Papel Salmon diciembre 21

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Se realiza entre el 2 y el 7 de enero de 2015

El Niño Dios negro

El carnaval se lo lleva el diablo

En el playón del río Pepé

En defensa del arte del toreo

Disonancias

Alfredo Molano, un aficionado de peso

FOTO/CORTESÍA FRANCISCO GONZÁLEZ/PAPEL SALMÓN

Nacimiento. Hilario Mendivil. 1970

EDICIÓN 1.153 DOMINGO 21 DE DICIEMBRE DE 2014 MANIZALES - COLOMBIA

creación y vida

Los mejores libros de 2014

Los cuellos largos en la obra de Hilario Mendívil

La Escuela Cusqueña y la Navidad


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DOMINGO 21 DE DICIEMBRE DE 2014

DOMINGO 21 DE DICIEMBRE DE 2014

SE REALIZA ENTRE EL 2 Y EL 7 DE ENERO DE 2015

El carnaval se lo lleva el diablo El Carnaval de Riosucio pierde sus tradiciones, por el desconocimiento de muchos celebrantes, la exigencia popular de orquestas y las muchedumbres que invaden el pueblo sin saber a qué vienen. Baile al borde del abismo. Álvaro Gärtner* Papel Salmón

C

arnaval de Riosucio 2013: la junta organizadora suspende las alboradas rituales de las 5:00 a.m., para contener los desmanes de la multitud embriagada. Una horda de jipis se droga y folla en pleno parque de San Sebastián, mientras los prados fueron convertidos en zona de acampar. Hace apenas una hora la orquesta apagó equipos de sonido que ensordecieron en varias cuadras a la redonda. Las calles parecen no haber sido barridas nunca. Unos cuantos disfrazados deambulan como perdidos en la multitud, luego de presentar sus cuadrillas como pudieron. Parecen estorbar a un público que solo quiere verbena, bebeta y desorden, y rechaza el festejo cuya fama le atrajo al pueblo. Esta escena es ya recurrente: “El componente tradicional de

FOTO/CORTESÍA ÁLVARO GÄRTNER/PAPEL SALMÓN

El Desfile de Entrada del Diablo es entorpecido continuamente por la multitud que se arroja a su paso para saludar y tocar la imagen.

nuestra gran celebración está en lamentable desintegración, especialmente después de 2003”, asegura su principal estudioso, Julián Bueno Rodríguez. Son varias las causas; unas evidentes, otras sutiles. La más notoria es el peso de la llamada ‘programación adicional’, que abarca los actos no propios del

ritual carnavalesco. Y en ella, como principal disolvente, las orquestas. Cuando en 1995 desaparecieron las casetas por no ser ya rentables, las orquestas se apoderaron de proscenios hasta entonces reservados al Carnaval: “Ya hoy hay que hablar de dos fiestas coexistentes: el

Carnaval tradicional que responde al genuino sentir del pueblo riosuceño y el carnaval de las orquestas que responde a la superficialidad y el desfogue de los sentidos, con grave daño para el contenido temático de la fiesta”, explica. El rito está tan arrinconado que se ha llegado a impedir a

El ritual festivo El Carnaval de Riosucio es bienal y se celebra en año impar, de viernes a miércoles, siempre alrededor del 6 de enero. Es un ritual cuyas raíces se hunden en lo profundo de la historia y se desarrolla así: 1. Precarnaval: de julio a diciembre del año par. Etapas: a. Instalación de la República del Carnaval: posesión de las jerarquías matachinescas, hacia el 20 de julio. b. Decretos: discursos en versos para motivar la celebración, de agosto a noviembre, un sábado cada mes.

c. Convite: sainete callejero mediante el cual se declara a Riosucio listo para celebrar. Segundo o tercer domingo de diciembre. 2. Carnaval: es un gran acto de teatro callejero, que se desarrolla en cinco actos: a. Alegre Despertar del Carnaval: el pueblo entra en estado de fiesta, a las 0 horas del viernes. b. Entrada de Colonias: regreso de los hijos ausentes, el sábado por la tarde. c. Entrada de Su Majestad el Diablo: entronización del símbolo de la fiesta, el sábado

por la noche. Saludo en verso. Presentación de Caravanas o cuadrillas nocturnas. d. Desfile y presentación de Cuadrillas: día central de la fiesta. Los celebrantes entregan el mensaje del Carnaval de casa en casa. Domingo. e. Desfile y Entierro del Calabazo. Quema del Diablo. Final de la farsa, último acto de la fiesta. Regreso a la normalidad. También hay Cuadrillas infantiles, Alboradas, Desfile de Diablos y Faroles, conjuros, quema de pólvora, corridas populares y desfile campesino.

las cuadrillas presentarse con la frase: “¡No pueden subir porque ya va a comenzar la orquesta!”. Bueno dice que “es el peor insulto” que ha escuchado en su trayectoria carnavalera. Marta Lucía Correa, presidenta de la Corporación Carnaval de Riosucio, dice que “como muchos riosuceños se han ido y los viejos matachines mueren, vienen de afuera personas con ideas diferentes que hacen cada vez más difícil hacer el Carnaval”. En ello coincide el alcalde de la población, Abel David Jaramillo Largo: “Muchos visitantes no saben a qué vienen y desdibujan nuestra fiesta desvirtuando los bellísimos despliegues culturales que aquí hay”. Bueno Rodríguez recuerda que “fueron los aspectos estéticos y rituales tradicionales los que condujeron a la declaratoria del Carnaval de Riosucio como bien cultural inmaterial de la Nación, y no las orquestas que dan tono de feria común y corriente a nuestra festividad”. El problema de las orquestas también nace de las vinculaciones publicitarias, señala Zulma Zahara, Alcaldesa del Carnaval: “Las juntas no invierten más en orquestas que en cuadrillas. La música la ponen los patrocinadores que aportan en especie no en dinero”.

