Buensalvaje Perú 15

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Reseñas

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Fotografía: Christian Bafomec

Por Aarón Pajuelo

Poliantea

Conversaciones. Con ojos del siglo XX

Marco Aurelio Denegri (Lima, 1938) Fondo Editorial UIGV (2014) 248 páginas ■ 60 soles

Santiago Pedraglio (Lima, 1945) Fondo Editorial PUCP (2014) 482 páginas ■ 66 soles

Ensayos. En el capítulo «Ideas y creencias», que abre el libro, la primera cita corresponde a Apología del Sofista de Fernando Savater y destaca el oxímoron «tinieblas que alumbran», que hace referencia al pensamiento como atributo que dificulta la vida pero que también es la máxima expresión humana. Las tinieblas son la razón y la inteligencia enfrentadas a lo desconocido; la expresión lumínica de tal oscuridad son las ideas. Marco Aurelio Denegri, polígrafo autodidacta, viene formulando, debatiendo y aclarando ideas con análisis y evidencia desde hace décadas y es posible presumir que continuará por mucho tiempo más. Poliantea, voz griega que significa «de muchas flores», es una colección de apuntes y comentarios sobre distintas materias.

Entrevistas. La conversación es hoy un pasatiempo lujoso que desafortunadamente ya pocos practican. Por eso un libro como este exige doble atención: primero, merece una reflexión para entender bien aquello de lo que conversa Santiago Pedraglio con algunos personajes clave para comprender el Perú del siglo XX, que van desde un expresidente hasta reconocidos periodistas, pasando por políticos, artistas, músicos y luchadores sociales; segundo, obliga a que el lector se ponga en esa situación extraña de tercero –más es concordia que en discordia– que escucha y participa, en silencio, en un diálogo abierto sobre muchas cosas que tienen por común epicentro el Perú. Y es que en una época vivida al límite y de neurótica hiperactividad, este libro nos traslada a un siglo en el que, pese a nuestra propia historia y a nosotros mismos, los hombres y mujeres podían coincidir en un intercambio de posiciones construido sobre la base de ideas (aunque a veces ellas, lamentablemente, llevaran al dogmatismo absurdo del sangriento movimiento senderista).

Criba ■ Julián Pérez Huarancca ■ Ediciones Copé (2014) ■ 33 soles

Novela. El tópico literario recurrente en la literatura peruana de estos últimos años ha sido, y aún es, la violencia política de los ochenta. Muchos escritores polemizan acerca de quién tiene el verdadero deber de contar literariamente lo sucedido: si los que vivieron el conflicto armado en carne propia o autores que han ficcionado sobre el tema sin experiencia directa. En ese sentido, esta novela ha hecho aparición en un contexto donde la novela-de-violencia-política parece poco a poco dejar de imponerse como el tema principal entre los escritores de esta última década. Al menos podríamos preguntarnos si Criba podría ser la novela que paute un viraje en este tema recurrente. Criba nos trae de regreso el espacio constantemente evocado por su autor: Ayacucho. Y sus personajes transitan por Pumaranra, Huamanga, Huatatas, Ica, entre otros. Estructuralmente, se compone de tres registros narrativos bien diferenciados, repartidos en los cuarenta y siete capítulos que la novela contiene. El primero versa de las conversaciones entre Fidencio Molina y Fabián Narváez junto con otros amigos que se embriagan para recordar las vivencias pasadas y las mujeres de su juventud, entre ellas la Musa, la joven Evangelina Delgadillo. El segundo registro es la confesión de parte de la mencionada, que hace remembranza de su relación personal con Manuel Bajalqui, además de sus reflexiones sobre la violencia en los ochenta y las diversas perspectivas que han tejido intelectuales, políticos, artistas. Y en el tercer registro se halla el relato de parte de Manuel y su educación al lado de su abuelo, Gerardo, con quien vive diversas aventuras y del que recibe enseñanzas así como también diversas leyendas andinas. Este personaje es de vital importancia, pues gracias a los diversos registros narrativos entenderemos su personalidad y la elección por la lucha armada que lo llevó de estar preso a pasar a la clandestinidad. Creemos que esta novela tiene un propósito diferente en cada registro narrativo. Si bien siento predilección por la parte del relato de abuelo y nieto, en nuestra lectura hallamos que en el fragmento de los amigos en copas se festeja la vida y el recuerdo previo a la violencia, pero que también evoca el terror de épocas pasadas. Bien podría el narrador mostrar el sistema de tortura aplicado a los sospechosos o denigrar a los militares o al grupo senderista, pero no: se decanta por evidenciar el sufrimiento de las víctimas y su hambre de justicia. La parte del libro dedicada a Evangelina se presenta como un diálogo con las diversas películas, novelas, incluso comisiones que han tratado de traer a la luz lo sucedido en Ayacucho. Esta es la parte más intelectual, donde Evangelina saca a colación su bagaje académico para rebatir algunas ideas. El segmento de Manuel y de su abuelo nos permite gozar con una narración plagada de mitos y costumbres de los pueblos de Ayacucho, como de escenas plagadas de humor y sensualidad. Confesiones aparte, Criba es una novela que ovaciona la vida, el jolgorio y al hombre ayacuchano; además, elige mostrar escenas menos violentas del terrorismo para concentrarse en dar otra visión más matizada del conflicto y así mostrarnos los dilemas que enfrentó la población en la época del conflicto La pasajera (Alonso Cueto)

