Andrea Casiraghi, así es su discreta vida en Suiza: criado en una granja tras la tragedia que marcó su niñez y casado con la mujer de su vida ‘gracias’ a su hermana Charlotte

El hijo mayor de Carolina de Mónaco fue un príncipe rebelde en su juventud, pero ahora prefiere la tranquilidad junto a su mujer, Tatiana Santo Domingo, y sus hijos en un pequeño pueblo suizo.
Andrea Casiraghi y Tatiana Santo Domingo en el Día Nacional de Mónaco.
Andrea Casiraghi y Tatiana Santo Domingo en el Día Nacional de Mónaco.SC Pool - Corbis/Getty Images

Andrea Casiraghi cumplirá este 2024 los 40 años y lo hará con la misma discreción con la que vive y al lado de su mujer, Tatiana Santo Domingo, y sus tres hijos. Fue a comienzos de 2023 cuando los Casiraghi-Santo Domingo abandonaron Londres después de más de una década e hicieron las maletas para instalarse en Suiza, un país que para ellos no era desconocido y que tiene un gran significado en su matrimonio. Andrea Casiraghi ha logrado vivir al margen de los focos y apenas lo vemos en alguno de los eventos oficiales de Mónaco, como el Baile de la Rosa o el Día Nacional.

Andrea Casiraghi se casó con Tatiana Santo Domingo en 2013.

La existencia del príncipe monegasco ha estado marcada por una tragedia. Cuando el hijo mayor de Carolina de Mónaco tenía apenas seis años vivió sin duda el peor momento de su vida. Su padre, el empresario italiano Stefano Casiraghi, fallecía el 3 de octubre de 1990 en aguas de Montecarlo mientras participaba en el mundial de off-shore. Carolina y Stefano se habían conocido en 1982 a través de unos amigos y el 29 de diciembre del año siguiente contrajeron matrimonio civil en el Palacio del Príncipe de Mónaco.

Andrea Albert Pierre Casiraghi llegaba al mundo el 8 de junio de 1984 en el hospital Princesa Grace y sus padres eligieron su nombre en homenaje a un amigo de la infancia de su progenitor, su tío materno, Alberto de Mónaco, y su bisabuelo materno, el príncipe Pierre, duque de Valentinois. Sus padrinos de bautismo fueron su tía materna, Estefanía de Mónaco, y su tío paterno, Marco Casiraghi.

Andrea Casiraghi junto a su padre Stefano Casiraghi.

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La muerte de su padre supuso un gran mazazo para todos y especialmente para su madre y para él, que ya era consciente de lo que había sucedido. Su hermana Charlotte Casiraghi apenas tenía cuatro años, y el menor de los tres hijos de Carolina y Stefano, Pierre Casiraghi, acababa de cumplir los tres. Según reveló su abuela materna, Fernanda Biffi, años después, el pequeño Andrea solía vestirse con prendas de su padre para que su olor le recordara a él y así paliar el dolor que sentía. Carolina decidió alejarse del foco mediático y se instaló con sus tres hijos en una vieja granja en Saint-Rémy-de-Provence, un pequeño pueblo de la Provenza francesa en el que era habitual verles montar en bicicleta o comprar en las tiendas locales del municipio sin que nadie los molestara.

Andrea Casiraghi en 2003.

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De la Provenza a Suiza y París

Andrea Casiraghi estudió en el colegio de La República en la misma localidad y luego se marchó a París para continuar con sus estudios de bachillerato internacional en la Escuela Internacional de la capital francesa. Tanto él como su hermano Pierre estuvieron un tiempo en el internado suizo College Alpin Beau Soleil, fundado en 1910 y que está situado en Villars-sur-Ollon. Por sus aulas pasó Aldo Comas, marido de la actriz Macarena Gómez, donde conoció a uno de sus grandes amigos, Pierre Casiraghi.