MULTITUD… DE PROBLEMAS

En la zona urbana viven de 25 a 30 mil personas. Pero en tiempo de Carnaval la población aumenta a 120 o 130 mil, “sin que la administración municipal ni la junta del carnaval tomen medidas. Tenemos un pueblo sin Dios y sin ley y sin autoridad ninguna al momento de ser invadido por ese gentío que viene con ignorancia absoluta de la fiesta”, considera Julián Bueno. Aparte de jipis, drogadictos y falsos satanistas, llegan vendedores informales “muy agresivos, pues vienen a explotar sin tener que aportar nada”, añade. Por eso, “quien viene con auténtico interés de conocer la fiesta no puede hacerlo porque la muchedumbre lo absorbe”. Por su parte, Jaramillo anota que “aquí viene gente por primera vez y la siguiente edición regresa con tres o cuatro más.

Eso hace que el Carnaval ya no sea para los riosuceños sino para los forasteros”. Además, “aparecen predicadores que influyen en una comunidad con bajo nivel de conocimientos, que es dada creer en lo que le dicen, que ésta es una fiesta del diablo y no el Carnaval de Riosucio”, añade. Bueno admite la responsabilidad del riosuceño: “Las colonias vienen con deseos de recuperar su tradición, pero sin elementos, porque provienen de ciudades sacudidas por la violencia e influyen en el desorden. También invaden el pueblo y las casas de sus parientes, pero la junta es incapaz de establecer canales de orientación para que esos riosuceños puedan reencontrarse con su tradición”.

PERO DE PUERTAS ADENTRO…

La esencia del Carnaval de Riosucio es la actuación de las cuadrillas en proscenios y casas cuadrilleras. Ello es el domingo, día de tanta afluencia de público que impide su desplazamiento. “La cuadrilla está muy amenazada”, advierte el investigador. “La mayoría de cuadrilleros conserva la mística, pero no es consciente de su papel. No les importa que el desfile se detenga para que les tomen fotos; algunos se desgastan en el desfile y luego dejan de presentarse en las casas, porque están muy cansados o borrachos. Y hasta dicen que es mejor que haya pocas casas por visitar. Es decir, no quieren cumplir con la misión de la cuadrilla”.

FOTO/CORTESÍA ÁLVARO GÄRTNER/PAPEL SALMÓN

Los actos matachinescos deben hacerse con prisa, porque la multitud exige orquestas

Marta Lucía Correa ratifica: “Algunos jefes de casas cuadrilleras argumentan que entre una y otra presentaciones pasa mucho tiempo y se pierden la verbena”. Óscar Trejos, quien fuera dos veces Presidente del Carnaval además de veterano cuadrillero, dice: “No sé si a los cuadrilleros les gusta o no visitar las casas cuadrilleras, pero lo hacen en su mayoría. He visto cierta disciplina en eso”. A pesar “del interés de muchos en lucirse individualmente, en detrimento del esplendor colectivo”. Por eso, “me cuesta creer que haya cuadrilleros pidiendo que no se inscriban muchas casas. Sobre todo, a los que vienen de afuera les interesa no presentarse mucho para poder ir a la verbena. No entienden que el

verdadero cuadrillero se enorgullece de presentarse en cuantas casas pueda”. “La dupla cuadrilla-casa cuadrillera no puede romperse. En ese momento desaparecería el Carnaval como tradición”, advierte Bueno. En voz baja, algunos cuadrilleros dicen que si no hay ambiente el próximo Domingo de Cuadrillas, no saldrán y las sacarán después de Carnaval, para poder apreciarse y disfrutar sin hostilidades, dijo uno que reservó su identidad. La crisis empieza desde la Instalación de la República Matachinesca, que se lleva a cabo en julio: “La gente no acierta a entender qué es la República, ni menos qué es su instalación”, prosigue el investigador. Después, “el Alegre Despertar del Carnaval de alegre no tiene nada, sí mucho de turbulento y peligroso. Las alboradas tocaron fondo en 2013. El Desfile del Entrada del Diablo no puede salir tan tarde ni ser tan largo que el Diablo llegue a la plaza a la medianoche para un saludo que debió hacerse a las 9:00 p.m., dejando la actuación de las caravanas para la madrugada, cuando ya es imposible actuar”.

LA ESTRUCTURA TAMBALEA

FOTO/CORTESÍA ÁYMER ÁLVAREZ/PAPEL SALMÓN

Las Cuadrillas conservan su esplendor, pero algunas sacrifican el mensaje en aras del fasto. Cuadrillera del Carnaval de Riosucio 2005.

