Un siglo de lucha educativa (Libro Historia)

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Legado Hist贸rico de la Asociaci贸n de Maestros de Puerto Rico

Eloy Antonio Ruiz-Rivera Nilda Garc铆a Santiago

Editores


Título original: Un siglo de lucha educativa: legado histórico de la Asociación de Maestros de Puerto Rico © Asociación de Maestros de Puerto Rico Todos los derechos reservados según la ley Primera edición: diciembre 2012 Coordinación editorial y corrección: Eloy Antonio Ruiz-Rivera Diseño Gráfico: Kike Estrada y Rosi Mari / Aurora Comunicación Centro de Investigaciones Asociación de Maestros de Puerto Rico Presidenta: Aida L. Díaz de Rodríguez Vicepresidente: Víctor M. Bonilla Sánchez Director Ejecutivo: José Luis Vargas Vargas, Ed.D. Directora Oficina de Relaciones Públicas: María del Carmen Gutiérrez Rodríguez Director Centro de Investigaciones: EloyAntonio Ruiz Rivera Colecciones fotográficas • Archivo Histórico Asociación de Maestros de Puerto Rico (AHAMPR) • Revista Porto Rico School Review (PRSR) • Archivo Fundación Luis Muñoz Marín (AFLMM) • Historia de Puerto Rico, Paul G. Miller (HPRPGM) • Colección Puertorriqueña, Biblioteca José M. Lázaro, Universidad de Puerto Rico, Recinto de Río Piedras (CPUPR) • Proyecto de Digitalización Periódico El Mundo, Colección Puertorriqueña, Recinto de Río Piedras, Universidad de Puerto Rico (PDPEM) • Biblioteca Digital Universidad de Puerto Rico, Recinto de Río Piedras (BDUPR) • El Nuevo Día (END) • Colección Nilda García Santiago (CNGS) • Colección María del Carmen Gutiérrez (CMCG) • Colección Magda E. Sagardía Ruiz (CMESR) 452 Avenida Ponce de León San Juan, Puerto Rico 00918 Teléfono: 787.767.2020 Correo electrónico: investigaciones@amprnet.org www.amprnet.org

Está rigurosamente prohibida la reproducción total o parcial de este libro, la recopilación en sistema informático, la transmisión en cualquier forma o por cualquier medio, por registro o por otros métodos, sin el permiso previo y por escrito del autor/a y de la Asociación de Maestros de Puerto Rico. Derechos reservados ©.


“Yo confío en que la Asociación de Maestros siga siendo la institución madre. Vamos a comenzar esta etapa, pero vamos a hacerla de tal manera que no termine con nosotros. Vamos a dejar un legado”. Aida Díaz de Rodríguez Discurso inaugural 29 de diciembre de 2001



Contenido

Mensaje de la Presidenta de la Asociación de Maestros de Puerto Rico v Aida Díaz de Rodríguez

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Palabras de la Editora

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La ruta de un viaje: impresiones de un siglo

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v Profa. Nilda García Santiago

v Eloy Antonio Ruiz-Rivera

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Parte • Vanguardia y unidad magisterial Breve historia de la Asociación de Maestros de Puerto Rico (1911-2012) Parte

2 • Armando la Historia: fragmentos de un siglo

Hecha por la Asociación

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Magisterio y Modernidad: la discusión cultural y el surgimiento de las organizaciones de maestros en Puerto Rico (1880-1900)

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v Mayra Santos-Febres

v Víctor Hernández Rivera

Una fuerza inteligente y culta: Elementos fundamentales de la primera organización magisterial en Puerto Rico (1911-1936)

v Nilda García Santiago

La construcción de la polis magisterial: la Asociación como un país (1940-1960)

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v Eloy Ruiz Rivera

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La Asociación de Maestros y la lucha por el idioma de la enseñanza en Puerto Rico

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Cimientos de un centenario de luchas: bases de la defensa y protección del magisterio, la cultura y la educación pública de Puerto Rico

205

La Asociación de Maestros de Puerto Rico y la reforma educativa: reclamos en torno al discurso oficial del Estado (1980-1995)

259

Apuntes históricos de la defensa legal del magisterio puertorriqueño

297

Anatomías de una nueva era magisterial: una década de trabajo (2002-2012)

323

Una institución multidimensional: entre luchas y propuestas

345

v Luz Nereida Pérez

v Lcda. Magda E. Sagardía Ruiz

v Amarilys Cintrón López

v Rafel A. Nadal Arcelay

v María del Carmen Gutiérrez

v Aida Díaz de Rodríguez

Parte

6 v UN SIGLO DE LuCHA EDuCATIVA

3 • Una historia no oficial

El territorio privilegiado de la memoria

357

Puerto Rico mira a la Asociación de Maestros

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En reconocimiento a la gesta emprendida por Do帽a Nilda al iniciar el proyecto de la historia de la Asociaci贸n de Maestros de Puerto Rico. Una instituci贸n agradecida.



Mensaje de la Presidenta de la Asociación de Maestros de Puerto Rico

L

os sueños son la mejor representación de lo que el ser humano aspira lograr. Este libro, Un siglo de lucha educativa: legado histórico de la Asociación de Maestros de Puerto Rico, es, precisamente, el retrato histórico de los sueños del magisterio puertorriqueño. Los maestros de entonces soñaron y sus sueños eran literales: soñaban con leyes que aseguraran sus beneficios y derechos; soñaron con facilidades que proveyeran servicios que no existían y que eran necesarios; soñaron con un país que tuviera una buena educación; soñaron influenciar públicamente para crear una clase profesional “culta”. Esos sueños fueron los sueños de los maestros y las maestras que fundaron la Asociación de Maestros de Puerto Rico. Sueños que forman un siglo de realidades. En la historia, no hay palabras definitivas, pero si una cualidad tiene Un siglo de lucha educativa es el esfuerzo por ofrecer una visión panorámica de una organización social, competitiva y compleja. Esas visiones, que alternan viajes al microcosmos y al macrocosmos de lo que ha sido nuestra historia, hacen de esta publicación una historia multidimensional. Si bien no pretende ser un viaje reverencial al pasado, este libro intenta redescubrir sendas; desempolvar ideas; resucitar gestos, maneras, palabras, deseos. Es, precisamente, el deseo uno de los elementos de mayor presencia a través de todo el trabajo, pues, detrás de cada acción afirmativa en que apuntamos una bata-

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La Asociación de Maestros de Puerto Rico tiene mucho que hacer por nuestro país. La clase magisterial con la cual soñaba Sarriera en 1910 es la clase magisterial que nosotros soñamos para que continúe siendo activista y emprendedora para un Puerto Rico con justicia y libertad, aspiraciones máximas que sólo la educación puede hacer posible.

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lla para el magisterio, hay una estela de deseos que no siempre logran satisfacer todas las expectativas de los líderes. La historia está llena de deseos, muchos de los cuales configuran la historia de lo que ya es nuestro siglo pasado. La Asociación de Maestros comienza un nuevo siglo, una nueva época en una sociedad cambiante, dinámica y desafiante. Esos son retos a una institución que no vive de sus glorias pasadas, sino que utiliza la historia como el arma más poderosa contra el olvido para potenciar la esperanza, el respeto y la determinación de lo que debe ser una clase profesional altamente valorada en nuestro país. Un siglo de lucha educativa traza la ruta de lo que fue el pasado, ruta que puede contener algunas claves de nuestra ruta hacia el futuro. Esta historia, nuestra historia, no es un relato mágico, es una historia viva, de personajes reales, quienes enfrentaron el miedo, la ansiedad y la preocupación del estado de una clase profesional sumida en la miseria. No hay mejor reconocimiento a las pasadas generaciones que este gran retrato que capta momentos trascendentales de lo que hoy significa una realidad que muchos nunca se han cuestionado. Venir a este libro es ver una trayectoria que nos llena de orgullo y nos hace conscientes de nuestros retos para otro siglo. Esa es una tarea impostergable que esta generación ha aceptado con gran responsabilidad. La Asociación de Maestros de Puerto Rico tiene mucho que hacer por nuestro país. La clase magisterial “culta” con la cual soñaba Sarriera en 1910 es la clase magisterial que nosotros soñamos para que continúe siendo activista y emprendedora para un Puerto Rico con justicia y libertad, aspiraciones máximas que sólo la educación puede hacer posible. Si miramos cien años atrás, podemos ver los ademanes, deseos y discursos para construir otro país desde una patria magisterial, un lugar, aunque discursivo, es real en el ethos de los maestros asociados. Finalmente, quiero añadir un elemento presente a través de todo el libro, pero no textual en el relato historiográfico que tenemos ante nuestra consideración. Aunque los maestros y maestras fuimos capaces de construir esta fortaleza para el magisterio, no ha habi-


do un sentimiento más fuerte que el amor a través de este siglo. La voluntad de un amor tan fuerte con la cual hombres y mujeres escogieron servir a los demás a través de esta profesión, logró que pudiéramos estar conscientes que nuestra lucha exigía el sacrificio de un activismo al cual no podíamos renunciar. Ni la persecución, las amenazas, la falta de dinero, la falta de recursos ni las condiciones inclementes de tiempos aciagos nos amilanaron en nuestras aspiraciones. Ese amor ha provocado la mejor lección que le ha dado el magisterio a Puerto Rico en el último siglo de su historia. Si un valor trasluce la lectura de este libro, este viaje a la fundación, es que la Asociación de Maestros no es una institución que habita en un vacío, sino que somos parte de la educación de Puerto Rico. Ese legado se lo entregamos a la nueva cepa de maestros que se forman en este casa, responsables de emprender la ruta del próximo siglo. ¡Que estas historias sirvan para otro siglo de historias, luchas y victorias del magisterio puertorriqueño cobijados bajo el manto de la Asociación de Maestros de Puerto Rico! Aida L. Díaz Rivera de Rodríguez Presidenta

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Palabras de la Editora

T

ras 18 años de acariciar la idea de promover el estudio y la divulgación de la historia de la Asociación de Maestros de Puerto Rico, finalmente, y en tan magna ocasión -¡del Centenario!– se ha plasmado lo que esperamos constituya la promoción de otras investigaciones respecto a las múltiples contribuciones que ha hecho y continúa brindando nuestra institución. En 1992, al incorporarnos a tiempo completo a colaborar con la Asociación, nos percatamos de la necesidad de rescatar, recopilar, organizar, analizar y estudiar con profundidad y mayor rigor la enorme cantidad de documentos, artículos, revistas, actas, leyes, casos y todo tipo de información relacionado con la institución. Esta evidencia fehaciente revela el quehacer amplio, variado, diverso y profundo de la institución, a manera de legado a la educación, al magisterio y al servicio público de Puerto Rico. En el año 2000 y al participar de un proyecto de investigación sobre los inicios de la Universidad de Puerto Rico con la Escuela Normal, hoy Facultad de Educación del Recinto Universitario de Río Piedras, aumentó mi interés sobre la historia de la Asociación porque está estrechamente vinculada con la historia de la educación y la reivindicación de los derechos del magisterio durante el pasado siglo y lo que va del presente. Para el 2007, nos dimos a la tarea monumental de rescatar la Biblioteca de la Asociación con un grupo de colaboradores, como la joven del Departamento de EsUN SIGLO DE LuCHA EDuCATIVA v 13


“Sí, tenemos historia, y necesitamos conocerla nosotros para desvanecer, con las enseñanzas del pasado, las vacilaciones del presente, avanzando un paso mesurado y firme hacia el porvenir”.

tudiantes Mariela Cintrón Musignac. A pesar de las limitaciones, se inauguró la Biblioteca en el cuarto piso del edificio, como etapa primaria para proseguir en la incorporación de otras fuentes de información necesarias para la investigación integral de la historia de la Asociación de Maestros de Puerto Rico. Concebimos la preparación de un libro que, entre otras iniciativas, recogiera momentos cruciales de la institución. Sabíamos que la tarea conlleva mayores estudios e investigaciones. La presidenta de la Asociación, profesora Aida Díaz de Rodríguez, facilitó de inmediato y con entusiasmo el proyecto. Hoy se concretiza con este libro, que reiteramos, nuestra expectativa de que sirva de motivación para otros trabajos. Debemos agradecerle a las señoras Elizabeth Robles y Annette Rivera por su gran ayuda en la transcripción de mis anotaciones; a los señores Reyes Rodríguez, William Ortiz, Víctor Bonilla, Heriberto Díaz, Nilda Rivera y la licenciada Magda Sagardía. Nuestro reconocimiento especial al joven talentoso, estudioso y de un futuro académico prometedor, profesor Eloy Antonio Ruiz Rivera, que retomó este esfuerzo cuando más se necesitaban las energías y que ha llevado a feliz término este proyecto. Gracias, también, a la Junta de Directores y a su Presidenta por la fe y la confianza depositadas. Por lo demás, les extiendo la invitación para proseguir con la búsqueda de la verdad, porque ella nos hará libres. Y, como muy bien expresara don Salvador Brau, que tan necesario se nos hace reconocer en estos tiempos tan difíciles con el reto del futuro, “Sí, tenemos historia, y necesitamos conocerla nosotros para desvanecer, con las enseñanzas del pasado, las vacilaciones del presente, avanzando un paso mesurado y firme hacia el porvenir”. Profa. Nilda García Santiago Editora

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La ruta de un viaje: impresiones de un siglo

U

na amiga me contó que hace poco en el hotel que trabaja –uno en San Juan– una señora se enfermó y tuvieron que llamar una ambulancia. Antes que los paramédicos se acercaran a atenderla, la señora se adelantó y dijo en un tono de voz firme “Yo soy asociada”, afirmación que implica que no hay otro destino que el Hospital del Maestro. Allí, precisamente, estaba un día cuando escuché a otra señora decir que los marcos de las puertas le pertenecían porque había recolectado dinero en las calles para su construcción. El Hospital del Maestro es una de las grandes obras que adelantó don Virgilio Brunet cuando fue presidente, además de la construcción de la Urbanización Los Maestros, en Río Piedras, donde doña Victoria Medina pudo comprar una casa gracias a la ayuda de don Diego Hernández y de la Asociación. Esto me acuerda la súplica que le hizo María Selva, una maestra viuda con tres hijos, a don Virgilio Brunet en 1954, quien le pedía “esta casita para cobijarme con mis hijos”. Hace poco, presencié el testimonio de doña Victoria, quien lloró de emoción al relatar qué significaba para ella EDUCOOP, la Cooperativa que soñaron una noche en el patio de la casa de Brunet. Me conmovió, una vez más, la dimensión humana de una empresa social como es la Asociación de Maestros. Una institución que desafía sus propios bordes constantemente y que, de vez en cuando, borra las fronteras de lo que es o lo que debe

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Comprender la Asociación de Maestros como institución, no es un ejercicio fácil. La Asociación es una institución magisterial profesional y sindical. Además de su carácter eminentemente profesional, tiene una amplia red de servicios de salud, sociales, económicos y culturales.

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ser. De la misma manera que en 1959 se sortearon solares para que los maestros pudieran construir sus propias casas –doña Carmen Rodríguez, la madre de María del Carmen Gutiérrez, nuestra compañera Directora de Relaciones Públicas fue una de ellas– en el 2012 los compañeros de oficina sacan dinero de sus bolsillos cuando algún maestro le falta dinero para completar para sus medicinas o para terminar de pagar la matrícula de sus hijos universitarios. Una mezcla tan humana, como tan intelectual, ilustra la permanencia de más de un siglo de una institución ecléctica que se encamina a un segundo siglo con su primer siglo muy bien dibujado en este libro. Estas imágenes de la memoria reflejan un ejercicio más aprehensible y humano de comprender lo que es la historia de la Asociación de Maestros de Puerto Rico. Este libro no pretende hacer una apología de la Asociación de Maestros. Mucho menos va en búsqueda de presentar una institución gloriosa, que vive de su prestigio y que goza de popularidad. Todo lo contrario. Si un empeño tiene Un siglo de lucha educativa: legado histórico de la Asociación de Maestros de Puerto Rico es analizar el papel que ha jugado la Asociación en Puerto Rico durante el último siglo, calibrando sus aciertos y desaciertos. El carácter multidimensional de la investigación, permite explorar una historia que atisba cotidianidades, capta irreverencias y muestra estampas, armando las luchas y propuestas que le han dado vida a un siglo arduo de trabajo. Comprender la Asociación de Maestros como institución, no es un ejercicio fácil. La Asociación es una institución magisterial profesional y sindical. Además de su carácter eminentemente profesional, tiene una amplia red de servicios de salud, sociales, económicos y culturales. Uno de los atractivos de este trabajo es ver de dónde surgen las bases ideológicas sobre las cuales se fundamentó la fundación de una Asociación de tipo multidimensional. Ese ‘asociacionismo’, la herencia hispánica de mayor presencia en nuestro presente en la Asociación, es lo que a mi juicio ha provocado que se haya construido toda una cultura institucional, anclada sobre la base de un corpus identitario, por un lado, y de la tradición, por el otro. Pero para eso se trata este li-


bro, para ampliar todas estas visiones y para determinar cuáles otras se deben aclarar. La primera parte del libro, Vanguardia y modernidad magisterial: breve historia de la Asociación de Maestros de Puerto Rico (1911-2012), presenta, una breve historia de la Asociación de Maestros. La segunda parte, Armando la historia: ensayos de un siglo, presenta diez ensayos que estudian una dimensión distinta de la institución. Esta parte inicia con un relato de la escritora Mayra Santos Febres quien narra qué significa la Asociación para ella como hija de una maestra que vivió bajo el signo de la Asociación hasta sus últimos días. Una visión en retrospectiva que invita a entender de dónde viene esa relación tan fuerte, de tanta lealtad y amor hacia una institución, cuyos orígenes muy bien dibuja Víctor Hernández en Magisterio y modernidad, al estudiar los precedentes de la fundación de la Asociación de Maestros. Nilda García Santiago continúa esa línea, al retratar cómo fueron los primeros 25 años de la Asociación, en su trabajo Una fuerza inteligente y culta. El ensayo posterior, La construcción de la polis magisterial, de la autoría de este servidor, establece los vínculos de la Asociación en diversas esferas de poder que aseguraron la puesta en marcha de una gigantesca obra de trabajo que incluyó la creación de leyes, servicios y beneficios. La Asociación libró una dura y larga batalla en el campo cultural y educativo para mantener el español como idioma de enseñanza. Ese análisis lo presenta Luz Nereida Pérez quien recoge esta trayectoria en su trabajo La Asociación de Maestros y la lucha por el idioma de enseñanza en Puerto Rico. Simultáneamente, la Asociación se mantenía librando batallas a favor de beneficios marginales y laborales para sus asociados. Sobre cuánto influyó y adelantó la Asociación en la cultura y la educación pública entre 1911 y 1960, el trabajo de Magda Sagardía, Cimientos de un centenario de luchas, ofrece un análisis bastante completo que sirve, además, de guía para ampliar algunos casos legales históricos del magisterio en la primera mitad del siglo 20, muchos que hoy siguen siendo norma. Sin apartarse de su rol propulsor, la Asociación en su dimensión profesional ha ejercido su poder a través de sus redes sociales, pero donde mejor pueden apreciarse es en el proceso de Reforma Edu-

La Asociación libró una dura y larga batalla en el campo cultural y educativo para mantener el español como idioma de enseñanza.

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Más de una aproximación a este libro es posible. La lectura de los ensayos centrales presenta análisis poderosos sobre lo que ha sido la lucha magisterial en el pasado siglo, pero también, arroja datos y pistas para investigar más.

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cativa de 1985-1990 que Amarilis Cintrón analiza en La Asociación de Maestros de Puerto Rico frente a la Reforma Educativa. Entre tanto, el ensayo de Rafael Nadal, Apuntes históricos de la defensa legal del magisterio puertorriqueño, presenta una perspectiva actualizada de los últimos casos legales de importancia para el magisterio, de relevancia para todos los docentes. Una perspectiva importante del trabajo de la última década lo compila María del Carmen Gutiérrez en Anatomías de una nueva era magisterial, en el cual analiza los cambios en las características del magisterio a finales del siglo 20 e inicios del 21 y cómo se ha trabajado respecto a esos nuevos desafíos. La piedra de toque la coloca Aida Díaz quien finaliza esta parte con su ensayo Una institución multidimensional: entre lucha y propuesta, en el cual sintetiza los planteamientos rectores del libro, argumentando la multidimensionalidad de la institución y su rol como agente de cambio en el País. Finalmente, la tercera parte, Una historia no oficial, ofrece una visión diferente de la Asociación a través de las reminiscencias del pasado. Agradezco profundamente, en nombre de la Asociación, a Aida Díaz de Rodríguez, Amarilis Cintrón López, Luz Nereida Pérez, Magda E. Sagardía Ruiz, Mayra Santos-Febres, María del Carmen Gutiérrez, Nilda García Santiago, Rafael A. Nadal Arcelay y Víctor Hernández Rivera, autores de los ensayos de este libro, cuyos análisis lograron armar un importante relato historiográfico que debe servir de inspiración para seguir fortaleciendo la historia de la educación en Puerto Rico. Más de una aproximación a este libro es posible. La lectura de los ensayos centrales presenta un análisis poderosos sobre lo que ha sido la lucha magisterial en el pasado siglo, pero también, arroja datos y pistas para investigar más. Este libro debe producir una invitación a estudiar con mayor precisión el magisterio en nuestro País y su aportación al desarrollo social. Por otra parte, presenta una dimensión importante de la historia de la educación en Puerto Rico no explorada hasta ahora. A través del libro permea una compilación factual, cuya precisión debe abonar a un entendimiento más claro de algunos puntos focales de la educación en Puerto Rico, su magisterio y la Asociación misma, siendo este libro,


por otro lado, un manual de estudio para todos los asociados. Por último, el diseño gráfico abre paso a otras lecturas con más de 200 imágenes que inmortalizan la lucha de una Asociación que toma vida en cada gesto de cada maestro que ha posibilitado este siglo de vida. Agradezco profundamente la confianza de la señora Presidenta de esta institución, Profa. Aida Díaz, quien me solicitó hace dos años que colaborara con la Profa. Nilda García Santiago. Doña Aida colocó en mis manos la historia de la institución que preside con la convicción que la nueva cepa de maestros aportemos algo a Puerto Rico. Esperamos haber dado los pasos iniciales. Carmen Nydia Cuprill es la responsable de la organización del caudal fotográfico de la Asociación, el cual es bastante extenso. Su ayuda, incalculable, nos ayudó a ilustrar en gran medida este libro. Quiero, igualmente, agradecer el apoyo consistente que recibí del equipo de la Oficina de Relaciones Públicas –María del Carmen Gutiérrez, Javier Barreto, Cosette Donalds Brown, Aldo Rivera y Marangely Quiñones– con quienes pasé una temporada cuando llegué a la Asociación hace dos años para trabajar con este libro. La ayuda de Juan Sánchez en la identificación de material fue, igualmente, valiosa. Debo reconocer el apoyo que brindaron a este proyecto desde su inicio –antes de hacer yo cargo del mismo– al Prof. Reyes E. Rodríguez y Henry Rivera Beras, pasados directores ejecutivos; y al Prof. William Ortiz, pasado vicepresidente. Agradezco mucho el apoyo que recibí en varias ocasiones del vicepresidente, Prof. Víctor Bonilla, y del Dr. José Luis Vargas, director ejecutivo. No puedo concluir los agradecimientos sin reconocer la gentileza de Dax Collazo Muñoz, supervisor del Archivo Histórico de la Fundación Luis Muñoz Marín quien nos proveyó material fotográfico para el libro, así como de su Director Ejecutivo, Julio E. Quirós Alcalá. Los amigos Kike Estrada y Rosi Mari Pesquera, a cargo de quien estuvo el diseño gráfico del libro, se merecen una mención especial. Aunque las jornadas en el taller de Aurora Comunicación parecían interminables, la magia del arte le dio otra dimensión a la historia. Gracias por haber creído en este proyecto y haberlo hecho suyo. Agradezco, de igual manera, la valiosa ayuda que nos prestó el Prof. Eusebio Rodríguez, Oscar Torres y Gra-

Las impresiones de este siglo deben servir para una reflexión profunda en la cual la historia nos sirva para ver mejor la ruta de viaje del próximo siglo. Ese principio rige este ejercicio.

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ciela Rodríguez Martinó en la corrección final del libro. Consigno mi agradecimiento profundo al Prof. Víctor Hernández por la ayuda que me brindó en preparar, a última hora, la Breve Historia de la Asociación de Maestros, cuya idea fue suya. Su apoyo en la redacción y conceptuación de esta parte le dio al libro otro aire. Este trabajo se comenzó a gestar hace más de cinco años. En ese tiempo, las discusiones que sostuve con Magda Sagardía sobre la visión de la historia y cómo darle mayor pertinencia en el presente fueron extensas y fructíferas. Mi respeto y agradecimiento a mis maestros por haberle permitido a su discípulo colaborar con ellos. En medio de la finalización de este trabajo, falleció Doña Nilda, con quien me reuní tantos sábados a discutir y trabajar esta historia, siempre entre buenos almuerzos y café con los cuales me esperó durante mucho tiempo. Si una cualidad caracterizó a Nilda fue el agradecimiento. En su lecho de muerte nos pidió que no olvidáramos escribir una biografía de Brunet. Mejor aún, terminamos el proyecto que la acompañó, literalmente, hasta la otra orilla del misterio. Ese es nuestro mejor agradecimiento. ¡Gracias! Las impresiones de este siglo deben servir para una reflexión profunda en la cual la historia nos sirva para ver mejor la ruta de viaje del próximo siglo. Ese principio rige este ejercicio. ¡Enhorabuena! Eloy Antonio Ruiz-Rivera Editor

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Vanguardia y unidad magisterial



Vanguardia y unidad magisterial:

Breve historia de la Asociación de Maestros (1911-2012)

v Víctor Hernández Rivera v Eloy Ruiz Rivera

E

Introducción

l surgimiento de la Asociación de Maestros de Puerto Rico hunde sus raíces en un movimiento vanguardista que se da en el país con más fuerza y vigor a partir del último tercio del siglo XIX. La tradición asociacionista, con buen recorrido en otros escenarios, como es en Alemania, Inglaterra, Francia, España y Estados Unidos, llega también a Puerto Rico siguiendo el modelo español, que en su versión antillana se traduce en el surgimiento de diversos grupos de inmigrantes que, impactados por los procesos sociopolíticos y culturales de la Restauración, a través de la unión de voluntades y propósitos, se unen para conservar las tradiciones y costumbres de la región de donde proceden y para adelantar causas comunes en el lugar en el cual se establecen. “Este asociacionismo de finales del siglo XIX representó una nueva manera de fomentar el nacionalismo, la religión, la modernidad y el progreso”.

Entre las asociaciones que se crean las podemos identificar de todo género, no obstante, resaltan las de naturaleza cívico-cultural, religiosas, benéficas, profesionales y aquellas que representan a los que se estableUN SIGLO DE LuCHA EDuCATIVA v 23


cen en la Isla procedentes de una región particular de España como son el Centro Asturiano (1887) y el Centro Gallego (1890). Algunas adquirieron tal arraigo y solidez que se convirtieron en instituciones que rebasaron su tiempo y aún perduran con igual brillo en la sociedad puertorriqueña contemporánea. Entre éstas destacamos el Ateneo Puertorriqueño (1876) y la Sociedad Española de Auxilio Mutuo y Beneficencia (1882). Entre estas asociaciones podemos identificar al grupo mayoritario que procuraban afirmar y estrechar sus lazos y su filiación con la Metrópoli y aquellas que, por el contrario, su norte estaba claramente definido en establecer senderos propios por los cuales transitaban sueños para la construcción de un país con instituciones alineadas con sus necesidades y con realidades claramente diferentes. Por eso observamos que algunas de estas asociaciones dejaron de utilizar el calificativo español y se identificaban más con lo puertorriqueño. Son asociaciones con un matiz y expresión criolla. En ese contexto emerge el movimiento asociacionista del magisterio puertorriqueño. Esa tendencia no deberá ser extraña toda vez que fue el magisterio criollo una de las clases profesionales que más duro sufrió el impacto del colonialismo español en Puerto Rico. En este trabajo se procura hacer una aproximación sintetizada al desarrollo histórico de la Asociación de Maestros de Puerto Rico. Partiremos de un recuento de los antecedentes a la fundación de esta organización en 1911, destacando dos fases claramente definidas: período español (1882-1898) y período estadounidense (1900-

1882 Fundación de la Asociación de Maestros de San Juan.

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1901

Se registra una de las primeras manifestaciones magisteriales. Enrique Roussell, maestro de francés, realiza protesta en la Escuela Superior Central.


1910). Se procede con el análisis de la fase fundacional y de los primeros años de la organización. Se destacan los logros y luchas fundamentales de la Asociación de Maestros en el contexto del desarrollo de las grandes transformaciones sociales y políticas de Puerto Rico. Se analiza la contribución de figuras emblemáticas que, a partir de un talante y personalidad particular, contribuyen a la construcción de la imagen y el perfil de un cuerpo profesional que se convierte en voz elocuente en el quehacer de la sociedad puertorriqueña. Se describe el trabajo de la organización en las últimas décadas del siglo XX, los desafíos a los que se tuvo que enfrentar la organización y el surgimiento de un nuevo movimiento consolidador, de afirmación organizacional y de rescate de la tradición de liderazgo institucional, así como la postulación hacia el futuro de un nuevo modelo de Aida Díaz de Rodríguez, Presidenta lucha.

Los antecedentes: un magisterio en escalada (1882-1910)

La clase magisterial criolla de finales del siglo XIX expresa de diversas formas su insatisfacción por la desatención a la educación y al estado de las escuelas del país. Surge, durante este período, un conjunto de voces en defensa de la escuela y del magisterio puertorriqueño. El periódico El Buscapié, por ejemplo, fue un instrumento en el cual en múltiples ocasiones se registraron sendos pronunciamientos a favor de los niños y de los maestros de Puerto Rico. Don Manuel Fernández Juncos, una voz crítica que, con un estilo particular de mez-

1909 Se funda en Mayagüez, la Asociación General de Maestros. Su Reglamento se registra el 23 de marzo de 1910. Alejandro Díaz Busquets, Manuel del Toro Peralta y Francisco Vincenty son precursores del magisterio del oeste que nació “de un grito de rebeldía”.

1910

23 de marzo Se funda la Asociación Insular del Magisterio San Juan. Aseguraba la protección social y material del magisterio; era, además, una organización de corte intelectual.

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Víctor M. Bonilla Sánchez, Vicepresidente

cla de humor e ironía, se expresó con vehemencia a favor de la escuela pública, de los niños, y especialmente, en defensa del derecho a la educación de las niñas campesinas. También, proveyó espacio a los maestros en su periódico para que pudieran denunciar los problemas que tenían en el desempeño de su profesión. Ese ambiente de insatisfacción que reinaba entre los maestros, unido a las noticias que se recibían en el país de lo que estaba ocurriendo en otros lugares en materia educativa, lleva a diferentes grupos de maestros a convocarse como clase para analizar, discutir y compartir problemas e intereses comunes. En esos espacios de discusión se abraza la idea de agruparse en una asociación que les represente. Así se revelan los antecedentes de la Asociación de Maestros de Puerto Rico con una base y afianzamiento en un postulado de avance y desarrollo de la cultura y el conocimiento. Esta manifestación de progreso, que en el caso del magisterio criollo se concreta al poner de relieve elementos clave de cultura escolar a través de asociaciones profesionales, se inscribe, sin duda, en una corriente de modernidad. Así se van consolidando las bases para el asociacionismo magisterial en Puerto Rico. A partir de este contexto, que lo constituye una apuesta al porvenir, como lo afirma la historiadora Silvia Álvarez Curbelo, se dan dos fases en los antecedentes de la Asociación de Maestros de Puerto Rico: 1. Los fermentos organizativos de las últimas décadas del siglo XIX (1882-1898); y, 2. Las asociaciones magisteriales surgidas en la primera década del siglo XX (1900-1910).

1911

1912

Sábado, 8 de julio Se funda la Asociación de Maestros de Puerto Rico en el Teatro La Perla en Ponce. Quedan fusionadas las dos organizaciones magisteriales existentes.

4 de marzo Se legaliza la Constitución y el Reglamento de la Asociación de Maestros.

30 de diciembre El Prof. Manuel del Toro Peralta, líder magisterial del oeste, es electo segundo presidente. 26 v UN SIGLO DE LuCHA EDuCATIVA


a. Apuesta al porvenir: fermentos organizativos a finales del siglo XIX (1882-1898)

Una vez concluida una década caracterizada por dos prácticas del poder político que marcaron una profunda huella en el magisterio de Puerto Rico –la persecución desatada por don José Laureano Sanz al identificar a los maestros criollos como sediciosos y antiespañoles, así como la separación de sus cargos y la sustitución masiva por maestros españoles–, colmó la copa y logra reacciones que convergen en propósitos de unidad y de lucha en diversos sectores de esta clase profesional. De otra parte, los maestros puertorriqueños, como otros grupos de acción social y cívica del país, estaban informados de lo que se promovía en la educación de otros países y las iniciativas que desarrollaban sus educadores. Este es el caso de la educación alemana y de los maestros de ese país, quienes fundan una asociación magisterial dirigida a mejorar la educación del pueblo alemán. Ese habrá de ser el modelo que inspirará a los maestros de Puerto Rico de 1882. Destacan en su pro- José Luis Vargas, Director Ejecutivo pósito, al procurar fundar una asociación magisterial, no sólo la mejora de las condiciones laborales sino también el progreso y la modernidad educativa, así como el compromiso que como clase contraen con adelantar la enseñanza y todo cuanto se haga en las escuelas del país. Incluyen también en su repertorio de prioridades, como parte de la agenda de lucha que promoverá la organización, el establecimiento de las escuelas normales. Es fundamental destacar que el movimiento asociacio-

1913

1914

Se celebra la Primera Conferencia Pedagógica sobre cómo mejorar la enseñanza de la lectura por Laura Pérez de Muñoz, Manuel Pou y Francisco Vincenty. El Método Vincenty se convertiría en libro de texto en las escuelas públicas.

6 de junio El Prof. Teodoro Aguilar Mora es electo tercer Presidente de la Asociación. Se propone la realización del Congreso Pedagógico Interantillano. Esta es la primera iniciativa a gran escala para la formación magisterial en la nueva organización. 31 de diciembre El profesor Santiago Negroni es electo como cuarto Presidente. El joven Santiago Iglesias Pantín solicita a la Asociación que forme parte de la American Federation of Labor. UN SIGLO DE LuCHA EDuCATIVA v 27


Junta de Directores de la Asociación de Maestros de Puerto Rico

nista del magisterio puertorriqueño de finales del siglo XIX se inscribe en una corriente cultural que toca a diversas instituciones cívicas y sociales del país. Esta corriente cultural se cuaja en un ambiente de influencias y contactos en la que una clase letrada del país procura ser portavoz de un ideario renovador dirigido a instalar las iniciativas criollas en el contexto de lo que ocurre más allá de las fronteras isleñas. Este “afán de modernidad” se refleja también entre los educadores puertorriqueños que tienen pleno conocimiento de lo que en materia educativa pasa en Alemania. De ahí que al fundar la Asociación de Maestros procuren seguir el modelo alemán. Claro está, ya Alemania era conocida entre los educadores de Puerto Rico por las aportaciones a la pedagogía que hace ese país, por las innovaciones y prácticas educativas y por el trabajo de figuras tales como Kant (1724-1804) y Herbart (1776-1841). En ese ambiente de influencias y contactos se funda en San Juan la primera Asociación de Maestros en reunión constitutiva celebrada el 22 de abril de 1882. Don Manuel Sergio Cuevas Bacener, reconocido líder de la educación puertorriqueña de ese período, fue su primer presidente. Para diciembre de ese mismo año, aprueban una petición a las autoridades españolas a fin de que se establezca en Puerto Rico la Escuela Normal. Peticionan además que se designen en los cargos docentes a educadores puertorriqueños siguiendo la práctica que en ese momento se sigue en las demás provincias de la Metrópoli. La resistencia de las autoridades españolas a establecer las Escuelas Normales emana, en gran medida,

1915

1916

El Congreso Pedagógico se celebraría para que las obras ganadoras se convirtieran en libros de texto para los grados 3, 4, 5, 6, 7 y 8. Esta acción se realizaba ante la ausencia de materiales para la enseñanaza.

29 de diciembre El Lcdo. Francisco Vincenty es electo como quinto Presidente.

28 v UN SIGLO DE LuCHA EDuCATIVA


de la propaganda negativa que venían recibiendo estos establecimientos en la Península en la cual se les consideraba como centros que daban pocos resultados y que producían maestros de ideas revolucionarias. No menos podría ser la razón para objetar el establecimiento de las Normales de Cuba y de Puerto Rico cuando se vive un período de intensas luchas por alcanzar mayores libertadas para estas últimas posesiones ultramarinas. A ese debate se une la Asociación de Maestros cuando se fija como meta prioritaria desde sus inicios la lucha para que se establezcan en Puerto Rico estos centros de formación magisterial. Aunque el establecimiento de las Normales no se hizo de inmediato a partir del decreto que las crea (8), se logra al fin el comienzo de estos establecimientos en 1891 cuando formalmente inician sus trabajos en San Juan. Departamento de Maestros Activos. “El 9 de febrero de 1891 eran inauguradas en San Juan bajo la respectiva dirección de don Luis Pérez Allú y doña Nicanora Díaz Carredano, dos Escuelas Normales, una para maestros y otra para maestras”. El movimiento magisterial puertorriqueño siguió su curso en forma frágil durante la última década del siglo XIX. Muy poco se adelantaron sus causas cuando en este período continúa en forma dramática el cuadro de carencias materiales que siempre caracterizaron a esta clase profesional. El liderato de la organización parecía no contar con el apoyo de los maestros. Habrá de ser la cuestión salarial el tema que ha de ocupar el debate público del

1917 Se funda la Porto Rico School Review, revista profesional producida por la Asociación de Maestros y el Departamento de Instrucción Pública. Se autoriza la afiliación de la Asociación con la National Education Association (NEA). Se alquila un local en la calle Allen (hoy Fortaleza) del Viejo San Juan como sede de la Asociación. El presidente Francisco Vincenty informa ante la Asamblea Anual las acciones afirmativas en defensa del español como idioma de enseñanza en el sistema educativo público. Ese evento marcó una larga batalla por el idioma. Se establece un gran precedente al aprobar la primera Ley de Pensiones para Maestros, a instancias de la AMPR.

UN SIGLO DE LuCHA EDuCATIVA v 29


magisterio. En diferentes manifestaciones en la prensa de la época los maestros hicieron público la crítica a la Asociación de Maestros de la Capital. Destacan que el liderato de los maestros de Ponce, Lares y Mayagüez parece estar organizado con mayor vigor. Señalan que hay que imitarlos y seguir su modelo de organización. Ya desde finales del siglo XIX se observa cómo y dónde despega el liderato magisterial que habrá de seguir las riendas del magisterio puertorriqueño de cara al siglo XX. No obstante, aunque el cuadro de circunstancias y realidades para la sociedad puertorriqueña en general a finales del siglo XIX no era muy alentador, tenemos que resaltar que durante este periodo se crearon las bases de una cultura asociacionista en el magisterio puertorriqueño que habrá de reflejarse en lo sucesivo en el desarrollo de esta clase profesional. Departamento de Trabajadores Sociales y Consejeros Profesionales

b. Las asociaciones magisteriales surgidas en la primera década del siglo XX (1900-1910)

Si bien la Asociación de Maestros fundada en 1882 no logró alcanzar unir un liderato que representara a este cuerpo profesional como representativo del país, si observamos iniciativas locales de los maestros que se agrupan por pueblos. Este es el caso de los maestros de Lares quienes deciden celebrar el Primer Certamen Pedagógico Provincial de Puerto Rico. Esta iniciativa constituye un ejemplo del deseo de los maestros de adelantar la profesión y de procurar mejorar en términos metodológicos, así como incorporar prácticas de enseñanza innovadoras. Demandan los educadores de Lares

1918 Una epidemia de influenza impidió celebrar la Asamblea Anual pautada para finales de diciembre. Se celebró el 7 y 8 de febrero de 1919.

1919 20 de mayo Aprobación de la Ley 111 prohibiendo el embargo y ejecución al sueldo de los maestros. Esta normativa se mantiene vigente. 29 de diciembre El profesor José González Ginorio es electo como sexto Presidente. Se aprueba la primera reorganización administrativa y se crea las bases del actual gobierno de la AMPR. Comienzan a funcionar los Departamentos.

30 v UN SIGLO DE LuCHA EDuCATIVA


que las autoridades promuevan las conferencias de verano como se acostumbra en la Metrópoli. Ese espíritu de lucha por mejorar profesionalmente habrá de convertirse en el signo que caracterizará a los maestros de Puerto Rico de cara al comienzo del siglo XX. Bajo el nuevo régimen en el país se estrenan, también, nuevas prácticas y políticas educativas que requerirán una reorientación en las estrategias de lucha del magisterio puertorriqueño. La primera década del siglo XX se ha de caracterizar por la implantación de una política educativa fundamentada en el principio de separación de iglesia y estado. La escuela será no sectaria, pero habrá de abrigar otro credo amparado en las “libertades de la democracia”. Se impone el inglés como lengua de enseñanza en las escuelas del país. Se inicia un proceso de americanización en el cual los maestros, las aulas y las instituciones que rigen la educación pública son utilizados para dar vuelo a un proyecto cuyo objetivo es trasplantar los valores y tradiciones de otra cultura. Este proceso de transculturación y de americanización se habrá de constituir en el mayor desafío que recibe la clase magisterial puertorriqueña durante la primera mitad del siglo XX. Las organizaciones magisteriales que se establecen en el país durante los primeros años de la nueva centuria deberán asumir ese reto y ese desafío. Si bien la clase letrada puertorriqueña habrá de expresarse con vehemencia en contra de la utilización de la escuela para americanizar a los niños del país serán los maestros quienes día a día deberán lidiar con esa nueva realidad y crear fórmulas originales de resistencia a

1920 Se presenta el proyecto para la creación de un Banco, actual Cooperativa de Ahorro y Crédito de la Asociación de Maestros (EDUCOOP). Luego de varios años de discusión, se adopta el logo y lema de la Asociación de Maestros de Puerto Rico: Un libro abierto con la frase Nihil sine me (Nada sin mí).

Departamento de Maestros Retirados y Pensionados

1923 Se aboga por que se eliminen en Puerto Rico los “cafetines o billares, a los cuales asisten centenares de niños”. Se propone el aumento de bibliotecas escolares.