Lo cierto es que sería ligero denominarlos solo «comentarios». Muchos capítulos se constituyen en breves ensayos. Las polianteas fueron colecciones misceláneas enciclopédicas entre los siglos XVI y XVIII, que abordaban enorme variedad de temas, y en ese sentido el nombre de este libro es de sobra apropiado: va de la cacosmia al humorismo; de fraccionar la eternidad a los afiladores de cuchillos; de la problemática de dar las gracias, a la estupidez y la tristeza. La vida es quehacer, la inmovilidad es la muerte. Y si el pensamiento es la esencia de la acción, este libro está más vivo que mucha gente sin espíritu por subyugación, limitación o preferencia. Es una expresión del quehacer que es la vida, por lo que resulta difícil imaginar a Denegri aburrido o tratando de matar el tiempo. Matar el tiempo es matar la vida y esa es predilección de los aberrados. Repito: la vida es quehacer. Y los hacedores son los menos, pero se multiplican con los libros. Todo pensamiento es político, las ideas incomodan y las creencias acomodan. Todo lo que existe es susceptible de cuestionamiento y reflexión. Algunos temas de este libro pueden herir susceptibilidades, pero qué bien que lo hagan, porque hay honestidad, investigación profunda y una pluma certera y elegante. No hay nada más testarudo que los hechos, decía Lenin. Cuando se sabe que el escritor trabaja con interés, atención y perseverancia, uno puede aprender, cuestionar o incluso incomodarse para bien, que ya va siendo hora. Por Renzo Rodríguez Cualquier hombre es una isla (M. Montalbetti) Acerca de la poesía y los poetas (A. Tamayo)

Las conversaciones de este libro van de la política a la comida, deteniéndose en el devenir de los movimientos sociales, artísticos y literarios de la pasada centuria. Sus interlocutores están llenos de brillantez y de historia (y de historias), pero también de ternura y pasión, de contradicciones y ambigüedades. Los personajes son, pues, humanos, y más que eso, peruanos de carne y hueso, con una marca genuina y algo especial que Pedraglio va encontrando –escarbando, quizás sea más preciso– y mostrando, con calidez y humildad, con preguntas que van descarnando al ser humano que en todos los casos –son dieciocho los entrevistados– tiene algo que decir, a veces con combativa convicción y otras –como el poeta Belli, solo para mencionar uno– con contrita genialidad. Leer este libro nos permitirá recordar y disfrutar de la placentera culpa de «perder el tiempo» conversando. Los más jóvenes descubrirán que esa práctica antediluviana permite que dos hombres o mujeres desprovistos de celulares, audífonos y redes sociales invasivas, son muchas veces capaces de construir –solo utilizando esa herramienta arcaica y maravillosa que es la palabra– frases memorables, cuando no ideas provechosas sobre ese país que queremos y sobre nosotros mismos (nos queramos o no). Por Alain Huaroto La imaginación pornográfica (Víctor Krebs) Ciudad de los Reyes (Juan Acevedo)


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