Entre las exclusividades que ofrece: solo seis alumnos por clase, más de 45 nacionalidades que conviven en uno de los colegios más caros del mundo, que cuesta unos 120.000 euros por año académico. Entre sus antiguos alumnos se encuentran aristócratas y miembros de la realeza como Mary de Dinamarca, Félix de Luxemburgo, el campeón de Fórmula 1 Jacques Villeneuve o la actriz Charlotte Gainsbourg.

Fue a los 19 años cuando el joven, de mirada enigmática y melena rubia y un gran parecido a su padre, debutó en un acto público durante el 43º Festival de Televisión de Mónaco y partir de entonces se convirtió en blanco de flashes de la prensa internacional. Tras un periodo en la Universidad McGill, en Montreal (Canadá), Andrea se graduó en Artes Visuales y Política Internacional en la Universidad Americana de París en 2006.

Hizo prácticas en la embajada de Qatar en Mónaco y ese año, cuando había cumplido los 22, se marchó solo a Filipinas para apoyar a la Asociación Mundial de Amigos de la Infancia (AMADE), fundada por su abuela, la princesa Gracia de Mónaco, a la que él no llegó a conocer. Además, pasó varios meses dando clases a niños desfavorecidos en Senegal, Togo y Níger. Hoy es el padrino de la Fundación Parálisis Cerebral. En 2014 llevó a cabo un MBA en el IE de Madrid.

Andrea Casiraghi y Tatiana Santo Domingo se conocieron en 2004.

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Encontró el amor en 2004

Aunque desde que cumplió la mayoría de edad Andrea Casiraghi se convirtió en objeto de deseo de la prensa del corazón, su vida sentimental no ha sido demasiado extensa, al menos que se sepa de manera pública. Se sabe que mantuvo un romance con la aristócrata alemana Caroline Von Stauffenberg. Estuvieron juntos dos años y en ese tiempo se los pudo ver en París, Ibiza o Kenia, donde Carolina de Mónaco suele pasar varias semanas cada año.

En el verano de 2003, Andrea Casiraghi, que entonces era un habitual en las aguas pitiusas de Ibiza y Formentera, aguas que surcaba en el yate de los Grimaldi, el Pachá III, y junto a un nutrido grupo de amigos, fue captado en la cubierta del barco junto a la actriz española María Jurado, conocida por haber participado en la serie Al salir de clase. La imagen del príncipe luciendo pareos, fumando y con la melena larga y rubia al viento en los locales más conocidos de Ibiza daba entonces la vuelta al mundo.

Pero esa imagen de príncipe rebelde, que tal vez recordaba un poco a la de su tía Estefanía de Mónaco, terminó pronto. En 2004, Charlotte Casiraghi presentó a Andrea a una buena amiga con la que había estudiado en el liceo Fontainebleau en París. Se trataba de la neoyorquina de orígenes colombianos Tatiana Santo Domingo. Hija del empresario Julio Mario Santo Domingo Jr y de la modelo Vera Rechulski, Tatiana es nieta del aristócrata Julio Mario Santo Domingo, uno de los nombres más notables de la lista de millonarios de Forbes durante años.

A los dos años, su familia se había mudado a Ginebra, en Suiza, y allí vivió Tatiana junto a su hermano Julio Mario Santo Domingo III hasta los 15 años, momento en el que se marchó a vivir a París. Tatiana estudiaba Bellas Artes en la Universidad Americana de Londres cuando conoció a Andrea y luego hizo un máster en Historia del Arte en la New School for Liberal Arts de Nueva York.

Imagen de la boda de Andrea y Tatiana en agosto de 2013.

Dos bodas de ensueño

Tatiana y Andrea trataron de pasar desapercibidos, pero la prensa pronto se dio cuenta de que la joven frecuentaba todos los eventos familiares de los Grimaldi. Siete años después, en julio de 2012, Carolina de Mónaco emitió un comunicado anunciando el compromiso matrimonial de su primogénito. En noviembre de ese año salió a la luz que Tatiana estaba embarazada de su primer hijo. El pequeño Sasha nació el 21 de marzo de 2013 en el Hospital Portland de Londres y como Tatiana y Andrea aún no se habían casado, no fue incluido en ese momento en la línea sucesoria monegasca.