30 de diciembre El profesor Gerardo Sellés Solá es electo como séptimo Presidente. UN SIGLO DE LuCHA EDuCATIVA v 31


la asimilación cultural. En el contexto de ese debate los maestros comienzan a organizarse como cuerpo profesional y crean foros de discusión y producción cultural. De ahí que se inicien proyectos de afirmación de la clase magisterial en los cuales se puedan ilustrar y mejorar a los maestros como cuerpo profesional. Así, por ejemplo, en Mayagüez un grupo de maestros crean una revista profesional con el nombre de La Educación Moderna. Este foro se convirtió en un instrumento que le prueba a los maestros desde los primeros años del siglo XX que las teorías lingüísticas no avalan la enseñanza de las primeras letras en otra lengua que no sea la vernácula. Un magisterio alerta e ilustrado se convierte en un muro de contención al proyecto de americanización que se implanta en el país. En el torbellino de ese debate y de esa discusión los maestros comienzan nuevamente a organizarse.

III. Un siglo de lucha educativa

El Departamento de Personal No Docente forma parte del gobierno de la Asociación.

a. Un grito de rebeldía: el poder del magisterio en los primeros años de la Asociación (1911-1940)

Otros problemas se cernían sobre el magisterio a la altura de la década de 1910. La represión laboral era uno de los principales obstáculos para que el magisterio floreciera. En 1910, sólo un 31% de los niños y jóvenes en edad escolar asistía a la escuela, mientras que la reducción y cambio de maestros puertorriqueños por norteamericanos iba en crecida. Los maestros eran re-

1925

1927

1928

1929

Por primera vez en su historia, se realiza una protesta por la amenaza de rebajar los salarios de los maestros.

La Asociación se pronuncia a favor del sufragio femenino.

Se propone la creación de diversos mecanismos para combatir la deserción escolar en Puerto Rico.

Se crea un fondo para la construcción de hogares para maestros. Este es el precedente de la construcción de la Urbanización Los Maestros y Dos Pinos en Río Piedras, así como otras en pueblos de Puerto Rico.

32 v UN SIGLO DE LuCHA EDuCATIVA


movidos de sus puestos, aseguraba José Joaquín Rivera, “cuando el partido contrario al de ellos ganaba las elecciones. La escuela pública no era otra cosa que una de tantas prebendas que se luchaban en los comicios electorales. Esta época de gran inestabilidad para la escuela pública es de triste recordación para nosotros”.1 Esta situación despertó el interés de varios grupos de maestros, tanto en el área metropolitana como en el suroeste del país. Aunque el grupo del oeste, liderado por Manuel del Toro Peralta, comenzó a organizarse desde 1909, no fue hasta el 23 de marzo de 1910 que formalizaron su agrupación bajo el nombre de Asociación General de Maestros. Ese mismo día, en San Juan, quedó fundada la Asociación Insular del Magisterio, capitaneada por Antonio Sarriera. Aunque no existe evidencia de las negociaciones de ambos grupos, una convocatoria general logró fusionar ambas asociaciones en una sola, quedando fundada la Asociación de Maestros de Puerto Rico el 8 de julio de 1911 en el Teatro La Perla, en la ciudad de Ponce. Aquello fue catalogado, por los testigos de la fundación, como un grito de rebeldía.2 Los criterios políticos en el nombramiento de maestros, las condiciones laborales salariales, el asunto del idioma y la falta de una amplia base profesional y de beneficios fueron el catalítico para iniciar aquella nueva asociación. Mantuvo la tradición educativa del siglo 19 durante sus primeros años como institución, a la vez

Universitarios de las facultades de Educación pertenecen al Departamento de Estudiantes de AMPR.

1 José Joaquín Rivera. La Asociación de Maestros de Puerto Rico. Documento presentado ante la Conferencia del Caribe sobre Educación, San Juan, 1957. 2 Juan Carreras. “Nihil Sine Me (Nada sin mí)”. En: El Sol, 1957.

1931

1933

1934

23 de abril Aprobación de la primera Ley de Certificación de Maestros, gracias a la lucha del presidente Sellés Solá, la cual profesionaliza el magisterio y eleva los estándares para el ejercicio de la profesión (Ley 29 de 23 de abril de 1931).

Se adopta la bandera oficial de la Asociación de Maestros. Los colores oro y azul y el escudo con el lema Nihil sine me se convierten en los símbolos de identidad de la institución.

La Junta de Directores aprueba la propuesta del presidente Piñero de crear el Plan de Clínicas, un programa de servicios médicos dirigido al magisterio asociado. Hoy el Programa de Servicios de Salud de la AMPR (PROSSAM) es uno de los programas de salud de mayor competencia en Puerto Rico.

30 de diciembre El Lcdo. Fulgencio Piñero se convierte en el octavo Presidente de la Asociación.

La convulsión política que se vivía en Puerto Rico tocó de cerca a la Asociación cuando se señaló a Juan Carreras como responsable de crear la Federación de Maestros Coalicionistas. Esto provocó mucha discusión que se extendió a través de esta década.

UN SIGLO DE LuCHA EDuCATIVA v 33


Grupo de Maestros en Estados Unidos en una Convención de la National Education Association con sus tradicionales pañuelos. (AHAMPR)

1935 Se inaugura el Templo del Maestro, edificio que fue la sede de la Asociación de Maestros, ubicado en Puerta de Tierra.

34 v UN SIGLO DE LuCHA EDuCATIVA

que creó nuevos mecanismos de trabajo y lucha para el magisterio. Durante las primeras tres décadas de trabajo de la Asociación, fueron los nombramientos, la enseñanza, el mejoramiento profesional y las condiciones de trabajo los asuntos que coparon la atención. Desde su fundación, y durante los seis años posteriores, fue tan prioritario asegurar las bases de una jubilación digna para el magisterio, que la Asociación logró la aprobación de la Ley de Pensiones para Maestros, en 1917. El proyecto de ley fue presentado por Fulgencio Piñero, maestro, que a la sazón era Representante por el Partido Unión. La nueva Asociación se movió entre conferencias pedagógicas y Fondos de Auxilio para sus socios. En esos primeros años surgió la idea de una casa de descanso para maestros, un lugar donde pudieran vivir dignamente al final de sus vidas aquellos que lo necesitaran. Fue tan importante asegurar las bases materiales del magisterio, al punto que las primeras iniciativas que se desarrollaron en esta primera parte de la historia, estuvieron destinadas a ese fin. La discusión en la primera década giró en torno, principalmente, a la creación de las bases del mejoramiento y desarrollo profesional de los docentes. Sarriera presidió la institución en 1911. En diciembre de ese año, hasta junio de 1914, presidió el líder magisterial del oeste, don Manuel del Toro Peralta. Le sucedió por un semestre, don Teodoro Aguilar. En diciembre de 1914 hasta diciembre de 1916, presidió el prestigioso maestro yaucano, don Santiago Negroni. Por los próximos tres años, hasta 1919, el abogado, periodista y abogado

1936 Un grupo de maestros son repatriados desde España por haber participado en la Guerra Civil Española.


Francisco Vincenty regentó la organización, siendo el único Presidente-administrador. Con la reorganización aprobada en 1919, se dotaba la institución de una estructura administrativa que la conceptuaba como una confederación de entidades educativas y creaba sus primeros departamentos. El escritor, maestro y administrador, José González Ginorio presidió desde diciembre de 1919 a 1920. En diciembre de 1920 hasta diciembre de 1931, don Gerardo Sellés Solá mantuvo a cargo la institución, siendo uno de los presidentes más punteros en el desarrollo de la Asociación. Esa década abrió paso en la lucha magisterial. Sellés Solá protagonizó una protesta de maestros por las calles del viejo San Juan, en 1925, ante la insistencia del gobierno de rebajar los salarios de los maestros por problemas económicos. La idea de crear un banco para los maestros, también, se discutió durante esta época. En 1931, al inicio de una de las décadas de mayor convulsión al interior de la Asociación, Fulgencio Piñero resultó electo como presidente. Su idea de crear el Plan de Clínicas, aunque tuvo reticencias en un inicio, logró ser aprobado en 1934 por la Junta de Directores, dando inicio a lo que por más de 75 años ha sido nuestro programa de salud: PROSSAM. En esta época, la institución crea un corpus identitario a partir de la creación de sus símbolos institucionales: el logo, creado en 1920, a partir de la reorganización; la bandera, adoptada por la Asamblea en 1933; el Templo del Maestro, inaugurado en 1935; y el himno Horizontes de Luz y de Justicia, creado por Marina L. Molina, en 1937.

(AHAMPR)

1937

1938

Mayo El presidente Piñero forma parte, junto a otros destacados puertorriqueños, de la Comisión Hays que investigó la Masacre de Ponce, ocurrida en 1937.

15 de mayo Se aprueba la primera Ley de Permanencia de Maestros (Ley 312 de 1938).

Diciembre La maestra Inés María Mendoza comparece ante la Asamblea Anual de la AMPR para solicitar el apoyo de su gremio, ya que había sido separada de su cargo como maestra por el Comisionado Gallardo por comparecer ante la Comisión Hays y demandar que cesara la enseñanza en inglés en Puerto Rico, en defensa del español.

Las disputas que se venían gestando por el asunto político partidista, así como los señalamientos a la gestión de Piñero, tuvieron su punto más álgido en 1938. Carreras acusó, públicamente a Piñero de independentista. En medio del tranque, Piñero renunció. 29 de diciembre Luego de 19 años de haber ocupado la presidencia, el profesor José González Ginorio es el único en ser electo dos veces a la presidencia. Resulta electo noveno presidente. UN SIGLO DE LuCHA EDuCATIVA v 35


b. La construcción de la polis magisterial: ciudad de conocimiento, cultura y servicios (1940-1970)

Uno de los momentos más dolorosos, en la vida de la Asociación, se experimentó en la Asamblea de 1938. La convulsión política que vivía Puerto Rico llegó hasta el Teatro Alcázar, en donde estallaron las diferencias entre liberales y conservadores en un pulseo por tomar control de la Asociación. Esa ruptura trajo de vuelta a la presidencia a José González Ginorio, quien había sido presidente entre 1919 y 1920. Ese período de transición sirvió para que, en 1940, la Asociación de Maestros comenzara a gestar nuevas formas de cómo hacer crecer la institución, repuntándola a niveles hasta entonces no conocidos. El período entre 1940 y 1970 se caracteriza por ser la época de un rápido crecimiento económico, profesional, cultural e intelectual. La Asociación logró transformarse de una organización magisterial pequeña a una institución social más fortalecida, con un amplio programa de servicios que la convirtió en una ‘polis’ magisterial. Luis Muñiz Souffront, Virgilio Brunet y José Joaquín Rivera fueron decisivos en esa transformación, logrando posicionar a la Asociación de Maestros a nivel público como una institución profesional vanguardista. Desde la época de Gerardo Sellés Solá se había enfatizado en la necesidad que la institución tuviera su propio espacio. Fue así como se construyó el Templo del Maestro, en 1935. En 1942, el presidente Muñiz Souffront entendió que el Departamento de la Defensa necesitaría utilizar esas facilidades en pleno apogeo de la Segunda

1940

1941

El profesor Luis Muñiz Souffront se convierte en el décimo Presidente de nuestra institución.

Se aprueba el Proyecto de Ley que proponía el aumento de diez a doce meses el salario anual del magisterio, logrando devengar sueldo en sus dos meses de vacaciones. La redacción del proyecto estuvo a cargo de Virgilio Brunet, asesor legal y Vicepresidente de la Asociación de Maestros, a instancias de Luis Muñoz Marín, presidente del Senado. 15 de abril Aprobación de la Ley de los Doce Sueldos, que establece el pago del sueldo al maestro por los doce meses escolares, incluyendo el pago de las vacaciones de verano, (Ley 39).

36 v UN SIGLO DE LuCHA EDuCATIVA


Guerra Mundial. Así, en 1944 inició un peregrinaje que provocó un ensanchamiento de la Asociación. Ese año compraron una finca de 20 cuerdas, cuya casa fue utilizada para oficinas administrativas. Las otras cuerdas, por idea de José Joaquín Rivera, se vendieron a maestros para que construyeran casas en los lotes. De esa manera, el consultorio médico que estaba en el sótano de la casa podría convertirse en un Hospital con el dinero de la venta de los solares. Fue así como se inició un trabajo escabroso de recolectar $1 millón para lo que sería el Hospital del Maestro. Ese fue el sueño de Fulgencio Piñero. En 1959, el sueño se convirtió en realidad y fue el primer hospital de América en pertenecer a una institución magisterial. La Asociación, como Puerto Rico, experimentó un rápido crecimiento económico que afectó Futuros maestros. Década 1950. (AHAMPR) sus características como ‘polis’. La Asociación logró una victoria en derechos para el magisterio que, tal vez, no tiene precedentes. Después de décadas de discutirse el problema de los salarios, en 1941 se aprobó de la Ley de los Doce Sueldos (Ley 39 de 15 de abril de 1951). Esta ley es, quizás, una de las conquistas más grandes de la Asociación, en términos de derechos adquiridos para el magisterio. Fijaba el año escolar en 12 meses y disponía un mes de vacaciones con sueldo. Esto pudo lograrse a través de redes y vínculos sociales que mantenía la clase dirigente de la Asociación con sectores diversos del País, lograron estos efectos. Esta ley fue presentada por el senador Vicente Géigel Polanco y redactada por Luis Muñiz Souffront, Brunet, Ernesto Valderas (secretario-contador), Juan N.

1942

1943

13 de marzo Aprobación de la Ley para proteger a las madres obreras, adoptándose así una política pública dirigida a proteger a las madres que dieran a luz (Ley 3 de 13 de marzo de 1942).

Prevalece en el Tribunal los derechos de permanencia del maestro Rafael González, cuya defensa legal estuvo a cargo de la Asociación de Maestros. Este caso establece precedente (Caso González v. Gallardo).

Se funda la Revista de la Asociación de Maestros, hoy Revista El Sol, siendo su primer director-fundador el presidente Luis Muñiz Souffront.

UN SIGLO DE LuCHA EDuCATIVA v 37


León (tesorero) y Víctor Rosario. En 1942 se aprobó la Ley para proteger a las madres obreras y en 1943 el caso González v. Gallardo Comisionado, reconoció la permanencia del maestro en el municipio donde trabajaba. Estos casos sientan precedente en la defensa laboral del magisterio. Durante estas tres décadas, la Asociación de una casa se convirtió en una ciudad letrada, un espacio de estudio y de nuevos conocimientos, cuyos ofrecimientos atrajeron a miles de maestros. En 1942, luego de varios intentos se fundó la Revista de la Asociación de Maestros, la cual se publicó hasta 1964, y que se transformó en la Revista El Sol. Con el fin de promover estudios e investigaciones, se creó, en 1946, el Negociado de Estadísticas y el Negociado de Publicaciones y Biblioteca, en 1948. Ese mismo año se fundó la Cooperativa de Ahorro y Crédito (hoy EDUCOOP), la cual en 2013 cumple 65 años. Con un esquilmado capital, lograron levantar un ‘banco’ para que los maestros pudieran obtener crédito y comprar sus propiedades. La Cooperativa revolucionó lo que había sido, hasta entonces, el radio de acción de la institución. El año antes, la creación del Negociado de Turismo (1947) propició la presencia internacional de la Asociación en diversos foros educativos, principalmente en la National Education Association (NEA), la Asociación Nacional de Educadores (ANDE), el Sindicato Nacional de Trabajadores de la Educación de México y la Confederación Mundial de Organizaciones Profesionales de la Enseñanza (CMOPE), además de excursiones a diversas partes del mundo. Este operativo

1944 Se adquiere la Finca de Hato Rey por $85,000, donde actualmente ubican las oficinas centrales de la AMPR.

38 v UN SIGLO DE LuCHA EDuCATIVA

1946 Diciembre El Gobernador Piñero firma el aumento de sueldo a los maestros, a raíz del paro magisterial decretado en la Escuela Superior Central el mes anterior.


internacional fue dirigido por José Joaquín, a la sazón Secretario Ejecutivo de la Asociación. Ese movimiento sirvió de plataforma para que Muñiz Souffront y la clase dirigente asociada fomentaran la ampliación de las actividades profesionales y culturales, realizando certámenes, foros, programas de radio, estudios y publicaciones a través de estas décadas. En la mitad de la década del ’50 se respiraba la propaganda de crecimiento. El crecimiento de la oferta de servicios incluyó un nuevo seguro de vida, plan de Auxilios, plan de Sueldos y Servicios Médicos. En 1954 se inició el Plan de Hogares, finalizando la construcción de 300 casas en la urbanización Dos Pinos y la urbanización Villa Los Maestros en Río Piedras, en 1955.3 Un año después, en 1956, una mujer por primera vez accedía a la presidencia de la institución: María Arroyo de Colón. Empleados de la Asociación marchan No solo tuvo que abrirse paso entre hombres, sino que en la huelga de la Universidad tuvo que pulsear por establecer su propia agenda, la de Puerto Rico, 2010. (AHAMPR) cual incluyó la Égida del Maestro, inaugurada en 1967. El año posterior, en 1968, el Dr. Modesto Rivera resultó electo como presidente. Sirvió hasta 1971. Le sustituyó José Eligio Vélez.

c. Época de cambios y contrastes: transiciones y luchas (1970-2000)

El comienzo de la década de 1970 representó una nueva época para la Asociación de Maestros de Puerto Rico. Dos años antes, Modesto Rivera, había llegado a 3

“Revela progreso plan de casas para maestros”. En: Revista de la Asociación de Maestros, vol. XIV, núm. 4, agosto de 1955, p. 143.

1947

1948

Se crea el Negociado de Turismo.

1 de diciembre Se funda la Cooperativa de Ahorro y Crédito de la Asociación (EDUCOOP). Se crea el Negociado de Publicaciones y Biblioteca.

UN SIGLO DE LuCHA EDuCATIVA v 39


la presidencia luego de haber servido por muchos años como vicepresidente. Se acercaban las elecciones de 1971 y con ella, al parecer, se desataron otras maneras de visualizar la institución. Se cernían en Puerto Rico y en el mundo profundos cambios y resistencias al poder. Por primera vez, en una elección a la presidencia había siete candidatos. La elección de José Eligio Vélez, en diciembre de 1971, fue, de alguna manera, el paso de batón a una generación de educadores que contaban con experiencias distintas a las que había empleado la generación que estaba en el poder. Poseían otras maneras de visualizar las cosas, implantando nuevas estrategias. En 1972 se creó la Oficina de Relaciones Públicas. El inicio del periódico Vocero Informativo fue uno de los primeros símbolos de esa ‘modernidad’. Dos años después, en 1974, se creó el primer grupo de maestroscoordinadores, funcionarios de la Asociación que coordinaban servicios y talleres de educación continua para maestros en las escuelas. Este fue una de las acciones que transformaron la manera en cómo se concebía la relación con los maestros y sus necesidades. En este grupo de coordinadores se cosechó una cepa de líderes que luego tendrían a su cargo los destinos de la Asociación de Maestros. En 1973, la profesora universitaria Awilda Aponte Roque, fue nombrada como Secretaria Ejecutiva de la Asociación, la primera mujer en ocupar ese puesto en Puerto Rico y América Latina. En 1979 otra mujer, Aida Díaz, una joven maestra coordinadora, amplió el Programa de Coordinación. A la vez que surgían nuevas ideas de cómo enfrentar

1949 12 de agosto Tras varias décadas de batalla, se restablece el español como idioma oficial de enseñanza en el Departamento de Instrucción. La Asociación de Maestros fue una de las instituciones que dio la batalla del idioma. Luis Muñiz Souffront publica el libro El problema del idioma en Puerto Rico, bajo el sello de la Editorial Orión. Luego se publicará bajo la Biblioteca de Autores Puertorriqueños. 3 de julio El licenciado Virgilio Brunet, el Hombre fuerte de la Asociación, es electo como undécimo Presidente de la institución. 40 v UN SIGLO DE LuCHA EDuCATIVA


los problemas del magisterio, la Asociación se enfrentaba a sus primeros desafíos institucionales. Emergían sectores disidentes, a la vez que la política partidista acechaba la estabilidad fiscal de la Asociación cuando, por decisión gubernamental, el Departamento de Hacienda les dejó de enviar las cuotas de los socios. Por otro lado, la persecución política que se desató en el Departamento de Instrucción Pública contra maestros y administradores se convirtió en un pleito legal incoado por la Asociación, en 1977. El caso se ganó en la esfera federal, siendo uno de los precedentes legales de mayor fuerza para la institución. Otros problemas comenzaban a aquejar la educación pública: bajos salarios para maestros, un mes de vacaciones sin salario, vandalismo en las escuelas y mayores niveles de deserción escolar. La Asociación hizo frente y logró obtener los dos meses de vacaciones pagas para los maestros. Por primera vez, y de forma sistemática, se organizó una resistencia en contra de las ideas de los Secretarios del Departamento que iban en contra de los mejores intereses del magisterio. La National Education Association (NEA), a la cual estábamos afiliados entonces, sirvió como un organismo de apoyo a las ideas de Vélez y de la clase dirigente. El informe Tragedy in Our Schools presentó una radiografía del problema del vandalismo, el cual encabezó los asuntos prioritarios en esa década. La década de 1980, con nuevos matices, representó una época de mayores cambios. Surgieron talleres para maestros y nuevos líderes fueron surgiendo, en la medida que otros con mayor experiencia, iban sentando las

1951

1952

6 de mayo Aprobación de la actual Ley de Retiro para Maestros (Ley 218 de 6 de mayo de 1951).

25 de julio El entonces presidente, Virgilio Brunet, es electo como delegado a la Convención Constituyente que redactó la Constitución del Estado Libre Asociado de Puerto Rico. Además de Brunet, Ramón Mellado Parsons y Juan Alemañy, líderes de la Asociación, también, fue electo a la Constituyente.

UN SIGLO DE LuCHA EDuCATIVA v 41


pautas de una organización que enfatizó en la importancia del desarrollo profesional del magisterio y de los servicios. El aspecto legal y legislativo cobró una importancia tal, que las redes sociales que ejerció la dirigencia asociada en esa época logró importantes beneficios, tales como leyes que amparaban al magisterio, aumentos de sueldo y creación de políticas públicas educativas. El trabajo legislativo fue coyuntural y la Asociación contó con legisladores que eran educadores, entendiendo los problemas que se planteaban. Los foros educativos que impulsó la Asociación desde su tribuna en las Asambleas Anuales y en foros internos, crearon planteamientos contundentes. Las aportaciones que hicieron las Comisiones Permanentes de Servicios Médicos, Reglamento, Legislación y Problemas Educativos, en su momento, fueron de extraordinario valor. La Comisión de Problemas Educativos creó importantes materiales de trabajo para maestros. Otro de los grandes desafíos a los cuales se enfrentó la Asociación, en 1993, fue la pretensión del uso de fondos públicos del Estado para financiar educación privada. El caso de los Vales Educativos fue una victoria contundente para Puerto Rico, su educación pública y la Asociación, logrando, en 1994, detener su implantación, luego que nuestro recurso legal prevaleciera en los Tribunales. Cuatro años antes, en 1990, la Asociación participó activamente de la Reforma Educativa que logró la creación de una nueva Ley Orgánica, sustituyendo la existente desde 1903. Al final de esa década, en 1999, a raíz de la aprobación de la Ley de Sindicación

1953

1955

Diciembre El gobernador Luis Muñoz Marín pronuncia, ante la Asamblea Anual de la AMPR, uno de sus más famosos discursos: Agapito’s Bar, en el cual aboga por la defensa del español y la cultura puertorriqueña ante el asimilismo cultural norteamericano.

21 de junio Se aprueba la Ley de Certificación de Maestros, vigente en el presente, la cual regula la certificación para ejercer la profesión magisterial en Puerto Rico (Ley 94 de 21 de junio de 1955, según enmendada).

42 v UN SIGLO DE LuCHA EDuCATIVA


de Empleados Públicos, la Asociación participó de unas elecciones sindicales en la cual no logró prevalecer. La institución atravesó uno de sus momentos más difíciles, cerrando el siglo 20 con lecciones que le servirían para resurgir en el 21.

d. Consolidación y afirmación institucional: Hacia el logro de un liderato transformador (2001-2011)

Escribir una historia del presente requiere, de una parte, seleccionar hechos que identifican las claves de un momento en construcción, y de otra, extender con ojo crítico la mirada a lo que acontece y hacia aquello de lo que se es testigo. La historia del presente es la historia vivida. De ahí que cuando nos planteamos el último período de la historia de la Asociación de Maestros de Puerto Rico nos tengamos que necesariamente sumergir en un género histórico, aún en debate en la historiografía contemporánea: la legitimidad de poder construir una historia aún en construcción. Se reconoce, sin embargo, la necesidad de configurar lo que acontece –más allá de los matices y las pasiones que provocan los motivos de un presente activo y elocuente– porque está revestido de realidad, de lo que es evidente a plena luz del día. Con este argumento como eje nos aproximamos a pasar revista a lo que ha acontecido en la Asociación de Maestros de Puerto Rico en la última década, período con el que se cierra su primer siglo de una historia de valiosas aportaciones a la educación pública y a la consolidación del magisterio como un cuerpo profesional con un sitial

1956

1957

8 de septiembre La profesora María Arroyo de Colón se convierte en la primera mujer en ocupar la presidencia de la AMPR, colocándose como la duodécima presidenta.

24 de agosto Colocación de la primera piedra del Hospital del Maestro en Hato Rey.

UN SIGLO DE LuCHA EDuCATIVA v 43


Exigiendo la celebración de elecciones sindicales, 2012. (AHAMPR)

de producción fecunda para el desarrollo social del país. En el 2001, la profesora Aida Díaz de Rodríguez asume el cargo de Presidenta de esta organización. Sobre sus hombros se ubicaron nueve décadas de una asociación que hasta ese momento había alcanzado un prestigio y respeto en la sociedad puertorriqueña por las múltiples instituciones nacidas del seno de esa organización (Hospital del Maestro, Cooperativa de Maestros, Revista El Sol, Legislación lograda, Servicios Legales prestados, entre otras…). Si bien un líder carga sobre sus hombros los logros y las conquistas de una organización, también, sobre sus hombros recaerán los problemas, las crisis, los retos y los desafíos que las circunstancias y los tiempos históricos imponen a los que responden al llamado de los que confían en su talento para emprender con valentía y sabiduría la dirección de una organización compleja. Así fue que doña Aída Díaz de Rodríguez emprende el reto, con un credo breve pero elevado en sus metas y aspiraciones: “la voluntad levanta del abismo cualquier cosa que parece desplomarse”. Añade a ese credo la convicción, fundamentada en un respeto por el pasado histórico de la organización y de aquellos que les correspondió emprender con responsabilidad los diversos relevos: “la lealtad, la sabiduría de esa gente tiene que servirnos de guía para siempre”. De la gestión que le ha correspondido desarrollar al liderato de la Asociación de Maestros de Puerto Rico de la última década (2001-2011), podemos identificar signos que definen el camino recorrido y el norte del camino que se traza.

1959 12 de septiembre Se inaugura el Hospital del Maestro, el primero en América en pertenecer a una organización magisterial. La Asociación inicia entendidos entre organismos magisteriales mundiales y suramericanos, entre ellos la Confederación Mundial de Organizaciones de Profesionales de la Enseñanza, bajo la dirección de José Joaquín Rivera. Cien maestros obtienen solares y casas en Urbanización de la Asociación de Maestros. 44 v UN SIGLO DE LuCHA EDuCATIVA


1. Eficacia administrativa

Una de las claves que definen el éxito o fracaso de cualquier organización se fundamenta en la gestión transparente, en el manejo sabio de los recursos fiscales y en la adopción de estrategias dirigidas a la optimización y la rentabilidad de los recaudos y de las inversiones. Durante la última década, la Asociación de Maestros de Puerto Rico ha impuesto un patrón de prácticas fiscales conducentes al logro de la solvencia económica de la organización y de sus respectivas instituciones afiliadas. El nivel de solidez alcanzado ha contribuido significativamente para el incremento de la imagen de una organización fuerte. Esto se ha traducido en el incremento de la fuerza magisterial que, día a día, ingresa a esta organización. Desde 2001 la institución ha ido creando una infraestructura de trabajo y de gestión administrativa que se ha ido modernizando por completo. Un ejemplo fehaciente de cómo se articula una gestión administrativa de excelencia lo constituye el cambio Grupo de Coordinadores dramático producido en la administración y las finan- y Organizadores de la Asociación, zas del Hospital del Maestro. Esta asociación ha ganado 2012. (AHAMPR) prestigio internacional por ser una de las pocas organizaciones profesionales que ha logrado establecer una institución hospitalaria, un programa de servicios médicos y un seguro de salud de la más alta calidad, y que goza del mayor reconocimiento y auspicio del pueblo de Puerto Rico. Al iniciarse el siglo XXI el Hospital del Maestro estaba sumergido en una profunda crisis fiscal que amenazaba seriamente el rumbo de la institución. La intervención rápida de los organismos directivos de

1960 Se aprueba la Ley de Licencia Política para los Maestros, que establece la deseabilidad de que sean éstos los que ocupen puestos electivos en el país (Ley 25 de 3 de junio de 1960). 10 de diciembre Inauguración del actual edificio de la AMPR en Hato Rey. Fue, en un principio, el Edificio Multiusos de la Asociación, pues acogía la Cooperativa y otras oficinas de servicios.

1965 30 de junio Se aprueba la Ley de descanso para maestras embarazadas, conocida como Ley de Maternidad (Ley 117 de 30 de junio de 1965, según enmendada).

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la Asociación de Maestros bajo el liderato de Aida Díaz de Rodríguez logran salvar la institución. El camino recorrido, desde ese momento, ha llevado al Hospital del Maestro a operar con los más altos estándares y la mejor salud fiscal de las últimas décadas. La experiencia administrativa ganada por la líder de ese proceso de renovación y de actualización para alcanzar prácticas administrativas eficaces emana, sin duda, de los años en los que se desempeñó como Administradora-Tesorera de la Cooperativa de Maestros (EDUCOOP), esto es, de 1987 al 2000. Una experiencia sólida en el manejo de recursos se ha convertido en un arma poderosa para dirigir con éxito a una institución que, en la medida que mejor sean utilizadas las aportaciones de sus miembros, mejores servicios también les podrán ser prestados. Ese ha sido el norte que ha procurado alcanzar esta organización magisterial al completarse la primera década del siglo XXI. En su primera actividad como Presidenta, Aida Díaz entrega una antorcha simbólica al fenecido alcalde de Caguas, el siempre recordado William Miranda Marín, como parte del Relevo por la fe en la educación, la cual recorrió todos los pueblos de Puerto Rico. (2002, AHAMPR).

1967 Se inaugura la Égida del Maestro, bautizada con el nombre de María Arroyo de Colón, gestora de su construcción.

46 v UN SIGLO DE LuCHA EDuCATIVA

2. Afirmación institucional y desarrollo de cultura organizacional

A la Asociación de Maestros de Puerto Rico le correspondió en esta última década recuperar el lugar de una institución con una identidad propia, afirmada por una historia de logros y de conquistas. La correspondió también batallar frente a desafíos de otras organizaciones magisteriales que durante tres décadas procuraron debilitar la imagen alcanzada entre la clase magisterial y en el país.

1968 2 de diciembre El doctor Modesto Rivera es electo como decimotercer Presidente de la Asociación.

1971 Diciembre El profesor José Eligio Vélez es electo como decimocuarto Presidente.


A partir de la década de 1970 surgieron en Puerto Rico dos nuevas organizaciones magisteriales: Federación de Maestros de Puerto Rico (1966) y Educadores Puertorriqueños en Acción (1977). Una buena parte del magisterio puertorriqueño se inscribió en estas dos organizaciones lo cual se reflejó en una reducción de la matrícula de una agrupación magisterial que por más de seis décadas se había constituido en la única organización de su género en el país. Enfrentada la organización ante ese desafío fue en esta última década que se logró revertir esa tendencia. Tras un nuevo impulso bajo el liderato de doña Aida Díaz de Rodríguez se logran diseñar estrategias creativas de reclutamiento a través de las cuales se hizo llegar una cantidad extraordinaria de educadores que han ingresado a la Asociación de Maestros de Puerto Rico, convirtiéndola nuevamente en la organización que más maestros agrupa en el país. En el año 2012 esta organización se ha dado a la tarea de propiciar que los maestros se les garantice el derecho a tener representación sindical. Durante esta primera década del siglo 21, la Asociación de Maestros de Puerto Rico ha luchado con tenacidad para fomentar el desarrollo de una cultura organizacional fundamentada en una tradición histórica y en una definición clara de propósitos y de objetivos dirigidos hacia el logro de progreso y bienestar entre la clase magisterial puertorriqueña. De igual forma, durante este período, también se ha procurado elevar el nivel de acción cultural de esta organización a través de un programa agresivo de actividades

1972

1974

Se crea la Oficina de Relaciones Públicas.

Se crea el Programa de Coordinación, el cual durante 38 años ha brindado diversos servicios directos a maestros en la sala de clases, siendo el enlace sindical con la Asociación.

Se crea el periódico Vocero Informativo.

Durante esta década la Asociación apoyó la cultura puertorriqueña y las fiestas de la Calle San Sebastián. Al centro, Aida Díaz. A la izquierda, Eusebio Rodríguez. (2009, AHAMPR)

1977 Se establece un precedente judicial, a nivel estatal y federal, al probar que bajo la secretaría de Instrucción Pública de Carlos Chardón, una cantidad considerable de maestros, directores, superintendentes y otro personal fueron perseguidos políticamente. La Asociación de Maestros llevó el caso y lo ganó en los tribunales (Algunos casos fueron: Herminio Quiles Ramos v. Carlos Chardón, et. al.).

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formativas de carácter científico y cultural. Esto ha sido posible haciendo que se acerquen al foro de ideas, de cultivo del conocimiento y de fomento cultural de esta organización a figuras destacadas en la cultura, el arte, la literatura, la educación y la ciencia, tanto en el plano nacional como en el ámbito internacional. Así la organización recupera de forma definitiva el principio que se consignó en el acta fundacional de la organización de 1911, desde la cual se estipulaban áreas de trabajo que la organización habría de asumir, más allá de la obligada causa del mejoramiento de las condiciones laborales de la clase magisterial puertorriqueña. Así se afirma la cultura organizacional de fomentar el mejoramiento del maestro en su formación continua, a través del auspicio de actividades y de iniciativas que lo ayuden a crecer Vista del Coliseo José Miguel Agrelot y a capacitarse cada día para ser un mejor educador. (Choliseo) durante una de las tradicionales Fiesta Nacional del Maestro. Acercarnos a esa cultura organizacional posibilita la mi(AHAMPR) rada crítica a una institución histórica con la vitalidad y la energía que demandan la contemporaneidad de la educación, de la escuela como institución social y de sus respectivos protagonistas.

3. Innovación, creación de proyectos y de servicios institucionales

Uno de los proyectos más representativos de las innovaciones que se han desarrollado en la Asociación de Maestros en la última década lo ha constituido el Ins-

1980

1987

23 de mayo La Ley 49 de ese año concede un Aguinaldo de Navidad de $100 a los maestros jubilados bajo las disposiciones de la Ley 218 de 1951.

La Asociación de Maestros se une a la celebración del Sesquicentenario (150 años) del Natalicio de Eugenio María de Hostos.

Se realiza una campaña en contra del vandalismo de las escuelas en Puerto Rico.

48 v UN SIGLO DE LuCHA EDuCATIVA

1990 28 de agosto Se aprueba la Ley Orgánica del Departamento de Educación del Estado Libre Asociado de Puerto Rico (Ley 68), la primera ley aprobada después de la Ley Escolar Compilada de 1903.


tituto Nacional Complementario para la Excelencia en la Docencia (INCED), fundado en 2002. Las actividades que este organismo promueve van dirigidas al mejoramiento profesional de los maestros y de las prácticas educativas que se desarrollan en las escuelas. Así, también, la participación activa de la Asociación de Maestros en la discusión de asuntos de interés público y de la ciudadanía en general ha puesto de manifiesto la presencia de esta institución en los debates que definen el curso de la vida puertorriqueña. Sobre este particular, ha sido reconocida la participación de esta institución en el análisis y discusión de los problemas y asuntos que mayor interés provocan en el país al ser reclamada esta participación, --cada día en mayor ascenso--, por los diversos medios de comunicación en sus diversas manifestaciones: radio, televisión y prensa, tanto escrita como digital. Se constata el aumento en los servicios institucionales a la clase magisterial del país. Los servicios legales, con una larga historia de conquistas, a favor de los maestros, nos remiten a un extenso catálogo de casos ganados a favor de esta clase profesional y a la reivindicación de sus derechos.

4. Calidad de la producción cultural

El vicepresidente, Víctor Bonilla, hace entrega de bultos a estudiantes de Loíza para el inicio del curso escolar 2012-2013. Le acompaña la Directora Ejecutiva de INCED, Mersa Torres. (AHAMPR)

El auspicio de un programa de producción y fomento cultural ha sido uno de los grandes aportaciones que ha hecho la Asociación de Maestros, tanto a los miembros de esta organización como también al país en

1994 30 de noviembre Luego de una intensa lucha, el Tribunal Supremo de Puerto Rico declaró inconstitucional la Ley de Becas Especiales para la libre selección de escuelas, mejor conocida como los Vales educativos, donde la Asociación había defendido la disposición constitucional de que “no se utilizará propiedad ni fondos públicos para el sostenimiento de escuelas o instituciones educativas que no sean las del Estado” (Sección 5, Artículo 11, Constitución ELA) al incoar un pleito contra el Departamento de Educación, el cual pretendía utilizar dineros de la educación públicas, a través de los llamados Vales educativos. Los vales proponían asignar dinero para que las familias pagaran con ese dinero la educación privada de su selección.

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general. Su programa de publicaciones con una de las revistas profesionales de más larga historia en el país constituye un ejemplo vital de la calidad de la producción cultural de esta organización. La Revista El Sol, fundada en 1957, se ha convertido en un foro cultural y educativo de extraordinario valor para los maestros, así como para las instituciones académicas que forman educadores para los diversos niveles de enseñanza y para las diferentes especialidades que éstos adquieren. Una nueva política editorial con el interés de elevar la calidad de las publicaciones que auspicia la Asociación de Maestros ha recibido el más amplio apoyo institucional y el mejor patrocinio del Magisterio puertorriqueño. A partir del 2011 se inicia una nueva revista profesional que procura fomentar la investigación educativa y dar foro a la producción científica y cultural de los educadores del país. Magisterio, una revista arbitrada, con el sello editorial de la Asociación de Maestros, ingresa al catálogo de revistas académicas con la aspiración de convertirse Junta Editora de la Revista El Sol. De izquierda a derecha, Prof. Eloy Antonio en un instrumento de producción de conocimiento que Ruiz, Prof. Víctor Hernández Rivera, no sólo sirva al ámbito puertorriqueño, sino que pueda Dra. Ana Helvia Quintero, Dra. Iris Cinposicionarse en un espacio más allá de nuestras frontetrón y Dr. José Luis Vargas. (AHAMPR) ras. Además del periódico De Maestros, cuya finalidad de informar y de tener a la clase magisterial al día en los asuntos fundamentales de su Profesión, en 2010, se inició la Revista Génesis, dirigida a los maestros del Departamento de Maestros Pensionados/Retirados. Por otro lado, iniciativas encaminadas a presentarle a los maestros figuras destacadas en el arte, la literatura, la

1999

2001

15 de julio Se aprueba la actual Ley Orgánica del Departamento de Educación de Puerto Rico (Ley 149, según enmendada).

Diciembre La profesora Aida Díaz de Rodríguez se convierte en la segunda mujer en ser electa Presidenta de la AMPR y decimoquinta en su historia.

50 v UN SIGLO DE LuCHA EDuCATIVA


educación y la cultura, hacen que la Asociación fortalezca su misión y su papel cultural. Figuras como Mayra Santos Febres, destacada escritora puertorriqueña de relieve internacional, encabezan la lista de conferenciantes que se han dirigido a los maestros y que han visitado escuelas para presentarse ante los estudiantes del país, y que han sido auspiciadas por la Asociación de Maestros. Bajo el liderato de esta reconocida escritora la Asociación de Maestros también ha auspiciado el Festival de la Palabra, iniciativa cultural de trascendencia internacional que ha permitido que escritores puertorriqueños compartan sus experiencias en el mundo de las letras con los más importantes literatos de España y de Hispanoamérica. De igual forma, invitar a una asamblea de esta organización a una figura destacada en la educación en el ámbito internacional, como ha sido el caso de Daniel Goleman, autor del reconocido libro Inteligencia emocional (1995), es también un ejemplo de iniciativa cultural que hace historia en nuestro medio por la relevancia y el significado de la aportación que ha hecho el investigador al desarrollo del conocimiento de cara al siglo XXI. En esta última década se fundó también el Coro de la Asociación de Maestros (2005).

5. Proyección de solidez y de respeto en el país

El Dr. William Padín y la Dra. Victoria Espinosa participan de la Tertulia 50 años de Teatro Escolar: reflexiones sobre el valor del teatro en la educación el 27 de septiembre de 2012. En el podio, Dr. José Luis Vargas.

(AHAMPR)

En el informe que su presidenta, Aida Díaz de Rodríguez, les presenta a los maestros asociados en la Centésima Asamblea Anual, celebrada en 2010, destacó:

2002 12 de junio Se emite Sentencia protegiendo la salud de los maestros en el caso de Emanaciones de Sustancias Tóxicas con Olores Objetables, que la AMPR presentó contra el Departamento de Educación en los tribunales.

2003 Se crea el Instituto Nacional Complementario para la Excelencia en la Docencia (INCED) para ofrecer servicios educativos a estudiantes, padres y maestros del sistema público educativo de Puerto Rico; se crea el Sindicato Puertorriqueño de Maestros (SPM).

UN SIGLO DE LuCHA EDuCATIVA v 51


“La imagen de la Asociación de Maestros, así como de la educación pública, es una de nuestras prioridades. La imagen de la Asociación proyecta el trabajo diario que realizamos para reivindicar la labor de miles de maestros que [se] consagran [a] la difícil tarea de la enseñanza. En las manos de los maestros y maestras está la educación de Puerto Rico [;] y nosotros queremos [que] nuestro país esté consciente de ello y [de] la necesidad de permanencia de la escuela pública como baluarte de los derechos de nuestro país.” Al consignar en sus palabras la líder de los maestros asociados que es importante la imagen que un cuerpo profesional de educadores le presenta al país está fijando una prioridad de su gestión. Así se observa que muchas de las iniciativas que ha de promover al frente de la organización que dirige están enfocadas en elevar la imagen del magisterio puertorriqueño. De ahí su empeño en lograr eficacia administrativa, excelencia en los productos culturales que se promueven y reconocimiento a la buena obra y al buen desempeño. En el mismo Aida Díaz, José Luis Vargas y Víctor Bonilla junto al Secretario informe, en el apartado de reconocimientos, menciona, de Educación, Dr. Edward Moreno, en la 101ª Asamblea Anual. en primer término, que la Asociación de Maestros ha re27 de diciembre de 2011. (AHAMPR) cibido un gran reconocimiento: “La Fundación Ricardo Alegría, sociedad sin fines de lucro, organizada y dotada por su fundador, doctor Ricardo E. Alegría, ha decidido reconocer a personas e instituciones que hayan hecho una contribución notable a la defensa, conservación, divulgación y el fomento de las diversas manifestaciones de la cultura de

2004 16 de julio Tribunal emite sentencia donde reconoce que los maestros pueden tramitar sus asuntos laborales a través de la entidad de su preferencia (libre asociación).

