Quedarse solo es uno de los miedos más frecuentes que escucho en consulta. Y es que la soledad no es algo malo siempre, la soledad a veces es una elección por nuestra salud mental, todos necesitamos espacios de soledad donde ordenar nuestras ideas y no por eso somos débiles. 

Por esa razón, para trabajar estas ideas que a veces no están muy alineadas con la realidad, quiero daros una serie de consejos y enfoques para enfrentar este sentimiento que a veces se nos hace difícil gestionar con éxito. 

 

Reconoce tus emociones y pensamientos

Una de las cosas que más veo en terapia es que al principio negamos la soledad, como que nos cuesta reconocerla, ya que cuando nos sentimos solos pueden venir sentimientos de rechazo o exclusión de los demás hacia nosotros por algo. Y te vuelvo a repetir que no tenemos que ver la soledad como un castigo o un duro peaje inevitable que pagar desde la frustración, hagamos de nuestra soledad algo que nos ayude a crecer. Por eso, es importante aceptar y reconocer nuestras emociones y pensamientos. Aquí en terapia os enseñaremos a hacerlo, sin que os sintáis juzgados y hablando de esas emociones e ideas que, aunque ahora nos hagan daño solo pensarlas, podemos llegar a cicatrizar.

Cultiva la autoconexión

A colación del punto anterior, será muy importante no tener miedo a conocernos a nosotros mismos, viendo que falla en nuestra vida y que cosas son buenas de ella. Cuando tenemos sentimientos de soledad es frecuente que no queramos admitirlo y que incluso nos de vergüenza decir y pensar que nos sentimos solos. Por eso, es importante quitarnos estas cadenas y empezar a conectar con nosotros mismos para sentirnos más liberados. Al fin y al cabo, nuestra soledad no es un castigo, es necesaria para seguir creciendo personalmente. En consulta, cuando los pacientes aprender a estar solos, se ven más fuertes y con más paz mental, ya que, lo quieras o no, tú mismo serás el acompañante más importante que tendrás en tu vida.

Practica el autocuidado

No hay mayor autocuidado que apartarte cuando sea necesario, sea el ámbito que sea, y esto no es cobardía, más bien es amor propio, siempre y cuando lo hagamos de la manera correcta. En la soledad analizamos que nos ocurre, tanto lo bueno, como lo malo. En la soledad ordenamos las ideas que tenemos en la cabeza, por eso el autocuidado es tan importante. Para tu dar amor de calidad a los demás, no solo al amor romántico me refiero, debes tener amor propio tú mismo, ya que si no es así no estaremos dando amor de calidad.

El autocuidado empieza por uno mismo, teniendo espacios personales donde podamos expresarnos con nosotros mismos, haciendo actividades que nos ayuden como hacer ejercicio o meditar, entre otras.

Fomenta la gratitud y la autoaceptación

Uno de los fallos más comunes que veo en terapia es que la gente no quiere estar sola por que si está sola le toca hablar con ella misma en sus pensamientos y hay ciertos temas que son espinosos. Por eso, aprender a aceptar las situaciones que no podemos cambiar y ver cuales si que podemos cambiar nos puede ayudar en gran medida, al igual que fomentar la gratitud, ya que solemos cometer el error de pensar que siempre nos falta algo y que nunca es suficiente, cuando en realidad muchas veces tenemos más cosas que las que valoramos.

Desarrolla habilidades sociales

Te vuelvo a repetir, la soledad no es mala, es necesaria en el transcurso de toda persona en algunos momentos de su vida. Pero una soledad sana, donde no nos olvidemos de los demás. Somos seres humanos, somos seres sociales y negar esto sería un gran error, por eso, aunque necesitemos espacios temporales de soledad no debemos olvidar nunca el contacto social con los demás, al igual que no debemos pasar por alto las habilidades sociales básicas como escuchar, mantener una conversación, expresar sentimientos y un largo etcétera.
A lo largo de tu vida, lo quieras o no, vas a tener que estar en contacto con los demás. Por eso, aislarse no es buena opción. Recuerda que te estoy hablando de una soledad sana y que nos ayude y el aislamiento social no es la opción más correcta para este objetivo de vida.

Busca apoyo si es necesario

El camino de una soledad sana, desde el autocuidado, y que nos haga sentirnos libres a veces puede ser complicado de conseguir, ya que a veces la vida se nos hace muy cuesta arriba. Por esta razón es tan importante pedir ayuda a un psicólogo si vemos que el camino está muy complicado o no sabemos por donde tirar, el psicólogo es un experto en las emociones, es un profesional con experiencia que sabrá orientarte en estos líos emocionales que a veces pueden aparecer en nuestra cabeza. Hay salida, pero a veces tenemos que buscarla y pedir ayuda para lograr atravesar esa puerta.

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