Vicky Peláez: el misterio de la “espía” peruana

  • Carlos Chirinos
  • Enviado especial de BBC Mundo a Nueva York
Residencia de Vicky peláez
Pie de foto, La periodista peruana vive en una modesta casa de dos niveles cerca de Nueva York.

¿Espías en Nueva York? Inmediatamente vienen a la mente imágenes al estilo James Bond: persecuciones en veloces autos deportivos, veladas en elegantes hoteles, operaciones rodeadas de absoluto secreto.

Nada más distante de la residencia de Yonkers, suburbio mayoritariamente hispano del norte de Nueva York, donde vivían hasta hace dos días la periodista peruana Vicky Peláez y su esposo el fotógrafo uruguayo, Juan Lázaro.

Una modesta casa de dos niveles con un amplio, pero algo descuidado jardín. En líneas generales no muy bien mantenida, en comparación con las que la rodean.

Afuera una vieja camioneta Mitsubishi y en su asiento trasero, un iPod, dejado como demasiado a la vista para lo que parece ser aconsejable en esa zona de Nueva York.

Hasta ahora lo más cinematográfico de esta historia ha sido la manera como fueron apresados la noche del domingo a pocos metros de la casa, cuando dos autos del FBI interceptaron el vehículo en el que Peláez y Lázaro regresaban de una fiesta.

Luego vinieron las cintas amarillas demarcando la “zona policial” y las decenas de funcionarios con guantes de látex sacando materiales de “evidencia” en bolsas plásticas selladas.

Y como en las películas, la llegada de la prensa para apostarse a las afueras del normalmente tranquilo vecindario. Ahí se acaba la película y empieza una historia que nadie quiere contar.

Sorpresa en el vecindario

Ahora, en la casa de la avenida Clifton no hay nadie. Está cerrada, aunque las cintas policiales fueron removidas.

Solo sigue apostada la prensa a la espera de que algún miembro de la familia vaya a recoger algo, y de paso, diga algo que rompa tanto silencio.

Frustrados colegas locales cuentan cómo en las primeras horas, tras el arresto, el hijo mayor de Peláez, Waldo Mariscal, ventiló su rabia y defendió vehemente la inocencia de la pareja. Pero al parecer sus abogados le desaconsejaron seguir haciéndolo.

Los esfuerzos de BBC Mundo por contactar a Mariscal o algún representante de la familia se han topado con contestadoras telefónicas y casilleros de voz repletos.

Por lo que dijeron los pocos vecinos que pasaban por el lugar, fue sorpresivo enterarse de la acusación contra la pareja, a la que, como suele suceder en estos casos, nadie considero nunca sospechosa de nada.

Incluso algunos aseguraron que se enteraron después de preguntar por qué los medios estaban en el vecindario.

“No sabemos nada”

Lo que sí calza completamente con las historias tradicionales de espías es el silencio de todos los que están relacionados con Peláez, desde sus jefes hasta sus amigos. Nadie dice nada.

En el diario La Prensa, periódico de Nueva York en el que Peláez escribe una columna semanal, a mediodía del martes el personal recibió la orden de no dar declaraciones y canalizar las peticiones a través de una portavoz oficial.

“No tenemos una posición sobre estos eventos porque no sabemos más que lo que es público y se sabe hasta ahora”, aseguro a BBC Mundo, Mary Zerafa, la portavoz de Impremedia, la empresa propietaria de la publicación.

Zerafa no dijo cuán sorpresivo habría resultado para la directiva del diario el arresto de una de sus periodistas alegando amablemente que “no damos informaciones sobre datos personales de nuestros trabajadores”.

En la embajada de Perú en Washington aseguraron a BBC Mundo que el caso se está manejando como un asunto consular, lo que significa que no le están dando perfil político al tema.

Una fuente diplomática peruana aseguró a BBC Mundo que la intervención del consulado en Nueva York es la de garantizar que “el procedimiento contra Peláez y su tratamiento sean correctos y a derecho”.

“Izquierdista radical”

Personas que conocen y frecuentan a Peláez tampoco quieren hablar sobre la periodista peruana.

Hijo de la periodista Vicky Peláez
Pie de foto, El hijo de Peláez ventiló su rabia y defendió vehemente la inocencia de la pareja.

Algunos de sus compatriotas residenciados en Nueva York reconocen que era “radicalmente de izquierda”, razón por la cual se habrían distanciado de ella tiempo atrás.

Por esa supuesta radicalidad es que varios de ellos dicen no estar tan sorprendidos que las autoridades estadounidenses mantuvieran vigilada a Peláez desde hace diez años.

“Cuando nos dijeron que se le acusaba de lavado de dinero pensamos que se referirían a algún vinculo con Sendero Luminoso, pero no esto”, dijo a BBC Mundo una periodista cercana a la pareja, que prefirió no ser identificada “por razones morales y profesionales”.

En cambio, para otros podría tratarse de una persecución política que trataría de silenciar la columna de Peláez, tradicionalmente muy crítica de las política internacional de EE.UU. y sus sistema económico.

Al menos esa era la tesis que había expresado Mariscal antes de caer, también él, en el silencio.