A.<br />

Esta publicación se encuentra disponible en forma libre y gratuita en: cipdh.gov.ar<br />

El contenido de esta publicación expresa solo la opinión de sus autores, y no necesariamente<br />

la del Centro Internacional para la Promoción de los Derechos Humanos.<br />

Todos los derechos reservados. Distribución gratuita. Prohibida su venta. Se permite la<br />

reproducción total o parcial de este libro, su almacenamiento en un sistema informático,<br />

su transmisión en cualquier forma, o por cualquier medio, electrónico, mecánico,<br />

fotocopia u otros métodos, con la previa autorización del Centro Internacional para la<br />

Promoción de los Derechos Humanos.<br />

IV


El libro “<strong>Operación</strong> <strong>Cóndor</strong>. 40 años después” fue editado por primera vez<br />

en 2015 por Infojus, servicio dependiente de la Secretaría de Justicia del<br />

Ministerio de Justicia y Derechos Humanos de la Nación.<br />

La presente publicación es la primera edición realizada por el Centro Internacional<br />

para la Promoción de los Derechos Humanos Categoría II UNESCO.<br />

A continuación se presentan los autores y colaboradores del libro.<br />

V


OPERACIÓN CÓNDOR. 40 AÑOS DESPUÉS<br />

BAJO LA DIRECCIÓN DE<br />

BALTASAR GARZÓN REAL<br />

•<br />

COORDINADORA GENERAL<br />

STELLA CALLONI<br />

COORDINADOR<br />

GRÉGOIRE CHAMPENOIS<br />

EQUIPO DE REDACCIÓN DEL INFORME<br />

STELLA CALLONI - AGUSTÍN ALGAZE - MAURO ARLANDO<br />

EXPERTAS Y EXPERTOS<br />

MARTÍN ALMADA - SAMUEL BLIXEN<br />

EDMUNDO CRUZ - JOHN DINGES<br />

BALTASAR GARZÓN - IVAN CLÁUDIO MARX<br />

MÓNICA GONZÁLEZ - J. PATRICE MCSHERRY<br />

JOSÉ LUIS MÉNDEZ MÉNDEZ - MANUEL OLLÉ SESÉ<br />

ENRIQUE SERRA PADRÓS - CARLOS POVEDA MORENO<br />

GUSTAVO RODRÍGUEZ OSTRIA - MELISA SLATMAN<br />

DANIEL TARNOPOLSKY - FEDERICO TATTER<br />

INSTITUTO DE POLÍTICAS PÚBLICAS EN DERECHOS HUMANOS<br />

(IPPDH) DEL MERCOSUR<br />

•<br />

<strong>Operación</strong> <strong>Cóndor</strong>. 40 años después<br />

VII


•<br />

CIPDH<br />

MARCELA BRACCELARGHE<br />

GRÉGOIRE CHAMPENOIS<br />

OSCAR CIARLOTTI<br />

OSVALDO CORVALÁN<br />

LORENA DÍAZ SÁNCHEZ<br />

RODRIGO GÓMEZ TORTOSA<br />

GEORGINA GONZÁLEZ GARTLAND<br />

DAVID KRONZONAS<br />

PABLO VIDELA<br />

•<br />

ORGANISMOS DE DERECHOS HUMANOS<br />

ENTE PÚBLICO ESPACIO PARA LA MEMORIA Y PARA LA PROMOCIÓN Y DEFENSA DE<br />

LOS DERECHOS HUMANOS (EX ESMA)<br />

INSTITUTO DE POLÍTICAS PÚBLICAS EN DERECHOS HUMANOS (IPPDH) DEL MERCO-<br />

SUR<br />

MEMORIA ABIERTA<br />

SECRETARÍA DE DERECHOS HUMANOS DE BRASIL<br />

•<br />

MINISTERIO DE RELACIONES EXTERIORES Y CULTO, COMISIÓN DE RELEVAMIENTO<br />

PARA LA RECUPERACIÓN DE LA MEMORIA HISTÓRICA: MARÍA TERESA PIÑERO<br />

•<br />

EL CIPDH AGRADECE TAMBIÉN A EUGENIA CHAINE, ILHANA CHIKH,<br />

ASUNCIÓN FRAGNI Y LUCÍA VENTOSINOS POR SU CONTRIBUCIÓN<br />

A LA REALIZACIÓN DE ESTE INFORME<br />

<strong>Operación</strong> <strong>Cóndor</strong>. 40 años después<br />

IX


ABREVIATURAS Y ACRÓNIMOS<br />

•<br />

ACNUR: Alto Comisionado de las Naciones Unidas<br />

para los Refugiados<br />

AGREMIL: Agregados militares<br />

ALN: Acción Libertadora Nacional<br />

CCD: Centro clandestino de detención<br />

CEA: Conferencia de Ejércitos Americanos<br />

CGT: Confederación General del Trabajo<br />

CI: Contrainsurgencia<br />

CIA: Agencia Central de Inteligencia<br />

CID: Colegio Interamericano de Defensa<br />

CIEx: Central de Informaciones del Exterior<br />

CLAMOR: Comitê de Defesa dos Direitos Humanos<br />

para os Países do Cone Sul<br />

CNI: Central Nacional de Inteligencia<br />

CNT: Convención Nacional del Trabajo<br />

CNV: Comissão Nacional da Verdade<br />

(Comisión Nacional de la Verdad)<br />

CODEPU: Comité de Defensa de los Derechos<br />

del Pueblo<br />

CONADEP: Comisión Nacional sobre la Desaparición<br />

de Personas<br />

<strong>Operación</strong> <strong>Cóndor</strong>. 40 años después<br />

XI


ABREVIATURAS Y ACRÓNIMOS<br />

CORU: Comando de Organizaciones<br />

Revolucionarias Unificados<br />

CSN: Consejo de Seguridad Nacional<br />

DDHH: Derechos Humanos<br />

DINA: Dirección de Inteligencia Nacional<br />

DINE: Dirección de Inteligencia del Ejército<br />

DISIP: Dirección de los Servicios de Inteligencia<br />

y Prevención<br />

DNII: Dirección Nacional de Informaciones<br />

e Inteligencia<br />

DOPS: Departamentos de Orden Político y Social<br />

DSN: Doctrina de Seguridad Nacional<br />

EEUU: Estados Unidos<br />

ELN: Ejército de Liberación Nacional<br />

ERP: Ejército Revolucionario del Pueblo<br />

ESMA: Escuela de Mecánica de la Armada<br />

ESMAGENFA: Segundo Departamento de Inteligencia del<br />

Estado Mayor General de las Fuerzas Armadas<br />

FBI: Oficina Federal de Investigación<br />

GTE: Grupo de Tareas Exteriores<br />

INTERPOL: Organización Internacional<br />

de Policía Criminal<br />

IPA: Academia Internacional de Policía<br />

JCR: Junta de Coordinación Revolucionaria<br />

JID: Junta Interamericana de Defensa<br />

LAM: Liga Anticomunista Mundial<br />

LSM: Ley de Seguridad Mutua<br />

MIR: Movimiento de Izquierda Revolucionaria<br />

XII


ABREVIATURAS Y ACRÓNIMOS<br />

MLN-T: Movimiento de Liberación<br />

Nacional-Tupamaros<br />

MR8: Movimiento Revolucionario 8 de Octubre<br />

OAS: Organización del Ejército Secreto<br />

OCOA: Organismo Coordinador de Operaciones<br />

Antisubversivas<br />

OEA: Organización de los Estados Americanos<br />

OPM: Organizaciones Político Militares<br />

OTAN: Organización del Tratado<br />

del Atlántico Norte<br />

PAM: Programas de Ayuda Militar<br />

PRT: Partido Revolucionario de los Trabajadores<br />

PVP: Partido para la Victoria del Pueblo<br />

SID: Servicio de Informaciones de Defensa<br />

SIDE: Secretaría de Inteligencia del Estado<br />

SNI: Servicio Nacional de Informaciones<br />

SOA: Escuela de las Américas<br />

TIAR: Tratado Interamericano<br />

de Asistencia Recíproca<br />

Triple A (o AAA): Alianza Anticomunista Argentina<br />

URSS: Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas<br />

USAID: Agencia de los Estados Unidos<br />

para el Desarrollo Internacional<br />

•<br />

<strong>Operación</strong> <strong>Cóndor</strong>. 40 años después<br />

XIII


ÍNDICE<br />

•<br />

CAPÍTULO 1. El contexto mundial: Guerra Fría y contrainsurgencia...p. 1<br />

1. La Guerra Fría.....................................................................................................p. 1<br />

2. Conceptos y aplicaciones de la contrainsurgencia.......................................p. 12<br />

CAPÍTULO 2. El contexto regional: América Latina en tiempos de las dictaduras<br />

de seguridad nacional........................................................... p. 27<br />

1. La política exterior de Estados Unidos hacia América Latina......................p. 27<br />

2. Las dictaduras de seguridad nacional del Cono Sur....................................p. 34<br />

3. Las organizaciones político militares y la Junta de Coordinación Revolucionaria......................................................................................................................p.<br />

42<br />

4. Grupos paramilitares en la región..................................................................p. 49<br />

CAPÍTULO 3. Los antecedentes de la <strong>Operación</strong> <strong>Cóndor</strong>.................... p. 59<br />

1. El rol clave de Brasil y los primeros casos de cooperación bilateral (1964-1973).<br />

............................................................................................................................p. 60<br />

2. Los antecedentes directos (1974-1975)..........................................................p. 66<br />

CAPÍTULO 4. ¿Qué fue la <strong>Operación</strong> <strong>Cóndor</strong>?..................................... p. 83<br />

1. Características principales..............................................................................p. 84<br />

2. Los preparativos (1974-1975)..........................................................................p. 88<br />

3. El <strong>Cóndor</strong> se institucionaliza (noviembre, 1975)...........................................p. 92<br />

4. Las reuniones y acuerdos durante la <strong>Operación</strong> <strong>Cóndor</strong> (1976-1980)........p. 97<br />

CAPÍTULO 5. Los casos emblemáticos............................................... p. 101<br />

1. Jorge Fuentes Alarcón y Amilcar Santucho (Argentina-Paraguay-Chile,<br />

1975-1976)..........................................................................................................p. 101<br />

2. Agustín Goiburú (Argentina-Paraguay, 1977)..............................................p. 105<br />

<strong>Operación</strong> <strong>Cóndor</strong>. 40 años después<br />

XV


ÍNDICE<br />

3. Los operativos contra el PVP uruguayo (Argentina-Uruguay-Paraguay-Brasil,<br />

1976-1978) .........................................................................................................p. 108<br />

4. Los brasileños en Argentina y argentinos en Brasil (1976-1980)................p. 122<br />

5. La participación de Ecuador y Perú (1976-1980).........................................p. 128<br />

6. Los niños de <strong>Cóndor</strong> (Argentina, Bolivia, Chile, Uruguay, 1976-1978)......p. 133<br />

CAPÍTULO 6. Los asesinatos de destacados dirigentes políticos y militares<br />

................................................................................................... p. 141<br />

1. Orlando Letelier (Washington, 1976)...........................................................p. 141<br />

2. Juan José Torres (Buenos Aires, 1976).........................................................p. 143<br />

3. Zelmar Michelini y Héctor Gutiérrez Ruiz (Buenos Aires, 1976).................p. 144<br />

4. Carmelo Soria (Santiago, 1976)....................................................................p. 146<br />

5. Joaquín Zenteno Anaya (París, 1976)...........................................................p. 147<br />

6. Antonio Maidana (Buenos Aires, 1980)........................................................p. 149<br />

CAPÍTULO 7. Derivaciones de la <strong>Operación</strong> <strong>Cóndor</strong> en los años 80 y 90<br />

................................................................................................... p. 151<br />

1. La conexión centroamericana.......................................................................p. 151<br />

2. El retorno democrático, la cofradía y el Caso Berríos................................p. 155<br />

CAPÍTULO 8. Aportes de especialistas sobre la <strong>Operación</strong> <strong>Cóndor</strong>... p. 163<br />

1. El rol de Estados Unidos: J. Patrice McSherry, John Dinges.....................p. 163<br />

2. El <strong>Cóndor</strong> en América Latina: Melisa Slatman, Gustavo Rodriguez Ostria, Iván<br />

Claudio Marx, Mónica González, José Luis Méndez Méndez, Carlos Poveda Moreno,<br />

Federico Tatter, Edmundo Cruz, Samuel Blixen....................................p. 182<br />

3. La contracara de <strong>Cóndor</strong>: Daniel Tarnopolsky, Martín Almada, Manuel Ollé<br />

Sesé.....................................................................................................................p. 235<br />

EPÍLOGO . <strong>Cóndor</strong> y el largo camino de la verdad ........................... p. 255<br />

XVI<br />

Anexos Documentales..................................................................... p. 259<br />

1. Línea de tiempo de la <strong>Operación</strong> <strong>Cóndor</strong> y sus antecedentes.................p. 259<br />

2. Listado de víctimas de la coordinación represiva de las dictaduras del Cono<br />

Sur (1974-1981)...................................................................................................p. 260<br />

3. Abreviaturas de los centros de detención...................................................p. 293<br />

4. Abreviaturas de los partidos o movimientos políticos, movimientos sindicales<br />

y movimientos estudiantiles.............................................................................p. 293


ÍNDICE<br />

5. Mapa de los casos registrados en el Cono Sur: detenciones, desapariciones,<br />

asesinatos, intentos de asesinatos y robos de niños .....................................p. 295<br />

6. Listado de los centros de detención más representativos.........................p. 295<br />

7. Testimonios de las víctimas...........................................................................p. 297<br />

8. Archivos de la reunión inaugural de la <strong>Operación</strong> <strong>Cóndor</strong>: Programa y Acta de<br />

Clausura..............................................................................................................p. 308<br />

9. El Acervo Documental <strong>Cóndor</strong>, por el Instituto de Políticas Públicas en Derechos<br />

Humanos (IPPDH) del Mercosur..............................................................p. 322<br />

Bibliografía...................................................................................... p. 343<br />

•<br />

<strong>Operación</strong> <strong>Cóndor</strong>. 40 años después<br />

XVII


PRÓLOGO<br />

El <strong>Cóndor</strong> sigue pasando<br />

BALTASAR GARZÓN (1)<br />

•<br />

1. Introducción<br />

Este libro entra en la categoría del rito del reconocimiento y pretende el<br />

establecimiento de una certeza compartida: la valentía de quienes, frente<br />

a todas las adversidades, lucharon democráticamente frente a los que la<br />

negaban o hicieron y hacen un uso perverso de la misma para imponer<br />

ideas, negar derechos, masacrar arbitrariamente la esperanza, y acabar<br />

con toda idea de una justicia reparadora, por medio de la violencia, del<br />

terrorismo de Estado, del aprovechamiento de sus instituciones para la<br />

creación de espacios de impunidad y arbitrariedad con aspiración de<br />

consolidación. Es un grito contra la impunidad, especialmente contra esa<br />

impunidad apenas larvada y defendida con argumentos legales que destruyen<br />

la idea del derecho como instrumento y mecanismo reparador para<br />

quienes sufrieron las consecuencias de la negación como seres humanos.<br />

Las víctimas de todos los operativos <strong>Cóndor</strong> del mundo, de antes y de ahora,<br />

aunque velados de buenas intenciones que, tan solo persiguen generar<br />

la indiferencia que cauteriza la conciencia frente a lo inaceptable. Antes<br />

fueron pactos de agresión y difusión de doctrinas de seguridad nacional<br />

que suponían la violación consciente de los derechos humanos de miles<br />

de personas; ahora son drones que destruyen científicamente a inocentes<br />

o “culpables” así declarados sin juicio alguno y matan el derecho. Es un<br />

homenaje a las víctimas que hoy siguen reclamando justicia a través de<br />

las miles de voces que representan a los torturados, desaparecidos, ejecutados,<br />

asesinados, exiliados, pero también a los perseguidos por puros<br />

(1) Primer Presidente del Consejo de Administración del Centro Internacional para la Promoción<br />

de los Derechos Humanos (CIPDH), Categoría II UNESCO (22/01/2013-21/01/2016) y<br />

Director de la presente publicación.<br />

<strong>Operación</strong> <strong>Cóndor</strong>. 40 años después<br />

XIX


BALTAZAR  GARZÓN<br />

intereses económicos o arrojados a la inmensidad de la desesperación por<br />

la incompetencia política o el interés económico de unos pocos. Son esas<br />

voces que esperan respuestas del Estado en forma de reparación a través<br />

de la verdad, la justicia y las garantías de no repetición, ahora y siempre<br />

renovadas frente a quienes niegan ese derecho inalienable de quienes<br />

han sufrido y sufren en el mundo la negación y el olvido de los victimarios.<br />

La justicia, no debería ocultarse tras la cobardía, ni tampoco ser cómplice<br />

del poder, pero a veces sucede y entonces deja desamparadas a las víctimas<br />

y a la sociedad en su conjunto. Cuando eso ocurre, el Estado de derecho<br />

se quiebra y la democracia peligra o se pierde. Eso es lo que ocurrió<br />

un 11 de septiembre de 1973, o un 24 de marzo de 1976, o en tantas otras<br />

fechas y países que avergüenza pensar tan solo en la cifra. A cuatro décadas<br />

de un 25 de noviembre de 1975 contribuimos con este texto a que no<br />

se olvide aquella acción cobarde de quienes decían actuar en nombre de<br />

la patria, cuando en realidad la hundían en la oscuridad del oprobio fascista<br />

y que se conoce con el nombre de Operativo <strong>Cóndor</strong>.<br />

Desde entonces hasta ahora, sigue estando presente más que nunca, la<br />

ignominia para quienes arteramente quebrantaron las leyes, y lo que aún<br />

es más grave, degradaron la confianza popular, masacraron la democracia<br />

y mancillaron los cuerpos. En especial quiero recordar a quienes, como el<br />

presidente constitucional Salvador Allende, querían un mundo diferente,<br />

más igualitario y justo, por el que todavía seguimos luchando con más<br />

energías y necesidad que nunca.<br />

La justicia de entonces calló, como lo hizo después durante muchos años<br />

en muchos países de la región y del mundo. Fueron años de acero, de<br />

persecuciones, de negación de la libertad y la vida; fueron años en los que<br />

el cóndor pasó a ser el símbolo que representaba la represión organizada<br />

por una cuadrilla de criminales que se autopostularon como gobernantes,<br />

usurpando el poder democrático del pueblo y la legitimidad del mismo.<br />

Ahora, cuarenta años después, en el país hermano de Argentina, se están<br />

investigando y juzgando a quienes desde allí colaboraron y codirigieron con<br />

los responsables de otros países como Chile, Uruguay, Brasil, Bolivia, Paraguay<br />

y Perú, una de las mayores villanías de la historia de Latinoamérica:<br />

la desaparición y el asesinato transnacional organizado desde el terror del<br />

Estado y con la protección y apoyo del país del norte, cuyos presuntos<br />

XX


PRÓLOGO <br />

responsables, con el secretario de Estado Kissinger a la cabeza, no han<br />

rendido aún cuentas ante la Justicia.<br />

2. La experiencia personal y profesional<br />

El 28 de marzo de 1996, 20 años y cuatro días después del golpe de estado<br />

en Argentina, incoé un procedimiento penal como magistrado juez central<br />

de instrucción N° 5 de la Audiencia Nacional de España, a cuyo frente estuve<br />

por más de 26 años, por presuntos delitos de genocidio, terrorismo<br />

y torturas contra los máximos responsables de las Juntas militares argentinas<br />

en base a la aplicación del principio de jurisdicción universal, que<br />

permite perseguir a quienes sean responsables de crímenes internacionales<br />

—también los de lesa humanidad y de guerra— con independencia del<br />

lugar en el que se hubieran cometido y de la nacionalidad de las víctimas<br />

o perpetradores, con tal de que no se haya investigado y enjuiciado en<br />

el país de origen: es decir, si existe impunidad. Daban así inicio los que<br />

después se conocerían como los “Juicios de Madrid” y en los que se emitirían<br />

órdenes de detención contra aquellos máximos responsables, entre<br />

los que se hallaban Galtieri (primera orden de detención internacional en<br />

1997) Videla, Massera, Augusto Pinochet, y en los que se detuvo e investigó<br />

a Adolfo Scilingo y Ricardo Miguel Cavallo, el primero condenado en<br />

España a 1046 años de cárcel y el segundo a cadena perpetua en Argentina<br />

después de que México lo entregara a España y España Argentina en<br />

extradición. A estos seguirían, los responsables del genocidio en Guatemala,<br />

El Salvador, Tíbet, Sahara y Guantánamo, entre otros.<br />

Estas iniciativas comenzaron en marzo de 1996 con la presentación de la<br />

denuncia de la Asociación Progresista de Fiscales contra los responsables<br />

de las tres Juntas Militares que gobernaron Argentina con mano de hierro<br />

entre el 24 de marzo de 1976 y diciembre de 1983, y aplicaron un plan sistemático<br />

de eliminación de personas que alcanzó a 30.000 desaparecidos<br />

según las estadísticas de los organismos de derechos humanos.<br />

El trabajo de esa asociación —la asociación progresista de fiscales—,<br />

y el consiguiente impulso de las víctimas y de unos pocos<br />

periodistas fue determinante para que esta iniciativa, pionera<br />

en la historia jurídica mundial, llegara hasta sede judicial. El 28<br />

de marzo de aquel año el caso sobre la represión en Argentina<br />

arrancó definitivamente cuando admití la denuncia, dando<br />

<strong>Operación</strong> <strong>Cóndor</strong>. 40 años después<br />

XXI


BALTAZAR  GARZÓN<br />

así comienzo uno de los casos judiciales más intensos e importantes,<br />

por su impacto internacional, que he tenido a lo largo<br />

de mi carrera profesional. No imaginaba hasta qué punto este<br />

caso —y el de Pinochet, que asumí tiempo después— me iban<br />

a cambiar la vida profesional y personal.<br />

El camino de la justicia penal universal que entonces pusimos<br />

en marcha todas las partes implicadas y concienciadas debió<br />

superar múltiples trabas de todo tipo, no solo jurídicas, sino<br />

principalmente políticas, económicas y diplomáticas.<br />

La investigación no estuvo exenta de obstáculos intencionadamente<br />

añadidos a las propias dificultades de la investigación.<br />

El gobierno español, conservador y dirigido por José María Aznar,<br />

y el Ministerio Fiscal, siguiendo sus directrices, no hizo nada<br />

oficialmente distinto a impedir, trabar e interrumpir el avance<br />

de las pesquisas judiciales. Esas dificultades se trasladaron también<br />

intencionadamente a los países de referencia —Chile y Argentina—,<br />

en donde se impidió cualquier tipo de cooperación.<br />

En Argentina, incluso, el entonces presidente Carlos Menem<br />

aprobó, en 1997, un decreto que prohibía expresamente esa<br />

cooperación... (2)<br />

Esta postura obstaculizadora se reiteraría durante la presidencia de Fernando<br />

De la Rúa, entre 1999 y 2001, hasta que en 2003, el presidente Néstor<br />

Kirchner, al que tuve el honor de conocer en julio de 2005, decidió<br />

su derogación y abrir con ella las puertas de la cooperación judicial, que<br />

nunca debieron cerrarse.<br />

... Inspirado en la denuncia sobre la represión en Argentina, el<br />

caso Pinochet se inició en julio de 1996 en el Juzgado Central de<br />

Instrucción 6 y siguió su curso independiente del anterior. En abril<br />

de 1998 ambos procedimientos se conectaron a través de una<br />

pieza separada del caso Argentina abierta para investigar la llamada<br />

“<strong>Operación</strong> <strong>Cóndor</strong>” (para mi es más adecuado hablar de<br />

“Operativo”). Como ya sabrán, el operativo “<strong>Cóndor</strong>” integraba<br />

una red de perfecta coordinación criminal entre los servicios de<br />

inteligencia, policiales y otros cuerpos represores de Chile, Ar-<br />

(2) Garzón, Baltasar, La Línea del Horizonte, Madrid, Debate, 2008.<br />

XXII


PRÓLOGO <br />

gentina, Uruguay, Paraguay, Brasil, Perú y Bolivia en el Cono Sur<br />

con tentáculos que se extendían fuera de Latinoamérica para<br />

delinquir en Estados Unidos, Italia, Francia y España. El objeto<br />

del Operativo <strong>Cóndor</strong> fue secuestrar, asesinar y hacer desaparecer<br />

a los opositores políticos de las mencionadas dictaduras.<br />

Pero aquel año 1998 tuvo importancia en mi vida muy especialmente<br />

por la decisión que tomé el 16 de octubre, sobre las<br />

14:30 horas. Desde mi despacho del Juzgado Central de Instrucción<br />

nº 5 de la Audiencia Nacional ordené la detención del<br />

ex presidente de Chile, Augusto Pinochet, que a la sazón se<br />

encontraba en Londres. Créanme si les digo que hasta ese momento<br />

había sido un día más. Había despachado otros asuntos<br />

y, como viernes y feria (la de San Lucas) de Jaén, mi tierra, mi<br />

aspiración más inmediata era ultimar los papeles de esa mañana<br />

relativos al caso KAS-EKIN, preparar una próxima operación<br />

contra ETA (tendría lugar a final de ese mes) y marcharme... a mi<br />

provincia natal...<br />

Pero así es el destino, estaba escrito en algún lugar insondable<br />

que ese día se cruzaran definitivamente mi vida y la del dictador<br />

chileno. A Pinochet hasta ese momento solo había comenzado<br />

a investigarle muy lateralmente en la denominada <strong>Operación</strong><br />

<strong>Cóndor</strong>, al estar más ocupado en el caso de las Juntas Militares<br />

Argentinas cuyo procesamiento estaba preparando (finalmente<br />

lo haría el 2 de noviembre de 1998 contra 98 personas, por<br />

los cargos de genocidio, terrorismo y torturas contra miles de<br />

personas, los mismos delitos que imputé al senador Pinochet).<br />

Curiosa coincidencia la de las fechas: 1998 fue el 50 aniversario<br />

de la Declaración Universal de los Derechos Humanos, el procesamiento<br />

de Pinochet y el de la autorización para continuar<br />

la extradición del ministro del Interior británico Jack Straw el<br />

mismo día del aniversario (10/12/98). Ocho años después (10 de<br />

diciembre 2006) falleció el dictador.<br />

Había estado toda la semana en contacto con el abogado Joan<br />

Garcés, impulsor de la acusación contra el dictador chileno,<br />

quien me había avisado de la presencia de Augusto Pinochet<br />

en Londres y al que le dije que las acciones en su contra (cualesquiera<br />

que fueran) debía afrontarlas el juez García-Castellón,<br />

<strong>Operación</strong> <strong>Cóndor</strong>. 40 años después<br />

XXIII


BALTAZAR  GARZÓN<br />

ya que era él quien llevaba la causa principal (en el Juzgado<br />

Central número 6). No obstante, también le comenté que al tener<br />

la pieza sobre la <strong>Operación</strong> <strong>Cóndor</strong> abierta, que afectaba<br />

directamente a Pinochet, también actuaría pero de forma absolutamente<br />

reservada y discreta. Así que le pedí que solicitara el<br />

envío de una Comisión Rogatoria a mi colega y que hiciera pública<br />

la aceptación del juez y la inmediata remisión de la misma<br />

a las autoridades británicas. El efecto que se produjo era el que<br />

había previsto: toda la atención mediática se fijó en las decisiones<br />

que, eventualmente pudiera tomar el juez García-Castellón<br />

y eso me permitía moverme sin ningún tipo de presión. Así<br />

que comencé a solicitar información, sin conocimiento alguno<br />

por parte de nadie y vía Interpol, a las autoridades británicas.<br />

La primera respuesta se produjo, si la memoria no me falla, el<br />

miércoles 14 de octubre y fue bastante desabrida por parte de<br />

Scotland Yard. Más o menos venían a decirme: “a usted que le<br />

importa, no se meta en asuntos que no le conciernen”. La respuesta<br />

me dejó bastante perplejo. No era forma de contestar<br />

una petición de un juez español, aunque pensé que estaban<br />

ajustando alguna vieja cuenta conmigo.<br />

Lo cierto es que esa tarde, cuando tenía perdida cualquier esperanza<br />

de que diera resultado mi estrategia de discreción y<br />

reserva para no levantar sospechas del entorno de Pinochet, y<br />

pudiera trasladarme a Londres para tomarle declaración, recibí<br />

una llamada inesperada. El Ministro Consejero (la fortuna quiso<br />

que estuviera en funciones de embajador) de la embajada británica<br />

en España, John Deu, me llamó para pedirme disculpas por<br />

el tono y contenido de la contestación policial recibida y me dijo<br />

que cursara otra nueva petición de información (qué hechos se<br />

investigaban, cuáles se le imputaban, la calificación jurídica, el<br />

lugar donde se hallaba y la intención de interrogarle) y que sería<br />

contestada afirmativamente. En ese momento me di cuenta<br />

de la influencia que tiene la casualidad o el azar, como dice la<br />

canción de Joan Manuel Serrat: “fue sin querer, es caprichoso el<br />

azar...” en el devenir de los hechos y de la vida de las personas.<br />

Probablemente Pinochet no hubiera sido nunca detenido, si<br />

yo, un año antes, no hubiera criticado pública y durísimamente<br />

la falta de colaboración de los británicos con las autoridades<br />

XXIV


PRÓLOGO <br />

judiciales españolas en las investigaciones sobre blanqueo de<br />

dinero procedente del tráfico de drogas en Gibraltar. Esto dio<br />

lugar a que John Deu me formulara una queja por mis palabras<br />

y yo le dije que, sin renunciar a lo dicho, no me importaba hablar<br />

con él en persona. Así comenzó una muy buena relación que<br />

aquél 14 de octubre de 1998 allanó el camino para continuar mi<br />

aproximación a Augusto Pinochet en Londres.<br />

La respuesta policial llegó, mucho más amable que la anterior, y<br />

pudimos cruzar más datos para hacer posible el fin que pretendía.<br />

Finalmente el viernes 16 de octubre, después de haberles<br />

comunicado a las partes acusadoras (los abogados) que resolvería<br />

sobre la presentación de una querella de Izquierda Unida<br />

contra Pinochet ese día y la petición de declaración a través de<br />

Comisión Rogatoria, el lunes 19, les despedí sobre las 13:00 horas<br />

sin más novedades.<br />

Pero cuál no sería mi sorpresa al recibir una comunicación de<br />

Interpol-Madrid cuando ya prácticamente estaba cerrando el<br />

despacho para salir de viaje hacia Jaén. En ella se me comunicaba<br />

que las autoridades británicas habían informado que el senador<br />

Augusto Pinochet, a pesar de que estaba convaleciente<br />

de una operación de hernia, había solicitado el alta voluntaria<br />

y se marchaba al día siguiente. Inmediatamente, requerí la posibilidad<br />

de que se le retuviera hasta recibirle declaración y la<br />

respuesta fue: “la única posibilidad de impedir que se marche<br />

es ordenando su detención”.<br />

El shock que recibí en ese momento creo que es difícil imaginarlo.<br />

Ante mi tenía un panorama nada fácil y tenía que tomar una<br />

decisión inmediata en un sentido o en otro. Si dejaba pasar la<br />

insinuación que se me hacía desde Londres, nadie me lo reprocharía<br />

pues en definitiva había otro juez, García-Castellón, que<br />

llevaba la causa principal y que no había tomado, ni tomaría, una<br />

iniciativa de ese tipo. Además, la competencia de la jurisdicción<br />

española para los casos de Argentina y Chile estaba pendiente<br />

del recurso interpuesto por el Ministerio Fiscal —después de estar<br />

más de un año sin hacerlo— por lo que la Sala (el tribunal de<br />

apelación) podía decidir que no éramos competentes y archivar<br />

todo. Y encima, para más complicación, tampoco tenía en ese<br />

<strong>Operación</strong> <strong>Cóndor</strong>. 40 años después<br />

XXV


BALTAZAR  GARZÓN<br />

momento todas las imputaciones contra Pinochet. Tenía sólo la<br />

<strong>Operación</strong> <strong>Cóndor</strong>, pero más del lado argentino, para tomar la<br />

decisión. Así estaban las cosas aquella tarde en la que mientras<br />

sopesaba mandar la orden de arresto contra el dictador, debo<br />

reconocerlo, pensaba que los británicos no cumplirían el mandato,<br />

de tal suerte que estaba convencido que las posibilidades<br />

de éxito eran nulas y las de fracaso, con fanfarria mediática incluida,<br />

seguras. Aun así me costó poco tiempo decidirme por<br />

la detención. Era la única opción coherente con la aplicación<br />

del principio de Justicia Penal Universal que había iniciado años<br />

antes y que justificaba la orden de detención del chileno, como<br />

lo había hecho un año atrás contra el ex presidente de la Junta<br />

Militar Argentina, Leopoldo Fortunato Galtieri por su presunta<br />

participación en los asesinatos y desaparición en Rosario (Argentina)<br />

de varios miembros de la familia española Labrador.<br />

Así que, tras el aviso de Londres, ordenar la detención de Pinochet<br />

era lo justo, lo que había que hacer y la única decisión que<br />

las víctimas entenderían. Además, nunca me habría perdonado<br />

a mí mismo no haber hecho algo por acabar con la impunidad<br />

que aún regía en Chile y no haber llevado a cabo todo lo que<br />

estaba en mi mano para conseguirlo. De modo que a las dos<br />

y media de la tarde aproximadamente llamé la atención del<br />

último funcionario que quedaba por mi planta de la Audiencia<br />

—todos se habían marchado ya— y le pedí que se quedara para<br />

transcribir una resolución urgente.<br />

Me encerré en mi despacho, desconecté los teléfonos y ante la<br />

ausencia de los tomos del procedimiento —el funcionario encargado<br />

de la tramitación también se había ido— redacté de memoria<br />

los hechos y desarrollé los razonamientos jurídicos con los que<br />

imputaba a Augusto Pinochet como presunto autor de genocidio,<br />

terrorismo y torturas. La orden quedó hecha y apenas media<br />

hora después estaba saliendo por fax para Interpol a cuyo representante<br />

en Madrid advertí de la gravedad de que esta decisión<br />

pudiera filtrarse. En realidad esta advertencia sobraba porque<br />

el funcionario asumió la responsabilidad de silencio y cumplió<br />

su labor a la perfección. Pasaron unos minutos y sin retirarme<br />

del teléfono el funcionario me dijo: “Sr. juez la orden de deten-<br />

XXVI


PRÓLOGO <br />

ción internacional de Augusto Pinochet Ugarte está enviada a<br />

Londres”.<br />

La sucesión de acontecimientos fue tan veloz que me impidió<br />

valorar lo sucedido hasta ese momento. Realmente había sucedido.<br />

La orden de detención estaba en Londres y ahora tocaba<br />

esperar los acontecimientos y estar preparado para recibir los<br />

ataques y críticas que vendrían con total seguridad de los más<br />

variados frentes tanto si lo detenían como si no. Pero habría merecido<br />

la pena y, para mí, como juez, no existía otra opción... (3)<br />

Con esta carga encima comencé mi viaje hacia mi tierra jienense en mi<br />

Andalucía natal. Fue unas dos horas después, cuando iba por la carretera<br />

nacional IV, “... a la altura de Ciudad Real, con los molinos de viento al<br />

fondo, cuando recibí la llamada de John Deu diciéndome que la orden de<br />

detención había sido recibida y que Scotland Yard le daba trámite e iría a<br />

presentársela al juez para que decidiera. Me quedé sin habla y creo que<br />

más pálido aún de lo que estaba...”. Una vez en Jaén,<br />

... de nuevo, sobre las 18:30 horas recibí una llamada de John<br />

diciéndome que el juez británico tomaría una decisión en pocas<br />

horas. Ustedes pueden pensar que un juez ni siente ni padece,<br />

que es inmune a sus propias decisiones y que un tipo siempre<br />

metido en asuntos en los que soy consciente que a veces me va<br />

la vida, ordena detener a un dictador como Pinochet y se queda<br />

tan fresco. Pues no. A mí me tiemblan las piernas, me emociono<br />

y me asusto como cualquier mortal. Cuando hablé con John,<br />

las pulsaciones debieron acelerarse al máximo porque mi mujer<br />

me preguntó qué era lo que me ocurría. Evidentemente no<br />

podía decirle nada en ese momento, de modo que, ya en el<br />

hotel, cuando una hora después recibí la nueva llamada de John<br />

diciendo que el juez inglés había firmado la orden de detención<br />

de Pinochet a efectos de extradición, me derrumbé sobre<br />

el sillón, me dirigí a ella y tomándole las manos le dije “Un juez<br />

británico acaba de ordenar la detención de Pinochet en Londres<br />

a petición mía y van a detenerlo; estoy muy asustado, pero<br />

seguro de lo que hecho”. Los que conocen a mi mujer saben<br />

que no miento ni exagero si les digo que es una persona ex-<br />

(3) Garzón, Baltasar, La Línea..., op. cit.<br />

<strong>Operación</strong> <strong>Cóndor</strong>. 40 años después<br />

XXVII


BALTAZAR  GARZÓN<br />

traordinaria y excepcionalmente lúcida. En ese momento, ella,<br />

con mirada serena y un atisbo de orgullo dijo: “no te preocupes<br />

Baltasar. Hemos estado en otras situaciones peores y hemos salido.<br />

Además era tu obligación hacerlo por las miles de víctimas<br />

que cayeron...”. La verdad es que sus palabras y su apoyo, como<br />

siempre, me dieron ánimo para aguantar la última fase de ese<br />

día: la materialización de la detención del dictador. No puedo<br />

precisar la hora, pero sí que pasaban de las 22:30 horas cuando<br />

John Deu me llamó una última vez esa noche para decirme que<br />

Augusto Pinochet estaba detenido. Me dije: “bien, ya está hecho,<br />

ahora a pelear jurídicamente por el caso”.<br />

Los tentáculos de la impunidad se resisten a desaparecer, a<br />

pesar de las reiteradas resoluciones de Cortes Internacionales<br />

como la de DDHH Interamericana, que abandera internacionalmente<br />

la posición más firme contra la impunidad (Casos Barrios<br />

Altos, La Cantuta, Araguaia, Mozote, Campo Algodonero, la sentencia<br />

de la Cámara de Apelaciones del Tribunal Especial de Sierra<br />

Leona en el caso Kondewa de 2004 o la sentencia del Tribunal<br />

Constitucional de Sudáfrica en el caso Azapo (Azianian People’s<br />

Organization) y otros vs President of Republic of South África, entre<br />

otras muchas; o la sentencia de la Corte Suprema argentina, al<br />

confirmar la nulidad de las leyes de Obediencia Debida y Punto<br />

Final, derogadas en la época del presidente Kirchner en Argentina)<br />

o de los diferentes Comités de NNUU. Buen ejemplo de ello<br />

es España que ha renunciado, hasta la fecha, en forma humillante<br />

y grosera para las víctimas a la exigencia más elemental de justicia,<br />

verdad y reparación para las víctimas de los crímenes franquistas,<br />

persiguiendo a quien trató de investigarlos y, con ello,<br />

permitiendo que Argentina, asuma el papel que correspondería<br />

a los tribunales españoles. La historia se repite, pero al revés.<br />

La corrupción, está en la base de todos estos mecanismos brutales<br />

que los militares pusieron en marcha. A todos ellos se les<br />

llenaba la boca de honestidad, de defensa de la patria, pero realmente<br />

muchos de ellos fueron además de asesinos, ladrones y extorsionadores<br />

rampantes. Cuando se investiga, siempre aparece<br />

un general, un familiar o una persona próxima a quien ejerce el<br />

poder que resulta enriquecido. Y, en el caso argentino, con los<br />

XXVIII


PRÓLOGO <br />

propios bienes de los secuestrados, desaparecidos o asesinados.<br />

La corrupción es asimismo uno de los soportes básicos de la impunidad,<br />

la realidad de los partícipes se concreta en la depredación<br />

de todo aquello que tiene valor, comenzando por la vida y<br />

acabando por la hacienda. En esta ceremonia de degradación,<br />

una vez más, los que taparon lo ejecutado adquirieron una participación<br />

gravísima, merecedora del reproche penal más firme.<br />

En 1998 ordené, además de la detención, el bloqueo de todos<br />

los bienes y cuentas bancarias de Augusto Pinochet en cualquier<br />

parte del mundo. Esa orden no llegó a ejecutarse porque<br />

las autoridades británicas nunca llegaron a cumplimentar la comisión<br />

rogatoria librada al efecto. Pero el conocimiento público<br />

de aquella resolución hizo que el banco Riggs en Londres reintegrara<br />

varios millones de dólares que el Sr. Pinochet tenía en<br />

esa entidad bancaria. En los años siguientes la citada cantidad<br />

fue cobrada por los familiares, incluso hallándose el detenido<br />

en Londres (febrero de 2000). Como consecuencia de la investigación<br />

producida a raíz de aquél embargo se averiguó que el<br />

dictador y su familia habían tenido 27 millones de dólares depositados<br />

en el banco Riggs. Este sufrió una fuerte sanción (unos<br />

16 millones de dólares) y llegó a un acuerdo con las víctimas<br />

representadas por el letrado Juan Garcés de modo que con la<br />

autorización del juzgado, un total de 9 millones de dólares fue<br />

destinado al pago de indemnizaciones de las víctimas. (4)<br />

3. Las víctimas y su derecho a la jurisdicción universal<br />

El siglo XX, que contempló el ocaso, debilitamiento y quiebra de las ideologías<br />

con pretensiones universales y que soportó las mayores cotas de<br />

impunidad, descubrió que el único lenguaje común que perdura hasta hoy<br />

es el de los derechos humanos, como referentes que toda la humanidad<br />

necesita en una época de dimensiones planetarias, económicamente global,<br />

al borde del abismo y políticamente inestable, en el que comienzan a<br />

verse situaciones y reacciones que parecían superadas. En este contexto,<br />

en los últimos 18 años, la justicia también ha adquirido una dimensión<br />

universal frente a violaciones consolidadas y masivas de los derechos reco-<br />

(4) Ibid.<br />

<strong>Operación</strong> <strong>Cóndor</strong>. 40 años después<br />

XXIX


 BALTAZAR GARZÓN<br />

gidos en aquella Declaración, como al desarrollo humano progresivo (Raúl<br />

Zaffaroni) o los de la naturaleza, que dan sentido a todos los demás, y de<br />

los que muchos no quieren reconocer como tales.<br />

Pero para mirar hacia el futuro, debemos tener perfectamente definido<br />

el pasado y como dice Richard Goldstone, cada país ha de enfrentar su<br />

propia historia y qué tipo de justicia quiere. Representa un error de proporciones<br />

enormes adoptar la regla del olvido y la impunidad, porque una<br />

... sociedad se fortalece a sí misma reconociendo lo que aconteció<br />

en un momento de su historia, así como los hechos que<br />

propiciaron su ruptura y la sumisión a la voluntad del dictador.<br />

Y, en ese sentido, no son el silencio y el olvido, ni la impunidad<br />

surgida de esa impúdica unión, los que deben prevalecer en la<br />

memoria de un pueblo, sino las decisiones que hicieron posible,<br />

la verdad, la justicia y la reparación de quienes sufrieron la represión<br />

y el dolor por parte de quienes tenían la obligación de<br />

protegerles y no lo hicieron. (5)<br />

Por supuesto que, en estos casos, la acción de la justicia y, por ende, la verdad<br />

judicial que se forma con ella, no solo por medio de la sentencia sino<br />

con todo el proceso previo (especialmente en los supuestos en los que no<br />

haya juicio por incidencia procesales o materiales), contribuye en forma decisiva<br />

a combatir la impunidad y, con ello, nuevamente, satisface un derecho<br />

de las víctimas y transforma la realidad histórica oficial, bien por medio de la<br />

derogación o del desconocimiento de esas normas de impunidad, bien con<br />

la consecución de que cortes internacionales así lo declaren.<br />

Sin embargo cuando nos enfrentamos al dilema de la persecución penal<br />

de los crímenes internacionales como medio de búsqueda de la verdad<br />

o a la impunidad, surge el rechazo por amplios sectores de la sociedad,<br />

sustentándolo en una serie de argumentos instrumentales tales como la<br />

necesidad de olvidar. Sin embargo, la historia reciente, demuestra que<br />

ninguna sociedad se rompe por la aplicación de la justicia, sino todo lo<br />

contrario. Y son esas tesis negacionistas y las construcciones formalistas<br />

que amparan el negacionismo buscando el olvido y la justificación de<br />

prácticas criminales que tanto daño causan a la humanidad las que cons-<br />

(5) Garzón, Baltasar, “El lugar de la verdad, la justicia y la reparación“, en El País, Madrid,<br />

01/04/2012.<br />

XXX


PRÓLOGO <br />

tituyen el verdadero peligro de que los fenómenos se reproduzcan. “... es<br />

un error terrible el de aquellos países que han tratado de olvidar su historia,<br />

su pasado, porque cuando eso sucede, y la gente simplemente sigue<br />

adelante con su vida, es cuando la venganza y el odio aparecen”. (6)<br />

En definitiva, verdad, justicia y reparación son el trípode sobre el que debe<br />

basarse una sociedad democrática para consolidarse como tal, no solo<br />

en los casos en los que se hayan sufrido los rigores de la represión o de<br />

la violación masiva de derechos humanos, sino como reconocimiento del<br />

carácter de victima universal que frente a este tipo de crímenes todos tenemos,<br />

y conseguir así las garantías reales de no repetición.<br />

En este sentido, la omisión del Estado o la imposición del mismo en la<br />

prohibición de persecución de los crímenes de genocidio o contra la humanidad,<br />

en tiempo real, no solo ha generado impunidad de hecho o de<br />

derecho a través de amnistías o por leyes de perdón general, sino que también<br />

ha impedido que existiera una posibilidad de que la verdad judicial se<br />

configurara adecuadamente y se extendiera a otros ámbitos (el económico)<br />

al disponer de uno de los elementos que le son básicos, la proximidad de<br />

las pruebas y de los actores. Es por ello, que, en la mayoría de los casos, la<br />

verdad judicial, se ha tenido que elaborar en unas condiciones muy adversas,<br />

con lejanía de las fuentes de prueba, dilatada en el tiempo, o de los<br />

propios escenarios del conflicto, a través de la aplicación del Principio de<br />

Jurisdicción Universal o de tribunales internacionales, con graves dificultades<br />

para la materialización de las investigaciones y práctica de las pruebas.<br />

Como una especie de fantasma, levita siempre el espectro de la<br />

impunidad, la “necesidad” de olvidar, de pasar página, la dificultad<br />

que para el Estado comportan estos hechos, la “tozudez” de<br />

las víctimas para exigir justicia.<br />

Frente a este falso dilema recurrente, no debería de existir la<br />

mínima duda de que los perpetradores deberían rendir cuentas,<br />

con todas las garantías, ante la justicia. (7)<br />

(6) Garzón, Baltasar, “El lugar de la verdad...”, op, cit.<br />

(7) Garzón, Baltazar, “Prólogo”, en A. Ramos Padilla, Crímenes de lesa humanidad en la Argentina.<br />

De la Cultura de la impunidad a la inexorabilidad del juicio, Bs. As, Di Plácido, 2012.<br />

<strong>Operación</strong> <strong>Cóndor</strong>. 40 años después<br />

XXXI


BALTAZAR  GARZÓN<br />

Para conseguir que ambas verdades se aproximen, se debe transformar<br />

la verdad judicial en una verdad colectiva e integral que dé más sentido a<br />

la justicia y a la reparación, porque cuando se trata de dar respuesta a la<br />

ejecución de crímenes masivos, como los que integraron el denominado<br />

Operativo <strong>Cóndor</strong>, con una aspiración de reparación integral y sostenible<br />

de las víctimas, la justicia no puede pretender cumplir su labor absolutamente<br />

con la respuesta meramente individual, sino que tiene la obligación<br />

ineludible de configurar un espacio mayor que integre el ámbito estrictamente<br />

procesal con el restaurativo por medio de una suerte de reparación<br />

colectiva de forma integral que precisa de la voluntad de los participantes,<br />

superando la tendencia natural de los victimarios a negar —como en<br />

Argentina, Chile, Guatemala, El Salvador, exYugoslavia—, o a deformar la<br />

verdad, tratando de justificar lo que se hizo —como en Colombia—. Esa<br />

comunión, se consigue con el desarrollo de un sistema mixto propio de la<br />

denominada justicia transicional, que no está exenta de críticas y dificultades,<br />

pero que se va imponiendo, al menos en algunos escenarios límite,<br />

como mecanismo de superación del conflicto que la motiva.<br />

4. De <strong>Cóndor</strong> a los drones<br />

El sueño de la Patria Grande latinoamericana, acuñado por Bolívar,<br />

San Martín, Belgrano y Güemes, tuvo su contracara en la realidad<br />

del denominado Plan <strong>Cóndor</strong>, una diabólica operación de<br />

inteligencia coordinada desde la CIA y las dictaduras militares latinoamericanas<br />

destinada a eliminar a los movimientos de izquierda<br />

en la región, a través de la detención, eliminación y desaparición<br />

de líderes políticos, sindicales o sociales de países como<br />

Argentina, Chile, Paraguay, Uruguay, Bolivia o Brasil, entre otros.<br />

El terrorismo de Estado se instaló en Latinoamérica y sembró el<br />

terror, la desaparición forzada de personas, las ejecuciones sumarias,<br />

la tortura y el robo de niños; la coordinación regional de la<br />

represión alcanzó niveles nunca imaginados, que hoy se investiga<br />

en algunos países, mientras que en otros, como Brasil, se desarrollan<br />

esfuerzos para hacerlo; sin embargo, en algunas naciones,<br />

esas actuaciones permanecen ocultas bajo losas de silencio oficial<br />

e impunidad. Es curioso, pero a todo tipo de hechos, como los<br />

acontecidos en Latinoamérica y a los que responde el excelente<br />

trabajo de Joao [Carvalho Pina], acompaña la cobardía de los que<br />

XXXII


PRÓLOGO <br />

los auspiciaron, que mostraron su fuerza en la agresión y en su<br />

imposición de silencio, pero no al responder sobre los crímenes<br />

perpetrados.<br />

Este <strong>Cóndor</strong> de terror, que se contrapone a la belleza del ave<br />

que le da nombre, desplegó sus alas más allá de los Andes, hacia<br />

el norte, hundiendo sus garras en México, y dirigió sus acciones<br />

más allá del océano Atlántico, hasta hacerse con presas en<br />

España, Italia o Francia. Aquel ejemplo nefasto de la Escuela de<br />

las Américas en Panamá, desarrollado en el Cono Sur, con reiteradas<br />

masacres en el mar de la impunidad, se reproduce hoy<br />

día, sin el mínimo pudor, en todo el mundo y con diferentes actores<br />

(al menos, en parte) pero responde a un mismo esquema<br />

de violación y anulación de los límites del Estado de derecho.<br />

Acciones tales como los traslados ilegales de prisioneros por<br />

parte de la CIA a centros de detención clandestinos en los que<br />

son secuestrados, torturados o forzados a desaparecer, sin ningún<br />

tipo de control más que el derivado, de hecho, de la voluntad<br />

de quien dispone esas acciones; drones (aviones no tripulados)<br />

que eliminan, a control remoto y en forma, en ocasiones<br />

selectiva, en otras indiscriminadamente, a personas muchas<br />

veces ajenas al conflicto, a miles de kilómetros de donde se<br />

inicia la acción ilícita; espionajes masivos en países democráticos,<br />

en aras a la protección de unos supuestos derechos que se<br />

desconocen ostensiblemente, son prácticas habituales que se<br />

justifican con la necesidad de perseguir el terrorismo y que, en<br />

realidad, no son sino ejemplos del fracaso de un sistema que<br />

no ha sabido poner en práctica una seguridad que responda a<br />

las necesidades democráticas de los ciudadanos y no a la de<br />

los que nos dirigen.<br />

En este mundo al revés, la impunidad borra toda crónica diferente<br />

de la oficial; históricamente han existido intentos de eliminar<br />

la realidad, desde el olvido inducido, como si no hubieran<br />

existido el genocidio, las masacres o las desapariciones forzadas<br />

de personas, hasta el olvido ordenado por ley, mediante<br />

amnistías, condonaciones de penas o indultos, so pretexto de<br />

garantizar la estabilidad política cuando en verdad lo que se<br />

buscaba es garantizar la impunidad.<br />

<strong>Operación</strong> <strong>Cóndor</strong>. 40 años después<br />

XXXIII


BALTAZAR  GARZÓN<br />

Mientras tanto, las víctimas siguen siendo las grandes olvidadas<br />

en la mayoría de los países del mundo; a ellas se les arranca<br />

de cuajo su derecho humano a la verdad, la justicia y la reparación<br />

integral y constituyen las víctimas en sentido estricto y<br />

amplio, porque cuando se trata de crímenes de esta naturaleza<br />

(de guerra, genocidio o lesa humanidad), víctimas somos todos,<br />

universal y localmente. El concepto universal de víctima es un<br />

principio arraigado en el derecho penal internacional y de los<br />

derechos humanos. Eso hace que la lucha contra la impunidad<br />

sea obligación de todos, porque todos somos los afectados: la<br />

indiferencia de unos pocos nos marca a todos…<br />

... En el 2013 se inició en Argentina el juicio a algunos responsables<br />

del Plan <strong>Cóndor</strong>, hecho histórico en la aplicación de la<br />

Justicia trascendiendo las fronteras de Argentina, Chile, Brasil<br />

y Uruguay. En este procedimiento judicial, los argentinos son<br />

minoría entre las víctimas de las desapariciones forzadas que<br />

cometieron las Fuerzas de Seguridad argentinas dentro y fuera<br />

del país, lo que demuestra la estrecha colaboración que existía<br />

entre las dictaduras del Cono Sur en su objetivo común de hacer<br />

desaparecer a los opositores políticos. Si bien este proceso<br />

es el inicio de un largo camino, no deja de marcar un hito regional<br />

en la lucha contra la impunidad. Estos avances judiciales son<br />

una demostración de que, poco a poco, se pierde el “respeto”<br />

o “miedo” a sentar en el banquillo a determinadas autoridades.<br />

Se toma conciencia de que la ley es igual para todos y de que<br />

no hay inmunidad que valga. Sin duda, nos encontramos con<br />

trabas en relación a hechos ocurridos en el pasado; es preciso<br />

recordar que estamos aplicando conceptos nuevos, y los inicios<br />

son siempre difíciles. No obstante, especialmente Argentina<br />

está sentando bases muy sólidas para el futuro, para que el<br />

Nunca Más sea una realidad definitiva.<br />

Por supuesto queda mucho por hacer, pero no por ello debemos<br />

dejar de apreciar los avances experimentados en este ámbito y<br />

la buena evolución de los acontecimientos, aunque todavía hay<br />

ejemplos negativos en las más altas esferas judiciales uruguayas,<br />

brasileñas, guatemaltecas o españolas, entre otras, que no<br />

perciben la necesidad de saldar con justicia, verdad y reparación<br />

esa tremenda deuda histórica que existe con los miles y miles<br />

XXXIV


PRÓLOGO <br />

de víctimas que dieron su vida por desear un mundo mejor. Es<br />

esa insensibilidad la que, favoreciendo a unos pocos victimarios,<br />

daña a la generalidad de los ciudadanos, que se enfrentan a una<br />

realidad que desconoce oficialmente sus derechos.<br />

A pesar de todo, se deben continuar los esfuerzos por vencer<br />

a los que sostienen la impunidad. Es un camino difícil en el que<br />

toda ayuda es poca, de ahí la importancia del compromiso de<br />

renovación generacional en la denuncia y el activismo contra la<br />

lacra que debe trascender pueblos y naciones, y superar la indiferencia.<br />

Los movimientos sociales de protesta y de exigencia<br />

de responsabilidades políticas a dirigentes democráticos, por<br />

aquello que no han hecho, que recorren el mundo en los últimos<br />

tiempos debe servir de “aviso a navegantes”: el arrecife de la impunidad<br />

y de la corrupción está ahí, siempre al acecho y dispuesto<br />

a quebrar el casco, siempre frágil, de los derechos humanos.<br />

La lucha contra la impunidad debe ser un compromiso ético, de<br />

todos frente a todos, y no es solo responsabilidad del propio Estado,<br />

sino también de cada ciudadano, para conseguir una paz<br />

justa y sostenible y, con ello, la garantía de no repetición del fenómeno.<br />

Solo a través del conocimiento de la verdad histórica,<br />

de su análisis y de la verdadera comprensión de los motivos que<br />

llevaron a la sociedad a ese punto de conflicto puede garantizarse<br />

que no vuelva a ocurrir. La reflexión profunda de qué ocurrió y<br />

por qué nos permite identificar el riesgo y frenarlo a tiempo. En<br />

definitiva, la verdad nos proporciona las herramientas para evitar<br />

la repetición de hechos tan dramáticos como los que ha vivido<br />

Latinoamérica y otras muchas regiones del mundo.<br />

Cualquier esfuerzo es necesario; todas las energías son precisas<br />

para que las miradas tristes y de dolor infinito de las víctimas se<br />

conviertan en sonrisas de esperanza. (8)<br />

5. El laberinto de <strong>Cóndor</strong><br />

Lo que demuestra este libro es que el Operativo <strong>Cóndor</strong> tuvo antecedentes<br />

y características similares a los operativos diseñados en otros países como<br />

Argelia y Vietnam. Por su parte, en América Latina, desde los años 60 ya<br />

(8) Garzón, Baltasar, “Prólogo”, en J. Carvalho Pina, <strong>Cóndor</strong>, Barcelona, Blume, 2014.<br />

<strong>Operación</strong> <strong>Cóndor</strong>. 40 años después<br />

XXXV


BALTAZAR  GARZÓN<br />

hubo una coordinación para luchar contra la “subversión”, concepto que<br />

se repetirá en forma insistente años después. El libro analiza los antecedentes<br />

directos del Operativo <strong>Cóndor</strong>, como los casos Prats, Fuentes y<br />

Santucho, y se detalla la reunión de 1975 en Chile, las características y diferentes<br />

fases de este operativo, analizándose también otros casos emblemáticos<br />

(dirigentes y grupos políticos). En este sentido, se demuestra que<br />

la persecución tenía, entre otras cosas, los objetivos siguientes: coordinar<br />

la represión en el Cono Sur, asesinar a los destacados dirigentes políticos<br />

en el continente y afuera, y difundir temor a los opositores en el exilio. En<br />

este importante trabajo, que ve la luz al cumplirse el 40 aniversario del<br />

Operativo <strong>Cóndor</strong>, se publica un listado de 377 víctimas, con datos como<br />

los nombres, sexo, edad, militancia, datos del secuestro, condición final y<br />

si hubo traslado a otro país de cada uno. Esta aproximación nunca se había<br />

realizado hasta ahora. Estos datos permitieron crear una infografía de<br />

las víctimas. Este listado es incompleto (solo constan los casos en los que<br />

se ha probado una coordinación) y el Centro Internacional para la Promoción<br />

de los Derechos Humanos (CIPDH), que me honré en presidir hasta<br />

enero de 2016, lo sigue cumplimentando. Para ello, se están utilizando los<br />

informes oficiales de los países Cono Sur (CONADEP, Comisión Nacional<br />

de Verdad y Reconciliación, entre otros) y los juicios que se han celebrado<br />

o se están celebrando tanto en el Cono Sur como en Europa.<br />

Agradezco a todo el equipo del CIPDH, a los y las participantes en este<br />

trabajo, específicamente a Stella Calloni, coordinadora del Informe; a los<br />

miembros de su equipo, Agustín Algaze y Mauro Arlando; y a Grégoire<br />

Champenois, coordinador del Proyecto para el CIPDH.<br />

Agradezco también a todos los que fueron invitados a participar: Martín<br />

Almada, Samuel Blixen, Edmundo Cruz, John Dinges, Mónica González, J.<br />

Patrice McSherry, Ivan Claudio Marx, José Luis Méndez Méndez, Manuel<br />

Ollé Sesé, Enrique Serra Padrós, Carlos Poveda Moreno, Gustavo Rodríguez<br />

Ostria, Melisa Slatman, Daniel Tarnopolsky, Federico Tatter y los organismos<br />

de Derechos Humanos, el Ente Público Espacio Memoria (ex ESMA), el Instituto<br />

de Políticas Públicas en Derechos Humanos (IPPDH) del MERCOSUR,<br />

Memoria Abierta y el Museo de la Justicia-Centro de Documentación y Archivo<br />

para la Defensa de los Derechos Humanos de Paraguay, a quienes<br />

convocamos a seguir indagando en pos de la verdad, la justicia y la memoria.<br />

XXXVI<br />


Introducción<br />

STELLA CALLONI<br />

INTRODUCCIÓN<br />

STELLA CALLONI (1)<br />

•<br />

1. Los primeros esbozos de la <strong>Operación</strong> <strong>Cóndor</strong><br />

Una bola de fuego apareció y desapareció tan rápidamente que<br />

los pocos testigos que pudieron recordar algo, solo se acordarían<br />

de un resplandor brillante. En unos brevísimos segundos un<br />

fuego anaranjado brotó del piso del auto, y quemó el hombro<br />

izquierdo del chofer, llenó por completo el auto, chamuscó los<br />

pelos e hizo saltar las ventanas y luego se desvaneció en instantes.<br />

La bola de fuego fue comprimida en un impacto que arrancó<br />

y soltó el asiento trasero e hizo que el último recuerdo claro que<br />

el pasajero tuviese fuera el de un agudo silbido, como del vapor<br />

desprendiéndose de un metal caliente. Este impacto se llegaría a<br />

convertir en el momento congelado que obsesionaría las mentes<br />

de muchos extraños que oyeron el ruido, y por muchos años.<br />

Esta fue la descripción del fiscal estadunidense Eugene M. Propper y el<br />

periodista Taylor Branch en el libro Laberinto sobre el atentado que, la<br />

mañana del 21 de septiembre de 1976, hizo volar el automóvil que conducía<br />

el ex canciller chileno Orlando Letelier, a cuyo lado estaba su secretaria<br />

norteamericana Ronni Moffitt y, en el asiento trasero, el esposo de la joven,<br />

Michael Moffitt. (2)<br />

(1) Periodista, investigadora, docente y escritora, es la coordinadora del Informe. Ha escrito<br />

y colaborado en distintos medios de prensa del país y del mundo. Por su actividad periodística<br />

ha recibido numerosos homenajes y premios nacionales e internacionales, entre ellos<br />

el Premio Rodolfo Walsh de la Facultad de Comunicación Social (UN La Plata). En 2014 fue<br />

distinguida como Personalidad en Defensa de los Derechos Humanos en la Región por la<br />

Legislatura de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires.<br />

(2) Propper, Eugene M. y Branch, Taylor, Laberinto, Bs. As., Vergara, 1990.<br />

<strong>Operación</strong> <strong>Cóndor</strong>. 40 años después<br />

XXXIX


stella calloni<br />

Sucedió en la calle Sheridan Circle, en el barrio de las embajadas en<br />

Washington DC. Atrapado en su asiento Letelier, horriblemente quemado,<br />

murió en el acto. Ronni sobrevivió escasos minutos y murió antes que<br />

llegaran las ambulancias. Michael quedó herido, con quemaduras e intentando<br />

salvar a su esposa.<br />

Este fue uno de los mayores atentados de lo que se conocería entonces como<br />

<strong>Operación</strong> <strong>Cóndor</strong>, cuya mano en garra había llegado hasta Washington en<br />

un hecho que estaba demostrando la más descarnada impunidad con que se<br />

movían los autores y sus responsables intelectuales.<br />

Dos años antes, la noche del 30 de septiembre de 1974, en un barrio residencial<br />

de Buenos Aires la luz se había cortado extrañamente, lo cual hizo<br />

que la explosión de un automóvil pareciera aún más intensa en la inmensa<br />

oscuridad de la calle Malabia, en el barrio de Palermo.<br />

El general chileno Carlos Prats, refugiado en Buenos Aires junto a su esposa<br />

Sofía Cuthbert después del golpe del 11 de septiembre de 1973 en Chile,<br />

estaba llegando al edificio donde vivía, casi a la medianoche, después de<br />

una cena con amigos. Ante una serie de amenazas intentaba salir de Argentina,<br />

pero la embajada chilena de la dictadura le negaba el pasaporte.<br />

Prats había mantenido comunicación directa y epistolar con el General<br />

Juan Domingo Perón, en esos momentos presidente de Argentina por<br />

tercera vez. Pero, en julio de 1974, Perón murió a escasos meses de haber<br />

asumido el poder, y Prats sabía que quedaba desguarnecido cuando la<br />

Alianza Anticomunista Argentina (Triple A) incrementaba los secuestros,<br />

asesinatos y atentados en todo el país.<br />

Decenas de chilenos, brasileños y uruguayos —que se habían refugiado<br />

en Chile huyendo de las dictaduras en sus países— debieron salir en una<br />

fuga desesperada hacia Argentina cuando el golpe militar de septiembre<br />

de 1973 derrocó al presidente Salvador Allende instalando la dictadura<br />

criminal en esa nación trasandina. El doloroso nuevo éxodo pronto se convertiría<br />

en una trampa para los refugiados, espiados y perseguidos por<br />

la Triple A y los agentes chilenos, brasileños y uruguayos que mantenían<br />

acuerdos en sombras con sus pares argentinos, lo que facilitaría el camino<br />

hacia la red <strong>Cóndor</strong>.<br />

Prats era uno de los más vigilados por los agentes chilenos aquí, que tenían<br />

sus contactos “fraternales” con los servicios de inteligencia locales,<br />

XL


Introducción<br />

sectores policiales y militares, como se verá en el transcurso de este Informe.<br />

En el momento en que Prats iba a entrar al garaje del edificio en que<br />

vivía, el automóvil voló en pedazos. La explosión sonó aterradora en medio<br />

de la soledad que mostraban las calles vacías por un apagón, provocado<br />

no casualmente en esa zona residencial de la capital argentina.<br />

Prats y su esposa murieron en el acto. Una bomba había sido colocada<br />

debajo del auto, con el que ambos recorrieron varias calles porteñas, y<br />

se hizo detonar en el momento preciso, accionada desde lejos por los<br />

asesinos.<br />

En ambos casos, los más serios analistas consideraron que la mano del<br />

dictador Augusto Pinochet estaba detrás de estos asesinatos, pero todos<br />

sabían que no estaba solo en esta acción terrorista. Tenía cómplices y la<br />

certeza de que todo naufragaría en la impunidad.<br />

El atentado contra Letelier iba a resultar difícil de ocultar para el secretismo<br />

que requería este tipo de operación. Había sucedido en Washington,<br />

en el barrio de las Embajadas, poniendo además en peligro la vida de<br />

algunos diplomáticos, entre ellos dos israelíes cuyo automóvil estaba justamente<br />

detrás del que llevaba a Letelier cuando se produjo la explosión.<br />

De la misma manera, otro diplomático griego también pudo ser alcanzado<br />

cuando caminaba frente a una sede diplomática.<br />

Fue muy difícil acallar las voces periodísticas en Washington. No estaba<br />

previsto que Letelier estuviera acompañado por su secretaria y el esposo<br />

de esta, ambos norteamericanos; tampoco estaba previsto que hubiera un<br />

sobreviviente, Michael Moffitt, quien iba a ser clave en la lucha por justicia<br />

y verdad ante la horrible muerte de su joven esposa.<br />

Las investigaciones, obstaculizadas por sectores de la inteligencia estadounidense<br />

en momentos en que George H. W. Bush, quien luego sería<br />

presidente de Estados Unidos, era el jefe de la CIA (Agencia Central de<br />

Inteligencia), quedaron en manos de un fiscal —Eugene Propper— que no<br />

se rindió fácilmente. Rodeado de algunos periodistas serios e inquisitivos,<br />

juntos aunaron esfuerzos y asumieron el desafío para descubrir a los responsables<br />

del atentado.<br />

<strong>Operación</strong> <strong>Cóndor</strong>. 40 años después<br />

XLI


stella calloni<br />

Fue en esos momentos en que comenzó a aparecer la sombra de una<br />

operación secreta, que ya había sido mencionada por algunos colegas. El<br />

británico Richard Gott, en el periódico The Guardian, de Londres, escribía<br />

que “los especialistas que siguen de cerca la vida política de dicho continente<br />

[América Latina] afirman que se lleva a cabo allí algo semejante a<br />

la <strong>Operación</strong> Fénix”, una operación de la CIA en el sudeste asiático en<br />

1965, uno de los antecedentes más importantes de lo que fue la <strong>Operación</strong><br />

<strong>Cóndor</strong>. (3) Esta advertencia de Gott sucedía tres meses y diecisiete<br />

días antes del asesinato de Letelier y a solo dos días de la desaparición del<br />

ex presidente de Bolivia, el general Juan José Torres, el 2 de junio de 1976,<br />

en Buenos Aires, donde vivía en condición refugiado.<br />

El 2 de agosto de 1979 el periodista Jack Andersen publicó en el Washington<br />

Post un artículo bajo el nombre de “El <strong>Cóndor</strong>: los criminales latinoamericanos”.<br />

Había accedido al informe del agente especial del FBI Robert Scherrer<br />

quien, ante el asesinato de Letelier, explicaba, en septiembre de 1976 y mediante<br />

un cablegrama despachado desde la embajada de Estados Unidos<br />

en Buenos Aires, que significaba la <strong>Operación</strong> <strong>Cóndor</strong> y su metodología.<br />

En la histórica “Carta abierta a la Junta Militar” escrita por el periodista, escritor<br />

y militante argentino Rodolfo Walsh en 1977, al denunciar las desapariciones,<br />

crímenes, persecuciones en su país, ya mencionaba operaciones<br />

internacionales que se estaban desarrollando en la región. Walsh fue asesinado<br />

horas después de que su carta comenzara a circular clandestinamente<br />

en todo el país y llegara a distintos lugares del mundo. El 25 de marzo de<br />

1977, después de lograr despachar esa carta, fue secuestrado en una calle en<br />

el sur de Buenos Aires por un grupo de tareas de la Armada, al que se resistió<br />

heroicamente, en soledad. Se lo llevaron herido y hasta hoy permanece desaparecido,<br />

aunque se conoce que pasó por el mayor centro clandestino de<br />

detención de Argentina, la Escuela de Mecánica de la Armada (ESMA). Antes<br />

de su muerte estaba detrás de la pista de la siniestra operación internacional<br />

que fue <strong>Cóndor</strong>.<br />

2. La <strong>Operación</strong> <strong>Cóndor</strong><br />

Entre mediados de los años 70 y principios de los 80, en el marco de la<br />

Doctrina de Seguridad Nacional (DSN) de Estados Unidos, en el contexto<br />

de la “Guerra Fría”, se desarrolló la <strong>Operación</strong> <strong>Cóndor</strong>, nombre asignado<br />

(3) Gott, Richard, “Shots and Plots”, en The Guardian, Londres, 04/06/1976, pp. 17/18.<br />

XLII


Introducción<br />

a un proyecto de inteligencia y coordinación entre los servicios de seguridad<br />

de los regímenes militares del Cono Sur.<br />

La <strong>Operación</strong> <strong>Cóndor</strong>, cuya acta institucional data de una reunión sostenida<br />

en Santiago de Chile entre el 25 de noviembre y el 1 de diciembre de 1975,<br />

fue un sistema secreto de inteligencia, una coordinadora de las dictaduras<br />

del Cono Sur para intercambiar información y perseguir políticos, ubicados<br />

en sus lugares de refugio. A su vez, secuestraba, torturaba, y trasladaba<br />

a unos y otros a través de fronteras sin ningún trámite legal, y formaba<br />

comandos para asesinar a figuras consideradas enemigos claves para los<br />

dictadores en el país donde se encontraran. El terror borraría las fronteras.<br />

Había suficientes experiencias previas bilaterales, intercambio de informaciones<br />

entre dictaduras e incluso con gobiernos supuestamente democráticos.<br />

Existen registros de entrega de prisioneros políticos desde los años<br />

60 y principios de los 70, así como lo que varios investigadores han dado<br />

en llamar el pre-<strong>Cóndor</strong>, en los años 1974 y 1975.<br />

Cada país había tenido experiencias criminales contrainsurgentes, paramilitares<br />

y parapoliciales desde mucho antes. Entre ellos, los Escuadrones de<br />

la Muerte en Brasil; La Triple A entre los años 1973 y 1976, y el modelo de<br />

contrainsurgencia que fue el Operativo Independencia de 1975 en el noroeste<br />

argentino; y los grupos civiles y militares que bajo la sigla de Patria<br />

y Libertad produjeron los asesinatos y acciones terroristas en Chile antes<br />

del golpe de Estado de 1973. J. Patrice Mc Sherry resume:<br />

La maquinaria de <strong>Cóndor</strong> fue un componente secreto de una<br />

estrategia más amplia de contrainsurgencia, dirigida por Estados<br />

Unidos para impedir o revertir los movimientos sociales que<br />

demandaban cambios políticos o socioeconómicos. La <strong>Operación</strong><br />

<strong>Cóndor</strong> encarnaba un concepto estratégico clave de la<br />

Doctrina de Seguridad Nacional de la Guerra Fría; el concepto<br />

de defensa hemisférica que estaba definida por fronteras ideológicas<br />

y que sustituía la doctrina más limitada de defensa territorial<br />

[y añade que] (…) para los militares anticomunistas y sus<br />

patrocinadores estadounidenses, la Guerra Fría fue la Tercera<br />

Guerra Mundial, llamada guerra de las ideologías. (4)<br />

(4) Mc Sherry, J. Patrice, Los Estados depredadores: la <strong>Operación</strong> <strong>Cóndor</strong> y la guerra encubierta<br />

en América Latina, Montevideo, Ediciones de la Banda Oriental, 2009, p. 25.<br />

<strong>Operación</strong> <strong>Cóndor</strong>. 40 años después<br />

XLIII


stella calloni<br />

El 22 de diciembre de 1992, en dependencias policiales del barrio de Lambaré,<br />

en Paraguay, el joven juez Agustín Fernández, acompañado por el<br />

profesor y pedagogo Martín Almada, familiares del desaparecido médico<br />

paraguayo Agustín Goiburú, y algunos periodistas, descubrió una cantidad<br />

de documentos de los llamados “archivos del horror” referidos a la<br />

larga dictadura del general Alfredo Stroessner (1954-1989). Entre estos documentos<br />

se encontraron una serie de archivos referidos a la <strong>Operación</strong><br />

<strong>Cóndor</strong>, el nombre que le otorgaron sus creadores en Chile en 1975.<br />

El aspecto más secreto de <strong>Cóndor</strong>, la “Fase III”, fue su capacidad para asesinar<br />

líderes políticos especialmente temidos por su potencial para movilizar<br />

la opinión pública mundial y organizar amplia oposición a los Estados<br />

militarizados. Concebida en esos términos, esta operación —tal como la<br />

llevó adelante el general Augusto Pinochet en sus primeros momentos—<br />

podría ser catalogada como una acción “elitista”. Iba por figuras importantes<br />

política y militarmente, y por las jefaturas de las guerrillas surgidas<br />

en países del Cono Sur en los años 60 y 70.<br />

En estos últimos años los medios de comunicación comenzaron a llamarle<br />

“Plan <strong>Cóndor</strong>”, aunque “Plan” es un trazado geoestratégico y el <strong>Cóndor</strong><br />

fue una táctica contrainsurgente, una de las tantas operaciones que, como<br />

veremos, se utilizaron y siguen utilizándose contra pueblos y gobiernos en<br />

este siglo XXI.<br />

En su trabajo sobre conducción política, el general Juan Domingo Perón,<br />

tres veces presidente de Argentina, derrocado por un golpe militar en<br />

1955 cuando estaba en su segundo mandato (1946-1955), y elegido en<br />

1973 por la misma y masiva voluntad popular, sostenía que “lo estratégico<br />

es la guerra, lo táctico es la batalla o las batallas. De esa manera es<br />

preciso comprender que aunque ambas cosas corresponden a lo mismo,<br />

pertenecen a actividades distintas. Así la táctica depende de la estrategia,<br />

y se realiza en absoluta dependencia de las finalidades fijadas por esta”. (5)<br />

En los archivos de Paraguay, entre otros documentos, se encontró el acta<br />

fundacional de <strong>Cóndor</strong>, de noviembre de 1975, mediante la cual las dictaduras<br />

del Cono Sur, y el gobierno de Isabel Martínez de Perón en Argentina,<br />

“institucionalizaron” las operaciones bilaterales, que se habían incrementado<br />

(5) Perón, Juan Domingo, Manual de Conducción Política, Bs. As., Subsecretaría de Informaciones<br />

de Presidencia de la Nación, 1953.<br />

XLIV


Introducción<br />

en 1974 con los evidentes ensayos de la dictadura de Augusto Pinochet: el<br />

asesinato del general Prats y otros. Hay que mencionar, sin embargo que<br />

el esquema de <strong>Cóndor</strong>, tal como fue concebido comenzaría a funcionar<br />

integralmente con la llegada de los dictadores al poder en Argentina en<br />

marzo de 1976.<br />

Hay que destacar la importancia de Brasil, que desde 1964 había impuesto<br />

una dictadura de la Seguridad Nacional y había convertido a su cancillería<br />

y sus comandos militares en los más importantes receptores de datos e<br />

informaciones de inteligencia de toda la región, como relatara el exagente<br />

de la CIA Philip Agee en una entrevista de 2006. (6)<br />

Una de las pruebas concretas sobre la red de <strong>Operación</strong> <strong>Cóndor</strong> fue la carta<br />

enviada en octubre de 1975 por el entonces coronel del Ejército chileno<br />

y director de la DINA (Dirección de Inteligencia Nacional), Manuel Contreras,<br />

al jefe de inteligencia militar de Paraguay, general Benito Guanes<br />

Serrano, y al director de la policía paraguaya, general Francisco Brites. Se<br />

trataba de la invitación a participar en una “reunión de trabajo de carácter<br />

estrictamente secreto, a realizarse en Santiago entre el 25 de noviembre y<br />

el 1 de diciembre de 1975”, cita en la que se habría de materializar la propuesta<br />

planteada por Augusto Pinochet a su cómplice, Alfredo Stroessner,<br />

durante el viaje a Asunción del general chileno en 1974.<br />

Aquella reunión secreta de 1975 contó con la asistencia de los encargados<br />

de seguridad y jefes de las policías secretas de Argentina, Brasil, Uruguay,<br />

Paraguay y Chile. En ella quedó estructurada la coordinadora represiva.<br />

De la misma manera, en una carta dirigida por Manuel Contreras a Pinochet<br />

a comienzos de 1976, el jefe de la DINA le solicitaba al dictador<br />

chileno un presupuesto adicional de 600 mil dólares con el argumento de<br />

que necesitaba fondos para el personal a su cargo que debía enviar a las<br />

misiones “diplomáticas” en Perú, Brasil, Argentina, Venezuela, Costa Rica,<br />

Bélgica e Italia, entre otros países, para la “neutralización de los principales<br />

adversarios de la Junta de Gobierno en el exterior” —principalmente<br />

en México, Argentina, Costa Rica, Estados Unidos, Francia e Italia—, además<br />

de gastos para financiar “nuestras operaciones en Perú” y el “entrenamiento<br />

antiguerrillero de nuestros hombres en Brasil”. (7)<br />

(6) Entrevista realizada por Stella Calloni a Philip Agee, diario La Jornada, 2006.<br />

(7) Calloni, Stella, Paraguay: los años del lobo, Bs. As., Ediciones Mopassol, 1993.<br />

<strong>Operación</strong> <strong>Cóndor</strong>. 40 años después<br />

XLV


stella calloni<br />

Como asistentes y asesores permanentes, las dictaduras contaban con<br />

la contrarrevolución cubana de Miami —la “cara” contrainsurgente de la<br />

CIA—, y los servicios secretos de Francia, cuando una buena parte de estos<br />

protegían a los criminales de la Organización Armada Secreta (OAS),<br />

exmilitares de la guerra de Francia en Argelia. También colaboraron en<br />

<strong>Cóndor</strong> figuras clave de acción de los ejércitos secretos de la Organización<br />

del Tratado del Atlántico Norte (OTAN), que constituyeron —como<br />

se verá en este Informe— una organización terrorista que en Italia llevó<br />

adelante la <strong>Operación</strong> Gladio, que tomó otros nombres en los países de<br />

Europa en los que actuó, un hecho que ha permanecido en la impunidad.<br />

Esta impunidad hace posible, en el siglo XXI, que la OTAN continúe utilizando<br />

ejércitos mercenarios en las guerras coloniales de estos años.<br />

Es imposible acceder a la génesis de esta operación contrainsurgente sin<br />

analizar la perspectiva global que rodeó ese momento. Sobre la base de<br />

dos dictaduras de viejo cuño en el Cono Sur, en Paraguay (1954-1989) y en<br />

Brasil (1964-1985), se produjo una verdadera “siembra” de golpes militares<br />

en función de los objetivos de la DSN estadounidense, estableciendo<br />

la práctica del terrorismo de Estado bajo control de Estados Unidos con<br />

el objetivo de eliminar las voces opositoras, principalmente de izquierda.<br />

Las dictaduras abarcarían toda la subregión. Las de Bolivia (1971), Uruguay<br />

(1973), Chile (1973), Argentina (1976) se agregaron a las de Paraguay<br />

y Brasil.<br />

A partir de noviembre de 1975, la <strong>Operación</strong> <strong>Cóndor</strong> estaba en marcha. Su<br />

cabeza operaba en Santiago de Chile. Aunque la coordinación represiva<br />

quedó aprobada y establecida en esa fecha, anteriormente ya se habían<br />

registrado acciones bilaterales conjuntas.<br />

En 1974 se produjo el “ensayo” más cercano con el asesinato del general<br />

Prats y su esposa Sofía, y con el del militar uruguayo Ramón Trabal en París.<br />

En 1975 tuvo lugar el atentado contra el político democristiano chileno<br />

Bernardo Leighton y su esposa Ana, en Roma, que no logró su misión de<br />

asesinarlos pero dejó a ambos discapacitados de por vida. Este caso sería<br />

recordado luego, cuando ocurriera el asesinato de Letelier, porque el<br />

hecho se produjo en las cercanías del Vaticano, donde el político chileno<br />

tenía amigos y encontraba círculos de apoyo a sus denuncias contra Pinochet.<br />

También en 1975 se llevó adelante la llamada <strong>Operación</strong> Colombo.<br />

De ella participaron Argentina, Chile, Brasil, la CIA y, muy especialmente,<br />

XLVI


Introducción<br />

la prensa de los tres países, que encararon una de las acciones de guerra<br />

psicológica más criminal que recuerde la historia de esos días, como se<br />

registrará más adelante en este Informe.<br />

En todos estos últimos casos ya estaban comprometidos tres o más países,<br />

para sentar precedentes sobre la importancia de esta metodología.<br />

En marzo de 1976, con la llegada de la dictadura militar a Argentina, se<br />

completó el cuadro de la asociación ilícita, como fue calificada esta coordinación<br />

en los primeros juicios de <strong>Cóndor</strong> en Argentina en el año 2001.<br />

Esto estará desarrollado a lo largo de este trabajo, que intenta sistematizar<br />

la información sobre la <strong>Operación</strong> <strong>Cóndor</strong>, enriquecida por los documentos<br />

descalificados en los últimos años, por el informe sobre la acción de la<br />

CIA en Chile, revelada ante el Congreso de ese país, en el año 75, por las<br />

investigaciones periodísticas y por el desarrollo de los juicios.<br />

Fueron claves los aportes en el juicio llevado adelante por el juez Baltasar<br />

Garzón sobre esta <strong>Operación</strong> en España en los años 90. Así como el juicio<br />

por el asesinato de Letelier y su secretaria Moffitt en septiembre de 1976.<br />

En este caso, las investigaciones del fiscal Eugene Propper permitieron<br />

recorrer los caminos secretos de <strong>Cóndor</strong> y reunir documentación y testimonios<br />

dando luces sobre lo que fue esa <strong>Operación</strong> ya en el año 1979.<br />

Este Informe intenta partir de los orígenes, del entorno mundial y regional<br />

en que transcurrieron estos hechos —los países de América Latina bajo<br />

dependencia—, para entender el verdadero laberinto de la <strong>Operación</strong><br />

<strong>Cóndor</strong>, una táctica contrainsurgente que se destacó entre decenas de<br />

operaciones llevadas a cabo en todo el mundo.<br />

Podría decirse que en sus orígenes fue una operación “elitista” por cuanto<br />

estaba dirigida a tratar de librar a las dictaduras del Cono Sur de importantes<br />

figuras que en el exilio eran reconocidas suficientemente como<br />

para influir con sus denuncias contra los dictadores. Pero también <strong>Cóndor</strong><br />

“justificaba” su accionar, tal como surge de sus propios documentos, en<br />

la decisión de acabar con lo que los dictadores determinaban como una<br />

organización guerrillera “supra nacional”, en referencia a una Coordinadora<br />

Revolucionaria que habían creado los movimientos guerrilleros más<br />

importantes surgidos en el Cono Sur entre fines de los 60 y principios de<br />

los años 70. Sin embargo, ese proyecto de coordinación revolucionaria<br />

tuvo escasa vigencia y había sido duramente golpeado por las dictaduras,<br />

<strong>Operación</strong> <strong>Cóndor</strong>. 40 años después<br />

XLVII


stella calloni<br />

pero servía como argumento para establecer la contraparte criminal que<br />

abarcaría a los países del Cono Sur.<br />

Si esta <strong>Operación</strong>, una entre centenares que se han realizado en el oscuro<br />

laberinto de las contrainsurgencias, con su marco de ilegalidad y violación<br />

de todos los derechos adquiridos por los pueblos, tuvo tanta trascendencia<br />

fue porque la impunidad con que actuaban sus responsables intelectuales<br />

y directos los llevó a cometer asesinatos de figuras tan importantes,<br />

y en lugares “intocables” como Washington o Roma, que fue imposible<br />

esconder cadáveres bajo las alfombras del mundo.<br />

Lo que los responsables de estos crímenes de lesa humanidad no previeron<br />

es que tanto <strong>Cóndor</strong>, como sus antecedentes más significativos —las<br />

Operaciones Phoenix (Fénix) en el sudeste asiático entre 1965 y 1973 o<br />

la <strong>Operación</strong> Gladio en la Italia de la postguerra, en la que actuaron los<br />

llamados “ejércitos secretos” de la OTAN conformados por criminales terroristas—,<br />

dejaron rastros imposibles de borrar.<br />

En Europa, los grupos fascistas reincorporados a tareas “sucias” fueron<br />

protegidos y reclutados para cometer atentados de falsa bandera, asesinatos<br />

y secuestros destinados a acabar con el “peligro del comunismo”,<br />

como surge en el transcurso de este Informe.<br />

Los jefes de estas operaciones criminales y los asesinos “estrellas” participaron<br />

de una a otra: de Phoenix a Gladio, de Gladio a <strong>Cóndor</strong>, los mismos<br />

nombres, las mismas metodologías que han dejado miles de víctimas, en<br />

una cadena que se desarrolló a lo largo de los años y en distintos lugares<br />

del mundo. De <strong>Cóndor</strong> a Guantánamo, de los centros clandestinos de<br />

detención en Vietnam a los establecidos en el Cono Sur en los años 70 y<br />

las cárceles secretas que ofenden a la humanidad en su conjunto en este<br />

siglo, y que han convertido a gobiernos y países europeos en cómplices<br />

de crímenes contra la humanidad.<br />

A 40 años de la creación de la <strong>Operación</strong> <strong>Cóndor</strong>, este Informe es una respuesta<br />

a los que tomaron el nombre de un ave venerada por los pueblos<br />

indígenas del altiplano para ejecutar tareas de muerte, destrucción y desolación.<br />

Tendremos la palabra viva de víctimas, familiares, y de aquellos<br />

que, en cada uno de los países implicados, investigaron y juzgaron a los<br />

criminales de <strong>Cóndor</strong> para que Nunca más sea.<br />

•<br />

XLVIII


El contexto mundial: guerra fría y contrainsurgencia<br />

CAPÍTULO 1<br />

CAPÍTULO 1<br />

El contexto<br />

mundial: Guerra Fría<br />

y contrainsurgencia<br />

•<br />

La <strong>Operación</strong> <strong>Cóndor</strong> fue creada en 1975 para estrechar vínculos entre<br />

los servicios de inteligencia y organismos represivos del Cono Sur y actuar<br />

coordinadamente en el territorio de los países miembros. La creación de<br />

esta organización terrorista transnacional se enmarcó en un contexto mundial<br />

de enfrentamiento entre los bloques capitalista y comunista, conocido<br />

como Guerra Fría. Como táctica dentro de esa contienda, los EEUU aplicaron<br />

esquemas contrainsurgentes para “contener” al comunismo internacional,<br />

destacándose la <strong>Operación</strong> Fénix en Vietnam y los ejércitos secretos<br />

de la OTAN en Europa, precedentes ambos de las prácticas terroristas<br />

clandestinas empleadas durante la <strong>Operación</strong> <strong>Cóndor</strong>.<br />

1. La Guerra Fría<br />

La Guerra Fría fue un conflicto entre los Estados Unidos de Norteamérica<br />

(EEUU) y la Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas (URSS), que se desarrolló<br />

entre la segunda posguerra mundial (1947) y la disolución del bloque<br />

socialista (1989-1991), tras la caída del Muro de Berlín y el desmembramiento<br />

del régimen comunista ruso.<br />

Durante la Segunda Guerra Mundial (1939-1945), Francia, Reino Unido, la<br />

URSS y los EEUU se habían aliado para enfrentar a las fuerzas del Eje, compuestas<br />

por la Italia fascista de Benito Mussolini, la Alemania nazi de Adolf<br />

<strong>Operación</strong> <strong>Cóndor</strong>. 40 años después<br />

1


Capítulo 1<br />

Hitler y el imperio del Japón de Michinomiya Hirohito. Mientras la URSS<br />

y las tropas aliadas derrotaron a Alemania e Italia en Europa, EEUU consiguió<br />

la rendición definitiva del Japón tras la detonación de dos bombas<br />

nucleares en las ciudades de Hiroshima y Nagasaki, mostrando al mundo<br />

por primera vez el apocalíptico poder destructivo de la nueva tecnología<br />

atómica.<br />

Terminado el conflicto bélico más grande de la historia de la humanidad,<br />

el sistema geopolítico mundial adquirió una fisonomía única. Las potencias<br />

tradicionales como Alemania, Francia o el Reino Unido estaban devastadas<br />

y habían perdido peso político internacional. Solo dos de los<br />

victoriosos estaban en condiciones de disputar el liderazgo: los EEUU y la<br />

URSS, que asumieron el rango de superpotencias y forjaron dos bloques<br />

políticos, económicos e ideológicos antagónicos.<br />

La bipolaridad implicó la existencia de un modelo de “democracias liberales”<br />

capitalistas sostenido por los Estados Unidos, y un contra-modelo<br />

de “repúblicas populares” comunistas apoyado por la Unión Soviética. El<br />

bloque capitalista se consolidó fundamentalmente con el Plan Marshall de<br />

ayuda económica para la reconstrucción europea, los pactos militares de<br />

la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN, 1949) y la Organización<br />

del Tratado del Sudeste Asiático (SEATO, 1954), los organismos<br />

multilaterales de Bretton Woods (FMI, Banco Mundial, GATT) y la Comunidad<br />

Económica Europea (1957). Su contraparte comunista se basó en un<br />

acuerdo económico, el Consejo de Ayuda Mutua Económica (conocido<br />

por su sigla en inglés, COMECON, 1949), y uno militar-político, el Tratado<br />

de Amistad, Colaboración y Asistencia Mutua (popularmente conocido<br />

como Pacto de Varsovia, 1955). El símbolo de la bipolaridad fue el Muro<br />

que desde 1961 dividió en dos a Berlín, delimitando por tres décadas un<br />

sector comunista y otro capitalista.<br />

Al comenzar la Guerra Fría, los norteamericanos contaban con el monopolio<br />

de la tecnología atómica. Solo dos años después, en 1949, la URSS<br />

había detonado su primera bomba atómica en el desierto de Kazajstán.<br />

Este hito terminó de definir el rasgo más evidente de la Guerra Fría: el enfrentamiento<br />

entre ambas superpotencias no podía ser a través de las armas<br />

nucleares porque significaba asumir un “pacto suicida”. (1) La paradoja<br />

de la carrera armamentística atómica disuadió cualquier estallido bélico<br />

(1) Hobsbawm, Eric, Historia del siglo XX, Bs. As., Crítica, 1998, p. 233.<br />

2


El contexto mundial: guerra fría y contrainsurgencia<br />

abierto entre EEUU y la URSS, garantizando que los conflictos fueran limitados.<br />

Si bien, como afirmó el historiador Eric Hobsbawm, generaciones<br />

enteras crecieron con pánico por la posibilidad de un conflicto nuclear que<br />

arrasara a la humanidad, la amenaza de una “aniquilación mutua asegurada”<br />

impidió que los bandos destruyeran buena parte del planeta. (2)<br />

En este esquema determinado por el temor atómico, hubo etapas de mayor<br />

y menor tensión, pero casi nunca paz, debido a las endémicas guerras<br />

que se desataban casi todos los años en algún punto del planeta. Entre<br />

las superpotencias, las hostilidades se desplegaron principalmente en el<br />

ámbito económico, diplomático, ideológico, armamentístico y de inteligencia-espionaje.<br />

El enfrentamiento abierto no sucedió nunca en el “Primer Mundo” (el<br />

Oeste, la Europa occidental y el Atlántico Norte) ni en el “Segundo Mundo”<br />

(el Este, la Europa oriental y los aliados a la URSS), que transitaron el<br />

período de paz más extenso desde el siglo XIX. (3) El verdadero polvorín<br />

fue el denominado “Tercer Mundo” (América Latina, África y buena parte<br />

de Asia), donde se produjeron las guerras de Corea (1950-1953), Vietnam<br />

(1954-1975) y numerosos procesos de revoluciones nacionalistas y descolonizadoras,<br />

interpretados en su mayoría por los EEUU como un enfrentamiento<br />

Este-Oeste.<br />

Las revoluciones, conflictos y crisis que caracterizaron al Tercer Mundo durante<br />

las primeras tres décadas de la posguerra fueron acompañadas por<br />

masivos movimientos sociales, de minorías étnicas, feministas, obreros y<br />

estudiantiles. Los procesos de descolonización se vieron respaldados por<br />

el surgimiento de un Movimiento de Países No Alineados (MPNA), liderado<br />

entre otros por la Yugoslavia de Tito, que pretendían forjar una opción<br />

por fuera del esquema bipolar para el Tercer Mundo. En 1955 durante la<br />

Cumbre de Bandung, en Indonesia, se reunieron representantes de países<br />

asiáticos y africanos, donde se sentaron las bases para una política de desarrollo<br />

anticolonialista que exigía el respeto de su neutralidad y soberanía<br />

territorial, luchando en soledad por la coexistencia pacífica y la autodeterminación<br />

de los pueblos.<br />

En síntesis, la Guerra Fría puede ser caracterizada como una hostilidad perpetua<br />

entre las superpotencias, combinada con su mutua determinación de<br />

(2) Hobsbawm, Eric, Historia..., ibid., p. 230.<br />

(3) Ibid., p. 235.<br />

<strong>Operación</strong> <strong>Cóndor</strong>. 40 años después<br />

3


Capítulo 1<br />

no utilizar la fuerza para decidir definitivamente al ganador. (4) En esta competencia,<br />

los EEUU intentaban evitar una “hipotética supremacía mundial”<br />

de la URSS a futuro, mientras que la URSS luchaba contra la “hegemonía<br />

real” en el presente sobre todas las porciones del mundo no ocupadas por<br />

las tropas soviéticas. (5) Ambas potencias adoptaron una estrategia global<br />

de disuasión indirecta con guerras limitadas y flexibles en el Tercer Mundo.<br />

1.1. La doctrina Truman. Contención del comunismo y guerra limitada<br />

En 1946 George Kennan, un experto diplomático norteamericano en asuntos<br />

rusos, edificó uno de los pilares de la política exterior de los EEUU en<br />

la Guerra Fría. Mediante un telegrama y un artículo en una revista especializada,<br />

Kennan postuló que la hostilidad soviética sería constante por<br />

décadas, aunque no significaba necesariamente que buscara derrocar al<br />

sistema capitalista con plazos prefijados. La URSS, según Kennan, esperaba<br />

que el comunismo triunfara en el largo plazo sobre el capitalismo por la<br />

propia dinámica de cada sistema. Bajo esta perspectiva, lo mejor para los<br />

EEUU era la “contención a largo plazo, paciente pero firme y vigilante, de<br />

las tendencias expansionistas de los soviéticos”. (6) La contención implicaba<br />

que EEUU debía entrar en un prolongado conflicto “frío”, es decir, sin<br />

uso de las “calientes” armas nucleares.<br />

Un año después, el presidente norteamericano Harry Truman coloco otro<br />

pilar con su discurso ante el Congreso que dio origen a lo que se conoció<br />

como “doctrina Truman”. El presidente planteó entonces que los<br />

EEUU solo podían sobrevivir en un mundo donde hubiera “libertad” y<br />

manifestó su voluntad de ayudar a los pueblos libres frente al “totalitarismo”,<br />

que ponía en jaque la paz internacional y por ende la seguridad<br />

de los EEUU. La contención, enfocada desde la óptica de Truman, implicaba<br />

reconocer que su país no era omnipotente, sino que debía priorizar<br />

la intervención allí donde pareciera que la URSS ampliaba su esfera de<br />

influencia. (7)<br />

El anticomunismo que aparecía en la retórica oficial no era, sin embargo, el<br />

fundamento principal de la política exterior norteamericana en estos años.<br />

(4) Spanier, John, La política exterior norteamericana a partir de la Segunda Guerra Mundial,<br />

Bs. As., Grupo Editor Latinoamericano, 1991.<br />

(5) Hobsbawm, Eric, Historia..., op. cit., p. 238.<br />

(6) Spanier, John, La política exterior..., op. cit.<br />

(7) Ibid.<br />

4


El contexto mundial: guerra fría y contrainsurgencia<br />

Más bien se trataba de evitar que una potencia europea desequilibrara el<br />

tablero global, como lo había hecho Alemania en las dos guerras mundiales.<br />

El mismo Kennan consideraba que Rusia hubiese tenido que ser “contenida”<br />

aunque no fuera comunista. (8) Truman, por su parte, exageraba la<br />

“amenaza comunista” para lograr el apoyo del Congreso y movilizar a la<br />

opinión pública norteamericana que tradicionalmente era aislacionista. (9)<br />

El anticomunismo exaltado, que fue representado al interior de los EEUU<br />

por el “macartismo”, (10) fue siempre una herramienta sumamente útil para<br />

los presidentes norteamericanos. Presionados por el complejo militar-industrial,<br />

consiguieron así en muchas oportunidades elevar los impuestos y<br />

el gastos militares ante la sociedad. (11)<br />

En los años 50 del siglo XX, la doctrina Truman y la contención se combinaron<br />

con la “teoría del dominó”, atribuida al Secretario de Estado John<br />

Foster Dulles. Proponía que si un Estado clave de una región pasaba a<br />

manos comunistas podía arrasar a las otras “fichas” en su caída. La “Teoría<br />

del dominó” permitía estirar los límites de aplicación de la “doctrina<br />

Truman” y la contención y se siguió aplicando hasta tiempos de Richard<br />

Nixon. (12)<br />

El presidente Truman consiguió los fondos para ayudar a Grecia y Turquía<br />

en 1947 bajo la premisa de que representaban al mundo libre ante las guerrillas<br />

comunistas. Fue la primera aplicación concreta de la “contención”.<br />

Sin embargo, la “doctrina Truman” terminó de forjarse durante la Guerra<br />

de Corea (1950-1953), el primer enfrentamiento directo de la Guerra Fría<br />

desatado por una agresión de tropas norcoreanas comunistas sobre la Corea<br />

del Sur capitalista.<br />

China, donde recientemente había triunfado una revolución comunista liderada<br />

por Mao Tse Tsung, abastecía formalmente a Corea del Norte, que<br />

también recibía apoyo encubierto de la URSS. Los EEUU temían que si no<br />

(8) Hobsbawm, Eric, Historia..., op. cit., p. 237.<br />

(9) Spanier, John, La política exterior..., op. cit.<br />

(10) Práctica extendida de espionaje, interrogatorios, denuncias, listas negras y denuncias<br />

infundadas en los EEUU, impulsadas por el senador Joseph McCarthy durante los años 50.<br />

Tildado de “caza de brujas”, el macartismo acusó de comunistas no sólo a trabajadores<br />

sindicalizados o políticos, sino también a destacadas personalidades del mundo artístico<br />

norteamericano, como el actor y artista inglés Charles Chaplin.<br />

(11) Hobsbawm, Eric, Historia..., op. cit., p. 237.<br />

(12) Tovar Ruiz, Juan, “Cuatro momentos de la doctrina en política exterior estadounidense:<br />

¿Entre la teoría y la práctica?”, en Revista CIDOB d’afers internacionals, nº 95, 2011, pp. 165/187.<br />

<strong>Operación</strong> <strong>Cóndor</strong>. 40 años después<br />

5


Capítulo 1<br />

respondían a la agresión, todo el joven sistema de alianzas mundial caería<br />

como las fichas de un dominó. Con este diagnóstico, la Organización de las<br />

Naciones Unidas (ONU) decidió enviar tropas lideradas por el general norteamericano<br />

Douglas Mac Arthur, veterano de la Primera y Segunda Guerra<br />

Mundial. Mc Arthur concibió el conflicto como una “guerra total”, donde<br />

los EEUU debían atacar directamente a China para cortar los suministros.<br />

Sin embargo, el presidente Truman terminó relevando del cargo a Mc Arthur,<br />

cercando el teatro de operaciones a Corea y evitando una situación<br />

que podía llevar al involucramiento soviético. Esa fue la primera experiencia<br />

norteamericana de “guerra limitada” combinando la disuasión con una<br />

respuesta flexible y selectiva. De allí en más, sería su estrategia dominante<br />

para toda la Guerra Fría. (13)<br />

La dicotomía entre el mundo libre y el comunismo de Truman funcionó<br />

con relativo éxito para los EEUU hasta fines de los 60, cuando los reveses<br />

en la guerra de Vietnam desgastaron este “consenso anticomunista” que<br />

daba forma a la “contención”. (14)<br />

1.2. Los años 60. De la crisis de los misiles a la Guerra de Vietnam<br />

A comienzos de la década de 1960 la Guerra Fría entró en una etapa con<br />

fuertes claroscuros. Por un lado, había signos evidentes de “distensión”,<br />

en buena medida impulsados por una decidida reorientación de política<br />

exterior soviética con Krushev. La coexistencia pacífica basada en el temor<br />

al apocalipsis nuclear parecía encontrar un camino, mientras la última zona<br />

fronteriza en disputa se cerraba con la edificación del Muro de Berlín y se<br />

instalaba el famoso “teléfono rojo”, que conectaba directamente Moscú<br />

con Washington, para evitar malos entendidos que pusieran en riesgo la<br />

humanidad. Pero, por otro lado, unas pocas regiones del escenario mundial<br />

generaron fuertes tensiones.<br />

El triunfo de la Revolución Cubana (enero de 1959), en una isla situada a<br />

90 millas de Estados Unidos, se transformó en el mayor desafío a la hegemonía<br />

estadounidense en América Latina. Si al comenzar se proclamaba<br />

como una revolución nacionalista y tenía como objetivo derrocar al dictador<br />

Fulgencio Batista, la nueva Cuba de Fidel Castro rápidamente viró hacia<br />

el socialismo. La reacción de presidente John Fitzgerald Kennedy fue<br />

(13) López, Ernesto, Seguridad nacional y sedición militar, Bs. As., Legasa, 1987, p. 47.<br />

(14) Spanier, John, La política exterior..., op. cit.<br />

6


El contexto mundial: guerra fría y contrainsurgencia<br />

invadir la isla caribeña en Bahía de Cochinos. En esta acción participaron<br />

disidentes cubanos entrenados por la CIA y radicados en Miami, quienes<br />

conformarían en el futuro los llamados “grupos terroristas” que habrían de<br />

intervenir en la <strong>Operación</strong> <strong>Cóndor</strong> en los años 70.<br />

El fracaso de la invasión de 1961 derivó en la instalación de plataformas<br />

de lanzamientos de misiles soviéticos defensivos en Cuba, lo que al año<br />

siguiente puso al mundo al borde de un enfrentamiento militar entre Estados<br />

Unidos y la Unión Soviética. Fue el momento más grave de la Guerra<br />

Fría. La llamada “crisis de los misiles” se resolvió con el retiro de los proyectiles<br />

soviéticos de la isla a cambio de que EEUU retirara los suyos de<br />

Turquía y prometiera no derrocar al gobierno socialista cubano.<br />

Las premisas de los años de Truman —contención del comunismo y EEUU<br />

como gendarme mundial de la “libertad”— fueron profundizadas por las<br />

administraciones de Kennedy (1961-1963), y su sucesor Lyndon Johnson<br />

(1963-1969). Los programas de ayuda económica iniciados por Truman<br />

fueron continuados con otros, como la Alianza para el Progreso destinada<br />

a América Latina. Sin embargo, las transferencias económicas y créditos<br />

de los EEUU se dirigieron casi en su totalidad a la ayuda militar: para 1963,<br />

año del asesinato de Kennedy, el 90% de la ayuda exterior estaba destinado<br />

a este rubro, y a mediados de la década había más de un millón de<br />

soldados norteamericanos acantonados en treinta países. (15)<br />

Vietnam fue el caso más trágico y emblemático de la política exterior norteamericana<br />

de los 60. La antigua colonia francesa de Indochina (16) había<br />

sido invadida durante la Segunda Guerra Mundial por el imperio de Japón.<br />

En ese contexto, un movimiento de guerrillas comunistas lideradas<br />

por Ho Chi Min comenzó a luchar contra el invasor japonés. Terminado el<br />

conflicto mundial, Francia intentó reconquistar su posición dando inicio a<br />

un período de treinta años de guerra constante en Vietnam.<br />

La potencia colonial francesa fue derrotada en la batalla de Dien Bien Phu,<br />

nueve años después de que Vietnam hubiera declarado su independencia.<br />

Terminada esta guerra de independencia (1946-1954), EEUU respaldó<br />

al régimen establecido por las potencias atlánticas en Vietnam del Sur,<br />

(15) Wynn, Neil, “La década de 1960” en W. P. Adams, Historia Universal. Los Estados Unidos<br />

de América, vol. 30, México DF, Siglo XXI, 2005.<br />

(16) Indochina fue una colonia francesa que compendió hasta 1954 los actuales países de<br />

Camboya, Vietnam y Laos.<br />

<strong>Operación</strong> <strong>Cóndor</strong>. 40 años después<br />

7


Capítulo 1<br />

proporcionándole en, los 50, dinero, armamento y entrenamiento militar<br />

con presencia de oficiales de la CIA.<br />

A partir de 1957, las fuerzas guerrilleras comunistas en el sur —el Frente de<br />

Liberación Nacional de Vientam, conocido como “Vietcong”— comenzaron<br />

una nueva lucha por la liberación y por la unificación con la República Democrática<br />

del norte. El éxito de las acciones del Vietcong, apoyado no solo<br />

por Vietnam del Norte sino también por China y la URSS, apresuraron la intervención<br />

masiva de los EEUU a partir de 1963, transformando en conflicto<br />

en una disputa poscolonial atada al esquema bipolar.<br />

A fines de 1964, el presidente Johnson comenzó las operaciones de represalias<br />

contra Vietnam del Norte: fueron estos los primeros ataques<br />

norteamericanos en tierras comunistas desde la Guerra de Corea. Un año<br />

después, las tropas norteamericanas en la región pasaron de unas 16.000<br />

a más de 125.000; superándose el medio millón de soldados en 1969. (17)<br />

Las cifras de civiles muertos y heridos se contaban por cientos de miles<br />

a poco de comenzado el conflicto, y en solo tres años los EEUU habían<br />

descargado sobre Vietnam del Norte bombas por un tonelaje mayor que<br />

las lanzadas por las tropas aliadas en todo el mundo durante la Segunda<br />

Guerra Mundial. (18) Ante esta escalada, la posibilidad de una intervención<br />

directa china o soviética tuvo al mundo en vilo por varios años.<br />

A pesar del gigantesco aparato bélico desplegado por los norteamericanos,<br />

la guerra de guerrillas desplegada por el Vietcong resistió. Con el<br />

paso de los años, se formó en suelo norteamericano un fuerte movimiento<br />

de rechazo y protesta contra la guerra que se tornaba cada vez menos popular.<br />

La opinión pública mundial, por otro lado, conocía por la cobertura<br />

periodística internacional las atrocidades de las tropas norteamericanas,<br />

como la matanza perpetrada en la aldea de My Lai (1969).<br />

En este contexto, Richard Nixon comenzó su presidencia (1969-1974) prometiendo<br />

finalizar la guerra y repatriar a los soldados norteamericanos,<br />

operación concretada en 1972. EEUU continuó apoyando económica y militarmente<br />

al régimen del sur y bombardeando Vietnam del Norte.<br />

(17) Berg, Hans Walter, “Indochina en pleno cambio de las constelaciones de poder”, en W.<br />

Benz y H. Graml (comps.) Historia Universal. El siglo XX. Problemas mundiales entre los dos<br />

bloques de poder, vol. 36, t. III, México DF, Siglo XXI, 1982<br />

(18) Wynn, Neil, “La década de 1960”, op. cit.<br />

8


El contexto mundial: guerra fría y contrainsurgencia<br />

Las negociaciones por la paz concluyeron en 1973, con la firma de alto<br />

el fuego en París y la retirada de Estados Unidos de Vietnam del Sur. No<br />

obstante, la guerra continuó por dos años más hasta la victoria total del<br />

Frente Nacional de Liberación y el fracaso definitivo de EEUU, con la toma<br />

de Saigón y la unión entre el Norte y el Sur bajo la República Socialista de<br />

Vietnam (abril de 1976).<br />

1.3. Los años 70. La doctrina Nixon,<br />

la détente y la crisis económica mundial<br />

Vietnam marcó una profunda reorientación de la política exterior norteamericana,<br />

dado que el resultado adverso y los enormes costos económicos<br />

y humanos de la guerra socavaron la forma en que se venía aplicando<br />

la “contención” del comunismo. Al mismo tiempo, la Guerra Fría entró<br />

en una etapa bautizada con el vocablo francés détente, una distensión<br />

que reemplazó al modelo más rígido de enfrentamiento.<br />

Este viraje significó el abandono definitivo de la “doctrina Truman” y el<br />

paso a la llamada “doctrina Nixon” o “doctrina Guam”. Al momento de<br />

asumir la presidencia Richard Nixon (1969-1974), EEUU estaba enfrascado<br />

en una guerra sin salida en Vietnam mientras se buscaba un determinado<br />

equilibrio con la Unión Soviética en los arsenales nucleares. Estos factores<br />

condujeron, en buena medida, a un reajuste estratégico a nivel doctrinal<br />

esbozado por Nixon durante una conferencia de prensa en la isla de<br />

Guam, en julio de 1969, donde declaró que EEUU “esperaba que sus aliados<br />

se hicieran cargo de su defensa militar y asumieran mayores responsabilidades<br />

en su propia seguridad regional”. (19)<br />

En noviembre del mismo año, en un famoso discurso sobre Vietnam, Nixon<br />

confirmó esta reorientación, que fue llamada “vietnamización” de los conflictos.<br />

En lo sucesivo, EEUU respetaría todos los compromisos asumidos y<br />

escudaría frente a una potencia nuclear a todos los países libres que fueran<br />

estratégicamente vitales para su política exterior. Sin embargo, en caso de<br />

agresión, EEUU solo brindaría ayuda al agredido, quien debía cargar con el<br />

peso principal de la defensa. (20) Vietnam del Sur sería armado y equipado<br />

de la mejor manera posible pero no seguiría habiendo intervención directa,<br />

(19) González Santamaría, Abel E., La Gran Estrategia; Estados Unidos vs América Latina, Editorial<br />

Capitán San Luis, La Habana, 2013, p. 193.<br />

(20) Tovar Ruiz, Juan, “Cuatro momentos...”, op. cit.<br />

<strong>Operación</strong> <strong>Cóndor</strong>. 40 años después<br />

9


Capítulo 1<br />

se iniciarían conversaciones de paz y las tropas norteamericanas se retirarían,<br />

hecho que, efectivamente, se concretó tres años después.<br />

La política internacional norteamericana bajo los años de Nixon, Gerald Ford<br />

y James Carter, en los que se desarrolla la <strong>Operación</strong> <strong>Cóndor</strong>, se configuró<br />

de manera regional y multilateral. EEUU se apoyó en Estados claves en cada<br />

zona para sostener el equilibrio regional contra el comunismo. La concepción<br />

rígidamente bipolar de contención universal fue abandonada por esta<br />

estrategia de equilibrios de poder regionales, tendiente a fomentar la estabilidad<br />

y los statu quo para que los conflictos del Tercer Mundo no regresaran<br />

como un boomerang al centro del sistema internacional. (21) En este sentido,<br />

mientras Henry Kissinger cumplía funciones diplomáticas claves, EEUU reconoció<br />

los intereses legítimos de China (atrayéndola para contrabalancear el<br />

poder soviético en Asia, tras la ruptura entre Moscú y Pekín).<br />

Un complemento esencial de esta reorientación estratégica norteamericana<br />

de los 70 fue la “distensión” entre las superpotencias, es decir, una<br />

coexistencia pacífica con la URSS cuyo signo más evidente fueron los<br />

acuerdos para el control de la carrera armamentista. Los pactos más importantes<br />

fueron los firmados como resultado de las Strategic Arms Limitation<br />

Talks (SALT) en 1972 y 1979. Los SALT ayudaron a reducir la ansiedad<br />

global y a asegurar la paridad que evitaba que una potencia atacara formalmente<br />

a la otra. (22) Pero, lo aquí expuesto se explica sobre todo a partir<br />

del cambio del telón de fondo sobre el que se escenificaba la Guerra Fría.<br />

En principio, en 1973, una crisis económica larvada en el sistema capitalista<br />

internacional eclosionó cuando los miembros de la Organización de<br />

Países Exportadores de Petróleo (OPEP) embargaron las exportaciones de<br />

petróleo a las potencias atlánticas en el marco de una guerra árabe-israelí.<br />

El precio del crudo se cuadriplicó en cuestión de días.<br />

Lo cierto es que, desde fines de los 60, el modelo de crecimiento de la<br />

posguerra basado en el petróleo barato, el sistema fordista de producción,<br />

el pleno empleo garantizado por el Estado en convenciones colectivas<br />

de trabajo, y la demanda agregada impulsada por el gasto público<br />

mostraba signos de agotamiento. Para EEUU, el problema fundamental<br />

(21) Tovar Ruiz, Juan, “Cuatro momentos...”, ibid.<br />

(22) Spanier, John, La política exterior..., op. cit., p. 205.<br />

10


El contexto mundial: guerra fría y contrainsurgencia<br />

era que su economía industrial había perdido competitividad frente a los<br />

nuevos exportadores mundiales: Japón y Alemania. (23)<br />

El resultado de la ecuación era que la balanza comercial norteamericana<br />

comenzó a ser deficitaria en el mismo momento en que el presupuesto<br />

gubernamental alcanzaba picos históricos de déficit por los costos de la<br />

Guerra de Vietnam, generando inflación y debilidad del dólar. Ante la fuga<br />

de reservas, Nixon declaró la inconvertibilidad del dólar en oro y devaluó<br />

la moneda para mejorar la competitividad norteamericana. (24)<br />

Sus nuevos competidores industriales, y los países en vías de industrialización<br />

de América Latina o el Sudeste Asiático, dependían estructuralmente<br />

del petróleo de la OPEP, ahora mucho más caro. En esta coyuntura, los<br />

industriales norteamericanos se vieron beneficiados a mediano plazo, al<br />

encarecerse los insumos básicos del resto. En lo inmediato, había mucha<br />

incertidumbre.<br />

Aunque los profundos efectos de este inestable escenario económico<br />

internacional eran insospechables para mediados de los 70, el resultado<br />

claro fue que los países encararon la novedosa situación de inflación sin<br />

crecimiento conocida como “estanflación” con un progresivo ajuste neoliberal<br />

que implicó el recorte del gasto público, el control de la emisión<br />

monetaria, y la caída de los costes laborales y de la conflictividad obrera<br />

a través del desempleo, generalizado en parte por las nuevas tecnologías<br />

productivas que permitían reemplazar cada vez más al hombre por las máquinas<br />

robotizadas.<br />

Como si fuera poco, a la incertidumbre económica generalizada y el desastre<br />

de Vietnam, EEUU sumó un nuevo fracaso durante la guerra de<br />

árabe-israelí de octubre de 1973. Cuando Egipto y Siria comenzaron la<br />

ofensiva durante el día de Yom Kippur, la alarma mundial se encendió para<br />

EEUU: el equilibrio de poder regional en el Cercano Oriente corría riesgo<br />

de torcerse en contra de su aliado principal, Israel. Los países árabes, apoyados<br />

por la URSS, fueron finalmente derrotados militarmente por Israel,<br />

pero EEUU fracasó rotundamente en conseguir el apoyo esperado de sus<br />

aliados occidentales, principalmente Inglaterra y Francia. La estrategia de<br />

(23) Brenner, Robert, La economía en la turbulencia global, Madrid, Akal, 2010.<br />

(24) Van Der Wee, Herman, Prosperidad y crisis. Reconstrucción, crecimiento y cambio. 1945-1980,<br />

Barcelona, Crítica, 1985.<br />

<strong>Operación</strong> <strong>Cóndor</strong>. 40 años después<br />

11


Capítulo 1<br />

contención de EEUU no concitaba apoyos necesarios tanto dentro su país<br />

como en la opinión pública mundial.<br />

Por último, durante la década de los 70 la otra superpotencia parecía estar<br />

equilibrando la balanza mundial o incluso inclinándola en su favor. La URSS<br />

había alcanzado la paridad estratégica con los EEUU, desarrollando su poderío<br />

militar y armamentístico. (25) Con el poder disuasorio equilibrado, lo<br />

que parecía torcer el destino a favor del “enemigo rojo” era el triunfo, promediando<br />

la década, de una serie de revoluciones en el Tercer Mundo que<br />

se transformaban casi en su totalidad en apoyos estratégicos de Moscú. (26)<br />

Semejante escenario internacional determinó la reorientación estratégica<br />

de EEUU. Con un profundo realismo, las administraciones de Nixon, Ford<br />

y Carter abrazaron la “distensión” y la “doctrina Nixon” como la mejor<br />

opción para conseguir los objetivos norteamericanos a bajo costo geopolítico<br />

y económico. La détente no significaba el fin de la “contención”,<br />

sino que la realidad imponía continuarla por otros medios. (27) El mundo<br />

se deslizaba lentamente hacia una “segunda guerra fría” y una economía<br />

internacional neoliberal, esquema triunfante durante los años 80.<br />

EEUU aplicó a nivel global su estrategia de “vietnamización” de cada<br />

conflicto. Para evitar caer en manos comunistas, cada país perteneciente<br />

al bloque capitalista debía encargarse prioritariamente de su seguridad<br />

nacional sabiendo que contaba con la asistencia militar y financiera norteamericana,<br />

aunque la potencia occidental hubiera decidido no comprometer<br />

directamente a sus tropas. Para América Latina, esto significó<br />

que gobiernos como el de Salvador Allende en Chile o Juan José Torres<br />

serían desestabilizados por dictaduras de seguridad nacional apuntaladas<br />

por EEUU, siguiendo la vieja premisa de contención del comunismo.<br />

2. Conceptos y aplicaciones de la contrainsurgencia<br />

En palabras del investigador Gabriel Périès, la doctrina contrainsurgente,<br />

es una “normatividad específica codificada para el uso de la violencia (…)<br />

a los fines de sofocar una insurrección a mano armada”. Forjada a partir<br />

de las experiencias coloniales europeas, la contrainsurgencia (en adelante<br />

CI) sistematiza y legitima la intervención de “ejércitos especializados en el<br />

(25) Spanier, John, La política exterior..., op. cit., pp. 186, 193.<br />

(26) Hobsbawm, Eric, Historia..., op. cit., p. 249.<br />

(27) Spanier, John, La política exterior..., op. cit., p. 196.<br />

12


El contexto mundial: guerra fría y contrainsurgencia<br />

mantenimiento del orden” frente a quienes pretenden derrocarlo. (28) Sin<br />

embargo, entre los investigadores no existe un acabado consenso que permita<br />

dar una definición precisa de “contrainsurgencia”, por lo cual se aportaran<br />

diferentes aproximaciones a partir de algunas de sus características.<br />

La CI es imposible de aprehender sin algunas referencias a la insurgencia,<br />

entendidas como dos polos opuestos de un conflicto militar. (29)<br />

Desde la perspectiva militar, los denominados “insurgentes” son fuerzas<br />

irregulares que combaten a las estatales para lograr una radical transformación<br />

política, económica y/o social. La insurgencia —término también<br />

de definición huidiza— (30) combina tácticas de guerra de guerrillas con acciones<br />

de movilización política, propaganda, desobediencia civil, sabotaje<br />

y violencia para socavar lentamente la legitimidad de la autoridad gobernante<br />

en un determinado territorio. La base fundamental del éxito de la<br />

insurgencia es conseguir el apoyo y colaboración de la comunidad: en<br />

palabras de Mao Tse Tsung, sumergirse como el pez (núcleo insurgente)<br />

en el agua (población civil).<br />

La CI intenta “aislar al pez del agua”: deslegitimar a los insurgentes mediante<br />

un plan integral de acciones económicas, políticas, sociales, de inteligencia,<br />

psicológicas, territoriales, militares y paramilitares. Frecuentemente, la<br />

campaña contrainsurgente es llevada a cabo por una fuerza de seguridad<br />

externa que intenta sostener gobiernos débiles y cercar al foco rebelde.<br />

Si bien se pueden interpretar con estos términos algunos conflictos del<br />

siglo XIX, fue después de la Segunda Guerra Mundial que las potencias<br />

Europeas y EEUU delinearon la CI como doctrina, a partir de un conjunto<br />

abigarrado de métodos y prácticas militares particulares. Durante la Guerra<br />

Fría, el Tercer Mundo —donde los “insurgentes” fueron calificados mecánicamente<br />

como “subversivos marxistas”— fue el laboratorio de prueba<br />

y estudio para su formulación. La CI fue aplicada in extenso contra los<br />

(28) Périès, Gabriel, “La década del 80 fue clave para la evolución de la contrainsurgencia”<br />

(entrevista), en K. Derghougassian (ed.), La Contrainsurgencia el Siglo XXI y su crítica, Cuadernos<br />

de actualidad en Defensa y Estrategia, nº 3, Ministerio de Defensa, Presidencia de la<br />

Nación Argentina, Bs. As., 2009.<br />

(29) De Benedetti, Darío, “Insurgencia y contrainsurgencia en los inicios del nuevo siglo”, en<br />

X Jornadas de Sociología, Facultad de Ciencias Sociales, UBA, 2013.<br />

(30) García Guindo, Miguel, “El concepto de insurgencia a debate: una aproximación teórica”,<br />

en Revista de Investigaciones Políticas y Sociológicas, Universidad de Santiago de Compostela,<br />

vol. 12, nº 1, 2013, pp. 211/224.<br />

<strong>Operación</strong> <strong>Cóndor</strong>. 40 años después<br />

13


Capítulo 1<br />

movimientos anticoloniales y revolucionarios, con el propósito de garantizar<br />

el control social y la estabilidad política.<br />

La principal enseñanza de los primeros conflictos de la Guerra Fría fue que,<br />

para derrotar a las guerrillas, había que abandonar una concepción tradicional<br />

de la guerra centrada el estudio del terreno, el manejo de los recursos<br />

o el ejército enemigo. El tránsito de conflictos bélicos convencionales<br />

a otros irregulares obligó a los militares a replantear sus tácticas y estrategias:<br />

el foco debía estar puesto ahora sobre la población civil. (31)<br />

Habiendo definido como objetivo primordial la penetración en las estructuras<br />

sociales para aislar a los insurgentes, la CI se caracteriza por<br />

dotar a las fuerzas de seguridad con funciones policiales y represivas<br />

amplísimas, tales como arrestos, allanamientos, interrogatorios y requisas<br />

al margen de la ley. Para ello, se potencian los organismos y prácticas<br />

de inteligencia y espionaje, estableciendo un régimen de vigilancia<br />

permanente en la región. El control sobre los hombres debe apuntar a<br />

ser total, incluyendo la restricción de su movilidad o los desplazamientos<br />

forzosos y masivos de zonas determinadas, estableciendo un anillo<br />

de contención. (32)<br />

La guerra psicológica es la clave del éxito: se debe conquistar la mente y<br />

el alma del ser humano, influyendo en su fuero más íntimo para lograr que<br />

cese en su apoyo a las fuerzas insurgentes. Las operaciones psicológicas<br />

planificadas se basan en la propaganda “blanca” —a favor del gobierno—,<br />

“gris” —aprovechamiento de rumores— y “negra” —desinformación sobre<br />

el enemigo—, para desorientar a las poblaciones, confundirlas, e intimidarlas<br />

ante la “amenaza comunista”. Estas acciones buscan influir deliberadamente<br />

sobre el razonamiento, el comportamiento, las emociones<br />

de las personas, siendo acompañadas para garantizar su éxito por un uso<br />

extremo de la violencia. (33)<br />

Otro componente básico es la utilización de fuerzas irregulares o paramilitares<br />

acompañando la acción de las militares. En la “lucha antisubversiva”,<br />

aquellas se amoldan a la perfección a un tipo de contienda donde la línea<br />

(31) Zelik, Raúl, “La guerra asimétrica. Una lectura crítica de la transformación de las doctrinas<br />

militares occidentales”, en Estudios Políticos, nº 39, Colombia, Instituto de Estudios Políticos<br />

Medellín, 2011, pp. 168/195.<br />

(32) Zelik, Raúl, “La guerra asimétrica...”, ibid.<br />

(33) Ibid.<br />

14


El contexto mundial: guerra fría y contrainsurgencia<br />

que divide civiles de combatientes es casi inexistente. Por un lado, es la<br />

forma más eficaz de garantizar un control cercano de la comunidad donde<br />

anida la insurgencia. Por otro, si la estrategia general es lograr adhesión al<br />

gobierno, el Estado no puede aplicar la violencia cruda contra los rebeldes,<br />

diseminados entre población civil. (34)<br />

El Estado no responde por la brutalidad de los paramilitares a los que, en<br />

teoría, no controla. Esta práctica se vio profundizada a partir de la lección<br />

de Vietnam: la contención no debe implicar la acción directa y abierta<br />

de las tropas, porque conlleva altísimos costos políticos. (35) La doctrina de<br />

guerra de baja intensidad norteamericana, aplicada en Centroamérica en<br />

los 80, fue la máxima expresión de cómo llevar adelante un enfrentamiento<br />

bélico dejando las menores huellas posibles.<br />

Tanto las operaciones de inteligencia formal como las actividades paramilitares<br />

ilegales se ejecutan rompiendo casi todas las reglas que norman<br />

el uso legal de la fuerza. Las acciones “contraterroristas”, la aplicación<br />

sistemática de torturas en interrogatorios, los asesinatos y desapariciones<br />

masivas se tornan moneda corriente bajo los esquemas contrainsurgentes.<br />

Para sintetizar, se puede retomar la caracterización de las operaciones<br />

contrainsurgentes de siglo XX —una de los cuales fue <strong>Cóndor</strong>— que ha<br />

propuesto la historiadora Patrice McSherry:<br />

1. organización y utilización de fuerzas paramilitares irregulares bajo control estatal,<br />

tejiendo redes de informantes y auxiliares civiles para tareas de inteligencia<br />

y represión;<br />

2. ampliación de las capacidades y agencias estatales de inteligencia para aumentar<br />

el control y vigilancia sobre la sociedad;<br />

3. ejecución de acciones terroristas —denominadas “contraterrorismo”— para<br />

disciplinara a la población y eliminar opositores;<br />

4. realización de campañas de guerra psicológica y propaganda negra para que<br />

ciudadanos atemorizados aceptaran la violencia estatal como la mejor salida<br />

posible al conflicto. (36)<br />

En los años 70, financiadas, entrenadas y legitimadas por EEUU, las fuerzas<br />

militares contrainsurgentes brotaron como hongos por el mundo, organizando<br />

gigantescos aparatos estatales destinados a “labores de inteligencia,<br />

(34) Ibid.<br />

(35) Ibid.<br />

(36) McSherry, J. Patrice, Los Estados depredadores: la <strong>Operación</strong> <strong>Cóndor</strong> y la guerra encubierta<br />

en América Latina, Montevideo, Banda Oriental, 2009, p. 40.<br />

<strong>Operación</strong> <strong>Cóndor</strong>. 40 años después<br />

15


Capítulo 1<br />

vigilancia y control social, incluidos en ellos sistemas secretos [de] tortura,<br />

