Vicky Peláez en el aeropuerto de Lima, Perú, en febrero del 2011.

“Yo nunca he espiado para nadie o para alguna organización o país”, dijo Vicky Peláez a la prensa en Perú. “Mi esposo es un héroe y es el espía perfecto… nunca me confesó su verdadera identidad por mí seguridad”.

Sin embargo, en una corte de Nueva York, Peláez se decaró culpable de espiar para el gobierno ruso después que fue grabada en Lima, en repetidas ocasiones, hablando sobre cómo entraría el dinero a los Estados Unidos. Peláez lo metía en una maleta con doble fondo y eso le contó a su esposo, conforme a la acusación formal que presentó la fiscalía de esta nación.

El procurador peruano, José Luis Caldas, la acusó de falsificar dos actas de nacimiento para obtener la residencia estadounidense en los años noventa. Sin embargo le permitieron la entrada, pero no a su esposo.

La periodista Vicky Peléaz regresó a Cusco, Perú, para asistir al entierro de su padre. También podría coincidir con su posible candidatura a un puesto político en esa nación suramericana, conforme a fuentes de QueensLatino.com. Peláez vestía traje negro y gafas del mismo color cuando se bajó del avión en el aeropuerto de Lima.

Peláez se declaró culpable el año pasado de espiar para el gobierno ruso cuando vivían en Nueva York y de introducir miles de dólares en su maleta de viaje como producto del pago por su espionaje. Los agentes federales grabaron en secreto su voz en el momento de recibir varios pagos de dinero en un parque de Lima.

El nueve de julio del año pasado, Peláez y otros espías fueron extraditados a Rusia como parte de un intercambio de espías. De un día para otro la montaron en un avión ruso y no podrá volver a los Estados Unidos.

Cuando se bajó del avión que la condujo de Moscú a Lima, la recibió un agente del gobierno de Rusia, en donde le ofrecieron vivienda y un pago mensual de 2,000 dólares de por vida como compensación por su trabajo de espía.

“No voy a hablar con la prensa y los espero mañana en el Cusco después del entierro de mi padre”, dijo Peláez a la prensa luego de saludar a uno de sus sobrinos con un beso en la mejilla y antes de abordar un taxi. La ex periodista y columnista de El Diario/La Prensa, no viajó con su esposo, quien tiene problemas con la autoridad de Perú por mentir para obtener la nacionalidad de esa nación.  En Nueva York, se conocía al esposo como Juan Lázaro, de nacionalidad uruguaya, pero su verdadero nombre es Mikhail Anatonoljevich Vasenkov, de nacionalidad Rusa.

Peláez fue condedorada en Moscú al igual que todos los espías rusos, inluyendo a la bella Anna Chapman, quien también posó de manera sensual para revistas rusas. “Le agradezco al gobierno ruso porque me sacó de ese hueco en los Estados Unidos y está cumpliendo sus promesas”, dijo Peláez luego del entierro de su padre, quien estaba postrado en una cama desde hacía varios años.

Los dos hijos de Peláez siguen viviendo en Nueva York. Walso es el mayor, se graduó en esta ciudad de arquitecto y le gusta la música folkórica de Latinoamérica. Juan José es pianista e hijo de Vasenkov. “Mi hijo el músico prefirió seguir viviendo en los Estados Unidos para continuar sus estudios y estar alejada de ellos es lo más difícil”, dijo Peláez.

Desde hace varios meses circula la información de que Peláez se va a lanzar como candidata política. Las elecciones en Perú son el próximo 10 de abril. En el Internet, cientos de peruanos siguen opinando sobre la espía Peláez y algunos han escrito que no la quieren en el Perú. También hay quienes defienden a esta ex reportera de televisión de Perú quien en el pasado ha mostrado afinidades con el grupo Sendero Luminoso y el gobierno de Cuba.

“¿Cuál es la pepa de la noticia?”, era la frase favorita de Peláez en la sala de redacción de El Diario/La Prensa, en donde se desempeñó como reportera y editora intenacional. Para su historia, la pepa es su doble vida.

“Si la Vicky no se puede lanzar como candidata en estas elecciones, entonces esperará la próxima oportunidad… pero que se lanza a la política es un hecho”, dijo una fuente a QueensLatino.com.