52 v UN SIGLO DE LuCHA EDuCATIVA

2005 Los trabajadores sociales y consejeros profesionales adquieren otro nivel de reconocimiento al fundar su Departamento, agrupando los docentes que trabajan en apoyo social, emocional, comunitario, y hasta, espiritual, de los estudiantes.

2006 La Asociación acampa más de una semana frente al Capitolio demandando la apertura del gobierno en la decisión histórica de cerrarlo ante una inminente quiebra del aparato gubernamental.


Puerto Rico. Este año [2010] le correspondió el honor a la Asociación de Maestros en ser recipiente de tan alto galardón, el cual recibimos con cariño, agradecimiento y humildad de este ilustre puertorriqueño que tanto ha hecho por la cultura puertorriqueña.” Constituye este reconocimiento la mayor expresión de admiración y respeto, y adquiere mayor relieve, cuando se trata de quién es el otorgante. Ricardo E. Alegría ha identificado a la Asociación de Maestros por su historial de luchas. Siempre mencionaba a los maestros como los responsables de que en nuestro país exista una escuela puertorriqueña, afincada en la lengua y la cultura como instrumentos fundamentales para la afirmación de una identidad, de unos valores y de una nacionalidad. Como alumno de la escuela pública que fue, se convirtió en testigo de la batalla del idioma que libró la Asociación de Maestros por hacer de la escuela pública un bastión de la puertorriqueñidad y de lo que somos Panel La educación puertorriqueña: debates y planteamientos ante como pueblo. el escenario electoral, 30 de julio

6. Gestión patriótica

Tener claro que al dirigir los destinos de la organización magisterial más grande de Puerto Rico es hacer patria, constituye una definición de propósitos con norte, también, claramente definido. Es por eso que en los informes anuales de esta organización se consignan siempre las aportaciones que se le han hecho al país. De ahí que la Asociación asuma el compromiso y la responsabilidad social como los elementos claves que, desde el

de 2012. Participaron el estudiante Daniel Torres, la maestra Yovanska Siaca Ruiz, la directora escolar Rosa Recondo, el Dr. Nicolás Linares, la Dra. Ángeles Molina Iturrondo y los exsecretarios de Educación Dr. Rafael Aragunde y Dr. César Rey. (AHAMPR)

2008

2010

11 de junio Luego de una intensa campaña de la AMPR por lograr un aumento salarial al magisterio y un aumento a su escala de salario básico, se reconoce el aumento de $150.00 a todo maestro, se eleva la escala salarial a $1,750.00 (Ley 109 de 11 de junio de 2008).

Se inicia la celebración del Primer Centenario de la Asociación con el Proyecto de Futuro para el Segundo Siglo de la Asociación de Maestros. Se defiende una vez más la dignidad de los jubilados al demandar que no se aceptará la fusión del Sistema de Retiro para Maestros con los otros sistemas de retiro. UN SIGLO DE LuCHA EDuCATIVA v 53


La presidenta, Aida Díaz de Rodríguez, recibe de manos de Ricardo E. Alegría la medalla que otorga la Fundación Alegría a la Asociación de Maestros de Puerto Rico. (AHAMPR)

seno de este organismo magisterial, se pueda contribuir para alcanzar una real superación educativa, social, económica, política y cultural del país. De ahí, también, que su presidenta afirme: “Hemos sido pioneros y hemos puesto nuestro empeño, no sólo en mejorar la educación pública en Puerto Rico, sino en apoyar las causas del País que están al servicio de la sociedad”. Los maestros de Puerto Rico a través de su foro de unidad como clase profesional que ha representado la Asociación de Maestros, también han tenido en esta organización un escenario fecundo para afirmar lo que caracteriza al pueblo de Puerto Rico: un país que se construye, día a día, a partir de un pasado histórico revelador de profundas raíces, de una idiosincrasia con fisonomía propia, de un perfil con signos de búsqueda y de una batalla que no cesa. En ese quehacer la Asociación de Maestros ha puesto oído en tierra, y pondera su nuevo tramo de acción con claridad y transparencia, que es la mejor forma de construir pueblo y seguir haciendo patria.

7. Gobierno de la Asociación de Maestros de Puerto Rico

La Asociación de Maestros de Puerto Rico es una organización democrática y participativa. La participación de los miembros de la Asociación se realiza a través de los máximos organismos de representación: Asamblea General, Junta de Directores, Comité Ejecutivo, Departamentos y Juntas Locales. La autoridad suprema de la Asociación de Maestros

2011 Abril Luego de más de 20 años, la AMPR reinicia colaboración con la Facultad de Educación de la Universidad de Puerto Rico, Recinto de Río Piedras, para establecer, conjuntamente, proyectos dirigidos a proveer experiencias que solidifiquen la profesionalización del magisterio en Puerto Rico. 8 de julio Se celebran los Actos Oficiales del Día del Centenario de la Asociación de Maestros de Puerto Rico en el Teatro La Perla, en Ponce, donde 100 años antes quedaron fusionadas la Asociación General de Maestros y la Insular del Magisterio. 18 de julio Aida Díaz hace historia en ser la primera maestra en ser invitada como Oradora en los Actos del Natalicio de Luis Muñoz Rivera. Ese día, en Barranquitas, pronuncia el mensaje Muñoz Rivera: guía para construir el Propósito Nacional de Puerto Rico, en el cual aboga por la educación como elemento fundamental para la transformación social. Propone que para que Puerto Rico se convierta en un país líder, emprendedor, autosustentable y modelo tiene que crear alianzas, medicar la droga, apostar por la cultura y la educación, establecer mecanismos económicos sustentables y volver al legislador ciudadano. 54 v UN SIGLO DE LuCHA EDuCATIVA


es la Asociación misma reunida en Asamblea General. La Asociación se creó como una confederación de asociaciones locales de maestros por pueblos. Desde 1911, cada Junta Local corresponde a un municipio, con la excepción de Río Piedras que, aunque dejó de ser municipio en 1951, se mantiene como Junta Local. Además, los profesores de la Universidad de Puerto Rico conforman su propia Junta Local. Cada Departamento y Junta Local tiene sus propios reglamentos conforme al Reglamento de la Asociación. La Asociación cuenta con seis Departamentos que agrupan todos los miembros, según las funciones que realizan. Estos son, a saber: Departamento de Maestros Activos; Trabajadores Sociales y Consejeros Escolares; Estudiantes de Educación; Maestros Retirados y Pensionados; y Personal No Docente.

La Asociación celebró los Actos Oficiales del Día del Centenario el 8 de julio de 2011 en el Teatro La Perla en Ponce donde 100 años antes se fusionaron la Asociación Insular del Magisterio y la Asociación General del Maestros.

2012 Septiembre La Asociación de Maestros, al contar con el respaldo de la mayoría del magisterio en Puerto Rico, solicita ante los Tribunales la realización de una elección sindical para convertirse en el representante exclusivo del magisterio. Se celebran las primeras tertulias sobre cada número de la Revista El Sol.

UN SIGLO DE LuCHA EDuCATIVA v 55


Presidentes 1. Prof. Antonio Sarriera Egozcue (1876-1948)

El profesor Antonio Sarriera Egozcue fue bautizado como el Decano del Magisterio Puertorriqueño. Nació en San Juan el 7 de mayo de 1876. Se graduó de Bachiller del Instituto de Segunda Enseñanza en 1894, año en que obtuvo licencia como Maestro de la Escuela Normal Superior de San Juan. En 1895 estudió en la Escuela Normal de Maestros de Madrid, donde se recibió como Maestro Normal. Se graduó, también, como maestro de sordomudos y ciegos del Colegio Nacional de Sordomudos y Ciegos de Madrid. Inició su carrera como maestro en 1896 en Vieques. Enseñó, además, en Bayamón y San Juan, donde fungió como principal de escuelas desde 1902 hasta 1912. Enseñó literatura española durante cinco veranos consecutivos en el plan de preparación de maestros que había establecido Juan José Osuna en la Universidad de Puerto Rico en 1920. Desde 1913, y durante 25 años, se dedicó a la enseñanza de literatura española en la Escuela Superior Central de San Juan, edificio que se construyó gracias al esfuerzo del propio Sarriera, quien fue parte de una comisión de maestros y estudiantes que gestionaron un proyecto de ley que otorgaba fondos para la construcción de la nueva escuela. Fundó y dirigió la revista pedagógica La Nueva Educación (1909-1913). Fundó, además, junto a Rosario Belber, Augusto Malaré, Pedro Timothée, Beatriz Lasalle, Matilde López, Antonio J. Lumbano, Ángeles Hernández y Ramón Rodríguez, la Asociación Insular del Magisterio el 23 de marzo de 1910 en el Ateneo Puertorriqueño, ante 78 maestros y maestras. Fue uno de los precursores de la unificación del magisterio puertorriqueño en años de persecución política, la cual se logró el 8 de julio de 1911 en la histórica asamblea celebrada en el Teatro La Perla en Ponce. Ese día fue proclamado como primer Presidente de la nueva Asociación de Maestros de Puerto Rico, puesto que ocupó hasta diciembre de ese año. Entre 1918 y 1935 fue Secretario General de la Asociación de Maestros y fue el primer secretario de la Junta de Pensiones para Maestros

56 v UN SIGLO DE LuCHA EDuCATIVA


(1917-1944). Fue premiado consecutivamente en los Certámenes Literarios que estableció la Asociación de Maestros por varios ensayos sobre educación. Falleció en San Juan en 1948.4

2. Prof. Manuel del Toro Peralta (1878-1945)

El profesor Manuel del Toro Peralta es una de las figuras magisteriales del oeste de Puerto Rico poco estudiadas en nuestra historiografía educativa. Don Manolo, como fue conocido por sus discípulos, nació en Cabo Rojo el 10 de mayo de 1878. Ingresó a la Escuela Normal en Río Piedras luego de ésta haberse fundado. Figuró como uno de los líderes que crearon la Asociación General de Maestros,5 organización que se fundó para luchar por los derechos de los maestros en esa región. Don Juan Carreras sostuvo que la Asociación de Maestros “nació de un grito de rebeldía. Cabo Rojo fue la cuna y don Manuel Toro Peralta su precursor”.6 Tras la fusión de la Asociación Insular y la General, fue uno de los líderes de la Asociación, sustituyendo a Sarriera en la presidencia en diciembre de 1911. Aunque fue el segundo presidente, del Toro Peralta fue el primer presidente general, ya que bajo su incumbencia, el 12 de mayo de 1912, la Asociación de Maestros de Puerto Rico fue incorporada legalmente. Le correspondió iniciar el duro trabajo de una nueva organización, enfrentándose a las amenazas y persecuciones políticas que eran sometidas los maestros. Durante su presidencia, Cabo Rojo fue la sede oficial de la Asociación y de los talleres tipográficos de El Magisterio Moderno, órgano oficial de la Asociación. Posterior a su presidencia, estuvo un tiempo en la República Dominicana, donde se destacó como Inspector de Escuelas. Falleció en Mayagüez el 21 de marzo de 1945.7 4

Para una versión más completa de la biografía de Antonio Sarriera, véase de Adolfo Jiménez Hernández, “Don Antonio Sarriera”. En: Revista de la Asociación de Maestros de Puerto Rico. Vol. VII, núm. 7, diciembre de 1948, pp. 228-229; 243. 5 Así se desprende de la Constitución y Reglamento de la Asociación General de Maestros de Puerto Rico, aprobada en Mayagüez los días 23 y 24 de marzo de 1910 (material mimeografiado). Cabe señalar que el 23 de marzo de 1910, también, fue fundada la Asociación Insular del Magisterio, liderada por Antonio Sarriera. 6 Carreras, Op. cit. 7 Consúltese de Juan E. Silva Asencio, “El cambio de soberanía y la educación en nuestro pueblo (1900-1971)”. En: Maestros de la educación de Cabo Rojo: historia y homenaje. San Juan: Club Caborrojeño del Área Metropolitana, 1979, p. 46-48 y “Parte V. Apéndice Biográfico”, p. 272. Véase, además, “In Memoriam”. En: Revista de la Asociación de Maestros de Puerto Rico. Vol. IV, núm. 3, abril de 1945, p. 65. Del Toro Peralta solicitó en 1914 que se le autorizara una licencia por enfermedad que le UN SIGLO DE LuCHA EDuCATIVA v 57


3. Prof. Teodoro Aguilar Mora (1872-1958)

El profesor Teodoro Aguilar Mora nació en Yabucoa en 1872. Aguilar Mora aceptó la presidencia de la Asociación con la condición de que su incumbencia no durara más de seis meses. La enfermedad de don Manuel del Toro Peralta lo colocó como tercer presidente de la Asociación. Bajo su presidencia se propuso la celebración del Congreso Pedagógico Interantillano en Mayagüez. Aunque no se llevó a cabo, el liderato magisterial comenzaba a proponer importantes actividades para profesionalizar el magisterio. Don Teodoro fue consejero de la Liga Insular de Mujeres Votantes que presidía su esposa, la reconocida educadora Isabel Andréu de Aguilar, quien había sido maestra de doña Felisa Rincón de Gautier, alcaldesa de San Juan. Aguilar Mora fue quien propuso la creación de la Égida del Maestro en 1914, dirigiendo la Sociedad Égida del Maestro durante varios años, la cual se dedicó a recaudar dinero para construir un lugar que diera asilo, protección y cuidados a los maestros que dejaban la escuela y para que disfrutaran su vejez con sosiego, tranquilidad y seguridad personal. La Égida se construyó, finalmente, en 1967, uno de los proyectos cumbres de la presidenta de entonces, María Arroyo de Colón. Falleció en 1958.

4. Prof. Santiago Negroni Nigaglioni (1869-1929)

El profesor Santiago Negroni Nigaglioni nació en Yauco en 1869. Es considerado como uno de los intelectuales más sobresalientes de finales del siglo 19 en Yauco y principios del 20.8 Fue un reconocido maestro de español y escritor. Se unió a la Asociación de Maestros desde su fundación, siendo Vicepresidente antes de asumir la presidencia en 1914. Siendo Presidente, se aprobó el primer Reglamento de Permanencia y se inició la publicación “Porto Rico School Review”9, una revista profesional que sirvió, además, como órgano de difusión de información de la propia Asociación, la cual servía para “ilustrar nuestra inteligencia con los mejores métodos fue denegada, renunciando en el verano de ese año. 8 Negroni, Santiago. Yauco. Yauco: Yauco Printing Co., 1921. El autor es el hijo de Negroni, Santiago Negroni Nazario. Esta obra fue premiada con diploma de honor y cincuenta dólares en el “Certamen Lluberas” celebrado en la escuela superior de esta ciudad. 9 Denominada en español como la Revista Escolar de Puerto Rico. 58 v UN SIGLO DE LuCHA EDuCATIVA


de la pedagogía moderna, para llevar a nuestra biblioteca una obra de consulta que resuelva nuestras dudas, señale nuestros deberes y nos ampare en nuestros derechos”.10 Negroni ocupó la presidencia hasta 1916. Fue autor del libro Treinta años, 1897-1927: hojas sueltas que desprendo del árbol de mi vida en el campo del magisterio.11 Falleció en 1929.

5. Lcdo. Francisco Vincenty (1870-1938)

El licenciado Francisco Vincenty nació en Maricao en 1870. Fue el primer y único presidente-administrador de la Asociación, mediante una enmienda al Reglamento.12 Se distinguió por ser educador, farmacéutico, abogado, director e inspector de escuelas,13 siendo el primer inspector de Cabo Rojo.14 A finales del siglo 19, dirigió el Liceo de Mayagüez. Fue precursor, también, de los movimientos magisteriales del oeste, participando de la Asociación de Maestros desde su fundación. En 1913 se celebró la primera conferencia pedagógica sobre la enseñanza de la lectura y otros aspectos del idioma español, la cual ofreció junto a Laura P. de Muñoz y Manuel J. Polo. Entre sus gestiones como Presidente estuvo la eliminación del aspecto político como criterio en el nombramiento de maestros en 1917, mismo año en que la Asociación inició, formalmente, su lucha a favor del español como idioma oficial de enseñanza en Puerto Rico, planteando el problema del inglés como un asunto pedagógico.15 En 1917, además, se aprobó la primera Ley de Pensiones para Maestros. Vincenty se desempeñó, también, como periodista, dirigiendo el semanario mayagüezano “La Aurora Social” (1904).16 Se caracterizó, además, por ser un hombre librepensador. Falleció en 1938.

10 Santiago Negroni. “Consecuencias”. En: The Porto Rico School Review, vol. 1, núm., 1, 1917, p. 5. 11 Tipografía El Eco: Yauco, 1927. 12 El puesto de Presidente-administrador existió entre 1916 y 1919, desapareciendo con la Reorganización que tuvo efecto en 1920. 13 Paul G. Miller. Historia de Puerto Rico. Nueva York: Rand McNally & Co, 1922, p. 510. 14 Silva Asencio, Op. cit., p. 45. 15 Consúltese de Luis Muñiz Souffront. El problema del idioma en Puerto Rico. San Juan: Biblioteca de Autores Puertorriqueños, 1950; Luz Nereida Pérez. La Asociación de Maestros y la lucha por el idioma de la enseñanza en Puerto Rico, publicado en este libro. 16 Pedro L. Perea Rosselló. “El periodismo en Mayagüez”. [En línea] Accedido en: http://www.mayaguezsabeamango.com/index.php?option=com_content&view =article&id=601:el-periodismo-en-mayagueez&catid=51:historias&Itemid=78. UN SIGLO DE LuCHA EDuCATIVA v 59


6. Prof. José González Ginorio (1879-1944)

El profesor José González Ginorio nació en 1879. Ocupó la presidencia en dos ocasiones distintas (19191920; 1938-1940), siendo el único en nuestra historia. González Ginorio se distinguió como un prolífico escritor, autor de libros de texto de español para las escuelas públicas, historiador y masón, llegando a ocupar el puesto de Gran Maestro Masón de la Gran Logia Soberana. En 1919, la institución conoció su primera transformación administrativa, de la cual fue uno de sus arquitectos, organizando el gobierno de la Asociación como un organismo más dinámico y democrático. Fue autor de Luis Muñoz Rivera a la luz de sus obras y su vida: estudio biográfico-crítico-educativo, Las fuentes del derecho masónico y La instrucción pública en Puerto Rico: proposición, fundamentos y discusión de un nuevo plan general de enseñanza. En 1938, tras una borrascosa asamblea regresó al puesto como una figura de consenso.

7. Prof. Gerardo Sellés Solá (1887-1946)

El profesor Gerardo Sellés Solá es uno de los grandes educadores puertorriqueños del siglo XX. Su liderato y visión le llevó a ocupar importantes posiciones en el ámbito educativo en Puerto Rico, siendo la presidencia de la Asociación de Maestros de Puerto Rico una de sus labores más connotadas. Nació en 1887 en el Barrio Borinquen de San Lorenzo. Sellés Solá fue electo como el séptimo presidente de la Asociación de Maestros en 1920, puesto que ocupó hasta 1931. Su larga trayectoria como maestro y miembro distinguido de la Asociación le ha colocado como uno de los líderes más importantes en nuestra historia. Su trabajo a favor de la educación pública y el mejoramiento profesional del magisterio son sus dos de sus ejecutorias más sobresalientes. Sellés Solá fue un líder con visión y determinación. En 1925, provocó una enérgica protesta ante la posible medida de rebajar los sueldos del magisterio en un 10% para cuadrar el presupuesto de Puerto Rico. Esta ha sido una de las primeras grandes manifestaciones públicas en repudio a políticas que detrimentaban los derechos del magisterio, por los cuales tanto había luchado la Asociación desde su fundación en 1911. Sellés Solá y el liderato de la Asociación de Maestros lograron apuntarse esa 60 v UN SIGLO DE LuCHA EDuCATIVA


victoria, tras la presión que ejercieron. Luchó, además, para que no se acortara el año escolar. Sellés Solá logró, además, la aprobación de una nueva Ley de Pensiones en 1926, luego que el Fondo de Pensiones se agotara. Se enfrentó al Departamento de Instrucción Pública, estableciendo que era incompatible mantener un cargo en el Departamento y en la Asociación. Sin embargo, levantar el decaído espíritu al magisterio, en una época tan crítica, fue su ejecutoria más destacada fue que el magisterio comenzara a gozar de una reputación bien ganada, la cual se habían ganado con sacrificio. Sellés Solá tuvo la visión de que el respeto social y profesional tenía que gestarse desde las mismas filas del magisterio. Falleció en 1946, cuando dictaba cátedra en el Colegio de Pedagogía de la Universidad de Puerto Rico.

8. Lcdo. Fulgencio Piñero Rodríguez (1884-1944)

El Lcdo. Fulgencio Piñero Rodríguez fue el octavo presidente de la AMPR. Nació en el pueblo de Juncos en 1884. Piñero presidió en la época más convulsa de la institución. El agite político que vivía Puerto Rico durante la década del ’30 no fue ajeno a la Asociación de Maestros, desafíos que tuvo que manejar Piñero no siempre con el mayor éxito. Piñero era maestro y abogado. Fue electo a la Cámara de Representantes por el Partido Unión en las elecciones de 1914, en representación del distrito de Guayama. Sirvió durante dos términos en la Cámara, hasta 1920. En 1915 presentó el Proyecto de la Cámara 55 para “crear y sostener un fondo de jubilación y económico” para el magisterio.17 Luego de presentarse varios proyectos, Piñero fue decisivo en la aprobación de la Ley 62 de 1917 que creó el Fondo de Pensiones para Maestros, conocido hoy como el Sistema de Retiro para Maestros. En 1931 fue electo a la presidencia, sustituyendo a don Gerardo Sellés Solá. Piñero insistió en la necesidad de crear un mecanismo institucional que trabajara con la salud del magisterio. Su idea de crear un Plan de Clínicas no fue acogido en un inicio, pero la enfermedad 17 Consúltese Por la seguridad social en la jubilación: De la historia al futuro. Investigación encomendada por el Director Ejecutivo del Sistema de Retiro para Maestros, 2008, pp. 26-27. UN SIGLO DE LuCHA EDuCATIVA v 61


de un maestro en San Sebastián y su imposibilidad de trasladarlo a San Juan creó la necesidad que los maestros tuvieran sus propios servicios de salud, los cuales comenzaron en 1934. A la gestión de Piñero se debe que la Asociación cuente con su Programa de Servicios de Salud (PROSSAM). Bajo su incumbencia se inauguró el Templo del Maestro, en 1935, en Puerta de Tierra y se aprobaron la Bandera (1933) y el Himno (1937). Piñero se caracterizó como un hombre de ideas, quien se tuvo que enfrentar a poderosos intereses, como el Departamento de Instrucción. Fue uno de los miembros, junto a otros destacados puertorriqueños, de la Comisión Hays, que investigó la Masacre de Ponce, ocurrida en 1937. Tras varios enfrentamientos desde 1932, una facción de la Asociación, dominada por la Coalición Republicana, le acusó de ser independentista en una época histórica en que ello tiene serias repercusiones sociales y políticas. Piñero se vio precisado a renunciar en 1938. Falleció poco después, en 1944.

9. Prof. Luis Muñiz Souffront (1895-1954)

El profesor Luis Muñiz Souffront nació en Cabo Rojo el 24 de marzo de 1895. Fue uno de los primeros estudiantes en graduarse de la Escuela Normal de Río Piedras en 1914, recibiéndose de Normal. En 1928 obtuvo un Bachillerato en Artes. Fue maestro de artes manuales en San Juan, Cabo Rojo y Mayagüez; supervisor auxiliar de escuelas en Aguadilla; y supervisor de artes industriales en el Departamento de Instrucción. Entre 1936 a 1939 fue Vicepresidente de la Asociación. En 1940 retó a José González Ginorio en la Presidencia, siendo electo hasta 1949 cuando se retiró por razones de enfermedad. Muñiz Souffront representa una generación de maestros que implantaron una serie de reformas que logró repuntar la Asociación de Maestros, de ser una organización pequeña a consolidarse como institución de importancia social en el país. El énfasis en proveer mayores recursos y servicios a la Asociación logró importantes resultados como la fundación de la Revista de la Asociación de Maestros, en 1942; la compra de la finca de Hato Rey para establecer las nuevas facilidades físicas, en 1944; el Negociado de Estadísticas, en 1946; y el Negociado de Turismo, en 1947. Dio especial importan62 v UN SIGLO DE LuCHA EDuCATIVA


cia a la creación de la Cooperativa de Ahorro y Crédito, en 1948, hoy EDUCOOP y se comenzó la planificación del Hospital del Maestro. Una de sus mayores contribuciones al campo de la educación es su libro El problema del idioma en Puerto Rico, publicado en 1950. Este libro presenta una descripción detallada de las gestiones que acometió la Asociación de Maestros en la defensa del español como idioma de enseñanza en Puerto Rico. Muñiz Souffront falleció en San Juan en 1954. Una calle en la Urbanización Los Maestros y una escuela elemental en Río Piedras recuerdan su nombre.

10. Lcdo. Virgilio Brunet Maldonado (1901-1977)

El Lcdo. Virgilio Brunet Maldonado nació en Maricao en 1901. El mítico Hombre fuerte de la Asociación, como fue bautizado, se distinguió como maestro, abogado y orador y es uno de los responsables de la Asociación de Maestros moderna. Tras haber trabajado como maestro de escuela elemental en su pueblo natal, Brunet se vio precisado a estudiar Derecho, graduándose como abogado en 1933. Las razones que tuvo para dejar el magisterio “activo” las discutió en un famoso mensaje que dio ante la Asociación de Maestros, Del porqué dejé las filas del magisterio en servicio activo. Las consideraciones políticas en el nombramiento de maestros, a principios del siglo 20, eran tan determinantes, que él mismo, perteneciendo al Partido Republicano que gobernaba entonces, no encontró trabajo. Durante la década de 1930 fue miembro de la Junta de Directores y se destacó como asesor legal de la Asociación, brindando servicios legales a maestros. Como una de sus voces fuertes, participó del grupo que aunó esfuerzos en unir la Asociación tras la Asamblea de 1938 y en 1940, cuando Muñiz Souffront fue electo presidente, Brunet asumió la vicepresidencia. Al otro lado de la finca donde ubicaba la Asociación, en Hato Rey, estaba la Granja Brunet, la finca donde vivía Brunet, en la cual vendían productos agrícolas. En el patio de su casa discutieron proyectos importantes para el desarrollo de la Asociación y allí fue donde soñaron la fundación de una Cooperativa, de la cual fue su primer accionista. En la Asamblea Extraordinaria en el verano de 1949, donde se UN SIGLO DE LuCHA EDuCATIVA v 63


aprobó la segunda reforma administrativa, Brunet asumió la presidencia interina de la Asociación. En diciembre de ese año fue aclamado Presidente, junto a Lewis Richardson, profesor de inglés de la Universidad de Puerto Rico como Vicepresidente, y José Joaquín Rivera como Secretario Ejecutivo. La generación del 40 estuvo dirigida por el carisma de Brunet, el cual utilizó para ser uno de los líderes más populistas del primer medio siglo de la Asociación. Junto a José Joaquín, lideró la planificación de la construcción del Hospital del Maestro y el nuevo Edificio de Usos Múltiples, para lo cual se valieron de una infraestructura económica sin precedentes. Brunet, además, enfrentó una férrea oposición que el calificaron, junto a sus adeptos, la Maquinaria Brunet, liderada por Harris F. Bunker y Demetrio Cartagena. El Cojo Brunet, como se le conocía por no tener una pierna, estuvo íntimamente relacionado como uno de los principales gestores de importantes leyes para el magisterio en Puerto Rico. Redactó el Proyecto de Ley que aumentaba el salario del maestro de 10 a 12 meses escolares, la Ley de los Doce Sueldos (1941). En 1943, defendió al maestro Rafael González, quien reclamaba permanencia en el puesto que ocupaba de maestro en Lares. La victoria del caso González v. Gallardo, Comisionado, sentó las bases para la permanencia del maestro en el municipio en el cual trabaja. Participó activamente en la redacción de la Ley de Retiro para Maestros, Ley 218 de 6 de mayo de 1951, la cual derogó la Ley de Pensiones de Maestros, aprobada originalmente en 1917. En 1951 fue electo miembro de la Convención Constituyente que tuvo a cargo la redacción de la Constitución del Estado Libre Asociado de Puerto Rico, junto a otros dos maestros: Dr. Ramón Mellado Parsons y don Juan Alemañy. Brunet sirvió como Presidente hasta el 2 de septiembre de 1956, cuando le sustituyó su vicepresidenta, María Arroyo. Continuó siendo Asesor Legal de la institución y una de sus figuras principales hasta la década de 1960. Falleció en San Juan en 1977. Un busto recuerda su memoria en la Cooperativa de Ahorro y Crédito de la Asociación de Maestros (EDUCOOP).

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11. Dra. María Arroyo de Colón (1903-1992)

La Dra. María Arroyo de Colón nació en Comerío en 1903. Realizó una maestría en Estudios Hispánicos en 1946 con una tesis sobre el poeta Virgilio Dávila que fue publicada bajo el título de Virgilio Dávila: vida y obra, en 1964. Fue autora, además, del libro Las “Canciones Escolares” de Braulio Dueño Colón. Fue Superintendente de Caguas. En 1956, sustituyó a Demetrio Cartagena en la vicepresidencia de la Asociación, siendo la primera mujer en haber ocupado este puesto. Un dato casi irónico cuando el magisterio en Puerto Rico es, desde sus inicios, mayoritariamente compuesto por mujeres. Ese mismo año se convirtió en la primera mujer en ocupar la Presidencia de la institución magisterial más grande del país. Su fuerza y carácter lograron imprimirle un rasgo característico a su presidencia, la cual no estuvo exenta de controversias, principalmente con el Departamento de Instrucción. Doña María, baja de estatura y siempre ataviada de sus típicos sombreros, ejerció su poder en medio de múltiples desafíos. Un año después de haber sido electa, comenzaron a aflorar tensiones entre las relaciones de doña María y el Secretario de Instrucción, Efraín Sánchez Hidalgo. El grupo opositor a la Maquinaria Brunet, aunque continuó tomando como su principal objetivo a Brunet, también atacó la presidencia de Arroyo, actos que provocaron amplia difusión periodística en Puerto Rico. A pesar de esto, María Arroyo fue ícono del magisterio y del servicio público. Como Presienta, le correspondió inaugurar el Hospital del Maestro, en 1959, y el Edificio de Usos Múltiples, en 1960. Renunció a la presidencia en 1968, poco antes de ser electa Senadora por Acumulación por el Partido Popular Democrático, puesto en el cual sirvió hasta 1972. En el Senado presidió la Comisión de Instrucción Pública. Posterior a su servicio como Senadora, fue miembro del Consejo de Educación Superior. Falleció en 1992.

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12. Dr. Modesto Rivera Rivera (1897-1982)

El Dr. Modesto Rivera Rivera nació en Carolina en 1897. Dedicó su vida profesional a la docencia universitaria, donde impartió cursos en el Colegio de Educación de la Universidad de Puerto Rico. Obtuvo una maestría en 1946 en Estudios Hispánicos de la Universidad de Puerto Rico sobre el escritor Manuel A. Alonso, trabajo que publicó más tarde la Editorial Coquí bajo el título de Concepto y expresión del costumbrismo en Manuel A. Alonso Pacheco en 1966. En 1952, completó un Doctorado de la Universidad Nacional Autónoma de México, también, sobre Alonso. Dictó conferencias sobre el modernismo y la prosa en el Ciclo de Conferencias de Literatura Puertorriqueña del Instituto de Cultura Puertorriqueña y colaboró en la publicación de material didáctico para los cursos de español del Departamento de Instrucción. Fue miembro de la Junta de Directores de la Asociación desde la década de 1940. En 1956, cuando María Arroyo fue electa presidenta, don Modesto fue electo como Vicepresidente, puesto que ocupó hasta 1968 cuando fue electo décimotercer presidente de la institución. Se mantuvo solo tres años en la posición, luego de haber enfermado de salud. Se distinguió como uno de los Presidentes de mayor conciliación y consenso. Falleció en 1982. Poco después, una escuela elemental en su pueblo natal recuerda su gesta.

13. Prof. José Eligio Vélez Torres (1919-2002)

El profesor José Eligio Vélez Torres nació en Lares en 1919. Estudió un Bachillerato en Educación en el Instituto Politécnico (Universidad Interamericana, Recinto de San Germán). Trabajó como maestro de inglés y educación física. Luego, completó una Maestría en Administración y Supervisión, también, de la Universidad Interamericana. Fue, además, director y superintendente de escuelas, en San Juan y Río Piedras. José Eligio es uno de los personajes más sobresalientes del ámbito educativo puertorriqueño de la segunda mitad del siglo 20. Durante 30 años presidió la Asociación, implantando una serie de iniciativas y reformas, tanto en la institución como en la educación pública. En 1971 fue electo al cargo, sucediendo a Modesto Rivera, convirtiéndose en el decimocuarto presidente. Bajo su presidencia se creó 66 v UN SIGLO DE LuCHA EDuCATIVA


la Oficina de Relaciones Públicas, la Oficina de Servicios al Asociado y el Programa de Coordinación, el cual comenzó en 1974, con el fin de brindar servicios a los socios directamente a través de coordinadores en las escuelas. Además, se creó el Periódico Vocero Informativo y ASOMA, medios de comunicación que se utilizaron para difundir la gestión de la Asociación. Falleció en 2002. Le sobrevive su viuda, la Profa. Ivette Castro de Vélez y sus tres hijos, Michel, Luis Orlando y José Eligio, además de sus dos hijos mayores, Juan José y Juana Paula.

14. Profa. Aida Díaz de Rodríguez

En los últimos 10 años, Aida Díaz de Rodríguez ha presidido la Asociación de Maestros de Puerto Rico, institución a la cual le ha dedicado sus esfuerzos profesionales en las últimas tres décadas y media. Maestra de ciencias y ecología familiar y nutrición, se destacó en la Asociación de Maestros por la creación de programas de liderazgo y desarrollo profesional para maestros, así como en la implantación de estrategias sindicales en Puerto Rico como parte de los trabajos desarrollados por la National Education Association (NEA). Tras un breve tiempo fuera de la institución, retomó las riendas de la Cooperativa de Ahorro y Crédito de la Asociación (EDUCOOP) en 1987, convirtiéndose en su Directora Ejecutiva. En 2000, fue electa Vicepresidenta de la Asociación de Maestros, y un año más tarde, en la Asamblea Anual de 2001 fue electa como la 15ª maestra al mando de la institución, siendo la segunda mujer en un siglo de historia. Ha escrito columnas periodísticas sobre temas educativos y ha realizado presentaciones en múltiples foros públicos. Su presentación más reciente, el 18 de julio de 2011, fue el mensaje Muñoz Rivera: guía para construir el Propósito Nacional de Puerto Rico, que pronunció al ser invitada como Oradora Principal en los actos del 152º Natalicio del prócer Luis Muñoz Rivera, en Barranquitas, donde presentó importantes planteamientos sobre la educación y el país que fueron ampliamente reseñados por los medios de comunicación y las redes sociales. Está casada con el Prof. Eusebio Rodríguez y tiene una hija, Yarimir Rodríguez Díaz. UN SIGLO DE LuCHA EDuCATIVA v 67


Vicepresidentes

William Ortiz, a la derecha, en uno de sus gestos característicos. Le acompaña el Lcdo. Rafael Nadal.

Awilda Aponte Roque

1911 – Arturo Rubio 1911-1913 – Domingo Aponte Collazo 1913-1914 – Eugenio Lecompte y Domingo Aponte Collazo 1914 – Santiago Negroni 1914-1917 – Domingo Aponte Collazo y Julio D’Acosta 1917 – Santiago Negroni 1920-1930 – Fulgencio Piñero 1930-1940 – Luis Muñiz Souffront 1940-1949 – Virgilio Brunet 1949-1953 – Lewis Richardson 1954-1956 – Demetrio Cartagena 1956 –María Arroyo de Colón 1956-1968 – Modesto Rivera 1968-1971 – Camilo Domínguez 1973-1974 – Ramón A. Cruz 1974 – Judith Rodríguez, Interina 1974-2000 – Eugenio del Valle 2000-2001 – Aida Díaz de Rodríguez 2002-2010 – William Ortiz Ramírez 2011 – Víctor M. Bonilla Sánchez

Directores Ejecutivos

1949-1963 – José Joaquín Rivera Firpi 1963-1973 – Agustín García Estrada 1973-1984 – Awilda Aponte Roque 1985-2002 – Nancy Bosch Lugo 2002-2010 – Reyes E. Rodríguez Rivera 2010-2011 – Henry Rivera Beras 2011 – Dr. José Luis Vargas Vargas

Nancy Bosch Lugo

Subdirectores Ejecutivos y Directores Asociados

Henry Rivera Beras

Reyes E. Rodríguez

68 v UN SIGLO DE LuCHA EDuCATIVA

1949-1963 – Agustín García Estrada 1963-1967 – Ramón Quiñones 1967-1968 – Santiago Mejías 1968-1973 – Antero Solís Lazú 1973-1985 – Héctor Delgado Ruiz 1985-1996 – Clemente Llovet Martínez 1996-2002 – William Ortiz Ramírez 2002-2010 – Víctor M. Bonilla Sánchez 2011 – José Luis Vargas Vargas


Premios institucionales Premio José Eligio Vélez

2002 • Prof. Eugenio del Valle 2003 • Prof. Diego F. Hernández 2004 • Prof. Awilda Aponte Roque 2005 • Prof. Gilberto Rivera Ortiz 2006 • Lcdo. René Muñoz Padín 2007 • Prof. Emeritus Nilda García Santiago 2008 • Prof. Celeste Benítez 2009 • Prof. Ana Delia Flores 2010 • Prof. William Ortiz Ramírez 2011 • Prof. Clemente Llovet Martínez

Ana Delia Flores con su hija, la Dra. Antonia Coello de Novello

Medalla Rafael Cordero

2002 • Dr. Enrique A. Laguerre Vélez 2003 • Dra. Juana A. Méndez Meléndez 2004 • Dra. Victoria Espinosa 2005 • Profa. Rafaela Brito Vda. de Balladares 2006 • Dr. Ángel Luis Ortiz Dr. Enrique Laguerre firma el libro de Socios de Honor 2007 • Prof. Emeritus Nilda García Santiago 2008 • Post mortem, Prof. Fernando Denis Stevenson 2009 • Prof. Judith Rodríguez Quiñones 2010 • Prof. Nancy Bosch Lugo

Aida Díaz reconoce a Doña Rafaela Balladares y el pintor Antonio Maldonado

La Profa. Nilda García Santiago (1931-2012) recibe la medalla Rafael Cordero y el premio José Eligio Vélez en 2007. Le acompañan, de izquierda a derecha, Ivette Castro de Vélez, José Eligio Vélez Castro, Reyes E. Rodríguez, profesora Nilda García Santiago, William Ortiz y Aida Díaz.

María Cristina Martínez, Judith Rodríguez y Aida Díaz. UN SIGLO DE LuCHA EDuCATIVA v 69



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Armando la historia: ensayos de un siglo


Vida profesional. Grupo de maestros participan de una actividad profesional. DĂŠcada 1950 (AHAMPR).

72 v UN SIGLO DE LuCHa EDuCaTIVa


Hecha por la Asociación v Mayra Santos-Febres1 Siempre a la memoria de mi madre, Mariana Febres-Falú. La mejor mujer que he conocido en mi vida. Algún día me ganaré el enorme honor de haber sido su hija. Mi madre, Mariana Febres Falú fue maestra. Maestra de español de la Escuela Gustavo Adolfo Bécquer. Mi padre, maestro también, de Historia, en la Escuela Berwind. Cuatro de mis siete tías maternas y dos de mis tíos paternos también fueron maestros. Todos fueron miembros de la Asociación. De pequeña, mi madre me llevaba con relativa frecuencia a las oficinas centrales de la Asociación de Maestros. Aquel era su cobijo. Cada vez que se nos trancaban las cuentas, que el dinero no daba para pagar el agua, la luz, el teléfono, los uniformes, los libros de la escuela, íbamos a la Asociación. Usualmente era para pedir un préstamo que ella saldaba poco a poco, hacien-

De pequeña, mi madre me llevaba con relativa frecuencia a las oficinas centrales de la Asociación de Maestros. Aquel era su cobijo.

1. Nació en Carolina, Puerto Rico (1966). Comenzó a publicar poemas desde el 1984 en revistas y periódicos internacionales, tales como Casa de las Américas en Cuba, Página doce, Argentina, Revue Noir, Francia y Latin American Revue of Arts and Literature, en New York. En el 1991 aparecen sus dos poemarios: Anamú y manigua y El orden escapado, ambos premiados. En el 2000 publicó su tercer poemario Tercer Mundo. Santos-Febres es, además, ensayista y narradora. Ha publicado los poemarios Pez de vidrio y Oso Blanco. En el 2000 publicó su primera novela Sirena Selena vestida de pena. Luego publicó Cualquier miércoles soy tuya, Sobre piel y papel y Abro mi sangre. Es catedrática en el Departamento de Estudios Hispánicos del Recinto de Río Piedras de la Universidad de Puerto Rico. UN SIGLO DE LuCHa EDuCaTIVa v 73


No hay recuerdo que tenga de mi infancia, de mi vida con mi madre en que no esté presente la Asociación de Maestros.