(…) desaparición y (…) asesinato, y tecnologías nuevas de violencia para<br />

aterrorizar a poblaciones enteras”. (37) El Cono Sur se vio arrastrado por<br />

este torbellino.<br />

2.1. De la guerra contrarrevolucionaria a la guerra contrainsurgente<br />

Existen ejemplos exitosos de guerrillas apoyadas por la población civil desde<br />

tiempos de la Guerra de Independencia norteamericana (1775-1783) y de<br />

la resistencia europea contra Napoleón a comienzos del siglo XIX. También<br />

se sabe que, durante la primera mitad de la centuria pasada, Alemania,<br />

Gran Bretaña y Francia fueron los pioneros en desarrollar prácticas contrainsurgentes<br />

en sus territorios coloniales. (38) Sin embargo, los combates<br />

contra fuerzas insurgentes fueron marginales hasta la segunda mitad del<br />

siglo XX.<br />

El período transcurrido entre el fin de la Segunda Guerra Mundial y la<br />

década de 1960 fue la coyuntura clave para el nacimiento de la CI como<br />

doctrina. En esta etapa, las guerras revolucionarias de emancipación enfrentaron<br />

seriamente a los Estados coloniales forzando una renovación<br />

teórico-doctrinaria para las Fuerzas Armadas. (39) Hasta fines de los 50, los<br />

militares se concentraron en la praxis: experimentar, perfeccionar y aprender<br />

en los nuevos tipos de combate, con bajos niveles de teorización e<br />

intercambio de información entre los países.<br />

Una de las experiencias seminales fue la de los británicos contra la insurrección<br />

comunista en Malasia (1948-1960), donde realizaron traslados sistemáticos<br />

de poblaciones de origen étnico chino hacia aldeas estratégicas<br />

y desfoliaron la selva. (40) Los desplazados fueron puestos en zonas seguras<br />

y con ellos se formaron cuerpos paramilitares para enfrentar la insurgencia.<br />

El plan también implicó: documentación de los malayos para facilitar<br />

las tareas policiales, arrestos y allanamientos sin órdenes judiciales, formación<br />

de una división especial de inteligencia policial, ayuda económica,<br />

(37) Ibid., p. 46.<br />

(38) Wasinski, Christophe, ”The will to put down: the transnational genealogy of counterinsurgency”,<br />

en Cultures & Conflits [en línea] http://conflits.revues.org/18078; DOI: 10.4000/<br />

conflits.1807879-80, consultado el 26/08/2015.<br />

(39) De Benedetti, Darío, “Insurgencia y contrainsurgencia...”, op. cit.<br />

(40) Lepic, Arthur, “1948-1960: ‘estado de emergencia’ en Malasia”, en Red Voltaire,<br />

02/09/2005, [en línea] www.voltairenet.org/article126872.html<br />

16


El contexto mundial: guerra fría y contrainsurgencia<br />

operaciones de guerra psicológica, (41) y la creación de unidades especiales<br />

comando como las Special Air Service (SAS).<br />

Los franceses, a su vez, combatieron movimientos emancipatorios en sus<br />

territorios coloniales. Fundamentalmente, los militares franceses extrajeron<br />

las lecciones más importantes de sus combates en Indochina (1945-1954) y<br />

Argelia (1954-1962). A partir de ello, aportaron rasgos centrales de la CI y<br />

generaron una importante producción teórica.<br />

Por último, continuando el terreno de las prácticas, los militares norteamericanos<br />

actuaron contra guerrillas insurgentes en Filipinas (1944-1946), Grecia<br />

(1946-1949) y en Corea (1950-1953). En estos conflictos, así como durante<br />

las últimas etapas de la Segunda Guerra Mundial, EEUU armó fuerzas paramilitares<br />

para que actuaran detrás de las líneas enemigas. La Central Intelligence<br />

Agency (en adelante CIA) participó activamente dirigiendo estas<br />

tempranas operaciones contrainsurgentes encubiertas, trascendiendo la<br />

pura esfera de la contención con acciones agresivas contra el comunismo.<br />

La “agencia”, como se la conoce, había sido creada en 1947 por la Ley de<br />

Seguridad Nacional, junto al Consejo de Seguridad Nacional (CSN), bajo<br />

la presidencia de Truman. Desde un tiempo atrás las cúpulas militares norteamericanas<br />

planteaban la necesidad de aplicar tácticas no convencionales<br />

y psicológicas de combate, cuya responsabilidad debía recaer sobre<br />

las agencias de inteligencia civiles.<br />

Una resolución de 1948 del CSN definió las tareas que debía cumplir la<br />

CIA, que incluían acciones encubiertas, propaganda, subversión contra<br />

Estados hostiles, sabotaje, guerra económica, asistencia a grupos resistentes<br />

clandestinos, y apoyo a elementos anticomunistas locales en países<br />

del mundo libre bajo “amenaza comunista”. Para ello, las operaciones<br />

debían ser realizadas de manera que el gobierno de los EEUU no tuviera<br />

relación con ellas y que, en caso de que fueran descubiertas, se pudiera<br />

negar cualquier responsabilidad estatal. Con este giro hacia las operaciones<br />

encubiertas, el CSN estimuló el reclutamiento para la CIA de agentes<br />

experimentados en combate de guerrillas en Grecia y Corea. (42)<br />

(41) Koomer, Robert, The Malayan emergency in retrospect: organization of a successful counterinsurgency<br />

effort, Santa Mónica, Rand, 1972.<br />

(42) Mc Clintock, Michael, Instruments of Statecraft: U.S. Guerilla Warfare, Counterinsurgency,<br />

and Counterterrorism, 1940-1990, 2002 [en línea] http://www.statecraft.org/<br />

<strong>Operación</strong> <strong>Cóndor</strong>. 40 años después<br />

17


Capítulo 1<br />

Los norteamericanos fueron también los primeros que financiaron un<br />

programa científico de investigación de la tortura como método contrainsurgente.<br />

Según el historiador Alfred McCoy, en los 50, el Programa<br />

MKULtra estudió técnicas de manipulación, interrogación y tortura. La<br />

privación sensorial, la aplicación sistemática de dolor, el uso de drogas y<br />

otras prácticas difíciles de detectar fueron la base con la que se elaboraron<br />

los tristemente célebres manuales de interrogación de la CIA. (43) A partir<br />

de esta difusión, estos delitos fueron replicados por fuerzas de seguridad<br />

en el mundo entero.<br />

En la década de 1960 fue cuando la doctrina alcanzó un nivel teórico integral.<br />

Militares británicos, franceses y norteamericanos fomentaron el intercambio<br />

de experiencias, sistematizaron los conocimientos adquiridos<br />

en la práctica y formularon teorías contrainsurgentes. La producción de<br />

escritos sobre la CI se multiplicó, tanto en manuales, libros y publicaciones<br />

sueltas como en revistas especializadas. (44) Las variantes nacionales confluyeron,<br />

circulando expertos de varios países entre diferentes instituciones<br />

relacionadas con la seguridad. (45) Los casos más conocidos fueron los de<br />

los franceses Roger Trinquier, Charles Lacheroy y Paul Aussaresses, que<br />

enseñaron en bases norteamericanas y tradujeron sus libros al inglés, y el<br />

británico Robert Thompson, principal asesor de EEUU en Vietnam del Sur<br />

sobre relocalizaciones de población.<br />

Los pioneros en el esfuerzo teorizador fueron los franceses, que elaboraron<br />

a partir de su experiencia en Indochina y Argelia la doctrina de guerra<br />

contrarrevolucionaria.<br />

En Argelia, durante el proceso de descolonización del Frente de Liberación<br />

Nacional (1954-1962), Francia reformuló su estrategia militar para evitar una<br />

derrota como la sufrida en Indochina. La guerra en Argelia fue la experiencia<br />

más fuerte hasta el momento de aplicación de un esquema contrainsurgente.<br />

(46) Los franceses aplicaron dispositivos de control territorial<br />

(quadrillage), torturas sistemáticas legitimadas para obtener información,<br />

(43) Mccoy, Alfred, “Cruel Science: CIA Torture and U.S. Foreign Policy,” en New England<br />

Journal of Public Policy, vol. 19, iss. 2, article 15, 2005, [en línea] http://scholarworks.umb.edu/<br />

nejpp/vol19/iss2/15<br />

(44) Marco, Jorge, “‘Una Corea en pequeño’. Contrainsurgencia y represión de la guerrilla en<br />

España (1939-1952)”, en Contenciosa, año 1, nº 1, 2013.<br />

(45) Wasinski, Christophe, ”The will to put...”, op. cit.<br />

(46) Robin, M. M., Escuadrones de la muerte, Bs. As., Sudamericana, 2005.<br />

18


El contexto mundial: guerra fría y contrainsurgencia<br />

desapariciones de personas (muchas de las cuales eran arrojadas desde<br />

helicópteros al mar), detenciones y allanamientos ilegales. (47)<br />

De allí emergió el texto clásico de Trinquier La guerre moderne (1961),<br />

transformado al poco tiempo en un manual difundido en muchos países.<br />

Trinquier colocó al habitante en el centro del conflicto, involucrado por<br />

ambos bandos en una guerra donde los contrainsurgentes debían proceder<br />

en forma integral, interconectando acciones políticas, económicas,<br />

psicológicas, civiles y militares. (48)<br />

A su vez, este veterano de la guerra de Indochina recomendaba el uso<br />

de grupos paramilitares. Según Alfred McCoy, ya en Indochina los oficiales<br />

más jóvenes del ejército francés miraban el escenario como un<br />

tablero de ajedrez donde podían mover como peones a tribus montañesas,<br />

bandidos y minorías religiosas, asegurando territorios para evitar la<br />

penetración del Vietminh. Como estas fuerzas irregulares no podían ser<br />

financiadas directamente, los franceses protegieron el negocio del opio<br />

que costeaba las actividades paramilitares, práctica luego continuada<br />

por los EEUU a través de la CIA. (49)<br />

Quizá el aporte más dramático de Trinquier fue la legitimación teórica de<br />

la tortura, el terrorismo y los asesinatos que había practicado como base<br />

de la lucha contrarrevolucionaria. En su percepción, la tortura era determinante<br />

para la victoria, y estaba justificada porque los insurgentes no se<br />

comportaban como soldados merecedores de la protección de las leyes<br />

internacionales y convenciones de guerra. El anonimato y la clandestinidad<br />

de las fuerzas revolucionarias empujaban a las fuerzas contrasubversivas<br />

a identificarlos a cualquier costo. (50)<br />

Los norteamericanos prestaron una particular atención a las elaboraciones<br />

europeas contrarrevolucionarias, al menos hasta los años 1960. (51) Las<br />

lecciones de Trinquier fueron aplicadas en Vietnam y luego en muchos<br />

otros conflictos en el mundo, a través del adiestramiento y la penetración<br />

(47) De Benedetti, Darío, “Insurgencia y contrainsurgencia...”, op. cit.<br />

(48) Zelik, Raúl, “La guerra asimétrica...”, op. cit.<br />

(49) McCoy, Alfred, The politics of heroin: CIA complicity in the global drug trade, Afganistan,<br />

Southest Asia, Central America, Colombia, Chicago, Lawrence Hill Books, 2003.<br />

(50) Zelik, Raúl, “La guerra asimétrica...”, op. cit.<br />

(51) Birtle, Andrew James, U.S. Army Counterinsurgency and Contingency Operations Doctrine<br />

1942-1976, Washington DC, CMH, 2006, pp. 134/142.<br />

<strong>Operación</strong> <strong>Cóndor</strong>. 40 años después<br />

19


Capítulo 1<br />

ideológica de EEUU. La doctrina contrainsurgente norteamericana se diferenció<br />

de la contrarrevolucionaria francesa fundamentalmente porque<br />

esta última poseía un carácter esencialmente militarista, mientras la de<br />

EEUU se apoyaba más en las operaciones paramilitares y encubiertas. (52)<br />

A comienzos de los 60, el término “contrainsurgencia” apareció en varios<br />

memorandos de la seguridad nacional. De acuerdo al investigador Michael<br />

McClintock, hasta entonces la doctrina antisubversiva norteamericana se<br />

había desarrollado en dos niveles conectados pero diferentes: el ofensivo<br />

—la formación de guerrillas, el método más experimentado hasta entonces—,<br />

y el defensivo —la “contrainsurgencia”, con sus implicaciones<br />

encubiertas—.<br />

Durante la presidencia de Kennedy, ambas corrientes comenzaron a fusionarse.<br />

En esta versión moderna de la CI, la gran novedad fue la subordinación<br />

de las técnicas y tácticas al principio de luchar “fuego con fuego”. Así,<br />

el elemento extralegal y no convencional fue legitimado como principio<br />

fundamental, prescribiéndose el “contraterror” como táctica privilegiada<br />

para volver simétrico un conflicto asimétrico. (53)<br />

Esta fusión de las tácticas de guerrilla y de “contrainsurgencia”, a partir<br />

de la experiencia concreta de las Fuerzas Especiales del Ejército (Boinas<br />

Verdes), (54) se tornó el elemento central de las prácticas y doctrinas norteamericanas<br />

que se difundieron especialmente a los oficiales del Tercer<br />

Mundo, que se estaban entrenando para la próxima generación de conflictos<br />

y la reformulación de sus Estados según estas premisas. (55) Como<br />

sostiene Wasinski, EEUU fue un pivote central para la difusión de la CI,<br />

mediante la asistencia y el entrenamiento militar a ejércitos extranjeros,<br />

con especial influencia en el Cono Sur. (56)<br />

Al tiempo que el cuerpo doctrinario terminaba de tomar forma, EEUU se<br />

dedicó a formar unidades especiales de comandos para la lucha antiguerrillera,<br />

como los Boinas Verdes. Estas pequeñas bandas con alto grado<br />

de autonomía se encargaban de la defensa interna en el extranjero,<br />

(52) De Benedetti, Darío, “Insurgencia y contrainsurgencia...”, op. cit.<br />

(53) Mc Clintock, Michael, Instruments of Statecraft..., op. cit.<br />

(54) Las Fuerzas Especiales del Ejército de los Estados Unidos (en inglés United States Army<br />

Special Forces) es una unidad de operaciones especiales del Ejército norteamericano creada<br />

en 1952.<br />

(55) Mc Clintock, Michael, Instruments of Statecraft..., op. cit.<br />

(56) Wasinski, Christophe, ”The will to put...”, op. cit.<br />

20


El contexto mundial: guerra fría y contrainsurgencia<br />

asegurándose sobre el terreno que los militares aliados no solo hubieran<br />

internalizado las nuevas premisas, sino que las pusieran en práctica. (57) La<br />

formación de estos hunter-killer teams (equipos de caza-asesinato) databa<br />

desde la guerra de Corea. Para los años 60 se habían multiplicado y actuaban<br />

con vestimenta y reglas guerrilleras. (58)<br />

Los norteamericanos produjeron numerosos manuales contrainsurgentes.<br />

El manual de Operaciones Contrainsurgentes de 1960 fue uno de<br />

los primeros en tener una sección explícita de Operaciones Terroristas,<br />

táctica legitimada también desde revistas como Military Review, donde<br />

se asumía como necesario el secuestro y asesinato de elites políticas<br />

enemigas. (59) Un documento similar dedicado a Operaciones Psicológicas<br />

del Ejército de 1962 prescribía que, si las medidas iniciales tendientes<br />

a aislar a la insurgencia y debilitar a la guerrilla fracasaban, era<br />

necesario tomar medidas agresivas como los secuestros y el maltrato<br />

a líderes civiles. (60) Desde la CIA, se promovían expresamente técnicas<br />

de tortura como la descarga eléctrica, el uso de drogas, la hipnosis, la<br />

privación sensorial, (61) la aplicación del dolor, junto con los secuestros y<br />

asesinatos, tal como muestra el Manual Kubark (62) de Contrainteligencia<br />

en Interrogatorio (1963). (63) Por último, podemos citar otro manual de fines<br />

de la década (FM 31-16) que indicaba cómo crear fuerzas irregulares<br />

y organizar operaciones de guerra psicológica, sabotaje, espionaje, relocalizaciones,<br />

etc. (64)<br />

A pesar de todas estas elaboraciones doctrinarias y teóricas, a comienzos<br />

de los 60 un instructor militar de alto rango en el US Army War College, en<br />

Pennsylvania, todavía manifestaba las dificultades para precisar la CI ante<br />

sus alumnos. Parafraseando un pasaje de Alicia en el País de las Maravillas,<br />

(57) Zelik, Raúl, “La guerra asimétrica...”, op. cit.<br />

(58) Mc Clintock, Michael, Instruments of Statecraft..., op. cit.<br />

(59) McSherry, J. Patrice, “Tracking the Origins of a State Terror Network. Operation Condor”<br />

en Latin American Perspectives, vol. 29, nº 1, 2002, pp. 38/60.<br />

(60) Stokes, Doug, “US Military Doctrine and Colombia’s War fo Terror”, en Znet, 25/09/2002.<br />

(61) Implica la restricción total o parcial de estímulos de uno o más sentidos. Ejemplos clásicos<br />

son el vendaje de ojos, capuchas, orejeras para anular los sentidos.<br />

(62) Criptónimo que significa “CIA”. Agee, Philip, La CIA por dentro. Diario de un espía, Bs. As.,<br />

Sudamericana, 1987, p. 47.<br />

(63) Este texto fue rebautizado dos décadas más tarde con el sugestivo título de Manual de<br />

Entrenamiento en la Explotación de Recursos Humanos.<br />

(64) McSherry, J. Patrice, Los Estados depredadores..., op. cit., p. 43.<br />

<strong>Operación</strong> <strong>Cóndor</strong>. 40 años después<br />

21


Capítulo 1<br />

dijo “significa lo que yo quiero que signifique” (It means what I mean it<br />

to mean). Para el mayor Krulak, esto ilustraba lo problemático que resultaba<br />

—y resulta aún hoy— definir la CI. (65) Quizá esto siga sirviendo para<br />

encubrir las trágicas implicaciones concretas que implican los esquemas<br />

contrainsurgentes.<br />

2.2. Operaciones contrainsurgentes en Vietnam y Europa<br />

Dos operaciones contrainsurgentes marcaron los años 1970: una en Vietnam<br />

—<strong>Operación</strong> Fénix—, y la otra en Europa, comúnmente llamada<br />

<strong>Operación</strong> Gladio. Sus motivos políticos, sus influencias doctrinales, las<br />

características de su funcionamiento —así como algunas figuras implicadas—,<br />

conducen directamente a la <strong>Operación</strong> <strong>Cóndor</strong>.<br />

2.2.1. <strong>Operación</strong> Fénix<br />

La <strong>Operación</strong> Fénix fue un programa contrainsurgente para crear fuerzas<br />

paramilitares y terroristas con el objetivo de eliminar la infraestructura civil<br />

que apoyaba a la insurgencia del Frente Nacional de Liberación de Vietnam<br />

(FNLV-Viet Cong) durante la guerra de Vietnam. El programa estuvo<br />

en funcionamiento entre 1965 y 1972, aunque antes y después existían y<br />

continuaron existiendo iniciativas similares. Sus semejanzas con la <strong>Operación</strong><br />

<strong>Cóndor</strong> fueron planteadas en 1976 por el periodista británico Richard<br />

Gott, en un artículo donde comparó ambas. (66)<br />

William Colby fue enviado a Vietnam por el presidente estadounidense<br />

Lyndon Johnson —y por el director de la CIA, Richard Helms—, en 1968. Allí<br />

estuvo a cargo del programa Fénix, y dirigió los programas Civil Operations<br />

and Rural Development Support (CORDS, Operaciones Civiles y de Apoyo<br />

al Desarrollo Rural). Colby, a su llegada, decidió unificar todos los programas<br />

de operaciones encubiertas de la CIA en Vietnam del Sur bajo el nombre de<br />

Fénix, para eliminar a los miles de miembros del Vietcong.<br />

La <strong>Operación</strong> Fénix incluyó el uso de sistemas computarizados de identificación<br />

de sospechosos, asesinatos masivos, la guerra psicológica, operaciones<br />

de caza y asesinato de objetivos prefijados. Para las “tareas sucias”,<br />

(65) Situación citada en Fitzgerald, David, “Vietnam, Iraq and the Rebirth of Counter-Insurgency,<br />

en Irish Studies in International Affairs, vol. 21, Clinton Institute for American Studies,<br />

School of History, 2010, pp. 149/159.<br />

(66) Gott, Richard, “Shots and Plots”, en The Guardian, Londres, 04/06/1976.<br />

22


El contexto mundial: guerra fría y contrainsurgencia<br />

la CIA creó unidades paramilitares con libertad de acción integradas por<br />

voluntarios survietnamitas y marines norteamericanos. (67)<br />

Se formaron equipos especiales que operaban de forma independiente<br />

llamados Counter-terror Teams (CT, Equipos Contraterroristas), encargados<br />

de vigilar y eliminar a los sospechosos detectados por los servicios de<br />

inteligencia. Por si fuera poco, tropas regulares norteamericanas se agruparon<br />

en estructuras semiclandestinas dentro del ejército, como los Tiger<br />

Forces. Eran unidades especiales que actuaban de manera independiente<br />

y arbitraria detrás de las líneas enemigas como grupos comando, operando<br />

de hecho como paramilitares. (68) Según algunos testimonios, había<br />

hombres encargados de hacer la vigilancia y “marcar” el blanco, que se<br />

comunicaban luego con un equipo de asesinato, formado por una veintena<br />

de survietnamitas, conducidos por “Boinas Verdes”. (69)<br />

Los norteamericanos, además, elaboraban listas de sospechosos, participaban<br />

en los interrogatorios y financiaban todos los programas. Un folleto<br />

de 1966 reconocía que se pegaban imágenes de unos grandes ojos en las<br />

casas de los sospechosos, para infundirles terror psicológico. (70) El centro<br />

de la operación fue la acción contra los civiles, que eran secuestrados, torturados<br />

e interrogados en centros de detención clandestinos. En muchas<br />

ocasiones, las atrocidades perpetradas eran atribuidas al Vietcong, como<br />

parte de la guerra psicológica. (71)<br />

Este programa fue visto como una verdadera “campaña de asesinatos”, y<br />

una clara violación a los derechos humanos por parte de EEUU. Al retirarse<br />

de Vietnam, el grueso de las fuerzas militares fueron derivados a la desestabilización<br />

del gobierno de la Unidad Popular en Chile. Muchos de ellos,<br />

como Theodore Shackley o David Sánchez Morales, han sido relacionados<br />

a actividades CIA en Chile.<br />

En 1971 William Colby reconoció ante la Comisión del Senado del Congreso<br />

de Estados Unidos que, mediante el programa Fénix, se mató a 20.587<br />

sospechosos en Vietnam —según el gobierno de Saigón, el número de<br />

(67) McSherry, J. Patrice, “Tracking the Origins...”, op. cit.<br />

(68) Zelik, Raúl, “La guerra asimétrica...”, op. cit.<br />

(69) Valentine, Douglas, “The Phoenix Program“, [en línea] http://www.american-buddha.<br />

com/phoenixprogtoc.htm, publicado por iUniverse, 2000.<br />

(70) McSherry, J. Patrice, “Tracking the Origins...”, op. cit.<br />

(71) Valentine, Douglas, “The Phoenix Program“, op. cit.<br />

<strong>Operación</strong> <strong>Cóndor</strong>. 40 años después<br />

23


Capítulo 1<br />

muertos fue de 40.994—. Cuando Colby se presentó ante el Congreso en<br />

las Audiencias del Senado, que fueron publicadas en el libro Los archivos<br />

de la CIA, (72) sostuvo por una parte que sus acciones tenían el visto bueno<br />

del gobierno de Estados Unidos, del Presidente del país, del Consejo de<br />

Seguridad Nacional, y que además el Congreso estaba informado.<br />

2.2.2. <strong>Operación</strong> Gladio (las redes Stay-behind de la OTAN)<br />

Al finalizar la Segunda Guerra Mundial, los servicios norteamericanos y británicos<br />

decidieron crear grupos especiales clandestinos que operarían contra<br />

el comunismo, en especial en caso de que llegara al poder vía elecciones o<br />

por una invasión soviética en Europa, aun antes de la creación de la Organización<br />

del Tratado del Atlántico Norte (OTAN). (73) Estas redes llevaron el<br />

nombre de stay-behind (“grupos de retaguardia” en inglés) pero comúnmente<br />

se las designa como Gladio (“Espada” en italiano), el nombre de la<br />

red italiana, ya que su existencia fue relevada públicamente el 24 de octubre<br />

de 1990 por el Presidente del Consejo de Ministros de Italia Giulio Andreotti.<br />

Estas redes stay-behind se encuadraban dentro de la OTAN, creada mediante<br />

el Tratado de Washington de 1949, para unir a diez países de ambos<br />

lados del Atlántico (74) en una política de defensa mutua ante una agresión<br />

armada contra cualquiera de ellos. Según Christopher Simpson, EEUU consiguió,<br />

mediante una cláusula oculta de la OTAN, que los países miembros<br />

se comprometieran a oponerse a la influencia comunista, aunque fueran elegidos<br />

por sus habitantes. Para esta tarea debían crear ejércitos clandestinos<br />

como ramas de sus servicios secretos. (75) Estos “ejércitos secretos” fueron<br />

entrenados por la CIA y el Secret Intelligence Service (SIS o MI6) británico.<br />

Las redes stay-behind se distinguieron rápidamente como promotores<br />

del terrorismo contra la izquierda. La denominada “estrategia de tensión”<br />

buscaba desestabilizar los países donde los partidos comunistas podían<br />

acceder legalmente al poder. (76)<br />

(72) Borosage Robert y Marks John, Los archivos de la CIA, México DF, Diana, 1980.<br />

(73) McSherry, J. Patrice, Los Estados depredadores..., op. cit., p. 74.<br />

(74) Bélgica, Canadá, Dinamarca, Estados Unidos, Francia, Islandia, Italia, Luxemburgo, Noruega,<br />

Países Bajos, Portugal y Reino Unido. El número de miembros aumentó considerablemente<br />

con el tiempo.<br />

(75) Simpson, Christopher, Blowback, London, Windenfeld, 1988, pp. 100/102.<br />

(76) Ganser, Daniele, Los Ejércitos Secretos de la OTAN: <strong>Operación</strong> Gladio y el terrorismo en<br />

Europa Occidental, Madrid, El Viejo Topo, 2005.<br />

24


El contexto mundial: guerra fría y contrainsurgencia<br />

En el caso de Italia, los miembros de extrema derecha del Gladio atribuyeron<br />

sistemáticamente la responsabilidad de sus atentados a la extrema izquierda,<br />

para deslegitimar al Partido Comunista italiano. Así ocurrió con el<br />

atentado de la Piazza Fontana en Milán del 12 de diciembre de 1969, que<br />

dejó dieciséis muertos y decenas de heridos. Finalmente, la justicia italiana<br />

procesó a miembros de la extrema derecha como sus responsables.<br />

Las redes stay-behind comenzaron a actuar en Italia, y luego en Alemania,<br />

Francia, Bélgica, Austria, Holanda, Noruega, Dinamarca, Suecia, Finlandia,<br />

España, Portugal, Luxemburgo y Turquía. Los proyectos de retaguardia<br />

de Europa se formulaban, según Patrice McSherry, en el Comité Clandestino<br />

de Coordinación de la Sede Suprema de las Potencias Aliadas de la<br />

OTAN. (77)<br />

Sus miembros eran estrictamente anticomunistas de derecha, como los<br />

conocidos Stefano Delle Chiaie (78) —de la organización fascista Avanguardia<br />

Nazionale— e Yves Guérin-Sérac, antiguo oficial francés y miembro<br />

de la organización terrorista OAS (Organización del Ejército Secreto), que<br />

pretendía sabotear el proceso de independencia en Argelia.<br />

Se sabe que Delle Chiaie puso su experiencia en Gladio al servicio de la<br />

<strong>Operación</strong> <strong>Cóndor</strong>, como pudo demostrar la jueza argentina María Servini<br />

de Cubría durante las investigaciones sobre el atentado contra el chileno<br />

Carlos Prats. Delle Chiaie encarnaba, como pocos, las conexiones entre<br />

las fuerzas anticomunistas a nivel global en un momento en que el Cono<br />

Sur se estaba transformando en el relevo regional de la contrainsurgencia,<br />

como lo demostraría la <strong>Operación</strong> <strong>Cóndor</strong>. (79)<br />

•<br />

(77) McSherry, J. Patrice, Los Estados depredadores..., op. cit., p. 72.<br />

(78) Una biografía de este personaje en Christie, Stuart, Stefano Delle Chiaie. Portrait of a<br />

black terrorist, Londres, Anachy Magazine, 1984.<br />

(79) Wasinski, Christophe, ”The will to put...”, op. cit.<br />

<strong>Operación</strong> <strong>Cóndor</strong>. 40 años después<br />

25


El contexto regional: América Latina en tiempos...<br />

CAPÍTULO 2<br />

CAPÍTULO 2<br />

El contexto regional:<br />

América Latina en<br />

tiempos de las dictaduras<br />

de seguridad nacional<br />

•<br />

En el contexto mundial de la Guerra Fría, América Latina recibió el asesoramiento,<br />

entrenamiento y apoyo de EEUU para implementar dictaduras<br />

de seguridad nacional que eliminaran la “subversión marxista”. Como fichas<br />

de un dominó, las democracias del Cono Sur cayeron progresivamente<br />

ante dictaduras militares que se proponían clausurar los espacios de<br />

participación política popular y eliminar los movimientos contestatarios.<br />

Para ello, desataron una escalada de violencia estatal y paraestatal que fue<br />

el marco regional de la <strong>Operación</strong> <strong>Cóndor</strong>.<br />

1. La política exterior<br />

de Estados Unidos hacia América Latina<br />

En el contexto de la Guerra Fría, EEUU planificó su política exterior<br />

de acuerdo a su experiencia durante la Segunda Guerra Mundial, imaginando<br />

una posible guerra total con la URSS. Para América Latina,<br />

elaboró una doctrina de seguridad hemisférica contra el comunismo<br />

plasmada en la firma del Tratado Interamericano de Asistencia Recíproca<br />

(TIAR), en 1947. Dicho tratado implicaba que las instituciones<br />

militares latinoamericanas actuarían como un bloque bélico dirigido<br />

<strong>Operación</strong> <strong>Cóndor</strong>. 40 años después<br />

27


Capítulo 2<br />

estratégicamente por EEUU en una defensa colectiva continental ante<br />

agresiones externas. (1)<br />

Cinco años antes había creado la Junta Interamericana de Defensa (JID),<br />

que tenía como objetivo fomentar entre las repúblicas americanas el intercambio<br />

de puntos de vista, el estudio de problemas, la formulación de<br />

recomendaciones para la defensa del hemisferio y la colaboración de sus<br />

Fuerzas Armadas. (2) En el mismo sentido de defensa contra una agresión<br />

externa, en la Carta de la Organización de los Estados Americanos (OEA)<br />

de 1948 —que proveía la base jurídico-política para articular el resto de las<br />

instituciones—, se pactó el deber de no intervención de un país americano<br />

en otro bajo ninguna causa.<br />

Sin embargo, a poco de comenzar la guerra de Corea (1950-1953) el gobierno<br />

de Truman decidió cambiar esta estrategia de guerra total y defensa<br />

hemisférica por una de guerra limitada y flexible. Para este nuevo<br />

desafío, EEUU combinó las premisas de su política exterior con las de defensa<br />

nacional para instaurar una Doctrina de Seguridad Nacional (DSN),<br />

que implicaba llevar la política de defensa interna contra el comunismo al<br />

terreno internacional. Así, la política exterior norteamericana hacia América<br />

Latina inició una transformación que derivó en un esquema de guerra<br />

limitada de baja intensidad, respuesta flexible y control de subversión interna<br />

de cada país. (3)<br />

Según Ernesto López, con este viraje, “la cuestión de la seguridad regional<br />

como sumatoria de las seguridades internas de cada país reemplazó a<br />

la de defensa hemisférica [y] para los Estados Unidos, seguridad interna en<br />

los países de la región equivalía a control de la ‘subversión comunista’”. (4)<br />

En la Conferencia Interamericana de Caracas de 1954, EEUU consiguió<br />

aprobar una resolución que consideraba una amenaza para la soberanía<br />

de cualquier Estado latinoamericano el control de las instituciones estatales<br />

por el “movimiento comunista internacional”. En menos de tres meses,<br />

las declaraciones se transformaron en hechos con el golpe de Estado<br />

(1) Leal Buitrago, Francisco, “La Doctrina de Seguridad Nacional: materialización de la Guerra<br />

Fría en América del Sur”, en Revista Estudios Sociales, nº 15, Universidad de los Andes,<br />

Bogotá, 2003, pp. 74/87.<br />

(2) Para un resumen de su historia, ver [en línea] www.jid.org<br />

(3) Tapia Valdés, Jorge, El terrorismo de Estado. La Doctrina de Seguridad Nacional en el<br />

Cono Sur, México DF, Nueva Imagen, 1980, pp. 45/46.<br />

(4) López, Ernesto, Seguridad nacional y sedición militar, Bs. As., Legasa, 1987, p. 50.<br />

28


El contexto regional: América Latina en tiempos...<br />

contra el gobierno progresista de Jacobo Árbenz en Guatemala. Luego,<br />

la Revolución Cubana de 1959 vino a confirmar para las autoridades norteamericanas<br />

la necesidad de profundizar esta reorientación estratégica.<br />

La seguridad interna de cada país pasó a ser la prioridad. La misión de los<br />

latinoamericanos, para la política exterior de EEUU debía ser mantener la<br />

seguridad interior y posponer enfrentamientos entre sí, en una especie de<br />

división internacional del trabajo en materia de seguridad. Así, mientras<br />

EEUU se encargaba del enfrentamiento global contra los países soviéticos,<br />

los países latinoamericanos debían atacar, en el interior de sus territorios,<br />

las versiones locales del enemigo, fueran estas supuestas o reales.<br />

Todo aquello que no se subordinase a los nuevos principios de la DSN<br />

fue catalogado bajo el difuso y multifacético concepto de “amenaza<br />

comunista”. (5) Dado que el nuevo enemigo era interno e internacional a<br />

la vez, las fronteras políticas eran obsoletas para delimitar las fuerzas en<br />

combate. Las fronteras ideológicas devinieron en el dogma central de la<br />

nueva doctrina. La batalla se libraba en todo el mundo y el enemigo estaba<br />

ahora en todas partes. Como resumió José Comblin,<br />

... la seguridad nacional tal vez no sabía muy bien qué era lo que<br />

defendía, pero sab[ía] muy bien contra quien: el comunismo. Su<br />

indefinición es lo que hace a su eficiencia: el comunismo puede<br />

aparecer en todos los sectores de la sociedad; para luchar contra<br />

él es preciso un concepto muy flexible (…) La omnipresencia<br />

del comunismo se correspondía con la omnipresencia de la seguridad<br />

nacional. (6)<br />

1.1. La Ley de Seguridad Mutua<br />

y los Programas de Ayuda Militar<br />

Una de las herramientas para la nueva política continental norteamericana<br />

fue la sanción de la Ley de Seguridad Mutua (LSM) de 1951, que autorizaba<br />

la ayuda militar, económica y técnica para países amigos con el objetivo<br />

de reforzar la seguridad mutua y defender los intereses nacionales<br />

de EEUU. Con esta medida, los países de América Latina pasaron a ser<br />

(5) López, Ernesto, Seguridad nacional..., op. cit., pp. 66/67.<br />

(6) Citado en Simões Fernandes, Ananda, “A coordenação repressiva entre a ditadura civil-militar<br />

brasileira e o Uruguai (1964-1973)” en E. Serra Padrós (org.), Cone Sul em tempos de ditadura:<br />

reflexões e debates sobre a História Recente, Porto Alegre, EVANGRAF-UFRGS, 2013.<br />

<strong>Operación</strong> <strong>Cóndor</strong>. 40 años después<br />

29


Capítulo 2<br />

“elegibles” para recibir asistencia militar siempre que acordaran participar<br />

de la defensa del hemisferio occidental. (7)<br />

La traducción práctica de la LSM fue —a partir de 1952— la firma de convenios<br />

bilaterales llamados Programas de Ayuda Militar (PAM) que, a cambio<br />

del préstamo, venta o donación de material bélico, permitía la instalación<br />

de una misión en la comandancia máxima de cada Fuerza Armada latinoamericana<br />

para supervisar su utilización y colaborar con la instrucción de<br />

cuadros y tropas. (8) Los PAM fueron reemplazados por la Ley de Asistencia<br />

Exterior de 1961, de un tenor similar a los primeros. Este armazón de<br />

acuerdos bilaterales fue un eficaz vehículo para ejercer influencia sobre los<br />

cuerpos y doctrinas militares latinoamericanas, inculcando las premisas de<br />

la nueva DSN. En 1963, el Secretario de Defensa Robert Mc Namara reconoció<br />

este objetivo implícito manifestando que en esa década el armamento,<br />

equipos y entrenamiento suministrados por los PAM habían dejado<br />

de orientarse a la defensa hemisférica para hacerlo hacia “la seguridad<br />

interna en contra de subversiones de inspiración comunista o agresiones<br />

encubiertas”. (9) En el mismo sentido, una comisión parlamentaria de EEUU<br />

declaró, en 1970, que los PAM habían contribuido a “introducir eficazmente<br />

los dogmas antisubversivos en numerosos países amenazados” y habían<br />

permitido “desarrollar la influencia militar en los países beneficiarios<br />

con una muy baja relación costo beneficio”. (10)<br />

1.2. Las Conferencias de Ejércitos<br />

Americanos y el nuevo rol de los militares en la región<br />

Al mismo tiempo que los PAM se dirigían a cuadros medios e inferiores,<br />

la JID elaboró un Plan Defensivo General destinado a la cúpula de<br />

las Fuerzas Armadas de la región. A esta iniciativa se sumó la creación<br />

de conferencias militares periódicas. La primera reunión fue una Conferencia<br />

Naval Interamericana, en Panamá, en 1959. Al año siguiente se<br />

desarrolló la 1 a Conferencia de Ejércitos Americanos (CEA) en el mismo<br />

país, y en 1961 se completó con la Conferencia de Jefes de las Fuerzas<br />

Aéreas Americanas.<br />

(7) Veneroni, Horacio, Estados Unidos y las Fuerzas Armadas de América Latina, Bs. As., Periferia,<br />

1971, p. 58.<br />

(8) López, Ernesto, Seguridad nacional..., op. cit., p. 59.<br />

(9) Tapia Valdés, Jorge, El terrorismo de Estado..., op. cit., p. 65.<br />

(10) López, Ernesto, Seguridad nacional..., op. cit., p. 5.<br />

30


El contexto regional: América Latina en tiempos...<br />

Estas conferencias brindaron un medio para formular estrategias coordinadas<br />

por fuera del control civil, consolidaron la línea antisubversiva en<br />

los militares latinoamericanos y alentaron su participación en la política de<br />

cada país legitimando la autonomización de las Fuerzas Armadas respecto<br />

del poder civil. (11) Como destacó Jorge Tapia Valdéz, la aplicación de la<br />

doctrina norteamericana de seguridad nacional en América Latina implicó<br />

incrementar el rol político de las fuerzas de seguridad, preparándolas no<br />

solo para la guerra contrainsurgente sino también para dirigir los procesos<br />

económicos y sociales de cada país. (12)<br />

De esta manera, la DSN significaba concebir militarmente el funcionamiento<br />

de la sociedad y del Estado, y legitimar la ocupación por parte de los militares<br />

de diferentes espacios institucionales, que trascendían las funciones castrenses.<br />

En buena medida ello sucedía porque la corporación militar se concebía<br />

a sí misma como la única fuerza política organizada, superior a cualquier fuerza<br />

civil, y que debía cumplir la misión histórica de integrar a la nación y tutelar<br />

sus intereses cuando los civiles perdieran el control social y político. (13)<br />

Esta ocupación de las instituciones estatales por parte de los militares, en<br />

el marco de la DSN, se concretaba a partir de golpes de Estado. A partir<br />

de entonces, la lógica militar “amigo-enemigo” era aplicada concretamente<br />

al plano político y social transformando al adversario en enemigo,<br />

militarizando todo lo relacionado a la “seguridad”, y convirtiendo a todo<br />

el sistema social en un sistema bélico. (14)<br />

1.3. El adiestramiento de los militares<br />

latinoamericanos por los Estados Unidos<br />

El correlato necesario de la DSN fue el entrenamiento de militares latinoamericanos<br />

en bases norteamericanas. Un antecedente de esta<br />

iniciativa fue la creación, en 1946, del National War College en Washington,<br />

por donde pasaron numerosos militares extranjeros. A partir<br />

de esa experiencia, se multiplicaron los centros especiales de entrenamiento<br />

y adoctrinamiento para militares del continente. (15) Según datos<br />

(11) Ibid., p. 71.<br />

(12) Tapia Valdés, Jorge, El terrorismo de Estado..., op. cit., p. 65.<br />

(13) Leal Buitrago, Francisco, “La Doctrina...”, op. cit.<br />

(14) Ibid.<br />

(15) Serra Padrós, Enrique, “As escolas militares dos Estados Unidos e a pentagonização das<br />

forças armadas da América Latina”, en Outros Tempos, vol. 1, esp., 2007, pp. 13/31.<br />

<strong>Operación</strong> <strong>Cóndor</strong>. 40 años después<br />

31


Capítulo 2<br />

de la Agencia de los Estados Unidos para el Desarrollo Internacional<br />

(USAID), entre 1950 y 1998, Estados Unidos capacitó a unos 125.000<br />

militares de América Latina y el Caribe, casi la mitad de ellos pasó por<br />

bases en Panamá. (16)<br />

Entre estas se destacaban el Centro de Entrenamiento en la Selva (Jungle<br />

Warfare Training Center) en Fort Sherman, creado en 1953, y la tristemente<br />

célebre Escuela de las Américas (US School of the Americas, SOA) en<br />

Fort Gulick. Por la SOA, que impartía desde 1956 solo cursos en idioma<br />

castellano, pasaron entre 1961 y 1977 más de 33.000 militares latinoamericanos.<br />

(17) Asimismo, en Panamá estaba instalado el cuartel general del<br />

Comando Sur (The United States Southern Command, SOUTHCOM), que,<br />

a diferencia de los otros entes continentales, era una institución unilateral<br />

del sistema militar interamericano que garantizaba el dominio de EEUU en<br />

la región y supervisaba la ayuda militar prestada. (18)<br />

Además de los centros de formación en bases territoriales y extraterritoriales<br />

norteamericanas, los militares eran adiestrados mediante la instalación<br />

de Grupos Móviles de Entrenadores (Mobile Training Teams, MTT’s) en los<br />

países firmanes de los PAM. Estos equipos móviles provenían, desde 1962,<br />

también de Panamá, donde estaba instalado el 8 o Grupo de Fuerzas de Acciones<br />

Especiales. Por último, también se instruía a la cúpula de las Fuerzas<br />

Armadas del continente en el Colegio Interamericano de Defensa (CID) en<br />

Washington, dependiente de la JID y la OEA. Creado en 1962, dentro de su<br />

primera promoción ya había representantes de 15 países americanos distintos,<br />

enfatizándose desde entonces su carácter internacional. (19)<br />

El núcleo del adiestramiento provisto a los militares latinoamericanos residía<br />

en técnicas contrainsurgentes que implicaban no solo el combate<br />

a las guerrillas en escenarios hostiles, como la jungla centroamericana,<br />

sino también las técnicas terroristas y de tortura. En base a investigaciones<br />

recientes sobre los manuales utilizados en estos centros de entrenamiento,<br />

se puede afirmar que desde 1950 los militares norteamericanos<br />

enseñaban técnicas de asesinato. En los 60 ya se realizaba instrucción<br />

(16) Mazzei, Daniel, Bajo el poder de la caballería. El Ejército Argentino (1962-1973), Bs. As.,<br />

Eudeba, 2012, p. 158.<br />

(17) Serra Padrós, Enrique, “As escolas militares...”, op. cit.<br />

(18) Mc Sherry, Patrice, Los Estados depredadores..., op. cit.<br />

(19) Una breve pero interesante descripción de su historia, propósitos y objetivos, [en línea]<br />

www.colegio-id.org<br />

32


El contexto regional: América Latina en tiempos...<br />

en métodos de tortura tales como descargas eléctricas, drogas, hipnosis,<br />

depravación sensorial, dolor y otros métodos de interrogatorio; métodos<br />

de asesinato y amenaza a miembros de la familia del prisionero<br />

para desmoronar su resistencia; y operaciones de guerra psicológica.<br />

A su vez, se instaba a montar fuerzas irregulares para combatir la subversión<br />

y a realizar operaciones terroristas como una táctica legítima de<br />

combate contrainsurgente. (20)<br />

1.4. La CIA y el rol de los organismos de Inteligencia<br />

En este entramado de instituciones y programas de la política exterior<br />

estadounidense en América Latina, la CIA cumplió un rol clave. A pesar de<br />

su nombre, la agencia no se dedicaba (ni se dedica) únicamente a realizar<br />

tareas de recolección de información de manera encubierta, sino que a<br />

través de la Dirección de Operaciones realiza acciones políticas y paramilitares<br />

concretas. La primera víctima latinoamericana de la CIA fue el<br />

mencionado gobierno guatemalteco de Jacobo Árbenz Guzman, en 1954.<br />

La operación encubierta, llamada PB Success, incluyó un bloqueo naval,<br />

apoyo aéreo, sabotajes y la entrega de armas y entrenamiento a las fuerzas<br />

exiliadas en Honduras comandadas por el golpista Castillo Armas. Guatemala<br />

fue la primera experiencia de la Guerra Fría donde se formaron<br />

escuadrones de la muerte antisubversivos y se practicaron desapariciones<br />

forzosas como parte de la guerra contrainsurgente.<br />

En lo que respecta al Cono Sur, la CIA realizó numerosas operaciones<br />

importantes en la región, algunas de las cuales se comentarán en este<br />

informe. Las tareas de inteligencia resultaron ser la clave para afrontar<br />

lo que se conoció como “guerra psicológica”, una táctica fundamental<br />

dentro de la contrainsurgencia. Las fuerzas de seguridad estatales de<br />

Sudamérica tomaron el ejemplo de las instituciones norteamericanas<br />

de inteligencia y crearon sus homólogos latinoamericanos. Debido al<br />

rol específico que cumplía la región dentro del conflicto global, los servicios<br />

del Cono Sur nacieron militarizados y politizados. Debían actuar<br />

específicamente contra sus conciudadanos trazando “la delicada y fina<br />

línea entre quién es un enemigo, un ‘tonto útil’ o simplemente un ciudadano<br />

cándido”. (21)<br />

(20) Mc Sherry, Patrice, Los Estados depredadores..., op. cit.<br />

(21) Sohr, Raúl, “Reflexiones sobre los ámbitos de la seguridad y la defensa”, en Documentos<br />

Ocasionales, nº 24, Bogotá, CEI, noviembre-diciembre 1991, p. 21.<br />

<strong>Operación</strong> <strong>Cóndor</strong>. 40 años después<br />

33


Capítulo 2<br />

Estos organismos operaron en general por encima de las jerarquías y cadenas<br />

de mando militares tradicionales, respondiendo a altas esferas de<br />

la política y la seguridad nacional. (22) A menudo contaron con empresas<br />

“fantasma” que permitían encubrir sus operaciones ilegales y se nutrieron<br />

de fuerzas civiles paramilitares. Algunos ejemplos de organismos de<br />

este tipo que operaron durante los años de <strong>Cóndor</strong> son: la Dirección de<br />

Inteligencia Nacional (DINA) —y su sucesora, la Central Nacional de Inteligencia<br />

(CNI)— en Chile; el Servicio de Informaciones de Defensa (SID) y<br />

la Dirección Nacional de Informaciones e Inteligencia (DNII) en Uruguay;<br />

el Segundo Departamento de Inteligencia del Estado Mayor General de<br />

las Fuerzas Armadas (ESMAGENFA) en Paraguay; la Secretaría de Inteligencia<br />

del Estado (SIDE) y la Jefatura II de Inteligencia del Ejército que<br />

utilizó al Batallón de Inteligencia 601 en Argentina; el Servicio Nacional de<br />

Informaciones (SNI), la Central de Informaciones del Exterior (CIEx), y los<br />

Departamentos de Orden Político y Social (DOPS) en Brasil.<br />

El investigador Enrique Serra Padrós ha conceptualizado este amplio proceso<br />

de penetración ideológico-doctrinaria de los Estados Unidos como la<br />

“pentagonización” de América Latina. La densa red de relaciones tramada<br />

mediante las instituciones, agencias y programas mencionados comprendió<br />

el intercambio de información, la provisión de equipos militares, la instrucción<br />

para acciones encubiertas, el entrenamiento en seguridad interior y el<br />

acceso a escuelas militares norteamericanas. De esta manera, la “pentagonización”<br />

moldeó a las fuerzas de seguridad estatales (policiales y militares) y<br />

para estatales (paramilitares) del Cono Sur en las décadas de 1960 y 1970. (23)<br />

2. Las dictaduras de seguridad nacional del Cono Sur<br />

En el Cono Sur, las décadas de 1960 y 1970 se caracterizaron por la implantación<br />

de violentos regímenes autoritarios que llevaron a la práctica las<br />

líneas de la Doctrina de Seguridad Nacional. Los pioneros fueron Brasil y<br />

Argentina a mediados de los años 1960, y cada país se apropió de la DSN<br />

a su manera, generando distintas interpretaciones según cada contexto<br />

nacional y cada formación castrense. Tanto Perú como Ecuador siguieron<br />

una línea que los diferenció de sus pares, combinando postulados de la<br />

DSN con premisas desarrollistas. (24)<br />

(22) Leal Buitrago, Francisco, “La Doctrina...”, op. cit.<br />

(23) Serra Padrós, Enrique, “As escolas militares...”, op. cit.<br />

(24) Leal Buitrago, Francisco, “La Doctrina...”, op. cit.<br />

34


El contexto regional: América Latina en tiempos...<br />

2.1. Crónica de los golpes de Estado<br />

El país que ostentó la más larga dictadura de la región fue Paraguay. En<br />

1954, el mismo año del derrocamiento de Árbenz en Guatemala, el general<br />

Alfredo Stroessner Matiuda dio un golpe de Estado en un país jaqueado<br />

en todo el siglo XX por gobiernos militares, proscripción de opositores<br />

y violencia política. Stroessner gobernó el Paraguay hasta 1989 mediante<br />

una cruenta dictadura, haciéndose reelegir en varias ocasiones como presidente<br />

en comicios viciados por la represión y el fraude.<br />

En Brasil, Jõao Goulart llegó a la presidencia en 1961 tras la renuncia de Janio<br />

Quadros. Heredero político de Getulio Vargas, Goulart impulsó reformas<br />

económicas, amplió la intervención estatal, realizó una reforma agraria,<br />

mejoró el acceso a la educación y consiguió mejorar la situación de los<br />

postergados en Brasil. Sin embargo, su orientación de centro izquierda, el<br />

apoyo conseguido de parte de los sindicatos y las medidas tomadas en<br />

dirección de recortar los beneficios de las multinacionales instaladas en<br />

Brasil determinaron que el de Goulart se convirtiera en uno de los gobiernos<br />

asediados en el continente por la política exterior norteamericana y<br />

por la férrea oposición de sectores de la derecha conservadora brasileña.<br />

La CIA había intervenido, con una inversión de 20 millones de dólares, en<br />

las elecciones de 1962 para evitar que Goulart controlara el Congreso.<br />

Dos años después, un movimiento golpista liderado por Humberto Castelo<br />

Branco derrocó mediante un golpe de Estado al presidente, contando<br />

con el apoyo del embajador norteamericano en Brasil y el agregado militar<br />

Vernon Walters. (25)<br />

La dictadura brasileña fue la primera aplicación concreta de la DSN en<br />

la región. Los jefes militares suspendieron la Constitución, censuraron la<br />

prensa, proscribieron a numerosos políticos, se arrogaron la potestad de<br />

detener sin proceso judicial a cualquier sospechoso de “subversión”, e<br />

instauraron una feroz represión a toda disidencia. Los golpistas crearon,<br />

en 1964, un órgano para centralizar los servicios de inteligencia, el Serviço<br />

Nacional de Infromaçoes (SNI), con facultades para actuar en todo<br />

el territorio brasileño que luego se ampliaron para incluir operaciones en<br />

el exterior.<br />

(25) Wise, David, “Operaciones secretas en el extranjero: un panorama general”, en R. Borosage<br />

y J. Marks (eds.) Los archivos de la CIA, México DF, Editorial Diana, 1980; Mc Sherry,<br />

Patrice, Los Estados depredadores..., op. cit.<br />

<strong>Operación</strong> <strong>Cóndor</strong>. 40 años después<br />

35


Capítulo 2<br />

La dictadura no cerró el Congreso, pero a partir de 1965 disolvió los partidos<br />

políticos existentes y conformó un partido oficial y uno opositor para<br />

recrear una supuesta democracia. En realidad, el poder siguió residiendo<br />

en los militares, que impusieron a colegas retirados de las fuerzas como<br />

presidentes hasta 1985.<br />

El siguiente país en instaurar una dictadura de similares características fue<br />

Argentina. Con el peronismo proscripto, el radical Arturo Illia había sido<br />

elegido presidente en 1963 con solo un 25% de los votos. Su gobierno,<br />

débil desde el inicio por su escaso caudal electoral, estuvo jaqueado por<br />

los intereses económicos de grandes empresas extranjeras, por los militares<br />

y por campañas de desprestigio en la prensa. Las Fuerzas Armadas,<br />

acaudilladas por el general Juan Carlos Onganía, destituyeron a Illia en<br />

junio de 1966 y reemplazaron la Constitución Nacional por un Estatuto de<br />

la Revolución Argentina.<br />

El régimen instaurado a partir de entonces se caracterizó por los intentos<br />

de disciplinar a la sociedad en todos los ámbitos (político, económico,<br />

social, cultural) y por la adopción de los lineamientos de la DSN. El clima<br />

social y político fue tomando carices revolucionarios hacia finales de la<br />

década de 1960, destacándose el movimiento de protesta conocido como<br />

“Cordobazo”.<br />

Los militares planearon una salida del poder a través de nuevas elecciones,<br />

en las que el peronismo retornó al poder. Tras la breve presidencia<br />

de Héctor Cámpora, Juan Domingo Perón fue elegido presidente nuevamente,<br />

acompañado como vicepresidenta por su esposa María Estela<br />

Martínez. El mandato de Perón fue turbulento y breve. El líder murió a<br />

mediados de 1974 y dejó en el poder a su mujer. El gobierno de Martínez<br />

de Perón, a su vez, estuvo marcado fundamentalmente por el crecimiento<br />

de la violencia, la aparición de una fuerza parapolicial (ver apartado Triple<br />

A) y la inestabilidad económica. Con su posición fortalecida frente a una<br />

clase política en descomposición y diezmada por la represión, las Fuerzas<br />

Armadas dieron un golpe de Estado el 24 de marzo de 1976. Instauraron<br />

un régimen de terror que duró hasta 1983 y dejó un saldo de decenas de<br />

miles de desaparecidos y asesinados.<br />

En Bolivia, un país decano en golpes de Estado, Víctor Paz Estenssoro fue<br />

derrocado en 1964, quedando en el poder el general René Barrientos,<br />

cuyo régimen intentó establecer un pacto con sectores del campesinado<br />

al tiempo que reprimía al movimiento obrero, en especial a los mineros.<br />

36


El contexto regional: América Latina en tiempos...<br />

En tanto, se formaron algunas guerrillas rurales que fueron comandadas<br />

por Ernesto “Che” Guevara, quien no logró consolidar el movimiento. El<br />

“Che” fue capturado y luego asesinado en octubre de 1967. El comando<br />

boliviano que lo capturó y asesinó había sido adiestrado y asistido por<br />

fuerzas norteamericanas e incluía a agentes de la CIA como el exiliado<br />

cubano Félix Rodríguez, quien dio la orden para ejecutarlo. El mismo Rodríguez<br />

había participado de una serie de operaciones contrainsurgentes,<br />

entre ellas Fenix en Vietnam.<br />

En 1969, Barrientos murió en un accidente y lo sucedió Luis Siles Salinas.<br />

Pero el general Alfredo Ovando Candía derrocó a Siles ese mismo año,<br />

inaugurando un gobierno militar que se acercó a la izquierda. Ovando<br />

nacionalizó concesiones de la Gulf Oil Company y favoreció al movimiento<br />

obrero. Sus tendencias izquierdistas canalizaron un nuevo golpe de Estado<br />

de los sectores conservadores del Ejército. El general progresista Juan<br />

José Torres resistió y triunfó ante los golpistas. Ovando, desgastado políticamente,<br />

dejó en la presidencia a Torres, quien promovió el acercamiento<br />

a sindicalistas y sectores estudiantiles, dándole participación a vastos sectores<br />

mediante la creación de una asamblea del pueblo.<br />

Rápidamente, el gobierno de Torres se convirtió en una amenaza para las<br />

fuerzas de la seguridad nacional y en un nuevo objetivo prioritario. Los<br />

mismos sectores que fallaron en el golpe en 1970 emprendieron una ofensiva<br />

mucho más violenta y sangrienta, desalojando del poder a Torres en<br />

1971 sin haber completado un año de mandato e imponiendo en su lugar<br />

a Hugo Banzer, graduado de la Escuela de las Américas y ex agregado<br />

militar en Washington. Banzer instaló una dictadura de seguridad nacional<br />

por siete años, y ordenó el asesinato de Torres (1976) mientras vivía exiliado<br />

en Buenos Aires.<br />

En Perú, en 1963, triunfó en elecciones tuteladas por los militares Fernando<br />

Beláunde Terry. Su gestión incrementó el rol del Estado, amplió<br />

los servicios sociales y promovió una reforma agraria limitada. Los campesinos,<br />

desencantados, invadieron las propiedades rurales y surgió<br />

una guerrilla. Hacia 1966 el movimiento había sido ferozmente reprimido,<br />

dejando decenas de muertos. En medio de una crisis económica,<br />

el presidente fue derrocado por otro golpe militar, que dejó al mando<br />

a Juan Velasco Alvarado. El nuevo gobierno se propuso reformar el<br />

orden económico y social peruano, intentando disminuir las enormes<br />

desigualdades de su país.<br />

<strong>Operación</strong> <strong>Cóndor</strong>. 40 años después<br />

37


Capítulo 2<br />

Velasco, considerado un general progresista, realizó un vasto plan de nacionalización<br />

y estatización de empresas y concesiones claves en la economía<br />

peruana (petróleo, minería, pesca, comunicaciones, energía) y concretó<br />

una reforma agraria que redistribuyó más de 9000 hectáreas del escaso<br />

suelo fértil del país. También promovió una reforma educativa que implicó<br />

la enseñanza bilingüe y reconocer al quechua como lengua oficial del país<br />

junto al castellano. En política exterior, el presidente acercó posiciones con<br />

el gobierno cubano y con la URSS. Con estos antecedentes, fue considerado<br />

enemigo por las fuerzas contrainsurgentes, que dieron un golpe de<br />

Estado en 1975 encabezado por Francisco Morales Bermúdez, luego presidente<br />

hasta 1980. En las antípodas de Velasco Alvarado, Bermúdez fue<br />

acusado de violaciones a los derechos humanos y por su participación en<br />

la <strong>Operación</strong> <strong>Cóndor</strong>.<br />

En Uruguay, a mediados de los años 1960 los sectores asalariados habían<br />

conseguido unificarse en torno a la Convención Nacional del Trabajo (CNT)<br />

y desde 1962 el Movimiento de Liberación Nacional Tupamaros (MLN-T)<br />

presionaba como guerrilla urbana para mejorar las condiciones sociales<br />

y económicas de la población. En 1967, una reforma constitucional que<br />

fortaleció la figura presidencial permitió al entonces jefe del ejecutivo,<br />

Jorge Pacheco Areco, iniciar un proceso de concentración de poderes<br />

que derivaría en una dictadura. Durante el “pachequismo” se intensificó<br />

la represión a militantes políticos y sindicales de izquierda, y se combatió<br />

a los Tupamaros. Pacheco combinó esta estrategia represiva con una<br />

política económica regresiva que eliminó las convenciones colectivas<br />

de trabajo.<br />

En las elecciones de 1971 triunfó el oficialismo con Juan María Bordaberry.<br />

Pero en este escenario apareció una nueva fuerza política: el Frente Amplio,<br />

que nucleó sectores de izquierda, progresistas y demócratas cristianos.<br />

Ante esta situación, en 1973, el Parlamento suspendió las garantías<br />

individuales y votó el estado de guerra interna. La represión se tornó sistemática,<br />

desarticulando a los Tupamaros y persiguiendo a toda forma de<br />

oposición política o sindical. Al poco tiempo, se creó el Consejo de Seguridad<br />

Nacional, se terminó por disolver tanto el Parlamento como a la<br />

CNT, se censuraron varios periódicos opositores y se ilegalizaron todas las<br />

expresiones políticas progresistas. Este “golpe en cámara lenta” aplicó el<br />

terrorismo de Estado, como el resto de las dictaduras de DSN, y dejó un<br />

saldo de miles de torturados y exiliados.<br />

38


El contexto regional: América Latina en tiempos...<br />

En Chile se instaló también una dictadura feroz que terminaría siendo la<br />

cuna de la <strong>Operación</strong> <strong>Cóndor</strong>. A mediados de los años 1960, el gobierno<br />

conservador de Jorge Alessandri enfrentaba una situación política caracterizada<br />

por la polarización. Hacia las elecciones de 1964, la izquierda<br />

liderada por Salvador Allende estaba en condiciones de disputar la presidencia.<br />

Ante este contexto, los conservadores establecieron una alianza<br />

con los demócratas cristianos. Apoyados por una vasta operación de la<br />

CIA —que invirtió una veintena de millones de dólares en propaganda<br />

política y otras estrategias—, (26) estos sectores llevaron al poder a Eduardo<br />

Frei. Hacia 1970, Chile se aprestaba a celebrar unas nuevas elecciones. La<br />

izquierda formó la Unión Popular como coalición encabezada por Allende,<br />

la derecha conservadora promovió la vuelta al poder de Jorge Alessandri,<br />

y los demócratas cristianos llevaron como candidato a Radomiro Tomic. El<br />

resultado fue similar a lo que venía sucediendo desde hacía años: ninguna<br />

fuerza consiguió una victoria amplia. Allende logró un triunfo con el 36%<br />

de los votos, sobre el 35% de Alessandri. De acuerdo a la Constitución<br />

chilena, el Congreso debía ratificar la victoria de Allende. Desde ese momento<br />

comenzó, apoyado por la CIA, un complot militar y una campaña<br />

desestabilizadora acompañada de fuga de capitales. Las intervenciones<br />

de EEUU para impedir que Allende asumiera el poder y luego para derrocarlo,<br />

transformó el golpe de Estado en Chile en un modelo para toda la<br />

región.<br />

2.2. Chile: un caso modelo<br />

Aunque la acción estadounidense contra Chile era inocultable entre los<br />

años 1971-1973 y ya se denunciaba la aplicación de un esquema contrainsurgente,<br />

recién en 1998 la desclasificación de archivos en EEUU reveló al<br />

mundo su intervención directa. Una selección de cables de los Archivos de<br />

Seguridad Nacional de EEUU, permitió reconstruir una historia de brutal<br />

intervencionismo que ya había sido expuesta en el propio Congreso estadounidense<br />

en 1975 en el llamado “Informe Hinchey”.<br />

Estos documentos fueron altamente censurados, intentando ocultar la complicidad<br />

de EEUU tanto en el asesinato de Letelier como en la desaparición<br />

de los norteamericanos Frank Teruggi y Frank Horman durante los primeros<br />

tiempos de la dictadura chilena. Con esta historia se realizó el filme Missing,<br />

(26) Wise, David, “Operaciones secretas...”, op. cit.<br />

<strong>Operación</strong> <strong>Cóndor</strong>. 40 años después<br />

39


Capítulo 2<br />

dirigido por Costa Gavras, que se convirtió en un fuerte testimonio contra<br />

las acciones de Washington. Sin embargo, fue este abundante material<br />

probatorio lo que ha transformado al caso chileno en el ejemplo más claro<br />

de la intervención norteamericana en la región para instalar una dictadura<br />

de seguridad nacional.<br />

Miembros del Consejo de Seguridad Nacional sospechaban que, si asumía<br />

Allende, sería un pésimo ejemplo para la región porque llevaría al<br />

poder a un “marxista-leninista” elegido democráticamente y sin seguir el<br />

modelo revolucionario cubano. (27) Además, pensaban que Chile se convertiría<br />

en refugio de “subversivos” de la región . (28)<br />

En septiembre se realizó una campaña de desestabilización económica para<br />

“salvar a Chile”. En una reunión entre Nixon y Kissinger se ordenó iniciar un<br />

plan de acción de 48 hs. en que proponían “hacer gritar a la economía”. (29)<br />

En octubre de 1970, la CIA produjo un cable donde resumía: “es política<br />

firme y establecida de esta administración que Allende deber ser derrocado<br />

por un golpe militar”. Para ello la agencia envió un “grupo de<br />

Tareas” y consiguió el apoyo para su campaña de las compañías multinacionales<br />

norteamericanas. (30)<br />

Pero que el general René Schneider fuera el jefe del Ejército complicaba<br />

las operaciones. Schneider era un militar constitucionalista que sostenía el<br />

sometimiento de las Fuerzas Armadas al poder civil. El 22 de octubre de<br />

1970, dos días antes de que el Congreso ratificara a Allende, un grupo de<br />

militares y civiles de Patria y Libertad lo emboscaron y le dispararon mientras<br />

circulaba en su automóvil: Schneider murió tres días después.<br />

EEUU tuvo en este crimen un rol decisivo. Desde Washington, Henry Kissinger<br />

había dado órdenes precisas para que se ordenara actuar al general<br />

Roberto Viaux Marambio. Un cable de Richard Helms (director de<br />

la CIA) del día 16 de octubre de 1970 decía “Es imperativo que estas<br />

acciones se implementen (…) de manera que la mano norteamericana y<br />

(27) Amato, Alberto, “Como Estados Unidos planeó el golpe contra Allende desde 1970”,<br />

Alberto Amato, Clarín, suplemento Zona, 21/02/1999, p. 9.<br />

(28) Amato, Alberto, “Como Estados Unidos...”, ibid.<br />

(29) Aliscioni, Claudio M. y Baron, Ana, “Los papeles secretos del golpe de 1973 en Chile”,<br />

Clarín, 15/11/1998, Bs. As., p. 34.<br />

(30) Mashkin, Valentín, “<strong>Operación</strong> <strong>Cóndor</strong>, su rastro sangriento”, Bs. As., Cartago, 1985, p. 26;<br />

Aliscioni, Claudio M. y Baron, Ana, “Los papeles...”, op. cit.<br />

40


El contexto regional: América Latina en tiempos...<br />

la de su gobierno permanezcan bien ocultas…”. (31) En sus Memorias, Kissinger<br />

dice haber cancelado la operación el 17 de octubre y culpa de todo<br />

a Viaux. (32) Sin embargo, el “Informe Hinchey” señala que ese mismo día la<br />

CIA entregó armas de fuego a los complotados y luego le entregó 35.000<br />

dólares “por razones humanitarias”. (33)<br />

En el asesinato de Schneider actuó también Enrique Lautaro Arancibia<br />

Clavel, que fue uno de los personajes claves en la <strong>Operación</strong> <strong>Cóndor</strong> y<br />

también agente especial de la DINA, que sería la máxima creación de Augusto<br />

Pinochet después del golpe militar. A partir de los cables desclasificados,<br />

se supo que este primer complot contra el gobierno de Allende<br />

recibió el nombre de “Proyecto Fulbert”, y que fue dirigido por Thomas<br />

Karamessines, director de Planes de la CIA. (34)<br />

La conspiración, apoyada por la derecha chilena, falló, y finalmente Allende<br />

asumió como el primer presidente socialista electo de la región. El gobierno<br />

de Allende intentó encaminar a Chile hacia el socialismo, nacionalizando<br />

recursos clave como el cobre, expropiando importantes empresas y concretando<br />

una vasta reforma agraria. Al tiempo que Allende gobernaba, sectores<br />

de la alianza en el poder apostaban por una vía revolucionaria al socialismo<br />

y veían con buenos ojos el crecimiento del Movimiento de Izquierda<br />

Revolucionario (MIR), una organización armada de izquierda creada en 1965.<br />

La oposición de derecha chilena, con el apoyo de EEUU, que enviaba<br />

recursos y realizaba operaciones de desestabilización contra Allende,<br />

intentó obstaculizar la gestión del presidente. Pero las elecciones de<br />

medio término para renovar el parlamento revelaron que el gobierno<br />

se fortalecía. Este fue el último argumento de los sectores militares conservadores<br />

y opositores para promover el golpe de Estado del 11 de<br />

septiembre de 1973, que terminó con Allende muerto dentro del Palacio<br />

Presidencial y el general Augusto Pinochet en el poder. Comenzó entonces<br />

una de las más cruentas y largas dictaduras del Cono Sur, con miles<br />

de desaparecidos y asesinados por parte de un régimen de terror que<br />

continuó hasta 1990.<br />

(31) Calloni, Stella, <strong>Operación</strong> <strong>Cóndor</strong>. Pacto Criminal, México DF, La Jornada Ediciones,<br />

2001, p. 46.<br />

(32) Kissinger, Henry, White house years, Boston, Little Brown & Co, p. 674.<br />

(33) Calloni, Stella, <strong>Operación</strong> <strong>Cóndor</strong>. Pacto Criminal, op. cit.<br />

(34) Aliscioni, Claudio M. y Baron, Ana, “Los papeles...”, op. cit.<br />

<strong>Operación</strong> <strong>Cóndor</strong>. 40 años después<br />

41


Capítulo 2<br />

3. Las organizaciones político militares<br />

y la Junta de Coordinación Revolucionaria<br />

En la década de 1960 una generación de jóvenes desafió a los regímenes<br />

políticos que habían llevado al Cono Sur a la pobreza, la exclusión y la<br />

desigualdad. Los movimientos sociales radicalizados y las organizaciones<br />

político militares (en adelante OPM) rompieron con las formas establecidas<br />

de la política, criticando el reformismo de la izquierda tradicional y<br />

de los partidos progresistas. La revolución se convirtió en el camino para<br />

promover el cambio social, político, cultural y económico deseado.<br />

Progresivamente, el programa de cambio se orientó en un sentido militarista,<br />

privilegiando en las discusiones, las formas de lucha armada por<br />

sobre la lucha política. La violencia se transformó en un recurso legitimado<br />

por la mayoría de los actores del sistema político regional siguiendo la lógica<br />

binaria de amigo-enemigo. Desde la nueva izquierda, la lucha armada<br />

se consolidó como el camino para tomar el aparato del Estado y realizar<br />

el proyecto del hombre nuevo antiimperialista y anticapitalista. Desde las<br />

fuerzas contrainsurgentes, la represión estatal era la herramienta para eliminar<br />

todo cuestionamiento social, político o cultural.<br />

El éxito de la Revolución Cubana generó una réplica de las experiencias foquistas<br />

en el Cono Sur. La llamada teoría del foco, desarrollada por el “Che”<br />

Guevara, proponía que no era necesario esperar a que estuvieran dadas las<br />

condiciones para la revolución sino que, a partir de un pequeño foco guerrillero,<br />

se podía lograr una rápida expansión que consiguiera la adhesión de<br />

las masas y derrocara al régimen. En su visión tradicional, debían desarrollarse<br />

en zonas rurales, apoyándose en el campesinado. Posteriormente se<br />

intentó hacerlo desde la clandestinidad urbana. En muchos casos, se combinaron<br />

ambas opciones, impulsando una guerra popular prolongada tanto<br />

en zonas rurales como en las urbanas. Ello implicaba desarrollar un combate<br />

político, social, cultural, económico y militar conectando al núcleo guerrillero<br />

con los movimientos populares de masas y las clases medias urbanas.<br />

Para ello, se debía conquistar para la revolución a fracciones de los movimientos<br />

sociales de campesinos, indígenas, mujeres, jóvenes, estudiantes,<br />

trabajadores, formando frentes intermedios que canalizaran sus reclamos.<br />

Así, los regímenes en el poder perderían legitimidad y se generaría una<br />

insurrección de masas que llevaría al ataque militar final. (35)<br />

(35) Goicovic Donoso, Igor, “El internacionalismo proletario en el Cono Sur. La Junta Coordinadora<br />

Revolucionaria, un proyecto inconcluso”, II Jornadas de Historia Política de Chile,<br />

42


El contexto regional: América Latina en tiempos...<br />

Fueron muchas las OPM que actuaron en la región, aquí solo se retoman<br />

los casos más representativos y se reconstruye el intento de coordinación<br />

con la Junta de Coordinación Revolucionaria (JCR).<br />

3.1. Las organizaciones político militares en el Cono Sur<br />

En Brasil, al momento del golpe de Estado, no existían OPM, estas se<br />

formaron a partir de 1967. Fue justamente la dictadura de seguridad nacional<br />

implantada la que generó un replanteo estratégico de la izquierda<br />

brasileña, profundamente fragmentada.<br />

La Acción Libertadora Nacional (ALN) se originó por la separación de Carlos<br />

Marighella del Partido Comunista Brasileño, liderado por una tendencia<br />

más moderada de Luís Carlos Prestes que no apoyaba la opción revolucionaria.<br />

Marighella, que había viajado a Cuba y China, fundó en 1968<br />

la ALN como guerrilla urbana y rural, de tipo foquista. En 1969 Marighella<br />

se hizo mundialmente famoso por la publicación en varios idiomas de su<br />

Minimanual del Guerrillero Urbano, pero ese mismo año fue asesinado<br />

en una emboscada. Perseguida por la dictadura, la ALN realizó algunas<br />

acciones exitosas hasta 1973, cuando se disolvió.<br />

Otra destacada OPM fue el Movimiento Revolucionario 8 de Octubre<br />

(MR8), descendiente de la Disidencia Comunista de Guanabara. Este movimiento<br />

contaba con fuertes apoyos en el medio universitario, promoviendo<br />

la lucha armada. Varios militantes fueron capturados en sus primeros<br />

años, pero el MR8 continuó su lucha. Para 1972, muchos de sus<br />

cuadros habían sido asesinados o vivían exiliados en Chile.<br />

Por último, existió una importante guerrilla liderada por Mauricio Grabois<br />

que se asentó sobre el rio Araguaia, en la jungla del Estado de Pará, fundada<br />

por el Partido Comunista de Brasil de tendencia maoísta. Combatió<br />

a la dictadura brasileña desde 1967, pero tras varios operativos militares<br />

contrainsurgentes iniciados en la década del 70, estaba desarticulada<br />

para 1974. La masacre realizada superó un simple enfrentamiento armado:<br />

las Fuerzas Armadas de Brasil aplicaron una política de exterminio<br />

que apuntó a eliminar toda base de apoyo campesino al foco guerrillero.<br />

Al calor de las experiencias de Vietnam y Argelia, perpetraron cientos de<br />

secuestros, torturas, mutilaciones, ejecuciones y desapariciones. El caso<br />

USACH, Santiago, 9-10/11/2005, Centro de Estudios Miguel Enríquez, [en línea] http://www.<br />

archivochile.com<br />

<strong>Operación</strong> <strong>Cóndor</strong>. 40 años después<br />

43


Capítulo 2<br />

fue llevado ante la Corte Interamericana de Derechos Humanos, que responsabilizó<br />

al Estado brasileño prescribiendo que investigue lo ocurrido,<br />

localice los restos de los desaparecidos, condene a los culpables e indemnice<br />

a las víctimas.<br />

La más famosa experiencia foquista del Cono Sur se desarrolló en Bolivia,<br />

con la llegada encubierta de Ernesto “Che” Guevara en noviembre de<br />

1966 y la formación del Ejército de Liberación Nacional (ELN). La guerrilla<br />

estableció un campamento en diciembre cerca del río Ñancahuazú, donde<br />

participaron cubanos, bolivianos y el intelectual Régis Debray. Tras meses<br />

de inconvenientes y deserciones, el Che fue capturado junto con la<br />

mayoría de los sobrevivientes en octubre de 1967, siendo posteriormente<br />

asesinado. Una segunda etapa del ELN iniciada en 1969, fue la que lideró<br />

Inti Peredo, cofundador de la organización junto al Che. Tras el golpe<br />

de Banzer de 1971, la represión estatal terminó desarticulando al ELN en<br />

poco tiempo y muchos militantes se exiliaron en Chile.<br />

En Chile, en agosto de 1965, se había formado el Movimiento de Izquierda<br />

Revolucionaria (MIR) con la unificación de fracciones comunistas, socialistas,<br />

maoistas y trotskistas. Con una postura revolucionaria desde sus orígenes,<br />

cuestionaba el perfil reformista de los partidos comunista y socialista,<br />

aunque siempre fue un partido político sin un ejército específico. En 1967,<br />

cuando el ala más radicalizada de Miguel Enríquez conquistó su estructura<br />

directiva, el MIR se definió abiertamente por la insurrección armada,<br />

reestructurando sus cuadros. Al momento de asumir Allende, el MIR no<br />

participó de la coalición gobernante, la Unidad Popular, criticando su reformismo<br />

gradual. Pero, ante un gobierno socialista, suspendió la lucha<br />

armada y se concentró en desarrollar sus frentes.<br />

Tras el golpe de Pinochet en 1973, el MIR inició un combate clandestino a<br />

la dictadura evitando exiliar a sus cuadros. Tras la experiencia de Allende,<br />

no contaba con el armamento ni la estructura necesaria para enfrentar la<br />

violenta represión estatal y paraestatal que terminó con la vida de Enríquez<br />

y muchos de sus líderes. Hacia 1975 el MIR había sido derrotado y sus<br />

miembros comenzaron a exiliarse. Algunas operaciones residuales contra<br />

Pinochet se realizaron durante los años 80.<br />

En Uruguay, el Movimiento de Liberación Nacional-Tupamaros (MLN-T) fue<br />

fundado, en 1962, a partir de sectores del comunismo, el socialismo, el anarquismo,<br />

el sindicalismo y el maoísmo. Su líder fue Raúl Sendic, dirigente<br />

44


El contexto regional: América Latina en tiempos...<br />

sindical cañero de la Unión de Trabajadores del Azúcar de Artigas (UTAA).<br />

Desde el inicio no se conformó como un partido político sino como una<br />

guerrilla urbana, comenzando las acciones en 1963.<br />

Entre 1968 y 1972, durante el gobierno de Pacheco Areco, los Tupamaros<br />

desarrollaron las operaciones más importantes con resultados diversos.<br />

En 1969 intentaron copar la ciudad de Pando, pero fueron derrotados.<br />

A partir de allí la organización se fortaleció, política y estructuralmente,<br />

contando con una fuerte adhesión popular. Al año siguiente, el MLN-T<br />

secuestró y ejecutó al agente norteamericano Dan Mitrione, en un caso<br />

mundialmente famoso, y luego concretó una fuga cinematográfica de más<br />

de 100 detenidos del penal de Punta Carretas.<br />

En 1972, Sendic fue detenido por segunda vez, quedando encarcelado<br />

por trece años. Con el golpe de Bordaberry al año siguiente, la represión<br />

estatal terminó por desarticular al MLN-T, que ya había sido derrotado militarmente.<br />

Muchos militantes se exiliaron en Europa y en el resto del Cono<br />

Sur. Sus líderes fueron apresados como rehenes y trofeo de guerra hasta el<br />

retorno democrático, en 1985. Ya en democracia, Tupamaros se sumó a la<br />

arena política legal y se integró formalmente al Frente Amplio.<br />

En Argentina, durante los 60 se formaron algunas OPM en el norte del país,<br />

como Uturuncos, el Ejército Guerrillero del Pueblo (EGP) y las Fuerzas Armadas<br />

Peronistas (FAP). Uno de los más importantes fue el Partido Revolucionario<br />

de los Trabajadores (PRT), fundado en 1965 en Tucumán con una base<br />

de cañeros sindicalizados, grupos trotskistas y sectores indigenistas a los que<br />

se fueron sumando algunos militantes de diversos movimientos populares.<br />

En 1970 un grupo guevarista encabezado por Roberto Mario Santucho<br />

obtuvo el liderazgo del PRT y, decidida ya la opción por la lucha armada,<br />

fundó —en 1970— la guerrilla del partido: el Ejército Revolucionario del<br />

Pueblo (ERP). El PRT-ERP combatió a la dictadura de la Revolución Argentina,<br />

sufriendo importantes bajas y acelerando la caída del régimen. En<br />

agosto de 1972 varios de sus miembros, entre ellos Santucho, se fugaron<br />

junto a militantes peronistas de un penal en Rawson. Quienes no escaparon,<br />

fueron fusilados en una base militar en Trelew.<br />

Bajo el gobierno peronista, el PRT-ERP inicialmente hizo una tregua. Pero<br />

luego del giro definitivo a la derecha de una parte del peronismo, retomó la<br />

lucha armada. Entre 1974 y 1976 sufrieron duros reveses militares —como el<br />

intento fracasado de copamiento de un arsenal militar en Monte Chingolo<br />

<strong>Operación</strong> <strong>Cóndor</strong>. 40 años después<br />

45


Capítulo 2<br />

y el foco en Tucumán de la Compañía de Monte Ramón Rosa Jiménez—,<br />

con gran cantidad de bajas. A ello se sumó el accionar represivo estatal y<br />

paraestatal, que diezmó y debilitó profundamente la organización.<br />

Tras el golpe de Estado de 1976, los líderes, incluido Santucho, fueron<br />

capturados o asesinados. Al año siguiente, tras la derrota definitiva, los<br />

cuadros sobrevivientes comenzaron un exilio que fragmentó y desarticuló<br />

el PRT-ERP. Una fracción liderada por Enrique Gorriarán Merlo combatió<br />

junto al Frente Sandinista de Liberación Nacional y ajustició al ex dictador<br />

nicaragüense Anastasio Somoza en Asunción, en 1980.<br />

Otra OPM destacada de la Argentina fue Montoneros. Formada durante<br />

la dictadura de Onganía entre grupos peronistas de izquierda, estuvo influenciada<br />

por el marxismo y el catolicismo tercermundista. Proponía la<br />

creación de un socialismo nacional y el retorno de Perón, con una retórica<br />

antiimperialista. En 1970 fueron conocidos a partir del secuestro, enjuiciamiento<br />

y asesinato del general Pedro Eugenio Aramburu, líder de la<br />

Revolución Libertadora y responsable del fusilamiento de militantes peronistas<br />

en 1956. Luego de esta acción, Montoneros creció rápidamente,<br />

consiguiendo apoyo popular. El mismo año tomaron una localidad en la<br />

provincia de Córdoba, copiando la toma de Pando realizada por los Tupamaros<br />

el año anterior. La organización fue duramente reprimida por la Revolución<br />

Argentina, pero sobrevivió hasta la vuelta del peronismo al poder.<br />

En este nuevo contexto, Montoneros hizo una tregua, tras haber conseguido<br />

el retorno del líder desde el exilio español. La derecha peronista y las<br />

organizaciones paramilitares recrudecieron la represión sobre la organización,<br />

llegando a declarase ilegal luego de la muerte de Perón, momento<br />

en el que volvió a la clandestinidad. Desde entonces, profundizaron la lucha<br />

armada, con acciones en varios puntos del país. Luego del golpe de<br />

1976, Montoneros continuó la lucha, destacándose el atentado de julio<br />

en la sede de Coordinación Federal de la Policía Federal. Sin embargo,<br />

la represión sistemática llevó a que muchos de los cuadros dirigentes se<br />

exiliaran, estableciendo un cuartel general en México y realizando viajes<br />

a Cuba. Desde allí se planeó y dirigió la “contraofensiva”, que implicó el<br />

retorno de grupos de Montoneros entrenados para acciones de guerrilla y<br />

propaganda entre 1979 y 1980. Ambas tentativas fracasaron y los militantes<br />

fueron alcanzados por la violencia estatal.<br />

En Paraguay, por último, hubo algunas OPM que intentaron terminar con la<br />

dictadura de Stroessner, aunque todas fracasaron. Su nivel organizacional<br />

46


El contexto regional: América Latina en tiempos...<br />

—más modesto—, de recursos y cuadros no era comparable con las que<br />

actuaron en el resto de la región. Los casos más importantes fueron: el<br />

Movimiento 14 de Mayo (M14), fundado en 1958 como guerrilla con rasgos<br />

foquistas; el Frente Unido de Liberación Nacional (FULNA) de la izquierda<br />

revolucionaria, operando en línea foquista a comienzos de los 60;<br />

y la Organización Político-Militar del Partido Comunista Paraguayo (PCP),<br />

más cercana al maoísmo a mediados de los 60. (36)<br />

3.2. La Junta de Coordinación Revolucionaria<br />

El “Che” Guevara había propuesto, en la Conferencia Tricontinental de La<br />

Habana, “crear dos, tres… muchos Vietnam”. A partir de esta convocatoria<br />

y de la conferencia de la Organización Latinoamericana de Solidaridad de<br />

1967, donde se reunieron cientos de militantes de izquierda de la región,<br />

muchas OPM del continente se prepararon para respaldar la lucha del ELN.<br />

La muerte del Che fue un catalizador para los contactos entre las OPM,<br />

iniciados en 1968 con la campaña de solidaridad del MIR con el ELN derrotado<br />

en Bolivia. Al mismo tiempo, todas las OPM se definieron por la<br />

lucha armada continental, que fue el consenso principal que permitió la<br />

colaboración. Para el momento de la segunda campaña del ELN, hubo<br />

acciones coordinadas entre la fracción chilena del ELN, el MIR, el PRT-ERP<br />

y el MLN-T. Como señala el investigador uruguayo Aldo Marchesi, “las experiencias<br />

de solidaridad alrededor de las dos campañas en Bolivia habían<br />

ayudado a generar una red informal de solidaridad y apoyo entre varias<br />

organizaciones armadas de la región”. (37)<br />

Con la victoria de Allende, Chile se convirtió en un refugio seguro y elegido<br />

por los militantes para compartir experiencias y fortalecer los contactos,<br />

contando con el MIR como retaguardia estratégica. Allí se acercaban intelectuales,<br />

técnicos y políticos de todo el mundo para analizar la “vía chilena<br />

al socialismo”. Para 1971 se habían realizado encuentros bilaterales entre<br />

el ELN, el PRT-ERP, el MLN-T y el MIR en La Paz, Santiago y Montevideo. (38)<br />

(36) Céspedes, Roberto y Paredes, Roberto, “La resistencia armada al stronismo: panorama general”<br />

en NovaPolis, Revista de Estudios Políticos contemporáneos, nº 8, pp. 4/26, 2004.<br />

(37) Marcehsi, Aldo, “Geografías de la protesta armada: nueva izquierda y latinoamericanismo<br />

en el Cono Sur. El ejemplo de la Junta de Coordinación Revolucionaria”, en SocioHistórica,<br />

nº 25, UNLP, 2009, pp. 41/72.<br />

(38) Goicovic Donoso, Igor, “El internacionalismo proletario en el Cono Sur. La Junta Coordinadora<br />

Revolucionaria, un proyecto inconcluso”, ponencia presentada en las II Jornadas de<br />

Historia Política de Chile, USACH, Santiago, 9-10 de noviembre, 2005. Centro de Estudios<br />

<strong>Operación</strong> <strong>Cóndor</strong>. 40 años después<br />

47


Capítulo 2<br />

Las reuniones clave fueron las realizadas en noviembre de 1972 en Santiago<br />

de Chile. Allí las cúpulas del PRT-ERP, el MIR y el MLN-T acordaron<br />

crear una coordinadora regional al estilo de lo expresado por el “Che”<br />

en la Conferencia Tricontinental, realizar una declaración conjunta, crear<br />

una revista política y formar una escuela de cuadros. Según el relato de<br />

Gorriarán Merlo, fue Miguel Enríquez quien propuso crear un “instrumento<br />

de coordinación revolucionaria que implicara tanto el intercambio de<br />

experiencias políticas, como el intento de fijar posturas comunes (…) y el<br />

apoyo mutuo para solucionar la situación de compañeros perseguidos, los<br />

problemas financieros, de documentación, armamento…”. (39) Los militantes<br />

reunidos no imaginaban que en el mismo lugar, exactamente tres años,<br />

después se sellaría la <strong>Operación</strong> <strong>Cóndor</strong>.<br />

En 1973 se formó la Escuela Internacional de Cuadros en Chile, se estableció<br />

un taller de fabricación de armas, comenzaron los intercambios<br />

sistemáticos de militantes entre las diversas OPM y se realizó una segunda<br />

reunión en Rosario, Argentina, donde se incorporó formalmente el ELN<br />

boliviano. Sin embargo, la experiencia chilena fue cortada abruptamente<br />

por el golpe de septiembre de 1973, transformándose Buenos Aires en la<br />

nueva retaguardia estratégica.<br />

La cooperación se profundizó en Buenos Aires, oficializándose la existencia<br />

de la Junta de Coordinación Revolucionaria (JCR) el 1º de noviembre<br />

de 1974, con la publicación de la revista Che Guevara y el manifiesto A los<br />

pueblos de América Latina, traducido a varios idiomas y reproducido por<br />

las publicaciones de izquierda de todo el mundo. La JCR terminó de delinearse<br />

entonces como una coordinadora que mantenía la independencia<br />

estratégica y táctica de las OPM que la componían, intentando vincularlas<br />

y homogeneizarlas a partir del acuerdo por la opción armada. (40)<br />

Entre 1974 y 1975, la JCR logró desarrollar cierta estructura logística, de<br />

propaganda y de armamentos, a partir del liderazgo del PRT-ERP ante la<br />

Miguel Enríquez, [en línea] http://www.archivochile.com; Marcehsi, Aldo, “Geografías de la<br />

protesta armada: nueva izquierda y latinoamericanismo en el Cono Sur. El ejemplo de la Junta<br />

de Coordinación Revolucionaria”, en SocioHistórica, UNLP, nº 25, 2009, pp. 41/72.<br />

(39) Gorriarán Merlo, Enrique, Memorias de Enrique Gorriarán Merlo, de los sesenta a La<br />

Tablada, Bs. As., Planeta, 2003, p. 176.<br />

(40) Slatman, Melisa, “Para un balance necesario: la relación entre la emergencia de la Junta de<br />

Coordinación Revolucionaria y el Operativo <strong>Cóndor</strong>. Cono Sur, 1974-78” en Testimonios. Revista<br />

de la Asociación de Historia Oral de la República Argentina, Bs. As., vol. 2, 2010, pp. 1/24.<br />

48


El contexto regional: América Latina en tiempos...<br />

decisión del MIR de luchar contra la dictadura chilena y no exiliar sus cuadros.<br />

En esa lucha, Miguel Enríquez fue asesinado en octubre de 1974 y en<br />

el plenario del año siguiente se le realizó un homenaje en Buenos Aires,<br />

con la presencia de su hermano Edgardo. La Secretaría General de la JCR<br />

ya se había instalado definitivamente en esa ciudad.<br />

La represión estatal y paraestatal ya había comenzado en la Argentina, por<br />

lo que no era una retaguardia amigable como el Chile de Allende. Para<br />

1975, todas las organizaciones que componían la JCR habían sido fuertemente<br />

debilitadas. Asesinados sus líderes, desarticulado el PRT-ERP que<br />

conducía la JCR y con un escaso margen de maniobra, la JCR fue rápidamente<br />

eliminada en el marco de la dictadura argentina de 1976.<br />

Los pocos sobrevivientes intentaron una nueva etapa en el exilio europeo<br />

y mexicano a partir de 1977, pero la fragmentación, la falta de liderazgos<br />

y le imposibilidad de retornar al Cono Sur imposibilitaron la tarea. En 1978<br />

la JCR no existía más.<br />

Así como los golpes que instauraron las dictaduras de seguridad nacional<br />

en la región no fueron producto de una necesidad militar porque las<br />

OPM estaban en la mayoría de los casos desarticuladas desde tiempos<br />

democráticos, (41) la formación de la <strong>Operación</strong> <strong>Cóndor</strong> no fue el resultado<br />

necesario de la emergencia de una estructura coordinada de “subversión<br />

marxista”. En ambos casos las fuerzas de seguridad magnificaron su importancia,<br />

para legitimar ante la sociedad civil y la propia cadena de mandos<br />

militar, el terrorismo de estado y los proyectos políticos restrictivos.<br />

4. Grupos paramilitares en la región<br />

Las fuerzas contrainsurgentes en el Cono Sur no solo implementaron dictaduras<br />

de seguridad nacional para reprimir a los movimientos sociales, las<br />

organizaciones armadas y los partidos progresistas populares. Complementando<br />

la tarea del aparato represivo estatal, se formaron agrupaciones<br />

paramilitares y paraestatales que tenían íntimas conexiones con el Estado.<br />

Estos grupos de derecha que actuaban de manera terrorista operaron en<br />

muchos casos durante regímenes democráticos, preparando el terreno de<br />

lo que sería la represión posterior de las dictaduras. En este apartado, se<br />

analizan —como ejemplos ilustrativos de su accionar— a la Triple A, Patria<br />

y Libertad y los Escuadrones de la Muerte.<br />

(41) Tcach, César, “Dictaduras y organizaciones guerrilleras en Argentina, Brasil, Chile y Uruguay:<br />

ejercicio de un análisis comparativo”, en Historia del Presente, nº 10, 2007, pp. 89/114.<br />

<strong>Operación</strong> <strong>Cóndor</strong>. 40 años después<br />

49


Capítulo 2<br />

4.1. Alianza Anticomunista Argentina (AAA)<br />

Entre 1973 y 1976 actuó en la Argentina una organización parapolicial bajo<br />

el nombre de Triple A (Alianza Anticomunista Argentina), grupo terrorista<br />

fomentado, financiado y amparado por el Estado (42) desde el Ministerio de<br />

Bienestar Social a cargo de José López Rega (1916-1989).<br />

La Internacional Fascista estuvo entre los nexos más fuertes de la Triple A.<br />

Madrid fue la ciudad de muchos refugiados nacionalistas de la derecha<br />

argentina durante el franquismo (1936-1975). (43) Allí, López Rega, excabo<br />

de la Policía Federal argentina, llegó a ser secretario privado —algunos investigadores<br />

afirman que se infiltró— del expresidente argentino Juan Domingo<br />

Perón. Tras la muerte del líder y durante el gobierno de María Estela<br />

Martínez de Perón, se convirtió en uno de los hombres con más poder del<br />

país. Fue el fundador de la Triple A, e incluyó dentro de sus filas a mercenarios<br />

y criminales de la Organización del Ejército Secreto (OAS) de Francia. (44)<br />

También en esa misma ciudad López Rega se relacionó con dos personajes<br />

clave para conocer el entramado de operaciones de coordinación<br />

represiva de los 70 en Sudamérica: el neofascista italiano Stéfano Delle<br />

Chiaie y el embajador norteamericano en España Robert Hill. El primero,<br />

reclutado por la DINA, estuvo implicado en atentados realizados por la<br />

agencia chilena en coordinación con la Triple A por lo menos desde 1974.<br />

El segundo fue quizá el representante de Estados Unidos con más y mejor<br />

información sobre el terreno de la política en el Cono Sur, a lo que sumaba<br />

su vasta experiencia diplomática. Muchos de sus cables secretos han permitido<br />

reconstruir la historia de la <strong>Operación</strong> <strong>Cóndor</strong>.<br />

López Rega fue un frecuente interlocutor del embajador estadounidense<br />

en España, Robert Hill, quien durante la presidencia de Dwight David<br />

Eisenhower (1953-1961) tuvo una activa participación en el derrocamiento<br />

(42) Según el fallo del juez Norberto Oyarbide “… la existencia de la Triple A y los distintos<br />

hechos cometidos por sus miembros obedecieron a circunstancias políticas, enmarcadas en<br />

cuestiones ideológicas y fue montada desde el aparato del Estado, bajo cuyo amparo y garantía<br />

de impunidad actuó la asociación, en una práctica generalizada que de por sí constituyó<br />

una grave violación a los derechos humanos, justamente porque fueron implementados y<br />

llevados a cabo desde el Estado y por sujetos que respondían a ese poder…”. JNac. Crim. y<br />

Correcc. Fed. N° 5, Causa 1075/2006 “Triple A”, 26/12/2006 [en línea] http://www.desaparecidos.org/nuncamas/web/juicios/argentin/capital/aaa/resoluc/oyarbide_20061226.htm<br />

(43) González Janzen, Ignacio, La Triple A, Bs. As., Contrapunto, 1986, p. 93.<br />

(44) Organización política militar clandestina creada en 1961 para defender la presencia francesa<br />

en Argelia. La OAS cometió más de dos mil asesinatos.<br />

50


El contexto regional: América Latina en tiempos...<br />

del presidente de Guatemala, Jacobo Arbenz (1951-1954). (45) Hill lo contactó<br />

con el coronel Máximo Zepeda, fundador y jefe del Escuadrón de<br />

la Muerte de Guatemala, la Nueva Organización Anticomunista (NOA)<br />

de Guatemala, y especialista en organizar grupos paramilitares para<br />

“aniquilar al enemigo”. El país centroamericano había sido el laboratorio<br />

de la CIA en materia de terrorismo derechista, (46) con un saldo de<br />

más de 200 mil muertos y desaparecidos. Fue allí, en la década de los<br />

años 60, donde se produjeron las primeras desapariciones masivas en<br />

América Latina.<br />

Zepeda le brindó a López Rega los apoyos que recibiría por parte de la<br />

CIA para organizar las fuerzas de choque. “En Argentina no vamos a necesitar<br />

un millón de muertos como en Indonesia, porque con 10 mil se resuelve<br />

el problema”, le dijo López Rega al teniente coronel Jorge Osinde<br />

en una reunión en la que se discutía la creación de la organización paramilitar<br />

como recomendaba Zepeda. (47) Para eso, era necesario —según los<br />

manuales—, la eliminación de los dirigentes políticos sindicales, religiosos<br />

progresistas, cuadros encargados en tareas de movilización y periodistas<br />

opositores, todo con el objetivo de aterrorizar al conjunto y “purificar” el<br />

movimiento de “infiltración comunista”.<br />

A mediados de junio 1973 López Rega y sus hombres regresaron a la<br />

Argentina acompañados por cinco terroristas europeos, tres de la OAS<br />

subordinados a Jean-Pierre Cherid, y dos del grupo de Mario Vannoli,<br />

miembro de la <strong>Operación</strong> Gladio en Italia. (48) Al coronel Osinde se le<br />

encargó el operativo de seguridad para el retorno definitivo de Juan Domingo<br />

Perón a la Argentina. El 20 de junio de 1973, mientras se esperaba<br />

el arribo de Perón, una verdadera masacre en el Aeropuerto de Ezeiza<br />

dejó el saldo de 15 muertos y unos 600 heridos. Los fallecidos, principalmente<br />

miembros de la izquierda peronista, fueron las primeras víctimas<br />

de López Rega. (49)<br />

Paralelamente, el exagente de la CIA Robert Hill fue designado embajador<br />

en la Argentina bajo la administración republicana de Richard Nixon<br />

(45) González Janzen, Ignacio, La Triple A, op. cit.<br />

(46) Ibid., p. 98.<br />

(47) Ibid., p. 99.<br />

(48) Ibid., pp. 100/101.<br />

(49) Ibid., p. 107.<br />

<strong>Operación</strong> <strong>Cóndor</strong>. 40 años después<br />

51


Capítulo 2<br />

(1969-1974). A través de López Rega, tenía las puertas abiertas para las<br />

operaciones en Argentina. Esta vinculación de la Triple A con la CIA explica<br />

la presencia de muchos de sus agentes en la guerra centroamericana<br />

por parte de acciones estadounidenses, cubriendo el ‘ala sucia’ de sus<br />

acciones. (50) Se firmó en Buenos Aires, con el ministro, uno de los primeros<br />

convenios del continente para reprimir el narcotráfico donde López Rega<br />

comentó que “el combate contra las drogas forma parte de un plan político<br />

de lucha contra la subversión”. (51)<br />

Hasta la muerte del General Perón, la Triple A no se había adjudicado<br />

ninguna de las diferentes acciones terroristas. En esos meses fueron asesinados<br />

obreros sindicalizados, jóvenes peronistas, dirigentes villeros, médicos,<br />

abogados, estudiantes y políticos. Los paramilitares atentaron contra<br />

destacadas personalidades políticas del momento, como el abogado y<br />

senador radical Hipólito Solari Yrigoyen y el secretario del Movimiento<br />

Peronista Juan Manuel Abal Medina, y asesinaron a balazos al padre tercermundista<br />

Carlos Mujica.<br />

Luego de la muerte del líder justicialista, el 1 de julio de 1974, la ofensiva<br />

de López Rega fue inmediata. Tenían impunidad absoluta. Entre julio y<br />

septiembre de 1974, la Triple A perpetró 22 atentados, 20 secuestros y<br />

60 asesinatos. (52) Dos abogados defensores de presos políticos, Rodolfo<br />

Ortega Peña y Alfredo Curutchet, fueron acribillados a balazos. Otras víctimas<br />

fueron Silvio Frondizi (hermano del ex presidente Arturo Frondizi)<br />

y Atilio López, ex vicegobernador de la provincia de Córdoba. En total,<br />

la Triple A ejecutó a más de 2000 personas (53) mientras estuvo activa. Lo<br />

ocurrido en estos años, previo al golpe cívico militar de 1976, abrió un<br />

antecedente de lo que luego sucedería. Muchos de sus miembros continuaron<br />

“trabajando” en los grupos de tareas tras el inicio del denominado<br />

“Proceso de Reorganización Nacional”. El más conocido fue Aníbal Gordon,<br />

que de delincuente común pasó a ser uno de los jefes de la Triple<br />

A y miembro de la SIDE. Gordon, un nazi declarado, estuvo a cargo del<br />

centro clandestino de detención Automotores Orletti, punto neurálgico<br />

de la <strong>Operación</strong> <strong>Cóndor</strong>.<br />

(50) Calloni, Stella, Los años del Lobo: <strong>Operación</strong> <strong>Cóndor</strong>, Bs. As., Continente, 1999, p. 76.<br />

(51) Baron, Ana, “Los dilemas de Mr. Hill”, en Los papeles secretos de la Embajada. Segunda<br />

Sección, Diario Clarín, 22/03/1998.<br />

(52) González Janzen, Ignacio, La Triple A, op. cit., p. 127.<br />

(53) Ibid, p. 19.<br />

52


El contexto regional: América Latina en tiempos...<br />

4.2. Patria y Libertad (Chile)<br />

El Frente Nacionalista Patria y Libertad fue un movimiento terrorista paramilitar<br />

chileno de extrema derecha que buscó derrocar, a través de sabotajes<br />

y asesinatos, al gobierno democráticamente electo de Salvador<br />

Allende (1970-1973).<br />

En 1970, cuando el parlamento chileno debía elegir quien asumiría la<br />

primera magistratura entre Allende (1908-1973) y el expresidente Jorge<br />

Alessandri (1958-1964) se creó oficialmente el Movimiento Cívico Independiente<br />

Patria y Libertad, cuyo líder fue el abogado Pablo Rodríguez Grez,<br />

con el objetivo de presionar al Congreso para impedir la asunción del candidato<br />

de la Unidad Popular.<br />

En esas semanas en que el Congreso tenía que elegir al nuevo mandatario,<br />

las presiones fueron incesantes. Hubo atentados con explosivos en<br />

supermercados, empresas, en la Bolsa de Comercio y ciertos medios de<br />

comunicación, en cuyas inmediaciones se habían lanzado panfletos firmados<br />

por la BOC (Brigada Obrero Campesina). Esta fue la falsa herramienta<br />

utilizada para crear alarma, realizar libremente atentados, y que la opinión<br />

pública se lo atribuyera a la izquierda. En la coordinación de operaciones<br />

se encontraba Enrique Arancibia Clavel.<br />

Según una investigación del periodista Manuel Salazar Salvo, promovida<br />

por EEUU a través de la CIA, se realizó una reunión en Washington en la<br />

que participó Agustín Edwards Eastman, el dueño de la cadena de diarios<br />

El Mercurio y diferentes facciones de la ultraderecha chilena que en<br />

aquella campaña presidencial se habían congregado en el Movimiento<br />

Alessandrista Independiente (MIA). Todos constituyeron el Frente Republicano<br />

Independiente (FRI), cuyo principal inspirador fue el general Héctor<br />

Martínez Amaro, un nacionalista exacerbado que en 1970 fundó, con Franz<br />

Pfeiffer, el Partido Nacional Popular en el que intentó reagrupar vertientes<br />

nazis y oficiales en retiro de las Fuerzas Armadas chilenas. Por otra parte,<br />

Martínez Amaro era uno de los principales operadores del general Roberto<br />

Viaux Marambio (1917-2005), líder de la rebelión militar conocida como<br />

“Tacnazo”, sublevación que ocurrió en Chile el 21 de octubre de 1969. (54)<br />

La elección de Allende por parte del parlamento chileno era inminente. El<br />

22 de octubre fue herido gravemente el Comandante en jefe del Ejército,<br />

(54) Salazar Salvo, Manuel, “Cuando la derecha optó por las bombas”, en Punto Final, n° 717,<br />

03/09/2010, [en línea] http://www.puntofinal.cl/717/derechabombas.php<br />

<strong>Operación</strong> <strong>Cóndor</strong>. 40 años después<br />

53


Capítulo 2<br />

General René Scheneider, quien falleció tres días después. Con dicho<br />

atentado se buscaba provocar la intervención de las Fuerzas Armadas. (55)<br />

Tras la asunción de Salvador Allende, se decidió fundar, al año siguiente,<br />

el Frente Nacionalista Patria y Libertad. El hecho ocurrió en un acto en el<br />

Estadio Nataniel, el 1 de abril de 1971. Hasta el derrocamiento del presidente<br />

de la Unidad Popular, este grupo terrorista realizó toda clase de<br />

sabotajes y atentados, muchos de ellos financiados por la CIA. El grupo<br />

contaba con un himno donde remarcaban su perfil nacionalista y anticomunista:<br />

Adelante, los nacionalistas. La patria nos llama a combatir. Opongamos<br />

a la traición marxista, la fuerza insurgente de un pueblo<br />

viril. Adelante, los nacionalistas. Alzando la mirada, abierto el corazón,<br />

al viento la bandera, luchemos por la patria. Rompamos las<br />

cadenas por la liberación. Por la liberación. Adelante los nacionalistas.<br />

Adelante un nuevo amanecer. Si la muerte nos sale al camino,<br />

ni aún ella nos puede detener. Adelante, los nacionalistas,<br />

destruyamos el odio con amor. Por la unidad del pueblo, brindemos<br />

nuestras vidas. Entreguemos a Chile un destino mejor. Un<br />

destino mejor. Adelante. Adelante, los nacionalistas. Por la Patria<br />

y la libertad. La Patria y la libertad.<br />

En 1972, uno de los fundadores de Patria y Libertad, Roberto Thieme, estuvo<br />

a cargo de un operativo por el cual logró ingresar al país 100 fusiles<br />

automáticos provenientes de la Argentina.<br />

En 27 de julio de 1973, este grupo terrorista asesinó a balazos al edecán<br />

del presidente Allende, Arturo Araya Peeters. Por el hecho fueron detenidos<br />

varios miembros de la organización. El objetivo de este accionar era<br />

sacar de escena a una persona cerca al primer mandatario y que había<br />

defendido a Allende cuando, el 29 de junio de 1973, se había realizado<br />

una sublevación militar conocida como el “tanquetazo”, desarticulada por<br />

el Comandante en jefe del Ejército, General Carlos Prats.<br />

En una entrevista de 2006 Thieme cuenta que, luego del fracaso del paro<br />

nacional en 1972, se iniciaron los contactos entre Patria y Libertad y un<br />

grupo de militares para acelerar el derrocamiento de Allende. La Marina<br />

le pidió al grupo terrorista iniciar una serie de atentados y sabotajes para<br />

entorpecer los flujos de combustibles, energía eléctrica y cortar algunos<br />

(55) Ver punto 2.2. “Chile: un caso modelo”.<br />

54


El contexto regional: América Latina en tiempos...<br />

puentes y oleoductos. Vicente Gutiérrez, un ex militar del comando de<br />

infantes de marina con cursos de contrainsurgencia y operaciones de comandos<br />

en EEUU, fue el encargado de entrenar a las brigadas para realizar<br />

los atentados. (56)<br />

El primer sabotaje se denominó ”La noche de las mangueras largas”, que<br />

contó con el apoyo logístico por parte del vicealmirante José Toribio Merino.<br />

Allí se volaron varios ductos de combustibles. También se realizó un<br />

importante apagón en Chile mientras por Cadena Nacional hablaba Salvado<br />

Allende. Además, volaron unas torres de alta tensión. (57)<br />

Durante el mes de agosto, los sabotajes continuaron. El golpe contra<br />

Allende era inminente y finalmente se concretó el 11 de septiembre de<br />

1973. Dos días después, el Frente Nacionalista Patria y Libertad se disolvió<br />

ya que su objetivo había sido cumplido con éxito. Tras el golpe de Estado,<br />

varios de sus integrantes se incorporaron como agentes y colaboradores<br />

de la Dirección de Inteligencia Nacional (DINA). (58) En 2006, durante los<br />

funerales del dictador Augusto Pinochet, varios de los miembros de Patria<br />

y Libertad fueron a rendirle homenaje.<br />

4.3. Escuadrones de la Muerte (Brasil) (59)<br />

Los Escuadrones de la Muerte (EM) fueron grupos de exterminio integrados<br />

por agentes estatales que actuaron durante las décadas de 1950 a<br />

1970 en diversas regiones de Brasil. En sus filas había agentes, investigadores,<br />

delegados y otros funcionarios de la policía civil y militar. Inicialmente<br />

actuaban contra delincuentes, muchos de los cuales no tenían<br />

ninguna acusación o estaban detenidos por delitos de poca monta. Los<br />

EM estuvieron implicados en contravenciones como tráfico de drogas<br />

y de armas, robo de vehículos, venta de “protección policial” a comerciantes,<br />

extorsión, explotación de juegos ilegales, prostitución y tráfico<br />

de influencias. Contaban con la anuencia y asociación del poder político<br />

y garantía de protección. La impunidad fue parte de ese entramado y<br />

(56) [En línea] http://www.lanacion.cl/noticias/site/artic/20060211/pags/20060211180634.html<br />

(57) [En línea] http://www.lanacion.cl/noticias/site/artic/20060211/pags/20060211180634.html<br />

(58) Salazar Salvo, Manuel, (3 de septiembre de 2010), Cuando la derecha optó por las bombas.<br />

Punto Final. Edición N° 717. 3 de septiembre de 2010. [En línea] http://www.puntofinal.<br />

cl/717/derechabombas.php<br />

(59) Por Enrique Serra Padrós, investigador de la Universidade Federal do Rio Grande do Sul<br />

(UFRGS), Brasil.<br />

<strong>Operación</strong> <strong>Cóndor</strong>. 40 años después<br />

55


Capítulo 2<br />

factor de intermediación entre los involucrados. La venganza policial fue<br />

otro de los móviles de los crímenes realizados. Prácticas de coacción, torturas,<br />

secuestros, ejecuciones y otras formas de violencia eran parte de la<br />

metodología de funcionamiento. El anonimato y el encubrimiento de los<br />

crímenes dificultaban su vinculación con autoridades y estructuras estatales.<br />

La eficiencia de ese dispositivo de control y exterminio se sostenía sobre<br />

una base de corrupción que se extendía por el ámbito estatal —local y<br />

nacional—, con apoyos en los poderes Judicial y Ejecutivo, el sistema político,<br />

la prensa y los círculos empresariales, lo que configuraba una trama<br />

compleja de connivencias, silencios y solidaridad represiva.<br />

En Río de Janeiro, su origen remonta al final de los años 50 cuando el comandante<br />

de la Policía, Amaury Kruel, creó un grupo especial de agentes<br />

con atributos paralelos a la institución oficial. La unidad de Kruel tenía autonomía<br />

para matar “bandidos”. En poco tiempo, cadáveres con señales<br />

de violencia eran abandonados en terrenos baldíos de favelas y barrios<br />

populares: un cráneo y dos huesos cruzados —símbolos del EM— y carteles<br />

con frases como “Yo era un ladrón” o “Yo vendía drogas”, conformaban<br />

la escena del crimen. El escuadrón secreto de Kruel inicia la degeneración<br />

del aparato policial. En el mismo período, había unidades semejantes<br />

conectadas a otras divisiones policiales —la Escudería Lecocq fue la más<br />

destacada—. La notoriedad de los hechos reforzó la percepción de una<br />

coordinación entre el sistema formal policial y el sistema informal de los<br />

escuadrones. Estos se multiplicaron por todo el país generando una cultura<br />

de exterminio de “bandidos” y consolidando la función de pistoleros<br />

de alquiler y grupos privados de exterminio.<br />

En San Pablo, en el origen del EM está el gobernador Abreu Sodré, su<br />

secretario de Seguridad Hely Lopes Meireles y el temido delegado Sérgio<br />

Paranhos Fleury, reconocida figura del DOPS. El accionar de este EM ocurrió<br />

entre 1968 y el final de los años 70, cuando cesó como consecuencia<br />

de las acusaciones de la Fiscalía y del Procurador de Justicia, Hélio Bicudo.<br />

Surge de las llamadas Rondas (patrullas) Unificadas do Departamento de<br />

Investigações (RUDI) y de las Rondas Noturnas Especiais da Polícia Civil<br />

(RONE), instituidas en 1958 y 1959 respectivamente, para combatir robos<br />

y asaltos en un contexto de inversiones extranjeras y modernización del<br />

parque industrial. La necesidad de convencer a los inversionistas de que el<br />

crimen no era tolerado llevó ciertos círculos del poder a difundir que São<br />

Paulo precisaba imponer orden con “mano dura” y efectuar una limpieza<br />

56


El contexto regional: América Latina en tiempos...<br />

social, pues la justicia era lenta y las leyes impedían soluciones drásticas.<br />

Fleury propuso una organización paralela y clandestina para eliminar indeseables<br />

y que procediera fuera de las formalidades legales. La aplicación<br />

de su propuesta corrobora la simbiosis orgánica con la fuerza policial e,<br />

indirectamente, con la administración estatal. Parte de los integrantes del<br />

EM de Fleury pertenecían al DOPS, tenían entrenamiento para combatir a<br />

la oposición política del régimen (la “subversión comunista”, algo intencionalmente<br />

impreciso, indefinido y extremamente exagerado). Conocían<br />

técnicas de tortura y amedrentamiento y las utilizaron en la eliminación de<br />

pobres y desclasados. Después del endurecimiento de la dictadura con el<br />

Acto Institucional N° 5, en 1969, incorporaron a sus objetivos la erradicación<br />

de grupos revolucionarios.<br />

En otros Estados brasileños, como Alagoas y Espírito Santo, la formación<br />

de escuadrones resultó de la protección de los intereses de las élites locales<br />

entrelazando el latifundio, la administración pública, el sistema político<br />

y el coronelismo. Las ejecuciones de líderes rurales y cuadros de la Iglesia,<br />

el pánico sembrado entre pobladores y el encubrimiento de cementerios<br />

clandestinos constituyeron rutina en esas regiones.<br />

Mientras los EM proliferaban, EEUU desarrollaba un nuevo programa de<br />

formación de grupos policiales especializados en control social —Dan Mitrione<br />

era uno de sus especialistas—, que pretendía que esas unidades se<br />

encuadrasen en el organigrama legal existente. Consideraban nociva la<br />

autonomía operativa de los EM en el combate al crimen y la “subversión”.<br />

Sin embargo, algunos de sus consultores colaboraban con ellos. Desde<br />

1968 coexistieron, en Brasil, unidades policiales especiales (legales), con<br />

EM clandestinos. A pesar de no actuar de forma articulada, los efectos de<br />

su actuación se completaban irremediablemente.<br />

Los EM fueron funcionales al sistema represivo y a los sectores económicos<br />

dominantes. Su experiencia fue incorporada a otras formas clandestinas<br />

de violencia estatal, exportada a países vecinos, y contribuyó en el<br />

montaje de la coordinación regional de seguridad nacional. Finalmente,<br />

parte de ellos fueron asimilados o desactivados por el Estado mientras<br />

otros se autonomizaron e incorporaron al crimen organizado.<br />

•<br />

<strong>Operación</strong> <strong>Cóndor</strong>. 40 años después<br />

57


Los antecedentes de la <strong>Operación</strong> <strong>Cóndor</strong><br />

CAPÍTULO 3<br />

CAPÍTULO 3<br />

Los antecedentes<br />

de la <strong>Operación</strong> <strong>Cóndor</strong><br />

•<br />

El golpe de Estado de 1964 en Brasil transformó a este país en el primer<br />

caso de aplicación concreta de las premisas de la seguridad nacional<br />

en el Cono Sur. Los brasileños fueron pioneros en la creación de<br />

un servicio de inteligencia moderno con asesoramiento norteamericano,<br />

en el espionaje de sus connacionales en el exilio, en el entrenamiento<br />

de militares de la región en la guerra contrainsurgente y en la planificación<br />

y ejecución de operaciones bilaterales. Para fines de los años 60, las<br />

fuerzas de seguridad argentinas, bolivianas, brasileñas, chilenas, paraguayas<br />

y uruguayas contaban con algunas experiencias de colaboración<br />

en secuestros, traslados y desapariciones de exiliados, por fuera de sus<br />

fronteras nacionales.<br />

En la década siguiente, esta colaboración se transformó, progresivamente,<br />

en coordinación. Algunos operativos ejecutados entre septiembre<br />

de 1974 y octubre de 1975 tuvieron las características de la <strong>Operación</strong><br />

<strong>Cóndor</strong> aun antes de que esta fuera formalizada. Los casos de<br />

Carlos Prats, Ramón Trabal y los fusilados de Soca, Bernardo Leighton,<br />

la <strong>Operación</strong> Colombo y el Operativo Independencia implicaron atentados<br />

con explosivos, asesinatos en lugares públicos, campañas de<br />

desinformación periodística, acciones de represión contrainsurgente,<br />

secuestros, traslados ilegales y fusilamientos, tanto en el Cono Sur<br />

como en Europa.<br />

<strong>Operación</strong> <strong>Cóndor</strong>. 40 años después<br />

59


Capítulo 3<br />

1. El rol clave de Brasil y los primeros<br />

casos de cooperación bilateral (1964-1973)<br />

La dictadura de seguridad nacional implementada en Brasil en 1964 fue<br />

la punta de lanza para las fuerzas contrainsurgentes en la región. Brasil<br />

promovió la cooperación entre los países del Cono Sur en materia de inteligencia,<br />

represión y operaciones militares, con el apoyo constante de la<br />

CIA y otras agencias estatales estadounidenses.<br />

Durante los años 60 se capacitó en bases brasileñas a oficiales de inteligencia<br />

de la región en las nuevas formas de la guerra contrarrevolucionaria,<br />

incluidas las técnicas de interrogatorio. Los brasileños habían sido<br />

entrenados en estas faenas por especialistas franceses y de EEUU. Antes<br />

de estas iniciativas brasileñas, en 1961, el Ejército argentino había organizado<br />

el Primer Curso Interamericano de Guerra Contrarrevolucionaria en<br />

la Escuela Superior de Guerra bajo la impronta de la doctrina francesa que<br />

tenía una misión militar instalada. Este curso contó con la asistencia de oficiales<br />

brasileños, bolivianos, chilenos, ecuatorianos, peruanos, uruguayos<br />

y norteamericanos, entre otros. (1)<br />

El intercambio de informaciones se realizaba en instituciones continentales<br />

no secretas como la Conferencia de Ejércitos Americanos (CEA), y circulaba<br />

a través de agregados militares (la red AGREMIL) destinados a sedes<br />

diplomáticas en cada país. Se sabe que, desde las primeras reuniones de<br />

la CEA en los 60, se alentaba el intercambio de información de inteligencia<br />

acerca de los grupos subversivos y el comunismo internacional, se impulsaba<br />

la formación de escuelas de inteligencia en cada país y se pactaban<br />

programas de capacitación en sistemas codificados de comunicaciones. (2)<br />

Esta comunidad informativa continental devino un tema recurrente en las<br />

reuniones de la CEA entre fines de los 60 y principios de los 70. En la reunión<br />

de 1973, en Caracas, se consideró que la victoria contra la subversión<br />

solo era posible si los países miembros compartían la información y se<br />

prestaban asistencia técnica mutua, proponiéndose aumentar el intercambio<br />

de datos. (3) El mismo año, en una Conferencia de Jefes de Comunicaciones<br />

de Ejércitos Americanos realizada en Brasilia, se estableció una<br />

(1) Mazzei, Daniel, Bajo el poder de la caballería. El Ejército Argentino (1962-1973), Bs. As.,<br />

Eudeba, 2012.<br />

(2) McSherry, Patrice, Los Estados depredadores..., op. cit., p. 88.<br />

(3) Abramovici, Pierre, “’Opération Condor’, cauchemar d l’Amérique latine”, en Le Monde<br />

Diplomatique, 2001, pp. 24/25.<br />

60


Los antecedentes de la <strong>Operación</strong> <strong>Cóndor</strong><br />

Comisión Permanente de Comunicaciones Militares Interamericana. Estas<br />

estructuras, según McSherry, pueden haber sido la base del sistema de<br />

comunicaciones utilizado luego bajo la <strong>Operación</strong> <strong>Cóndor</strong>. (4)<br />

Un exoficial del Departamento de Orden Político y Social de San Pablo<br />

(DOPS-SP), y líder de un escuadrón de la muerte brasileño, reconoció con<br />

orgullo las conexiones que tenía por esos años con la CIA. Según este<br />

confidente, del adiestramiento recibido por la Agencia lo más útil era la<br />

instrucción sobre “seguimiento de subversivos” por fuera de las fronteras<br />

nacionales. (5) Para espiar a los brasileños en el exterior, la dictadura había<br />

creado, en 1966, el Centro de Informações do Exterior (CIEx), subordinado<br />

al Ministerio de Relaciones Exteriores, que vinculaba a los órganos<br />

diplomáticos y agregados militares —relacionados con los servicios de<br />

inteligencia de las respectivas armas—, con agentes del SNI. El CIEx recurría<br />

a varios métodos: infiltración de agentes en los grupos de exiliados,<br />

violación de correspondencia, secuestro de materiales personales y de las<br />

organizaciones, y rastreo de vehículos sospechosos en zona de frontera,<br />

entre otros. (6) En síntesis, la colaboración entre agencias estatales sudamericanas<br />

para perseguir al “enemigo interno” en toda la región era frecuente<br />

mucho antes de la <strong>Operación</strong> <strong>Cóndor</strong> y contaba con un sólido modelo<br />

de referencia en Brasil.<br />

Hay abundantes documentos con pedidos de informaciones y seguimientos<br />

en todo el Cono Sur, y la existencia de operaciones realizadas o planificadas<br />

en Chile, Argentina, Uruguay y Paraguay permiten constatar el<br />

funcionamiento concreto de estas conexiones, el rol clave de la dictadura<br />

brasileña y el apoyo de la CIA antes de la <strong>Operación</strong> <strong>Cóndor</strong>.<br />

Desde el comienzo, la dictadura brasileña se preocupó especialmente<br />

por hacer un seguimiento de los exiliados políticos que se refugiaban en<br />

Uruguay. Brasil intentaba desactivar la acción de los llamados “pombos correio”,<br />

un sistema de transmisión de información política entre los exiliados<br />

y sus pares en el país de origen. La región clave para controlar esta circulación<br />

era el Estado de Rio Grande Do Sul, por donde pasaron numerosos<br />

agentes de la dictadura brasileña tanto para controlar a exiliados como<br />

para entrenar a pares uruguayos en técnicas represivas. Allí, la acción del<br />

(4) McSherry, Patrice, Los Estados depredadores..., op. cit., p. 89.<br />

(5) Ibid., p. 99.<br />

(6) Simões Fernandes, Ananda, “A coordenação repressiva...”, op. cit.<br />

<strong>Operación</strong> <strong>Cóndor</strong>. 40 años después<br />

61


Capítulo 3<br />

Departamento de Ordem Política y Social de Rio Grande Do Sul (DOPS/<br />

RS) como policía política del Estado fue central para las tareas de inteligencia<br />

y represión que llegaban hasta Montevideo. (7)<br />

Recientemente el informe de la Comissão Nacional da Verdade (CNV)<br />

confirmó que Brasil realizó, a fines de los años 60, múltiples operaciones<br />

de vigilancia de exiliados en el Cono Sur que terminaron en detenciones,<br />

torturas, intercambio de prisioneros, desapariciones y muertes. Los casos<br />

más tempranos descubiertos ocurrieron en Uruguay. Allí habían infiltrado<br />

agentes entre sus exiliados nacionales. Uno de ellos fue Alberto Conrado<br />

Avegno, quien participaba en las reuniones de la Asociación de Exiliados<br />

Brasileños en el Uruguay. Este agente estuvo a cargo de los operativos de<br />

detención y tortura que llevaron al secuestro del coronel Jefferson Cardim<br />

de Alencar Osório, en Montevideo, y del mayor Joaquim Pires Cerveira,<br />

en Buenos Aires. (8)<br />

Mediante las pruebas encontradas por la CNV se pudo reconstruir la colaboración<br />

de agentes brasileños y uruguayos en la detención de dos ciudadanos<br />

brasileños en Montevideo durante el año 1969. Wilson Nascimento<br />

Barbosa y Antonio Miranda Jordão fueron entregados en la frontera en<br />

Santana do Livramento-Rivera a autoridades brasileñas. La CNV concluyó<br />

que estos no fueron casos aislados, sino que las embajadas, consulados,<br />

el CIEx, los agregados militares, la Policía Federal y el DOPS estuvieron en<br />

contacto con el Departamento Nacional de Informaciones e Inteligencia<br />

uruguaya y las jefaturas policiales de ese país para detener brasileños en<br />

territorio uruguayo. (9)<br />

Brasil y EEUU operaron en tierras uruguayas para que el gobierno consiguiera<br />

derrotar al “enemigo interno” encarnado en los Tupamaros y el<br />

Frente Amplio. Agentes encubiertos brasileños sabotearon las elecciones a<br />

comienzos de los años 70, ante el avance del Frente Amplio. El candidato Líber<br />

Seregni fue atacado más de una vez y se sospechaba de brasileños vinculados<br />

con la CIA. La Agencia venía trabajando desde la década anterior<br />

con la inteligencia militar, la policía y la Oficina de Seguridad Pública uruguaya.<br />

(10) Una figura clave de este entramado fue el tristemente célebre Dan<br />

(7) Ibid.<br />

(8) Comissão Nacional da Verdade (CNV), Relatório, vol. I, 2014, p. 229.<br />

(9) Ibid., pp. 230/232.<br />

(10) McSherry, Patrice, Los Estados depredadores..., op. cit.<br />

62


Los antecedentes de la <strong>Operación</strong> <strong>Cóndor</strong><br />

Mitrione, que había sido enviado por la USAID a Montevideo para capacitar<br />

a los uruguayos en métodos de tortura. Mitrione estaba vinculado con la<br />

Academia Internacional de Policía (IPA) de Washington, (11) por donde pasaron<br />

más de 5000 agentes extranjeros para capacitarse, entre otras cosas,<br />

en métodos de tortura contrainsurgentes. Mitrione había estado destinado<br />

en Brasil previamente, entre 1963 y 1971, cuando la IPA había enviado una<br />

consultoría con 23 especialistas policiales para reforzar el adiestramiento<br />

impartido a policías brasileños que habían asistido a la Academia. (12)<br />

En 1970, los Tupamaros secuestraron al cónsul brasileño en Montevideo<br />

Aloysio Dias Gomide y a Dan Mitrione. La colaboración se aceleró, y Brasil<br />

envió durante su cautiverio a especialistas en contrainsurgencia y escuadrones<br />

de la muerte para dar con su paradero, al tiempo que concentró<br />

unidades de paracaidistas en Rio Grande. Dias Gomide fue liberado luego<br />

de seis meses y Mitrione fue ejecutado ante la ruptura de negociaciones<br />

entre el gobierno y los Tupamaros. (13) Un año después, los brasileños llegaron<br />

a preparar un operativo denominado “30 horas” que implicaba, ante<br />

eventual un triunfo del Frente Amplio en las elecciones, una invasión con<br />

el aval del gobierno uruguayo desplazado. (14)<br />

En cuanto a las operaciones binacionales entre Argentina y Brasil, la CNV<br />

ha reconstruido dos casos esclarecedores, que también evidencian conexiones<br />

con Uruguay y Chile.<br />

El militar brasileño Jefferson Cardim de Alencar Osório fue director de<br />

una empresa estatal en Montevideo durante la presidencia de Goulart en<br />

Brasil. Luego del golpe, lideró un movimiento guerrillero pero fue apresado.<br />