Si el rito está en crisis también lo está el componente humano, constituido en asamblea de carnavaleros y junta de la Corporación Carnaval de Riosucio: “Las asambleas son un desorden infinito que inciden

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en la conformación de la junta. Los estatutos están mandados a recoger”, considera el expresidente Óscar Trejos. Los asociados son 800 pero asisten 180. Unos cuantos llegan alicorados, se cuela gente sin derecho estatutario y no faltan aspirantes que inscriben votantes forzados para elegir a los nueve miembros. “La inclusión establecida en la Constitución del 91 desató la crisis, porque permite incluir a personas que no tienen capacidad para organizar un certamen que viene casi desde el siglo XVII”, explica la Alcaldesa de la fiesta. Y “al carnavalero le da pereza meterse en la junta, por los rumbos que ha cogido la fiesta y ésta queda en manos de gente que no tiene la mayor idoneidad para organizarla”, añade Trejos. Así pues, “las juntas resultan ineficaces porque no tienen cohesión ni se respetan las funciones. Los vicepresidentes se toman exageradas atribuciones y en la actual junta hay funcionarios sin jerarquía ni autoridad que impiden cumplir con sus funciones a quienes sí la tienen”, dice Julián. Y pone el dedo en una llaga que él conoce bien, por haber sido cuatro veces Alcalde del Carnaval: “Sus funciones han sido arrebatadas por el gerente”, cargo creado el decenio pasado. “Es una figura difícil, porque algunos artículos de los estatutos le dan toda la potestad, pero otros ordenan al Presidente manejar al gerente”, explica Marta Correa. El cargo “no ha podido

consolidarse por la pobreza de los estatutos. Y las juntas no tienen conocimiento administrativo para saber cuáles son sus funciones y cuáles las del gerente. Por eso se ha dado el caso de que éste termine por encima de la junta”, complementa Trejos, quien estrenó ese cargo.

REFUGIO TEMPORAL

“El pueblo carnavalero está entre la espada y la pared, y como no encuentra espacio para celebrar, busca inconscientemente alternativas para manifestar su espíritu matachinesco”, dice Julián Bueno. Una es el Precarnaval. Durante la etapa de los Decretos salen grupos de disfrazados “que parecen casi cuadrillas o caravanas, para hacer lo que en el Carnaval ya no pueden”. También desfogan energías lúdicas durante la fiesta de la Candelaria, hacia el 2 de febrero: “La virgen fue designada patrona de los matachines y hemos visto más afluencia de disfraces. El riosuceño ve en esa fiesta una tradición que no está contaminada por visitantes ignorantes”, añade. Es tiempo de reflexión en Riosucio, considera: “La gente debe decidir si quiere Carnaval o quiere rumba. El Carnaval no va a desaparecer, pero se está transformando en una fiesta que a los más tradicionalistas no nos gusta” *Periodista Próxima entrega: El Carnaval está a tiempo de salvarse.

FOTO/CORTESÍA ÁLVARO GÄRTNER/PAPEL SALMÓN

La mayoría de las cuadrillas del Carnaval de Riosucio conserva la mística, pero no es consciente de su papel.


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DOMINGO 21 DE DICIEMBRE DE 2014

DOMINGO 21 DE DICIEMBRE DE 2014

LOS CUELLOS LARGOS EN LA OBRA DE HILARIO MENDÍVIL

La Escuela Cusqueña y la Navidad

Fusión de la cultura hispana y la indígena. La fiesta navideña fue otro de los hechos de transculturación notable en el Virreinato del Perú. Arte académico y creatividad. Combinación.

Francisco González López* Papel Salmón

A

l despuntar el siglo XVI, en medio de la conquista española de los territorios americanos, la misión evangelizadora fue sin duda una de las tareas prioritarias del trono de Castilla y

Aragón. El cristianismo se difundió rápidamente a lo largo del “Nuevo Continente” en un hecho evidenciado durante la fundación de ciudades; el levantamiento de la iglesia en el lugar central de la primigenia aldea era tan importante como el acto administrativo en sí. Muchos de los altares se erigieron sobre las ruinas de los templos de adoración ancestral y a pesar de la pretensión de los europeos de borrar con la cruz y con la espada las creencias de los aborígenes, se generó una fusión de las dos culturas en un sincretismo que todavía es palpable 500 años después en cada una de las fiestas religiosas que celebramos en esta parte del mundo. Al sur del río Grande los ejemplos son numerosos y entre los más importantes se destaca la veneración a la Virgen de Guadalupe que según la leyenda aparece en el cerro de Tepeyac, cerca de la ciudad de México, en el mismo lugar donde se rendía culto a la diosa azteca Tonanzin (traducción de nuestra madre) de acuerdo con las crónicas del monje español Bernardo de Sahagun, en el siglo XVI.

DOS CORRIENTES FUNDIDAS

FOTOS/CORTESÍA FRANCISCO GONZÁLEZ/PAPEL SALMÓN

La adoración de los Reyes Magos. Escuela Cusqueña.1740–1760.

La fiesta navideña, de fuertes raíces en la España medieval, fue otro de los hechos de transculturación notable. En el Virreinato del Perú, a partir de las lecturas de los textos del profeta Isaías por parte de los clérigos españoles alabando a Emmanuel (Dios con nosotros), los nativos del Cusco, otrora capital del reino incaico, en un gesto de familiaridad con el Mesías, lo llamaron Manuelito, una tradición que hoy en día prevalece en muchas de las comunidades andinas. La figura del “Niño Manuel”

