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Por: Nathalie Tacchino

Ganar siete Roland Garros, tres US Open, un Abierto de Australia y un WTA Tour Championships no es algo que se dé a menudo, menos aún en el tenis femenino actual, tan inconstante y con más tendencia al glamour que a lo deportivo.

Sin embargo, Virginia Ruano Pascual logró eso y más.

Madrileña de 39 años. Retirada desde el 2010. Fue número 1 del mundo en dobles por 64 semanas consecutivas. Era ya costumbre verla levantando trofeos en los “grandes” junto a la argentina Paola Suárez, su compañera más estable del circuito.

Pero no sólo fueron “grandes”. En total, 44 títulos en dobles y 3 en singles. Además, cuatro Fed Cups (equivalente a la Copa Davis de hombres) y dos medallas olímpicas de plata: una en Atenas 2004 y otra en Beijing 2008, haciendo dupla con la reconocida tenista española Conchita Martínez y con Anabel Medina Garrigues, respectivamente.

Y aunque no me gusten las cifras, es inevitable enumerar lo que Virginia logró en sus años en activo. De todas formas, Vivi no es sólo números. ¡Qué va!

 

Virginia Ruano Pascual

Sencilla, cercana, asentada en el suelo y en sus orígenes. Los títulos no la obnubilaron. Al contrario. Gracias a estos pudo demostrar lo enseñado en casa. Pues como ella misma lo dice, nadie le regaló nada.

Lo que cuesta, uno lo valora, lo nutre, lo hace crecer sin perder la ilusión de cuando pequeños soñamos con llegar a lo más alto, sin preocuparnos en alzar el dedo meñique.

Pues aquí, el ejemplo presente convertido en laureada ex tenista, empresaria, directora de tenis, comentarista de televisión, amiga a la distancia.

Pese a la poca difusión del tenis femenino, tengo el honor de presentar a Virginia Ruano como una de las más grandes exponentes del tenis español y del mundo.

Por todo lo que dio al deporte, por lo que sigue dando, y sobre todo, por demostrar que no hay título más destacado, entre tantos, que el de ser, ante todo, buena persona y un ejemplo a seguir para las nuevas luces del deporte mundial.​

Con todo tu palmarés a cuestas, ¿cómo se hace para no perder la humildad?

Supongo que la educación recibida y el apoyo de mi familia ha sido muy importante para tener los pies en el suelo. Me ha costado mucho conseguir las cosas. Nadie ha venido nunca a regalarme nada.

Si tuvieras que elegir, ¿cuál fue el momento más importante y el más difícil de tu carrera deportiva?

El mejor momento fue el que viví en los Juegos Olímpicos de Beijing cuando conseguí la medalla de plata en dobles con Anabel Medina, pero también he vivido otros grandes momentos con el tenis. El peor fue cuando me lesioné del pie izquierdo y estuve un año sin saber si me tenía que operar o qué iba a pasar.

¿Qué te hizo pensar y concretar el retiro definitivo?

Lo fui pensando y meditando hasta que sentí que era el momento de hacerlo, y por eso decidí que al final del 2010 lo dejaría. Por desgracia, en el torneo de Miami me levanté un día con muchos dolores en el cuello y brazo, y eso anticipó la retirada. Wimbledon fue mi último torneo.

La falta de difusión y de apoyo hacia la deportista mujer sigue siendo una realidad en el mundo entero. ¿Cómo se podría revertir esta situación?

Es una lucha difícil porque hay que buscar la igualdad y el reconocimiento de las mujeres en muchos aspectos de la vida.

Sino hubieras sido tenista, ¿qué otra cosa te hubiera gustado ser?

No lo sé. Por suerte desde bien pequeña he tenido muy claro lo que me gustaba y he tenido el apoyo de mi familia para poder dedicarme a ello.