Con la colaboración de su hijo y del exmayor Joaquim Pires Cerveira,<br />

consiguió escapar de prisión en 1968 y se refugió en varios países. En noviembre<br />

de 1970 viajó con su hijo y un sobrino desde Uruguay a Buenos<br />

Aires como escala para arribar luego a Chile, donde iba a trabajar para<br />

(11) La IPA fue creada en 1963, bajo la estructura de la Office of Public Safety, que a su vez era<br />

parte de la US Agency for International Development (USAID).<br />

(12) Serra Padrós, Enrique, “As escolas militares...”, op. cit.<br />

(13) Estos hechos fueron recreados con personajes de distinto nombre en el film Estado<br />

de sitio, Costa-Gavras (director), 1972, rodado en Chile, en 1971, durante el gobierno de<br />

Allende.<br />

(14) Para un detalle de esta operación Serra Padrós, Enrique, “A ditadura brasileira de Segurança<br />

Nacional e a Operação 30 horas: intervencionismo ou neocisplatinização do Uruguai?”,<br />

en Ciências & Letras, Porto Alegre, n° 37, jan./jun. 2005, pp. 227/249; “O Uruguai como alvo<br />

da ditadura brasileira de segurança nacional” en Revista Maracanan, nº 11, 2014, pp. 91/110.<br />

<strong>Operación</strong> <strong>Cóndor</strong>. 40 años después<br />

63


Capítulo 3<br />

el gobierno de Allende. El viaje fue vigilado por agentes brasileños y uruguayos.<br />

Los brasileños se comunicaron con la Dirección de Coordinación<br />

Federal de la Policía Federal Argentina. Cardim y sus acompañantes fueron<br />

abordados cuando desembarcaban en Buenos Aires y fueron conducidos<br />

a dependencias policiales, donde los torturaron e interrogaron. Su sobrino<br />

fue devuelto a Montevideo. Cardim y su hijo, en cambio, fueron expulsados<br />

de la Argentina y llevados a Brasil en avión en diciembre, y quedaron detenidos<br />

y con un nuevo ciclo de torturas en la Base Aérea del Galeão. Cardim<br />

permaneció siete años preso, luego fue amnistiado y se exilió en Francia. (15)<br />

Edmur Pericles Camargo era un militante marxista que había sido expulsado<br />

de Brasil y vivía exiliado en Chile. En junio de 1971, Camargo viajó a<br />

Buenos Aires para realizarse un tratamiento médico. La comunidad informativa,<br />

que incluía infiltrados en la empresa aérea Lan-Chile, se movió rápidamente<br />

a través de la red AGREMIL en Santiago, Buenos Aires y Montevideo.<br />

Camargo fue detenido por la policía argentina en el aeropuerto<br />

de Ezeiza, fue entregado a autoridades brasileñas que habían viajado a<br />

verificar la operación y terminó llevado en un avión de la Fuerza Aérea<br />

brasileña con destino de la base militar de El Galeão, en Río de Janeiro. (16)<br />

Camargo permanece desaparecido.<br />

Con respecto a las relaciones entre Chile y Brasil, se sabe que mientras<br />

se producía el golpe contra Allende había oficiales brasileños capturando<br />

connacionales en Santiago, y participando de interrogatorios con tortura.<br />

La CNV ha comprobado el accionar de agentes policiales y funcionarios<br />

diplomáticos brasileños en el Estadio Nacional de Santiago. Estos se ocuparon<br />

de evitar que muchos de sus connacionales que estaban siendo torturados<br />

pudieran retornar a su país e incluso participaron activamente de<br />

su calvario. Testimonios brasileños y chilenos dan cuenta de la presencia<br />

de los brasileños orientando los interrogatorios que realizaban los militares<br />

de Pinochet. Un sobreviviente declaró, en 2013, que fue interrogado<br />

—mientras era sometido al “pau de arara”, una forma de tortura mediante<br />

el cual se colgaba a las personas atadas de pies y manos a una madera, y<br />

a la picana— por tres agentes brasileños que le preguntaban por sus actividades<br />

y por sus conexiones con Brasil. Mientras, los chilenos miraban a<br />

través de un vidrio y se admiraban de su profesionalismo. (17)<br />

(15) Comissão Nacional da Verdade (CNV), Relatório, Vol. I, 2014, pp. 233/235.<br />

(16) Ibid., pp. 235/36.<br />

(17) Ibid., pp. 240/43.<br />

64


Los antecedentes de la <strong>Operación</strong> <strong>Cóndor</strong><br />

Existió otra importante operación que implicó detenciones coordinadas en<br />

Río de Janeiro y Buenos Aires, con la participación de brasileños y argentinos.<br />

El francés Jean Henri Raya Ribard y el argentino Antonio Luciano Pregoni<br />

habían viajado a Río de Janeiro en noviembre de 1973, siendo posteriormente<br />

denunciados como desaparecidos ante la CONADEP (Comisión<br />

Nacional sobre la Desaparición de Personas). Documentos recientes han<br />

demostrado que su desaparición está vinculada a la detención del exmilitar<br />

Joaquim Pires Cerveira, capturado en Buenos Aires pocos días después<br />

junto al joven estudiante João Batista Rita Pereda. Cerveira lideraba un pequeño<br />

grupo conocido como Frente de Liberación Nacional bajo el nombre<br />

falso de Walter de Moura. Se supo que fue detenido en su domicilio<br />

por policías argentinos, liderados por un brasileño, tras varias operaciones<br />

de vigilancia. Un testimonio reciente inculpó a Sergio Fleury de su secuestro<br />

y traslado a Brasil, donde se presume que su cuerpo fue incinerado para<br />

borrar huellas. (18) Los casos de Rita y Cerveira fueron denunciados ante la<br />

CONADEP argentina y ambos permanecen desaparecidos.<br />

Gladys Meilinger de Sannemann, una sobreviviente de la <strong>Operación</strong> <strong>Cóndor</strong>,<br />

ha reseñado algunos antecedentes de entregas bilaterales entre Paraguay<br />

y la Argentina, aún antes de que se descubrieran los Archivos del<br />

Terror. En 1961 el paraguayo Benigno Silvestre González, detenido por la<br />

gendarmería argentina en la provincia de Misiones, terminó en dependencias<br />

del Departamento de investigaciones de la Policía de Asunción, siendo<br />

luego desaparecido. Dos años después, la policía de Formosa (Argentina)<br />

entregó a sus pares paraguayos a Secundino Merzán, quien permaneció<br />

preso por diez años en ese país. Herminio Sumpfs, también paraguayo, fue<br />

detenido en un barrio de Buenos Aires por la policía local en 1971, y pasó<br />

ocho años detenido en el CCD de La Emboscada en Asunción. (19)<br />

Por último, se sabe de dos bolivianos que fueron víctimas de la dictadura<br />

de Banzer en tierras chilenas. Jorge Ríos Dalenz fue detenido en Santiago,<br />

a pocos días del golpe, en un operativo coordinado con Chile. Había sido<br />

dirigente del MIR boliviano y vivía exiliado en Chile desde el golpe contra<br />

Torres. Su familia encontró su cuerpo con varios orificios de balas al poco<br />

tiempo de su secuestro. Jorge Gallardo Losada, ex ministro del Interior<br />

del presidente Torres, había escrito un libro donde reconstruía la trama<br />

(18) Ibid., pp. 245/249.<br />

(19) Meilinger de Sannemann, Gladys, Paraguay en el Operativo <strong>Cóndor</strong>. Represión e intercambio<br />

clandestino de prisioneros políticos en el Cono Sur, Asunción, RP ediciones, 1989, p. 19.<br />

<strong>Operación</strong> <strong>Cóndor</strong>. 40 años después<br />

65


Capítulo 3<br />

multinacional que había detrás de su derrocamiento. Fue secuestrado en<br />

Santiago, donde también vivía exiliado, en noviembre de 1973, siendo llevado<br />

a Bolivia y luego a la Argentina. (20)<br />

Todos estos casos comentados aquí dan cuenta de la temprana existencia<br />

en la región de prácticas similares a las llevadas a cabo en la <strong>Operación</strong><br />

<strong>Cóndor</strong>, realizadas por dictaduras militares y gobiernos democráticos entre<br />

las décadas de los años 1960 y 1970.<br />

2. Los antecedentes directos (1974-1975)<br />

Entre los años 1973 y 1975 se llevaron a cabo varias acciones que fueron un<br />

modelo de lo que sería la saga de terror de la <strong>Operación</strong> <strong>Cóndor</strong>, formalizada<br />

recién en noviembre de 1975. Entre ellas, se destacan el asesinato del<br />

general chileno Carlos Prats en Buenos Aires, el atentado contra el político<br />

chileno Bernardo Leighton en Roma, el homicidio del militar uruguayo Ramón<br />

Trabal, la <strong>Operación</strong> Colombo montada entre chilenos y argentinos,<br />

y el secuestro, traslado y fusilamiento de los militantes uruguayos aparecidos<br />

en Soca, Uruguay.<br />

Otro de los antecedentes directos de la <strong>Operación</strong> <strong>Cóndor</strong> fue el Operativo<br />

Independencia, desarrollado en el noroeste argentino durante 1975.<br />

Esta fue una típica acción contrainsurgente, que incluyó secuestros, desapariciones,<br />

torturas, traslado de prisioneros y la instalación del primer<br />

centro clandestino de detención, “La Escuelita”, en la ciudad de Famaillá,<br />

provincia de Tucumán, por donde pasaron más de mil quinientas personas.<br />

2.1. Carlos Prats (Buenos Aires, 1974)<br />

Había una fuerte preocupación en Chile por las denuncias de los exiliados<br />

sobre las atrocidades que se estaban cometiendo. La coincidencia entre<br />

Washington y Santiago para internacionalizar el terror contra los círculos<br />

progresistas del continente ayudaron a ser parte de los esfuerzos conjuntos<br />

de la CIA y la DINA para la creación de <strong>Cóndor</strong>. La policía secreta de<br />

Pinochet comenzó a ocupar un papel subalterno principal de los servicios<br />

norteamericanos. Por eso, Manuel Contreras, a cargo de la DINA, firmaba<br />

los mensajes dirigidos a otros participantes de la “corporación de la muerte”<br />

como <strong>Cóndor</strong> 1. (21)<br />

(20) McSherry, Patrice, Los Estados depredadores..., op. cit., 125/126.<br />

(21) Mahskin, Valentín, <strong>Operación</strong> <strong>Cóndor</strong>, su rastro sangriento, Bs. As., Catargo, 1985, p. 28.<br />

66


Los antecedentes de la <strong>Operación</strong> <strong>Cóndor</strong><br />

El General Carlos Prats González era un objetivo y muy peligroso para<br />

los intereses de la CIA y la DINA, ya que conocía demasiados secretos<br />

y denunciaba directamente la participación norteamericana en el golpe<br />

de Estado contra Allende. Incluso Washington silenció la desaparición de<br />

ciudadanos estadounidenses a manos de la dictadura. (22)<br />

A pocos días que Salvador Allende asumiera la presidencia, el Comandante<br />

en Jefe del Ejército, General René Schneider fue asesinado con el<br />

fin de provocar conmoción en las Fuerzas Armadas e impedir el ascenso<br />

del candidato de la Unidad Popular. El presidente Eduardo Frei Montalva<br />

nombró en su reemplazo a Prats, cargo que fuera confirmado por Allende.<br />

Carlos Prats había nacido el 2 de febrero de 1915 en la Ciudad de Talcahuano,<br />

Chile. A los 16 años ingresó al Ejército donde desarrolló su carrera<br />

militar. Fue un fiel defensor de la Constitución y de la decisión del voto<br />

popular. Impulsó la llamada doctrina Schneider, que afirmaba la subordinación<br />

militar al poder civil y la necesidad que los militares colaboraran<br />

en las transformaciones económicas que estaban comenzando. (23) Durante<br />

el gobierno de Allende llegó a ser Ministro del Interior, vicepresidente y<br />

Ministro de Defensa. Las presiones contra el gobierno en general, y a Prats<br />

en particular, fueron constantes, hasta que el 23 de agosto de 1973 renunció<br />

a todos sus cargos. Calloni explica:<br />

... la campaña de prensa contra Prats, que era para los estadounidenses<br />

el “obstáculo principal” hacia las acciones civiles y militares<br />

que preparaban contra Allende, fue feroz en todo ese período<br />

de conspiración. En junio de 1973 hubo un intento de asesinato<br />

contra el general. Y en ese mismo mes Prats encabezó la resistencia<br />

a una división de tanques blindados que se levantó cercando<br />

el palacio presidencial. La campaña de prensa entonces no tuvo<br />

límites. Lo denostaron, injuriaron, inventaron casos de corrupción<br />

—que después se comprobó eran falsos— porque la meta era<br />

lograr que el general Augusto Pinochet llegara a ocupar el cargo<br />

de comandando en jefe, que por sucesión le correspondía. (24)<br />

Con el golpe de Estado, Prats, consciente que su vida corría peligro,<br />

decidió marcharse a la Argentina donde mantuvo buenos contactos<br />

(22) Calloni, Stella, Los años del Lobo..., op. cit., p. 47.<br />

(23) Ibid., p. 43.<br />

(24) Ibid.<br />

<strong>Operación</strong> <strong>Cóndor</strong>. 40 años después<br />

67


Capítulo 3<br />

con Juan Domingo Perón, quien asumiría a los pocos días por tercera<br />

vez la presidencia.<br />

En la Argentina había nexos entre la DINA y la Triple A para llevar a cabo<br />

sus acciones. El 26 de septiembre de 1974, Prats mantuvo un encuentro<br />

con Gladys Marín, dirigente del Partido Comunista Chileno. Allí le confesó<br />

que recibía amenazas y tenía datos de que la CIA trabajaba con los servicios<br />

chilenos y grupos argentinos para asesinarlo. (25)<br />

Prats y su mujer intentaban salir de la Argentina pero el Consulado Chileno<br />

demoraba sus documentos. Ambos vivían en la calle Malabia 3351 en<br />

un edificio rentado por el gobierno argentino. La noche del 29 de septiembre<br />

de 1974 salieron a cenar con unos amigos. Prats manejaba un auto<br />

Fiat 125. Mientras ambos cenaban los asesinos pusieron un explosivo debajo<br />

del vehículo que se accionaba a control remoto. Ya de madrugada, en<br />

la puerta del edificio, Prats bajó para abrir el portón de entrada, dejando<br />

a su esposa en el automóvil. En ese momento se accionó la bomba que<br />

mató a Sofía Curthbert instantáneamente, mientras que a Prats falleció<br />

unos minutos después, alcanzado por el fuerte explosivo. María Rufina<br />

Leyes de Trucco, una vecina del lugar, testificó en el juicio realizado en<br />

Buenos Aires por el atentado al matrimonio Prats que esa noche no había<br />

iluminación en la cuadra. Y, en su momento, había declarado que no eran<br />

normales los cortes de luz en ese lugar. (26)<br />

En 1983, las hijas del matrimonio Prats, Sofía, María Angélica y Cecilia,<br />

denunciaron:<br />

... por las actitudes que hemos visto en Chile, por la información<br />

obtenida en Estados Unidos, estamos definitivamente convencidas<br />

de que el crimen fue cometido por personal de la entonces<br />

Dirección Nacional de Inteligencia (DINA) y que ahora es la<br />

Central Nacional de Informaciones (CNI). El autor material del<br />

asesinato es Michael Townley, quien pertenecía a la DINA y ésta<br />

era un organismo del gobierno de Augusto Pinochet. (27)<br />

(25) Ibid., p. 48<br />

(26) Carrió, Alejandro, Los crímenes del <strong>Cóndor</strong>: EL caso Prats y la trama de conspiraciones<br />

entre los servicios de inteligencia del Cono Sur, Bs. As., Sudamericana, 2005, p. 93.<br />

(27) SERPAJ, “A Prats lo mató la DINA y, la DINA es Pinochet”, en revista Paz y Justicia,<br />

año 2, n° 11, 1984, pp. 24/25, [en línea] http://serpajamericalatina.org/web/wp-content/<br />

uploads/2013/04/Revista-Paz-y-Justicia-No.-11.pdf<br />

68


Los antecedentes de la <strong>Operación</strong> <strong>Cóndor</strong><br />

Michael Townley, un norteamericano que vivía en Chile desde niño y a<br />

quien se acusa de ser el autor de varios asesinatos, era un agente de la<br />

CIA que trabajó en conjunto con la DINA. Es protegido por el gobierno<br />

de EEUU para evitar que hable sobre el papel cumplido por la agencia<br />

estadounidense. (28)<br />

A finales de diciembre de 1995, en la ciudad de Roma, ante la jueza argentina<br />

María Romilda Servini de Cubría —que estaba a cargo de la investigación<br />

el asesinato de Carlos Prats y su esposa—, los italianos Stéfano Delle<br />

Chiale y Vincenzo Vinciguerra admitieron que tanto Arancibia Clavel como<br />

Michael Townley estuvieron involucrados directamente en el atentado. (29)<br />

Por otra parte, se conoció que Townley ingresó a la Argentina el 10 de<br />

septiembre de 1974 y se reunió con Arancibia Clavel. Y en la misma noche<br />

del asesinato de Prats salió del país, al parecer con rumbo a Montevideo,<br />

Uruguay, y unas horas más tarde se encontraba en Santiago de Chile, festejando<br />

la efectividad del atentado. (30)<br />

El 19 de mayo de 1995, Townley prestó declaración ante el juez italiano<br />

Giovanni Salvi por el atentado contra Bernardo Leighton y su esposa Ana<br />

Fresno el 6 de octubre de 1975, también en el marco de la <strong>Operación</strong><br />

<strong>Cóndor</strong>. Allí, el agente de la CIA imputó a Contreras, al coronel Eduardo<br />

Iturriaga Newman, y al ultraderechista italiano Giulio Crescenzi que, junto<br />

a Stéfano Delle Chiale trabajaron en conjunto con cubanos residentes en<br />

Miami en varios de los atentados cometidos. (31)<br />

En una de las cartas de Arancibia Clavel dirigidas a un tal Santiago Luis<br />

Gutiérrez, con fecha 6 de diciembre de 1974, explica:<br />

... se tomó contacto con Martín Ciga Correa, actual jefe de Seguridad<br />

de la Universidad de Buenos Aires, el cual ofreció toda<br />

clase de antecedentes de los chilenos docentes, no docentes<br />

y estudiantes que están en la universidad (…) el grupo que eliminó<br />

a Prats tendría una lista de 8 chilenos más, uno de éstos<br />

sería [el diplomático chileno amigo de Prats, Ramón] Huidobro,<br />

actualmente en EEUU. (32)<br />

(28) Calloni, Stella, Los años del Lobo..., op. cit., p. 49.<br />

(29) Clarín, miércoles 9 de agosto de 1995.<br />

(30) Calloni, Stella, Los años del Lobo..., op. cit., p. 50.<br />

(31) Ibid., p. 49.<br />

(32) Carrió, Alejandro, Los crímenes del <strong>Cóndor</strong>..., op. cit., p. 41.<br />

<strong>Operación</strong> <strong>Cóndor</strong>. 40 años después<br />

69


Capítulo 3<br />

Cuando Arancibia Clavel fue detenido en 1978 en Argentina en el marco<br />

del conflicto limítrofe con Chile por el Canal de Beagle, reveló que era un<br />

hombre clave en la llamada <strong>Operación</strong> <strong>Cóndor</strong>, y que tenía sus socios en<br />

las Fuerzas Armadas y de seguridad en la Argentina. (33) En ese momento,<br />

la Policía Federal incautó documentos del agente del año 1974 donde se<br />

detallaban las actividades de Prats en la Argentina. (34)<br />

2.2. Ramón Trabal y los fusilados<br />

de Soca (París - Buenos Aires - Montevideo, 1974)<br />

En diciembre de 1974, en uno de los períodos de pico de la represión en<br />

Uruguay, fue asesinado en París, Francia, el coronel Ramón Trabal. Trabal<br />

era agregado militar en la Embajada de la República Oriental del Uruguay<br />

en el país galo. Aquel 19 de diciembre de 1974, pasado el mediodía,<br />

el coronel se dirigía a su domicilio particular conduciendo su impecable<br />

Renault 12 TL azul cielo, con matrícula diplomática 116CD44. Vivía en el<br />

número 15 de la Avenida du Recteur Poincaré.<br />

El estacionamiento reservado para Trabal era el primero de la derecha. Tenía<br />

la costumbre de hacer una maniobra marcha atrás para dejarlo siempre<br />

en posición de salida. Por la posición que quedó el auto, todo indica que<br />

estaba realizando esa maniobra cuando la primera bala calibre 7.65 mm<br />

atravesó el parabrisas y fue directo a su pómulo derecho. Inmediatamente<br />

cinco proyectiles más impactaron en él, todos disparados por la misma<br />

pistola según el informe de balística. Estos últimos cinco tiros ingresaron<br />

desde su izquierda a través de la ventanilla abierta. Una de las balas impactó<br />

en su cabeza; dos en el pecho; una en el hombro derecho y otra en<br />

el brazo izquierdo. (35) En total fueron 7 los disparos efectuados: 6 dieron en<br />

el blanco y el restante falló y apareció en el interior del auto.<br />

El coronel Ramón Trabal no se mostraba dispuesto a participar en lo más<br />

oscuro de la represión que se estaba llevando a cabo en Uruguay. Se intentó<br />

atribuir su asesinato a una venganza de la izquierda. En junio de 1975, el<br />

periodista británico Richard Gott escribía en el diario The Guardian que no<br />

se pudo encontrar en París ninguna noticia, ni la más mínima insinuación,<br />

(33) Calloni, Stella, Los años del Lobo..., op. cit., p. 49.<br />

(34) Ubertalli, Jorge Luis, Diario Noticias del Paraguay, 1996, p. 32.<br />

(35) Israel, Sergio, El enigma Trabal: Una investigación periodística sobre el coronel Ramón<br />

Trabal: su persona, su actividad militar y política, y su nunca aclarado asesinato en París,<br />

Montevideo, Trilce, 2002, p. 12.<br />

70


Los antecedentes de la <strong>Operación</strong> <strong>Cóndor</strong><br />

que los asesinos de Trabal pertenecieran a la izquierda: “Las sospechas<br />

recaían sobre el gobierno uruguayo y la CIA”. El coronel le había confesado<br />

en su momento al periodista sus simpatías por el movimiento de<br />

los militares de izquierda en Portugal y por los sectores progresistas de<br />

su país. (36)<br />

Horas después a su asesinato, la agencia francesa France Press recibió un<br />

comunicado —que se comprobó era falso— enviado por una “Brigada<br />

Internacional Raúl Sendic”, —dirigente de los Tupamaros, quien se encontraba<br />

prisionero en Uruguay— adjudicándose el hecho. (37)<br />

Como supuesta represalia, los militares uruguayos mataron a los tupamaros<br />

Graciela Estefanell, María de los Ángeles Corbo, Mirtha Hernández,<br />

Héctor Brum y Floreal García. Los cuerpos, acribillados a balazos,<br />

fueron encontrados detrás del cementerio de la localidad de Soca, Departamento<br />

de Canelones, en las primeras horas del 21 de diciembre<br />

de 1974, en plena zona rural, a trescientos metros de la intersección con<br />

la ruta 9.<br />

El 8 de noviembre de 1974, en Buenos Aires, estos cinco exiliados uruguayos<br />

del MLN-T habían sido secuestrados por hombres armados junto a dos<br />

parejas y una mujer soltera en diversos domicilios en forma coordinada. Estuvieron<br />

detenidos en Argentina, donde fueron torturados. Se los trasladó<br />

a Uruguay en forma secreta en el trágico “Vuelo Cero”, y se los mantuvo<br />

desaparecidos en el centro de torturas de la casona de Punta Gorda hasta<br />

su ejecución. Se cree que miembros de la Triple A participaron de su traslado<br />

ilegal y algunos testigos refirieron la participación de efectivos de la<br />

Policía Federal Argentina, así como también se sabe de la participación<br />

de agentes uruguayos. La prensa uruguaya dio a conocer la situación y se<br />

corrió la versión de que habían sido ejecutados como represalia por el asesinato<br />

del coronel Ramón Trabal ocurrido solo un día antes. (38) El parte de<br />

Novedades Diarias de la Dirección Nacional de Información e Inteligencia<br />

uruguaya del día siguiente al hallazgo de los cuerpos señala que “habían<br />

aparecido cinco personas, dos del sexo masculino y tres del femenino, con<br />

(36) Mahskin, Valentín, <strong>Operación</strong> <strong>Cóndor</strong>..., op. cit., p. 77.<br />

(37) Calloni, Stella, Los años del Lobo..., op. cit., p. 58.<br />

(38) Plenario Intersindical de Trabajadores-Convención Nacional de Trabajadores, Secretaría de<br />

Derechos Humanos y Políticas Sociales, Dossier: El Capítulo uruguayo de la <strong>Operación</strong> <strong>Cóndor</strong>,<br />

Montevideo, 1999, p. 37.<br />

<strong>Operación</strong> <strong>Cóndor</strong>. 40 años después<br />

71


Capítulo 3<br />

los ojos vendados, maniatados hacia atrás, presentado varios impactos de<br />

[bala] al parecer de distintos calibres”. (39)<br />

Entre los sobrevivientes del “Vuelo Cero” se encuentran Julio Abreu,<br />

que fue dejado en libertad cuatro días después y ha testimoniado lo<br />

sucedido, (40) y Amaral García, hijo de Floreal García y Mirtha Hernández,<br />

quien, a la edad de tres años estuvo desaparecido, fue recuperado por las<br />

Abuelas de Plaza de Mayo en Buenos Aires en 1985, y luego restituido a su<br />

familia. Este hecho es recordado como “Los fusilados de Soca”.<br />

Ramón Trabal era descendiente de una familia militar y un ferviente partidario<br />

de la fidelidad de las Fuerzas Armadas a la Constitución de su país.<br />

Reprobaba las manifestaciones de corrupción. En febrero de 1973, meses<br />

antes del golpe militar en Uruguay, el coronel fue uno de los principales<br />

responsables de los comunicados 4 y 5 con los que se pronunciaron un<br />

grupo de oficiales progresistas. (41) Allí afirmaban que no estaban dispuestos<br />

a seguir siendo la “mano armada de los grupos económicos y políticos”<br />

y planteaban la necesidad de transformaciones democráticas que<br />

coincidían con la de los sectores populares y sindicales. Varios militares<br />

fueron dados de baja o mandados a prisión. A Trabal lo enviaron como<br />

Agregado Militar a Francia. Finalmente, el 27 de junio, Juan Carlos Bordaberry<br />

suspendió el Parlamento uruguayo y encabezó la dictadura militar. (42)<br />

A fines de 1979 se filtró un documento secreto de la Comisión de Asuntos<br />

Extranjeros del Senado de Estados Unidos donde se aseguraba que el asesinato<br />

del militar uruguayo “pesa sobre la conciencia del <strong>Cóndor</strong>”. (43) A pesar<br />

de estos indicios, el crimen nunca ha sido esclarecido por completo. Desde<br />

la pionera investigación de Richard Gott —que inmediatamente relacionó<br />

lo sucedido con la información que tenía sobre los agentes de inteligencia<br />

del Cono Sur que circulaban clandestinamente por Europa—, todas las investigaciones<br />

posteriores sobre la <strong>Operación</strong> <strong>Cóndor</strong> han sugerido que es<br />

muy probable que el caso Trabal sea uno más de sus antecedentes directos.<br />

(39) Presidencia de la República Oriental del Uruguay, Investigación Histórica sobre Detenidos<br />

Desaparecidos. En cumplimiento del artículo 4° de la ley 15.848, t. 1, Montevideo, Presidencia<br />

de la República y Dirección Nacional de Impresiones y Publicaciones Oficiales, 2007, p. 157,<br />

[en línea] http://archivo.presidencia.gub.uy/_web/noticias/2007/06/2007060509.htm<br />

(40) Silva, Alberto, Julio Abreu, sobreviviente del Vuelo Cero, Montevideo, Editorial Primero<br />

de Mayo, 2014.<br />

(41) Mahskin, Valentín, <strong>Operación</strong> <strong>Cóndor</strong>..., op, cit., p. 77.<br />

(42) Calloni, Stella, Los años del Lobo..., op. cit., p. 57.<br />

(43) Mahskin, Valentín, <strong>Operación</strong> <strong>Cóndor</strong>..., op. cit., p. 80.<br />

72


Los antecedentes de la <strong>Operación</strong> <strong>Cóndor</strong><br />

2.3. Bernardo Leighton (Roma, 1975)<br />

Bernardo Leighton era del ala de izquierda de la Democracia Cristiana<br />

chilena y repudiaba la dictadura de Pinochet, por lo cual había partido al<br />

exilio en febrero de 1974. En octubre, el gobierno chileno le prohibió regresar<br />

a su país, por lo que Leighton se radicó definitivamente en la calle<br />

Aurelia 45, a metros del Vaticano, en Italia.<br />

El 6 de octubre de 1975 volvía a su casa luego de una tarde de compras por<br />

Roma junto a su esposa Ana Fresno. Cuando se disponía a abrir la puerta<br />

de su domicilio, un extraño gritó su nombre. Al girar para observarlo, recibió<br />

un disparo que le destrozó el rostro, al tiempo que su mujer recibió un<br />

balazo en el cuello. Varias personas se acercaron a socorrerlos, mientras<br />

Ana recordaba haber visto un hombre “rubio, alto, sin chaqueta”. (44) Aunque<br />

con secuelas permanentes, el matrimonio sobrevivió.<br />

La prensa italiana rápidamente conectó lo sucedido con los asesinatos<br />

de Prats y Trabal, y apuntó hacia Pinochet. La dictadura chilena, por otra<br />

parte, acusó al “extremismo marxista” y lamentó lo sucedido. Leighton<br />

declaró posteriormente que el atentado fue una acción elaborada en la<br />

embajada de Chile en Madrid bajo la dirección de Pedro Eving, que había<br />

creado un centro especial para estas actividades. Este hombre estuvo<br />

involucrado en el caso Prats y la <strong>Operación</strong> Colombo, entre otros hechos.<br />

Según publicaciones españolas, en Madrid estaba el mayor centro europeo<br />

de operaciones secretas de la DINA. (45)<br />

A fines de año, el Grupo Cero, una fracción del terrorista Movimiento Nacionalista<br />

Cubano con sede en Miami, se adjudicó el atentado, acusando<br />

a Leighton de “marxistizante”. En 1980, el Sunday News Journal, de EEUU,<br />

atribuyó el atentado en Roma a los contrarrevolucionarios cubanos y mencionó<br />

a Virgilio Paz. Se citaba como fuente al FBI.<br />

Según las investigaciones italianas, también participaron miembros de<br />

Avanguardia Nazionale, la organización paramilitar neofascista dirigida<br />

por Stefano Delle Chiaie y contratada por Michael Townley. (46) Este agente<br />

de la CIA y la DINA se encontraba recorriendo Europa a la caza de exiliados<br />

políticos chilenos, como Carlos Altamirano, cuando Iturriaga Newman<br />

(44) Calloni, Stella, Los años del Lobo..., op. cit., pp. 80/83.<br />

(45) Ibid.<br />

(46) Ibid.<br />

<strong>Operación</strong> <strong>Cóndor</strong>. 40 años después<br />

73


Capítulo 3<br />

le asignó a Leighton como objetivo. Townley fue quien contactó a Delle<br />

Chiaie, quien vivía en Roma con un pasaporte falso a nombre de Alfredo<br />

Di Stefano (homónimo del famoso futbolista argentino), otorgado por la<br />

DINA. El italiano le facilitó los contactos con otros fascistas locales para<br />

concretar la operación. (47)<br />

La investigación sobre el caso Letelier aportó pruebas sobre el atentado<br />

a Leighton. A partir del juicio iniciado en Roma, se realizaron varias<br />

imputaciones. De la parte chilena, Manuel Contreras, el coronel Iturriaga<br />

Newman y Pedro Espinoza, todos de la DINA. Por Italia, fueron enjuiciados<br />

Giullio Cresenzi, por haber entregado el arma a los procesados como autores<br />

materiales, Pierluigi Concutelli y Delle Chiaie. También se sabe que<br />

participó Vincenzo Vinciguerra. Se han acumulado nuevas evidencias en<br />

su contra, pero no se los pudo procesar dos veces por el mismo acto. (48)<br />

Durante el funeral de Francisco Franco, el 20 de noviembre de 1975, los<br />

cubanos, italianos y chilenos involucrados se reunieron fraternalmente,<br />

encabezados por el general Pinochet, admirado por ellos como el nuevo<br />

paladín de la lucha contra el comunismo mundial ante la muerte del dictador<br />

español.<br />

2.4. La operación Colombo (Chile-Argentina, 1975)<br />

La <strong>Operación</strong> Colombo, también conocida como “El caso de los 119”, fue<br />

un operativo dirigido por la DINA, policía secreta del régimen de Augusto<br />

Pinochet (1973-1990), con el objetivo de encubrir la desaparición de personas<br />

y hacer creer a la opinión pública nacional e internacional que los<br />

mismos habían fallecido por enfrentamientos internos fuera del país.<br />

Según el testimonio brindado por Rafael Castillo Bustamante, oficial de policía<br />

que investigó el accionar de la DINA en el juicio realizado en los tribunales argentinos<br />

por el asesinato del general Carlos Prats y su esposa, Colombo<br />

... se trató de los casos de personas que, según lo determinó la<br />

Comisión Rettig (49) sobre desaparecidos, aparecían oficialmente<br />

(47) Dinges, John, The Condor years: how Pinochet and his allies brought terrorism to three<br />

continents, Nueva York, The New Press, 2004, pp. 130/132.<br />

(48) Calloni, Stella, Los años del Lobo..., op. cit., pp. 80/83.<br />

(49) En 1990, el presidente chileno Patricio Aylwin (1990-1994) creó la Comisión Nacional de<br />

Verdad y Reconciliación, un organismo que tenía como objetivo esclarecer las violaciones<br />

a los derechos humanos cometidos en Chile. Dicha Comisión fue presidida por el político y<br />

abogado Raúl Rettig (1909-2000) y de ahí su nombre.<br />

74


Los antecedentes de la <strong>Operación</strong> <strong>Cóndor</strong><br />

como muertas en la Argentina. A estas 119 personas se las quiso<br />

hacer aparecer como que habían huido a la Argentina, gracias<br />

a los documentos de identidad que se mandaban desde Chile.<br />

Les hicieron creer a los familiares que estaban en algún lugar de<br />

la Argentina, cuando en realidad estaban detenidos clandestinamente<br />

en Chile. (50)<br />

Luego del golpe de Estado y derrocamiento del gobierno de Salvador<br />

Allende (1970-1974), las presiones internacionales contra el régimen de<br />

Pinochet por las graves violaciones a los derechos humanos se incrementan.<br />

Para eso, la DINA ideó, en conjunto con otros servicios de inteligencia<br />

sudamericanos y en complicidad con grandes grupos mediáticos, una versión<br />

para convencer a la opinión pública que en el país no había desaparecidos,<br />

y que los mismos murieron, fuera de Chile, en enfrentamientos<br />

internos entre las diferentes organizaciones.<br />

Tras el asesinato del General Carlos Prats y su esposa Sofía Cuthbert en<br />

1974, quedó establecida la red exterior de la DINA, que contaba con personal<br />

y colaboradores necesarios para continuar con sus operaciones en<br />

la Argentina. (51)<br />

Enrique Arancibia Clavel (1944-2011), ex agente de la DINA, fue uno de los<br />

responsables del éxito de la <strong>Operación</strong> Colombo. Luego de participar del<br />

asesinato del General René Schneider en 1970 se refugió en la Argentina.<br />

Con el golpe de Estado en Chile en 1973 se puso al servicio del régimen<br />

de Pinochet y se transformó en agente de la DINA en el exterior, donde<br />

estuvo involucrado en el asesinato de Prats, en Buenos Aires. Por el conflicto<br />

limítrofe entre Argentina y Chile, Arancibia Clavel fue detenido en<br />

1978 e interrogado por los oficiales de la SIDE donde declaró que<br />

... en 1975 con motivo de la llegada a Buenos Aires de otro agente<br />

de la DINA llamado Iturriaga [General Raúl Eduardo Iturriaga<br />

Newman] en esa época Mayor del Ejército, vuelvo a contactar a<br />

Martín Ciga Correa, ya que transcurridos algunos días de la llegada<br />

del citado agente, éste me refiere que volvía a Chile en razón<br />

de haber fracasado su objetivo. Inquiriéndole sobre los motivos<br />

de su fracaso y sugiriéndole la posibilidad de ayudarlo, Iturriaga<br />

(50) Carrió, Alejandro, Los crímenes del <strong>Cóndor</strong>..., op. cit., p. 113.<br />

(51) Comité de Defensa de los Derechos del Pueblo (CODEPU/DIT/T), Más allá de las fronteras:<br />

Estudio sobre las personas ejecutadas o desaparecidas fuera de Chile (1973-1990), 1996, p. 51.<br />

<strong>Operación</strong> <strong>Cóndor</strong>. 40 años después<br />

75


Capítulo 3<br />

me informa que su misión consistía en hacer aparecer en Argentina<br />

a un subversivo chileno cuyo nombre podría ser Simelman o<br />

algo parecido [David Silberman Gurovich], muerto en Chile. Habiendo<br />

bautizado este operativo como <strong>Operación</strong> Colombo. (52)<br />

Martín Ciega Correa era un miembro de la Milicia Nacional Justicialista,<br />

conocido como Triple M, fracción de la Triple A. En una de las cartas que<br />

Arancibia Clavel escribe a Chile comentando el accionar del grupo paramilitar<br />

argentino, informó que “solo conocemos uno, Martín Siga Correa<br />

(M de Martín). Este grupo actuó en el caso Colombo, efectuando la primera<br />

etapa del trabajo en forma perfecta”. (53) Este mensaje manifiesta la<br />

conexión directa entre los diferentes países.<br />

El oficial chileno Augusto Deichler Guzmán, quien se hacía llamar Vicente,<br />

era el encargado de la compra de la prensa para el éxito del operativo. (54)<br />

Arancibia Clavel informó a su país que<br />

... el operativo publicidad comenzará utilizando los servicios de<br />

Carlos Manuel Acuña, Director de la Agencia Periodística Prensa<br />

Argentina y también periodista del diario La Nación de Buenos<br />

Aires. Prensa Argentina, es una agencia nacional que cubre<br />

con informaciones la mayoría de los diarios del interior. Se tiene<br />

contratado un servicio de recortes de diarios para este caso. (55)<br />

Arancibia Clavel, refiriéndose a la prensa, destacaba en sus cartas el apoyo<br />

del periodista Acuña, vinculado a la CIA, y un acusador público de muchas<br />

personas que luego serían desaparecidas. (56)<br />

En una de las misivas que Arancibia Clavel escribe a la DINA, fechada el<br />

18 de abril de 1975, hace referencia al hallazgo del primer cadáver mutilado<br />

el día 12, que se atribuía a David Silberman Gurovich. (57) Su cédula<br />

de identidad semiquemada apareció en la Argentina junto a un cuerpo<br />

(52) Comité de Defensa de los Derechos del Pueblo (CODEPU/DIT/T), (1994) La Gran Mentira:<br />

El Caso de las “Listas de los 119”. Aproximaciones a la guerra Psicológica de la Dictadura<br />

Chilena. 1973-1990, 1994 [en línea] http://www.archivochile.com/Derechos_humanos/119/<br />

ddhh1190001.pdf<br />

(53) Comité de Defensa de los Derechos del Pueblo (CODEPU/DIT/T), La Gran Mentira..., op. cit.<br />

(54) Calloni, Stella, Los años del Lobo..., op. cit., p. 63.<br />

(55) Comité de Defensa de los Derechos del Pueblo (CODEPU/DIT/T), La Gran Mentira..., op. cit.<br />

(56) Calloni, Stella, Los años del Lobo..., op. cit., p. 69.<br />

(57) Comité de Defensa de los Derechos del Pueblo (CODEPU/DIT/T), La Gran Mentira..., op. cit.<br />

76


Los antecedentes de la <strong>Operación</strong> <strong>Cóndor</strong><br />

calcinado, presuntamente víctima de un atentado. Sin embargo, nunca fue<br />

identificado. Silberman Gurovich había desaparecido en Chile en 1974.<br />

Era un ingeniero civil, militante del Partido Comunista y condenado, luego<br />

de su detención el 11 de septiembre de 1973, a 13 años de prisión por un<br />

Consejo de Guerra.<br />

Junto al supuesto cadáver de Silberman Gurovich, totalmente irreconocible,<br />

se encontraba un trapo blanco donde con letra rojas decía “Dado de<br />

baja por el MIR (Movimiento de Izquierda Revolucionaria de Chile) por el<br />

comando exterminio bolches”, firmado MMM. El mensaje era tanto para<br />

atribuir al MIR el asesinato como para informar a la DINA que el pacto se<br />

estaba cumpliendo. (58)<br />

Días después, en otra carta, Aranciba Clavel escribía que “lamentablemente<br />

hasta el momento la publicidad sobre el caso Colombo ha sido casi<br />

nula” y agregaba que se iba a reunir con Martín Ciega Correa. Decía además<br />

que iban a aparecer otros dos cadáveres prometidos y que esperaba<br />

que la publicidad fuera mayor. (59)<br />

El 11 de julio de 1975 dos cadáveres fueron hallados en Pilar por la policía<br />

argentina junto a un cartel que decía “Dados de baja por el MIR (Brigadanegra)”.<br />

Se los había identificado, en principio, como Jaime Robotham y<br />

Luis Guendelmann, ambos ciudadanos chilenos. Sin embargo, el hermano<br />

de Robotham que viajó a la Argentina no reconoció el cadáver (totalmente<br />

carbonizado) pero supo que no se trataba de su familiar. Su cédula de<br />

identidad estaba falsificada. En los días posteriores apareció también en<br />

Buenos Aires otro cadáver identificado como Juan Carlos Perelman Ide.<br />

Su familia, no obstante, no reconoció el cuerpo y su cédula de identidad<br />

también resultó falsa. (60)<br />

El 6 de junio de 1975, el diario La Mañana de Talca, una población chilena,<br />

informaba que el capitán Osvaldo Heyder había sido asesinado por un<br />

grupo de extremistas. Y el diario La Tercera daba cuenta que el oficial estaba<br />

investigando un tráfico de armas en esa región en donde 2000 hombres<br />

se entrenaban para iniciar la guerra en Chile.<br />

El modus operandi para el “operativo publicidad” era el siguiente: la<br />

DINA filtraba cierta información a los medios chilenos. Pero también era<br />

(58) Calloni, Stella, Los años del Lobo..., op. cit., p. 64.<br />

(59) Comité de Defensa de los Derechos del Pueblo (CODEPU/DIT/T), La Gran Mentira..., op. cit.<br />

(60) Calloni, Stella, Los años del Lobo..., op. cit., pp. 64/65.<br />

<strong>Operación</strong> <strong>Cóndor</strong>. 40 años después<br />

77


Capítulo 3<br />

publicada en la Argentina, ya que se hacía referencia a grupos guerrilleros<br />

que se entrenaban en el país. A su vez, la información regresaba a Chile<br />

como originada en la Argentina. El diario La Tercera de Chile titulaba la<br />

nota publicada el 13 de junio de 1975 “Ejército guerrillero forman contra<br />

Chile”. Sobre este caso, el Comité de Defensa de los Derechos del Pueblo<br />

(CODEPU) señala que<br />

... en esta gran noticia dada en forma directa, afirmativa —no en<br />

condicional como lo acostumbraba la prensa mercurial antes del<br />

Golpe de Estado— de modo que no quedara duda, se transmiten<br />

dos importantes aseveraciones: la primera, la existencia de un<br />

Ejército Guerrillero que vendría a atacarnos, lo que obligatoriamente<br />

despierta y desencadena innumerables imágenes, representaciones<br />

y sentimientos de peligro, de desastres y hace aparecer<br />

la figura inmanente de la muerte. El segundo contenido, es la<br />

falsa verdad, lo que el régimen quiere transmitir: las personas nominadas<br />

como desaparecidas no sólo no lo están, sino que están<br />

presentes y vivas. Más aún, están recibiendo instrucción militar.<br />

Están preparándose para desencadenar la guerra en el país. (61)<br />

En las noticias se hacía referencia a cadáveres mutilados aparecidos en<br />

la Argentina, personas imposibles de identificar por el estado en que se<br />

encontraba el cuerpo, y se los atribuía a ciudadanos chilenos detenidos<br />

ya que se aparecían junto a documentos de identidad. Señala CODEPU:<br />

De los hombres y mujeres que murieron o desaparecieron en<br />

otras tierras y que suman al menos 80 personas, el gobierno de<br />

las Fuerzas Armadas nunca ha dado una respuesta. En cambio,<br />

curiosamente de otros, que sin lugar a dudas no desaparecieron<br />

ni murieron lejos de Chile, las explicaciones, las descripciones<br />

de sus posibles muertes en el extranjero, fueron informadas ampliamente<br />

sin omitir detalles. (62)<br />

El 15 de julio de 1975 en Argentina apareció la revista Lea. Fue un único<br />

número pese a su anunciada periodicidad semanal. En una nota titulada<br />

“La vendetta chilena”, se hacía referencia a que, en los últimos tres<br />

meses, 60 extremistas chilenos habían sido eliminados por sus propios<br />

compañeros a lo largo y ancho de Latinoamérica y Europa. Se publicó<br />

(61) Comité de Defensa de los Derechos del Pueblo (CODEPU/DIT/T), La Gran Mentira..., op. cit.<br />

(62) Ibid.<br />

78


Los antecedentes de la <strong>Operación</strong> <strong>Cóndor</strong><br />

el listado completo con nombre y apellido ordenados alfabéticamente.<br />

Esta información fue levantada por El Mercurio el 23 de julio de 1975. Al<br />

poco tiempo, medios chilenos informaron que en la Argentina habían sido<br />

exterminados otros 59 chilenos en la provincia de Salta en un operativo<br />

militar. Estas dos últimas noticias completaban la lista de los 119 desaparecidos<br />

chilenos reclamados.<br />

Una investigación periodística argentina destaca que la revista Lea tenía<br />

editores y responsables fantasmas y que la dirección (Brandsen 4850) superaba<br />

la numeración de esa calle. Sin embargo, un sobre impreso despertó<br />

sospechas de la codificación correcta de la dirección y la misma<br />

correspondía a la Editorial CODEX, propiedad estatal y dependencia del<br />

Ministerio de Bienestar Social a cargo de López Rega.<br />

En sus declaraciones, Arancibia Clavel menciona la cooperación de Brasil.<br />

El diario O Dia de Curitiba, publicó el 25 de junio de 1975 que las fuerzas<br />

argentinas habían matado a 59 militantes del MIR en Salta. Allí se dio a conocer<br />

el listado de los 119 nombres que sirvió para darle verosimilitud a la<br />

noticia levantada por los medios chilenos. O Dia pertenecía a la Sociedad<br />

Periodística y Publicitaria Ltda., que había dejado de circular y volvió con<br />

esta noticia. (63)<br />

La complicidad de muchos medios chilenos con el régimen dictatorial de<br />

Augusto Pinochet se ejemplifica con los titulares publicados en el contexto<br />

del Operativo Colombo: “Ejecutados por sus propios camaradas”, de<br />

El Mercurio; “Sangrienta pugna en el MIR”, de Ultimas Noticias; y “El MIR<br />

ha asesinado a 60 de sus hombres”, de La Tercera. El vespertino La Segunda<br />

llegó a publicar el título “Exterminan a miristas como ratas”. Y en una<br />

editorial del 25 de Julio de 1975, el periódico El Mercurio publicó<br />

Los políticos y periodistas extranjeros que tantas veces se preguntaron<br />

por la suerte de estos miembros del MIR y culparon<br />

al gobierno chileno de la desaparición de muchos de ellos, tienen<br />

ahora la explicación que rehusaron aceptar. Víctimas de sus<br />

propios métodos, exterminados por sus propios camaradas,<br />

cada uno de ellos señala con trágica elocuencia que los violentos<br />

acaban por caer víctimas del terror ciego e implacable que<br />

provoca, y que, puestos en ese camino, ya nada ni nadie puede<br />

detenerlos.<br />

(63) Calloni, Stella, Los años del Lobo..., op. cit., p. 68.<br />

<strong>Operación</strong> <strong>Cóndor</strong>. 40 años después<br />

79


Capítulo 3<br />

Según la denuncia de CODEPU en el inicio de su informe sobre el caso de<br />

los 119, “La <strong>Operación</strong> Colombo es uno de los más evidentes y exquisitos<br />

montajes de guerra psicológica realizado por la Dictadura Chilena. También,<br />

una de las más importantes maniobras efectuadas para ocultar los<br />

crímenes y mantener la impunidad”. (64)<br />

2.5. El Operativo Independencia (Argentina, 1975)<br />

El Operativo Independencia fue el mayor ensayo de contrainsurgencia antes<br />

de la instauración de la última dictadura cívico-militar en la Argentina,<br />

autodenominada Proceso de Reorganización Nacional. Prácticamente no<br />

hubo enfrentamientos entre el ejército y la guerrilla ubicada en el monte<br />

de la provincia de Tucumán, sino que el combate se desarrolló en el<br />

plano eminentemente cultural a través de políticas de exterminio contra<br />

la población civil, persiguiendo, torturando y asesinando a estudiantes,<br />

artistas e intelectuales, entre otros. Estas prácticas fueron un ensayo de las<br />

acciones de terrorismo de Estado que se tornarían cotidianas durante la<br />

dictadura y caracterizaron a la <strong>Operación</strong> <strong>Cóndor</strong>.<br />

La excusa utilizada por las Fuerzas Armadas argentinas para empezar a<br />

intervenir militarmente, primero en Tucumán y luego en el país, fue la instalación<br />

de la Compañía Monte Ramón Rosa Jiménez en aquella provincia<br />

del norte argentino en 1974, unidad que llevaba el nombre de un militante<br />

del ERP asesinado por la policía<br />

Por eso mismo, tras presiones de los militares, la presidenta María Estela<br />

Martínez de Perón firmó, junto a todo su Gabinete nacional, el<br />

decreto 261/1975 por el que se autorizó al Ejército a “ejecutar todas<br />

las operaciones militares que sean necesarias a efectos de neutralizar<br />

y/o aniquilar el accionar de los elementos subversivos que actúan en<br />

la provincia de Tucumán,” dando comienzo al Operativo Independencia.<br />

Meses más tarde, el 6 de octubre de 1975, el presidente provisional<br />

del Senado en ejercicio de la Presidencia de la Nación, Ítalo Luder<br />

(1916-2008) firmó tres nuevos decretos, extendiendo a todo el territorio<br />

nacional las ejecuciones militares que se estaban desarrollando en el<br />

norte del país. En términos militares, aniquilar significa paralizar al contendiente.<br />

Los represores no solo lo interpretaron a su manera, sino<br />

que se escudaron en estos decretos.<br />

(64) Comité de Defensa de los Derechos del Pueblo (CODEPU/DIT/T), La Gran Mentira..., op. cit.<br />

80


Los antecedentes de la <strong>Operación</strong> <strong>Cóndor</strong><br />

Marcos Taire, periodista especializado en el Operativo Independencia, especificó<br />

en una nota publicada en el diario Miradas al Sur que<br />

... los militares conocían perfectamente la verdadera composición<br />

y fuerza del grupo guerrillero. Sabían que, en el marco de lo estrictamente<br />

bélico, no representaba un peligro militar. La Compañía<br />

de Monte fue infiltrada por los militares desde su instalación,<br />

lo que les permitió conocer en detalle la cantidad de combatientes<br />

que la integraban, su armamento y su equipamiento. (65)<br />

Un informe de 1974 elevado por el entonces jefe de la Quinta Brigada,<br />

Luciano Benjamín Menéndez, comentaba que la Policía Federal no estaba<br />

entrenada para combatir contra la guerrilla, ya que su función era la<br />

de luchar contra la delincuencia. A su vez, informaba que los efectivos<br />

policiales no habían penetrado en el monte en busca de guerrilleros, y<br />

reclamaba que la <strong>Operación</strong> sea llevada a cabo por el Ejército utilizando<br />

a la Policía Federal para los interrogatorios. Por otra parte, se refería a<br />

someter a la justicia militar a los “guerrilleros” para lograr una represión<br />

rápida y efectiva. También Menéndez reclamaba el apoyo del Gobierno<br />

Nacional. Este informe fue parte del expediente N° U2 40.298 “Secreto”<br />

del 17 de junio de 1974 que sirvió de argumento por parte del Ejército<br />

para que Isabel Martínez de Perón firmara el decreto ordenando el comienzo<br />

del Operativo Independencia. (66)<br />

En los meses siguientes, hubo acciones por parte del ERP y enfrentamientos<br />

con las fuerzas policiales. Ante esta situación, el presidente del Senado,<br />

Ítalo Luder y el líder de la Unión Cívica Radical, Ricardo Balbín (1904-<br />

1981) negociaron una intervención militar en la provincia de Tucumán. En<br />

menos de 48 horas, el Congreso Nacional aprobó la Ley 20.840 de Seguridad<br />

Nacional que reprimía “los intentos de alterar o suprimir el orden<br />

institucional y la paz social de la Nación”.<br />

En el mes de diciembre de 1974, el ministro de Bienestar Social, José<br />

López Rega, se reunió con el comandante en jefe del ejército, Teniente<br />

General Leandro Enrique Anaya (1922-2009) y organizaron lo que se denominaría<br />

el Operativo Independencia. El general Acdel Edgardo Vilas<br />

(65) Taire, Marcos, “La guerra antisubversiva en Tucumán: motivos y pretextos” en Miradas al<br />

Sur, 03/08/2013, [en línea] http://www.miradasalsur.com.ar/archivo/nota/2452/la-guerra-antisubversiva-en-tucuman-motivos-y-pretextos<br />

(66) Taire, Marcos, “La guerra antisubversiva...”, op. cit.<br />

<strong>Operación</strong> <strong>Cóndor</strong>. 40 años después<br />

81


Capítulo 3<br />

(1925-2010), fue designado al frente de la Quinta Brigada. Ese militar tenía<br />

una amistad con López Rega. (67) Fue entrenado en la escuela de comando<br />

y combate de EEUU y utilizaba la guía de táctica de los franceses contra la<br />

insurgencia. Era fiel lector de la obra Guerra, subversión y revolución del<br />

Coronel del ejército francés Roger Trinquier (1908-1986), una apología a la<br />

tortura y otras técnicas represivas. (68)<br />

Desde que el ERP se instaló a mediados de 1974 hasta que fueron retirados<br />

los últimos combatientes en 1976 “la guerrilla rural prácticamente<br />

no combatió, [y] la realidad es que el Ejército nunca se propuso buscar y<br />

combatir a la Compañía de Monte. En cambio, utilizó su presencia en la<br />

zona para descargar una brutal represión contra el pueblo tucumano”. (69)<br />

Durante el Operativo Independencia los militares pusieron en práctica los<br />

métodos de la “guerra contrarrevolucionaria” aprendidos en las escuelas<br />

norteamericanas y francesas en el marco de la Doctrina de Seguridad Nacional.<br />

La tortura se convirtió en una técnica operativa normal. Se estableció el<br />

primer centro de detención clandestino de la Argentina conocido como “La<br />

Escuelita”, montado precisamente donde funcionaba una escuela, en la ciudad<br />

de Famaillá, Tucumán. Por ese lugar, 1507 personas acusadas de mantener<br />

estrechas relaciones con el enemigo fueron mantenidas en prisión. (70)<br />

El ERP nunca había significado una verdadera amenaza para la Argentina.<br />

Lo sucedido en Tucumán fue distorsionado por los oficiales del Ejército, y<br />

sirvió como prueba para la institucionalización de las técnicas de la Triple<br />

A. Enfrentado contra 5000 hombres del Ejército, el ERP nunca superó algunas<br />

decenas de hombres en el campo de batalla, pobremente armados y<br />

entrenados, pese a que los militares y medios de comunicación afirmaban<br />

que eran 600 los guerrilleros. (71) Con el golpe de Estado del 24 de marzo<br />

de 1976, el plan represivo practicado con el Operativo Independencia en<br />

la provincia de Tucumán se extendió en todo el territorio nacional de manera<br />

sistemática y organizada.<br />

•<br />

(67) Andersen, Martin E., Dossier Secreto: El mito de la Guerra Sucia, Bs. As., Planeta, 1993, p. 159.<br />

(68) Ibid.,<br />

(69) Taire, Marcos, “La guerra antisubversiva...”, op. cit.<br />

(70) Andersen, Martin E., Dossier Secreto..., op. cit., p. 161.<br />

(71) Ibid., p. 151.<br />

82


¿Qué fue la <strong>Operación</strong> <strong>Cóndor</strong>?<br />

CAPÍTULO 4<br />

CAPÍTULO 4<br />

¿Qué fue<br />

la <strong>Operación</strong> <strong>Cóndor</strong>?<br />

•<br />

La <strong>Operación</strong> <strong>Cóndor</strong> fue un acuerdo multilateral entre las dictaduras de<br />

seguridad nacional del Cono Sur dentro del sistema continental de contrainsurgencia<br />

promovido por los Estados Unidos. En noviembre de 1975, Argentina,<br />

Bolivia, Chile, Paraguay y Uruguay firmaron un pacto que permitía<br />

a sus fuerzas de seguridad coordinar la represión contra los exiliados políticos<br />

del Cono Sur por fuera de sus fronteras nacionales y atentar contra<br />

destacados dirigentes con influencia en la opinión pública internacional,<br />

incluso en Europa y Estados Unidos. A los países miembros iniciales, se<br />

sumó al poco tiempo Brasil, quien había asistido como observador. Posteriormente,<br />

adhirieron Ecuador y Perú, aunque con una participación más<br />

esporádica.<br />

A pesar de que existían “acuerdos de caballeros” previos de carácter bilateral<br />

entre algunos de estos países para perseguir opositores, fue recién<br />

con la <strong>Operación</strong> <strong>Cóndor</strong> que se forjó una red multilateral de inteligencia<br />

institucionalizada, extendida y permanente. Para ello se montó una<br />

infraestructura burocrática y de comunicaciones con tecnología avanzada<br />

que tuvo por sede Santiago de Chile y, casi con certeza, en un segundo<br />

momento, Buenos Aires.<br />

Las acciones principales que se llevaron a cabo dentro del marco de<br />

esta asociación ilícita fueron: intercambio de informes de inteligencia<br />

obtenidos a partir de torturas, pedidos de detención transfronterizos,<br />

formación de equipos multinacionales para atacar a los objetivos,<br />

<strong>Operación</strong> <strong>Cóndor</strong>. 40 años después<br />

83


Capítulo 4<br />

colaboración de grupos paramilitares con las fuerzas estatales para encubrir<br />

el accionar ilegal, entregas bilaterales y traslados encubiertos de<br />

prisioneros, creación de centros clandestinos de detención, campañas<br />

de desinformación y guerra psicológica, apropiación de niños, ejecuciones<br />

sumarias y desapariciones.<br />

A pesar de tomarse como fecha de fundación la reunión de noviembre de<br />

1975 en Santiago de Chile, existieron desde 1974 operativos conjuntos<br />

con características de <strong>Cóndor</strong>. El momento más intenso de la represión<br />

coordinada fue entre 1975 y 1978, destacándose especialmente el año<br />

1976, con el golpe cívico militar en la Argentina y los atentados fuera de<br />

América Latina. Aunque todavía es imposible datar el fin de la <strong>Operación</strong><br />

<strong>Cóndor</strong>, las investigaciones disponibles muestran una progresiva merma<br />

en su accionar a partir del inicio de la década de 1980. Esto no evitó que<br />

se perpetraran crímenes con el sello de <strong>Cóndor</strong> aún en tiempos democráticos,<br />

incluso en los años 90.<br />

1. Características principales<br />

Como hemos mencionado, la <strong>Operación</strong> <strong>Cóndor</strong> formaba parte del complejo<br />

sistema interamericano de contrainsurgencia promovido por la política<br />

exterior norteamericana. Mediante su accionar trasnacional, <strong>Cóndor</strong><br />

complementaba las políticas represivas que las Fuerzas Armadas del Cono<br />

Sur ejercían dentro de sus territorios nacionales. Sus objetivos principales<br />

fueron los grupos de exiliados políticos que escapaban de las distintas<br />

dictaduras que fueron usurpando el poder político en la región. Integrado<br />

por fuerzas de inteligencia militar y policial así como también por grupos<br />

paramilitares de civiles antimarxistas, sus misiones fueron siempre secretas<br />

y encubiertas, intentando eximir de la responsabilidad a los gobiernos de<br />

los Estados miembros.<br />

La <strong>Operación</strong>, como tal, fue institucionalizada en noviembre de 1975. Sin embargo,<br />

hubo varias acciones previas entre los años 1974 y 1975, modélicas de<br />

lo que sería la saga de secuestros, torturas, asesinatos, atentados, desapariciones<br />

y operaciones de propaganda negra que caracterizarían a <strong>Cóndor</strong>.<br />

De entre ellas, ya fueron mencionados los casos Prats, Leighton, Trabal, la<br />

<strong>Operación</strong> Colombo, y los Fusilados de Soca.<br />

En este sentido, la conformación de <strong>Cóndor</strong> significó la creación de un marco<br />

multinacional que amparaba muchas operaciones que ya habían sucedido o<br />

estaban en marcha, facilitando las acciones encubiertas y materializando el<br />

84


¿Qué fue la <strong>Operación</strong> <strong>Cóndor</strong>?<br />

pasaje paulatino de la cooperación a la coordinación represiva en el Cono<br />

Sur. A partir de su constitución, se fortaleció la red tramada previamente<br />

y se profundizó su organización, su equipamiento y capacitación, logrando<br />

sistematizar la planificación conjunta de operativos, las formas de comunicación<br />

y las cadenas de mando. Así, los Estados del Cono Sur que<br />

hasta hacía poco tiempo se consideraban enemigos potenciales pasaron<br />

a ayudarse mutuamente en la tramitación de documentos falsos, en la organización<br />

de viajes, en soporte logístico y operacional con vehículos sin<br />

identificación, vuelos clandestinos, sistemas de comunicación y entrega<br />

de fondos, entre otros procedimientos. Las antiguas operaciones de espionaje<br />

mantenidas en secreto se transformaron en una red multilateral de<br />

inteligencia institucionalizada, extendida y permanente.<br />

La <strong>Operación</strong> funcionó en tres niveles o “fases”, que se desprenden fundamentalmente<br />

de un famoso cable redactado por el agente de la Oficina<br />

Federal de Investigación (FBI) de Estados Unidos, Robert Scherrer. La Fase 1<br />

consistía en el intercambio de información y la cooperación entre los servicios<br />

de inteligencia policiales y militares para conformar un banco de<br />

datos y coordinar la vigilancia sobre militantes políticos etiquetados como<br />

“subversivos”. Entre las tareas concretas figuraban el espionaje diario, las<br />

infiltraciones en organizaciones y las escuchas telefónicas, entre otras.<br />

La Fase 2 significaba pasar de la información a la acción encubierta, superando<br />

las acciones tradicionales de las agencias de inteligencia, con<br />

operaciones transfronterizas que espiaban, disuadían, detenían, torturaban,<br />

interrogaban, trasladaban, asesinaban o desaparecían a los objetivos<br />

prefijados. Para ello se formaban equipos multinacionales de trabajo entre<br />

los países miembros que actuaban fuera de todo marco legal y utilizaban<br />

una red de centros clandestinos de detención en el Cono Sur.<br />

La Fase 3 —la más secreta de todas—, implicaba atacar destacados dirigentes<br />

políticos que podían influir en la opinión pública internacional en<br />

contra de los regímenes militares de la región, como ejemplifica el caso<br />

de Orlando Letelier. Las operaciones podían llevarse a cabo dentro o fuera<br />

de su ámbito natural de acción, formándose equipos especiales con documentación<br />

falsa de los países miembros y reclutamiento de fuerzas paramilitares<br />

y terroristas por todo el mundo. En palabras de Scherrer, la Fase 3<br />

... implica la formación de grupos especiales de los países<br />

miembros, que deberán viajar por cualquier parte del mundo<br />

hacia países no-miembros, para llevar a cabo sanciones incluido<br />

<strong>Operación</strong> <strong>Cóndor</strong>. 40 años después<br />

85


Capítulo 4<br />

el asesinato contra terroristas o simpatizantes de organizaciones<br />

terroristas de los países miembros de la “<strong>Operación</strong> <strong>Cóndor</strong>”.<br />

Por ejemplo, en el caso de que un terrorista o simpatizante<br />

de una organización terrorista de un país miembro de la<br />

“<strong>Operación</strong> <strong>Cóndor</strong>” se encontrara en un país europeo, se enviará<br />

un grupo especial de la “<strong>Operación</strong> <strong>Cóndor</strong>” para localizar<br />

y vigilar al objetivo. Cuando hubiera terminado la operación<br />

de localización y vigilancia, se enviaría un segundo grupo de la<br />

“<strong>Operación</strong> <strong>Cóndor</strong>” para llevar a cabo el castigo real contra el<br />

objetivo. Los grupos especiales serían provistos de documentación<br />

falsa de los países miembros de la “<strong>Operación</strong> <strong>Cóndor</strong>”<br />

y podrán estar compuestos exclusivamente por individuos de<br />

una nación miembro de la “<strong>Operación</strong> <strong>Cóndor</strong>” o pueden estar<br />

compuestos por grupos mixtos de varias naciones miembros de<br />

la “<strong>Operación</strong> <strong>Cóndor</strong>”. (1)<br />

La investigadora norteamericana Patrice McSherry, en su libro Los Estados<br />

depredadores..., ha conceptualizado las características principales de la<br />

<strong>Operación</strong> <strong>Cóndor</strong> definiéndola como “el brazo transnacional del Estado<br />

paralelo” que permitía eliminar objetivos por fuera de las fronteras nacionales,<br />

sin restricciones legales y camuflando su accionar criminal. Aquí<br />

hemos optado por resumirlas de la siguiente manera:<br />

1. Especialidad en operativos transfronterizos y en el extranjero dirigidos contra<br />

personas exiliadas a partir del accionar de escuadrones conformados por militares,<br />

oficiales de inteligencia y redes paramilitares que vigilaban, seleccionaban,<br />

secuestraban, torturaban y trasladaban a sus enemigos.<br />

2. Naturaleza multinacional, con unidades operativas compuestas por efectivos<br />

de dos o más países, según el modelo de las Fuerzas Especiales contrainsurgentes<br />

de EEUU. Estos equipos multinacionales se encargaban no solo de las<br />

acciones de caza y captura de los objetivos, sino también de los interrogatorios<br />

y de las operaciones de propaganda y desinformación.<br />

3. Elección precisa y selectiva de disidentes, especializándose en las cúpulas de las<br />

dirigencias exiliadas o miembros prominentes de las organizaciones de izquierda<br />

o populares, no necesariamente conectados con organizaciones armadas.<br />

4. Estructura paraestatal con fuerzas paramilitares patrocinadas por el Estado<br />

que complementaban el accionar de las fuerzas militares regulares, permitiendo<br />

hacer de manera secreta lo que era imposible de forma legal. Los grupos<br />

(1) Este texto transcribe un fragmento del cable enviado por Robert Scherrer al director del<br />

FBI desde Bs. As. “<strong>Cóndor</strong> [SECRET]”, 28/09/1976. Dicho cable fue conocido como Chilbom.<br />

86


¿Qué fue la <strong>Operación</strong> <strong>Cóndor</strong>?<br />

paramilitares actuaban como agentes de inteligencia y concretaban las acciones<br />

de secuestro, atentado, tortura, muerte y desaparición de los objetivos.<br />

Eran instrumentos ideales para el tipo de operaciones oscuras de la <strong>Operación</strong><br />

<strong>Cóndor</strong> pues, al tiempo que eran secretas, permitían que los gobiernos negaran<br />

plausiblemente su responsabilidad en los hechos. Su carácter paramilitar<br />

no implicaba que estuvieran por fuera del Estado. Por el contrario, eran el rostro<br />

oculto del mismo, siendo sustentadas y dirigidas por él. Estaban formadas<br />

por unidades secretas de las fuerzas de seguridad y grupos de tareas e informantes<br />

civiles y utilizaban recursos que aportaba el Estado en forma clandestina,<br />

como autos sin identificación, armas y centros de detención, entre otros.<br />

5. Tecnología avanzada, utilizando un sistema de comunicación télex llamado<br />

Condortel y un banco de datos computarizado con archivos fotográficos, microfichas,<br />

informes, perfiles y cualquier otra información sobre personas y organizaciones<br />

sospechosas. Según varias fuentes, detrás de la infraestructura<br />

informática de la <strong>Operación</strong> <strong>Cóndor</strong> estaba el apoyo de la CIA. La estación<br />

matriz del Condortel estaba en bases militares norteamericanas en Panamá.<br />

6. Utilización de sindicatos del crimen y organizaciones extremistas de civiles<br />

para los operativos. El caso más famoso fue el de Michael Townley, miembro<br />

de la organización nacionalista chilena Patria y Libertad, conectada con agrupaciones<br />

similares de la Argentina como Milicia y la Triple A, que incluía al<br />

grupo de tareas liderado por Aníbal Gordon cuyo centro de operaciones era el<br />

CCD Automotores Orletti. También se cuentan entre las filas de estas organizaciones<br />

a los movimientos anticastristas cubanos y las organizaciones falangistas<br />

españolas y fascistas italianas. (2)<br />

La extensión en el tiempo de la <strong>Operación</strong> <strong>Cóndor</strong> ha generado muchos<br />

debates, tomándose un rango de acciones que van generalmente desde<br />

1973 hasta comienzos de la década de 1980, en ocasiones incluyendo<br />

atentados residuales posteriores. Las operaciones modélicas anteriores a<br />

la constitución formal de <strong>Cóndor</strong> —agrupadas de diversas maneras como<br />

“pre-<strong>Cóndor</strong>” o “Prototipo <strong>Cóndor</strong>”— son de vital importancia para entender<br />

lo que sucedería a futuro. La represión transfronteriza funcionaba<br />

efectivamente antes de noviembre de 1975, en base a acuerdos bilaterales<br />

(formales o tácitos) y mucho antes de que se formalizara la compleja infraestructura<br />

operativa de <strong>Cóndor</strong> y su accionar.<br />

Lo que sí ha tenido consenso entre los diversos investigadores de <strong>Cóndor</strong><br />

es considerar a los años 1975-1978 como el punto álgido de las operaciones,<br />

destacándose especialmente el año 1976 con el golpe cívico militar<br />

en la Argentina y los atentados fuera de América Latina. Esto no quiere<br />

(2) McSherry, J. Patrice, Los Estados depredadores..., op. cit., pp. 33/39.<br />

<strong>Operación</strong> <strong>Cóndor</strong>. 40 años después<br />

87


Capítulo 4<br />

decir que no se cometieran delitos posteriores con el sello de <strong>Cóndor</strong> o<br />

que los implicados dejaran de referirse a la <strong>Operación</strong>. En todo caso, solo<br />

sugiere que buena parte de los objetivos criminales habían sido alcanzados<br />

alrededor de 1980.<br />

2. Los preparativos (1974-1975)<br />

La trama que culminó en la institucionalización de <strong>Cóndor</strong> en 1975 comenzó<br />

a tejerse por lo menos un año antes. En febrero de 1974 se realizó en<br />

Buenos Aires el Primer Seminario de Policía sobre la Lucha Antisubversiva<br />

en el Cono Sur, al que asistieron jefes policiales de Argentina, Bolivia, Chile,<br />

Paraguay y Uruguay. Allí se analizó la realización de acciones de inteligencia<br />

y represivas coordinadas entre los países del Cono Sur. Según Pierre<br />

Abramovici, el delegado chileno propuso acreditar un agente de seguridad<br />

en cada embajada para concretar la coordinación, y el comisario Villar,<br />

representando la Argentina, adelantó que el departamento de Asuntos Extranjeros<br />

a su cargo se ocuparía de los extranjeros residentes en el país. (3)<br />

Según un informe de la CIA, los argentinos ya estaban conduciendo operativos<br />

antisubversivos junto a chilenos y uruguayos, y lo que se buscaba<br />

era lograr mejores estrategias de coordinación. Los escritos de Arancibia<br />

Clavel y fuentes militares uruguayas confirmaron también que los primeros<br />

acercamientos datan de comienzos de 1974, (4) y de acuerdo a John Dinges,<br />

diplomáticos norteamericanos estaban informados de las reuniones periódicas<br />

que se realizaban entre los cinco países —y la participación ocasional<br />

de Brasil—, muchas de ellas en la base militar de Campo de Mayo, en Buenos<br />

Aires. (5) Además de esta reunión de febrero, en 1974 se realizaron otras<br />

conferencias bilaterales o multilaterales, algunas bajo el sistema militar interamericano<br />

y otras mediante organizaciones anticomunistas.<br />

Katie Zoglin, en base a una investigación sobre los “Archivos del Terror”<br />

paraguayos, reconstruyó parte de esta historia. Las agencias de seguridad<br />

compartieron datos y pautaron acciones comunes en las distintas reuniones<br />

de la Confederación Anticomunista Latinoamericana, fundada en<br />

1972. De ellas cobra especial importancia una de las celebradas por su<br />

Consejo, en 1974, donde se sabe que se acordó intercambiar experiencias<br />

(3) Abramovici, Pierre, “‘Opération Condor’...”, op. cit., pp. 24/25.<br />

(4) McSherry, J. Patrice, Los Estados depredadores..., op. cit., pp. 21/22.<br />

(5) Dinges, John, The Condor years..., op. cit., p. 71.<br />

88


¿Qué fue la <strong>Operación</strong> <strong>Cóndor</strong>?<br />

e información confidencial concerniente a “marxistas” de la región como no<br />

se había hecho hasta entonces, para adoptar métodos conjuntos en el continente.<br />

Allí acudieron representantes de todos los países que serían fundadores<br />

de <strong>Cóndor</strong>, de Brasil y de cuatro países más de Centro y Sudamérica.<br />

La misma investigadora constató la existencia, por esos mismos años, de<br />

acuerdos y conferencias bilaterales, en muchos casos anuales, sostenidoa<br />

entre Paraguay, Argentina, Brasil, Chile. (6) Por ejemplo, entre Paraguay y Argentina,<br />

las relaciones de este tipo datan desde 1972, como muestra un<br />

documento desclasificado norteamericano donde se transcribe un acuerdo<br />

de intercambio de inteligencia entre las Fuerzas Armadas de ambos países.<br />

Entonces, “para coordinar acciones en la lucha contra la subversión”, ya<br />

se había acordado intercambiar informaciones a través de las agencias de<br />

inteligencia militares y policiales mediante reuniones periódicas, colaborar<br />

manteniendo alejadas de la frontera a los grupos que pudieren alentar la<br />

subversión del otro lado de la misma y se pautaron dos modelos de interrogatorios<br />

llamados Elementos Esenciales de Inteligencia y Otros Requerimientos<br />

de Inteligencia. (7) Según Zoglin, este tipo de reuniones se intensificaron<br />

en el año 1975, siendo crucial la sostenida entre el 30 de mayo y el<br />

4 de junio en Santiago. Allí, se encontraron los jefes de los servicios de inteligencia<br />

nacionales de Argentina, Bolivia, Brasil, Chile, Paraguay y Uruguay. (8)<br />

Al tiempo que se establecían todos estos contactos, el que luego sería el<br />

mentor de la <strong>Operación</strong> <strong>Cóndor</strong>, Manuel Contreras comenzó sus viajes<br />

por el continente americano, y en marzo de 1974 llegó a Washington. Allí<br />

se entrevistó con Vernon Walters para asesorarse sobre la estructura de<br />

la DINA y consiguió el apoyo de la CIA, que envió en agosto de ese año<br />

ocho agentes a Santiago para colaborar con la agencia de inteligencia<br />

chilena. También en 1974, Contreras se reunió en Argentina con el jefe<br />

de la policía de la provincia de Buenos Aires, Ramón Camps. En enero de<br />

1975, el jefe de la DINA volvió a ir a Washington acompañado del coronel<br />

Pedro Espinoza y del capitán Cristoph Willeke para reunirse con oficiales<br />

de inteligencia lationamericanos y con Walters. (9)<br />

(6) Zoglin, Katie, “Paraguay’s Archive of Terror: International Cooperation and Operation Condor”<br />

en Inter-American Law Review, vol. 32, nº 1, 2001.<br />

(7) Documento 186F-1573, EMG-FF.AA. J-2, Asunción, Paraguay, titulado “Asunto: Acuerdo<br />

bilateral de Inteligencia FF.AA. Paraguay / Ejército Argentino”, firmado por Benito Guanes<br />

Serrano, 12/09/1972.<br />

(8) Zoglin, Katie, “Paraguay’s Archive of Terror...”, op. cit.<br />

(9) Dinges, John, The Condor years..., op. cit., pp. 101/103.<br />

<strong>Operación</strong> <strong>Cóndor</strong>. 40 años después<br />

89


Capítulo 4<br />

En agosto de 1975 Contreras inició la sucesión de viajes que terminarían<br />

definitivamente con la formación de <strong>Cóndor</strong>. El siniestro periplo tuvo su<br />

punto de partida nuevamente en Washington con Walters, para seguir<br />

hacia Argentina, Bolivia, Uruguay, Paraguay, Brasil y Venezuela. Según el<br />

relato del jefe de la DINA, Pinochet había instruido al embajador estadounidense<br />

en Santiago para que su comitiva fuera recibida en la capital<br />

norteamericana. Si bien el asunto oficial a discutir era la posición de Chile<br />

sobre derechos humanos, es probable que se conversara sobre las formas<br />

de combatir la subversión en la región.<br />

Dinges ha reconstruido una parada esencial para entender este viaje: la<br />

estadía en Venezuela de Contreras. En Caracas, junto a otro oficial, solo<br />

dos días después de su almuerzo con Walters, tuvo contactos con agentes<br />

de la Dirección de los Servicios de Inteligencia y Prevención (DISIP). Según<br />

el agente de inteligencia venezolano Orlando García, Contreras presentó<br />

el plan de organización de lo que sería la <strong>Operación</strong> <strong>Cóndor</strong>, pidiendo<br />

colaboración para extraer sin trámites legales a exiliados chilenos en ese<br />

país. El intercambio de datos incluía obtener información a cambio de<br />

develar los planes de la Junta Coordinadora Revolucionaria de mudar su<br />

cuartel general a Caracas. El acuerdo implicaría que la DINA establecería<br />

un oficial de enlace en la embajada chilena. Según la misma fuente, Contreras<br />

dio los códigos para comunicarse por télex, mencionó la posibilidad<br />

de contar con computadoras e invitó a los agentes de la DISIP a un encuentro<br />

secreto a realizarse en Santiago, con los gastos pagos.<br />

Venezuela no participó como miembro de la <strong>Operación</strong> <strong>Cóndor</strong> porque<br />

el presidente Carlos Andrés Pérez vetó la iniciativa. (10) Sin embargo, hay<br />

varias pistas que evidencian el conocimiento sobre su funcionamiento y<br />

cierta cooperación. Un pedido de informe de marzo de 1975, previo a<br />

la institucionalización de <strong>Cóndor</strong>, del paraguayo Benito Guanes Serrano<br />

y referido a una “Reunión de Extremistas Latinoamericanos”, incluye al<br />

agregado militar venezolano dentro de la difusión. (11) Según declaraciones<br />

del propio Orlando García, la DISIP también estuvo involucrada en el fallido<br />

operativo en París contra Ilich Ramírez Sánchez, más conocido como<br />

Carlos “el Chacal”. (12) Otro miembro de esta agencia, el cubano Rolando<br />

Otero, estaba contactado con la DINA, quien le encargó asesinar a Pascal<br />

(10) Ibid., pp. 105/106.<br />

(11) Calloni, Stella, <strong>Operación</strong> <strong>Cóndor</strong>..., p. 176.<br />

(12) Dinges, John, The Condor years..., op. cit., p. 95.<br />

90


¿Qué fue la <strong>Operación</strong> <strong>Cóndor</strong>?<br />

Allende en Centroamérica. Por último, el cubano Luis Posada Carriles, jefe<br />

de operaciones de la DISIP y ex miembro de la policía secreta de Batista,<br />

participó de las redes terroristas de cubanos anticastristas nucleadas en la<br />

CORU, que entrenados y sostenidos por la CIA actuaron dentro de la <strong>Operación</strong><br />

<strong>Cóndor</strong>. Está ampliamente probado que Posada Carriles, conocido<br />

en Venezuela como el “comisario Basilio”, trabajó para la CIA desde<br />

mediados de 1960, contactado desde entonces con Orlando Bosch. Fue<br />

encarcelado por ser responsable junto a Bosch de un atentado contra un<br />

avión de la aerolínea cubana en Barbados, en 1976, hecho que se cobró 73<br />

vidas. Actualmente vive encubierto en Estados Unidos. (13)<br />

Retomando los antecedentes inmediatos a la institucionalización de la<br />

<strong>Operación</strong> <strong>Cóndor</strong>, a fines de agosto de 1975 se iniciaron los preparativos<br />

para la XI Conferencia de Ejércitos Americanos (CEA) en Montevideo. En<br />

declaraciones a la prensa, el presidente de la Conferencia, el mayor uruguayo<br />

Luis Vicente Queirolo, señaló la existencia de “una coordinación<br />

entre los ejércitos para combatir e impedir la infiltración marxista y cualquier<br />

otro tipo de subversión”. (14)<br />

En septiembre, Contreras estuvo de nuevo en Santiago. En un famoso<br />

memorándum solicitó a Pinochet unos USD600.000 para financiar operaciones<br />

de la DINA en el extranjero. Mientras, los dirigentes Jorge Fuentes<br />

Alarcón (MIR) y Amílcar Santucho (ERP) habían sido capturados y torturados<br />

por agentes de varios países en Asunción, Paraguay. Por esta acción<br />

conjunta, Contreras, exultante, envió una carta de agradecimiento a Pastor<br />

Coronel a fines de mes. El caso Fuentes-Santucho había sido clave<br />

en la formación de <strong>Cóndor</strong>, pues al mismo tiempo en que se celebraban<br />

reuniones y viajes, paraguayos, chilenos y argentinos habían colaborado<br />

concretamente en los interrogatorios en Asunción. Paraguay había accedido<br />

a trasladar clandestinamente a Fuentes. El modus operandi de <strong>Cóndor</strong><br />

ya había fraguado.<br />

En octubre, en Montevideo, se inauguró la XI CEA. Allí primaron los temas<br />

de inteligencia, logrando establecer enlaces informativos entre los<br />

(13) Calloni, Stella, <strong>Operación</strong> <strong>Cóndor</strong>..., p. 134/137; McSherry, J. Patrice, Los Estados depredadores...,<br />

op. cit., pp. 219/222; Méndez Méndez, José Luis, “Luis Posada Carriles, el terrorista<br />

mimado de la CIA”, 2011, [en línea] www.cubadebate.cu<br />

(14) Visconti, Silvia y Rodríguez Díaz, Universindo, “Antecedentes de la <strong>Operación</strong> <strong>Cóndor</strong>: la<br />

Conferencia de Ejércitos Americanos (Montevideo, 1974) y la coordinación de los servicios de<br />

inteligencia y los aparatos represivos en el Cono Sur”, en Taller, segunda época, Revista de<br />

Sociedad, Cultura y Política en América Latina, vol. 1, nº 1, 2012, p. 141.<br />

<strong>Operación</strong> <strong>Cóndor</strong>. 40 años después<br />

91


Capítulo 4<br />

ejércitos, que según el general uruguayo Julio César Vadora, ya existía en<br />

los hechos. (15) Aparentemente, allí se terminó de ultimar detalles sobre la<br />

reunión próxima a celebrarse en Santiago y se le planteó al FBI la necesidad<br />

de formalizar la coordinación existente. (16)<br />

3. El <strong>Cóndor</strong> se institucionaliza (noviembre, 1975)<br />

A comienzos de noviembre, el coronel de la DINA Mario Jahn arribó a<br />

Asunción portando una invitación formal del 29 de octubre para Francisco<br />

Brites, jefe de la policía paraguaya. Este documento, encontrado en los<br />

“Archivos del Terror” de Paraguay, es una de las pistas clave que permitió<br />

reconstruir la estructura y funcionamiento de la <strong>Operación</strong> <strong>Cóndor</strong>, dado<br />

que a la carta se agregaba el temario y la estructura organizativa propuesta.<br />

Según su propia declaración en la justicia chilena, Jahn entregó misivas similares<br />

a las fuerzas de seguridad de Argentina, Brasil, Bolivia y Uruguay. (17)<br />

La DINA ofrecía a la policía paraguaya participar de “una Reunión de Trabajo<br />

de Inteligencia Nacional que se realizará en Santiago de Chile, entre<br />

los días 25 de Noviembre y 01 de Diciembre de 1975” . (18) La reunión tendría<br />

“carácter de Estrictamente Secreta” y se esperaba que pudiera ser “la<br />

base de una excelente coordinación y un mejor accionar en beneficio de la<br />

Seguridad Nacional de nuestros respectivos países”. Dentro del temario,<br />

se incluían los siguientes “Fundamentos”:<br />

La Subversión desde hace algunos años, se encuentra presente<br />

en nuestro Continente, amparado por concepciones políticaseconómicas<br />

que son fundamentalmente contrarias a la Historia,<br />

a la Filosofía, a la Religión y a las costumbres propias de los<br />

países de nuestro Hemisferio.<br />

Esta situación descrita, no reconoce Fronteras ni Países, y la infiltración<br />

penetra a todos los niveles de la Vida nacional.<br />

La Subversión, ha desarrollado Mandos Internacionales, Continentales,<br />

Regionales y Subregionales, centralizados para coor-<br />

(15) Visconti, Silvia y Rodríguez Díaz, Universindo, “Antecedentes...”, op. cit., pp. 139/50.<br />

(16) Markarian, Vania, “Una mirada desde Uruguay a la coordinación represiva regional,<br />

1973-1984”, en E. Bohoslavsky; M. Franco; M. Iglesias y D. Lvovich (comps.), Problemas de<br />

historia reciente del Cono Sur, Bs. As., Prometeo-UNGS, 2010.<br />

(17) Declaraciones juradas de Mario Ernesto Jahn Barrera ante el juez Juan Guzman,<br />

27/08/2003 y 13/10/2003, [en línea] www.johndinges.com/condor/documents/jahn.htm<br />

(18) La fuente original completa se encuentra en los anexos documentales de este Informe.<br />

92


¿Qué fue la <strong>Operación</strong> <strong>Cóndor</strong>?<br />

dinar las acciones disociadoras. A manera de ejemplo podemos<br />

citar la Conferencia Tricontinental de la Habana, la Junta Coordinadora<br />

Revolucionaria para el Sur, etc. (…)<br />

En cambio los países que están siendo agredidos Política-Económica<br />

y Militarmente (desde adentro y fuera de sus fronteras),<br />

están combatiendo solos o cuando más con entendimientos bilaterales<br />

o simples “acuerdos de caballeros”.<br />

Es para enfrentar esta Guerra Psicopolítica, hemos estimado<br />

que debemos contar en el ámbito Internacional no con un<br />

Mando centralizado en su accionar interno, sino que con una<br />

Coordinación eficaz que permita un intercambio oportuno de<br />

informaciones y experiencias además con cierto grado de conocimiento<br />

personal entre los Jefes responsables de la Seguridad.<br />

De acuerdo al mismo documento, se proponía formar una Oficina de<br />

Coordinación y Seguridad para materializar los intercambios de información.<br />

La misma estaría formada por tres elementos:<br />

a. Banco de datos: un “Archivo Centralizado de Antecedentes de Personas, Organizaciones<br />

y otras Actividades, conectadas directa o indirectamente con la<br />

Subversión. En líneas generales, algo similar a lo que tiene Interpol, en París,<br />

pero dedicado a la Subversión”;<br />

b. Central de informaciones: un “Sistema de Comunicaciones moderno y ágil”,<br />

en base a transmisiones por Télex, medios de criptografía, teléfonos con inversores<br />

de voz y correos;<br />

c. Reuniones de trabajo: para evaluar tareas, tratar problemas específicos y realizar<br />

contactos personales “deben programarse Reuniones de Trabajo en los<br />

Países cuyos servicios de Seguridad serán parte de este Sistema. También deben<br />

estimularse Reuniones de Trabajo bilaterales o extraordinarias cuando la<br />

situación así lo exija”.<br />

La DINA se ofrecía como sede del sistema en Santiago. El personal técnico<br />

debía ser proporcionado en forma igualitaria por los miembros y contaría<br />

con inmunidad diplomática como agregado en las embajadas, respondiendo<br />

directamente a los servicios de inteligencia. El banco de datos<br />

y la central de informaciones serían financiados por los países miembros.<br />

Según el cronograma de las reuniones, cada país expondría durante una<br />

hora y media sobre la situación y organización de sus servicios de inteligencia<br />

y de la lucha que entablaban contra la “subversión”. Luego se discutirían<br />

cuestiones específicas del sistema, recogiendo las sugerencias de<br />

<strong>Operación</strong> <strong>Cóndor</strong>. 40 años después<br />

93


Capítulo 4<br />

los invitados. Además, la carta incluía tres anexos: uno con el organigrama<br />

propuesto, otro con los mecanismos de consulta de la base de datos y el<br />

último con el “Alfabeto de sustitución simple” para cifrar y descifrar los<br />

criptogramas enviados.<br />

Las delegaciones llegaron a Santiago para acreditarse el 25 de noviembre<br />

de 1975. La Primera Reunión Interamericana de Inteligencia Nacional comenzó<br />

la mañana siguiente, un miércoles de primavera, en la sede central<br />

de la DINA, en la Academia de Guerra del Ejército en Santiago, sita en la<br />

esquina de la avenida Alameda con la calle García Reyes. Los asistentes<br />

eran oficiales de alto nivel de fuerzas policiales y militares relacionados a<br />

tareas de inteligencia. Según el Acta de Clausura de la reunión, sobre la<br />

que nos detendremos más adelante, las delegaciones de los países estuvieron<br />

encabezadas por el capitán de navío Jorge Demetrio Casas, jefe de<br />

operaciones del Servicio de Inteligencia del Estado y luego de inteligencia<br />

naval (Argentina); el mayor del ejército Carlos Mena Burgos, del Servicio<br />

de Inteligencia del Estado (Bolivia); coronel del ejército Manuel Contreras<br />

Sepúlveda, cerebro de <strong>Cóndor</strong> y jefe de la DINA (Chile), el coronel<br />

del ejército Benito Guanes Serrano, jefe del II Departamento del Estado<br />

Mayor de las Fuerzas Armadas (Paraguay); el coronel del ejército José A.<br />

Fons, directivo del Servicio de Inteligencia de Defensa (Uruguay).<br />

Brasil asistió como observador y por muchos años se desconoció la identidad<br />

de los delegados. Gracias a investigaciones del periodista Luiz Cláudio<br />

Cunha, se supo hace pocos años que el coronel Flávio de Marco y el<br />

mayor Thaumaturgo Sotero Vaz, agentes del Centro de Informaciones del<br />

Ejército (CIE), asistieron como “observadores”. El presidente Geisel les<br />

dio estrictas órdenes escritas de no firmar nada que vinculara a Brasil, y de<br />

escuchar más que de hablar, con el objetivo de no implicarse en ningún<br />

plan colectivo pero sí de salvar las relaciones bilaterales, dejando abierta<br />

la posibilidad de actuar cuando fuera necesario. De Marco y Thaumaturgo<br />

eran veteranos del combate en las selvas de Araguaia (1972-1974),<br />

el operativo militar contra el foco guerrillero más grande y duradero del<br />

país. Thaumaturgo, además, era egresado de la Escuela de las Américas<br />

y terminó siendo en los 80 director del centro en Manaos, en el que una<br />

década atrás había sido entrenada la DINA. (19)<br />

(19) Cunha, Luiz Cláudio, Operação Condor: O seqüestro dos uruguaios: Uma reportagem dos<br />

tempos da ditadura, Porto Alegre, L&PM, 2009. También Setti, Ricardo, “As garras do Brasil na<br />

94


¿Qué fue la <strong>Operación</strong> <strong>Cóndor</strong>?<br />

En la organización, junto a Contreras, estuvieron involucrados miembros<br />

chilenos que fueron centrales para el funcionamiento de <strong>Cóndor</strong>: el coronel<br />

de la fuerza aérea Mario Jahn, encargado del proyecto general; el<br />

teniente coronel Pedro Espinoza, a cargo del enlace con la inteligencia<br />

brasileña y luego jefe de operaciones; el mayor Raúl Eduardo Iturriaga Neumann,<br />

jefe del Departamento Exterior de la DINA; y el capitán Cristoph<br />

Willeke, que posteriormente reemplazaría a Iturriaga en su cargo. La primera<br />

velada terminó con una cena de gala en la ciudad de Meilipilla. Durante la estadía<br />

de las delegaciones, la DINA se hizo cargo de todos los gastos, incluido<br />

los de transporte y alojamiento. (20) Tal como declaró años después el delegado<br />

uruguayo Fons, “Chile tenia los medios y la decisión para operar”. (21)<br />

Durante la tarde del viernes 28 de noviembre, antes de lo pautado, se llegó<br />

a un acuerdo que quedó plasmado en el otro documento clave que permitió<br />

reconstruir la organización de la <strong>Operación</strong> <strong>Cóndor</strong>: el “Acta de clausura<br />

de la Primera Reunión Interamericana de Inteligencia Nacional”, (22) que<br />

contenía una serie de recomendaciones elaboradas durante las reuniones<br />

de trabajo y terminó de perfilar el esquema operativo.<br />

Allí se recomendó iniciar los contactos bilaterales y multilaterales, como<br />

también formar un Sistema de Coordinación a partir de tres etapas de trabajo.<br />

Primero, se debía “establecer un Directorio completo con nombres y<br />

direcciones de aquellas personas que trabajen en Inteligencia para solicitar<br />

directamente los antecedentes de personas y organizaciones conectadas<br />

directa o indirectamente con el Marxismo”. Las peticiones ingresadas<br />

al sistema debían tener prioridad en las tareas de inteligencia, y se debía<br />

fomentar un contacto rápido e inmediato “cuando se expulse del país un<br />

individuo (s) o viaje un sospechoso, para alertar a los Servicios de Inteligencia”.<br />

Para esta etapa, también se aprobaba el uso del sistema criptográfico,<br />

proponiendo que a futuro fuera reemplazado por máquinas criptográficas<br />

automáticas. Los intercambios de información debían incluir la evaluación y<br />

estudio de los modelos de ficha de consulta propuestos, así como también<br />

los antecedentes técnicos y tecnológicos con que contaba cada servicio de<br />

nefanda ‘Operação Condor’ - aliança clandestina entre órgãos de repressão das hoje extintas<br />

ditaduras militares do Cone Sul”, en Veja, 24/07/2012. El aporte de Cunha fue incorporado en<br />

el informe de la Comissão Nacional da Verdade (CNV) publicado a fines de 2014.<br />

(20) Dinges, John, The Condor years..., op. cit., pp. 117/120.<br />

(21) Ibid., p. 15.<br />

(22) La fuente original completa se encuentra en los anexos documentales de este Informe.<br />

<strong>Operación</strong> <strong>Cóndor</strong>. 40 años después<br />

95


Capítulo 4<br />

inteligencia de los países miembros, promoviendo la circulación de agentes<br />

con conocimientos teóricos sobre el banco de datos y las transmisiones de<br />

antecedentes.<br />

El manejo de información no solo involucraba antecedentes, resúmenes<br />

de interrogatorios y de otras tareas de inteligencia, sino que también se<br />

planteaba “facilitar los medios para publicar informaciones destinadas a<br />

atacar a la Subversión”, es decir, las tareas de propaganda, desinformación<br />

y acción psicológica que ya se habían ensayado con éxito durante la<br />

<strong>Operación</strong> Colombo. Por último, según este documento, se convino habilitar<br />

en las diferentes embajadas la presencia de agentes para lograr enlaces<br />

directos y personales, recomendación concretada fundamentalmente a<br />

través del sistema de agregados militares de AGREMIL, mencionado anteriormente.<br />

Esta estrategia permitía encubrir sus verdaderas faenas y mantener<br />

oculta la <strong>Operación</strong> <strong>Cóndor</strong> al conocimiento no solo de la población general<br />

sino también de muchos líderes y funcionarios civiles y militares. Algo<br />

similar había hecho por décadas la CIA, con agentes encubiertos generalmente<br />

bajo el paraguas de la USAID, como fue el caso de Dan Mitrione.<br />

La segunda etapa implicaría evaluar los resultados obtenidos en la primera,<br />

elaborar y discutir un proyecto de factibilidad del sistema, e incrementar<br />

los lazos informativos y proponer nuevas estrategias. Por último, en la<br />

tercera, se debía dar la aprobación final del proyecto y dotarlo de fondos.<br />

Todas estas recomendaciones y propuestas debían ser ratificadas para el<br />

30 de enero de 1976 por los jefes de los Servicios de Inteligencia de los<br />

países participantes.<br />

El nombre “<strong>Cóndor</strong>” surgió también de esta reunión formativa. En el<br />

Acta de Clausura se puede leer: “el presente Organismo se denominará<br />

<strong>Cóndor</strong>, aprobado por unanimidad, conforme a la moción presentada<br />

por la Delegación de Uruguay en homenaje al país Sede”. En 1834, el<br />

ave, presente en los escudos de armas de varios países andinos, había<br />

sido adoptada junto al huemul para el escudo de armas chileno, convirtiéndose<br />

en un emblema nacional. Casi un siglo y medio después, tendría<br />

el triste honor de simbolizar la más cruenta operación contrainsurgente<br />

del Cono Sur.<br />

Lo más llamativo para los agentes involucrados y lo que mejor ejemplifica<br />

el rol de EEUU en la <strong>Operación</strong> <strong>Cóndor</strong> es su complejo sistema de comunicaciones<br />

y su banco de datos computarizado. Dentro de la primera etapa<br />

descripta en el Acta de Clausura, se recomendaba “utilizar medios de<br />

96


¿Qué fue la <strong>Operación</strong> <strong>Cóndor</strong>?<br />

enlaces ajenos a los países del Sistema, especialmente extracontinentales<br />

para obtener antecedentes sobre la Subversión”.<br />

Este apartado ha atraído la atención de dos importantes investigadores norteamericanos,<br />

quienes han señalado la participación del FBI y la CIA. Tanto<br />

John Dinges como Patrice McSherry acuerdan que Estados Unidos brindó<br />

apoyo tecnológico y operativo esencial —y difícilmente accesible por otros<br />

medios— para el accionar de <strong>Cóndor</strong>. En principio, el uso de computadoras<br />

—aportadas según Scherrer por la CIA— en el banco de datos atraía a las<br />

diferentes agencias sudamericanas que todavía se manejaban con tarjetas<br />

mecanizadas. Luego, el sistema de comunicaciones también estaba en la<br />

vanguardia tecnológica, utilizando los últimos avances en comunicaciones<br />

vía télex, con terminales conectadas a máquinas encriptadoras automáticas.<br />

El télex era un sistema de comunicación textual por líneas similares a las<br />

telefónicas, desarrollado desde los años 30. La red de <strong>Cóndor</strong> era denominada<br />

Condortel y, según McSherry, fue implementada por la CIA en 1976.<br />

Los países miembros tenían nombre clave para las comunicaciones, siendo<br />

Chile “<strong>Cóndor</strong>” 1, Argentina 2, Uruguay 3, Paraguay 4, Bolivia 5 y Brasil 6.<br />

Según declaró el general paraguayo Alejandro Fretes Dávalos en 1978 al<br />

embajador norteamericano en su país, los miembros de <strong>Cóndor</strong> también<br />

tenían el acceso a una red de radio continental de EEUU con base en Panamá,<br />

así como a las autorizaciones, contraseñas e identificaciones necesarias<br />

para operar en el sistema de comunicaciones hemisférico. (23)<br />

A pesar de que no ha quedado consignado en estos documentos fundacionales,<br />

Contreras habría propuesto explícitamente eliminar a los enemigos<br />

de las dictaduras del Cono Sur en todo el mundo. Esta versión surge<br />

de lo que ha relatado el coronel Fons, jefe de la delegación uruguaya,<br />

sobre la reunión. (24)<br />

4. Las reuniones y acuerdos durante<br />

la <strong>Operación</strong> <strong>Cóndor</strong> (1976-1980)<br />

En la reunión formativa de 1975 se estableció que, mediante la aprobación<br />

del total de los firmantes, nuevos países podían ingresar al sistema <strong>Cóndor</strong>.<br />

Brasil había asistido a la reunión pero como observador. Su incorporación se<br />

(23) McSherry, J. Patrice, Los Estados depredadores..., op. cit., pp. 146/147; Dinges, John, The<br />

Condor years..., op. cit., pp. 120/122.<br />

(24) Dinges, John, The Condor years..., op. cit., p. 120.<br />

<strong>Operación</strong> <strong>Cóndor</strong>. 40 años después<br />

97


Capítulo 4<br />

efectivizó en junio de 1976 en momentos en que se realizaba en Santiago<br />

el segundo encuentro <strong>Cóndor</strong>. Había sido pactado en el Acta de Clausura,<br />

para realizarse “una semana antes de la Reunión de Comandantes en Jefe<br />

del Ejército en Chile”. Entonces, aprovechando la ocasión de la XII CEA a<br />

realizarse en la capital chilena, los miembros de la <strong>Operación</strong> se reunieron<br />

nuevamente.<br />

Allí se tomaron una serie de decisiones. En primer lugar, se pactó que la<br />

DINA mantendría la base de datos. Luego, se realizó un balance positivo<br />

de las acciones realizadas de tipo Fase 1 y 2. Por último, Chile, Argentina y<br />

Uruguay, —los miembros más activos—, acordaron dar un paso importante:<br />

concretar atentados de Fase 3 en territorio europeo, principalmente en<br />

París. Brasil decidió mantenerse al margen de estas operaciones. (25) Para<br />

llevar a cabo estas acciones, la SIDE coordinó un curso en Buenos Aires<br />

para quienes actuarían en Europa. (26)<br />

Luego del asesinato del excanciller chileno Letelier, en septiembre de<br />

1976, comenzaron una serie de viajes y encuentros que terminarían en la<br />

última reunión formal de la <strong>Operación</strong> <strong>Cóndor</strong> y en el traspaso del liderazgo<br />

de Santiago a Buenos Aires. El presidente de facto argentino Jorge<br />

Rafael Videla viajó a Bolivia en octubre, a Chile en noviembre y luego a<br />

Uruguay y a Paraguay. Los miembros estaban urgidos por consensuar la<br />

dirección a seguir después del revuelo por el atentado en el suelo norteamericano.<br />

Paralelamente, se llevaba a cabo el curso de entrenamiento<br />

pactado en Buenos Aires para los equipos que actuarían en París. Según<br />

fuentes norteamericanas, los uruguayos habían optado por limitar sus objetivos<br />

a “terroristas conocidos”, evitando actuar contra diplomáticos o<br />

políticos conocidos mundialmente. (27)<br />

La tercera y aparentemente última reunión plenaria de los países miembros<br />

se realizó en diciembre de 1976 en Buenos Aires. La opinión de los<br />

servicios de inteligencia era tajante: la Fase 3 estaba colapsando. Según<br />

un informante de la CIA, Argentina tomó la responsabilidad por las fugas<br />

de información hacia otras agencias de inteligencia que habían abortado<br />

varias operaciones preparadas en Europa. Parte de la culpa fue vertida<br />

sobre los miembros chilenos, que habían sido demasiado audaces al co-<br />

(25) McSherry, J. Patrice, Los Estados depredadores..., op. cit., p. 158.<br />

(26) Markarian, Vania, “Una mirada desde...”, op. cit.<br />

(27) McSherry, J. Patrice, Los Estados depredadores..., op. cit., pp. 181/182.<br />

98


¿Qué fue la <strong>Operación</strong> <strong>Cóndor</strong>?<br />

meter un atentado en la capital de Estados Unidos. Para entender esta<br />

mengua en las acciones de la <strong>Operación</strong> <strong>Cóndor</strong>, también se debe recordar<br />

que a partir de una fuga de dos detenidos había salido a la luz el más<br />

importante centro de detención clandestino de <strong>Cóndor</strong>: Automotores Orletti,<br />

en Buenos Aires. (28)<br />

El fin de las reuniones plenarias de <strong>Operación</strong> <strong>Cóndor</strong> no significó que<br />

dejara de funcionar. Se siguieron celebrando acuerdos bilaterales de<br />

características contrainsurgentes entre los países miembros hasta bien<br />

entrada la década del 80. En 1978 se realizó una Segunda Reunión Bilateral<br />

de Inteligencia Argentina-Paraguay, en Asunción. Allí se ajustaron los<br />

mecanismos de intercambio de informaciones y prisioneros, y se planteó<br />

un esquema de tres fases casi en los mismos términos que en el cable<br />

de Scherrer. La primera fase sería de intercambio de información, la segunda<br />

refería a la identificación de los objetivos y la tercera implicaba la<br />

detención y traslado del objetivo a su país de origen. Se acordó también<br />

continuar el contacto directo entre los organismos de inteligencia a parir<br />

de los agregados militares. (29) También continuaron anualmente, por lo<br />

menos hasta 1982, los cursos superiores de inteligencia organizados por<br />

la SIDE para oficiales de alto nivel de países amigos, centrados en tareas<br />

de contrainsurgencia. (30)<br />

Además de las acciones concretas que prueban su continuidad, documentos<br />

rutinarios siguieron haciendo referencia a <strong>Cóndor</strong>. Uno de ellos,<br />

de marzo de 1979, informaba el relevo y nombramiento de nuevos agregados<br />

en la embajada chilena en Brasilia. La Central Nacional de Informaciones<br />

le comunicaba al ministro de relaciones exteriores chileno el<br />

reemplazo de los agentes y declaraba seguir “empeñada en continuar<br />

manteniendo relaciones a este nivel con la República Federativa del<br />

Brasil”, por lo que había informado al SNI brasileño “de acuerdo a los<br />

estipulado en el Plan <strong>Cóndor</strong>”. (31)<br />

En síntesis, la <strong>Operación</strong> <strong>Cóndor</strong> formalizó una serie de conexiones represivas<br />

existentes entre los países de la región y sentó bases sólidas sobre<br />

(28) Dinges, John, The Condor years..., op. cit., pp. 222/224.<br />

(29) Calloni, Stella, <strong>Operación</strong> <strong>Cóndor</strong>..., op. cit., p. 175.<br />

(30) Zoglin, Katie, “Paraguay’s Archive of Terror...”, op. cit.<br />

(31) CNI D. Nº 205193, del Director Nacional de Informaciones al Sr. Ministro de Relaciones<br />

Exteriores, Santiago, 02/03/1979. Objeto: Propone Oficial Jefe y SOM a la Embajada de Chile<br />

en Brasilia.<br />

<strong>Operación</strong> <strong>Cóndor</strong>. 40 años después<br />

99


Capítulo 4<br />

las que se apoyaron las dictaduras para eliminar a sus enemigos políticos<br />

fuera de sus fronteras, en el marco de la Doctrina de Seguridad Nacional.<br />

Las reuniones formales y la estructura burocrática quizá no cumplió con<br />

los objetivos iniciales, el funcionamiento no fue el imaginado y existieron<br />

conflictos entre los miembros, también se abortaron operaciones prematuramente<br />

y otras fallaron. Pero el saldo fue significativamente trágico, con<br />

cientos de secuestros, desaparecidos y atentados en tres continentes durante<br />

unos pocos años.<br />

Los capítulos siguientes reconstruyen los casos mejor investigados de la<br />

<strong>Operación</strong> <strong>Cóndor</strong>. Su lectura permite algo más que conocer ejemplos<br />

precisos de cómo se perpetraron los crímenes: recupera parte de las historias<br />

de sus víctimas, hombres y mujeres de carne y hueso que vivieron y<br />

padecieron los años del terror en el Cono Sur.<br />

•<br />

100


Los casos emblemáticos<br />

CAPÍTULO 5<br />

CAPÍTULO 5<br />

Los casos emblemáticos<br />

•<br />

Esta selección de casos ya reconstruidos es un ejemplo para esclarecer<br />

el accionar de la <strong>Operación</strong> <strong>Cóndor</strong>. A partir de ellos se puede tener una<br />

idea acabada de la participación de sus miembros en acciones clandestinas<br />

bilaterales o multilaterales de secuestro, intercambio de prisioneros,<br />

desaparición, ejecución, extorsión, pillaje, propaganda y apropiación de<br />

niños. En algunos casos los victimarios han dejado importantes rastros documentales.<br />

En otros, las operaciones tuvieron inmediato eco en la prensa<br />

y la opinión pública internacional. Algunas víctimas sobrevivieron y aportaron<br />

invaluables testimonios de su calvario.<br />

1. Jorge Fuentes Alarcón y Amilcar Santucho<br />

(Argentina-Paraguay-Chile, 1975-1976)<br />

El 16 de mayo de 1975 fue detenido en Asunción el abogado argentino<br />

Amílcar Santucho, hermano de Roberto Mario, fundador del Ejército<br />

Revolucionario del Pueblo (ERP), y cuatro días después fue apresado en<br />

la misma ciudad Jorge Isaac Fuentes Alarcón, sociólogo chileno. Ambos<br />

tenían documentos falsos a nombre de Juan Manuel Montenegro y Ariel<br />

Donarse Ledezma (1) respectivamente.<br />

A ambos se los tomaba como altos dirigentes de la Junta Coordinadora Revolucionara<br />

(JCR). Según Pastor Coronel, quien era jefe del departamento<br />

(1) Boccia Paz, Alfredo; González, Myrian Angélica y Palau Aguilar, Rosa, Es mi informe. Los<br />

archivos secretos de la Policía de Stroessner, Asunción, Centro de Documentación y Estudios,<br />

1994, p. 288.<br />

<strong>Operación</strong> <strong>Cóndor</strong>. 40 años después<br />

101


Capítulo 5<br />

de Investigaciones, cumplían una misión clandestina para establecer contactos<br />

en otros países de América con el objetivo de realizar una reunión en<br />

París. Fuentes Alarcón, quien vivía exiliado en Buenos Aires desde 1973, era<br />

considerado como un importante “correo” del Movimiento Izquierda Revolucionaria<br />

(MIR) de Chile, y un contacto clave con su líder, Edgardo Enríquez,<br />

que fuera detenido poco más de un año después.<br />

El investigador John Dinges, al reconstruir el hecho, sostiene que en mayo<br />

de 1975 la Comisión Ejecutiva de la Junta Coordinadora Revolucionaria<br />

en París había decidido enviar a Santucho y a Fuentes Alarcón como emisarios<br />

en un viaje informativo por la región, para conocer el estado de los<br />

grupos revolucionarios latinoamericanos, consultar sobre la factibilidad de<br />

trasladar la sede de la Junta de Buenos Aires a Caracas o Lima, y construir<br />

nuevas alianzas. (2) A pesar de las advertencias de los contactos del MIR en<br />

Buenos Aires, dichos emisarios decidieron viajar en autobús desde Buenos<br />

Aires a Paraguay.<br />

La detención de Fuentes y Santucho terminó siendo un caso revelador<br />

de los mecanismos de coordinación represiva en el Cono Sur, dejando<br />

un importante rastro documental en los archivos paraguayos, al tiempo<br />

que actúo como un catalizador para terminar de institucionalizar la <strong>Operación</strong><br />

<strong>Cóndor</strong>. La Comisión Rettig estableció que, para su captura, los<br />

servicios de inteligencia argentinos aportaron datos acerca de la falsedad<br />

del pasaporte de Fuentes, que miembros de la Embajada norteamericana<br />

en Buenos Aires informaron a la Policía de Investigaciones en Santiago,<br />

sobre los interrogatorios realizados, y que la Policía paraguaya permitió<br />

el traslado clandestino de Jorge Fuentes Alarcón. (3) Según Dinges, el por<br />

entonces agregado legal de la embajada de Buenos Aires y agente del<br />

FBI, Robert Scherrer, señalaba —muchos años después— al caso Fuentes<br />

Alarcón-Santucho como el ejemplo clave de la coordinación formalizada<br />

en <strong>Operación</strong> <strong>Cóndor</strong>.<br />

Los documentos de los archivos paraguayos muestran que la policía de<br />

ese país informó rápidamente de los arrestos a sus pares argentinos y chilenos,<br />

que participaron de los interrogatorios. Allí se encuentra, por ejemplo,<br />

una nota manuscrita por el jefe de inteligencia argentina Osvaldo<br />

(2) Dinges, John, The Condor Years..., op. cit., pp. 86/89.<br />

(3) Comisión Nacional de Verdad y Reconciliación, Informe de la Comisión Nacional de Verdad<br />

y Reconciliación, Santiago de Chile, Corporación Nacional de Reparación y Reconciliación,<br />

1996, pp. 866/867.<br />

102


Los casos emblemáticos<br />

Riveiro dirigida a Benito Guanes Serrano, conocida como “Cuestionario<br />

para el Nene” donde se indicaban las preguntas a realizarle en el interrogatorio<br />

a Fuentes, con el objetivo de encontrar en la Argentina a Edgardo<br />

Enríquez. (4) Las fuerzas de seguridad se interesaron por algunas de las<br />

informaciones que los detenidos tenían en sus agendas y documentos.<br />

Santucho informó que en una de sus sesiones de tortura e interrogatorio<br />

en las oficinas de Pastor Coronel pudo reconocer a varios argentinos, que<br />

creía miembros de la embajada en Paraguay, y que en ocasiones posteriores<br />

fue inquirido por oficiales militares chilenos, argentinos y uruguayos. (5)<br />

La participación norteamericana está documentada por primera vez en<br />

este caso. El FBI, a través de Robert Scherrer, que conocía personalmente<br />

a Benito Guanes Serrano, avisó no solo a su país sino también a sus contactos<br />

en Chile. Según una carta de Scherrer al general chileno Ernesto<br />

Baeza encontrada en Paraguay, el FBI despachó agentes en EEUU para<br />

rastrear a dos personas que figuraban en la agenda de Fuentes. (6) Las ramificaciones<br />

del caso llegaron incluso a Francia, según el mismo Scherrer.<br />

En las agendas capturadas, el nombre “Carlos” de un contacto en París<br />

despertó la atención de los captores, quienes pensaban que refería a un<br />

seudónimo de Roberto Santucho. Las fuerzas de seguridad francesas fueron<br />

avisadas y llegaron a un departamento al que“Carlos” los dejó ingresar<br />

y en el que acribilló a tres agentes y a un informante, escapando luego.<br />

En lugar de Santucho, se habían topado con el venezolano Ilich Ramírez<br />

Sánchez, alias “Carlos El Chacal”. (7)<br />

Las detenciones de los miembros de la JCR tuvieron repercusión internacional.<br />

La presión del gobierno alemán, Amnistía Internacional y la Comisión<br />

Internacional de Juristas logró salvar la vida de Santucho. El 22 de<br />

septiembre de 1979 fue expulsado del Paraguay, puesto en un avión de<br />

Lufthansa hacia Frankfurt, para terminar exiliado en Suecia. Muchos años<br />

después, regresaría a su país natal.<br />

Las gestiones tuvieron resultado diferente en el caso de Fuentes. Solo un día<br />

después de la salida de Santucho, su compañero había sido aparentemente<br />

(4) Boccia Paz, Alfredo; López, Miguel; Pecci, Antonio y Giménez Guanes, Gloria, En los sótanos<br />

de los generales. Los documentos ocultos del Operativo <strong>Cóndor</strong>, Asunción, Expolibro-Servilibro,<br />

2002, pp. 233/234.<br />

(5) Dinges, John, The Condor Years..., op. cit., p. 97.<br />

(6) Boccia Paz, A.; López, M.; Pecci, A. y Giménez Guanes, G., En los sótanos..., op. cit., p. 240.<br />

(7) Dinges, John, The Condor Years..., op. cit., pp. 93/94.<br />

<strong>Operación</strong> <strong>Cóndor</strong>. 40 años después<br />

103


Capítulo 5<br />

expulsado del Paraguay, pero en realidad se lo había trasladado clandestinamente<br />

en un avión a Chile, con la intervención del coronel de la Fuerza<br />

Aérea Edgar Ceballos. En una ficha policial encontrada en Paraguay se<br />

puede leer: “Por orden superior fue puesto en libertad el 23-IX-75 y expulsado<br />

por Aeropuerto Pte. Stroessner”. (8) Dos días después, Manuel Contreras<br />

de la DINA escribió una famosa carta de agradecimiento a Pastor<br />

Coronel “por la cooperación prestada para facilitar las gestiones relativas<br />

a la Misión que debió cumplir mi personal en la hermana República del<br />

Paraguay, y estoy cierto que esta mutua cooperación continuará en forma<br />

creciente para el logro de los objetivos comunes coincidentes de ambos<br />

servicios”. (9) Fuentes Alarcón fue visto con vida en el centro clandestino<br />

de detención (CCD) Villa Grimaldi por Luz Arce, una militante socialista<br />

convertida en informante de la DINA, en muy malas condiciones de salud.<br />

Desde el 12 de enero de 1976 permanece desaparecido.<br />

Un caso conectado con la detención de Fuentes fue el de Jean Yves Claudet<br />

Fernández, un ingeniero de nacionalidad chilena y francesa, que actuaba<br />

como correo del MIR. Luego de la captura de Fuentes y otros importantes<br />

operativos contra la organización realizados en Chile, Claudet<br />

fue emboscado el 1 de noviembre de 1975 por el agente argentino del<br />

Batallón 601 Osvaldo Riveiro y agentes de la DINA. Portando importantes<br />

documentos microfilmados y dinero, se había registrado en el Hotel<br />

Liberty de Buenos Aires el día anterior. La información llegó a Santiago a<br />

través del contacto local de la DINA con Riveiro, el espía Enrique Arancibia<br />

Clavel. (10) Según el Informe Rettig, se presume que Claudet Fernández fue<br />

ejecutado en Argentina.<br />

Las acciones contra los líderes del MIR continuaron luego de la formalización<br />

de la <strong>Operación</strong> <strong>Cóndor</strong>. Merced a la información obtenida de Fuentes,<br />

Claudet y de otros interrogatorios y acciones de espionaje, Edgardo<br />

Enríquez fue finalmente secuestrado el 10 de abril de 1976 en Buenos<br />

Aires, estando en compañía de la brasileña Regina Marcondes. Enríquez<br />

estaba bajo protección del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para<br />

los Refugiados (ACNUR) y tenía contactos con dirigentes del ERP en la<br />

Argentina. Según el Informe Rettig, fue secuestrado por la Policía Federal<br />

(8) Boccia Paz, A.; López, M.; Pecci, A. y Giménez Guanes, G., En los sótanos..., op. cit., p. 238.<br />

(9) Ibid.<br />

(10) Dinges, John, The Condor Years..., op. cit., pp. 115/116.<br />

104


Los casos emblemáticos<br />

argentina en conjunto con la DINA, pasó por los CCD argentinos de El<br />

Olimpo, Campo de Mayo y ESMA, y terminó trasladado a Villa Grimaldi<br />

en Chile. (11) Un resumen semanal secreto de la CIA del 2 de julio indica<br />

que Enríquez ya había sido asesinado. (12) Sus restos nunca fueron hallados.<br />

El último líder prominente del MIR secuestrado bajo la <strong>Operación</strong> <strong>Cóndor</strong><br />

fue Patricio Biedma, un argentino de larga militancia y residencia en Chile,<br />

que había retornado a la Argentina luego del golpe de Pinochet. En julio de<br />

1976 fue detenido en Buenos Aires y llevado a Automotores Orletti, donde<br />

fue interrogado por un militar chileno. No se tuvieron más rastros de él.<br />

2. Agustín Goiburú (Argentina-Paraguay, 1977)<br />

El paraguayo Agustín Goiburú había sido fundador de una corriente interna<br />

del Partido Colorado, el Movimiento Popular Colorado (MOPOCO).<br />

Estaba casado con Elba Elisa Benítez, hija del coronel Rogelio Benítez, y<br />

era médico traumatólogo. Ante persecuciones en su propio país, Goiburú<br />

se asiló en la embajada uruguaya en Asunción en septiembre de 1959,<br />

para luego radicarse en Candelaria, ciudad de Misiones, Argentina. En la<br />

cercana Posadas continuó con su actividad política e identificó a muchos<br />

cadáveres de militantes paraguayos que aparecían en el río Paraná, con<br />

evidencias de tortura de la dictadura de Stroessner. Goiburú fue espiado<br />

casi constantemente durante 20 años.<br />

En 1969 fue secuestrado por primera vez por la policía paraguaya en una<br />

excursión de pesca sobre el Paraná, frente a la ciudad de Posadas. Según<br />

el relato de su hijo Rolando, quien lo acompañaba en la excursión junto a<br />

dos personas más, fueron llevados a dependencias de la marina en suelo<br />

paraguayo, donde el Dr. Goiburú fue encerrado en una celda, atado con<br />

alambres y metido en una bañera. Al poco tiempo fue trasladado a Asunción.<br />

(13) En julio de 1970 fue encontrado por su esposa, en muy mal estado<br />

y enfermo. Planeó una fuga que se concretó en diciembre, mediante un<br />

túnel de 70 metros. Se asiló en la embajada de Chile en Asunción. Pasó<br />

un corto tiempo en Chile y volvió a Posadas en 1973. De estos años, en<br />

los archivos del Paraguay, hay casi un informe semanal sobre él. Un suceso<br />

importante en esta trama ocurrió en diciembre de 1974, cuando su esposa<br />

(11) Comisión Nacional de Verdad y Reconciliación, Informe..., op. cit., pp. 866/867.<br />

(12) McSherry, J. Patrice, Los Estados depredadores..., op. cit., p. 153.<br />

(13) Lezcano, Juan Carlos, “Historia de un secuestro”, en ABC Color, 21/02/2014.<br />

<strong>Operación</strong> <strong>Cóndor</strong>. 40 años después<br />

105


Capítulo 5<br />

y sus hijos advirtieron la presencia de un extraño fotografiando la casa<br />

donde vivían. Capturaron al espía Bernardo Cocco, quien declaró ante<br />

la policía misionera que se había planeado un operativo desde Asunción<br />

para secuestrarlo. Para ello habían ido agentes paraguayos hasta la orilla<br />

argentina en un bote atracado cerca de su vivienda. (14)<br />

En ese mismo año de 1974, Stroessner detuvo a un grupo de paraguayos<br />

falsamente acusados. Entre los “complotados” estaba Carlos Mancuello,<br />

de nacionalidad argentina. Esto sirvió para denunciar el supuesto plan terrorista<br />

coordinado con el ERP. Mancuello y otros tres detenidos paraguayos<br />

fueron asesinados y desaparecidos en la prisión. Según los “interrogatorios”,<br />

se llegó a la acusación de que Goiburú y Ángel Florentín Peña<br />

eran los jefes militares de una célula terrorista.<br />

Habiendo sufrido varios intentos de secuestro, Goiburú decidió trasladarse<br />

a Paraná, la capital de Entre Ríos, donde siguió practicando la medicina.<br />

A partir de allí, la ciudad estuvo fuertemente infiltrada por agentes de<br />

inteligencia paraguayos y brasileños, que trabajaban junto a fuerzas argentinas.<br />

(15) El 30 de septiembre de 1975 el general Benito Guanes Serrano<br />

informaba a Stroessner minuciosamente de los viajes de Goiburú hacia<br />

Misiones, señalando todos los lugares que visitaba. En octubre, el mismo<br />

Guanes redactó un informe titulado “Subversivos Paraguayos”. Dicho<br />

informe fue remitido al agregado militar en Buenos Aires, donde se lee<br />

“Se requiere con carácter urgente: (…) C. Localización y detención del Dr.<br />

AGUSTÍN GOIBURÚ, hombre importante, escurridizo y peligroso (…) Por<br />

ser de sumo interés, de resultar positivo, principalmente el punto C. de<br />

requerimientos, se solicita informar de inmediato a fin de viajar personal<br />

de ésta que trabaja especialmente en el caso”. (16)<br />

Según el periodista Daniel Enz, el general Cristino Nicolaides, jefe del Ejército<br />

argentino en Corrientes, hablaba permanentemente con Stroessner y<br />

había planeado secuestrar al hijo de Goiburú, que estudiaba en esa provincia.<br />

El problema era que, para 1976, la inteligencia paraguaya le había<br />

perdido el rastro. Un equipo de militares paraguayos partió a la ciudad de<br />

Corrientes y secuestró al hijo mayor Rogelio en una residencia universitaria.<br />

(14) Boccia Paz, A.; López, M.; Pecci, A. y Giménez Guanes, G., En los sótanos..., op. cit., p. 22.<br />

(15) Calloni, Stella, <strong>Operación</strong> <strong>Cóndor</strong>. Pacto Criminal, op. cit., p. 195<br />

(16) Boccia Paz, A.; López, M.; Pecci, A. y Giménez Guanes, G., En los sótanos..., op. cit, p. 24.<br />

106


Los casos emblemáticos<br />

Goiburú se vio obligado a presentarse a la Subprefectura Naval para recuperar<br />

a su hijo. (17)<br />

Desde el golpe cívico militar en la Argentina en marzo de 1976 la vigilancia<br />

fue febril. El 6 de febrero de 1977 el médico le advirtió a su esposa que lo<br />

seguían automóviles Ford Falcon. (18) Finalmente, el miércoles 9 de febrero<br />

de 1977 Goiburú fue secuestrado en la calle Nogoyá 572, en Paraná, dentro<br />

del operativo denominado “Safari”. El plan fue chocar su automóvil<br />

mientras trabajaba en el Hospital San Martín. Cuando salió a verificar lo<br />

que ocurría fue interceptado por una camioneta verde, de la que descendieron<br />

dos personas armadas a las que se sumó un tercero. Lo tomaron de<br />

los brazos y lo introdujeron en un Ford Falcon verde. Según trascendidos,<br />

Goiburú estuvo preso unos días en jurisdicción de la Fuerza Aérea de Entre<br />

Ríos y fue entregado a Paraguay en Puerto Falcón, Formosa. A pesar de<br />

la búsqueda incansable de sus hijos Rogelio, Rolando y Jazmín, los restos<br />

del Dr. Agustín Goiburú continúan desaparecidos.<br />

Como hemos dicho, el caso Goiburú se ha convertido en uno de los más<br />

emblemáticos de la <strong>Operación</strong> <strong>Cóndor</strong> a partir de las pruebas documentales<br />

que dejaron sus asesinos. En los Archivos del Terror paraguayos<br />

existe una carpeta de enero de 1977, probablemente de la inteligencia<br />

argentina, que contiene información detallada sobre su familia, sus cuentas<br />

bancarias, sus actividades cotidianas, sus amistades personales y los<br />

compañeros con que trabajaba, acompañada con fotografías. En un documento<br />

con un membrete del Hotel Guaraní se informaba: “El atentado<br />

se realizará en el trayecto de la Clínica a su domicilio. Se han marcado los<br />

lugares posibles y está todo arreglado para su regreso de vacaciones que<br />

se llevará a cabo a mediados de febrero (…) Intervendrá un solo grupo de<br />

4 hombres, con dos vehículos y armas adecuados, cuyo manejo y prácticas<br />

se están ensayando”. (19)<br />

Tres pruebas clave apuntan hacia Juan Amarilla como uno de los responsables<br />

del operativo. En días previos al secuestro, el capitán del Ejército argentino<br />