preside sin variaciones desde la llegada de los españoles, el “nacimiento” de los hogares cusqueños, así como también la feria del Santuranticuy, una antigua costumbre realizada en la Plaza de Armas de la ciudad, que congrega a los artesanos procedentes de las montañas para vender imágenes de arcilla del Niño, María, José y los tres Reyes Magos, hechos por ellos, para “armar” sus pesebres. Artistas de todas las épocas han representado a Manuelito, un niño de piel cobriza con los brazos abiertos y “una mirada atractiva y sugerente”, según los relatos de la época. La vestimenta solía estar inspirada a la usanza de los antiguos cuzqueños y de los habitantes de principios de la colonización. Esa combinación de costumbres y creencias se modeló de manera excepcional en el arte pictórico Cusqueño, dando lugar a la más célebre de las escuelas de la América colonial española, identificada por su originalidad y su gran valor artístico. Dos corrientes opuestas fundidas en una nueva expresión artística: de un lado, el arte académico europeo y del otro, la creatividad de los pintores indígenas y mestizos que expresaba su realidad. La denominación “Cusqueña”, más allá de sus orígenes definió la caracterización de un estilo alejado de la influencia de las corrientes predominantes en el arte occidental que “siguió su propio camino”, a decir de los historiadores José de Mesa y Teresa Gisbert. Un nuevo estilo centrado en el interés por asuntos costumbristas como la presencia, por vez primera en la historia del arte, de la flora y la fauna andinas.

INFLUENCIA DEL MANIERISMO

A fines del siglo XVII, los

Nacimiento. Escuela Mendívil.

artistas italianos y flamencos constituían una pequeña minoría mientras que los naturales y mestizos eran cada vez más numerosos, un hecho que coincidió con la separación de las dos corrientes artísticas al parecer por la explotación constante por parte de los europeos. A partir de este momento, libres de las imposiciones del gremio, los americanos se guiaron por su propia sensibilidad y consolidaron en la pintura su capacidad creativa. Tomaron de la escuela Flamenca su rica disposición al decorado con oro, el trazo fino y la abundancia de elementos llamativos en los trajes. Los santos y los ángeles, ajenos a la concepción de su mundo místico fueron progresivamente integrados creando un paralelo en sus creencias, fortaleciendo el sincretismo religioso. El primer momento de la Escuela Cusqueña fue marcado por el arribo al Perú, del pintor italiano Bernardo Bitti en 1583, un sacerdote jesuita que introdujo a la región la corriente

del manierismo, una de cuyas principales particularidades fue la inclusión de las imágenes alargadas, con la luz focalizada en ellas. Sin lugar a dudas, El Greco fue uno de los pintores que culminó las formas del manierismo al servicio de la religiosidad apasionada y cerrada sobre sí misma de la “Contrarreforma española” en medio de sus formas alargadas y pliegues acartonados.

los siglos venideros. El barroco presente en la pintura cusqueña fue sobre todo el resultado de la influencia de la corriente tenebrista a través de la obra de Francisco de Zurbarán y del uso como fuente de inspiración de los grabados de arte flamenco provenientes de Amberes. El pintor indígena más original e importante fue Diego Quispe Tito, nacido en la aldea de San Sebastián, vecina al Cusco, en 1611. En su obra se representaron algunas de las características que tendrá la pintura cusqueña en adelante, como cierta libertad en el manejo de la perspectiva, un protagonismo antes desconocido del paisaje y la abundancia de aves en los frondosos árboles que formaban parte del mismo. El motivo de las aves, sobre todo del papagayo selvático, ha sido interpretado por algunos investigadores como un signo que simbolizaba la resistencia andina o una alusión a la nobleza incaica. Tal fue la fama que alcanzó la pintura cusqueña del siglo XVII, que durante la centuria

siguiente se produjo un singular fenómeno que dejó huella en la economía local, relacionado con la creación de talleres industriales para la elaboración de lienzos en grandes cantidades por encargo de comerciantes de Trujillo, Ayacucho, Arequipa y Lima, e incluso de países vecinos. El pintor Mauricio García, activo hacia la mitad del siglo XVIII, firmó un contrato para entregar cerca de quinientos lienzos en siete meses. Por supuesto se trataba de pintura “ordinaria” para diferenciarla de la pintura “de brocateado fino”, de diseño mucho más elaborado y colorido más rico.

LA ARTESANÍA CUSQUEÑA

Antes de finalizar la primera mitad del siglo XX, la “nueva” Escuela Cusqueña no se plasmó en tablas ni en lienzos sino que continuó su desarrollo en las manos de uno de los más destacados artesanos peruanos, Hilario Mendívil Velasco (1927-1977), el maestro del “arte de cuello largo” que logró traspasar con entereza los terrenos del arte contemporáneo con sus imágenes elaboradas en tela encolada, yeso, pasta de arroz y harina de chuño con un exquisito pintado, en una práctica iniciada por su madre Junto con su esposa, Georgina Dueñas, logró un estilo muy peculiar en sus trabajos. Sus motivos de inspiración fueron fundamentalmente religiosos. Su fama internacional la alcanzó por sus figuras de la escena

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Hilario Mendivil (1927-1977).

de Belén con un característico cuello largo. Sin llegar a reproducir los modelos coloniales recreó cada imagen con un estilo personal y auténtico. Sus obras se exhiben en su casa familiar, actualmente conocida como Museo Hilario Mendívil en el Cusco. Tras el fallecimiento del patriarca, la familia adoptó la tradición y con sumo cuidado elaboran cada pieza tomándose hasta un mes por unidad. En la sensibilidad estética e icónica de Mendívil, confluyeron lo hispano y lo andino en una muestra palpable de sincretismo y de “diálogo de las dos culturas”. En sus obras se aprecia el espíritu y la riqueza de las imágenes religiosas de los templos de su ciudad natal y la influencia que marcó la Escuela Cusqueña. Pero esto

no se hubiera concretado sin el sello personal del autor, que en Mendívil se materializó con los cuellos largos (kunka), inspirados en los camélidos sudamericanos, y al parecer originada en la ubicación de su casa en el Barrio de San Blas, donde antiguamente se realizaba el trueque de llamas, alpacas y vicuñas. “Es en este ir y venir de nuestros singulares auquénidos que el artista comprendió que su obra debía tener un sello auténticamente cusqueño”. Sin la obra de Mendívil no hubiera sido posible entender ese giro de pensamiento y acción que comenzó con los indigenismos artísticos y la revaloración del artista popular que continúa hasta nuestros días. ¡Feliz Navidad! *Médico.