74 v UN SIGLO DE LuCHa EDuCaTIVa

do pagos cada mes que eran descontados de su salario. Y así íbamos tirando. Otras íbamos a la Asociación a entregar misteriosos papeles que nunca supe para qué eran. Yo me entretenía con mi hermano tirando piedrecitas en la fuente de aquel hermoso edificio, mirando cómo la luz se rompía contra los chorritos de agua, armando elusivos arcoíris que pintaban de aureolas la fuente, mis ojos de niña, mis recuerdos. También íbamos a la óptica del Maestro, que quedaba en la planta baja. Como nací medio cegata, mi madre me depositaba en aquella oficina para comprarme, a veces a plazos, espejuelos que me ayudaran a ver bien la pizarra de lejos, o a leer, a escondidas y de noche, las enormes novelas que engullía y que ella me compraba “porque a la nena le gusta leer”. Pero el rito más frecuente que marcó mi infancia y mi temprana adolescencia fue ir al Hospital del Maestro. De hecho, mi vida comienza ahí. Nací en alguno de los pasillos del enorme hospital. Y todos los años, sin falta, partíamos hacia la avenida Domenech a hacernos el chequeo anual. Mi hermano y yo, los dos, pobrecita Mami, nacimos alérgicos y asmáticos. Dos veces al año nos llevaba a hacernos los laboratorios de la sangre, orina, los cotejos de alergias. Y luego, no sé muy bien por qué, Mami pasaba por la Asociación. Cuando a mi madre la aquejó una sorpresiva pancreatitis, pasamos muchas noches en ese hospital, esperando en la sala de abajo a que los mayores nos dejaran ir a ver a Mami, a escabullirnos por los ascensores para ver si lográbamos escaparnos de la vigilancia y acercarnos a su cama a darle un abrazo. No hay recuerdo que tenga de mi infancia, de mi vida con mi madre en que no esté presente la Asociación de Maestros. Pero entonces comencé a crecer. Me convertí en universitaria, luego en estudiante emigrada a Londres, a Estados Unidos. Regresé hecha toda una profesional de las letras. Poco a poco mis libros –los que siempre soñé escribir– adquirieron fama. Ya no era meramente una joven profesora, sino una escritora; la escritora Mayra Santos-Febres. Y mi madre comenzó a enfermar. No sabíamos cuál era el mal que la aquejaba. El mal que la


hacía olvidar palabras en plena conversación que la hacía perderse por su propia casa, llamar a su hija a horas improbables de la madrugada llorando porque escuchaba ruidos. Yo, salía corriendo, comiéndome la carretera para llegar a casa y encontrármela como si no hubiera pasado nada, como si no me hubiera llamado llorosa, clamando por mi presencia, por mi protección. Como buena hija de maestra hice lo que debía hacer. Regresé con mi madre a la Asociación de Maestros. Al Hospital de Maestros. Y así empecé de nuevo a recorrer sus pasillos, buscando referidos, haciendo citas con neurólogos, psiquiatras. Visitando la Égida del Maestro, donde no podían cuidar a mi madre, porque necesitaba de otras vigilancias. Encontrando negativas, soluciones, ayudas, frustraciones. Todo allí. Allí mi madre y yo de nuevo recorriendo las oficinas, pero ahora con los papeles cambiados. Ella era ahora la criatura desvalida que necesitaba auxilio y ayuda. Yo, la hija, me había convertido en su mentora, en su báculo. Nos habían dado el temible diagnóstico y era certero. Mi madre sufría de Alzheimer. Tuve que hacer lo

Una nueva casa. Tarjeta postal del Edificio de Usos Múltiples de la Asociación, inaugurado en 1960. En los recuadros superiores se observan las oficinas (AHAMPR).

Pero existía otra Mariana, una que iba todos los años a las convenciones de la Asociación, que peleaba por sus derechos como maestra y como mujer trabajadora; que protegía su derecho a la salud, a la justa paga por sus servicios; que peleaba por el respeto a su profesión.

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Y así me enteré que la Asociación le dio a mi madre, aquella mujer férrea que nos cuidaba contra viento y marea, los medios para no dejarnos desprovistos ni aún en el momento de su muerte.

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que hace todo cuidador de ese tipo de pacientes. Llorar a cántaros, buscar ayuda psicológica, convocar a la familia, encontrar un hogar de cuido (decisión que siempre lamentaré hasta el día en que me muera), desear mi muerte, la muerte de mi madre, que nos llevaran a las dos par no tener que ver tanto, para no tener que presenciar la lenta destrucción de una mente alegre, vivaz, inquisitiva de una mente comprometida con el desarrollo de otras mentes. Para no tener la lenta muerte de la mente de mi madre. Correteando por los pasillos de la Asociación me fui enterando de otras facetas de la vida de mi madre; una vida que excedía sus funciones como maestra. Ya sabía que ella era una profesional ejemplar, amada por sus compañeros de trabajo, respetada y admirada por sus alumnos- me lo contaban cada vez que se topaban conmigo en el Hospital, en las oficinas de doctores –los mejores del país– acogidos al Plan Médico del Maestro. Me lo contaban también sus estudiantes antiguos. Pero existía otra Mariana, una que iba todos los años a las convenciones de la Asociación, que peleaba por sus derechos como maestra y como mujer trabajadora; que protegía su derecho a la salud, a la justa paga por sus servicios; que peleaba por el respeto a su profesión. Entonces comencé a ver la Asociación de Maestros desde otra luz. Comencé a ver la Asociación como la casa formativa de un tipo de mujer trabajadora, la casa que formó a intelectuales como Julia de Burgos, Inés Mendoza, Isabel Freire de Matos Paoli ya muchas otras escritoras, poetas, ensayistas, líderes sindicales y de comunidad. La Asociación se me fue presentando como la casa formativa de un tipo de mujer intelectual y líder comunitaria comprometida con su medio y con su tiempo, que peleaba más que por sus derechos, sino por todas las victorias ganas y los derechos adquiridos por la clase trabajadora de un país. La historia me dio los datos. La Asociación de Maestros fue protagonista de la lucha por la defensa del español, idioma en el que escribo y me ha ganado premios y reconocimientos internacionales. Sin esa defensa, yo no sería la escritora que soy ni pensaría en el idioma en que pienso y sueño. Mi madre murió una tarde del mes de junio del


2001, después de una larga convalecencia. La enterré, abatida y aliviada, rota por dentro pero feliz de haberla acompañado en su paso hacia otro estado de existencia. Pensé que todo había acabado. Pero no fue así. Todavía me quedaba trabajar con la muerte civil de mi madre, el papeleo interminable. Darla de baja de Retiro, de los planes, entregar actas de defunción, cerrar la casa, venderla; darle de baja de la Asociación de Maestros. Allí, otra vez, recibí una gran lección. Otra vez me paseé por las oficinas, llevando papeles y llenando blancos. En esas oficinas me enteré de cuales eran aquellos extraños papeles que llevaba mi madre todos los años. Eran las renovaciones de sus pólizas de seguro, de sus cuentas de ahorro con la Asociación. Y así me enteré que la Asociación le dio a mi madre, aquella mujer férrea que nos cuidaba contra viento y marea, los medios para no dejarnos desprovistos ni aún en el momento de su muerte. Allí guardados y sin que lo supiéramos, había seguros que cubrían sus gastos de funeral, ahorros que nos tocaban, ayudas que paliaron el hondo dolor de su partida. Por eso estoy aquí escribiendo este extraño testimonio. Debería ser otro mi texto, un ensayo investigativo sobre la Asociación de Maestros, con fichas bibliográfi-

Un sueño. El Hospital del Maestro, en otra tarjeta postal, fue inaugurado en 1959, luego de una década recaudando fondos para construirlo. Es, probablemente, uno de los íconos de la Asociación (AHAMPR).

Para mi madre, ser maestra era comprometerse conformar un país. Yo la sigo y la seguiré siempre en su empeño. Por eso, en todos mis proyectos, siempre cuento con la Asociación de Maestros.

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cas, citas de expertos, referencias históricas y documentales. Pero no. Mi texto es este. Uno en que celebro los 100 años de existencia de la Asociación de Maestros y agradezco todo lo que ha hecho por mí y por mi país. Pero sobretodo escribo un texto sobre mi madre. Para mí nunca ha existido algo más importante y definitorio que haber sido la hija de Mariana Febres Falú; y para ella nada la definió tanto como haber sido madre y maestra. Pero, que nadie se confunda, para mi madre ser maestra no era ganarse un chequecito cada quincena repitiendo lo que decían a algunos libros de texto y unas hojas viejas de indentar. Para mi madre, ser maestra era amanecerse hasta las 3 de la mañana corrigiendo exámenes, pasando notas a su registro, yendo a visitar padres, dándole tutorías a sus hijos, a veces en nuestra casa. (Veo su semblante cansado, su hermosa espalda de negra dura y tierna, donde rebotaba la luz de las bombillas en plena madrugada) Para mi madre, ser maestra era también proteger las luchas y las victorias ganadas por su gremio. Era defender y ser parte de la Asociación de Maestros. Para mi madre, ser maestra era comprometerse conformar un país. Yo la sigo y la seguiré siempre en su empeño. Por eso, en todos mis proyectos, siempre cuento con la Asociación de Maestros. Publico en su revista, fui a la Asociación antes que a ninguna otra instancia para invitarlos como aliados en el desarrollo de mi proyecto más difícil y más abarcador. Y la Asociación me acogió, me abrió las puertas. No esperaba menos. A fin de cuentas, siempre he estado marcada por la Asociación. Todo lo que soy y todo lo que tengo. Hace 100 años, sus luchas vienen conformando el país en el que vivo y al que sirvo, configurando su historia y su producción literaria, magisterial e intelectual. Y esos 100 años de existencia son la prueba más fehaciente de su eficacia y de un trabajo bien hecho. Eso, y, personen el atrevimiento, mi historia personal- la historia de mi madre y de mi padre. La historia de mis tíos y de miles de otros hijos de maestros que se han hecho profesionales bajo el ala de la Asociación. Es ella la casa de conciencia de este pueblo.

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Magisterio y modernidad:

la discusión cultural y el surgimiento de las organizaciones de maestros en Puerto Rico (1880-1900) v Víctor Hernández Rivera

1

I. Introducción

Inscribirse en las corrientes de modernidad en Puerto Rico a partir del último tercio del siglo XIX parece que no se trata del viaje reverencial a los orígenes de la nacionalidad ni al rescate de voces proféticas que prefiguraron el sentido del país, sino que constituye el despliegue de un afán decimonónico por burlar sinos y subalternidades decretadas a fin de vincular al país con lo que estaba pasando en el mundo, como bien ha señalado Silvia Álvarez Curbelo.2 No es de extrañar, por tanto, que esta tendencia se dejara sentir en diversos sectores de la vida puertorriqueña, ya que la modernidad se ha de desplazar, en forma inevitable, por todos los ámbitos que se someten a las diversas influencias, ya sea a través de expresiones simbólicas o de manifestaciones concretas.

Vivienda de madera y paja a la altura de 1900. Así era la mayoría de la edificaciones cuando comenzó el sistema educativo en ese año (HPRPGM).

1 Víctor L. Hernández Rivera es Catedrático de la Facultad de Educación de la Universidad de Puerto Rico, en Río Piedras. Imparte cursos en las áreas de Didáctica de las Ciencias Sociales y Fundamentos Sociales de la Educación. Sus líneas de investigación se centran, fundamentalmente, en la historia de la educación en Puerto Rico en el último tercio del siglo XIX, y en las metodologías para la enseñanza de las ciencias sociales en el nivel secundario. En estas áreas ha publicado en diversas revistas académicas y profesionales. Se ha desempeñado como asesor del Departamento de Educación de Puerto Rico y para este organismo ha desarrollado múltiples proyectos de capacitación profesional para maestros de Historia y de Estudios Sociales. Coordinó, en 2008, el Primer Congreso Puertorriqueño de Didáctica de la Geografía. 2 Álvarez Curbelo (2001), 52-53. Aunque la autora se circunscribe a reconstruir el mundo cultural de Puerto Rico a fines del siglo XIX a partir de aproximaciones al discurso abolicionista, a proyectos de modernización económica y algunas expresiones de la literatura, no descarta que la modernidad se dejara sentir también en otras áreas, como es en la educación de ese período. Cfr.: Álvarez Curbelo (1998), 33-36. UN SIGLO DE LuCHa EDuCaTIVa v 79


Partimos de esa insistencia de don Manuel Fernández Juncos, que tantas veces editorializó desde El Buscapié, en términos de lo que representaba para Puerto Rico inscribirse en la ruta del progreso educativo porque

“el país tiene aptitud innegable para instruirse, y sólo necesita que le dejen uno de los derechos más importantes y legítimos de la sociedad moderna: la libertad de enseñanza”.

En este contexto, a partir de planteamientos teóricos de historia cultural de la educación (Escolano Benito, 2000 y 2002; Molero Pintado, 2000; Nóvoa, 2003; Popkewitz, 2003; del Pozo Andrés, 2006; Viñao Frago, 2006), y de una indagación en la que se ponen de manifiesto elementos de historia cultural de la educación en Puerto Rico de finales del siglo XIX (1880-1900), este trabajo procura analizar la incursión de los educadores puertorriqueños en la corriente de modernidad educativa, que también, se habrá de reflejar en los diversos ámbitos de política, economía, sociedad y cultura. Se expone, concretamente, cómo el magisterio puertorriqueño pone de relieve elementos clave de cultura escolar a través de la creación de asociaciones profesionales que procuraban alcanzar diversos adelantos en la profesión, así como promover la recepción de prácticas escolares de modernidad educativa. Se resalta la acogida de influencias y de corrientes europeas y americanas en la vida escolar del país y en el discurso que promueve el magisterio criollo. Se analiza, a su vez, cómo los maestros puertorriqueños utilizan diversas estrategias de divulgación cultural en las cuales, aún bajo límites coloniales, enarbolan confianza en la razón transformadora y en la inexorable ley del progreso. Se pone de manifiesto, cómo estos educadores, en un período crítico de cambio de dominación política del modelo colonial español al modelo colonial estadounidense, adoptan complejas formas de identidad y comportamiento cultural para mover al país por los senderos de lo beneficioso y lo posible. Partimos de esa insistencia de don Manuel Fernández Juncos, que tantas veces editorializó desde El Buscapié, en términos de lo que representaba para Puerto Rico inscribirse en la ruta del progreso educativo porque “el país tiene aptitud innegable para instruirse, y sólo necesita que le dejen uno de los derechos más importantes y legítimos de la sociedad moderna: la libertad de enseñanza.”3 De esta forma esperamos, de alguna manera, contribuir a descifrar y a definir el paradigma que animó los deseos de modernidad educativa en el Puerto Rico 3 Fernández Juncos, Manuel (1884), “El país se instruye”, editorial reproducido en forma íntegra. Cfr.: Cruz Monclova (2006), 89.

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Rafael Cordero Molina, el hijo de esclavos libertos que enseñaba gratuitamente en San Juan desde 1810, es símbolo de la educación del siglo 19 y del magisterio puertorriqueño. Su espíritu de desprendimiento, justicia y obra social hizo que en su casa se educaran juntos blancos, negros, ricos y pobres. En su aula estudiaron Alejandro Tapia y Rivera, José Julián Acosta, Román Baldorioty de Castro y Manuel Elzaburu, algunos de los próceres puertorriqueños.

de finales del siglo XIX y a los maestros que, a pesar de la fragilidad de sus intentos de asociación y de postulación de un liderato profesional, apostaron a la unidad como estrategia de lucha y de afirmación de la clase que representaban.

II. Hacia una historia cultural de la educación en Puerto Rico

Aunque la escuela ha existido mucho antes que el Estado se hiciese cargo de ella, habrá de ser a partir de la revolución liberal que la escuela se configurará como creación que da origen a una cultura inventada, claro está, sin dejar de retomar patrones de la tradición educativa cultivada hasta entonces (Escolano Benito, 2002, 13-14). De ahí que el carácter público de la escuela, en primer lugar, le otorgue a esta institución una nueva impronta destinada a la ilustración universal de la ciudadanía; desde luego, reconociendo las limitaciones que esta función generalizada habría de tener en la práctica. Así, también, la sociedad liberal habrá de fomentar el desarrollo de cuerpos docentes que asumirán la gestión de establecimientos escolares. De esta forma se crea una determinada cultura de oficio para el desempeño de la función docente. Finalmente, el desarrollo del sistema educativo, como manifestación extraordinaria del EstaUN SIGLO DE LuCHa EDuCaTIVa v 81


do liberal, impulsará el reconocimiento de un acervo de conocimientos especializados relativos a la escuela, y de todo cuanto en ella se práctica, que da paso a la creación de disciplinas pedagógicas y al establecimiento de centros de enseñanza y superior encargados de promover y transmitir estos saberes.4 De esta forma se configuran tres culturas: la cultura de la escuela pública orientada a la formación del ciudadano; la cultura del desempeño docente con la consecuente conciencia de clase profesional magisterial; y la cultura de la institución educativa con su doble finalidad desde el ámbito del sistema educativo: promoción escolar y formación de docentes a partir de la gestación de disciplinas pedagógicas. Conviene, por tanto, entrar en una aproximación al concepto de cultura escolar o cultura de la escuela cuya recepción en el ámbito historiográfico es relativamente reciente. En 1993, el historiador francés Dominique Julia lo propone en un trabajo, y, desde entonces, se suelen incluir en la cultura escolar las normas, las prácticas y los saberes que configuran los patrones conforme a los cuales se transmiten las disciplinas y los comportamientos en los procesos de formación de los sujetos.5 La escuela se ha de concebir como un espacio de producción de cultura, esto es, no se ha de limitar a reflejar, promover y divulgar la cultura producida fuera de su entorno. Por tanto, la cultura escolar es un conjunto de normas que organizan las ramas del conocimiento y los comportamientos que se tienen que observar en la esco4 Estos centros de formación de maestros se denominaron como Escuela Normales. Diversos países como Francia y Alemania ya tenían una tradición de mayor alcance en la formación de maestros. De hecho fue Francia el país que, incluso, acuñó la expresión Escuela Normal, que posteriormente acogió España, y que llegó a Puerto Rico a finales del siglo XIX. La primera Escuela Normal de Maestros del Estado español comenzó a funcionar en Madrid el 8 de marzo de 1839. La Escuela organizada en esta capital española tuvo el carácter de Central, con el objetivo de formar maestros que pudieran dirigir las Escuelas Normales de las demás provincias, así como las escuelas elementales y superiores de todo el Reino. El primer director de la Escuela Normal Central de Madrid fue Pablo Montesino (1781-1849), un reconocido educador formado en la tradición educativa liberal ilustrada. Fue, sin duda, la figura más relevante del movimiento renovador de la educación española. En su ideario pedagógico propone una educación integral –física, moral e intelectual- que desarrolle todas las dimensiones del individuo para llegar a convertirse en auténtica persona. Gran parte de estas ideas las vamos a ver también planteadas por los maestros puertorriqueños que promovían cambios y mejoramiento de la educación en la Isla a finales del siglo XIX. Cfr.: Escolano Benito (1985), 127-129; 246-248; Escolano Benito (2002), 24-25; 49-52; Melcón Beltrán (1992). 5 Escolano Benito (2002), 41. En otro trabajo, D. Juliá, también, ha abordado el tema de la historia cultural de las disciplinas escolares. Cfr.: Juliá (2000), 45-78.

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larización, así como un conjunto de prácticas que permiten la transmisión de tal conocimiento y la integración de tales comportamientos. De ahí que Julia defienda la necesidad de volver a concentrarnos en la historia de la educación destinada a obtener más amplia comprensión de lo que sucede dentro de las escuelas (Nóvoa, 2003, 66-67). Al adentrarnos en la interioridad de ese micromundo de la escuela, estaremos en mejor posición de comprender el móvil de sus personajes y la infraestructura en la que se entretejen sus comportamientos. Al compartir esa apreciación, el historiador español Agustín Escolano Benito, también, nos resalta la importancia de este abordaje temático en la historiografía educativa contemporánea: “Conocer las claves de estas formas de cultura que se originan en el universo de la escuela es un cometido esencial de la nueva historia intelectual de la educación, que, otras cosas, ha de descifrar lo que algunos han llamado la “caja negra” del desconocido agujero del cotidiano escolar, que funciona conforme a una especie de “gramática interna”, cuyas reglas hay que conocer para explicar cómo se ha gestado y desarrollado el habitus del oficio de maestro y el mismo arte de la enseñanza”.6 De igual forma, el historiador británico Harold Silver ha puesto de relieve los silencios de la historia escolar, cuando alude a las escasas referencias que hace la historiografía educativa a lo que fue en el pasado esta intrahistoria real de la escuela, la cual constituye un reto, y es preciso ahora abordar a partir de enfoques etnográficos.7 En fin, todos los rasgos íntimos de la vida de la escuela, esos que apenas trascienden pero que constituyen un bloque cuajado de simbología y significaciones, constituyen los ejes de la cultura escolar (Molero, 2000, 227). En la historiografía de la educación de Puerto Rico no abundan los trabajos en los que se explora la historia

“Conocer las claves de estas formas de cultura que se originan en el universo de la escuela es un cometido esencial de la nueva historia intelectual de la educación, que, otras cosas, ha de descifrar lo que algunos han llamado la “caja negra” del desconocido agujero del cotidiano escolar, que funciona conforme a una especie de “gramática interna”, cuyas reglas hay que conocer para explicar cómo se ha gestado y desarrollado el habitus del oficio de maestro y el mismo arte de la enseñanza”.

6 Op. cit., 41-42; Nóvoa (2003), 68. 7 Sobre el particular han señalado Popweitz; Pereyra y Franklin (2003, 47) que la historia cultural contiene interacción interdisciplinar sistemática y continua, y que a través de su cultivo se desenvuelven las fronteras disciplinares normales, lo cual da espacio a que ese entramado de la vida interna de la escuela pueda ser abordado desde diversos ángulos y perspectivas. Cfr.: Chartier (2007), 49-52. UN SIGLO DE LuCHa EDuCaTIVa v 83


Al abordar temas de la historia de luchas, creaciones y aportaciones del magisterio puertorriqueño estaremos en la dirección de construir una historia, como diría Roger Chartier, que apunte a reconocer la forma en la que los actores sociales dan sentido a sus prácticas y a sus discursos, que, sin duda, reside en la tensión entre las capacidades inventivas de los individuos o las comunidades y las coacciones, las normas, las convenciones que limitan su posición en las relaciones de poder y de dominación.

cultural de la educación. El historiador Fernando Picó ha resaltado, una y otra vez, la necesidad de indagar más en temas que nos puedan aproximar más a la historia del magisterio puertorriqueño y a los alcances de su quehacer pedagógico. Llama la atención sobre el particular cuando señala: “Resta a los investigadores por hacer la historia del magisterio puertorriqueño del siglo XIX, iluminado por un Rafael Cordero, y resta por trazarse, con paciencia y precisión, la evaluación de sus condiciones de trabajo y de sus relaciones con un estado siempre suspicaz de las iniciativas pedagógicas”.8 Al abordar temas de la historia de luchas, creaciones y aportaciones del magisterio puertorriqueño estaremos en la dirección de construir una historia, como diría Roger Chartier, que apunte a reconocer la forma en la que los actores sociales dan sentido a sus prácticas y a sus discursos, que, sin duda, reside en la tensión entre las capacidades inventivas de los individuos o las comunidades y las coacciones, las normas, las convenciones que limitan su posición en las relaciones de poder y de dominación.9 Resta, también, por reenfocar el estudio histórico del maestro, del estudiante y de la escuela en Puerto Rico a partir de la utilización de otros materiales como son las imágenes o fuentes visuales. Esta práctica o tendencia historiográfica ya tiene calado en investigación histórica. Se denomina giro visual o pictorial turn. A partir del estudio de imágenes históricas se procura indagar las interacciones entre imágenes del pasado y sentimientos humanos (Pozo Andrés, M. del, 2006, 292). En el caso puertorriqueño, somos afortunados los que 8 Picó (1983), 6. En la cita de referencia se alude a Rafael Cordero, que ha sido una figura emblemática para el magisterio puertorriqueño, toda vez que representó en el siglo XIX un símbolo del sacrificio de un humilde educador, que tenía que desempeñar doble tarea para ejercer el magisterio y atender a su familia. De ahí que al desempeñarse como “tabaquero de oficio y maestro de vocación”, y por “hacer del magisterio un sacerdocio” haya sido inmortalizada su figura en las artes y en las letras de Puerto Rico. Por su escuela en la Capital pasaron figuras claves de la historia de Puerto Rico, tales como Alejandro Tapia y Rivera, José Julián Acosta y Manuel Elzaburu, las cuales también dejaron sendos testimonios de su ejemplar labor. Quizás haya sido el pintor Francisco Oller el que más haya contribuido a perpetuar su imagen a través de su obra La escuela del maestro Rafael Cordero, a través de la cual, según ha expresado Juan Antonio Corretjer “se deleita en pintar la mejor fisonomía moral de la patria”. Cfr.: Delgado Mercado (1983), 104. 9 Chartier (2007), 69-70.

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nos interesa la historia de la escuela y la de sus personajes cuando contamos con dos obras clásicas del arte puertorriqueño en la que el habitus escolar se nos ha pintado. La Escuela del maestro Rafael Cordero y El Estudiante, ambas del pintor puertorriqueño Francisco Oller son, sin duda, fuentes históricas para un estudio más profundo que nos permita, desde una perspectiva crítica, ahondar en “cuándo, dónde, por quién y por qué se produjeron estas imágenes, que son retratos extraordinarios de la historia escolar de Hispanoamérica plasmada en el lienzo”. De ahí que estas dos obras podamos considerarlas como materiales fundamentales para el estudio de la historia cultural de la educación en Puerto Rico. Existen, por otra parte, trabajos de investigación histórica y sociológica que abordan la historia cultural de la educación centrados, fundamentalmente, en el siglo XX puertorriqueño. Entre otros, podemos destacar los estudios de Aida Negrón de Montilla, Roamé Torres González y Eloy Ruiz Rivera en el contexto temático de la americanización del sistema educativo, el idioma, la nacionalidad y la cultura, así como las prácticas y representaciones en el aula.10

III. El contexto histórico de las últimas décadas de la educación decimonónica

El ambiente de cambios que se dio a partir de la Revolución de Lares de 1868 y las iniciativas liberales promulgadas en la Junta de Reformas, se canalizan, de alguna manera, al procurar aplicar en Puerto Rico la Constitución de 1869, reconociéndosele como Provincia española. Se disipan estos intentos ya que eran muchas las fuerzas que conspiraban contra la Constitución de Puerto Rico. La primera fuerza de oposición la constituía el propio gobernador Laureano Sanz cuando afirmaba que tenía: 10 El estudio de Negrón de Montilla (1998), desde la perspectiva histórica y sociológica, se considera una aportación pionera en el tema de la americanización del sistema educativo puertorriqueño, limitado, en parte, por el uso exclusivo de cartas circulares como base documental de la investigación. En cambio, Torres González (2002), al desarrollar un estudio abarcador de la presencia del inglés en Puerto Rico y de un rico elenco de fuentes aporta, desde una mirada crítica al tema, una contribución significativa a la historia cultural desde un tema que, por su estrecho vínculo al debate político y cultural del país, se hace indispensable abordar. Finalmente, Ruiz Rivera (2009), al incursionar en el tema de las prácticas y las aporta a la historia cultural de la educación en Puerto Rico una perspectiva novedosa que propicia el acercamiento a la escuela de las primera décadas del siglo XX a partir de una mirada diferente y reveladora. UN SIGLO DE LuCHa EDuCaTIVa v 85


El número de escuelas resultaba insuficiente para acomodar la población en edad escolar. La zona rural estaba prácticamente desprovista de este servicio. No existen centros para la formación de maestros. La prensa del país habrá de ser la voz de reclamo para el mejoramiento del cuadro que describe la situación educativa de ese momento.

“profundísimas razones para creer que el proyecto constitucional será nocivo a las circunstancias presentes en que la excitación de los ánimos, el espíritu innato de todas las venganzas, el temor que asedia a los unos y la esperanza que alimentan los otros, son síntomas seguros de futuras perturbaciones”.11 Esta particular imagen que configura Laureano Sanz sobre el potencial perturbador de los puertorriqueños, la habrá de trasladar a su concepción del magisterio criollo, el cual habrá que desprender de toda responsabilidad en la construcción del proyecto educativo del país, como veremos más adelante. El signo del atraso habrá de caracterizar al quehacer educativo del país. El número de escuelas resultaba insuficiente para acomodar la población en edad escolar. La zona rural estaba prácticamente desprovista de este servicio. No existen centros para la formación de maestros. La prensa del país habrá de ser la voz de reclamo para el mejoramiento del cuadro que describe la situación educativa de ese momento. Instituciones, como la Sociedad Económica de Amigos del País, habrán de promover iniciativas a través de las cuales se canalizará la acción generosa de puertorriqueños a favor de la educación del pueblo. Como el maestro habría de ser representante de un grado de formación e ilustración, esa condición lo convertiría, de alguna manera, en portavoz de las ideas liberales. Ahí se inicia su problema en su relación con los que ostentan el poder. Los maestros levantaban las conciencias contra el olvido y la incomprensión en que la política peninsular había sumido a Puerto Rico. Un gobernante suspicaz e intolerante como José Laureano Sanz consideraba a los maestros como un peligro ya que, según su juicio, representaban el medio eficaz para la perversidad y el separatismo. De ahí que conciba una iniciativa de aplicación rápida que consiste en sustituir a los maestros de la Isla por peninsulares (Gómez Acevedo, 1974, 62-63). La puesta en práctica de esta iniciativa no se hizo esperar. Se abren las convocatorias para el reclutamiento de maestros en la prensa de Madrid. A las oposiciones se 11 Gómez Acevedo (1974), 116.

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presenta una gran cantidad de candidatos. Esto es así, porque las Escuelas Normales en España, para la segunda mitad del siglo XIX, ya se habían propagado por la Península. Desde 1839 se inicia la tradición de promover la formación pedagógica institucional, esto es, de carácter formal a partir de la instauración de estos centros de estudio.12 A través de la implantación de esta gestión de reclutamiento de maestros peninsulares, el gobernador Sanz vería cumplida su meta, según su forma particular de ver el asunto, esto es, sanear las filas del magisterio criollo de las ideas separatistas y de haber salvado esta parte del territorio español de lo que ha estado pasando en la Antilla hermana.13 De ahí que Sanz actuara en Puerto Rico con rapidez y diligencia para dar cumplimiento a sus objetivos. “He dado inmediata colocación a cuantos profesores han venido de la Península y es de inmensa importancia que vengan pronto muchos a educar convenientemente las futuras generaciones” (Gómez Acevedo, Op. cit., 129). Por otra parte, es necesario destacar el cuadro de realidades al que se tenía que enfrentar el maestro. Dos circunstancias críticas ponen de relieve las penurias de este sacrificado trabajador. Por un lado, los pagos de su salario que les corresponden a los ayuntamientos, raras veces llegaban a tiempo, y, por otro, luego de dedicar un gran número de años al servicio magisterial, y de haber alcanzado la mayoría de edad, esto es, al momento de su retiro, no existe pensión para el maestro jubilado. Así, se nos presenta un ejemplo del primer caso, con la riqueza de elementos que selecciona el periódico El Buscapié para denunciar con humor e ironía: “El maestro de escuela de Corozal se lamenta por no haber podido asistir a las funciones religiosas de Se12 Para una aproximación detallada en torno al surgimiento y desarrollo de las Escuela Normales en España: Cfr.: Escolano Benito (1982); Ávila Fernández (1986); Melcón Beltrán (1992). 13 Durante ese período (1868-1878) se viene desarrollando la Guerra de los Diez Años o de Yara en la Antilla hermana, la cual se había iniciado por terratenientes sin capital a los que se van uniendo algunos intelectuales y gentes de estratos sociales medios y bajos. La guerra significa una escalada hacia la independencia de Cuba; es un proceso emancipador que, aunque fracasado en este primer intento, echa raíces y se constituirá en un período durante el cual la sociedad cubana fue capaz de imponer todas sus iniciativas creadoras frente a un colonialismo débil e ineficaz. Sanz parece estar bastante informado del giro irreversible de Cuba y apunta su acción hacia registros fuertes de persecución y represión. Cfr.: Céspedes del Castillo (1983), 459-467.

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“El maestro no sólo está mal pagado sino, además, muchas veces tarde y en otras ocasiones, nunca. Podía ser pagado en metálico –entre 1,000 y 2,500 reales anuales-o en granos o en otra cosa equivalente; ¿se entiende ahora mejor aquello de “pasas más hambre que un maestro de escuela”? Hablamos de hambre material y miseria profesional y social. El maestro no tenía medios para subsistir y aún menos para una mejora cultural.”

mana Santa, celebradas allí con tan loable y lucidez por el Padre Ríos. Y el no haber asistido el tal profesor a los citados actos religiosos no consistió en falta de voluntad ni de verdadera devoción, sino de falta de ropa, zapatos… Ayuntamiento no le paga un cuarto siquiera de los sueldos, desde hace no sé cuántos meses, y aunque es fama que el río de aquel pueblo se hallaba oro en otras épocas, ahora ¡bendito Dios!, ya no se encuentran allí más que guijarros de punta. Complacimos a dicho maestro haciendo público el motivo de su retraimiento en las pasadas solemnidades, para que no se atribuya a falta de fervor católico. Si no pudo asistir a las ceremonias públicas, en cambio ayunó más rigurosamente de lo que manda la doctrina, y váyase lo uno por lo otro.”14 Esa persistente imagen de carencias materiales de los maestros que registra la prensa puertorriqueña de la época, la podemos constatar, también, en la España del mismo período. Sobre el particular, ha señalado Ávila Fernández: “El maestro no sólo está mal pagado sino, además, muchas veces tarde y en otras ocasiones, nunca. Podía ser pagado en metálico –entre 1,000 y 2,500 reales anuales-- o en granos o en otra cosa equivalente; ¿se entiende ahora mejor aquello de “pasas más hambre que un maestro de escuela”? Hablamos de hambre material y miseria profesional y social. El maestro no tenía medios para subsistir y aún menos para una mejora cultural.” (Ávila Fernández, 2007, 332) En torno a la segunda circunstancia crítica que viene afectando al magisterio criollo respecto al desamparo de esta clase al alcanzar la mayoría de edad, de igual forma, hay voces de denuncia que hacen público su manifiesto cómo se narra en un escrito sobre El porvenir del profesorado: “Una inteligente, laboriosa e inteligentísima profesora de instrucción pública Da. Antonia Guardiola de Montalvo, se retira del Magisterio pobre, anciana, 14 El Buscapié (16 de abril de 1882), VI (16), 2.

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La educación moderna fue una de las primeras publicaciones profesionales del siglo 20 dirigida a maestros para “defender los intereses del magisterio puertorriqueña”. Se publicaba en Mayagüez (CPUPR).

llena de achaques, con el cuerpo enfermo y el espíritu fatigado, después de 22 años de constantes tareas, consagradas a la enseñanza pública. Datos como el presente, contristan el ánimo y hacen meditar dolorosamente el porvenir del profesorado. UN SIGLO DE LuCHa EDuCaTIVa v 89


Si la Sra. Guardiola hubiera consagrado su actividad a cualquiera otra ocupación o empresa, acaso hubiera logrado enriquecerse veinte y dos años de trabajo y de ahorro, algo le hubiere producido siquiera para alivio de la vejez. Pero se consagró a la misión más noble, más cristiana y más humanitaria de este mundo, se dedicó a la enseñanza, empleó los mejores años de su vida en perfeccionar a sus semejantes, y eso ya es otra cosa. Por eso se retira pobre, cansada, enferma a la soledad de su hogar, donde tendrá por único consuelo la satisfacción de haber cumplido su deber. Llamamos sobre este punto la atención del Gobierno y de las corporaciones de velar por los intereses del profesorado. Nunca con más justicia crearse jubilaciones que garanticen el sustento, en los últimos años, a las personas que con buena nota hayan consagrado su vida a la enseñanza, o se hayan inutilizado en el ejercicio de tan elevada misión”.15 Ante el cuadro de injusticias del que ha sido víctima el magisterio criollo la unidad y la organización de propósitos, unido al deseo ferviente de cambios, habrán de ser los signos que caracterizarán a este cuerpo de trabajadores que procuran fomentar una cultura profesional que se deje sentir en el Puerto Rico de las últimas décadas del siglo XIX. Aunque el primer fermento organizativo los maestros criollos se dio en 1875, y que tras los efectos despóticos de Sanz se impidiera su concreción en ese momento, la voluntad de cambio en el magisterio puertorriqueño ya había dejado sentir, y parece que echaba raíces.

IV. La primera Asociación de Maestros: del modelo alemán a las circunstancias criollas Al Puerto Rico de finales del siglo XIX llegaban noticias de cómo en otros escenarios se enfrentaban a diversos problemas y desafíos. El magisterio, en su afán por informarse y por estar al día en corrientes, tendencias y orientaciones que se daban en otros espacios, fundamentalmente en lo que se promovía en Europa en materia educativa, da señales de cómo estas influencias, 15 Ibíd. 90 v UN SIGLO DE LuCHa EDuCaTIVa


de alguna manera, impactan sus iniciativas y proyectos profesionales. La recepción de influencias europeas que, también, se había dejado sentir en la educación española de la época, le imprime signos modernos al discurso reformador y de cambios que habrá de imperar entre los líderes que se prestan a fundar la primera Asociación de Maestros del Puerto Rico decimonónico.16 Éstos parecen centrar su ruta por el camino de la vanguardia y el progreso de la clase magisterial puertorriqueña, “movilizados por un militante deseo y voluntad de modernidad”, como diría Álvarez Curbelo. La producción de publicaciones, fundamentalmente periódicos y revistas, habrá de ser un rasgo definitivo de la ciudad letrada. Los intelectuales puertorriqueños, como sus homólogos en España e Hispanoamérica, utilizarán, también, estas herramientas para hacer pública la denuncia, además de celebrar la ilustración y volcar con aires modernos sus afanes. De ahí que la revista La Instrucción Pública, dirigida por Abelardo González Font, prestara páginas en 1881 para presentar el nuevo proyecto de crear la Asociación de Maestros. Esta iniciativa despertó mucho interés, lo cual se evidencia por el endoso público de reconocidos educadores e intelectuales del país. De éstos surge la idea de insistir en la mención el modelo de perfeccionamiento logrado por los alemanes en materia educativa y de resaltar el papel decisivo de la organización magisterial alemana como pieza clave para los logros de la educación de ese país. De ahí que señalen que la instrucción primaria y el profesorado, en Alemania, deben su engrandecimiento y perfección, más que a la actividad poderosa de su gobierno, a la obra fundamental de su respectiva asociación de los maestros. Resalta el hecho de que en Puerto Rico se pudiera seguir el modelo de organización profesional alemán, con el objetivo de alcanzar iguales o

La producción de publicaciones, fundamentalmente periódicos y revistas, habrá de ser un rasgo definitivo de la ciudad letrada. Los intelectuales puertorriqueños, como sus homólogos en España e Hispanoamérica, utilizarán, también, estas herramientas para hacer pública la denuncia, además de celebrar la ilustración y volcar con aires modernos sus afanes.

16 A partir de las últimas décadas del siglo XIX se configura en España la pedagogía científica que propiamente emana de las tendencias experimentalistas del positivismo y de los movimientos innovadores que se generaron en el contexto de la llamada “educación nueva”. La Institución Libre de Enseñanza se constituyó en un canal receptor fundamental de lo que estaba ocurriendo en otros lugares en materia educativa. La traducción al castellano de obras pedagógicas que se dio durante el período ha permitido cuantificar la procedencia de estos trabajos, pudiéndose identificar a Francia, Alemania e Inglaterra como los países desde los cuales se recibieron mayores aportaciones para la educación española. UN SIGLO DE LuCHa EDuCaTIVa v 91


En el caso de Puerto Rico, el movimiento asociacionista del magisterio adquiere fuerza. La primera reunión constitutiva de la nueva organización se celebró en San Juan el 22 de abril de 1882. El primer presidente de la Asociación de Maestros, fundada en esa fecha, fue Manuel Sergio Cuevas Bacener. Una lista de reconocidos educadores de la época aparecen en el fundacional del nuevo cuerpo magisterial debidamente constituido.

análogos resultados que los logrados por un pueblo con una cultura pedagógica reconocida de larga y sólida tradición.17 Simultáneamente para los mismos años en España se está fraguando el profesional del magisterio: “En los últimos años del siglo XIX aparecieron las primeras asociaciones del magisterio primario, organizaciones que integraban generalmente a maestros una localidad o partido judicial y cuya razón de ser estaba indudablemente ligada a las miserables condiciones laborales y económicas en que se desarrollaba la vida profesional del maestro. El germen de este movimiento asociativo hay que buscarlo en las numerosas asambleas locales y provinciales celebradas durante esos años en las distintas regiones del país, asambleas que frecuentemente centraban sus análisis y discusiones en torno a dos temas prioritarios: la problemática salarial y la necesidad de buscar mecanismos que permitiesen la organización y representación nacional del magisterio primario.”(Terrón, 1987, 281) En el caso de Puerto Rico, el movimiento asociacionista del magisterio adquiere fuerza. La primera reunión constitutiva de la nueva organización se celebró en San Juan el 22 de abril de 1882. El primer presidente de la Asociación de Maestros, fundada en esa fecha, fue Manuel Sergio Cuevas Bacener. Una lista de reconocidos educadores de la época aparecen en el fundacional del nuevo cuerpo magisterial debidamente constituido.18 17 Aunque los maestros de Puerto Rico expresan su admiración por la Asociación de Maestros Alemana, no dudamos que lo hagan también en el contexto del prestigio alcanzado por la educación de ese país, que tiene una larga tradición de forjadores del pensamiento pedagógico contemporáneo. Tanto Kant (1724-1804) como Herbart (1776-1841), filósofos alemanes que crearon bases fundamentales para el desarrollo de la pedagogía del siglo XIX, eran estudiados ampliamente en España. Sus obras pedagógicas ya habían alcanzado amplia difusión en los escenarios pedagógicos de la Península y de América. De hecho cuando los maestros de Puerto Rico se refieren a educación de la voluntad, aluden a un concepto kantiano postulado como “voluntad o razón práctica, muy utilizado este concepto a la hora de fomentar en los alumnos el desarrollo de deberes que originan la virtud y que con ésta nace la bondad moral del hombre (voluntarismo moral. De otra parte, en una de las áreas que marcó la influencia definitiva de la educación alemana en Europa, y concretamente en España, fue a través de la organización escolar que promovía la escuela dividida en clases. Este modelo de agrupación de los alumnos tuvo amplia difusión a finales del siglo y ganó mucho prestigio en la educación de ese momento, al punto de llegar a ser considerado como el paradigma del modelo continental. Cfr. Capitán Díaz (1984), 619-626; Pozo Andrés (2005), 102-103; Melcón Beltrán (1992), 24-31. 18 Para 1890 ocupa todavía la presidencia de la Asociación de Maestros don Manuel S. Cuevas Bacener. Una publicación que editó Juan Sala González sobre lo que ocurrió en el Primer Certamen Pedagógico celebrado en Lares, le confiere al señor Cuevas

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Esta organización de inmediato se asignó una ta- Clase de artes mecánicas. rea. El mismo año de su fundación, esto es, el 14 de di- Década 1920 (PRSR). ciembre de 1882, se hace público una comunicación de la Junta Directiva en la que consignan, según éstos, “la más humilde súplica; animada solamente del deseo de servir mejor a la causa de la Instrucción primaria”. Se trata de la petición de que se establezca en Puerto Rico la Escuela Normal de Maestros, para la que, según indican, ya estaban consignados los fondos necesarios en el presupuesto. Al reclamar igual trato que a los peninsulares indican: “El profesorado de primera enseñanza de esta Isla aspira con justicia a obtener por medio de su consBacener la dedicatoria en los siguientes términos: “A quien goza el premio de una jubilación justa por sus servicios y méritos en la honrosa profesión de enseñar al que no sabe y en ella ha brillado por su talento y virtudes imitadas en la enseñanza por sus hijos y discípulos, y, en vez de descansar, dedica todo su entusiasmo a la clase que tanto honró, presidiendo esa corporación; corresponde, en justicia, dedicar este ramillete de recuerdos, y yo me honro mucho haciéndola cumplida y suscribiéndome su amigo y compañero.” Cfr.: Sala González (1890). Algunos datos biográficos del señor Manuel Sergio Cuevas Bacener que hemos podido recuperar nos indican que nació en San Juan el 7 de octubre de 1818 y murió también en esa capital el 15 de julio de 1896. Como figura destacada del magisterio puertorriqueño hizo público escritos didácticos y fue autor de un texto de Gramática Castellana, el cual fue premiado en 1893. Fue miembro de la Junta Superior de Instrucción Pública e Inspector de Escuela Primaria. Como líder educativo y cultural participaba de actos públicos, tales como lectura de semblanza en honor a Rafael Cordero en ocasión de instalarse tarja conmemorativa en San Juan. Se le consideró Decano de la Instrucción Pública de la Isla. Presidió la primera Asociación de Maestros fundada en Puerto Rico a finales del siglo XIX. Cfr.: Hostos, A. (1990), 618; Círculo Maestro Rafael Cordero (2010), 137. UN SIGLO DE LuCHa EDuCaTIVa v 93


Precursora de la actual Facultad de Educación de la UPR. La Escuela Normal fue la responsable de la preparación de maestros en Puerto Rico desde 1900. Edificio antiguo de la Normal en el Recinto de Río Piedras, donde hoy ubica el Edificio Pedreira (AHAMPR).

tancia y laboriosidad, las mismas consideraciones, los mismos derechos que sus hermanos de la Península; y bien lo merece maestro que un día tras otro y año tras año, ha venido siempre llevando debidamente los penosos cargos que su carrera le impone, en medio de penosas privaciones y duros sacrificios.”19 Aprovechan la comunicación a las autoridades españolas para incluir, junto a la petición de que se establezca la Escuela Normal, que se designen para los cargos de profesores a educadores de la Isla, siguiendo la práctica en la Metrópoli de nombrar en estas plazas a funcionarios que son residentes de las provincias donde estos establecimientos se erigen. Destacan que, como práctica de equidad, se designen estos profesores a partir de la terna sometida por don Segundo de la Portilla, quien se desempeñó como gobernador en un período [1875-1877] y quien le correspondió reparar algunas injusticias cometidas por Sanz contra los maestros de la 19 Cfr.: Hernández Rivera (1990), 30-31.