Ganaste todos los Grand Slams menos Wimbledon. Sin embargo, fue en ese torneo y en singles que pudiste derrotar a Martina Hingis cuando ésta era número 1 del mundo. ¿Qué te significó esta victoria?

Fue algo realmente especial. Al día siguiente en toda la prensa londinense salía mi foto y me llamaban de todas partes. Fue un partido brillante y sin errores.

Subirte al podio en Atenas 2004 y en Beijing 2008 debió ser más que emocionante. ¿Qué medalla cuelga por encima de la otra en tu casa?

Las dos medallas están una al lado de la otra. La primera supo muy amarga y me costó recuperarme de la derrota. Éramos las favoritas para ganar el oro y así poder escuchar el himno de España, y perdimos. La segunda supo más a oro desde el momento que en semifinales derrotamos a las chinas y nos metimos en la final contra las Williams.

¿Qué las hace “pesadas” a las Williams?

Con ellas llegó la potencia por encima de todo, revolucionaron el tenis, hubo un antes y un después.

Tu ex compañera de dobles, la argentina Paola Suárez, se retiró antes que tú y regresó a las canchas para participar en Londres 2012. ¿Cabe la posibilidad que exista un retorno tuyo para Río 2016?

Nunca se puede decir un “no” rotundo, pero una de las cosas que siempre he querido es no volver al circuito después de retirada, creo que por ello alargué todo lo que mi cuerpo y mente me permitieron en el circuito profesional.

Si antes el tenis era tu vida, hoy, ¿qué lo es?

Mi vida sigue siendo el tenis. Soy directora de un torneo challenger de hombres (El Espinar), comento tenis en TVE, me he casado con un entrenador de tenis. Sigo girando entorno al tenis.

Madrid está compitiendo con Tokio y Estambul para ser sede de los Juegos Olímpicos del 2020. ¿Por qué votar por Madrid y no por las otras dos ciudades?

Creo que Madrid lleva años luchando por unos Juegos Olímpicos y la ciudad ha tenido muchos cambios de infraestructura preparándose para ellos. Además, desde hace ya tiempo, España esta viviendo años dorados en el deporte: fútbol, tenis, gimnasia.

Si tuvieras que escoger 2 jugadores de tenis entre Nadal, Federer, Djokovic, Agassi, Sampras y Borg, ¿con cuáles te quedarías?

Creo que me quedaría con Nadal y Federer. El primero por su físico y cabeza, y el segundo por su talento técnico. Además han coincidido en la misma época y han dado al tenis partidos increibles. Pueden llegar a ser los dos más grandes de toda la historia.

¿Crees que Rafael Nadal vuelva a ser el mismo luego de la para por lesión en su rodilla izquierda?

Él va a luchar para que eso suceda, pero le costará un tiempo volver a estar al mismo nivel, y siempre y cuando las lesiones le respeten.

En las canchas has logrado casi todo y fuera de ellas también. Casada, socia de un restaurante, comentarista en Teledeporte, directora de un torneo de tenis y jugadora habitual de paddle. ¿Qué le falta lograr a Virginia Ruano para sentirse totalmente realizada?

Me siento realizada, pero siempre es difícil dejar un deporte profesional y encontrar cosas que ocupen ese vacío que deja la competición. Creo que lo importante es estar bien con uno mismo y probar hacer cosas que te gusten.

¿Anhelas ser entrenadora o quizá, capitana de Fed Cup?

No, nunca ha sido una de mis metas entrenar a nadie, pero no es algo que descarte. Al igual que ser capitana de Fed Cup, si un día se da y estoy preparada para serlo, genial.

¿Qué mensaje le darías a los jóvenes tenistas peruanos y del mundo que sueñan con lograr un título de Grand Slam o una medalla olímpica?

Que disfruten con lo que hacen. Cualquier deporte de alta competencia es muy duro y te tiene que apasionar lo que haces, porque habrá muchos momentos difíciles que hay que superar antes de conseguir grandes triunfos.

Diciembre 2012​

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