Alan García. Fuente: Legis.pe

ALAN GARCÍA: UNA ESTRELLA SE DESPLOMA

Sabemos que Uruguay negó la petición del ex presidente sobre el asilo político, también que consultó por lo mismo a Costa Rica, y que, supuestamente y ojalá sea como lo manifiesta, está dispuesto a colaborar con las investigaciones. Pero, pensando en el porvenir inmediato, ¿cuál es el siguiente paso? ¿qué le depara el futuro al líder aprista?

Nexos
4 min readDec 8, 2018

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Tabaré Vásquez, presidente de Uruguay, anunció este lunes que no le otorgaría asilo político a Alan García, ya que en Perú funcionan libremente los tres poderes del Estado.

Esta es una de las derrotas más fuertes de una carrera política que, mal que bien, ha tenido notoriedad. Si retrocedemos en el tiempo hay que recordar que este personaje fue diputado constituyente, presidente en dos mandatos no consecutivos, senador vitalicio, etc. Pero hablar de esta holgada trayectoria, hoy día, pareciera tener un tinte perecedero.

El próximo paso para la fiscalía se asemejaría mucho a la teoría utilizada con Keiko Fujimori. El Fiscal podría solicitar la detención del ex presidente porque, aunque haya entregado su pasaporte y afirme, como lo hizo en las declaraciones del 5 de diciembre, que regresará a la vida política como si no estuviera pasando absolutamente nada, este personaje tiene el don o el poder para entorpecer el actuar de la justicia peruana.

Fuente: Diario Publimetro

Pero, a pesar de las aparentes jugadas inteligentes que estaría realizando, sus márgenes se vuelven cada vez más estrechos y sus espacios de maniobra están decreciendo. Fernández Fontenoy, Dr. en Ciencia Política y Sociología considera que

“Su escasa bancada en el Congreso y los casos de corrupción, en los cuales están involucrados miembros de su partido o allegados a su gobierno, también limitan ahora su capacidad de juego político”.

Para la mayoría de los peruanos, García ha sido sinónimo de impunidad y de corrupción. Así que, si la justicia llega a ser divina esta vez, que lo metan preso sería motivo de aplausos para un buen porcentaje de personas. ¿Por qué? Porque el búfalo aprista habría caído por fin.

¿UN PARTIDO EN EXTINCIÓN?

El partido fundado por Haya de la Torre ha sido devorado por el animal político Alan García Pérez. Ha sido arrastrado a un abismo, ya que éste se ha encargado de dilapidar aquella institución. Por ende, hablar del futuro del APRA tampoco tiene buen curso porque sería hablar de una especie extinta.

“Luego de sus fracasadas solicitudes de asilo a los gobiernos de Costa Rica y Uruguay, una posible candidatura de Alan y futuro en la política son opciones que ya no existen. Quizá se convierta en el primer cadáver político del siglo XXI por estos lares”, opina Fontenoy.

En tiempos de antaño, es cierto que el aprismo generó pasiones y llegó a polarizar el país, pero estos son solo recuerdos del pasado, el partido hoy en día es un partido con bases dispersas, pues de él solo quedan retazos.

“El Apra, con su candidato Alan García, luego de haber sacado un 5 % en las últimas elecciones presidenciales del 2016, ha quedado muy golpeado”, señala Fontenoy.

A pesar de ello, y queriendo ir en contra de la marea, hay que recordar que en las primeras declaraciones que el ex presidente brindó presencialmente a la prensa, este miércoles 5 de diciembre, manifestó que continuará con su trabajo político en el Partido Aprista Peruano.

¿Será que hay aún algún puesto para el partido de la estrella en el mundo político?

“En términos de aspiraciones presidenciales ya es muy complicado. Me atrevería a decir que las posibilidades son casi nulas”, considera José Carlos Requena, analista y socio principal de la Consultora 50+1.

Para Requena el partido está muy aislado y tiene pocos aliados a diferencia de hace algunos años. Puntos en contra para éste, evidentemente, pero no hay que olvidar que en Perú y en política las cosas siempre son inciertas.

Lo cierto es que, el APRA es una institución y no una persona; es decir, no debería girar en torno a García, pero esto está lejos de ser así. Las probabilidades de que alguien tome la posición de líder dentro del partido son inciertas, pero lo que sí es certero es que hoy se necesitan partidos que funcionen, que sean sólidos y que estén bien organizados, como ha mencionado Franco Giuffra en el diario El Comercio.

“Lamentablemente, la institución en cuestión es muy dependiente de García y su mala situación ha arrastrado al partido. Podría haber otro líder aprista cuando Alan de un paso al costado, pero es algo que parece no estar dispuesto a hacer”, opina Requena.

El partido ha sido consumido y absorbido por la ideología, el poder y el narcisismo del ex presidente, y todo indica que él no está dispuesto a ceder el mando. Pero del aprismo queda poco o queda nada. Tiene la pinta de ser una torre que se derrumba cada vez más rápido. Entonces, ¿el APRA nunca muere? Es una pregunta que, hoy, ya podría contestarse sola.

En colaboración con: Paz Pisconti Arciniega

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