LOS ESTILOS PICTÓRICOS

Uno de los grandes exponentes de la Escuela Cusqueña fue el pintor Luis de Riaño, nacido en Lima y discípulo del italiano Angelino Medoro, autor de los murales de la iglesia de San Pedro de Andahuaylillas, llamada “la Capilla Sixtina de América” en un poblado en las cercanías de Cusco. Considerado por muchos como el ejemplo más sorprendente y hermoso del arte religioso popular andino. La adición de nuevos estilos pictóricos a la Escuela Cusqueña marcó una evolución en la producción artística en

Nuestra Señora del Rosario. Escuela Cusqueña. Siglo XVII.

Nuestra Señora de Belén. Escuela Cusqueña. Siglo XVII.

La Virgen de la Leche. Escuela Mendívil.

María y José buscan posada. Diego Quispe Tito.1681. Catedral de Cusco.


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DOMINGO 21 DE DICIEMBRE DE 2014

El torero y el aficionado descubren con el tiempo lo que llevan en sus adentros. Los toros son una metáfora sobre la vida y la muerte. Mirada. El Fraile* Papel Salmón

A

lfredo Molano Bravo, sociólogo, profesor universitario, escritor y periodista bogotano ha dedicado gran parte de su vida a recorrer los más recónditos parajes de la geografía rural de su patria con el ánimo de divulgar, a través de las más de veinticinco obras que ha publicado, los orígenes de ciertos procesos sociales que en esa otra, para muchos desconocida Colombia, se han venido dando a través de los años. Graduado en la Universidad Nacional de Colombia, adicionalmente cursó estudios en L´école Pratique des Hautes Études de París y ha sido galardonado con varios premios entre ellos el de periodismo Simón Bolívar, el Premio Nacional del Libro, de Colcultura y el Premio a la Excelencia Nacional en Ciencias Humanas de la Academia de Ciencias Geográficas. Recientemente le fue concedido el Doctorado Honoris Causa en Sociología por parte de su Alma Mater y en la actualidad es considerado uno de los intelectuales más destacados del país. Además, a esta trayectoria el Maestro Molano es un aficionado a los toros y un asiduo visitante a la Feria de Manizales, razón por la cual El Fraile le solicitó que le concediera una entrevista. ¿De dónde y cuándo nace su afición a los toros? Nací en el campo, he vivido siempre en él. Mi relación con bestias, reses, perros es natural, directa. De niño amé a un caballo -Florián-, a una ternera -Clavellina- y a una cachorra -Sonia-. Después una tarde mi abuelo, a quien ya nadie quería acompañar, me llevó a la Santamaría a ver a Joselillo de Colombia y a su hermano Manolo Zúñiga. Más grande vi torear a Cesar Girón, a Antonio Ordóñez, a Luis Miguel Dominguín. Después, las tardes que me ganaron para siempre: Palomo, Manzanares, El Viti. Alguna vez vi a El Cordobés, a Curro Romero y a Antoñete. ¿Con qué escuela de la tauromaquia se identifica usted como aficionado? Creo estar más cerca de la desaparecida de Sevilla, por guardar más misterios. ¿El torero nace o se hace? El torero, haciendo, va descubriendo el torero que lleva en sus adentros. Y de

DOMINGO 21 DE DICIEMBRE DE 2014

EN DEFENSA DEL ARTE DEL TOREO

Alfredo Molano,

un aficionado de peso

AMENAZAS A LA TAUROMAQUIA

¿Qué respuesta tiene usted para quienes afirman que los taurinos vamos a las plazas a torturar toros? Que creen que vamos a mirar lo que ellos sienten. ¿Qué opinión le merecen los argumentos de los ecologistas que atacan la fiesta? Que ignoran la contradicción en que están: promueven la desaparición de una especie, el toro de lidia.

FOTO/ARCHIVO LA PATRIA/PAPEL SALMÓN

José María Manzanares. toro Panelista

ahí no vuelve a salir. Al aficionado le pasa lo mismo.

pase. He sido -y a mi manera- un torero de la vida. Como todos.

¿Qué debe primar en un torero, su inteligencia o su corazón? Me la juego por el corazón, de ahí Sevilla.

¿Hace cuánto tiempo escribe usted de toros y dentro de que género literario lo ubicaría? Es el más difícil porque en él se expone el sentimiento, no la opinión. Con la opinión puedo no estar en el sitio, con el sentimiento estoy en los terrenos. Después de una corrida, me quedan dando vueltas y vueltas pases y visos que golpean y golpean buscando salida. Y a veces salen y los vuelvo a vivir.