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Isla.20 Resaltan, además, la situación que en ese momento tenía el magisterio criollo, el cual necesitaba legalizar los derechos de los cargos que ostentaban, de tal forma que correspondieran con las demandas de la reglamentación vigente que exigía la preparación magisterial impartida en una Escuela Normal. Señalaban, además, que dilatar aún más este asunto irrogaría al profesorado de Puerto Rico perjuicios incalculables.21 Aunque las Escuelas Normales de Maestros y Maestras comienzan, tanto en Cuba como en Puerto Rico, a partir de lo decretado en 1890, la realidad es que estos establecimientos no comienzan sus labores hasta el inicio de 1891. Habría que preguntarse, ¿por qué se demoró tanto el establecimiento de las Escuelas Normales cuando las gestiones y los intentos para ponerlas en marcha fueron reiterados y corrieron con el más amplio apoyo de la mayor diversidad de sectores? Nos tendríamos que remitir obligatoriamente a la reputación alcanzada por estos establecimientos en la Península, los cuales ya tenían una larga historia de aciertos y fracasos. Sobre el particular, se ha planteado que a pesar de la euforia suscitada por la creación de estos nuevos centros en España, en el caminar de las Escuelas Normales, pronto se extendió una campaña, reflejo de la emprendida en Francia y en otras naciones, en la que se formularon toda clase de acusaciones contra ellas como “centros que cultivaban ideas subversivas, semillero de consignas revolucionarias, en donde se les daba a unos pobres seres de escasa formación, ínfulas de sabios petulantes, capaces de discutir a clérigos y nobles universitarios su saber”. A esto se añadía que se les consideraba “costosas en términos económicos, que daban pocos resultados y que producían maestros de ideas revolucionarias” (Ávila Fernández, 2007, 332). Si esa era la imagen que estos centros de formación de maestros habían alcanzado en la Me-

El magisterio puertorriqueño de finales del siglo XIX, además de cultivar modelos de organización y asociación de la clase profesional, como práctica de modernidad, se dio a la tarea de procurar que la escuela puertorriqueña no quedara aislada de lo que estaba pasando en el mundo en cuanto a la aplicación de ideas y principios pedagógicos que le dieran una nueva dirección a las prácticas educativas que se desarrollaban en la Isla.

20 Ibíd., 31. 21 Hay que destacar que el interés de la Asociación de Maestros por el establecimiento de las Escuelas Normales no se limita a su creación, sino también a que se designen profesores puertorriqueños en la plantilla de docentes que se desempeñarían en las mismas. No podemos descartar que el presidente de la recientemente creada Asociación de Maestros, don Manuel Sergio Cuevas, quien ya para 1850 había fungido en forma temporera en calidad de formador de maestros, estuviese interesado ocupar una de las nuevas plazas docentes que se creasen para estas escuelas. UN SIGLO DE LuCHa EDuCaTIVa v 95


Durante estos años en España, la Institución Libre de Enseñanza estaba promoviendo una revolución metodológica en la pedagogía que se venía practicando en ese país. Francisco Giner de los Ríos, quien había fundado la Institución Libre de Enseñanza, mantenía comunicación con figuras destacadas de la educación de Hispanoamérica, entre éstos, Eugenio María de Hostos. Muchos de los conceptos y postulados que se promovían en el movimiento de renovación pedagógica español eran debatidos por los maestros de Puerto Rico.

trópoli, podríamos entender, en parte, el retraso de su implantación en las últimas posesiones españolas de Ultramar que, en efecto, se habían convertido en un hervidero de ideas revolucionarias con voces que impartían mayor fuerza al clima antiespañol, tanto en Cuba como en Puerto Rico. Claro está, esto en nada justifica tan nociva desatención. El magisterio puertorriqueño de finales del siglo XIX, además de cultivar modelos de organización y asociación de la clase profesional, como práctica de modernidad, se dio a la tarea de procurar que la escuela puertorriqueña no quedara aislada de lo que estaba pasando en el mundo en cuanto a la aplicación de ideas y principios pedagógicos que le dieran una nueva dirección a las prácticas educativas que se desarrollaban en la Isla. De ahí que grupos de maestros se organizaran en academias en los pueblos que, a su vez, formaban parte de los organismos nacionales que agrupaban a los maestros. En 1889, por ejemplo, la Academia de Maestros de Lares, que presidía José Cordovés y Berríos, estaba integrada por educadores informados de los adelantos de la educación en otros lugares. Éstos convocan y celebran el Primer Certamen Pedagógico Provincial de Puerto Rico. Uno de los motivos que tenían los maestros al decidir celebrar un certamen pedagógico consistía en “poner término al aislamiento de los profesores y marchar hacia la educación integral, intuitiva, profesional y técnica”.22 El Certamen Pedagógico proveyó una alternativa al magisterio criollo para presentar trabajos. Algunos de éstos fueron leídos y premiados en la asamblea organizada como parte del Certamen. La discusión de las disertaciones presentadas en este encuentro, con finalidad de renovación pedagógica, dio espacio para la reflexión crítica en torno a la situación de la educación en el Puerto Rico de ese momento: ausentismo escolar, discrimen contra la mujer, carencia de escuelas y el estado de las existentes. De este último renglón señalan que “son aulas poco ventiladas y hasta asfixiantes, donde la educación está 22 Cfr.: Hernández Rivera (1998), 33. Cuando indagamos en torno al movimiento renovacionista de la pedagogía española de finales del siglo XIX, encabezado por la Institución Libre de Enseñanza, encontramos que se promovían conceptos muy parecidos a los aludidos por los maestros reunidos en Lares. Parece que los maestros de Puerto Rico no estaban tan aislados del repertorio de métodos pedagógicos que se divulgaban y promovían en España por las instituciones que procuraban darle un nuevo horizonte a lo que se hacía en las aulas a fin de alcanzar mejores resultados.

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Estudiantes en una actividad escolar. Década 1920 (PRSR).

atada a mesas y bancos de igual altura”.23 Los maestros reunidos en Lares no solo se preocuparon por criticar el estado físico de las aulas; también elevaron su voz a favor de una reforma metodológica a través de la cual se redujera la instrucción verbalista y mecánica que fomenta el intelectualismo abstracto y nominalista. Se opusieron, además, a la enseñanza rutinaria que hacía que los primeros pasos en la instrucción fueran penosos para los niños. Se pronunciaron en contra de los castigos físicos y se expresaron a favor de la formación y “desarrollo de la voluntad que si es bien dirigida modela el carácter”. Conviene hacer un breve recuento de conceptos pedagógicos que se resaltan en este encuentro de maestros. Hablan de procurar una educación integral para referirse a aquella que aúne propósitos y contenidos a fin de lograr el mejor aprendizaje en los alumnos. Plantean la enseñanza concéntrica, que “consiste en el enlace natural, íntimo y proporcionado de las asignaturas funda23 Cfr.: Hernández Rivera (1998), 33-34. Un estudio sobre arquitectura escolar en Puerto Rico que nos presenta planos de las escuelas del siglo XIX, elabora el concepto de casa-escuela como el local alquilado, comprado o construido con propósitos educativos que también servía de vivienda del maestro. Esta práctica fue regulada de tal forma que el espacio de vivienda del maestro fuera separado del espacio utilizado como aula. Finalmente, se determinó que las aulas escolares no se compartieran con la vivienda del maestro. Cfr.: López Borrero (2005), 37-54. UN SIGLO DE LuCHa EDuCaTIVa v 97


mentales, de suerte que la segunda enseñanza venga a ser una extensión gradual de la primera”. Sobre la enseñanza concéntrica señalan que “para que los textos de unas y otras enseñanzas engranen perfectamente y faciliten la fusión y el completo enlace de las asignaturas deben ir aumentando su extensión como los círculos concéntricos que se forman en la superficie del agua cuando la hiere un cuerpo de mayor gravedad o resistencia”. En una evaluación final de esta metodología, señalan que es un “método tan en armonía con las leyes de la naturaleza, con el que economiza el niño tiempo y trabajo para adaptar lo aprendido a lo que va aprendiendo”. Añaden, también, que se evitarán con este método “esos grandes esfuerzos de la memoria, que a las veces dislocan o alteran el maravilloso equilibrio intelectual”. Durante estos años en España, la Institución Libre de Enseñanza estaba promoviendo una revolución metodológica en la pedagogía que se venía practicando en ese país. Francisco Giner de los Ríos, quien había fundado la Institución Libre de Enseñanza, mantenía comunicación con figuras destacadas de la educación de Hispanoamérica, entre éstos, Eugenio María de Hostos. Muchos de los conceptos y postulados que se promovían en el movimiento de renovación pedagógica español eran debatidos por los maestros de Puerto Rico. Como hemos visto, en las discusiones que se dieron en Lares se pusieron de manifiesto varios de estos conceptos y planteamientos pedagógicos: “Enseñanza intuitiva con mucho diálogo, con apuntes personales en lugar libros de texto, con trabajo manual, prácticas de laboratorio, juegos, deportes, excursiones en el campo; procedimiento cíclico que procuraba dar desde los comienzos a los alumnos toda clase de conocimientos, cada vez más ampliados, según la edad, como círculos concéntricos, destierro del sistema clásico de premios y castigos…-- la Institución estimará todo esto como antiformativo--.” (Gómez Molleda, 1981, 251) Por otra parte, observamos que los maestros de Lares insisten en la promoción de una enseñanza integral, concepto que la pedagogía del siglo XXI postula en el ámbito curricular como parte de una tradición moder98 v UN SIGLO DE LuCHa EDuCaTIVa


na e innovadora. No obstante, parece que el mismo ya echaba raíces en los maestros de Lares de finales del siglo XIX.24 Aunque el movimiento magisterial puertorriqueño del siglo XIX se dejaba sentir en aquellos asuntos fundamentales que afectaban a esta clase profesional, éste seguía siendo frágil. El liderato de la organización parecía carecer del apoyo de todos los sectores del magisterio. Habrá de ser la década de 1890 la que dramatizará más el cuadro de insatisfacciones de los maestros puertorriqueños. En un estudio sobre este período, Maldonado Jiménez describe con mayor detenimiento cómo la cuestión salarial se convirtió en el móvil de la lucha magisterial de ese período.25 De ahí que el reclamo de unidad de los maestros no se haga esperar y la crítica a la Asociación de Maestros, organizada fundamentalmente en San Juan, se manifieste en términos elocuentes: “Si la Asociación de Maestros de la Capital no ha podido unir bajo una sola bandera a todos los profesores de la isla; si Ponce comprendiendo tal, erigió su Asociación local, bien ha podido la isla secundar aquel movimiento y, unidos todos nuestros compañeros, ser ya el Profesorado de la Provincia un cuerpo respetable, no sólo por su recto proceder, sique, también por la unión compacta de todos sus individuos. Es necesario que nos unamos; es necesario que cada maestro comprenda que cuando se atacan los derechos de uno, todos los demás están expuestos a los mismos; es necesario que empecemos a considerar la ofensa que se haga a uno de la clase, como si a todos se infiriese. Sobrado tiempo hemos estado en el aislamiento; sobrados inconvenientes se nos han presentado y no pocas dificultades nos han salido al paso, en esta vida de egoísmo, de ser cada uno para sí, viendo indiferente el mal de los demás; hay que proceder de otro modo; somos un solo cuerpo y nada que lastime a un miembro puede dejar de lastimar al organismo. Más unión, más identidad de miras, más fusión de ideas y

Las últimas dos décadas del siglo XIX habrán de representar en la historia de la educación de Puerto Rico como el período en el que despega el movimiento asociacionista del magisterio puertorriqueño. Aunque fue frágil en sus inicios sentó las bases para su desarrollo posterior.

24 La enseñanza integral, según planteada por los maestros de Lares, está dirigida a resaltar la formación armónica del alumno, tanto en su desarrollo físico como en el desarrollo moral e intelectual. Este concepto tiene una larga tradición en la cultura pedagógica occidental. Cfr.: Melcón Beltrán (1992), 24-31. 25 Maldonado Jiménez (1998), 23-90. UN SIGLO DE LuCHa EDuCaTIVa v 99


nuestras condiciones mejorarán visiblemente. Ponce, Lares, la Capital y ahora Mayagüez, que nos sirvan de ejemplo”.26

Las últimas décadas del siglo XIX en Puerto Rico constituyeron un escenario fértil para que los grupos letrados del país se inscribieran en las corrientes de modernidad que se daban en los espacios y sociedades con las que los intelectuales criollos mantenían mayores intercambios.

Todo este cuadro de situaciones se daba en el contexto de una sociedad que cargaba sobre sus hombros los golpes y el garrote, unido al descrédito de las instituciones encargadas de velar por lo justo y lo honesto: “Había también mucho resentimiento entre profesionales en el área de las ciencias y las letras. El gobierno de la Restauración había implantado políticas de españolización de la educación y de la vida política colonial en general. Las oportunidades de promoción de maestros y de otros profesionales de mediano ingreso se vieron dramáticamente recortadas.” (Cubano, 1997, 167) La debilidad de la Asociación de Maestros, según denunciada, así como la crisis que se dejaba sentir en otros sectores de la sociedad puertorriqueña no le restaron entusiasmo y militancia al magisterio criollo que procuraba el mejoramiento de su clase profesional y de la educación que se practicaba en el país. Los maestros de Puerto Rico tenían noticias de las actividades profesionales que celebraban en la Península y de los temas que en las mismas se ventilaban. Había adquirido arraigo en España la celebración de Congresos Pedagógicos.27 Siguiendo esa tradición en San Juan se celebró el primero de esa naturaleza. “Durante varios días, comenzando el 1° de enero de 1894, celebróse bajo los auspicios del Ayuntamiento de la ciudad, el Congreso Provincial Pedagógico. El 26 Ibíd., 92-93. 27 La celebración de Congresos Nacionales de Pedagogía constituye una iniciativa que se inscribe en la cultura neoliberal e ilustrada que se desarrolla desde mediados del siglo XIX en toda Europa. Alemania (1848), Suiza y Austria (1866), Bélgica (1871), Francia (1876), Italia (1879) y España (1882) habrán de promover estos encuentros profesionales en los que se discutían asuntos pertinentes a la profesión y al colectivo docente, así como temas de naturaleza pedagógica. El primero desarrollado en España en 1882 tuvo el aval de las autoridades educativas nacionales constituyó una reunión científica en la que la Institución Libre de Enseñanza (ILE) tuvo la oportunidad de presentar su metodología. Un resultado de este congreso constituyó la aprobación de la Ley de nivelación de sueldos de maestros y maestras, la de vacaciones escolares y la de conferencias pedagógicas, temas todos discutidos y planteados por los maestros de Puerto Rico en sus encuentros y reuniones con iguales propósitos como el celebrado en Lares. Cfr.: Escolano Benito (1985), 62-66.

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acontecimiento revistió interés, no sólo por el hecho de que fue el primer congreso de esta índole reunido en la ciudad, sino porque en él se discutió la necesidad de que las erogaciones escolares fueran atendidas por el Estado.” (Hostos, A., 1983, 392) Al igual que ocurría en la Metrópoli, además de discutir temas pedagógicos, se aprovechaba el encuentro entre maestros para denunciar y peticionar cambios. La necesidad de que el Estado asuma responsabilidad por los sueldos de los maestros es en ese momento un reclamo que no espera. Las últimas dos décadas del siglo XIX habrán de representar en la historia de la educación de Puerto Rico como el período en el que despega el movimiento asociacionista del magisterio puertorriqueño. Aunque fue frágil en sus inicios sentó las bases para su desarrollo posterior. Ahora bien, ¿qué cambios significativos se dieron en la educación de Puerto Rico durante esas dos últimas décadas? En 1880, el gobernador Eulogio Despujol propulsó una reforma educativa. Aunque ésta no logró de inmediato lo que se proponía, a largo plazo se pudo observar incremento significativo en el número de escuelas, así como en la tasa de alfabetización del país. Se logró, además, que en los sectores urbanos más de la mitad de los nacidos a partir de 1880 estuviesen alfabetizados (Picó, 2004, 213). “El general Despujol apoyó, en cierto modo, esta expansión cultural e instructiva al poner en marcha en 1880 un plan de instrucción primaria que, en pocos años, extendió por los siete departamentos insulares escuelas superiores de ambos sexos, elementales y auxiliares que elevaron a 554 los centros de enseñanza Educación en dos tiempos. En la foto de Puerto Rico (Paz y Hernández, 2000, 124). superior, estudiantes posan a inicios Durante ese período, además del restablecimiento del Instituto Civil de Segunda Enseñanza, del establecimiento de la Institución de Enseñanza Superior (1888), de la creación de las Escuelas Normales (1891), se aprobó legislación disponiendo la equiparación del sueldo de las maestras de instrucción primaria con el de los maestros de igual clase (1893). Así, también, se hace ex-

del siglo 20 (PRSR). En la foto posterior, niñas de la Escuela Pedro Carlos Timothée, en Puerto Nuevo, disfrutan de una clase de música (AHAMPR). Timothée (1864-1949) fue fundador de la Asociación. La escuela que lleva su nombre fue inaugurada en 1952.

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Otra contribución que hizo el magisterio de finales del siglo XIX, constituyó en crear las bases para el desarrollo de una cultura asociacionista en Puerto Rico, dirigida a fomentar la unidad y la identidad como grupo profesional de un sector de la sociedad letrada del país.

tensiva a los maestros de Puerto Rico, en 1894, la Ley de jubilación para el magisterio de primera enseñanza que había sido aprobada en la Península desde 1887. Ambas conquistas, unido al reclamo de que el Estado asuma la responsabilidad salarial que, por tanto tiempo, ha constituido una carga para los Ayuntamientos difícil de asumir, constituyen parte de los reclamos del movimiento asociacionista del magisterio puertorriqueño que en su etapa embrionaria se ha empeñado en promover. De esa forma, los maestros puertorriqueños procuraron inscribirse en una cultura de modernidad, desde la cual dejaron saber que eran una clase profesional con signos de identidad propios, y que apostaban al cambio y al progreso desde el espacio educativo, “con la fuerza de la unión, con la fusión de ideas y la identidad de miras…”.

V. Conclusiones

Las últimas décadas del siglo XIX en Puerto Rico constituyeron un escenario fértil para que los grupos letrados del país se inscribieran en las corrientes de modernidad que se daban en los espacios y sociedades con las que los intelectuales criollos mantenían mayores intercambios. “El afán de modernidad, de superar las desfases temporales las sociedades avanzadas en el mundo constituyó el paradigma que animó los proyectos políticos, intelectuales y estéticos de la época. En las páginas de La Charca de Manuel Zeno Gandía; en las pinturas de Francisco Oller; en la historiografía de Salvador Brau y José Julián Acosta; en el diseño educativo de Eugenio María de Hostos; en los planes agrícolas de Agustín Stahl y el sueño de surcar la isla de canales que acarició Román Baldorioty de Castro se anidaba la visión de un país que había que construir desde los parámetros de la ciencia y el progreso. Las panaceas de esta generación habrían de ser la educación, la higiene y la emancipación menta que desterrara los prejuicios y las supersticiones.” (Álvarez Curbelo, 1998, 36) No es de extrañar, por tanto, que el alcaide de la cárcel de San Germán solicite a las autoridades metropolitanas que le hagan llegar copia de los reglamentos 102 v UN SIGLO DE LuCHa EDuCaTIVa


de las cárceles francesas, ya que le han llegado noticias de reformas valiosas en ese ramo que se han implantado en ese país. Cuando en efecto se le responde con los mencionados reglamentos, éste decide retratarse con sus presos e indicarle a las autoridades españolas que desea compartir sus logros al implantar un modelo reformativo en el que la educación moral y religiosa del presidiario constituyen la piedra angular del cambio. Destacaba, además, que la propagación de su experiencia por la Península podría dar paso al mejoramiento de los resultados de las cárceles de España. El ejemplo del alcaide de San Germán, así como el de los maestros de Lares, que desarrollan el Primer Certamen Pedagógico Provincial de Puerto Rico con miras a alcanzar una reforma metodológica de la enseñanza, tocando al ritmo del repertorio conceptual que promovían los reformadores de la pedagogía española de finales del siglo XIX, y otros ejemplos más en otros ramos, confirman de diferentes formas cómo se procuraba instalar al país en las corrientes de modernidad que se daban en esa época. De ahí que cuando los maestros de Puerto Rico de ese período deciden organizarse como grupo profesional en una Asociación lo hagan procurando seguir el modelo alemán porque constituye un ejemplo de una organización que ha contribuido notablemente al progreso y adelanto de la educación de ese país. La Asociación de Maestros, fundada en San Juan, aunque en diferentes momentos mostró algunos niveles de fragilidad, según el testimonio de los mismos maestros, lograron poner en la discusión importantes temas de extraordinario interés para la clase que representaban, para la práctica pedagógica, para la formación magisterial y para el país en general. Algunos de los asuntos en los que más dejaron sentir su voz fueron: 1. La creación de un instrumento de fuerza y unidad magisterial que agrupara a todos los maestros del país. 2. El establecimiento de las Escuelas Normales para la formación de los maestros en Puerto Rico. 3. La aprobación de ley que garantizara la equiparación de sueldos entre las maestras y los maestros. UN SIGLO DE LuCHa EDuCaTIVa v 103


4. La aprobación de ley dirigida a implantar un plan de pensiones para el magisterio. 5. El desarrollo de certámenes, conferencias de verano y congresos pedagógicos a fin de lograr mejoramiento, formación y progreso profesional del magisterio. 6. El fomento de políticas dirigidas para que sea el Estado el responsable de pagarle al maestro por su trabajo, relevando a los ayuntamientos de esa función. Otra contribución que hizo el magisterio de finales del siglo XIX, constituyó en crear las bases para el desarrollo de una cultura asociacionista en Puerto Rico, dirigida a fomentar la unidad y la identidad como grupo profesional de un sector de la sociedad letrada del país. Su modelo asociacionista, sus postulados y principios, se inscribieron en una tradición de modernidad que echaba raíces al desarrollarse el cambio de dominación política que se produjo en el 1898. Al advenir el nuevo siglo la experiencia del asociacionismo magisterial decimonónico habrá de constituir el punto de partida a través del cual se transitará hacia un nuevo sendero, con nuevos problemas y desafíos, que el maestro puertorriqueño tendrá que enfrentarse con originalidad, pero, también, con firmeza y mucha solidaridad.

Bibliografía

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Una fuerza inteligente y culta Elementos fundamentales de la primera organización magisterial en Puerto Rico, 1911-1936

v Nilda García Santiago

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“Es necesario que todos demos prestigio a la sociedad que acaba de nacer, no sólo con óbolo material, imprescindible siempre, sino con el no menos imprescindible elemento de las ideas que cada uno pueda aportar, de cuyo conjunto, tras discusiones razonadas, han de surgir lo que nos proponemos: una nueva fuerza inteligente y culta, en el campo de acción de la vida puertorriqueña”.

A los presidentes de la Asociación de Maestros de Puerto Rico, en especial al Sr. Antonio Sarriera, Sr. Gerardo Sellés Solá, Sr. Luis Muñiz Souffront, Lcdo. Virgilio Brunet, Sr. José Eligio Vélez Torres y Sra Aida Díaz de Rodríguez.

Antonio Sarriera, 1910 Palabras ante la fundación de la Asociación Insular del Magisterio Introducción “¿Cuál fue la necesidad que indujo al digno cuerpo de maestros puertorriqueños, allá por el año 1911 a unirse? ¿No fue acaso el deseo vehemente de solidificarse en un gran bloque de voluntades para defenderse y resistir a las acometidas de 1 Nilda García Santiago fue Profesora Emeritus de la Facultad de Educación Eugenio María de Hostos de la Universidad de Puerto Rico, Recinto de Rio Piedras, donde dictó cátedra desde la década de 1950 sobre la Didáctica de las Matemáticas. Sirvió como Decana de esa Facultad entre 1986 a 1989, año en que fue designada Directora Ejecutiva de la Comisión Conjunta para la Reforma Educativa Integral que produjo la aprobación de la Ley Orgánica de Educación de 1990. Posteriormente, presidió la Comisión Permanente de Problemas Educativos de la Asociación de Maestros de Puerto Rico. En 1999 fue electa Presidenta de la Asociación de Empleados Jubilados de la Universidad de Puerto Rico. En el año 2002 fue designada Miembro del Consejo de Educación Superior de Puerto Rico por la Gobernadora Sila M. Calderón, donde presidió el Comité de Licenciamiento y Acreditación. En 2007, se le otorgaron las dos máximas distinciones de la AMPR, Premio Maestro Rafael Cordero y Premio José Eligio Vélez Torres, Inició el Proyecto de la Historia de la Asociación de Maestros que ha producido este libro. Este trabajo se publica póstumamente. UN SIGLO DE LuCHa EDuCaTIVa v 107


las demás organizaciones que en un legítimo anhelo de triunfo forcejean por derrocar sus contrincantes en un sublime gesto de la universal conservación? Hoy, esa misma Asociación, que surgió espontánea, como surgen a la vida animada de los pueblos los grandes organismos, tiende a hacerse cada día más fuerte, más poderosa, más importante…”.2 Joaquín Correa apunta, con gran atino, la voluntad que tenía el magisterio en 1911 para unir dos asociaciones y fundar la Asociación de Maestros de Puerto Rico. Aunque es poco lo que se conoce de la Asociación General de Maestros y la Asociación Insular del Magisterio, al parecer el “anhelo de triunfo” que subraya Correa, fue el denominador común que logró que dos organizaciones dejaran a un lado sus agendas separadas para unirse y crear un frente común en defensa del magisterio. Aún así, Correa, entonces presidente de la Junta Local de Naguabo, quien escribe a menos de una década de haberse fundado la Asociación, asevera que ésta surgió de forma “espontánea”. ¿Cuán real es la visión de que la Asociación surgió espontánea? ¿Cuán espontáneo fue el esfuerzo que se dio desde comienzos de siglo para fundar una organización que luchara por la educación en Puerto Rico y lograr mejores condiciones de trabajo para el magisterio? Estas preguntas guían este ensayo. En este trabajo me propongo analizar y evaluar las principales iniciativas que adoptó la clase dirigente de la Asociación de Maestros, así como el discurso sobre el cual se sustentaron las bases para organizar la primera entidad en Puerto Rico dirigida a luchar para conseguir mayores beneficios para el magisterio como clase trabajadora profesional y mejorar el sistema educativo público. Este ensayo discute el período entre 1911 y 1936, los primeros 25 años de la Asociación, época que comprende su etapa de organización.3 Sostengo la hipótesis que este período es el momento en que se construye la base ideológica y filosófica de la Asociación en tres dimensiones: la primera, como or2 Joaquín Correa. Porto Rico School Review, vol. 5, núm. 3, noviembre de 1920. 3 Eloy Antonio Ruiz-Rivera divide la historia de la Asociación de Maestros en cuatro etapas: Organización (1911 a 1940); Formación (1940-1968); Reorientación (1968-2000); y Reinvención (2000 al presente). Consúltese su trabajo La construcción de la polis magisterial: la Asociación como un país (1940-1960), en este libro, en el cual el autor explica las razones para esta interpretación histórica. 108 v UN SIGLO DE LuCHa EDuCaTIVa


ganización que viabilizó la creación de servicios básicos esenciales para el magisterio como clase; la segunda, como entidad magisterial que debía luchar por las condiciones del magisterio, desde una perspectiva laboral; y la tercera, como organización profesional, cuyo objetivo era la promoción de una mayor y más completa formación profesional. Estas dimensiones se convirtieron más adelante en lo que ha sido denominado, a través de un siglo, en las principales tres áreas de acción de la Asociación de Maestros. En esta primera etapa, la clase dirigente de la Asociación de Maestros y un grupo ilustrado de maestros crearon las bases del discurso institucional asociacionista sobre el cual se sustentaron las bases que promovió una organización multidimensional a través de lo que fue la Tríada del pensamiento fundacional: profesionalización del magisterio, servicios y defensa laboral. Además de esta tríada que caracteriza a la Asociación en su etapa de organización, desarrolló un trabajo estratégico, a través de sus Asambleas Anuales, Comités Especiales y Comités Permanentes, que buscaba un mayor y mejor funcionamiento del Departamento de Instrucción Pública, en dos direcciones: 1) ofrecer una educación de mayor calidad; y 2) que el magisterio tuviera mejores condiciones para ejercer la profesión. Desde los primeros años en que se funda la Asociación, resaltan las ideas, iniciativas y propuestas que presentan los maestros para el mejoramiento de la educación en Puerto Rico, logrando ubicar a la Asociación como el primer portavoz puertorriqueño que comenzó a hacer propuestas para mejorar el sistema educativo de Puerto Rico. No será hasta los inicios de la década de 1940 en que la Asociación experimenta un mayor reconocimiento público que la consolida como una organización de peso en la opinión pública.4 Hay que señalar que las iniciativas que presentó la Asociación de Maestros para mejorar el sistema educativo público, constituyen un brazo operacional que le permitió al sistema un mejoramiento en su organi-

En esta primera etapa, la clase dirigente de la Asociación de Maestros y un grupo ilustrado de maestros crearon las bases del discurso institucional asociacionista sobre el cual se sustentaron las bases que promovió una organización multidimensional a través de lo que fue la Tríada del pensamiento fundacional: profesionalización del magisterio, servicios y defensa laboral.

4 Véase el trabajo de Ruiz-Rivera, citado previamente, así como los ensayos contenidos en este libro, los cuales analizan el desarrollo y evolución de la Asociación a través del pasado siglo desde diversas perspectivas analíticas. UN SIGLO DE LuCHa EDuCaTIVa v 109


La Comisión de entrega de Puerto Rico, octubre de 1898. Presiden los generales Brooke y Ortega. Los intérpretes Manuel V. del Valle y Manuel Paniagua están de pie (HPRPGM).

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zación y estructura administrativa. Hay sólo once años de diferencia entre el comienzo de la Asociación y el establecimiento del sistema público de enseñanza. En esa dirección, el liderato magisterial logró instrumentar una agenda educativa común que tuvo como principal mecanismo la colaboración. En síntesis, la Asociación ejerció un rol destacado en la organización del Departamento de Instrucción. En la actualidad no existe un trabajo que analice la historia de la Asociación de Maestros de Puerto Rico desde una visión analítica y crítica; que problematice, además, aspectos importantes relacionados con su fundación. Al mirar a la Asociación a través de un siglo, el macrocosmos de una organización puede matizarse al examinar los puntos sobresalientes que sintetizan el desarrollo y evolución de sus mecanismos de acción, así como sus principales discursos e ideas. Este trabajo representa, al igual que este libro, la primera iniciativa historiográfica que busca comprender el papel de esta organización magisterial en Puerto Rico. Asimismo, abre un espacio de reflexión y discusión que sirve de base para posteriores trabajos investigativos que examinen dimensiones que, por limitaciones de espacio aquí no consideramos, así como nuevas dimensiones que arrojen luz sobre este período. Para ello se examina a fondo las Actas de las Asambleas Anuales y otros documentos primarios que plas-


man la evolución de la institución y nos da una mirada del proceso histórico que ha permitido adelantos y beneficios para las maestras y los maestros de Puerto Rico entre 1911 y 1936, en medio de esa difícil coyuntura histórica.

Puerto Rico: radiografía de su panorama educativo

El origen de la Asociación de Maestros de Puerto Rico está relacionado con el establecimiento del sistema educativo público iniciado por Estados Unidos en Puerto Rico a partir de 1899. Al pasar revista sobre los inicios de la Asociación hay que considerar el desarrollo del sistema educativo en Puerto Rico, primero bajo el gobierno español y luego bajo el gobierno norteamericano, para comprender así la génesis de los reclamos magisteriales que condujeron a que varios grupos de maestros y maestras en Puerto Rico se organizaran profesionalmente. Ésta coyuntura histórica es determinante para entender la organización y lucha del magisterio a través de todo Puerto Rico para reivindicar, entre otras cosas, sus condiciones de vida y trabajo. De ese proceso histórico surgió la Asociación de Maestros.5 En una revisión historiográfica sobre la historia de la educación en Puerto Rico, para algunos historiadores de la educación, como Alfonso López Yustos, durante los casi 400 años que Puerto Rico perteneció a España, la mejoría en la educación y cultura ocurrió veinte años antes de la invasión norteamericana. Durante ese período el gobierno español construyó los únicos edificios dedicados a la educación, como el Colegio de los Jesuitas y el Colegio de las Madres del Sagrado Corazón.6 Una de las medidas para organizar y mejorar la educación fue el Decreto Orgánico presentado por el General Despujols, gobernador de Puerto Rico, en 1880, donde especificaba la organización de la instrucción pública. Además, se estableció la Institución Libre de Enseñanza Popular destinada a la enseñanza vocacional. También ese año se fundó la Sociedad Protectora de la

Hay sólo once años de diferencia entre el comienzo de la Asociación y el establecimiento del sistema público de enseñanza. En esa dirección, el liderato magisterial logró instrumentar una agenda educativa común que tuvo como principal mecanismo la colaboración. En síntesis, la Asociación ejerció un rol destacado en la organización del Departamento de Instrucción.

5 Véase el trabajo de Víctor Hernández Rivera sobre los orígenes de la profesionalización del magisterio en Puerto Rico, incluido en este libro.º 6 Alfonso López Yustos. Historia documental de la Educación en Puerto Rico. 3ª edición revisada y aumentada. Hato Rey: Publicaciones Puertorriqueñas, 1984, p. 99. UN SIGLO DE LuCHa EDuCaTIVa v 111


Inteligencia, la cual patrocinó los talentos superiores buscando estudiantes de pocos recursos para estudiar en San Juan o en el extranjero. Para esa fecha, en 1882, comenzó a operar el Instituto Provincial de Segunda Enseñanza. En 1888 en el Ateneo Puertorriqueño se estableció como Institución de Enseñanza Superior. En el 1890 se fundaron las Escuelas Normales en San Juan.7 Todas estas iniciativas tuvieron poca difusión, cuyo impacto mayor estuvo en manos de una pequeña élite criolla metropolitana. Al maltrecho estado de la educación en el Puerto Rico del siglo 19, así como la vida en general, la invasión de las tropas de Estados Unidos en Puerto Rico el 25 de julio de 1898 sumó un cúmulo de situaciones de inestabilidad, que inició un período de vaivenes políticos que repercutió directamente en el Sistema de Instrucción Pública a lo largo de la primera parte del siglo 20.

Viejos problemas, nuevo escenario

El hecho cierto es que a inicios del siglo 20, el inicio de alfabetización en Puerto Rico era muy limitado. Según el censo del gobierno militar norteamericano, para 1899 la proporción de la población de 5 a 14 años matriculada era de 9.2% (10.5% niños y 7.9% niñas). El porcentaje de jóvenes matriculados, entre las edades de 15 a 17 años era sólo de 1.9%. Al hacer un análisis de la situación de la educación en Puerto Rico para esa época, Roamé Torres González sostiene que “al limitado desarrollo de sus instituciones educativas contribuyeron varios factores: su pobreza económica; el régimen de explotación esclavista y servil que impera hasta el 1873; el escaso desarrollo de sus centros urbanos burgueses, intelectuales, artesanales y proletarios que promovieran la escolarización; el absolutismo y autoritarismo colonial que impera durante la mayor parte del siglo; la inestabilidad política por la que atravesaba España durante ese mismo tiempo, caracterizado por las frecuentes alternancias en el control del Estado español entre las fuerzas monárquicas y absolutistas, por un lado, y las liberales y republicanas por el otro”8. La educación en Puerto Rico no estuvo bien aspectada, como tampoco lo estuvieron las condiciones para los/as estudiantes y sus maestras/os. Nadie podría extrañarse que Puerto Rico estuviera 7 López Yustos. Op. cit., p. 99; Para otras consultas sobre el tema, consúltese de: Carmen Gómez Tejera y David Cruz López. La escuela puertorriqueña (Connecticut: Troutman Press, 1970). 8 Roamé Torres González. Educación y sociedad en Puerto Rico (Bosquejo histórico). S.l. 2007. Material mimeografiado.

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en esa situación, pues, Europa y, específicamente, España no ponían empeño en educar a las masas populares del siglo XIX. La educación en el viejo continente era elitista, donde los hijos de los pobres se les destinaban a prepararse en oficios manuales, mientras que la instrucción escolar era para los que pudieran pagarla.9 Al maltrecho estado de la educación en el Puerto Rico del siglo 19, así como la vida en general, la invasión de las tropas de Estados Unidos en Puerto Rico el 25 de julio de 1898 sumó un cúmulo de situaciones de inestabilidad, que inició un período de vaivenes políticos que repercutió directamente en el Sistema de Instrucción Pública a lo largo de la primera parte del siglo 20.10 Los otros efectos, que a través de un siglo educativo se han visto en Puerto Rico, son tema de un estudio más cuidadoso.11 Establecido el gobierno militar norteamericano en la Isla, se comenzó la publicación de órdenes militares de diverso tipo. Algunas de estas órdenes establecían disposiciones específicas para la regulación de la educación, entre las cuales figuraban programas de estuEstudiantes en un salón de clase a inidios provisionales y, por primera vez desde instituida cios del siglo 20 (PRSR). la instrucción pública en Puerto Rico, la eliminación de la religión del currículo como materia de estudio. Éste fue el primer cambio que el gobierno norteamericano introdujo en las escuelas de Puerto Rico.12 Rápidamente se comenzaron a hacer movimientos para consolidar la nueva propuesta educativa colonial. Un grupo de ciudadanos celebraron una asamblea en el 9 López Yustos. Op. cit., p. 100. 10 Muchos son los trabajos que sobre este tema se han publicado. Un trabajo que explora la dimensión del problema del idioma en Puerto Rico, enmarcado en la nacionalidad y la identidad cultural, es el de Roamé Torres González, Idioma, bilingüismo y nacionalidad, la presencia del inglés en Puerto Rico (Río Piedras: Editorial de la Universidad de Puerto Rico, 2002); otros trabajos que tratan sobre este tema son los de Rafael Castro Pereda, Idioma, historia y nación (Colegio Universitario del Este: Talleres, 1993); y Pedro A. Cebollero, La política lingüístico-escolar de Puerto Rico (San Juan: Consejo Superior de Enseñanza, 1945). Otros que hacen una mirada panorámica a la historia del período son los trabajos de Ramón A. Mellado Parsons, Culture and Education in Puerto Rico (San Juan: Negociado de Publicaciones de la Asociación de Maestros de Puerto Rico, 1948); Juan José Osuna, A History of Education in Puerto Rico (2ª ed. Río Piedras: Editorial de la Universidad de Puerto Rico, 1949); Carmen Gómez Tejera y David Cruz López, La escuela puertorriqueña (Connecticut: Troutman Press, 1970); y el Aida Negrón de Montilla, La americanización en Puerto Rico y el sistema de instrucción pública 1900-1930 (2ª ed. Río Piedras: Editorial de la Universidad de Puerto Rico, 1990), por mencionar sólo algunos. 11 Ibíd, p. 101. 12 Ibíd, p. 103. UN SIGLO DE LuCHa EDuCaTIVa v 113


Rosario Andraca de Timothée (1873-1946) fue una reconocida educadora de finales del siglo 19 e inicios del 20 que se distinguió como maestra por 50 años y ayudó a fundar la Asociación Insular del Magisterio en 1910 en San Juan y de la Asociación de Maestros en 1911. Era esposa de Pedro Carlos Timothée. Aquí junto a sus estudiantes en el año escolar 1908-1909 (BDUPR).