Vicente Castex Laprida le comunicaba a Pastor Milcíades Coronel<br />

el agente Amarilla que se había comunicado con autoridades argentinas,<br />

informándoles al detalle del operativo. En ese informe, Castex Laprida<br />

(17) Calloni, Stella, <strong>Operación</strong> <strong>Cóndor</strong>. Pacto Criminal, op. cit., p. 194.<br />

(18) Ibid., p. 193.<br />

(19) Boccia Paz, A., González, M. A. y Palau Aguilar, R., Es mi informe..., op. cit., pp. 316/317.<br />

<strong>Operación</strong> <strong>Cóndor</strong>. 40 años después<br />

107


Capítulo 5<br />

decía que se estaba “preparando su apresamiento, traslado vía aérea hasta<br />

Formosa (Capital) y entre los horarios de 01. A 03. Horas sería puesto<br />

en frontera, Puerto Falcón, en un automóvil, marca Ford, modelo 1976,<br />

color verde chapa patente Capital (C) conducido por Amarilla y personal<br />

a su cargo”. (20) Otra misiva entre Castex y Coronel, fechada el 8 de febrero<br />

de 1977, reconoce que Amarilla fue “munido por este Destacamento de<br />

los elementos necesarios de movilización y traslado”. (21) Por último, Amarilla<br />

firmó un recibo en Asunción donde aceptaba haber recibido ocho mil<br />

dólares de la policía paraguaya “en concepto de comisión y viático para<br />

trasladarme con personal a mi cargo hasta la provincia de Entre Ríos, Argentina,<br />

para tarea reservada”. (22)<br />

3. Los operativos contra el PVP uruguayo<br />

(Argentina-Uruguay-Paraguay-Brasil, 1976-1978)<br />

El uruguayo Partido para la Victoria del Pueblo fue fundado por militantes<br />

de izquierda exiliados en Buenos Aires en julio de 1975. Sus primeros líderes<br />

fueron Gerardo Gatti y León Duarte. Los miembros exiliados de este<br />

partido en Argentina fueron alcanzados por la <strong>Operación</strong> <strong>Cóndor</strong> luego<br />

del golpe de Estado de marzo de 1976.<br />

Tal como señala la Investigación Histórica sobre Detenidos Desaparecidos<br />

(IHDD), “las oleadas represivas contra el PVP ocurrieron en cuatro momentos<br />

y en el territorio de cuatro países”. (23) El primer momento ocurrió entre<br />

marzo y julio de 1976, en Buenos Aires, e incluyó el traslado clandestino<br />

de un contingente a Uruguay. El segundo fue entre agosto y octubre, también<br />

en Buenos Aires. El tercer y cuarto momento tuvieron por escenario<br />

Paraguay, en 1977, y Brasil, en 1978.<br />

La operación contra los militantes del PVP es un ejemplo cabal de la coordinación<br />

entre fuerzas represivas de Argentina, Brasil, Paraguay, Uruguay<br />

y quizás Chile. Es un modelo en cuanto a las características de las acciones<br />

realizadas y sus participantes: actuación de fuerzas paraestatales en<br />

conjunto con las estatales, redadas nocturnas y asalto de los domicilios,<br />

(20) Meilinger de Sanneman, Gladys, Paraguay, la <strong>Operación</strong> <strong>Cóndor</strong> en los Archivos del Terror,<br />

Asunción, edición de la autora, 1994, p. 98.<br />

(21) Boccia Paz, A., González, M. A. y Palau Aguilar, R., Es mi informe..., op. cit., p. 320.<br />

(22) Calloni, Stella, <strong>Operación</strong> <strong>Cóndor</strong>. Pacto Criminal, op. cit., p. 196.<br />

(23) Presidencia de la República Oriental del Uruguay, Investigación Histórica..., op. cit., p. 105.<br />

108


Los casos emblemáticos<br />

grupos de tareas binacionales, detención, torturas e interrogatorios en<br />

CCDs, traslados aéreos clandestinos a los países de origen de los secuestrados,<br />

operaciones de prensa para desinformar a la opinión pública<br />

y “blanquear” los secuestros, desapariciones y ejecuciones. Aporta palmarias<br />

evidencias de dos tipos de delitos que escapaban a los supuestos<br />

objetivos de las fuerzas contrainsurgentes: el secuestro y apropiación de<br />

niños, y una debilidad particular por el robo, la extorsión y la estafa. Por<br />

último, la operación contra los militantes del PVP constituye una de las<br />

evidencias más fuertes contra la interpretación que sugiere que la <strong>Operación</strong><br />

<strong>Cóndor</strong> fue una reacción dirigida especialmente contra la Junta<br />

Coordinadora Revolucionaria, dado que el PVP no fue miembro de la<br />

misma. En ese sentido, refuerza la hipótesis de que el fantasma de la JCR<br />

fue exagerado para justificar y legitimar la represión transnacional frente<br />

a la opinión pública y al interior de las propias cadenas de mando de las<br />

fuerzas represivas del Cono Sur.<br />

3.1. Los secuestros en la Argentina<br />

y los traslados clandestinos al Uruguay (1976)<br />

La persecución de los militantes del PVP formaba parte de la “<strong>Operación</strong><br />

Morgan”, desatada fundamentalmente en Uruguay, y que apuntó también<br />

hacia miembros del Partido Comunista, entre octubre de 1975 y marzo de<br />

1976. (24)<br />

La primera etapa de este operativo se desarrolló en Buenos Aires, entre<br />

marzo y julio de 1976. Comandos combinados argentino-uruguayos (con<br />

participación de la Policía Federal Argentina, los organismos de inteligencia<br />

SIDE y SID, la Triple A y el Organismo Coordinador de Operaciones Antisubversivas<br />

—OCOA—) realizaron una verdadera cacería de militantes. El 9<br />

de junio de 1976, la Policía Federal capturó en un departamento en Buenos<br />

Aires al líder Gerardo Gatti junto a María del Pilar Nores, con importantes<br />

documentos. El mismo mes, se produjo un asalto a la Comisión Católica de<br />

Inmigración en Buenos aires, robando listas de refugiados protegidos por<br />

ACNUR. Unos días más tarde, fueron secuestrados, torturados, amenazados<br />

y liberados 24 refugiados chilenos y uruguayos, que reconocieron haber<br />

sido interrogados en Argentina por oficiales de sus países. (25) En base a esta<br />

(24) Ibid., p. 292.<br />

(25) McSherry, J. Patrice, Los Estados depredadores..., op. cit., p. 159.<br />

<strong>Operación</strong> <strong>Cóndor</strong>. 40 años después<br />

109


Capítulo 5<br />

información, y la obtenida mediante la tortura, se perpetró la posterior<br />

segunda oleada represiva. (26)<br />

Para ese momento, Gatti y el resto de los detenidos sobrevivientes habían<br />

sido llevados al CCD Automotores Orletti, que sería la base de operaciones<br />

argentino-uruguaya. Como se puede leer en la IHDD de Uruguay, las<br />

bandas que operaban desde allí “mezclaban su celo en la lucha ‘antisubversiva’<br />

con prácticas de extorsión personal y pillaje del ‘botín de guerra’<br />

que bordeaban lo mafioso”. (27) Lo que buscaban era quedarse, por medios<br />

extorsivos, con el dinero del PVP había obtenido mediante el secuestro de<br />

un empresario holandés.<br />

Para entablar las negociaciones, el 13 de junio agentes uruguayos armados<br />

se llevaron de su hogar al militante del PVP Washington Pérez. Junto<br />

a uno de sus hijos fue trasladado a Orletti, donde se entrevistó con los<br />

uruguayos Hugo Campos Hermida, José Nino Gavazzo, el coronel Barrios,<br />

el teniente José Silveira y el argentino Aníbal Gordon. Éstos le explicaron<br />

que querían que reconociera a un detenido y le pidieron USD2.000.000 por<br />

la liberación de Gatti y otros diez detenidos en Uruguay. Una semana después,<br />

Eduardo Ruffo, un delegado de Gordon, llevó a Pérez nuevamente<br />

a Orletti, donde fue fotografiado con Gatti, que estaba con evidentes signos<br />

de haber sido torturado, leyendo un diario de la fecha como prueba<br />

de vida. Hacia fines de mes, Pérez logró llevar una contrapropuesta que<br />

fue rechazada por los captores, quienes le dieron una carta manuscrita de<br />

Gatti como otro elemento de negociación. (28)<br />

Entre principios y mediados de junio, hubo más de una veintena de nuevas<br />

detenciones perpetradas por comandos argentino-uruguayos en lugares<br />

públicos, bares y domicilios particulares. Entre las víctimas estuvieron<br />

Carlos Enrique Rodríguez Larreta, Margarita Michelini, León Duarte, Enrique<br />

Rodríguez Larreta (padre de Carlos) y Sara Méndez, secuestrada junto<br />

a su hijo recién nacido Simón Riquelo. Para julio, todos estos detenidos<br />

estaban en Automotores Orletti, siendo torturados e interrogados sistemáticamente<br />

para obtener información sobre el dinero del PVP.<br />

Sara Méndez dio varios testimonios de esta desgarradora historia, que en<br />

cierto sentido fue la de muchos exiliados del Cono Sur en esos tiempos<br />

(26) Presidencia de la República Oriental del Uruguay, Investigación Histórica..., op. cit., pp.109/110.<br />

(27) Ibid., p. 293.<br />

(28) Ibid., pp. 110/111.<br />

110


Los casos emblemáticos<br />

de terror. Vivía en Buenos Aires junto a su marido Mauricio Gatti, hermano<br />

de Gerardo, todos militantes del PVP. Había conseguido alquilar una casa<br />

donde vivía con Asilú Maceiro, quien simulaba ser su madre. Cuenta Sara<br />

que cursando los últimos estadios de su embarazo, logró obtener un documento<br />

falso a nombre de Stella Maris Riquelo, simuló llegar desde el interior<br />

del país y gracias a una amiga que trabajaba en una clínica pudo parir<br />

a su hijo, bajo el nombre de Simón Riquelo. (29) Su detención se produjo<br />

el 13 de julio de 1976, cuando un grupo de unos quince hombres armados<br />

vestidos de civil —entre los que estaban Gavazzo y Gordon— violentaron<br />

su domicilio y torturaron a Sara y Asilú. Mauricio no estaba presente ni<br />

volvería por toda la noche. Los asaltantes les acercaban documentos que<br />

los implicaban con los militantes del PVP. Entre ellos, habían encontrado<br />

fotografías de Gerardo Gatti, su cuñado, una junto a Washington Pérez y<br />

otra con signos de torturas: eran las imágenes que estaban siendo utilizadas<br />

para la negociación por el dinero del PVP. (30)<br />

La banda destruyó el lugar y se llevó todo lo que tenía valor, cargándolo<br />

en una camioneta. Cuenta Sara Méndez que “en un momento el mismo<br />

Gordon me alcanzó al niño, porque quería revisar el moisés donde<br />

estaba durmiendo. Destrozó todo con un cuchillo”. Ella se aferró desesperadamente<br />

al niño, pero el mayor Gavazzo se lo arrebató y le dijo: “A<br />

dónde vas no podés llevarlo. Él va a estar bien. Esta guerra no es contra<br />

los niños”. (31)<br />

El paso por Orletti fue un verdadero calvario. Las pocas víctimas sobrevivientes<br />

han declarado haber sido amordazados, atados y cubiertos con<br />

bolsas en el traslado, padeciendo y presenciando múltiples torturas allí.<br />

Sara Méndez recuerda: “No imaginábamos el infierno que nos esperaba.<br />

[…me] había propuesto no gritar porque era terrible escuchar los alaridos<br />

de los torturados, pero cuando estuve allí, cuando me colgaron y comenzaron<br />

con la picana eléctrica grité hasta que quedé sin voz. Y así fueron los<br />

días del horror”. (32)<br />

Pérez intentó contactarse con los miembros del PVP durante dos semanas,<br />

pero recién a mediados de julio pudo hacerlo. Los represores de Orletti le<br />

(29) Calloni, Stella, <strong>Operación</strong> <strong>Cóndor</strong>. Pacto Criminal, op. cit., p. 282.<br />

(30) Presidencia de la República Oriental del Uruguay, Investigación Histórica..., op. cit., pp. 483/487.<br />

(31) Calloni, Stella, <strong>Operación</strong> <strong>Cóndor</strong>. Pacto Criminal, op. cit., p. 283.<br />

(32) Ibid., p. 285.<br />

<strong>Operación</strong> <strong>Cóndor</strong>. 40 años después<br />

111


Capítulo 5<br />

solicitaron que acudiera con la carta de Gatti y cuando llegó, la entregó a<br />

los oficiales que le informaron que “el asunto Gatti ya estaba liquidado”.<br />

El mismo día, por la noche, le acercaron a Pérez una oferta similar, ahora<br />

por la vida de León Duarte. A partir de allí, no tuvo más contacto, las negociaciones<br />

se cortaron y Pérez pudo huir de la Argentina como refugiado<br />

de la ACNUR, con destino en Suecia. (33)<br />

Durante julio comenzaron los traslados clandestinos de prisioneros a Uruguay.<br />

Esto se realizó tanto en forma individual o en pequeños grupos, en<br />

ocasiones en aviones comerciales y en otras en vuelos militares.<br />

A mediados de julio, María Pilar Nores fue llevada en un vuelo comercial<br />

junto a dos militares uruguayos al CCD de Punta Gorda. Entre el 24 y<br />

el 26 de julio fue trasladado a tierras orientales el llamado “Grupo de<br />

los 24” en un vuelo ordenado por el SID y piloteado por miembros de<br />

la Fuerza Aérea Uruguaya, que fue conocido como “primer vuelo”. Al<br />

tiempo que se efectuaban estos traslados, miembros del PVP en Buenos<br />

Aires planificaron un asalto a Orletti, que ya había sido identificado,<br />

pero lo suspendieron por la fuerte vigilancia a la que estaba sometido.<br />

Entre ellos estaba Gustavo Inzaurralde, de quien volveremos a hablar<br />

más adelante. (34)<br />

3.2. La <strong>Operación</strong> Chalet Susy o Shangrilá (agosto-octubre 1976)<br />

El “Grupo de los 24” fue recluido inicialmente en Punta Gorda, y luego<br />

trasladado a una sede del SID, a mediados de agosto de 1976, donde<br />

comenzó una nueva etapa de interrogatorios y torturas al mando de<br />

Gavazzo. Una de las trasladadas, Sara Méndez, recuerda que les dieron<br />

a elegir entre “aparecer” como detenidos en Uruguay o regresar a la<br />

Argentina donde serían desaparecidos. Otro testimonio es el de Enrique<br />

Rodríguez Larreta, que afirmó que Gavazzo les dijo que debían<br />

... simular una tentativa de invasión armada por un grupo guerrillero<br />

que había ingresado clandestinamente a la altura del Río<br />

Negro, donde sería “sorprendido” por tropas uruguayas (…) La<br />

totalidad de los secuestrados rechazó este planteo, negándose a<br />

(33) Presidencia de la República Oriental del Uruguay, Investigación Histórica..., op. cit., p. 112.<br />

(34) Ibid., pp. 114/115.<br />

112


Los casos emblemáticos<br />

firmar las actas con declaraciones que el Mayor Gavazzo ya traía<br />

confeccionadas. (35)<br />

Las negociaciones continuaron ante la renuencia de los detenidos a participar<br />

del simulacro. Gavazzo prometió inicialmente condenas de entre 10<br />

y 30 años de cárcel, oferta que fue nuevamente rechazada. A fines de mes,<br />

realizó un simulacro de fusilamiento de Margarita Michelini y Raúl Altuna.<br />

La nueva propuesta fue reducir las condenas a 2 o 3 años cada uno, penas<br />

que serían dictadas en un juicio simulado donde los detenidos debían desistir<br />

de elegir abogados y aceptar ser representados de oficio. (36) Según<br />

la IHDD “los detenidos se negaron a firmar documentos que negaban su<br />

secuestro en Buenos Aires, que desmentían las denuncias contra el régimen<br />

y que confesaban haber sido capturados en Uruguay para establecer<br />

otro foco guerrillero”. (37)<br />

Luego las tratativas se realizaron de manera individual y Gavazzo pudo<br />

ir cerrando algunos acuerdos. En octubre se había terminado de diseñar<br />

el operativo para hacer “aparecer” a los detenidos que —recordemos—<br />

habían sido trasladados clandestinamente a Uruguay. Un grupo sería capturado<br />

en hoteles de Montevideo y otro en un chalet en el balneario de<br />

Shangrilá. Todos estarían acusados de pretender implantar un foco guerrillero<br />

desde la Argentina y serían detenidos con armas y documentación.<br />

A fines de mes, fue alquilado el “Chalet Susy” en la costa uruguaya y se<br />

les realizaron documentos falsos a los detenidos, fraguando registros en<br />

hoteles y pensiones de Montevideo.<br />

Finalmente, la supuesta detención se realizó el 26 de octubre, habiendo<br />

sido trasladados previamente cinco militantes con soldados que simulaban<br />

ser parte del grupo. Quienes actuaron en la detención ni siquiera<br />

sabían que era una farsa. En la noche de ese mismo día, se concretaron<br />

“arrestos” de nueve prisioneros más en Montevideo. (38)<br />

Dos días después, los militares uruguayos organizaron una conferencia de<br />

prensa en el chalet, con los catorce detenidos. Al día siguiente, se emitió el<br />

(35) Rodríguez Larreta, Enrique, ”Informe Orletti”, Londres, Amnistía Internacional, [en línea]<br />

http://elinforme.larreta.org/?q=node/9. Allí se revelan la estadía en Orletti y los pormenores<br />

de la negociación, 1977.<br />

(36) Rodríguez Larreta, Enrique, ”Informe Orletti”, op. cit..<br />

(37) Presidencia de la República Oriental del Uruguay, Investigación Histórica..., op. cit., p. 116.<br />

(38) Ibid., p. 117.<br />

<strong>Operación</strong> <strong>Cóndor</strong>. 40 años después<br />

113


Capítulo 5<br />

Comunicado Especial Nº 22 en el que se describió un inexistente plan<br />

subversivo del PVP. Los medios uruguayos replicaron inmediatamente<br />

el comunicado, amplificándolo y legitimándolo. El Diario, El país y<br />

La Mañana titularon respectivamente: “Duro golpe contra nuevo brote<br />

subversivo. Caen 62 sediciosos. Shangrilá: desbaratan base y les incautan<br />

armamento”; “Desbaratan temible organización terrorista”; “Fue desbaratado<br />

un nuevo movimiento subversivo; detienen 62 sediciosos”. (39)<br />

La <strong>Operación</strong> Shangrilá o “Chalet Susy” fue la acción más importante de<br />

guerra psicológica realizada por los uruguayos. Tuvo especial importancia<br />

para el régimen por dos motivos. Por un lado, permitía “blanquear” prisioneros<br />

que habían sido detenidos y transportados ilegalmente. Por otro,<br />

demostraba la existencia de focos guerrilleros en Uruguay a solo un mes<br />

de que el congresista norteamericano Edward Koch hubiera conseguido<br />

suspender la ayuda militar norteamericana al país en base a denuncias por<br />

violaciones de los derechos humanos.<br />

Los procesos de justicia militar contra los “arrestados” comenzaron en noviembre<br />

y en diciembre cinco fueron liberados. Uno de ellos, Enrique Rodríguez<br />

Larreta, comenzó una intensa campaña internacional de denuncia<br />

contra el régimen militar de su país.<br />

Como mencionamos más arriba, hubo una segunda etapa de secuestros<br />

en Buenos Aires que se desarrolló mientras este primer grupo estaba ya<br />

en el Uruguay. Entre agosto y octubre de 1976, se calcula que fueron detenidos<br />

en similares circunstancias otros 26 ciudadanos uruguayos, que<br />

fueron trasladados a su país el 5 de octubre en lo que se llamó “el segundo<br />

vuelo”. Precisamente, en el Comunicado Especial N° 22 de fines de<br />

octubre, el gobierno uruguayo menciona unos 62 detenidos en total, cifra<br />

que sería concordante con la cantidad de militantes del PVP y otras agrupaciones<br />

capturados en la Argentina hasta entonces. (40)<br />

Ambos vuelos militares han sido confirmados en 2005 por autoridades de<br />

la Fuerza Aérea uruguaya, en un comunicado al por entonces presidente<br />

de la República Tabaré Vázquez. Allí se detallaba que partieron desde el<br />

Aeropuerto Jorge Newbery, en Buenos Aires, con destino de Aeropuerto<br />

(39) Visconti, Silvia y Rodríguez Díaz, Universindo, “Antecedentes...”, op. cit., p. 148.<br />

(40) Presidencia de la República Oriental del Uruguay, Investigación Histórica..., op. cit., pp. 119/122.<br />

114


Los casos emblemáticos<br />

de Carrasco, en Montevideo. Según el mismo documento, las operaciones<br />

les fueron solicitadas a la Fuerza Aérea por el SID, que se encargó del<br />

embarque, desembarque y posterior traslado de los detenidos. (41)<br />

Esta gigantesca operación no escapó al conocimiento de Estados Unidos.<br />

Desde Buenos Aires, Robert Scherrer informó en noviembre de estos<br />

sucesos a la Secretaría de Estado en Washington. Constató que el comunicado<br />

del gobierno uruguayo había tenido muy poca repercusión<br />

en los periódicos argentinos, y que ni siquiera reprodujeron los catorce<br />

nombres dados a conocer casi un mes antes. Scherrer descreyó la versión<br />

oficial e informó a sus superiores que la mayoría de los nombres<br />

estaban en una lista de exiliados de la ACNUR, robada poco antes por<br />

agentes argentinos, uruguayos y chilenos. El agente del FBI suponía que<br />

argentinos y uruguayos habían participado en las detenciones y en los<br />

anuncios de prensa. (42)<br />

Sin embargo, el gobierno uruguayo contaba con el ferviente apoyo del<br />

embajador norteamericano en Montevideo, Ernst Siracusa. El 29 y 30 de<br />

octubre de 1976 envió dos cables dirigidos a Washington, donde se reprodujo<br />

la información del comunicado oficial sin mayores comentarios,<br />

dándola por válida. (43) Siracusa había viajado previamente, en agosto, a<br />

Nueva York. Allí se entrevistó con Edward Koch y trató de convencerlo<br />

de que estaba equivocado en su opinión sobre los militares uruguayos,<br />

quienes mientras tanto tramaban para eliminarlo. El embajador invitó al<br />

congresista a visitar Uruguay, dándole amplias garantías, invitación que<br />

Koch rechazó cortésmente. En septiembre fue asesinado Letelier, en octubre,<br />

luego de la aprobación de la enmienda que recortó la ayuda militar<br />

norteamericana a Uruguay, el director de la CIA George Bush padre informó<br />

a Koch que existía un plan para asesinarlo. (44) Las conexiones de la<br />

<strong>Operación</strong> <strong>Cóndor</strong> con las agencias de seguridad de los Estados Unidos<br />

no podrían ser más claras.<br />

(41) Ibid., p. 122.<br />

(42) Robert Scherrer From: Amembassy Buenos Aires To: Secstate Washdc, Subject: GOA silent<br />

on Uruguay revelation of terrorist plot, 22/11/1976, [en línea] http://www.archives.gov/<br />

(43) Ernest Siracusa From: Amembassy Montevideo To: RUEHC/SECSTATE WASHDC, Subject:<br />

Terrorist organization broken up, 29 octubre 1976 y Ernest Siracusa From: Amembassy<br />

Montevideo To: RUEHC/SECSTATE WASHDC, Subject: GOU provides more info on captured<br />

terrorist and their plans, 30 /10/1976, [en línea] http://www.archives.gov/<br />

(44) Dinges, John, The Condor years..., op. cit., pp. 214/216.<br />

<strong>Operación</strong> <strong>Cóndor</strong>. 40 años después<br />

115


Capítulo 5<br />

3.3. Los detenidos en Paraguay (Inzaurralde,<br />

Santana Scotto, Landi, Logoluso, Nell, 1977)<br />

Los uruguayos Gustavo Inzaurralde y Nelson Santana Scotto escaparon a<br />

Paraguay en marzo de 1977 en busca de documentos falsos para ayudar<br />

a sus compañeros del PVP a salir de la Argentina. Inzaurralde había estado<br />

en Chile hasta el golpe de Estado. Luego se trasladó a Buenos Aires,<br />

donde posteriormente participó de la fundación del PVP. Santana había<br />

llegado a la Argentina en 1975, donde militó en dicha organización.<br />

El 28 de marzo de 1977 algunos involucrados en las tratativas para conseguir<br />

los documentos falsos fueron detenidos en Asunción. En los días sucesivos,<br />

Inzaurralde, Santana y tres argentinos residentes en una pensión<br />

—Marta Landi, José Nell y Alejandro Logoluso— también, fueron capturados<br />

y llevados al Departamento de Investigaciones de la Policía. Los paraguayos<br />

avisaron inmediatamente a sus socios de <strong>Cóndor</strong> y se coordinaron<br />

las acciones. Los rastros de esas acciones han quedado registrados en los<br />

Archivos del Horror paraguayos. Uno de los documentos hallados es un<br />

informe del torturador Alberto Cantero a Pastor Coronel, del 9 de abril de<br />

1977, donde señalaba<br />

Tengo el honor de dirigirme a esa superioridad con el objeto<br />

de elevar a su conocimiento el resumen de las actividades del<br />

grupo de trabajo que se constituyó en esta Dirección [de Investigaciones]<br />

los días 5,6 y 7 (…), integrado por el Sr. General Benito<br />

Guanes y el teniente Cnel., Galo Escobar del II Depto. Del<br />

E.M.G.; Tete 1ero. Ángel Spada y Sgto. Juan Carlos Camicha de<br />

la Jefatura de Área 234 (argentinos), José Montenegro y Alejandro<br />

Spada, del SIDE de la República Argentina y el mayor Carlos<br />

Calcagno, del Servicio de Inteligencia del Ejército de Uruguay,<br />

con relación a los procedimientos efectuados últimamente por<br />

esta jefatura. (45)<br />

Otros documentos dan cuenta de cómo se fueron ampliando los informes<br />

a partir de los interrogatorios. En uno de ellos concluyen que Landi<br />

y su esposo Logoluso no tenían vinculaciones con el resto. En otro<br />

se da cuenta de que al segundo día de interrogatorios, participaron<br />

miembros de la SIDE argentina. El estudio de los resultados de cada<br />

(45) Boccia Paz, A., González, M. A. y Palau Aguilar, R., Es mi informe..., op. cit., p. 327.<br />

116


Los casos emblemáticos<br />

interrogatorio era sistemático y se pedían datos específicos. También<br />

está archivada una carta de Marta Landi para que le permitieran comunicarse<br />

con sus padres. Por último, podemos mencionar una comunicación<br />

de Pastor Coronel a Stroessner donde le transmitía “la gratitud”<br />

que le habían expresado los ejércitos argentino y uruguayo por haber<br />

permitido que dos agentes de la SIDE argentina y un oficial uruguayo<br />

interrogaran a los prisioneros en Asunción. (46) La pieza clave para conocer<br />

su destino final fue un informe del mismo Cantero a Coronel, del 16<br />

de mayo de 1977, que decía<br />

Tengo el honor de dirigirme a esa superioridad con el objeto<br />

de elevar a su conocimiento que en el día de la fecha,<br />

siendo las 16 y 34 horas, en un avión B1 reactor de la Armada<br />

Argentina, con matrícula 5730 0683, piloteado por el<br />

capitán de corbeta, José Abdala, viajaron con destino a la<br />

ciudad de Buenos Aires (R.A.) los siguientes detenidos (…)<br />

Insaurralde (…), Santana (…), Nell (…), Logoluso (…), y Landi<br />

(…). Las mencionadas personas fueron entregadas por conducto<br />

de esta Dirección [de Investigaciones] en presencia del<br />

Cnel. D.E.M. Don Benito Guanes y del Cap. De Fragata Lázaro<br />

Sosa, al Tte. 1º José Montenegro y Juan Manuel Berret,<br />

ambos del SIDE.<br />

La frase con la que posteriormente los paraguayos comunicaban a los familiares<br />

de Landi su destino fue “puesta en libertad el día 16 de mayo de<br />

1977, ignorándose su paradero”. (47)<br />

Testimonios argentinos ubican a Inzaurralde y Scotto en el CCD El Atlético,<br />

en Argentina, a mediados de 1977. Desde allí, no se sabe más nada<br />

de todos ellos. Las familias de Inzaurralde y Santana iniciaron procesos<br />

legales en Paraguay. En 1993, el juez Arnuldo Arias acusó a Guanes Serrano<br />

y Antonio Campos Alum. Guanes admitió el intercambio de presos y<br />

Campos Alum atestiguó que “el intercambio de detenidos era frecuente<br />

en la región”, y mencionó como buenos colaboradores a Calcagno y los<br />

argentinos Montenegro y Spada. (48)<br />

(46) Calloni, Stella, <strong>Operación</strong> <strong>Cóndor</strong>. Pacto Criminal, op, cit., pp. 180/181.<br />

(47) Boccia Paz, A., González, M. A. y Palau Aguilar, R., Es mi informe..., op. cit., pp. 330/332.<br />

(48) Calloni, Stella, <strong>Operación</strong> <strong>Cóndor</strong>. Pacto Criminal, op, cit., p. 181.<br />

<strong>Operación</strong> <strong>Cóndor</strong>. 40 años después<br />

117


Capítulo 5<br />

IMAGEN 1. TRASLADO DESDE PARAGUAY HASTA ARGENTINA DE INZAURRALDE,<br />

SANTANA SCOTTO, LANDI, LOGOLUSO Y NELL, 16/05/1977<br />

Fuente: Fotograma 00172F 0398, Archivo del Terror, Museo de la Justicia, Centro de Documentación<br />

y Archivo para la Defensa de los Derechos Humanos, Asunción, Paraguay.<br />

3.4. Las detenciones de Lilian Celiberti<br />

y Universindo Rodríguez Díaz en Brasil (1978)<br />

Las operaciones comenzaron en Montevideo, con seis detenciones de<br />

miembros del PVP. De la información obtenida mediante la tortura, los militares<br />

uruguayos concluyeron que había una fuerte pista que conducía a<br />

118


Los casos emblemáticos<br />

Porto Alegre. (49) Lilian Celiberti y Universindo Rodríguez Díaz vivían desde<br />

algunos meses allí, intentando reunir información para divulgar un dossier<br />

sobre violaciones de los derechos humanos en Uruguay. Tenían pasaportes<br />

falsos y habían regresado de su exilio por la ACNUR en Suecia e Italia.<br />

Lilian recuerda que creían que “había mayor limitación para que los policiales<br />

uruguayos actuaran en Brasil”. (50)<br />

Su secuestro fue preparado desde Montevideo por la Compañía de Contra-Informaciones<br />

del Ejército. El exsoldado Rivas recuerda así que los<br />

uruguayos “primero lo planearon sin el consentimiento de los militares<br />

brasileños, pero luego vieron que podía ser peligroso, se podía crear<br />

un conflicto y optaron por tomar contacto con los brasileños y con el<br />

DOPS; formalizaron un acuerdo e inmediatamente el DOPS dijo que ellos<br />

le prestaban el apoyo para la operación”. (51) Para ello, los uruguayos se<br />

comunicaron con autoridades militares de Porto Alegre y Brasilia, desde<br />

donde se aprobó la colaboración y se designó al sistemático torturador<br />

Pedro Seelig —apodado “el Fleury de las pampas”— como encargado<br />

de parte del DOPS/RS. (52)<br />

Rivas, por su parte, confesó que desde allí partió hacia el Chuy una pequeña<br />

comitiva compuesta de un camión, una combi y un Fiat 128 con<br />

cuatro detenidos del PVP como “marcadores”, subalternos y cuatro<br />

agentes de la Compañía. Llegados a la frontera, solo dos agentes de la<br />

Compañía con tres de los detenidos prosiguieron hasta Porto Alegre con<br />

colaboración de la Policía brasileña. (53)<br />

El objetivo primordial no era esta pareja de uruguayos, sino Hugo Cores,<br />

otro uruguayo que vivía en Brasil desde febrero de 1978 proveniente de su<br />

exilio francés y tras su paso por la Argentina hasta el golpe de Estado. En<br />

mayo de 1978, Cores estaba instalado en San Pablo y conectado con Lilian<br />

y Universindo. La operación se llamó “Zapatos rotos” o “Zapatos viejos”<br />

(49) Presidencia de la República Oriental del Uruguay, Investigación Histórica..., op. cit., pp. 126/300.<br />

(50) Nilson, Mariano, <strong>Operación</strong> <strong>Cóndor</strong>: terrorismo de Estado en el Cono Sur, Bs. As., Lohlé-<br />

Lumen, 1998, p. 68.<br />

(51) Calloni, Stella, <strong>Operación</strong> <strong>Cóndor</strong>, Pacto Criminal, op. cit., pp. 79/82, con cita de. M.<br />

Gardo, Confesiones para un genocidio, Montevideo, TAE, 1987.<br />

(52) Serra Padros, Enrique, “El vuelo del <strong>Cóndor</strong> en la frontera uruguayo-brasileña: la conexión<br />

represiva internacional y el operativo Zapatos Rotos”, en Estudios Históricos, nº 1, 2009; y<br />

Setti, Ricardo, ”As garras do Brasil...”, op. cit.<br />

(53) Rivas, Hugo, Memorias de un torturador, Bs. As., El Cid Editor, 1984, pp. 47/49.<br />

<strong>Operación</strong> <strong>Cóndor</strong>. 40 años después<br />

119


Capítulo 5<br />

por el hábito de Cores de usar zapatos muy gastados. Se esperaba desarticular,<br />

a partir de su captura, al resto de los militantes del PVP en suelo<br />

brasileño. También se esperaba obtener el resto del famoso dinero de la<br />

organización, buscado desde años atrás. (54)<br />

Por la mañana del 12 de noviembre de 1978, Lilian fue detenida por un equipo<br />

binacional comandado por Seelig en la terminal de ómnibus. A pocas horas,<br />

y mientras se preparaban para asistir a un partido de fútbol, fueron secuestrados<br />

Universindo junto a los dos hijos de Lilian, Camilo y Francesca Casariego.<br />

Todos fueron llevados al Palacio de la Policía local, donde fueron torturados<br />

por uruguayos y brasileños. Al día siguiente, los cuatro junto a los “marcadores”<br />

fueron llevados a la frontera Chui-Chuy, por donde fueron ingresados<br />

clandestinamente al Uruguay. El agente Rivas los recogió en la Policía<br />

Federal del Chuy, donde estaban alojados los niños en una pieza y los adultos<br />

en otra. Pasaron unas horas en la fortaleza de San Miguel, pero dada la<br />

cercanía con la frontera brasileña fueron nuevamente trasladados al fuerte<br />

de Santa Teresa, un poco más alejado. Antes de llegar allí, Lilian sufrió un simulacro<br />

de fusilamiento y fue amenazada con ser arrojada al Río de La Plata<br />

por el capitán Yannone. (55) De esos días ha quedado una trágica nota redactada<br />

por Lilian con una aguja en un papel de cigarrillo, dirigida a su madre,<br />

en la que decía: “vinimos juntos a la frontera, allí me bajaron y me dijeron:<br />

o ‘desaparecido’ o colaborás. Yo por supuesto dije colaboro (…) ya pasó lo<br />

peor, del proceso no me salvo pero es mejor que ser desaparecido”. (56)<br />

Durante su cautiverio, Lilian pudo convencer a sus captores que debía contactarse<br />

con gente del PVP en Porto Alegre en dos días. Inmediatamente,<br />

los uruguayos decidieron trasladar a Universindo con los niños a Montevideo<br />

y llevar a Lilian de nuevo a tierras gauchas para armar una emboscada<br />

en su departamento. Estando allí, Celiberti dijo que si no realizaba un llamado<br />

a París todo se cancelaría. El 16 de noviembre llegó un telegrama<br />

de Francia pidiendo con urgencia que se comunicara. Ante las evidencias,<br />

fue llevada a la sede del DOPS para telefonear. En la conversación pidió<br />

(54) Serra Padros, Enrique, “El vuelo del <strong>Cóndor</strong>...”, op. cit.; Dos Reis, Ramiro, ”Operação<br />

Condor e o sequestro dos uruguaios nas ruas de um Porto não muito Alegre”, tesis de maestría<br />

en Historia, UFRGS, Porto Alegre, 2012. Este trabajo de investigación es el relato más<br />

detallado disponible de toda la operación.<br />

(55) Dos Reis, Ramiro, ”Operação Condor e o sequestro...”, op. cit., pp. 93/94.<br />

(56) Serra Padros, Enrique, “El vuelo del <strong>Cóndor</strong>...”, op. cit. La nota original, fechada 13 de<br />

enero de 1979, se encuentra en el archivo personal de Omar Ferri.<br />

120


Los casos emblemáticos<br />

que citaran a un tal Aguirre para que fuera a su departamento en la fecha<br />

convenida, y sus captores imaginaron que era el nombre clave de Cores.<br />

En realidad “Aguirre” era el seudónimo de “prensa”. Cores conoció el<br />

asunto en San Pablo y aviso a la redacción de la revista Veja, que envió al<br />

periodista Luiz Cláudio Cunha y el fotógrafo J. B. Scalo de la sucursal local<br />

hasta el departamento. Su inesperada llegada el 17 de noviembre desbarató<br />

la “ratonera” y se decidió trasladar inmediatamente a Lilian hasta la<br />

frontera Lívramento-Rivera. (57)<br />

La prensa brasilera realizó una importante cobertura del caso. El régimen<br />

uruguayo decidió entonces emprender una nueva operación de “guerra<br />

psicológica” para “blanquear” la situación. Lilian y Universindo aparecieron<br />

presos en Uruguay, donde el gobierno los acusó con un comunicado<br />

de intentar iniciar un nuevo foco subversivo: “[Las Fuerzas Conjuntas] Informan<br />

a la población que Universindo Rodríguez Díaz, Lilián Celiberti Rosas<br />

y los dos menores hijos de ésta, fueron detenidos al pretender ingresar<br />

clandestinamente al Uruguay, portando documentos falsos, trayendo<br />

material de propaganda subversiva, así como importante armamento”. (58)<br />

Mientras, en Porto Alegre, comenzó a circular una versión que negaba el<br />

secuestro y que decía que los cuatro uruguayos habían llegado por sus<br />

medios a Bagé, en la frontera con el Uruguay, a menos de una semana<br />

de su secuestro. Se fraguaron documentos personales y de la estación de<br />

ómnibus de Bagé para que figuraran en un micro que había ingresado a<br />

la ciudad uruguaya de Melo, en Cerro Largo. El coronel brasileño Moacyr<br />

Coelho, director de la Policía Federal de Porto Alegre, declaró “La pareja<br />

uruguaya no fue secuestrada. Salieron espontáneamente del país. El caso<br />

está cerrado”. (59) Sin embargo, el montaje fue más bien burdo, dado que<br />

la versión oficial uruguaya decía que habían sido detenidos en Aceguá,<br />

cuando ingresaban en dos automóviles con armas y material subversivo.<br />

Rivas relató esta farsa hace años, haciéndose cargo de su responsabilidad:<br />

“La policía declaró que Lilian y Universindo habían sido apresados en territorio<br />

uruguayo intentando entrar al país, portando armas, documentos<br />

falsos y propaganda subversiva. Todo esto es mentira. El armamento era<br />

(57) Dos Reis, Ramiro, ”Operação Condor e o sequestro...”, op. cit., pp. 95/96.<br />

(58) Serra Padros, Enrique, “El vuelo del <strong>Cóndor</strong>...”, op. cit.<br />

(59) Ibid.<br />

<strong>Operación</strong> <strong>Cóndor</strong>. 40 años después<br />

121


Capítulo 5<br />

de la misma ’compañía’, los documentos falsos se los preparó la ‘compañía’.<br />

Yo les saqué las fotos, les saqué las huellas dactilares a ellos”. (60)<br />

Lilian y Universindo terminaron siendo juzgados y encarcelados en Uruguay.<br />

Unos meses después, Lilian supo que sus hijos estaban con sus<br />

abuelos. Esperaron hasta 1983 para salir en libertad. Consiguieron una<br />

indemnización del Estado de Rio Grande do Sul, aunque la Ley de Caducidad<br />

uruguaya protege aún a sus victimarios. Actualmente, en Italia, el juez<br />

Capaldo incluyó a Lilian, que tiene doble nacionalidad, dentro de la causa<br />

que juzga crímenes cometidos en el Cono Sur contra italianos.<br />

En este caso también hay evidencias que dan cuenta de que Estados Unidos,<br />

por lo menos, tuvo un pronto conocimiento de la verdad tras estos<br />

hechos. Desde la embajada norteamericana en Montevideo se enviaron varios<br />

informes sobre el caso. En un cable del embajador Lawrence Pezzullo,<br />

reemplazante de Siracusa, fechado el 30 de noviembre de 1978, comunicaba<br />

que el Buenos Aires Herald y la Folha da Tarde de Porto Alegre habían<br />

publicado noticias del caso, confirmando que había sido un secuestro. En<br />

cambio, la prensa uruguaya se apegó a la línea bajada por su gobierno.<br />

Pezzullo cerró el sumario comentando que se conocían montajes de prensa<br />

similares realizados entre argentinos y uruguayos, pero que este era el<br />

primer antecedente de una cooperación similar entre el Uruguay y Brasil. (61)<br />

4. Los brasileños en Argentina y argentinos en Brasil (1976-1980)<br />

La dictadura brasileña trabajó en estrecha conexión con sus pares argentinos<br />

para cumplir objetivos comunes. Como hemos visto, esta coordinación<br />

existía desde tiempos anteriores a la <strong>Operación</strong> <strong>Cóndor</strong> y continuó<br />

así a partir de su formalización. La dictadura en Brasil había diezmado a<br />

la izquierda y los movimientos guerrilleros con una feroz represión, sobre<br />

todo después de los operativos contrainsurgentes realizados en la zona<br />

centro y norte del país, a orillas del río Araguaia (1972-1975). Para 1976, la<br />

<strong>Operación</strong> <strong>Cóndor</strong> brindaba a los brasileños la oportunidad de terminar<br />

con los opositores políticos y los pocos sobrevivientes de las organizaciones<br />

armadas que seguían en el exilio. Al mismo tiempo, generaba el marco<br />

propicio para deshacerse de los exiliados problemáticos que residían<br />

(60) Calloni, Stella, <strong>Operación</strong> <strong>Cóndor</strong>, Pacto Criminal, op, cit., pp. 79/82. con cita de. M.<br />

Gardo, Confesiones para un genocidio.<br />

(61) Lawrence Pezzullo, From: AmEmbassy Montevideo, To: Secstate Washdc, Subject: Alleged<br />

kidnapping in brazil, 30/11/1978, [en línea] http://www.archives.gov/<br />

122


Los casos emblemáticos<br />

en su territorio, provenientes de todo el Cono Sur. Esta perspectiva resultó<br />

particularmente atractiva para los argentinos a fines de la década.<br />

Las acciones binacionales realizadas por las fuerzas militares de ambos países<br />

se cobraron menos víctimas que otras. A pesar de ello, la coordinación<br />

brasileña-argentina reviste especial importancia porque fue una de las claves<br />

de la represión de la Contraofensiva Popular Montonera, que pretendía derrotar<br />

a la dictadura argentina a finales de la década del ‘70. Además, aporta<br />

un ejemplo esclarecedor acerca de cómo se articulaban algunos operativos<br />

específicos de cada país en el marco general de la <strong>Operación</strong> <strong>Cóndor</strong>.<br />

A las detenciones de ciudadanos brasileños en Buenos Aires descriptas anteriormente<br />

como antecedentes de la <strong>Operación</strong> <strong>Cóndor</strong>, se le sumaron nuevos<br />

casos a partir del año 1976. Uno de las víctimas fue Sidney Fix Marques dos<br />

Santos, militante de izquierda que vivía exiliado desde 1972 con su esposa<br />

Leonor Elivar Cristalli. El matrimonio se sabía perseguido por sus connacionales,<br />

y preparaba un viaje a Europa para partir a un nuevo exilio, cuando Sidney<br />

fue secuestrado el 15 de febrero de 1976, aparentemente por miembros de la<br />

Policía Federal Argentina. La familia rápidamente pidió información a las autoridades<br />

argentinas, pero ningún dato certero les fue aportado. El caso fue<br />

luego denunciado ante la CONADEP. (62) Circunstancias similares padecieron<br />

María Regina Marcondes Pinto, Sergio Fernando Tula, Jorge Alberto Basso,<br />

Walter Kenneth Nelson Fleury y otros, entre 1976 y 1980.<br />

El caso con más repercusión internacional fue el de Francisco Tenorio<br />

Cerqueira Júnior, alias “Tenorinho”, pianista brasileño que había venido a<br />

Buenos Aires por una gira en la que acompañaba a Vinícious de Moraes y<br />

Toquinho. En la madrugada del 18 de marzo de 1976, apenas una semana<br />

antes del golpe de Estado en Argentina, salió desde un hotel en la avenida<br />

Corrientes a comprar cigarrillos, avisando a sus compañeros. No se conocen<br />

las circunstancias exactas de su secuestro, pero se sabe que fue llevado a<br />

una dependencia de la Policía Federal Argentina y luego a la ESMA. Un<br />

exagente de inteligencia naval argentino, Claudio Vallejos, confesó haber<br />

participado en su cautiverio, reconoció su estadía en la ESMA, admitió que<br />

fue torturado por militares de ambos países y agregó que un diplomático<br />

brasileño se apersonó allí para tomar conocimiento de la situación. (63)<br />

Organismos de derechos humanos de Brasil concluyeron que el asesinato<br />

(62) Comissão Nacional da Verdade (CNV), Relatório, vol. I, 2014, pp. 250/253.<br />

(63) Ibid., pp. 253/255; Calloni, Stella, <strong>Operación</strong> <strong>Cóndor</strong>. Pacto Criminal. op. cit., pp. 155/156.<br />

<strong>Operación</strong> <strong>Cóndor</strong>. 40 años después<br />

123


Capítulo 5<br />

de Tenorinho se produjo poco después de aquella visita. Según Vallejos,<br />

descubrieron pronto que no tenía mayores contactos políticos. Pero, ante la<br />

posibilidad de que denunciara a los involucrados, los brasileños decidieron<br />

ultimarlo, ejecución que estuvo, presuntamente, a cargo del argentino Alfredo<br />

Astiz, el “El Ángel de la Muerte”. (64) Su cuerpo permanece desaparecido.<br />

En tierras brasileñas, los militares argentinos fueron correspondidos con<br />

la colaboración de sus socios de <strong>Cóndor</strong>, principalmente actuando contra<br />

militantes Montoneros. Un caso destacado fue el del periodista y escritor<br />

Norberto Armando Habegger, detenido por tres militares argentinos que<br />

contaban con apoyo de sus pares brasileños, en el aeropuerto de Río de<br />

Janeiro el 31 de julio de 1978. Habegger realizaba una intensa campaña<br />

internacional contra la organización del Mundial del Fútbol en la Argentina<br />

y provenía en un vuelo comercial desde México, donde muchos de sus<br />

compañeros vivían exiliados. A pesar de contar con documentos falsos a<br />

nombre de Héctor Esteban Cuello, las tareas de inteligencia coordinadas<br />

entre el CIE brasileño y el Batallón 601 argentino permitieron capturarlo. (65)<br />

Según el testimonio reciente del militar brasileño Paulo Malhães ante la CNV,<br />

y documentos secuestrados de su domicilio, a fines de los 70 y comienzos<br />

de los 80 se llevó a cabo la <strong>Operación</strong> Gringo, que implicaba la vigilancia y<br />

detención de extranjeros dentro de Brasil. Malhães relató que los más altos<br />

mandos de Argentina y Brasil autorizaron las acciones conjuntas, que se iniciaron<br />

con encuentros e intercambio de informaciones. A partir de allí, los<br />

argentinos se habrían quedado un año entero trabajando con los brasileños,<br />

siendo supervisadas las acciones desde Brasilia. Según otro testimonio, la<br />

base de la operación fue la infiltración de un agente argentino en varias organizaciones,<br />

para la cual la Argentina enviaba miles de dólares mensuales. (66)<br />

Las detenciones de los argentinos Horacio Domingo Campiglia y Mónica<br />

Susana Pinus de Binstock parecen también haber sido parte de la <strong>Operación</strong><br />

Gringo. Ambos, importantes dirigentes de Montoneros, hicieron<br />

la última escala de su vuelo comercial en Río de Janeiro el 12 de marzo<br />

de 1980, provenientes desde México con destino a la Argentina. Tenían<br />

pasaportes falsos a nombre de Jorge Piñeiro y María Cristina Aguirre de<br />

Prinssot y su llegada se dio en el marco de la Contraofensiva que planeaba<br />

(64) Calloni, Stella, <strong>Operación</strong> <strong>Cóndor</strong>. Pacto Criminal. op. cit., pp. 155/156.<br />

(65) Comissão Nacional da Verdade (CNV), Relatório, vol. I, 2014, pp. 256/258.<br />

(66) Ibid., pp. 258/260.<br />

124


Los casos emblemáticos<br />

realizar la organización contra la dictadura argentina. (67) Agentes del Batallón<br />

601 los capturaron al llegar a Brasil. Según algunas fuentes, las fuerzas<br />

represivas argentinas conocieron, mediante interrogatorios y torturas, la<br />

llegada de Campiglia, y se comunicaron con miembros de inteligencia militar<br />

brasileña para apresarlos. Un documento norteamericano elevado por<br />

James Blystone al embajador en Buenos Aires del 7 de abril de 1980 comenta,<br />

citando fuentes de inteligencia argentinas, que Campiglia y Pinus<br />

habían sido capturados vivos y llevados a la Argentina clandestinamente<br />

en un avión C-130, para quedar detenidos en el CCD “El Campito”, en<br />

la base militar de Campo de Mayo. Blystone relata allí que los brasileños<br />

autorizaron a viajar a los agentes argentinos, quienes dejaron un rastro de<br />

registros falsos a nombre de los detenidos para no alertar a sus compañeros.<br />

(68) Según un documento del teniente coronel argentino Eduardo Stigliano,<br />

el teniente general Leopoldo Galtieri se entrevistó con Campiglia,<br />

alias “Petrus” poco antes de que lo ejecutaran. (69)<br />

En base a los documentos y testimonios de Stigliano y Malhães —ambos fallecidos—,<br />

ellos fueron quienes lideraron la captura de Campiglia y Pinus de<br />

Binstock en el Aeropuerto de el Galeão, quienes permanecen desaparecidos.<br />

Todas estas acciones contra Montoneros en el exterior se encuadraban<br />

dentro de lo que las fuerzas represivas argentinas llamaron el Operativo<br />

Murciélago, que consistió en la infiltración, vigilancia, seguimiento y eliminación<br />

de militantes Montoneros en el exterior para detener la Contraofensiva<br />

antes de que sus miembros ingresaran a la Argentina o, en su<br />

defecto, cuando salían del país. El operativo, organizado por el coronel<br />

Carlos Alberto Tepedino, se cobró la vida de quince militantes y sus perpetradores<br />

fueron condenados en un juicio en 2007. (70) Las acciones encuadradas<br />

dentro de los Operativos Murciélago y Gringo, amparadas bajo<br />

los acuerdos de la <strong>Operación</strong> <strong>Cóndor</strong>, no solo tuvieron a Río de Janeiro<br />

por epicentro. Otras importantes detenciones y desapariciones se llevaron<br />

(67) Ibid., pp. 260/263.<br />

(68) Memorandum: Date: 7 april 1980; Reply to Attm of: RSO/James J. Blystone, American<br />

Embassy, Buenos Aires; Subject: Conversation with Argentine Intelligence Source; To: The<br />

Ambassador. National Security Archive Electronic Briefing Book No. 73 - Part I, [en línea]<br />

http://www.archives.gov/<br />

(69) Ragendorfer, Ricardo, “El coronel brasileño asesinado era un especialista en secuestrar<br />

Montoneros”, en Tiempo Argentino, 08/07/2014.<br />

(70) Ragendorfer, Ricardo, “El coronel brasileño...“, op cit.; Bonasso Miguel, “Causa con Galtieri<br />

y los misterios. El Batallón 601 y la infiltración en Montoneros durante la contraofensiva”,<br />

en Página/12, 14/07/2002.<br />

<strong>Operación</strong> <strong>Cóndor</strong>. 40 años después<br />

125


Capítulo 5<br />

a cabo en la frontera entre la provincia argentina de Corrientes y el Estado<br />

brasileño de Rio Grande do Sul.<br />

En Paso de los Libres, Argentina, funcionó un CCD conocido como “La<br />

Polaca”, manejado por el ejército, donde se había montado un sistema de<br />

“marcadores” para identificar a Montoneros provenientes de Brasil. (71) En<br />

la ciudad brasileña de Uruguayana ya se había detenido a los argentinos<br />

José María Rodríguez y Jorge Alfredo Iturburu en junio de 1977, quienes<br />

fueron entregados al Ejército argentino y luego desaparecidos. (72) Tres<br />

años más tarde, en el paso fronterizo entre Brasil y Argentina, los argentinos<br />

Lorenzo Ismael Viñas y Jorge Oscar Adur fueron capturados, con solo<br />

horas de diferencia, el 26 de junio de 1980. Adur, un sacerdote relacionado<br />

con Montoneros en el exilio, había ingresado a la Argentina clandestinamente<br />

y fue detenido cuando intentaba volver a Brasil para dirigirse a Porto<br />

Alegre. Abordado en el puesto fronterizo dentro del ómnibus comercial en<br />

el que viajaba, Adur fue llevado a Paso de los Libres y luego a Buenos Aires.<br />

El joven universitario Viñas viajaba en un ómnibus desde Santa Fe hasta Rio<br />

de Janeiro, huyendo con documentos falsos ante el fracaso de la Contraofensiva.<br />

Se presume que fue detenido en el puente internacional, devuelto<br />

a autoridades argentinas, siguiendo el mismo recorrido que Adur. Otras informaciones<br />

afirman que ambos fueron torturados en el CCD “La Polaca” . (73)<br />

Silvia Tolchinsky declaró haber visto a Campiglia, Pinus de Binstock y Lorenzo<br />

Viñas junto a otro prisionero, probablemente Adur, en el CCD de Campo de<br />

Mayo. (74) Todos continúan desaparecidos.<br />

Las agencias de inteligencia de Estados Unidos hicieron un amplio seguimiento<br />

de estos casos. Esto se hizo evidente por un cable enviado por<br />

Henry Kissinger, el 20 de julio de 1976, titulado “Southern Cone Security<br />

Practices”. Según Patrice McSherry, Kissinger decía conocer por fuentes<br />

brasileñas de confianza que se había suscrito un acuerdo entre Brasil y<br />

Argentina, mediante el cual ambos países formaban unidades militares<br />

conjuntas que buscaban y eliminaban terroristas que intentaban huir de<br />

(71) Bonasso, Miguel, “Causa con Galtieri...”, op. cit.<br />

(72) Fernández, Jorge Christian, ”Anclaos en Brasil: a presença argentina no Rio Grande do Sul<br />

(1966-1989)”, Tesis Doctorado, Porto Alegre, UFGRS, 2011, p. 217.<br />

(73) Nilson, Mariano, “O sequestro de Montoneros no Brasil”, en E. Serra Padrós; A. Barbosa<br />

Vânia; V. Lopez y A. Simões Fernandes, Ditadura de Segurança Nacional no Rio Grande do<br />

Sul (1964-1985): história e memoria, t. 3, Porto Alegre, Corag, 2009.<br />

(74) Pastoriza, Lila, “Nido de <strong>Cóndor</strong>es brasileño en Campo de Mayo argentino”, en Página/12,<br />

29/05/2000.<br />

126


Los casos emblemáticos<br />

Argentina a Brasil. (75) Además de los casos descriptos existieron varios<br />

operativos en la zona de la Triple Frontera e Iguazú.<br />

IMAGEN 2: COLABORACIÓN DE LAS FUERZAS REPRESIVAS ARGENTINA<br />

Y PARAGUAYA CONTRA EL GRUPO MONTONEROS, JULIO 1980<br />

Fuente: Fotograma 00019F 0876, Archivo del Terror, Museo de la Justicia, Centro de Documentación<br />

y Archivo para la Defensa de los Derechos Humanos, Asunción, Paraguay.<br />

(75) McSherry, J. Patrice, Los Estados depredadores..., op. cit., p. 123.<br />

<strong>Operación</strong> <strong>Cóndor</strong>. 40 años después<br />

127


Capítulo 5<br />

5. La participación de Ecuador y Perú (1976-1980)<br />

Con una participación más acotada, los últimos miembros de <strong>Cóndor</strong> se<br />

sumaron entre 1976 y 1978: Ecuador y Perú. Según un informe de la CIA<br />

del 14 de febrero de 1978, Ecuador se habría sumado ese año al sistema<br />

<strong>Cóndor</strong>. El organismo responsable era el Comando Conjunto de las Fuerzas<br />

Armadas y participaba su Dirección Nacional de Inteligencia. El informe<br />

también da cuenta de que un militar argentino supervisó la instalación<br />

de la terminal Condortel en Quito y oficiales chilenos capacitaron a sus<br />

pares ecuatorianos en la Escuela de Inteligencia Militar en Santiago. Otra<br />

prueba que involucra a Ecuador es el famoso reporte del 22 de agosto<br />

de 1978 elaborado por la CIA y dirigido al embajador George Landau y<br />

al fiscal Eugene Propper, titulado “A brief look at Operation Condor”. En<br />

este se menciona que Ecuador y Perú se habían unido recientemente. (76)<br />

Sin embargo, no se conocen casos concretos que den cuenta de la participación<br />

ecuatoriana de la <strong>Operación</strong> <strong>Cóndor</strong>.<br />

En cambio, Perú parece haber sido un miembro más activo aunque no al<br />

nivel de sus fundadores. Varios investigadores norteamericanos estiman<br />

que los peruanos comenzaron a colaborar hacia fines de los 70. McSherry<br />

y Dinges suman a los documentos de la CIA un memorándum chileno de<br />

1978 en el que la CNI informa haber asignado un agente de <strong>Cóndor</strong> en<br />

Lima, y da cuenta del conocimiento por parte del director de inteligencia<br />

peruana de la posición del agente en la embajada chilena. El memo circuló<br />

“a través del sistema de <strong>Cóndor</strong>” vía Buenos Aires, la “Secretaría de la<br />

Comunidad”. (77)<br />

Sin embargo, hay evidencias que apuntan a que la participación peruana<br />

puede datar por lo menos desde 1976. La misma investigadora cita otro<br />

documento de ese año donde Benito Guanes Serrano eleva un pedido de<br />

investigación dirigido a “<strong>Cóndor</strong> 1-SIE (Arg.)-AGREMIL (P y A)”, es decir,<br />

Manuel Contreras por la DINA, Servicio de Inteligencia del Ejército argentino<br />

y los agregados militares de Perú y Argentina. (78) Según un dirigente<br />

de izquierda peruano, Gustavo Espinoza, su país no habría participado<br />

(76) Documentos publicados en castellano en Boccia Paz, A.; López, M.; Pecci, A. y Giménez<br />

Guanes, G., En los sótanos..., op. cit., p. 186; también Mc Sherry, J. Patrice, Los Estados depredadores...,<br />

op, cit., p. 184.<br />

(77) McSherry, J. Patrice, Los Estados depredadores..., op. cit., p. 185. Ver [en línea] http://<br />

www.johndinges.com/condor/documents/Peru%20and%20Condor.htm<br />

(78) McSherry, J. Patrice, Los Estados depredadores..., op. cit., p. 161.<br />

128


Los casos emblemáticos<br />

de la reunión inaugural en 1975 porque tanto sus pares latinoamericanos<br />

como los norteamericanos desconfiaban de las Fuerzas Armadas. Velasco<br />

Alvarado había sido derrocado, pero todavía permanecían sectores leales<br />

a las posiciones progresistas del expresidente. Precisamente, cuando el<br />

general Francisco Morales Bermúdez demostró su alejamiento del pasado<br />

“velasquista”, Perú comenzó a gozar de la confianza de los miembros de<br />

<strong>Cóndor</strong>. (79)<br />

El secuestro y desaparición en Lima del argentino Carlos Alberto Maguid,<br />

en 1977, revela la incorporación de Perú al Operativo. De acuerdo a la<br />

investigación de Alicia Pierini y Ernesto Jauretche, Maguid vivía en Perú<br />

como asilado político y estaba casado con Nora Nélida Arrostito, hermana<br />

de la líder montonera Norma Esther. La mañana del 12 de abril de 1977<br />

Maguid fue secuestrado en la esquina de las avenidas Petito Tohouars y<br />

Javier Prado mientras esperaba un autobús. Según versiones periodísticas,<br />

los capitanes del ejército peruano Héctor Matta Rosingana y David<br />

Bravo Castrillón, y el comandante de policía limeña Julio Vargas Martínez,<br />

introdujeron a Maguid en un automóvil blanco conducido por el coronel<br />

José Vivero Arias. Tanto Arias como Rosignana eran miembros de los Servicios<br />

de Inteligencia Peruanos (SIEP). (80)<br />

Dos informes del embajador norteamericano en Perú, Harry Schlaudeman,<br />

de 1977 y 1980, sostienen que funcionarios de organismos protectores de<br />

refugiados políticos conocían pormenores del secuestro de Maguid y de<br />

la coordinación de los militares peruanos con sus pares argentinos. (81)<br />

Existe también un documento del día posterior al secuestro dirigido al<br />

comandante general del ejército peruano, Guillermo Arbulú Galliana, filtrado<br />

a la prensa peruana, donde se dice que “fue entregado el cadáver<br />

del sujeto ‘ar’ Carlos Alberto Maguid, al personal de Seguridad del Ejército<br />

argentino que se encuentra en Lima con autorización de ese Comando<br />

desde los primeros días del presente mes”. Según el mismo escrito, “en<br />

(79) Espinoza, Gustavo, “Perú en la <strong>Operación</strong> <strong>Cóndor</strong>”, [en línea] www.rebelion.org,<br />

04/03/2012.<br />

(80) Pierini, Alicia y Jauretche, Ernesto, “Guerra sucia en el Perú” en Página/12, 07/02/1999.<br />

Caso también reconstruido en Calloni, Stella, <strong>Operación</strong> <strong>Cóndor</strong>. Pacto Criminal, op. cit.,<br />

pp. 230/232.<br />

(81) Harry Schclaudeman From: Amembassy Lima, To: Secstat Washdc, Subject: Case of<br />

Disappeared argentine Carlos Maguey, 18 julio 1977; y From: Amembassy Lima, To: Secstat<br />

Washdc, Subject: [Tachado] Amnesty International Inquiry about alleged argentine Montoneros,<br />

22/07/1980, [en línea] http://www.archives.gov/<br />

<strong>Operación</strong> <strong>Cóndor</strong>. 40 años después<br />

129


Capítulo 5<br />

razón de que el convenio bilateral de Inteligencia suscrito con el Ejército<br />

argentino no prevé el caso de la muerte por interrogatorio de los extremistas<br />

capturados, solicito respetuosamente que el señor General de Brigada<br />

Director de Inteligencia lleve como ponencia este vacío para ser debatido<br />

en la próxima reunión bilateral”. (82)<br />

Sin embargo, las versiones sobre su destino final difieren. Fuentes peruanas<br />

apuntan a que fue llevado a dependencias del Ministerio de Guerra;<br />

sobrevivientes argentinos de la ESMA dicen haberlo visto allí en 1977,<br />

respaldando la versión de un traslado clandestino con vida en un avión<br />

a la Argentina. Gustavo Espinoza, por entonces secretario del PC peruano,<br />

compartió celda con Maguid por cinco días antes de su secuestro en<br />

abril y confirmó recientemente las dudas sobre su paradero final. Se había<br />

anunciado una visita del dictador Videla en marzo a Lima, por lo que<br />

fueron apresadas en Seguridad del Estado varias personas para “evitar<br />

posibles protestas”. Espinoza relata “Estuvimos presos cuatro o cinco días<br />

y nos dejaron libres. Un mes después Maguid fue secuestrado. En prisión<br />

me contó que la dictadura argentina lo perseguía. No se sabe si lo asesinaron<br />

en Lima o si se lo llevaron a la Argentina”. (83)<br />

Lo que parece más seguro es que el interés por Maguid se debía a la pista<br />

del dinero de la organización Montoneros, obtenido por algunos secuestros<br />

exitosos, como el de Jorge y Juan Born. Maguid continúa desaparecido.<br />

(84)<br />

Tal como sugieren Dinges y McSherry, en 1978 Perú participaba de operaciones<br />

con el sello de <strong>Cóndor</strong>. Sin embargo, los casos concretos, según<br />

lo que se desprende de documentos desclasificados por Estados Unidos,<br />

fueron reconstruidos a partir de testimonios e investigaciones de este lado<br />

del continente.<br />

El 25 de mayo de 1978 los peruanos debían votar en elecciones para<br />

una Asamblea Constituyente, bajo el régimen de Morales Bermúdez.<br />

Ese mismo día se produjo una redada de trece políticos, militares, sindicalistas<br />

y periodistas peruanos. De ellos, han tomado estado público<br />

(82) Pierini Alicia y Jauretche Ernesto, “Guerra sucia...”, op. cit.<br />

(83) Noriega, Carlos, “El <strong>Cóndor</strong> voló en la Dictadura”, en Página/12, 18/01/2008; Espinoza,<br />

Gustavo, “Perú en la <strong>Operación</strong> <strong>Cóndor</strong>”, op. cit.<br />

(84) Pierini Alicia y Jauretche Ernesto, “Guerra sucia...”, op. cit., Calloni, Stella, <strong>Operación</strong><br />

<strong>Cóndor</strong>. Pacto Criminal, op. cit., pp. 230/232.<br />

130


Los casos emblemáticos<br />

los testimonios de Alfonso Baella Tuesta, (85) Ricardo Napurí y Javier Diez<br />

Canseco. (86) En base a sus relatos se ha podido reconstruir que fueron trasladados<br />

al aeropuerto militar de Limatambo, donde abordaron esposados<br />

y engrillados un avión de la Fuerza Aérea Peruana. Su primer destino fue la<br />

provincia argentina de Jujuy, ingresando por el aeropuerto de El Cadillal,<br />

donde fueron encarcelados como prisioneros de guerra en el Regimiento<br />

de Infantería de Montaña 20. En Jujuy, fueron recibidos por soldados argentinos<br />

y, según rememoró Napurí, el coronel argentino a cargo les informó<br />

que existía “un pacto entre los estados mayores de los ejércitos de argentina<br />

y Perú mediante el cual iba a haber un intercambio de prisioneros”. (87)<br />

Los detenidos fueron trasladados a Buenos Aires, alojados en la sede central<br />

de la Policía Federal. Napurí recuerda partes del calvario en la capital<br />

argentina: “nos separaron y nos pusieron en celdas cuyas paredes estaban<br />

casi todas escritas con sangre (…) era como tocar la muerte (…) nos pasaban<br />

cintas con los gritos de los torturados”. (88)<br />

La captura de los peruanos fue revelada por la publicación de una foto<br />

con la llegada del avión militar y los nombres de los prisioneros en un<br />

diario jujeño, (89) y por la llamada que pudo realizar Napurí gracias a la colaboración<br />

de un suboficial. (90) La presión de la ACNUR y las campañas<br />

internacionales consiguieron salvar la vida de los peruanos, que fueron<br />

deportados a diversos países. En 2008, once dirigentes de la izquierda peruana<br />

presentaron un escrito ante la justicia italiana denunciando la participación<br />

de Morales Bermúdez en la <strong>Operación</strong> <strong>Cóndor</strong>. Según declararon<br />

entonces a la prensa, la colaboración argentina había sido la retribución<br />

por la operación realizada por los militares peruanos el año anterior contra<br />

Maguid. (91)<br />

(85) Publicó su relato al poco tiempo en Baella Tuesta, Alfonso, Secuestro, Bs. As., Ediciones<br />

El Tiempo, 1978.<br />

(86) Para mayor información, ver el testimonio de Javier Diez Canseco en los anexos documentales<br />

de este Informe.<br />

(87) Calloni, Stella, <strong>Operación</strong> <strong>Cóndor</strong>. Pacto Criminal, op. cit., p. 234-37. Entrevista realizada<br />

por la autora en 1998, Bs. As.<br />

(88) Ibid., p. 236. Entrevista realizada por la autora en 1998, Bs. As.<br />

(89) Noriega, Carlos, “Rechazaron la extradición de peruano Francisco Morales Bermúdez”,<br />

en Página/12, 06/04/2012.<br />

(90) Calloni, Stella, <strong>Operación</strong> <strong>Cóndor</strong>. Pacto Criminal, op. cit., p. 236, Bs. As. Entrevista<br />

realizada por la autora en 1998.<br />

(91) Noriega, Carlos, “El <strong>Cóndor</strong> voló...”, op. cit.<br />

<strong>Operación</strong> <strong>Cóndor</strong>. 40 años después<br />

131


Capítulo 5<br />

Se conoce otra importante operación contra argentinos en Perú, que prueba<br />

tanto una colaboración trilateral como la inserción del país andino en la<br />

<strong>Operación</strong> <strong>Cóndor</strong>. Los pormenores fueron conocidos gracias a la citada<br />

investigación de Pierini y Jauretche. (92) En junio de 1980, ocho oficiales del<br />

Ejército argentino, con nombres falsos y con ropas de civil, llegaron a Lima<br />

en un vuelo de Aerolíneas Argentinas trayendo por lo menos un rehén. El<br />

coronel al mando del operativo fue alojado en dependencias militares peruanas<br />

y se le facilitó un teléfono, un auto, un chofer y un guardaespaldas.<br />

El prisionero proveniente de Buenos Aires era Federico Frías Alberga, un<br />

obrero metalúrgico que había aceptado identificar a compañeros en Perú.<br />

El 11 de junio intentó fugarse, pero fue recapturado, salvajemente golpeado<br />

e internado en un hospital. Desde entonces no se sabe más de él.<br />

Casi al mismo tiempo, María Inés Raverta, militante montonera que vivía<br />

con documentos falsos en Perú, fue secuestrada en la misma zona a plena<br />

luz del día. Escoltada hasta su domicilio por hombres armados, fue retenida<br />

hasta que llegó Julio César Ramírez. Capturado Ramírez, ambos fueron<br />

trasladados. Otra detenida en ese día fue la Madre de Plaza de Mayo Noemí<br />

Esther Gianetti de Molfino, quien había acudido a un diputado para<br />

informarle del secuestro de Raverta, y por la noche fue secuestrada de<br />

su domicilio. Según fuentes norteamericanas y del agente de inteligencia<br />

peruana Arnaldo Alvarado, el operativo que capturó a tres argentinos se<br />

realizó con equipos compuestos por peruanos del SIEP y argentinos del<br />

Batallón 601. (93)<br />

Gracias al accionar del diputado Meza Cuadra, y a un periodista holandés<br />

que fue testigo de su secuestro, la denuncia se hizo pública. Las agencias<br />

de inteligencia y las embajadas norteamericanas también tuvieron un<br />

pronto conocimiento del asunto. La prensa peruana presionó para conocer<br />

del caso, así como también Amnistía Internacional y la ACNUR. Sin<br />

embargo, las víctimas no pudieron ser rescatadas.<br />

Los prisioneros fueron llevados a Playa Hondable, un centro de recreo del<br />

ejército cerca de Lima, para luego ser trasladados ilegalmente a Bolivia. El<br />

17 de junio, Raverta, de Molfino y Ramírez fueron entregados a Fernando<br />

Rivero, un paramilitar dependiente del coronel del Ejército boliviano Luis<br />

(92) Pierini Alicia y Jauretche Ernesto, “Guerra sucia...”, op. cit.<br />

(93) Para las fuentes norteamericanas, Dinges, John, The Condor years..., pp. 227/228; para<br />

el agente peruano, Uceda Ricardo, Muerte en el Pentagonito. Los cementerios del ejército<br />

peruano, Colombia, Planeta, 2004.<br />

132


Los casos emblemáticos<br />

Arce Gómez. Estando en La Paz, fueron interrogados por varios argentinos,<br />

y aparentemente dos murieron. Los responsables habrían sido Néstor<br />

Vignola y el coronel Osvaldo Chimeno.<br />

Dos días más tarde, el gobierno peruano reconoció este operativo con un<br />

comunicado en el que se informaba sobre la detención de cinco montoneros<br />

los cuales habían ingresado ilegalmente al país. También mencionaban<br />

que el día 17 fueron llevados “a Desaguadero y entregados a las autoridades<br />

de Migración de la República de Bolivia”. El comunicado solo dio los<br />

nombres de Gianetti, Raverta y Ramírez en la lista de los cinco detenidos,<br />

sembrando dudas sobre la identidad del resto y las conexiones con el caso<br />

Frías. (94)<br />

Las redes de <strong>Cóndor</strong> llegaron incluso hasta Madrid en esta ocasión. El 16<br />

de julio, dos argentinos alquilaron una habitación en un hotel madrileño.<br />

Dos días después, en un vuelo de Varig, llegó en una silla de ruedas la<br />

señora de Molfino, custodiada por una paramilitar encubierta como enfermera.<br />

El 21 de julio, la policía española encontró el cuerpo de la Madre de<br />

Plaza de Mayo en el departamento rentado, con signos de haber fallecido<br />

unos tres días antes. La autopsia mostró rastros de envenenamiento, y junto<br />

al cadáver se encontraron dos pasaportes falsos: uno utilizado por Gianetti<br />

de Molfino y otro de un tal Almirón. Este pasaporte fue comparado<br />

con una prueba dactiloscópica que llegó, al decir de Pierini y Jauretche,<br />

“con sospechosa celeridad” y que atribuyó la identidad a Ramírez, quien<br />

había fallecido en Bolivia días antes. Todo había sido planeado como una<br />

maniobra de propaganda, típica de la <strong>Operación</strong> <strong>Cóndor</strong>. Ningún cuerpo<br />

más fue encontrado hasta el día de hoy. Se sospecha que el fallecido<br />

miembro de la Triple A Rodolfo Almirón Sena pudo haber estado involucrado<br />

en la muerte de Giannetti de Molfino.<br />

6. Los niños de <strong>Cóndor</strong><br />

(Argentina, Bolivia, Chile, Uruguay, 1976-1978)<br />

La rapiña de los perpetradores de la <strong>Operación</strong> <strong>Cóndor</strong> no tuvo límites. El<br />

secuestro y apropiación de los niños fue, seguramente, el capítulo más trágico<br />

del “botín de guerra” arrancado a los militantes torturados, asesinados<br />

y desaparecidos. Sus historias, que reconstruiremos brevemente, son tan<br />

desgarradoras, complejas y llenas de matices. Muestran la participación en<br />

(94) Pierini Alicia y Jauretche Ernesto, “Guerra sucia...”, op. cit.<br />

<strong>Operación</strong> <strong>Cóndor</strong>. 40 años después<br />

133


Capítulo 5<br />

la comisión de estos delitos de la mayor parte de los miembros de <strong>Cóndor</strong>:<br />

Argentina, Bolivia, Chile y Uruguay. También evidencian el carácter<br />

sistemático de la apropiación de niños por parte de la dictadura argentina<br />

que, en el marco de <strong>Cóndor</strong>, se cobró la mayoría de las víctimas entre<br />

los niños de los militantes uruguayos del PVP secuestrados en Buenos<br />

Aires.<br />

Anteriormente se ha sido referido la detención y secuestro de Sara Méndez<br />

y su hijo argentino recién nacido Simón Riquelo (Simón Antonio Gatti<br />

Méndez), en julio de 1976. El pequeño Simón fue llevado a una comisaría<br />

y adoptado por un comisario de la policía bonaerense. Su padre, Mauricio<br />

Gatti logró escapar de la Argentina pero murió sin encontrarlo. Su madre<br />

Sara, luego de los años de prisión en el Uruguay, buscó a su hijo por décadas,<br />

siguiendo pistas falsas. El reencuentro con su madre se produjo en<br />

el año 2002, cuando fue localizado por el senador uruguayo Rafael Michelini,<br />

hijo de Zelmar, y se sometió a pruebas genéticas que confirmaron su<br />

identidad. (95)<br />

El 24 de agosto de 1976 la pareja argentina formada por Marcelo Ariel<br />

Gelman y María Claudia García Iruretagoyena Casinelli, embarazada de<br />

siete meses, fue secuestrada por un comando militar argentino-uruguayo<br />

en Buenos Aires. Ambos fueron llevados a Orletti, donde fueron brutalmente<br />

torturados. Marcelo fue ejecutado en octubre y su cuerpo fue hallado<br />

en 1989 dentro de un barril relleno de cemento que había sido arrojado<br />

a un arroyo en San Fernando, provincia de Buenos Aires. María Claudia fue<br />

trasladada clandestinamente en un vuelo a Montevideo, donde permaneció<br />

recluida en la sede del Servicio de Inteligencia de Defensa (SID). Desde<br />

ese lugar solo salió para ser llevada al Hospital Militar donde nació su hija<br />

Macarena. De nuevo en su lugar de cautiverio, solo pudo compartir unos<br />

días con su hija. Tiempo después fue sacada del SID y no se supo nunca<br />

más de ella. Aún continúa desaparecida.<br />

Recién en el año 2000, luego de una fuerte campaña internacional encabezada<br />

por su abuelo, el poeta argentino Juan Gelman, la hija de Claudia fue<br />

encontrada en manos del policía uruguayo Ricardo Medina, quien desde<br />

(95) Ginzberg, Victoria, “El fin de la larga búsqueda de Simón”, en Página/12, 20/03/2002;<br />

Calloni, Stella, “Confirman identidad del hijo de la uruguaya Sara Méndez plagiado en la<br />

<strong>Operación</strong> <strong>Cóndor</strong>”, en La Jornada, 20/03/2002, Presidencia de la República Oriental del Uruguay,<br />

Investigación Histórica..., op. cit., t. III, pp. 704/712.<br />

134


Los casos emblemáticos<br />

enero de 1977 la había criado como su hija. (96) María Macarena descubrió<br />

entones su verdadera identidad y se reencontró con su familia biológica.<br />

El caso fue llevado a la Corte Interamericana de Derechos Humanos, que<br />

condenó al Estado uruguayo a indemnizar a la familia Gelman.<br />

Jorge Zaffaroni Castilla y María Emilia Islas Gatti, uruguayos, fueron también<br />

víctimas de las redadas en Buenos Aires que terminaron en Orletti.<br />

Su hija Mariana, nacida en la Argentina en marzo de 1975, fue capturada<br />

junto a ellos en septiembre de 1976. Los padres fueron desaparecidos y<br />

la pequeña fue apropiada al poco tiempo por Miguel Ángel Furci, perteneciente<br />

a la SIDE y a la banda de Aníbal Gordon, quien la registró como<br />

Daniela Romina Furci.<br />

A partir de denuncias periodísticas y la acción de Abuelas de Plaza de<br />

Mayo y CLAMOR, en 1983 fue ubicada en manos del matrimonio Furci.<br />

Ante las denuncias y procesos judiciales, el apropiador se fugó con la niña<br />

a Paraguay en 1985. (97) Existe documentación en los Archivos del Horror<br />

que demuestra que las autoridades paraguayas conocían la situación. (98)<br />

En 1992 el matrimonio fue localizado, siendo posteriormente condenado<br />

por la apropiación de Mariana, quien recuperó su identidad en 1993. (99)<br />

Otro caso es el del matrimonio Mario Roger Julien Cáceres (uruguayo)<br />

y Victoria Lucía Grisonas (argentina-uruguaya), que vivían en San Martín,<br />

provincia de Buenos Aires, con sus hijos Anatole Boris y Eva Victoria Julien<br />

Grisonas, nacidos en Uruguay y Argentina respectivamente. Un comando<br />

de militares uruguayos y argentinos asaltó su casa en septiembre de 1976.<br />

Mario Roger fue asesinado en el lugar, y luego desaparecido y la madre<br />

como los niños fueron trasladados al temible CCD Automotores Orletti.<br />

Testigos sobrevivientes de Orletti, confirmaron haber visto a los niños Julien<br />

Grisonas junto a Mariana Zaffaroni. Luego fueron trasladados a Uruguay,<br />

en octubre, en el mismo vuelo que María Claudia García Iruretagoyena,<br />

para llevarlos a la sede del SID.<br />

(96) Calloni, Stella, <strong>Operación</strong> <strong>Cóndor</strong>. Pacto Criminal, op. cit., pp. 277/280; Lopez San Miguel<br />

Mercedes, “El martirio de María Claudia”, en Página/12, 22/03/2012, Presidencia de la República<br />

Oriental del Uruguay, Investigación Histórica..., op. cit., t. III, pp. 713/723.<br />

(97) Presidencia de la República Oriental del Uruguay, Investigación Histórica..., ibid., t. III, pp.<br />

779/784.<br />

(98) Calloni, Stella, <strong>Operación</strong> <strong>Cóndor</strong>. Pacto Criminal, op. cit., p. 215.<br />

(99) Esta historia ha sido reconstruida detalladamente en Graña, François, Los padres de<br />

Mariana. María Emilia Islas y Jorge Zaffaroni: la pasión militante, Montevideo, Trilce, 2011.<br />

<strong>Operación</strong> <strong>Cóndor</strong>. 40 años después<br />

135


Capítulo 5<br />

De acuerdo a sobrevivientes de ese centro, entre ellos Sara Méndez, los<br />

niños Julien Grisonas estuvieron en un piso alto del edificio junto con María<br />

Claudia. Estos testimonios dieron cuenta del momento en que nació<br />

Macarena Gelman, mediante las conversaciones mantenidas con un soldado.<br />

Un mes más tarde del nacimiento de Macarena, los niños Julien Grisonas<br />

fueron enviados en un avión junto a una mujer que se hacía llamar “tía<br />

Mónica” y otros guardias a Santiago de Chile, donde aparentemente los<br />

esperaba alguien que se apropiaría de ellos. La operación falló y los niños<br />

de cuatro años y dieciocho meses fueron abandonados en una plaza de<br />

Valparaiso. (100) Después de haber pasado por orfanatos y familias transitorias,<br />

fueron adoptados por un matrimonio chileno que desconocía su<br />

origen clandestino.<br />

Un tiempo después fueron ubicados por su abuela y organismos de derechos<br />

humanos a partir de la publicación de sus fotos en un periódico<br />

venezolano. La situación generó un dilema, y para evitar una nueva pérdida<br />

familiar, se pactó que los niños continuaran con su familia adoptiva<br />

y mantuvieran lazos con su familia biológica en el Uruguay. (101) En ese<br />

momento, el Secretariado Internacional de Juristas por la Amnistía en el<br />

Uruguay publicó una circular que decía “Ahora se prueba que el tráfico e<br />

intercambio de prisioneros secuestrados por las dictaduras del Cono Sur<br />

no se ha reducido a la deportación clandestina e ilegal hacia su país de<br />

origen: dos niños uruguayos secuestrados con sus padres en Argentina<br />

son encontrados en Chile”. (102)<br />

Graciela Antonia Rutilo Artés, argentina, y Enrique Joaquín Lucas López,<br />

uruguayo, eran una pareja de militantes residentes en Bolivia. Anteriormente<br />

habían vivido en Perú, donde el 28 de junio de 1975 nació<br />

su hija, Carla Rutilo Artés. En 1976, madre e hija vivían en la ciudad<br />

boliviana de Oruro, mientras el padre de la niña lo hacía en Cochabamba.<br />

El 2 de abril de 1976, un grupo de hombres violentaron el hogar<br />

(100) Presidencia de la República Oriental del Uruguay, Investigación Histórica..., op. cit., t. III,<br />

pp. 736/749; Blixen Samuel, “El caso de Anatole y Victoria Julien como ejemplo”, en Brecha,<br />

09/12/2005.<br />

(101) Dandan, Alejandra, “Victoria Julien Grisonas declaró en la causa por el plan sistemático<br />

de robo de bebés”, en Página/12, 09/11/2011.<br />

(102) Secretariado internacional de juristas por la amnistía en Uruguay, Circular Nº 25, París,<br />

28/07/1979.<br />

136


Los casos emblemáticos<br />

de Graciela y Carla, llevándolas prisioneras al Departamento de Orden<br />

Político. Al poco tiempo, las trasladaron a La Paz, donde fueron separadas.<br />

Graciela quedó detenida en dependencias del Ministerio del Interior<br />

boliviano, mientras que Carla fue ingresada en un orfelinato bajo la identidad<br />

falsa de Nora Nentala. Además de la trágica separación, la niña fue<br />

llevada en varias oportunidades ante su madre como una forma de tortura<br />

durante los interrogatorios. La abuela de Carla, Matilde Artés Company,<br />

también víctima de tortura y prisión bajo el gobierno de Bánzer en Bolivia,<br />

inició su búsqueda y consiguió que la niña fuera llevada a un segundo hogar<br />

de menores, donde fue registrada con su verdadero nombre. (103)<br />

A mediados de agosto, un grupo de agentes de la Policía Federal Argentina<br />

llegó a La Paz para interrogar a Graciela junto con sus captores<br />

bolivianos. El 25 de agosto, la niña fue sacada por la fuerza del hogar de<br />

menores por miembros del Ministerio del Interior. A fines de mes, madre e<br />

hija fueron conducidas a la frontera con Argentina, en Villazón-La Quiaca<br />

y pasaron a manos de autoridades argentinas que las llevaron a Automotores<br />

Orletti. (104)<br />

Carla fue apropiada por el Eduardo Alfredo Ruffo, miembro de la banda<br />

de Aníbal Gordon, e inscripta con el nombre falso de Gina Amanda<br />

Ruffo, como hija del matrimonio de su apropiador y de su esposa Amanda<br />

Cordero. Durante su infancia, padeció violencia psicológica, física y los<br />

abusos de Ruffo. Terminada la dictadura, la campaña de búsqueda de su<br />

abuela Matilde llegó a los medios de comunicación y Carla pudo ver su<br />

imagen y la de su madre en los medios. Su caso fue denunciado ante la<br />

CONADEP. (105)<br />

A raíz de estas investigaciones, Carla fue recuperada nueve años después<br />

de su secuestro y mediante un operativo policial se detuvo a su captor y<br />

otros miembros de la banda de Gordon en una quinta en la provincia de<br />

Buenos Aires. Su abuela se hizo cargo de ella y, temiendo represalias en<br />

la Argentina, decidieron vivir durante años en España. Hoy reside con su<br />

(103) Calloni, Stella, <strong>Operación</strong> <strong>Cóndor</strong>. Pacto Criminal, op. cit., pp. 203/206.<br />

(104) Sivak, Martín, El asesinato de Juan José Torres. Bánzer y el Mercosur de la muerte, Bs. As.,<br />

Colihue, 1997, pp. 167/169.<br />

(105) Presidencia de la República Oriental del Uruguay, Investigación Histórica..., op. cit., t. III,<br />

pp. 685-690.<br />

<strong>Operación</strong> <strong>Cóndor</strong>. 40 años después<br />

137


Capítulo 5<br />

familia en la Argentina, donde había nacido su madre desaparecida. (106)<br />

Los restos de su padre le fueron entregados en el año 2000 en Bolivia.<br />

También en abril de 1976, pero en Buenos Aires, fueron detenidos Frida<br />

Elena Laschan Mellado, chilena, y Ángel Omar Athanasiu Jara, argentino,<br />

junto con su hijo de pocos meses Pablo Germán. La pareja vivía exiliada en<br />

la Argentina desde el golpe en Chile. Los pormenores de su detención no<br />

han sido aclarados y se presume que pasaron por Automotores Orletti. El<br />

niño fue apropiado por un matrimonio vinculado a fuerzas militares argentinas,<br />

y su familia chilena comenzó su búsqueda temprana, aún en tiempos<br />

de <strong>Cóndor</strong>. Pablo conoció su verdadera identidad en 2013. (107)<br />

En diciembre de 1977 hubo tres detenciones en el conurbano de la provincia<br />

de Buenos Aires que terminaron implicando delitos de supresión<br />

de la identidad de menores, pasando todos por el CCD Pozo de Banfield.<br />

En San Fernando, fueron secuestrados, en un operativo coordinado por<br />

uruguayos y argentinos, Julio César D’Elía Pallares y Yolanda Iris Casco<br />

Ghelfi, a quien le faltaban pocos días para dar a luz. Ambos fueron trasladados<br />

al CCD Pozo de Banfield y allí nació Carlos D’Elía Casco. El niño,<br />

cuyo nacimiento fue certificado por el médico Jorge Antonio Bergés, fue<br />

entregado a Carlos de Luccia, un miembro de inteligencia naval. En 1995,<br />

Abuelas de Plaza de Mayo logró que se realizaran análisis genéticos que<br />

revelaron la verdadera identidad de Carlos, a lo que se sumó la posterior<br />

confesión de su apropiadora en un juicio oral. Sus padres biológicos permanecen<br />

desaparecidos. (108)<br />

El 30 de diciembre de 1977, en Berazategui, fueron capturados la uruguaya<br />

María Asunción Artigas Nilo, embarazada de solo un mes, y su esposo<br />

argentino Alfredo Moyano Santander. Luego de su paso por el Pozo de<br />

Quilmes, fueron llevados al CCD Pozo de Banfield donde, en agosto<br />

de 1978 nació María Victoria Moyano Artigas. La niña fue arrebatada de<br />

brazos de su madre al día siguiente de su nacimiento y apropiada por<br />

un matrimonio vinculado a fuerzas policiales bajo el nombre de María<br />

Victoria Penna Mauriño, con un certificado falso provisto por el doctor<br />

(106) Dandan, Alejandra, “Me restituyeron el nombre y el amor” en Página/12, 12/10/2011;<br />

Martínez Juan Carlos, “El regreso de una nieta” en Página/12, 10/05/2011.<br />

(107) Comisión Nacional de Verdad y Reconciliación, Informe..., t. 2, op. cit., p. 872.<br />

(108) Presidencia de la República Oriental del Uruguay, Investigación Histórica..., op. cit., t. III,<br />

pp. 691/693.<br />

138


Los casos emblemáticos<br />

Jorge Vidal. En 1987, luego de una larga búsqueda, fue recuperada por su<br />

familia biológica. Desde entonces vivió con sus abuelos. (109)<br />

En San Antonio de Padua, la uruguaya Aída Celia Sánz Fernández, embarazada<br />

de ocho meses y medio, fue detenida junto a su madre Elsa,<br />

quien había viajado desde Montevideo para presenciar el parto. Pocos<br />

días después del secuestro de Aída, fue detenido su compañero uruguayo<br />

Eduardo Gallo Castro, quien fue llevado al CCD Pozo de Quilmes. Desde<br />

entonces permanece desaparecido.<br />

Aída, como otras mujeres en cautiverio, fue trasladada al Pozo de Banfield,<br />

donde dio a luz a Carmen, atendida por el médico Jorge Antonio Bergés,<br />

quien luego firmó un certificado falso de nacimiento.<br />

En 1999 Carmen recuperó su identidad después de una larga búsqueda<br />

de su familia. Había sido adoptada por un matrimonio argentino que desconocía<br />

su procedencia clandestina, bajo el nombre de María de las Mercedes<br />

Fernández. Sus padres adoptivos siempre le informaron que ella era<br />

adoptada y la acompañaron en la lucha por conocer la verdad. En 2006 fue<br />

reinscrita con el nombre de Carmen Gallo Sanz. Su caso fue el primero que<br />

permitió condenar a los criminales Bergés y Miguel Etchecolatz por supresión<br />

de identidad. (110) Nunca se encontraron los restos de su madre y abuela.<br />

El último caso de apropiación que se conoce en el marco de la <strong>Operación</strong><br />

<strong>Cóndor</strong> fue el de Paula Eva Logares, nacida en Buenos Aires en 1976. Secuestrada<br />

junto a sus padres argentinos Claudio Ernesto Logares y Mónica<br />

Sofía Grispón en las calles de Montevideo durante mayo de 1978, la niña<br />

terminó siendo apropiada por el policía bonaerense Rubén Luis Lavallén<br />

y su concubina uruguaya Raquel Teresa Lira. Lavallén fue un conocido represor<br />

de San Justo, lugar por donde pasaron sus padres antes de ser<br />

llevados al Pozo de Banfield. Gracias a la tarea de CLAMOR y Abuelas de<br />

Plaza de Mayo, Paula Eva Logares Grispón fue la primera niña recuperada<br />

en democracia, utilizándose en 1983 pruebas de ADN. Un año y medio<br />

después, la justicia le restituyó su verdadera identidad y quedó a cargo<br />

de una de sus abuelas biológicas. Sus padres permanecen desaparecidos.<br />

•<br />

(109) Ibid., pp. 755/762.<br />

(110) Ibid., pp. 696/699; Meyer, Adriana, “Mi nombre es Carmen Gallo”, en Página/12,<br />

21/01/2006.<br />

<strong>Operación</strong> <strong>Cóndor</strong>. 40 años después<br />

139


Los asesinatos de destacados dirigentes políticos...<br />

CAPÍTULO 6<br />

CAPÍTULO 6<br />

Los asesinatos<br />

de destacados dirigentes<br />

políticos y militares<br />

•<br />

Los casos relatados en este capítulo dan cuenta de la capacidad de la<br />

<strong>Operación</strong> <strong>Cóndor</strong> para eliminar importantes personalidades políticas y<br />

militares. No solo se secuestró y asesinó a destacados exiliados y funcionarios<br />

de organismos internacionales en el Cono Sur, como los uruguayos<br />

Zelmar Michelini y Héctor Gutiérrez Ruiz, el paraguayo Antonio Maidana,<br />

el español Carmelo Soria y el expresidente boliviano Juan José Torres.<br />

Como muestran la ejecución del militar boliviano Joaquín Zenteno Anaya<br />

y el atentado contra el diplomático chileno Orlando Letelier, la <strong>Operación</strong><br />

<strong>Cóndor</strong> también actuó en París, para realizar una purga dentro de las Fuerzas<br />

Armadas bolivianas, y en Washington DC, para silenciar —a pedido de<br />

Pinochet— la voz disidente de un hombre con capacidad para influenciar<br />

la opinión pública internacional.<br />

1. Orlando Letelier (Washington, 1976)<br />

El asesinato de Orlando Letelier fue, sin ninguna duda, el más emblemático<br />

de los crímenes de la <strong>Operación</strong> <strong>Cóndor</strong>. Excanciller chileno y personaje<br />

clave de la oposición a Pinochet, Letelier fue ultimado en pleno día,<br />

en las calles de la capital de los Estados Unidos, como resultado de una<br />

coordinación entre dictaduras del Cono Sur.<br />

Activo compañero de Salvador Allende desde la década del 50, Orlando<br />

Letelier llegó a ser, durante el gobierno de la Unidad Popular, embajador<br />

<strong>Operación</strong> <strong>Cóndor</strong>. 40 años después<br />

141


Capítulo 6<br />

de Chile en Estados Unidos, canciller, ministro del interior y, finalmente,<br />

ministro de defensa en el momento del golpe de Estado.<br />

El día del golpe fue detenido por sus mismos guardias y pasó por varios<br />

centros clandestinos de detención. Pero las presiones internacionales<br />

obligaron al gobierno de Pinochet a liberarlo un año después. Una vez<br />

exiliado en Estados Unidos, comenzó una campaña de denuncias sobre<br />

las graves violaciones a los derechos humanos que se estaban cometiendo<br />

en Chile. En ese momento varias naciones rompieron relaciones con<br />

el gobierno de Pinochet mientras que congresistas norteamericanos comenzaron<br />

una investigación sobre la relación de la Agencia Central de<br />

Inteligencia (CIA) y el golpe de Estado.<br />

En aquella época, Letelier vivía en Washington. La mañana del 21 de septiembre<br />

de 1976 manejaba su automóvil Chevrolet color celeste, acompañado<br />

por el matrimonio de Michael y Ronny Moffit, una joven de 25<br />

años que trabajaba como su asistente. Cuando salieron a la calle Sheridan<br />

Circle, una plaza circular de la Avenida Massachusetts, desde un automóvil<br />

que los venía siguiendo, el contrarrevolucionario cubano José Dionisio<br />

Suárez apretó el botón del control remoto y activó una bomba colocada<br />

debajo del Chevrolet. Letelier falleció en el acto. Su secretaria Ronny unos<br />

minutos después, antes que llegaran las ambulancias. El marido de Ronny<br />

Michael Moffit logró sobrevivir al atentado. (1)<br />

Inmediatamente, el director de la CIA, George Bush, luego presidente de<br />

Estados Unidos, dejó trascender que se trataba de un ajuste de cuentas<br />

entre grupos de izquierda al igual que como había sucedido en la <strong>Operación</strong><br />

Colombo, y en los asesinatos de Leighton y Trabal. Las posteriores investigaciones<br />

sobre el asesinato de Orlando Letelier evidenciaron el papel<br />

del militar chileno Armando Fernández Lario y de los agentes de la DINA<br />

Michael Townley y Liliana Walker. En tanto que los cubanos involucrados<br />

—Virgilio Paz, José Dionisio Suárez, Alvin Ross y los hermanos Ignacio y<br />

Guillermo Novo Sampoll— eran todos miembros de la organización anticastrista<br />

Coordinadora de Organizaciones Revolucionarias Unificados<br />

(CORU) y la mayoría, a su vez, habían sido entrenados por la CIA.<br />

Se comprobó que tanto Townley como Fernández Lario habían ingresado<br />

a Estados Unidos con pasaportes falsos visados por la Embajada<br />

(1) Entrevista realizada por Stella Calloni a Michael Moffit para la Agencia Nueva Nicaragua<br />

(ANN), Managua, 1980.<br />

142


Los asesinatos de destacados dirigentes políticos...<br />

norteamericana en Asunción, República del Paraguay. Por pedido directo<br />

de Pinochet, Conrado Pappalardo, un funcionario cercano al dictador<br />

paraguayo, fue quien presionó al embajador de Estados Unidos, George<br />

Landau, para que otorgara las visas. Previo a este hecho, el vicedirector de<br />

la CIA había visitado Paraguay y se había reunido con Pappalardo y otros<br />

altos oficiales. (2)<br />

Según declaró Townley en Chile, el teniente coronel Pedro Espinoza le<br />

había comentado que, para asesinar a Letelier, viajarían con pasaportes<br />

paraguayos auténticos que serían entregados por la inteligencia de ese<br />

país, pero con nombres falsos. También le comunicó, que de la acción,<br />

iban a participar ciudadanos cubanos. (3)<br />

Townley, acompañado por Paz, había colocado la bomba debajo del auto de<br />

Letelier la noche anterior, pero inmediatamente viajó a Miami para que no<br />

quedara su registro en el atentado perpetrado en la ciudad de Washington.<br />

El asesinato de Orlando Letelier, fue el crimen que ofreció la pista más<br />

concreta sobre la <strong>Operación</strong> <strong>Cóndor</strong>, y el que dejó en evidencia las redes<br />

para cometer los asesinatos y la participación de la CIA.<br />

2. Juan José Torres (Buenos Aires, 1976)<br />

En el poco tiempo que ejerció como presidente en Bolivia (1970-1971), el<br />

General Juan José Torres tomó decisiones contundentes a favor de la población<br />

y contra el capital extranjero, tales como la nacionalización de las<br />

minas de cinc, en propiedad de capitales norteamericanos. Por otra parte,<br />

rescindió contratos lesivos para el país y exigió la retirada del Centro de<br />

Transmisiones Estratégicas de Estados Unidos ubicado en El Alto. (4)<br />

Ernest Siracusa, embajador en Bolivia y un alto funcionario de la CIA intentó<br />

influenciar a Torres, pero ante su negativa, “el embajador yanqui,<br />

un gran especialista en Golpes de Estado, comenzó entonces la preparación<br />

del derrocamiento violento del gobierno”, (5) escribió en su libro Jorge<br />

Gallardo Lozada, exministro del Interior del gobierno de Torres. Siracusa<br />

había participado en la invasión a Guatemala en 1954 y fue expulsado de<br />

(2) Branch, Taylor y Propper, Eugene, Labyrinth, op. cit., pp. 1, 2, 6, 7, 10 y 13.<br />

(3) Mahskin, Valentín, <strong>Operación</strong> <strong>Cóndor</strong>..., op. cit., p. 63.<br />

(4) Calloni, Stella, Los años del Lobo..., op. cit., p. 93.<br />

(5) Gallardo Jorge, De Torres a Banzer: diez meses de emergencia en Bolivia, Bs. As., Periferia,<br />

1972, p. 269.<br />

<strong>Operación</strong> <strong>Cóndor</strong>. 40 años después<br />

143


Capítulo 6<br />

Perú cuando se comprobó sus actividades desestabilizadoras y su trabajo<br />

en la CIA. Desde Buenos Aires, Hugo Banzer preparó el golpe contra<br />

Torres asesorado por dos altos inspectores de la CIA: el jefe de la Misión<br />

Militar de Estados Unidos en Buenos Aires y un jefe del Pentágono. (6) En<br />

Argentina, el gobierno de facto del General Agustín Lanusse aportó alrededor<br />

de 20 millones de dólares.<br />

Tras el golpe de Estado en Bolivia, el general Torres se exilió a Chile, donde<br />

intentaron matarlo hasta que se trasladó a Buenos Aires. El 2 de junio<br />

de 1976, una llamada anónima a la comisaría de San Andrés de Giles,<br />

provincia de Buenos Aires, advertía que se encontraba el cuerpo de un<br />

hombre debajo de un puente a 16 kilómetros de esa localidad. El día anterior,<br />

la esposa de Torres, Emma Obleas de Torres había denunciado su<br />

desaparición. El General Juan José Torres fue asesinado con tres disparos:<br />

uno en la cabeza y dos en el cuello. Los ojos estaban vendados, sus muñecas<br />

lastimadas y en al dedo anular izquierdo le faltaba un anillo. Lo habían<br />

fusilado 14 horas antes según consta en la causa. (7)<br />

El periodista argentino Martín Sivak investigó el caso y reconstruyó el plan<br />

criminal que ejecutó a Torres. Según Sivak, estuvieron implicados Banzer,<br />

Eduardo Banzer Ojopi, primo del dictador y cónsul boliviano en la ciudad<br />

de La Plata, Raúl Tijerina Barrientos, agregado militar boliviano en Buenos<br />

Aires, y Carlos Mena Burgos, agente de inteligencia boliviano.<br />

Por el lado argentino se menciona a la banda de Aníbal Gordon, que de<br />

delincuentes comunes pasaron a ser miembros de la Triple A y luego, durante<br />

la dictadura, a “trabajar” en varios centros clandestinos de detención.<br />

3. Zelmar Michelini y Héctor Gutiérrez Ruiz (Buenos Aires, 1976)<br />

El 18 de mayo de 1976 fueron secuestrados en sus respectivos domicilios<br />

los políticos uruguayos Zelmar Michelini y Héctor Gutiérrez Ruiz. Su posterior<br />

asesinato refleja el modus operandi de la <strong>Operación</strong> <strong>Cóndor</strong>.<br />

Michellini fue uno de los fundadores del Frente Amplio y senador electo.<br />

Desde su banca denunciaba el golpe que se estaba produciendo en cámara<br />

lenta en Uruguay. Por su parte, Gutiérrez Ruiz era presidente de la<br />

(6) Mahskin, Valentín, <strong>Operación</strong> <strong>Cóndor</strong>..., op. cit., p. 51.<br />

(7) Sivak, Martín, El asesinato de Juan José Torres, Bs. As., Ediciones Serpaj, 1997, p. 20.<br />

144


Los asesinatos de destacados dirigentes políticos...<br />

Cámara de Representantes y miembro del Partido Nacional (Blanco). Tras<br />

el golpe de Estado, ambos se exiliaron junto a sus familias en Argentina,<br />

donde de manera conjunta denunciaban las graves violaciones a los derechos<br />

humanos que se estaban cometiendo en su país. Las autoridades<br />

uruguayas habían cancelado sus pasaportes en abril de 1975, lo que les<br />

impedía marcharse a países más seguros. Un año después, estas dos personalidades<br />

políticas se sabían bajo amenaza. (8)<br />

La madrugada del 18 de mayo, tres automóviles Ford Falcon que transportaban<br />

a 15 personas fuertemente armadas se dirigieron a la calle Posadas<br />

1011 de la Ciudad de Buenos Aires, donde en el piso 4 vivía Gutiérrez Ruiz<br />

y su familia. Pese a que en la zona había varias embajadas, el grupo no<br />

disimuló su accionar. Delante de su familia, que estaba amenazada, ataron<br />

Gutiérrez Ruiz mientras robaron los objetos de valor que había en el domicilio.<br />

(9) Luego se lo llevaron a medio vestir y con una funda de almohada<br />

cubriendo su cabeza. (10)<br />

Los mismos secuestradores se dirigieron al Hotel Liberty, en el centro porteño,<br />

donde Michelini se encontraba alojado junto a su familia. Le vendaron<br />

los ojos delante de sus hijos, saquearon todo el departamento y<br />

se retiraron amenazando al personal del hotel. Margarita Michelini, hija<br />

del matrimonio, fue secuestrada poco tiempo después. Permaneció en el<br />

CCD Automotores Orletti y luego fue trasladada en un vuelo al cuartel general<br />

del SID (Servicio de Informaciones de Defensa), en Montevideo, donde<br />

declaró haber visto, en Orletti, la máquina de escribir de su padre. (11)<br />

El 21 de mayo, según un informe de la Policía Federal difundido por la<br />

agencia nacional TELAM, apareció una pick-up Torino de color rojo abandonada<br />

en la esquina de Perito Moreno y Dellepiane. Dentro del vehículo<br />

se encontraban muertos los legisladores junto a otros dos cuerpos.<br />

Se trataban de los militantes tupamaros Rosario del Carmen Barredo de<br />

Schoeder y William Withelaw Blanco, matrimonio que había desaparecido<br />

antes que los políticos. Los cuatro habían sido sometidos a violentas torturas.<br />

Michelini y Withelaw tenían disparos en la nuca. Barredo de Schoeder<br />

y Gutiérrez Ruiz entre los ojos. Dentro del automóvil había volantes del<br />

(8) McSherry, J. Patrice, Los estados depredares..., op. cit., pp. 192/193.<br />

(9) Calloni, Stella, Los años del Lobo..., op. cit., p. 87.<br />

(10) McSherry, J. Patrice, Los estados depredares..., op. cit., p. 193.<br />

(11) Ibid., p. 194.<br />

<strong>Operación</strong> <strong>Cóndor</strong>. 40 años después<br />

145


Capítulo 6<br />

ERP responsabilizándose falsamente de lo sucedido. Este montaje para<br />

inculpar a grupos de izquierda de los asesinatos se repitió una y otra vez<br />

en los crímenes de <strong>Cóndor</strong>.<br />

4. Carmelo Soria (Santiago, 1976)<br />

El diplomático español Carmelo Luis Soria Espinoza era Jefe del Departamento<br />

Editorial del Centro Latinoamericano de Demografía (CELADE),<br />

organismo perteneciente a la CEPAL (Comisión Económica para América<br />

Latina y el Caribe), dependientes ambos de la ONU. Residía en Chile cuando<br />

fue secuestrado, torturado y asesinado en julio de 1976 por agentes<br />

de la DINA. Su cadáver fue encontrado junto a su automóvil en el canal<br />

El Carmen, en Santiago de Chile. Sus secuestradores y asesinos fraguaron<br />

una nota, que metieron en un bolsillo, para simular que Soria se había suicidado<br />

por infidelidades de su esposa.<br />

El agente de la DINA Michael Townley declaró, años después, que Soria<br />

fue conducido por miembros de la Brigada Mulchen de la DINA a la casa<br />

ubicada en el barrio Lo Curro, en Vitacura, en Vía Naranja 4925, donde<br />

funcionó un centro clandestino. Allí fue torturado (maniatado y con la cara<br />

vendada) durante varias horas y le rompieron casi todas las costillas mientras<br />

intentaban saber si tenía relación con el Partido Comunista de Chile.<br />

Townley y su familia vivían en esa casa. La DINA había comprado la propiedad<br />

donde se instaló un laboratorio en el cual el químico Eugenio Berrios<br />

(alias Hermes) logró producir el gas sarín. Este pesticida neurotóxico líquido,<br />

incoloro e inodoro, había sido descubierto por los nazis en Alemania,<br />

aunque no se utilizó durante la segunda guerra mundial. Berríos consiguió<br />

dar con la fórmula y envasaba esta arma química en frascos de perfume<br />

Chanel N° 5. El plan para su fabricación se denominó <strong>Operación</strong> Andrea.<br />

Mariana Callejas, esposa de Townley —y también agente de la DINA—,<br />

comentó que en esa casa se realizaron pruebas con el producto, primero<br />

en perros y luego en personas. (12)<br />

Según la investigadora Patrice McSherry, Soria falleció durante las torturas.<br />

Otros indicios indican que pudo haber muerto producto del uso<br />

del gas sarín. En declaraciones ante el fiscal norteamericano Eric Marcy,<br />

Townley admitió haber llevado elementos para fabricar una bomba y el<br />

sarín —en un frasco de perfume Chanel N° 5— a Estados Unidos. El plan<br />

(12) Calloni, Stella, Los años del Lobo..., op. cit., p. 97.<br />

146


Los asesinatos de destacados dirigentes políticos...<br />

para asesinar a Letelier con este gas mortal fracasó y por eso se decidió<br />

colocar una bomba debajo de su vehículo. (13)<br />

En octubre de 2012, juez de la Audiencia Nacional española, Pablo Ruz,<br />

ordenó la búsqueda internacional y detención de Manuel Contreras; del<br />

jefe de la Brigada Guillermo Humberto Salinas Torres; los capitanes Jaime<br />

Lepe Orellana y Pablo Belmar Labbe; el teniente René Patricio Quiloth Palma,<br />

y el sargento José Remigio Ríos Sanmartín, junto con Michael Vernon<br />

Townley Welch, acusados de participar en el asesinato del diplomático<br />

español Carmelo Soria.<br />

5. Joaquín Zenteno Anaya (París, 1976)<br />

Joaquín Zenteno Anaya fue un militar boliviano formado en Francia. En<br />

1967, como comandante de la Octava División del Ejército, tuvo a su cargo<br />

todo el proceso de campaña contra los grupos guerrilleros comandados<br />

por Ernesto “Che” Guevara. Posteriormente, ante un tribunal militar declaró<br />

que permitió la actuación de los agentes de la CIA Félix Rodríguez y<br />

Eduardo González.<br />

Muchas veces propuesto como futuro presidente, participó activamente<br />

en el golpe de Estado que derrocó al General Juan José Torres. Tanto<br />

él como su colega, el coronel Andrés Selich Chop poseían mucho poder<br />

dentro de las Fuerzas Armadas lo que provocaba ciertos temores a Hugo<br />

Banzer. En enero de 1972, Banzer envió a Selich como embajador a Paraguay,<br />

quien volvió a Bolivia en forma clandestina para conspirar contra el<br />

dictador. (14)<br />

Selich fue secuestrado por sus propios colaboradores del Ministerio del<br />

Interior y asesinado a golpes en una sede oficial. Murió por traumatismos<br />

múltiples y estallido del hígado, aunque al principio se quiso atribuir su<br />

fallecimiento a un simple accidente. (15) Zenteno, quien supo desde un principio<br />

de qué se trataba la muerte de Selich, aprovechó su puesto de diplomático<br />

en París para huir.<br />

El matrimonio Zenteno vivía en la Avenida Kléber n° 44, entre el Arco del<br />

Triunfo y el Trocadero. La mañana del 11 de mayo de 1976, como lo hacía<br />

(13) Ibíd., p. 98.<br />

(14) Sivak, Martín, El asesinato de..., op. cit., pp. 130/131.<br />

(15) Calloni, Stella, Los años del Lobo..., op. cit., p. 94.<br />

<strong>Operación</strong> <strong>Cóndor</strong>. 40 años después<br />

147


Capítulo 6<br />

habitualmente, subió a su automóvil BMW 530 azul metalizado para llegar<br />

a la embajada ubicada sobre la Avenida Kennedy, frente al río Sena. En su<br />

despacho se le apareció José Antonio Arce Murillo con una carta firmada<br />

solo por Banzer y con fecha de enero, donde se lo designaba como ministro<br />

y consejero de la embajada. Zenteno llamó a su mujer sorprendido<br />

porque le pareció extraño que el nombramiento de Arce Murillo tuviera<br />

fecha de enero cuando ya estaban en mayo. Le comentó que también lo<br />

había invitado a tomar un café y que luego regresaría a su hogar. Esa fue la<br />

última comunicación que Joaquín Zenteno Anaya mantuvo con su esposa.<br />

Fue caminando hasta el bar de la esquina. Se sentó, tomó dos café y estuvo<br />

20 minutos esperando a Arce Murillo que nunca se presentó. Cuando<br />

se dirigió a su auto, dos hombres de aproximadamente 30 años se acercaron<br />

y uno le disparó tres veces. Zenteno falleció a los pocos minutos.<br />

Los asesinos huyeron rápidamente por las escaleras del subterráneo a la<br />

estación Passy. (16) También entre la muchedumbre había un tercer hombre<br />

para asegurar el éxito de la operación. (17)<br />

El periodista francés René Backman, de la revista Le Nouvelle Observateur,<br />

manifestó en una de sus notas que el crimen lo había cometido un<br />

comando compuesto por tres personas. El 2 de mayo, dos supuestos turistas<br />

latinoamericanos llegaron a París procedentes de Madrid. Durante días<br />

siguieron a Zenteno y volvieron a España con un informe. Eran miembros<br />

de una organización especializada en operaciones armadas cuya sede se<br />

encontraba en Iscar, cerca de Valladolid. En la misma había mercenarios<br />

procedentes de varios países que habían sido reclutados entre los veteranos<br />

de la OAS y de la Internacional Negra, el grupo paramilitar italiano<br />

donde estuvo Stefano Delle Chiaie (el mismo de las operaciones Gladio<br />

y <strong>Cóndor</strong>).<br />

La misma tarde del asesinato de Joaquín Zenteno Anaya, las Brigadas Internacionales<br />

“Che” Guevara se adjudicaron el hecho mediante un comunicado<br />

enviado a la agencia France-Presse. Allí explicaban que el general<br />

era el responsable de la muerte de Ernesto Guevara en Bolivia en 1967.<br />

Luego se comprobó que esa organización nunca había existido y se trataba<br />

del mismo modus operandi de muchos de los crímenes cometidos dentro<br />

de la <strong>Operación</strong> <strong>Cóndor</strong>, por el que se culpaba a los grupos extremistas<br />

(16) Sivak, Martín, El asesinato de..., op. cit., pp. 140/141.<br />

(17) Ibid., p. 145.<br />

148


Los asesinatos de destacados dirigentes políticos...<br />

de izquierda de perpetrar los hechos. El asesinato de Zenteno Anaya demuestra<br />

que dicha <strong>Operación</strong> era aprovechada también para realizar las<br />

necesarias purgas dentro de las fuerzas de cada dictadura.<br />

6. Antonio Maidana (Buenos Aires, 1980)<br />

Antonio Maidana fue un profesor de matemáticas comprometido con la<br />

democracia. Nació en la localidad de Encarnación, Paraguay, y desde muy<br />

joven militó en las filas comunistas, partido del que llegó a ser secretario<br />

general. Varias veces fue detenido en el transcurso de su vida en Paraguay.<br />

La última vez que fue detenido pasó 18 años preso en Asunción, junto a<br />

sus compañeros Alfredo Alcorta y Julio Rojas. Durante su cautiverio permaneció<br />

largo tiempo aislado, soportando tormentos diarios, y durmiendo<br />

en el suelo por largos periodos de tiempo. Maidana y varios prisioneros<br />

denunciaron en su momento la presencia de agentes de la CIA que visitaban<br />

permanentemente la Comisaría Tercera, donde permanecía detenido.<br />

Fueron muchas las presiones internacionales para mejorar las condiciones<br />

de detención. Finalmente Maidana fue libreado el 22 de enero de 1977,<br />

aunque debía ser vigilado las 24 horas. Amenazas diarias y constantes que<br />

padecía lo obligaron a exiliarse a Buenos Aires donde fue finalmente secuestrado<br />

el 27 de agosto de 1980 junto al veterano militante del movimiento<br />

obrero, Emilio Roa.<br />

Algunas versiones indican que ambos fueron llevados al campo de concentración<br />

de Emboscada, otras los ubican en el penal de la isla de Peña<br />

Hermosa, en Fortaleza Esperanza, o en el desierto del Chaco paraguayo.<br />

Surgió también que Maidana nunca salió de la Argentina. En 1982, ante<br />

una demanda del Comité de Derechos Humanos de la ONU, el gobierno<br />

de la República del Paraguay respondió que “ni Roa, ni Maidana regresaron<br />

a Paraguay”. (18)<br />

(18) Calloni, Stella, op. cit., p. 152.<br />

•<br />

<strong>Operación</strong> <strong>Cóndor</strong>. 40 años después<br />

149


Derivaciones de la <strong>Operación</strong> <strong>Cóndor</strong> en los 80 y 90<br />

CAPÍTULO 7<br />

CAPÍTULO 7<br />

Derivaciones<br />

de la <strong>Operación</strong> <strong>Cóndor</strong><br />

en los años 80 y 90<br />

•<br />

Parte de los agentes, estructuras y modalidades de <strong>Cóndor</strong> se repitieron<br />

en otras operaciones en contextos regionales e históricos diferentes. Las<br />

conexiones de las fuerzas contrainsurgentes del Cono Sur con las atrocidades<br />

cometidas en Centroamérica y la tenaz persistencia de los crímenes<br />

en contra del descubrimiento de la verdad, aún en tiempos democráticos,<br />

merecerán un estudio específico, que tiene mucho por develar. Sin embargo,<br />

dos aspectos han sido cuidadosamente investigados: las relaciones de<br />

los agentes <strong>Cóndor</strong> argentinos con la contrainsurgencia en Centroamérica<br />

y el asesinato del químico chileno de la DINA Eugenio Berríos, un hombre<br />

que conocía demasiado.<br />

1. La conexión centroamericana<br />

Una de estas tramas conduce nuevamente a América Central. La región<br />

conocía el accionar de fuerzas paramilitares y la intervención militar de<br />

los Estados Unidos desde los años 30. Luego del golpe contra Árbenz, en<br />

1954, Guatemala también fue el país que padeció las primeras desapariciones<br />

en el continente americano.<br />

Para fines de los 70, Centroamérica vivía momentos de extrema tensión<br />

social, pobreza y desigualdad, tras décadas de represión, dictaduras y exclusión.<br />

Movimientos contestatarios y oposiciones moderadas rechazaban<br />

<strong>Operación</strong> <strong>Cóndor</strong>. 40 años después<br />

151


Capítulo 7<br />

los regímenes en el poder, llevando esperanzas a los postergados sectores<br />

populares. En julio de 1979, en Nicaragua, el Frente Sandinista de Liberación<br />

Nacional (FSLN) derrotó, luego de años de lucha, a la Guardia Nacional<br />

de la dictadura de Anastasio “Tachito” Somoza Debayle. Fue el primer<br />

triunfo de un movimiento revolucionario desde la Revolución Cubana de<br />

1959, alertando a las fuerzas contrainsurgentes en el “patio trasero” de<br />

Estados Unidos.<br />

Para librar esta nueva batalla de la llamada Tercera Guerra Mundial contra<br />

el comunismo, la CIA y los gobiernos de América Central contaron con la<br />

colaboración estrecha de agentes de la <strong>Operación</strong> <strong>Cóndor</strong>.<br />

En Guatemala, durante el año 1979, políticos moderados, socialistas y socialdemócratas<br />

fueron ejecutados en lugares públicos. La prensa denunció<br />

rápidamente la participación de paramilitares, militares argentinos y<br />

chilenos.<br />

Atrocidades similares ocurrían en El Salvador. El 24 de marzo de 1980 el<br />

mundo se estremeció con el asesinato del monseñor Óscar Arnulfo Romero,<br />

consumado con un disparo en el pecho mientras oficiaba misa. Crítico<br />

y denunciante de los crímenes en su país, Romero era un objetivo marcado<br />

por el mayor Roberto D’Aubuisson, jefe de inteligencia militar y de los<br />

escuadrones de la muerte, conectado con las redes contrainsurgentes del<br />

Cono Sur, la CIA, y el entorno del presidente Reagan. Según investigaciones<br />

periodísticas, D’Aubuisson habría contratado a dos asesinos residentes<br />

en Miami que llegaron a El Salvador una semana antes del atentado,<br />

registrándose con identidad falsa. Todo indica que fueron Virgilio Paz y<br />

Dionisio Suárez, terroristas cubanos anticastristas que estuvieron involucrados<br />

en el asesinato de Letelier. (1)<br />

Las operaciones mejor documentadas y comprobadas de los agentes de<br />

la <strong>Operación</strong> <strong>Cóndor</strong> en América Central fueron las relacionadas con la<br />

Contra nicaragüense, desde bases norteamericanos en Honduras. La campaña<br />

antisandinista comenzó a poco del triunfo de la revolución, e incluyó<br />

operaciones de prensa, secuestros, desapariciones y cientos de intervenciones<br />

de fuerzas paramilitares.<br />

Hay evidencias que la colaboración argentina con la dictadura somocista data<br />

de antes, como parte de un proyecto que pretendía instalar a la dictadura<br />

(1) Calloni, Stella, <strong>Operación</strong> <strong>Cóndor</strong>. Pacto Criminal, op. cit., pp. 242/245.<br />

152


Derivaciones de la <strong>Operación</strong> <strong>Cóndor</strong> en los 80 y 90<br />

argentina a la cabeza de la lucha internacional contra la subversión en el<br />

continente. Según Ariel Armony, los argentinos prometieron ayuda militar<br />

y financiera a Somoza en la reunión de la Conferencia de Ejércitos Americanos<br />

(CEA) en Managua, en 1977. (2) El régimen argentino creía que los<br />

Estados Unidos, bajo la administración Carter, habían abandonado a sus<br />

“socios” a su suerte. Proponían entonces formar un ejército pan-latinoamericano,<br />

liderado por la Argentina, tal como lo expresó el general Roberto<br />

Viola en 1979, durante la siguiente reunión de la CEA, en Bogotá. (3)<br />

La CIA no pudo operar abiertamente hasta la presidencia de Reagan, en<br />

1981. El grueso del trabajo sucio fue realizado por militares argentinos.<br />

La operación en América Central fue bautizada como Charly. Se basó<br />

en un reparto inicial de tareas: los norteamericanos aportarían fondos y<br />

equipamiento, los argentinos, experimentados instructores y Honduras<br />

se prestaría como base de operaciones contra sus vecinos El Salvador,<br />

Guatemala y Nicaragua, recibiendo a la ex Guardia Nacional somocista<br />

que se agrupó en la Contra. De esta manera, la mano de Estados Unidos<br />

quedaría cubierta. La coordinación establecida implicó que los argentinos<br />

entrenaron a militares guatemaltecos, hondureños y paramilitares nicaragüenses<br />

en tácticas contrainsurgentes y métodos de secuestro, tortura,<br />

desaparición, y represión clandestina.<br />

Estados Unidos también adiestró a escuadrones de la muerte, entre ellos<br />

al poderoso Batallón 3-16 de Honduras. Según Patrice McSherry, algunos<br />

de sus miembros fueron llevados a una base secreta en Texas para ser<br />

adiestrados. (4) Asimismo, los Contras recibieron asesoría de cubanos anticastristas<br />

como Félix Rodríguez, el agente de la CIA que interrogó al<br />

“Che” Guevara en sus últimos días, y Luis Posada Carriles. (5)<br />

Bajo el primer gobierno conservador de Ronald Reagan (1981-1985), Estados<br />

Unidos aumentó los fondos destinados a las fuerzas contrainsurgentes<br />

centroamericanas y autorizó operaciones paramilitares secretas<br />

contra Nicaragua desde Honduras, convertida ya en centro militar norteamericano.<br />

En 1983 se estableció el Centro Regional de Entrenamiento<br />

(2) Armony, Ariel, La Argentina, los Estados Unidos y la cruzada anticomunista en América<br />

Central, 1977-1984, Bernal, UNQUI, 1999.<br />

(3) Seoane, María, “Los secretos de la guerra sucia continental de la dictadura”, en Clarín,<br />

suplemento especial A 30 años de la noche más larga, 24/03/2006.<br />

(4) McSherry, Patrice, Los Estados depredadores..., op. cit, p. 270.<br />

(5) Calloni, Stella, <strong>Operación</strong> <strong>Cóndor</strong>. Pacto Criminal, op. cit., p. 251.<br />

<strong>Operación</strong> <strong>Cóndor</strong>. 40 años después<br />

153


Capítulo 7<br />

Militar (CREM), donde miles de soldados eran instruidos con manuales de<br />

tortura basados en la experiencia de Vietnam. Allí también funcionó un<br />

Centro Clandestino de Detención de prisioneros y la sede de una red de<br />

comunicaciones al estilo Condortel. (6) Los argentinos, por su parte, pasaron<br />

a actuar abiertamente bajo el gobierno de Reagan, como una fuerza<br />

expedicionaria extraterritorial. (7)<br />

Existen numerosos testimonios de esa colaboración argentina-norteamericana<br />

en la represión contrainsurgente en América Central. Pedro Núñez<br />

de Cabeza, un ex miembro de la Contra, confesó haber realizado cursos<br />

en Buenos Aires junto con otros somocistas en 1981. (8) El agente de inteligencia<br />

argentino Carlos Alberto Lobo reconoció haber sido contratado<br />

por Somoza desde 1979. (9)<br />

Se sabe también que en agosto de 1981 hubo reuniones en Buenos Aires<br />

entre líderes de la Contra y militares argentinos involucrados, como<br />

el coronel Mario Davico y el general Alberto Valín. Allí se acordó enviar<br />

consejeros argentinos a Tegucigalpa, en Honduras, y a San José, en Costa<br />

Rica. El jefe de operaciones en Honduras fue el coronel Osvaldo “Balita”<br />

Riveiro, quien coordinó años antes secuestros en Argentina con agentes<br />

de la DINA. Desde Miami actuaron Raúl Guglielminetti y Leandro Sánchez<br />

Reisse. En Costa Rica, operó “Héctor Francés”. La mayoría de los agentes<br />

destinados se movía por toda la región. Otro <strong>Cóndor</strong> argentino en Centroamérica<br />

fue Martín Ciga Correa. (10)<br />

Ese mismo mes, Guillermo Suárez Mason organizó un congreso de la Liga<br />

Anticomunista Mundial (LAM) en Buenos Aires. Suarez Mason fue un hombre<br />

clave en la formación del Grupo de Tareas Exteriores (GTE), la unidad<br />

del Batallón 601 especializada en operaciones secretas fuera de la Argentina.<br />

El GTE era una pieza clave de la <strong>Operación</strong> <strong>Cóndor</strong> y era comandado<br />

por Riveiro, organizador a su vez del centro clandestino de detención El<br />

Campito. En Centroamérica, el GTE perseguía a exiliados militantes argentinos,<br />

muchos de los cuales se enrolaron en el sandinismo. Por otra<br />

(6) McSherry, Patrice, Los Estados depredadores..., op. cit, p. 295.<br />

(7) Seoane, María, “Los secretos de..., op. cit.<br />

(8) Calloni, Stella, <strong>Operación</strong> <strong>Cóndor</strong>. Pacto Criminal, op. cit, p. 256.<br />

(9) McSherry, Patrice, Los Estados depredadores..., op. cit, pp. 276/277.<br />

(10) Calloni, Stella, <strong>Operación</strong> <strong>Cóndor</strong>. Pacto Criminal, op. cit, pp. 252/254.<br />