¿Considera usted válida la afirmación de que la fiesta de los toros es de y para las elites? Es un evento donde va el que lo siente y si más esfuerzo le cuesta, más puro es su sentimiento. En ningún otro espectáculo los asistentes tienen tantos derechos ni tanta participación libre. Hemos visto golpes de estado a presidentes de plaza. Nadie se mata ni se pega después de una tarde de toros, buena o mala. Usted resolvió, recientemente, enfrentar una vaquilla en un tentadero. ¿Que lo llevó a ello? Estoy envejeciendo. He hecho de todo. “Nada de lo humano me ha sido extraño”. Hay algo misterioso en sentir pasar la muerte, salir vencedor de ella por un instante, eternizarse en él. Bien miradas las cosas, es ese instante el que se siente y a veces se ve. Porque los toros son una metáfora sobre la vida y la muerte. La diferencia con otras artes es que es real. El torero puede salir muerto, vencido por lo que tanto teme y ama. O victorioso -por un instante- cuando la derrota en un

LA FIESTA EN COLOMBIA

¿Cómo ve el futuro de la fiesta en Colombia? Como en todo el mundo: amenazada por la invasión de la cultura anglosajona fría y violenta, y por la soledad del individualismo que empuja a la gente a convivir con un perro, entre una cama, incapaz de amar y de ser amada. ¿Qué argumentos tiene usted para defender la fiesta? Que ningún aficionado va a los toros a deleitarse con la sangre del toro ni del torero. La del aficionado es una mirada ajena a la violencia y por eso es una minoría condenada por quienes son violentos y no lo confiesan. Nuestra mirada denuncia la violencia y no es su cómplice.

EL NIÑO DIOS NEGRO

¿Considera que existe un compromiso serio de las personas que además de ser formadores de opinión son aficionados a los toros, para defender la fiesta? No se ayer, pero hoy el que defiende en público la fiesta, apuesta, expone, peligra. Yo recibo más varas por escribir sobre una corrida de toros que por denunciar una masacre de campesinos. ¿Qué medidas o acciones considera que deberían tomar los distintos actores del espectáculo taurino con miras a lograr un abrigo efectivo de las corridas de toros en Colombia? Que las plazas se abran al pueblo, que las estrellas miren a los tendidos y no a los cielos.

¿Qué opina de la amenaza de la administración Petro de auspiciar una propuesta de los antitaurinos aceptando promover un referéndum para decidir si la fiesta debe o no permitirse en la Capital? Petro es un demagogo que busca votos a como dé lugar y al precio que sea; es un hombre ambicioso que hace todo lo que sea necesario para complacer su vanidad. Por dentro debe vivir un infierno que busca evadir refugiándose en su arrogancia. ¿Qué efectos podría tener una medida como esas en el resto del país? Después de los toros, prohibirán los gallos, el coleo, las manifestaciones, la divergencia, la oposición. Nos impondrán el golf, el cricket. ¿Qué papel juega la cultura anglosajona en el rechazo de muchos de nuestros jóvenes a las corridas de toros? La cultura anglosajona -invasora, colonialista, depredadora- ha hecho de la violencia y del dinero valores supremos, ideales velados. Desde niños nos están diciendo que hablar inglés es triunfar, sin darnos cuenta que un idioma no son solo palabras, son maneras de mirar el mundo. Hay que llevar a los nietos a los toros para que miren por esa hendija la vida *Aficionado.

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En el playón del río Pepé A la orilla del río vive gente de color betún brillante de los zulúes africanos. “Envelope” trabaja a diario en la capilla. Al pesebre le faltaba el Niño Dios. Regalo. Alfredo Cardona Tobón* Papel Salmón

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o lejos del río Pepé en la selva chocoana, vive una comunidad descendiente de antiguos cimarrones: parte de los vecinos llevan el apellido Córdoba y el resto el de Mosquera, lo que significa que vinieron de las haciendas y las minas de los acaudalados payaneses dueños de esclavos. El tiempo parece haberse detenido en ese playón del Pepé, por donde el río pasa raudo sin dejar nada en sus orillas ni reflejar la techumbre vieja de los ranchos donde la gente de color betún brillante de los zulúes africanos, parecen vivir en el sopor de siglos estancados como las charcas verdosas que los rodean. En medio del minúsculo poblado construido sobre estacas como los palafitos, se levanta una choza con un soporte de cedro donde pende una campana; es la capilla católica del Playón de Pepé, una construcción pobre, con cuatro bancas, un altar con un Cristo, un nicho con la imagen de Santa Rosa de Lima y otro nicho con la imagen de San Nicolás de Tolentino. Las tres imágenes comparten la veneración de la feligresía y cada uno tiene su fiesta con cantos, con bailes y mucha pólvora. Son tres imágenes milagreras que reparten sus favores por separado o en equipo. En épocas de sequía los vecinos del Playón de Pepé los sacan de la iglesia bajo sombrillas y los dejan al

sol hasta que llueva; en los inviernos largos la comunidad les ponen capas y los llevan a descampado donde los dejan hasta que escampe. El sistema no falla, porque antes de pasar dos días los santos traen el agua o cortan el grifo a las lluvias. Ni los misioneros claretianos ni el propio padre “Gachito” han chocado con las costumbres de Pepé; la sacada a la resolana o al frío es problema de la comunidad y de sus santos, por fuera de la jurisdicción episcopal. Mientras el sacerdote está en la selva misionando al rebaño díscolo, la capilla queda en manos de un zambo de edad indefinida que hace de sacristán; se llama “Envelope” y es el hijo de Josefa Mosquera, una negra que deslumbrada por un collar de cuentas rojas ensartadas en un hilo dorado; quedó preñada de un indio embera. “Envelope” no tiene el color de los negros ni tampoco el de los indios, tiene un color negro amarillento como el de los caimanes del río y tiene ese nombre en vez de Juan o Jacinto porque Josefa vio la palabreja en un envoltorio y le gustó y siguió llamando así a su hijo al igual que otras negras que le pusieron el nombre de Marchal o Duglas a sus retoños, quizás para recordar el paso de algún gringo explorador que recaló en sus camas. A “Envelope” no le faltaba el trabajo: diariamente brillaba el copón de acero niquelado atacado por el óxido; cambiaba semanalmente el manto de Santa Rita de Lima empapado por la humedad del ambiente y cada quince días quitaba el musgo que crecía entre las barbas de San Nicolás de Tolentino. Con toda su piedad, “Envelope” era un alma atormentada. Preguntaba internamente y al padre “Gachito” por qué los negros tenían que adorar a un Dios blanco sin en ninguna parte de la