Teatro Tapia el 30 de octubre de 1898, donde se formularon propuestas específicas consideradas indispensables para el logro del “adelanto” educativo de Puerto Rico. Esta asamblea es muy importante, pues representa una de las primeras declaraciones formales que, en torno al sistema educativo, se hace luego de la invasión norteamericana. Los “kindergartens” y escuelas normales, siguiendo los modelos de los Estados Unidos, reformar las escuelas tanto primarias como secundarias, para que en ellas se usaran los “mejores” métodos de enseñanza, establecer escuelas vocacionales, de arte, bibliotecas, museos, escuelas de adultos, declarar la enseñanza gratuita y obligatoria en todas las escuelas del gobierno, abrir universidades con todas las carreras profesionales y escuelas técnicas fueron algunas de las propuestas.13 A partir de 1899, se estableció en Puerto Rico un sistema educativo que comenzó a funcionar bajo una nueva estructura administrativa muy similar a la existente en los estados de los Estados Unidos. El General Henry, nombrado gobernador en ese año, promulgó la Orden General Núm. 12 de 6 de febrero de 1899, mediante la cual se establecía en Puerto Rico un Negociado de Edu13 Ibíd, p. 104. 114 v UN SIGLO DE LuCHa EDuCaTIVa


cación.14 Bajo la influencia directa que ejercieron John La primera piedra de la Normal. 1901. Eaton y Victor S. Clark, dos educadores norteamericanos, éstos escribieron las primeras leyes escolares que comenzaron a regir el sistema educativo. Las Leyes Escolares de Eaton y Clark tenían varias disposiciones, entre ellas de carácter administrativo, relacionadas con la enseñanza y otras relacionadas con el magisterio. Las disposiciones que tenían implicaciones a los/as maestros eran sobre la clasificación de puestos, salarios y certificaciones. Es necesario anotar que el sistema educativo, en donde muchos de los maestros que ejercían la profesión desde antes de la invasión norteamericana, sufrió dramáticos cambios, no sólo conceptuales, sino metodológicos. Entre ellos: v La escuela puertorriqueña no enseña religión. Desde entonces la escuela pública puertorriqueña no enseña religión en ninguno de sus niveles de educación y es además totalmente laica. v Se enseña dos idiomas simultáneamente, el español y el inglés, con el mismo énfasis, desde el pri14 Aida Negrón de Montilla. La americanización en Puerto Rico y el sistema de instrucción pública 1900-1930. 2ª ed. Río Piedras: Editorial de la Universidad de Puerto Rico, 1990, p. 24. UN SIGLO DE LuCHa EDuCaTIVa v 115


La imposición del inglés como idioma de enseñanza no fue el único elemento americanizador, sino el despliegue de elementos simbólicos implícitos y explícitos de una guerra sin cuartel, donde el magisterio quedó preso.

mero hasta el último grado de estudio. Es en estas leyes que aparece por primera vez en Puerto Rico la enseñanza de un idioma extranjero junto al vernáculo. Esta práctica curricular se ha mantenido constante aunque con distintos enfoques metodológicos. v La higienización es un recurso retórico que se comienza a utilizar para justificar nuevas prácticas relacionadas con la salud, incorporadas al currículo como materia de estudio. La Asociación hace suya, en parte, este discurso, presentando propuestas relacionadas con este tema. v La escuela pública se organiza por grados. Este cambio curricular fue uno de los más innovadores de todos los introducidos por Eaton y Clark. Anteriormente, las escuelas funcionaban sin organización grupal. El maestro tenía en su sala de clases alumnos de todas las edades en distintos niveles de aprendizaje a los cuáles enseñaba unas lecciones. El trabajo escolar consistía casi siempre en aprender las lecciones de memoria.15 v La educación pública es gratuita. v El calendario escolar contaba con diez meses y un período de verano de dos meses, los cuales no eran, inicialmente, pagados.16 Todos estos cambios, tantos los curriculares como los administrativos, se introdujeron en Puerto Rico sin que se tomara en cuenta la cultura del país ni su adaptabilidad al medio puertorriqueño17. El establecimiento del nuevo sistema educativo fue mucho más complejo que la mera estructuración administrativa. La americanización, uno de los asuntos más estudiados de la dimensión educativa, estuvo muy relacionada con el magisterio. La imposición del inglés como idioma de enseñanza no fue el único elemento americanizador, sino el despliegue de elementos simbólicos implícitos y explícitos de una guerra sin cuartel, donde el magisterio quedó preso.18 15 Ibíd, p. 107-109. 16 Ibíd, p. 111-112. 17 Ibíd, p. 113. Por otro lado, han pasado 110 años desde que se estableció el Departamento de Educación. 18 Eloy Ruiz Rivera hace un interesante estudio sobre la simbología norteamericana en la educación pública, entre 1900 y 1950, donde concluye que el inglés no fue el único

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El 17 y 18 de junio de 1899 se publicó en la prensa una convocatoria para celebrar una asamblea en la Capital con el propósito de protestar las nuevas Leyes Escolares. Asistieron 412 maestros de todo Puerto Rico. Se discutieron los asuntos que más incertidumbre ocasionaba al magisterio y otros que la prensa había comentado. Lo que más exacerbó a los maestros fue el calendario escolar que los dejaba sin trabajo y sin sueldo durante los dos meses de verano. Esta práctica era desconocida en la Isla y ponía en precario las subsistencia del educador puertorriqueño acostumbrado por el Gobierno Español a trabajar y devengar salario los doce meses del año. Se tomaron acuerdos y se elevaron las quejas al Gobernador a través de la Dirección de Instrucción Pública. Uno de los resultados positivos fue la convalidación de los títulos que los maestros tenían de las autoridades españolas y el inicio de una serie de cursillos de verano de adiestramiento en servicio para mejorar la preparación de aquellos, que lo necesitaran. No obstante, la protesta por los sueldos de verano, no prosperó. Desde entonces, y por más de 40 años, los maestros de Puerto Rico tra- Reinas. Niñas juegan en una actividad bajaron doce meses al año y se quedaron sin devengar escolar (PRSR). sueldo durante las vacaciones19. En respuesta a una de las peticiones de los maestros, el verano de 1899 se celebró el primer cursillo de verano para maestros en una escuela de San Juan con una asistencia de 20 maestros. Esta actividad se continuó celebrando todos los años hasta que la Escuela Normal Puertorriqueña se hizo cargo, algunos años más tarde. Al momento en que los/as maestros de San Juan, Ponce y Mayagüez fundaron la Asociación de Maestros, habían pasado sólo trece años desde que Estados Unidos había invadido a Puerto Rico. Como consecuencia elemento utilizado por los Estados Unidos para americanizar a Puerto Rico, sino que el proceso educativo contó con una serie de elementos simbólicos explícitos e implícitos, tales como fotos, canciones, dibujos, recursos didácticos, así como otras prácticas (“¿Jugando o americanizando? Prácticas y representaciones en el aula, 1900-1950”. Aula y Sociedad. Revista del Programa de Estudios Sociales del Departamento de Educación de Puerto Rico, Número 4, 2009). Este trabajo está enfocado desde la perspectiva de los/as estudiantes. Hace falta establecer una línea investigativa que examine cómo el proceso simbólico de americanización cultural ejerció poder sobre la práctica de los docentes o cómo influenció en sus modos de pensar respecto a su práctica como maestros/as. 19 Ibíd, p. 114-115. UN SIGLO DE LuCHa EDuCaTIVa v 117


Nuevos métodos. Clase de ciencias (PRSR).

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de la invasión norteamericana, la situación cultural se vio en una difícil situación, pues se comenzó un proceso de imposición cultural de instituciones, costumbres, tradiciones y símbolos que iban dirigidos a la adquisición de valores y conductas por parte de los puertorriqueños hacia la nueva metrópoli. A esto se le añade una convulsa vida política entre el Partido Republicano y el Partido Autonomista, que había desembocado en varios incidentes de violencia20. Puerto Rico vivía, además, una maltrecha situación económica que venía agravándose bajo tiempos de España y que ahora resultaba insostenible con una economía de capital foráneo, que se fugaba hacia los Estados Unidos, mediante la presencia de las grandes corporaciones azucareras ausentistas. No sólo gran parte del capital se invertía fuera de Puerto Rico, sino que perpetuaba la miseria de los trabajadores, quienes trabajaban largas jornadas por sueldos mínimos. En la vida rural, el agrego se convirtió en una de las situaciones de injusticia generalizada, donde hombres, mujeres y niños tenían que trabajar de sol a sol para conseguir unos escasos dólares, los mismos que debían al dueño de la finca. En ese esquema económico, la niñez tenía que trabajar para ayudar a sus familias, lo que les impedía asistir a 20 Véase de José Juan Rodríguez Vázquez. El sueño que no cesa: la nación deseada en el debate intelectual y político puertorriqueño, 1920-1940. San Juan: Fundación para la Libertad y Ediciones Callejón, 2004.


la escuela21. ¿En cuáles condiciones estaban las escuelas de Puerto Rico? ¿Cuál era la situación educativa al comienzo del siglo 20? ¿Cómo y por qué surgen reclamos de maestros y maestras para mejorar sus condiciones de trabajo? ¿Qué implicaba que existiera una Asociación de Maestros?

“Unión en la fuerza”: el surgimiento de la Asociación de Maestros de Puerto Rico

Ante el panorama social y económico que vivía Puerto Rico, la organización del magisterio es uno de los signos más evidentes de que existía una consciencia de clase que les movió a materializar los deseos que ya venían dándose. Al pasar revista sobre los documentos oficiales que consignan la fundación de la Asociación de Maestros, sobresale, cónsono con nuestra hipótesis, la fuerza de lucha que condujo al magisterio a trabajar para mejorar sus condiciones laborales, pero asimismo existía una consciencia clara de que la Asociación de Maestros debía ser un vehículo que promoviera la consolidación de una agenda educativa para Puerto Rico. La constitución de la Asociación Insular del Magisterio en San Juan en 1910, por parte de 74 maestros -35 de ellos mujeres- revela que el magisterio se apoderó de un espacio de liderato que estaba vacío en Puerto Rico sobre la educación y los derechos de sus trabajadores. No obstante, los/as maestros de San Juan no fueron los únicos que se organizaron, sino que habían dos organizaciones adicionales que reunían maestros/as, todas con los mismos fines. El magisterio de sur y oeste de Puerto Rico conformó la Asociación General de Maestros22, mientras que existía, además, la Asociación Local de Ponce. 21 Fernando Picó. “Educación y Sociedad en el Puerto Rico del siglo 19: Consideraciones en torno a la escolarización primaria y sus limitaciones”. En: CEREP, sin número, 1983. 22 Hay que hacer una aclaración en cuanto al nombre de esta organización. El magisterio de Mayagüez, según se desprende de la lectura de las actas de la Asociación Insular del Magisterio (AIM), se llamó a sí mismo “Asociación General”. Es en una comunicación que remite Antonio Sarriera, presidente de la AIM, éste se refiere a la organización dirigida por Arturo Rubio como “Asociación General de Maestros” (Acta de 23 de abril de 1910, p. 12). No obstante, en el acta que reseña la fundación de la Asociación de Maestros, el secretario Ramón Rodríguez González denomina con el mismo nombre a los maestros de Mayagüez, mientras que cambia el nombre de la AIM por “Asociación Insular de Maestros” (Acta de 8 de julio de 1911, p. 41). Las actas transcritas a mano, como es el caso de este libro, que va de 1910 a 1915, suelen tener algunas de las inconsistencias que aquí señalamos.

El libro de las ideas. Primer libro de Actas de la Asociación. El libro contiene las actas de la Asociación Insular del Magisterio (1910) y las de la Asociación de Maestros (1911-1915).

Ante el panorama social y económico que vivía Puerto Rico, la organización del magisterio es uno de los signos más evidentes de que existía una consciencia de clase que les movió a materializar los deseos que ya venían dándose.

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Extracto de un acta de 1912 (AHAMPR)

Al revisar la documentación disponible, la Asociación Insular demostró tener mayor fuerza. En los fondos documentales que mantiene la Asociación de Maestros de Puerto Rico, el Libro de Actas de 1910 a 1915, mantiene las actas de la Asociación Insular del Magisterio junto con las actas de las primeras asambleas de la Asociación de Maestros. Una posible explicación sea que, gran parte del liderato de la Asociación Insular formó parte luego del liderato de la nueva Asociación de Maestros. Antonio Sarriera, quien fue electo presidente de la Asociación Insular en la reunión constitutiva del 23 de marzo de 1910 en el Ateneo, junto con Rosario Belber, Beatriz Lasalle, Pedro Carlos Timothée, Augusto Malaret, Angelina Hernández, Matilde López, Antonio Lúmbaro y Ramón Rodríguez, fueron miembros fundadores de la Asociación de Maestros junto con algunos dirigentes de la Asociación General, tales como Arturo Rubio. En medio de la celebración de la reunión constitutiva de la Asociación Insular, Arturo Rubio dirige un telegrama donde informa haber formado una Asociación General y saluda a los maestros y maestras de San Juan, expresando que los maestros y maestras del sur y el oeste se habían organizado “con idéntico fin, deseándole éxito completo, nuestros comunes anhelos”.23 Sarriera, quien aún no había sido anunciado como presidente electo, propuso que la Asamblea se expresara sobre la comunicación de Rubio. La Asociación Insular no se limitó a corresponder oficialmente, sino que lanzó una sugerente y desafiante propuesta, invitándolos a una “acción común obedeciendo lema ‘Unión en la fuerza’”.24 La discusión de los estatutos de la Asociación Insular y el pensamiento que sobre el magisterio y la educación se comienza a esbozar, representan la base ideológica de la primera etapa de la Asociación de Maestros. Al adoptar el reglamento para su operación, la Asociación Insular deja claro en su primer artículo que este organismo “tendrá por objeto el bienestar y la unión de los maestros y el estudio y propaganda de los modernos 23 Acta 1910, p. 1. 24 Acta 1910, p. 2.

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métodos educativos”.25 Además, establece las bases de la protección social del magisterio, mediante mecanismos internos. En ese sentido, la primera clase dirigente que funda la Asociación de Maestros –tomando como base el discurso adoptado desde la Asociación Insular– buscaba establecer una organización en Puerto Rico que se asegurara que el magisterio contara con unos servicios a los cuales no tenían acceso. De ahí el surgimiento de la tríada de su fundación: servicios, defensa laboral y organización profesional. Esto puede reconocerse cuando vemos que la Asociación Insular adoptó medidas reglamentarias que garantizaban que la familia de un socio fallecido recibiera una cantidad de dinero (50 centavos) o atender peticiones de algún socio en caso de que éste/a sobreviviera un “grave infortunio”. Mucho antes de la creación de la Asociación Insular del Magisterio y de la Asociación General de Maestros, en 1901 un maestro de francés de la Escuela Superior de San Juan, Enrique Roussell, convocó a una asamblea de maestros. Roussell, quien había tenido diferencias con la dirección escolar por la ausencia de una política educativa efectiva y buenas prácticas administrativas, propuso que se le enviara una comunicación a la Prensa Tarjeta Asociada de Estados Unidos protestando enérgicamen- de pago de cuotas. 1919. te en contra de las actuaciones de la Junta Insular de Instrucción y del Comisionado de Instrucción, Martin Brumbaugh.26 Si bien la iniciativa del maestro Roussell no fue del agrado de la mayoría y la asamblea concluyó sus trabajos sin tomar ningún acuerdo. Esta actuación puede entenderse como el inicio de un malestar que luego se tornará más grande, cuyas repercusiones vamos viendo a través de este libro.

Antonio Sarriera sienta las bases

La Asociación Insular del Magisterio escogió por primera vez a los 41 socios que la representarían en diversos municipios. Antonio Sarriera les remitió una comunicación donde hace una serie de planteamientos que sirven a varios propósitos. El primer propósito de la comunicación es un gesto de agradecimiento por 25 Acta 1910, p. 3. 26 En la sección anterior mencionábamos algunas medidas adoptadas por la Junta Insular de Instrucción (página 8). UN SIGLO DE LuCHa EDuCaTIVa v 121


Antonio Sarriera Egozcue (1872-1948), presidente de la Asociación Insular del Magisterio (1910), primer Presidente (1911) y Secretario General de la Asociación de Maestros (1917-1935); y primer Secretario de la Junta de Pensiones de Maestros (1918-1944).

aceptar la encomienda. El segundo propósito es señalar claramente los objetivos filosóficos y operacionales trazados para la Asociación Insular, y por ende, posteriormente para la Asociación de Maestros. El tercer propósito, puede verse en términos de una agenda educativa que iba más allá de la época y que trascendía los límites mismos del nuevo organismo creado. Aquí el mensaje: “…todos los profesores presten su valioso concurso a esta obra que se inicia de fraternidad profesional, de suerte que podamos constituir, por la unión de todos los elementos, una organización poderosa, llena de vida y energías, respetada en la opinión pública y considerada en las altas esferas oficiales. Es necesario que todos demos prestigio a la sociedad que acaba de nacer, no sólo con óbolo material, imprescindible siempre, sino con el no menos imprescindible elemento de las ideas que cada uno pueda aportar, de cuyo conjunto, tras discusiones razonadas, han de surgir lo que nos proponemos: una nueva fuerza inteligente y culta, en el campo de acción de la vida puertorriqueña. Queremos propagar por todas partes la base científica y la bondad de los modernos métodos educativos; hacer juiciosas comparaciones entre la legislación escolar de las naciones más adelantadas del mundo; presentar a la consideración general las ventajas de unos sistemas sobre otros; criticar razonadamente los defectos de que puedan adolecer nuestra leyes y reglamentos de enseñanza; facilitar, en una palabra –si a tan alta misión somos capaces de contribuir- la delicada labor de todos los que se dedican a nuestra patria, directa o indirectamente, a formar ciudadanos aptos para nuestro futuro bienestar. Igualmente deseamos velar por la tranquilidad (sic) del magisterio del país; que por la pasión política no intervenga en sus destinos; porque la estabilidad de los puestos públicos sea un hecho; porque el profesorado reciba mejor retribución por sus tareas, y sea, en fin, los suficientemente considerado en todas partes”.27

27 Acta 1910, p. 9-10. 122 v UN SIGLO DE LuCHa EDuCaTIVa


En medio del fragor en que las asociaciones se organizaban, Eugenio Vivas, presidente de la Asociación Local de Maestros de Ponce solicitó a la Directiva de la Asociación Insular realizar una reunión preliminar en Ponce con delegados de la Asociación General de Mayagüez. La solicitud era para que la Asamblea General, que haría una asamblea en junio, no la hiciera, sino que hubiera una sola asamblea.28 Antonio Sarriera sostuvo “que las dos asociaciones que existan pueden y deben refundirse en una sola, indudablemente”.29 El 15 de abril de 1910 se habla de “tratar de fundir nuestras dos asociaciones en una fuerte y potente que lleve las aspiraciones de todos los maestros de Puerto Rico”.30 La aspiración rindió fruto y la fusión se llevó a cabo. El 8 de julio de 1911, en Ponce, la Asociación Insular del Magisterio y la Asociación General de Maestros decidieron unirse para trabajar, como decía Sarriera, para convertirse en “una organización poderosa, llena de vida y energías, respetada en la opinión pública y considerada en las altas esferas oficiales”.31 Una reflexión de un Antonio Sarriera maduro, en las postrimerías de su vida, nos dan una perspectiva Maestros. Circa 1920 (PRSR). analítica de la coyuntura histórica en que se fundó la Asociación. No es mera casualidad que, al mencionar que Sarriera sentó las bases del pensamiento filosófico de la Asociación en su mensaje ante la fundación de la Asociación Insular del Magisterio en 1910, éste rememora ese momento en 1948, en una entrevista que le hiciera Adolfo Jiménez y que publicó la Revista de la Asociación. Sarriera tenía 35 años cuando se fundó la Asociación y 72 cuando se publicó la entrevista. Una reflexión de 37 años después de haberse fundado la Asociación nos arrojan luz sobre este proceso, la cual reproducimos a continuación: ¿Cómo se creó la Asociación de Maestros de Puerto Rico? “Ese es uno de los más hermosos y significativos ca28 29 30 31

Ibíd, p. 11. Ibíd. Ibíd. Ibíd. UN SIGLO DE LuCHa EDuCaTIVa v 123


pítulos de mi vida. En el 1910 en que desempeñaba la Comisaría de Instrucción el Dr. Edwin G. Dexter, había aproximadamente 1650 maestros en Puerto Rico. La situación de estos compañeros en esa época dejaba mucho que desear, pues los contratos eran por 9 meses, los sueldos muy bajos, oscilaban entre 30 y 40 pesos y la política partidista influyendo en las Juntas Escolares ejercía una influencia nefasta en el sistema de educación. Los maestros sentíamos la necesidad de organizar una Asociación Profesional para mejorar nuestras condiciones y luchar por el progreso profesional. En los primeros años del siglo hubo varias tentativas inútiles para organizar una asociación. Por fin en la Navidad de 1909 se organizó la primera asociación en una asamblea constituyente celebrada en Mayagüez, a la cual asistieron 18 delegados y cuya Junta de Directores estuvo integrada por Arturo Rubio, Presidente; Eugenio Lecompte, vicepresidente; Pedro Arán, secretario y Norberto Escabí, tesorero”.

Asociación Insular del Magisterio

“Un año después de fundarse la primera Asociación –sigue diciendo Don Antonio,– se constituyó en San Juan otra, en Asamblea que se celebró en el Ateneo, el 23 de marzo de 1910. La directiva era la siguiente: Presidente, Antonio Sarriera Egozcue; Vicepresidenta, Rosario Belber; Secretario, Augusto Malaré; Tesorero, Pedro Timothée; y Vocales, Beatriz Lasalle, Matilde López, Antonio J. Lumbano, Ángeles Hernández y Ramón Rodríguez. Estas dos asociaciones, la General de Mayagüez y la Insular de San Juan, desearon unirse para formar una sola entidad profesional fuerte y poderosa. De esa fusión nació la Asociación que hoy tenemos, la cual es motivo de orgullo para el magisterio de Puerto Rico, por su brillante labor de más de medio siglo en beneficio de nuestro país”. La Asociación de Maestros de Puerto Rico “En julio de 1911 se reunieron los delegados de las dos asociaciones de maestros en la ciudad de Ponce, en asamblea extraordinaria, para realizar el propósito

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de crear una sola asociación. En esa ciudad fué que nació nuestra Asociación actual que ha cumplido ya 37 años de vida. Su primera Junta de Directores fue la siguiente: Presidente, Antonio Sarriera Egozcue; Vicepresidente, Arturo Rubio; Tesorera, Luisa Gutiérrez; y vocales, Carmen Villaronga y Manuel del Toro Peralta”.

Maestros de la Escuela Ruiz Belvis en Ponce. 1920 (PRSR).

Los objetivos de la naciente Asociación fueron cuatro: 1. Estrechar los lazos de confraternidad entre los maestros. 2. Lograr reformas en el sistema educativo. 3, Mejorar la condición económica de los maestros. 4. Ayudarlos a ellos y a sus familiares en caso de enfermedad, incapacidad física o injusticia profesionales”.32

32 Adolfo Jiménez Hernández. “Don Antonio Sarriera”. Revista de la Asociación de Maestros, Volumen VII, Número 7, diciembre de 1948, pp. 228-229. UN SIGLO DE LuCHa EDuCaTIVa v 125


Una nueva organización: el papel de la Asociación de Maestros en su primer período

Libro de Socios Activos, 1912. La ilustre educadora fajardeña, Isabel Andreu de Aguilar, figura como una de las nuevas asociadas (AHAMPR).

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La Asociación de Maestros comenzó su gesta magisterial abriéndose un espacio como una organización profesional que los maestros nunca habían tenido. Si bien es cierto que las discusiones que dominan el panorama giran en torno a las necesidades de los maestros y maestras, la Asociación también asumió postura sobre el estado de la situación educativa, principalmente, en lo relativo a la política prevaleciente entonces. Tal y como indicamos al inicio de nuestro trabajo, las tres variantes discursivas de la Asociación –servicios, defensa laboral y profesionalización– formaron la columna vertebral de la defensa del magisterio puertorriqueño. La Asociación de Maestros asumió la defensa de la clase magisterial y comenzó la planificación para crear mecanismos internos que satisfacieran esas necesidades. De ahí la creación del Fondo de Seguro para Socios y la defensa de la creación de la Ley de Pensiones, aprobada en 1917. ¿Hay alguna relación entre el Fondo de Seguro para Socios y la Ley de Pensiones del Gobierno? ¿Existió influencia entre el modelo adoptado por la Asociación de Maestros en un inicio y la aprobación de esa ley para todos los trabajadores? Siguiendo esa línea, hay que considerar que las medidas económicas impulsadas por la Asociación de Maestros pueden reflejar, en términos demográficos, las edades que, mayoritariamente, representaba la clase magisterial. No es de extrañar que, en su gran mayoría, éstos rondaran una edad en la cual estaban cerca del retiro. Desde el momento de su fundación, la Asociación fue una organización muy diversificada. Si bien es cierto que el discurso que adoptó como organización iba dirigido al mejoramiento del magisterio y el fomento de nuevos métodos educativos, su función fue, desde su fundación, mucho más compleja. Aunque nunca lo identificó con este adjetivo, la Asociación desde sus inicios buscó la creación de alianzas con el gobierno, el Departamento de Instrucción y otras organizaciones. En ello se basa Antonio Sarriera, primer presidente de la Asociación, cuando aseveró que la institución debía ser


“respetada en la opinión pública y considerada en las altas esferas oficiales” (Sarriera, 1910). Como organización que promovía una mayor formación profesional, las alianzas y conexiones eran importantes. Por eso veremos que Gobernadores y Secretarios de Instrucción tienen una presencia notable en las Asambleas Anuales. En 1913, su segundo año de existencia, el gobernador Arthur Yager, destacó la importancia de la educación moderna por medio de la combinación sistemática de la enseñanza académica y el trabajo vocacional. Obsérvese que la “modernidad” era una especie de deseo que, además, de ser utilizado de forma retórica, era un afán de normar las relaciones socio-educativas de los puertorriqueños. En ese sentido, la Asociación de Maestros sirvió de escenario para difundir la planificación educativa que intentaba hacer la administración colonial. La Asociación de Maestros se ve contagiada de esa “moda” de “modernizar” la educación y son las primeras asambleas anuales donde la Asociación y el Departamento de Instrucción Pública hacen planteamientos similares sobre la educación en Puerto Rico. De esta manera, puede interpretarse como un planteamiento de reforma educativa lo que hace la Asociación de Maestros al interior del sistema educativo colonial. Si bien es cierto que la Asociación construyó un discurso institucional fundamentando en la tríada que hemos identificado, su posicionamiento como organización fuerte en la palestra pública fue, además, una de sus estrategias. En 1917, Francisco Vincenty, quien en ese momento era presidente de la institución, obtuvo el voto de confianza en la Junta de Directores, quien lo recomendó como candidato a senador o representante por el Partido Unionista33, estando a cargo de los comités locales el trabajo para nominarlo. Ese voto de confianza no impidió que, al momento de su renominación como presidente, Blas Oliveras, un delegado a la Asamblea, se opusiera tenazmente a su reelección en la Asamblea Anual de ese año, que se llevó a cabo en Mayagüez. 33 Reunión de la Junta de Directores, 2 de abril de 1917. El tema de la política en la Asociación de Maestros es recurrente. Aunque el espacio de esta investigación es limitado, una investigación que arroje luz sobre la política en la Asociación sería beneficiosa.

Si bien es cierto que las discusiones que dominan el panorama giran en torno a las necesidades de los maestros y maestras, la Asociación también asumió postura sobre el estado de la situación educativa, principalmente, en lo relativo a la política prevaleciente entonces.

Manuel del Toro Peralta (1878-1945) fue uno de los precursores de las organizaciones magisteriales del Oeste. Ayudó a fundar la Asociación General de Maestros en Mayagüez, en 1910; presidió la Asociación entre 1911 y 1914 y luego se destacó como Inspector de Escuelas en la República Dominicana. UN SIGLO DE LuCHa EDuCaTIVa v 127


Facultad de la Escuela Superior Central (PRSR).

Teodoro Aguilar, tercer presidente de la AMPR, 1914.

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¿Cuál era el interés que movía a la Junta de Directores de la Asociación a nominar un candidato para legislador? ¿Qué perseguía la Asociación con esa movida? Vamos viendo que la Asociación no sólo fue construyéndose en la variante que hemos señalado: servicios-defensa laboral-profesionalización, sino que, paralelamente el papel que fue forjando en primer cuarto de siglo, se puede considerar como el establecimiento de su estructura organizativa, el desarrollo de su pensamiento institucional y los inicios de su posicionamiento público. Esta perspectiva nos permite hacer un análisis más completo de la Asociación de Maestros, a su interior y al exterior como organización. Ya no es la Asociación de Maestros como una organización pequeña que discute internamente mecanismos que pueden ser efectivos para el mejoramiento del magisterio, sino podemos aquilatar a la Asociación como una organización que va creciendo rápidamente, cuyo ascenso en la vida pública puertorriqueña tiene un crecimiento vertiginoso y que, además, conforme pasan los años va institucionalizándose. La Asociación de Maestros como organización magisterial que promueve, lucha y defiende servicios para maestros asociados, así como para el resto del magisterio; que asume posición en la defensa de los maestros por mejores condiciones de empleo y sueldo; y que concibe la dimensión del mejoramiento profesional como una parte fundamental del rompecabezas es el discurso, cuyo resultado no siempre tomó en consideración el desarrollo de la estructura organizativa, pensamiento institucional y posicionamiento público. Al contrario, el crecimiento


Ilustración 1.1 Elementos que caracterizan la primera etapa de la Asociación de Maestros (1911-1936) Elemento 1

Elemento 2

Elemento 3

Establecimiento de su estructura organizativa.

Desarrollo de su pensamiento institucional

Inicio de su posicionamiento público

vertiginoso y las condiciones socio-históricas provocaron que fuera un desarrollo paralelo. En palabras cortas, las ideas fundacionales se desarrollaron paralelamente a los elementos que caracterizan el período. Antes de concluir su primera década, la clase dirigente de la Asociación tomó medidas administrativas específicas que le permitieran al naciente grupo una mayor organización. A tales efectos, en 1919, bajo la presidencia de José González Ginorio, la Asociación adoptó un nuevo reglamento, el cual establecía disposiciones específicas sobre el control administrativo, la representación de los maestros ante el gremio y otras disposiciones generales. Acto seguido, en 1920, se elaboró la inscripción que hoy representa el logo de la institución. El libro abierto de esmalte blanco con la frase Nihil sine me (Nada sin mí) era “altamente significativo, y representa el valor de la educación y la importancia de la escuela. Sobre el libro, y dentro del círculo azul, se ve la fecha de “1911” que indica el año de la fundación de la asociación y debajo del libro, “1920” que indica el año de la reorganización”.34 Esa reorganización fue la primera que aconteció en el seno de la Asociación hasta la época del crecimiento que se comenzó a experimentar a partir de la creación del Plan de Clínicas en 1934, cuyo “boom” fue a partir de 1940. Establecido, en parte, el sentido identitario del na-

Insignia de la Asociación de Maestros de Puerto Rico, adoptada tras la reorganización de 1920. El círculo azul, bordeado con una línea dorada, tiene dentro un libro abierto con la inscripción latina “Nihil Sine Me” (Nada sin mí).

34 “Insignia oficial de la Asociación”, Porto Rico School Review, vol. 5, núm. 5, septiembre de 1920, p. 47. UN SIGLO DE LuCHa EDuCaTIVa v 129


Maestros graduados. Fajardo, 1918 (PRSR).

ciente gremio magisterial con la creación de su botón o logo, el deseo de mantener una mayor presencia de “adoptar un distintivo, y llevarlo con orgullo, muy legítimo, porque dice que el que lo ostenta pertenece a la institución más noble que tiene nuestro país. Por un pequeño sacrificio, y por una sola vez, queda cada asociado en posesión de un emblema que significa cultura y patriotismo”.35 Ese emblema se fijó en otro diseño, similar, que de un botón se transmutó en una bandera, con un sol naciente. De ahí, que el sol no sea una simple metáfora en la historia de la Asociación, sino un elemento de mucha presencia desde 1933, año en que la Junta Local de San Juan ganó el concurso de la elaboración de la bandera.

Los afanes de los maestros Santiago Negroni Nigaglioni (18691929), cuarto presidente. Fue un reconocido educador e intelectual yaucano, bajo cuyo período se aprobó el primer Reglamento de Permanencia y la Porto Rico School Review. 130 v UN SIGLO DE LuCHa EDuCaTIVa

La Asociación fue, desde sus inicios, una organización muy viva, donde la continua discusión de ideas era como entretejer una idea con otra. La Asociación, como entidad, no sólo fue la organización magisterial que exhibió al País un papel como “fuerte” donde el magiste35 Ibíd.


rio se refugiaba, sino que debatía internamente muchos asuntos que hoy resultan reveladores. Es interesante destacar que una de las resoluciones aprobadas en una de las Asambleas Anuales estaba relacionada con el calzado en clase. Los que vivieron en la época en que los estudiantes no asistían con zapatos a la escuela, pueden entender cuán razonable podía ser que “no se exigiera” que los niños pobres asistieran calzados a la escuela cuando su familia careciera de recursos económicos sin que se entendiera que eso afectaba el trabajo educativo en sus clases de fisiología e higiene. Además, otro tema importante discutido en esta primera época fue el apoyo expreso de la Asociación a los maestros que estaban activos en el servicio militar. Esa resolución, aprobada en la Asamblea Anual de 1917, es el reflejo del contexto histórico en el cual estaba insertado Puerto Rico en la coyuntura de la Primera Guerra Mundial, año en que Estados Unidos entró a participar en este conflicto bélico y que a los puertorriqueños se les concede la ciudadanía norteamericana. Con esa movida política, muchos puertorriqueños fueron enlistados en el ejército norteamericano, siendo combatientes directos de guerra. La Resolución aprobada, leía que: “la Presidencia dirija un mensaje a los maestros llamados al servicio militar expresándoles que si su separación del magisterio es causa de nuestra pena porque nos veremos privados de sus servicios y valioso concurso en el campo de la instrucción, es también motivo de orgullo toda vez que ellos, compenetrados de su alto deber patriótico, van a contribuir gustosos a tiempo de la Democracia poniendo su inteligencia, su valor y energías al servicio de su gobierno para honra de su familia y para la gloria de la patria. Que al dirigirles el mensaje les anime y exhorte en el cumplimiento de sus deberes militares con inquebrantable fidelidad de que sus nobles y heroicos esfuerzos serán un timbre de gloria para la patria y un gran honor para el magisterio”.36 Esta Asamblea, aprobó, además, solicitar al Departamento de Instrucción que de ser posible los maestros de Puerto Rico en servicio activo, comprendidos en el servicio militar en este reclutamiento y en los sucesivos según fueren llamados, se les concediera un mes de li-

La Bandera de la Asociación. El escudo representa un sol de la cual salen 78 franjas azules y amarillas, símbolo de las 79 Juntas Locales. Se adoptó en 1933 en un concurso que ganó la Junta Local de San Juan.

36 Acta Asamblea Anual 1917. UN SIGLO DE LuCHa EDuCaTIVa v 131


Certificado de una maestra rural (CNGS).

cencia con sueldo al igual que a otros empleados del gobierno insular. Cada Asamblea Anual tiene sus particularidades discursivas. Además de aprobar resoluciones que estaban destinadas a solicitar asuntos a la Legislatura o el Departamento de Instrucción, la Asociación tenía una creciente preocupación sobre situaciones cotidianas de las escuelas. Por ejemplo, en esta Asamblea de 1917 se aprobó conceder un premio de $10.00 a la escuela que tuviera un su barrio el número mayor de huertos domésticos. Además, se encomendó al Secretario de Instrucción que la Festividad del Día del Árbol del próximo año escolar se destinara a la propaganda relacionada a la siembra de frutos menores y que en dicho día se celebren en todos los distintos concursos y exhibiciones agrícolas. La Asociación tenía una gama de asuntos en sus discusiones que iban desde la política hasta el fomento de la agricultura en Puerto Rico. Por otro lado, el Comité Ejecutivo de la Asociación celebró una reunión el 7 de septiembre de 1918 donde consideró la petición de una maestra casada, quien solicitó beneficio por enfermedad por haber dado a luz. El Comité Ejecutivo le negó la petición “para que se entienda en lo futuro que ningún caso de esta índole se considerará como enfermedad para los efectos de los beneficios que concede el Reglamento”. La mentalidad de la época consideraba que ese tipo de beneficios se otorgaban cuando una certificación médica comprobaba que la participante sufría de alguna enfermedad originada por el parto o por cualquier complicación que se presentase después de éste.37 Este asunto contrasta enormemente con la misma Asociación que, treinta y tres años después, al formar parte de la Convención Constituyente de Puerto Rico, la cual redactó la Constitución del Estado Libre Asociado de Puerto Rico (ELA), defendió los derechos de los seres humanos, entre ellos los derechos de las mujeres. 37 Acta, Reunión Comité Ejecutivo, 1918.

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Entrados en la segunda mitad del siglo 20, cuando el mundo iba alcanzando consciencia plena sobre la importancia de la maternidad y los derechos que tenían las mujeres, se hace difícil pensar cómo una mujer embarazada se le denegara algún beneficio. Peor aún, la denegación se hace a la luz de no establecer un precedente reglamentario que abriera la puerta para que otra exigiera lo que por derecho natural le corresponde. Treinta años después de ese incidente, el 10 de diciembre de 1948, la Asamblea General de las Naciones Unidas aprobó y proclamó la Declaración Universal de los Derechos Humanos, donde establece claramente en su artículo 25 que: “La maternidad y la infancia tienen derecho a cuidados y asistencia especiales. Todos los niños, nacidos de matrimonio o fuera de matrimonio, tienen derecho a igual protección social”.38 Estableciéndose este precedente universalmente, una discusión como la anterior tuvo lugar al aprobarse la Carta de Derechos de la Constitución del ELA. La sección 20 (Derechos humanos reconocidos; deber del pueblo y del gobierno) aprobada, originalmente, por la Convención Constituyente de Puerto Rico establecía claramente que: “El derecho de toda mujer en estado grávido o en época de lactancia y el derecho de todo niño, a recibir cuidados y ayudas especiales”.39

38 Declaración Universal de los Derechos Humanos. Accedida en: http://www.un.org/es/ documents/udhr. 39 1 LPRA, Art. 2, Sección 20.

“El hogar donde se refugia una familia”. Esa fue la referencia que utilizó el presidente Fulgencio Piñero cuando se inauguró el Templo del Maestro, en 1935, en Puerta de Tierra. El Templo fue símbolo de sacrificio y voluntad después de muchos años de recaudación de fondos para construirlo.

Lcdo. Francisco Vincenty (1870-1938), quinto presidente de la AMPR. Se distinguió por ser educador, farmacéutico, abogado, director e inspector de escuelas. Dirigió el periódico “La Aurora Social” en Mayagüez (1904); fue uno de los fundadores del movimiento magisterial del oeste. Fue reconocido por ser librepensador. La Ley de Pensiones se aprobó en 1917 siendo Presidente de la AMPR y fue el primero en plantear el problema del inglés como un asunto pedagógico (HPRPGM). UN SIGLO DE LuCHa EDuCaTIVa v 133


No obstante, años más tarde, la misma Asociación de Maestros fue la que impulsó legislación a los efectos para que se reconociera el derecho de maternidad a las maestras que iban a dar a luz.

José González Ginorio (1879-1944), sexto presidente de la institución y único que ocupó el cargo en dos ocasiones distintas (1919-1920; 1938-1940). Implantó la primera reorganización institucional, además de haberse distinguido como un prolífico escritor, autor de libros de texto de español para las escuelas públicas y Gran Maestro Masón (AHAMPR).

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Esta sección no fue aprobada por el Congreso de los Estados Unidos. En virtud de la Resolución Número 34, aprobada por la Convención Constituyente y ratificada en el Referéndum celebrado el 4 de noviembre de 1952, esta sección fue eliminada. No obstante, años más tarde, la misma Asociación de Maestros fue la que impulsó legislación a los efectos para que se reconociera el derecho de maternidad a las maestras que iban a dar a luz. Fue, en parte, una rectificación histórica.

Los temas, debates y preocupaciones al interior de la Asociación

Por otro lado, a través de la lectura de las actas de las Asambleas Anuales, subyacen una serie de temas y de preocupaciones que la dirigencia de la Asociación de Maestros intentó establecer como puntos medulares de sus agendas de trabajo, a través de sus primeros años de existencia. Uno de los temas recurrentes es el tema de la política. Como señalamos al inicio del trabajo, el desarrollo político de Puerto Rico se dio, durante los primeros años del siglo 20, en medio de una intensa y convulsa actividad político-partidista que se caracterizó por persecuciones y que, en algunos casos, desembocó en actos de violencia. La guerra entre el Partido Federal y el Partido Republicano –fundados por Luis Muñoz Rivera y José Celso Barbosa, respectivamente– tomaron, en muchos casos, nombramientos de maestros como botines de guerra. Las Juntas de Instrucción actuaban unilateralmente y los nombramientos se hacían abiertamente por consideraciones partidistas.40 En palabras del historiador Fernando Picó: “la vida política del país adquirió unos rasgos de intolerancia partidista que todavía inciden sobre los eventos eleccionarios del País”.41 En el acta de la Asamblea Anual celebrada en 1933, se discutió el Informe de un Comité Especial nombrado 40 Para un estudio más abarcador sobre el tema, consúltese el trabajo de Rubén Maldonado Jiménez, “La persecución política a los maestros: 1868-1901”. En: Rubén Maldonado Jiménez (compilador). Historia y sociedad. Acercamiento a la historia social de la educación en Puerto Rico. San Juan: Editorial de la Universidad de Puerto Rico, 2001, pp. 163-201. 41 Fernando Picó. Historia general de Puerto Rico. Río Piedras: Ediciones Huracán, 1988, p. 233.


para estudiar y analizar las Resoluciones presentadas por los pueblos de Añasco y Comerío, que incluía un voto de censura para Juan Carreras, quien fuera uno de los líderes más visibles de la Asociación por varias décadas, por crear la Confederación de Maestros Coalicionistas. Fue Teodoro Aguilar, expresidente de la Asociación, quien lanzó el grito de guerra desde el proscenio censurando a Carreras. Aguilar concluyó su mensaje diciendo: “Compañeros, para el bien del magisterio, para el bien de Puerto Rico, deberíamos unirnos todos los maestros para no permitir que se haga política en el seno de nuestra Asociación. Que aquí somos todos hermanos: coalicionistas, liberales y nacionalistas. ¡Viva la Asociación de Maestros de Puerto Rico!”42 El Comité Especial nombrado por el presidente Fulgencio Piñero presentó ante la Asamblea el informe donde sostenía “Declarar como por la presente declara que la Asociación de Maestros de Puerto Rico no ve con simpatías la formación de núcleos políticos compuestos por maestros, por lo que recomienda a sus asociados se abstengan de tomar participación en todo movimiento que tienda a crear o fomentar el desarrollo de tales núcleos”.43 Hay que considerar que la Coalición RepublicanaSocialista fue una fuerza política en Puerto Rico que mantuvo una hegemonía electoral hasta el ascenso del Partido Popular Democrático en 1938. La década del treinta, además de convulsa, fue de protagonismo para la Coalición. Aunque el informe fue aprobado, con una enmienda del propio Juan Carreras, quien aseveraba que “la Asociación es una organización de carácter profesional y fraternal que no interviene de forma alguna en los asuntos político partidistas, por lo tanto, entiende que los miembros de la misma deberían abstenerse de formar núcleos políticos partidistas a nombre y en representación de la Asociación de Maestros de Puerto Rico”44. Aunque hoy no pareciera un 42 Libro de Actas Anuales, 1931-1933. Acta de 1933, p. 215. 43 Acta de la Asamblea Anual, 1933, pp. 267-273. 44 Ibíd. UN SIGLO DE LuCHa EDuCaTIVa v 135


“la Asociación es una

organización de carácter profesional y fraternal que no interviene de forma alguna en los asuntos político partidistas, por lo tanto, entiende que los miembros de la misma deberían abstenerse de formar núcleos políticos partidistas a nombre y en representación de la Asociación de Maestros de Puerto Rico”

problema mayor, a la altura de una década tan matizada con ese cariz partidista, la participación política de los maestros, en su carácter personal, levantó muchas ronchas. Virgilio Brunet propuso que se aprobara el Informe sobre la no participación en política por parte de los maestros. Pasaron 16 años cuando Brunet accedió a la presidencia de la Asociación. El mismo año en que Brunet sustituyó a Luis Muñiz Souffront, 1949, Luis Muñoz Marín se convirtió en el primer gobernador que era electo a ese puesto. Irónicamente, uno de los primeros discursos que dirige Muñoz durante el primer año de su mandato fue a los maestros en una Asamblea Anual. Sin embargo, esa no fue la única ocasión en que el propio Muñoz asistió a una Asamblea Anual de la Asociación. El mensaje que pronunció en la Asamblea de 1953 se convirtió en uno de sus mensajes clásicos: el discurso de Agapito’s Bar. Además, el propio Brunet fue electo a la Convención Constituyente en 1951. Si bien es cierto que no puede asegurarse que la Asociación mantenía vínculos con el partido en el poder, algunas de sus dirigentes mantenían “línea directa” con algunos líderes del País. La situación político-partidista había sufrido algunos cambios entre 1933 y 1951. La década de 1950 fue una época de reconfiguración del orden político en Puerto Rico.

