De un tiempo a esta parte, las y los peruanos nos hemos acostumbrado a vivir al borde de un ataque cardíaco. El último mes, en particular, ha supuesto un nada saludable exceso de adrenalina política. Incluso para los estándares de un país que ha tenido cinco presidentes en los últimos cinco años; de los cuales, hasta ahora, solo uno ha concluido el mandato que le correspondía por ley.