FOTO/CORTESÍA ALFREDO CARDONA/PAPEL SALMÓN

Niño Dios negrito

Biblia decía que el Verbo era un anciano de facciones blancas. Y se preguntaba por qué en Pepé, redil de negros, tenían que venerar a una virgen rosada y a San Nicolás de Tolentino, sabiendo que había negros como San Martín de Porres y renegridos como los mártires de Uganda. Varias veces “Envelope” estuvo tentado de pintar de negro las imágenes de la iglesia, pero se abstuvo, pues eso se entendería como un acto terrorista y lo meterían a la cárcel por comunista y ateo. Sin embargo, en sus más sentidas oraciones rogaba al Altísimo por una nivelación de los derechos de los negros. Con motivo de la Navidad, la Vicaría Apostólica envió varios regalos al padre “Gachito”: ornamentos para el templo, un copón dorado y un bello pesebre. La lancha patrullera llevó los presentes pero faltaba el Niño Dios; ni el teniente de fragata ni la tripulación supieron qué había pasado,

pues la remisión indicaba que todo se había embarcado. Al amanecer del 16 de diciembre una súbita creciente bajó por el río Pepé y en forma inusitada dejó una caja en la orilla del playón, donde jamás había parado un tronco o una canoa debido a la fuerza del agua. Los vecinos abrieron la caja y una sorpresa mayúscula iluminó sus caras: adentro venía un Niño Dios negrito, con cachumbos rizados, que parecía patalear entre los algodones mojados. ¿Era un regalo de Dios o era un regalo del diablo?- Pues era distinto al de las estampas y de las novenas de aguinaldo. De inmediato llamaron al padre “Gachito” que mirando siempre la tierra se arrodilló, tomó al Niño en sus brazos y por primera vez alzó la vista al cielo para dar gracias al Altísimo mientras dos gruesas lágrimas corrían por su cara. Una gran procesión acompañó la imagen del Divino Infante hasta la humilde capilla, donde

se colocó entre musgo en medio de la Virgen María y de San José. Un periodista de la capital vino a cubrir la extraña noticia sin dar crédito a un milagro, pues decía que era un cambiazo de mercancía o una broma que le gastaron los mineros del Pepé arriba a los del Pepé de abajo. ¿Cómo no va a ser un milagro- terció “ Envelope”- si ese mismo día el cabello del padre “Gachito” se llenó de rulitos como si lo hubieran rizado, los ojos claros del teniente se volvieron negros y los cachetes rosados de Santa Rita se parecieron a los de la mulata Efigenia?El padre “Gachito” estaba feliz. “Ahora en los veranos o en los inviernos no sacarán sin ropita al pobre muchachito junto con los otros santos”- fue la única advertencia de Navidad que hizo el santo sacerdote a sus ariscos parroquianos *http://www.historiay region. blogspot.com