154


Derivaciones de la <strong>Operación</strong> <strong>Cóndor</strong> en los 80 y 90<br />

parte, agentes argentinos entrenaban tanto a la Contra nicaragüense<br />

como a oficiales salvadoreños y guatemaltecos.<br />

El GTE había participado activamente en el llamado “golpe de la cocaína”<br />

que, en julio de 1980, derrocó a la presidenta boliviana Lidia Gueiler y dejó<br />

en el poder al general Luis García Meza, vinculado al narcotráfico. Se sabe<br />

que buena parte del financiamiento de las actividades contrainsurgentes<br />

provino de estas y otras actividades ilegales, en una red clandestina que<br />

vinculaba a Miami, Buenos Aires, Paraguay y Centroamérica.<br />

La colaboración argentina decayó progresivamente luego de la Guerra<br />

de Malvinas (abril-junio 1982), durante la cual la línea dura de la dictadura<br />

encabezada por el general Leopoldo Fortunato Galtieri imaginaba contar<br />

con el apoyo de los Estados Unidos. Ante el desencanto, Galtieri retiró<br />

muchos agentes de Centroamérica y la CIA quedó a cargo de la asistencia<br />

encubierta a la Contra, aunque el Congreso norteamericano hubiera prohibido<br />

ese mismo año las campañas contra el sandinismo. A fines de 1982<br />

el agente argentino del Batallón 601, Estanislao Valdéz, bajo la identidad<br />

falsa de Héctor Francés García, brindó un detallado testimonio de estas<br />

conexiones. Capturado por los sandinistas, confirmó en televisión el entrenamiento<br />

de la Contra y los hondureños por argentinos bajo supervisión y<br />

financiamiento de la CIA. El mundo conoció así parte de la verdad. (11)<br />

2. El retorno democrático, la cofradía y el Caso Berríos<br />

En septiembre de 1982, en Bolivia, la dictadura militar de Luis García Meza<br />

restituyó el Congreso depuesto tan solo dos años antes. Hernán Siles Suazo,<br />

el candidato que pudo asumir por el golpe de Estado de Meza, fue<br />

consagrado presidente por el parlamento en octubre de 1982. Este fue el<br />

primer paso de un lento proceso de recuperación de la democracia en el<br />

Cono Sur.<br />

En la Argentina, luego de siete años de dictadura y de una guerra internacional,<br />

se celebraron comicios a fines de 1983 en los que el voto popular<br />

consagró al radical Raúl Alfonsín como presidente. Un año después,<br />

en el vecino Uruguay, un proceso electoral con los principales candidatos<br />

proscriptos llevó a la presidencia a Julio María Sanguinetti, del Partido<br />

Colorado. El régimen brasileño realizó una transición democrática desde<br />

1982 tutelada por los militares, que culminó siete años más tarde con la<br />

(11) Ibid., p. 254.<br />

<strong>Operación</strong> <strong>Cóndor</strong>. 40 años después<br />

155


Capítulo 7<br />

elección como presidente de Fernando Collor de Mello, del Partido de<br />

la Reconstrucción Nacional. En Chile, tras la derrota en un plebiscito, el<br />

dictador Pinochet no renovó su candidatura presidencial para 1989 y el<br />

demócrata cristiano Patricio Aywin obtuvo el ejecutivo nacional en los comicios<br />

de fines de año.<br />

Paraguay, fue el último de los países de la región en llegar a un proceso<br />

democrático. En febrero de 1989, el consuegro de Stroessner, el general<br />

Andrés Rodríguez, dio un golpe de Estado, disolvió el parlamento y se<br />

proclamó presidente provisional. Al poco tiempo, fue electo presidente y<br />

encaró una reforma constitucional en 1992, que determinó el sistema democrático.<br />

Recién en 1993 se celebraron comicios electorales sin la tutela<br />

militar, en los cuales triunfó el colorado Juan Carlos Wasmosy, siendo el<br />

primer presidente civil en cuatro décadas.<br />

Sin embargo, la recuperación del sistema democrático en la región no impidió<br />

que los agentes, conexiones y estructuras de los tiempos de <strong>Cóndor</strong><br />

se siguieran utilizando durante años, en una nueva saga criminal internacional<br />

de la que todavía se sabe poco.<br />

En Chile, a partir de la publicación del Informe Rettig en 1991, los represores<br />

de la dictadura de Pinochet comenzaron a ser doblemente asediados<br />

tanto por los procesos judiciales como por la investigación periodística.<br />

Al poco tiempo se realizaron investigaciones sobre un caso de tráfico de<br />

armas desde Carabineros a Croacia, que develaron la existencia de una<br />

organización secreta relacionada con la <strong>Operación</strong> <strong>Cóndor</strong> llamada La<br />

Cofradía o Sociedad Benefactora, formada por militares y agentes de inteligencia<br />

chilenos, con oficinas a metros del palacio de la Moneda. Esta<br />

organización, formada unos años antes, brindaba apoyo económico, legal<br />

y documentos falsos a quienes podían ser sometidos a juicios por delitos<br />

de lesa humanidad. Ello incluía un traslado a otros países bajo identidades<br />

encubiertas. (12)<br />

El coronel chileno Gerardo Huber Olivares fue uno de los involucrados en<br />

la causa por tráfico de armas. A fines de enero de 1992 desapareció misteriosamente<br />

y fue hallado muerto al poco tiempo en un río, en Santiago,<br />

con sus huellas dactilares borradas. Huber, tercer hombre en la Logística<br />

(12) Camus, María Eugenia, “Una Odessa chilena. La Cofradía de los ex agentes”, en Revista<br />

APSI, Santiago de Chile, nº 441, enero 1993; y “A quién encubre El Fanta”, en Revista APSI,<br />

Santiago de Chile, nº 443, febrero 1993.<br />

156


Derivaciones de la <strong>Operación</strong> <strong>Cóndor</strong> en los 80 y 90<br />

del Ejército, estaba relacionado con La Cofradía. Las primeras versiones<br />

hablaron de suicidio, aunque la familia nunca lo creyó y estudios posteriores<br />

apuntaron a un asesinato. El caso nunca se esclareció. (13)<br />

Uno de los contactos de Huber desde tiempos de Pinochet era el exagente<br />

<strong>Cóndor</strong> Eugenio Berríos, (14) quien en los 90 era proveedor de explosivos<br />

del Departamento de Logística del Ejército. Berríos era el famoso “Hermes<br />

Bravo”, el químico que había desarrollado el gas sarín, soman y tabun<br />

en la casa de Michael Townley, bajo la <strong>Operación</strong> Andrea. Luego de que<br />

Townley quedara expuesto en 1978 por las investigaciones sobre Letelier,<br />

Berríos trasladó el laboratorio al Complejo Químico e Industrial del Ejército<br />

en Talagante, bajo las órdenes de Huber. (15)<br />

En el marco de nuevas investigaciones sobre el caso Letelier, el juez chileno<br />

Adolfo Bañados dictó, en noviembre de 1991, una orden de captura<br />

contra Berríos. Inmediatamente el juez supo que había escapado. Bañados<br />

desconocía que agentes infiltrados en su juzgado mantenían informado<br />

de todos los movimientos de la causa al general Fernando Torres<br />

Silva, auditor del Ejército, que buscaba impedir la condena de los militares<br />

pinochetistas. (16)<br />

“Hermes” poseía una mina de información sobre temas mucho más peligrosos<br />

que el atentado en Washington, sobre el cual se conocía bastante.<br />

Estaba implicado en temas muy delicados: la producción de armas químicas<br />

por el ejército chileno, los asesinatos por envenenamiento de varios<br />

enemigos de Pinochet (entre ellos Carmelo Soria y el ex presidente Eduardo<br />

Frei) y los planes para usar agentes tóxicos contra la Argentina, entre<br />

otros. Y todos los caminos conducían a Pinochet.<br />

Por intermedio de los contactos de La Cofradía, en 1991, habían escapado<br />

el capitán retirado Luis Arturo Sanhueza Ross y el mayor retirado Carlos<br />

(13) Camus, María Eugenia, “Una Odessa...”, op. cit.; López, Federico, “Caso Huber. El silencio<br />

de los culpables”, en Revista Punto Final, Santiago de Chile, octubre de 1995.<br />

(14) Para una biografía de Eugenio Berríos y sus conexiones con el asesinato de Eduardo Frei,<br />

Molina Sanhueza, Jorge, Crimen Imperfecto. Historia del químico DINA Eugenio Berríos y la<br />

muerte de Eduardo Frei Montalva, Santiago de Chile, LOM ediciones, 2002.<br />

(15) González, Mónica, “Todas las muertes conducen a Berríos”, [en línea] http://ciperchile.<br />

cl/2009/12/08/todas-las-muertes-conducen-a-berrios/, 08/12/2009.<br />

(16) González, Mónica, “La ‘<strong>Operación</strong> <strong>Cóndor</strong>’ de los ’90. Así actuó la red que secuestró y asesinó<br />

a Eugenio Berríos”, en Siete+7, edición especial nº 32, 2002, [en línea] http://ciperchile.cl/<br />

wp-content/uploads/asi-actuo-la-red-que-secuestro-y-asesino-a-eugenio-berrios.pdf<br />

<strong>Operación</strong> <strong>Cóndor</strong>. 40 años después<br />

157


Capítulo 7<br />

Herrera Jiménez. En octubre tocó el turno a Berríos. Torres Silva delegó<br />

parte de la tarea en Arturo Silva Valdés, un hombre con vasta experiencia<br />

en estos temas. Según una investigación de Mónica González, Silva Valdés<br />

estaba íntimamente conectado con Pinochet y con Agustín Edwards,<br />

dueño del diario El Mercurio, cumpliendo para ambos tareas de jefe de<br />

seguridad. Por otra parte, era agente secreto de la Dirección de Inteligencia<br />

del Ejército (DINE). (17)<br />

En su trabajo, González reconstruyó que, en 1990, Silva Valdés había sido<br />

elegido para la <strong>Operación</strong> Control de Bajas, que implicaba la huida de<br />

Chile de militares en riesgo de ser condenados por delitos cometidos durante<br />

la dictadura militar. Dicha operación se gestó en una reunión entre<br />

los miembros de la Auditoría del Ejército, la DINE y los servicios secretos<br />

de la DINE, donde se analizaron que determinados juicios iniciados podían<br />

poner en peligro a diversos militares implicados. Diseñada la estrategia<br />

para proteger a hombres clave, se delegó la tarea en el Servicio Secreto<br />

de la DINE, creado bajo asesoría del MI6 británico. En estas funciones,<br />

Silva Valdés fue el hombre clave para las fugas de Sanhueza Ross, Herrera<br />

Jiménez y Berríos. (18)<br />

También fue Silva Valdés quien envió al capitán Pablo Rodríguez a Punta<br />

Arenas (Chile) a preparar el terreno para la llegada de “Hermes”. Al poco<br />

tiempo, despachó a Raúl Lillo Gutiérrez con Berríos a igual destino. El 26<br />

de octubre, Lillo, Berríos, Rodríguez y un hermano suyo, viajaron en automóvil<br />

hasta Río Gallegos, Argentina. Allí, el químico llegó con el nombre<br />

falso de Manuel Antonio Morales Jara. (19)<br />

Luego, Silva Valdés viajó a Buenos Aires y allí esperó la llegada de Lillo y<br />

Berríos. Finalmente, el 29 de octubre, los tres llegaron a Colonia, Uruguay,<br />

y de allí a Montevideo, donde los esperaban Carlos Herrera y el teniente<br />

coronel uruguayo Tomás Casella. (20) Se supone que para toda la operatoria<br />

se utilizó la estructura de La Cofradía. (21)<br />

(17) González, Mónica, “Mayor (R) Arturo Silva Valdés. El hombre que disparó a Berríos”, en<br />

Siete+7, edición nº 33, 2002, [en línea] http://ciperchile.cl/wp-content/uploads/el-asesinode-eugenio-berrios.pdf<br />

(18) González, Mónica, “Mayor (R) Arturo Silva Valdés..., op. cit.<br />

(19) González, Mónica, “La ‘<strong>Operación</strong> <strong>Cóndor</strong>’ de los ’90...”, op. cit.<br />

(20) Ibid.<br />

(21) Ferreira Mario, “La Cofradía. La conexión uruguaya” en Revista APSI, Santiago de Chile,<br />

nº 452, junio 1993.<br />

158


Derivaciones de la <strong>Operación</strong> <strong>Cóndor</strong> en los 80 y 90<br />

“Hermes” fue alojado en un departamento en Montevideo. En enero de<br />

1992 Herrera fue arrestado en Buenos Aires, por lo que los secuestradores<br />

debieron reconducir el operativo. En febrero, Berríos fue llevado a una<br />

nueva residencia en Pocitos, conviviendo con el teniente coronel Mario<br />

Enrique Cisternas Orellana. El químico comenzó a presionar para su regreso<br />

a Chile, a lo que sus “protectores” respondieron llevándole a su<br />

esposa, Gladys Schmeisser. (22)<br />

Luego de meses, Berríos se contactó con miembros de la embajada chilena<br />

en Montevideo con la intención de entregarse. Aún no está claro quién<br />

de ellos alertó de la situación a Santiago, pero el caso es que “Hermes” fue<br />

trasladado a un bungalow a la localidad Parque del Plata, balneario ubicado<br />

a 50 km. de la capital uruguaya. El 15 de noviembre evadió su custodia,<br />

salió de la casa y fue llevado por unos vecinos a la comisaría más cercana.<br />

Allí declaró ser prisionero de oficiales chilenos y uruguayos y sentirse amenazado<br />

por Pinochet. Al poco tiempo arribaron a la sede policial el coronel<br />

Eduardo Radaelli y el teniente coronel Tomás Casella, uruguayos, informando<br />

que habían perdido a un detenido chileno “desequilibrado”. (23)<br />

Luego de pasar por un hospital, Berríos fue recapturado por los chilenos<br />

Silva Valdés y Jaime Torres Gacitúa, otro miembro de la DINE y del staff<br />

de seguridad personal de Pinochet. El mismo día del escape, Luis Arturo<br />

Sanhueza Ross, que permanecía detenido por una custodia similar cerca<br />

de Berríos, fue trasladado intempestivamente a otro domicilio, situación<br />

sobre la que prestó testimonio diez años después en presencia de Valdés,<br />

Torres y la jueza Olga Pérez. (24)<br />

Los implicados borraron todas las huellas del paso de Berríos por la comisaría,<br />

el hospital, y requisaron el departamento donde lo tenían alojado.<br />

Pero por una carta anónima de policías uruguayos en junio de 1993,<br />

el caso explotó en la prensa y generó un escándalo político en Uruguay,<br />

obligando al presidente Lacalle a retornar de un viaje por Gran Bretaña y<br />

a Radaelli a volver de una misión de paz en Zaire. Se esperaban castigos<br />

para los involucrados, pero la presión militar clausuró cualquier iniciativa<br />

en esa dirección del presidente Lacalle.<br />

(22) González, Mónica, “La ‘<strong>Operación</strong> <strong>Cóndor</strong>’ de los ’90...”, op. cit.<br />

(23) Ibid.<br />

(24) Ibid.<br />

<strong>Operación</strong> <strong>Cóndor</strong>. 40 años después<br />

159


Capítulo 7<br />

El químico chileno permaneció desaparecido por algún tiempo. Se realizó<br />

una campaña de desinformación situándolo en Europa. Sin embargo,<br />

en abril de 1995 fueron encontrados restos óseos en un balneario cerca<br />

de Montevideo. Los análisis forenses confirmaron que era el cadáver de<br />

Berríos, con dos orificios de proyectil 9mm en el cráneo y signos de haber<br />

sido maniatado y torturado. Se supo que sus ejecutores fueron Silva<br />

Valdés y Radaelli, un chileno y un uruguayo, para compartir responsabilidades.<br />

Torres Gacitúa fue testigo del hecho. (25) La fecha aproximada de<br />

muerte fue entre fines de 1993 y principios de 1994. (26)<br />

Según investigaciones del diario La República, de Uruguay, en el traslado<br />

de Berríos hubo coordinación entre el agregado militar uruguayo en Santiago,<br />

coronel Héctor Lluis, y el agregado militar chileno en Montevideo,<br />

coronel Emilio Timmerman Unduriaga. (27) Se sabe, además, que en febrero<br />

de 1993 el comandante Casella, a cargo de su custodia, se reunió con<br />

Pinochet. (28)<br />

En Uruguay, las obstrucciones a la justicia fueron constantes, y en 1996 se<br />

robaron documentos de una caja fuerte del Senado uruguayo. Fue la justicia<br />

chilena la que develó los pormenores de este caso.<br />

En 1999, la jueza Olga Pérez inició un arduo proceso que llevó a la condena<br />

de catorce militares, tres de ellos uruguayos, tras una década de<br />

investigaciones. La justicia uruguaya rechazó numerosas diligencias despachadas<br />

por Pérez, y dilató cuestiones básicas como la verificación de la<br />

identidad de los restos. La jueza chilena dio un paso determinante cuando<br />

consiguió trasladar a Santiago, bajo absoluto secreto, a dos uruguayos<br />

que fueron testigos de los días de detención de Berríos. En octubre de<br />

2002 el médico Juan Ferrari, quien atendió a “Hermes” luego del episodio<br />

de la comisaría, y Luis Minguez, conserje de uno de los domicilios donde<br />

fue alojado, identificaron sin hesitar a Silva Valdés, Torres Gacitúa y a Pablo<br />

Rodríguez ante la jueza. (29)<br />

(25) González, Mónica, “Mayor (R) Arturo Silva Valdés..., op. cit.<br />

(26) Calloni Stella, <strong>Operación</strong> <strong>Cóndor</strong>, Pacto Criminal, op. cit., pp. 261/264.<br />

(27) Blixen, Samuel, “Pinochet’s mad scientist”, 2006, [en línea] https://consortiumnews.<br />

com/2014/12/15/pinochets-mad-scientist/<br />

(28) Blixen, Samuel, “Pinochet’s mad scientist”, op. cit.<br />

(29) González, Mónica, “La ‘<strong>Operación</strong> <strong>Cóndor</strong>’ de los ’90...”, op. cit<br />

160


Derivaciones de la <strong>Operación</strong> <strong>Cóndor</strong> en los 80 y 90<br />

En enero de 2003 la jueza Pérez renunció a sus funciones y la causa pasó a<br />

manos del ministro Alejandro Madrid, quien continuó con las investigaciones<br />

viajando a Montevideo para conseguir nuevos testimonios y evidencias.<br />

En julio de 2006, el general retirado chileno Hernán Ramírez Rurange<br />

declaró ante Madrid que Pinochet le había ordenado sacar del país a Berríos<br />

por temor a lo que pudiera declarar en la causa Letelier. (30)<br />

El ministro Madrid falló condenando a catorce militares implicados en septiembre<br />

de 2010. La causa pasó a la Corte de Apelaciones, que terminó<br />

aumentando las condenas tres años más tarde. En agosto de 2015 la Corte<br />

Suprema confirmó las penas de los catorce militares. A los pocos días, uno<br />

de estos criminales, el general retirado Ramírez Rurange, se suicidó de un<br />

disparo en la cabeza para evitar el traslado al penal de Punta Peuco. La<br />

mayor condena deberá cumplirla Arturo Silva Valdés.<br />

Esta es, quizás, la más conocida de las oscuras historias de los agentes<br />

<strong>Cóndor</strong> en tiempos democráticos. Queda mucho por investigar para terminar<br />

de correr el velo que cubre aún rostros ocultos de la <strong>Operación</strong> y<br />

cumplir así con los reclamos de justicia de las víctimas y las democracias<br />

del Cono Sur.<br />

•<br />

(30) “Ex jefe de la DINE dejó carta a su familia explicando su suicidio” en El Mercurio,<br />

14/08/2015.<br />

<strong>Operación</strong> <strong>Cóndor</strong>. 40 años después<br />

161


aportes de especialistas sobre la <strong>Operación</strong> <strong>Cóndor</strong><br />

CAPÍTULO 8<br />

CAPÍTULO 8<br />

Aportes de especialistas<br />

sobre la <strong>Operación</strong> <strong>Cóndor</strong><br />

•<br />

El CIPDH invitó a importantes investigadores que se han especializado en<br />

la temática de las dictaduras militares del Cono Sur y de la <strong>Operación</strong> <strong>Cóndor</strong><br />

para la realización del Informe “<strong>Operación</strong> <strong>Cóndor</strong>. 40 años después”.<br />

Los especialistas de América Latina, de Estados Unidos y de Europa abordan<br />

a continuación diversos temas sobre lo que significó esta <strong>Operación</strong><br />

en cada uno de sus países.<br />

1. El rol de Estados Unidos<br />

1.1. Estados Unidos, Contrainsurgencia<br />

y la <strong>Operación</strong> <strong>Cóndor</strong>, por J. Patrice McSherry (1)<br />

La <strong>Operación</strong> <strong>Cóndor</strong> nació dentro del sistema de contrainsurgencia interamericano,<br />

como un aparato transfronterizo y secreto para combatir<br />

“enemigos internos” que fueron exiliados o se hallaban fuera de sus países<br />

durante la Guerra Fría. La organización del régimen de contrainsurgencia<br />

fue un esfuerzo continental liderado por el gobierno norteamericano,<br />

en asociación con las elites anticomunistas y fuerzas militares locales, para<br />

prevenir o revertir cambios estructurales así como el ascenso de líderes<br />

izquierdistas al poder. El uso de escuadrones de la muerte y métodos<br />

ilegales fue legitimado por la Doctrina de la Seguridad Nacional y por<br />

(1) Autora. Profesora de Ciencias Políticas (Long Island University, Nueva York).<br />

<strong>Operación</strong> <strong>Cóndor</strong>. 40 años después<br />

163


Capítulo 8<br />

conceptos de contrainsurgencia y guerra irregular. En general, la contrainsurgencia<br />

(llevada a cabo en las sombras, usando fuerzas clandestinas y<br />

ejércitos secretos que operaban fuera del sistema legal del Estado) era un<br />

medio para desmovilizar movimientos populares, aterrorizar a la sociedad,<br />

y solidificar las estructuras económicas y militares en la región.<br />

EEUU siempre había considerado a América Latina como su zona de influencia.<br />

Hubo muchas intervenciones en la región por parte de ese país<br />

desde el siglo XIX. Después de la Segunda Guerra Mundial, la posible<br />

amenaza de una revolución comunista internacional era la obsesión de los<br />

líderes de EEUU. Ellos interpretaban los conflictos internos, el malestar social<br />

y las rebeliones en el mundo en desarrollo como manifestaciones de la<br />

amenaza soviética y no de las condiciones sociales y políticas nacionales.<br />

En 1947 Washington creó la Agencia Central de Inteligencia, CIA, una<br />

fuerza anticomunista y paramilitar para realizar operativos secretos y manipular<br />

la política de otros países de una manera encubierta. En 1948, los<br />

líderes de EEUU dieron inicio a un proyecto multibillonario para llevar a<br />

cabo una guerra encubierta mundial. El Consejo Nacional de Seguridad<br />

(documento 10/2) autorizó un vasto programa clandestino de<br />

... propaganda, guerra económica, acciones directas preventivas,<br />

incluidas acciones de sabotaje, anti-sabotaje, demolición y<br />

medidas de evacuación (...) subversión contra Estados hostiles.<br />

Se incluyó la asistencia a los movimientos de resistencia subterráneos,<br />

a los guerrilleros y a grupos de liberación de refugiados,<br />

y apoyo a los elementos anticomunistas nacionales (…) [a<br />

ser realizado de manera tal que] cualquier responsabilidad del<br />

Gobierno de los Estados Unidos por ellas no sea evidente para<br />

personas no autorizadas y que, en caso de ser descubiertas, el<br />

Gobierno de los Estados Unidos pudiese negar, en forma plausible,<br />

toda responsabilidad. (2)<br />

Con la intervención de la CIA en Guatemala en 1954 para derrocar al presidente<br />

nacionalista Jacobo Árbenz, Washington introdujo por primera vez<br />

la política contrarrevolucionaria y contrainsurgente a la región. La Guerra<br />

Fría era mucho más que un enfrentamiento con la URSS. Era una campaña<br />

(2) Simpson, Christopher, Blowback: America’s Recruitment of Nazis and Its Effects on the Cold<br />

War, Nueva York, Macmillan, Collier Books, 1988, p. 102, con cita de US Senate, Church Committee<br />

Report, Book IV, 1976, pp. 29/31. 29-31.<br />

164


aportes de especialistas sobre la <strong>Operación</strong> <strong>Cóndor</strong><br />

para preservar y expandir la hegemonía de EEUU en América Latina y el<br />

mundo.<br />

1.1.1. El mundo despierta<br />

Después de la Segunda Guerra Mundial surgieron muchos movimientos<br />

de independencia y liberación en el así llamado Tercer Mundo. En América<br />

Latina, especialmente luego de la revolución cubana en 1959, nuevos<br />

movimientos progresistas y nacionalistas exigieron justicia social, control<br />

de los recursos nacionales, nacionalización de las empresas extranjeras,<br />

mayor participación política, reforma agraria. Exigían nuevos derechos,<br />

profundizar la democratización y la reestructuración del poder económico.<br />

También aparecieron varios movimientos guerrilleros. Había hambre<br />

de cambio social. En la medida en que dirigentes de izquierda y nacionalistas<br />

triunfaron en elecciones en los 60 y principios de los 70, y nuevos<br />

movimientos revolucionarios y progresistas ganaron fuerza, los estrategas<br />

estadounidenses de la seguridad nacional y sus contrapartes latinoamericanas<br />

empezaron a percibir a grandes sectores de estas sociedades como<br />

subversivos reales o potenciales.<br />

Desde los años 40, funcionarios estadounidenses reorganizaron el sistema<br />

interamericano de seguridad para combatir a las fuerzas pro cambio<br />

social, ampliando la presencia militar estadounidense en la región e incorporando<br />

socios latinoamericanos al interior de una densa matriz de<br />

instituciones hemisféricas de seguridad (incluidas la Escuela de las Américas<br />

o SOA, 1946, y las Conferencias de los Ejércitos Americanos, en<br />

1960). Se transformó totalmente el programa de estudios de la SOA, en<br />

1961, para poner énfasis en la amenaza. Asesores estadounidenses reorganizaron<br />

y adiestraron a las fuerzas militares de América Latina para emprender<br />

operaciones contrainsurgentes agresivas dentro de sus propias<br />

sociedades. El sistema interamericano militar se convirtió en una vasta<br />

alianza anticomunista y antiprogresista. Las primeras reuniones de los<br />

militares americanos en los 60 se centraron en la creación de una doctrina<br />

continental para combatir el comunismo; intercambios de inteligencia<br />

entre los ejércitos sobre los grupos subversivos; el establecimiento de un<br />

Comité Permanente de Inteligencia Interamericano en la zona del Canal<br />

de Panamá; el establecimiento de Escuelas de Inteligencia en cada país;<br />

la creación de un Sistema Codificado de Telecomunicaciones permanente<br />

entre los ejércitos; y programas de adiestramiento en estrategias de<br />

contrasubversión, contrarrevolución y seguridad interna. La <strong>Operación</strong><br />

<strong>Operación</strong> <strong>Cóndor</strong>. 40 años después<br />

165


Capítulo 8<br />

<strong>Cóndor</strong>, evidentemente, derivó de esos programas y estructuras transnacionales.<br />

Los oficiales estadounidenses transmitieron técnicas de guerra contrainsurgente<br />

que fueron perfeccionadas en Vietnam y trasladadas a toda la<br />

región. Los franceses también enseñaron sus métodos de guerra interna<br />

usados en Argelia y Vietnam. Personal de EEUU formó y patrocinó nuevas<br />

organizaciones contrasubversivas y de inteligencia en muchos países.<br />

Muchas de estas —como el Serviço Nacional de Informações o Sin, de<br />

Brasil; la Dirección Nacional de Inteligencia o DINA, de Chile; o la Dirección<br />

Nacional de Informaciones e Inteligencia o DNII, de Uruguay, entre<br />

otros— se convirtieron en aparatos terroristas y, luego, en el núcleo natural<br />

del <strong>Operación</strong> <strong>Cóndor</strong>.<br />

Los militares latinoamericanos, alentados por sus socios estadounidenses,<br />

empezaron a colaborar en la represión de los movimientos de izquierdas,<br />

y actuaron incluso para derrocar a los gobiernos progresistas, mucho antes<br />

que la <strong>Operación</strong> <strong>Cóndor</strong> se instituyera oficialmente en 1975. El régimen<br />

militar de Brasil, el cual tomó el poder mediante un golpe de Estado en<br />

1964, desempeñó un papel clave, al igual que lo hizo la CIA. Un oficial del<br />

SNI brasileño confirmó en 2000 que los oficiales de inteligencia de otros<br />

países latinoamericanos llegaban a tres bases de Brasil, en el decenio de<br />

1960, para adiestrarse en guerra contrainsurgente, “técnicas de interrogatorio”<br />

y métodos de represión. Agentes de la CIA ayudaron a organizar<br />

reuniones de funcionarios militares y de policía de América Latina, miembros<br />

de la derecha política, y torturadores de escuadrones de la muerte,<br />

como Sergio Fleury de Brasil. En los 70 hubo señales claras de una coordinación<br />

represiva cada vez más profunda entre los países. Es esencial darse<br />

cuenta que Washington temía a los dirigentes progresistas electos democráticamente<br />

tanto o más que a las guerrillas o grupos revolucionarias en<br />

la región, como se demostró con los complots contra Goulart y Allende,<br />

entre otros.<br />

1.1.2. La formación de <strong>Cóndor</strong><br />

Cuando el jefe de la estación de la CIA en Chile ayudó a organizar la DINA<br />

(1973-1974), pidió específicamente a sus contactos militares brasileños que<br />

adiestraran a los agentes operativos de la DINA en tácticas “no convencionales”.<br />

EEUU entrenó entonces las policías en operaciones de contrainsurgencia,<br />

guerra urbana y “técnicas especiales de investigación”, a través<br />

166


aportes de especialistas sobre la <strong>Operación</strong> <strong>Cóndor</strong><br />

de la Agency of International Development (AID). Algunos de sus “estudiantes”<br />

en Uruguay, por ejemplo, formaron un escuadrón de la muerte en<br />

los 70. Más tarde, algunos de los mismos formaron el llamado escuadrón<br />

de <strong>Cóndor</strong> que operaba en Buenos Aires. Hay ejemplos de secuestros<br />

y “desapariciones” entre 1973 y 1974 que tienen el sello de <strong>Cóndor</strong>. Es<br />

decir, antes de que el aparato de <strong>Cóndor</strong> adquiriera su nombre de código,<br />

los grupos contrainsurgentes crearon el prototipo de <strong>Cóndor</strong> para<br />

desaparecer, torturar y trasladar ilícitamente a los exiliados a través de las<br />

fronteras. La <strong>Operación</strong> <strong>Cóndor</strong> no se puede ver aislada del régimen contrainsurgente<br />

interamericano.<br />

Varios documentos desclasificados de EEUU dan cuenta de una reunión<br />

de funcionarios de seguridad de cinco de los seis países miembros del<br />

sistema <strong>Cóndor</strong> en Buenos Aires en febrero de 1974. National Intelligence<br />

Daily, del 23 de junio de 1976, desclasificado en 2000, declaraba: “A principios<br />

de 1974, funcionarios de seguridad de Argentina, Chile, Uruguay,<br />

Paraguay y Bolivia se reunieron en Buenos Aires para organizar acciones<br />

coordinadas en contra de objetivos subversivos (...) Desde entonces (…)<br />

los argentinos han conducido operativos antisubversivos conjuntos con<br />

los chilenos y uruguayos”. (3) Los documentos secretos de Estados Unidos<br />

muestran que altos líderes y oficiales de seguridad nacional consideraban<br />

que el sistema <strong>Cóndor</strong> era un arma efectiva en la cruzada anticomunista<br />

hemisférica. Muchos se referían a <strong>Cóndor</strong> con lenguaje favorable. Un informe<br />

de 1976 de la Agencia de Inteligencia de Defensa (DIA) destacaba<br />

que una unidad de asesinatos de <strong>Cóndor</strong> estaba “estructurada de manera<br />

muy similar a un equipo estadounidense de Fuerzas Especiales” y describía<br />

las “operaciones conjuntas de contrainsurgencia” para “eliminar actividades<br />

marxistas terroristas”. (4)<br />

Cables militares y de la CIA informaban acerca de las operaciones secretas<br />

de <strong>Cóndor</strong>, incluidas las desapariciones forzadas en Buenos Aires en<br />

1976 de docenas de miembros del Partido de la Victoria del Pueblo del<br />

Uruguay. (5)<br />

Oficiales en el Ejecutivo, en el Departamento de Estado, en el Departamento<br />

de Defensa, y la CIA estaban bien informados de las operaciones<br />

(3) CIA, National Intelligence Daily (Top Secret), 23/06/1976.<br />

(4) Defense Intelligence Agency (DIA), “Special Operations Forces”, (Washington, DC: US<br />

Army, Defense Intelligence Agency, DIA), 01/10/1976.<br />

(5) Defense Intelligence Agency (DIA), “Special..”, op. cit..<br />

<strong>Operación</strong> <strong>Cóndor</strong>. 40 años después<br />

167


Capítulo 8<br />

<strong>Cóndor</strong>, y a veces colaboraban activamente con algunas de las detenciones<br />

ilegales, como el caso del chileno Jorge Isaac Fuentes Alarcón, capturado<br />

por la policía de Paraguay cuando cruzaba la frontera con Argentina<br />

en 1975 y trasladado a Chile: oficiales de EEUU colaboraban con la<br />

búsqueda de sus contactos y compartían inteligencia con miembros de<br />

<strong>Cóndor</strong>. La CIA proveía al sistema <strong>Cóndor</strong> de computadoras de última<br />

generación y las agencias de seguridad de Estados Unidos suministraban<br />

inteligencia y cooperación.<br />

Quizás la evidencia más contundente del involucramiento encubierto de<br />

Washington es que <strong>Cóndor</strong> tenía acceso autorizado al sistema continental<br />

de comunicaciones de Estados Unidos ubicado en la zona del Canal de<br />

Panamá. (6) Un cable del entonces embajador norteamericano en Paraguay,<br />

Robert White, en 1978, informó que un comandante paraguayo le había<br />

dicho que EEUU puso a disposición de la <strong>Operación</strong> <strong>Cóndor</strong> su red interamericana<br />

de comunicaciones. Es decir, los oficiales de <strong>Cóndor</strong> operaban<br />

en la sede militar estadounidense más importante del hemisferio. En esos<br />

años existía allí una gran estación de la CIA, la sede del Comando Sur, el<br />

centro de las Fuerzas Especiales y la SOA. La base siempre fue un nexo<br />

para las operaciones encubiertas y una plataforma para la intervención<br />

estadounidense en América Latina. Los oficiales de <strong>Cóndor</strong> usaron dicho<br />

sistema, “codificado dentro de la red de comunicaciones de EEUU”, para<br />

coordinar información de inteligencia en toda América Latina. Esta es una<br />

prueba crucial del rol de EEUU como patrocinador secreto. Demuestra que<br />

Washington consideró que <strong>Cóndor</strong> era una operación clave que servía a los<br />

intereses de EEUU.<br />

1.1.3. Conclusión<br />

Los orígenes de la <strong>Operación</strong> <strong>Cóndor</strong> pueden ser encontrados en las<br />

doctrinas y prácticas contrainsurgentes. Las características de dicha <strong>Operación</strong><br />

reflejaban los principios de la guerra contrainsurgente que remodeló<br />

profundamente América Latina y tuvo como resultado un conjunto<br />

de Estados depredadores que se creían enfrascados en una guerra santa<br />

de tipo ideológico. Lejos de centrarse solamente en las guerrillas o grupos<br />

comunistas, los militares se fijaron por objetivo a vastos sectores de la<br />

(6) Ver mi Estados depredadores: La <strong>Operación</strong> <strong>Cóndor</strong> y la Guerra Encubierta en América<br />

Latina para más sobre conexiones secretas entre EEUU y <strong>Cóndor</strong>; ver también Robert White,<br />

telegrama al secretario de estado, 13 de octubre de 1978 [en línea] www.foia.state.gov/documents/StateChile3/000058FD.pdf<br />

168


aportes de especialistas sobre la <strong>Operación</strong> <strong>Cóndor</strong><br />

sociedad. Esta guerra fue utilizada para desmovilizar los desafíos populares<br />

a las estructuras políticas y socioeconómicas existentes, preservando<br />

de esa manera los intereses de las élites gobernantes de América Latina y<br />

permitiendo el avance de los intereses hegemónicos de los EEUU. Como<br />

señalaba Michael McClintock, en el decenio de 1960 surgieron nuevos patrones<br />

de represión en América Latina, así como las formas organizativas<br />

para desarrollarlos, estrechamente asociados con los programas de seguridad<br />

de EEUU.<br />

Una perspectiva comparativa permite ubicar el modelo de la <strong>Operación</strong><br />

<strong>Cóndor</strong> como un componente top secret en la estrategia de EEUU. La<br />

destrucción de los “enemigos” dondequiera que estuvieran también fue<br />

parte de la “Guerra contra el Terrorismo”, con fuerzas estadounidenses<br />

involucradas en secuestros, traslados extralegales transfronterizos, centros<br />

clandestinos de tortura en varios países, y otros métodos de <strong>Cóndor</strong>.<br />

La <strong>Operación</strong> <strong>Cóndor</strong> se evidencia en los casos aún no resueltos de desaparecidos<br />

en América Latina. Pese a algunos procesos judiciales importantes,<br />

especialmente en Argentina, muchas de las familias de víctimas<br />

de <strong>Cóndor</strong> aun no tienen información sobre lo que les pasó a sus seres<br />

queridos. El legado de la <strong>Operación</strong> <strong>Cóndor</strong> todavía proyecta una gran<br />

sombra sobre América Latina, Estados Unidos y el mundo.<br />

1.2. Los Estados Unidos de América y la <strong>Operación</strong> <strong>Cóndor</strong>:<br />

exposición y complicidad, por John Dinges (7)<br />

La participación del gobierno de los Estados Unidos en la <strong>Operación</strong> <strong>Cóndor</strong><br />

tiene una historia compleja y, en cierto modo, secreta. Si bien el gobierno<br />

de los EEUU fue defensor y aliado de los gobiernos militares que<br />

conformaban la alianza de los seis países, Chile llevó a cabo el asesinato<br />

internacional más atroz de la <strong>Operación</strong> <strong>Cóndor</strong> con la muerte de Orlando<br />

Letelier y de la ciudadana estadounidense Ronni Moffitt, en la ciudad de<br />

Washington.<br />

La historia de Estados Unidos de América y la <strong>Operación</strong> <strong>Cóndor</strong> puede<br />

describirse de modo más objetivo como una historia de exposición pública,<br />

(7) Profesor emérito de periodismo Godfrey Lowell Cabot (Universidad de Columbia). Fue<br />

corresponsal en Chile para publicaciones estadounidenses durante los primeros cinco años<br />

de la dictadura pinochetista. Es cofundador y excodirector del Centro de Investigación Chileno<br />

CIPER. Autor de varios libros sobre la <strong>Operación</strong> <strong>Cóndor</strong> y la contrainsurgencia en América<br />

Latina. Derechos de propiedad intelectual ©, 2015.<br />

<strong>Operación</strong> <strong>Cóndor</strong>. 40 años después<br />

169


Capítulo 8<br />

complicidad secreta y, en última instancia, como un encubrimiento a lo<br />

largo de varios años. En primer lugar, analicemos el aspecto relacionado<br />

con la exposición.<br />

En tanto alianza militar secreta por parte de seis países cuyo objetivo era<br />

asesinar a los líderes de izquierda en todo el mundo, la <strong>Operación</strong> <strong>Cóndor</strong><br />

pasó a ser de conocimiento público a partir de un almuerzo que tuvo lugar<br />

en Buenos Aires, el 28 de septiembre de 1976, entre el agente del FBI Robert<br />

Scherrer y un oficial de inteligencia del Ejército argentino.<br />

Solo siete días antes de este evento, en una avenida de la ciudad de<br />

Washington, el estallido de una bomba instalada en su auto y detonada a<br />

control remoto mató a Letelier, exCanciller de Chile y uno de los más notorios<br />

adversarios internacionales del dictador chileno, el General Augusto<br />

Pinochet. El oficial y coronel argentino estaba molesto, enojado. Haber<br />

matado a Letelier en el corazón de la capital estadounidense era un desastre,<br />

según le dijo a Scherrer, y probablemente se tratara de un “salvaje<br />

accionar de la <strong>Operación</strong> <strong>Cóndor</strong>” por parte del servicio de seguridad de<br />

Pinochet, la DINA. Según dijo la fuente, “esto arruinará la posibilidad de<br />

una operación exitosa”.<br />

Por “exitosa” se refería a las operaciones conjuntas entre Chile, Argentina<br />

y Uruguay por cuyo accionar, en las semanas precedentes, se había logrado<br />

neutralizar a “objetivos terroristas” en Argentina. De este modo, se<br />

hacía referencia a la “eliminación” de la organización uruguaya OPR-33 y<br />

la captura de un “gran volumen de moneda estadounidense”, de acuerdo<br />

con los informes de Scherrer. (8) Los más altos líderes de las organizaciones<br />

MIR de Chile, Tupamaros de Uruguay y del ERP en Argentina también habían<br />

sido capturados y asesinados.<br />

La fuente describió las tres fases de la <strong>Operación</strong> <strong>Cóndor</strong>. Las primeras<br />

dos consistían en un intercambio de inteligencia y de operaciones conjuntas<br />

entre los países miembros. Hizo hincapié en que estaba al tanto de<br />

las “acciones de la fase tres”, que implicaba los asesinatos de activistas<br />

(8) El informe de Scherrer sobre la descripción del oficial argentino de la <strong>Operación</strong> <strong>Cóndor</strong><br />

se detalla en un cable dirigido al FBI y en un cable de la Agencia de Inteligencia de Defensa,<br />

ambos con fecha 28/09/1976. Además, Scherrer describió la reunión en una serie de entrevistas<br />

con el autor en 1979. Conseguí casi la totalidad del texto del todavía secreto informe<br />

de Scherrer para las oficinas del FBI, que publiqué por primera vez en mi libro Assassination<br />

on Embassy Row, NY, Pantheon 1980 (Asesinato en Washington, Santiago de Chile, Planeta,<br />

1990). El cable del FBI se desclasificó en la década del 80, e incluso se desclasificó aun más<br />

material a fines de los 90.<br />

170


aportes de especialistas sobre la <strong>Operación</strong> <strong>Cóndor</strong><br />

de izquierda en Francia y Portugal, lo cual se estaba considerando llevar<br />

a cabo. El asesinato de Letelier, según informó Scherrer, también “podría<br />

haber sido parte de un accionar dentro del marco de la fase tres de la<br />

<strong>Operación</strong> <strong>Cóndor</strong>”. En consecuencia, el Departamento de Justicia de los<br />

EEUU y el FBI, con el consentimiento de la administración profundamente<br />

anticomunista del presidente Gerald Ford, inició una vigorosa investigación<br />

que estableció que el asesinato había sido planeado y ejecutado por<br />

la Dirección de Inteligencia Nacional (DINA) de Chile, cuyo jefe, en ese<br />

entonces el Coronel Manuel Contreras, dependía directamente del General<br />

Augusto Pinochet.<br />

Los informes de Scherrer, que se filtraron a la prensa de los EEUU dos años<br />

después y se presentaron en un resumen en el contexto de un juicio oral<br />

y público en 1979, revelaron la existencia de la <strong>Operación</strong> <strong>Cóndor</strong> por<br />

primera vez de manera pública. Por más de dos décadas, estos documentos<br />

parecieron ser el relato definitivo sobre las operaciones relacionadas<br />

con los asesinatos, propias de la fase tres de la <strong>Operación</strong> <strong>Cóndor</strong>. (9) En el<br />

juicio, y también en las entrevistas con el autor, Scherrer informó que fue<br />

el primer oficial de inteligencia de los EEUU en enterarse de que la <strong>Operación</strong><br />

<strong>Cóndor</strong> planeaba matar a los líderes de la oposición exiliados fuera<br />

de América Latina. Asimismo, informaba que se enteró de esa escalofriante<br />

operación de inteligencia con posterioridad a la muerte de Letelier.<br />

Casi todo lo que se sabía sobre la <strong>Operación</strong> <strong>Cóndor</strong> se había revelado<br />

a través de la investigación del FBI liderada por Scherrer y otros agentes,<br />

junto con el testimonio de Michael Vernon Townley, un expatriado estadounidense<br />

que se desempeñaba como el principal asesino internacional<br />

de la DINA. La versión del FBI sobre esta operación era precisa y se vio<br />

confirmada posteriormente por desclasificaciones masivas de documentos<br />

estadounidenses, y por el descubrimiento de documentos militares<br />

sobre la <strong>Operación</strong> <strong>Cóndor</strong> en Paraguay y otros países en los años 90.<br />

Decimos que dicha versión del FBI era precisa, excepto por una detalle<br />

crucial: Scherrer no fue el primero en enterarse de que <strong>Cóndor</strong> estaba planificando<br />

llevar a cabo asesinatos internacionales. La CIA estaba al tanto<br />

(9) Tanto el así llamado “Archivo de Terror” descubierto en Paraguay en 1992 como las copias<br />

de los documentos del Ministerio de Relaciones Exteriores obtenidos por el diario La Nación<br />

unos años después contienen documentación militar importante sobre <strong>Cóndor</strong>, pero ninguno<br />

alude a la fase tres y a los planes de las operaciones de asesinato fuera de América Latina.<br />

<strong>Operación</strong> <strong>Cóndor</strong>. 40 años después<br />

171


Capítulo 8<br />

de la fase tres de la operación meses antes de que los agentes chilenos pusieran<br />

la bomba debajo del auto de Letelier y la detonaran en Washington.<br />

En ese detalle se esconde la otra parte de nuestra historia: la complicidad<br />

de los EEUU en los crímenes de lesa humanidad perpetrados por los gobiernos<br />

militares y el posterior intento de cubrir lo que EEUU sabía sobre<br />

la <strong>Operación</strong> <strong>Cóndor</strong> antes del asesinato de Letelier, antes de que Chile<br />

utilizara el aparato de <strong>Cóndor</strong> para cometer un acto de terrorismo internacional<br />

en las calles del principal defensor y aliado de Chile.<br />

Es una historia plagada de profundas contradicciones, de acciones divergentes<br />

por parte de las agencias del gobierno estadounidense en lo que<br />

respecta a los delitos cometidos por los gobiernos militares en los 70. Los<br />

organismos estadounidenses, liderados por los presidentes (republicanos)<br />

Nixon y Gerald Ford, el Pentágono, el Departamento de Estado y la CIA<br />

habían fomentado los gobiernos militares como respuesta a la amenaza<br />

que parecía cernirse sobre la hegemonía estadounidense dentro de la región<br />

a causa de los gobiernos de izquierda, tales como el del socialista<br />

Salvador Allende en Chile y los movimientos revolucionarios radicales que<br />

ansiaban tomar las armas para hacer la revolución. Dentro de esta estrategia,<br />

América Latina jugaba el rol de una pieza de ajedrez en el tablero<br />

de la competencia global de la Guerra Fría contra la Unión Soviética y los<br />

movimientos comunistas presentes en otras regiones.<br />

La espectacular explosión que mató a Letelier en su auto y la decisión de<br />

investigar este hecho como un acto de terrorismo hizo que estas contradicciones<br />

generaran un conflicto secreto dentro del gobierno estadounidense.<br />

En última instancia, se les requirió a las agencias del gobierno que<br />

ocultaran las relaciones cercanas que mantenían con los responsables del<br />

delito perpetrado y que mantuvieran en secreto todo lo que supieran sobre<br />

los planes internacionales de la <strong>Operación</strong> <strong>Cóndor</strong> antes del asesinato<br />

de Letelier.<br />

Por un lado, la colaboración de los EEUU con Pinochet y la DINA; por otro,<br />

la investigación y exposición de sus crímenes. Las tan visibles contradicciones<br />

de las dos políticas nunca vieron la luz ni se han explicado en mayor<br />

detalle. Como mínimo, los lazos cercanos de la alianza entre el gobierno<br />

estadounidense y la dictadura de Chile al momento del asesinato de Letelier<br />

y otras actividades de la <strong>Operación</strong> <strong>Cóndor</strong>, abren el interrogante acerca<br />

del grado de inteligencia estadounidense sobre los crímenes llevados<br />

a cabo por las dictaduras nombradas. Como máximo, también debemos<br />

172


aportes de especialistas sobre la <strong>Operación</strong> <strong>Cóndor</strong><br />

preguntarnos si las agencias estadounidenses tuvieron participación en la<br />

creación de la <strong>Operación</strong> <strong>Cóndor</strong> y en sus actividades delictivas.<br />

En otras palabras, ¿qué sabían las agencias estadounidenses y desde cuándo?<br />

¿Participaron la CIA u otros actores estadounidenses directamente de<br />

alguna actividad de la <strong>Operación</strong> <strong>Cóndor</strong>? Y finalmente, ¿podría haber sido<br />

evitado el asesinato de Letelier si las agencias estadounidenses hubieran<br />

actuado de acuerdo con lo que sabían? Por mi parte, investigué todas estas<br />

preguntas de la forma más exhaustiva y detallada posible en mi libro <strong>Operación</strong><br />

<strong>Cóndor</strong>: Una década de terrorismo internacional en el Cono Sur. (10)<br />

En breves palabras, al menos tres meses antes de que Scherrer escribiera<br />

sus informes para el FBI, las otras agencias estadounidenses (la CIA, el<br />

Departamento de Estado y el Pentágono) ya sabían que Chile conducía la<br />

<strong>Operación</strong> <strong>Cóndor</strong>, la cual había sido creada para capturar y matar a quienes<br />

se opusieran a los regímenes militares y vivieran fuera de sus países de<br />

origen. Además, la CIA había informado a Kissinger y a otros altos oficiales<br />

sobre una misión específica de la <strong>Operación</strong> <strong>Cóndor</strong> que se estaba generando<br />

en Chile, Argentina y Uruguay con el objetivo de asesinar adversarios<br />

en Europa. La información sobre <strong>Cóndor</strong> debe considerarse junto con<br />

una fuente de inteligencia por separado que reveló que Chile, al mismo<br />

tiempo, estaba intentando enviar dos agentes encubiertos a Washington.<br />

Hay decenas de documentos que tratan sobre la <strong>Operación</strong> <strong>Cóndor</strong> en las<br />

semanas previas al asesinato de Letelier, pero salvo algunas excepciones,<br />

se han tachado los párrafos claves.<br />

Finalmente, creo con firmeza que si Kissinger y los oficiales estadounidenses<br />

hubieran actuado de acuerdo con lo que sabían respecto de la <strong>Operación</strong><br />

<strong>Cóndor</strong> y otros aspectos de los planes de Chile, incluso la detección<br />

de un plan para enviar agentes encubiertos de la DINA a Washington, el<br />

asesinato de Letelier podría haberse evitado.<br />

La sucesión de eventos que dan cuenta de la participación del gobierno<br />

de EEUU en la <strong>Operación</strong> <strong>Cóndor</strong> es compleja, pero comienza con una<br />

simple realidad. El gobierno estadounidense, en la década de los 70, defendía<br />

y promovía todos los gobiernos militares de derecha a medida que<br />

se iban creando, uno por uno, comenzando por Brasil en 1964. A medida<br />

que se iba dando lugar a operaciones de inteligencia secreta y seguridad<br />

(10) Dinges, John, <strong>Operación</strong> <strong>Cóndor</strong>: Una década de terrorismo internacional en el Cono<br />

Sur, Santiago de Chile, Ediciones B, 2004.<br />

<strong>Operación</strong> <strong>Cóndor</strong>. 40 años después<br />

173


Capítulo 8<br />

—tales como la DINA en Chile pero también en otros países—, la CIA<br />

brindó entrenamiento y promovió un accionar conjunto de las operaciones<br />

de inteligencia. También se puso a disposición la ayuda material:<br />

equipamiento militar para el ejército regular y equipos de comunicaciones<br />

para las agencias de inteligencia que conformaban la red de la <strong>Operación</strong><br />

<strong>Cóndor</strong>. La ayuda que tenía como objetivo directo beneficiar la red de<br />

la <strong>Operación</strong> <strong>Cóndor</strong> incluía el uso de un sistema de radio de alcance<br />

continental, comunicaciones en código en dicho sistema de radio —y en<br />

un sistema de télex que dentro del plan se denominó “Condortel”—, así<br />

como equipos de computadoras y apoyo para los bancos de datos entre<br />

varios países sobre activistas de izquierda sospechados de “subversión”.<br />

Los hechos que aquí se declaran se basan, sin excepción, en extensas colecciones<br />

de documentos estadounidenses (que llegan a casi 60.000 páginas)<br />

desclasificados a fines de los noventa, y en documentos adicionales<br />

que se obtuvieron en virtud de la Ley por la Libertad de la Información<br />

(FOIA) de los Estados Unidos de América. Debido a la naturaleza principalmente<br />

resumida del presente escrito, no es práctico aquí citar cada documento<br />

en el que se basa cada hecho mencionado. Las citas detalladas<br />

pueden encontrarse en <strong>Operación</strong> <strong>Cóndor</strong>. (11)<br />

Las dictaduras militares habían estado colaborando entre sí al menos desde<br />

1974, si bien un documento de la CIA del año 1976 informaba que<br />

“hasta hace poco tiempo no había pruebas de que esta cooperación fuera<br />

extensa o muy efectiva”. Pero un nuevo tipo de coordinación formal tuvo<br />

lugar en 1976, que fue objeto de un atento seguimiento por parte de las<br />

agencias de inteligencia de Estados Unidos, según las instrucciones del<br />

Secretario de Estado, Henry Kissinger. Ocurrieron una serie de asesinatos<br />

de extranjeros que vivían en Argentina con posterioridad al golpe militar<br />

del 24 de marzo. Miles de exiliados que vivían en el país fueron arrestados.<br />

Kissinger se estaba preparando para un importante viaje a Sudamérica en<br />

junio para asistir a la Asamblea General de la Organización de los Estados<br />

Americanos. Kissinger había insistido para que la reunión de la OEA se<br />

realizara en Santiago y así impulsar la imagen internacional del gobierno<br />

de Pinochet, que era el blanco de los defensores de derechos humanos.<br />

En un cable a las embajadas estadounidenses en Argentina, Uruguay, Chile,<br />

Paraguay, Bolivia y Brasil, Kissinger hizo una serie de preguntas sobre el<br />

(11) Dinges, John, <strong>Operación</strong> <strong>Cóndor</strong>..., op. cit.<br />

174


aportes de especialistas sobre la <strong>Operación</strong> <strong>Cóndor</strong><br />

“drástico incremento de los asesinatos de figuras políticas extranjeras que<br />

se encontraban exiliadas”, que, según dijo, era “un asunto que preocupaba<br />

al Departamento [de Estado]”. Una de las preguntas relevantes fue:<br />

“¿Cuenta usted con pruebas para sostener o negar las acusaciones de la<br />

existencia de acuerdos internacionales entre los gobiernos a fin de llevar a<br />

cabo dichos asesinatos o ejecuciones?”.<br />

De hecho, al momento en que tuvo lugar el golpe en Argentina, la CIA<br />

ya había informado que cinco de los seis países habían creado un nuevo<br />

aparato que facilitaría, precisamente, ese tipo de coordinación anti-subversiva.<br />

A principios de julio, los informes de la CIA comenzaron a utilizar<br />

el nombre de la organización, <strong>Operación</strong> <strong>Cóndor</strong>, y describieron su accionar<br />

en la Argentina.<br />

Kissinger no mencionó nada sobre estos informes cuando se encontró el<br />

9 de junio con el General Augusto Pinochet, a quien le comentó que iba a<br />

hablar sobre derechos humanos en su discurso a la OEA, pero que quería<br />

que Pinochet supiera que “nosotros apoyamos lo que usted está tratando<br />

de llevar a cabo aquí. Deseamos que a su gobierno le vaya bien”.<br />

El Coronel Manuel Contreras, en su carácter de jefe de la DINA, estaba a<br />

cargo de la seguridad de la reunión de la OEA que tendría lugar en junio.<br />

Apenas terminada esta, organizó su propia reunión, que sería la segunda<br />

reunión de los jefes de inteligencia que conformaban la <strong>Operación</strong> <strong>Cóndor</strong>.<br />

Esta vez, Brasil fue un participante activo de dicha reunión, que tuvo<br />

lugar en las oficinas de la DINA en Santiago.<br />

La CIA realizó un informe completo que se le envió a Kissinger y al Departamento<br />

de Estado. En dicho informe se establecía que el sistema <strong>Cóndor</strong><br />

estaba expandiendo sus operaciones a fin de incluir misiones fuera de<br />

América Latina. Específicamente, Argentina, Chile y Uruguay prestaban su<br />

consentimiento a lanzar una misión contra los izquierdistas que se encontraban<br />

en París. Brasil y Argentina acordaban llevar a cabo operaciones<br />

conjuntas para “cazar y eliminar terroristas que tuvieran la intención de<br />

huir de la Argentina con destino a Brasil”.<br />

El 30 de julio, los oficiales de la CIA en Washington mantuvieron una sesión<br />

informativa formal sobre la <strong>Operación</strong> <strong>Cóndor</strong> para los oficiales superiores<br />

del Departamento de Estado, en la cual se usaron expresiones más<br />

alarmantes: “Originalmente diseñada como un sistema de comunicaciones<br />

y banco de datos para facilitar la defensa contra la Junta Coordinadora<br />

<strong>Operación</strong> <strong>Cóndor</strong>. 40 años después<br />

175


Capítulo 8<br />

Revolucionaria, la organización comenzaba a tomar un rol bastante más<br />

activo, que incluía específicamente el rol de identificar, localizar y ‘asestar<br />

golpes’ a líderes de la guerrilla.” En la jerga de la CIA, “asestar golpes”<br />

tenía un sentido unívoco: significaba asesinar. (12)<br />

De este modo, lo que Robert Scherrer, del FBI, describiría luego como<br />

las fases uno, dos y tres (recolección de datos, operaciones conjuntas en<br />

los países miembros y los asesinatos internacionales, respectivamente) fue<br />

el tema de un informe y de un análisis formales en las oficinas de mayor<br />

privacidad de la CIA y del Departamento de Estado en julio de 1976, unos<br />

dos meses antes del asesinato de Letelier en Washington.<br />

De hecho, en Chile, el Coronel Contreras ya había puesto en marcha la<br />

misión para matar a Letelier en Washington. Las órdenes para llevar a cabo<br />

esa operación se habían dado solo unos días después de la reunión que<br />

tuvo lugar en Santiago, y no más de dos semanas después de la reunión<br />

de Kissinger con Pinochet. El asesino internacional y veterano de la DINA,<br />

Michael Vernon Townley, dijo haber recibido las órdenes a fines de junio o<br />

principios de julio.<br />

Que Contreras eligiera a Townley para desplegar las misiones letales de<br />

la DINA en territorio internacional, no parece ser algo casual. No solo era<br />

Townley un ciudadano estadounidense, sino que había tenido contacto<br />

previo con la CIA. Townley admitió haberse postulado como agente secreto<br />

para dicha agencia, la cual había confirmado este hecho y reconocía<br />

que Townley estaba sujeto a una verificación de seguridad (un paso preliminar<br />

para un agente encubierto) y que era “de interés” para la CIA en<br />

1971.<br />

Contreras mismo cultivaba un contacto fluido y muy cercano con la CIA, y<br />

puede decirse que intentaba utilizar sus relaciones con esta agencia para<br />

desviar la atención de los delitos internacionales de la DINA. Como mínimo,<br />

al cubrirse con el manto de la CIA, Contreras estaba seguro de que<br />

la CIA lo ayudaría a mantener en secreto el accionar de la DINA. A continuación,<br />

un breve resumen de la prueba de que Contreras manipulaba su<br />

relación con la CIA:<br />

• Contreras fue el primero en revelar, en una entrevista, que la CIA había enviado<br />

a agentes a Chile para entrenar la DINA, un hecho tardíamente confirmado por<br />

la CIA a una comisión investigadora del Congreso.<br />

(12) Dinges, John, <strong>Operación</strong> <strong>Cóndor</strong>..., op. cit., p. 170.<br />

176


aportes de especialistas sobre la <strong>Operación</strong> <strong>Cóndor</strong><br />

• Contreras mismo tenía una cercana relación operativa con la CIA, acordando<br />

proveer inteligencia a cambio de un pago mensual (se materializó solo uno,<br />

en 1975, probablemente de USD5000). La CIA canceló el pago después de un<br />

mes, supuestamente debido a la preocupación por los derechos humanos. (13)<br />

• Según mi investigación, Contreras viajó a EEUU para consultar con altos oficiales<br />

de la CIA por lo menos en cinco oportunidades. Uno de los viajes coincide<br />

con la organización de <strong>Cóndor</strong>. En agosto de 1975, Contreras se reunió con el<br />

subdirector de la Agencia Central de Inteligencia, Vernon Walters. De Washington,<br />

Contreras se dirigió a reuniones con oficiales de inteligencia en Caracas,<br />

Venezuela, donde planteó sus planes para la <strong>Operación</strong> <strong>Cóndor</strong>. ¿Informó<br />

a Walters también sobre el plan <strong>Cóndor</strong>? La respuesta está escondida en documentos<br />

secretos de la CIA.<br />

• En julio de 1976, mientras el plan para matar a Letelier estaba a pocas semanas<br />

por cumplirse, Contreras visitó a Walters de la CIA nuevamente. No sabemos<br />

todo lo conversado, pero es claro que Contreras —una vez más— estableció<br />

un nuevo eslabón circunstancial entre sus planes por ejecutar y sus amigos en<br />

la CIA.<br />

• Finalmente, enjuiciado en el año 1978 por EEUU por el crimen de Letelier, Contreras<br />

presentó su defensa: que la CIA había infiltrado a la DINA para cometer<br />

crímenes con propósitos propios, que Michael Townley recibía órdenes de la<br />

CIA, y que la CIA, no la DINA, asesinó a Letelier en Washington.<br />

Volvamos ahora a nuestra cronología de eventos respecto al involucramiento<br />

de Estados Unidos en la <strong>Operación</strong> <strong>Cóndor</strong>.<br />

De este modo, entre julio y septiembre de 1976, al menos dos operaciones<br />

relacionadas con asesinatos se estaban gestando dentro del plan: matar<br />

a Letelier en Washington y a dos líderes de la JCR en París. Chile estaba<br />

involucrado en ambas, pero la CIA había detectado solo una. (14)<br />

(13) Central Intelligence Agency, “The Hinchey Report: CIA Activities in Chile” (september<br />

18, 2000) [en línea] https://www.cia.gov/library/reports/general-reports-1/chile/. Se realizó un<br />

depósito de USD5000 a una cuenta del Riggs Bank a nombre de Contreras en ese momento.<br />

En 1991, la CIA reconoció haber destruido el archivo de seguridad que había conservado<br />

sobre Contreras desde 1974 a 1979.<br />

(14) Otras operaciones que nunca se ejecutaron de forma completa podrían haber estado<br />

en marcha también. Se conocen pocos detalles, pero las fuentes establecen una variedad de<br />

objetivos <strong>Cóndor</strong> de alto perfil: Carlos Altamirano (Chile), Gabriel Valdes (Chile), el congresista<br />

Edward Koch (Chile y Uruguay), Wilson Ferreira (Uruguay), Ilich Ramírez Sánchez (también<br />

conocido como Carlos “el Chacal”) y el FPLP (Frente Popular para la Liberación de Palestina,<br />

con el cual estaba asociado Ramírez Sánchez). También hay pruebas de que Chile o la <strong>Operación</strong><br />

<strong>Cóndor</strong> habían entablado relaciones con fuerzas de inteligencia en la Sudáfrica de los<br />

tiempos del Apartheid, Alemania Occidental, Irán.<br />

<strong>Operación</strong> <strong>Cóndor</strong>. 40 años después<br />

177


Capítulo 8<br />

Michael Townley viajó primero a la Argentina, luego a Paraguay. Según un<br />

cable “<strong>Cóndor</strong> uno” a Paraguay que obtuvo el FBI, Chile estaba utilizando<br />

la red <strong>Cóndor</strong> a fin de obtener documentos para la misión. El viaje a Paraguay<br />

fue detectado por el embajador estadounidense, que hizo copias<br />

de los pasaportes y fotos falsos que resultaron ser de Michael Townley y<br />

de otro agente de la DINA. En ese punto, la inteligencia estadounidense<br />

estaba al tanto no solo de la <strong>Operación</strong> <strong>Cóndor</strong> y sus planes de “asestar<br />

un golpe” a los líderes de la JCR en París, sino que también sabía que la<br />

DINA chilena estaba intentando enviar dos agentes encubiertos en una<br />

misión sospechosa pero indeterminada a Washington.<br />

En el séptimo piso del Departamento de Estado, la preocupación que se<br />

cernía sobre la <strong>Operación</strong> <strong>Cóndor</strong> impulsó una serie de reuniones, instructivos<br />

y memorandos de urgencia. El oficial superior de Kissinger para<br />

América Latina, Harry Shlaudeman, redactó un extenso análisis de 14<br />

páginas solo para Kissinger titulado “The Third World War and South<br />

America” (El Tercer Mundo y América del Sur). Este documento concluía<br />

que los seis países del Cono Sur habían desarrollado una “mentalidad<br />

de asedio que lindaba con la paranoia”, y que se veían como “el último<br />

bastión de la civilización cristiana” que libraba una guerra tercermundista<br />

contra el marxismo. En este documento se resumían las tres fases de la<br />

<strong>Operación</strong> <strong>Cóndor</strong> y el blanco de la misma, “los subversivos”, entre los<br />

cuales se incluía a “casi cualquier persona que se opusiera a la política<br />

del gobierno”.<br />

La preocupación de Shlaudeman versaba menos sobre los derechos humanos<br />

que sobre el temor de que la campaña anti-marxista se fuera de las<br />

manos y pusiera en duda el liderazgo de Estados Unidos en la región. Los<br />

países sospechaban que “incluso los EEUU han ‘perdido la voluntad’ de<br />

enfrentarse firmemente contra el comunismo…”.<br />

El debate sobre la <strong>Operación</strong> <strong>Cóndor</strong> y qué hacer (o no) con ella ocupó<br />

gran parte del mes de agosto de 1976. Este tema tomó carácter de mayor<br />

urgencia cuando la CIA informó que un equipo conformado por tres países<br />

estaba llevando a cabo un entrenamiento en Buenos Aires para ultimar<br />

detalles de la misión de asesinato en Europa.<br />

A fines de agosto, Kissinger decidió que se debían tomar acciones (o lo<br />

persuadieron de ello). El 23 de agosto, Kissinger envió un extenso cable titulado<br />

“<strong>Operación</strong> <strong>Cóndor</strong>”, que detallaba un plan de acción para detener<br />

178


aportes de especialistas sobre la <strong>Operación</strong> <strong>Cóndor</strong><br />

los asesinatos de la <strong>Operación</strong> <strong>Cóndor</strong>, e incluía órdenes directas a los<br />

embajadores estadounidenses en los seis países de la <strong>Operación</strong>. “Los<br />

asesinatos planificados y dirigidos por un gobierno dentro y fuera del territorio<br />

de los miembros de la <strong>Operación</strong> <strong>Cóndor</strong> tienen muy serias implicancias<br />

que debemos enfrentar estricta y rápidamente”, establecía dicho<br />

cable. Los embajadores en Chile, Argentina y Uruguay recibieron órdenes<br />

de reunirse “lo antes posible con un oficial pertinente de alto rango, preferentemente<br />

el jefe de estado” para enviar un mensaje. El mensaje en<br />

cuestión decía que Estados Unidos de América estaba al tanto de la alianza<br />

<strong>Cóndor</strong> y que:<br />

Hay (…) rumores de que esta cooperación puede extenderse<br />

más allá de un mero intercambio de información y pasar a incluir<br />

planes de asesinar subversivos, políticos y personalidades<br />

prominentes tanto dentro de las fronteras nacionales de ciertos<br />

países del Cono Sur como fuera de ellas… Sentimos la imperiosa<br />

necesidad de hacerles llegar nuestra profunda preocupación.<br />

Si estos rumores tuvieran un ápice de verdad, causarían un problema<br />

moral y político de lo más serio. (15)<br />

Si bien se usa un lenguaje diplomático, el mensaje no podía estar más<br />

claro: sabemos lo que están planeando y no lo aprobamos. Deténganlo.<br />

No se ha contado en forma completa la historia de lo que ocurrió durante<br />

el mes siguiente (desde el cable de Kissinger, el 23 de agosto, hasta la<br />

muerte de Letelier, el 21 de septiembre). Los documentos relevantes se<br />

han mantenido fuera del ojo público o han sido totalmente tachados.<br />

Sabemos solamente que la orden de Kissinger de contactar a los más altos<br />

líderes de los países que estaban planeando los asesinatos internacionales<br />

nunca se llevó a cabo. El 20 de septiembre se les informó a los embajadores<br />

que la orden se había cancelado porque “no había habido informes<br />

en las últimas semanas que indicasen la existencia de activar la <strong>Operación</strong><br />

<strong>Cóndor</strong>”.<br />

Al día siguiente, un martes a la mañana, se detonó la bomba en el auto de<br />

Letelier cuando iba hacia su trabajo junto con su investigador asociado,<br />

Michael Moffitt, y su mujer, Ronni. La explosión mató a Letelier y a Ronni<br />

Moffitt. Michael Moffitt tuvo lesiones leves.<br />

(15) Dinges, John, <strong>Operación</strong> <strong>Cóndor</strong>..., op. cit., pp. 182/183.<br />

<strong>Operación</strong> <strong>Cóndor</strong>. 40 años después<br />

179


Capítulo 8<br />

Volvamos a Robert Scherrer, el agente del FBI que se enteró sobre las tres<br />

fases de la <strong>Operación</strong> <strong>Cóndor</strong> por medio de un oficial de inteligencia argentino<br />

una semana después del asesinato. Scherrer, quien murió en 1995,<br />

dijo no saber nada sobre la historia que les acabo de contar, sobre los<br />

numerosos informes, instrucciones, memorandos y cables urgentes que<br />

contenían información sobre los planes asesinos de <strong>Cóndor</strong> y sobre el intento<br />

por parte de Kissinger, luego abortado, de detenerlos. Nada de esto<br />

se contó en el juicio llevado a cabo en 1979 contra los cubanos derechistas<br />

que ayudaron a Townley a matar a Letelier. Los oficiales del departamento<br />

de Estado que prestaron su testimonio en el juicio no dijeron nada sobre<br />

las semanas de debate acerca del involucramiento de Kissinger y la CIA<br />

con la <strong>Operación</strong> <strong>Cóndor</strong>. El procurador general por el Departamento de<br />

Justicia, Eugene Propper, en su libro Labyrinth expresa su ignorancia sobre<br />

el tema. Recibió extensas instrucciones por parte de la CIA sobre la<br />

<strong>Operación</strong> <strong>Cóndor</strong>, en las cuales se la describía como “una operación de<br />

inteligencia”, según escribe en su libro, “pero la Agencia no había mencionado<br />

los asesinatos”. (16)<br />

Permítanme un matiz editorial sobre estas declaraciones: simplemente,<br />

¡carecen de toda credibilidad!<br />

La investigación por parte de Scherrer y del FBI resolvió el caso en lo<br />

que respecta a la identificación de los responsables, entre otros, la DINA,<br />

Townley y Contreras. Algunos de los culpables fueron detenidos por este<br />

delito. (17) Los oficiales estadounidenses de todas las agencias y en todos<br />

los niveles no tenían conocimiento u optaron por ocultar el avance, el conocimiento<br />

previo al caso Letelier sobre los planes de la <strong>Operación</strong> <strong>Cóndor</strong><br />

y el fracaso por parte de Kissinger, los embajadores estadounidenses<br />

y la CIA de enfrentar a Chile, Argentina y Uruguay por sus planes de matar<br />

a todo disidente.<br />

(16) Propper, Eugene y Branch, Taylor, Labyrinth, op. cit. Se puede demostrar que la declaración<br />

de Propper no es verdadera. Ahora tenemos acceso a los documentos de instrucción<br />

que usó la CIA en sus reuniones con el fiscal. Incluyen la misma información sobre las tres<br />

fases, incluidos los asesinatos internacionales, que brindó Kissinger antes del asesinato.<br />

(17) Townley cumplió cerca de cinco años de una sentencia de 10 años. Manuel Contreras<br />

y su jefe de operaciones de la DINA, Pedro Espinoza, fueron acusados por Estados Unidos<br />

pero Chile rechazó la extradición. Cuando terminó la dictadura chilena, ambos fueron finalmente<br />

enjuiciados por diversos cargos relacionados con derechos humanos y recibieron<br />

largas condenas. Contreras murió en la cárcel en el 2015. Townley está libre y vive en Estados<br />

Unidos bajo otra identidad.<br />

180


aportes de especialistas sobre la <strong>Operación</strong> <strong>Cóndor</strong><br />

Si se hubiera transmitido esta advertencia a dichos países, ¿se habría evitado<br />

el asesinato de Letelier? Solo un oficial del Departamento de Estado<br />

ha brindado información al respecto. Hewson Ryan, Subsecretario Adjunto<br />

para América Latina, estuvo presente en la reunión de instrucción de la<br />

CIA llevada a cabo el 30 de julio de 1976 sobre la <strong>Operación</strong> <strong>Cóndor</strong>, que<br />

movilizó a Kissinger a decidir enviar el cable de advertencia. En una entrevista<br />

que brindó antes de morir, reflexionó sobre el asesinato de Letelier:<br />

Sabíamos desde hacía bastante tiempo que los gobiernos de<br />

los países del Cono Sur estaban planeando algunos asesinatos<br />

en el exterior para el verano de 1976, o al menos hablaban sobre<br />

esa posibilidad. Si había o no una relación directa, lo desconozco.<br />

Si de haber intervenido nosotros [al comunicar la advertencia],<br />

hubiéramos podido evitar [el asesinato de Letelier], no<br />

lo sé. Pero no lo hicimos. (18)<br />

Mi conclusión, que se basa en mi estudio de las pruebas disponibles, es<br />

que el asesinato de Letelier podría haberse evitado, y se habría evitado de<br />

hecho si el gobierno de los Estados Unidos hubiera enfrentado a Chile con<br />

conocimiento acerca de la <strong>Operación</strong> <strong>Cóndor</strong>. Pero la realidad no fue así.<br />

La CIA y el ejército de los Estados Unidos sabían sobre la <strong>Operación</strong> <strong>Cóndor</strong><br />

y se beneficiaron de la inteligencia obtenida mediante tortura en sus<br />

centros clandestinos. Pero no hay pruebas acerca de la participación de<br />

oficiales estadounidenses en los asesinatos. Hay muchas pruebas sobre<br />

el caso de Letelier, como se describió anteriormente y en mi libro, de la<br />

complicidad del gobierno estadounidense en la represión, pero la prueba<br />

no es compatible con la teoría, que promueven Contreras y otros autores,<br />

de que la CIA tuvo un papel en la muerte de Letelier.<br />

Otra conclusión a la que puede arribarse es que los oficiales y agencias estadounidenses,<br />

desde Kissinger hacia abajo, ocultaron sistemáticamente<br />

lo que sabían e hicieron con anterioridad a la muerte de Letelier. No haber<br />

actuado sobre la inteligencia disponible acerca de la <strong>Operación</strong> <strong>Cóndor</strong><br />

era tan vergonzoso que se tomó la decisión deliberada de evitar que los<br />

hechos salieran a la luz pública en el momento del juicio de 1979 y durante<br />

los posteriores veinte años. La desclasificación de los documentos en 1999<br />

(18) Dinges, John, <strong>Operación</strong> <strong>Cóndor</strong>..., op. cit. Las citas específicas de todos los documentos<br />

mencionados en el presente pueden encontrarse en las notas del capítulo 11, “Un asesinato<br />

que pudo haberse evitado”.<br />

<strong>Operación</strong> <strong>Cóndor</strong>. 40 años después<br />

181


Capítulo 8<br />

por parte del Presidente William Clinton reveló parte de la verdad. Pero<br />

las razones del fracaso y las responsabilidades individuales siguen enterradas<br />

en las páginas de los documentos todavía secretos y en las partes<br />

tachadas de los documentos ya liberados.<br />

En otras palabras, se trata de un encubrimiento que continúa hasta nuestros<br />

días.<br />

2. El <strong>Cóndor</strong> en América Latina<br />

2.1. Argentina en la <strong>Operación</strong> <strong>Cóndor</strong>, por Melisa Slatman (19)<br />

2.1.1. Caracterización general de la participación argentina en <strong>Cóndor</strong><br />

Argentina se insertó en la <strong>Operación</strong> <strong>Cóndor</strong> en un momento de transición<br />

política desde un gobierno formalmente democrático hacia una dictadura.<br />

Cuando se firmó el acuerdo, ya estaba en marcha el armado institucional<br />

del Estado terrorista. En este marco, el Operativo Independencia, el dictado<br />

posterior de los llamados “decretos de aniquilamiento”, la creación<br />

del Consejo de Defensa que ordenó a las Fuerzas Armadas, de seguridad<br />

y policiales su dedicación a la aniquilación de la “subversión”, y el dictado<br />

de directivas por los jefes de las Fuerzas Armadas, que las organizaron<br />

para actuar institucionalmente en la masacre que sobrevendría, permiten<br />

entender que en Argentina se vivía una situación política acorde con la<br />

situación del Cono Sur.<br />

A fines de noviembre de 1975, cuando el almirante Jorge Demetrio Casas,<br />

segundo director de la Secretaría de Inteligencia del Estado (SIDE) y<br />

representante argentino en la Primera Reunión de Inteligencia Nacional<br />

firmó el acta de cierre, lo hizo representando a un Estado que estaba decidido<br />

a aniquilar a los opositores políticos.<br />

La SIDE, un organismo de inteligencia civil militarizado desde la década<br />

de los 70, fue inicialmente el enlace argentino en <strong>Cóndor</strong>. Luego esas funciones<br />

fueron asumidas por la inteligencia militar.<br />

En el momento de la firma del acuerdo que pondría en funcionamiento<br />

<strong>Cóndor</strong>, se encontraba bajo jurisdicción de la Armada, que luego fue<br />

desplazada por el Ejército, cuando Otto Paladino, que había sido hasta<br />

entonces Jefe II del Ejército, es decir, Inteligencia, pasaba a ocupar la<br />

(19) Investigadora.<br />

182


aportes de especialistas sobre la <strong>Operación</strong> <strong>Cóndor</strong><br />

dirección de este organismo, según la indicación del Consejo de Defensa.<br />

Al momento de la firma del acuerdo para la creación de la <strong>Operación</strong> <strong>Cóndor</strong>,<br />

los intereses de los organismos argentinos eran diferentes a los que<br />

tenían los otros países que lo suscribieron.<br />

Para el resto de los países la cuestión era desarticular a la oposición en el<br />

exterior, y esto incluía silenciar a las figuras principales, así como también<br />

a las redes de exiliados que articulaban sus denuncias en el plano internacional,<br />

y a las organizaciones que se preparaban, en la retaguardia, para<br />

poner en cuestión el poder en su país. Todos los países además, asumían<br />

tener un peligro común: la Junta de Coordinación Revolucionaria (JCR),<br />

que integraba a organizaciones político-militares de Argentina, Chile, Uruguay<br />

y Bolivia.<br />

En el caso argentino la perspectiva era otra. Más allá del argumento del<br />

peligro que representaba la JCR, los exilios de argentinos eran incipientes<br />

y aun no estaban articulados, y las organizaciones que se consideraban<br />

el oponente principal aún estaban operativas en su territorio. En este aspecto,<br />

la suscripción de <strong>Cóndor</strong> por parte de Argentina fue preventiva,<br />

aunque luego se volvió “útil”.<br />

A los organismos represivos argentinos les preocupaba más la cuestión<br />

de los bolsones de exiliados y las organizaciones que, en retirada por la<br />

represión en sus países, habían decidido montar su base de operaciones<br />

en Argentina.<br />

En este sentido, la participación de Argentina en la <strong>Operación</strong> <strong>Cóndor</strong><br />

tuvo que ver, en primer lugar, con poner a disposición del resto de los países<br />

de la región su estructura y metodología represiva, y en un segundo<br />

momento, luego del golpe de Estado, con requerir la reciprocidad para<br />

resolver, por medio de actividades represivas extraterritoriales o de operativos<br />

combinados, sus propios asuntos con los exiliados y las organizaciones<br />

que salían al exterior.<br />

En cuanto a la forma, las actividades de Argentina en <strong>Cóndor</strong> fueron las<br />

mismas que las del resto de los países: intercambio de información, envío<br />

y recepción de agentes de organismos represivos para participar en interrogatorios,<br />

entrega y recepción de repatriados forzosos, y participación<br />

en operaciones de acción psicológica.<br />

<strong>Operación</strong> <strong>Cóndor</strong>. 40 años después<br />

183


Capítulo 8<br />

La puesta a disposición de la estructura represiva argentina implicó que<br />

el tratamiento de los detenidos extranjeros fuera similar al tratamiento<br />

de los detenidos locales: seguimiento de inteligencia, secuestro, traslado<br />

a centros clandestinos de detención e interrogatorios bajo tortura para<br />

avanzar en la desarticulación del núcleo al que pertenecía la víctima. Esto<br />

se combinó, en algunos casos, con la intervención de agentes del país<br />

de origen de las víctimas en los secuestros, en los interrogatorios y en la<br />

decisión sobre su destino final. El devenir de la represión y la centralidad<br />

que adquirió Argentina determinaron que, a fines de 1976, la oficina de<br />

<strong>Cóndor</strong> se instalara en Buenos Aires.<br />

Las víctimas extranjeras en Argentina o bien fueron víctimas de repatriación<br />

forzada, o fueron asesinadas en el propio territorio. En contrapartida,<br />

también hubo argentinos repatriados forzosamente, en condiciones<br />

de clandestinidad, la mayoría de los cuales se encuentran desaparecidos,<br />

aunque también se dieron casos de sobrevivientes.<br />

2.1.2. Aportes de la investigación<br />

sobre la participación argentina en <strong>Cóndor</strong><br />

La descripción anterior sirve para brindar un marco general sobre la participación<br />

argentina en <strong>Cóndor</strong>. A continuación se brindará un panorama del<br />

estado general de conocimiento sobre estos hechos, señalando los resultados<br />

de investigación producidos en diferentes ámbitos del conocimiento.<br />

2.1.2.1. Informes de la verdad<br />

Los informes de la verdad, de diferentes características, que se han producido<br />

en la región en los últimos años han traído novedades sobre la<br />

participación Argentina en la <strong>Operación</strong> <strong>Cóndor</strong>.<br />

El Nunca Más argentino, que fue el primer informe de la verdad de la<br />

región, y fue un importante antecedente. Allí, sin mencionarse a la <strong>Operación</strong><br />

<strong>Cóndor</strong>, se abordó la cuestión de la coordinación represiva regional.<br />

El informe no profundizó en el análisis específico de la participación de la<br />

dictadura argentina. (20) .<br />

El informe de la Comisión Nacional de la Verdad y Reconciliación de<br />

Chile, más conocida como Comisión Rettig, abordó especialmente las<br />

(20) Comisión Nacional para la Desaparición de Personas (CONADEP), Nunca más, Bs. As., Eudeba,<br />

1984.<br />

184


aportes de especialistas sobre la <strong>Operación</strong> <strong>Cóndor</strong><br />

relaciones de coordinación represiva establecidas entre ese país y Argentina.<br />

(21)<br />

El primer informe en abordar de manera sistemática la cuestión de <strong>Cóndor</strong><br />

fue el informe sobre desaparecidos de la Presidencia de la República<br />

del Uruguay y un informe subsidiario sobre la dictadura, publicado por la<br />

Universidad de la República. (22)<br />

En estos informes, lo que se insinúa en los anteriores sobre las redes de<br />

coordinación aparece ampliamente documentado. Es copiosa la cantidad<br />

de documentación reproducida y transcripta sobre la participación argentina<br />

en <strong>Cóndor</strong> y, también los documentos que ahondan en la persecución<br />

a ciudadanos argentinos en Uruguay.<br />

También analizó la cuestión de <strong>Cóndor</strong> la Comisión de Verdad y Justicia<br />

de Paraguay, (23) aunque mirando más sus aspectos globales y su relación<br />

con los Estados Unidos. Sin embargo, el informe en general permite ver<br />

la colaboración entre los dos países, en un período más largo que el específico<br />

de <strong>Cóndor</strong> y la dinámica de la “frontera caliente”al noreste de la<br />

Argentina.<br />

En Brasil, se conformó una comisión nacional de la verdad que realizó una<br />

larga investigación sobre violaciones a los Derechos Humanos y que en su<br />

Relatorio final presenta un capítulo sobre la <strong>Operación</strong> <strong>Cóndor</strong> y analiza lo<br />

sucedido a varios ciudadanos brasileños en Argentina. (24)<br />

En Brasil se crearon también Comisiones Estaduales de verdad. En este<br />

marco, la Comisión Estadual de Río de Janeiro recuperó el testimonio del<br />

Coronel Paulo Malhaes, que dio información sobre la participación brasileña<br />

en las redes de coordinación nacional. (25) Malhaes fue encontrado<br />

muerto en su domicilio poco después, en abril de 2014. En el marco de la<br />

investigación judicial por su muerte, fueron hallados en su domicilio documentos<br />

que dan cuenta de las actividades de coordinación represiva con<br />

Argentina y una clase de documentos de los que hasta ahora no se tenía<br />

(21) Comisión Nacional de Verdad y Reconciliación, Informe..., op. cit.<br />

(22) Presidencia de la República Oriental del Uruguay, Investigación Histórica..., op. cit.; Rico,<br />

Álvaro, Investigación histórica sobre la dictadura y el terrorismo de Estado en el Uruguay<br />

(1973-1985), vol. 2, Montevideo, Universidad de la República, 2008.<br />

(23) Comisión de Verdad y Justicia, Paraguay, Informe Final, 2009<br />

(24) Comissão Nacional da Verdade (CNV), Relatório, vol. I, 2014.<br />

(25) Para la declaración de Malhaes ver [en línea] http://www.cev-rio.org.br/destaque/teste/<br />

<strong>Operación</strong> <strong>Cóndor</strong>. 40 años después<br />

185


Capítulo 8<br />

conocimiento: informes de un militar argentino infiltrado en la comunidad<br />

de exiliados de esa ciudad. (26)<br />

2.1.2.2. La investigación judicial<br />

Son varios los juicios que han abordado, aunque parcialmente, aspectos<br />

de la <strong>Operación</strong> <strong>Cóndor</strong>. Aquí es necesario realizar un breve recuento de<br />

la evolución de los juicios en Argentina.<br />

Luego del funcionamiento de la Comisión Nacional sobre la Desaparición<br />

de Personas (CONADEP) y de la elaboración del informe de la comisión,<br />

parte del cual se publicó con el título Nunca Más, una de las recomendaciones<br />

de la CONADEP fue la de iniciar acciones legales y entregó pruebas<br />

a la justicia.<br />

En 1985 se realizó el juicio a las Juntas Militares. En el marco de esa causa,<br />

se investigaron actividades de coordinación represiva sobre ciudadanos<br />

extranjeros en Argentina y argentinos en el exterior. El impacto de este<br />

juicio y el inicio de nuevas investigaciones judiciales llevaron a una serie<br />

de conflictos políticos en Argentina, que incluyeron alzamientos militares.<br />

Fruto de la presión que estos ejercieron, en 1986 se dictó la ley de obediencia<br />

debida y en 1987 la de punto final —llamadas “leyes de impunidad”—<br />

cuyo efecto fue la clausura de las investigaciones y los procesos<br />

judiciales. El camino de la impunidad se vio acompañado por el dictado<br />

de los indultos presidenciales en 1989. Entre los indultados estuvieron militares<br />

uruguayos que habían participado de la <strong>Operación</strong> <strong>Cóndor</strong>, realizando<br />

actividades en Argentina.<br />

La clausura de la posibilidad de juzgar excluyó una serie de delitos: la<br />

apropiación de menores y las violaciones. Esto permitió que, durante los<br />

años de impunidad, se investigaran y juzgaran algunos casos de apropiación<br />

de menores entre los que se encontraban niños apropiados en el<br />

marco de la colaboración represiva.<br />

En este contexto de impunidad, los familiares y víctimas buscaron caminos<br />

alternativos para poder alcanzar la justicia. En noviembre de 1999 un<br />

grupo de familiares de víctimas se presentó a la justicia y solicitó que se<br />

comenzaran a investigar los crímenes ocurridos en el marco de la <strong>Operación</strong><br />

<strong>Cóndor</strong>. Según explica Rodolfo Yanzón, la presentación se realizó<br />

(26) Estos informes fueron publicados por el Ministerio Público Fiscal de Río de Janeiro, [en<br />

línea] http://www.prrj.mpf.mp.br/institucional/mpf-na-capital/atuacao/portaria-icps<br />

186


aportes de especialistas sobre la <strong>Operación</strong> <strong>Cóndor</strong><br />

contra militares extranjeros, ninguno de los cuales había sido beneficiado<br />

por las leyes de impunidad. (27) Este es el inicio de la causa conocida como<br />

“<strong>Operación</strong> <strong>Cóndor</strong>” en Argentina, cuya investigación estuvo a cargo del<br />

Juzgado Nacional en lo Criminal y Correccional Federal N° 7 de la Capital<br />

Federal. De esa investigación, que continúa en proceso, se elevaron a juicio<br />

tres tramos en 2008, 2011 y 2012.<br />

Por otra parte, en el marco de las investigaciones judiciales que sucedieron<br />

a la causa 13/84, había comenzado a tramitarse la causa 450, por los<br />

crímenes cometidos en el marco del primer cuerpo de Ejército. Esa causa<br />

se paralizó y fue reabierta luego de la anulación de las leyes de impunidad.<br />

En ese marco, desde 2004, se comenzaron a investigar los hechos acontecidos<br />

en el centro clandestino de detención (CCD) “Automotores Orletti”,<br />

dependiente de la SIDE y que tuvo actividades dentro de la jurisdicción<br />

del primer cuerpo de Ejército. De esa investigación se elevó a juicio oral<br />

un primer tramo por el que se dictó sentencia en 2010. Un segundo tramo<br />

de esa causa se elevó a juicio en 2011.<br />

Por la conexión que existe entre las dos causas, el juicio por los tres primeros<br />

tramos de <strong>Operación</strong> <strong>Cóndor</strong> y el segundo tramo de Automotores<br />

Orletti se unificó en un solo debate que se encuentra en desarrollo desde<br />

marzo de 2013. (28)<br />

Por otra parte, luego de la anulación de las leyes de impunidad, se prosiguió<br />

con la investigación de las violaciones a los derechos humanos durante<br />

la última dictadura.<br />

La estructura de los juicios en Argentina, a grandes rasgos, está ordenada<br />

por la responsabilidad territorial de los imputados y por las actividades dentro<br />

de los centros clandestinos de detención. Durante la dictadura, el territorio<br />

argentino se dividió en cinco zonas (Zonas I, I, IV y V y el Comando de<br />

Institutos Militares), con subdivisiones internas, llamadas subzonas y áreas,<br />

que cumplían funciones diferentes. En este marco, se trató lo sucedido a<br />

(27) Yanzón, Rodolfo, “Los juicios desde el fin de la dictadura hasta hoy”, en G. C. Andreozzi (ed.),<br />

Juicios por crímenes de lesa humanidad en Argentina, Bs. As, Cara o ceca, 2011.<br />

(28) Una referencia con más detalle sobre estas causas, sus objetivos y contenido documental<br />

puede consultarse [en línea] http://atom.ippdh.mercosur.int/index.php/causa-plan-condororletti-ii.<br />

Una explicación detallada de las características y objetivos del juicio puede encontrarse<br />

en la entrevista al fiscal general Pablo Ouviña, [en línea] https://www.fiscales.gob.<br />

ar/lesa-humanidad/juicio-a-los-responsables-del-plan-condor-todos-nuestros-vecinos-nosestan-mirando-para-ver-que-hacemos/?hl=Operacion%20Condor<br />

<strong>Operación</strong> <strong>Cóndor</strong>. 40 años después<br />

187


Capítulo 8<br />

ciudadanos extranjeros —por ejemplo— en la causa por la responsabilidad<br />

de los jefes de área también conocida como “Olivera Róvere”.<br />

En cuanto a los crímenes cometidos en el circuito de centros clandestinos<br />

de detención, pueden nombrarse como ejemplo las causas por lo sucedido<br />

en el circuito Atlético-Banco-Olimpo, en el Vesubio, así como también<br />

en el Pozo de Quilmes y Pozo de Banfield.<br />

En estas causas, a diferencia de la causa por <strong>Operación</strong> <strong>Cóndor</strong>, el tratamiento<br />

de lo que sucedió con las víctimas extranjeras es el mismo que el<br />

que se les da a las víctimas argentinas, porque el objetivo es investigar lo<br />

sucedido durante el secuestro, tanto en los casos en los que hubo desaparición<br />

forzada como cuando se trata de homicidios o de privaciones de la<br />

libertad con o sin supervivencia. De hecho, incluso, en algunas sentencias<br />

ni siquiera se aclara la nacionalidad de los desaparecidos.<br />

Otras causas en las que se investigó, aunque muy colateralmente, la actividad<br />

argentina en el marco de la <strong>Operación</strong> <strong>Cóndor</strong> fueron las dos seguidas<br />

contra el agente de inteligencia chileno Enrique Arancibia Clavel,<br />

la primera por el asesinatos del general del Ejército chileno Carlos Prats, y<br />

su mujer Sofía Cuthbert, ocurridos en Buenos Aires en 1974, y la segunda<br />

por la privación ilegítima de la libertad de Laura Elgueta Díaz y su cuñada<br />

Sonia Urea, que fueron secuestradas y mantenidas en cautiverio en el CCD<br />

“Club Atlético”.<br />

Por último, otra megacausa que tuvo lugar en Argentina fue la causa por<br />

el plan sistemático de apropiación de menores, que fue la acumulación de<br />

varias denuncias realizadas por este delito. En este juicio se trató la práctica<br />

sistemática y generalizada de sustracción, retención y ocultamiento<br />

de menores de edad en el marco de un plan general de aniquilación que<br />

desplegó sobre parte de la población civil, con el argumento de combatir<br />

la subversión implementando métodos del terrorismo de Estado durante<br />

los años 1976 a 1983 de la última dictadura militar, según la sentencia, niños<br />

cuyos padres fueron víctimas de las redes de coordinación represiva.<br />

2.1.2.3. Aportes desde el periodismo<br />

La investigación periodística reconstruyó diferentes episodios de la participación<br />

argentina en la <strong>Operación</strong> <strong>Cóndor</strong>. En líneas generales, la investigación<br />

periodística trabajó en la línea de la reconstrucción biográfica, de<br />

individuos, grupos y organizaciones que fueron víctima de las redes de<br />

188


aportes de especialistas sobre la <strong>Operación</strong> <strong>Cóndor</strong><br />

coordinación represiva y, a partir de allí, buscaron establecer responsabilidades<br />

de individuos y organismos represivos en los hechos. Esta línea<br />

impactó, además, en la ulterior investigación judicial.<br />

Aquí debe distinguirse la investigación sobre lo sucedido a extranjeros en<br />

Argentina y lo sucedido a los argentinos en el exterior.<br />

Hay trabajos que ya son clásicos, como los de Stella Calloni, Samuel Blixen,<br />

Francisco Martorell o John Dinges, (29) que abordaron ambos aspectos de la<br />

cuestión, en el marco del esfuerzo por brindar una caracterización general<br />

sobre la <strong>Operación</strong> <strong>Cóndor</strong> y por documentar los casos.<br />

Los secuestros en Argentina de militantes uruguayos del Partido por la<br />

Victoria del Pueblo fueron abordados en dos trabajos biográficos. Uno,<br />

sobre Gerardo Gatti, de Ivonne Trías y Universindo Rodríguez Díaz, (30) y<br />

otro de Francoise Graña sobre María Emilia Islas y Jorge Zaffaroni. (31) Estos<br />

estudios tratan lo sucedido con estos tres militantes desaparecidos<br />

en Argentina luego de haber sido mantenidos en cautiverio en el CCD<br />

Automotores Orletti.<br />

Martín Sivak investigó las actividades de coordinación entre Argentina y<br />

Bolivia, abordando la cuestión en general y centrándose en particular en<br />

el asesinato del ex presidente Juan José Torres. (32)<br />

Daniel Enz realizó una investigación sobre la persecución al médico paraguayo<br />

Agustín Goiburú en Argentina, líder de la oposición colorada a<br />

Stroessner, el MOPOCO. (33) La cuestión también fue abordada por el médico<br />

paraguayo Alfredo Boccia en una notable biografía sobre Goiburú. (34)<br />

Sobre las actividades represivas extraterritoriales argentinas, Miguel Bonasso<br />

estudió el operativo represivo contra un grupo de militantes montoneros<br />

(29) Calloni, Stella, Los años del Lobo..., op. cit.; Dinges, John, <strong>Operación</strong> <strong>Cóndor</strong>..., op. cit.;<br />

Martorell, Francisco, <strong>Operación</strong> <strong>Cóndor</strong>, el vuelo de la muerte: la coordinación represiva en<br />

el Cono Sur, Santiago de Chile, LOM, 1999; Blixen, Samuel, El vientre del <strong>Cóndor</strong>, Montevideo,<br />

Brecha, 1995.<br />

(30) Trías, Ivonne y Rodríguez Díaz, Universindo, Gerardo Gatti: revolucionario, 2 a ed., Montevideo,<br />

Trilce, 2013.<br />

(31) Graña, François, Los padres de Mariana..., op. cit.<br />

(32) Sivak, Martín, El asesinato de Juan José Torres..., op. cit.<br />

(33) Enz, Daniel, Rebeldes y ejecutores. Historias, violencia y represión durante la década del<br />

70 en Entre Ríos, Paraná, edición del autor, 2009.<br />

(34) Boccia Paz, Alfredo, Goiburú. La odisea del insumiso, Asunción, Servilibro, 2014.<br />

<strong>Operación</strong> <strong>Cóndor</strong>. 40 años después<br />

189


Capítulo 8<br />

en Uruguay, (35) y también uno de acción psicológica en la que colaboraron<br />

militares uruguayos y argentinos para encubrir el secuestro de la madre<br />

de un desaparecido, Thelma Jara, por parte del grupo de tareas de la<br />

ESMA. (36) También fue abordada la participación argentina en el secuestro<br />

y traslado al Uruguay de la ciudadana argentina María Claudia García Iruretagoyena<br />

de Gelman y el secuestro de Macarena Gelman en el trabajo<br />

de Carlos Liscano. (37)<br />

Marcelo Larraquy narró, por su parte, los sucesos conocidos como la contraofensiva<br />

montonera y en ese marco, la represión combinada a un grupo<br />

de militantes de esa organización, en Brasil y Perú. (38) También sobre operativos<br />

represivos en Brasil trabajó Nilson Mariano. (39)<br />

La cuestión de los casos de desaparecidos argentinos en Paraguay, y de<br />

los paraguayos desaparecidos en Argentina, también fue analizada en el<br />

libro Es mi informe de Alfredo Boccia y otros a partir del estudio de los<br />

documentos de la Policía de Investigaciones de Paraguay, exhumados y<br />

conservados en el denominado “Archivo del Terror”. (40)<br />

2.1.2.4. Aportes desde el campo académico<br />

En el campo académico se han realizado estudios que parcialmente abordan<br />

la cuestión de la participación argentina en la <strong>Operación</strong> <strong>Cóndor</strong>. Son<br />

trabajos que en su mayoría provienen del campo de los estudios del exilio<br />

y que abordan los efectos de <strong>Cóndor</strong> en territorio argentino.<br />

En este marco se pueden mencionar los estudios de María Antonia Sánchez<br />

y Luis Róniger y Gerardo Halpern sobre el exilio de paraguayos a la<br />

Argentina. (41)<br />

(35) Bonasso, Miguel, Recuerdo de la muerte, Bs. As., Planeta, 1984<br />

(36) Bonasso, Miguel, “La increíble historia de Thelma Jara de Cabezas en manos del represor<br />

Cavallo. Un viaje por los abismos de la ESMA”, en Página/12, 04/11/2000.<br />

(37) Liscano, Carlos, Ejercicio de la impunidad. El caso Gelman, Bs. As., Distal, 2009.<br />

(38) Larraquy, Marcelo Fuimos soldados: historia secreta de la contraofensiva Montonera, Bs.<br />

As., Aguilar, 2006.<br />

(39) Mariano, Nilson Cezar, <strong>Operación</strong> <strong>Cóndor</strong>..., op. cit.; y Montoneros no brasil .Terrorismo<br />

de Estado no seqüestro-desaparecimento de seis guerrilheiros argentinos, Tesis de Maestría<br />

en Historia, Universidad de Campinas, Porto Alegre, 2006.<br />

(40) Boccia Paz, A., González, M. A. y Palau Aguilar, R., Es mi informe..., op. cit.<br />

(41) Halpern, Gerardo, Etnicidad, inmigración y política: representaciones y cultura política de<br />

exiliados paraguayos en Argentina, Bs. As., Prometeo Libros, 2009; y Sanchez, María Antonia<br />

y Roniger, Luis, El destierro paraguayo: aspectos transnacionales y generacionales, en Revista<br />

Mexicana de Ciencias Políticas y Sociales, LII (208), 2010, pp. 135/158.<br />

190


aportes de especialistas sobre la <strong>Operación</strong> <strong>Cóndor</strong><br />

Natalia Casola dedicó, en su libro sobre el Partido Comunista argentino<br />

durante la dictadura, un capítulo al análisis de la desaparición de<br />

militantes del Partido Comunista argentino y estudió un operativo de<br />

larga escala que incluyó también a miembros del Partido Comunista<br />

chileno. (42)<br />

Alejandro Paredes también abordó la cuestión de los exiliados chilenos<br />

en la ciudad de Mendoza y la represión que los afectó. (43) Desde otro enfoque,<br />

Laura Rodriguez Agüero, en un estudio sobre la estructuración de<br />

la represión en la misma provincia, analizó la cuestión de la represión a<br />

exiliados chilenos y en particular, la desaparición de varios de ellos en esa<br />

provincia. (44)<br />

Un poco más al sur, Mónica Gatica estudió las migraciones de chilenos en<br />

la Patagonia y, en este marco, estudió la persecución y represión en esa<br />

región argentina. (45) Cecilia Azconegui, por su parte, abordó las actitudes<br />

del gobierno argentino ante el exilio chileno y el efecto del terrorismo de<br />

Estado sobre este colectivo. (46)<br />

En cuanto a la represión a los exiliados uruguayos, Vania Markarian analizó<br />

la cuestión de la represión a los uruguayos en Argentina en el marco de la<br />

<strong>Operación</strong> <strong>Cóndor</strong> en un trabajo que permitió corregir algunas hipótesis<br />

generales sobre este objeto. (47) También Enrique Serra Padrós abordó la<br />

(42) Casola, Natalia, El PC argentino y la dictadura militar. Militancia, estrategia política y<br />

represión estatal, Bs. As., Imago Mundi, 2015<br />

(43) Paredes, Alejandro, “Exiliados en la frontera: la marginación y el temor a la persecución<br />

de los exiliados chilenos en Mendoza”, Argentina en C. Sanhueza, y J. Pinedo, (eds.), La<br />

patria interrumpida. Latinoamericanos en el exilio. Siglos XVIII-XX, Santiago de Chile, Lom<br />

Ediciones, 2010.<br />

(44) Rodriguez Agüero, Laura, “Centralización de la represión, violencia paraestatal y redes internacionales<br />

represivas en la Mendoza predictatorial”, en Sociohistórica 33, [en línea] http://<br />

www.sociohistorica.fahce.unlp.edu.ar/article/view/SH2014n33a02/5985<br />

(45) Gatica, Mónica, ¿Exilio, migración, destierro? Trabajadores chilenos en el noreste de<br />

Chubut, 1973-2010, Bs. As., Prometeo Libros, 2012.<br />

(46) Azconegui, Cecilia, “Chilenos en Argentina. Entre la protección del Alto Comisionado de<br />

las Naciones Unidas para los Refugiados (ACNUR) y la política de expulsión de la Dictadura<br />

Militar, en S. Jensen y M. S. Lastra (eds.), Exilios, militancia y represión. Nuevas fuentes y<br />

nuevos abordajes de los destierros de la Argentina de los años setenta, La Plata, Universidad<br />

de la Plata, 2014.<br />

(47) Markarian, Vania (2011) “Una mirada desde Uruguay a la coordinación represiva regional,<br />

1973-1984”, en E. Bohoslavsky, M. Franco, M. Iglesias y D. Lvovich (comps.), Problemas de<br />

historia reciente del Cono Sur, Bs. As., Prometeo-UNGS, 2011.<br />

<strong>Operación</strong> <strong>Cóndor</strong>. 40 años después<br />

191


Capítulo 8<br />

cuestión de la represión a los uruguayos en Argentina en el marco de la<br />

<strong>Operación</strong> <strong>Cóndor</strong>. (48)<br />

Mirando la cuestión al revés, sobre la persecución a los argentinos en el<br />

exterior, la persecución a los Argentinos exiliados en Brasil, también desde<br />

un abordaje regional fue trabajada por Jorge Fernández para Porto<br />

Alegre, (49) y Samantha Quadrat para Río de Janeiro. (50)<br />

Un estudio comparativo que apuntó a establecer características generales<br />

de la desaparición de argentinos en Brasil y de brasileños en Argentina,<br />

enmarcando la cuestión en la evolución de los destierros y la coordinación<br />

represiva regional, es el trabajo de Enrique Padrós y Melisa Slatman. (51)<br />

Luis Roniger estudió el impacto en la evolución de la <strong>Operación</strong> <strong>Cóndor</strong><br />

que tuvo la creación, por parte de los exiliados del Cono Sur, de las redes<br />

transnacionales de denuncia. (52)<br />

Por último, debemos mencionar nuestros estudios específicos sobre la<br />

participación argentina en la <strong>Operación</strong> <strong>Cóndor</strong>. Hemos publicado varios<br />

artículos sobre la cuestión, procurando hacer hincapié en sus aspectos institucionales.<br />

(53)<br />

(48) Padrós, Enrique Serra, Como el Uruguay no hay: terror de estado e segurança nacional:<br />

Uruguai (1968-1985): do pachecato à ditadura civil-militar, Universidade Federal do Rio Grande<br />

do Sul, Rio Grande do Sul, 2005.<br />

(49) Fernández, Jorge Christian, ”Anclaos en Brasil...”, op. cit.<br />

(50) Quadrat, Samantha Viz, “A repressão sem fronteiras. Perseguição política e colaboração<br />

entre as ditaduras do Cone Sul”, Doctorado, RJ: UFF, Niterói, 2005.<br />

(51) Slatman, Melisa y Padrós, Enrique Serra, “Brasil y Argentina: modelos represivos y redes<br />

de coordinación durante el último ciclo de dictaduras del Cono Sur. Estudio en clave comparativa<br />

y transnacional”, en S. Jensen y M. S. Lastra (eds.) Exilios..., op. cit., [en línea] http://<br />

www.memoria.fahce.unlp.edu.ar/libros/pm.371/pm.371.pdf<br />

(52) Roniger, Luis, “El exilio político y los límites de las Doctrinas de Seguridad Nacional”, en<br />

Revista de Estudios sobre Genocidio, n° 2, 2008, pp. 69/86.<br />

(53) Slatman, Melisa, “Un ejercicio cuantitativo y cualitativo sobre la desaparición y ejecución<br />

extraterritorial de ciudadanos argentinos en el Cono Sur (1975-1980)” en Historia, Voces y<br />

Memoria. Revista del Programa de Historia Oral, 1(1), Facultad de Filosofía y Letras, UBA,<br />

pp. 149/179, 2009; “Para un balance necesario: la relación entre la emergencia de la Junta<br />

de Coordinación Revolucionaria y el Operativo <strong>Cóndor</strong>. Cono Sur, 1974-1978”, en Testimonios.<br />

Revista de la Asociación de Historia Oral de la República Argentina, 2, 2010, pp. 1/24;<br />

“Actividades extraterritoriales represivas de la Armada Argentina durante la última dictadura<br />

civil-militar de Seguridad Nacional (1976-1983)”, Revista do Programa de Pós-Graduação em<br />

História, Universidade Federal do Rio Grande do Sul, 19(35), 2012, pp. 233/256; “Un espía<br />

chileno en Buenos Aires. Los documentos de Arancibia Clavel y la multiplicidad de niveles de<br />

la participación argentina en las redes de coordinación represiva”, en E. Serra Padrós, (ed.),<br />

Cone Sul en tempos de ditadura, Porto Alegre, UFRGS, 2013.<br />

192


aportes de especialistas sobre la <strong>Operación</strong> <strong>Cóndor</strong><br />

2.1.3. A modo de cierre<br />

Como hemos visto, hasta el momento la investigación sobre la participación<br />

Argentina en <strong>Cóndor</strong> ha sido dispersa. Creemos que existen las<br />

condiciones para poder avanzar en los trabajos de esta materia, que a<br />

su vez permitirá abonar aún más a los procesos de memoria, verdad y<br />

justicia. Para ello, sería deseable una iniciativa unitaria que se propusiera<br />

partir de los resultados de la investigación judicial, integrar la perspectiva<br />

académica y periodística, así como también los resultados del trabajo de<br />

diferentes organismos gubernamentales y mixtos que han realizado grandes<br />

relevamientos de archivos, para avanzar en formas más globales de<br />

conocimiento.<br />

2.2. El vuelo de <strong>Cóndor</strong> en Bolivia, por Gustavo Rodríguez Ostria (54)<br />

El dictador y general Hugo Banzer, que gobernaba Bolivia desde 1971,<br />

había lanzado su política de exterminio y muerte, contra el movimiento<br />

popular y las entidades de izquierda. Una de las fuerzas que sufrió la represión<br />

en grado extremo fue el Ejército de Liberación Nacional (ELN) fundado<br />

por el “Che” Guevara en marzo de 1967, y que protagonizó en 1970<br />

un nuevo foco guerrillero en la zona de Teoponte. Tras el golpe militar del<br />

agosto de 1971, sus fuerzas, aunque mermadas, se concentraron en Cuba<br />

para entrenarse militarmente y relanzar la guerrilla. La caída de Salvador<br />

Allende, en septiembre de 1973, paralizó la operación pues el ELN pensaba<br />

usar a Chile como santuario y lugar de paso. En los meses sucesivos se<br />

abrió un álgido debate sobre el futuro de la organización. Se produjeron<br />

divisiones internas y se impuso un cambio de línea que se tradujo en abril<br />

de 1975 en la fundación en Lima, Perú, del Partido de los Trabajadores de<br />

Bolivia, PRT-B.<br />

Entre septiembre y octubre de ese año la nueva entidad, de carácter político<br />

militar y que no seguía la línea foquista al pie de la letra, empezó a<br />

desplazar sus cuadros a Bolivia, algunos con fachada legal y otros clandestinos.<br />

El PRT-B formaba parte de la Junta de Coordinación Revolucionaria<br />

(JCR), que comenzó a actuar en 1974. Para contraponer a la internacionalización<br />

de izquierda armada, los organismos represivos y de inteligencia<br />

crearon la <strong>Operación</strong> <strong>Cóndor</strong>. Formalmente, la <strong>Operación</strong> se constituyó<br />

en Santiago de Chile el 25 de noviembre de 1975, aunque las tareas de<br />

(54) Historiador boliviano.<br />

<strong>Operación</strong> <strong>Cóndor</strong>. 40 años después<br />

193


Capítulo 8<br />

coordinación se remontan al menos a inicios de 1974. Según el libro del<br />

investigador boliviano Gerardo Irusta M., (55) los principales operadores de<br />

<strong>Cóndor</strong> en Bolivia eran Carlos Mena Burgos y Ernesto Cadima Valdez, ambos<br />

oficiales de Ejército, el primero asistió incluso a la reunión de Santiago<br />

de Chile.<br />

El gobierno de Banzer, que enfrentaba una fuerte resistencia interna, concentró<br />

su represión contra sindicalistas, fuerzas de izquierda y, en particular,<br />

contra el PRTB. La <strong>Operación</strong> <strong>Cóndor</strong> supuso la coordinación represiva<br />

y un tránsito de información y personas entre Bolivia y los países vecinos.<br />

A fines de 1976, el PRT-B empezó a recibir severos golpes, pues muchos<br />

de sus integrantes cayeron prisioneros. Presos y presas fueron trasladados<br />

a las prisiones clandestinas, donde las prácticas de tortura y amedrentamiento<br />

continuaron como desde el inicio de la dictadura militar. El Ministro<br />

de Interior era por entonces el coronel de Fuerza Aérea Juan Pereda<br />

Asbún, que ocupaba el cargo desde el 9 de noviembre de 1974.<br />

2.2.1. Hacia las prisiones argentinas<br />

En ese marco, cuatro ciudadanos argentinos —Graciela Rutila Artes, Efraín<br />

Fernando Villa Isolda, Óscar Hugo Gonzales de la Vega y Luis Faustino<br />

Stamponi Corinaldesi—, militantes del PRT-B, fueron detenidos en 1976<br />

en Bolivia. Artes o “Ela”, nacida en Buenos Aires el 29 de diciembre de<br />

1951, fue arrestada junto a su pequeña hija Carla, en Oruro el 2 de abril. La<br />

niña era hija de Enrique Joaquín López, también militante del PRT-B que<br />

sería muerto por fuerzas represivas en Cochabamba el 17 de septiembre<br />

de 1976.<br />

Gonzales, alias “Braulio”, cayó el 20 de julio en Cochabamba. Había nacido<br />

en Tartagal, Salta, el 30 de junio de 1951. Sus padres eran bolivianos<br />

y él había hecho el servicio militar en Bolivia, en consecuencia disponía<br />

de doble nacionalidad. Inicio sus estudios de medicina en la universidad<br />

de La Plata, y en 1976 se trasladó a Cochabamba donde se matriculó en<br />

la Universidad Mayor de San Simón. Stamponi, “Miseria” por nombre de<br />

guerra, nació el 15 de febrero de 1935 en Punta Alta (Bahía Blanca) Argentina,<br />

tenía una larga historia en la izquierda. Su nombre aparece en el<br />

Diario del “Che” como cabeza de uno de los grupos a ser convocados a<br />

(55) Irusta M., Gerardo, Espionaje y servicios secretos en Bolivia y el Cono Sur: Nazis en la<br />

<strong>Operación</strong> <strong>Cóndor</strong>, La Paz, 1997.<br />

194


aportes de especialistas sobre la <strong>Operación</strong> <strong>Cóndor</strong><br />

integrarse a las fuerzas guerrilleras. Fue sin duda uno de los mentores del<br />

PRT-B. El 28 de septiembre fue apresado en Llallagua, importante e histórico<br />

centro del sindicalismo minero. Por su parte, Villa Isolda fue apresado<br />

en julio en Montero, Santa Cruz. Había nacido en Metán, Salta el 30 de<br />

noviembre de 1941.<br />

Los cuatro, luego de permanecer presos en La Paz, interrogados por agentes<br />

argentinos y bolivianos, y torturados en las celdas del Ministerio del<br />

Interior, la Dirección de Orden Político (DOP) y la cárcel de Viacha, fue<br />

entregado, en distintos momentos, a la policía política argentina.<br />

Rutila Artes y Villa Isolda fueron cedidos ilegalmente a las autoridades argentinas<br />

el 29 de agosto de 1976 en La Quiaca. Villa Isolda —alto y delgado—<br />

tenía quemaduras en los pies pues para impedir el traspaso, intentó<br />

suicidarse o herirse quemando el colchón de paja de su habitación, según<br />

recuerdan ex prisioneros políticos.<br />

Testimonios de prisioneros y prisioneras dan cuenta de que el 25 de agosto<br />

de 1976 en la prisión de Viacha un grupo de civiles armados, conducidos<br />

por Guido Benavides Alvizuri, jefe de la DOP, introdujeron en un jeep<br />

rojo a Artes y su pequeña hija. Hasta la frontera los condujo el paramilitar<br />

Ormachea, alias “el Loco”, junto con otros agentes. Se tiene constancia<br />

que fueron derivados a la prisión clandestina de Automotores Orletti. Existen<br />

testimonios de sobrevivientes que vieron allí con vida a Rutila y Villa<br />

Isolda. La niña fue entregada como hija adoptiva a un represor argentino<br />

de nombre Eduardo Ruffo, y posteriormente recuperada por su abuela<br />

materna.<br />

Stamponi y González, por su parte, fueron sacados de las celdas del DOP<br />

en el centro de La Paz y conducidos a la frontera boliviano argentina. El<br />

15 de octubre fueron entregados a la gendarmería argentina en el puente<br />

internacional entre Villazón, Bolivia, y la Quiaca, Argentina. La madre de<br />

Stamponi, Mafalda Corinaldesi, de 64 años, arribó el 13 de noviembre a<br />

La Paz a indagar por su hijo. No obtuvo noticias fehacientes, salvo la constancia<br />

de que había sido “expulsado” (sic) a Argentina. Regresó el 19 del<br />

mismo mes a su país. Se instaló en el hotel Esmeralda, en el n° 400 de calle<br />

del mismo nombre, en Buenos Aires. En la noche la arrestaron tres integrantes<br />

de la policía Federal. Permanece como detenida-desaparecida.<br />

El CCD Automotores Orletti, descrito por sobrevivientes como parecido<br />

al infierno de Dante, funcionó desde mediados de mayo hasta principios<br />

<strong>Operación</strong> <strong>Cóndor</strong>. 40 años después<br />

195


Capítulo 8<br />

de noviembre de 1976. El tercer día de ese mes, la pareja de prisioneros<br />

compuesta por José Ramón Morales y su esposa Graciela Vidaillac lograron<br />

fugar, obligando al cierre de la prisión. Considerando la fecha en la<br />

que llegaron a Buenos Aires Stamponi y Gónzales, el 17 o 18 de octubre,<br />

cabe preguntarse si no los trasladaron a otro campo de prisioneros o si los<br />

eliminaron rápidamente, antes de desmantelar el campo. Existe incluso la<br />

posibilidad que González y Stamponi fueran conducidos a último momento<br />

a Uruguay, junto con presos de esa nacionalidad. ¿Se hallaban Gonzáles<br />

y Stamponi es este grupo? Es posible, considerando que llegaron justo al<br />

cierre de la prisión. Sin embargo es muy difícil determinar si ello efectivamente<br />

ocurrió.<br />

La documentación existente en la CONADEP contiene las denuncias sobre<br />

su desaparición, realizadas por familiares. El archivo correspondiente<br />

a Stamponi lleva el n° 3378; el de Artes el n° 6333; el de Villa Isolda el 1624<br />

y el de Gonzalez el 6586.<br />

2.2.2. Rumbo a Chile<br />

Chile fue, para el ELN —y posteriormente el PRT-B—, una fuente de abastecimiento<br />

de logística y militantes; de ahí que entre muertos, detenidos y<br />

transferidos, los ciudadanos de ese país ocuparan un lugar preponderante<br />

en las operaciones de <strong>Cóndor</strong> en Bolivia. En noviembre de 1976, nueve<br />

chilenos, tres mujeres y seis hombres, fueron entregados por el Ministerio<br />

del Interior de Bolivia a la Dirección Nacional de Inteligencia (DINA) de<br />

Chile. Previamente habían sido interrogados y torturados en oficinas de la<br />

DOP y la prisión de Achocalla por agentes bolivianos y extranjeros, chilenos<br />

y brasileños.<br />

Trasladados hasta Chile, fueron recluidos en la prisión de Cuatro Álamos.<br />

Ocho fueron liberados meses más tarde y sobrevivieron, salvo Julio del<br />

Tránsito Valladares Caroca, que permanece como detenido-desaparecido.<br />

Nació en Santiago de Chile el 1 de julio de 1948. Militante de Partido Socialista<br />

(PS), se afilió al Ejército de Liberación Nacional (ELN) de Bolivia en<br />

1971 o 1972. En 1972 viajó a Cuba, donde recibió entrenamiento militar en<br />

la cordillera de los Órganos junto a otros militantes del ELN, que buscaba<br />

restablecer un nuevo foco guerrillero en Bolivia.<br />

Frustrada esta operación, en una fecha indeterminada de 1975, Valladares,<br />

militante del PRT-B, ingresó clandestino a Bolivia. El 2 de julio de<br />

1976, fue arrestado en Santa Cruz de la Sierra por agentes de la DOP. Fue<br />

196


aportes de especialistas sobre la <strong>Operación</strong> <strong>Cóndor</strong><br />

trasladado a La Paz, a dependencias de la DOP para interrogarlo. En 13<br />

de noviembre de ese mismo año fue traspasado en la frontera de Charaña<br />

(Visviri) a la DINA en calidad de detenido. El sacerdote Roberto Leibrecht,<br />

párroco de Cristo Rey en La Paz, en carta fechada el 18 de noviembre de<br />

1976, comunicó a la madre de Valladares, Leontina Caroca, que su hijo<br />

había sido trasladado a Chile el 13 de noviembre de ese año y que fue<br />

entregado a las autoridades chilenas, en virtud del Memorándum 645 del<br />

Ministerio del Interior de Bolivia.<br />

La entrega se realizó dentro de los procedimientos del Plan <strong>Cóndor</strong>. Existe<br />

la Resolución 1285 del Ministerio del Interior de Chile, fechada el 22<br />

de abril de 1977, en la cual se señala que Valladares fue detenido el 21<br />

de noviembre de 1976, en virtud del Decreto Exento 2348, que estuvo<br />

en el Campamento de Detenidos Cuatro Álamos para posteriormente<br />

ser dejado en libertad, el 22 de noviembre de 1976, por Decreto Exento<br />

2349, todo lo cual es un ardid para negar su detención. El Campamento<br />

de Cuatro Álamos, actualmente desmantelado, estaba situado en la excomuna<br />

de San Miguel, calle Canadá a la altura del 3000 de Vicuña Mackenna,<br />

Paradero 5, Santiago de Chile. Era administrado directamente por la<br />

DINA. Valladares, en rigor de verdad, no fue liberado y permanece como<br />

detenido-desaparecido. Sus familiares han interpuesto querella por su<br />

desaparición y muerte ante autoridades judiciales chilenas.<br />

2.3. Los crímenes de la <strong>Operación</strong> <strong>Cóndor</strong> en Brasil,<br />

por Ivan Cláudio Marx (56)<br />

Brasil tuvo un papel protagónico desde el inicio mismo de la <strong>Operación</strong><br />

<strong>Cóndor</strong>, apoyando el golpe militar en Chile. Después de constituida la<br />

<strong>Operación</strong>, desaparecieron en Chile los brasileños Nilton Rosa da Silva,<br />

Túlio Roberto Cardoso Quintiliano, Luis Carlos de Almeida, Nelson de<br />

Souza Kohl, Wanio José de Mattos y Jane Vanini.<br />

En el marco de los operativos con Argentina —incluyendo la <strong>Operación</strong><br />

<strong>Cóndor</strong>—, los apoyos recíprocos se remontan a 1970, con el secuestro de<br />

los brasileños Jefferson Cardim y de su hijo con casi inmediata entrega a<br />

las autoridades brasileñas. Luego desapareció en Argentina Edmur Péricles<br />

Camargo, en 1971.<br />

(56) Autor del libro Justicia Transicional. Necesidad y factibilidad de los juicios en Brasil, La<br />

Plata, Ediciones Al Margen, 2013.<br />

<strong>Operación</strong> <strong>Cóndor</strong>. 40 años después<br />

197


Capítulo 8<br />

Posteriormente a la creación de <strong>Cóndor</strong>, desaparecieron en Argentina los<br />

brasileños Joaquim Pires Cerveira, João Batista Rita Pereda, Sidney Fix<br />

Marques dos Santos, Francisco Tenório Cerqueira Júnior, Maria Regina<br />

Marcondes Pinto, Jorge Alberto Basso, Sérgio Fernando Tula Silberbeg,<br />

Walter Kenneth Nelson Fleury, Roberto Rascado Rodriguez e Luiz Renato<br />

do Lago Faria. Entre ellos, se destaca el caso de Francisco T. C. Junior,<br />

secuestrado en Buenos Aires el 18 de marzo de 1976 y muerto bajo tortura<br />

en la ESMA por funcionarios argentinos y brasileños.<br />

Actuaciones conjuntas marcaron las desapariciones forzadas de argentinos,<br />

tales como los casos de Horacio Domingo Campiglia, Mónica Susana<br />

Pinus de Binstock, Norberto Armando Habegger, Cristina Gloria Fiori de<br />

Vino, Lorenzo Ismael Viñas y Jorge Oscar Adur, quienes fueran detenidos<br />

en territorio brasileño y luego enviados a su país. Antonio Luciano Pregoni,<br />

Enrique Ernesto Ruggia, Gregorio Bregstein, Antonio Graciani y Jean<br />

Henry Raya Ribard habrían desaparecido en Brasil.<br />

También hay que hacer referencia el caso del expresidente brasileño João<br />

Belchior Marques Goulart-Jango. Depuesto por el golpe dictatorial en<br />

abril de 1964, Jango murió en 1976 en Argentina. Debido a las circunstancias<br />

especiales de la muerte surgió la sospecha de que Jango no murió<br />

de causas naturales, sino que fue víctima de un homicidio premeditado<br />

organizado dentro de la <strong>Operación</strong> <strong>Cóndor</strong>.<br />

En relación a Uruguay, el hecho más destacado fue el secuestro en la ciudad<br />

de Porto Alegre, en 1978, del matrimonio de Universindo Rodríguez Díaz y<br />

Lilian Celiberti, además de sus hijos Camilo y Francesca, cometido por un<br />

Comando del ejército uruguayo con apoyo de autoridades brasileñas.<br />

2.3.1. Solidaridad con las víctimas y denuncias de los crímenes<br />

Una de las más importantes contribuciones en el caso de <strong>Cóndor</strong> fueron<br />

las actividades del Grupo Clamor, creado en 1978, vinculado a la Comissão<br />

Arquidiocesana de Pastoral dos Direitos Humanos e Marginalizados de<br />

São Paulo. Este grupo actuaba de manera integrada con los grupos de<br />

familiares de víctimas y otras entidades de derechos humanos, por medio<br />

de denuncias y de ayuda humanitaria —apoyo y solidaridad a perseguidos<br />

y familiares—, incluso a los refugiados de la <strong>Operación</strong>, brasileños o no.<br />

Mediante boletines se realizaron importantes denuncias sobre lo que pasaba,<br />

poniendo énfasis en los casos de niños desaparecidos. Cabe destacar<br />

que, en esa labor, el Grupo Clamor logró éxitos en la recuperación de<br />

198


aportes de especialistas sobre la <strong>Operación</strong> <strong>Cóndor</strong><br />

niños, en los casos de Mariana Zaffaroni Islas, localizada en Argentina, y<br />

de los hermanos Anatole Boris y Victoria Eva Julien Grisonas, localizados<br />

en Chile. En los dos casos, los niños eran hijos de militantes uruguayos<br />

secuestrados en Buenos Aires en 1976.<br />

Asimismo, fue importante el Movimento de Justiça e Direitos Humanos<br />

(MJDH), sociedad civil y apartidaria creada oficialmente en Porto Alegre,<br />

en marzo de 1979 por Jair Krischke, Celso Franco Geiger y el cura Albano<br />

Thrink, como órgano de defensa y promoción de los derechos humanos.<br />

Muchas fueron sus actuaciones durante la <strong>Operación</strong> <strong>Cóndor</strong>. Se destacan<br />

la recolección de testimonios de familiares de desaparecidos realizada en<br />

1980 en la ciudad de Porto Alegre y el apoyo prestado en la huida de perseguidos<br />

políticos. Incluso ahora, sigue siendo importante su aporte en<br />

la ubicación de exagentes de <strong>Cóndor</strong> prófugos de la acción de la justicia,<br />

como en el caso del militar uruguayo Manuel Cordero, en 2009, extraditado<br />

a Argentina.<br />

Con relación a la denuncia de los hechos, y aunque sea anterior a la creación<br />

formal de <strong>Cóndor</strong>, corresponde mencionar la importancia del Tribunal<br />

Russell II en la difusión de las atrocidades cometidas en aquel momento,<br />

principalmente en Brasil, Chile y Argentina, marcando la reivindicación<br />

jurídico-política de los derechos negados y difundiendo los hechos ante la<br />

opinión pública internacional. Los documentos producidos por el Tribunal<br />

—creado por Lelio Basso en 1973 y realizado en Holanda e Italia entre los<br />

años 1974/1977— fueron digitalizados por la Comissão de Anistia Brasileña<br />

y formarán parte del centro de documentación del Memorial da Anistia.<br />

Es importante hacer referencia de las importantes investigaciones sobre<br />

<strong>Operación</strong> <strong>Cóndor</strong> realizadas por periodistas del sur de Brasil. Se destacan<br />

las obras “As garras do <strong>Cóndor</strong>” de Nilson Mariano, en 2003 y “Operação<br />