Los servicios: modelo para Puerto Rico

La estructuración de servicios que hizo la Asociación de Maestros desde sus inicios puede entenderse como parte de un pensamiento proteccionista que hacía la organización hacia sus miembros. La necesidad y el disfrute de servicios básicos y de recreación para los maestros y maestras era una realidad. Puerto Rico no contaba con ciertos recursos que le garantizaran a la clase trabajadora el disfrute de beneficios, tales como la salud. Ahora bien, la primera clase dirigente asociacionista tenía un pensamiento patriarcal, donde la garantía de que los maestros recibieran beneficios directos por su membresía con la Asociación constituyó para ellos un deber. Ese deber se tradujo, rápidamente, en el Proyecto creando un Fondo de Pensiones para los maestros de 136 v UN SIGLO DE LuCHa EDuCaTIVa


Puerto Rico y reglamentando su concesión y el pago de las mismas. Esta iniciativa se aprobó en la Primera Asamblea Anual, celebrada el 30 de diciembre de 1911. La idea consistía en que cada maestro asociado contribuyera, desde enero de 1912, con la cantidad de un dólar para levantar un Fondo de Seguros para maestros asociados. La cantidad que se recolectara, se entregaría al miembro de la Asociación que se inutilizara en el ejercicio de la profesión o a sus familiares en caso de muerte. A continuación se presenta la enmienda del artículo 23 del Reglamento: “Cuando un socio se inhabilite profesional o físicamente se le pagará el 15% de los fondos generales de la Asociación, si ha pertenecido a ella por un período de uno o tres años, el 20% después de haber sido miembro por un período de tres a cinco años, y el 25% después de haber sido por un término de cinco años o más; Disponiéndose que recibirá además el imporUN SIGLO DE LuCHa EDuCaTIVa v 137


te total recolectado por la Directiva General para el fondo de seguros y depositado de antemano con este fin, siempre que el socio haya contribuido para formar dicho fondo”.45 Rápidamente se conformó un Comité de Pensiones, el cual recomendó un Proyecto de Pensiones para los maestros bajo el título de Seguros de Maestros. El Proyecto proponía que esa especie de sistema estuviese en manos del Gobierno con dos agentes, el Comisionado de Instrucción y el Tesorero de Puerto Rico. Para ello, los maestros y maestras tenían que aportar 50 centavos del sueldo mensual, cuyas recaudaciones formarían parte del Fondo de Seguro, utilizándose para la protección y ayuda de éstos. Seis años después de haberse aprobado una resolución en el seno de la Asociación para beneficiar la clase magisterial con un Plan de Pensiones, en 1917 la Asamblea Legislativa aprobó la Ley de Pensiones para el Magisterio46, lo que hoy constituye el Sistema de Retiro para Maestros. Pero las pensiones no sólo eran la preocupación de la naciente Asociación. En la Asamblea anual de 1914, el delegado Alejo Ortiz propuso que se estudiara la posibilidad de organizar la sociedad Égida del Maestro y que se nombrara una comisión para estudiar la posibiliGerardo Sellés Solá (1886-1946) fue dad de la construcción de un lugar donde los maestros uno de los educadores puertorrique- que se jubilaran tuvieran acceso a un lugar seguro que ños más importantes de la primera les sirviera de hogar en caso de no poseer uno. Sin emmitad del siglo 20. Fue el séptimo presidente de la AMPR y el que más bargo, a la altura de ese año, la Asamblea entendió que ímpetu le puso a la profesionalización esa iniciativa, la cual se cristalizó en la década de 1960, del magisterio. Realizó la primera ma- equivalía a maestros inválidos. Teodoro Aguilar, quien nifestación por las calles del Viejo San Juan ante una amenaza de rebajas resultó electo presidente ese año, presentó un informe de sueldos el 16 de mayo de 1925 sobre la Égida del Maestro. Aguilar, a pesar de su corta (AHAMPR). presidencia, fue uno de los que como presidente tuvo mayor interés en el desarrollo de este proyecto. “Exhorto a los maestros para que constituyan comités en los pueblos con el propósito de allegar adeptos a la causa solicitando una mensual de 25 centavos”. La labor de planificación continuó a lo largo de esa década. La Égida, finalmente, comenzó a construirse en la década de 1960, inaugurándose, fi45 Asamblea Anual, 1911 46 Ley Número 62 de 5 de diciembre de 1917, según enmendada 138 v UN SIGLO DE LuCHa EDuCaTIVa


nalmente, en 1967, formando parte del conglomerado de servicios que inauguró la Asociación durante esa década, junto con la Cooperativa de Ahorro y Crédito, el Hospital del Maestro y las urbanizaciones del Plan de Hogares.

Seis años después de haberse aprobado una resolución en el seno de la Asociación para beneficiar la clase magisterial Una visión laboral con un Plan de Pensiones, Sarriera, en el mensaje fundacional de la Asociación en 1917 la Asamblea Insular del Magisterio, expresaba que: “deseamos velar Legislativa aprobó la Ley por la tranquilidad (sic) del magisterio del país”. Ese deseo se tradujo muy pronto en el desarrollo de una perspec- de Pensiones para tiva laboral que velaría de cerca por, más que otra cosa, el Magisterio, lo que hoy constituye el el bienestar de los maestros y maestras. La defensa del magisterio provenía de esa experien- Sistema de Retiro cia de “injusticias” que sufría el magisterio. Es por ello para Maestros. que la Asociación estuvo constantemente presentando propuestas que iban dirigidas al mejoramiento del magisterio como clase. Muchas de las propuestas se hicieron a través de legislación y hoy son realidad evidente del esfuerzo y trabajo que ha hecho esta institución desde su primera etapa. La defensa laboral del magisterio, como se verá en detalle a través de la discusión de este libro, se realizó, principalmente, desde la vía legal. Los mecanismos de alianza y abogacía47 utilizados por la Asociación de Maestros ilustran, con mayor claridad, el pensamiento de la clase dirigente, el cual estaba enmarcado en una relación ganar-ganar. Aunque han existido elementos retóricos que han intentado producir demagogia sobre la gestión de la Asociación en las esferas públicas para defender el magisterio y ganar así mayores derechos, no es hasta esta investigación que puede verse con mayor claridad que el trabajo de abogacía ante la Asamblea Legislativa y el Departamento de Instrucción ha rendido un legado que, 27. Lcdo. Fulgencio Piñero Rodríguez, a 100 años de haberse iniciado, aun permanece vigente. octavo presidente de la AMPR. Bajo su incumbencia se inició el Plan de ClíniEn Puerto Rico se estableció una decisión sin prece- cas, nuestro actual Plan de Servicios dentes, de la cual la Asociación de Maestros fue gestora de Salud (PROSSAM). Fue Represeny modelo: la Ley para crear un Fondo de Pensiones para tante a la Cámara por el Partido Unión y es el autor del Proyecto de Ley que los Maestros de Puerto Rico y para otros fines, en 1917, creó el Fondo de Pensiones para Maesrepresenta la primera victoria pública de la Asociación tros (AHAMPR). 47 Cuyo término en inglés puede ser, tal vez, más ilustrador es advocacy. UN SIGLO DE LuCHa EDuCaTIVa v 139


Ilustración 1.2 Servicios iniciados por la Asociación de Maestros

Fondo de Seguro para Socios

Servicios

Proyecto del Banco Plan para Clínicas Casa de Descanso

Ley de Pensiones (1917) Sistema de Retiro para Maestros (1955)

Precursoras de EDUCOOP Hospital del Maestro Égida

de una estrategia que cobró impulso al crearse la Ley. Dos años más tarde se aprobaron enmiendas a la Ley Escolar Compilada, de 1903, prohibiendo el embargo y ejecución del sueldo de los maestros. Finalmente, aunque su aprobación está fuera de los límites temporales que nos hemos autoimpuesto en este ensayo, la creación de la Ley de Permanencia, aprobada el 15 de mayo de 1938, representó uno de los mayores actos de justicia de los que pudo habérsele hecho al magisterio entonces. Bien sabido es el movimiento arbitrario al cual estaban sometidos los maestros.48 Esta Ley, comentada con mayor detenimiento por la licenciada Magda Sagardía más adelante, prohibía ese movimiento y establecía los derechos que debían garantizársele a los maestros. Entre otras iniciativas importantes, se encuentra que el que se lograra suprimir la Ley que exigía la sepa48 Véase el trabajo de Rubén Maldonado Jiménez, La persecución política a los maestros: 1868-1901, citado en este trabajo. 140 v UN SIGLO DE LuCHa EDuCaTIVa


ración de los maestros que tuvieran 65 años de edad. En esa línea, era importante para los maestros la extensión del curso escolar, pues de ello dependían los sustentos de miles de hogares que tenían como jefes de familia a padres y madres maestros. Para ello solicitaron que se trabajara ante la Asamblea Legislativa y el Departamento de Instrucción, que el curso escolar fuera de diez meses, incluyendo las vacaciones concedidas por el Departamento y que se consiguiera la cantidad suficiente para realizar este proyecto. Aunque esto no se logró inmediatamente, no fue hasta 1941 que se aprobó la Ley de los Doce Sueldos, ley redactada por Virgilio Brunet, entonces asesor legal de la Asociación. Brunet, además, redactó la Ley de Permanencia de 1938. Resulta curioso, a la luz de nuestra experiencia actual, que la Asociación aprobó en una Asamblea una solicitud para que el Comisionado de Instrucción no les exigiera la renuncia de sus puestos a maestras casadas que estuvieran embarazadas. De esta manera se buscaba que se enmendaran las reglas del Departamento sobre nombramiento y contrato, ya que de acuerdo con las disposiciones de las mismas, éstas no podían hacerse cargo de sus escuelas nuevamente. Esto fue un claro acto de discrimen laboral que la Asociación de Maestros intentó combatir. Éstas maestras no recibían remuneración alguna durante el período de la licencia. Solicitaron, además, que se nombraran sustitutos para que cubrieran el puesto mientras duraba la licencia de enfermedad. No fue hasta 1942, también a instancias de la Asociación, que se aprobó la Ley para proteger a las madres obreras, adoptándose una política pública de protección para las trabajadoras que dieran a luz, principalmente maestras, quienes formaban entonces, y forman todavía, la mayor parte del sector magisterial.

En Puerto Rico se estableció una decisión sin precedentes, de la cual la Asociación de Maestros fue gestora y modelo: la Ley para crear un Fondo de Pensiones para los Maestros de Puerto Rico y para otros fines, en 1917, representa la primera victoria pública de la Asociación de una estrategia que cobró impulso al crearse la Ley.

Un organismo profesional

Se buscaba, además, que la Asociación trabajara con la Legislatura y el Departamento de Instrucción para que se diera mayor énfasis a la enseñanza científica y práctica de la agricultura en las escuelas. De igual manera, la resolución presentada por Carlota Matienzo está, por mucho, discursivamente adelantada a su tiempo. Su solicitud era que el Comisionado de Instrucción tuviera UN SIGLO DE LuCHa EDuCaTIVa v 141


Ilustración 1.3 Iniciativas para la defensa del magisterio Laboral Influencia en la política pública

Ley de Pensiones

Certificación de Maestros

Transacciones de Personal Docente

Posicionamiento del magisterio en Puerto Rico

cuenta que cuando ocurriera alguna vacante en las Juntas Educativas, las mismas fueran llenadas por mujeres. Matienzo enfatizaba que debía tomarse en cuenta la ley aprobada en la última sesión legislativa ya que antes de las próximas elecciones figurara una señora en cada Junta Escolar donde haya ocurrido una vacante. El discurso de igualdad de género se buscó adelantarlo por medio de algo que pudiera parecer trivial, pero que, a todas luces no lo era, si se considera que la mayor parte del magisterio en Puerto Rico, históricamente, ha sido femenino.49 En esta época, la Asociación busca estrechar sus lazos colaborativos más allá de los lindes territoriales puertorriqueños. En 1916 se comenzó a discutir la afiliación de la Asociación con la organización National Education Association (NEA) de los Estados Unidos. El año 1916 marcó un precedente en ese sentido y se comenzaron relaciones con ésta, autorizando al Presidente para afiliarse, pagando $2 anuales.50 En 1917 se recomendó al Departamento de Instrucción la conveniencia de adoptar libros de texto escritos expresamente para la enseñanza de la historia y geogra49 Véase el trabajo de María de F. Barceló-Miller, El sufragio femenino en Puerto Rico, Río Piedras. Ed. Huracán, 1999. 50 Acta Asamblea Anual, 1916. 142 v UN SIGLO DE LuCHa EDuCaTIVa


fía de Puerto Rico en las escuelas de la isla; que para cooperar con el Departamento en la obtención de dichos textos se incluyera la presentación de los mismos como uno de los temas del Certamen Pedagógico que se efectuaría bajo los auspicios de la Asociación en el 1918. Además, al establecerse los Congresos Pedagógicos, los cuales se llevaban a cabo para discutir diversos temas. No es casualidad que, entonces, la Asociación auspiciara, por ejemplo, conferencias pedagógicas sobre el mejor método para enseñar a leer el idioma castellano. Con el acuerdo, en esa misma Asamblea, de la publicación de El Magisterio Moderno y la propuesta para que se adoptara el “método Vincenty” en Puerto Rico, la Asociación fue adelantando una agenda que puede entenderse como de “profesionalización” del magisterio. Es interesante, además, que en 1915, el doctor Paul G. Miller, entonces Comisionado de Instrucción, solicitara al Presidente Santiago Negroni que el Departamento de Instrucción y la Asociación de Maestros fundaran una Revista de carácter pedagógico bajo los auspicios de ambos entidades. Este convenio entre la Asociación y el Departamento se convirtió en la importante Porto Rico School Review, revista que discutía importantes temas educativos. Al hablar de la profesionalización del magisterio, el nombre de Gerardo Sellés Solá no puede quedar fuera de esta discusión. El liderato que le imprimió este maestro a la Asociación, como presidente entre 1920 y 1931 le ganó a la institución uno de sus primeros lustres. En 1923, provocó una enérgica protesta ante la posible medida de rebajar los sueldos del magisterio en un 10% para cuadrar el presupuesto de Puerto Rico. Esta ha sido una de las primeras grandes manifestaciones públicas en repudio a políticas que detrimentaban los derechos del magisterio, por los cuales tanto había luchado la Asociación desde su fundación en 1911. Sellés Solá y el liderato de la Asociación de Maestros lograron apuntarse esa victoria, tras la presión que ejercieron. Luchó, además, para que no se acortara el año escolar. Sellés Solá logró, asimismo, la aprobación de una nueva Ley de Pensiones en 1926, luego que el Fondo de Pensiones se agotara. Se enfrentó al Departamento de UN SIGLO DE LuCHa EDuCaTIVa v 143


Grupo de estudiantes del Colegio de Pedagogía toman un curso de metodología de la enseñanza. Década 1940 (AHAMPR).

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Instrucción Pública, estableciendo que era incompatible mantener un cargo en el Departamento y en la Asociación. Sin embargo, levantar el decaído espíritu al magisterio, en una época tan crítica, fue su ejecutoria más destacada fue que el magisterio comenzara a gozar de una reputación bien ganada, la cual se habían ganado con sacrificio. Sellés Solá tuvo la visión de que el respeto social y profesional tenía que gestarse desde las mismas filas del magisterio. En 1931 se aprobó la primera Ley de Certificación de Maestros, gracias a la lucha de Sellés, la cual, aún con reticencias dentro de las filas de la Asociación, se convirtió en la gestión más importante para profesionalizar el magisterio.


Otras iniciativas fueron la impresión de la revista El Magisterio Moderno y el fomento de las Bibliotecas Profesionales Circulantes.

La creación de materiales para la enseñanza ha sido siempre fundamental en la preparación de maestros. Década 1940 (AHAMPR).

Consideraciones finales

Son muchos los temas que sobre este período pueden estudiarse. Ningún trabajo puede agotar todos los temas, como tampoco lo pretende este trabajo. Para el primer cuarto de siglo de la Asociación de Maestros (1911-1936) podemos resaltar que la tríada de su pensamiento fundacional: servicios, defensa laboral, profesionalización del magisterio es la zapata sobre la cual se desarrollan las iniciativas y discursos de las próximas décadas hasta el presente. Aunque nunca se ha idenUN SIGLO DE LuCHa EDuCaTIVa v 145


lustración 1.4 · Iniciativas adoptadas por la Asociación de Maestros para la profesionalización del magisterio Profesionalización del Magisterio

Congresos Pedagógicos

Certamen Literario

Revista

Propuestas para cambios curriculares

Escuelas de verano

tificado de esta manera, podemos ver que ese pensamiento fundacional es lo que ha nutrido la práctica de una de las más importantes organizaciones profesionales de Puerto Rico. Aunque este conjunto de ideas no representa la totalidad de la gama de ideas de lo que representa la Asociación de Maestros, la Asociación ha mantenido un discurso casi inalterado que, aunque con sus variantes, siempre ha integrado estos tres elementos como la pirámide que ha fortalecido su identidad institucional por los pasados 100 años. Ahora, al comenzar otro siglo, resta ver cuáles propuestas se barajan para comenzar un segundo siglo de defensa del magisterio puertorriqueño.

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Referencias Fuentes primarias Actas de las Asambleas Anuales de la Asociación de Maestros de Puerto Rico (1910-1936). Fuentes secundarias/referencias Libros López Yustos, Alfonso. Historia documental de la educación en Puerto Rico. 3ª ed. revisada y aumentada. Hato Rey: Publicaciones Puertorriqueñas, 1984. Maldonado Jiménez, Rubén. “La persecución política a los maestros: 18681901”. En: Rubén Maldonado Jiménez (compilador). Historia y sociedad. Acercamiento a la historia social de la educación en Puerto Rico. San Juan: Editorial de la Universidad de Puerto Rico, 2001, pp. 163-201. Negrón de Montilla, Aida. La americanización en Puerto Rico y el sistema de instrucción pública 1900-1930. 2ª ed. Río Piedras: Editorial de la Universidad de Puerto Rico, 1990. Osuna, Juan José. A History of Education in Puerto Rico. 2ª ed. Río Piedras: Editorial de la Universidad de Puerto Rico, 1949. Picó, Fernando. Historia general de Puerto Rico. Río Piedras: Ediciones Huracán, 1988. Torres González, Roamé. Educación y sociedad en Puerto Rico (Bosquejo histórico). S.l. 2007. Material mimeografiado. Artículos Carreras, Juan. “Síntesis histórica de la Asociación de Maestros de Puerto Rico”. En: El Sol, Año XXV, Núm. 1, septiembre de 1981. Jiménez Hernández Adolfo. “Don Antonio Sarriera”. En: Revista de la Asociación de Maestros, Volumen VII, Número 7, diciembre de 1948, pp. 228-229. “Insignia oficial de la Asociación”, Porto Rico School Review, vol. 5, núm. 5, septiembre de 1920.

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Casa de la finca de Hato Rey que alberg贸 la Asociaci贸n entre 1944 y 1960. En la planta baja estaba ubicado el Consultorio m茅dico y en la planta alta las oficinas (AHAMPR).

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La construcción de la polis magisterial: la Asociación como un país (1940-1960)1

v Eloy Antonio Ruiz Rivera

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“…las aguas están volviendo a su sitio, las nubes se están disipando y la normalidad parece volver a la casa solariega de nuestra institución para poder hacer más y mejor obra en ausencia de luchas intestinas que lo que hace es empobrecerla” José Joaquín Rivera Mensaje a la 50ª Asamblea Anual, 1960

Introducción

A mi tía Thilda Alvarado, mujer, maestra y modelo, siempre viva en mi memoria, aunque la suya ya no sea la que fue. A Papa y Mama, siempre presentes.

En 1934, mientras Ramón Marín se moría en San Sebastián, nadie en la comarca pudo encontrar una ambulancia que lo trasladara a San Juan para ser atendido “de forma adecuada”. La impotencia que creó el estado moribundo de aquel maestro, hizo que Fulgencio Piñero, a la sazón Presidente de la Asociación de Maestros, recorriera algunos pueblos convenciendo a los maestros 1 Quiero agradecer los valiosos comentarios de Amarilis Cintrón al contenido y corrección de este trabajo. 2 Inició su carrera profesional en la Cámara de Representantes de Puerto Rico, donde sirvió como Ayudante Legislativo y ejerció la profesión magisterial enseñando Historia y Sociología en Nuestra Escuela. Posee una Maestría en Historia de la Universidad de Puerto Rico, Recinto de Río Piedras y Bachillerato en Educación e Historia de la misma institución. Su trabajo de investigación es variado, incluyendo historia municipal (redes sociales y vínculos de poder en el Cabildo de San Juan, entre 1809 y 1914) e historia de la educación. Es autor de ¿Jugando o americanizando? Prácticas y representaciones en el aula, 1900-1950 (Revista Aula y Sociedad, 2009) y La importancia del conocimiento histórico de la realidad colonial norteamericana en Puerto Rico: otro acercamiento (Revista El Sol, 2010). Es coeditor del libro Un siglo de lucha educativa: legado histórico de la Asociación de Maestros de Puerto Rico. Se desempeña como editor de las Revistas “El Sol” y “Magisterio”. Actualmente, dirige el Centro de Investigaciones y Asuntos Legislativos de la Asociación de Maestros de Puerto Rico. UN SIGLO DE LuCHa EDuCaTIVa v 149


asociados con la idea de crear un Plan de Clínicas –un plan médico– para que la Asociación misma se encargara de su salud y su cuidado. Un maestro, perplejo, sin más, le dijo a Piñero: “eso es cosa de locos”.3 Esa locura marcó el inicio de la construcción de la Asociación de Maestros como institución en Puerto Rico. Entre 1934 y 1941 se establecieron los lineamientos generales para hacer de la Asociación una ciudad, una polis magisterial, al estilo de organización política de las ciudades estado griegas que agrupaban a los ciudadanos de una comarca, centralizados en una ciudad. Treinta y un años después, en 1965, María Arroyo de Colón, la primera mujer en acceder a la presidencia del gremio, informaba a la Asamblea Anual que: “Esta organización camina sola, con su sola fuerza, con la locomoEn ese sentido, la creación ción que le damos sus muchos miles de pies y manos… no nede un nuevo servicio, cesita muletillas, ni bastones, ni sillones de ruedas, ni patines 4 mucho más radical, ajenos”. Cabe preguntarse, ¿cómo adquirió la Asociarepresenta el inicio de la ción tanta fuerza que de ser una pequeña organización se convirtió en una fuerte institución? creación de otros servicios La gravedad de Ramón Marín marcó una pauta en al interior de la Asociación, la historia institucional de la Asociación. Con algunas creando, así, el más grande reticencias entre sus asociados, la Junta de Directores crecimiento institucional de la Asociación de Maestros acogió en 1934 la iniciaen su historia, tiva de crear el Plan de Clínicas. Tal como señala Nilda consolidándola como García Santiago en su trabajo, “Una fuerza inteligente y una institución de peso culta”: elementos fundacionales de la primera organización en la educación en Puerto Rico. magisterial en Puerto Rico (1911-1936), la Asociación había creado mecanismos internos –Fondo de Pensiones, Fondo de Auxilio, Fondo de Seguros– que servían de paliativo económico para el magisterio asociado. Esta clase profesional ganaba, desde inicios de siglo, esquilmados sueldos que los mantenían en una situación de estrechez económica. Esos servicios que la Asociación había creado, eran mecanismos económicos para que los maestros y maestras allegaran fondos en caso de jubilación, de gastos económicos imprevistos y muerte. En ese sentido, la creación de un nuevo servicio, 3 Mensaje del Presidente, Acta de la Vigésima Cuarta Asamblea Anual de la Asociación de Maestros de Puerto Rico, 1934, pp. 33-34. 4 Mensaje de la Presidenta, Acta de la Quincuagésima Quinta Asamblea Anual de la Asociación de Maestros de Puerto Rico, 1965. 150 v UN SIGLO DE LuCHa EDuCaTIVa


mucho más radical, representa el inicio de la creación de otros servicios al interior de la Asociación, creando, así, el más grande crecimiento institucional en su historia, consolidándola como una institución de peso en la educación en Puerto Rico. La época que va de 1934 a 1967, representa la creación de su primer y último servicio de gran escala: los servicios médicos y la apertura de la Égida del Maestro. Los últimos años de la década del treinta, representan la transición de una Asociación de Maestros a otra. Sostengo, a base de la investigación realizada, que a partir de 1940, la Asociación comienza una nueva etapa en su historia institucional: la formación, creación real y concreción de lo que se convirtió la Asociación de Maestros como organismo. En esta etapa se operacionalización la tríada del pensamiento fundacional.5 La historia de la Asociación de Maestros, tiene, a mi entender, cuatro etapas:

Viaje a la NEA (junio 1961). En la primera fila, Frank Campos, Dr. Esteban del Toro, José Joaquín Rivera, Ramón García Vázquez y Miguel Vallecillos. En la segunda fila, entre otros, Paquita Davis de Rivera, María J. Torres de García, Ricarda López, María Isabel Soldevilla, Carmen Badillo Torres, Josefa Ramos López, Amneris Pérez, Lydia Félix, Marcelino Canino, Federico J. Modesto, Luis Riefkhol, Isolina Pérez, Mariana Suárez de Longo, Lala Rivera de Rivera, Dámaris Morales, Ana María Valedón, Leonor González de Cerezo, Sra. Valedón, Emilio Rodríguez Chasseriau y Rosa Candelas. (AHAMPR).

5 Nilda García Santiago, establece en su trabajo, “Una fuerza inteligente y culta”: elementos fundacionales de la primera organización magisterial en Puerto Rico (19111936), que los servicios, defensa laboral y profesionalización del magisterio eran vertientes de ese discurso, las cuales “estuvieron entrelazadas, sin reñir una con otra, pues las tres formaban la tríada del pensamiento fundacional”. UN SIGLO DE LuCHa EDuCaTIVa v 151


Aunque la primera etapa de la historia de la Asociación es la organización y la construcción de su zapata, su segunda etapa, la de formación, fue la construcción de una Asociación-ciudad. La Asociación se convirtió en la ciudad letrada del magisterio.

v Organización (1911-1940) v Formación (1940-1968) v Reorientación (1968-2000) v Reinvención (2000 al presente) En esa dirección, me propongo analizar en este ensayo el crecimiento institucional que experimentó la Asociación de Maestros de Puerto Rico entre 1940 y 1960 –el más grande en su historia– en dos direcciones: su posicionamiento en Puerto Rico como organización de fuerza y poder a través del desarrollo de su amplia red de servicios. Ambos elementos se imbricaron, construyendo así a la Asociación de Maestros como una organización multidimensional. Este ensayo entra y sale del interior de la Asociación como organización, tratando de mirarla desde adentro y desde afuera: los debates y pulseos que se dieron a su interior, para la consecución de su imagen en Puerto Rico.

La casa que se convirtió en ciudad

Virgilio Brunet Maldonado (19011977). El “Cojo Brunet” sirvió como asesor legal y Vicepresidente antes de presidir la Asociación entre 1949 y 1956. Considerado como el “hombre fuerte”, dirigió un importante operativo de crecimiento institucional que incluyó el Hospital del Maestro (1959) y el Edificio de la Asociación, el cual inauguró en 1960. Aquí en la inauguración del Edificio el 17 de diciembre de ese año (AHAMPR).

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Cuando en 1942 la Asociación le cedió el Templo del Maestro al Gobierno Federal en arrendamiento para que lo utilizara para oficinas relacionadas con la “defensa nacional”, la pequeña organización comenzó un éxodo en búsqueda de la tierra prometida.6 Muñiz Souffront decía que la Asociación había sacrificado su comodidad, “en pro de los intereses que nos mantienen juntos a las naciones unidas en la guerra contra los poderes totalitarios”.7 Así comenzó la Asociación un peregrinar que duró muy poco. Fueron de un Templo, a una casa. En la casa, pretendieron construir, literalmente, una ciudad, la Ciudad del Maestro. Allí se convirtió la Asociación en una ciudad sociológica, en la polis magisterial. Aunque la primera etapa de la historia de la Asociación es la organización y la construcción de su zapata, su segunda etapa, la de formación, fue la construcción de una Asociaciónciudad. La Asociación se convirtió en la ciudad letrada del magisterio. Pero para que la ciudad fuera letrada, primero tenía que ser ordenada. 6 Mensaje del Presidente, Acta de la Trigésima Segunda Asamblea Anual de la Asociación de Maestros de Puerto Rico, 1942, pp. 85-86. 7 Ibíd.


Maqueta del Edificio actual. Circa 1958 (AHAMPR).

Las estrategias teóricas utilizadas por el crítico literario uruguayo Ángel Rama, autor de La ciudad letrada, son muy útiles para analizar el desarrollo institucional, a su interior y exterior. Rama examina los cimientos de la civilización latinoamericana, a través de la construcción de la ciudad como el “sueño de un orden”, donde ésta es el plano para poder leer una sociedad. Para Rama, la razón ordenadora se transpone a un orden distributivo. No es la sociedad, sino su forma organizada, la que es transpuesta.8 Éste señala que: “La translación del orden social a una realidad física, en el caso de la fundación de las ciudades, implicaba el previo diseño urbanístico mediante los lenguajes simbólicos de la cultura sujetos a concepción racional. Pero a ésta se le exigía que además de componer un diseño, previera un futuro. De hecho el diseño debía ser orientado por el resultado que se habría de obtener 8

Ángel Rama. La ciudad letrada. Estados Unidos: Ediciones del Norte, 1984, p. 4. UN SIGLO DE LuCHa EDuCaTIVa v 153


El gobernador Jesús T. Piñero firma una ley aprobando un aumento de sueldo para los maestros. Observan, entre otros, José Joaquín Rivera, Virgilio Brunet, Ernesto Ramos Antonini y el entonces presidente Luis Muñiz Souffront. 1946 (BDUPR).

en el futuro, según el texto real dice explícitamente. El futuro que aún no existe, que no es sino dueño de la razón, es la perspectiva genética del proyecto”.9

Es entonces que los intelectuales, asociados a las funciones del poder, principalmente administrativo, comenzaron a componer la “ciudad letrada, porque su acción se cumplió en el prioritario orden de los signos

El análisis que hace Rama sobre la fundación de las ciudades es uno muy sugerente, pues señala que para facilitar la jerarquización y concentración del poder, así como para cumplir con sus misiones. Para ello, resultó indispensable que las ciudades, como asiento de la delegación de esos poderes, contaran con un equipo especializado al encomendar esos cometidos: los intelectuales. Es entonces que los intelectuales, asociados a las funciones del poder, principalmente administrativo, comenzaron a componer la “ciudad letrada, porque su acción se cumplió en el prioritario orden de los signos”.10 La Asociación, de ser una organización pequeña, se comenzó a convertir en una organización cosmopolita en donde discurrían intelectuales y políticos; donde se ofrecían servicios a maestros y maestras; donde éstos acudían buscando ayudas económicas cuando el salario no les alcanzaba; así como, donde se discutían las principales legislaciones de las décadas del cuarenta y el cincuenta en beneficio del magisterio. Es entonces, cuando todos los signos comienzan a adquirir significado, que la Asociación se convierte en esa ciudad letrada.11 Entre tanto, Gustavo Remedi, señala que la ciudad es una dimensión espacial que da cuerpo, estructura y 9 Ibíd, p. 6. 10 Ibíd, p. 25. 11 Este concepto teórico lo tomo de Ángel Rama, precisamente, de su libro La ciudad letrada, previamente citado.

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Inauguración del Hospital del Maestro. Grandes personalidades se dieron cita en el acto que tuvo lugar en los predios del Hospital el 12 de septiembre de 1959. En la foto aparecen Ernesto Ramos Antonini, presidente de la Cámara de Representantes; Lala Rivera, esposa de José Joaquín Rivera, secretario ejecutivo; María Arroyo de Colón, presidenta de la AMPR; Inés Mendoza de Muñoz Marín, primera dama; Andrés Grillasca, alcalde de Ponce; y Felisa Rincón de Gautier, alcaldesa de San Juan. Arroyo, Grillasca y Rincón fueron parte de la primera Junta de Directores del Hospital (AHAMPR).

legisla todo un quehacer cultural, donde confluyen y conviven intelectuales, intereses, textos, teorías, símbolos, metáforas, sensibilidades.12 La organización que comenzó a crecer en la finca de Hato Rey, en un sentido literal, reunió estos elementos que menciona Remedi. Para estudiar las instituciones, no sólo es necesario ver su desarrollo y evolución, sino hay que analizar el papel que juegan sus miembros. El crecimiento institucional de la Asociación no puede desligarse del desempeño que llevaba a cabo su clase dirigente, pues las iniciativas no se dan en un vacío, sino que se producen en contextos específicos donde existen intereses, alianzas, transacciones, en fin, donde median las relaciones sociales. Es por ello, que es necesario evaluar las redes y dinámicas sociales, así como, las relaciones verticales y vínculos que mantenían los líderes de la Asociación.

La Asociación, de ser una organización pequeña, se comenzó a convertir en una organización cosmopolita en donde discurrían intelectuales y políticos; donde se ofrecían servicios a maestros y maestras; donde éstos acudían buscando ayudas económicas cuando el salario no les alcanzaba; así como, donde se discutían las principales legislaciones de las décadas del cuarenta y el cincuenta en beneficio del magisterio.

12 Gustavo Remedi. “Ciudad letrada: Ángel Rama y la espacialización del análisis cultural”. En: Mabel Moraña (editora). Ángel Rama. Estudios críticos. Pittsburgh: University of Pittsburgh e Instituto Internacional de Literatura Iberoamericana, s.a. UN SIGLO DE LuCHa EDuCaTIVa v 155


En ese sentido, para que la ciudad se ordenara y adquiriera nuevas formas, sus líderes tenían que componer un diseño de futuro.

Estas redes, dinámicas, relaciones y vínculos son fundamentales para tener un panorama más claro del desarrollo histórico de la Asociación en este período.13 Algunos novedosos trabajos historiográficos han comenzado a apuntar sobre la necesidad de comprender una mejor configuración del rol de las clases dirigentes (comúnmente denominadas historiográficamente como élites14), para comprender el desarrollo de las instituciones. En palabras de Fernando Picó, ver “dónde estaban los afanes de sus corazones”.15 En ese sentido, para que la ciudad se ordenara y adquiriera nuevas formas, sus líderes tenían que componer un diseño de futuro. Para ello, mientras iban dotándola de orden a su interior –a través de los servicios–, éstos iban realizando vínculos verticales con diversos individuos en el País para ir posicionando a la Asociación a otro nivel de influencia. Este concepto, desarrollado por la historiadora Pilar Ponce Leiva, en su ensayo Versatilidad y poderes múltiples en la América colonial, es un acercamiento teórico para analizar las relaciones entre individuos que no son necesariamente miembros de una misma “clase”, pero que comparten vínculos, empatías, intereses y lealtades que nos ofrecen “imagen ciertamente más flexible y dinámica de las sociedades”.16 No es de extrañar, al examinar estos argumentos, las relaciones que mantuvo la Asociación con el Departamento de Instrucción y con la Asamblea Legislativa, cuando consideramos la legislación aprobada protegiendo el 13 Estoy utilizando unos útiles conceptos teóricos desarrollados en interesantes estudios sobre las élites en Hispanoamérica, los cuales me son de gran utilidad. Véase de Pilar Ponce Leiva y Arrigo Amadori. “Historiografía sobre las élites en América Hispana: 1992-2005”. Nuevo Mundo, Mundos Nuevos. [En línea], BAC, Biblioteca de Autores del Centro, Puesto en línea el 2 de julio de 2008. URL: http://nuevomundo.revues. org/38773; Pilar Ponce Leiva. “Versatilidad y poderes múltiples en la América colonial”. Nuevo Mundo, Mundos Nuevos. [En línea], Coloquios, 2007, Puesto en línea el 5 de enero de 2007. URL: http://nuevomundo.revues.org/3231; y Frédérique Langue. “Las élites en América española, actitudes y mentalidades”. Nuevo Mundo, Mundos Nuevos. [En línea], BAC, Biblioteca de Autores del Centro, Puesto en línea el 12 de noviembre de 2005. URL: http://nuevomundo.revues.org/1178. 14 Hay una percepción negativa del concepto élite, entendiéndose como un grupo selecto y distante, que es parte de una capa superior. Ese no es el caso, particular, de la Asociación de Maestros, pues la clase dirigente eran maestros que habían ascendido en el escalafón de la organización, adviniendo a las posiciones de liderazgo a través de elecciones. En el caso de los estudios historiográficos a los cuales hago referencia, es notable las relaciones “verticales”, o sea, entre individuos de distintos estatus para lograr cosas en común. Ese es el caso nuestro. 15 Fernando Picó. Historia general de Puerto Rico. 7ª ed. Río Piedras: Ediciones Huracán, 2000 [1986], p. 120. 16 Ponce Leiva, “Versatilidad y poderes múltiples en la América colonial”, p. 2.

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El sueño se vuelve realidad. Construcción del Hospital del Maestro (AHAMPR).

derecho a la permanencia y al retiro; la certificación de No es de extrañar, al examinar maestros; y aumentos de salario. estos argumentos, las relaciones que mantuvo La ciudad se comienza a construir la Asociación con el La Asociación de Maestros se estableció el 1º de julio Departamento de Instrucción de 1944 en una casa solariega de madera, ubicada en un terreno de 20 cuerdas en Hato Rey. El terreno, que estaba y con la Asamblea Legislativa, en un predio cercano a la Universidad, le costó $85,000. cuando consideramos El Templo del Maestro, la edificación por la cual tanto la legislación aprobada lucharon, fue vendido porque les quedaba pequeño y protegiendo el derecho a la no aseguraba comodidad ni pragmatismo. Lo vendie- permanencia y al retiro; la ron y con esos ingresos aportaron $30,000 para la com- certificación de maestros; y pra. Los restantes $55,000, los obtuvieron de un préstaaumentos de salario. mo que hicieron al Banco Popular de Puerto Rico. Era, exactamente, como lo había soñado Muñiz Souffront en su mensaje a la Asamblea Anual de 1942. En aquel momento, éste señaló que: “No me parece mala idea que esta asamblea autorice a la Junta de Directores a seleccionar y comprar un predio de terreno cuya extensión sea de varias cuerdas, a corta distancia de la Universidad utilizando fondos sobrantes del Plan de Clínicas, y antes de que UN SIGLO DE LuCHa EDuCaTIVa v 157


“No me parece mala idea que esta asamblea autorice a la Junta de Directores a seleccionar y comprar un predio de terreno cuya extensión sea de varias cuerdas, a corta distancia de la Universidad utilizando fondos sobrantes del Plan de Clínicas, y antes de que se haga más difícil y más costosa la compra de tierras en las cercanías de la Capital.”

La urna del tiempo. Ceremonia de colocación de la primera piedra del edificio de Hato Rey. El secretario ejecutivo, José Joaquín Rivera, sostiene la caja, mientras observan María Arroyo, a su lado y su esposa, Lala Rivera, a la extrema derecha. (AHAMPR).

se haga más difícil y más costosa la compra de tierras en las cercanías de la Capital. Además, el terreno así adquirido pudiera ser utilizado también para ofrecer en lo futuro a los maestros asociados y específicamente a los que en verano y a cada rato vienen a de la Isla, facilidades de dormitorio, biblioteca, salones de recreo, canchas de juego, tanques de natación, y otras comodidades necesarias a la salud del maestro. De igual manera, y si el terreno estuviera bien situado, pudiera servir para un nuevo edificio en el cual se instalaran las oficinas generales de la Asociación y algunas de las facilidades de arriba mencionadas. Esto pudiera ser necesario si las autoridades federales o insulares necesitaran hacer uso permanente del Templo del Maestro. Véase por tanto que ya sea para clínica, establecimiento de descanso y de recreo, para un nuevo Templo del Maestro, o para todas esas cosas a la vez, la adquisición del predio de terreno es recomendable. Finalmente, desde el punto de vista de la inversión, es conveniente recordar que la tierra en Río Piedras o cerca de esta localidad o de San Juan es propiedad que mantiene su valor con tendencias a subir”.17 Es necesario deconstruir el mensaje de Muñiz Souffront para entender los movimientos institucionales que comienzan a producirse, los cuales son clave para entender este período. En primer lugar, el presidente adelanta a la Asamblea, como una cuestión hipotética, la compra de un terreno para construir facilidades para proveer servicios a los maestros. En segundo lugar, parecía ser realidad la venta del Templo del Maestro, por si “las autoridades federales o insulares necesitaran hacer uso permanente” del mismo. En tercer lugar, había una estrategia muy bien gestada, al tener presente las tendencias sobre el aumento del valor de las tierras. 17 Mensaje del Presidente, Acta de la Trigésima Segunda Asamblea Anual de la Asociación de Maestros de Puerto Rico, 1942, p. 47.