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8|PU BL ICAC ION E S|

RECOMENDADO UN PEQUEÑO MATACHÍN DE RIOSUCIO

DISONANCIAS

Los mejores libros de 2014

P

Sebastián Estrada Robledo* Papel Salmón or esta época circulan listas de los mejores libros de 2014. Repasando las tres que tengo a la mano, me doy cuenta de que de los elegidos he leído pocos, y lo preocupante es que algunos de éstos me han parecido libros olvidables. No llegarían, para mí, ni a los elegidos del mes, de ningún mes. Para hacerle el honor al título genérico y más bien desafortunado de esta columna (Disonancias), iba a criticar las listas, el amiguismo que las conforma, la arrogancia que delatan sus encabezamientos, en los que se lee que el que se deje guiar por ellas “no tiene pierde”. Pero prefiero armar mi lista. No puedo hacerla sobre los mejores libros del 2014, por supuesto; a mi alcance está recomendar, para usar una cifra llamativa, los diez libros que más me han gustado de los que he leído este año. O mejor: no los que más me han gustado, sino los que creo que más les pueden gustar a los demás. E incluiré una ñapa: los cinco que menos me han gustado. Los suelto en desorden de preferencia: Los que más me han gustado: 1. El hombre que no fue Jueves, de Juan Esteban Constaín. Un homenaje a Chesterton más por el estilo que por el tema -aunque también-. Es un libro desconcentrado, con digresiones encantadoras, inteligente, atrevido, erudito y fácil. 2. Los años sesenta. Una revolución en la cultura, de Álvaro Tirado Mejía. Muestra a la Colombia de los sesenta, que es, sin más, la de hoy. Detesto el adjetivo “necesario” para definir un libro. Es casi incoherente. Pero el libro de Tirado Mejía lo es (necesario, no incoherente). 3. Las amistades peligrosas, de Choderlos de Laclos. Un clásico malicioso y delicioso, un banquete sicalíptico, para decirlo con enigmas y presentir sus misterios. 4. Historia de la decadencia y caída del Imperio Romano, de Edward Gibbon. Admirable. Un manual de historia antigua, de escritura y de inteligencia. 5. Notas de prensa, de García Márquez. En estas notas periodísticas de los ochenta hay un García Márquez gigantesco, tan lúcido, tan afable, tan culto, tan humano… 6. Sostiene Pereira, de Antonio Tabucchi. Pereira, el protagonista, es un personaje inolvidable, de verdad. Cierra uno el libro y siente que ha ganado un amigo. 7. Los detectives salvajes, de Roberto Bolaño. Me cansó en ocasiones, pero casi siempre me deslumbraba, sobre todo la primera parte, esa magnífica novela de iniciación. 8. La ciudad y los perros, de Vargas Llosa. De sus méritos destaco el que más me impresionó: la estructura, la importancia extrema de cada página, la conexión estrecha entre todos los episodios. 9. C. M. no récord, de Juan Álvarez. El comienzo cuesta, o me costó, al menos, pero después fluye, divierte y sorprende. 10. Retrato del artista adolescente, de Joyce. Sin palabras. Los que menos me han gustado: 1. Mudanza, de Andrés Burgos. Un bodrio desde la primera hasta la última línea. 2. After Dark, de Murakami. Un libro vacío; entretenido, pero vacío. 3. Pelo de zanahoria, de Jules Renard. No me parece malo, pero esperaba muchísimo de él. 4. Helada, Thomas Bernhard. Demasiado alemán. Interesante, sin duda, pero lóbrego en exceso. 5. Los hermanos Cuervo, de Andrés Felipe Solano. Una decepción en doble sentido: por todo lo que lo recomiendan, y porque su comienzo augura algo mucho mejor que lo que sigue, lleno de rellenos y aburridor sin tasa ni medida *sebastianestrad@gmail.com

DOMINGO 21 DE DICIEMBRE DE 2014

El Carnaval de Riosucio

tiene lenguaje infantil Papel Salmón

L

a Editorial Pispirispis, una empresa nueva de Manizales, dirigida por jóvenes comunicadoras, se presenta en sociedad con el libro Un pequeño matachín de Riosucio. Se trata de un cuento en el cual se narran la historia y los secretos rituales del Carnaval de Riosucio. Es un relato lúdico y pedagógico cuyo propósito es promover y fortalecer la tradición cultural del festejo más representativo del occidente de Caldas, que tiene resonancias nacionales, el cual se celebra cada dos años. Con este libro se busca motivar a niños de todas las edades a descubrir qué hace tan encantador el Carnaval. Al mismo tiempo, busca estimular en los chicos el gusto por la literatura matachinesca, para que se inicien en la redacción de Decretos y letras de Cuadrillas. Es decir, se pretende que ellos se conviertan en protagonistas y hacedores intelectuales de la fiesta, como lo son ya con las Cuadrillas infantiles. La redacción de los textos estuvo a cargo de un conocedor de la fiesta como es Álvaro Gärtner Posada, periodista, docente, gestor cultural y autor de libros de historia regional como Los místeres de las minas, Guerras civiles en el antiguo Cantón de Supía y El último radical. Además, tiene vasta trayectoria como periodista cultural en LA PATRIA y como fundador y editor de la revista Gaceta Dominical de El País de Cali. Las ilustraciones que se despliegan a lo largo de sus páginas salieron de la imaginación de la diseñadora e ilustradora Paola López. Un pequeño matachín de Riosucio tiene como personajes centrales a un niño riosuceño, el Padre Carnaval y el Diablo de la fiesta, quienes a través de un diálogo imbuido de conocimientos y humor sencillo, van desarrollando la historia y el rito gozoso y burlesco que a lo

largo de seis días trastrueca el orden establecido en esa población, cuya tradición festiva se remonta a más de tres siglos. Los tres personajes llevan al lector en un recorrido por lugares emblemáticos del pueblo, de manera tal que no solo encuentra historias, cultura y tradición, sino conoce los sitios más importantes de esta singular población de dos plazas principales. La Editorial Pispirispis fue fundada para editar libros infantiles, con elementos pedagógicos y metodológicos creativos. Bajo la dirección de las comunicadoras caldenses Tatiana Gutiérrez y Alejandra María Guapacha, busca abrirse un espacio importante en las mentes de los niños del Eje Cafetero y de Colombia GÄRTNER POSADA, Álvaro. Un pequeño matachín de Riosucio. Editorial Pispirispis. Manizales. 2014. Pp. 68.

EN ESTANTERÍA UN GENIO EN LA PANTALLA

En los inicios del mundo y cuando viajaba hacia las orillas del Lago Mar, Genio Azul comienza a crecer y pierde el corazón. En compañía de su nuevo amigo Plumón, de huida de un grupo de hadas y duendes antipáticos, se esconde en una cueva y despierta prisionero en la pantalla de un computador. Luego de patear, llorar, gritar, Genio Azul es rescatado por Daniel, un niño interesado en la salud del planeta, sus árboles y otras maravillas. Antes de regresar a su casa, en los siglos de ayer y antes de ayer, Genio Azul revoluciona la ciudad, se enamora e inventa el viaje en el tiempo. BUITRAGO, Fanny. Un genio en la pantalla. Panamericana. Bogotá. 2014. Pp. 111. $23.000.


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