<strong>Cóndor</strong>: o sequestro dos uruguaios” de Luiz Cláudio Cunha, en 2008.<br />

Más recientemente, historiadores como Enrique Serra Padrós también han<br />

aportado relevantes investigaciones.<br />

2.3.2. Intentos judiciales<br />

Pese a los numerosos casos y denuncias antes citados, solamente en dos<br />

hubo una reacción de la justicia durante la vigencia de la dictadura. El<br />

primero es el caso del secuestro del matrimonio uruguayo de Universindo<br />

R. Díaz y Lilian Celiberti. Por este hecho, cuatro funcionarios públicos<br />

<strong>Operación</strong> <strong>Cóndor</strong>. 40 años después<br />

199


Capítulo 8<br />

brasileños fueron procesados y dos condenados en primera instancia.<br />

No obstante, al final del juicio únicamente uno fue efectivamente condenado.<br />

El segundo caso es el secuestro en Uruguayana, con posterior devolución<br />

a Argentina, de la ciudadana de esa nacionalidad Cristina G. F. de<br />

Vino, con participación de un policía argentino y de dos policiales civiles<br />

brasileños. El hecho ocurrió en 1979 y los dos policías civiles brasileños<br />

fueron procesados y condenados en primera instancia por el crimen de<br />

abuso de autoridad, aunque en segunda instancia la pena fue disminuida.<br />

Se descartó el delito de secuestro respecto a ellos, imputando al policía<br />

argentino, quien nunca fue juzgado.<br />

Además también se produjo la tentativa de secuestro de la argentina-española<br />

Margarita Mengol Viñas de Moroz. Respecto a este último hecho,<br />

Brasil sostuvo que, como fue una tentativa y no se consumó, no hubo delito,<br />

por lo cual no se promovió acción alguna.<br />

En ambos casos —secuestro de Cristina y tentativa de secuestro de Margarita—<br />

ha habido una clara intención de lograr impunidad para los policías<br />

brasileños y argentinos. Sin embargo en 2012 se reabrió una investigación<br />

que se tramita en Uruguayana intentando esclarecer la verdad de<br />

los hechos.<br />

Después del regreso de la democracia, en 1985, la discusión sobre la<br />

necesidad de sancionar los crímenes de <strong>Cóndor</strong> solamente surgió en<br />

Brasil en el año 2007, cuando la justicia italiana anunció los pedidos de<br />

detención de más de 140 represores de América del Sur, (57) de los cuales<br />

trece eran brasileños, todos acusados por el secuestro de personas de<br />

ciudadanía italiana practicados durante las últimas dictaduras militares<br />

del continente.<br />

En base a tales pedidos, el Ministério Público Federal de la ciudad de<br />

Uruguayana solicitó a la Policía Federal la investigación del caso del ciudadano<br />

ítalo-argentino Lorenzo I. Viñas y del cura argentino Jorge O. Adur,<br />

quienes, al pretender evadirse por la frontera de Brasil, en 1980, habrían<br />

sido secuestrados y devueltos por las autoridades brasileñas a los militares<br />

(57) El juicio de la <strong>Operación</strong> <strong>Cóndor</strong> se encuentra en proceso en Italia. Otro similar será<br />

juzgado en Argentina al final del presente año.<br />

200


aportes de especialistas sobre la <strong>Operación</strong> <strong>Cóndor</strong><br />

argentinos. Esa investigación, marcó la primera de las nuevas tentativas<br />

de sancionar a los agentes del Estado por crímenes cometidos durante el<br />

régimen militar en Brasil. (58)<br />

En 2009, el Supremo Tribunal Federal brasileño concedió la extradición,<br />

para ser procesado en Argentina, del coronel uruguayo Manuel Cordero,<br />

acusado de crímenes en el marco de la <strong>Operación</strong> <strong>Cóndor</strong>.<br />

También en 2009 comenzaron dos investigaciones —una civil y otra criminal—<br />

sobre la muerte de João Goulart. En razón de que este caso estaba<br />

archivado bajo el equivocado argumento de la prescripción, solicitamos<br />

en 2011 una investigación al Juzgado Federal de Paso de Los Libres que<br />

resultó en la apertura de la causa nº 2-21.458/11.<br />

Durante la investigación civil brasileña sobre este caso, y con apoyo de la<br />

Secretaria de Direitos Humanos y de la Comissão Nacional da Verdade, en<br />

2013, se realizó la exhumación del cuerpo de Jango, con la participación<br />

de peritos de Brasil, Uruguay, Argentina y Cuba, contando incluso con un<br />

equipo de la Cruz Roja como observador. Pero no se pudo llegar a una<br />

conclusión definitiva.<br />

La creación, en 2011, del Grupo de Trabalho Justiça de Transição por el<br />

MPF, con el propósito de impulsar las investigaciones por los crímenes de<br />

la dictadura militar, ha sido importante en el avance de los casos. Investigaciones<br />

sobre argentinos secuestrados en Brasil y de brasileños secuestrados<br />

en Argentina también fueron instauradas por el MPF, en Río de<br />

Janeiro, en 2009 y en 2014.<br />

En este mismo año, a su vez, se firmaron los Memoránduns de Entendimiento<br />

para el intercambio de Documentación para el Esclarecimiento de<br />

Graves Violaciones a los Derechos Humanos, suscriptos entre Brasil y Argentina<br />

y entre Brasil y Chile.<br />

En ese marco fueron creadas Comisiones Técnicas Mixtas de trabajo que<br />

realizan reuniones e intercambios documentales. Y fue también en 2014<br />

cuando fueron encontrados, en la casa de campo del teniente coronel<br />

Paulo Malhães, ex agente de la represión, documentos referentes al seguimiento<br />

de más de 80 extranjeros que pasaron por Brasil. Los archivos,<br />

(58) El caso resultó archivado en 2012 por falta de pruebas de que los secuestros hayan<br />

ocurrido en Brasil, o incluso de que represores brasileños hayan colaborado en su práctica.<br />

<strong>Operación</strong> <strong>Cóndor</strong>. 40 años después<br />

201


Capítulo 8<br />

originarios del Setor de Operações do Centro de Informações do Exército,<br />

CIE, referíanse a los años de 1978 y 1979, fueron denominados “Relatório<br />

Nº 8/78-Palestra” y “Operação Gringo/Caco”.<br />

En razón de eso, por medio de un acuerdo de cooperación internacional<br />

firmado entre Brasil y Argentina, se ha creado un equipo conjunto de investigación<br />

formado por fiscales federales de ambos países. Al final de<br />

2014, el informe final producido por la Comissão Nacional da Verdade,<br />

brasileña (CNV), mencionó en un capítulo especial la participación del país<br />

en la <strong>Operación</strong> <strong>Cóndor</strong>.<br />

Hubo un esfuerzo de la CNV junto a las autoridades chilenas para acompañar<br />

las investigaciones abiertas en aquel país (59) respecto de los brasileños<br />

que desaparecieron después del golpe militar que derrocó al presidente<br />

Allende. En relación a esto, la CNV hizo una presentación ante el MPF de<br />

Brasilia y se comenzó una investigación.<br />

Recientemente, en julio de 2015, fue capturado en Brasil, para fines de<br />

extradición, el expolicial federal argentino Roberto Oscar González. (60) Investigado<br />

por muchos crímenes vinculados a la <strong>Operación</strong> <strong>Cóndor</strong>, tales<br />

como asesinato, tortura y desaparición forzada. Sin embargo, preocupa<br />

a las autoridades argentinas la posibilidad de que Brasil solo lo extradite<br />

por los delitos de desaparición forzosa. De hecho, ya en tres oportunidades<br />

el STF brasileño ha aprobado extradiciones a Argentina solamente<br />

para crímenes permanentes, negándola para los otros —como tortura y<br />

asesinato—, los cuales se encontrarían prescriptos de acuerdo al derecho<br />

brasileño.<br />

2.3.3. Conclusión<br />

Conforme se observa, Brasil ejerció un papel protagónico en la <strong>Operación</strong><br />

<strong>Cóndor</strong>, incluso antes de su creación formal, por medio del apoyo a la<br />

instauración del régimen chileno. Sin embargo —y lamentablemente—,<br />

tal protagonismo no se observa en la sanción de los crímenes cometidos<br />

en aquella <strong>Operación</strong>.<br />

(59) El MPF brasileño ya había aportado datos en tales investigaciones por medio de la<br />

cooperación directa.<br />

(60) Otro perpetrador argentino, Pedro Osvaldo Salvia, que se refugiaba en Brasil juntamente<br />

con González, murió en junio de este año.<br />

202


aportes de especialistas sobre la <strong>Operación</strong> <strong>Cóndor</strong><br />

2.4. Chile en la <strong>Operación</strong> <strong>Cóndor</strong>, por Mónica González (61)<br />

Oficializada la <strong>Operación</strong> <strong>Cóndor</strong> en la reunión de noviembre de 1975 en<br />

Santiago de Chile, el golpe de Estado en Argentina en marzo de 1976 dio<br />

paso a una fase superior de coordinación de la represión. En los meses<br />

posteriores varios chilenos desaparecieron en Argentina, entre ellos Cecilia<br />

Magnet. El 3 de abril de 1976, agentes de la DINA junto a efectivos de<br />

la Policía Federal de Mendoza, secuestraron a Luis Muñoz Velásquez, Juan<br />

Hernández Zaspe (presidente de la Federación de Estudiantes Industriales<br />

y Técnicos de Chile, FEITECh) y a Manuel Tamayo Martínez, exdirigente de<br />

los estudiantes industriales, alumno de sociología e ingeniería comercial<br />

de la Universidad de Concepción. Los tres jóvenes trabajaban en la reorganización<br />

clandestina del socialismo chileno. (62)<br />

En junio de 1976, las cárceles secretas sufrieron un remezón. Algunos detenidos<br />

fueron asesinados abruptamente y los movimientos se hicieron<br />

más secretos. Eran los preparativos para la Asamblea General de la OEA<br />

(Organización de los Estados Americanos) que se realizaría en Santiago y<br />

en la cual el problema de los derechos humanos en Chile y otros países<br />

del continente sería abordado por presión de la ONU. En la tarde del 8 de<br />

junio, hasta el piso 22 del Edificio Diego Portales, llegó Henry Kissinger,<br />

Secretario de Estado del gobierno de Estados Unidos. En su amplio despacho<br />

lo esperaba un sonriente Pinochet. Un extracto de esa conversación<br />

se pudo conocer veintidós años más tarde gracias a una reveladora desclasificación.<br />

(63) En parte de ella, se escucha a Kissinger decir:<br />

Kissinger: —Mi evaluación es que usted es una víctima de los<br />

grupos de izquierda del mundo entero, y que, su mayor pecado<br />

ha sido derribar un gobierno que se estaba volviendo comunista.<br />

Sería de gran ayuda si nos permitiera conocer las medidas<br />

(61) Extracto del informe enviado por la periodista e investigadora chilena Mónica González<br />

sobre la <strong>Operación</strong> <strong>Cóndor</strong>, que publicará la CIPH próximamente.<br />

(62) Dos testigos presenciaron su detención: José Cerda y Alex Muñoz. Fueron llevados a un<br />

regimiento de Mendoza y en la noche trasladados a Chile por el paso fronterizo “Los Libertadores”,<br />

en una camioneta con toldo, para ser entregados en el campo de prisioneros Cuatro<br />

Álamos. A la mañana siguiente fueron trasladados a Villa Grimaldi, donde fueron vistos aún<br />

con vida por varios de los prisioneros que sobrevivieron.<br />

(63) La escritora Lucy Komisar pidió esa desclasificación, la que se encuentra en el National<br />

Security Archive, en Estados Unidos. Acompañaban a Pinochet, su canciller, Patricio Carvajal;<br />

el Embajador en Estados Unidos, Manuel Truco y el empresario chileno Ricardo Claro. A<br />

Kissinger lo escoltaba Wiliam D. Rogers, Secretario Asistente de Asuntos Interamericanos.<br />

<strong>Operación</strong> <strong>Cóndor</strong>. 40 años después<br />

203


Capítulo 8<br />

que está tomando en el campo de los derechos humanos. Nada<br />

de lo que decimos pretende socavar a su gobierno. Quiero que<br />

triunfe y conserve la posibilidad de ayuda. Si fracasa la Enmienda<br />

Kennedy —no sé si tenía intervenido mi teléfono, pero si lo<br />

hizo, me habrá escuchado dar las instrucciones a Washington<br />

para hacer un esfuerzo supremo para lograrlo— enviaremos los<br />

F-5E, tal como lo acordamos…”.<br />

Pinochet: —Estamos retornando a la institucionalización paso<br />

a paso. Pero somos atacados permanentemente por los democratacristianos.<br />

Su voz se hace escuchar en Washington. No con<br />

la gente del Pentágono, pero sí en el Congreso. Gabriel Valdés<br />

[líder democratacristiano, ex canciller de Eduardo Frei Montalva,<br />

Presidente de Chile que antecedió a Allende y en ese momento<br />

opositor a la dictadura] tiene llegada. También Orlando Letelier.<br />

Kissinger: —No he visto a un democratacristiano en años…<br />

Pinochet: —Letelier tiene acceso al Congreso. Sabemos que<br />

están proporcionando información falsa (…) En el área de los<br />

derechos humanos, estamos progresando de a poco. Ya hemos<br />

bajado a los 400 prisioneros. Hemos liberado más…<br />

Kissinger le pide que “se vean resultados” que pueda mostrar al Congreso<br />

de su país, que “agrupe las liberaciones” de prisioneros o “algo que<br />

no le resulte muy complicado. Pinochet le responde: “Nosotros los seguimos.<br />

Usted es el líder. Pero tienen un sistema que castiga a sus amigos”.<br />

Y Kissinger concluye: “Tiene razón en lo que dice… Son tiempos extraños<br />

en Estados Unidos”.<br />

Tres meses y medio transcurrieron y Orlando Letelier, quien fuera Canciller<br />

de Allende y su último ministro de Defensa, el hombre que Pinochet sindicó<br />

ante Kissinger como el político escuchado en el Congreso de Estados<br />

Unidos que transmitía “información falsa”, fue el nuevo blanco de la DINA<br />

en el exterior. El 21 de septiembre de 1976, una bomba a control remoto<br />

—de similares características a la que se usó para asesinar a Carlos Prats<br />

dos años antes en Buenos Aires— (64) colocada en el auto que conducía<br />

(64) En el juicio que se hizo en Estados Unidos por el crimen de Letelier, uno de los momentos<br />

más impactantes fue cuando se recreó el atentado con un vehículo idéntico al que<br />

conducía Letelier, y confeccionando la bomba y su ubicación según las instrucciones que dio<br />

ante el jurado Michael Townley.<br />

204


aportes de especialistas sobre la <strong>Operación</strong> <strong>Cóndor</strong><br />

Letelier en Sheridan Circle, el barrio de las embajadas de Washington,<br />

destrozó su cuerpo y el de su asistente, Ronnie Moffit. La bomba fue adosada<br />

al vehículo por Michael Townley, asistido por Virgilio Paz, un miembro<br />

del grupo nacionalista cubano Grupo Cero, quien también participó en el<br />

atentado a Bernardo Leighton en Roma.<br />

George H. W. Bush —más tarde sucesor de Ronald Reagan en la presidencia<br />

de Estados Unidos (1989-1993)— era en ese momento director de<br />

la CIA. (65) Y a pesar de la información interna que indicaba que el crimen<br />

de Letelier había sido digitado por la DINA en Chile, (66) Bush autorizó una<br />

campaña de desinformación por la que buscó instalar una historia falsa:<br />

Letelier había roto con Cuba y los responsables de su muerte, el ala radical<br />

de la izquierda chilena, querían fabricarse un “mártir”. (67) Fue también un<br />

intento de cortar la huella de su lazo con los miembros de <strong>Cóndor</strong> y sus<br />

crímenes. (68)<br />

La prueba del conocimiento que tenía la CIA la dio un llamado telefónico<br />

que recibió, 22 días después del atentado a Letelier, Gabriel Valdés, el otro<br />

hombre influyente en el Congreso de Estados Unidos, que entonces debatía<br />

la Enmienda Kennedy que prohibía la exportación de armas a Chile<br />

en condena por las violaciones a los derechos humanos, y al que Pinochet<br />

mencionó en su conversación con Kissinger. En su despacho en la ONU,<br />

(65) Su hijo —que lleva el mismo nombre— sería también presidente de EEUU entre 2001 y<br />

2009.<br />

(66) Incluyendo el informe entregado por el embajador de Estados Unidos en Paraguay que<br />

dice que los autores del atentado habían buscado en ese país, con la complicidad de la inteligencia<br />

de Stroessner, obtener pasaportes falsos para viajar a Estados Unidos. Las fotos que<br />

guardó el embajador Georges Landau serían más tarde pieza clave para la identificación de<br />

los autores chilenos del atentado.<br />

(67) En secretas comunicaciones a través de un sistema brasileño llamado “Condortel”, Chile<br />

se auto-designó como “<strong>Cóndor</strong> Uno”. En un documento del FBI obtenido por primera vez<br />

por el periodista John Dinges, autor del libro “Los Años del <strong>Cóndor</strong>”, es una transcripción<br />

de un cable enviado por Manuel Contreras a Paraguay el 17 de julio de 1976, en relación a la<br />

misión de asesinar a Orlando Letelier en Washington, D.C., la que se materializó dos meses<br />

más tarde. En el cable, Contreras solicita que el servicio de inteligencia paraguayo “acceda a<br />

la solicitud que [dos agentes de la DINA] le harían cuando lleguen a Asunción”, consistente<br />

en dos visas falsas a Estados Unidos. “<strong>Cóndor</strong> Uno”, señala el cable, enviaría más antecedentes<br />

a Paraguay sobre esas visas una vez que llegaran los agentes.<br />

(68) Memorándums y documentos de la CIA y el Departamento de Estado desclasificados<br />

25 años más tarde indican que la CIA conoció a fines de 1974 que los servicios secretos de<br />

las dictaduras del Cono Sur, y luego bajo la coordinación de la <strong>Operación</strong> <strong>Cóndor</strong>, estaban<br />

asesinando y planificando acciones terroristas contra opositores que ejercían su acción a<br />

través de una vía pacífica y no la vía armada, como Orlando Letelier.<br />

<strong>Operación</strong> <strong>Cóndor</strong>. 40 años después<br />

205


Capítulo 8<br />

Valdés recibió la llamada de la embajadora de Estados Unidos ante ese<br />

organismo:<br />

El gobierno americano me ha pedido que le comunique que<br />

a partir de este momento usted está bajo la seguridad americana”,<br />

me dijo de manera muy solemne. “¿Por qué, señora?”,<br />

le digo. “Porque a usted lo van a matar”. “Pero, ¿por qué?”,<br />

pregunto. “Eso lo sabrá usted”, responde y sin decir nada más<br />

me presentó al jefe de la seguridad del FBI en la ONU, un señor<br />

enorme, calvo y gordo… Debí cambiar de nombre y mi mujer<br />

partió a Caracas. Pasé seis meses viajando con un nombre falso,<br />

con una tarjeta American Express que no decía mi nombre. Me<br />

salvé porque estuve todo el tiempo acompañado por un oficial<br />

del FBI. (69)<br />

La huella dejada por la DINA en el crimen de Letelier, perpetrado en el<br />

corazón de la ciudad de Washington, provocaría el más importante remezón<br />

interno que experimentaría la dictadura chilena. Pero pasarían aún<br />

muchos meses antes de que la DINA cambiara de nombre y se convirtiera<br />

en Central Nacional de Informaciones (CNI) y de que Manuel Contreras<br />

fuera pasado a retiro, un lapso en el que la represión interna y externa fue<br />

más brutal.<br />

Fue entonces que el cuartel más secreto de la DINA, ubicado en Simón<br />

Bolivar 8800, y de cuya existencia solo se sabría en los años 2000 por una<br />

investigación judicial del juez chileno Víctor Montiglio, se convirtió en una<br />

cárcel de exterminio ya que ningún prisionero salió vivo de allí. Fue en esa<br />

cárcel donde actuaría el escuadrón de operaciones especiales —Brigada<br />

Lautaro—, (70) dirigido por el coronel Juan Morales Salgado, (71) además de<br />

uno de los agentes de la DINA del terrorismo internacional más importantes:<br />

Armando Fernández Larios, quien participó en los asesinatos del<br />

(69) Entrevista de la autora con Gabriel Valdés.<br />

(70) La Brigada Lautaro de la DINA se formó el 1 de abril de 1974 y funcionó primero en un<br />

departamento expropiado ubicado en la Torre 5 de la Remodelación San Borja, en Santiago.<br />

Seis mujeres hubo entre sus agentes, entre ellas la enfermera del Regimiento Tejas Verdes,<br />

Gladys Calderón, quien les inyectaba cianuro a los prisioneros que iban a lanzar al mar. A mediados<br />

de 1975, coincidiendo con que Manuel Contreras se cambió de un modesto departamento<br />

a una amplia casa en el barrio alto de Santiago, la brigada se mudó al nuevo cuartel<br />

de Simón Bolívar 8800, muy cerca de la residencia del director de la DINA.<br />

(71) En la prisión especial para militares condenados por crímenes durante la dictadura, por<br />

su participación en el asesinato del general Carlos Prats y su esposa. Procesado además en<br />

otros juicios por detenidos desaparecidos.<br />

206


aportes de especialistas sobre la <strong>Operación</strong> <strong>Cóndor</strong><br />

general Carlos Prats en Buenos Aires y de Orlando Letelier en Estados<br />

Unidos. Fernández Larios se llevaría en 1987 los secretos de esas operaciones<br />

(72) a Estados Unidos, a donde huyó y obtuvo refugio a cambio de su<br />

confesión en el crimen del excanciller de Allende. (73)<br />

El cuartel Simón Bolívar ocultaba otros secretos. Porque hasta allí fueron<br />

llevados algunos de los prisioneros chilenos detenidos en Argentina en el<br />

marco de la <strong>Operación</strong> <strong>Cóndor</strong>. Otros relatos dieron cuenta del paso por<br />

el cuartel de Villa Grimaldi de ciudadanos argentinos. (74) En 2015, en una<br />

de las revelaciones más importantes de las investigaciones en derechos<br />

humanos, se confirmaría que efectivamente cinco personas detenidas en<br />

1977 en Buenos Aires por agentes chilenos y argentinos, luego desaparecidas,<br />

fueron trasladadas a Chile y enterradas clandestinamente junto a<br />

otras víctimas de la DINA en Cuesta Barriga.<br />

El 27 de mayo de 1977 fue detenido en Santiago Enrique Correa Arce<br />

cuando se retiraba del kiosco de diarios que atendía en el centro de la<br />

capital para almorzar. Correa formaba parte de un grupo de tres personas<br />

(72) El exagente de la DINA, Emilio Troncoso Vivallos, quien está procesado por el caso de<br />

los detenidos desaparecidos miembros de la dirección del PC que cayeron en manos de la<br />

DINA en una ratonera efectuada a una casa ubicada en la calle Conferencia, declaró en 2014:<br />

“Cuando se cerró la DINA, permanecimos como Brigada Lautaro en el cuartel Simón Bolívar<br />

bajo el mando de Armando Fernández Larios, quien reemplazó a Juan Morales Salgado. En<br />

este periodo fuimos trasladados al Cuartel Loyola (ubicado en la calle Loyola de la entonces<br />

comuna de Pudahuel).<br />

(73) La salida de Chile de Armando Fernández Larios quedó registrada el 22 de enero de<br />

1987 hacia Brasil. En ese país lo recogió el agente del FBI, Carter Cornick, quien lo llevó a Estados<br />

Unidos, donde ya había sido procesado en 1978 por un tribunal federal de Washington<br />

por su participación en el crimen de Orlando Letelier y de su asistente Ronnie Moffit. Se pidió<br />

su extradición a Chile. Se rechazó. En 1987 negoció un acuerdo con el Departamento de Justicia<br />

de EEUU —a través del exvocero de la Junta Militar Federico Willoughby— por el cual<br />

se declaró cómplice del crimen a cambio de poder vivir y trabajar en ese país tras cumplir su<br />

condena, y bajo la garantía de que no sería extraditado a Chile ni a ningún otro país que lo<br />

reclamara. Recuperada la democracia en Chile, se pidió su extradición por su participación<br />

en los asesinatos de más de 70 víctimas de la llamada “Caravana de La Muerte”. Fue rechazada.<br />

Aparece en múltiples procesos por detenidos desaparecidos. Actualmente vive en un<br />

condominio en Miami-Dady County en el Estado de Florida.<br />

(74) El 8 de septiembre de 2014, el ex agente de la DINA, Jorge Iván Díaz Radulovich, quien<br />

está comprobado que subió a un avión Puma del Ejército con 10 cuerpos ensacados, los que<br />

fueron lanzados al mar en la costa de la Quinta Región, declaró: “Debo señalar que en una<br />

oportunidad me correspondió acompañar a Marco Antonio Biterlich y Torrejón (enfermero)<br />

hasta el cuartel de la DINA de Villa Grimaldi para recibir instrucciones de Ricardo Lawrence,<br />

en donde me pude percatar que había una pareja de muchachos jóvenes de nacionalidad<br />

argentina —un hombre y una mujer— en el patio de la villa, de lo que me enteré por los<br />

mismos agentes que allí estaban. Ignoro su destino”.<br />

<strong>Operación</strong> <strong>Cóndor</strong>. 40 años después<br />

207


Capítulo 8<br />

de la dirección del PC (Partido Comunista) cuyo objetivo era mantener la<br />

relación con la dirección exterior del partido y recibir los envíos de fondos<br />

para financiar la resistencia todavía pacífica a la dictadura. Correa nunca<br />

llegó a su casa, fue encontrado en la madrugada en un puente solitario y<br />

llevado a la morgue como víctima de un accidente. Su cuerpo presentaba<br />

heridas no atribuibles al accidente sino a torturas: una profunda herida<br />

punzante redonda en el cráneo que le llegaba hasta el hueso, violáceas las<br />

manos, muñecas y tobillos. Pero la policía cerró rápidamente el caso: accidente<br />

causado por el avanzado estado etílico de la víctima. La ausencia de<br />

testigos garantizó la impunidad. (75)<br />

Solo días más tarde, el 7 de junio, era detenido Hernán Soto Gálvez, de<br />

52 años, el segundo integrante del grupo de la dirección del PC que integraba<br />

Correa. Su rastro se había perdido para siempre hasta que, en 2012,<br />

restos óseos encontrados en Cuesta Barriga, en un entierro clandestino de<br />

prisioneros desaparecidos, fueron identificados como los suyos. Debería<br />

pasar más tiempo aún para que todas las piezas calzaran en un esquema<br />

represivo que tuvo su punto de inicio en Buenos Aires, en la <strong>Operación</strong><br />

<strong>Cóndor</strong>, cuando en el frontis del céntrico Hotel Bristol de esa ciudad fueron<br />

detenidos por agentes argentinos los ciudadanos chilenos Ricardo<br />

Ramírez, Héctor Velásquez y Alexei Jaccard. Cinco ciudadanos argentinos<br />

desaparecieron además en la operación, todos integrantes del Comité de<br />

Solidaridad con Chile. Su rastro se perdió desde entonces.<br />

Ramírez era el encargado de finanzas del PC chileno en Buenos Aires,<br />

mientras que Alexis Jacquard, (76) militante comunista, acababa de aterrizar<br />

(75) Al día siguiente del hallazgo del cadáver de Enrique Correa su familia interpuso un recurso<br />

de amparo en tribunales, patrocinado por la Vicaría de la Solidaridad, y al subsiguiente<br />

presentaron una querella criminal. En ella se acompañó la declaración de un testigo presencial<br />

del asesinato: un hombre de muy escasos recursos y poca educación (vivía en una<br />

precaria pieza de madera al lado del puente), quien les relató que en la madrugada sintió el<br />

freno muy fuerte de un vehículo, lo que lo hizo salir de su pieza hacia el puente. Allí vio sobre<br />

el pavimento un bulto y un vehículo que venía de oriente a poniente, que retrocede y luego<br />

pasa sus ruedas sobre el bulto. Asustado, vuelve a su pieza, deja pasar un rato y vuelve a salir<br />

y constata que el bulto era una persona: un caballero bien vestido y con zapatos de buena<br />

calidad, lo que recuerda porque pensó sacárselos pero desistió”. La policía desestimó de<br />

inmediato el testimonio. Treinta ocho más tarde, un agente de la DINA relataría cómo los<br />

agentes después de torturarlo, lo obligaron a ingerir grandes cantidades de alcohol, luego,<br />

en la madrugada, lo introdujeron en un vehículo y lo fueron a tirar a la calle.<br />

(76) Alexei Jaccard, ingeniero, había sido detenido por un oficial de la Marina el 2 de octubre<br />

de 1973 y acusado de pertenecer al servicio de inteligencia del MIR, de haber robado<br />

documentos técnicos de Indus Lever, y de haber hecho instrucción paramilitar a los obreros<br />

de dicha fábrica. Se le hizo Consejo de Guerra y el 6 de noviembre de 1974 fue sobreseído<br />

208


aportes de especialistas sobre la <strong>Operación</strong> <strong>Cóndor</strong><br />

en la capital argentina, proveniente de Suiza, enviado por la dirección exterior<br />

de Chile con USD20.000 en efectivo en un maletín que debía entregar<br />

a los dirigentes del partido. Aterrizó el domingo 15 de mayo de 1977<br />

y entró en acción el operativo conjunto de la DINA con la Policía Federal<br />

Argentina. En algún papel encontraron nombres. Los datos proporcionados<br />

por <strong>Cóndor</strong> a la DINA en Chile permitieron que, días después, sus<br />

agentes detuvieran a los dos comunistas que debían recibir el dinero en<br />

Chile: Enrique Correa y Héctor Soto. El dinero también desapareció. (77)<br />

Pero hubo más. Porque el 29 de mayo, trece días después de la detención<br />

de Ramírez, Velásquez y Jaccard, serían detenidos, también en Buenos<br />

Aires, Jacobo Stoulman y su esposa Matilde Pessa, a la llegada del vuelo<br />

Braniff que los traía de Santiago. Stoulman era un prominente hombre de<br />

negocios en Chile. Dueño de la empresa Cambios Andes, era muy conocido,<br />

especialmente en el circuito de inversionistas judíos. (78) El matrimonio<br />

Stoulman-Pessa no aparece en el Informe Rettig. No hubo convicción en<br />

1991 de que su detención y posterior desaparición estuviera relacionada<br />

con el terrorismo de Estado. Deberían pasar 37 años para que fueran reconocidas<br />

como víctimas.<br />

Cinco de las personas detenidas y desaparecidas en mayo de 1977 en<br />

Buenos Aires estaban estrechamente relacionadas con la cacería iniciada<br />

por la DINA en abril de 1976 para eliminar a la dirección clandestina del<br />

Partido Comunista. Entre septiembre y diciembre de ese año, se detuvo a<br />

temporalmente. En el exterior, se casó con la abogada Paulina Veloso, quien fue ministra del<br />

primer gobierno de Michelle Bachelet y luego pasó a integrar el Consejo de Defensa del<br />

Estado (CDE).<br />

(77) Al matrimonio Stoulman-Pessa la <strong>Operación</strong> <strong>Cóndor</strong> también los despojó de dinero. Los<br />

socios del empresario chileno-judío en la Casa de Cambios Andes declararon a la justicia<br />

que, tras el secuestro, se realizaron giros por hasta USD10.000 que habrían sido obtenidos<br />

por los captores con documentos firmados por el mismo Stoulman. Uno de ellos señaló que<br />

el abogado chileno Ambrosio Rodríguez le dijo a la familia que esos fondos eran considerados<br />

como un “botín de guerra por los argentinos”.<br />

(78) Tras el secuestro de la pareja, su familia recurrió al abogado Ambrosio Rodríguez, a quien<br />

se le pagó para viajara a Argentina y averiguara su paradero. Rodríguez era un hombre cercano<br />

al régimen. Fue asesor jurídico del Ministerio del Interior, y en los años 80 nombrado<br />

Procurador General de la República. Hoy es presidente del Tribunal Supremo de Renovación<br />

Nacional. En Argentina, se juntó con el jefe de la red de la DINA en Buenos Aires, Enrique<br />

Arancibia Clavel. Un informe escrito por el propio Arancibia, descubierto en 1986 en los archivos<br />

que tenía el jefe de la DINA en Buenos Aires en su poder, enviado el 8 de julio de 1977 a su<br />

jefatura en Santiago, dice que Ambrosio Rodríguez se había contactado con altos mandos del<br />

Ejército argentino, quienes le habían indicado que el matrimonio Stoulman-Pessa “ya no existía”<br />

y que la información oficial entregada por el 1 er Cuerpo del Ejército argentino, la unidad<br />

que controlaba la capital trasandina, “es que fueron entregados a funcionarios de la DINA”.<br />

<strong>Operación</strong> <strong>Cóndor</strong>. 40 años después<br />

209


Capítulo 8<br />

13 de sus dirigentes principales. A mediados de 1977, Manuel Contreras<br />

exhibió su balance: dos direcciones completas fueron aniquiladas y la casi<br />

totalidad de los prisioneros fueron a engrosar la larga lista de detenidosdesaparecidos.<br />

Una secuencia que tuvo la participación de la <strong>Operación</strong><br />

<strong>Cóndor</strong>.<br />

La participación del aparato del SIE en la captura del dirigente del MIR Edgardo<br />

Enríquez, y la colaboración prestada para desarticular a buena parte<br />

de los dirigentes de la izquierda chilena no fue gratis. La DINA ofreció conectar<br />

los dos servicios en forma directa y permanente a través de un telex<br />

especial. Manuel Contreras cumplió: proporcionó y pagó los equipos para<br />

ambos organismos. En marzo de 1977, la coordinación de los servicios represivos<br />

secretos de Chile y Argentina pasó a un nivel superior. Un detalle<br />

sorprende. Revisando el archivo de la DINA que se encontró en poder de<br />

su jefe de red en Buenos Aires, Enrique Arancibia Clavel, se advierte que<br />

en noviembre de 1978, cuando la guerra entre ambos países era inminente,<br />

ese telex nunca dejó de funcionar. La guerra sucia no tuvo tregua.<br />

2.5. La <strong>Operación</strong> <strong>Cóndor</strong> contra Cuba (1973-1983),<br />

por José Luis Méndez Méndez (79)<br />

El martes 3 de diciembre de 1974 arribó a Santiago de Chile el terrorista<br />

Orlando Bosch Ávila, de origen cubano. Se concretaba así un largo proceso<br />

de negociaciones entre algunos grupos extremistas de emigrados<br />

cubanos y la Dirección de Inteligencia Nacional de Chile, por medio del<br />

cual aquellos realizarían operaciones punitivas contra refugiados chilenos<br />

opuestos a la dictadura militar, que se habían radicado en varios países<br />

de América Latina y Europa y desde allí expresaban su repulsa a lo que<br />

acontecía en Chile y en otras naciones de Sudamérica.<br />

A cambio, los golpistas chilenos facilitarían a los terroristas de origen cubano<br />

recursos, medios y apoyo documental y logístico para las acciones<br />

que estaban en curso contra la República de Cuba a fin de derrocar su<br />

gobierno.<br />

El criminal Bosch Ávila, principal figura de la llamada organización extremista<br />

Acción Cubana y prófugo de la justicia estadounidense desde 1974,<br />

se instaló en la calle Alameda 240 Torre 1, apartamento 24, del edificio<br />

Diego Portales en la capital chilena.<br />

(79) Escritor y profesor universitario cubano.<br />

210


aportes de especialistas sobre la <strong>Operación</strong> <strong>Cóndor</strong><br />

Como prueba irrefutable del sólido nexo entre este criminal y los golpistas<br />

chilenos se puede aportar que, en el momento de ser detenido —en<br />

febrero de 1976 en San José, Costa Rica, cuando se disponía a asesinar al<br />

ciudadano chileno Pascal Allende—, se identificó con un pasaporte chileno<br />

a nombre de Héctor Emilio Ramón Davanzo Cintolesi, , nacido el 15<br />

de agosto de 1927, de nacionalidad chilena, casado con Eleonor Marzner,<br />

residente en la calle Miguel Claro. No. 1129, Chile.<br />

Los contactos entre los militares chilenos y los criminales de origen cubano<br />

radicados en Estados Unidos se habían iniciado desde antes del golpe<br />

fascista del 11 de septiembre de 1973. Se unieron en las acciones para<br />

derrocar el gobierno de Salvador Allende. Durante la década de los años<br />

sesenta, Michael Vernon Townley Welsch, (80) ciudadano estadounidenses<br />

sindicado de haber sido agente de la Agencia Central de Inteligencia y<br />

actuar al servicio de la DINA, había realizado contactos con algunos emigrados<br />

cubanos, entre ellos Aldo Vera Serafín, quien era un terrorista destacado<br />

en ese medio.<br />

Después del golpe, la reacción universal en contra de la brutal represión<br />

desatada en Chile motivó que algunos golpistas viajaran al sur de la Florida<br />

para recabar el apoyo político del lobby cubano para mejorar su imagen<br />

internacional y legitimar su régimen. Los representantes del gobierno<br />

fascista fueron Julio Solórzano Guicelure, Sergio Crespo, cónsul general<br />

de Chile en la ciudad de Nueva York, y Ronald McInture, este último fungía<br />

como agregado naval chileno en los Estados Unidos. También participó<br />

Héctor Durán, agregado cultural del consulado de Chile en Miami. Por<br />

parte de la DINA, quien estaba a cargo de la colaboración de los mercenarios<br />

de origen cubano era el coronel Pedro Espinosa Bravo.<br />

Estos establecieron nexos de colaboración con figuras del Movimiento<br />

Nacionalista Cubano, MNC, de tendencia fascista, que operaba en Miami,<br />

Nueva Jersey y Nueva York. Además con el llamado Frente de Liberación<br />

Nacional Cubano, FLNC, de igual tendencia violenta. Entre estos grupos se<br />

originaron conflictos en la disputa por los beneficios de los fascistas chilenos.<br />

El coronel chileno Eduardo Sepúlveda se entrevistó, en busca de colaboración,<br />

con los criminales de origen cubano Armando Santana Álvarez,<br />

(80) El 19 de julio de 2004, el general Manuel Contreras le afirmó al autor de este trabajo que<br />

Townley era agente de la CIA y había sido contratado por la DINA, por sus conocimientos y<br />

habilidades en explosivos, para realizar algunas operaciones especiales.<br />

<strong>Operación</strong> <strong>Cóndor</strong>. 40 años después<br />

211


Capítulo 8<br />

Dionisio Suárez Esquivel, Virgilio Paz Romero, este último se integró de<br />

forma permanente al escuadrón de exterminio formado por Tonwley, su<br />

esposa chilena Mariana Inés Callejas Honores, quien era funcionaria de<br />

planta de la DINA con el nombre de María Luisa Pizarro, y otros miembros<br />

de esa Agencia, quienes realizaron actos de terror contra refugiados chilenos<br />

y argentinos en México, Costa Rica, Italia, Francia y Alemania. (81)<br />

Cabecillas extremistas de la emigración cubana como Ramiro de la Fe, Manuel<br />

Reyes Xiqués y Andrés Nazario Sargent, principal del grupos terrorista<br />

Alpha-66, recibieron propuestas de colaboración por parte de los militares<br />

chilenos, desde recibir documentación, armas, explosivos y facilidades<br />

económicas hasta ceder parte del territorio chileno para instalar y reconocer<br />

un gobierno cubano en el exilio. También utilizaron los servicios de la línea<br />

aérea LAN Chile, cuyas oficinas en algunos países eran centros fechada<br />

de la DINA. Muchas promesas se concretaron, otras quedaron solo en eso,<br />

pero los extremistas cubanos comenzaron a actuar y durante los siguientes<br />

años 1975 y 1976 ejecutaron importantes servicios a la dictadura chilena.<br />

Los hechos más conocidos ejecutados por los terroristas de origen cubano,<br />

insertados en una internacional del crimen como la <strong>Operación</strong> <strong>Cóndor</strong><br />

—y desde antes— fueron: los planes para asesinar al político chileno Andrés<br />

Pascal Allende en Costa Rica en febrero de 1976; el atentado contra<br />

el político demócrata cristiano chileno Bernardo Leighton y su esposa en<br />

octubre de 1975 en Roma; los planes para asesinar al dirigente socialista<br />

chileno Carlos Altamirano en 1975 y 1976 en Francia y Alemania; el asesinato<br />

del político chileno Orlando Letelier del Solar, en septiembre de 1976<br />

en Washington, EEUU, y atentados terroristas contra refugiados chilenos y<br />

argentinos en México y Costa Rica en 1975 y 1976. Estos hechos están debidamente<br />

investigados por las autoridades estadounidenses, costarricenses<br />

e italianas, además de investigaciones privadas realizadas por el autor.<br />

La mayoría de los ejecutores siguen impunes, y los menos fueron juzgados<br />

o recibieron breves condenas. Dan fe de estos hechos los documentos<br />

secretos estadounidenses desclasificados. Algunos de ellos evidencian la<br />

complicidad puntual de las Agencias de Estados Unidos por acción u omisión,<br />

al conocer de manera anticipada y no prevenir conjuras para cometer<br />

estos delitos.<br />

(81) Para más información, Méndez Méndez, José Luis, Bajo las alas del <strong>Cóndor</strong>, La Habana,<br />

Editorial Capitán San Luis, 2006 ; y <strong>Operación</strong> <strong>Cóndor</strong> contra Cuba, Bs. As., 2012.<br />

212


aportes de especialistas sobre la <strong>Operación</strong> <strong>Cóndor</strong><br />

La contrarrevolución cubana asentada en Estados Unidos, sirvió a los intereses<br />

de los golpistas chilenos, en su respaldo político, además con<br />

hombres entrenados y con experiencia en actos de terror dirigidos contra<br />

objetivos de la <strong>Operación</strong> <strong>Cóndor</strong>. Bajo su sombrilla crearon la <strong>Operación</strong><br />

CORU, en junio de 1976, en la cual participaron representativos<br />

de grupos terroristas de origen cubano, jefes de la DINA, de la DISIP de<br />

Venezuela, del FBI, con sus fuentes, y la CIA, todo con el fin de articular,<br />

además, un vasto plan de agresiones contra las representaciones cubanas<br />

en el exterior.<br />

Cabe destacar que el Movimiento Nacionalista Cubano expresó, por medio<br />

de su representante en esa cumbre criminal, que sus hombres se integrarían<br />

al operativo proyectado después de terminar un compromiso<br />

profesional que tenían concertado con la DINA, hecho que no fue otro,<br />

según informes secretos desclasificados por el FBI, que el asesinato de<br />

Orlando Letelier, que tuvo como daños colaterales la muerte de la joven<br />

estadounidenses Ronni Moffitt y las secuelas físicas y psicológicas producidas<br />

a su esposo, Michael Moffitt, también estadounidense.<br />

La creación de la formación Coordinación de las Organizaciones Revolucionarias<br />

Unidas, CORU, que generó la operación homónima, asumió<br />

los métodos y medios de la <strong>Operación</strong> <strong>Cóndor</strong>, como el secuestro y la<br />

desaparición forzosa, nunca antes empleada por la contrarrevolución<br />

cubana en sus intentos por derrocar a la Revolución cubana. Más de<br />

20 operaciones fueron ejecutadas en días posteriores de la fundación<br />

y puesta en marcha de la mencionada <strong>Operación</strong>, desde el envío de<br />

cartas y libros bombas hasta la colocación de artefactos explosivos en<br />

sedes diplomáticas cubanas y de países latinoamericanos y de Europa<br />

que mantenían relaciones con Cuba, en particular los países caribeños,<br />

que fueron hostigados y afectados en los meses de agosto a octubre<br />

de 1976.<br />

Los nexos con la junta fascista chilena de prominentes ejecutivos de origen<br />

cubano de la DISIP de Venezuela, como Luis Posada Carriles y Rafael<br />

Rivas Vázquez, se mantuvieron aún después de ser detenido Posada Carriles,<br />

en octubre de 1976, por el derribo del avión de Cubana de Aviación.<br />

El 8 de agosto de 1982, el terrorista se fugó de una cárcel venezolana y<br />

se introdujo en la embajada de Chile en Caracas por medio de arreglos<br />

hechos entre el comisario de la DISIP, Arpad Bango, con sus contactos con<br />

miembros del CNI chileno, actualizada versión de la DINA.<br />

<strong>Operación</strong> <strong>Cóndor</strong>. 40 años después<br />

213


Capítulo 8<br />

En Francia, Italia, Portugal, Colombia, Costa Rica, Venezuela, Ecuador y<br />

Estados Unidos esos mercenarios operaron con intensidad.<br />

Se fraguaron varios intentos de derribar aviones civiles cubanos en pleno<br />

vuelo y se logró el estallido de uno de ellos cerca de las costas de Barbados,<br />

el 6 de octubre de 1976, hecho en el que murieron 73 personas, 57 de<br />

ellas cubanas, 11 guayanesas y 5 coreanos.<br />

Se intentó secuestrar diplomáticos cubanos en México y se logró desaparecer,<br />

en Buenos Aires, Argentina, a dos jóvenes funcionarios que estuvieron<br />

desaparecidos por más de 35 años, trasladados al CCD de la <strong>Operación</strong><br />

<strong>Cóndor</strong> denominado “Automotores Orletti”, donde se les torturó hasta la<br />

muerte y después, colocados sus restos en tanques de combustible a los<br />

que se le adicionó en su interior material fraguante, fueron lanzados a un<br />

basural donde permanecieron hasta su hallazgo en los años 2012 y 2013.<br />

Los investigadores John Dinges y Saul Landau aseveran que el terrorista<br />

de origen cubano Guillermo Novo Sampoll, y el estadounidense Michael<br />

Tonwley, viajaron a Buenos Aires, el 11 de agosto de 1976 para interrogar<br />

a los diplomáticos cubanos secuestrados. (82)<br />

Además, se atentó contra la vida del embajador de Cuba en Argentina en<br />

agosto de 1975, meses antes de la fecha oficial de la creación de la <strong>Operación</strong><br />

<strong>Cóndor</strong>, en noviembre de 1975. Más de 17 argentinos y sus familiares,<br />

que laboraban en dependencias de la misión cubana en Argentina, que<br />

incluía su embajada y oficina comercial, fueron secuestrados y desaparecidos.<br />

Solo se ha podido hallar a María Rosa Clementi de Cancere, una<br />

joven argentina, auxiliar pedagógica de una escuela anexa a la embajada<br />

cubana en ese país.<br />

Barcos cubanos fueron hundidos en 1977 en el puerto peruano de El Callao,<br />

en el marco de esa <strong>Operación</strong>.<br />

El Movimiento Nacionalista Cubano no solo apoyó a los fascistas chilenos<br />

en sus operaciones punitivas por el mundo, además se inspiró en<br />

el fascismo de Augusto Pinochet para crear la organización terrorista<br />

Omega 7, que realizó, entre el 11 de septiembre de 1974 e igual fecha<br />

de 1983, 55 actos de terror dentro de Estados Unidos y Puerto Rico. Considerada<br />

por la CIA y el FBI como el grupo más letal dentro de su territorio<br />

(82) Para más información, Dinges, John y Landau, Saul, Asesinato en Washington..., op cit.,<br />

p. 207.<br />

214


aportes de especialistas sobre la <strong>Operación</strong> <strong>Cóndor</strong><br />

en una década, cada 11 de septiembre en esa etapa ejecutaron actos violentos<br />

en saludo a la asolada fascista.<br />

Los terroristas cubanos, después, continuaron con otras colaboraciones<br />

con los fascistas argentinos y chilenos durante la guerra de Estados Unidos<br />

en Centroamérica, inmediatamente después del triunfo de la Revolución<br />

sandinista en julio de 1979. Los extremistas de origen cubano radicados en<br />

Estados Unidos fueron enviados por la CIA a esa región donde se sumaron<br />

a los agentes del Batallón 601 de Inteligencia militar argentina. (83)<br />

2.6. “El Condor 7”: Ecuador como parte de la máquina hemisférica<br />

de la muerte y del terror, por Carlos Poveda Moreno (84)<br />

2.6.1. Contexto Histórico<br />

La República del Ecuador históricamente ha tenido —al igual que otros<br />

países del hemisferio—, situaciones que no escapan a ser similares tanto en<br />

su problemática para acceder a la democracia, así como su lucha incesante<br />

por el manejo del poder económico que siempre se encuentra detrás del<br />

político.<br />

Gobiernos caudillos, populistas y otros con la imagen de ser nacionalistas<br />

y desarrollistas no han sido la excepción en el contexto ecuatoriano,<br />

todos siempre con una imagen salvadora a los problemas de pobreza y<br />

gobernabilidad. Una de las figuras presidenciales más notorias fue la del<br />

Presidente José María Velasco Ibarra, quien fuera ungido a la primera magistratura<br />

con el apoyo popular en cinco ocasiones, a pesar de haber sido<br />

exiliado al menos en tres y proclamarse dictador por dos. Siempre acudía<br />

al llamado del pueblo y de las facciones partidistas que lo invocaban ejercer<br />

este mandato.<br />

En estos períodos siempre contó con un ejercicio represivo instaurado con<br />

las fuerzas militares, silenciando a los grupos críticos de su régimen. La<br />

posición internacional del Presidente Velasco Ibarra fue la defensa de la<br />

soberanía y un enfrentamiento directo con Estados Unidos por diversas<br />

(83) Para más información Méndez Méndez, José Luis, Mensajeros de la muerte. Centroamérica<br />

la punta del iceberg. 1959-2014, La Habana, La Habana, Editorial Capitán San Luis, 2014.<br />

(84) Doctor en jurisprudencia. Exjuez penal. Magister en Derecho Procesal. Catedrático (Universidad<br />

Andina Simón Bolívar). Excoordinador técnico de la veeduría internacional sobre la<br />

reforma judicial en Ecuador. Experto independiente de FIBGAR. Asesor de la Comisión de la<br />

Verdad. Abogado litigante en casos de la Comisión de la Verdad de Ecuador.<br />

<strong>Operación</strong> <strong>Cóndor</strong>. 40 años después<br />

215


Capítulo 8<br />

situaciones económicas e ideológicas, una de ellas el apoyo a China para<br />

su ingreso a la Organización de las Naciones Unidas (ONU), así como acercamientos<br />

a gobiernos socialistas como Salvador Allende en Chile.<br />

La presencia militar y el desenlace final de sus periodos fueron decisivos así<br />

como la intervención dirimente de las Fuerzas Armadas del Ecuador, quienes<br />

decidían en sus cinco ejercicios presidenciales si ostentaba el poder o no.<br />

Coincidentemente con su último período, se han elaborado informes sobre<br />

la participación de la Central de Inteligencia Americana (CIA) en su<br />

derrocamiento (85) apoyando a las fuerzas militares y una nueva dictadura a<br />

través del General Guillermo Rodríguez Lara —conocido como el “bombita”—<br />

quien en febrero de 1972, y por ser el militar de más antigüedad<br />

y comandante de las Fuerzas Armadas, ascendió al poder a través de un<br />

golpe militar bautizado con el nombre del “carnavalazo militar”.<br />

Sus proclamas, al igual que Juan Velasco Alvarado en el Perú, eran las de<br />

un gobierno nacionalista, revolucionario, antioligárquico y desarrollista, y<br />

claro que lo podía hacer por cuanto Ecuador ingresaba a la época petrolera,<br />

cuyos ingresos por las exportaciones de este nuevo producto permitieron<br />

tener un estado de bienestar, lujo y derroche, así como de obra pública.<br />

Sin embargo, el 12 de enero de 1976 fue “reemplazado” por un triunvirato<br />

militar conformado por Alfredo Poveda Burbano representante de la<br />

Marina, Guillermo Durán Arcentales del Ejército, y Luis Leoro Franco de<br />

la Fuerza Aérea Ecuatoriana, el primero de ellos ejerció la Presidencia del<br />

Consejo Militar. Según Rodríguez Lara fueron quienes se sintieron marginados<br />

en virtud de no haber sido atendidos en sus reclamos.<br />

En las funciones de este Consejo existió represión social, persecución y<br />

aniquilamiento a líderes políticos como Abdón Calderón Muñoz, ejecución<br />

extrajudicial por la que el Ministro de Gobierno fue responsabilizado. Fueron<br />

responsables de la transición hacia la democracia, pero también fueron<br />

responsables de la injerencia de la función electoral.<br />

En este período, Ecuador pasó de una posición cepalina a un voraz endeudamiento<br />

con la banca extranjera y los organismos internacionales. A<br />

pesar de estas actuaciones no se vislumbró ningún progreso o desarrollo<br />

para el país.<br />

(85) Agee, Philip, Inside the Company CIA Diary, Londres, Penguin, 1975.<br />

216


aportes de especialistas sobre la <strong>Operación</strong> <strong>Cóndor</strong><br />

El ataque a sectores inconformes fue evidente, así tenemos la persecución<br />

al “Obispo de los Pobres”, monseñor Leonidas Proaño, quien comulgaba<br />

con la recién instaurada Teología de la Liberación; la matanza a los trabajadores<br />

de la empresa azucarera Aztra; la expulsión de sacerdotes extranjeros<br />

que se unían a estas nuevas tendencias liberadoras; la adquisición de<br />

armas y equipos de guerra, así como se predispuso mayor colaboración<br />

militar y capacitación a nivel internacional de las fuerzas militares.<br />

Los gobernantes militares, como el general Rodríguez Lara, fueron entrenados<br />

y capacitados en la Escuela de las Américas, de la que inclusive fue<br />

instructor, así como obtuvieron formación en Argentina y Estados Unidos<br />

de Norteamérica.<br />

El ejercicio de las funciones del consejo militar de facto fue hasta el 9<br />

de agosto de 1979, ya que el 10 de agosto del mismo año Jaime Roldós<br />

Aguilera fue proclamado Presidente Constitucional de la República del<br />

Ecuador, mandatario elegido democráticamente por elección popular y<br />

previa la aprobación de la Constitución Política, vía referéndum.<br />

El 24 de mayo de 1982 moriría trágicamente en un accidente de aviación<br />

junto a su cónyuge Martha Bucaram y su delegación presidencial.<br />

2.6.2. El Plan <strong>Cóndor</strong> en Ecuador<br />

En la década que rige a partir de 1970 a 1980, en Ecuador, por la inestabilidad<br />

democrática, sucedieron cuatro períodos presidenciales, comenzando<br />

por la quinta Presidencia de Velasco Ibarra en calidad de dictador,<br />

para dar paso a la dictadura militar del general Guillermo Rodríguez Lara.<br />

Luego de su “renuncia” asumió el Consejo Militar, presidido por el Vicealmirante<br />

Alfredo Poveda Burbano.<br />

Todos ellos han negado en su momento la vinculación con el Plan <strong>Cóndor</strong>,<br />

a partir de sus primeros aparecimientos en 1963, y luego formalmente en<br />

noviembre de 1975 en Santiago de Chile. Sin embargo, es conocido el<br />

cable secreto desclasificado número 3952081 (86) del 14 de Febrero de 1978<br />

de la CIA, donde entre otras cosas señala que Ecuador —denominado<br />

“<strong>Cóndor</strong> 7”— se adhiere a la lucha contra el terrorismo, al igual que otros<br />

(86) Documento obtenido en las investigaciones judiciales realizadas por el juez Baltasar<br />

Garzón Real. Se conoce que este instrumento se encuentra agregado al expediente de la<br />

Fiscalía General del estado del Ecuador en la investigación sobre la muerte del expresidente<br />

del Ecuador Jaime Roldós Aguilera.<br />

<strong>Operación</strong> <strong>Cóndor</strong>. 40 años después<br />

217


Capítulo 8<br />

Estados de Sur América, a través del Comando Conjunto de la Fuerzas<br />

Armadas, constituido por las tres ramas, las que tenían tareas específicas,<br />

así: Fuerza Terrestre, Aérea, Naval en labores de inteligencia (DNI) al igual<br />

que sus similares en Chile (DINA) por ejemplo; pero a la vez asigna a la<br />

última de ellas las telecomunicaciones, y la segunda, en tareas de guerra<br />

psicológica.<br />

Se designa a un oficial argentino, coronel Luis Francisco Nigra, para que<br />

desde Quito supervise el sistema de telecomunicaciones que funcionaría<br />

desde las instalaciones del Ministerio de Defensa Nacional también llamado<br />

“Condortel”.<br />

Finalmente se asigna al menos cuatro cupos para que militares ecuatorianos<br />

vayan a capacitarse en la Escuela de Inteligencia Chilena.<br />

Adolfo Pérez Esquivel, (87) premio nobel de la Paz, refiere que en Ecuador,<br />

en un encuentro con religiosos y laicos realizado en agosto de 1976 en la<br />

ciudad de Riobamba, fueron detenidos y trasladados a un cuartel militar<br />

de la ciudad de Quito, y luego, a su retorno a la Argentina fue privado de<br />

libertad por la Policía Federal de ese país. En esa época los obispos ya<br />

denunciaban que existía un plan regional de persecución.<br />

Igualmente, la presencia del genocida argentino Guillermo Suarez Mason<br />

en Ecuador en calidad de agregado militar fue aprovechada también para<br />

realizar enlaces y supervisar el plan comunicacional. A pesar de su arresto<br />

domiciliario, tal fue la relación vigente de este personaje con nuestro país,<br />

que en febrero de 2004 el embajador de Ecuador en Argentina, Germánico<br />

Carlos Molina Alulema, mientras el coronel Lucio Gutiérrez Borbúa se<br />

desempeñaba como Presidente Constitucional de Ecuador, burló las condiciones<br />

de su privación de libertad y lo acompañó en el vehículo oficial<br />

de nuestra embajada.<br />

En el año de 2014, y durante el lanzamiento y proyección de un documental<br />

realizado por el cineasta Manolo Sarmiento sobre la muerte de Jaime<br />

Roldós Aguilera, su cónyuge y la comitiva presidencial, se puede demostrar<br />

a raíz de investigaciones en Bolivia, el Salvador y Argentina que nuestro<br />

expresidente luchaba incansablemente por una política soberana, así<br />

como también, por una férrea convicción por la defensa de los derechos<br />

humanos y el impulso de la Carta Democrática, situaciones que no fueron<br />

(87) Perez Esquivel, Adolfo, Carta Vuelo a la muerte, 1977.<br />

218


aportes de especialistas sobre la <strong>Operación</strong> <strong>Cóndor</strong><br />

del agrado de los Estados Unidos y los dictadores que aún se encontraban<br />

en Chile, Nicaragua, Argentina y el Salvador.<br />

Además, se demuestra que a Ecuador vinieron los perseguidos de esas<br />

latitudes y recibieron el apoyo del Presidente Roldós. Por otra parte, su<br />

liderazgo regional se hacía cada vez más fuerte, lo que pudo haber sido<br />

una de las causas para que se planificara su muerte. Existe constancia investigativa<br />

que meses antes a su fallecimiento, el 24 de mayo de 1982, se<br />

preveía un complot para acabar con su vida.<br />

En aquellas imágenes, algunas obtenidas en Argentina, se puede ver al<br />

Vicealmirante Raúl Sorroza Encalada departiendo y celebrando con sus<br />

pares argentinos previo al magnicidio, lo que ocasionó que el primer mandatario<br />

haya pensado en su baja. Baja que nunca se efectivizó sino que,<br />

al contrario, fue premiado con el Ministerio de Defensa Nacional en el<br />

gobierno del exPresidente Oswaldo Hurtado Larrea.<br />

La presencia de Pinochet en el escenario ecuatoriano tampoco fue novedosa,<br />

ya que se desempeñó como agregado militar, ejerció la docencia en<br />

la Academia Militar del Ejército ecuatoriano, e inclusive estudió Derecho<br />

en la Universidad Central del Ecuador, cuyas autoridades, como desagravio<br />

y ofensa a los derechos humanos, lo borraron de sus registros. Hasta<br />

ahora se recuerda sus visitas y las reuniones privadas ampliamente difundidas<br />

con sus compañeros civiles y militares en la ciudad de Quito.<br />

La presencia de los representantes castrenses en los distintos cónclaves<br />

de las Conferencias de los Ejércitos Americanos toma notoriedad sobre<br />

todo en la reunión XII —julio de 1997—, en la que se designa al coronel<br />

del ejército ecuatoriano Jaime del Castillo Báez, como Secretario Ejecutivo<br />

recibiendo órdenes del militar paraguayo Francisco Ramón Ledesma,<br />

quien le envía un listado de subversivos paraguayos con el cual debía realizar<br />

la lista de estas personas en América Latina. (88)<br />

De esas reuniones se obtuvieron diversos convenios de cooperación para<br />

intercambiar información, inteligencia y adiestramiento militar. La forma<br />

en la cual empezaron a generar espacios de estrecha colaboración fue los<br />

diversos convenios entre militares de esta región. (89)<br />

(88) Diario El Telégrafo, Quito, 17/06/2013.<br />

(89) Afirmación del General del Ejército ecuatoriano Richeliu Levoyer quien manifestó que el Presidente<br />

Roldós se opuso a este tipo de convenios, que formaban parte de la <strong>Operación</strong> <strong>Cóndor</strong>.<br />

<strong>Operación</strong> <strong>Cóndor</strong>. 40 años después<br />

219


Capítulo 8<br />

En la actualidad, la Fiscalía General del Estado (90) ha establecido varios indicios<br />

que demostrarían que el accidente de aviación donde falleciera el<br />

expresidente Roldós fue un acto de ejecución extrajudicial dentro del denominado<br />

“Plan <strong>Cóndor</strong>”, donde habría existido colaboración de militares<br />

chilenos y argentinos, así como la asesoría de los Estados Unidos y la CIA.<br />

Sin embargo, a pesar de sus cien folios, aún no existe nada concreto al<br />

respecto.<br />

Para este efecto, se ha pedido acuerdos de colaboración con le República<br />

del Paraguay, en la desclasificación de documentos relacionados con<br />

la cooperación de Ecuador en este plan de terror, y Brasil, en las pericias<br />

de aviación. Argentina ha sido eficaz en los datos y esperan obtener mayor<br />

información; mientras que los funcionarios de los Estados Unidos han<br />

indicado que no tiene información de estos hechos.<br />

Se puede concluir que el aporte de información desclasificada de estos<br />

gobiernos será de vital importancia para la judicialización de casos en el<br />

Ecuador.<br />

La República del Ecuador siempre será un Estado clave por encontrarse en<br />

el centro del hemisferio, pero además por su posición geográfica para las<br />

telecomunicaciones. (91)<br />

2.7. Paraguay en la <strong>Operación</strong> <strong>Cóndor</strong>, por Federico Tatter (92)<br />

Una acotada mirada sistémica. Esta operación, que según documentos y<br />

consenso de investigadores nació en noviembre de 1975 en Santiago de<br />

Chile, utilizó sus canales para asistir al aparato represivo y de inteligencia<br />

de la dictadura paraguaya (1954-1989), por lo menos, hasta el inicio de<br />

los 80.<br />

Durante el mes de setiembre de 1980 se verificó intercambio de inteligencia<br />

a través de los vínculos de <strong>Cóndor</strong> a propósito del atentado al derrocado<br />

presidente nicaragüense Anastasio Somoza y su primer anillo en la<br />

ciudad de Asunción.<br />

(90) Informe de actividades entregado a la Asamblea Nacional por el Fiscal General del Estado<br />

Galo Chiriboga en marzo de 2015.<br />

(91) Entre las provincia de Pichincha y Cotopaxi los EEUU ubicó en 1957 a través de la NASA<br />

la estación denominada Mini Track donde funcionaban torres de control de satélites y servía<br />

para apoyar las misiones espaciales de los norteamericanos, así como emitir información del<br />

clima. Actualmente ejerce este control la Agencia Espacial del Ecuador.<br />

(92) Ex investigador de la Comisión de Verdad y Justicia del Paraguay (2008).<br />

220


aportes de especialistas sobre la <strong>Operación</strong> <strong>Cóndor</strong><br />

Acerca de la doctrina. El anticomunismo fue el paraguas de justificación<br />

bajo el cual diversas administraciones conservadoras de Estados Unidos<br />

de América, sus aliados transatlánticos y las oligarquías criollas subordinadas<br />

de la región, en el marco de la guerra fría y la Doctrina de Seguridad<br />

Nacional, se cobijaron para blindar a Occidente pisando los derechos civiles,<br />

políticos, sociales y culturales del propio Occidente, desde el final<br />

mismo de la Segunda Guerra Mundial hasta —por lo menos— la caída del<br />

muro de Berlín, en 1989.<br />

En el Paraguay, la <strong>Operación</strong> <strong>Cóndor</strong> se nutrió de una iniciativa transnacional<br />

anticomunista preexistente, nacida en los cincuentas en Taiwán, la<br />

World Anti-Communist League (WACL).<br />

La influencia de la Doctrina de Seguridad Nacional tuvo inicios precoces<br />

en la dictadura paraguaya, con la creación de la Dirección Nacional de<br />

Asuntos Técnicos (DNAT), dependiente del Ministerio del Interior, en el<br />

año 1956. Esta dependencia, conocida como “La Técnica”, que se especializó<br />

en el seguimiento y combate al comunismo, se subordinó a las directrices<br />

de la <strong>Operación</strong> <strong>Cóndor</strong> mientras esta se mantuvo operativa.<br />

Acerca del ámbito. La <strong>Operación</strong> <strong>Cóndor</strong> en el Paraguay, por tanto, no<br />

fue una acción aislada, sino un salto cualitativo de formalización de una<br />

relación de aparatos represivos regionales preexistentes varios años antes.<br />

La membresía paraguaya en el <strong>Cóndor</strong>, no fue ni ocasional, y menos<br />

tangencial.<br />

Fue un capítulo dentro de un conjunto de operaciones contrainsurgentes<br />

que venían desplegándose a partir de iniciativas bilaterales y multilaterales<br />

de diverso origen, aunque todas subordinadas a un proceso de neocolonización<br />

del subcontiente que debió echar mano a medios terroristas<br />

operados desde dictaduras cívico-militares vernáculas. En extremo nacionalistas<br />

y anticomunistas en el discurso, en la misma medida que alineadas<br />

al control geopolítico ejercido por Estados Unidos desde el Departamento<br />

de Estado y el Comando Sur en lo político y militar.<br />

Según el discurso dictatorial en el Paraguay, la implementación de <strong>Cóndor</strong><br />

fue útil para cortar los lazos transnacionales de la subversión de origen<br />

marxista con soporte logístico continental y extracontinental en la segunda<br />

mitad de los 70. Pero, en realidad, y con cierta paradoja, se instrumenta<br />

precisamente cuando las insurgencias armadas de izquierdas o nacionalistas<br />

—que surgieron en los 70 en el Cono Sur— ya habían sido militar y<br />

<strong>Operación</strong> <strong>Cóndor</strong>. 40 años después<br />

221


Capítulo 8<br />

políticamente desarticuladas, o cuando su emergencia —en el caso del<br />

Paraguay— no había sido más que incipiente.<br />

<strong>Cóndor</strong> funcionó como un tapón frente a cualquier forma de contestación<br />

antidictatorial más allá de las fronteras, y se articuló a nivel nacional con<br />

la práctica represiva ilegal permanente del régimen, que actuó como instrumento<br />

de control político y social desde el año 1954 hasta el año 1989,<br />

a través de leyes liberticidas 294, 209, y el art. 79 CN, de justificación del<br />

estado de sitio permanente durante 35 años.<br />

Acerca de la multilateralidad y bilateralidad. La relación bilateral entre los<br />

aparatos represivos policiales y de seguridad, argentinos y paraguayos,<br />

cercanos a las fronteras, por ejemplo, para seguimiento mutuo de opositores<br />

políticos, tuvo antecedentes desde los años 50 del siglo XX, y varió<br />

en intensidad de acuerdo a la orientación política de los gobiernos fronterizos<br />

al Paraguay.<br />

El Consulado paraguayo en la ciudad de Posadas, Argentina, contó con<br />

su titular, desde 1971 y hasta 1989, como un enlace encubierto de privilegio<br />

entre el general Alfredo Stroessner, su sistema represivo, y diversos<br />

organismos de seguridad argentinos del más alto nivel, que luego incluso<br />

integrarían la <strong>Operación</strong> <strong>Cóndor</strong>, como el Servicio de Inteligencia del Ejército<br />

(SIE), quien aportó a Stroessner en forma regular, específicos informes<br />

de seguimiento de los exiliados paraguayos y sus diversos intentos de<br />

reorganización en la República Argentina antes, durante y después de la<br />

existencia formal de la <strong>Operación</strong> <strong>Cóndor</strong>.<br />

Aunque existe aún un inexplicable subregistro, el impacto de la <strong>Operación</strong><br />

<strong>Cóndor</strong> fue de mayor efectividad sobre la población paraguaya exiliada<br />

en la República Argentina por sobre la población paraguaya dentro del<br />

país, por demás controlada por otros y diversos dispositivos represivos<br />

militares, policiales y partidarios en forma continuada desde el inicio de la<br />

dictadura en Paraguay. Con <strong>Cóndor</strong>, el territorio paraguayo fue un efectivo<br />

colchón para controlar y evitar el libre ingreso o egreso de exiliados de los<br />

diversos países del Cono Sur.<br />

La efectividad del control represivo del stronismo a nivel interno se centró<br />

en dos ejes. El primero, la llamada “democracia sin comunismo” que<br />

mantuvo la proscripción de todas las formaciones marxistas o consideradas<br />

como tales; y el segundo, la llamada “unidad granítica de la Fuerzas<br />

Armadas, el gobierno y el partido”, que se constituyó como un trípode<br />

222


aportes de especialistas sobre la <strong>Operación</strong> <strong>Cóndor</strong><br />

de mutuo control político y social en todo el territorio, en ambos casos,<br />

durante los 35 años de existencia.<br />

Toda la administración pública debió aportar al control, y el Ministerio de<br />

Relaciones Exteriores no fue una excepción. A través de las embajadas,<br />

consulados y agregadurías, pudieron desplegarse los brazos operativos<br />

locales de la <strong>Operación</strong> <strong>Cóndor</strong>, más allá de las fronteras nacionales y sin<br />

la necesidad de la creación de estructurales paralelas.<br />

Una mirada al impacto de la <strong>Operación</strong> <strong>Cóndor</strong> sobre la población paraguaya.<br />

Al repasar la composición de las víctimas paraguayas durante<br />

la <strong>Operación</strong> <strong>Cóndor</strong>, vemos en su mayoría a exiliados y refugiados, y en<br />

segundo lugar, a emergentes dirigencias políticas, sociales y religiosas antidictatoriales,<br />

residentes en el Paraguay y en el cono sur.<br />

En el caso del subcontinente, en el inicio de los 80, las democracias liberales<br />

se fueron reinstalando, con diversas y limitadas políticas de acceso<br />

a la verdad y la justicia sobre el impacto dictatorial y, especialmente, con<br />

la exigencia desde los organismos de derechos humanos y de familiares<br />

de investigación por las graves violaciones a los derechos humanos provocadas<br />

por la <strong>Operación</strong> <strong>Cóndor</strong>. Varias democracias limitadas, incluso,<br />

fueron más allá de los acotados márgenes del Consenso de Washington<br />

en búsqueda de más independencia real, y por tanto, de la mayor verdad<br />

y justicia. Fue la etapa del juicio y castigo a los responsables.<br />

No obstante, el caso del Paraguay fue distinto, por ser una de las últimas<br />

y más longevas dictaduras anticomunistas en desmontarse. Al final de<br />

los 80, y por la vía de un golpe militar palaciego muy negociado desde<br />

el exterior, en febrero de 1989, conducido en una gran mayoría por<br />

militares y civiles del partido hegemónico que durante más de veinticinco<br />

años habían sido el soporte del régimen stronista, se inició un<br />

inusual y sinuoso proceso de transición tutelada hacia una desconocida<br />

democracia liberal de limitados alcances electorales, donde no cabían<br />

demandas de verdad y justicia, y menos las de juicio y castigo a todos<br />

los responsables.<br />

Por tanto, en los inicios de los 90, toda iniciativa seria de investigación<br />

profesional y profunda sobre los horrores del terrorismo de Estado de los<br />

últimos 35 años en el Paraguay debió lidiar con la fuerte intermediación<br />

y desaliento del nuevo status quo gobernante, que buscó rápidamente<br />

<strong>Operación</strong> <strong>Cóndor</strong>. 40 años después<br />

223


Capítulo 8<br />

un par de chivos expiatorios del nivel operativo policial y civil para evitar<br />

echar luz sobre todo el sistema represivo, que tenía como cúspide al<br />

poder militar, y como brazos ejecutores a gran parte de las dependencias<br />

del Estado, las fuerzas policiales, el pleno del Poder Judicial, y el<br />

partido que mantuvo la hegemonía política durante los últimos sesenta<br />

años (1947-2008).<br />

La República del Paraguay nunca había vivido en democracia, en cualquiera<br />

de sus versiones. Por tanto, los diversos intentos de instalar dentro<br />

de la transición un proceso de verdad y justicia sufrieron fuertes presiones<br />

desde el Estado y desde el bloque conservador gobernante. La orientación<br />

del Estado paraguayo durante la transición ha oscilado del negacionismo<br />

abierto a la minimización selectiva. Jamás existió el espacio para la<br />

asunción plena de las responsabilidades, más allá de una tímida y tardía<br />

política de indemnizaciones parciales, que se estableció por ley 838 de<br />

reparación en el año 1996, antes incluso de la instalación de una Comisión<br />

de Verdad y Justicia (que funcionó entre el 2006 y el 2008).<br />

A cuarenta años de la <strong>Operación</strong> <strong>Cóndor</strong>, existe en el Paraguay apenas<br />

una sola causa abierta y dormida en jurisdicción nacional, conocida como<br />

“Causa <strong>Cóndor</strong>”, a cargo de un juez de liquidación y sentencia que no<br />

ha emitido sentencia. Con la excepción de la condena a tres comisarios y<br />

el último responsable del Departamento de Investigaciones de la Policía.<br />

Uno a uno, los responsables militares y políticos de más alto nivel en la<br />

cadena de mandos del terrorismo de Estado involucrados en la <strong>Operación</strong><br />

<strong>Cóndor</strong> han fallecido en libertad e impunidad, aun cuando en la actual<br />

legislación paraguaya no exista ninguna traba que impida la investigación<br />

de graves delitos de lesa humanidad imprescriptibles.<br />

La realidad es que el sistema judicial paraguayo optó por la solución biológica,<br />

sin verdad y sin justicia para las víctimas de la <strong>Operación</strong> <strong>Cóndor</strong> y<br />

el terrorismo de Estado en Paraguay.<br />

Diferente ha sido la suerte de los organismos de derechos humanos y de<br />

familiares de los desaparecidos paraguayos en la Argentina, quienes han<br />

acompañado procesos contra los responsables de la <strong>Operación</strong> <strong>Cóndor</strong><br />

en ámbito jurisdiccional argentino, que alcanzarían una sentencia en el<br />

año 2015, cuarenta años después de los hechos.<br />

Los resultados en la lucha por la verdad y la justicia en el Paraguay, han<br />

sido limitados por lo extendido del poder del conservadorismo político<br />

224


aportes de especialistas sobre la <strong>Operación</strong> <strong>Cóndor</strong><br />

hasta nuestros días. La lucha ha tenido pequeños períodos de progreso<br />

y extensos de declinación. Ha tenido éxito parcial a nivel de sentencia<br />

en instancia interamericana, como la Corte Interamericana de Derechos<br />

Humanos, aunque que hasta la fecha y desde el año 2007 el Estado paraguayo<br />

se halla en mora sistemática.<br />

Han existido algunas localizaciones y exhumaciones de tumbas clandestinas<br />

de posibles desaparecidos políticos desde el año 2009, pero aun hoy,<br />

seis años después, el Estado no ha logrado una sola identificación efectiva<br />

que podría y debería reimpulsar querellas en jurisdicción nacional. A la<br />

gravedad de los crímenes perpetrados dentro de la <strong>Operación</strong> <strong>Cóndor</strong><br />

en el Paraguay, se suma hoy, la gravedad de que éstos aún permanezcan<br />

inexplicablemente impunes. Vemos que el Estado paraguayo tiene dos<br />

velocidades: en extremo lento e indolente para investigar los hechos del<br />

pasado reciente dictatorial, en extremo acelerado para condenar a los infortunados<br />

más desprotegidos de un sistema de gran desigualdad, que es<br />

herencia directa de los años de la <strong>Operación</strong> <strong>Cóndor</strong>.<br />

2.8. El paso de <strong>Cóndor</strong> por Perú, por Edmundo Cruz (93)<br />

Perú tuvo una participación puntual y trascendente en la <strong>Operación</strong> <strong>Cóndor</strong>.<br />

En noviembre de 1975 no suscribió el Acta de Fundación, pero entre<br />

1977 y 1980 ocurrieron en territorio peruano tres operativos con el perfil<br />

de ese plan represor: el secuestro del montonero argentino Carlos Alberto<br />

Maguid, el 12 de abril de 1977; la expulsión a Jujuy, Argentina, de 13 políticos<br />

peruanos de oposición recluidos en cárceles de la dictadura argentina,<br />

el 4 mayo de 1978; y el secuestro y torturas de los montoneros argentinos<br />

Federico Frías Alberga, María Inés Raverta Orosteaga, Noemí Esther Giannotti<br />

de Molfino (fundadora de las Madres de Plaza de Mayo) y Julio César<br />

Ramírez, en junio de 1980.<br />

A estos operativos se suma una vinculación con el sistema <strong>Cóndor</strong> por<br />

el canal diplomático, establecida, según un informe de la propia Central<br />

Nacional de Informaciones (CNI) de Chile, del 14 de abril de en 1978. Ahí<br />

se afirma que Perú aprobó la acreditación de un representante de la CNI<br />

en la legación de Chile en Lima, bajo la cobertura de Agregado Civil. El<br />

CNI era entonces el cerebro de la <strong>Operación</strong> <strong>Cóndor</strong>. La aprobación fue<br />

(93) Periodista, escritor, investigador especializado en derechos humanos, <strong>Operación</strong> <strong>Cóndor</strong><br />

y otros. Nota escrita con la colaboración de Jonathan Castro, Jenny Cabrera y Elizabeth Prado.<br />

<strong>Operación</strong> <strong>Cóndor</strong>. 40 años después<br />

225


Capítulo 8<br />

comunicada a la CNI por el Director de Inteligencia Peruano vía teléfono, y<br />

“la misma información llegó a Chile a través del Consejero de la Embajada<br />

Peruana en Chile, Sr. Montagne, quien atiende los asuntos de <strong>Cóndor</strong>”,<br />

reveló el informe. (94)<br />

Estos hechos tuvieron influencia inmediata en el fenómeno de violencia<br />

política de 20 años (1980-2000) que se inició en mayo de 1980, concretamente<br />

en las corrientes antisubversivas aplicadas. Generales del Ejército<br />

Peruano como Luis Cisneros Vizquerra, ministro del Interior cuando<br />

secuestraron a Carlos Alberto Maguid, fueron después ideólogos de la<br />

política de “tierra arrasada”. Agentes del Servicio de Inteligencia del Ejército<br />

Peruano (SIE) que participaron junto a los agentes del Batallón de<br />

Inteligencia 601 del Ejército argentino tuvieron una actuación protagónica<br />

después en grupos operativos similares. (95)<br />

2.8.1. Inhibición inicial<br />

Las contradicciones geoestratégicas con Chile acentuadas en la década<br />

del 70 por el Centenario de la Guerra del Pacífico (1879-1883) constituyen<br />

un primer factor estratégico que explica porque Perú no fue fundador del<br />

Plan <strong>Cóndor</strong>. Otro factor político fue el ascenso de la izquierda. En un<br />

primer momento, la corriente izquierdista de Juan Velasco Alvarado aún<br />

mantenía fuerza cuando se fundó <strong>Cóndor</strong>, lo que imposibilitó la incorporación<br />

de Perú. En un segundo momento, la fuerza de la izquierda en medio<br />

del auge del movimiento popular fue vista como una amenaza por el gobierno<br />

de Morales Bermúdez. La represión contra esa corriente se acentuó<br />

y se produjo el acercamiento a <strong>Cóndor</strong>.<br />

Chile no era el canal apropiado, se buscó otro: el Ejército argentino, ligado<br />

por una amistad histórica a su homólogo peruano. Jorge Rafael Videla tan<br />

luego tomó el poder activó las relaciones. Comandantes generales y jefes<br />

de estado mayor gauchos visitaron Lima cinco veces durante la gestión<br />

de Morales Bermúdez, dos de ellas a comienzos de 1977. En enero llegó<br />

Roberto Viola, jefe de Estado Mayor, y luego el propio comandante en jefe<br />

del Ejército y presidente de Argentina.<br />

(94) Hallazgo del periodista norteamericano John Dinges publicado el 2004. Un reporte secreto<br />

del gobierno norteamericano emitido el 22 de agosto 1978 y desclasificado en julio del 2000 confirmó<br />

la incorporación: “Perú y Ecuador recientemente se convirtieron en miembros”, informó.<br />

(95) El coronel PNP Manuel Tumba, asesinado por Sendero Luminoso en 1992, y Julio Chuqui<br />

Aguirre, agente del SIE, integraron el Grupo Colina de operaciones especiales de inteligencia.<br />

Ambos intervinieron en el secuestro de los montoneros.<br />

226


aportes de especialistas sobre la <strong>Operación</strong> <strong>Cóndor</strong><br />

2.8.2. Secuestro de Maguid<br />

Videla visitó la capital peruana del 3 al 5 de marzo. Por esos días, Carlos<br />

Alberto Maguid, asilado en Perú, fue detenido junto a otros izquierdistas,<br />

y luego liberado. Pero un mes después, el 12 de abril, agentes del SIE lo<br />

secuestraron y desaparecieron. Maguid había intervenido en un operativo<br />

emblemático del grupo montonero, el asesinato del general y expresidente<br />

argentino Pedro Aramburú en 1971. Por ese hecho fue condenado y amnistiado.<br />

Todos los actores de ese caso, fueron eliminados, él era el único<br />

sobreviviente. La Triple A lo perseguía. Por eso se asiló en Perú. De acuerdo<br />

a la versión más creíble, ese habría sido el motivo por el que una vez ubicado<br />

en Lima, el <strong>Cóndor</strong> argentino resolvió ultimarlo en territorio peruano.<br />

Las versiones sobre su ejecución difieren en cuanto a autoría y lugar.<br />

2.8.3. La izquierda como amenaza<br />

El 19 de julio de 1977 un paro nacional obligó al gobierno militar a convocar<br />

a una Asamblea Constituyente. Otro paro similar se produjo el 22-23<br />

mayo de 1978. Al día siguiente el régimen militar expulsó violentamente<br />

del país a 13 promotores, todos izquierdistas, incluidos dos vicealmirantes<br />

velasquistas en retiro y un periodista conservador, Alfonso Baella. No<br />

se les indicó el destino —Argentina— si no al embarcarlos. Resistieron y<br />

los subieron a la fuerza al avión. Viajaron esposados y engrilletados a los<br />

asientos, resguardados por 40 hombres armados. Aterrizaron en Jujuy. “Y<br />

en eso soy terminante: fui y o quien dio la orden”, declaró Pedro Richter<br />

Prada, comandante general del ejército, ministro de Guerra y Premier, respecto<br />

al extrañamiento. (96) El 25 de mayo, la Agencia Alemana de Prensa<br />

comunicó que su corresponsal Baella estaba alojado en el Regimiento 20<br />

de Jujuy. Estalló la protesta general en vísperas del mundial de fútbol en<br />

Argentina. Los expulsados fueron presionados a llenar solicitudes de asilo<br />

y se convirtieron en deportados. El 12 de junio empezaron a salir al exilio.<br />

2.8.4. Caso Montoneros<br />

En junio de 1980 iba a realizarse en Lima una reunión clandestina del Movimiento<br />

Peronista Montonero (MPM) presidida por Roberto Perdía, el Nº 3<br />

del MPM. Los preparativos fueron detectados y un grupo de tareas del<br />

Batallón de Inteligencia 601 llegó a cazarlos. Se suponía que iban a atentar<br />

contra el presidente Videla, invitado a la trasmisión de mando del 28 de<br />

(96) Diario El Comercio, Lima, 21/01/2008.<br />

<strong>Operación</strong> <strong>Cóndor</strong>. 40 años después<br />

227


Capítulo 8<br />

julio. Trajeron un rehén montonero, Federico Frías Alberga, quien sería<br />

usado como anzuelo.<br />

El lunes 9, en el Cuartel General del Ejército, el grupo del Batallón 601<br />

se reunió con sus pares peruanos para formar una suerte de comando<br />

binacional. Por el SIE estuvo su jefe, coronel Martín Martínez Garay, y por<br />

la parte argentina un coronel que se hacía llamar Rolando Rocha, más los<br />

oficiales y agentes operativos necesarios para la misión.<br />

El 11, 12 y 13 de junio fueron de cacería y tormentos. Un intento de fuga<br />

de Federico Frías derivó a una comisaría y obligó al SIE a dar la cara para<br />

encubrir el operativo. El rehén fue llevado a Playa Hondable, centro de<br />

esparcimiento del Ejército. (97) Ahí se iniciaron las sesiones de torturas de<br />

perversa eficacia para obtener información que llevó a la captura de Raverta,<br />

Ramírez y Giannotti.<br />

En una reciente investigación, en 2011, cuando un fiscal preguntó al general<br />

Richter Prada quiénes sabían que los detenidos fueron llevados a Playa<br />

Hondable respondió: “Yo sabía porque yo lo había aprobado”. (98)<br />

El Batallón 601 vino proveído de personal especializado e instrumental propio<br />

para una novedosa tecnología de interrogatorio, la picana eléctrica, sistema<br />

de descargas eléctricas sobre las partes más sensibles e íntimas de las<br />

víctimas hasta el límite máximo de resistencia, de devastadora eficacia. Los<br />

agentes del SIE tenían su propia experiencia, pero como esta, ninguna.<br />

Antes de ser capturada, la señora Giannotti pudo alertar a su hijo Gustavo y<br />

al congresista de izquierda Antonio Meza Cuadra. (99) Un manejo apropiado<br />

llevó el caso a la prensa. En su titular de portada del 14 de junio, El diario<br />

Marka denunció: “Secuestran 3 argentinos” e inició una cobertura diaria<br />

de revelaciones del hecho y emplazamientos al gobierno.<br />

El 19 de junio, el ministerio del Interior informó en un comunicado oficial<br />

que los montoneros Raverta, Giannoti y Ramírez habían sido expulsados<br />

del país por la frontera con Bolivia y entregados a las autoridades vecinas.<br />

La presidenta boliviana Lidia Gueiler no tardó en aclarar que su gobierno<br />

no había recibido a ningún perseguido político.<br />

(97) Ubicado a 43 km al norte de Lima (Perú).<br />

(98) Declaración fiscal de Pedro Richter Prada, 27/06/2011.<br />

(99) Antonio Meza Cuadra, Javier Diez Canseco y Manuel Danmert, recién electos congresistas,<br />

se constituyeron la madrugada del viernes 13 en la casa del jirón, Madrid 146, Miraflores,<br />

donde se alojaba la señora Giannotti, solo encontraron desorden e indicios de violencia.<br />

228


aportes de especialistas sobre la <strong>Operación</strong> <strong>Cóndor</strong><br />

En realidad, los tres expulsados fueron entregados a la Inteligencia militar<br />

boliviana para que esta, a su vez, los transfiriera a agentes del Batallón<br />

601. En ese destino se perdió el rastro de Raverta y Ramírez. Las versiones<br />

coinciden en que fueron ultimados en territorio boliviano. El cadáver de<br />

Noemí Giannotti fue hallado el 18 de julio, abandonado en un hotel de<br />

Madrid, España.<br />

El cuarto montonero, Federico Frías Alberga, no figura en el comunicado<br />

del ministerio del Interior. Su destino es hasta hoy desconocido. Las autoridades<br />

implicadas por este hecho se cuidan bien de no mencionarlo.<br />

2.8.5. Cobertura de prensa e investigaciones<br />

La cobertura periodística de El diario de Marka y de los semanarios Kausachum<br />

y Equis, constituyen la primera fuente de información de estos operativos.<br />

Entre las investigaciones periodísticas, la más notable es la del periodista<br />

Ricardo Uceda, contenida en su libro Muerte en el Pentagonito. (100)<br />

En 1998, hurgando en los Archivos del Terror, de Asunción, Paraguay, el<br />

diario La República encontró 17 fichas de peruanos detenidos por la dictadura<br />

de Stroessner, entre 1969 y 1979. La mitad ocurrieron antes de la<br />

fundación de <strong>Cóndor</strong>.<br />

En el campo académico hay una carencia de estudios académicos sobre el<br />

Plan <strong>Cóndor</strong>. “Es un tema donde hay más preguntas que respuestas, y uno<br />

de los problemas es fuentes. Si no hay acceso a los archivos peruanos, hay<br />

que voltear a otro lado, qué tienen los archivos chilenos, argentinos, brasileros,<br />

norteamericanos”, opina Norberto Barreto, profesor universitario. (101)<br />

2.8.6. Investigaciones judiciales<br />

En octubre de 1980, el juez instructor José Rivas Manrique abrió proceso<br />

por el secuestro de los montoneros. Comparecieron algunos testigos,<br />

pero las autoridades y agentes del SIE rehuyeron. Rivas fue cambiado a<br />

fines de 1980 y al año siguiente la investigación se archivó. En ese mismo<br />

mes, las Cámaras de Diputados y Senadores, a pedido de la bancada de<br />

izquierda, discutieron la formación de una Comisión Investigadora para el<br />

caso. La moción fue rechazada.<br />

(100) Uceda, Ricardo, Muerte en el Pentagonito. Los cementerios secretos del Ejército Peruano,<br />

Bogotá, Planeta, 2004<br />

(101) Docente de la Universidad del Pacífico, autor del ensayo La <strong>Operación</strong> <strong>Cóndor</strong>: un<br />

enfoque comparativo.<br />

<strong>Operación</strong> <strong>Cóndor</strong>. 40 años después<br />

229


Capítulo 8<br />

En los 30 años siguientes no se registró ninguna iniciativa judicial. Recién<br />

en el 2009, las resoluciones de la jueza italiana Luisianna Figliolia y del juez<br />

argentino Norberto Oyarbide, solicitando la extradición del expresidente<br />

peruano Francisco Morales Bermúdez, provocaron un pedido de juicio. El<br />

propio expresidente solicitó a una fiscalía peruana ser investigado por el<br />

secuestro de los montoneros, caso por el que la fiscalía italiana de Roma<br />

lo venía procesando “indebidamente”, según él. La fiscalía peruana defendió<br />

la jurisdicción universal que rige para los delitos de lesa humanidad<br />

frente al principio de territorialidad para ser juzgado donde se dieron los<br />

hechos, invocado por Morales Bermúdez. Su pedido fue rechazado, pero<br />

apeló y la instancia superior dio pase al juicio.<br />

Un segundo proceso se abrió el 2012 por el caso de los 13 expulsados a<br />

Argentina en 1978, promovido por Ricardo Napurí Schapiro, uno de los<br />

agraviados. Como ambos casos se relacionan con el Plan <strong>Cóndor</strong>, se planteó<br />

su acumulación en una sola fiscalía. Esta puja retrasó los juicios y finalmente<br />

se decidió que marcharan paralelos.<br />

Transcurridos seis y tres años, ambos seguían en la fase de investigación<br />

fiscal, enfrascados en diligencias que no conducen al esclarecimiento de<br />

los secuestros y las deportaciones. Se constata una inversión de tiempo<br />

de casi tres años solo para conocer quienes integraban la junta de gobierno<br />

presidida por Morales Bermúdez en 1978, se han concedido plazos<br />

ampliatorios solo para comisionar personal a la Biblioteca Nacional para<br />

averiguar ese dato. Consultado sobre el mismo punto, el ministerio de Defensa<br />

respondió después de varios meses que no cuenta con esa información.<br />

Y así varias otras diligencias. Es evidente una ausencia de voluntad<br />

de investigar. El Ministerio Público peruano ha posibilitado que el general<br />

Francisco Morales Bermúdez instaure en Perú un proceso por los mismos<br />

hechos que se le investiga en Italia.<br />

2.9. El <strong>Cóndor</strong> en la justicia uruguaya, por Samuel Blixen (102)<br />

A treinta años de la llamada reinstitucionalización, Uruguay sigue exhibiendo<br />

un estancamiento en el proceso de transición hacia una democracia<br />

plena. Con elecciones libres y transparentes, el ejercicio de las libertades<br />

de expresión y reunión y el funcionamiento sin restricciones de<br />

partidos políticos, las limitaciones de la justicia para investigar y castigar<br />

(102) Periodista, docente y escritor. Investigador de <strong>Operación</strong> <strong>Cóndor</strong>.<br />

230


aportes de especialistas sobre la <strong>Operación</strong> <strong>Cóndor</strong><br />

los crímenes de la dictadura militar cuestionan los cimientos del sistema<br />

democrático imperante. De hecho, la omertá que un puñado de militares<br />

mantiene sin fisuras a lo largo de las décadas, la complicidad de sus colegas<br />

en retiro y en actividad, la conducta “pragmática” y a menudo vergonzante<br />

de dirigentes políticos, y la pérdida de la independencia de los<br />

magistrados frente a las “señales” del poder político, ha desembocado en<br />

una división de la sociedad en dos, una mitad que exige la verdad sobre el<br />

pasado y otra que reclama “mirar hacia adelante”. Tal división está alimentada<br />

por una de las herencias más nocivas legadas por el Estado terrorista:<br />

la persistencia del miedo que el ciudadano común experimenta —a veces<br />

de forma consciente, a veces de manera intuitiva—, cuando asiste a la<br />

altivez de quienes reivindican sus crímenes y permanecen en libertad; o<br />

cuando decodifica el barroquismo de los argumentos legales y políticos<br />

que desembocan en la permanencia de la impunidad. Esa impunidad, a<br />

cuatro décadas de los hechos y a tres de la reinstitucionalización, sigue<br />

alimentando una estructura de convivencia con ciudadanos de primera y<br />

ciudadanos de segunda, donde aquellos, los de primera, están al margen<br />

del principio de igualdad ante la ley.<br />

En Uruguay, el carácter omiso de la justicia antes de 1985 respecto de los<br />

crímenes de lesa humanidad se explica por la violencia del poder militar<br />

contra la estructura administrativa civil. Una prueba de ello fueron las señales<br />

imperceptibles que algunos magistrados sembraron para la investigación<br />

del futuro cuando en las costas del Río de la Plata comenzaron a aparecer<br />

cadáveres mutilados arrojados desde aviones de la ESMA en vuelo y<br />

que la autoridad atribuyó a motines en barcos pesqueros coreanos.<br />

Después de 1985, el carácter esquivo, ambiguo, del ejercicio de la justicia<br />

tiene su origen en la ley de título abstruso, Ley de Caducidad de la Pretensión<br />

Punitiva del Estado, una amnistía encubierta que se superó a sí<br />

misma en la impunidad, puesto que la norma prohibía siquiera identificar<br />

a los presuntos responsables, ya no investigar y aclarar previo al perdón<br />

implícito. La vigencia de esta ley —pese a dos referendos populares y a<br />

un prolongado tironeo parlamentario entre la derogación y la anulación—,<br />

revela que la impunidad se explica por algo más que una determinación<br />

comprensible en evitar el castigo entre los responsables directos de los<br />

delitos de lesa humanidad, y que, aunque nunca se admita, responde a<br />

elementos esenciales de las relaciones de poder que refieren al sistema<br />

vigente y a sus valores.<br />

<strong>Operación</strong> <strong>Cóndor</strong>. 40 años después<br />

231


Capítulo 8<br />

La ley de caducidad ató de manos a los jueces, sin fisuras, desde su aprobación<br />

en diciembre de 1986, gracias a las resoluciones del presidente<br />

Julio María Sanguinetti, que ordenaban archivar todas las denuncias sobre<br />

torturas, violaciones, asesinatos o desapariciones atribuidas a militares o<br />

policías, a pesar de que el texto dejaba un resquicio para investigar las<br />

desapariciones forzadas. (103) Un viejo encono entre dos correligionarios<br />

históricos del Partido Colorado, Sanguinetti y Jorge Batlle (presidente en<br />

el período 2000-2005) comenzó a horadar la impunidad cuando el ajuste<br />

de cuentas facilitó la recuperación de Macarena Gelman, hija de la desaparecida<br />

María Claudia García de Gelman, secuestrada en Argentina y<br />

trasladada clandestinamente a Uruguay. En épocas tan tardías como 1999,<br />

cuando las investigaciones de militantes de derechos humanos y de periodistas<br />

habían confirmado que dos niños secuestrados en Buenos Aires en<br />

setiembre de 1976, los hermanos Anatole y Victoria Julién, habían permanecido<br />

cautivos en calabozos del Servicio de Información de Defensa (SID)<br />

en Montevideo, (104) el presidente Sanguinetti había asegurado al poeta<br />

Juan Gelman que en Uruguay no se registraba ningún caso de niños secuestrados<br />

y desaparecidos por el terrorismo de Estado. Macarena, nacida<br />

en cautiverio, fue entregada a comienzos de 1977 a un alto funcionario<br />

policial después designado por Sanguinetti como Jefe de Policía del Departamento<br />

de San José.<br />

La recuperación de Macarena, fruto del esfuerzo incansable de su abuelo,<br />

tuvo la virtud de despejar cualquier duda sobre los extremos más<br />

(103) Quizás la premura de la mayoría parlamentaria en aprobar un texto que se adelantara a<br />

expresiones más contundentes del “partido militar” dejó un resquicio, por ausencia de definición,<br />

sobre la situación de los civiles involucrados en los delitos de la dictadura. Así, el primer<br />

procesamiento recayó sobre la figura del excanciller de la dictadura, Juan Carlos Blanco,<br />

quien había exhibido una dedicada militancia en el apoyo diplomático a la red represiva de<br />

<strong>Cóndor</strong>, con un protagonismo particular en los episodios que desembocaron en el secuestro<br />

y asesinato de los legisladores uruguayos exiliados en Buenos Aires, Zelmar Michelini y<br />

Héctor Gutiérrez Ruiz. Blanco fue investigado por el Parlamento siendo él mismo senador del<br />

Partido Colorado cuando a la aparición de un documento de Cancillería confirmó el destino<br />

final de una maestra, Elena Quinteros quien, escapando de sus captores logró entrar en los<br />

jardines de la embajada de Venezuela, a mediados de 1976. A raíz de la crisis diplomática<br />

desatada por el secuestro de Quinteros de los jardines de la embajada, la Cancillería deslindó<br />

cualquier responsabilidad. Pero el citado documento reveló que el ministro Blanco había<br />

aconsejado a la Junta de Comandantes en Jefe “no entregar a la mujer”, tal como reclamaba<br />

el gobierno de Carlos Andrés Pérez.<br />

(104) Anatole y Victoria fueron abandonados en una plaza de Viña del Mar, Chile, a fines de<br />

1976, y adoptados por una familia chilena sin que se sepa hasta ahora quién y por qué los<br />

abandonó, aunque se presume que su traslado desde Montevideo a Viña del Mar fue un<br />

operativo de <strong>Cóndor</strong>.<br />

232


aportes de especialistas sobre la <strong>Operación</strong> <strong>Cóndor</strong><br />

abominables de la <strong>Operación</strong> <strong>Cóndor</strong>, la estructura represiva y de coordinación<br />

de los aparatos de inteligencia del Cono Sur. Pero si bien el presidente<br />

Batlle dio el paso significativo de la restitución de la identidad de<br />

Macarena Gelman, se abstuvo de dar el paso fundamental de investigar<br />

la suerte de la madre María Claudia, y se amparó para ello en la Ley de<br />

Caducidad.<br />

Para entonces, en plena campaña electoral, el candidato de la coalición<br />

Frente Amplio Tabaré Vázquez inauguraba una política oscilante en materia<br />

de derechos humanos: se comprometió a respetar la Ley de Caducidad<br />

pero a la vez aplicarla en toda su extensión. Así, una vez conquistada la<br />

presidencia, asumiendo que el texto autorizaba a investigar los casos de<br />

desapariciones, e interpretando que algunos delitos habían ocurrido en<br />

Argentina cometidos por personas que no se identificaban como militares,<br />

ordenó desarchivar algunos expedientes. De esa manera, la <strong>Operación</strong><br />

<strong>Cóndor</strong> entró en la justicia uruguaya por la puerta del costado y aportó<br />

la gran mayoría de los escasos procesamientos y condenas (apenas una<br />

veintena) contra militares culpables de delitos de lesa humanidad. Muchos<br />

de esos procesados fueron quienes, entre 1975 y 1977, operaron clandestinamente<br />

en Argentina, primero desde una base en la localidad de San<br />

Justo, provincia de Buenos Aires, luego el centro de detención conocido<br />

como Automotores Orletti y finalmente en el Pozo de Banfield, en el Pozo<br />

de Quilmes y en la ESMA.<br />

Aunque las primeras extradiciones clandestinas de uruguayos secuestrados<br />

en Argentina datan de 1975, los traslados masivos ocurrieron a partir<br />

de mediados de 1976. Cerca de 140 del total de 200 desaparecidos por la<br />

dictadura uruguaya fueron secuestrados y torturados en Argentina antes<br />

de ser trasladados a Uruguay, donde fueron finalmente asesinados. Los<br />

más notorios integrantes de los comandos que actuaron en Automotores<br />

Orletti fueron reclamados ante el Estado uruguayo por la justicia argentina<br />

para ser extraditados a efectos de ser enjuiciados en la causa caratulada<br />

“Suarez Mason y otros, privación de libertad”. En 1989, en un intercambio<br />

de favores con Sanguinetti, el presidente Carlos Menem otorgó el indulto<br />

a los cinco militares uruguayos acusados con el pretexto de que habían<br />

actuado como “asimilados” al Primer Cuerpo de Ejército. Sin embargo,<br />

hubo que esperar a setiembre de 2006 para que los militares fueran finalmente<br />

procesados por la justicia uruguaya por la desaparición de Adalberto<br />

Soba, treinta años antes, una de las víctimas de Automotores Orletti.<br />

<strong>Operación</strong> <strong>Cóndor</strong>. 40 años después<br />

233


Capítulo 8<br />

Soba compartió calabozos y torturas, en Orletti, con Marcelo Gelman y su<br />

esposa María Claudia, embarazada de siete meses al momento de su detención.<br />

No existe explicación convincente de por qué la joven, que no tenía<br />

ningún vínculo, ni político ni familiar, con Uruguay, fue trasladada a Montevideo<br />

poco antes de que Automotores Orletti fuera cerrado definitivamente.<br />

Salvo la explicación más evidente: la apropiación de un recién nacido<br />

destinado, por quién sabe qué compromisos entre represores, a crecer en<br />

un país diferente, con un nombre falso, avasallando su identidad e historia<br />

a una simple mentira. Para que todo ello fuera posible, era necesario matar<br />

a la madre.<br />

La desaparición de María Claudia García de Gelman terminó siendo una<br />

piedra en el zapato de la impunidad, tanto de los ejecutores impunes<br />

como de los impunes cómplices civiles. Por la notoriedad del caso (por<br />

la denuncia implacable de Juan Gelman) el presidente Tabaré Vázquez<br />

incluyó el nombre de María Claudia en el primer puesto de una lista<br />

sobre la ubicación de los restos de prisioneros desaparecidos, cuya información<br />

reclamó vía el comandante del Ejército, al comienzo de las<br />

excavaciones en predios de unidades militares en busca de cementerios<br />

clandestinos. El comandante Angel Bertolotti encomendó al general Pedro<br />

Barneix recabar la información entre los directamente implicados.<br />

La información, a vuelta de correo, estimuló al Presidente a señalar, con<br />

99% de certeza, el lugar exacto donde serían hallados los restos de María<br />

Claudia en terrenos del Batallón 13 de Infantería. La información era<br />

falsa, salvo la aportada por la Fuerza Aérea, que permitió la ubicación<br />

de restos de un prisionero. A la fecha solo se han ubicado los restos de<br />

cuatro desaparecidos. (105)<br />

El caso Gelman provocó otras tribulaciones. La incapacidad del Estado<br />

para obtener la información que facilitara la verdad y la justicia desembocó<br />

tiempo después en la resolución de la Corte Interamericana de Derechos<br />

(105) La elección del general Barneix como uno de los tres altos oficiales encargados de<br />

recabar la información sobre desaparecidos es sintomática de la manera que el Ejército<br />

se maneja en la interna. Dos años después del engaño al Presidente, Barneix resultó<br />

comprometido en el asesinato de un heladero de la ciudad de Carmelo, a quien directamente<br />

interrogó y torturó en el cuartel de Colonia, en 1974. El protagonismo de Barneix<br />

en los secretos de la dictadura debe ser más profundo de lo que se conoce porque hasta<br />

hoy, cinco años después de iniciada la investigación judicial, ha logrado eludir el procesamiento<br />

por “homicidio político”, mediante “chicanas” de sus abogados, insólitamente<br />

toleradas.<br />

234


aportes de especialistas sobre la <strong>Operación</strong> <strong>Cóndor</strong><br />

Humanos que, en 2011, condenó al Estado uruguayo por su responsabilidad<br />

en la desaparición forzada de María Claudia y posterior ausencia de<br />

investigación y juzgamiento de los responsables. En abril de 2015 un fiscal<br />

solicitó una condena de 30 años para siete represores procesados por la<br />

desaparición de María Claudia. (106)<br />

Pero la sentencia de la Corte IDH en el caso Gelman tuvo otras repercusiones<br />

en la medida en que la resolución introdujo, con carácter general,<br />

la cuestión de la reparación integral a las víctimas, y declaraba nula la Ley<br />

de Caducidad, por lo que reclamaba “la remoción de los obstáculos que<br />

impiden la investigación de los crímenes y el castigo a los culpables. Incluido<br />

el castigo como crímenes de lesa humanidad”. La Suprema Corte de<br />

Justicia se opuso al criterio de considerar los delitos como de lesa humanidad,<br />

rechazó la preeminencia de los convenios internacionales sobre las<br />

normas nacionales, y descartó aplicar el concepto de imprescriptibilidad<br />

de los delitos. Desde entonces, la Suprema Corte ha aplicado variados<br />

criterios según su composición ocasional y los casos elevados a su consideración.<br />

Más de 100 expedientes en curso avanzan de forma lentísima<br />

mientras los magistrados deben decidir si aplican en toda su extensión la<br />

resolución de la CIDH. Por si fuera poco, los organismos del Estado, en<br />

especial el Ministerio de Defensa Nacional, siguen revelándose incapaces<br />

de ubicar los archivos de la represión que, además de alimentar las investigaciones<br />

judiciales, permitirían conocer la estructura represiva, administrativa,<br />

logística y diplomática de la sección uruguaya de <strong>Cóndor</strong>.<br />

3. La contracara de <strong>Cóndor</strong><br />

3.1. Los organismos de derechos humanos - coordinación<br />

internacional Cono Sur/América Latina, por Daniel Tarnopolsky (107)<br />

A medida que las dictaduras cívico-militares se instalaron en América Latina,<br />

comenzaron a estructurarse diversos organismos de derechos humanos<br />

sobre la base de las organizaciones políticas tradicionales o de los<br />

contactos entre la víctimas y los partidos políticos proscriptos u opositores<br />

(106) Cinco de los siete procesados por la desaparición de María Claudia —José Gavazzo,<br />

Ricardo Arab, Gilberto Vázquez, Jorge Silveira y Luis Maurente (todos militares retirados)— ya<br />

permanecían en prisión por delitos cometidos en el marco del Plan <strong>Cóndor</strong>.<br />

(107) Integrante del Directorio de Organismos de Derechos Humanos del Ente Público Espacio<br />

Memoria (ex ESMA).<br />

<strong>Operación</strong> <strong>Cóndor</strong>. 40 años después<br />

235


Capítulo 8<br />

a los gobiernos de facto de cada país, reforzando su actividad primero en<br />

el plano doméstico, luego en el internacional. A esto se agregó la lucha<br />

de los familiares de las víctimas que despertó la solidaridad en el mundo,<br />

formando además sus propias organizaciones que serían claves cuando,<br />

con el retorno de las democracias, comenzó a reconstruirse la historia de<br />

los años de terror que vivió la región.<br />

3.1.1. Cada país tuvo su propia experiencia:<br />

Paraguay<br />

En Paraguay, la dictadura del General Alfredo Stroessner (1954-1989) aisló<br />

a ese país en el terror durante 35 años. La difusión nacional e internacional<br />

de los crímenes de la dictadura fue muy difícil, tanto por lo extenso del<br />

régimen y el esquema de terror impuesto, como por las características<br />

sociales de la mayoría de las víctimas y su distribución geográfica en el<br />

territorio paraguayo (en el campo o la selva, lejos de los centros urbanos),<br />

lo que colaboró a silenciar los reclamos y a comprometer la organización<br />

de los familiares de las víctimas que, con enormes riesgos, hacían llegar<br />

información al exterior.<br />

En setiembre de 1976, cuando finalmente la Liga Internacional por los Derechos<br />

Humanos logra constituir y difundir una primera lista de 203 prisioneros<br />

políticos en las cárceles paraguayas, algunos llevaban más de<br />

18 años encarcelados. La lista incluía a los que murieron en las mismas<br />

cárceles. Desde su creación en ese mismo año, el Comité de Iglesias para<br />

Ayudas de Emergencia, CIPAE, con el apoyo de varios organismos internacionales,<br />

desarrolló un sistemático proceso de registro y documentación<br />

de los hechos de violencia en el país. Como varias sedes religiosas<br />

sufrió persecución y allanamientos por parte de las fuerzas de seguridad,<br />

aunque se tomó la precaución de proteger la mayor parte de los archivos<br />

en casas de seguridad, imprimir copias dobles, y aún microfilmar la<br />

documentación. Se reconoce especialmente al reverendo Charles Harper,<br />

del Consejo Mundial de Iglesias en Ginebra, quien dio su apoyo total a la<br />

labor desarrollada por el CIPAE.<br />

El 1984 el CIPAE instruyó a sus colaboradores que sistematizaran la información<br />

sobre la violencia y sus efectos en Paraguay, ante el temor de que<br />

la dictadura intentara silenciar a los organismos de derechos humanos que<br />

tenían enormes dificultades para acceder a las fuentes documentales básicas,<br />

ya que el miedo paralizaba a los familiares de las víctimas.<br />

236


aportes de especialistas sobre la <strong>Operación</strong> <strong>Cóndor</strong><br />

El resultado de las investigaciones fue publicado a partir de mayo de 1990<br />

en una serie de cuatro tomos bajo el título general de Paraguay: Nunca<br />

Más, donde se registran numerosos hechos de violación de los derechos<br />

humanos durante la dictadura de Stroessner. En octubre de 2014, el Comité<br />

contra la Desaparición Forzada de Naciones Unidas solicitó a Paraguay<br />

que investigue y juzgue a los responsables de las torturas y desapariciones<br />

forzadas cometidas durante la dictadura, y mostró su preocupación por<br />

“el reducido número de víctimas que habrían sido localizadas y que no<br />

habrían sido identificadas”.<br />

Brasil<br />

En Brasil (1964-1985), como sucedió en Paraguay, con un porcentaje relativamente<br />

menor de desaparecidos —no así de víctimas de secuestros<br />

y torturas— respecto de la población, la gran dispersión geográfica dificultó<br />

la tarea de organización de los familiares, así como el eco de su<br />

reclamo en el conjunto de la sociedad, con una especial excepción, la<br />

Iglesia brasileña.<br />

Si bien en un principio esta apoyó oficialmente el golpe de Estado, recibió<br />

y sostuvo a los familiares que denunciaban los crímenes del régimen para<br />

convertirse con el correr de los años en uno de los pilares de la defensa de<br />

los derechos humanos y de oposición civil al gobierno.<br />

En este caso, se registraron tempranamente denuncias a nivel internacional,<br />

pero recién en marzo de 2009 la Corte IDH actuó sobre una demanda<br />

presentada contra el Estado brasileño por familiares de víctimas de la<br />

emblemática “Masacre de la Guerrilla de Araguaia” perpetrada en 1982 y<br />

llevada ante la OEA en 2001.<br />

Bajo el gobierno de Fernando Henrique Cardoso, en 1995, se sancionó la<br />

primera ley de desaparecidos y se creó la Comisión Especial sobre Muertos<br />

y Desaparecidos Políticos. En 2011, la presidenta Dilma Rousseff (víctima<br />

sobreviviente de la dictadura) ordenó la instalación de la Comisión<br />

de la Verdad, fuertemente resistida por los militares y amplias capas de<br />

civiles cómplices de crímenes aberrantes. Condicionados por las diversas<br />

leyes de amnistía votadas por el régimen, hasta hoy estas comisiones solo<br />

pueden buscar la verdad y proponer indemnizaciones a familiares pero en<br />

ningún caso promover la búsqueda de justicia.<br />

<strong>Operación</strong> <strong>Cóndor</strong>. 40 años después<br />

237


Capítulo 8<br />

Uruguay<br />

En Uruguay, el Organismo Madres y Familiares de Uruguayos Detenidos<br />

Desaparecidos comenzó a formarse a partir de la segunda mitad de los<br />

años 70 a raíz de las denuncias y las primeras investigaciones realizadas por<br />

familias de uruguayos detenidos-desaparecidas en Uruguay y en Argentina.<br />

El grupo se consolidó en el año 1983 a partir de la unión de tres vertientes:<br />

Asociación de Familiares de Uruguayos Desaparecidos (AFUDE), fundada<br />

en Europa por exiliados, Familiares de Uruguayos Desaparecidos en Argentina,<br />

que trabajaba desde 1977, y Familiares de Uruguayos Detenidos<br />

Desaparecidos en Uruguay, que lo hacía desde 1982.<br />

A fines de 1986, el Parlamento aprobó la ley de “Caducidad del Ejercicio de<br />

la Pretensión Punitiva del Estado”, a través de la cual el Estado uruguayo<br />

renunció a su poder/deber de juzgar penalmente a los responsables de violaciones<br />

de los derechos humanos hasta el 1º de marzo de 1985. Esta ley fue<br />

plebiscitada y ratificada por la ciudadanía, acción que se repitió en octubre<br />

de 2009 y sigue vigente a pesar de la reciente condena de la Corte IDH a<br />

principios de 2011.<br />

El fallo de la Corte IDH ha sido una herramienta útil para aquellos que<br />

buscan derogar la ley.<br />

A pesar de las barreras sociales, políticas y legales, la búsqueda de la<br />

verdad sobre lo ocurrido a los detenidos desaparecidos ha sido y sigue<br />

siendo mantenida y sostenida por familiares, acompañados de amplios<br />

sectores de la sociedad alentando los mecanismos institucionales del Estado<br />

de derecho.<br />

Chile<br />

En Chile cuando se produce el golpe de Estado de septiembre de 1973,<br />

la comunidad internacional estaba movilizada y dispuesta a hacerse eco<br />

de las repercusiones en materia de violaciones a los derechos humanos.<br />

La brutalidad del régimen deteniendo a miles de personas en grandes<br />

centros como el Estadio nacional, así como la gran cantidad de refugiados<br />

políticos —una mayoría brasileños— hizo posible que la difusión de las<br />

persecuciones fuera inmediata y de gran impacto a todo nivel.<br />

El accionar de los perseguidos para denunciar los crímenes de la dictadura<br />

recibió apoyo en las diversas Iglesias locales que crearon, primero, el<br />

238


aportes de especialistas sobre la <strong>Operación</strong> <strong>Cóndor</strong><br />

Comité por Paz, que luego de unos años de funcionamiento fue cerrado<br />

por la dictadura, pero reemplazado inmediatamente por la Vicaría de la<br />

Solidaridad, organizada y protegida por el Arzobispado de Santiago. Estas<br />

organizaciones recibieron las denuncias y apoyaron a las víctimas. La<br />

Corporación de Promoción y Defensa de los Derechos del Pueblo —CO-<br />

DEPU— es una organización no gubernamental de Derechos Humanos<br />

fundada durante la dictadura militar, el 8 de noviembre de 1980. Desde<br />

hace 30 años asiste a las víctimas y los familiares de las víctimas de violaciones<br />

a los derechos humanos y lucha contra la impunidad.<br />

En un primer informe reclamando al gobierno por violaciones de los derechos<br />

humanos, reclamos que se repiten año tras año así como ante la<br />

Comisión de Derechos Humanos de la ONU, la ACNUR, la Cruz Roja Internacional<br />

y Amnistía Internacional que recibieron a víctimas y familiares<br />

desde el mismo año 1973. También se fundaron organizaciones de familiares<br />

y de detenidos políticas.<br />

Una vez terminada la dictadura y a pesar de los fuertes condicionamientos<br />

de la transición, el primer presidente del retorno a la democracia, Patricio<br />

Aylwin, creó en abril de 1990 La Comisión Nacional de Verdad y Reconciliación<br />

sobre las Violaciones a los Derechos Humanos acaecidos en Chile<br />

durante la dictadura militar de Augusto Pinochet.<br />

En Chile no se ha logrado establecer un criterio general de búsqueda<br />

de justicia, pero se han podido juzgar numerosos casos de asesinatos<br />

de manera nominativa pero aislada, sin que se pueda —al menos hasta<br />

el día de la fecha— juzgar a las Fuerzas Armadas en su globalidad ni<br />

se ha reconocido la persecución como un arma de políticas públicas<br />

decididas e implementadas desde las más altas jerarquías del Estado.<br />

De unos mil represores enjuiciados, solo alrededor de 80 cumplen condena<br />

efectiva.<br />

Aun hoy se discuten en Chile el tenor y los alcances de las leyes reparatorias<br />

que no han podido ser concretizadas y existen casos de “extranjería”<br />

de presos políticos que siguen impedido de regresar a su país.<br />

Bolivia<br />

Una de las instituciones más importantes de Bolivia en la lucha por los<br />

derechos humanos durante las dictaduras fue la Asamblea Permanente<br />

de Derechos Humanos (APDH-Bolivia), que surgió en la clandestinidad<br />

en 1976 y logró su personería jurídica tres años después. Actuó en los<br />

<strong>Operación</strong> <strong>Cóndor</strong>. 40 años después<br />

239


Capítulo 8<br />

momentos más difíciles de los gobiernos del general Hugo Bánzer (1971-<br />

1978) y de Luis García Meza (1980-1981).<br />

En 1972 surge la Comisión de Justicia y Paz de la Conferencia Episcopal<br />

de Bolivia, ante las violaciones de derechos humanos de la dictadura<br />

de Bánzer. También los movimientos sociales mineros, obreros, y familias<br />

de víctimas jugaron roles determinantes en la recuperación de la<br />

democracia y en sus denuncias en el exterior, como fue el caso de la<br />

dirigente minera Domitila Chungara. Uno de los mártires de la lucha por<br />

los derechos humanos fue el sacerdote jesuita, Luis Espinal miembro de<br />

la APDH.<br />

Argentina<br />

En Argentina a partir del golpe de 1976, el incremento brutal de los<br />

asesinatos tanto en vía pública como en las propias cárceles (con la<br />

aplicación de la “ley de fugas”), y las desapariciones, provocaron la<br />

inmediata reacción de los organismos de derechos humanos preexistentes,<br />

fundamentalmente la Liga Argentina por los Derechos del Hombre,<br />

que comenzaron a recibir y canalizar las inquietudes y denuncias<br />

de familiares y amigos de las víctimas, lo que venían realizando desde<br />

años anteriores.<br />

Los familiares se organizaron en comités, destacándose la Asociación de<br />

Familiares de Presos Políticos y de Desaparecidos, la Asociación de Madres<br />

de Plaza de Mayo, la Asociación de Abuelas de Plaza de Mayo, la<br />

Asamblea Permanente de los Derechos Humanos, el Servicio de Paz y Justicia<br />

(SERPAJ), etc., que siguen funcionando en la actualidad.<br />

En septiembre de 1979, en plena dictadura, el esfuerzo de familiares y amigos<br />

de las víctimas y los organismos logró que la OEA realizara una visita a<br />

Buenos Aires con el objetivo de corroborar in situ las denuncias recibidas<br />

y recabar mayor cantidad de información sobre lo que estaba sucediendo.<br />

Las conclusiones del CIDH fueron demoledoras para con el régimen que<br />

no logró tapar la realidad de sus crímenes.<br />

Argentina logró establecer un marco legal para la investigación y condena<br />

de los crímenes de la dictadura, y a pesar de presiones, idas y<br />

vueltas, y gracias a un fuerte apoyo político y social, ha logrado juzgar<br />

y condenar a centenares de militares y civiles responsables de miles de<br />

secuestros, torturas, violaciones, asesinatos, robo de bebés y robo de<br />

bienes.<br />

240


aportes de especialistas sobre la <strong>Operación</strong> <strong>Cóndor</strong><br />

3.1.2. Trabajo de denuncia y coordinación internacionales<br />

Esta estructura de los organismos de derechos humanos a los que se suman<br />

otros nuevos nacidos en democracia, fueron claves cuando se descubren<br />

los Archivos del Terror en Paraguay, en 1992, y entre ellos decenas de<br />

documentos que ratificaban la existencia de la <strong>Operación</strong> <strong>Cóndor</strong>.<br />

Especialmente esto ayudaría a agilizar las nuevas demandas sobre esta<br />

coordinación criminal de las dictaduras de la región. El repentino exilio<br />

de miles de chilenos a partir de 1973 y de argentinos a partir de 1976,<br />

asociados a la ya larga experiencia de paraguayos, brasileros y uruguayos,<br />

que trabajaban intensamente desde hacía muchos años en las denuncias<br />

tanto a nivel de sus respectivos países como en los distintos foros internacionales.<br />

De alguna manera la respuesta actual es el avance en la relación de los<br />

organismos judiciales y el intercambio de informaciones y testimonios sobre<br />

las víctimas de <strong>Cóndor</strong>. En estos momentos, además de los juicios<br />

que buscan justicia para estas víctimas, la <strong>Operación</strong> <strong>Cóndor</strong>, por su significado<br />

y características, se ha instalado en el espacio de la Integración,<br />

como lo es el Mercado Común del Sur (MERCOSUR) uno de los pasos más<br />

importantes y decisivos de los últimos tiempos.<br />

3.2. Paraguay: El Archivo del Terror, la obstinada<br />

lucha por la Verdad y la Justicia, por Martín Almada (108)<br />

En la mañana del 22 de diciembre de 1992 llegamos a la Sección de Producciones<br />

de la Policía Nacional, ubicada en Lambaré, cerca de Asunción,<br />

y fue como llegar al final de un largo recorrido. Tal como me habían<br />

informado, allí encontramos toneladas de papeles: los archivos militares/<br />

policiales de la dictadura stronista, reveladores del terrorismo de Estado<br />

aplicado en Paraguay y en América Latina. Y allí también estaban los<br />

primeros documentos de la <strong>Operación</strong> <strong>Cóndor</strong>, que justificaron plenamente<br />

nuestro trabajo de 18 años de investigaciones, el juicio, y muchas<br />

búsquedas intensas registradas por la prensa.<br />

El descubrimiento fue el golpe de un ciudadano, víctima, que representó<br />

a miles de compatriotas paraguayos y latinoamericanos. El juez<br />

José Agustín Fernández concretó el allanamiento para atender, por vez<br />

(108) Pedagogo y abogado. Víctima de la dictadura y descubridor de los Archivos del Terror,<br />

en Paraguay.<br />

<strong>Operación</strong> <strong>Cóndor</strong>. 40 años después<br />

241


Capítulo 8<br />

primera, el recurso de habeas data al que yo tenía derecho por la nueva<br />

Constitución Nacional y que había solicitado el 11/9/1992, con las firmas<br />

de los abogados Pedro Portillo y Rodolfo Aseretto.<br />

3.2.1. El juicio, el habeas data y el Archivo del Terror<br />

Obstinado en mi lucha, regresé del exilio en 1989 y el 25de mayo de ese<br />

año inicié el juicio contra el dictador Alfredo Stroessner y los cómplices y<br />

encubridores por la muerte de mi esposa Celestina Pérez de Almada, mi<br />

prisión y el saqueo de nuestros bienes (1974/1977).<br />

El hallazgo del Archivo del Terror, denominado así por la prensa, fue para<br />

otras causas, la posibilidad de realizar juicios y alcanzar sentencias en muchos<br />

países, pero muy pocas en Paraguay. Con el Archivo del Terror no logré<br />

justicia. Mi caso avanzó inicialmente con valiosos testimonios y pedido<br />

de extradición para Alfredo Stroessner y Sabino Montanaro, finalmente<br />

fallecidos impunes. Lleva 26 años sin avances, y por ello, junto a otras víctimas,<br />

recurrimos, en agosto de 2013, a la jurisdicción universal, radicada<br />

en el Juzgado Federal Nº 5 la Argentina.<br />

3.2.2. Mi testimonio: itinerario de un hallazgo<br />

Mi testimonio está constatado en mi expediente judicial, archivos periodísticos<br />

y las investigaciones históricas de María Stella Cáceres, con el<br />

apoyo del equipo de nuestra Fundación. El martes 1° de diciembre de<br />

1992, regresado definitivamente al país, pedí al juez Fernández agilizar la<br />

búsqueda. La feria judicial era inminente y había un nuevo clima de confrontación<br />

política.<br />

El jueves 3, entrevistamos al Jefe de Policía de la Capital, Cr. Ppal. Germán<br />

Franco Vargas, con la Presidenta de la Comisión de Derechos Humanos,<br />

Senadora Carmen Casco de Lara Casco y María Stella, en relación al plazo<br />

de 72 horas dado por el juez para responder. La respuesta llegó al día<br />

siguiente, explicando la desaparición de mis antecedentes personales durante<br />

el golpe que derrocó a Stroessner.<br />

La expectativa crecía rápidamente con los desgarradores testimonios de<br />

víctimas de las Ligas Agrarias y otros, publicados por Noticias y ABC Color<br />

y las radios Ñandutí, Caritas y Cardinal.<br />

El lunes 7, la Policía envió mi acta de nacimiento como único documento<br />

disponible. Mi indignación creció y recuperé mi matrícula de abogado<br />

para litigar directamente. Con el apoyo confirmado del Comité de Iglesias<br />

242


aportes de especialistas sobre la <strong>Operación</strong> <strong>Cóndor</strong><br />

para Ayudas de Emergencias a través del Director, Pastor Armín Ilhe, el<br />

viernes 18 pedí el allanamiento de la Sección Archivo del Departamento<br />

de Investigaciones de la Policía y el procesamiento de los responsables.<br />

El Departamento de Investigaciones integró la red de la <strong>Operación</strong> <strong>Cóndor</strong>,<br />

dirigida por Pastor Coronel. Como antecedente del sitio, obraba la<br />

sentencia del Juez Luis María Benítez Riera en el proceso por la muerte en<br />

torturas del Profesor Mario Schaerer Prono, dirigente de la Organización<br />

Político Militar, de pocos meses antes.<br />

El lunes 21, entrevisté al Ministro de la Corte Suprema de Justicia, Jerónimo<br />

Irala Burgos y al juez Fernández. El allanamiento ya estaba resuelto y<br />

fue rápidamente difundido. Una mujer me anticipó, en llamada anónima<br />

y solidaria, que el sitio era incorrecto. Informó que había entregado copia<br />

igual al Pte. de la Comisión Bicameral de Investigación de Ilícitos, Senador<br />

Francisco de Vargas, sin resultados.<br />

En la tarde, llegó a mi oficina y me entregó copia del plano finalmente utilizado<br />

en Lambaré. Este coincidía con mis investigaciones anteriores sobre<br />

nuevas construcciones policiales y la reciente observación del sitio basada<br />

en los rumores de llantos de víctimas informados por vecinas. Explicó que<br />

su acción era solidaria y anónima para contribuir a la verdad. El 22 comuniqué<br />

la novedad el nuevo posible emplazamiento al juez y organizamos la<br />

salida con la orden de allanamiento que incluía otros lugares que yo podía<br />

solicitar. El juez y su Secretario, abogado Julio M. Vasconcellos, nos siguieron<br />

con su auto hasta la Dirección de Producciones de la Policía.<br />

Compartí la información con el secretario de redacción del diario Noticias,<br />

