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Artículo publicado el 30 Mar 2022 - Este artículo ha sido revisado y actualizado con fecha 30 marzo, 2024
Hoy, 30 de marzo, es el Día Internacional de las Trabajadoras del Hogar. Es una fecha para reivindicar los derechos laborales de un sector mayoritariamente femenino que sufre unos niveles de precariedad alarmantes.
Día Internacional de las Trabajadoras del Hogar
Una inmensa cantidad de trabajadoras de este sector forman parte de la economía sumergida de este país, trabajando sin estar dadas de alta en la Seguridad Social y, por lo tanto, sin ningún tipo de cobertura ni derecho a ningún tipo de prestación asociada a su actividad laboral. Pero, al margen de quienes trabajan en b, las condiciones laborales del sector del trabajo doméstico, incluso estando dadas de alta y cotizando, son pésimas.
La Conferencia General de la Organización Internacional del Trabajo adoptó el Convenio 189, sobre las trabajadoras y los trabajadores domésticos, en el año 2011. En este Convenio se recogen los principios básicos para proteger de prácticas abusivas a las trabajadoras y trabajadores de este sector. Once años después, España aún no ha ratificado este convenio, según consta en la web de la OIT.
Hace apenas un mes leíamos titulares que rezaban que la Justicia europea había concluido que España discrimina a las trabajadoras del hogar, al negarles el derecho a cobrar el subsidio por desempleo. De hecho, este colectivo es el único que no tiene acceso a esta protección social básica, abogado a la precariedad y a la pobreza.
El salario mínimo interprofesional se sitúa actualmente en España en 14.000 € brutos al año. Y este es el salario que se aplica a las trabajadoras del hogar. Teniendo en cuenta que, en nuestro país, se suele organizar el salario en 14 pagas anuales repartidas en 12 mensualidades más dos pagas extraordinarias en los meses de junio y diciembre, y descontando la retención de IRPF, la cuota obrera y la Seguridad Social, una trabajadora del hogar que trabaje 40 horas semanales no cobra ni 1.000 euros al mes.
Podemos pensar que este no es el único sector que cobra el salario mínimo interprofesional, y es cierto. Pero sí es el único que no tiene reconocida la prestación por desempleo. Es decir, una empleada doméstica que lleve siete años trabajando con contrato de trabajo y cotizando a la Seguridad Social, en el momento en que se queda sin trabajo, no tiene derecho a cobrar el paro como cualquier otro trabajador o trabajadora de cualquier otro sector.
La Justicia europea ya se ha pronunciado sobre la discriminación que este hecho absolutamente injustificado supone para las mujeres, ya que más del 95% de este sector está representado por mujeres; y en otros sectores similares no feminizados sí se cuenta con la prestación por desempleo sin que se encuentren razones objetivas que justifiquen esta diferenciación.
¿Por qué es importante dar visibilidad a las Trabajadoras del Hogar?
Hasta hace algunas décadas, las familias que contaban con servicio doméstico eran familias con un alto poder adquisitivo que vivían en viviendas amplias con una zona destinada al servicio. La mayoría de las trabajadoras domésticas eran internas que vivían en el domicilio en el que trabajaban. A menudo, las condiciones laborales eran abusivas y rozaban la esclavitud, debiendo estar disponibles 24 horas al día.
Con los avances sociales se reguló legalmente que estas empleadas debían tener derecho al descanso, estableciendo una jornada laboral diaria, debiendo gozar del descanso en días festivos, fines de semana y vacaciones. A pesar de lo cual, muchas empleadas domésticas a lo largo de todo el mundo, denuncian sufrir situaciones que se asemejan a nuevas formas de esclavitud.
Pero, además, la evolución social de las últimas décadas, con la incorporación masiva de las mujeres al mercado laboral y los horarios de trabajo interminables, ha traído como consecuencia que cada vez más familias precisen ayuda con las tareas domésticas. Por lo que este es un sector que ha crecido de manera exponencial en los últimos tiempos, tal y como comprobamos a menudo las familias miembro de la Tribu CSC.
Las labores domésticas y los cuidados carecen del reconocimiento social que merecen ya que son el sustento de toda la sociedad. Cualquier persona de cualquier estamento social y que desarrolle cualquier tipo de profesión, necesita una casa cómoda y limpia en la que vivir, un plato de comida con el que alimentarse, alguien que le cuide cuando esté enfermo/a… Los niños y las niñas necesitan personas que les cuiden, les protejan y les atiendan. Por eso es importante que también a ellos les enseñemos desde la infancia a valorar los cuidados.
Las personas mayores también necesitan cuidados y atenciones casi constantes. Y todas estas labores son esenciales para la sociedad. Tanto cuando se realizan de manera personal o por parte de familiares, como cuando se establece una relación laboral, estas tareas suelen ser realizadas de manera mayoritaria por mujeres; y este es uno de los motivos por lo que están tan infravaloradas. No es de extrañar, en un mundo en el que aún queda mucho por avanzar si queremos lograr una igualdad de oportunidades real.
Pero en el caso de las trabajadoras del hogar la discriminación es absolutamente inadmisible. La justicia europea ya se ha pronunciado. Nos toca mover ficha y sacar de la precariedad y de la pobreza a este sector laboral indispensable en el día a día de muchas familias.
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