La ONU reconoce el acuerdo de Copenhague

  • Redacción
  • BBC Mundo
Ban Ki-moon.
Pie de foto, El secretario general de la ONU aseguró que se deberá llegar a un acuerdo vinculante en un año.

Pese a la falta de consenso, el plenario de la cumbre del clima de Copenhague decidió "tomar nota" y reconocer el acuerdo no vinculante sobre el cambio climático promovido por Estados Unidos. Venezuela, Bolivia, Nicagua y Cuba fueron los estados más críticos con el texto.

"Tenemos un acuerdo", aseguró el secretario general de Naciones Unidas, Ban Ki-moon, después de que la conferencia reconociera el acuerdo propuesto por Estados Unidos, China, Brasil, India y Sudáfrica.

Sin embargo, el máximo responsable de la ONU admitió que es "consciente de que esto es sólo el principio".

"Deberemos transformar esto en un tratado legalmente vinculante el año que viene. La importancia del texto sólo será reconocida cuando se convierta en una ley internacional", matizó Ban.

Para algunos, la decisión "salomónica" que sale de Copenhague es un acuerdo insuficiente, para otros, se trata de un paso en la buena dirección.

"Tras un largo y encendido debate, se encontró la expresión que permite a Naciones Unidas tomar nota del acuerdo y enumerar a los países a favor y en contra del texto", aseguró el analista de temas medioambientales de la BBC, Matt McGrath.

Oposición

El documento encontró la oposición de Nicaragua, Venezuela, Bolivia, Cuba y Sudán, que argumentaron que las medidas reflejadas son insuficientes para solucionar el problema del cambio climático.

"Muchos estados aceptaron el acuerdo a regañadientes porque lo consideran corto en acciones concretas. Otros, como estos países latinoamericanos y algunos estados insulares, se sienten descontentos, no sólo con el contenido del acuerdo, sino también con la manera en que se ha elaborado. Creen que fueron excluidos del proceso", apuntó McGrath.

La representante de Venezuela aseguró que no estaban dispuestos a "vender su voto por 30.000 millones de dólares", el dinero que, según el acuerdo, se destinará a los países pobres durante los próximos tres años para luchar contra el cambio climático.

Fue a última hora cuando, pese a la falta de consenso y ante la presión de la mayoría de estados, la cumbre salió del estancamiento.

"La conferencia decide tomar nota del Acuerdo de Copenhague del 18 de diciembre de 2009", sentenció el director de la sesión plenaria, el primer ministro danés Lars Lokke Rasmussen, el sábado por la mañana.

Tira y afloja

"Según los expertos, la fórmula adoptada permite que el acuerdo sea operativo, es decir, que las dotaciones económicas previstas puedan llegar a los países en desarrollo a partir del 1 de enero de 2010", agregó McGrath.

Horas antes de la conclusión de la cumbre, Estados Unidos y otros cuatro países pusieron sobre la mesa una propuesta que el presidente estadounidense, Barack Obama, calificó de "acuerdo significativo".

En torno a este documento, los debates se prolongaron durante toda la noche con la intención de evitar que la reunión acabara sin un acuerdo final.

A pesar de que la propuesta ya había recabado el apoyo de la mayoría de los delegados, para que el documento fuera adoptado como acuerdo oficial de Naciones Unidas, era necesaria la aprobación unánime de los 193 estados que participan en la cumbre. Algo que no sucedió.

Acuerdo y dudas

El acuerdo alcanzado incluye la aceptación de limitar el aumento de la temperatura a menos de 2 ºC y promete una inversión de US$30.000 millones en ayuda a los países en desarrollo a lo largo de los próximos tres años.

También establece el objetivo de llegar a los US$100.000 millones anuales para 2020.

Además, el texto presenta un método para verificar la reducción de las emisiones por parte de los estados en desarrollo.

Tras dos demanas de intenso debate, la cumbre de Copenhague deja, al menos, una certeza, el debate sobre el cambio climático está lejos de su fin.