Desde sus primeros a�os se inici� en su afici�n por hacer versos pero nunca acept� que se le llamara poeta.

Hizo estudios hasta cuarto de bachillerato, pero fue un completo autodidacta que se desempe�� desde barrendero de la Personer�a Municipal hasta gerente de las Empresas P�blicas de su natal Pereira.

Despu�s de su primer bambuco, �Vecinita�, cumpuesto en 1940 en homenaje a una hermosa muchacha pereirana vecina del poeta, son much�simos los versos de Luis Carlos Gonz�lez que, musicalizados por los mas destacados compositores nacionales de su �poca, se han convertido en reliquias aut�nticas de nuestra m�sica colombiana.

Es practicamente imposible se�alar sus �mejores� canciones, pero de su inmensa cosecha podemos recordar t�tulos tan consagrados como �Aguardiente de ca�a�, �Ajena�, �Recuerdos�, �Antioque�ita�, �Besito de Fuego�, �Callecita morena�, �Caminos de Caldas�, �Compa�ero�, "Cansera", Muchachita parrandera", "Amor monta�ero", "Troncos secos", �Fondas de ayer�, �Tarde�, �Trocha de l�grimas�, �La ruana�, �Los viejos�, �Mi casta�, "Sin palabras", "Acuarela", "Madre labriega", �Paisaje�, y much�simas otras m�s.

Los poemas de Luis Carlos Gonz�lez fueron musicalizados por grandes compositores de la �poca, y de manera muy especial por Enrique Figueroa y Jos� Mac�as, al menos los de mayor �xito. Tambi�n pusieron m�sica a sus poemas los compositores Fabio Ospina, Hugo Trespalacios, Pacho Bedoya, Jorge Villamil, Eduardo Cabas, Lucho Vergara, entre otros.

No obstante su proverbial modestia que lo llev� a declinar much�simos homenajes del orden municipal, departamental y nacional, siempre alcanz� a recibir distinciones de la Sociedad de Mejoras P�blicas de Pereira, del Concejo de Medell�n, de los clubes Rotario y Leones, la �Estrella de Oro� de la Gobernaci�n de Antioquia, la Cruz de los Fundadores de la Alcald�a de Pereira, la Gran Cruz del Departamento de Risaralda, la Cruz de San Carlos del Congreso Nacional y la Gran Cruz de Boyac� de la Presidencia de la Rep�blica.

Por una inmensa iron�a de la vida, Luis Carlos Gonz�lez, el inmortal poeta que siempre manifest� su desagrado por los homenajes, muri� en Pereira el 17 de agosto de 1985 en momentos que que recib�a el posterero, de parte del Banco de la Rep�blica, a la edad de 77 a�os, en medio del dolor de una ciudad que siempre lo admir� y consider� como su hijo predilecto.

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