Esa situación cambió el 31 de agosto de 2013 cuando el hijo de Carolina y Tatiana se dieron el ‘sí, quiero’ en una ceremonia civil, familiar e íntima oficiada en el Salón del Trono del Palacio Grimaldi sobre las 11:30 de la mañana. Tras la ceremonia, los recién casados ofrecieron un brunch en los jardines del palacio y luego una fiesta para los más jóvenes con unos 250 amigos. Apenas dejaron ver una foto de los novios cogidos de la mano bajando la escalinata del palacio y ahí pudimos ver que Tatiana eligió un vestido de Missoni de estilo boho con cuello en V, mangas tres cuartos y sandalias planas plateadas. En la boda estuvieron algunos amigos de la pareja como la heredera griega Eugenie Niarchos.

Aldo Comas y Macarena Gómez en la boda de Andrea y Tatiana en Gstaad.

© Gtres

La gran boda llegaría unos meses después. En febrero de 2014, la pareja reunió a un nutrido grupo de amigos en Gstaad, la exclusiva estación de esquí suiza, para una gran fiesta que duró tres días. La nieve fue la gran protagonista de la ceremonia, que se celebró en el antiguo convento de Rougemont, y para su gran día Tatiana eligió un vestido de Valentino Alta Costura, hecho en tul de seda y encaje de macramé color marfil al que añadió una capa larga cachemir con capucha ribeteada de piel. Además, la novia lució la impresionante tiara Fringe firmada por Cartier, que fue propiedad de la princesa Carlota de Mónaco, regalo de su padre, el príncipe Luis.

Entre los invitados, además de los Grimaldi casi al completo (no estuvo presente Charlene de Mónaco), se pudo ver a Margherita y Angela Missoni, Bianca Brandolini, Eugenie Niarchos, Alex Dellal, exnovio de Charlotte Casiraghi, al diseñador Valentino o al fotógrafo Mario Testino. No faltaron Aldo Comas y Macarena Gómez, así como Alejandra de Rojas, hija de los condes de Montarco.

El 12 de abril de 2015, el matrimonio dio la bienvenida a su hija India y el 19 de abril de 2018 a su tercer hijo, el pequeño Maximilian Rainero, que nació en Mónaco. La familia se instaló en Londres. Tatiana había fundado en 2012, junto a su amiga Dana Alikhani, la firma de moda Muzungu Sisters, cuyos diseños están hechos por comunidades indígenas y artesanos de todo el mundo.

El matrimonio reside desde 2023 en Suiza.

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Apasionado de los relojes y de los zapatos italianos

Desde enero de 2023 Andrea Casiraghi, Tatiana y sus tres hijos viven en la tranquila localidad suiza de Saanen, cercana a la estación de esquí de Gstaad. Se trata de un lugar encantador, lleno de pequeñas casitas y con unos 7.000 habitantes. Entre sus atractivos turísticos se encuentra la iglesia gótica de San Mauricio. En Suiza han encontrado su nuevo hogar y allí les gusta disfrutar del anonimato y del esquí, uno de los deportes favoritos de la familia al completo.

Andrea Casiraghi, que habla francés, italiano, inglés y alemán de manera fluida, ha elegido vivir lejos de los focos salvo cuando su familia materna lo requiere. Desde enero de 2012 desempeña el cargo de brigadier de la Compagnie des Carabiniers du Prince y no falla en actos como el Baile de la Rosa o el Día Nacional de Mónaco. Dicen que es un apasionado de los trajes del diseñador monegasco Louis Sciolla, de los zapatos italianos y que colecciona relojes de la marca Swatch. Entre sus hobbies está la lectura, pero también montar a caballo, la Fórmula 1 (suele asistir al GP de Mónaco con sus hijos y su hermano Pierre) y los deportes acuáticos, pasión que ha heredado de su padre y de la que disfruta sobre todo en Saint Trópez.