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La peruana Gladys Tejeda celebra su triunfo en el maratón durante los Juegos Panamericanos de Toronto 2015, en julio del año pasado. HÉCTOR RETAMAL/GETTY
HECTOR RETAMAL / AFP/Getty Images
La peruana Gladys Tejeda celebra su triunfo en el maratón durante los Juegos Panamericanos de Toronto 2015, en julio del año pasado. HÉCTOR RETAMAL/GETTY
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HUANCAYO, PERÚ –

Los Andes no dan tregua. Incluso si el cielo está limpio y azul, al amanecer, el viento es gélido y quema las mejillas. Allí, por entre los campos de maíz, siete fondistas peruanos, muchos sobrevivientes de la pobreza y las guerrillas, entrenan para Río-2016.

Bien lo sabe Gladys Tejeda, que empezó su carrera sin tener el calzado deportivo adecuado para correr. “Me acuerdo cuando me pisaban (durante la carrera). Recuerdo que una vez gané una maratón a pesar que tenía un hoyo en la suela” del calzado que llevaba, confesó la corredora nacida en Junín (centro) poco antes de viajar a México, donde finalizará su preparación en el llano y altura para los Juegos de Brasil.

Gladys fue despojada de la medalla de oro en el maratón de los Panamericanos de Toronto-2015 tras dar positivo en un control de medicamentos. Por una infección a los riñones había ingerido un diurético. Si bien este medicamento le resta rendimiento, las autoridades olímpicas consideran que permite “enmascarar” el consumo de sustancias prohibidas, algo que ella niega.

Tejeda, de 30 años, ahora con mayor experiencia, buscará en su segundos Juegos Olímpicos llegar lo más lejos posible con una mejor preparación. En Londres 2012 donde fue la abanderada de la delegación inca, ocupó el puesto 42. Debido a su desempeño, hoy ya la auspicia una importante marca deportiva.

“El objetivo principal es ubicarme en mejores posiciones. Voy a dar lo mejor de mí para lograr una medalla”, comentó Tejeda.

Dieta de granos andinos

Los atletas andinos corren diariamente 35 kilómetros sin importar el frío, las lluvias y las heladas que a veces sorprenden a Huancayo, en la sierra central del Perú, a 3,300 metros de altura.

Allí estuvo preparándose hasta hace poco la multicampeona sudamericana y panamericana Inés Melchor, que culmina ahora su entrenamiento en Corea del Sur. En Londres-2012 logró el puesto 25 en la maratón femenina y fue la primera sudamericana en cruzar la meta. “En Río espero estar entre los cinco primeros lugares, es uno de mis objetivos”, dijo la deportista de 29 años y abogada de profesión.

Mientras, bajo la batuta del mexicano Rodolfo Gómez, lo han hecho Jovana de la Cruz, Raúl y Cristian Pacheco, Raúl Machacuay, Luis Fernando Ostos, además de Tejeda.

“Los entrenamientos son muy duros porque tenemos que soportar el frío, lluvias y heladas, pero igual todo eso nos sirve para nuestra resistencia y velocidad”, dijo Tejada.

Los deportistas que pertenecen al Programa Nacional de Maratonistas para los Juegos Olímpicos de Río, entrenan en jornadas de doble turno trepando cerros adornados con retamas, bosques de eucaliptos y montañas que bordean los 4.000 metros de altura, con una temperatura promedio de 10 grados.

Para lograr una buena resistencia física tiene una alimentación en base a quinua, maca y harina de las siete semillas, como se le conoce a una combinación de granos andinos.

Correr por sus vidas

Luis Fernando Ostos, de 23 años, nació en Uchiza, región San Martín, en la selva central, que en los 80 fue territorio de operación de la guerrilla maoísta Sendero Luminoso. “El terrorismo mató a toda mi familia y, por temor a eso, con mi abuelita y mis tíos tuvimos que huir a otra zona más segura”, contó este deportista clasificado a los 10,000 metros planos de Río.

“Mis tíos, mis abuelos y mi padres, que cultivaban coca, murieron por culpa de Sendero. Esa vez el terrorismo era muy fuerte en la selva”, comentó Ostos, que recorría en ojotas -sandalias de jebe- 10 kilómetros para llegar a su colegio.

“No tenía los recursos necesarios, a veces se me rompían las ojotas y tenía que llegar descalzo a mi colegio”, cuenta el deportista de 1.59 metros, reconocido admirador del keniata nacionalizado estadounidense Bernat Lagat.

Hombre de las alturas

Para el fondista Raúl Pacheco, que logró la medalla de plata en los Panamericanos de Toronto-2015, sus entrenamientos y convivencia en la altura serán fundamentales para participar en su segunda cita olímpica. En Londres-2012 finalizó en el puesto 21.

“Convivimos con la altura y el clima frío. Es por eso que cuando bajamos a nivel del mar nos sobra el aire y lo que nos falta es rapidez”, explicó Pacheco, de 37 años, que también vivió su infancia entre ataques de Sendero Luminoso, en su natal Junín.

“La idea es dar lo mejor en Río y tratar de pelear con los kenianos. Si Dios quiere, podré ganar una medalla”, manifestó Pacheco.

Antes de viajar a Brasil, los atletas andinos finalizarán sus entrenamientos en la Ciudad de México, donde esperan adaptarse a climas de menor altura. “Vamos a adecuarnos para nivelar la respiración de los atletas, porque si viajamos directamente nos afectara la menor altura de Río”, dijo el keniano Boaz Lorupe, asistente del entrenador Gómez.