Cristhian Torres. Generoso y discreto organizó el apoyo necesario durante<br />

todo el proceso. Llegado el momento, fue el primero en comprender<br />

la magnitud del acontecimiento. Llamó a los otros medios y los convocó<br />

al lugar, dejando de lado la primicia. Facilitó su teléfono celular todo el<br />

tiempo y finalmente ante la soledad y escasez extrema de recursos, consiguió<br />

el gran camión del Canal 13 para trasportar los documentos. Poco<br />

después entregó a María Stella, y a la BBC de Londres, copias de las filmaciones.<br />

Su gran acción silenciosa solo se rescata en la presencia continua y<br />

discreta en el registro fílmico.<br />

A las 10:30 hs., nos recibió el Subjefe, Comisario Ismael Aguilera. La escena<br />

registrada del momento evidenció que algo había cambiado en Paraguay.<br />

Desubicado en relación al nuevo orden constitucional, impidió el acceso<br />

<strong>Operación</strong> <strong>Cóndor</strong>. 40 años después<br />

243


Capítulo 8<br />

aludiendo que debía comunicar a sus superiores. El juez le dijo enfáticamente<br />

“Yo represento a la ley. Estamos en democracia y yo represento a<br />

la ley. Soy su mayor garantía.” Seguimos mis anotaciones y ante la habitación<br />

cerrada fue cortado el candado. A las 11 hs., apenas ingresados,<br />

entre sorpresas y emociones, comprendimos la magnitud del hallazgo.<br />

Allí estaban los documentos policiales con sus clásicos encuadernados:<br />

montañas de carpetas, libros, cajas de cassettes. Habíamos encontrado<br />

el archivo con las pruebas primeras de la <strong>Operación</strong> <strong>Cóndor</strong> que afectaba<br />

a paraguayos y latinoamericanos. El segundo hallazgo fue bajo un árbol:<br />

enterrados hallamos paquetes de fichas de migraciones, documentos de<br />

identidad y dos carnets, de Hitler y Bormann, evidencias de las conexiones<br />

nazis de la dictadura stronista.<br />

Confeccionada el acta y dado el parte al juez penal del Segundo Turno,<br />

Luis María Benítez Riera, el juez consideró que en esas condiciones no<br />

podía cumplir con la búsqueda de mis antecedentes. Resolvió el traslado<br />

de más de 700.000 piezas documentales lo que se cumplió azarosamente<br />

en un pasamano de muy pocas personas incluidos niños del vecindario<br />

resistiendo al calor y al cansancio, en una gran soledad. En ese pasaje<br />

algún despierto camarógrafo filmó páginas de los enormes libros negros<br />

de los informantes “Pyragués” registrado, partícipes de tantos crímenes y<br />

elementos fundamentales de la <strong>Operación</strong> <strong>Cóndor</strong>.<br />

Los allanamientos continuaron al día siguiente, en la comisaría 3ª, y en la<br />

Dirección Nacional de Asuntos Técnicos, donde había estado yo prisionero.<br />

De allí se extrajeron voluminosas cantidades de documentos. La gente<br />

no salía de su asombro y la noticia ya era mundial. Se necesitaba protección<br />

y el juez la solicitó. Nosotros buscamos ayuda en el PNUD, embajadas<br />

y organizaciones internacionales. Ya no se trataba de una causa personal,<br />

sino de la tragedia vivida por el pueblo paraguayo durante 35 años y, por<br />

ello, organizamos la reunión del 28 de diciembre en el Centro Municipal<br />

“Juan de Salazar” en la que pedimos la participación y la responsabilidad<br />

de todas las víctimas en la protección del acervo. La Senadora Lara Castro,<br />

que había cerrado los candados de “La Técnica” días antes, dio respaldo<br />

al encuentro junto el Prof. Luis Alberto Resck, el dirigente comunista Livio<br />

González Santander, y el Dr. Dionisio Gauto. Así fundamos la Comisión<br />

Nacional de Derechos Humanos y Nunca Más al Terrorismo de Estado.<br />

Para su protección, los archivos fueron depositados en una oficina del 8º piso<br />

de los Tribunales. Asumieron los trabajos iniciales técnicos del CIPAE y del<br />

244


aportes de especialistas sobre la <strong>Operación</strong> <strong>Cóndor</strong><br />

Centro de Investigación y Estudios. La Corte obtuvo apoyo financiero nada<br />

menos que de la Oficina de Cooperación del Gobierno de Estados Unidos.<br />

El Poder Ejecutivo reconoció el valor de las evidencias de los crímenes<br />

cometidos y, en una breve ceremonia, el Presidente Andrés Rodríguez rodeado<br />

de jefes militares y embajadores, firmó el decreto 16078/1993 por<br />

el cual entró en vigencia la ley 1 del Congreso Nacional pendiente desde<br />

mayo de 1989, por la cual el Estado aceptó la competencia de la Comisión<br />

y de la Corte Interamericana de Derechos Humanos. Fuimos invitados con<br />

el Capitán Napoleón Ortigoza, Elisa Benítez de Goiburu y su hijo Rolando.<br />

Consideramos que fue el premio mayor a nuestra lucha.<br />

Ignorantes del convenio con la USAID, reclamamos al Presidente Bill Clinton<br />

para el resarcimiento a las víctimas. Concurrimos a la Embajada de<br />

EEUU con la Senadora Lara Castro, Livio González Santander, Florencio<br />

Riveros Vázquez, María Stella y el Dr. Gauto, ya designado presidente de la<br />

Comisión mencionada. El embajador Jonathan Glassman nos recibió con<br />

indignación. Le insistimos que solo debía hacer llegar a la carta a su destinatario.<br />

Periodistas nacionales e internacionales recogieron la denuncia y<br />

el reclamo de la continua injerencia imperial en los países que finalmente<br />

se aliaron en la <strong>Operación</strong> <strong>Cóndor</strong>.<br />

3.2.3. Las pruebas de la <strong>Operación</strong> <strong>Cóndor</strong><br />

Fui víctima de la <strong>Operación</strong> <strong>Cóndor</strong>, y en las cárceles, tres personas me<br />

informaron sobre ella: el Comisario Mario Mancuello, el argentino Amílcar<br />

Latino Santucho, que me refirió el caso del dirigente chileno Jorge Fuentes<br />

Alarcón, y la Dra. Gladys Meillinger de Sannemann.<br />

En los montículos de carpetas encontramos una cordial invitación al Jefe<br />

de Policía, Gral. Francisco Brítez Borges a la reunión del 25 de noviembre<br />

de 1975, en Santiago, Chile, junto con un documento con el programa, el<br />

esquema de la red y las normas de seguridad para los asistentes. Llamé<br />

a eso el acta fundacional de la <strong>Operación</strong> <strong>Cóndor</strong>. Previamente, encontramos<br />

los manuales “Cómo mantener vivos a los torturados”, los télex<br />

sobre la cooperación del Coronel Robert K. Thierry (1956 a 1959?), fichas<br />

y documentos sobre el tránsito y posterior desaparición de prisioneros/as<br />

de la <strong>Operación</strong> en Paraguay.<br />

El conjunto documental fue entregado al Juez Baltazar Garzón para el procesamiento<br />

de Pinochet (Audiencia Nacional, Madrid, diciembre 1998), y<br />

<strong>Operación</strong> <strong>Cóndor</strong>. 40 años después<br />

245


Capítulo 8<br />

posteriormente aportado a los juicios respectivos en Italia, Francia, Uruguay<br />

y Chile. El juez paraguayo Gustavo Santander Dans en 2003 entregó oficialmente<br />

los documentos para favorecer los juicios en Argentina. Encontramos<br />

miles de documentos, fichas, antiguas fotografías de víctimas. La historia de<br />

35 años de terror.<br />

3.2.4. Un archivo para la humanidad<br />

Tras pasar los afanes de las primeras clasificaciones, el Archivo fue constituido<br />

como Centro de Documentación y Archivo para la Defensa de los<br />

Derechos Humanos, y depende directamente de la Corte Suprema de Justicia.<br />

Funciona en el primer piso del Palacio de Tribunales junto con el Museo<br />

de la Justicia. Dispone de un pequeño equipo técnico, del instrumental<br />

apropiado, de condiciones de seguridad. Atiende las solicitudes de habeas<br />

data, visitas de estudiantes, consultas de investigadores y periodistas y realiza<br />

actividades de difusión cultural. Integra la Red de Archivos de Derechos<br />

Humanos del Mercosur. La UNESCO lo declaró Memoria del Mundo en<br />

2009, y así terminaron años de gestiones internacionales que impulsamos.<br />

La tarea de difundir, incrementar y proteger el Archivo ha sido y es nuestra<br />

constante. Es un compromiso de vida, de alto costo. Estos archivos han<br />

sufrido, por parte del Poder Judicial, manipulación histórica, invisibilidad<br />

de algunos destacados autores, y —lo más grave— la ignorancia de jueces<br />

y fiscales ate semejante logro documental. Esto ayuda a mantener la impunidad<br />

y la fragilidad del sistema democrático. Los documentos encontrados<br />

favorecieron a la justicia que consagra el derecho a la verdad, a la justicia,<br />

a la reparación, y con ello, las memorias constitutivas de la trasmisión<br />

y recreación de los valores que hacen posible la ética de la solidaridad, la<br />

libre participación democrática.<br />

3.3. Informe de actuaciones judiciales en España<br />

en relación al Operativo <strong>Cóndor</strong>, por Manuel Ollé Sesé (109)<br />

3.3.1. Introducción<br />

En el año 1996 se iniciaron ante los tribunales españoles dos procedimientos<br />

judiciales por delitos de terrorismo, genocidio y tortura en América Latina.<br />

Se trataron del denominado Caso Chile/Pinochet (Sumario 1/98) y del Caso<br />

(109) Profesor de Derecho Penal Internacional (Universidad Complutense, Madrid). El autor<br />

agradece a Ricardo Ferrero Hernández y Jorge Rubio Sánchez su inestimable aportación a<br />

este trabajo.<br />

246


aportes de especialistas sobre la <strong>Operación</strong> <strong>Cóndor</strong><br />

Argentina (19/97) instruidos ante el Juzgado Central de Instrucción Nº 5, de<br />

la Audiencia Nacional de España, a cargo del magistrado Baltasar Garzón.<br />

Estos procedimientos se iniciaron en aplicación del principio de justicia<br />

universal previsto en el art. 23.4 de la Ley Orgánica del Poder Judicial, que<br />

establecía la jurisdicción de los tribunales españoles para la investigación<br />

y enjuiciamiento de graves crímenes internacionales cometidos fuera del<br />

territorio nacional español y con independencia de la nacionalidad de víctimas<br />

y victimarios.<br />

Los hechos denunciados se calificaron inicialmente como constitutivos<br />

de delitos de genocidio, terrorismo y tortura, lo que motivó, al constituir<br />

crímenes internacionales de primer grado, que los juzgados centrales de<br />

instrucción de la Audiencia Nacional declarasen su competencia para su<br />

investigación y enjuiciamiento de los hechos. Jurisdicción que fue confirmada<br />

por los Autos del Pleno de la Sala de lo Penal de la Audiencia<br />

Nacional de 4 y 5 de noviembre de 1998.<br />

En la actualidad, el ámbito de aplicación del principio de justicia universal ha<br />

sido restringido en España mediante la aprobación de dos reformas legislativas<br />

que han introducido determinados vínculos de conexión entre el hecho y<br />

el Estado español, como requisitos imprescindibles para el ejercicio universal.<br />

3.3.2. Marco judicial de investigación y su relación con el caso Pinochet<br />

El procedimiento penal por el denominado Caso Chile-Pinochet, como se ha<br />

señalado, se inició, ante los tribunales españoles contra el general Pinochet y<br />

otros responsables de la dictadura militar chilena por los crímenes cometidos<br />

durante la misma. Este procedimiento correspondió al Juzgado Central de<br />

Instrucción Nº 6 de la Audiencia Nacional Española, que fue quien inicialmente<br />

inició la investigación judicial de los hechos en julio de 1996.<br />

Sin embargo, en el Juzgado Central de Instrucción Nº 5 de la Audiencia<br />

Nacional como se indicado, se había iniciado otro procedimiento por el<br />

denominado Caso Argentina, en marzo de 1996. En el marco de este procedimiento<br />

se abrió, entre otras, la Pieza Separada III denominada <strong>Operación</strong><br />

<strong>Cóndor</strong>. El Juzgado acordó incoar esta pieza separada porque,<br />

al investigar los hechos ocurridos durante la dictadura militar argentina,<br />

evidenció que muchos de ellos estaban relacionados y formaban parte de<br />

la conocida como <strong>Operación</strong> <strong>Cóndor</strong>.<br />

Para la investigación de estos hechos resultó esencial la participación, como<br />

acusación particular y popular, de numerosas organizaciones de derechos<br />

<strong>Operación</strong> <strong>Cóndor</strong>. 40 años después<br />

247


Capítulo 8<br />

humanos y víctimas directamente afectadas o sus familiares. Muchos organismos<br />

de derechos humanos de Argentina, como las Madres de Plaza de<br />

Mayo o la Abuelas, y también de España, como la Asociación Pro Derechos<br />

Humanos de España, formaron parte de la acusación.<br />

En octubre de 1998, el Juzgado Central de Instrucción Nº 6, que, como se ha<br />

referido, investigaba el caso Caso Chile/Pinochet se inhibió al Juzgado Central<br />

de Instrucción Nº 5 para que este Juzgado conociera del caso. La razón<br />

fue por la evidente conexión que existía entre la investigación del Caso Chile/Pinochet<br />

y la Pieza Separada III, <strong>Operación</strong> <strong>Cóndor</strong>, que se instruía ante<br />

el Juzgado Central de Instrucción Nº 5. A partir de entonces, y hasta la actualidad,<br />

se unificaron en un único procedimiento (Pieza Separada III: <strong>Operación</strong><br />

<strong>Cóndor</strong>) las dos investigaciones, la correspondiente a los responsables de la<br />

dictadura militar chilena y Pinochet y la relativa a la <strong>Operación</strong> <strong>Cóndor</strong>.<br />

El primer hecho judicial relevante de esta Pieza Separada III (Juzgado Central<br />

de Instrucción Nº 5) fue la orden de detención internacional con fines<br />

de extradición contra Pinochet, que se encontraba en Londres, del 16 de<br />

octubre de 1998. Con posterioridad, el 10 de diciembre de 1998, el mismo<br />

Juzgado dictó Auto de Procesamiento contra Pinochet, que fue ampliado<br />

por Auto de 30 de abril de 1999. En estas resoluciones se referenciaban<br />

hechos concretos relativos a la <strong>Operación</strong> <strong>Cóndor</strong>. Al general Pinochet y<br />

a otros se les imputaban delitos de terrorismo, genocidio y torturas. Entre<br />

otros hechos y, en síntesis, se les acusaba de ser los responsables de que<br />

más de 500.000 personas fueran privadas de libertad y sometidas a tortura,<br />

más de 100.000 personas expulsadas u obligadas a exiliarse y 5000 muertes<br />

y desapariciones forzadas. Además, estas resoluciones, reflejaron cómo se<br />

produjo la vulneración sistemática de otros derechos fundamentales, como<br />

el derecho a la información o a la educación. Entre las víctimas también se<br />

encontraban personas de nacionalidad española.<br />

3.3.3. Hechos concretos de investigación<br />

El referido auto de procesamiento del Juzgado Central de Instrucción Nº 5<br />

de la Audiencia Nacional relataba como el 11 de septiembre de 1973 Augusto<br />

Pinochet Ugarte, junto con otros querellados, llevaron a cabo un plan<br />

criminal con el objetivo de la toma del poder en Chile. Tras un ataque violento<br />

al Palacio de la Moneda en el que hallaron muerto al Presidente constitucional<br />

Salvador Allende, se constituyó la autoproclamada e ilegal “Junta<br />

de Gobierno” y se designó a Augusto Pinochet Presidente de la República.<br />

248


aportes de especialistas sobre la <strong>Operación</strong> <strong>Cóndor</strong><br />

Ese fue el comienzo de un plan deliberado cuyo primer paso fue el levantamiento<br />

militar y posterior detención y desaparición, que permanece<br />

hasta el día de hoy, de los colaboradores del Presidente Allende.<br />

Pinochet creó y lideró en el exterior de Chile una organización criminal.<br />

Para ello se coordinó y concertó con responsables militares que detentaban<br />

el poder en otros países de la zona, en concreto en Uruguay, Paraguay,<br />

Bolivia, Brasil y posteriormente Argentina. Esta organización delictiva<br />

estaba apoyada en las propias estructuras institucionales y su única<br />

finalidad era conspirar, desarrollar, y ejecutar un plan criminal sistemático<br />

de detenciones ilegales, secuestros, torturas seguidas de la muerte, desplazamientos<br />

forzosos y desaparición selectiva de personas.<br />

El tribunal español calificó estos actos como delito de genocidio, ya que<br />

como se ha expuesto, la base de la acción delictiva estuvo formada por<br />

una motivación político-ideológica que tenía como finalidad la eliminación<br />

total o parcial de sectores del propio grupo nacional chileno, siendo<br />

habitual la eliminación selectiva del liderazgo de estos sectores. Que las<br />

víctimas fueran del propio grupo nacional no impidió que el delito de genocidio<br />

fuera catalogado como tal.<br />

Asimismo, los hechos objeto de investigación eran constitutivos, para el<br />

tribunal español, de un delito de terrorismo, al haberse perpetrado mediante<br />

la ejecución de múltiples muertes, lesiones, detenciones, secuestros,<br />

colocación de explosivos e incendios con el fin de cercenar el Estado<br />

social y democrático de derecho a través de organizaciones que, pese a<br />

estar institucionalizadas, pueden ser catalogadas como terroristas.<br />

Por último, junto al delito de genocidio, el tribunal español también era competente<br />

para la investigación y enjuiciamiento de los delitos de tortura, por<br />

ser hechos conexos al genocidio y en consideración de que prácticamente<br />

la totalidad de las personas detenidas arbitrariamente habían sido víctimas<br />

de crueles y sofisticadas torturas en los centros de detención clandestinos<br />

situados en los países que formaban parte de la <strong>Operación</strong> <strong>Cóndor</strong>.<br />

3.3.4. Diligencias judiciales practicadas por el tribunal español<br />

El procedimiento penal por el Caso Chile/Pinochet se inició por la denuncia<br />

interpuesta el 1 de julio de 1996, la cual fue ampliada el 20 de<br />

septiembre del mismo año sobre el Operativo <strong>Cóndor</strong>. El 6 de febrero de<br />

<strong>Operación</strong> <strong>Cóndor</strong>. 40 años después<br />

249


Capítulo 8<br />

1997 se dictó auto de admisión de la querella. El 20 de octubre de 1998,<br />

como se ha expuesto, el Juzgado Central de Instrucción Nº 6, a cargo del<br />

Caso Chile/Pinochet se inhibió a favor del Juzgado Central de Instrucción<br />

Nº 5, que tramitaba el Caso Argentina.<br />

En el marco Caso Argentina (Sumario 19/97) y dependiendo del mismo, se<br />

incoó la Pieza Separada III por Auto de fecha 27 de abril de 1998.<br />

En el marco de esta causa, las acusaciones populares solicitaron el interrogatorio<br />

de Pinochet como responsable del Operativo <strong>Cóndor</strong>, el 13<br />

de octubre de este mismo año. El 15 de octubre se dispuso la ampliación<br />

de la querella y el 16 se dictó auto decretando la prisión provisional<br />

y la orden de captura internacional de Pinochet, que fue recurrida por<br />

la Fiscalía. El 18 de octubre se amplió la fundamentación de la prisión<br />

provisional.<br />

Las actuaciones judiciales del año 1998 se completan con el auto solicitando<br />

la extradición de Pinochet a las autoridades británicas, de fecha 3 de<br />

noviembre de 1998, y el auto de procesamiento del militar por genocidio,<br />

tortura y terrorismo, de 10 de diciembre de 1998.<br />

El 26 de marzo de 1999 se amplió la querella y el auto de procesamiento,<br />

por resolución de 30 de abril de 1999 y se ratificó la prisión provisional<br />

de Pinochet. Aunque los tribunales del Reino Unido dictaron resolución<br />

el 8 de octubre de 1999 autorizando la extradición del dictador a España,<br />

posteriormente fueron alegados problemas de salud para finalmente<br />

denegarla.<br />

El 15 de abril de 2002 el Juzgado Central de Instrucción Nº 5 solicitó autorización<br />

para interrogar a Kissinger en Londres, pero finalmente no se<br />

practicó esa diligencia.<br />

La investigación del juez Baltasar Garzón se extendió a los países referidos<br />

y a otras personas responsables de los hechos como, por ejemplo, Alfredo<br />

Stroessner. El mismo juez analizó innumerable documentación procedente<br />

de los países que conformaban la <strong>Operación</strong> <strong>Cóndor</strong> como, por<br />

ejemplo, la procedente de los Archivos del Terror, de Paraguay. Interrogó<br />

a numerosos testigos, como, por ejemplo, a Juan Gelman, llegó a identificar<br />

centros clandestinos de detención al servicio del Operativo <strong>Cóndor</strong><br />

en Uruguay o Argentina (Automotores Orletti, entre otros), y a analizar los<br />

atentados en Estados Unidos y Argentina contra Orlando Letelier y Carlos<br />

250


aportes de especialistas sobre la <strong>Operación</strong> <strong>Cóndor</strong><br />

Prats y su esposa, respectivamente. En el anexo adjunto a este informe se<br />

incluyen alguna de las resoluciones mencionadas.<br />

3.3.5. Otros casos judiciales en Europa<br />

En la lucha contra la impunidad por los graves crímenes internacionales<br />

perpetrados en el marco de la <strong>Operación</strong> <strong>Cóndor</strong>, en 2010 se dictó en París<br />

una condena histórica contra 15 altos cargos chilenos por detenciones,<br />

secuestros, detenciones ilegales y torturas de cuatro ciudadanos franco<br />

chilenos. Por primera vez en la historia de Chile, la justicia de otro país<br />

castigaba las conductas cometidas por estos victimarios entre los que se<br />

encuentran el general chileno Manuel Contreras, el brigadier Espinoza<br />

Bravo y Raúl Iturriaga Neumann. El Auto de Procesamiento contra Pinochet<br />

dictado por el tribunal español también hacía referencia a estas tres<br />

personas.<br />

Además, también hay que destacar que, en Italia, la Sección Tercera del<br />

Tribunal Penal de Roma comenzó en febrero de 2015 las sesiones del juicio<br />

oral por distintos hechos cometidos por los tres altos cargos que fueron<br />

condenados en Francia, así como contra otros 18 miembros de las juntas<br />

militares y servicios de seguridad de Bolivia, Chile, Perú y Uruguay. Aunque<br />

los procesados no se encuentran presentes, en este momento continúan<br />

las sesiones en el tribunal de Roma ya que en Italia el ordenamiento<br />

jurídico permite el juicio en ausencia.<br />

Anexo: Auto disponiendo la prisión provisional<br />

de Pinochet por delitos de genocidio y terrorismo,<br />

y dictando orden de captura internacional, 16/10/1998<br />

SUMARIO 19/97 - L<br />

TERRORISMO Y GENOCIDIO<br />

JUZGADO CENTRAL DE INSTRUCCIÓN NÚMERO CINCO<br />

AUDIENCIA NACIONAL ESPAÑOLA<br />

AUTO<br />

En Madrid, a dieciséis de Octubre de mil novecientos noventa y ocho.<br />

HECHOS ÚNICO. - De lo actuado se desprende que en Chile, desde septiembre<br />

de 1973, y al igual que en la República Argentina a partir de 1976, se producen toda<br />

una serie de acontecimientos y actividades delictivas cometidas bajo el manto de<br />

<strong>Operación</strong> <strong>Cóndor</strong>. 40 años después<br />

251


Capítulo 8<br />

la más feroz represión ideológica contra los ciudadanos y residentes de estos países.<br />

Para el desarrollo de las mismas se siguen planes y consignas preestablecidas<br />

desde las estructuras de Poder, que tienen como fin la eliminación física, la desaparición,<br />

secuestro, previa la práctica generalizada de torturas de miles de personas,<br />

tal como se relata en el “Informe Rettig”.<br />

En el ámbito internacional se constata una coordinación que recibirá el nombre<br />

de “Operativo <strong>Cóndor</strong>”, en el que intervendrán diferentes países, entre ellos<br />

Chile y Argentina, y que tiene por objeto coordinar la acción represiva entre<br />

ellos.<br />

En este sentido, Augusto Pinochet Ugarte, a la sazón Jefe de las Fuerzas Armadas<br />

y del Estado chileno, desarrolla actividades delictivas en coordinación con las<br />

autoridades militares de Argentina entre los años 1976-1983 (período al que se<br />

extiende la investigación en esta Causa) impartiendo órdenes para la eliminación<br />

física de personas, torturas y secuestro y desaparición de otras de Chile y de diferentes<br />

nacionalidades y en distintos países a través de las actuaciones de los<br />

Servicios Secretos (DINA) y dentro del precitado “Plan <strong>Cóndor</strong>”.<br />

Entre estos casos se enumeran un total de setenta y nueve supuestos y, en concreto,<br />

sin perjuicio de ampliar los hechos, el secuestro en Chile de Edgardo Enríquez<br />

Espinosa el 10 de abril de 1976. Desde este país es trasladado hasta los campos<br />

de concentración de “El Olimpo”, “Campo de Mayo” y “Escuela Mecánica de la<br />

Armada” (ESMA) en Argentina, sin que posteriormente se hayan vuelto a tener<br />

noticias del mismo.<br />

RAZONAMIENTOS JURÍDICOS<br />

PRIMERO.- Los hechos descritos, y sucintamente enumerados en esta Resolución<br />

y que se enmarcan en el contexto más general que se ampliará en resoluciones<br />

posteriores, podrían ser constitutivos de un presunto delito de genocidio del<br />

artículo 607 del Código Penal vigente en relación con el artículo 137 bis del Código<br />

Penal en vigor en 1976, del que se hallaba en vigor en 1976, y de un delito de<br />

terrorismo de los artículos 515, 571 y 577 del Código Penal vigente en relación con<br />

el artículo 260 y siguientes del Código Penal en vigor en 1976.<br />

Tal como consta acreditado, se crea una organización armada, aprovechando la<br />

estructura militar y la usurpación del poder para, con impunidad, institucionalizar<br />

un régimen terrorista que subvirtió en sí mismo el orden constitucional para desarrollar<br />

con eficacia el plan de desaparición y eliminación sistemática de miembros<br />

de grupos nacionales, imponiéndoles desplazamientos forzosos, secuestros, torturas,<br />

asesinatos y desapariciones, aprovechando la ayuda y coordinación con otros<br />

países, en particular Argentina.<br />

SEGUNDO.- De acuerdo con lo dispuesto en el artículo 23.4 de la Ley Orgánica<br />

del Poder Judicial, la jurisdicción española es competente para tramitar el Procedimiento,<br />

tal como está establecido en los Autos de 28 de junio de 1996, 25 de<br />

252


aportes de especialistas sobre la <strong>Operación</strong> <strong>Cóndor</strong><br />

marzo y 11 de mayo de 1998 y en el de 16 de octubre de 1998, de admisión de<br />

querella. Por ello, y en atención a la gravedad de los hechos que se imputan y la<br />

situación del querellado, que se encuentra fuera del alcance de la jurisdicción española,<br />

procede acordar la prisión provisional incondicional de AUGUSTO PINO-<br />

CHET UGARTE, al amparo de lo dispuesto en los artículos 503, 504 y 539 de la ley<br />

de Enjuiciamiento Criminal, en relación a los preceptos penales citados.<br />

Por lo expuesto, y vistos los artículos citados y demás de general aplicación.<br />

DISPONGO<br />

Decretar la prisión provisional incondicional de AUGUSTO PINOCHET UGARTE<br />

por los delitos de genocidio y terrorismo, librando órdenes de búsqueda y captura<br />

internacionales con fines de extradición.<br />

Librar urgentemente la orden internacional de detención a las autoridades judiciales<br />

británicas para su ejecución.<br />

Así lo manda y firma el Iltmo. Sr. D. Baltasar Garzón Real, Magistrado-Juez el Juzgado<br />

Central de Instrucción Número Cinco de la Audiencia Nacional, doy fe<br />

DILIGENCIA; seguidamente se cumple lo acordado, Doy fe.<br />

•<br />

<strong>Operación</strong> <strong>Cóndor</strong>. 40 años después<br />

253


<strong>Cóndor</strong> y el largo camino de la verdad<br />

EPÍLOGO<br />

EPÍLOGO<br />

<strong>Cóndor</strong> y el largo<br />

camino de la verdad<br />

STELLA CALLONI<br />

•<br />

El Informe presentado por el Centro Internacional para la Promoción de<br />

los Derechos Humanos (CIPDH) a 40 años de la institucionalización de la<br />

<strong>Operación</strong> <strong>Cóndor</strong>, es el comienzo de un proyecto de largo alcance que<br />

permitirá profundizar la investigación sobre las causas y las consecuencias<br />

de una típica acción contrainsurgente de las decenas que sucedieron en<br />

nuestro continente.<br />

Es solo el inicio de un proceso superador para tratar de aportar la mayor<br />

cantidad de información posible a los familiares de las víctimas y a la justicia,<br />

por una parte, y por la otra para recorrer los itinerarios y laberintos<br />

del <strong>Cóndor</strong> e intentar acceder a la mayor cantidad de documentación, lo<br />

que en muchos casos ha permitido encontrar datos sobre otras operaciones<br />

que se escenificaron en el continente y sobre las dictaduras que las<br />

impusieron.<br />

Hemos vivido siglos bajo la espada del colonialismo, la dominación neocolonial,<br />

el terror y la injusticia cotidiana, y en la búsqueda de la verdad histórica<br />

logramos desentrañar aspectos ocultos, negados y sepultados bajo<br />

espejos invertidos.<br />

El mayor impulso es el coraje inigualable del amor y la buena obsesión<br />

por la verdad y la justicia de los familiares de las miles de víctimas de las<br />

<strong>Operación</strong> <strong>Cóndor</strong>. 40 años después<br />

255


epílogo<br />

dictaduras que se impusieron a lo largo del siglo XX en nuestros países<br />

—y también de democracias falsificadas a las que tan justamente llamó<br />

el entrañable escritor uruguayo Eduardo Galeano “democraduras”— que<br />

hizo posible desenterrar los espejos invertidos y resquebrajar los muros<br />

de la impunidad.<br />

También lo hicieron organismos de derechos humanos, abogados, investigadores,<br />

periodistas, maestros, religiosos, trabajadores, personas solidarias,<br />

muchos de los cuales se perdieron en “la noche y la niebla” de las<br />

desapariciones forzadas.<br />

Hay un núcleo de hierro conformado por una legión que avanza con la sola<br />

armadura que dan los amores y las responsabilidades humanas de unos<br />

por los otros. Lo que une en ese maravilloso andar despejando telarañas,<br />

mentiras, buscando identidades en estas tierras nuestras es no solo llegar<br />

a los rescoldos de la verdad, sino que esto permanezca intangible para<br />

hacer posible ese Nunca más para hoy, para ahora, y para el futuro de la<br />

humanidad, que clama como nunca por su derecho a vivir como tal.<br />

Este informe recoge buena parte de las investigaciones realizadas en<br />

nuestra América y también en Estados Unidos y Europa. Se tomaron algunos<br />

casos emblemáticos solo para establecer la dimensión perversa de un<br />

accionar detrás del cual existen oscuros intereses de dominación y control<br />

de naciones, que ya en el siglo XXI necesitan su definitiva independencia.<br />

Colaboraron importantes estudiosos e investigadores de <strong>Cóndor</strong> en nuestros<br />

países y otros lugares del mundo.<br />

Como los archivos de Paraguay, se sabe que existen otros en los sótanos<br />

simbólicos —y no tanto— de poderes fácticos, ocultos no solo por los<br />

responsables directos de estos crímenes de lesa humanidad, sino sus encubridores,<br />

que están aún sentados en cómodos sillones sin advertir que<br />

la estructura que tanto les sirvió comienza a deshacerse.<br />

Se trata de “globalizar” la justicia y la verdad, el derecho a la vida, sin<br />

impunidades cómplices, para un mundo nuevo que sabemos es posible.<br />

El ejemplo de las Madres de Plaza de Mayo caminando en una ronda frente<br />

a los dictadores sin saber que cada paso que daban semana tras semana<br />

horadaba las bases dictatoriales, con pañuelos-palomas que volaron<br />

hacia el mundo, debe ser y es la inspiración de todo lo que hagamos: un<br />

símbolo que ha dejado de ser tal para ser una realidad en tiempos de regresos<br />

de fantasmas coloniales tardíos.<br />

256


<strong>Cóndor</strong> y el largo camino de la verdad<br />

A medida que la verdad avanza, también desnuda las hipocresías de sistemas<br />

que ya no pueden ocultar sus verdaderas miserias ante una humanidad<br />

que esperaba vivir un siglo de paz, y está despertando a una realidad<br />

en la que los poderosos ya han perdido toda capacidad de mimetizarse y<br />

se muestran con sus rostros verdaderos, intentando imponer un terrorismo<br />

de Estado mundial, una gobernanza global.<br />

Con este Informe el CIPDH comienza un camino necesario para llegar a<br />

fondo en las verdaderas causas de todos estos sucesos, en momentos de<br />

grandes avances en América Latina y especialmente en nuestros países,<br />

donde se ha iniciado un proceso para lograr una democratización verdadera,<br />

que incluye una renovada justicia y la recuperación de derechos perdidos,<br />

como el derecho a la información, a la verdad y a desterrar para<br />

siempre las impunidades sobre las que ha crecido un mundo injusto e<br />

inhumano.<br />

Se trata de un Informe pensado para todos, no academicista, que trata de<br />

bucear en lo profundo de las causas —las razones de la sin razón— con las<br />

que nos impusieron una Doctrina de Seguridad Nacional, ajena a nuestras<br />

necesidades de defensa común, y un esquema de contrainsurgencia. Es<br />

necesario definir lo uno y lo otro en sus términos más sencillos y directos,<br />

y en el mejor lenguaje de la verdadera comunicación, tan depreciada en<br />

estos tiempos.<br />

Pagamos un precio muy alto, un genocidio en el siglo XX si contamos las<br />

víctimas no solo de las dictaduras sino del saqueo, que arrojó a millones<br />

de latinoamericanos a los arrabales de la miseria inhumana.<br />

No es <strong>Cóndor</strong> la operación que, como tal, dejó más víctimas en nuestra<br />

América, pero si es la concepción más acabada de lo que puede resultar un<br />

acuerdo de estas características supranacionales para dinamizar el terrorismo<br />

de Estado que se nos impuso simultáneamente a los países del Cono<br />

Sur, con sus extensiones a otras naciones y la aplicación de ese mismo esquema<br />

bajo otros nombres en Centroamérica en los años 1979-1980.<br />

Es importante entender en su verdadera dimensión el precio que pagaron<br />

nuestros países y nuestros pueblos, convertidos en el “enemigo interno”<br />

de un proyecto que no era nuestro, en el que no teníamos ninguna posibilidad<br />

de defensa.<br />

Si se instaló este esquema de dictaduras de la seguridad nacional simultáneamente,<br />

y si se sembraron dictaduras en toda América Latina en el<br />

<strong>Operación</strong> <strong>Cóndor</strong>. 40 años después<br />

257


epílogo<br />

siglo XX, es porque había resistencia, crecían las movilizaciones populares<br />

en todos los países del Cono sur con una intensidad asombrosa en función<br />

de un proyecto liberador, sin olvidar la historia aún no contada en su conjunto<br />

de la solidaridad en toda América Latina.<br />

Con la presentación de este Informe inicial se intenta comenzar un proceso<br />

de respuestas ante lo sucedido, algo que aún no tenemos resuelto en<br />

la dimensión en que se necesita. Los juicios contra los responsables están<br />

en desarrollo y permiten acceder, además, a testimonios de sobrevivientes<br />

y familiares de víctimas de esta operación, que funcionó dentro del esquema<br />

general de las dictaduras como una red secreta.<br />

No se trata de enseñar nada, sino de aprender y aprehender colectivamente<br />

sobre sucesos que implican a millones de seres humanos en nuestro<br />

continente y en el mundo. En los anexos figura un listado que abarca a<br />

las víctimas ya registradas oficialmente, aunque las investigaciones sobre<br />

estos casos están ya en otra lista procesada en el CIPDH.<br />

Lograr desentrañar la <strong>Operación</strong> <strong>Cóndor</strong> no solo importa para nuestro<br />

continente. Es una ventana abierta para otros pueblos del mundo. Para<br />

llegar a <strong>Cóndor</strong>, otros países han sufrido devastaciones y genocidios como<br />

muestran los antecedentes externos y locales de esta operación. Se está<br />

comenzando a recorrer un camino y tomando un compromiso de constante<br />

difusión de las investigaciones de la CIPDH y de otros equipos, y con<br />

esto acompañando el proceso colectivo ya iniciado —como vemos en los<br />

organismos de integración continental—, para que los vuelos del <strong>Cóndor</strong><br />

no regresen a nuestro continente. Para que la verdad destierre todos los<br />

miedos que subsisten.<br />

De acuerdo a los lineamientos del CIPDH, este es y será un proceso colectivo,<br />

abarcador, abierto y generoso en sus alcances, y liberador si entendemos<br />

que la verdad libera.<br />

•<br />

258


anexos documentales<br />

ANEXOS DOCUMENTALES<br />

ANEXOS DOCUMENTALES<br />

•<br />

1. Línea de tiempo de la <strong>Operación</strong> <strong>Cóndor</strong> y sus antecedentes<br />

Coyuntura<br />

política<br />

1973 1974 1975 1976 1977 1978 1979/80 1981<br />

Golpe de<br />

Estado en<br />

Chile<br />

(1973-1990)<br />

Golpe de<br />

Estado en<br />

Uruguay<br />

(1973-1985)<br />

Presidencia<br />

de Gerald<br />

Ford en<br />

EEUU<br />

(1974-1977)<br />

Golpe de<br />

Estado en<br />

Argentina<br />

(1976-1983)<br />

Presidencia<br />

de Jimmy<br />

Carter en<br />

EEUU<br />

(1977-1981)<br />

Coordinación<br />

de las<br />

fuerzas de<br />

represión<br />

Febrero:<br />

Primer<br />

Seminario<br />

de Policía<br />

sobre la Lucha<br />

Antisubversiva<br />

en el Cono Sur<br />

(Buenos Aires,<br />

Argentina)<br />

20-24/10:<br />

Conferencia de<br />

los Ejércitos<br />

Americanos<br />

(Buenos Aires,<br />

Argentina)<br />

25/11-01/12:<br />

Reunión inaugural<br />

de la <strong>Operación</strong><br />

<strong>Cóndor</strong> (Santiago,<br />

Chile)<br />

02/06: segunda<br />

reunión de los<br />

miembros de<br />

la <strong>Operación</strong><br />

<strong>Cóndor</strong> (Santiago<br />

de Chile, Chile)<br />

Diciembre: última<br />

reunión de forma<br />

plenaria de los<br />

miembros de la<br />

<strong>Operación</strong> <strong>Cóndor</strong><br />

(Buenos Aires,<br />

Argentina)<br />

Incorporación<br />

de Perú<br />

y Ecuador<br />

a la<br />

<strong>Operación</strong><br />

<strong>Cóndor</strong><br />

Casos<br />

emblemáticos<br />

30/09:<br />

atentado<br />

contra<br />

Carlos<br />

PRATS y<br />

su esposa<br />

Mayo: secuestro<br />

de Jorge<br />

FUENTES<br />

ALARCÓN<br />

y Amílcar<br />

SANTUCHO<br />

06/10: tentativa<br />

de asesinato<br />

de Bernardo<br />

LEIGHTON<br />

y su esposa<br />

Asesinato de<br />

119 miembros del<br />

MIR chileno<br />

(<strong>Operación</strong><br />

Colombo)<br />

11/05: asesinato<br />

de Joaquín<br />

ANAYA<br />

02/06: asesinato<br />

de Juan José<br />

TORRES<br />

21/05: asesinato<br />

de Héctor<br />

GUTIÉRREZ<br />

RUIZ y Zelmar<br />

MICHELINI<br />

21/09: atentado<br />

contra Orlando<br />

LETELIER<br />

09/02:<br />

secuestro<br />

de Agustín<br />

GOIBURÚ<br />

16/05: traslado<br />

desde Paraguay<br />

hasta Argentina<br />

de Nelson<br />

SANTANA ,<br />

Gustavo<br />

INZAURRALDE ,<br />

José NELL,<br />

Alejandro José<br />

LOGOLUSO<br />

y Dora Marta<br />

LANDI Gil<br />

12/11:<br />

secuestro<br />

y traslado<br />

desde Brasil<br />

hasta<br />

Uruguay de<br />

Universindo<br />

RODRÍGUEZ<br />

DÍAZ, Lilián<br />

CELIBERTI<br />

y sus dos<br />

hijos<br />

12/03:<br />

secuestro<br />

y traslado<br />

desde<br />

Brasil hasta<br />

Argentina<br />

de Mónica<br />

PINUS DE<br />

BINSTOK<br />

y Horacio<br />

CAMPIGLIA<br />

<strong>Operación</strong> <strong>Cóndor</strong>. 40 años después<br />

259


anexos documentales<br />

2. Listado de víctimas de la coordinación<br />

represiva de las dictaduras del Cono Sur (1974-1981)<br />

Esta coordinación de las fuerzas de represión se formalizó en noviembre<br />

1975 con el nombre <strong>Cóndor</strong>.<br />

El listado empieza a partir de septiembre de 1974 ya que los mecanismos<br />

de coordinación entre los servicios de represión serán los mismos que utilizó<br />

la <strong>Operación</strong> <strong>Cóndor</strong> después de noviembre de 1975. Además, varias<br />

personas presas antes de la formalización de <strong>Cóndor</strong> seguirán detenidas<br />

durante años en manos de esta estructura transnacional. La fecha de inicio<br />

del listado se eligió por el simbolismo que representó el atentado contra<br />

Carlos Prats en Buenos Aires y por las características de la participación de<br />

por lo menos tres países en esa acción.<br />

Se han tomado los datos ya comprobados oficialmente en los informes oficiales<br />

(1) y de los juicios que se vienen desarrollando en los países del Cono<br />

Sur. Existen otros extensos listados que están bajo investigación sobre las<br />

víctimas específicamente de la <strong>Operación</strong> <strong>Cóndor</strong>. El CIPDH irá aportando<br />

estas listas a medida que se vayan confirmando los datos.<br />

2.1. Las 377 víctimas de la coordinación represiva (1974-1981)<br />

(1) Informes de: la Comisión Nacional sobre la Desapariciones de Personas (Argentina), la<br />

Comisión Nacional de Verdad y Reconciliación (Chile), la Comisión de Verdad y Justicia (Paraguay),<br />

la Comissão Nacional da Verdade (Brasil), la Comisión para la Paz; y datos de la<br />

Secretaría de Derechos Humanos de la Presidencia de la República (Uruguay).<br />

260


anexos documentales<br />

Condición Militancia<br />

Fecha de asesinato o tentativa<br />

de asesinato y lugar<br />

Traslado<br />

ilegal a<br />

otro país<br />

Centro(s) de<br />

detención<br />

País 2 de<br />

detención<br />

Centro(s) de<br />

detención<br />

País 1 de<br />

detención<br />

Fecha de<br />

detención<br />

Nacionalidad<br />

Sexo<br />

(edad)<br />

Apellido y<br />

nombres<br />

Asesinado MLN-T<br />

29/10/1974<br />

Destacamento de<br />

Duggan, Partido de<br />

San Antonio de Areco,<br />

Provincia de<br />

Buenos Aires (Argentina)<br />

Posiblemente<br />

Coordinación<br />

Federal<br />

Uruguaya 12/09/1974 Argentina<br />

Varón<br />

(23)<br />

Jabif Gonda,<br />

Guillermo<br />

Rivera<br />

Asesinado MLN-T<br />

29/10/1974<br />

Destacamento de<br />

Duggan, Partido de<br />

San Antonio de Areco,<br />

Provincia de<br />

Buenos Aires (Argentina)<br />

Posiblemente<br />

Coordinación<br />

Federal<br />

13/09/1974 Argentina<br />

Uruguaya -<br />

Italiana<br />

Varón<br />

(24)<br />

Banfi<br />

Baranzano,<br />

Daniel Álvaro<br />

Asesinado MLN-T<br />

29/10/1974<br />

Destacamento de<br />

Duggan, Partido de<br />

San Antonio de Areco,<br />

Provincia de<br />

Buenos Aires (Argentina)<br />

Posiblemente<br />

Coordinación<br />

Federal<br />

Uruguaya 13/09/1974 Argentina<br />

Varón<br />

(25)<br />

Latrónica<br />

Damonte, Luis<br />

Enrique<br />

Asesinado S/D<br />

30/09/1974<br />

Ciudad de Buenos Aires<br />

(Argentina)<br />

Chilena<br />

Mujer<br />

(56)<br />

Cuthbert<br />

Chiarleoni,<br />

Sofía Ester<br />

Asesinado<br />

30/09/1974<br />

Ciudad de Buenos Aires<br />

(Argentina)<br />

Chilena<br />

Varón<br />

(59)<br />

Prats González,<br />

Carlos<br />

Chile Villa Grimaldi Sí Desaparecido S/D<br />

Aeropuerto<br />

Ezeiza<br />

02/11/1974 Argentina<br />

Chilena -<br />

Británica<br />

Varón<br />

(24)<br />

Beausire<br />

Alonso,<br />

Guillermo<br />

Roberto<br />

Asesinado MLN-T<br />

**<br />

*<br />

*<br />

20/12/1974<br />

Localidad de Soca Departamento<br />

de Canelones<br />

(Uruguay)<br />

Uruguaya 08/11/1974 Argentina S/D Uruguay 300 Carlos R Sí<br />

Varón<br />

(28)<br />

Brum Cornelius,<br />

Héctor Daniel<br />

(*) Las abreviaturas de los centros de detención se detallan en una tabla aparte.<br />

(**) Las abreviaturas de partidos políticos u organizaciones de militancia se detallan en una tabla aparte.<br />

<strong>Operación</strong> <strong>Cóndor</strong>. 40 años después<br />

261


anexos documentales<br />

Apellido y<br />

nombres<br />

Estefanell<br />

Guidali,<br />

Graciela Marta<br />

Epifanía<br />

García Larrosa,<br />

Floreal<br />

Gualberto<br />

Hernández,<br />

Mirtha Yolanda<br />

Corbo<br />

Aguirregaray,<br />

María De Los<br />

Ángeles<br />

Abreu, Julio<br />

García<br />

Hernández,<br />

Amaral<br />

Dergan Jorge,<br />

Natalio<br />

Llancaleo<br />

Calfulén,<br />

Leandro José<br />

Feldman<br />

Palatnik, Raúl<br />

Yanquel<br />

Montenegro<br />

Godoy, Sergio<br />

Eduardo<br />

Rodríguez<br />

Molinari, Julio<br />

César<br />

Sexo<br />

(edad)<br />

Mujer<br />

(34)<br />

Varón<br />

(31)<br />

Mujer<br />

(29)<br />

Mujer<br />

(26)<br />

Varón<br />

(S/D)<br />

Varón<br />

(3)<br />

Varón<br />

(52)<br />

Varón<br />

(30)<br />

Varón<br />

(26)<br />

Varón<br />

(34)<br />

Varón<br />

(26)<br />

Nacionalidad<br />

Fecha de<br />

detención<br />

País 1 de<br />

detención<br />

Centro(s) de<br />

detención<br />

País 2 de<br />

detención<br />

Centro(s) de<br />

detención<br />

Traslado<br />

ilegal a<br />

otro país<br />

Fecha de asesinato o tentativa<br />

de asesinato y lugar<br />

Condición Militancia<br />

Uruguaya 08/11/1974 Argentina S/D Uruguay 300 Carlos R Sí<br />

Uruguaya 08/11/1974 Argentina S/D Uruguay 300 Carlos R Sí<br />

Uruguaya 08/11/1974 Argentina S/D Uruguay 300 Carlos R Sí<br />

Uruguaya 08/11/1974 Argentina S/D Uruguay 300 Carlos R Sí<br />

20/12/1974<br />

Localidad de Soca Departamento<br />

de Canelones<br />

(Uruguay)<br />

20/12/1974<br />

Localidad de Soca Departamento<br />

de Canelones<br />

(Uruguay)<br />

20/12/1974<br />

Localidad de Soca Departamento<br />

de Canelones<br />

(Uruguay)<br />

20/12/1974<br />

Localidad de Soca Departamento<br />

de Canelones<br />

(Uruguay)<br />

Asesinado MLN-T<br />

Asesinado MLN-T<br />

Asesinado MLN-T<br />

Asesinado S/D<br />

Uruguaya 08/11/1974 Argentina S/D Uruguay 300 Carlos R Sí Liberado S/D<br />

Uruguaya 08/11/1974 Argentina S/D<br />

Identidad<br />

recuperada<br />

Uruguaya<br />

28-<br />

29/11/1974<br />

Argentina S/D S/D S/D S/D Desaparecido MLN-T, MIR<br />

Chilena<br />

Diciembre<br />

1974<br />

Argentina S/D S/D S/D S/D Desaparecido PCCH<br />

Uruguaya Argentina<br />

Chilena<br />

24/12/1974<br />

Ciudad de Buenos Aires,<br />

(Argentina)<br />

24/01/1975<br />

Ciudad de Buenos Aires<br />

(Argentina)<br />

Asesinado UJC, PCU, FA<br />

Asesinado S/D<br />

Uruguaya S/D Argentina<br />

Entre 31/03/1975 y<br />

01/04/1975<br />

Caseros, Provincia de<br />

Buenos Aires, (Argentina)<br />

Asesinado MLN-T, JCR<br />

262


anexos documentales<br />

Apellido y<br />

nombres<br />

Sexo<br />

(edad)<br />

Nacionalidad<br />

Fecha de<br />

detención<br />

País 1 de<br />

detención<br />

Centro(s) de<br />

detención<br />

País 2 de<br />

detención<br />

Centro(s) de<br />

detención<br />

Traslado<br />

ilegal a<br />

otro país<br />

Fecha de asesinato o tentativa<br />

de asesinato y lugar<br />

Condición Militancia<br />

Santucho,<br />

Amílcar<br />

Fuentes<br />

Alarcón, Jorge<br />

Isaac<br />

San Martin<br />

Zuñiga, Juan<br />

Carlos<br />

Oliva Troncoso,<br />

Víctor Eduardo<br />

Gotschlich<br />

Cordero,<br />

Francisco<br />

Eduardo<br />

Aragonés<br />

Navarro, Emilio<br />

Leighton<br />

Guzmán,<br />

Bernardo<br />

Fresono Ovalle,<br />

Ana María<br />

Claudet<br />

Fernández,<br />

Jean-Yves<br />

De Negri,<br />

Mario<br />

Varón<br />

(S/D)<br />

Varón<br />

(28)<br />

Varón<br />

(17)<br />

Varón<br />

(23)<br />

Varón<br />

(28)<br />

Varón<br />

(47)<br />

Varón<br />

(66)<br />

Mujer<br />

(S/D)<br />

Varón<br />

(35)<br />

Varón<br />

(S/D)<br />

Argentina 16/05/1975 Paraguay DIP Liberado PRT, ERP<br />

Chilena 17/05/1975 Paraguay DIP Chile<br />

4 Álamos, Villa<br />

Grimaldi<br />

Sí Desaparecido MIR<br />

Chilena 02/06/1975 Argentina S/D S/D S/D S/D Desaparecido S/D<br />

Chilena<br />

02/07/1975<br />

Ciudad de Bahía Blanca<br />

(Argentina)<br />

Asesinado MIR<br />

Chilena 05/07/1975 Argentina S/D S/D S/D S/D Desaparecido S/D<br />

Cubana<br />

Chilena<br />

Chilena<br />

Chilena -<br />

Francesa<br />

13/08/1975<br />

Ciudad de Buenos Aires<br />

(Argentina)<br />

06/10/1975<br />

Roma<br />

(Italia)<br />

06/10/1975<br />

Roma<br />

(Italia)<br />

Sobrevivió S/D<br />

Sobrevivió DC<br />

Sobrevivió S/D<br />

01/11/1975 Argentina S/D S/D S/D S/D Desaparecido MIR<br />

Uruguaya 01/12/1975 Argentina S/D Uruguay* 300 Carlos R Sí Liberado MLN-T<br />

Américo, Mario<br />

Esteban<br />

Varón<br />

(63)<br />

Paraguaya 03/12/1975 Argentina S/D Paraguay DIP Sí Desaparecido S/D<br />

Villagra Cano,<br />

Américo Mario<br />

Esteban<br />

Varón<br />

(63)<br />

Paraguaya 03/12/1975 Argentina S/D S/D S/D S/D Desaparecido S/D<br />

(*) Fue trasladado nuevamente a Argentina.<br />

<strong>Operación</strong> <strong>Cóndor</strong>. 40 años después<br />

263


anexos documentales<br />

Apellido y<br />

nombres<br />

Inostroza<br />

Arroyo, Ismenia<br />

Del Rosario<br />

Leal Sanhueza,<br />

Heriberto Del<br />

Carmen<br />

Guzmán<br />

Osorio, Luis<br />

Guillermo<br />

Melo Cuesta,<br />

Nebio Ariel<br />

Marques Dos<br />

Santos, Sidney<br />

Fix<br />

Oviedo<br />

Morales, Walter<br />

Eduardo<br />

Tenorio<br />

Cerqueira<br />

Júnior,<br />

Francisco<br />

Rutila Artés,<br />

Graciela<br />

Rutila Artés,<br />

Carla Graciela<br />

Hernández<br />

Zaspe, Juan<br />

Humberto<br />

Muñoz<br />

Velásquez, Luis<br />

Gonzalo<br />

Tamayo<br />

Martínez,<br />

Manuel Jesús<br />

Sexo<br />

(edad)<br />

Mujer<br />

(25)<br />

Varón<br />

(25)<br />

Varón<br />

(S/D)<br />

Varón<br />

(31)<br />

Varón<br />

(36)<br />

Varón<br />

(21)<br />

Varón<br />

(35)<br />

Mujer<br />

(25)<br />

Mujer<br />

(9 meses)<br />

Varón<br />

(24)<br />

Varón<br />

(27)<br />

Varón<br />

(24)<br />

Nacionalidad<br />

Fecha de<br />

detención<br />

País 1 de<br />

detención<br />

Centro(s) de<br />

detención<br />

País 2 de<br />

detención<br />

Centro(s) de<br />

detención<br />

Traslado<br />

ilegal a<br />

otro país<br />

Fecha de asesinato o tentativa<br />

de asesinato y lugar<br />

Condición Militancia<br />

Chilena 18/12/1975 Argentina S/D Asesinado PRT<br />

Chilena 1976 Argentina S/D S/D S/D S/D Desaparecido MIR, ERP<br />

Chilena 1976 Argentina S/D S/D S/D S/D Desaparecido S/D<br />

Uruguaya 08/02/1976 Argentina S/D S/D S/D S/D Desaparecido PCR, UAL<br />

Brasileña 15/02/1976 Argentina S/D S/D S/D S/D Desaparecido PORT<br />

Boliviana 09/03/1976 Argentina S/D S/D S/D S/D Desaparecido Sindicalista<br />

Brasileña 18/03/1976 Argentina ESMA S/D S/D S/D Desaparecido S/D<br />

Argentina 02/04/1976 Bolivia<br />

DOP de Oruro,<br />

dependencias<br />

del Ministerio del<br />

Interior, cárcel de<br />

Viacha<br />

Argentina<br />

Peruana 02/04/1976 Bolivia DOP de Oruro Argentina<br />

Automotores<br />

Orletti<br />

Automotores<br />

Orletti<br />

Sí Desaparecido<br />

Sí<br />

Identidad<br />

recuperada<br />

Dirigente<br />

estudiantil<br />

Chilena 03/04/1976 Argentina S/D Chile Villa Grimaldi Sí Desaparecido PSC<br />

Chilena 03/04/1976 Argentina S/D Chile Villa Grimaldi Sí Desaparecido PSC<br />

Chilena 03/04/1976 Argentina S/D Chile Villa Grimaldi Sí Desaparecido PSC<br />

264


anexos documentales<br />

Apellido y<br />

nombres<br />

Cabreras<br />

Prates, Ary<br />

Choque<br />

Cabrera, Fausto<br />

Cabello Pérez,<br />

Nelson Martín<br />

Mardikiand,<br />

Nora Beatriz<br />

Marcondes<br />

Pinto, María<br />

Regina<br />

Enríquez<br />

Espinoza,<br />

Edgardo<br />

Acosta Mena,<br />

Juan De Dios<br />

Athanasiu Jara,<br />

Miguel Ángel<br />

Laschan<br />

Mellado, Frida<br />

Elena<br />

Basso Santos<br />

Mota, Jorge<br />

Alberto<br />

Chizzola Cano,<br />

Eduardo Efraín<br />

Vallarino, María<br />

Del Rosario<br />

Sexo<br />

(edad)<br />

Varón<br />

(44)<br />

Varón<br />

(26)<br />

Varón<br />

(23)<br />

Mujer<br />

(21)<br />

Mujer<br />

(29)<br />

Varón<br />

(24)<br />

Varón<br />

(S/D)<br />

Varón<br />

(22)<br />

Mujer<br />

(28)<br />

Varón<br />

(25)<br />

Varón<br />

(25)<br />

Mujer<br />

(S/D)<br />

Nacionalidad<br />

Fecha de<br />

detención<br />

País 1 de<br />

detención<br />

Centro(s) de<br />

detención<br />

País 2 de<br />

detención<br />

Centro(s) de<br />

detención<br />

Traslado<br />

ilegal a<br />

otro país<br />

Fecha de asesinato o tentativa<br />

de asesinato y lugar<br />

Condición Militancia<br />

Uruguaya 05/04/1976 Argentina S/D S/D S/D S/D Desaparecido<br />

Boliviana 05/04/1976 Argentina S/D S/D S/D S/D Desaparecido S/D<br />

Chilena 09/04/1976 Argentina S/D S/D<br />

Desaparecido<br />

con restos<br />

encontrados<br />

Argentina 09/04/1976 Argentina S/D Desaparecido S/D<br />

Brasileña 10/04/1976 Argentina S/D S/D S/D S/D Desaparecido MIR<br />

Chilena 10/04/1976 Argentina<br />

Paraguaya 11/04/1976 Argentina<br />

El Olimpo,<br />

Campo de Mayo,<br />

ESMA<br />

RIM 29, La<br />

Escuelita de San<br />

Antonio<br />

Chile Villa Grimaldi Sí Desaparecido MIR<br />

ROE, AEBU,<br />

CNT, PVP<br />

PRT<br />

Liberado S/D<br />

Argentina 15/04/1976 Argentina S/D Desaparecido MIR<br />

Chilena 15/04/1976 Argentina S/D S/D S/D S/D Desaparecido MIR<br />

Brasileña -<br />

Argentina<br />

15/04/1976 Argentina S/D S/D S/D S/D Desaparecido POC<br />

Uruguaya 17/04/1976 Argentina S/D S/D S/D S/D Desaparecido PVP<br />

Uruguaya 30/04/1976 Argentina S/D Liberado S/D<br />

Gomensoro<br />

Josman, Hugo<br />

Ernesto<br />

Varón<br />

(22)<br />

Uruguaya 30/04/1976 Argentina S/D<br />

Presumiblemente<br />

10/05/1976<br />

Playas del Río de la Plata<br />

en el Partido de Berazategui,<br />

Provincia de Buenos<br />

Aires, (Argentina)<br />

Asesinado M26, FA<br />

<strong>Operación</strong> <strong>Cóndor</strong>. 40 años después<br />

265


anexos documentales<br />

Apellido y<br />

nombres<br />

Rodas, Néstor<br />

González<br />

Fernández,<br />

Nelson<br />

Wilfredo<br />

Barredo Longo,<br />

Rosario De<br />

Carmen<br />

Whitelaw<br />

Blanco, William<br />

Alem<br />

Michelini<br />

Guarch, Zelmar<br />

Raúl<br />

Gutiérrez Ruiz,<br />

Héctor José<br />

Liberoff<br />

Peisajovich,<br />

Manuel<br />

Azarola, Juan<br />

Ignacio<br />

Machado,<br />

Modesto<br />

Humberto<br />

Ossola Ramón,<br />

Susana Elena<br />

Urra Ferrarese,<br />

Oscar Julián<br />

Sexo<br />

(edad)<br />

Varón<br />

(43)<br />

Varón<br />

(29)<br />

Mujer<br />

(33)<br />

Varón<br />

(28)<br />

Varón<br />

(52)<br />

Varón<br />

(42)<br />

Varón<br />

(54)<br />

Varón<br />

(S/D)<br />

Varón<br />

(37)<br />

Mujer<br />

(22)<br />

Varón<br />

(24)<br />

Nacionalidad<br />

Fecha de<br />

detención<br />

País 1 de<br />

detención<br />

Centro(s) de<br />

detención<br />

País 2 de<br />

detención<br />

Centro(s) de<br />

detención<br />

Traslado<br />

ilegal a<br />

otro país<br />

Fecha de asesinato o tentativa<br />

de asesinato y lugar<br />

Condición Militancia<br />

Paraguaya 01/05/1976 Argentina S/D S/D S/D S/D Desaparecido S/D<br />

Uruguaya 06/05/1976 Argentina S/D S/D S/D S/D Desaparecido S/D<br />

Uruguaya 13/05/1976 Argentina<br />

Posiblemente<br />

Automotores<br />

Orletti<br />

20/05/1976<br />

Ciudad de Buenos Aires,<br />

(Argentina)<br />

Asesinado MLN-T<br />

Uruguaya 13/05/1976 Argentina<br />

Posiblemente<br />

Automotores<br />

Orletti<br />

21/05/1976<br />

Ciudad de Buenos Aires,<br />

(Argentina)<br />

Asesinado MLN-T, UAL<br />

Uruguaya 18/05/1976 Argentina<br />

Uruguaya 18/05/1976 Argentina<br />

Uruguaya 19/05/1976 Argentina<br />

Uruguaya 20/05/1976 Argentina<br />

Uruguaya 22/05/1976 Argentina<br />

Posiblemente<br />

Automotores<br />

Orletti<br />

Posiblemente<br />

Automotores<br />

Orletti<br />

Local en la calle<br />

Bacacay 3524<br />

(Ciudad de<br />

Buenos Aires)<br />

Local en la calle<br />

Bacacay 3524<br />

(Ciudad de<br />

Buenos Aires)<br />

Brigada de<br />

Investigaciones<br />

de Tigre,<br />

posiblemente<br />

Campo de Mayo<br />

21/05/1976<br />

Ciudad de Buenos Aires,<br />

(Argentina)<br />

21/05/1976<br />

Ciudad de Buenos Aires,<br />

(Argentina)<br />

Asesinado FA<br />

Asesinado PN<br />

S/D S/D S/D Desaparecido<br />

Liberado S/D<br />

S/D S/D S/D Desaparecido<br />

PCU, FA,<br />

SMU, CNT,<br />

CODEPALES<br />

Militante<br />

sindical<br />

Argentina 22/05/1976 Argentina<br />

El Vesubio, El<br />

Campito<br />

Desaparecido PRT-ERP<br />

Chilena 22/05/1976 Argentina<br />

El Vesubio, El<br />

Campito<br />

S/D S/D S/D Desaparecido PRT-ERP<br />

266


anexos documentales<br />

Apellido y<br />

nombres<br />

Sexo<br />

(edad)<br />

Nacionalidad<br />

Fecha de<br />

detención<br />

País 1 de<br />

detención<br />

Centro(s) de<br />

detención<br />

País 2 de<br />

detención<br />

Centro(s) de<br />

detención<br />

Traslado<br />

ilegal a<br />

otro país<br />

Fecha de asesinato o tentativa<br />

de asesinato y lugar<br />

Condición Militancia<br />

Lomas Pontigo,<br />

Enrique<br />

Varón<br />

(S/D)<br />

Chilena 24/05/1976 Argentina S/D S/D S/D S/D Desaparecido S/D<br />

Lara Torres,<br />

Jaime Rafael<br />

Torres, Juan<br />

José<br />

Varón<br />

(30)<br />

Varón<br />

(55)<br />

Boliviana 28/05/1976 Argentina<br />

Boliviana 01/06/1976 Argentina S/D<br />

Unidad Penal de<br />

Villa Gorriti<br />

S/D S/D S/D Desaparecido S/D<br />

02/06/1976<br />

San Andrés de Giles<br />

Provincia de Buenos Aires<br />

(Argentina)<br />

Asesinado<br />

Caitano Malgor,<br />

José Enrique<br />

Varón<br />

(23)<br />

Uruguaya 05/06/1976 Argentina S/D S/D S/D S/D Desaparecido PVP<br />

Rojas<br />

Caballero,<br />

Máximo<br />

Gatti Antuña,<br />

Gerardo<br />

Francisco<br />

Nores<br />

Montedonico,<br />

María del Pilar<br />

Varón<br />

(22)<br />

Varón<br />

(44)<br />

Mujer<br />

(S/D)<br />

Boliviana 06/06/1976 Argentina S/D S/D S/D S/D Desaparecido S/D<br />

Uruguaya -<br />

Italiana<br />

09/06/1976 Argentina<br />

Uruguaya 09/06/1976 Argentina<br />

Coordinación<br />

Federal,<br />

Automotores<br />

Orletti<br />

Coordinación<br />

Federal,<br />

Automotores<br />

Orletti<br />

S/D S/D S/D Desaparecido<br />

Uruguay S/D, SID Sí Liberado PVP<br />

FAU, ROE,<br />

FEUU, CNT,<br />

PVP<br />

Muñiz, Luis Y<br />

Hugo<br />

Varón<br />

(S/D)<br />

Uruguaya 09/06/1976 Argentina S/D S/D S/D S/D Liberado S/D<br />

Falero Ferrari,<br />

Brenda Orlinda<br />

Mujer<br />

(S/D)<br />

Uruguaya 09/06/1976 Argentina<br />

Automotores<br />

Orletti<br />

Liberado<br />

Pérez Rossini,<br />

Washington<br />

Varón<br />

(S/D)<br />

Uruguaya 13/06/1976 Argentina<br />

Automotores<br />

Orletti<br />

Liberado ROE<br />

Rojas, Oscar<br />

Luis<br />

Varón<br />

(21)<br />

Argentina 14/06/1976 Paraguay<br />

DIP, comisaria<br />

de Fernando<br />

de la Moca,<br />

Emboscada<br />

Argentina S/D Sí Desaparecido S/D<br />

Martínez<br />

Addiego, María<br />

del Carmen<br />

Mujer<br />

(S/D)<br />

Uruguaya 15/06/1976 Argentina<br />

Automotores<br />

Orletti<br />

Liberado GAU<br />

<strong>Operación</strong> <strong>Cóndor</strong>. 40 años después<br />

267


anexos documentales<br />

Apellido y<br />

nombres<br />

Méndez<br />

Donadio, José<br />

Hugo<br />

González<br />

Cardozo, Jorge<br />

Raúl<br />

Rodríguez<br />

Rodríguez,<br />

Julio Oscar<br />

César<br />

Pérez Lutz,<br />

Elizabeth<br />

Candia Correa,<br />

Francisco<br />

Edgardo<br />

Rodríguez<br />

Larreta<br />

Martínez,<br />

Enrique<br />

Villa Isola,<br />

Efraín Fernando<br />

Biedma<br />

Schadewaldt,<br />

Patricio<br />

Tobar Avilés,<br />

Lorenzo<br />

Homero<br />

Orellana<br />

Castro, Miguel<br />

Iván<br />

González De<br />

La Vega, Oscar<br />

Hugo<br />

Valladares<br />

Caroca, Julio<br />

del Tránsito<br />

Sexo<br />

(edad)<br />

Varón<br />

(31)<br />

Varón<br />

(S/D)<br />

Varón<br />

(20)<br />

Mujer<br />

(S/D)<br />

Varón<br />

(40)<br />

Varón<br />

(26)<br />

Varón<br />

(34)<br />

Varón<br />

(30)<br />

Varón<br />

(24)<br />

Varón<br />

(27)<br />

Varón<br />

(25)<br />

Varón<br />

(28)<br />

Nacionalidad<br />

Fecha de<br />

detención<br />

País 1 de<br />

detención<br />

Uruguaya 15/06/1976 Argentina<br />

Centro(s) de<br />

detención<br />

Automotores<br />

Orletti<br />

País 2 de<br />

detención<br />

Centro(s) de<br />

detención<br />

Traslado<br />

ilegal a<br />

otro país<br />

Fecha de asesinato o tentativa<br />

de asesinato y lugar<br />

Condición Militancia<br />

S/D S/D S/D Desaparecido<br />

GAU, FA,<br />

COA, COT,<br />

CNT,<br />

Uruguaya 15/06/1976 Argentina<br />

Automotores<br />

Orletti<br />

Uruguay<br />

300 Carlos R, SID,<br />

Penal de Libertad Sí Liberado MLN-T<br />

Uruguaya 15/06/1976 Argentina<br />

Automotores<br />

Orletti<br />

S/D S/D S/D Desaparecido ROE, PVP<br />

Uruguaya 15/06/1976 Argentina<br />

Automotores<br />

Orletti<br />

Uruguay 300 Carlos R Sí Liberado<br />

Uruguaya 17/06/1976 Argentina<br />

Automotores<br />

Orletti<br />

S/D S/D S/D Desaparecido<br />

PCU, FA,<br />

COT, CNT<br />

Uruguaya 30/06/1976 Argentina<br />

Automotores<br />

Orletti<br />

Uruguay<br />

300 Carlos R, SID,<br />

Penal de Libertad Sí Liberado PVP<br />

Argentina 01/07/1976 Bolivia S/D Argentina<br />

Argentina Julio 1976 Argentina<br />

S/D y<br />

Automotores<br />

Orletti<br />

Automotores<br />

Orletti<br />

Sí Desaparecido FUN, PRT<br />

Desaparecido MIR<br />

Chilena Julio 1976 Argentina<br />

Automotores<br />

Orletti<br />

S/D S/D S/D Desaparecido MIR, PRT<br />

Chilena Julio 1976 Argentina S/D S/D S/D S/D Desaparecido MIR, PRT-ERP<br />

Boliviana Julio 1976 Bolivia<br />

DOP de<br />

Cochabamba<br />

Argentina S/D Sí Desaparecido PRTB<br />

Chilena 02/07/1976 Bolivia<br />

Cárcel de<br />

San Pedro,<br />

“el Panóptico<br />

Nacional”<br />

Chile 4 Álamos Sí Desaparecido PSC<br />

268


anexos documentales<br />

Apellido y<br />

nombres<br />

Sexo<br />

(edad)<br />

Nacionalidad<br />

Fecha de<br />

detención<br />

País 1 de<br />

detención<br />

Gayoso<br />

Jauregui,<br />

Cecilia Irene<br />

Soliño Platero,<br />

Mónica<br />

Altuna Facal,<br />

Raúl<br />

Quadros<br />

Herrera, Ana<br />

Inés<br />

Dean<br />

Bermúdez,<br />

Nelson<br />

Eduardo<br />

Díaz Berdayes,<br />

José Félix<br />

López Burgos,<br />

Sergio<br />

Maceiro, Asilú<br />

Méndez<br />

Lompodio, Sara<br />

Rita<br />

Michelini Delle<br />

Piane, María<br />

Margarita<br />

Rama Molla,<br />

María Elba<br />

Mujer<br />

(S/D)<br />

Mujer<br />

(S/D)<br />

Varón<br />

(S/D)<br />

Mujer<br />

(S/D)<br />

Varón<br />

(S/D)<br />

Varón<br />

(29)<br />

Varón<br />

(S/D)<br />

Mujer<br />

(S/D)<br />

Mujer<br />

(S/D)<br />

Mujer<br />

(S/D)<br />

Mujer<br />

(S/D)<br />

Uruguaya 09/07/1976 Argentina<br />

Uruguaya 09/07/1976 Argentina<br />

Uruguaya 13/07/1976 Argentina<br />

Uruguaya 13/07/1976 Argentina<br />

Uruguaya 13/07/1976 Argentina<br />

Uruguaya 13/07/1976 Argentina<br />

Uruguaya 13/07/1976 Argentina<br />

Uruguaya 13/07/1976 Argentina<br />

Uruguaya 13/07/1976 Argentina<br />

Uruguaya 13/07/1976 Argentina<br />

Uruguaya 13/07/1976 Argentina<br />

Duarte Luján,<br />

León Gualberto<br />

Varón<br />

(48)<br />

Uruguaya 13/07/1976 Argentina<br />

Gatti Méndez,<br />

Simón Antonio<br />

Varón<br />

(21 días)<br />

Argentina 13/07/1976 Argentina<br />

Cadenas<br />

Ravela, Alicia<br />

Raquel<br />

Mujer<br />

(26)<br />

Uruguaya 14/07/1976 Argentina<br />

<strong>Operación</strong> <strong>Cóndor</strong>. 40 años después<br />

Centro(s) de<br />

detención<br />

Automotores<br />

Orletti<br />

Automotores<br />

Orletti<br />

Automotores<br />

Orletti<br />

Automotores<br />

Orletti<br />

Automotores<br />

Orletti<br />

Automotores<br />

Orletti<br />

Automotores<br />

Orletti<br />

Automotores<br />

Orletti<br />

Automotores<br />

Orletti<br />

Automotores<br />

Orletti<br />

Automotores<br />

Orletti<br />

Automotores<br />

Orletti<br />

Automotores<br />

Orletti<br />

País 2 de<br />

detención<br />

Centro(s) de<br />

detención<br />

Traslado<br />

ilegal a<br />

otro país<br />

Fecha de asesinato o tentativa<br />

de asesinato y lugar<br />

Condición Militancia<br />

Uruguay 300 Carlos R, SID Sí Liberado PVP<br />

Uruguay 300 Carlos R, SID Sí Liberado PVP<br />

Uruguay<br />

300 Carlos R, SID,<br />

Penal de Libertad Sí Liberado PVP<br />

Uruguay 300 Carlos R, SID Sí Liberado PVP<br />

Uruguay<br />

300 Carlos R, SID,<br />

Penal de Libertad Sí Liberado PVP<br />

Uruguay 300 Carlos R, SID Sí Liberado PVP<br />

Uruguay 300 Carlos R, SID Sí Liberado PVP<br />

Uruguay 300 Carlos R, SID Sí Liberado PVP<br />

Uruguay 300 Carlos R, SID Sí Liberado PVP<br />

Uruguay 300 Carlos R, SID Sí Liberado PVP<br />

Uruguay 300 Carlos R, SID Sí Liberado PVP<br />

Uruguay 300 Carlos R, SID Sí Liberado<br />

ROE, CNT,<br />

PVP<br />

Identidad<br />

recuperada<br />

Uruguay 300 Carlos R, SID Sí Liberado PVP<br />

269


anexos documentales<br />

Apellido y<br />

nombres<br />

Nogueira<br />

Pauillier, Raquel<br />

Salvo, Ana<br />

María<br />

Soto Loureiro,<br />

Ariel<br />

Zahn Freire,<br />

Edelweiss<br />

Rodríguez<br />

Larreta Piera,<br />

Enrique<br />

Anzalone<br />

Cantoni, Laura<br />

Haydee<br />

Sáenz Bernal,<br />

Reinaldo Lásaro<br />

Anzalone,<br />

Ernesto<br />

Petrides, Marta<br />

Lubián Peláez,<br />

Víctor Hugo<br />

Zina Figueredo,<br />

Gastón<br />

Tamburini,<br />

Guillermo<br />

Vargas Orozco,<br />

Jhonny<br />

Benítez,<br />

Florencio<br />

Fernández,<br />

Clara Haydee<br />

Elgueta Díaz,<br />

Luis Enrique<br />

Sexo<br />

(edad)<br />

Mujer<br />

(S/D)<br />

Mujer<br />

(22)<br />

Varón<br />

(S/D)<br />

Mujer<br />

(35)<br />

Varón<br />

(55)<br />

Mujer<br />

(22)<br />

Varón<br />

(24)<br />

Varón<br />

(18 meses)<br />

Mujer<br />

(22)<br />

Varón<br />

(23)<br />

Varón<br />

(21)<br />

Varón<br />

(32)<br />

Varón<br />

(24)<br />

Varón<br />

(45)<br />

Mujer<br />

(25)<br />

Varón<br />

(23)<br />

Nacionalidad<br />

Fecha de<br />

detención<br />

País 1 de<br />

detención<br />

Centro(s) de<br />

detención<br />

País 2 de<br />

detención<br />

Centro(s) de<br />

detención<br />

Traslado<br />

ilegal a<br />

otro país<br />

Fecha de asesinato o tentativa<br />

de asesinato y lugar<br />

Condición Militancia<br />

Uruguaya 14/07/1976 Argentina<br />

Uruguaya 14/07/1976 Argentina<br />

Uruguaya 14/07/1976 Argentina<br />

Uruguaya 14/07/1976 Argentina<br />

Automotores<br />

Orletti<br />

Automotores<br />

Orletti<br />

Automotores<br />

Orletti<br />

Automotores<br />

Orletti<br />

Uruguay 300 Carlos R, SID Sí Liberado PVP<br />

Uruguay 300 Carlos R, SID Sí Liberado PVP<br />

Uruguay 300 Carlos R, SID Sí Liberado PVP<br />

Uruguay 300 Carlos R, SID Sí Liberado PVP<br />

Uruguaya 14/07/1976 Argentina<br />

Automotores<br />

Orletti<br />

Uruguay 300 Carlos R, SID Sí Liberado S/D<br />

Uruguaya 14/07/1976 Argentina<br />

Automotores<br />

Orletti<br />

Uruguay 300 Carlos R, SID Sí Liberado S/D<br />

Boliviana 14/07/1976 Argentina La Perla S/D S/D S/D Desaparecido Sindicalista<br />

Uruguaya 14/07/1976 Argentina Localizado<br />

Uruguaya 15/07/1976 Argentina<br />

Uruguaya 15/07/1976 Argentina<br />

Uruguaya 15/07/1976 Argentina<br />

Automotores<br />

Orletti<br />

Automotores<br />

Orletti<br />

Automotores<br />

Orletti<br />

Uruguay 300 Carlos R, SID Sí Liberado PVP<br />

Uruguay 300 Carlos R, SID Sí Liberado PVP<br />

Uruguay 300 Carlos R, SID Sí Liberado PVP<br />

Argentina 16/07/1976 Argentina S/D Desaparecido MIR<br />

Boliviana -<br />

Argentina<br />

21/07/1976 Argentina Guerrero S/D S/D S/D Desaparecido S/D<br />

Paraguaya 21/07/1976 Argentina S/D S/D S/D S/D Desaparecido S/D<br />

Argentina 27/07/1976 Argentina S/D Desaparecido JG<br />

Chilena 27/07/1976 Argentina S/D S/D S/D S/D Desaparecido MIR<br />

270


anexos documentales<br />

Apellido y<br />

nombres<br />

Sexo<br />

(edad)<br />

Nacionalidad<br />

Fecha de<br />

detención<br />

País 1 de<br />

detención<br />

Centro(s) de<br />

detención<br />

País 2 de<br />

detención<br />

Centro(s) de<br />

detención<br />

Traslado<br />

ilegal a<br />

otro país<br />

Fecha de asesinato o tentativa<br />

de asesinato y lugar<br />

Condición Militancia<br />

Fernández,<br />

Cecilia María<br />

del Carmen<br />

Ferrada, Rafael<br />

Antonio<br />

Ledesma<br />

Medina, Oscar<br />

Eladio<br />

Cejas Arias,<br />

Jesús<br />

Galañena<br />

Hernández,<br />

Cresencio<br />

Nicomedes<br />

Pichulmán<br />

Alcapán, José<br />

Francisco<br />

Camacho<br />

Osoria, Luis<br />

Alberto<br />

Carrillo<br />

Rodríguez,<br />

Fausto Augusto<br />

Zaragoza<br />

Olivares, Luis<br />

Arnaldo<br />

Gelman<br />

Schubaroff,<br />

Nora Eva<br />

Gelman<br />

Schubaroff,<br />

Marcelo Ariel<br />

Mujer<br />

(24)<br />

Varón<br />

(49)<br />

Varón<br />

(20)<br />

Varón<br />

(22)<br />

Varón<br />

(27)<br />

Varón<br />

(20)<br />

Varón<br />

(23)<br />

Varón<br />

(32)<br />

Varón<br />

(32)<br />

Mujer<br />

(19)<br />

Varón<br />

(20)<br />

Argentina 27/07/1976 Argentina S/D Desaparecido S/D<br />

Chilena 03/08/1976 Argentina S/D S/D S/D Desaparecido<br />

Paraguaya 05/08/1976 Argentina S/D S/D S/D S/D Desaparecido S/D<br />

Cubana 09/08/1976 Argentina<br />

Cubana 09/08/1976 Argentina<br />

Automotores<br />

Orletti<br />

Automotores<br />

Orletti<br />

S/D Asesinado S/D<br />

S/D Asesinado S/D<br />

Chilena 12/08/1976 Argentina S/D S/D S/D S/D Desaparecido S/D<br />

Uruguaya 15/08/1976 Argentina S/D<br />

15/08/1976<br />

Haedo<br />

Partido de Morón<br />

Provincia de Buenos Aires<br />

(Argentina)<br />

Asesinado CAT, MLN-T<br />

Paraguaya 16/08/1976 Argentina S/D Paraguay* DIP Sí Desaparecido S/D<br />

Chilena 17/08/1976 Argentina S/D S/D S/D S/D Desaparecido<br />

Argentina 24/08/1976 Argentina<br />

Argentina 24/08/1976 Argentina<br />

Automotores<br />

Orletti<br />

Liberado S/D<br />

Desaparecido<br />

con restos<br />

encontrados<br />

Delegado<br />

gremial<br />

S/D<br />

(*) Luego fue trasladado nuevamente a Argentina.<br />

<strong>Operación</strong> <strong>Cóndor</strong>. 40 años después<br />

271


anexos documentales<br />

Apellido y<br />

nombres<br />

Peredo, Luis<br />

Edgardo<br />

García<br />

Iruretagoyena<br />

Cassinelli,<br />

María Claudia<br />

Cruz Bonfiglio,<br />

Mario Jorge<br />

Betancour<br />

Garín, Walner<br />

Ademar<br />

Medina<br />

Medina, Gaspar<br />

Moscoso<br />

Espinoza, René<br />

Alejandro<br />

Lucas López,<br />

Enrique<br />

Joaquín<br />

Moffitt, Ronni<br />

Karpen<br />

Moffitt, Michael<br />

Letelier del<br />

Solar, Marcos<br />

Orlando<br />

Keim Lledó,<br />

Josefina<br />

Modesta<br />

Morales Von<br />

Pieverling, Juan<br />

Miguel<br />

Venegas<br />

Illanes, Rachel<br />

Elizabeth<br />

Sexo<br />

(edad)<br />

Varón<br />

(S/D)<br />

Mujer<br />

(19)<br />

Varón<br />

(21)<br />

Varón<br />

(24)<br />

Varón<br />

(42)<br />

Varón<br />

(27)<br />

Varón<br />

(34)<br />

Mujer<br />

(25)<br />

Varón<br />

(S/D)<br />

Varón<br />

(44)<br />

Mujer<br />

(35)<br />

Varón<br />

(29)<br />

Mujer<br />

(24)<br />

Nacionalidad<br />

Fecha de<br />

detención<br />

País 1 de<br />

detención<br />

Centro(s) de<br />

detención<br />

País 2 de<br />

detención<br />

Centro(s) de<br />

detención<br />

Traslado<br />

ilegal a<br />

otro país<br />

Fecha de asesinato o tentativa<br />

de asesinato y lugar<br />

Condición Militancia<br />

S/D 24/08/1976 Argentina<br />

Automotores<br />

Orletti<br />

Liberado S/D<br />

Uruguaya 24/08/1976 Argentina<br />

Automotores<br />

Orletti<br />

Uruguay<br />

SID, Probablemente<br />

Base<br />

Valparaíso<br />

Sí Desaparecido<br />

Uruguaya 26/08/1976 Argentina S/D S/D S/D S/D Desaparecido<br />

FAU, ROE,<br />

PVP<br />

Uruguaya 03/09/1976 Argentina S/D S/D S/D S/D Desaparecido PVP<br />

Chilena 09/09/1976 Argentina S/D S/D S/D S/D Desaparecido PSC<br />

Chilena 15/09/1976 Argentina S/D S/D S/D S/D Desaparecido S/D<br />

Uruguaya 17/09/1976 Bolivia S/D<br />

Estadounidense<br />

Estadounidense<br />

Chilena<br />

17/09/1976<br />

Ciudad de Cochabamba,<br />

(Bolivia)<br />

21/09/1976<br />

Washington D. C.<br />

(Estados Unidos)<br />

21/09/1976<br />

Washington D. C.<br />

(Estados Unidos)<br />

21/09/1976<br />

Washington D. C.<br />

(Estados Unidos)<br />

Asesinado<br />

Asesinado S/D<br />

Sobrevivió S/D<br />

Asesinado PSC<br />

MLN-T, PTB-<br />

ELN<br />

Uruguaya 23/09/1976 Argentina S/D S/D S/D S/D Desaparecido FER, PVP<br />

Uruguaya 23/09/1976 Argentina<br />

Chilena 24/09/1976 Argentina<br />

Posiblemente<br />

Automotores<br />

Orletti<br />

Comisaría de<br />

Monte Grande<br />

S/D S/D S/D Desaparecido<br />

S/D<br />

Desaparecido<br />

con restos<br />

encontrados<br />

MLN-T, FRT,<br />

FER, PVP<br />

MIR<br />

272


anexos documentales<br />

Apellido y<br />

nombres<br />

Sexo<br />

(edad)<br />

Nacionalidad<br />

Fecha de<br />

detención<br />

País 1 de<br />

detención<br />

Centro(s) de<br />

detención<br />

País 2 de<br />

detención<br />

Centro(s) de<br />

detención<br />

Traslado<br />

ilegal a<br />

otro país<br />

Fecha de asesinato o tentativa<br />

de asesinato y lugar<br />

Condición Militancia<br />

Stamponi<br />

Corinaldesi,<br />

Luis Faustino<br />

Mechoso<br />

Méndez,<br />

Alberto Cecilio<br />

Tejera Llovet,<br />

Raúl Néstor<br />

Errandonea<br />

Salvia, Juan<br />

Pablo<br />

Soba<br />

Fernández,<br />

Adalberto<br />

Waldemar<br />

Grisonas<br />

Andrijauskaite,<br />

Victoria Lucía<br />

Kein, Josefina<br />

Modesta<br />

Islas Gatti*,<br />

María Emilia<br />

Julien Cacéres,<br />

Mario Roger<br />

Castellonese<br />

Techera, Beatriz<br />

Inés<br />

Laguna, Elena<br />

Varón<br />

(40)<br />

Varón<br />

(39)<br />

Varón<br />

(28)<br />

Varón<br />

(20)<br />

Varón<br />

(32)<br />

Mujer<br />

(31)<br />

Mujer<br />

(35)<br />

Mujer<br />

(23)<br />

Varón<br />

(33)<br />

Mujer<br />

(S/D)<br />

Mujer<br />

(S/D)<br />

Argentina -<br />

Italiana<br />

25/09/1976 Bolivia S/D Argentina S/D Sí Desaparecido PRTB<br />

Uruguaya 26/09/1976 Argentina<br />

Uruguaya 26/09/1976 Argentina<br />

Uruguaya 26/09/1976 Argentina<br />

Uruguaya 26/09/1976 Argentina<br />

Uruguaya 26/09/1976 Argentina<br />

Paraguaya 26/09/1976 Argentina<br />

Uruguaya 26/09/1976 Argentina<br />

Automotores<br />

Orletti<br />

Automotores<br />

Orletti<br />

Automotores<br />

Orletti<br />

Automotores<br />

Orletti<br />

Automotores<br />

Orletti<br />

Automotores<br />

Orletti<br />

Automotores<br />

Orletti<br />

Desaparecido<br />

con restos<br />

encontrados<br />

S/D S/D S/D Desaparecido<br />

S/D S/D S/D Desaparecido<br />

FAU, OPR-33,<br />

FOICA, CNT,<br />

PVP<br />

FAU, OPR-33,<br />

PVP<br />

FAU, ROE,<br />

PVP<br />

S/D S/D S/D Desaparecido OPR-33, PVP<br />

S/D S/D S/D Desaparecido OPR-33, PVP<br />

S/D S/D S/D Desaparecido PVP<br />

S/D S/D S/D Desaparecido PVP<br />

Uruguaya 26/09/1976 Argentina S/D S/D S/D S/D Desaparecido<br />

Uruguaya 26/09/1976 Argentina Uruguay 300 Carlos R Sí Liberado S/D<br />

Uruguaya 26/09/1976 Argentina<br />

Automotores<br />

Orletti<br />

Uruguay 300 Carlos R Sí Liberado S/D<br />

ROE, FAU,<br />

OPR-33, PVP<br />

Julién Grisonas,<br />

Anatole Boris<br />

Varón<br />

(4)<br />

Uruguaya 26/09/1976 Argentina<br />

Automotores<br />

Orletti<br />

Uruguay SID Sí<br />

Identidad<br />

recuperada<br />

Julién Grisonas,<br />

Victoria<br />

Mujer<br />

(16 meses)<br />

Uruguaya 26/09/1976 Argentina<br />

Automotores<br />

Orletti<br />

Uruguay SID Sí<br />

Identidad<br />

recuperada<br />

(*) Embarazada de 3 meses en el momento del secuestro.<br />

<strong>Operación</strong> <strong>Cóndor</strong>. 40 años después<br />

273


anexos documentales<br />

Apellido y<br />

nombres<br />

Soba Laguna,<br />

Sandro Alberto<br />

Soba Laguna,<br />

Tania<br />

Soba Laguna,<br />

Leonardo<br />

Zaffaroni<br />

Castilla, Jorge<br />

Roberto<br />

Zaffaroni Islas,<br />

Mariana<br />

Badell Velazco,<br />

Esteban Benito<br />

Acosta Velasco,<br />

María Eliana<br />

Cram González,<br />

Washington<br />

Trías<br />

Hernández,<br />

Cecilia Susana<br />

Badell Velazco,<br />

Julio Aníbal<br />

Prieto<br />

González,<br />

Rubén<br />

Barboza<br />

Sánchez,<br />

Beatriz Victoria<br />

Peralta Leonor,<br />

Francisco Javier<br />

Sexo<br />

(edad)<br />

Varón<br />

(8)<br />

Mujer<br />

(5)<br />

Varón<br />

(6)<br />

Varón<br />

(23)<br />

Mujer<br />

(18 meses)<br />

Varón<br />

(32)<br />

Mujer<br />

(34)<br />

Varón<br />

(27)<br />

Mujer<br />

(22)<br />

Varón<br />

(37)<br />

Varón<br />

(24)<br />

Mujer<br />

(25)<br />

Varón<br />

(S/D)<br />

Nacionalidad<br />

Fecha de<br />

detención<br />

País 1 de<br />

detención<br />

Centro(s) de<br />

detención<br />

Uruguaya 26/09/1976 Argentina<br />

Automotores<br />

Orletti<br />

Uruguaya 26/09/1976 Argentina<br />

Automotores<br />

Orletti<br />

Uruguaya 26/09/1976 Argentina<br />

Automotores<br />

Orletti<br />

Uruguaya 27/09/1976 Argentina<br />

Automotores<br />

Orletti<br />

Uruguaya -<br />

Argentina<br />

27/09/1976 Argentina<br />

Automotores<br />

Orletti<br />

Argentina 28/09/1976 Argentina Pozo de Arana<br />

Chilena 28/09/1976 Argentina<br />

BIM 3, Pozo de<br />

Arana, Pozo de<br />

Quilmes<br />

Uruguaya 28/09/1976 Argentina<br />

Automotores<br />

Orletti<br />

Uruguaya 28/09/1976 Argentina<br />

Posiblemente<br />

Automotores<br />

Orletti<br />

Argentina 28/09/1976 Argentina Pozo de Arana<br />

Uruguaya 30/09/1976 Argentina<br />

Automotores<br />

Orletti<br />

Uruguaya -<br />

Española<br />

30/09/1976 Argentina<br />

Automotores<br />

Orletti<br />

Española 30/09/1976 Argentina<br />

Automotores<br />

Orletti<br />

País 2 de<br />

detención<br />

Centro(s) de<br />

detención<br />

Traslado<br />

ilegal a<br />

otro país<br />

Fecha de asesinato o tentativa<br />

de asesinato y lugar<br />

Condición Militancia<br />

Uruguay 300 Carlos R Sí Liberado<br />

Uruguay 300 Carlos R Sí Liberado<br />

Uruguay 300 Carlos R Sí Liberado<br />

S/D S/D S/D Desaparecido<br />

OPR-33, PVP,<br />

AEM<br />

Identidad<br />

recuperada<br />

01/10/1976<br />

La Plata Provincia de Buenos<br />

Aires (Argentina)<br />

Asesinado PRT-ERP<br />

S/D S/D S/D Desaparecido PSC, PRT-ERP<br />

S/D S/D S/D Desaparecido ROE, PVP<br />

S/D S/D S/D Desaparecido ROE, PVP<br />

01/10/1976<br />

La Plata<br />

Provincia de Buenos Aires<br />

(Argentina)<br />

Asesinado S/D<br />

S/D S/D Sí Desaparecido<br />

FER, ROE,<br />

PVP<br />

Uruguay<br />

300 Carlos R,<br />

Penal de Punta<br />

Rieles<br />

Sí Liberado PVP<br />

Uruguay 300 Carlos R Sí Liberado S/D<br />

274


anexos documentales<br />

Apellido y<br />

nombres<br />

Sexo<br />

(edad)<br />

Nacionalidad<br />

Fecha de<br />

detención<br />

País 1 de<br />

detención<br />

Centro(s) de<br />

detención<br />

País 2 de<br />

detención<br />

Centro(s) de<br />

detención<br />

Traslado<br />

ilegal a<br />

otro país<br />

Fecha de asesinato o tentativa<br />

de asesinato y lugar<br />

Condición Militancia<br />

Fernández<br />

Amarillo, Juan<br />

Guillermo<br />

Lezama<br />

González,<br />

Rafael<br />

Laudelino<br />

Arnone<br />

Hernández,<br />

Armando<br />

Bernardo<br />

Varón<br />

(27)<br />

Varón<br />

(23)<br />

Varón<br />

(24)<br />

Uruguaya 16/09/1976 Argentina S/D S/D S/D S/D Desaparecido Montoneros<br />

Uruguaya 01/10/1976 Argentina<br />

Uruguaya -<br />

Italiana<br />

01/10/1976 Argentina<br />

Automotores<br />

Orletti<br />

Automotores<br />

Orletti<br />

S/D S/D S/D Desaparecido<br />

S/D S/D S/D Desaparecido<br />

FER, FEUU,<br />

PVP<br />

FER, FRT,<br />

PVP<br />

Carretero<br />

Cárdenas,<br />

Casimira María<br />

del Rosario<br />

Mujer<br />

(24)<br />

Uruguaya 01/10/1976 Argentina<br />

Posiblemente<br />

Automotores<br />

Orletti<br />

S/D S/D S/D Desaparecido<br />

FER, FRT,<br />

PVP<br />

Rodríguez<br />

Mercader,<br />

Carlos Alfredo<br />

Varón<br />

(26)<br />

Uruguaya 01/10/1976 Argentina S/D S/D S/D S/D Desaparecido<br />

ROE, AFUTU,<br />

PVP<br />

Chegenián<br />

Rodríguez,<br />

Segundo<br />

Varón<br />

(24)<br />

Uruguaya<br />

01-<br />

04/10/1976<br />

Argentina<br />

Automotores<br />

Orletti<br />

S/D S/D S/D Desaparecido ROE, PVP<br />

Da Silveira<br />

Chiappino,<br />

Graciela Teresa<br />

Mujer<br />

(24)<br />

Uruguaya<br />

01-<br />

04/10/1976<br />

Argentina<br />

Automotores<br />

Orletti<br />

S/D S/D S/D Desaparecido ROE, PVP<br />

Moreno<br />

Malugani,<br />

Miguel Ángel<br />

Nores<br />

Montedónico,<br />

Álvaro<br />

Recagno<br />

Ibarburu, Juan<br />

Pablo<br />

Queiro Uzal,<br />

Washington<br />

Domingo<br />

Varón<br />

(28)<br />

Varón<br />

(S/D)<br />

Varón<br />

(25)<br />

Varón<br />

(26)<br />

Uruguaya 01/10/1976 Argentina<br />

Uruguaya 02/10/1976 Argentina<br />

Uruguaya -<br />

Italiana<br />

02/10/1976 Argentina<br />

Uruguaya 04/10/1976 Argentina<br />

Automotores<br />

Orletti<br />

Automotores<br />

Orletti<br />

Automotores<br />

Orletti<br />

Automotores<br />

Orletti<br />

S/D S/D S/D Desaparecido ROE, PVP<br />

Uruguay SID Sí Liberado PVP<br />

S/D S/D S/D Desaparecido PVP, FER<br />

Uruguay SID Sí Desaparecido ROE, PVP<br />

<strong>Operación</strong> <strong>Cóndor</strong>. 40 años después<br />

275


anexos documentales<br />

Apellido y<br />

nombres<br />

Guzmán Rolon<br />

Centurión,<br />

Domingo<br />

Rodríguez<br />

Liberto, Félix<br />

Antonio<br />

Tatter Morínigo,<br />

Federico Jorge<br />

Campos Ruiz,<br />

Daniel<br />

Gelman,<br />

Macarena<br />

Epelbaum<br />

Stopolsky, Lila<br />

Epelbaum<br />

Stopolsky,<br />

Claudio<br />

Cubillos<br />

Maturana,<br />

Salvador<br />

Corinaldesi<br />

Tarresi, Mafalda<br />

Marques<br />

Goulart, João<br />

Belchior<br />

Hernández<br />

Machado,<br />

Carlos Julián<br />

Seminario<br />

Preciado,<br />

Carlos Alberto<br />

Sexo<br />

(edad)<br />

Varón<br />

(21)<br />

Varón<br />

(22)<br />

Varón<br />

(54)<br />

Varón<br />

(S/D)<br />

Mujer<br />

(nacido en<br />

cautiverio)<br />

Mujer<br />

(20)<br />

Varón<br />

(23)<br />

Varón<br />

(24)<br />

Mujer<br />

(S/D)<br />

Varón<br />

(58)<br />

Varón<br />

(35)<br />

Varón<br />

(44)<br />

Nacionalidad<br />

Fecha de<br />

detención<br />

País 1 de<br />

detención<br />

Centro(s) de<br />

detención<br />

País 2 de<br />

detención<br />

Centro(s) de<br />

detención<br />

Traslado<br />

ilegal a<br />

otro país<br />

Fecha de asesinato o tentativa<br />

de asesinato y lugar<br />

Condición Militancia<br />

Paraguaya 14/10/1976 Argentina RIM 29 Paraguay DIP, Emboscada Sí Liberado JAC<br />

Uruguaya 14/10/1976 Argentina S/D<br />

Desaparecido<br />

con restos<br />

encontrados<br />

PCA<br />

Paraguaya 15/10/1976 Argentina S/D S/D S/D S/D Desaparecido S/D<br />

Paraguaya 17/10/1976 Argentina ESMA Paraguay DIP Sí Liberado S/D<br />

Uruguaya Uruguay<br />

Probablemente<br />

Base Valparaíso<br />

Identidad<br />

recuperada<br />

Argentina 04/11/1976 Uruguay S/D Argentina El Banco Sí<br />

Desaparecido<br />

con restos<br />

encontrados<br />

S/D<br />

Argentina 04/11/1976 Uruguay S/D Argentina El Banco Sí Desaparecido S/D<br />

Chilena 10/11/1976 Argentina S/D S/D S/D S/D Desaparecido S/D<br />

Argentina -<br />

Italiana<br />

19/11/1976 Argentina S/D S/D S/D S/D Desaparecido S/D<br />

Brasileña<br />

Uruguaya 31/12/1976 Argentina S/D<br />

06/12/1976<br />

Provincia de Corrientes<br />

(Argentina)<br />

Presumiblemente el<br />

31/12/1976<br />

Ciudad de Buenos Aires<br />

(Argentina)<br />

Asesinado PTB<br />

Desaparecido<br />

MLN-T,<br />

MLN-TP<br />

Peruana 01/01/1977 Argentina S/D S/D S/D S/D Desaparecido S/D<br />

276


anexos documentales<br />

Apellido y<br />

nombres<br />

Sexo<br />

(edad)<br />

Nacionalidad<br />

Fecha de<br />

detención<br />

País 1 de<br />

detención<br />

Centro(s) de<br />

detención<br />

País 2 de<br />

detención<br />

Centro(s) de<br />

detención<br />

Traslado<br />

ilegal a<br />

otro país<br />

Fecha de asesinato o tentativa<br />

de asesinato y lugar<br />

Condición Militancia<br />

Delard<br />

Cabezas,<br />

Carmen<br />

Angélica<br />

Cristi Melero,<br />

Roberto<br />

Delard<br />

Cabezas, Gloria<br />

Ximena<br />

Mujer<br />

(24)<br />

Varón<br />

(26)<br />

Mujer<br />

(23)<br />

Chilena 10/01/1977 Argentina S/D S/D S/D S/D Desaparecido MIR<br />

Chilena 17/01/1977 Argentina ESMA S/D S/D S/D Desaparecido MIR<br />

Chilena 17/01/1977 Argentina S/D S/D S/D S/D Desaparecido MIR<br />

Cabrera Maíz,<br />

Esteban<br />

Varón<br />

(S/D)<br />

Paraguaya 18/01/1977 Argentina S/D Paraguay DIP, Emboscada Sí Liberado PCP<br />

Cabrera, Lidia<br />

Esther<br />

Mujer<br />

(29)<br />

Argentina 18/01/1977 Argentina S/D Paraguay DIP, Emboscada Sí Liberado PCP<br />

Franco<br />

Benegas,<br />

Eduardo Sotero<br />

Appel De La<br />

Cruz, José Luis<br />

Franco<br />

Benegas, S/D<br />

Franco<br />

Benegas, S/D<br />

Vera Báez,<br />

Cástulo<br />

Penayo<br />

Ferreyra, Juan<br />

José<br />

Goiburú<br />

Giménez,<br />

Agustín<br />

Varón<br />

(33)<br />

Varón<br />

(25)<br />

Mujer<br />

(2)<br />

Mujer<br />

(10 meses)<br />

Varón<br />

(33)<br />

Varón<br />

(52)<br />

Varón<br />

(46)<br />

Paraguaya 18/01/1977 Argentina S/D Paraguay DIP, Emboscada Sí Liberado PCP<br />

Chilena 18/01/1977 Argentina S/D S/D S/D S/D Desaparecido S/D<br />

Paraguaya 18/01/1977 Argentina S/D Liberado<br />

Paraguaya 18/01/1977 Argentina S/D Liberado<br />

Paraguaya 28/01/1977 Argentina S/D Paraguay DIP Sí Desaparecido S/D<br />

Paraguaya 28/01/1977 Argentina S/D Paraguay DIP Sí Desaparecido S/D<br />

Paraguaya 09/02/1977 Argentina<br />

Cuartel de la<br />

Fuerza Aérea de<br />

Entre Ríos<br />

Paraguay<br />

DIP, Estado Mayor<br />

del Ejército<br />

Sí Desaparecido MOPOCO<br />

Gándara<br />

Castroman,<br />

Elba Lucía<br />

Mujer<br />

(34)<br />

Uruguaya 18/02/1977 Argentina<br />

Departamento<br />

Central de Policía<br />

Motorizada,<br />

El Banco,<br />

El Vesubio<br />

S/D S/D S/D Desaparecido<br />

JP, Montoneros<br />

<strong>Operación</strong> <strong>Cóndor</strong>. 40 años después<br />

277


anexos documentales<br />

Apellido y<br />

nombres<br />

Flores Ugarte,<br />

Nelson del<br />

Carmen<br />

Villavicencio<br />

Calderón, Jorge<br />

Hernán<br />

Tejera Llovet,<br />

María Isabel<br />

Ibarbia Corassi,<br />

María Angélica<br />

Insausti Tironi,<br />

Juan Carlos<br />

Santana<br />

Escotto, Nelson<br />

Landi Gil, Dora<br />

Marta<br />

Logoluso<br />

Di Martino,<br />

Alejandro José<br />

Inzaurralde<br />

Melgar,<br />

Gustavo Edison<br />

Sagaute<br />

Herrera, Jorge<br />

Ramírez Olmos,<br />

Julio César<br />

Maguid Mas,<br />

Carlos Alberto<br />

Sexo<br />

(edad)<br />

Varón<br />

(31)<br />

Varón<br />

(38)<br />

Mujer<br />

(S/D)<br />

Mujer<br />

(46)<br />

Varón<br />

(58)<br />

Varón<br />

(27)<br />

Mujer<br />

(22)<br />

Varón<br />

(20)<br />

Varón<br />

(34)<br />

Varón<br />

(51)<br />

Varón<br />

(22)<br />

Varón<br />

(34)<br />

Nacionalidad<br />

Fecha de<br />

detención<br />

País 1 de<br />

detención<br />

Centro(s) de<br />

detención<br />

País 2 de<br />

detención<br />

Centro(s) de<br />

detención<br />

Traslado<br />

ilegal a<br />

otro país<br />

Fecha de asesinato o tentativa<br />

de asesinato y lugar<br />

Condición Militancia<br />

Chilena 19/02/1977 Argentina S/D S/D S/D S/D Desaparecido MIR<br />

Boliviana 25/02/1977 Argentina<br />

Brigada de<br />

Investigaciones<br />

de Tucumán<br />

07/04/1978<br />

Unidad penal 2 de Sierra<br />

Chica, Partido de Olavarría,<br />

Provincia de Buenos<br />

Aires (Argentina)<br />

Asesinado S/D<br />

Uruguaya Marzo 1977 Argentina Club Atlético Liberado S/D<br />

Uruguaya 18/03/1977 Argentina S/D<br />

Uruguaya 18/03/1977 Argentina S/D<br />

Uruguaya 28/03/1977 Paraguay<br />

Dirección de<br />

Vigilancia y<br />

Delitos, DIP<br />

19/03/1977<br />

Partido de Vicente López,<br />

Provincia de Buenos Aires<br />

(Argentina)<br />

19/03/1977<br />

Partido de Vicente López,<br />

Provincia de Buenos Aires<br />

(Argentina)<br />

Asesinado PCU, FA<br />

Asesinado PCU, FA<br />

Argentina Club Atlético Sí Desaparecido ROE, PVP<br />

Argentina 29/03/1977 Paraguay DIP Argentina S/D Sí Desaparecido S/D<br />

Argentina 29/03/1977 Paraguay DIP Argentina S/D Sí Desaparecido S/D<br />

Uruguaya 28/03/1977 Paraguay<br />

Dirección de<br />

Vigilancia y<br />

Delitos, DIP<br />

Argentina Club Atlético Sí Desaparecido ROE, PVP<br />

Chilena 06/04/1977 Argentina S/D S/D S/D S/D Desaparecido S/D<br />

Argentina 11/04/1977 Perú S/D S/D S/D S/D Desaparecido Montoneros<br />

Argentina 12/04/1977 Perú<br />

Dependencias<br />

del Ministerio de<br />

Guerra<br />

Argentina ESMA Sí Desaparecido Montoneros<br />

278


anexos documentales<br />

Apellido y<br />

nombres<br />

Sexo<br />

(edad)<br />

Nacionalidad<br />

Fecha de<br />

detención<br />

País 1 de<br />

detención<br />

Centro(s) de<br />

detención<br />

País 2 de<br />

detención<br />

Centro(s) de<br />

detención<br />

Traslado<br />

ilegal a<br />

otro país<br />

Fecha de asesinato o tentativa<br />

de asesinato y lugar<br />

Condición Militancia<br />

Gonçalves<br />

Busconi, Jorge<br />

Felisberto<br />

Athanasiu<br />

Laschan, Pablo<br />

Germán<br />

Bellizzi Bellizzi,<br />

Andrés<br />

Humberto<br />

Domingo<br />

Suárez<br />

Balladares,<br />

Erasmo<br />

Sosa Valdéz,<br />

Luján Alcides<br />

García<br />

Calcagno,<br />

Germán Nelson<br />

Rodríguez,<br />

Blanca<br />

Margarita<br />

Nell Granda,<br />

José Luis<br />

Jaccard Siegler,<br />

Alexei Vladimir<br />

Leder Maier,<br />

Marcos<br />

Varón<br />

(35)<br />

Varón<br />

(5 meses)<br />

Varón<br />

(24)<br />

Varón<br />

(36)<br />

Varón<br />

(19)<br />

Varón<br />

(26)<br />

Mujer<br />

(53)<br />

Varón<br />

(68)<br />

Varón<br />

(25)<br />

Varón<br />

(70)<br />

Uruguaya 14/04/1977 Argentina S/D S/D S/D S/D Desaparecido UJC, PVP<br />

Chilena -<br />

Argentina<br />

Uruguaya -<br />

Italiana<br />

15/04/1977 Argentina S/D<br />

19/04/1977 Argentina<br />

Posiblemente<br />

Club Atlético<br />

Identidad<br />

recuperada<br />

S/D S/D S/D Desaparecido PVP<br />

Boliviana 21/04/1977 Argentina El Campito S/D S/D S/D Desaparecido Sindicalista<br />

Uruguaya 23/04/1977 Argentina S/D S/D S/D S/D Desaparecido S/D<br />

Uruguaya 12/05/1977 Argentina S/D S/D S/D S/D Desaparecido MLN-T<br />

Uruguaya 16/05/1977 Argentina S/D S/D S/D S/D Desaparecido S/D<br />

Argentina 16/05/1977 Paraguay<br />

Dirección de<br />

Vigilancia y<br />

Delitos, DIP<br />

Argentina S/D Sí Desaparecido Montoneros<br />

Chilena - Suiza 16/05/1977 Argentina ESMA S/D S/D S/D Desaparecido PCCH<br />

Argentina 16/05/1977 Argentina S/D Desaparecido PCA<br />

Ramírez<br />

Herrera,<br />

Ricardo Ignacio<br />

Varón<br />

(40)<br />

Chilena 16/05/1977 Argentina S/D Chile<br />

Cuartel Simón<br />

Bolívar<br />

Sí<br />

Desaparecido<br />

con restos<br />

encontrados<br />

PCCH<br />

Velásquez<br />

Mardones,<br />

Héctor Ernaldo<br />

Leder Barg,<br />

Mauricio<br />

Varón<br />

(35)<br />

Varón<br />

(38)<br />

Chilena 16/05/1977 Argentina S/D S/D S/D S/D Desaparecido PCCH<br />

Argentina -<br />

Polaca<br />

17/05/1977 Argentina S/D Desaparecido PCA<br />

<strong>Operación</strong> <strong>Cóndor</strong>. 40 años después<br />

279


anexos documentales<br />

Apellido y<br />

nombres<br />

Clar Glaser,<br />

Mario Cesar<br />

Clar, Sergio<br />

Andrés<br />

Navarrete<br />

Navarrete,<br />

María Isabel<br />

Alonso Blanco<br />

De Hueravilo,<br />

Mirta Mónica<br />

Hueravilo<br />

Saavedra,<br />

Oscar Lautaro<br />

Gómez Feans,<br />

Ricardo Isidro<br />

Román De<br />

Iglesias,<br />

Carmen<br />

Candelaria<br />

Arano Basterra,<br />

Juan Césareo<br />

Cervera Novo,<br />

Luis Justo<br />

Augusto<br />

Domínguez,<br />

Juan Carlos<br />

Lamotta,<br />

Miguel<br />

Prado,<br />

Miguel A.<br />

Cordano López,<br />

Humberto<br />

Pessa Mois,<br />

Mathilde<br />

Sexo<br />

(edad)<br />

Varón<br />

(46)<br />

Varón<br />

(22)<br />

Mujer<br />

(24)<br />

Mujer<br />

(23)<br />

Varón<br />

(23)<br />

Varón<br />

(35)<br />

Mujer<br />

(35)<br />

Varón<br />

(49)<br />

Varón<br />

(50)<br />

Varón<br />

(S/D)<br />

Varón<br />

(S/D)<br />

Varón<br />

(S/D)<br />

Varón<br />

(25)<br />

Mujer<br />

(42)<br />

Nacionalidad<br />

Fecha de<br />

detención<br />

País 1 de<br />

detención<br />

Centro(s) de<br />

detención<br />

País 2 de<br />

detención<br />

Centro(s) de<br />

detención<br />

Traslado<br />

ilegal a<br />

otro país<br />

Fecha de asesinato o tentativa<br />

de asesinato y lugar<br />

Condición Militancia<br />

Argentina 17/05/1977 Argentina S/D Desaparecido PCA<br />

Argentina 17/05/1977 Argentina S/D Desaparecido PCA<br />

Chilena 17/05/1977 Argentina S/D S/D S/D S/D Desaparecido PCCH<br />

Chilena 19/05/1977 Argentina ESMA S/D S/D S/D Desaparecido PCCH<br />

Chilena 19/05/1977 Argentina ESMA S/D S/D S/D Desaparecido S/D<br />

Argentina 20/05/1977 Argentina S/D Desaparecido PCA<br />

Argentina 20/05/1977 Argentina S/D Desaparecido PCA<br />

Argentina 20/05/1977 Argentina S/D Desaparecido PCA<br />

Argentina -<br />

Española<br />

20/05/1977 Argentina S/D Desaparecido PCA<br />

Argentina 20/05/1977 Argentina S/D Liberado PCA<br />

Argentina 20/05/1977 Argentina S/D Liberado PCA<br />

Argentina 20/05/1977 Argentina S/D Liberado PCA<br />

Chilena 23/05/1977 Argentina S/D S/D S/D S/D Desaparecido PCCH<br />

Chilena 29/05/1977 Argentina S/D Chile<br />

Cuartel Simón<br />

Bolívar<br />

Sí<br />

Desaparecido<br />

con restos<br />

encontrados<br />

S/D<br />

280


anexos documentales<br />

Apellido y<br />

nombres<br />

Sexo<br />

(edad)<br />

Nacionalidad<br />

Fecha de<br />

detención<br />

País 1 de<br />

detención<br />

Centro(s) de<br />

detención<br />

País 2 de<br />

detención<br />

Centro(s) de<br />

detención<br />

Traslado<br />

ilegal a<br />

otro país<br />

Fecha de asesinato o tentativa<br />

de asesinato y lugar<br />

Condición Militancia<br />

Stoulman<br />

Bortnik, Jacobo<br />

Robatto, Edison<br />

Eduardo<br />

Rojas Fajardo,<br />

Hernán Artemio<br />

Muñoz<br />

Barbachán,<br />

José Luis<br />

Luppi Mazzone,<br />

Mary Norma<br />

De Gouveia<br />

Gallo, Graciela<br />

Susana<br />

Michelena<br />

Bastarrica, José<br />

Enrique<br />

Potenza, José<br />

Agustín<br />

Hernández<br />

Hobbas, Beatriz<br />

Lourdes<br />

Hernández<br />

Hobbas,<br />

Washington<br />

Fernando<br />

Magnet<br />

Ferrero, María<br />

Cecilia<br />

Martínez<br />

Santoro, Luis<br />

Fernando<br />

Varón<br />

(42)<br />

Varón<br />

(S/D)<br />

Varón<br />

(32)<br />

Varón<br />

(27)<br />

Mujer<br />

(41)<br />

Mujer<br />

(26)<br />

Varón<br />

(28)<br />

Varón<br />

(52)<br />

Mujer<br />

(16)<br />

Varón<br />

(15)<br />

Mujer<br />

(27)<br />

Varón<br />

(26)<br />

Chilena 29/05/1977 Argentina S/D Chile<br />

Uruguaya 03/06/1977 Argentina S/D Uruguay<br />

Cuartel Simón<br />

Bolívar<br />

Batallón de<br />

Infantería Nº 7<br />

Sí<br />

Desaparecido<br />

con restos<br />

encontrados<br />

S/D<br />

Sí Desaparecido S/D<br />

Chilena 07/06/1977 Argentina S/D S/D S/D S/D Desaparecido PCCH<br />

Uruguaya 09/06/1977 Argentina<br />

Uruguaya 10/06/1977 Argentina<br />

Automotores<br />

Orletti<br />

Posiblemente<br />

ESMA<br />

Liberado<br />

S/D S/D S/D Desaparecido FA, UAL<br />

Uruguaya 14/06/1977 Argentina S/D S/D S/D S/D Desaparecido GAU, FA<br />

Uruguaya 14/06/1977 Argentina Pozo de Banfield S/D S/D S/D Desaparecido<br />

Argentina 14/06/1977 Paraguay DIP S/D S/D S/D Desaparecido S/D<br />

Uruguaya 05/07/1977 Argentina S/D S/D S/D S/D Desaparecido<br />

Uruguaya 06/07/1977. Argentina S/D S/D S/D S/D Desaparecido<br />

Chilena 16/07/1977 Argentina S/D S/D S/D S/D Desaparecido MAPU<br />

Uruguaya 29/07/1977 Argentina Pozo de Banfield S/D S/D S/D Desaparecido<br />

GAU, FA,<br />

AEBU, CNT<br />

GAU, FA,<br />

UAL<br />

Alfaro Vázquez,<br />

Daniel Pedro<br />

Varón<br />

(30)<br />

Uruguaya 11/08/1977 Argentina<br />

Posiblemente<br />

Seguridad<br />

Federal<br />

S/D S/D S/D Desaparecido<br />

<strong>Operación</strong> <strong>Cóndor</strong>. 40 años después<br />

281


anexos documentales<br />

Apellido y<br />

nombres<br />

Sexo<br />

(edad)<br />

Nacionalidad<br />

Fecha de<br />

detención<br />

País 1 de<br />

detención<br />

Centro(s) de<br />

detención<br />

País 2 de<br />

detención<br />

Centro(s) de<br />

detención<br />

Traslado<br />

ilegal a<br />

otro país<br />

Fecha de asesinato o tentativa<br />

de asesinato y lugar<br />

Condición Militancia<br />

Burgueño<br />

Pereyra, Ada<br />

Margaret<br />

Ainie Rojas,<br />

Cherif Omar<br />

Maza Asquet<br />

(De La), José<br />

Luis<br />

Caligari, Nidia<br />

Martínez<br />

Addiego,<br />

Rubén Vicente<br />

Ballestrino<br />

de Careaga,<br />

Esther<br />

Pisarello,<br />

Rolando Ramón<br />

Dri, Jaime<br />

Feliciano<br />

Barry Ronald,<br />

Juan Alejandro<br />

Odasso<br />

Biancucci,<br />

Raquel<br />

Quiroga<br />

Souza, Rosario<br />

Evangelina<br />

Mujer<br />

(24)<br />

Varón<br />

(21)<br />

Varón<br />

(27)<br />

Mujer<br />

(S/D)<br />

Varón<br />

(31)<br />

Mujer<br />

(59)<br />

Varón<br />

(S/D)<br />

Varón<br />

(36)<br />

Varón<br />

(30)<br />

Mujer<br />

(25)<br />

Mujer<br />

(26)<br />

Uruguaya 20/08/1977 Argentina Campo de Mayo S/D S/D S/D Desaparecido MLN–T, JEC<br />

Chilena 11/09/1977 Argentina S/D S/D Desaparecido JUP<br />

Chilena 01/11/1977 Argentina S/D S/D S/D S/D Desaparecido MIR<br />

Uruguaya 27/11/1977 Argentina<br />

Uruguaya 29/11/1977 Uruguay<br />

Brigada de<br />

San Justo<br />

FUSNA,<br />

EMR Nº 1<br />

Uruguay S/D Sí Liberado MLN-T<br />

Suicidado en<br />

la carcel*<br />

Paraguaya 08/12/1977 Argentina S/D S/D S/D S/D Desaparecido<br />

Argentina 15/12/1977 Uruguay<br />

Argentina 15/12/1977 Uruguay<br />

Argentina<br />

Argentina 15/12/1977 Uruguay<br />

Argentina 15/12/1977 Uruguay<br />

Castillito de<br />

Carrasco<br />

Castillito de<br />

Carrasco<br />

Batallón de<br />

Infantería<br />

Blindado Nº 13,<br />

Penal de Punta<br />

Rieles<br />

Castillito de<br />

Carrasco<br />

Argentina ESMA Sí Liberado<br />

GAU, FA<br />

PFP, Madres<br />

de Plaza de<br />

Mayo<br />

Argentina ESMA Sí Fugado Montoneros<br />

15/12/1977,<br />

Avda. Italia a la altura del<br />

Km. 18.500,<br />

Uruguay<br />

Asesinado Montoneros<br />

Liberado Montoneros<br />

Argentina ESMA Sí Liberado Montoneros<br />

Herrero Regio,<br />

María Elvira<br />

Mujer<br />

(3)<br />

Argentina 16/12/1977 Uruguay<br />

Castillito de<br />

Carrasco<br />

Argentina ESMA Sí Liberado<br />

(*) El 20/08/1984 EMR Nº 1 (Uruguay).<br />

282


anexos documentales<br />

Apellido y<br />

nombres<br />

Sexo<br />

(edad)<br />

Nacionalidad<br />

Fecha de<br />

detención<br />

País 1 de<br />

detención<br />

Herrero Regio,<br />

María Virginia<br />

Herrero Regio,<br />

María Paula<br />

Mujer<br />

(4)<br />

Mujer<br />

(5)<br />

Argentina 16/12/1977 Uruguay<br />

Argentina 16/12/1977 Uruguay<br />

Milesi, María<br />

del Huerto<br />

Mujer<br />

(S/D)<br />

Argentina 16/12/1977 Uruguay<br />

Milesi Pisarello,<br />

María Laura<br />

Mujer<br />

(4 meses)<br />

Argentina 16/12/1977 Uruguay<br />

Mata Freixas,<br />

Susana Beatriz<br />

Mujer<br />

(29)<br />

Argentina<br />

Barry Mata,<br />

Alejandrina<br />

Mujer<br />

(2 años)<br />

Argentina 16/12/1977 Uruguay<br />

Olivera Craizoz,<br />

Luisana Beatriz<br />

Mujer<br />

(24)<br />

Argentina 16/12/1977 Uruguay<br />

Brancony<br />

Lucero, Jaime<br />

Luis<br />

Varón<br />

(36)<br />

Argentina 16/12/1977 Uruguay<br />

Estrella Ávila<br />

Borges, Miguel<br />

Ángel<br />

Varón<br />

(40)<br />

Argentina 16/12/1977 Uruguay<br />

Valladares,<br />

Carlos Augusto<br />

Varón<br />

(30)<br />

Argentina<br />

Dossetti<br />

Techeira,<br />

Edmundo<br />

Sabino<br />

Varón<br />

(25)<br />

Uruguaya 21/12/1977 Argentina<br />

(*) El 16/12/1977 Balneario Lagomar Canelones (Uruguay).<br />

<strong>Operación</strong> <strong>Cóndor</strong>. 40 años después<br />

Centro(s) de<br />

detención<br />

Castillito de<br />

Carrasco<br />

Castillito de<br />

Carrasco<br />

Castillito de<br />

Carrasco<br />

Castillito de<br />

Carrasco<br />

Castillito de<br />

Carrasco<br />

Batallón de<br />

Infantería<br />

Blindado Nº 13,<br />

Penal de Punta<br />

Rieles<br />

Batallón de<br />

Infantería<br />

Blindado Nº 13,<br />

Penal de Libertad<br />

Batallón de<br />

Infantería<br />

Blindado Nº 13,<br />

Penal de Libertad<br />

Pozo de Banfield,<br />

posiblemente<br />

COT1 Martínez<br />

País 2 de<br />

detención<br />

Centro(s) de<br />

detención<br />

Traslado<br />

ilegal a<br />

otro país<br />

Fecha de asesinato o tentativa<br />

de asesinato y lugar<br />

Condición Militancia<br />

Argentina ESMA Sí Liberado<br />

Argentina ESMA Sí Liberado<br />

Argentina ESMA Sí Liberado<br />

JP,<br />

Montoneros<br />

Argentina ESMA Sí Liberado<br />

Suicidado en<br />

el momento<br />

de su arresto*<br />

Montoneros<br />

Liberado<br />

Liberado Montoneros<br />

Liberado Montoneros<br />

Liberado Montoneros<br />

Suicidado en<br />

el momento<br />

de su arresto*<br />

Montoneros<br />

S/D S/D S/D Desaparecido GAU, FA<br />

283


anexos documentales<br />

Apellido y<br />

nombres<br />

Sexo<br />

(edad)<br />

Nacionalidad<br />

Fecha de<br />

detención<br />

País 1 de<br />

detención<br />

Centro(s) de<br />

detención<br />

País 2 de<br />

detención<br />

Centro(s) de<br />

detención<br />

Traslado<br />

ilegal a<br />

otro país<br />

Fecha de asesinato o tentativa<br />

de asesinato y lugar<br />

Condición Militancia<br />

García Ramos,<br />

Ileana Sara<br />

María<br />

Lerena Costa,<br />

Elena Paulina<br />

Bosco Muñoz,<br />

Alfredo<br />

Fernando<br />

Corchs Laviña,<br />

Alberto<br />

Borelli<br />

Cattáneo, Raúl<br />

Edgardo<br />

D’elía Pallares,<br />

Julio César<br />

Casco Ghelfi,<br />

Yolanda Iris<br />

Basualdo<br />

Noguera,<br />

Graciela Noemí<br />

Martínez<br />

Suárez, José<br />

Mario<br />

Castro Huerga,<br />

María Antonia<br />

Goycoechea<br />

Camacho,<br />

Gustavo<br />

Alejandro<br />

María<br />

Mujer<br />

(23)<br />

Mujer<br />

(30)<br />

Varón<br />

(24)<br />

Varón<br />

(32)<br />

Varón<br />

(23)<br />

Varón<br />

(31)<br />

Mujer<br />

(31)<br />

Mujer<br />

(21)<br />

Varón<br />

(34)<br />

Mujer<br />

(29)<br />

Varón<br />

(28)<br />

Uruguaya 21/12/1977 Argentina<br />

Uruguaya 21/12/1977 Argentina<br />

COT1 Martínez y<br />

Pozo de Banfield<br />

Posiblemente<br />

Pozo de Banfield<br />

S/D S/D S/D Desaparecido GAU, FA<br />

Argentina<br />

Posiblemente<br />

Pozo de Quilmes,<br />

Pozo de Banfield<br />

Sí Desaparecido GAU, FA<br />

Uruguaya 21/12/1977 Argentina Pozo de Banfield S/D S/D S/D Desaparecido<br />

Uruguaya 21/12/1977 Argentina<br />

Pozo de Banfield,<br />

Pozo de Quilmes<br />

Uruguaya 22/12/1977 Argentina COT1 Martínez Argentina<br />

Uruguaya 22/12/1977 Argentina<br />

Uruguaya 22/12/1977 Argentina<br />

Uruguaya 23/12/1977 Argentina<br />

Uruguaya 23/12/1977 Argentina<br />

Uruguaya 23/12/1977 Argentina<br />

Uruguaya 23/12/1977 Argentina<br />

COT1 Martínez,<br />

Pozo de Quilmes,<br />

Pozo de Banfield<br />

COT1 Martínez y<br />

Pozo de Banfield<br />

COT1 Martínez,<br />

Pozo de Banfield<br />

Pozo de Banfield,<br />

Pozo de Quilmes<br />

COT1 Martínez ,<br />

Pozo de Banfield<br />

y Pozo de<br />

Quilmes<br />

COT1 Martínez y<br />

Pozo de Banfield<br />

S/D S/D S/D Desaparecido<br />

Pozo de Banfield,<br />

Pozo de Quilmes<br />

GAU, FA,<br />

CECEA,<br />

FEUU, AEBU,<br />

CNT<br />

GAU, FA,<br />

UAL,<br />

Sí Desaparecido GAU, FA<br />

S/D S/D S/D Desaparecido<br />

S/D S/D S/D Desaparecido<br />

GAU, FA,<br />

CECEA,<br />

FEUU<br />

GAU, FA,<br />

UAL<br />

S/D S/D S/D Desaparecido GAU, FA<br />

S/D S/D S/D Desaparecido GAU, FA<br />

S/D S/D S/D Desaparecido<br />

S/D S/D S/D Desaparecido<br />

GAU, FA,<br />

UAL, AEM,<br />

FEUU<br />

GAU, SIQ,<br />

CNT, UAL<br />

(*) El 17/12/1977 Aeropuerto de Carrasco (Uruguay).<br />

284


anexos documentales<br />

Apellido y<br />

nombres<br />

Sexo<br />

(edad)<br />

Nacionalidad<br />

Fecha de<br />

detención<br />

País 1 de<br />

detención<br />

Centro(s) de<br />

detención<br />

País 2 de<br />

detención<br />

Centro(s) de<br />

detención<br />

Traslado<br />

ilegal a<br />

otro país<br />

Fecha de asesinato o tentativa<br />

de asesinato y lugar<br />

Condición Militancia<br />

Sanz<br />

Fernández,<br />

Aída Celia<br />

Mujer<br />

(26)<br />

Uruguaya 23/12/1977 Argentina<br />

COT1 Martínez,<br />

Pozo de Quilmes<br />

y Pozo de<br />

Banfield<br />

S/D S/D S/D Desaparecido<br />

M26, FA,<br />

MLN-T<br />

Fernández<br />

Lanzani, Elsa<br />

Haydee<br />

Mujer<br />

(61)<br />

Uruguaya 23/12/1977 Argentina<br />

COT1 Martínez ,<br />

Pozo de Banfield<br />

y Pozo de<br />

Quilmes<br />

S/D S/D S/D Desaparecido S/D<br />

Castillo Lima,<br />

Atalivas<br />

Varón<br />

(47)<br />

Uruguaya 23/12/1977 Argentina Pozo de Quilmes S/D S/D S/D Desaparecido<br />

UTAA, CNT,<br />

MLN-TP<br />

Río Casas,<br />

Miguel Ángel<br />

Varón<br />

(29)<br />

Uruguaya<br />

25-<br />

26/12/1977<br />

Argentina<br />

COT1 Martínez y<br />

Pozo de Banfield<br />

S/D S/D S/D Desaparecido<br />

MLN-T, MLN-<br />

TP, JCR<br />

Gallo Castro,<br />

Eduardo<br />

Varón<br />

(35)<br />

Uruguaya<br />

25-<br />

26/12/1977<br />

Argentina<br />

COT1 Martínez,<br />

Pozo de Quilmes<br />

y Pozo de<br />

Banfield<br />

S/D S/D S/D Desaparecido<br />

MLN-T,<br />

MLN-TP, JCR,<br />

UTAA, CNT<br />

Gámbaro<br />

Núñez, Raúl<br />

Arce Viera,<br />

Gustavo Raúl<br />

Gallo Sanz,<br />

Carmen<br />

Barrientos<br />

Sagastibelza,<br />

Carolina<br />

Cabezudo<br />

Pérez, Carlos<br />

Federico<br />

Carneiro Da<br />

Fontoura<br />

Gularte,<br />

Juvelino Andrés<br />

Varón<br />

(38)<br />

Varón<br />

(29)<br />

Mujer<br />

(nacido en<br />

cautiverio)<br />

Mujer<br />

(37)<br />

Varón<br />

(29)<br />

Varón<br />

(34)<br />

Uruguaya 27/12/1977 Argentina Pozo de Banfield S/D S/D S/D Desaparecido<br />

Uruguaya 27/12/1977 Argentina Pozo de Banfield S/D S/D S/D Desaparecido<br />

Uruguaya -<br />

Argentina<br />

Argentina Pozo de Banfield<br />

Identidad<br />

recuperada<br />

Uruguaya 30/12/1977 Argentina Pozo de Banfield Uruguay La Tablada Sí Desaparecido PCR<br />

Uruguaya 30/12/1977 Argentina<br />

Uruguaya 30/12/1977 Argentina<br />

Pozo de Quilmes,<br />

Pozo Banfield<br />

Pozo de Quilmes,<br />

Pozo de Banfield,<br />

COT1 Martínez<br />

Uruguay La Tablada Sí Desaparecido PCR<br />

Uruguay La Tablada Sí Desaparecido PCR<br />

FA, SEA,<br />

FAIT, CNT<br />

GAU, FA,<br />

SEA, CNT,<br />

FAIT<br />

S/D<br />

<strong>Operación</strong> <strong>Cóndor</strong>. 40 años después<br />

285


anexos documentales<br />

Apellido y<br />

nombres<br />

Sexo<br />

(edad)<br />

Nacionalidad<br />

Fecha de<br />

detención<br />

País 1 de<br />

detención<br />

Centro(s) de<br />

detención<br />

País 2 de<br />

detención<br />

Centro(s) de<br />

detención<br />

Traslado<br />

ilegal a<br />

otro país<br />

Fecha de asesinato o tentativa<br />

de asesinato y lugar<br />

Condición Militancia<br />

Artigas Nilo*,<br />

María Asunción<br />

Mujer<br />

(26)<br />

Uruguaya 30/12/1977 Argentina<br />

COT1 Martínez,<br />

Pozo de Quilmes<br />

y Pozo de<br />

Banfield<br />

S/D S/D S/D Desaparecido ROE, MLN-T<br />

Moyano<br />

Santander,<br />

Alfredo<br />

Varón<br />

(23)<br />

Uruguaya 30/12/1977 Argentina<br />

Pozo de Quilmes,<br />

Pozo de Banfield,<br />

COT1 Martínez<br />

S/D S/D S/D Desaparecido ROE, MLN-T<br />

Sobrino<br />

Berardi,<br />

Guillermo<br />

Manuel<br />

Gómez Rosano,<br />

Célica Elida<br />

Saavedra<br />

Inostroza,<br />

Guido Arturo<br />

Jordán<br />

Vercellone,<br />

Juan Carlos<br />

Varón<br />

(33)<br />

Mujer<br />

(29)<br />

Varón<br />

(23)<br />

Varón<br />

(27)<br />

Uruguaya 22/12/1977 Argentina Pozo de Quilmes S/D S/D S/D Desaparecido AMS, UAL<br />

Uruguaya 03/01/1978 Argentina Pozo de Banfield S/D S/D S/D Desaparecido PCR<br />

Chilena 10/01/1978 Argentina S/D S/D S/D S/D Desaparecido S/D<br />

Boliviana 17/01/1978 Argentina S/D S/D S/D S/D Desaparecido S/D<br />

D’elía Casco,<br />

Carlos<br />

Varón<br />

(nacido en<br />

cautiverio)<br />

Argentina Argentina Pozo de Banfield<br />

Identidad<br />

recuperada<br />

Filártiga<br />

Martínez, Juan<br />

Alberto<br />

Rodríguez,<br />

Washington<br />

Severo<br />

Barretto, Marta<br />

Beatriz<br />

Martínez<br />

Horminoguez,<br />

Jorge Hugo<br />

Varón<br />

(46)<br />

Varón<br />

(S/D)<br />

Mujer<br />

(20)<br />

Varón<br />

(20)<br />

Paraguaya 29/01/1978 Argentina S/D S/D S/D S/D Desaparecido S/D<br />

Uruguaya 01/04/1978 Argentina Pozo de Quilmes Liberado S/D<br />

Uruguaya 20/04/1978 Argentina Pozo de Quilmes S/D S/D S/D Desaparecido MLN-TP<br />

Uruguaya 20/04/1978 Argentina Pozo de Quilmes S/D S/D S/D Desaparecido MLN-TP, PST<br />

(*) Embarazada en el momento del secuestro.<br />

286


anexos documentales<br />

Apellido y<br />

nombres<br />

Sexo<br />

(edad)<br />

Nacionalidad<br />

Fecha de<br />

detención<br />

País 1 de<br />

detención<br />

Centro(s) de<br />

detención<br />

País 2 de<br />

detención<br />

Centro(s) de<br />

detención<br />

Traslado<br />

ilegal a<br />

otro país<br />

Fecha de asesinato o tentativa<br />

de asesinato y lugar<br />

Condición Militancia<br />

Severo<br />

Barretto, Carlos<br />

Baldomiro<br />

Bermúdez de<br />

Viegas, Beatriz<br />

Liliana<br />

Serantes, Leda<br />

Varón<br />

(16)<br />

Mujer<br />

(S/D)<br />

Mujer<br />

(S/D)<br />

Uruguaya 20/04/1978 Argentina Pozo de Quilmes S/D S/D S/D Desaparecido S/D<br />

Uruguaya 21/04/1978 Argentina Pozo de Quilmes Liberado S/D<br />

Uruguaya 21/04/1978 Argentina Pozo de Quilmes Liberado S/D<br />

Illarzen, Alberto Varón<br />

(S/D)<br />

Uruguaya 21/04/1978 Argentina Pozo de Quilmes Liberado S/D<br />

Mesquida,<br />

Nelson<br />

Varón<br />

(S/D)<br />

Uruguaya 21/04/1978 Argentina Pozo de Quilmes Liberado S/D<br />

Cappi, Ivonne<br />

Mujer<br />

(S/D)<br />

Uruguaya 21/04/1978 Argentina Pozo de Quilmes Liberado S/D<br />

Vásquez<br />

Santos, Erlinda<br />

María<br />

Riquelme<br />

Gangas, Jaime<br />

Nury<br />

Tapia<br />

Hernández,<br />

Raúl Francisco<br />

Anglet de<br />

León, Beatriz<br />

Alicia<br />

Severo<br />

Barretto, Ary<br />

Héctor<br />

Zentero Anaya,<br />

Joaquín<br />

Mujer<br />

(S/D)<br />

Varón<br />

(24)<br />

Varón<br />

(27)<br />

Mujer<br />

(24)<br />

Varón<br />

(22)<br />

Varón<br />

(54)<br />

Uruguaya 22/04/1978 Argentina Pozo de Quilmes Liberado S/D<br />

Chilena 23/04/1978 Argentina S/D S/D S/D S/D Desaparecido S/D<br />

Chilena 23/04/1978 Argentina S/D S/D S/D S/D Desaparecido S/D<br />

Uruguaya 24/04/1978 Argentina Pozo de Quilmes S/D S/D S/D Desaparecido<br />

Uruguaya 24/04/1978 Argentina Pozo de Quilmes S/D S/D S/D Desaparecido<br />

Boliviana<br />

11/05/1976<br />

París<br />

(Francia)<br />

Asesinado S/D<br />

AEM, FEUU,<br />

M26, FA<br />

UTAA, CNT,<br />

MLN-TP, PST<br />

Logares<br />

Manfrini,<br />

Claudio Ernesto<br />

Varón<br />

(23)<br />

Argentina 18/05/1978 Uruguay S/D Argentina<br />

Brigada de San<br />

Justo, Pozo de<br />

Banfield<br />

Sí Desaparecido S/D<br />

<strong>Operación</strong> <strong>Cóndor</strong>. 40 años después<br />

287


anexos documentales<br />

Apellido y<br />

nombres<br />

Grinspón<br />

Pavón, Mónica<br />

Sofía<br />

Canseco<br />

Cisneros, Javier<br />

Diez<br />

Napurí<br />

Schapiro,<br />

Ricardo<br />

Alvarado Bravo,<br />

José Luis<br />

Aspaza<br />

Ordóñez,<br />

Justiniano<br />

Rómulo<br />

Baella Tuesta,<br />

Alfonso<br />

Galdós, Hugo<br />

Blanco<br />

Larrain,<br />

Humberto<br />

Damonte<br />

Sexo<br />

(edad)<br />

Mujer<br />

(23)<br />

Varón<br />

(30)<br />

Varón<br />

(S/D)<br />

Varón<br />

(45)<br />

Varón<br />

(35)<br />

Varón<br />

(S/D)<br />

Varón<br />

(43)<br />

Varón<br />

(S/D)<br />

Nacionalidad<br />

Fecha de<br />

detención<br />

País 1 de<br />

detención<br />

Centro(s) de<br />

detención<br />

País 2 de<br />

detención<br />

Argentina 18/05/1978 Uruguay S/D Argentina<br />

Peruana 25/05/1978 Perú Argentina<br />

Peruana 25/05/1978 Perú Argentina<br />

Peruana 25/05/1978 Perú Argentina<br />

Peruana 25/05/1978 Perú Argentina<br />

Peruana 25/05/1978 Perú Argentina<br />

Peruana 25/05/1978 Perú Argentina<br />

Peruana 25/05/1978 Perú Argentina<br />

Centro(s) de<br />

detención<br />

Brigada de San<br />

Justo, Pozo de<br />

Banfield<br />

Regimiento de<br />

infantería de<br />

Montaña Nº 20,<br />

Coordinación<br />

Federal<br />

Regimiento de<br />

infantería de<br />

Montaña Nº 20,<br />

Coordinación<br />

Federal<br />

Regimiento de<br />

infantería de<br />

Montaña Nº 20,<br />

Coordinación<br />

Federal<br />

Regimiento de<br />

infantería de<br />

Montaña Nº 20,<br />

Coordinación<br />

Federal<br />

Regimiento de<br />

infantería de<br />

Montaña Nº 20,<br />

Coordinación<br />

Federal<br />

Regimiento de<br />

infantería de<br />

Montaña Nº 20,<br />

Coordinación<br />

Federal<br />

Regimiento de<br />

infantería de<br />

Montaña Nº 20,<br />

Coordinación<br />

Federal<br />

Traslado<br />

ilegal a<br />

otro país<br />

Fecha de asesinato o tentativa<br />

de asesinato y lugar<br />

Condición Militancia<br />

Sí Desaparecido S/D<br />

Sí Expulsado<br />

Vanguardia<br />

Revolucionaria<br />

Sí Expulsado<br />

Vanguardia<br />

Revolucionaria<br />

Sí Expulsado<br />

Socialismo<br />

Revolucionario,<br />

Confederación<br />

Agraria<br />

Sí Expulsado PSR<br />

Sí Expulsado S/D<br />

Sí Expulsado FOCEP<br />

Sí Expulsado S/D<br />

288


anexos documentales<br />

Apellido y<br />

nombres<br />

Sexo<br />

(edad)<br />

Nacionalidad<br />

Fecha de<br />

detención<br />

País 1 de<br />

detención<br />

Centro(s) de<br />

detención<br />

País 2 de<br />

detención<br />

Centro(s) de<br />

detención<br />

Traslado<br />

ilegal a<br />

otro país<br />

Fecha de asesinato o tentativa<br />

de asesinato y lugar<br />

Condición Militancia<br />

Díaz Chávez,<br />

Ricardo<br />

Varón<br />

(S/D)<br />

Peruana 25/05/1978 Perú Argentina<br />

Regimiento de<br />

infantería de<br />

Montaña Nº 20,<br />

Coordinación<br />

Federal<br />

Sí Expulsado S/D<br />

Ledesma<br />

Izquieta,<br />

Genaro<br />

Varón<br />

(46)<br />

Peruana 25/05/1978 Perú Argentina<br />

Regimiento de<br />

infantería de<br />

Montaña Nº 20,<br />

Coordinación<br />

Federal<br />

Sí Expulsado FOCEP<br />

Letts<br />

Colmenares,<br />

Ricardo<br />

Varón<br />

(40)<br />

Peruana 25/05/1978 Perú Argentina<br />

Regimiento de<br />

infantería de<br />

Montaña Nº 20,<br />

Coordinación<br />

Federal<br />

Sí Expulsado S/D<br />

Pacho Quispe,<br />

Valentín<br />

Varón<br />

(S/D)<br />

Peruana 25/05/1978 Perú Argentina<br />

Regimiento de<br />

infantería de<br />

Montaña Nº 20,<br />

Coordinación<br />

Federal<br />

Sí Expulsado<br />

Federación<br />

de Trabajadores<br />

de<br />

Arequipa<br />

Larco, José<br />

Arce<br />

Varón<br />

(S/D)<br />

Peruana 25/05/1978 Perú Argentina<br />

Regimiento de<br />

infantería de<br />

Montaña Nº 20,<br />

Coordinación<br />

Federal<br />

Sí Expulsado PSR<br />

Faura Gay,<br />

Guillermo<br />

Lanne<br />

Fernández,<br />

Ubal<br />

Varón<br />

(S/D)<br />

Varón<br />

(S/D)<br />

Peruana 25/05/1978 Perú Argentina<br />

Uruguaya 03/06/1978 Argentina<br />

Posiblemente<br />

Base Aérea<br />

El Palomar<br />

Regimiento de<br />

infantería de<br />

Montaña Nº 20,<br />

Coordinación<br />

Federal<br />

Sí Expulsado PSR<br />

Liberado S/D<br />

Giordano<br />

Cortazzo,<br />

Héctor Orlando<br />

Varón<br />

(39)<br />

Uruguaya 09/06/1978 Argentina<br />

Posiblemente<br />

Base Aérea<br />

El Palomar<br />

S/D S/D S/D Desaparecido PCR, UAL<br />

<strong>Operación</strong> <strong>Cóndor</strong>. 40 años después<br />

289


anexos documentales<br />

Apellido y<br />

nombres<br />

Carreño<br />

Araya, Cristina<br />

Magdalena<br />

Habegger,<br />

Norberto<br />

Armando<br />

Arocena Linn,<br />

Ignacio<br />

Maidana<br />

Bentín, Félix<br />

Silveira<br />

Gramont, María<br />

Rosa<br />

Urtasún Terra,<br />

José Luis<br />

Moyano<br />

Artigas, María<br />

Victoria<br />

Samaniego<br />

Villamayor,<br />

Ignacio<br />

Fariña, Mario<br />

Benassi, María<br />

Catalina<br />

García Kieffer,<br />

Manuel<br />

Eduardo<br />

Gelpi Cáceres,<br />

Leonardo<br />

Germán<br />

Sexo<br />

(edad)<br />

Mujer<br />

(33)<br />

Varón<br />

(37)<br />

Varón<br />

(27)<br />

Varón<br />

(37)<br />

Mujer<br />

(33)<br />

Varón<br />

(32)<br />

Mujer<br />

(nacida en<br />

cautiverio)<br />

Varón<br />

(36)<br />

Varón<br />

(S/D)<br />

Mujer<br />

(33)<br />

Varón<br />

(33)<br />

Varón<br />

(31)<br />

Nacionalidad<br />

Fecha de<br />

detención<br />

País 1 de<br />

detención<br />

Centro(s) de<br />

detención<br />

País 2 de<br />

detención<br />

Centro(s) de<br />

detención<br />

Traslado<br />

ilegal a<br />

otro país<br />

Fecha de asesinato o tentativa<br />

de asesinato y lugar<br />

Condición Militancia<br />

Chilena 28/07/1978 Argentina<br />

El Banco,<br />

El Olimpo<br />

S/D S/D S/D<br />

Desaparecido<br />

con restos<br />

encontrados<br />

PCCH<br />

Argentina 06/08/1978 Brasil S/D Argentina El Olimpo Sí Desaparecido Montoneros<br />

Uruguaya 13/08/1978 Argentina Pozo de Quilmes S/D S/D S/D Desaparecido<br />

Uruguaya 13/08/1978 Argentina Pozo de Quilmes S/D S/D S/D Desaparecido<br />

M26, FA,<br />

MLN-TP,<br />

FEUU, FER<br />

MLN-T,<br />

UTAA, CNT,<br />

MLN-TP<br />

Uruguaya 13/08/1978 Argentina Pozo de Quilmes S/D S/D S/D Desaparecido<br />

MLN-T,<br />

MLN- TP<br />

Uruguaya 13/08/1978 Argentina<br />

Posiblemente<br />

Pozo de Quilmes<br />

Presumiblemente el<br />

14/08/1978, Gregorio de<br />

Laferrere,<br />

Provincia de Buenos Aires<br />

(Argentina)<br />

Asesinado MLN-TP<br />

Argentina Argentina Pozo de Banfield<br />

Identidad<br />

recuperada<br />

Paraguaya 18/09/1978 Argentina El Olimpo S/D S/D S/D Desaparecido OPM<br />

Paraguaya 20/09/1978 Argentina S/D Paraguay S/D Sí Desaparecido S/D<br />

Argentina 29/09/1978 Uruguay<br />

Prefectura<br />

Nacional Naval<br />

Argentina<br />

Probablemente<br />

ESMA<br />

Sí Desaparecido Montoneros<br />

Argentina 29/09/1978 Uruguay<br />

Prefectura<br />

Nacional Naval<br />

Argentina ESMA Sí Desaparecido Montoneros<br />

Uruguaya<br />

08-<br />

09/10/1978<br />

Argentina Pozo de Quilmes S/D S/D S/D Desaparecido MLN-T<br />

290


anexos documentales<br />

Apellido y<br />

nombres<br />

Sexo<br />

(edad)<br />

Nacionalidad<br />

Fecha de<br />

detención<br />

País 1 de<br />

detención<br />

Centro(s) de<br />

detención<br />

País 2 de<br />

detención<br />

Centro(s) de<br />

detención<br />

Traslado<br />

ilegal a<br />

otro país<br />

Fecha de asesinato o tentativa<br />

de asesinato y lugar<br />

Condición Militancia<br />

Celiberti, Lilian<br />

Rodríguez Díaz,<br />

Universindo<br />

Rodríguez Díaz,<br />

Camilo<br />

Rodríguez Díaz,<br />

Francesca<br />

Fiori de Viña,<br />

Cristina Gloria<br />

Giménez<br />

Gamara,<br />

Remigio<br />

Espinoza<br />

Gonzales, Luis<br />

Alfredo<br />

Oyarzún<br />

Manzo, Oscar<br />

Orlando<br />

Logares, Paula<br />

Eva<br />

Pinus de<br />

Binstok, Mónica<br />

Susana<br />

Campiglia,<br />

Horacio<br />

Domingo<br />

Frías Alberga,<br />

Federico<br />

Guillermo<br />

Mujer<br />

(29)<br />

Varón<br />

(27)<br />

Varón<br />

(7)<br />

Mujer<br />

(3)<br />

Mujer<br />

(33)<br />

Varón<br />

(S/D)<br />

Varón<br />

(25)<br />

Varón<br />

(44)<br />

Mujer<br />

(23 meses)<br />

Mujer<br />

(27)<br />

Varón<br />

(30)<br />

Varón<br />

(28)<br />

Uruguaya 12/11/1978 Brasil<br />

Uruguaya 12/11/1978 Brasil<br />

Uruguaya 12/11/1978 Brasil<br />

Uruguaya 12/11/1978 Brasil<br />

Palacio de la<br />

Policía de Porto<br />

Alegre<br />

Palacio de la<br />

Policía de Porto<br />

Alegre<br />

Palacio de la<br />

Policía de Porto<br />

Alegre<br />

Palacio de la<br />

Policía de Porto<br />

Alegre<br />

Uruguay<br />

Uruguay<br />

Fortaleza de<br />

Santa Teresa,<br />

Batallón de<br />

Infantería Nº 13<br />

Fortaleza de<br />

Santa Teresa,<br />

Batallón de<br />

Infantería Nº 14<br />

Sí Liberado PVP<br />

Sí Liberado PVP<br />

Uruguay S/D Sí Liberado<br />

Uruguay S/D Sí Liberado<br />

Argentina 17/11/1978 Brasil S/D S/D S/D S/D Desaparecido S/D<br />

Paraguaya<br />

Diciembre<br />

1978<br />

Brasil S/D Paraguay S/D Sí Liberado S/D<br />

Chilena 03/12/1978 Argentina S/D S/D S/D S/D Desaparecido MIR<br />

Chilena 27/01/1979 Argentina S/D<br />

Argentina 18/05/1979 Uruguay S/D Argentina S/D Sí<br />

31/01/1979<br />

Cercanías de la Ciudad de<br />

Buenos Aires,<br />

(Argentina)<br />

Asesinado PCCH<br />

Identidad<br />

recuperada<br />

Argentina 12/03/1980 Brasil S/D Argentina Campo de Mayo Sí Desaparecido Montoneros<br />

Argentina 12/03/1980 Brasil S/D Argentina Campo de Mayo Sí Desaparecido Montoneros<br />

Argentina<br />

Abril-Mayo<br />

1980<br />

Argentina S/D Perú<br />

Centro de recreo<br />

militar de Playa<br />

Hondable<br />

Sí Desaparecido Montoneros<br />

<strong>Operación</strong> <strong>Cóndor</strong>. 40 años después<br />

291


anexos documentales<br />

Apellido y<br />

nombres<br />

Sexo<br />

(edad)<br />

Nacionalidad<br />

Fecha de<br />

detención<br />

País 1 de<br />

detención<br />

Centro(s) de<br />

detención<br />

País 2 de<br />

detención<br />

Centro(s) de<br />

detención<br />

Traslado<br />

ilegal a<br />

otro país<br />

Fecha de asesinato o tentativa<br />

de asesinato y lugar<br />

Condición Militancia<br />

Gianotti de<br />

Molfino,*<br />

Noemí<br />

Mujer<br />

(55)<br />

Argentina -<br />

Italiana<br />

12/06/1980 Perú<br />

Centro de recreo<br />

militar de Playa<br />

Hondable<br />

España Sí<br />

21 de julio de 1980<br />

Madrid,<br />

(España)<br />

Asesinado Montoneros<br />

Raverta, María<br />

Inés<br />

Mujer<br />

(24)<br />

Argentina -<br />

Italiana<br />

12/06/1980 Perú<br />

Centro de recreo<br />

militar de Playa<br />

Hondable<br />

S/D S/D S/D Desaparecido Montoneros<br />

Viñas, Lorenzo<br />

Ismael<br />

Varón<br />

(25)<br />

Argentina 26/06/1980 Argentina S/D S/D S/D S/D Desaparecido Montoneros<br />

Adur, Jorge<br />

Oscar<br />

Varón<br />

(48)<br />

Argentina 26/06/1980 Argentina S/D S/D S/D S/D Desaparecido Montoneros<br />

Goldemberg,<br />

Liliana Inés<br />

Mujer<br />

(27)<br />

Argentina<br />

Suicidado en<br />

el momento<br />

de su arresto**<br />

Montoneros<br />

Escabosa,<br />

Eduardo<br />

Gonzalo<br />

Varón<br />

(33)<br />

Argentina<br />

Suicidado en<br />

el momento<br />

de su arresto**<br />

Montoneros<br />

Roa Espinoza,<br />

Emilio<br />

Varón<br />

(64)<br />

Paraguaya 27/08/1980 Argentina S/D S/D S/D S/D Desaparecido CGT<br />

Maidana<br />

Campos,<br />

Antonio<br />

Varón<br />

(63)<br />

Paraguaya 27/08/1980 Argentina S/D S/D S/D S/D Desaparecido PCP<br />

Campos<br />

Cifuentes, José<br />

Alejandro<br />

Varón<br />

(30)<br />

Chilena 19/02/1981 Argentina S/D Chile S/D Sí Desaparecido MIR<br />

Quinchavil<br />

Suarez, Luis<br />

Varón<br />

(42)<br />

Chilena 19/02/1981 Argentina S/D Chile S/D Sí Desaparecido MIR<br />

(*) Previamente a su traslado a España, fue trasladada a Bolivia y Argentina.<br />

(**) El 02/08/1980 en los márgenes del Río Paraná, entre Foz do Iguazú (Brasil) y Puerto Iguazú (Argentina).<br />

292


anexos documentales<br />

3. Abreviaturas de los centros de detención<br />

Centros de detención<br />

Argentina<br />

BIM 3 Batallón de Infantería Mecanizada Nº 3<br />

COT1 Martínez<br />

ESMA<br />

Centro de Operaciones Tácticas N° 1 Martínez<br />

Escuela de Mecánica de la Armada<br />

RIM 29 Regimiento de Infantería de Monte 29<br />

Brasil<br />

DOPS<br />

Departamento de Orden Político y Social<br />

Paraguay<br />

Departamento de Investigaciones de la Policía<br />

DIP<br />

de la ciudad de Asunción<br />

Uruguay<br />

EMR Nº 1 Establecimiento Militar de Reclusión N° 1<br />

FUSNA<br />

SID<br />

Unidad del Cuerpo de Fusileros Navales<br />

Servicio de Información y Defensa<br />

4. Abreviaturas de los partidos o movimientos políticos,<br />

movimientos sindicales y movimientos estudiantiles<br />

Partidos o movimientos políticos, movimientos sindicales<br />

y movimientos estudiantiles<br />

AEBU<br />

AEM<br />

AMS<br />

CAT<br />

CECEA<br />

CGT<br />

CNT<br />

DC<br />

ERP<br />

FA<br />

FAIT<br />

FAU<br />

FER<br />

FEUU<br />

FOCEP<br />

FOICA<br />

Asociación de Empleados Bancarios del Uruguay<br />

Asociación de Estudiantes de Medicina<br />

Agrupación de Militantes Socialistas<br />

Comando de Apoyo Tupamaro<br />

Centro de Estudiantes de Ciencias Económicas y de Administración<br />

Confederación General del Trabajo<br />

Convención Nacional de Trabajadores<br />

Democracia Cristiana<br />

Ejército Revolucionario del Pueblo<br />

Frente Amplio<br />

Federación de Administrativos de la Industria Textil<br />

Federación Anarquista del Uruguay<br />

Frente Estudiantil Revolucionario<br />

Federación de Estudiantes Universitarios del Uruguay<br />

Frente Obrero Campesino, Estudiantil y Popular<br />

Federación Obrera de la Industria de la Carne y Afines<br />

<strong>Operación</strong> <strong>Cóndor</strong>. 40 años después<br />

293


anexos documentales<br />

Partidos o movimientos políticos, movimientos sindicales<br />

y movimientos estudiantiles<br />

FRT<br />

FUN<br />

GAU<br />

JAC<br />

JCR<br />

JEC<br />

JP<br />

JUP<br />

M26<br />

MAPU<br />

MIR<br />

MLN<br />

MLN-T<br />

MLN-TP<br />

MOPOCO<br />

OPM<br />

OPR-33<br />

PCA<br />

PCCH<br />

PCP<br />

PCR<br />

PFP<br />

PN<br />

POC<br />

PORT<br />

PRT<br />

PRTB<br />

PRT-ERP<br />

PSC<br />

PSR<br />

PTB<br />

PTB-ELN<br />

PVP<br />

ROE<br />

SEA<br />

SIQ<br />

Fuerza Revolucionaria de los Trabajadores<br />

Federación Universitaria del Norte<br />

Grupos de Acción Unificadora<br />

Juventud Agraria Cristiana<br />

Junta de Coordinación Revolucionaria<br />

Juventud de Estudiantes Católicos<br />

Juventud Peronista<br />

Juventud Universitaria Peronista<br />

Movimiento de Independientes 26 de Marzo<br />

Movimiento de Acción Popular Unitaria<br />

Movimiento de Izquierda Revolucionaria<br />

Movimiento de Liberación Nacional<br />

Movimiento de Liberación Nacional-Tupamaros<br />

Movimiento de Liberación Nacional-Tendencia Proletaria<br />

Movimiento Popular Colorado<br />

Organización Primero de Marzo<br />

Organización Popular Revolucionaria “33 Orientales”<br />

Partido Comunista de la Argentina<br />

Partido Comunista de Chile<br />

Partido Comunista Paraguayo<br />

Partido Comunista Revolucionario<br />

Partido Federalista Paraguayo<br />

Partido Nacional<br />

Partido Operario Comunista<br />

Partido Operario Revolucionário Trotskista<br />

Partido Revolucionario de los Trabajadores<br />

Partido Revolucionario de los Trabajadores de Bolivia<br />

Partido Revolucionario de los Trabajadores - Ejército Revolucionario del Pueblo<br />

Partido Socialista de Chile<br />

Partido Socialista Revolucionario de Perú<br />

Partido Trabalhista Brasileiro<br />

Partido de los Trabajadores de Bolivia del Ejército de Liberación Nacional<br />

Partido por la Victoria del Pueblo<br />

Resistencia Obrero Estudiantil<br />

Sindicato de Empleados de Alpargatas<br />

Sindicato de la Industria Química<br />

294


anexos documentales<br />

Partidos o movimientos políticos, movimientos sindicales<br />

y movimientos estudiantiles<br />

UAL<br />

UTAA<br />

S/D<br />

Unión Artiguista de Liberación<br />

Unión de Trabajadores Azucareros de Artigas<br />

Sin dato<br />

5. Mapa de los casos registrados (2) en el Cono Sur:<br />

detenciones, desapariciones, asesinatos,<br />

intentos de asesinatos y robos de niños<br />

18<br />

Peru<br />

7<br />

Bolivia<br />

348<br />

21<br />

13<br />

Brasil<br />

Paraguay<br />

84<br />

12<br />

Chile<br />

Argentina<br />

Uruguay<br />

6. Listado de los centros de detención más representativos<br />

Los detenidos-desaparecidos de la <strong>Operación</strong> <strong>Cóndor</strong> pasaron por algunos<br />

de los cientos de centros clandestinos de detención que ya funcionaban en<br />

el marco de la represión de las dictaduras del Cono Sur. Este listado solo<br />

recopila los centros que tuvieron un accionar sistematizado en el marco de<br />

la <strong>Operación</strong> <strong>Cóndor</strong>.<br />

(2) Las víctimas están contabilizadas aquí tantas veces como hayan sido trasladadas.<br />

<strong>Operación</strong> <strong>Cóndor</strong>. 40 años después<br />

295


anexos documentales<br />

País Nombre Predio Ubicación<br />

Autoridad<br />

competente<br />

Fechas de<br />

funcionamiento<br />

CHILE<br />

Villa Grimaldi<br />

4 Álamos<br />

Campamento<br />

de Detenidos<br />

de 3 Álamos<br />

Av. José Arrieta 8401, Comuna<br />

de Peñalolén, Santiago<br />

Calle Canadá 5351,<br />

San Joaquín, Santiago<br />

Dirección de<br />

Inteligencia<br />

Nacional<br />

(DINA)<br />

Dirección de<br />

Inteligencia<br />

Nacional<br />

(DINA)<br />

1973-1978<br />

1974-1977<br />

URUGUAY<br />

Casa de Punta Gorda,<br />

“300 Carlos R”, «Infierno<br />

Chico»<br />

Servicio de Información<br />

y Defensa (SID), “La<br />

Casona”, “La Mansión”<br />

Rambla República de<br />

México 5515, Departamento<br />

de Montevideo<br />

Calle Bulevar Artigas 1488,<br />

Montevideo<br />

Servicio de<br />

Información de<br />

Defensa (SID)<br />

Servicio de<br />

Información de<br />

Defensa (SID)<br />

1974-1976<br />

1976<br />

La cárcel de Emboscada<br />

Municipio de Emboscada,<br />

Departamento de Cordillera<br />

1976-1979<br />

PARAGUAY<br />

Departamento de<br />

Investigaciones de la<br />

Policía de la ciudad de<br />

Asunción<br />

Sobre las calles Chile<br />

y Presidente Franco,<br />

distrito de la Encarnación,<br />

Asunción<br />

Policía de la<br />

Capital<br />

1954-1989<br />

El Banco<br />

Intersección de la Autopista<br />

Richieri y Camino de Cintura<br />

(Ruta Nacional Nº 4),<br />

en Puente 12 de Ciudad Evita,<br />

Partido de La Matanza,<br />

Provincia de Buenos Aires<br />

Policía de la<br />

Provincia de<br />

Buenos Aires<br />

1977-1978<br />

Automotores Orletti,<br />

El Jardín, La cueva de la<br />

vía, El Taller<br />

Venancio Flores 3519/21,<br />

Ciudad Autonoma de<br />

Buenos Aires<br />

Secretaría de<br />

Inteligencia del<br />

Estado (SIDE)<br />

1976<br />

Pozo de Banfield<br />

Brigada de<br />

Investigaciones<br />

de Lomas<br />

de Zamora<br />

Siciliano y Vernet, Lomas de<br />

Zamora, Provincia de<br />

Buenos Aires<br />

Policía de la<br />

Provincia de<br />

Buenos Aires<br />

1976-1978<br />

ARGENTINA<br />

Pozo de Quilmes,<br />

Chupadero Malvinas<br />

Brigada de Investigaciones<br />

de Quilmes<br />

Allison Bell s/n°, esquina<br />

Garibaldi, Quilmes, Provincia<br />

de Buenos Aires<br />

Policía de la<br />

Provincia de<br />

Buenos Aires<br />

1975-1979<br />

Casino de Oficiales<br />

Escuela<br />

Mecánica de<br />

la Armada<br />

(ESMA)<br />

Avenida del Libertador al oeste,<br />

calle Comodoro Rivadavia<br />

y Leopoldo Lugones al este<br />

y la calle Santiago Calzadilla<br />

al sur, Ciudad Autonoma de<br />

Buenos Aires<br />

Armada<br />

Argentina<br />

1976-1983<br />

Coordinación Federal<br />

(luego Superintendencia<br />

de Seguridad Federal)<br />

Sección de<br />

Seguridad<br />

Federal<br />

Mariano Moreno 1417,<br />

Ciudad Autonoma<br />

de Buenos Aires<br />

Policia Federal<br />

1974-S/D<br />

Centro de Operaciones<br />

Tácticas N° 1 Martínez<br />

(COT1 Martínez)<br />

Avenida Libertador 14.237/43,<br />

Martínez, Partido de San<br />

Isidro, Provincia de Buenos<br />

Aires<br />

Primer Cuerpo<br />

del Ejército y<br />

Jefatura de<br />

Policía de la<br />

Provincia de<br />

Buenos Aires<br />

1977-1978<br />

296


anexos documentales<br />

7. Testimonios de las víctimas<br />

7.1. Testimonio de Federico Tatter sobre el secuestro<br />

y desaparición de su padre, Federico Jorge Tatter Morínigo<br />

El 15 de octubre de 1976, a las 18 hs., irrumpió un grupo de tarea a nuestra<br />

casa y el taller que teníamos en la calle Urquiza 133 del barrio de Once.<br />

Vivíamos con mi madre Idalina Radice en lo que era el segundo exilio de<br />

la familia. Mis dos hermanas mayores estaban en Paraguay. Tenía entonces<br />

yo 17 años y me encontraba a unos metros de la casa y pude ver desde<br />

afuera el operativo. Vi cuando dos personas armadas salieron de la casa<br />

con papeles y documentos. Y luego cuando mi padre era llevado, escoltado<br />

por más de cinco hombres armados a bordo de dos vehículos Peugeot<br />

504 de color claro.<br />

Mi madre quedó secuestrada en la casa durante —por lo menos— tres<br />

días. Aproximadamente a las 19 horas yo logré ingresar a la casa y taller,<br />

haciéndome pasar por un cliente y pedí por una radio a reparar. Al ingresar<br />

al taller, pude divisar que tras anaqueles, en la penumbra, asomaban<br />

cuerpos y posibles armas. Mi madre se mantuvo tranquila y me dijo que no<br />

estaba aún el pedido y que volviera al otro día.<br />

Desde allí me fui a casa de un familiar y luego, por cinco meses, a la ciudad<br />

de Asunción para avisar a familiares y hermanas.<br />

Después del tercer día de secuestro, mi madre Idalina Radice, comenzó a<br />

realizar gestiones antes diversas instituciones policiales, militares, de seguridad,<br />

religiosas y políticas, sin obtener nunca una respuesta oficial.<br />

Ese mismo día 15 de octubre, en horas de la mañana había sido secuestrado<br />

un buen amigo de la familia, también exiliado, Ricardo Barreto Dávalos.<br />

Todos los recursos de habeas corpus presentados por Idalina Radice de<br />

Tatter fueron rechazados. Incluso recurrió a la embajada paraguaya y a la<br />

embajada alemana, debido a la ascendencia de su esposo.<br />

A mediados de 1977, a pedido de la embajada alemana, el gobierno argentino<br />

nombró a un oficial de enlace para dar respuesta a los más de<br />

60 secuestrados alemanes o de ascendencia alemana. El enlace oficial<br />

se presentó con el nombre de Capitán Peña, quien resultaría ser el Mayor<br />

de Inteligencia Carlos Antonio Españadero y habría usado también<br />

el seudónimo de Mayor Payrano. Este enlace, en reuniones oficiales en<br />

la embajada alemana en Buenos Aires, dijo a mi madre que había visto a<br />

<strong>Operación</strong> <strong>Cóndor</strong>. 40 años después<br />

297


anexos documentales<br />

Federico Jorge detenido y en una zona cercana a Ezeiza, en una unidad a<br />

la que este oficial pertenecía. Incluso dio detalles de su fisonomía, de su<br />

estado de salud, y del estado de sus anteojos. Prometió dar más datos. Mi<br />

madre Idalina pidió verlo y exigió más datos sobre su estado. Esto último<br />

sin respuesta positiva por parte de Españadero, lo que produjo un distanciamiento<br />

de mi madre. La última respuesta que Españadero dio a Idalina<br />

fue que había perdido de vista a Federico Jorge, que en su unidad no<br />

habrían encontrado motivos para retenerlo, pero que posiblemente otra<br />

unidad habría pedido por él. La respuesta de Idalina, si no lo liberaban,<br />

no validaría ninguna reunión más en la embajada, y que las gestiones de<br />

Españadero ante la embajada alemana, no habían servido para lograr una<br />

sola liberación.<br />

Españadero siguió yendo a la embajada alemana, hasta por lo menos el<br />

año 1980. La propia embajada alemana no profundizó gestiones en la<br />

búsqueda de Federico Tatter. Mucho menos la embajada paraguaya en<br />

Argentina, que se limitó a deslindar responsabilidad en tanto Tatter no<br />

residía en el Paraguay desde 1963 y era un conocido dirigente comunista.<br />

Luego, en diciembre de 1992, en Lambaré, Paraguay, se hallaron trozos<br />

de lo que habría sido el archivo de la policía de investigaciones, la policía<br />

política de régimen stronista, y fue posible analizar mejor la relación represiva<br />

ilegal de las dictaduras, así como los antecedentes de lo que sería<br />

la llamada <strong>Operación</strong> <strong>Cóndor</strong>. El ordenamiento de dichos archivos llevó<br />

varios años, y tuvo diversos criterios y etapas.<br />

Ante una solicitud de habeas data, fue posible obtener parte de los documentos<br />

y fotos acerca de las diversas detenciones arbitrarias de Federico<br />

Tatter Morínigo, los diversos seguimientos a toda su familia y a todas<br />

las personas que pudieron haber tomado contacto con él en la Argentina<br />

durante su exilio a lo largo de los años. Varios detenidos políticos fueron<br />

interrogados acerca de su relación con mi padre. También, en una primera<br />

búsqueda a cargo de los custodios del llamado Archivo del Terror, fue<br />

posible hallar un par de fotos originales que habían sido sacadas a otras<br />

fotos, y que no correspondían a los formatos utilizados por la policía política<br />

paraguaya.<br />

En esas fotos Federico, mi padre, tenía la edad aproximada y la vestimenta<br />

cercana al día del secuestro, 15 de octubre de 1976, hecho que en una<br />

primera instancia hizo pensar a toda la familia que esas fotos habían sido<br />

sacadas en cautiverio en fecha posterior a octubre de 1976.<br />

298


anexos documentales<br />

Pero fue necesaria una segunda búsqueda en serie a un cúmulo mayor de<br />

fotos de otros detenidos para constatar que las fotos de Federico Tatter, encontradas<br />

en el Archivo del Terror, correspondían en efecto, a la última detención<br />

sufrida por él en Coordinación Federal Argentina, en junio de 1972,<br />

junto a decenas de paraguayos exiliados. Las fotos están en la Caja N° 1,<br />

páginas 42 a 53, del Archivo del Terror, y fueron aportadas a la Causa 1504<br />

llamada Causa <strong>Cóndor</strong>. Hasta la fecha, 2015, no ha sido posible localizar<br />

los restos de mi padre Federico Jorge Tatter Morínigo así como tampoco<br />

ha sido posible establecer el circuito represivo por él sufrido. Siguen<br />

abiertas las hipótesis de que pudo haber transitado por un CCD conocido<br />

como Cuatrerismo, cerca del Puente 12 del Camino de Cintura, y habría<br />

testimonios de que pudo haber sido visto en el CCD El Olimpo, de la capital<br />

argentina.<br />

(3) (4)<br />

7.2. Testimonio de Rosario Evangelina Quiroga<br />

… En octubre de 1977 decido radicarme en Uruguay, después<br />

de un año de vivir en pensiones y hoteles, lejos de mis hijas,<br />

para poder sortear la persecución. Al radicarme en Uruguay, me<br />

encuentro con Oscar De Gregorio, miembro importante del Peronismo<br />

Montonero, que es secuestrado por fuerzas uruguayas<br />

el 16 de noviembre de 1977 en el puerto de Colonia al hacer<br />

Migraciones para ingresar al país (…) El día 15 de Diciembre de<br />

1977 fui secuestrada en el balneario de Lagomar, Canelones,<br />

Uruguay, en la ruta interbalnearia junto a Rolando Pisarello, por<br />

Fuerzas Conjuntas Uruguayas, aproximadamente a las 8:30 de<br />

la mañana. Veníamos caminando desde mi casa, donde habían<br />

quedado mis tres hijas, María del Huerto Milesi de Pisarello, la<br />

hija de ella María Laura, Susana de Barri y su hijita Alejandra. (…)<br />

Yo había decidido no hablar, no decir una palabra, lo cual provocó<br />

mucha indignación en mis secuestradores quienes me golpearon<br />

salvajemente varias veces (…) La otra tortura era la presión<br />

con mis hijas de las cuales me traían pertenencias como un<br />

zapatito, un suéter o un vestidito, y me decían indistintamente<br />

que las torturarían en mi presencia, las harían presenciar mi tor-<br />

(3) Testimonio de Rosario Evangelina Quiroga ante Juzgado Nacional en lo Criminal y Correccional<br />

Federal Nº 7, de la ciudad de Buenos Aires, el 4 de mayo de 2000.<br />

(4) Madres y Familiares de Uruguayos Detenidos Desaparecidos, A todos ellos, Montevideo, Editado<br />

por Madres y Familiares de Uruguayos Detenidos Desaparecidos, 2004, pp. 131/133.<br />

<strong>Operación</strong> <strong>Cóndor</strong>. 40 años después<br />

299


anexos documentales<br />

tura para enloquecerlas (…) En la habitación había unos 15 hombres<br />

entre uruguayos y argentinos. Los argentinos se presentan<br />

me dicen que me van a trasladar a Argentina en ese mismo momento.<br />

Luego supe que se trataba de miembros del G.T.3.3.2.<br />

que nos fueron a buscar a Uruguay (…) En Buenos Aires supongo<br />

que aterrizamos en Aeroparque por el tiempo transcurrido<br />

entre la salida del aeropuerto y la llegada a la ESMA. Me llevan<br />

a mí en un automóvil y a mis hijas en otro a lo que me enteraría<br />

después era la ESMA (…) El 17 de Diciembre de 1977, en la<br />

ESMA, para mi gran sorpresa me encontré con Oscar De Gregorio<br />

o lo que de él quedaba, puesto que era la quinta parte de<br />

la persona que había visto hasta el 16 de Noviembre de 1977.<br />

Supe por él mismo, que luego de varios días de tortura en manos<br />

de las Fuerzas Conjuntas Uruguayas, que consistió en golpes,<br />

“submarino” y “picaña” aplicados sin piedad y en forma<br />

constante, trató de fugarse y fue herido, gravemente herido en<br />

el abdomen por un oficial uruguayo y que a pedido del Tte. de<br />

Navío Pernía “Trueno”, miembro del G.T.3.3.2. de la ESMA, fue<br />

sometido a una delicada operación para salvarle la vida y de<br />

esa forma tratar de arrancarle la información que querían. (…)<br />

Luego de haberse recuperado un poco fue trasladado en avión<br />

a Buenos Aires al interior del Casino de Oficiales de la ESMA.<br />

Un mes después es cuando yo lo veo y recién el día anterior<br />

había podido dar unos pasos. Inmediatamente comprendemos<br />

que mi rápido traslado a Argentina se debe a que yo soy una<br />

excelente presión para Óscar De Gregorio. Al no poder tocarlo<br />

(por su estado) lo amenazaban con torturarme a mí si ambos no<br />

colaborábamos en brindar la información que requerían (…) El<br />

lunes 24 de Abril de 1978 fue llevado al Hospital Naval con el temor<br />

en los ojos a no regresar, pero lo trajeron poco después de<br />

mediodía. La farsa debía continuar. Lo pusieron en la enfermería<br />

que no reunía las más mínimas condiciones de higiene y mucho<br />

menos de asepsia. Esa misma noche presentó una crisis profunda<br />

por lo que decidieron llevarlo nuevamente al Hospital Naval.<br />

En este viaje me hicieron acompañarlo. Se había presentado una<br />

infección, estaba muy débil, por lo que ordenaron una transfusión.<br />

Al regresar a la ESMA, el mismo médico que había manifestado<br />

que no había problemas, vino a darme explicaciones, a<br />

300


anexos documentales<br />

“lavarse las manos” (…) El martes 25 de Abril, experimentó una<br />

leve mejoría, volvió en sí por primera vez, me reconoció y pidió<br />

que rogara a Dios porque él ya no aguantaba un sufrimiento<br />

más. Se durmió tranquilo. Salí de la enfermería un momento<br />

para ir al baño y pude ver que entraba el enfermero de guardia,<br />

(me llamó la atención porque no era hora de aplicar inyecciones).<br />

No debo haber demorado 10 minutos en regresar, el enfermero<br />

ya no estaba y Óscar presentaba un cuadro de asfixia<br />

propio de los paros cardiacos. Pedí ayuda a gritos, por supuesto<br />

cuando alguien llegó a ayudar ya era demasiado tarde, además<br />

ni oxígeno había en esa enfermería. Óscar De Gregorio había<br />

dejado de existir con un plan orquestado: no debían quitarnos<br />

a los demás las expectativas de vida…<br />

(5)(6)<br />

7.3. Testimonio de Enrique Rodríguez Larreta Piera<br />

En fecha 1° de Julio de 1976 fui informado por mi nuera, Raquel<br />

Nogueira Paullier, de la desaparición de mi hijo Enrique<br />

Rodríguez Larreta Martínez, uruguayo, casado, de 26 años de<br />

edad, padre de un niño de 5 años, de profesión periodista y con<br />

residencia legal en la República Argentina desde el año 1973.<br />

De inmediato nos pusimos en contacto con un abogado y con<br />

su asesoramiento presentamos un recurso de hábeas corpus (...)<br />

Varios días después se me informó que el recurso se archivaría<br />

ya que las autoridades habían informado que no se registraba<br />

pedido de captura contra mi hijo y que tampoco se encontraba<br />

detenido. En la noche del 13 al 14 de Julio una banda de entre<br />

8 y 12 personas armadas, luego de penetrar en el edificio<br />

de departamentos en que se domiciliaban mi hijo y mi nuera,<br />

derribaron la puerta del departamento e irrumpieron en él sin<br />

exhibir ninguna orden de allanamiento (...) mi nuera y yo fuimos<br />

sacados de la casa y se nos introdujo en una camioneta cerrada.<br />

El vehículo en que viajamos se dirigió a otra casa; luego<br />

de estacionar unos minutos se introdujo junto a nosotros a una<br />

pareja, tras de lo cual se nos condujo a un local para entrar al<br />

(5) Extractos de la denuncia de Enrique Rodríguez Larreta Piera, legajo n° 2539 CONADEP.<br />

(6) CONADEP, Nunca más. Informe de la Comisión Nacional sobre la desaparición de personas,<br />

7 a . ed., Bs. As., Eudeba, 2006, pp. 272/274.<br />

<strong>Operación</strong> <strong>Cóndor</strong>. 40 años después<br />

301


anexos documentales<br />

cual fue necesario levantar una ruidosa cortina metálica de enrollar.<br />

Pude advertir de inmediato que en ese local se hallaba<br />

un número elevado de personas en las mismas condiciones que<br />

yo. Entre ellos identifico a mi hijo por su voz y porque habían<br />

utilizado para encapucharme una bolsa de azúcar de trama no<br />

muy cerrada, lo que me permitía ver las siluetas. Posteriormente,<br />

un guardia apercibe de que puedo distinguir algo, por lo<br />

que me da una golpiza y me venda los ojos fuertemente con<br />

un trapo. Pude reconocer también entre las personas que se<br />

hallaban allí a Margarita Michelini —hija de mi amigo el Senador<br />

Zelmar Michelini, asesinado poco tiempo antes— y León Duarte,<br />

dirigente obrero uruguayo de relevante actuación en el movimiento<br />

sindical de mi país. Mientras se me tortura me formulan<br />

preguntas sobre las actividades políticas de mi hijo y sobre<br />

mi participación en el Partido por la Victoria del Pueblo al que,<br />

según ellos, pertenecía mi hijo. Es en este cuarto donde puedo<br />

ver, en un momento en que por la copiosa transpiración se corre<br />

algo la venda, que en la pared hay colgado un retrato de Adolfo<br />

Hitler de regular tamaño. Luego de sufrir ese tratamiento se me<br />

reintegró a la planta baja y permanecí allí hasta el día en que<br />

fui trasladado al Uruguay. Reconozco claramente la voz de Gerardo<br />

Gatti Antuña a quien conozco desde hace mucho tiempo<br />

como dirigente sindical de los obreros gráficos del Uruguay. Por<br />

comentarios de otro de los secuestrados —en momentos de<br />

descuido de los guardias podemos cambiar algunas palabras<br />

en voz baja—, me entero que otra de las voces escuchadas en<br />

la planta baja es la de Hugo Méndez, otro sindicalista uruguayo<br />

que había sido secuestrado en Buenos Aires en el mes de Junio.<br />

Con el paso de los días puedo darme cuenta —por el contenido<br />

de las conversaciones y los modismos que emplean— que la<br />

gran mayoría de los que participaron en el operativo de secuestro<br />

y todos quienes nos custodian son argentinos. Algunos militares<br />

uruguayos pertenecían a un grupo llamado OCOA (Organismo<br />

Coordinador de Operaciones Antisubversivas) integrado<br />

por militares y policías uruguayos que se distinguen en el trato<br />

entre ellos, con el nombre de “Oscar” seguido de un número<br />

ordinal. El día 26 de Julio se nos dijo que nos preparáramos<br />

para ser trasladados. Ya lo habían dicho tres días antes pero en<br />

302


anexos documentales<br />

esa oportunidad, según comentarios de la guardia, el avión en<br />

el que debíamos viajar no llegó por la fuerte tormenta de ese<br />

día, por lo que se postergó la operación. Se nos colocó tela<br />

adhesiva en los ojos y en la boca... Nos hicieron subir a la caja<br />

de un camión y sentarnos en el piso... Finalmente partimos de<br />

la casa en la que habíamos permanecido secuestrados. En ese<br />

momento quedaron en ella Gerardo Gatti, León Duarte y Hugo<br />

Méndez sobre cuyo destino nunca más supe nada. El camión<br />

en que se nos trasladaba iba fuertemente custodiado a juzgar<br />

por el ruido de numerosas motos y automóviles a nuestro alrededor,<br />

que hacían sonar sirenas en los cruces para interrumpir<br />

el tránsito. Nos condujeron a la Base Militar contigua al Aeroparque<br />

de la ciudad de Buenos Aires. Pude darme cuenta de<br />

ello al descender, ya que con la transpiración producida por el<br />

encierro y la llovizna que estaba cayendo en esos momentos la<br />

tela adhesiva se había desprendido algo, dejando cierta visibilidad.<br />

Una vez descendidos del camión se nos hizo subir a un<br />

avión “Fairchild” de los que utiliza la Fuerza Aérea Uruguaya<br />

y están afectados a los servicios TAMU (Transporte Aéreo Militar<br />

Uruguayo) y PLUNA (Línea Nacional de Aeronavegación).<br />

(…) Al aterrizar y descender pude advertir que estábamos en<br />

la Base Aérea Militar N° 1, contigua al Aeropuerto Nacional de<br />

Carrasco, en las afueras de Montevideo. La noche del día 14 de<br />

Agosto se nos sacó presurosamente del lugar en el que fuimos<br />

alojados. Realizamos un viaje de entre 20 y 30 minutos hasta<br />

nuestro nuevo destino…<br />

El día 22 de Diciembre se me deja en libertad conduciéndoseme<br />

hasta mi domicilio. La casa donde fui secuestrado es propiedad<br />

de mi nuera Raquel Nogueira Paullier. Cuando ya liberado viajé<br />

a Buenos Aires visité a la misma, la cual había sido saqueada.<br />

Posteriormente se me informó que luego del secuestro fue clausurada<br />

con una faja que rezaba “Ejército Argentino”. El portero<br />

fue testigo presencial de los hechos ocurridos. Reitero que el<br />

inmueble es el sito en la calle Víctor Martínez 1480 de la Capital<br />

Federal. Cuando decidí salir del Uruguay para dar testimonio de<br />

estos hechos, viajé a la ciudad de Buenos Aires. Allí en contacto<br />

con integrantes de la colonia uruguaya de refugiados, pude<br />

enterarme que mi descripción coincidía con la que había hecho<br />

<strong>Operación</strong> <strong>Cóndor</strong>. 40 años después<br />

303


anexos documentales<br />

un matrimonio argentino que tiempo antes había logrado fugar<br />

de la casa en que se lo retenía ilegalmente y que ubicaron en la<br />

calle Venancio Flores esquina Emilio Lamarca. Concurrí al lugar<br />

y efectivamente es donde estuvimos detenidos. Es un antiguo<br />

taller que tiene en su frente un cartel que dice “Automotores<br />

Orletti”. Al ser liberado supe que en el mes de Setiembre de<br />

1976 se había denunciado la desaparición de varias decenas de<br />

refugiados uruguayos en Buenos Aires, incluyendo tres niños de<br />

corta edad secuestrados junto a sus padres. Todo lo dicho implica<br />

una clara denuncia de intervención en un país extranjero a<br />

la vez que una violación de la Declaración Universal de los Derechos<br />

del Hombre, de la Declaración Americana de Derechos<br />

y Deberes del Hombre y de la Convención de Ginebra de 1951<br />

sobre el refugiado político.<br />

(7) (8)<br />

7.4. Testimonio de Javier Diez Canseco<br />

Mi nombre es Javier de Canseco, tengo 54 años, he militado<br />

toda mi vida en la izquierda. He sido el primer Presidente de<br />

izquierda de la Federación de Estudiantes de la Pontificia Universidad<br />

Católica de Lima en el año 70, el mismo año que fui<br />

separado de la Universidad por el primer paro de trabajadores<br />

y estudiantes en la Universidad a tres días de acabar mi licenciatura<br />

que no termine. Luego he sido Secretario general de Vanguardia<br />

Revolucionaria. (…) He sido Secretario general de Partido<br />

Unificado Mariateguista. Ahora soy parte de un proyecto<br />

que es un reagrupamiento de izquierda y centro izquierda que<br />

se denomina Partido Democrático Descentralista. Entre 1979 y<br />

1995, he sido parte de lo que fue Izquierda Unidad; en representación<br />

de mi agrupación, he sido parte de la agrupación de la<br />

Dirección de Izquierda Unidad estando en el Congreso electo 6<br />

veces (…). Postulé en 1995, con Fujimori en el Gobierno (…), ya<br />

esta vez congresista porque era Cámara única (…). Postulé en el<br />

año 2001 por Unión por el Perú como invitado (…) y actualmente<br />

estoy en el Congreso representando a la Ciudad de Lima.<br />

(7) Extractos de la transcripción de la entrevista audiovisual de Javier Diez Canseco, Congresista<br />

de la República del Perú, Buenos Aires (Argentina), 03/09/2002.<br />

(8) “Testimonio de Javier Diez Canseco”, en Memoria Abierta, Bs. As., 2002.<br />

304


anexos documentales<br />

[Después del paro general del 19 de Julio de 1977, la dictadura<br />

del general Francisco Morales Bermúdez se vio forzado en convocar<br />

a elecciones para una Asamblea Constitucional]<br />

Vino el paro del 22 y 23 de Mayo del año 1978 que fue un paro<br />

más fuerte que el del 19 de Julio del año anterior y a pocos días<br />

de las elecciones para la Constituyente, circunstancia en la cual<br />

se produjo una represión nacional grande buscando capturar<br />

a los dirigentes particularmente de la oposición de izquierda<br />

y progresista entre los cuales, 9 fuimos detenidos y enviados a<br />

Jujuy al regimiento de montaña N° 20. Nosotros llegamos en un<br />

avión militar, un Antonov, y aterrizó en el aeropuerto de Jujuy<br />

el día 25 de Mayo de 1978. Me acuerdo perfectamente porque<br />

cuando bajamos, el oficial que nos recibió (…) nos dijo: “hoy<br />

es el día nacional de la Argentina y Ustedes están aquí a cargo<br />

del Gobierno Argentino que está hoy ocupado en las cosas del<br />

Día Nacional; cuando decidamos que hacer con Ustedes los comunicara<br />

y mientras tanto no hay ni preguntas ni respuestas”.<br />

Y nos subieron a unos camiones. Llevamos delante un camión<br />

con soldados, detrás un camión con soldados y delante de los<br />

camiones iban 2 camionetas, en una de ellas iba con 2 oficiales<br />

de la Marina [peruana] que habían sido deportados junto con<br />

nosotros aquí y, que increíblemente pero cierto, esperaban que<br />

los fueran a recibir Massera al aeropuerto y los invitaran al Mundial<br />

[de futbol de 1978 en Argentina], en una lectura realmente<br />

increíble de lo que estábamos viviendo mientras los civiles estábamos<br />

discutiendo si salíamos vivos o no (…) Terminamos presos<br />

en un cuartel, lo que relevaba una relación muy fluida entre los<br />

mandos de los ejércitos. Y la relación posterior que estuvimos<br />

con autoridades argentinas también reveló el nivel de la relación<br />

porque la primera autoridad que trató con nosotros propiamente<br />

sobre nuestra situación fue un Vice Ministro de Relaciones Exteriores<br />

que fue hasta Jujuy anunciarnos que el Gobierno Argentino<br />

había acordado darnos asilo a todos los civiles en Jujuy. Nosotros<br />

rechazamos el asilo. Resolvieron traernos a Buenos Aires.<br />

En Buenos Aires, llegamos en el aeropuerto que está aquí en<br />

plena ciudad (…). Aparecimos al rato en un edificio y después<br />

de haber salido identificamos como Coordinación Federal (…)<br />

Nos colocaron, no me acuerdo si en el tercero o quinto piso<br />

<strong>Operación</strong> <strong>Cóndor</strong>. 40 años después<br />

305


anexos documentales<br />

que era un piso llena de celdas de aislamiento con pasillos a los<br />

que se comunicaban estas celdas pero a su vez aislaban pasillo<br />

de otro. Y estuvimos ahí detenidos en una celda de aislamiento<br />

de 2,10 metros por 1,20 metro, eran muy estrechas, celdas que<br />

tenían un camastro muy a ras del piso con una colchoneta sin<br />

ningún tipo de cobertor y con la luz empotrada en el techo a un<br />

nivel muy alto inaccesible con una puerta, [y con una] plancha<br />

metálica que impedía ver hacía afuera. La luz estaba prendida<br />

todo el día y toda la noche y como nos quita[ron] relojes, pasadores<br />

no podíamos tener nada para leer, escribir al principio.<br />

Uno perdía la noción del tiempo porque nos alimentaban una<br />

vez al día y esto era absolutamente arbitrario, podía ser a la mañana,<br />

a la tarde, podía ser a la noche. [Una comida] francamente<br />

desagradable. Los que tenían algún plato, tuvieron traído de la<br />

cárcel de Lima comían en plato, los otros comían en un periódico<br />

o comiendo en la mano y era el único momento en lo que<br />

nos veíamos al inicio (…) Estábamos exactamente con la misma<br />

ropa (…) y habíamos además encajado la situación de otro preso<br />

aparentemente brasileño que gritaba a la distancia aparentemente<br />

había perdido la razón (…) Nunca tuvimos claro quién<br />

era. Varias semanas después de estar ahí de pronto nos sacaron<br />

y nos llevaron (…) a una suerte de dirección de Migraciones o de<br />

Extranjería y nos colocaron en una oficina a los que estábamos<br />

ahí y estaba otra vez este Vice Ministro acompañado en esta<br />

ocasión de un oficial o representante del Alto Comisionado de<br />

las Naciones Unidades para los Refugiados que nos traía cartas<br />

de familiares de Lima. Este personaje del Ministerio de Relaciones<br />

Exteriores (…) nos dijo: “Señores, Ustedes son huéspedes<br />

de la República Argentina, Ustedes no están detenidos, lo que<br />

ocurre es que estamos en el Mundial de futbol, los hoteles están<br />

llenos, no hay donde alojarlos” (…) Una indignación total (…)<br />

Una burla absurda. El hombre nos dijo: “Ustedes tienen acceso<br />

al teléfono en cuanto esta reunión acaba”. [Respondimos] “No!<br />

Queremos todo aquí con el funcionario de Naciones Unidas<br />

presente, nos dan el teléfono en este instante”. Y fue ahí que<br />

comenzamos a gestionar la posibilidad de salir de la Argentina<br />

y recibimos también pasaportes peruanos por primera vez<br />

con un enorme sello que decía “Expulsado” (…) Teníamos que<br />

306


anexos documentales<br />

resolver nuestros pasajes (…) Nos llegaron pasajes a destinos<br />

diversos, algunos de nosotros terminamos en París. Salimos por<br />

el aeropuerto de Ezeiza que, si mi recuerdo no me falla, estaba<br />

en construcción (…) Estuvimos en la comisaría y ahí estaba una<br />

señora argentina (…) que había estado presa varios años; su familia<br />

quería verla y no la dejaba verla entonces ahí también se<br />

armó una discusión en la comisaría con los policías y se logro<br />

que la señora pueda despedirse de sus familiares antes que la<br />

suban al avión. (…) Tuvimos este contacto con ella (…) hasta que<br />

llegó el vuelo nuestro. Nos entregaron al jefe del personal del<br />

vuelo de Air France, y le entregaron nuestros pasaportes y una<br />

carta para Migraciones Franceses entonces hubo una discusión<br />

ahí (…) con este señor reclamando de que como podía ser Air<br />

France una continuación de la cárcel argentina. Discutimos ahí<br />

si aceptábamos subir o no al avión en esa condición. Resolvimos<br />

que sería mejor la cárcel en todo caso en Francia que aquí. Este<br />

señor nos dijo (…): “Francia es un país democrático, somos solidarios<br />

con la gente que lucha por la democracia, suban, tomen<br />

asiento y en cuanto el vuelo parta y deje de tocar suelo argentino,<br />

yo les voy a devolver a Ustedes sus pasaportes”. Entonces<br />

nos sentaron, fue el único viaje que no hicimos esposados desde<br />

que nos habían echado del Perú (…) y efectivamente cuando<br />

partió el avión, vino este señor (…) con una señorita. Nos<br />

devolvieron nuestros documentos, rompió la carta (…) y dijo a<br />

la señorita: “Champagne para los señores!”.<br />

Esta operación ya revelaba una relación estrecha de gobierno<br />

a gobierno. No solamente porque nos envía un avión militar<br />

peruano, nos recibió un mando militar, nos detuvieron en instalaciones<br />

militares, nos detuvieron indocumentados (…) y nunca<br />

tuvimos una presencia de la embajada peruana (…) Estuvo<br />

marcado por una situación peculiar y de suerte. El intento de<br />

traernos aquí en Argentina no era matarnos sino era retenernos,<br />

sacarnos fuera, quitarnos presencia electoral y luego tomar una<br />

decisión. Una cosa que nos ayudó es que cuando llegó el avión<br />

al aeropuerto de Jujuy, un periodista local le tomó la foto y la<br />

publicó en primera de su diario local al día siguiente (…) con<br />

la pregunta ¿Qué hace un avión militar peruano en Jujuy? Esto<br />

fue, para mí, muy importante para acelerar el proceso.<br />

<strong>Operación</strong> <strong>Cóndor</strong>. 40 años después<br />

307


anexos documentales<br />

8. Archivos de la reunión inaugural de la <strong>Operación</strong> <strong>Cóndor</strong><br />

8.1. Programa de la Primera Reunión de Trabajo de Inteligencia<br />

Nacional, 25 de noviembre - 01 de diciembre de 1975, Santiago, Chile<br />

308


anexos documentales<br />

<strong>Operación</strong> <strong>Cóndor</strong>. 40 años después<br />

309


310<br />

anexos documentales


anexos documentales<br />

<strong>Operación</strong> <strong>Cóndor</strong>. 40 años después<br />

311


312<br />

anexos documentales


anexos documentales<br />

<strong>Operación</strong> <strong>Cóndor</strong>. 40 años después<br />

313


314<br />

anexos documentales


anexos documentales<br />

<strong>Operación</strong> <strong>Cóndor</strong>. 40 años después<br />

315


316<br />

anexos documentales


anexos documentales<br />

Fuente: Archivo del Terror, Museo de la Justicia, Centro de Documentación y Archivo para la Defensa<br />

de los Derechos Humanos, Asunción, Paraguay.<br />

<strong>Operación</strong> <strong>Cóndor</strong>. 40 años después<br />

317


anexos documentales<br />

8.2. Acta de clausura de la Primera<br />

Reunión Interamericana de Inteligencia Nacional<br />

318


anexos documentales<br />

<strong>Operación</strong> <strong>Cóndor</strong>. 40 años después<br />

319


320<br />

anexos documentales


anexos documentales<br />

Fuente: Corporación de Promoción y Defensa de los Derechos del Pueblo (CODEPU), Museo de la<br />

Memoria y los Derechos Humanos, Santiago, Chile.<br />

<strong>Operación</strong> <strong>Cóndor</strong>. 40 años después<br />

321


anexos documentales<br />

10. El Acervo Documental <strong>Cóndor</strong>, por el Instituto de Políticas<br />

Públicas en Derechos Humanos (IPPDH) del Mercosur<br />

El proyecto del Acervo Documental <strong>Cóndor</strong> (9) (ADOC) surgió del mandato<br />

que recibió el Instituto de Políticas Públicas en Derechos Humanos<br />

(IPPDH) del Mercosur de brindar asistencia al Grupo Técnico de obtención<br />

de datos, información y relevamiento de archivos de las coordinaciones represivas<br />

del Cono Sur y en particular de la <strong>Operación</strong> <strong>Cóndor</strong>, que funciona<br />

en la órbita de la Comisión Permanente de Memoria, Verdad, y Justicia<br />

de la Reunión de Altas Autoridades de Derechos Humanos y Cancillerías<br />

del Mercosur y Estados Asociados (RAADDHH).<br />

El ADOC tiene como objetivo general acompañar los procesos de verdad<br />

y justicia que se desarrollan en la región, a partir del relevamiento,<br />

organización, y puesta a disposición de información relativa al patrimonio<br />

archivístico que documenta las graves violaciones a los derechos humanos<br />

cometidas en el marco de las coordinaciones represivas del Cono Sur. Asimismo,<br />

con esta iniciativa, se busca potenciar procesos internos, en cada<br />

país, vinculados con la identificación, ordenamiento, y publicidad de los<br />

archivos que registran el accionar represivo de los Estados de la región.<br />

El ADOC describe brevemente el contenido de los archivos y fondos documentales<br />

relacionados con este tema en el Cono Sur. También da cuenta<br />

de las condiciones de preservación y niveles de acceso, especificando<br />

en cada caso si existen restricciones de carácter normativo o fáctico. Esta<br />

guía, que se confeccionó siguiendo los estándares internacionales para la<br />

descripción archivística, constituye un instrumento de búsqueda de documentos<br />

útiles para la investigación (judicial y administrativa), estudio e<br />

interpretación del pasado reciente.<br />

A continuación se mostrará una serie de ejemplos seleccionados para ilustrar<br />

la variedad de recursos documentales integrados en la guía de búsqueda<br />

ADOC. Los criterios de selección respondieron a las diferentes características<br />

que constituyen una descripción archivística, tales como el valor<br />

patrimonial de los documentos, el tipo de productor, las condiciones de<br />

acceso o el estado de conservación de los documentos. Se eligió una descripción<br />

por los países siguientes: Argentina, Bolivia, Brasil, Chile, Paraguay<br />

y Uruguay.<br />

(9) [En línea] http://adoc.ippdh.mercosur.int/ArchivoCondor.<br />

322


anexos documentales<br />

10.1. Argentina - Fondo CAREF<br />

Comisión Argentina para los Refugiados y Migrantes<br />

Título<br />

Fecha(s) 1973-1995<br />

Nivel de descripción<br />

Volumen y soporte<br />

Área de identidad<br />

Comisión Argentina para los Refugiados y Migrantes<br />

Fondo<br />

434 cajas de archivo en soporte papel<br />

Área de contexto<br />

Nombre<br />

del productor<br />

Historia<br />

administrativa<br />

CAREF (1973-)<br />

CAREF fue creada en el año 1973 por las iglesias protestantes en<br />

Argentina y bajo mandato del Consejo Mundial de Iglesias para<br />

dar respuesta al ingreso masivo de refugiados políticos chilenos<br />

a Argentina como consecuencia del golpe militar que derrocó<br />

al presidente Salvador Allende. Desde su creación, CAREF comenzó<br />

una tarea de recepción y asistencia a los chilenos exiliados<br />

que encontraron en Argentina un primer lugar de refugio y<br />

continuó trabajando ininterrumpidamente a lo largo de todos los<br />

años que duró el gobierno militar en Argentina (1976-1983). Particularmente<br />

en este período, los coordinadores y trabajadores<br />

de CAREF debieron sortear persecuciones, allanamientos, amenazas<br />

y vigilancias que condicionaron los alcances de su ayuda<br />

pero no la limitaron completamente. En este marco, mientras una<br />

oleada significativa de argentinos, chilenos y uruguayos huían de<br />

Argentina por la escalada de violencia del régimen militar, en CA-<br />

REF se mantuvieron las puertas abiertas. En este sentido, hubo<br />

otros casos de refugiados bajo el estatuto de ACNUR que se quedaron<br />

en Argentina en esos años y que requirieron de una gran<br />

atención por parte de la institución. Además de los refugiados latinoamericanos,<br />

CAREF recibió a migrantes provenientes de otras<br />

latitudes, por ejemplo, la inmigración recibida desde Laos, Camboya<br />

y Vietnam entre 1979 y 1981 que cuenta con un importante<br />

registro de expedientes en el archivo. Con la vuelta de la democracia<br />

al país, en 1983 CAREF continuó brindando asistencia a otras<br />

poblaciones de refugiados políticos de las dictaduras de la región<br />

(chilenos, paraguayos, uruguayos y bolivianos), y participó en programas<br />

de reinserción de exiliados argentinos retornados. A partir<br />

de los años noventa hasta la actualidad, se incorporó la atención<br />

de una población heterogénea de migrantes latinoamericanos, de<br />

Europa del este, asiáticos y africanos que llegaron a Argentina en<br />

búsqueda de oportunidades laborales, educativas o que llegaban<br />

al país solicitando refugio por distintos motivos. Esto significó para<br />

la institución una labor sistemática de atención y respuesta a distintas<br />

necesidades, tanto de asesoramiento para la regularización del<br />

estatus migratorio y como en el apoyo y orientación en casos de<br />

vulneración de derechos, incluyendo la falta de acceso a servicios<br />

sociales, educación y salud.<br />

<strong>Operación</strong> <strong>Cóndor</strong>. 40 años después<br />

323


anexos documentales<br />

Área de contenido y estructura<br />

El archivo se conforma de la documentación producida por la institución<br />

desde el momento mismo del inicio de sus actividades.<br />

Siempre permaneció en la misma localización física. En 1988 se<br />

definió por primera vez un lugar físico específico para la documentación<br />

y comenzaron a organizarse muchos de los informes y<br />

documentos de trabajo producidos por los asistentes sociales en<br />

los años previos. El segundo esfuerzo de sistematización de los documentos<br />

se inició en el año 2009, pero no se continuó debido a<br />

ausencia de recursos, aunque se avanzó en la elaboración de un<br />

inventario somero.<br />

El fondo documental de CAREF está compuesto de dos grandes<br />

series:<br />

Alcance y contenido<br />

• Documentación institucional: reúne información dese 1973 hasta<br />

1990-95 (201 cajas de archivo). Entre los tipos documentales se<br />

encuentran las actas de la institución, la correspondencia enviada<br />

y recibida entre las iglesias con otros organismos ecuménicos<br />

y con el gobierno nacional, informes de trabajo, rendiciones de<br />

cuentas, solicitudes de financiamiento, proyectos institucionales<br />

y boletines y revistas de organizaciones. Mucha de esta documentación<br />

se relaciona con organismos internacionales tales<br />

como el Consejo Mundial de Iglesias, el Alto Comisionado de<br />

las Naciones Unidas para los Refugiados (ACNUR), la Comisión<br />

Católica Argentina, la Coordinadora de Acción Social, el Movimiento<br />

Ecuménico por los Derechos Humanos, el Centro de<br />

Estudios Legales y Sociales, el Comité Ecuménico de Acción Social,<br />

Fundación de Ayuda Social de las Iglesias Cristianas (FASIC),<br />

entre otros.<br />

• La otra serie (separada físicamente de la primera) reúne 223<br />

cajas de archivo que contienen los expedientes creados por la<br />

institución entre 1973 y 1995. Los expedientes tienen fichas de<br />

información básica de los migrantes y refugiados y un anexo de<br />

relatorías elaboradas por los asistentes sociales acerca de las<br />

entrevistas que tenían con los refugiados. En dichas relatorías<br />

se indican los principales problemas por los que las personas<br />

llegaban a la institución y las dimensiones de su vida cotidiana<br />

en la que requerían de una respuesta urgente.<br />

Área de condiciones de acceso y uso<br />

Condiciones<br />

de acceso<br />

No existen condiciones materiales de acceso debido a que la documentación<br />

no está sistematizada ni existen herramientas para su<br />

consulta.<br />

324


anexos documentales<br />

10.2. Bolivia - Fondo HBS Juicio de Responsabilidades<br />

al expresidente Gral. Hugo Banzer Suárez<br />

Área de identidad<br />

Título<br />

Juicio de Responsabilidades al expresidente<br />

Gral. Hugo Banzer Suárez.<br />

Fecha(s) 1979-1980<br />

Nivel de descripción<br />

Volumen y soporte<br />

Fondo<br />

06 tomos<br />

Área de contexto<br />

Nombre<br />

del productor<br />

Congreso Nacional de Bolivia/Asamblea Legislativa Plurinacional<br />

de Bolivia (1911-)<br />

El Congreso Nacional fue creado en 1826. La Vicepresidencia de<br />

la República desde 1826 fue establecida en la estructura jurídicapolítica<br />

de la Constitución Boliviana como parte del Estado, cumpliendo<br />

a partir de entonces funciones trascendentales tanto en<br />

el Poder Ejecutivo y Legislativo, respondiendo a las necesidades<br />

económicas, sociales y políticas del país. En 2009 el Congreso Nacional<br />

con la nueva Constitución Política del Estado, es remplazado<br />

por la Asamblea Legislativa Plurinacional.<br />

La Asamblea Legislativa Plurinacional es el Poder Legislativo Nacional<br />

de Bolivia y sesiona en la ciudad de La Paz, sede del gobierno.<br />

Es bicameral, consistiendo de una Cámara de Diputados y una<br />

Cámara de Senadores o Senado.<br />

Historia<br />

administrativa<br />

El Senado tiene 36 miembros, cuatro representantes de cada Departamento.<br />

Los Senadores son elegidos de listas partidarias para un<br />

período de cinco años. La edad mínima para postular es de 30 años.<br />

La Cámara de Diputados tiene 130 miembros: 68 diputados son<br />

elegidos por votación directa para representar un distrito electoral<br />

y los otros 62 son elegidos por representación proporcional<br />

desde las listas de cada partido en distrito único, todo el país.<br />

Los diputados también tienen un período de cinco años y deben<br />

tener como mínimo 18 años cumplidos al día de la elección.<br />

Las dos cámaras de la Asamblea se reúnen en el Palacio Legislativo.<br />

Antes de ser el palacio legislativo, el edificio del congreso fue<br />

un convento y una universidad.<br />

El Vicepresidente, en su calidad de Presidente de la Asamblea,<br />

cuenta con un despacho en un edificio en la Calle Mercado, en el<br />

centro de La Paz. Ese edificio de la Vicepresidencia fue construido<br />

en un inicio para ser local del Banco Central de Bolivia. Bajo el gobierno<br />

de Jaime Paz Zamora (1989-1993), el edificio se reasignó a la<br />

vicepresidencia pero la plantilla de asesores del vicepresidente no se<br />

mudó a ese local hasta 1997. En ese edificio también se encuentra<br />

la Librería de la Asamblea Legislativa y el Archivo de la Asamblea.<br />

<strong>Operación</strong> <strong>Cóndor</strong>. 40 años después<br />

325


anexos documentales<br />

Área de contexto<br />

Historia<br />

administrativa<br />

En el mismo edificio de la Vicepresidencia funciona la Biblioteca y<br />

Archivo Histórico de la Asamblea Legislativa Plurinacional cumplió,<br />

el año 2011, cien años custodiando la memoria política y legislativa<br />

de Bolivia, después que un 14 de septiembre de 1911, a iniciativa<br />

del senador orureño Moisés Ascarrunz, el entonces Congreso Nacional<br />

autorizó la apertura de la biblioteca con un fondo bibliográfico<br />

de 5.000 volúmenes.<br />

Su fondo documental se compone principalmente de colecciones<br />

oficiales de leyes, decretos, resoluciones camarales que se remontan<br />

inclusive hasta 1825.<br />

Guarda también bibliografía sobre legislación, derecho, economía,<br />

ciencias políticas y sociología; seis mil monografías modernas; alrededor<br />

de cien títulos de libros antiguos; doscientos títulos de<br />

revistas; una hemeroteca compuesta por cerca de diez mil ejemplares<br />

de periódicos de dieciséis títulos de circulación nacional; la<br />

memoria política del Órgano Legislativo (el Fondo Senado Nacional,<br />

el Fondo Cámara de Diputados); los documentos de la Asamblea<br />

Constituyente de 2006-2007 (Fondo Asamblea Constituyente);<br />

audios de sesiones camarales y de legislatura desde 1947 hasta el<br />

año 2000 en diversos soportes, y publicaciones oficiales producidas<br />

o editadas por los órganos Ejecutivo, Legislativo, Judicial, Electoral<br />

o entidades con personería jurídica.<br />

El Archivo y Biblioteca publicaba cada dos meses la revista Fuentes<br />

del Congreso, Revistas de la Biblioteca y Archivo Histórico de<br />

la Asamblea Legislativa Plurinacional, que reunía un conjunto de<br />

ensayos, noticias e informes relativos a la historia, las bibliotecas,<br />

archivos, museos y libros.<br />

La Biblioteca y Archivo Histórico de la Asamblea Legislativa Plurinacional<br />

cada dos meses presenta un informe de las actividades<br />

que realiza, para transparentar la gestión de los recursos y también<br />

para que se sepa las publicaciones que ingresan.<br />

No tiene página web propia. Constan informaciones y referencias<br />

suyas en el portal de la Vicepresidencia del Estado Plurinacional,<br />

local en que se localiza su sede, en el subterráneo del edificio de<br />

la Vicepresidencia, en la calle Mercado, casi esquina Ayacucho,<br />

nº 308 7056, en la ciudad de La Paz.<br />

Área de contenido y estructura<br />

Alcance<br />

y contenido<br />

Tomos del juicio de responsabilidad de Hugo Banzer.<br />

En el conjunto de documentos constan informaciones relacionadas<br />

a su biografía, estudios militares realizados en la Argentina, donde<br />

también estuvo exilado, y fue un activo participante del Plan <strong>Cóndor</strong>,<br />

la internacional represiva de las dictaduras latinoamericanas.<br />

Dato relevante es que el juicio tuvo su interrupción con el golpe de<br />

Estado de Luís García Mesa que paró el proceso.<br />

326


anexos documentales<br />

Área de contenido y estructura<br />

Alcance<br />

y contenido<br />

Potencialmente, los documentos posibilitan el estudio de las instituciones<br />

represivas, violaciones a los derechos humanos, víctimas<br />

de la represión, dictadura en Bolivia, entre otros.<br />

Los documentos provienen de los medios de comunicación.<br />

Entregados por lo señores Raúl Garafulic Gutiérrez y Jorge Canelas<br />

Sáenz, Presidente y Director del Directorio del matutino<br />

La Razón son documentos textuales constituidos en conjuntos<br />

de expedientes.<br />

Área de condiciones de acceso y uso<br />

Condiciones<br />

de acceso<br />

Su consulta es abierta al público sin restricciones. Existe una normativa<br />

institucional para consulta.<br />

10.3. Brasil - Fondo DFANBSB, XX IE<br />

Centro de Informações do Exterior<br />

Área de identidad<br />

Título<br />

Centro de Informações do Exterior<br />

Fecha(s) 1966-1985<br />

Nivel de descripción<br />

Volumen y soporte<br />

Fondo<br />

Textual(is) - sem especificação - 1,8 m lineares.<br />

Área de contexto<br />

Nombre<br />

del productor<br />

Centro de Informações do Exterior – (CIEx) (1966-1985)<br />

Historia<br />

administrativa<br />

Integrante do Sistema Nacional de Informações (SISNI), o Centro<br />

de Informações no Exterior (CIEx) foi um órgão clandestino de segurança<br />

criado dentro do Itamaraty. Inspirado na experiência do<br />

monitoramento do exílio brasileiro no Uruguai, o embaixador do<br />

Brasil neste país, Manoel Pio Corrêa, redigiu a portaria ultrassecreta<br />

que criava o Centro de Informações do Exterior, vinculado ao<br />

Serviço Nacional de Informações (SNI) e subordinado à Secretaria<br />

Geral de Relações Exteriores, em 1966, sendo que esse sistema<br />

de informações perdurou até 1985. Funcionando com o nome de<br />

“Assessoria de Documentação de Política Exterior”, as atividades<br />

de espionagem funcionavam sob o nome de “Plano de Busca Externa”,<br />

com apoio dos agentes do SNI e dos adidos militares –<br />

geralmente vinculados aos serviços de inteligência de suas Forças.<br />

Oficialmente, existia um centro responsável por fornecer informações<br />

estratégicas ao Itamaraty a fim de melhorar a execução política<br />

externa do país.<br />

<strong>Operación</strong> <strong>Cóndor</strong>. 40 años después<br />

327


anexos documentales<br />

Área de contexto<br />

Um dos requisitos básicos para ser um agente do CIEx era ter realizado<br />

o curso de planejamento estratégico da Escola Superior de<br />

Guerra (ESG) ou ter feito o treinamento de agente na Escola Nacional<br />

de Informações (EsNI). O próprio criador do CIEx era formado<br />

na ESG.<br />

Esse órgão de espionagem ultrapassou o âmbito do Cone Sul,<br />

estendendo-se até a Europa, inclusive. Atuou nas embaixadas de<br />

Montevidéu, Buenos Aires, Santiago, Paris, Praga, Moscou e Lisboa<br />

(após a Revolução dos Cravos, em 1975). O grau de envolvimento<br />

com agências estrangeiras de informações foi intenso, principalmente<br />

com as do Cone Sul, havendo um amplo intercâmbio<br />

com órgãos de inteligência desses países. Constituiu-se em uma<br />

verdadeira “elite” do sistema de informação.<br />

Historia<br />

administrativa<br />

O CIEx teve como principal objetivo a espionagem, o controle e o<br />

monitoramento dos exilados brasileiros durante a ditadura: nos locais<br />

onde havia a maior concentração de exilados, era exatamente<br />

onde o CIEx mais agia. Desse modo, quando o Chile de Salvador<br />

Allende começou a ser o país de maior atração tanto dos exilados<br />

brasileiros que se encontravam em outros países, —como, por<br />

exemplo, no Uruguai—, assim como dos integrantes da chamada<br />

segunda geração do exílio —composta principalmente por integrantes<br />

da luta armada e do movimento estudantil—, a atuação do<br />

CIEx passou a ser mais intensa no Chile.<br />

Para obter as informações desejadas sobre os exilados, esse centro<br />

de espionagem recorria a vários métodos: infiltração de agentes<br />

no meio dos exilados, violação de correspondência, apreensão de<br />

materiais pessoais e das organizações, rastreamento de veículos<br />

considerados suspeitos que circulavam pela fronteira, controle das<br />

atividades e dos “pombos-correios”, etc. Além disso, a contratação<br />

de informantes e, principalmente, a colaboração de forças<br />

policiais do país que abrigava os exilados era fundamental nas atividades<br />

exercidas pelo CIEx.<br />

O CIEx não se envolvia diretamente em ações repressivas: estas<br />

ficavam a cargo do Departamento de Ordem Política e Social<br />

(DOPS) e dos órgãos militares. Cabia ao CIEx repassar as informações<br />

para o SNI, que depois as irradiavam para os órgãos de<br />

repressão direta. Além do CIEx, o SNI era auxiliado nas atividades<br />

de espionagem pelos serviços de inteligência das Forças Armadas:<br />

o Centro de Informações do Exército (CIE), o Centro de Informações<br />

de Segurança da Aeronáutica (CISA) e o Centro de Informações da<br />

Marinha (CENIMAR). No âmbito civil, recebia ajuda na coleta de informações<br />

das diversas Divisões de Segurança e Informações (DSI)<br />

dos ministérios civis e dos DOPS. Os relatórios realizados por esses<br />

órgãos repressivos eram encaminhados ao SNI.<br />

328


anexos documentales<br />

Área de contexto<br />

Os documentos do CIEx seguiam a padronização instituída pelo<br />

SNI, que determinava um modelo geral para a elaboração e classificação<br />

de documentos. Os informes eram avaliados pelo grau de<br />

confiabilidade das informações que continham, recebendo uma sigla<br />

correspondente: nesse sistema, “A1” indicava, para os padrões<br />

do SNI, fontes cem por cento seguras; enquanto que a avaliação<br />

C3 correspondia a fontes bem menos confiáveis (as avaliações<br />

eram A1, A2, A3; B1, B2, B3; C1, C2, C3).<br />

Também era função do CIEx, além das já mencionadas, a produção<br />

de informações sobre áreas peculiares relacionadas ao Ministério<br />

das Relações Exteriores, como assuntos ligados à segurança nacional,<br />

subversão, terrorismo, corrupção, imagem do Brasil no exterior<br />

e contrainformação.<br />

Historia<br />

administrativa<br />

Ao longo de sua existência, o CIEx cumpriu diferentes funções<br />

e objetivos. Se, inicialmente, o maior volume de informes fazia<br />

referência à atuação dos exilados brasileiros, com o advento da<br />

distensão política e da Anistia, ocorreu um redirecionamento das<br />

atividades do CIEx, que passaram a refletir novas preocupações.<br />

Assim, mesmo que o CIEx continuasse mantendo a vigilância sobre<br />

atividades consideradas subversivas, o destaque passou para<br />

as análises de conjuntura internacional, análises de processos políticos<br />

de países que mais interessavam ao Brasil, temas como Direitos<br />

Humanos, atuação dos Estados Unidos na América Latina,<br />

e outros, distintos das atividades relacionadas à repressão. Outro<br />

aspecto relativo à documentação do CIEx é o de ela apontar que,<br />

bem antes de iniciativas conjuntas dos sistemas de informações<br />

dos países do Cone Sul terem sido implementadas —como a Operação<br />

Condor—, o Brasil já atuava no plano externo com grande<br />

desenvoltura.<br />

Área de contenido y estructura<br />

Alcance<br />

y contenido<br />

Condiciones<br />

de acceso<br />

Atividades de cidadãos brasileiros no exterior, acompanhamento<br />

de emissão de passaportes, vistos, naturalização e análise de conjuntura.<br />

Arquivo Permanente. O acervo está 100% identificado e<br />

organizado. Os procedimentos técnicos de organização arquivística<br />

encontram-se normalizados, e seguem as normas ISAD-G. O acervo<br />

conta com uma listagem e uma base de dados como instrumentos<br />

de pesquisa. A base de dados não está disponível via online.<br />

Área de condiciones de acceso y uso<br />

Edital N° 1, de 17/05/2012. Arquivo Nacional (Brasil). Eventual requerimento<br />

de restrição de acesso aos documentos sobre uma<br />

determinda pessoa.<br />

<strong>Operación</strong> <strong>Cóndor</strong>. 40 años después<br />

329


anexos documentales<br />

Área de condiciones de acceso y uso<br />

O decreto 7724 de 16/05/2012. Regulamenta a Lei 12.527 de<br />

18/11/2011, Lei de acesso à Informação de 18 de novembro de 2011.<br />

Condiciones<br />

de acceso<br />

Portaria N° 417, de 5 de abril de 2011. Regulamenta o procedimento<br />

de acesso aos documentos produzidos e acumulados por<br />

órgãos e entidades integrantes, direta ou indiretamente, do extinto<br />

Sistema Nacional de Informações e Contrainformação - SISNI,<br />

relacionados ao regime militar que vigorou entre os anos de 1964<br />

e 1985, que estejam sob a guarda do Arquivo Nacional, e dá outras<br />

providências. Diário Oficial da União, n° 66, Seção 1, pp. 66-67, 6<br />

abril de 2011.<br />

10.4. Chile - Unidad documental simple CL EJ 2182-98.<br />

Causa Episodio “<strong>Operación</strong> <strong>Cóndor</strong>”<br />

Título<br />

Fecha(s) 1998<br />

Nivel de descripción<br />

Volumen y soporte<br />

Nombre<br />

del productor<br />

Área de identidad<br />

Causa Episodio “<strong>Operación</strong> <strong>Cóndor</strong>”<br />

Unidad documental simple<br />

s/d<br />

Área de contexto<br />

Ministro en Visita Extraordinaria de la Corte de Apelaciones de<br />

Santiago<br />

Corte Suprema de Justicia de Chile (1823-)<br />

Historia<br />

administrativa<br />

La creación de la Corte Suprema de Chile se remonta a 1823. La<br />

Constitución Política de 1823 creó la “Suprema Corte de Justicia”,<br />

calificándola como la “primera magistratura judicial del Estado” (artículo<br />

143), que debía “proteger, hacer cumplir y reclamar a los otros<br />

poderes por las garantías individuales y judiciales”, compuesta de 4<br />

ministros, un presidente, más un “procurador nacional”. La instalación<br />

de la Corte se verificó el 29 de diciembre del mismo año, siendo<br />

sus primeros integrantes: José Gregorio Argomedo (Presidente),<br />

Francisco Antonio Pérez, Gaspar Marín y Lorenzo José Villalón<br />

(Ministros), y Mariano Egaña (Procurador Nacional). Posteriormente,<br />

cambió su denominación oficial a “Corte Suprema”, con la Constitución<br />

Política de 1828 (artículo 93). La Constitución Política de 1833<br />

no la contempló, limitándose a dejar a la ley la determinación de la<br />

magistratura a cuyo cargo estuviere “la superintendencia directiva,<br />

correccional y económica sobre todos los Tribunales y juzgados de la<br />

Nación, con arreglo a la ley que determine su organización y atribuciones”<br />

(artículo 113), manteniendo la estructura y organización de<br />

los tribunales entonces vigente (derivada de la Constitución de 1823<br />

y del “Reglamento de Administración de Justicia de 1824”), hasta la<br />

dictación de dicha norma legal.<br />

330


anexos documentales<br />

Área de contenido y estructura<br />

El expediente es identificado como Causa Rol 2182-98, Episodio<br />

“<strong>Operación</strong> <strong>Cóndor</strong>”. Tuvo su origen en una querella presentada<br />

en 1998 en contra de Augusto Pinochet. En virtud de esta causa,<br />

la Corte de Apelaciones de Santiago dispuso en 2004 el desafuero<br />

como expresidente y senador vitalicio de Augusto Pinochet, por<br />

cargos de secuestro calificado, asociación ilícita y tortura (ya había<br />

sido desaforado con relación a otra causa en 2000, y se había rechazado<br />

su desafuero por otras dos causas en 2002 y 2003).<br />

En 2002, la Corte Suprema de Justicia de Chile determinó que en<br />

la causa Rol 2182-98 se habían acumulado demasiadas causas en<br />

contra del mismo querellado. De tal modo, el juez interviniente,<br />

Juan Guzmán Tapia, separó 99 causas en cuadernos separados a<br />

los que denominó “episodios”. Debido a su gran volumen, traspasó<br />

algunas de ellas a otros jueces. El juez Guzmán quedó a cargo,<br />

entre otros, de los episodios “<strong>Operación</strong> <strong>Cóndor</strong>” y “<strong>Operación</strong><br />

<strong>Cóndor</strong> II”.<br />

El trámite del episodio “<strong>Operación</strong> <strong>Cóndor</strong>” está actualmente a<br />

cargo del Ministro en Visita Extraordinaria de la Corte de Apelaciones,<br />

Ministro Alejandro Madrid Croharé.<br />

Alcance<br />

y contenido<br />

El objeto del expediente es perseguir la responsabilidad penal de<br />

quienes resulten responsables en calidad de autores, coautores y<br />

cómplices del secuestro calificado y desaparición de Jorge Isaac<br />

Fuente Alarcón, Juan Humberto Hernández Zazpe, Alexei Vladimir<br />

Jaccard Siegler, Luis Gonzalo Muñoz Velásquez, Matilde Pessa<br />

Mois, Jacobo Stulman Bortnik, Manuel Jesús Tamayo Martínez y<br />

Julio del Tránsito Valladares Caroca. Todos ellos fueron detenidos<br />

en el extranjero entre mediados de 1975 y mediados de 1977, incluyendo<br />

operaciones de secuestro en Argentina, Bolivia, Paraguay<br />

y Chile.<br />

En el marco de este proceso judicial se ha dictado el procesamiento<br />

de 54 personas por los hechos sufridos por todas o algunas de<br />

las víctimas referidas, en dos resoluciones de fecha 22 de diciembre<br />

de 2003 y 31 de agosto de 2009. Los procesados son: Heriberto<br />

del Carmen Acevedo Acevedo, Hermon Elec Alfaro Mundaca, José<br />

Germán Ampuero Ulloa, Jorge Claudio Andrade Gómez, José<br />

Abel Aravena Ruiz, Germán Eduardo Ávalos Muñoz, Pedro Segundo<br />

Bitterlich Jaramillo, Héctor Wacinton Briones Burgos, Moisés<br />

Paulino Campos Figueroa, Demóstenes Eugenio Cárdenas Saavedra,<br />

Hugo Hernán Clavería Leiva, Silvio Antonio Concha González,<br />

Rodolfo Valentino Concha Rodríguez, Juan Manuel Contreras Sepúlveda,<br />

Hugo Rubén Delgado Carrasco, Juan Carlos Escobar Valenzuela,<br />

Pedro Octavio Espinoza Bravo, Eugenio Jesús Fieldhouse<br />

Chávez, José Mario Friz Esparza, José Nelson Fuentealba Saldías,<br />

José Enrique Fuentes Torres, Gerardo Ernesto Godoy García, Olegario<br />

Enrique González Moreno, Orlando Guillermo Inostroza Lagos,<br />

Rufino Eduardo Jaime Astorga, Oscar Belarmino La Flor Flores,<br />

<strong>Operación</strong> <strong>Cóndor</strong>. 40 años después<br />

331


anexos documentales<br />

Área de contenido y estructura<br />

Alcance<br />

y contenido<br />

Condiciones<br />

de acceso<br />

Ricardo Víctor Lawrence Mires, Carlos Eusebio López Inostroza,<br />

Carlos José Leonardo López Tapia, Jorge Segundo Madariaga<br />

Acevedo, Orlando José Manzo Durán, Lionel de la Cruz Medrano<br />

Rivas, Gerardo Meza Acuña, Carlos Enrique Miranda Mesa, Pedro<br />

Mora Villanueva, Jerónimo del Carmen Neira Méndez, José Alfonso<br />

Ojeda Obando, María Gabriela Órdenes Montecinos, Teresa del<br />

Carmen Osorio Navarro, Claudio Enrique Pacheco Fernández, Juvenal<br />

Alfonso Piña Garrido, Osvaldo Enrique Pulgar Gallardo, Eduardo<br />

Antonio Reyes Lagos, Manuel de la Cruz Rivas Díaz, Roberto Hernán<br />

Rodríguez Manquel, José Domingo Seco Alarcón, Raúl Alberto Soto<br />

Pérez, José Javier Soto Torres, Ciro Ernesto Torré Sáez, Orlando Jesús<br />

Torrejón Gatica, Luis René Torres Méndez, Juan Ángel Urbina<br />

Cáceres, Jorge Luis Venega Silva y Christoph Georg Paul Willeke<br />

Floel. Asimismo, el 7 de junio de 2005 la Cuarta Sala de la Corte<br />

de Apelaciones de Santiago revocó el procesamiento de César Raúl<br />

Benavídes Escobar y de Augusto José Ramón Pinochet Ugarte,<br />

ahora fallecidos. El 14 de septiembre de 2005 la Corte Suprema de<br />

Justicia de Chile confirmó dicha revocación, fundada en razones de<br />

salud de Pinochet.<br />

Entre los procesados, se encuentran integrantes de carabineros,<br />

de investigaciones, de la Fuerza Aérea, del Ejército, de la Armada y<br />

de Gendarmería, incluyendo, en algunos casos, personal civil.<br />

Área de condiciones de acceso y uso<br />

Todo el expediente se encuentra bajo secreto, conforme al Código<br />

de Proceso Penal antiguo de Chile que regula en el sistema inquisitivo<br />

la etapa de sumario.<br />

10.5. Paraguay - Fondo AT - Archivo del Terror<br />

Título<br />

Archivo del Terror<br />

Fecha(s) 1927-1992<br />

Nivel de descripción<br />

Volumen<br />

y soporte<br />

Nombre<br />

del productor<br />

Fondo<br />

Área de identidad<br />

Aproximadamente 300 metros lineales ubicados en diferentes<br />

contenedores. El tipo de soporte de los documentos es variado,<br />

desde el papel, archivado en biblioratos, encuadernado en libros y<br />

ordenado en Arkipeles, pasando por fotografías, cartulinas, cintas<br />

magnetofónicas.<br />

Área de contexto<br />

Departamento de Investigaciones de la Policía de la Capital (DIPC)<br />

(1954-1989)<br />

Historia administrativa<br />

El 15 de agosto de 1954 el general golpista Alfredo Stroessner Matiauda<br />

asume la presidencia de Paraguay. Se inicia así la llamada<br />

332


anexos documentales<br />

Área de contexto<br />

“era de Stroessner” con la alianza política entre el Partido Colorado,<br />

el militar golpista y las Fuerzas Armadas, que constituyen<br />

la unidad del sistema que perduró hasta 1989. La dictadura de<br />

Stroessner mantuvo una “unidad granítica” entre el gobierno de<br />

Stroessner, las Fuerzas Armadas y el Partido Colorado para el control<br />

total del Estado y de la sociedad, persiguiendo, eliminando,<br />

excluyendo, extirpando e incluso aniquilando cualquier foco, intento<br />

o proyecto de oposición y lucha, sean estos por la vía pacífica<br />

o armada.<br />

La estructura represiva estaba centrada en la Policía de la capital y<br />

contaba con una compleja trama de informantes, delatores y uniformados<br />

que mantenían perfectamente vigiladas todas las actividades<br />

públicas o privadas que desarrollaba la población.<br />

El centro neurálgico de la represión política era el Departamento<br />

de Investigaciones de la Policía de la Capital (DIPC), situado en<br />

pleno centro de Asunción, a poca distancia del Parlamento, del<br />

Arzobispado, del Correo, de la Universidad Católica, de la Catedral,<br />

del Oratorio Nacional, de la Federación de Educadores del<br />

Paraguay y del Palacio de Gobierno.<br />

Historia<br />

administrativa<br />

La estructura logística y operativa del aparato represivo estaba altamente<br />

coordinada entre unidades militares y policiales, con información<br />

de inteligencia provista por las distintas ramas de las<br />

Fuerzas Armadas y por sus informantes, por la policía que contaba<br />

también con sus informantes, por servicios de inteligencia extranjeros<br />

y contó con el apoyo logístico y operativo de milicianos del<br />

Partido Colorado.<br />

Las acciones obedecían a una rígida cadena de mandos altamente<br />

centralizada pero con una capacidad de maniobra rápida y fluida<br />

que terminaba en el comando estratégico dirigido por el general<br />

Alfredo Stroessner. Una de las diferencias importantes del aparato<br />

represivo paraguayo con respecto de otros de la región es que no<br />

crearon modelos paralelos autónomos y especializados o clandestinos<br />

de policía política con alcance nacional para abordar la subversión<br />

supuesta o real que enfrentó. Las unidades especializadas<br />

en el control y represión políticas estaban integradas a la institucionalidad<br />

del Estado y actuaban abiertamente dentro de la cadena<br />

de mandos, bajo el Estado Mayor de las Fuerzas Armadas, las militares,<br />

y bajo el Ministerio del Interior, las policiales, sin excepción.<br />

La Policía de Investigaciones adquirió, de la mano de su director<br />

Pastor Coronel, que asumió su jefatura el año 1968, el carácter de<br />

principal fuerza represiva durante la década de los años setenta,<br />

hasta el asesinato del dictador nicaragüense Anastasio Somoza en<br />

setiembre de 1980, hecho que hizo declinar el poder de Pastor Coronel<br />

y con él el del Departamento de Investigaciones.<br />

<strong>Operación</strong> <strong>Cóndor</strong>. 40 años después<br />

333


anexos documentales<br />

Área de contexto<br />

Entonces las Fuerzas Armadas y en particular el Ejército tuvieron<br />

un rol más central, no tan sólo en el plano estratégico, sino también<br />

en el plano operativo fundamentalmente a través del general<br />

Patricio Colmán y del Regimiento de Infantería Nº 14 (RI 14), bajo<br />

su comando.<br />

Historia<br />

administrativa<br />

La inteligencia policial especializada estuvo centralizada en el Departamento<br />

de Investigaciones de la Policía de la Capital (DIPC)<br />

que dirigía Pastor Coronel, y la Dirección Nacional de Asuntos Técnicos<br />

(DNAT) dirigida por Antonio Campos Alum. Estas agrupaciones<br />

policiales de inteligencia dependientes del Ministerio del Interior,<br />

a través de la jefatura de Policía, tenían amplia capacidad para<br />

desplazarse y para establecer jurisdicción en cualquier punto del<br />

país, incluso dentro de los regimientos militares. Poseían además<br />

responsables de inteligencia policial en cada delegación de gobierno<br />

y también en comisarías de poblaciones especiales, con sus<br />

propias redes de informantes oficiales u oficiosos civiles en cada<br />

distrito, hasta llegar a la mínima unidad administrativa, que es la<br />

compañía o colonia rural. El DIPC y la DNAT se nutrían de elementos<br />

que preferentemente y casi exclusivamente —con la excepción<br />

de los infiltrados especiales— eran seleccionados dentro de los<br />

miembros del Partido Colorado, que tenía la misma organización<br />

y control territorial que la administración pública, la compañía o<br />

colonia rural, el barrio y la manzana urbana.<br />

Las unidades operativas especializadas, que, de acuerdo a la<br />

magnitud de las acciones y al poder del adversario a enfrentar,<br />

siempre contaban con cobertura militar visible o encubierta del<br />

regimiento militar de la jurisdicción o de la unidad más pertrechada<br />

y territorialmente más cercana, se desplazaban libremente por<br />

el territorio integradas por personal que forma parte del DIPC y<br />

le la DNAT, contando además con el concurso de las comisarías<br />

zonales y en muchos casos con el acompañamiento armado de<br />

civiles del partido convertidos en milicianos, baqueanos, zapadores,<br />

entregadores, delatores y tropa. Que el aparato represivo no<br />

tuviera un importante nivel de sofisticación, por estar subordinado<br />

al esquema stronista, no significa que fuera ineficiente como<br />

aparato represivo.<br />

Nombre<br />

del productor<br />

Historia<br />

administrativa<br />

Dirección Nacional de Asuntos Técnicos (DNAT)<br />

La estructura represiva en Paraguay estaba centrada en la Policía<br />

de la Capital y contaba con una compleja trama de informantes,<br />

delatores y uniformados que mantenían perfectamente vigiladas<br />

todas las actividades públicas o privadas que desarrollaba la población.<br />

334


anexos documentales<br />

Área de contexto<br />

La estructura logística y operativa del aparato represivo estaba altamente<br />

coordinada entre unidades militares y policiales, con información<br />

de inteligencia provista por las distintas ramas de las<br />

Fuerzas Armadas y por sus informantes, por la policía que contaba<br />

también con sus informantes, por servicios de inteligencia extranjeros<br />

y contó con el apoyo logístico y operativo de milicianos del<br />

Partido Colorado.<br />

Historia<br />

administrativa<br />

Las acciones represivas obedecían a una rígida cadena de mandos<br />

altamente centralizada pero con una capacidad de maniobra rápida<br />

y fluida que terminaba en el comando estratégico dirigido por<br />

el General Alfredo Stroessner. Una de las diferencias importantes<br />

del aparato represivo paraguayo con respecto de otros de la región<br />

es que no crearon modelos paralelos autónomos y especializados<br />

o clandestinos de policía política con alcance nacional para<br />

abordar la subversión supuesta o real que enfrentó. Las unidades<br />

especializadas en el control y represión políticas estaban integradas<br />

a la institucionalidad del Estado y actuaban abiertamente dentro<br />

de la cadena de mandos, bajo el Estado Mayor de las Fuerzas<br />

Armadas, las militares, y bajo el Ministerio del Interior, las policiales,<br />

sin excepción.<br />

La inteligencia policial especializada estuvo centralizada en el Departamento<br />

de Investigaciones de la Policía de la Capital (DIPC)<br />

que dirigía Pastor Coronel, y la Dirección Nacional de Asuntos Técnicos<br />

(DNAT) dirigida por Antonio Campos Alum. Estas agrupaciones<br />

policiales de inteligencia dependientes del Ministerio del<br />

Interior, a través de la jefatura de Policía, tenían amplia capacidad<br />

para desplazarse y para establecer jurisdicción en cualquier punto<br />

del país, incluso dentro de los regimientos militares. Poseían<br />

además responsables de inteligencia policial en cada delegación<br />

de gobierno y también en comisarías de poblaciones especiales,<br />

con sus propias redes de informantes oficiales u oficiosos civiles en<br />

cada distrito, hasta llegar a la mínima unidad administrativa, que es<br />

la compañía o colonia rural.<br />

Nombre<br />

del productor<br />

Historia<br />

administrativa<br />

El DIPC y la DNAT se nutrían de elementos que preferentemente<br />

y casi exclusivamente —con la excepción de los infiltrados especiales—<br />

eran seleccionados dentro de los miembros del Partido<br />

Colorado, que tenía la misma organización y control territorial que<br />

la administración pública, la compañía o colonia rural, el barrio y la<br />

manzana urbana.<br />

Ministerio del Interior del Paraguay (1855-)<br />

El Ministerio del Interior tiene sus orígenes remotos en el año 1855.<br />

Unos once años después de la Constitución de “Don Carlos<br />

<strong>Operación</strong> <strong>Cóndor</strong>. 40 años después<br />

335


anexos documentales<br />

Área de contexto<br />

Historia<br />

administrativa<br />

Antonio López”, en 1855, el Gobierno Nacional dictó un decreto,<br />

que estableció la creación de los Ministerios y el Consejo de<br />

Ministros. En dicho decreto se consideraba “gravosa para el Jefe<br />

de Estado” la concentración de la autoridad administrativa, y se<br />

decidió dividirla entre diversas funciones y agentes. Para tal efecto<br />

se crearon los ministerios de Relaciones Exteriores, de Gobierno o<br />

del Interior, de Hacienda y el Ministerio de Guerra y Marina Fluvial.<br />

La institución que llevó adelante la tarea policial en sus orígenes<br />

data del año 1843 durante la época del Segundo Consulado. Sin<br />

embargo, no se puede hablar de una Policía hasta el año 1935, ya<br />

que hasta esa fecha la función era ejercida por voluntarios y por<br />

la Guardia Territorial. Si bien en un principio estos agentes eran<br />

considerados eficaces para garantizar el orden y la tranquilidad de<br />

la población, dado el desarrollo económico y social del Paraguay<br />

para la fecha mencionada, la función policial debía constituirse<br />

como una profesión. A fin de disponer de agentes aptos para dicha<br />

tarea se crea la Escuela de Policía en la Capital. Esta organización<br />

se propuso mejorar con el correr del tiempo las capacidades de<br />

la Institución Policial para que las ciudades y municipios sean cubiertos<br />

por ciudadanos egresados de la escuela, miembros de esta<br />

institución, y no individuos tomados al azar.<br />

Área de contenido y estructura<br />

Alcance<br />

y contenido<br />

Básicamente, el Archivo puede dividirse en dos partes, el llamado<br />

archivo pre-Stronista con documentos que datan de la década<br />

del 30, y el Archivo Stronista propiamente dicho, que abarca en su<br />

mayoría el período comprendido entre 1954 y 1992. El fondo documental<br />

es variado, contiene fichas prontuariales, informes policiales,<br />

conferencias, agenda de reuniones, declaraciones indagatorias<br />

de detenidos, libros de entrada y salida de detenidos, novedades<br />

de la guardia, cintas de audio de controles realizados, fotografías<br />

tomadas por la policía, materiales bibliográficos secuestrados en<br />

los allanamientos domiciliarios, etc. Los documentos, incautados<br />

en el procedimiento judicial realizado el 22 de diciembre de 1992,<br />

corresponden al departamento de Investigaciones de la Policía.<br />

Los órganos especializados de la policía, el III Departamento de<br />

Investigaciones (DIPC), la Dirección Nacional de Asuntos Técnicos<br />

(DNAT), y el propio Ministerio del Interior, pusieron especial énfasis<br />

en registrar, recabar información, amedrentar, reprimir y finalmente<br />

clausurar sistemáticamente los órganos de expresión o medio de<br />

comunicación que no estuviera bajo su directo control o bajo un<br />

debido control partidario, al margen de su importancia o capacidad<br />

de difusión de los puntos de vista disonantes con el discurso<br />

oficial.<br />

336


anexos documentales<br />

Área de contenido y estructura<br />

Los hallazgos fueron demostrando una trama de control, seguimiento<br />

y vigilancia asustadoramente detallada sobre todos los aspectos<br />

de la actividad ciudadana (reuniones, manifestaciones, paneles,<br />

publicaciones, asambleas estudiantiles o gremiales, homilías<br />

de las misas, listas de asociados a entidades empresariales, control<br />

de compradores de mimeógrafos o máquinas fotocopiadoras). La<br />

planificación y desarrollo de las acciones represivas también quedaron<br />

documentados de forma exhaustiva.<br />

Acerca de la <strong>Operación</strong> <strong>Cóndor</strong>, en los archivos se demuestran: el<br />

intercambio de prisioneros argentinos, uruguayos y chilenos que<br />

habían sido detenidos en el Paraguay; la presencia de interrogadores<br />

de esos países en el Departamento de Investigaciones; los<br />

viajes de oficiales paraguayos de Policía para interrogar a compatriotas<br />

presos en Argentina antes de que fuesen desaparecidos; y<br />

el fluido intercambio de informaciones sobre las actividades de los<br />

grupos subversivos.<br />

Alcance<br />

y contenido<br />

Los “Archivos del Terror” están integrados, en su mayor parte, por<br />

material producido por la Policía. Además de un importante sector<br />

ocupado por documentos administrativos generados por la burocracia<br />

interna policial, la parte importante de esos papeles radica<br />

en los informes, fichas, estudios de inteligencia, listas de presos,<br />

libros internos vinculados a la represión social y política y a estudios<br />

de evaluación archivados por los jefes del Departamento de<br />

Investigaciones de la Policía de la Capital (DIPC) a lo largo de más<br />

de cuarenta años. Sin duda, la contribución más trascendente para<br />

este archivo fue la obsesión del jefe Pastor Coronel por archivarlo<br />

todo, de forma meticulosa y, en los casos en que fuese posible,<br />

por duplicado.<br />

Los tipos documentales que pueden encontrarse en el archivo son:<br />

- Informes confidenciales.<br />

- Pedidos de búsqueda.<br />

- Declaraciones indagatorias e informativas.<br />

- Controles a partidos políticos de oposición.<br />

- Controles a grupos estudiantiles.<br />

- Controles a sindicatos.<br />

- Controles de entrada y salida del país.<br />

- Controles telefónicos.<br />

- Vigilancia domiciliaria.<br />

- Notas varias al Jefe del Departamento de Investigaciones.<br />

- Publicaciones periodísticas.<br />

- Fotografías.<br />

<strong>Operación</strong> <strong>Cóndor</strong>. 40 años después<br />

337


anexos documentales<br />

Área de contenido y estructura<br />

Alcance<br />

y contenido<br />

- Libros de Novedades de la Guardia.<br />

- Documentos de identidad (cédulas y pasaportes)<br />

- Cassettes con grabaciones de paneles, conferencias, discursos,<br />

programas radiales, etc.<br />

El llamado “Archivo pre-Sronista”, que proviene de la época anterior<br />

a 1954, cubre con distintas fuentes documentales, las décadas<br />

de los años 30 y los 40. Los documentos más antiguos provienen<br />

de 1917 y los más recientes datan de 1952, pero el Archivo es especialmente<br />

rico para el estudio de la dictadura del General Morínigo<br />

y de los gobiernos colorados previos al del Dr. Chávez. Consta de<br />

diversos cuerpos:<br />

- Registro de comisiones directivas de sindicatos.<br />

- Libros de antecedentes de la subsección obrera y de leyes especiales.<br />

- 18 Volúmenes encuadernados con los prontuarios policiales.<br />

- Dos carpetas poco voluminosas con documentos sin catalogar.<br />

- Libros de entradas policiales.<br />

- Listas de dirigentes obreros.<br />

- Tres cajas de fichas prontuariales.<br />

- Dos carpetas de fotografías documentales de 1946/1954.<br />

Además de eso, los archivos tienen una sección de materiales confiscados<br />

por la DIPC en allanamientos: cartas personales, literatura<br />

política, fotos, panfletos, libros, recortes de periódicos, etc. En ningún<br />

otro lugar del Paraguay hay colecciones tan completas —y, a<br />

veces, tan bien encuadernadas— de los periódicos universitarios,<br />

pasquines opositores y revistas de la Iglesia, culturales y comunitarias<br />

potencialmente disidentes al gobierno.<br />

En cuanto al volumen, hay 115 libros de Novedades de Guardia<br />

de la Dirección de Política y Afines, de la Dirección de Vigilancia y<br />

Delitos y del domicilio del jefe del Departamento de Investigaciones,<br />

Pastor Coronel. Los libros de Novedades incluyen los informes<br />

diarios de la guardia del Departamento de Investigaciones y presentan<br />

descripciones de los sucesos ocurridos cotidianamente en<br />

la dependencia.<br />

Hay, del mismo modo, 8369 fichas de detenidos del Departamento<br />

de Investigaciones, Sección Técnica y Departamento Judicial. También<br />

existen fichas con los datos de personas que no habían sido<br />

detenidas pero que, por algún motivo, eran sospechosas para la<br />

Policía. En ellas figuran informaciones sobre la persona que eran<br />

actualizadas periódicamente, en lo relativo a domicilio, actividades<br />

laborales y salidas del país. Una vez detenido el sospechoso, había<br />

bastante trabajo adelantado.<br />

338


anexos documentales<br />

Condiciones<br />

de acceso<br />

Área de condiciones de acceso y uso<br />

Sin restricciones de acceso.<br />

Existen dispositivos legales que preservan la intimidad de las<br />

personas, en estos casos los nombres son tachados: ley 1682<br />

y la ley 1969, que modifica y reglamenta la información de carácter<br />

privado.<br />

Se consulta mediante acreditación de interés legítimo.<br />

10.6. Uruguay - Fondo UY SECSEG COMIPAZ Comisión para la Paz -<br />

COMIPAZ - Secretaría de Seguimiento<br />

Área de identidad<br />

Título<br />

Fecha(s)<br />

Nivel de descripción<br />

Volumen<br />

y soporte<br />

Comisión para la Paz - COMIPAZ - Secretaría de Seguimiento<br />

1968-06-13 / 1985-02-28 (Agregación)<br />

Fondo<br />

50.000 imágenes en soporte electrónico formato JPG y TIF- 150<br />

metros lineales (Hojas A4 y Oficio) en papel. 109 cajas 425 x 325 x<br />

255 (mm).<br />

Área de contexto<br />

Nombre<br />

del productor<br />

Comisión para la Paz (COMIPAZ) (2000-2003)<br />

Casi una década después de que se reinstalara la democracia uruguaya,<br />

una resolución de la Presidencia de la República creó la Comisión<br />

para la Paz.<br />

Historia<br />

administrativa<br />

La Comisión para la Paz fue creada por Resolución de la Presidencia<br />

de la República 858/2000, de 9 de agosto de 2000 (Diario Oficial<br />

25.583 de 17 de agosto de 2000), atendiendo a la necesidad de<br />

“dar los pasos posibles para determinar la situación de los detenidos-desaparecidos<br />

durante el régimen de facto, así como de los<br />

menores desaparecidos en iguales condiciones”.<br />

Conforme a la fundamentación expuesta en la Resolución, la creación<br />

de la COMIPAZ intentaba dar cumplimiento a “una obligación<br />

ética del Estado”, encarando “una tarea imprescindible para preservar<br />

la memoria histórica” de la Nación, así como para “consolidar<br />

la pacificación nacional y sellar para siempre la paz entre los<br />

uruguayos”.<br />

La COMIPAZ estuvo integrada originariamente por Monseñor<br />

Nicolás Cotugno —quien la presidió—, el Presbítero Luis Perez<br />

Aguirre S. J, el Señor José D´Elia y los Doctores José Claudio Williman,<br />

Gonzalo Fernandez y Carlos Ramela Regules y sufrió un único<br />

cambio forzado en su integración inicial, a raíz del fallecimiento<br />

del Presbítero Luis Pérez Aguirre S.J., habiéndose designado para<br />

reemplazarlo al Presbítero Jorge Osorio, por resolución 486/2001.<br />

<strong>Operación</strong> <strong>Cóndor</strong>. 40 años después<br />

339


anexos documentales<br />

Área de contexto<br />

Historia<br />

administrativa<br />

La COMIPAZ fue instituida, en principio, para actuar por un plazo<br />

de ciento veinte días, habiéndose prorrogado sucesivamente su<br />

funcionamiento hasta el 30 de agosto de 2002 a través de resoluciones<br />

presidenciales dictadas a su expresa petición.<br />

Desde un comienzo, más allá del objetivo último de “consolidar<br />

la pacificación nacional y sellar para siempre la paz entre los uruguayos”,<br />

la COMIPAZ tuvo en claro que le había sido asignada una<br />

tarea más inmediata: concretamente, la de averiguar la situación<br />

y el destino de los detenidos-desaparecidos durante el régimen<br />

de facto. En tal sentido, el Cuerpo ha tratado de actuar como una<br />

“Comisión de la Verdad”, de las que existen variados ejemplos en<br />

el derecho comparado; esto es, una Comisión destinada a constatar,<br />

en cuanto le fuere posible, la verdad de lo ocurrido con las personas<br />

que fueron denunciadas como detenidas y desaparecidas,<br />

dentro y fuera de fronteras, durante el gobierno de facto que se<br />

instaló en la República a partir del 27 de junio de 1973.<br />

Por tales razones, más allá de las limitaciones obvias e iniciales de<br />

la COMIPAZ, que tuvo amplias facultades para recibir documentos<br />

y testimonios pero no tuvo potestades de orden coercitivo que son<br />

ajenas a su condición, todos sus miembros se han comprometido y<br />

esforzado por averiguar la verdad de lo ocurrido con los detenidosdesaparecidos,<br />

agotando las instancias y actuaciones a su alcance<br />

y procurando todos los contactos que fueron capaces de lograr por<br />

medio de la persuasión y el diálogo, tratando de dar cumplimiento<br />

a la tarea encomendada.<br />

El 14 de abril de 2003 la COMIPAZ presentó su “Informe Final”,<br />

para que el Presidente de la República dispusiese las actuaciones<br />

que entendiera pertinentes sobre aquellos extremos que la<br />

Comisión no haya averiguado, de acuerdo a lo establecido en<br />

los artículos 4º al 6º de la resolución 858/2000. Del mismo modo,<br />

la Comisión presentó un resumen individual sobre cada caso de<br />

detenido-desaparecido que ha sido puesto a su consideración, el<br />

cual debe tomarse —a todos sus efectos— como parte integrante<br />

del Informe Final.<br />

Área de contenido y estructura<br />

Alcance<br />

y contenido<br />

En este fondo documental se pueden encontrar documentos referentes<br />

a las investigaciones oficiales sobre las violaciones a los<br />

derechos humanos ocurridas durante la última dictadura militar en<br />

la República del Uruguay, a saber:<br />

- Correspondencia institucional y particular.<br />

- Colección de periódicos de diferentes medios de comunicación.<br />

- Documentación de la Embajada del Uruguay en la Argentina.<br />

- Documentación de la Justicia Militar.<br />

- Documentación desclasificada de los Estados Unidos.<br />

340


anexos documentales<br />

Área de contenido y estructura<br />

- Documentación relativa a Uruguay proveniente de otros países de<br />

la región en el marco del Plan <strong>Cóndor</strong>.<br />

- Documentación jurídica.<br />

- Expedientes vinculados con los trámites de reparación de víctimas<br />

y familiares.<br />

- Expedientes de investigaciones oficiales de Uruguay sobre detenidos<br />

y desaparecidos.<br />

- Listados de presos políticos.<br />

- Informe de la Comisión para la Paz de 2003.<br />

- Informes de inteligencia.<br />

- Publicaciones y documentos de organismos internacionales.<br />

- Requerimientos policiales.<br />

- Testimonios de víctimas y familiares. Informe Final de La Comisión<br />

para la Paz (COMIPAZ).<br />

Área de condiciones de acceso y uso<br />

Con restricción parcial la documentación declarada como reservada<br />

por el productor de la documentación.<br />

- Ley 18.381. Derecho acceso a la Información Pública.<br />

Condiciones<br />

de acceso<br />

- Ley 18.331. Habeas data. Protección de datos personales y sensibles<br />

(18/08/2008).<br />

- Formulario de Consulta Acervo de la Comisión para la Paz.<br />

Restricciones debido a la falta de organización o porque los documentos<br />

están en proceso de organización.<br />

•<br />

<strong>Operación</strong> <strong>Cóndor</strong>. 40 años después<br />

341


BIBLIOGRAFÍA<br />

•<br />

Las referencias compiladas sobre la <strong>Operación</strong> <strong>Cóndor</strong> abarcan las referencias<br />

citadas en el Informe y aquellas que fueron consultadas para su elaboración<br />

con el fin de ofrecer al lector un panorama sobre dicha operación. El<br />

otro criterio para la clasificación fue reunir el material según una perspectiva<br />

que va de lo general (la <strong>Operación</strong> <strong>Cóndor</strong> en su totalidad) a lo particular<br />

(casos particulares o características particulares de la <strong>Operación</strong>).<br />

Libros citados en el Informe<br />

Boccia Paz Alfredo, González Myrian Angélica<br />

y Palau Aguilar Rosa, Es mi informe. Los<br />

archivos secretos de la Policía de Stroessner,<br />

Asunción, Centro de Documentación y Estudios,<br />

1994.<br />

Calloni, Stella, Los años del Lobo: <strong>Operación</strong><br />

<strong>Cóndor</strong>, Bs. As., Ediciones Continente, 1999.<br />

Calloni, Stella, <strong>Operación</strong> <strong>Cóndor</strong>. Pacto Criminal,<br />

México DF, La Jornada Ediciones, 2001.<br />

Comissão Nacional da Verdade (CNV), Brasil,<br />

Relatório, vol. I, 2014.<br />

Comisión Nacional de Verdad y Reconciliación,<br />

Chile, Informe, t. 2, 1996.<br />

Comité de Defensa de los Derechos del Pueblo.<br />

Codepu/Dit/T., Más allá de las fronteras:<br />

Estudio sobre las personas ejecutadas o desaparecidas<br />

fuera de Chile (1973–1990), 1996.<br />

Carvalho, Joao, <strong>Cóndor</strong>, Barcelona, Blume,<br />

2014.<br />

Dinges, John, The Condor years: how Pinochet<br />

and his allies brought terrorism to three<br />

continents, Nueva York, The New Press, 2004.<br />

McSherry, J. Patrice, Los Estados depredadores:<br />

la <strong>Operación</strong> <strong>Cóndor</strong> y la guerra encubierta<br />

en América Latina, Montevideo, Banda<br />

Oriental, 2009.<br />

Mahskin, Valentín, <strong>Operación</strong> <strong>Cóndor</strong>, su<br />

rastro sangriento, Bs. As., Editorial Cartago,<br />

1985.<br />

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