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La decisión de comprar el terreno, avalada por la Junta de Directores en 1943, es el momento puntual en que la clase dirigente apostó por el crecimiento económico de la Asociación de Maestros como el único mecanismo que podía asegurar la prestación de los servicios que comenzaban a establecer. Entendieron que las 20 cuerdas adquiridas les podían proporcionar buenos réditos si las desarrollaban. Las ganancias que obtendrían de su capital subvencionarían, en parte, los servicios médicos, así como los otros servicios establecidos a partir de 1942. No es posible asegurar que la Junta de Directores ni los líderes de la Asociación estaban ajenos del valor que adquiriría el terreno de Hato Rey con el transcurrir de los años, pues las relaciones y vínculos que la Asociación ya venía estableciendo con diferentes grupos en el País le iba dando entrada a otros espacios que no eran únicamente los intelectuales. Fulgencio Piñero, en 1936, preguntaba retóricamente a la Asamblea de maestros “¿Qué más puede hacer la Asociación de Maestros?”.18 Piñero esbozó unas ideas, las cuales se hicieron realidad, concretándose a partir de la década de 1950. Decía el entonces Presidente: “¿Qué más puede hacer la Asociación de Maestros? Sin embargo, tiene otros derroteros que recorrer nuestra Asociación. Ya disponen de préstamos para construir hogares los maestros. Ya está construido nuestro Templo, sin que ningún acreedor nos moleste en el cobro de deudas de ninguna clase. Funciona nuestro Plan de Clínicas… Y no tardarán muchos días… en que se abra, sobre bases sólidas y de prestigio moral, nuestro Banco. Vamos camino de construir el próximo año nuestra propia Clínica. Un modesto hospital que rinda un servicio tal como lo piden los maestros asociados. Vendrán en no lejano día nuestras Casas de Descanso como complemento a nuestra Clínica”.19 18 Mensaje del Presidente, Acta de la Vigésima Sexta Asamblea Anual de la Asociación de Maestros de Puerto Rico, 1942, p. 38. 19 Ibíd, pp. 38-39.

Los líderes inspeccionan la obra del nuevo Hospital. En la foto Aníbal García, María Arroyo, Marcelino Canino, Virgilio Brunet (con muletas), José Joaquín Rivera y el arquitecto de la obra, Pedro Luis Amador.

La decisión de comprar el terreno, avalada por la Junta de Directores en 1943, es el momento puntual en que la clase dirigente apostó por el crecimiento económico de la Asociación de Maestros como el único mecanismo que podía asegurar la prestación de los servicios que comenzaban a establecer.

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Estas idean rindieron fruto. La década de 1940 fue el momento de construcción de la Asociación de Maestros como institución; la ciudad ordenada y letrada. El reordenamiento y montaje de nuevos servicios fueron la carta de presentación para construirse como sujeto histórico en defensa del magisterio puertorriqueño. La década de 1950 es la consolidación de su posicionamiento en Puerto Rico como grupo de fuerza y de poder: la ciudad modernizada.

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Estas idean rindieron fruto. La década de 1940 fue el momento de construcción de la Asociación de Maestros como institución; la ciudad ordenada y letrada. El reordenamiento y montaje de nuevos servicios fueron la carta de presentación para construirse como sujeto histórico en defensa del magisterio puertorriqueño. La década de 1950 es la consolidación de su posicionamiento en Puerto Rico como grupo de fuerza y de poder: la ciudad modernizada. El inicio de la década de 1940, y con ella la presidencia de Luis Muñiz Souffront, significó para la Asociación la realización de algunas de las ideas que venían gestándose desde hacía años. Nilda García Santiago plantea que la tríada del pensamiento fundacional de la Asociación se organizó en tres elementos, los cuales voy a denominar áreas de acción: servicios, defensa laboral y profesionalización de la clase magisterial.

La casa que le dio vida a la ciudad: salud y crédito para todos

Aunque la Asociación-ciudad comienza a construirse luego de su traslado a Hato Rey, es en 1941 que comenzó a convertirse en un ente moderno. La intensificación del Plan de Clínicas, en ese año, la planificación de la construcción del Hospital del Maestro, la inauguración de la Cooperativa de Crédito de los Maestros (hoy EDUCOOP), el estreno del Negociado de Turismo, el inicio del Plan de Hogares, así como el establecimiento de la Biblioteca, la Revista El Sol y el Negociado de Estadísticas dotaron a la Asociación de los principales elementos que sirven de base para la modernización de la próxima década, momento histórico en que se puso en marcha la obra. Las iniciativas adoptadas después de 1941, hacen de la Asociación una organización más diversificada, en términos de los servicios que ofrecía y la defensa laboral que comenzó a intensificar. Existen otras medidas que se adoptaron para ofrecer al magisterio asociado recursos encaminados hacia su profesionalización, pero éstas estaban concebidas e incluidas como parte de los servicios. El Plan de Clínicas se estableció en 1934 como un servicio creado por la Asociación, mediante un acuer-


do contractual con varias clínicas que ofrecían servicios médicos a maestros asociados. De la cuota que cada maestro pagaba a la Asociación, se pagaba parte del servicio, donde la Asociación aportaba un diferencial mucho mayor a la cuota pagada. Es por ello que hubo que tomar medidas administrativas muy pronto, pues el servicio se estaba tornando demasiado caro para los ingresos que manejaba la Asociación.20 En 1934, se formalizó un contrato de servicios con las Clínicas Mimiya, de San Juan; y Pila, de Ponce, para que los maestros acogidos al Plan pudieran recibir servicios de salud. Ese año se acogieron al Plan cerca de 2,500 maestros asociados, de un total de 4,200 socios que tenía la Asociación. Cantidad representaba un 60% de los socios. El Plan de Clínicas fue el primer servicio de gran escala que creó la Asociación. Entre 1934 y 1940, el Plan de Clínicas tuvo un lento desarrollo. Tres años después, en 1937, Piñero se quejaba de la poca cantidad de maestros que habían ingresado al Plan, insistiendo en una “intensa propaganda… hasta conseguir que dos mil maestros más contribuyan… al sostenimiento de ese servicio tan importante para la vida de todos los maestros”.21 Ese mismo año, las Juntas Locales realizaron un referéndum para conocer la viabilidad para mejorar realizar el Plan de Clínicas y un Banco. La Asamblea no votó sobre el referéndum, dejando sobre la mesa ambos proyectos, ya que Piñero entendía que “No está plenamente expresada la voluntad de las Juntas. Por ese motivo, no nos hemos detenido en el mérito de la mayoría”.22 Piñero fue un presidente que levantó muchas controversias. La década del treinta estuvo matizada por la alta politización en Puerto Rico, principalmente entre la Coalición republicana-socialista y el Partido Liberal. La

Periódico El Sol (1956). Fue el primer periódico de la Asociación dirigido a informar y orientar a los socios en aspectos relacionados a la institución y la profesión. Esta edición reseña la colocación de la primera piedra del Hospital del Maestro.

20 Acta del 1943. Muñiz Souffront, decía en su mensaje de ese año, sobre el Plan de Clínicas que Nos han notificado que no podrán seguir rindiendo servicios en las actuales condiciones. Todo indica que para dar a nuestros asociados lo mismo que vienen recibiendo, será necesario elevar la cuota del Plan de Clínicas. Por eso que nos parece llegado el momento de que la Asociación establezca una sola cuota para sus miembros. Con ella aumentarán los ingresos y el aumento permitirá la continuación del Plan para todos los asociados y sus familiares así como la realización gradual del plan esbozado”, p. 26. Ese año el Plan tenía 10 años y ya se estaba ampliando para los familiares. 21 Mensaje del Presidente, Acta de la Vigésima Séptima Asamblea Anual de la Asociación de Maestros de Puerto Rico, 1937, pp. 45. 22 Ibíd, pp. 41-42. UN SIGLO DE LuCHa EDuCaTIVa v 161


Asociación no estuvo ajena a esa realidad partidista. Al parecer, existían posiciones encontradas entre los diferentes adeptos de estos grupos políticos, creando desavenencias entre la matrícula asociada.23 Piñero había ocupado un escaño en la Cámara de Representantes por el Partido Unión, entre 1918 y 1921, en representación de uno de los distritos representativos de Humacao. Uno de sus compañeros legisladores por ese distrito era Juan B. Huyke, quien no finalizó el cuatrienio para ocupar la Comisaría de Instrucción Pública. Ello provocó que esos años fueran uno de los momentos más convulsos al interior de la Asociación. Piñero libraba una batalla al interior del seno del gremio para que le aprobaran sus propuestas, lo que representó el primer momento de asedio que tuvo la clase dirigente de la Asociación. El poder de Fulgencio Piñero se tambaleó, al punto, que tuvo que renunciar trágicamente en María Arroyo de Colón ocupó la presidencia 1938. En la Asamblea de ese año, se suscitó un enfrenentre 1956 y 1968. Su fuerza y carácter tamiento entre Piñero y otro socio, que provocó una es-

lograron imprimirle un rasgo característico a su presidencia, la cual no estuvo exenta de controversias, principalmente con el Departamento de Instrucción. F. Mario Milán y ella protagonizan esta escena en 1960.

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23 Al respecto, véase el trabajo de García Santiago en este libro, “Una fuerza inteligente…”, donde ésta señala un debate entre Virgilio Brunet y Juan Carreras, cuando a éste último se le adjudicó la creación, en 1933, de un supuesto grupo de maestros coalicionistas. Además, consúltese el discurso de Brunet a la Asamblea Anual de 1948, Por qué dejé las filas del magisterio en servicio activo sin jamás haber dejado de ser un maestro al servicio de todos, pp. 69-93.


¡Electa! María Arroyo es felicitada por sus compañeros tras su elección en 1960. Observan, entre otros, la presidenta de la NEA.

cisión entre sus filas, la cual amenazó su estabilidad y permanencia como organización. El incidente del Teatro Alcázar, en 1938, trajo de vuelta a José González Ginorio a la Presidencia, tratando de calmar las turbulentas aguas. Esta división de poder al interior de sus filas, provocó el lento crecimiento del Plan de Clínicas. Las detonaciones en el Teatro Alcázar representan, tal vez, el final de Piñero como líder y el inicio de otra etapa histórica en la Asociación de Maestros que merece la pena estudiar cuidadosamente.24 En 1941, el Plan de Clínicas había aumentado a 3,835 socios. Su servicio se había extendido de dos clínicas a siete: Betances en Mayagüez; Dr. Susoni en Arecibo; Instituto Oftalmológico de Puerto Rico en Río Piedras; consultorio del doctor Rincón en Humacao; y el consultorio de médico especialista en San Juan. No obstante, los servicios médicos necesitaban matrícula suficiente

Piñero fue un presidente que levantó muchas controversias. La década del treinta estuvo matizada por la alta politización en Puerto Rico, principalmente entre la Coalición republicanasocialista y el Partido Liberal.

24 Referirse al Acta de 1938. Profundizar en este trabajo las razones por las cuales Piñero vio amenazado su poder resultaría especulativo de mi parte. Como señalé arriba, la presidencia de Piñero fue la primera que se vio asediada. Esta década fue convulsa, tanto en el País, como en la Asociación. La segunda presidencia que se vio amenazada fue la de María Arroyo de Colón. En 1958, un grupo autodenominado como la Renovación, representado por Harris F. Bunker, Enrique Lugo Silva, Demetrio Cartagena y otros, retó la maquinaria de la Asociación, alegando falta de democracia interna. Ambos momentos convulsos, merecen un estudio cuidadoso que son objeto de un trabajo aparte. UN SIGLO DE LuCHa EDuCaTIVa v 163


El Comité de Conciliación se encargó de unir la Asociación después de una reyerta en la Asamblea de 1938 entre liberales y republicanos. El expresidente Sellés Solá emergió como la figura de unidad en ese momento de dificultad. Sus palabras retumbaron en el Teatro Alcázar de Caguas: “Maestros, separados estamos a merced de la muerte; unidos somos invencibles”. En la foto Francisco Canales, Martiniano García, Tomás Rosario Ramos, Juan N. León, Luis Muñiz Souffront, José González Ginorio, Ricarda Ramos de López Casellas, Gerardo Sellés Solá, Agustín García Estrada, Virgilio Brunet y Juan Carreras.

para su sostenimiento, de lo contrario, no podían seguir extendiéndose. El año de 1941 es el año clave para situar el despegue de la Asociación. Ese año, los servicios médicos de la Asociación, se habían extendido a Río Piedras, Ponce, Mayagüez, Arecibo, Humacao, Cayey y Guayama. Dos años después, sumó 665 socios más, llegando a 4,500 socios. De las partidas presupuestarias de la Asociación, las cuales eran: 1) Fondo de Seguro; 2) Fondo de Auxilio; 3) Plan de Clínicas; 4) Revista; y 5) Gastos Generales, el Plan de Clínicas era la que mayor dinero gastaba, ya que tres cuartas partes de los asociados, recibían dichos servicios.25 No obstante, la mudanza de la Asociación del Templo del Maestro a Hato Rey, significó una expansión significativa en los servicios médicos de la Asociación. Antes de mudarse a la casa de la finca de Hato Rey, la Asociación había alquilado otro espacio en 1943. Ubicados en la casa en la finca, luego de 1944, ese servicio se amplió al Plan de la Asociación de Servicios Hospitala25 La matrícula en 1943 era de 6,200 miembros.

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rios, iniciado cerca de 1943, logrando que dos clínicas se acogieran al Plan. Este es el precedente del conglomerado de servicios médico-hospitalarios de la Asociación de Maestros, entiéndase PROSSAM y el Hospital del Maestro. La vieja casa de madera albergaba las oficinas administrativas de la Asociación. En el sótano establecieron un dispensario, para ofrecer sus primeros servicios médicos, como parte del Plan de Clínicas. La pretensión era establecer en “la finca de Hato Rey”, uno de sus proyectos más importantes: la Ciudad del Maestro. Este proyecto fue un plan que se configuró en la mitad de la década de 1940 y se visualizaba como un espacio que tuviera un hospital, un teatro, una urbanización y lugares de diversión. La Ciudad del Maestro proveería una red de servicios y facilidades que los maestros no podían acceder por cuenta propia, donde los servicios médicos eran el servicio primordial. Los $505 que había en 1945, en el recién creado Fondo Pro-Hospital, fue el primer capital que se utilizó para tratar de levantar el sueño de construir el hospital de esa ciudad, que le perteneciera a la Asociación de Maestros. Entre tanto, como cada año aumentaba la cantidad de socios que utilizaban el Plan de Clínicas, la Asociación tuvo que tomar medidas cautelares. Aunque en 1943, tres cuartas partes de los socios estaban acogidos al Plan de Clínicas, el aumento repentino de socios, provocó que los egresos comenzaran a superar los ingresos, iniciando así una mayor complejidad administrativa en la Asociación como institución. El Fondo de Auxilio se había concebido, originalmente, como una partida presupuestaria que tenía la Asociación en caso de emergencia para sus socios. El motivo principal para la creación de este Fondo era sufragar parte del pago –por concepto de enfermedad– de aquellos maestros no acogidos a un plan médico.26 La situación era que, iniciado el Plan de Clínicas, la Asociación seguía manteniendo el Fondo de Auxilio, elevando los egresos. El Fondo se mantuvo en el caso de aquellos 26 Piñero, en su mensaje a la Asamblea Anual de 1934, decía sobre el particular: “recomendé que exigiéramos el certificado médico; pues esta exigencia en nada ha impedido que muchos compañeros persistan en abusar del fondo, reclamando auxilios indebidos”. En: Mensaje del Presidente, Acta de la Vigésima Cuarta Asamblea Anual de la Asociación de Maestros de Puerto Rico, 1933, p. 33.

El año de 1941 es el año clave para situar el despegue de la Asociación. Ese año, los servicios médicos de la Asociación, se habían extendido a Río Piedras, Ponce, Mayagüez, Arecibo, Humacao, Cayey y Guayama. Dos años después, sumó 665 socios más, llegando a 4,500 socios.

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maestros que “sufrían vacaciones sin sueldo y carecían de un plan de servicios médicos que fuera útil en aquellos casos en que una enfermedad larga o peligrosa”.27 Ya se debatía, entonces, la necesidad de la adopción de medidas administrativas que mantuvieran con vida los servicios médicos. Muñiz Souffront, se expresaba sobre el particular, de la siguiente manera: “Para los servicios médicos, el Reglamento separa 90 centavos de la cuota mensual. Un plan similar al nuestro, en algunos detalles mejor, pero en otros inferior, que conocemos en Puerto Rico, cuesta $3.00 mensuales. Otro Plan muy bueno también, el de la Cruz Azul, cuesta $1.25 mensuales, pero no cubre tantos beneficios como el nuestro. Es un plan excelente y funciona en beneficio de los socios sin propósitos comerciales, pero como ya he dicho, cubre solamente una parte de los beneficios que la Asociación ofrece a sus miembros”.28 El mensaje de Muñiz Souffront refleja, no sólo el aumento de los costos de los servicios médicos, sino el debate que se suscita para no aumentar la cuota mensual, redistribuyendo la partida de la cuota asignada al plan. El número de socios había alcanzado 7,000. La clase dirigente comenzó a buscar estrategias de cómo darle forma a la ciudad que tenían en mente. El liderato de Muñiz Souffront es decisivo para que el Plan de Clínicas adquiriera un matiz diferente. Pero, como en todo, los líderes no son úniFirman el contrato para la construc- camente los responsables en las decisiones que se dan ción del Hospital del Maestro. 1957 (AHAMPR). en las instituciones. El vicepresidente de la Asociación, Virgilio Brunet, era uno de los individuos más influyentes en la Asociación de Maestros, entre 1930 a 1960. Se había iniciado como maestro rural en Maricao y se había convertido, en 1933, en abogado. Siendo vicepresidente, 27 Acta 1945, p. 56. 28 Acta 1945, 54-55. 166 v UN SIGLO DE LuCHa EDuCaTIVa


no sólo era el consejero legal de la Asociación, sino era una persona influyente en la vida política y económica puertorriqueña. Aunque a él se le atribuye la idea del Hospital del Maestro, no queda duda que fue bajo su presidencia, entre 1949 a 1956, que este proyecto se encaminó. Aunque los planes para iniciar la construcción del Hospital ya parecían estar adelantados en 1946, no debe ignorarse la participación de Brunet en la solicitud que hiciera la Asociación de Maestros para ser incluida en la Ley Federal de Hospitales para obtener una parte del coste de construcción. Las influencias de Brunet iban más allá de las costas de Puerto Rico.29 “La Asociación participa de un carácter benéfico a la vez que profesional”.30 Con esa aseveración, José Joaquín Rivera, miembro de la Junta de Directores, resumía el cambio de dirección que estaba tomando la Asociación a la altura de 1945.

Una Asociación militante: de la Ley de los Doce Sueldos hasta el Idioma

Los habitantes de la nueva polis magisterial entendieron que los servicios a sus miembros no era la única área de acción a la cual tenían que darle atención. Desde los tiempos de la fundación, en 1911, uno de los objetivos de la Asociación era defender a los maestros en caso de injusticia laboral. Ello devino, con el tiempo, en la consolidación de la defensa laboral como la segunda área de mayor impacto en la década de 1940. El desarrollo histórico de la Asociación de Maestros, como organización puertorriqueña, no se puede desvincular de los sucesos sociales, económicos, políticos y culturales que ocurrían en el país. Tampoco lo estuvo. La configuración del sistema educativo público en Puerto Rico tenía muchas desventajas, algunas de las cuales constituían un menoscabo laboral para las condiciones que tenía el magisterio como clase profesional.

¡Maestro: este Hospital es tuyo! La construcción del Hospital se logró, en parte, a los recaudos de la venta de más de 15 cuerdas de terreno para que maestros construyeran hogares en la actual Urbanización El Vedado. José Joaquín Rivera fue uno de los que lideró ese operativo. 1959 (AHAMPR).

29 La Asociación de Maestros de Puerto Rico tiene un caudal de información que puede potenciarse en futuras investigaciones que continúen arrojando luz sobre la historia de esta organización y su contribución a la educación en Puerto Rico. Por cuestiones de tiempo y espacio, no entraremos en aspectos más específicos, pero sería interesante una investigación, a manera prosopográfica, que siga el rastro de los protagonistas de la Asociación en diversas épocas. 30 Acta 1945, 54-55. UN SIGLO DE LuCHa EDuCaTIVa v 167


Un enérgico Modesto Rivera, con micrófono en mano, intenta apaciguar los ánimos en una candente asamblea. A su lado, la presidenta María Arroyo. Al frente, Antonia B. Pacheco y Ramón Quiñones, subsecretario ejecutivo. Circa 1960 (AHAMPR).

La configuración del sistema educativo público en Puerto Rico tenía muchas desventajas, algunas de las cuales constituían un menoscabo laboral para las condiciones que tenía el magisterio como clase profesional.

Aunque hay que anotar que el magisterio no era considerado dentro de la “clase obrera”, la diferencia más marcada, entre “obreros” y “maestros”, es que los segundos tenían un nivel de instrucción académica por el cual no se les consideraba obreros como tal, aunque seguían siendo asalariados como los primeros. Mayor aún, seguían dependiendo de un “patrono”, quien imponía las reglas del juego, injustas en muchos casos. Desde la fundación, la Asociación tomó ese rol, defendiendo el magisterio. Aunque no puede hablarse en términos de una “conciencia sindical”, tal como la denominamos hoy, las acciones que tomó la Asociación para que el Departamento de Instrucción mejorara las condiciones de empleo del magisterio, así como la aprobación de leyes para reconocer y garantizar derechos, benefició no sólo a los maestros asociados, sino al magisterio en general.31 Ejemplo de ello es la aprobación, en 1941, de la legislación denominada de los Doce sueldos. Aquí hay que explicar varias cosas. El año escolar, desde inicios de siglo era de nueve meses. La Asociación luchó para que, de nueve, el año aumentara a diez meses. Los meses de vacaciones –junio y julio– los maestros no cobraban. El trabajo que realizó la Asociación condujo en la aprobación de la Ley 39 de 15 de abril de 1941, la cual fijaba el año en doce meses escolares para los maestros de Puerto Rico y disponía la concesión de un mes de vacaciones con sueldo anticipado. Esta legislación, además, aumentó en 20% los sueldos anuales de $710 para maestros rurales; $860 para urbanos; $1,000 para principales y maestros de inglés; $1,250 para ayudantes y reconocía el derecho de los maestros para estudiar en el mes de actividades con paga. El mes de actividades era junio. Las redes y vínculos que mantenía la clase dirigente de la Asociación con diversos sectores del país son 31 Aunque en mi trabajo no me detendré a considerar en la totalidad de sus méritos las acciones que constituyen defensa laboral en esta época, me propongo ilustrar, a manera explicativa, las acciones más determinantes como lo son la Ley de los Doce Sueldos y el Idioma, por mencionar algunas. Esto es materia de los trabajos de las compañeras Magda E. Sagardía Ruiz, Cimientos de un centenario de luchas: bases de la defensa y protección del magisterio, de la cultura y de la educación pública de Puerto Rico y Luz Nereida Pérez, La Asociación de Maestros y la lucha por el idioma de la enseñanza en Puerto Rico, ambos incluidos en este libro, quienes han explicitado estas iniciativas en cada uno de sus trabajos.

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lo que, con toda probabilidad, lograron efectos concretos en los derechos del magisterio puertorriqueño en la primera mitad del siglo 20. Ello puede verse, con mayor claridad, en que el proyecto de ley que se aprobó, comúnmente llamado la Ley de los doce sueldos, fue redactado y presentado por el senador Vicente Géigel Polanco y trabajado directamente con Muñiz Souffront, Brunet, Ernesto Valderas, secretario-contador; Juan N. León, tesorero; y Víctor Rosario, director.32 Géigel Polanco, el “cerebro mágico” de la legislación social de la década de 1940, había sido presidente del Ateneo Puertorriqueño y amigo de la Asociación. Los vínculos y redes que crearon los líderes de la Asociación con los miembros de la Asamblea Legislativa, tales como Luis Muñoz Marín, Ernesto Ramos Antonini, Samuel R. Quiñones, María Libertad Gómez, Rafael Arjona Siaca, entre otros; así como con Mariano Villaronga, comisionado de Instrucción, fueron determinantes a la hora de plantear las condiciones de empleo y sueldo de los maestros y obtener resultados. En ese sentido, la defensa laboral, como área de acción, se operacionalizó, principalmente, a través de la aprobación de legislación. Es curioso, pero la defensa laboral del magisterio puertorriqueño, encausada, principalmente, por la Asociación de Maestros, tomó como base esas relaciones verticales, pues no se limitó a crear alianzas y colaborar con el Departamento de Instrucción y las cámaras legislativas, sino que mantuvo relaciones con entidades sociales, culturales y profesionales dentro y fuera de Puerto Rico, tales como el Ateneo Puertorriqueño y la National Education Association, respectivamente. Por otro lado, la lucha intestina que libraron, principalmente, los intelectuales puertorriqueños, a favor del español como idioma de enseñanza en la escuela pública puertorriqueña, la considero como uno de los mecanismos de lucha más sobresalientes que utilizó la Asociación.33 La Carta Circular 1, de 10 de agosto de 1949, reivindicó la lucha que mantuvieron varias organizaciones, entre ellas la Asociación.

El Programa Radial de la Asociación comenzó en 1934, bajo la presidencia de Piñero. Desde 1946 hasta pasada la década de 1980 lo condujo el Prof. Fernando Denis Stevenson. “El maestro y su mundo” fue el precursor de “Actualidad Educativa”, actual programa radial. (AHAMPR).

32 Acta 1941, p. 33 Véase el trabajo de Luz Nereida Pérez, Op. cit. UN SIGLO DE LuCHa EDuCaTIVa v 169


El discurso modernizador moderado que adquiere la clase dirigente del cuarenta, intensifica la relación de colaboración con el Departamento de Instrucción y con la Asamblea Legislativa de Puerto Rico, tomando como principal mecanismo de defensa laboral de sus asociados las garantías de mejorar las condiciones de empleo y sueldo a través de legislación. La defensa laboral y los servicios son dos áreas de acción que se trabajan de forma simultánea.

El orden de la formación: la ciudad letrada Por otro lado, la lucha intestina que libraron, principalmente, los intelectuales puertorriqueños, a favor del español como idioma de enseñanza en la escuela pública puertorriqueña, la considero como uno de los mecanismos de lucha más sobresalientes que utilizó la Asociación.

Para que la Asociación se convirtiera en una polis magisterial, había que darle otro orden al que tenía. Aunque señalo que el año 1942 marca una importante pauta en la profesionalización del magisterio asociado, con la adopción de medidas administrativas que creaban servicios a esos fines, la Asociación venía forjándose un espacio al exterior de la organización, desde la década de 1930, que la vinculó con los sectores culturales e intelectuales de Puerto Rico. La Asociación creó redes con reconocidas entidades como el Colegio de Abogados y el Ateneo Puertorriqueño en la defensa del español como idioma de enseñanza en Puerto Rico. Aunque el idioma fue el elemento medular que sirvió de base para que un grupo de intelectuales, defensores de la hispanidad –la Generación del treinta– comenzara proyecto para defender la identidad puertorriqueña, este grupo logró articular debate intelectual que construyó a Puerto Rico como una nación y señaló los elementos que habían de configurarla. La Asociación estuvo vinculada, en algunos aspectos, con la Generación del treinta, en algún sentido, por la relación que mantenía con intelectuales como Vicente Géigel Polanco. Si bien es cierto que la definición de la nación fue el gran proyecto cultural de este grupo, el debate en el cual se insertó la Asociación no fue, necesariamente, ese. La Asociación fue mucho más tímida en asumir posturas políticas que la comprometieran como organización. Aunque Géigel Polanco, afirmaba que “Nuestro pueblo necesita voces orientadoras, índices que señalen la ruta de nuestro destino histórico”34, la Asociación 34 Vicente Géigel Polanco, citado en: José Juan Rodríguez Vázquez. El sueño que no cesa: la nación deseada en el debate intelectual y político puertorriqueño, 1920-1940.

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tenía claro que una de sus misiones “orientadoras” era darle cohesión interna a los esfuerzos profesionales que venía realizando fuera. Fulgencio Piñero fue uno de los miembros de la Comisión Hays, la comisión investigadora de la Masacre de Ponce, ocurrida en 1937. Esta comisión fue nombrada por la Unión Americana de Libertades Civiles, presidida por Roger Baldwin, quien nombró la comisión que fue presidida por el prominente abogado Arthur Garfield Hays, junto a Emilio S. Belaval, Presidente del Ateneo Puertorriqueño; Mariano Acosta Velarde, Presidente del Colegio de Abogados; Francisco M. Zeno, Director del periódico “La Correspondencia;, Antonio Ayuso Valdivieso, Director del periódico El Imparcial; José Dávila Ricci, del periódico El Mundo; y Manuel Díaz García, ex Presidente de la Asociación Médica.35 El Comité Hays sesionó en el Templo del Maestro y una de las asistentes que fue a deponer fue una maestra de español de la Escuela Superior Central. Aunque el Comité tenía a su cargo la discusión de la masacre, la maestra Inés María Mendoza, quiso expresarse ante el Comité “sobre la imposibilidad de las libertades civiles de palabra y pensamiento en un pueblo educado forzosamente en idioma extraño e impuesto”.36 Esa comparecencia produjo su expulsión como maestra. Piñero, una vez más, tuvo que estar al frente de la Asociación en defensa. Ahora era en el caso de Inés María. Piñero logró posicionar a la Asociación en los sectores intelectuales y culturales. Su relación ya no era sólo con el Departamento de Instrucción y la Asamblea Legislativa. Sus esfuerzos de crear redes y alianzas tomaron un giro distinto, esta vez fuera de Puerto Rico. Si el final de la década de 1930 significó el inicio del posicionamiento de la Asociación como organización en Puerto Rico, el final de la década de 1940 abrió una ventana al solidificar su relación con la National EducationAssociation (NEA) en Estados Unidos. Las relaciones se expanden a América Latina, en la década de 1950 con la Asociación Nacional de Educadores (ANDE), de Costa Rica; la Confederación Americana del Caribe, la Confederación Mundial de Organizaciones Profesionales de San Juan: Fundación para la Libertad y Ediciones Callejón, 2004, p. 36. 35 Daisy Sánchez 36 Ibíd.

La Asociación creó redes con reconocidas entidades como el Colegio de Abogados y el Ateneo Puertorriqueño en la defensa del español como idioma de enseñanza en Puerto Rico. Aunque el idioma fue el elemento medular que sirvió de base para que un grupo de intelectuales, defensores de la hispanidad –la Generación del treinta– comenzara proyecto para defender la identidad puertorriqueña, este grupo logró articular debate intelectual que construyó a Puerto Rico como una nación y señaló los elementos que habían de configurarla.

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José Joaquín Rivera Firpi (1902-1977) es una de las personas más importantes en la construcción de la polis magisterial asociada. Fue el primer Secretario Ejecutivo (1949-1963), responsable de la proyección internacional de la Asociación (década de 1940 a 1960) y director para Puerto Rico de la NEA (AHAMPR).

Si el final de la década de 1930 significó el inicio del posicionamiento de la Asociación como organización en Puerto Rico, el final de la década de 1940 abrió una ventana al solidificar su relación con la “National Education Association” (NEA) en Estados Unidos. Las relaciones se expanden a América Latina, en la década de 1950 con la Asociación Nacional de Educadores (ANDE), de Costa Rica; la Confederación Americana del Caribe, la Confederación Mundial de Organizaciones Profesionales de la Enseñanza y el Sindicato Nacional de Trabajadores de la Educación, en México.

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la Enseñanza y el Sindicato Nacional de Trabajadores de la Educación, en México. La polis iba creciendo aceleradamente en la década de 1940. Había que dotarla de los elementos que la letraran, que la hicieran más “moderna”. La conversión de la Asociación en una ciudad letrada, era la mejor muestra para la internacionalización que estaba comenzando. La creación de la Revista profesional, en 1942 (cuyo nombre cambió a El Sol, en julio de 1956); el Negociado de Estadísticas y el Foro Público sobre los Problemas Educativos de Puerto Rico, en 1946; el Negociado de Publicaciones, en 1948; y la Biblioteca, fueron pasos afirmativos que exhiben madurez y que representan continuidad con los esfuerzos que se estaban desarrollando en los sectores culturales e intelectuales. La ciudad letrada contó con las figuras más notables del intelectualismo universitario vinculado al Colegio de Pedagogía. Jaime Benítez, Juan José Osuna, Carmen Gómez Tejera, Ramón Mellado Parsons, Oscar Loubriel, Julio Sellés Solá, fueron algunas de las figuras que hicieron de la Revista de la Asociación de Maestros una tribuna, encaminada, principalmente, a cómo “modernizar” la educación en Puerto Rico. Elementos teóricos y metodológicos se unieron, haciendo este primer período de la Revista una de sus épocas más sólidas. La Revista


se constituyó en una de las primeras revistas profesionales que reunió trabajos de corte académicos de mayor difusión en una clase profesional en Puerto Rico. Entretanto, la Asociación comenzó a reflexionar con un mayor grado de agudeza los profundos problemas educativos por los cuales atravesaba Puerto Rico. Setenta años después, la Asociación se inserta con igual empeño, pero con mayores recursos de los que contaba a la altura de 1946. El Foro Público sobre los Problemas Educativos de Puerto Rico fue una actividad realizada por la Asociación para discutir los más “serios e importantes problemas de nuestra escuela”.37 Temas como orientación del sistema, currículo, personal docente, administración, edificaciones, equipo para las escuelas y recursos económicos para el sistema coparon la atención del Foro, el cual inició en la Asociación un período cultural de gran relevancia que le añadieron a la polis magisterial el elemento de la identidad profesional, el patriotismo asociacionista. Los vínculos, redes y relaciones verticales que mantenía la clase dirigente de la Asociación con prominentes intelectuales hicieron que las Asambleas Anuales no fueran un mero acto de comparecencia reglamentaria del Presidente para informar sobre sus gestiones anuales y el estado de situación de la Asociación, sino que logró reunir la crème de la crème. Cada Asamblea aseguraba la comparecencia de importantes intelectuales de la vida puertorriqueña, tales como el propio Géigel Polanco. Quiero resaltar un aspecto importante de la profesionalización que adquirió la Asociación en la década de 1940. La creación del Negociado de estadísticas, fue la articulación de un proyecto importante para la educación pública puertorriqueña, pues se trataba de un centro de investigaciones. Muñiz Souffront lo describía como “la necesidad imperiosa de realizar investigaciones cuidadosas y objetivas relacionadas con problemas de nuestros asociados y magisterio en general. Al efecto organizamos un negociado de estadísticas con el fin de clasificar, seleccionar, e interpretar una vasta y cantidad de datos que existen en nues-

La Asociación Nacional de Educadores de Costa Rica (ANDE) mantuvo una estrecha relación con la Asociación durante la década de 1950. La presidenta de ANDE, María Cristina Rivera Araya, se dirige a la Asamblea Anual. (AHAMPR).

37 Acta 1946, p. 36. UN SIGLO DE LuCHa EDuCaTIVa v 173


Modesto Rivera (1897-1982), presidió la Asociación entre 1968 y 1971. Fue profesor de Literatura en la Universidad de Puerto Rico y escritor.

Este período de profesionalización del magisterio, caracterizado por la producción académica y cultural de intelectuales de primer orden, decayó pasada la década de 1950. Esto representa otro período en la historia de la Asociación, de reorientación y declive.

tros archivos y cuyo análisis puede orientarnos en la formulación de normas más firmes y seguras, y en la instrumentación de planes dirigidos al mejoramiento de nuestros asociados en todos los aspectos más importantes de su vida”.38 Implícitamente, y sin estar consciente de ello, Muñiz Souffront proyectó el futuro de la Asociación de Maestros, de una organización magisterial, a una organización de corte educativo, con un radio de acción más amplio que los objetivos fundacionales. La clase dirigente a la cual me he referido no la he catalogado con el adjetivo que mejor le califica: ilustrado. La clase dirigente ilustrada repuntó la Asociación, con estas medidas, en una organización que salía de su cascarón como una entidad, no ahora como colaboradora de otras, sino con una producción de conocimiento propia, agenciada por sí misma, a través de los intelectuales. Gran parte de la élite intelectual puertorriqueña estuvo vinculada a la Asociación en esta primera época o fueron miembros de sus filas como asociados. Este período de profesionalización del magisterio, caracterizado por la producción académica y cultural de intelectuales de primer orden, decayó pasada la década de 1950. Esto representa otro período en la historia de la Asociación, de reorientación y declive.

38 Ibíd. 174 v UN SIGLO DE LuCHa EDuCaTIVa


Ilustración 1.1. Operacionalización de la Tríada del Pensamiento Fundacional: la puesta en marcha de la obra Asociación de Maestros de Puerto Rico Servicios

Defensa Laboral

Profesionalización

1. Servicios Médicos 2. Plan de Auxilios 3. Seguro de Vida 4. Negociado de Turismo 5. Cooperativa de Crédito (EDUCOOP) 6. Plan de Hogares 7. Hospital 8. Edificios de Usos Múltiples (edificio actual) 9. Égida

1. Relaciones Asamblea Legislativa a. Luis Muñoz Marín (Senado) b. Vicente Géigel Polanco (Senado) c. Samual R. Quiñones (Senado) d. Rafael Arjona Siaca e. Ernesto Ramos Antonini (Cámara) f. María Libertad Gómez (Cámara) 2. Relaciones Departamento de Instrucción a. Mariano Villaronga b. Cándido Oliveras 3. Relaciones Gobernador a. Luis Muñoz Marín

1. Revista 2. Biblioteca 3. Negociado de Estadísticas (Investigaciones) 4. Conferenciantes (figuras políticas e intelectuales época) en las Asambleas Anuales 5. Relaciones Internacionales a. “National Education Association (NEA) Estados Unidos b. Confederación Americana del Caribe c. Asociación Nacional de Educadores (ANDE) Costa Rica d. Confederación Mundial de Organizaciones Profesionales de la Enseñanza e. Sindicato nacional de la Educación- México

La ciudad modernizada: la década del cincuenta

El 24 de agosto de 1957, Puerto Rico fue testigo de cómo la Asociación de Maestros de Puerto Rico colocó la primera piedra para levantar su propio hospital. El mismo que había soñado Piñero, cuando en 1937 había dejado sobre la mesa el proyecto que viabilizaba su construcción. Aunque pidió “paz y calma en el seno de esta asamblea para discutir todos los asuntos”,39 no pensó que, exactamente en 20 años, la Asociación se había empeñado en que aquel era uno de los símbolos de la modernidad de la ciudad que habían soñado. 39 Acta 1937. UN SIGLO DE LuCHa EDuCaTIVa v 175


María Arroyo de Colón en la colocación de la primera piedra del actual edificio de la AMPR en 1957 (AHAMPR).

El 24 de agosto de 1957, Puerto Rico fue testigo de cómo la Asociación de Maestros de Puerto Rico colocó la primera piedra para levantar su propio hospital. El mismo que había soñado Piñero, cuando en 1937 había dejado sobre la mesa el proyecto que viabilizaba su construcción.

Las “dificultades propias de la guerra”40 habían dilatado las gestiones para construir la Ciudad del Maestro tal y como la habían pensado inicialmente. El comienzo de la década de 1950 señaló el inicio de una Asociación de Maestros robusta, tanto a su interior, como a su exterior. Esta década fue la puesta en marcha de la obra de infraestructura más grande de su historia; aumento considerable de socios y servicios; aumento de su capital económico; solidificación de las relaciones diplomáticas con Estados Unidos y América Latina; y, por último, su consolidación en Puerto Rico como una entidad de vigor y fuerza pública. Señala, a su vez, su segundo momento de gran asedio institucional: la revuelta creada a la presidencia de María Arroyo de Colón contra la “maquinaria Brunet” por parte del grupo de la Renovación en 1958.

La puesta en macha de la obra

Lo que un día fueron 20 cuerdas en Hato Rey con una casa solariega, se había convertido en un edén para el desarrollismo en plena década de 1950. A finales de la década de 1940, Puerto Rico experimentó la intensificación del proceso de industrialización. Paralelamente, la Asociación buscaba allegar fondos para hacer realidad la construcción de su hospital. En 1949, Virgilio Brunet accedió a la presidencia, tras la renuncia forzosa de Luis Muñiz Souffront, quien enfermó de gravedad. En esa reunión extraordinaria donde Brunet fue electo, se consideraron, además, otros dos puntos: un plan de reformas para la Asociación y el aumento de cuotas. Esta Asamblea fue medular, porque las reformas aprobadas puestas en vigor constituyen uno de los motores que posibilitó la consolidación de la obra de infraestructura, la ampliación de servicios y un mayor reconocimiento público. La Asociación no había tenido ninguna reforma a su estructura organizativa desde 1919. La creación de la figura del Secretario Ejecutivo como administrador, deslindando esas funciones de la figura del Presidente, logrando que éste pudiera ejercer con mayor facilidad 40 Acta 1947, p. 45.

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la labor de relaciones públicas. Y Brunet era un experto en esto. Por su parte, la elección de José Joaquín Rivera fue determinante. Aunque su figura parece desdibujarse en el tiempo, se desprende de la investigación realizada que, la sistematización que le impone Rivera a la Asociación logró, componer en un par de años, un plan estratégico organizacional que produjo la construcción de casas, mediante el Plan de Hogares, a partir de 1954; la venta de parte del terreno de la Asociación para sacar fondos para la construcción del Hospital del Maestro; la obtención de un préstamo para construir el Edificio de Usos Múltiples, en 1960, donde se trasladó la Cooperativa de Ahorro y Crédito; y la planificación para la construcción, varios años más tarde, de la Égida del Maestro, en 1967. Su figura es fundamental para comprender la intensificación de la relación con la NEA, pues José Joaquín Rivera era uno de los delegados de la Asociación Educativa Nacional. Sus relaciones con Costa Rica y el Caribe, le llevaron, junto a Brunet, a producir importantes participaciones, tales como el Estado de la educación y situación de los educadores en Puerto Rico, ante el VI Congreso Americanos de Educadores, en Montevideo, Uruguay, en 1957 y la Conferencia del Caribe sobre Educación, ese mismo año. La dupleta Brunet-Rivera es, en parte, la responsable de la modernización de la polis magisterial, cambiándole, para siempre, su configuración.

La ciudad que se transmuta: ensanche y crecimiento de la polis

La polis magisterial se comenzó a cimentar en la solariega casa de Hato Rey en 1944. Allí se estableció el dispensario, donde mismo se siguió luchando para que los maestros tuvieran un salario decente, y se organizaron, como pudieron, las oficinas administrativas y el Negociado de Estadísticas. El primer ensanche que vio la polis fue la creación de una Cooperativa de Crédito. A los ciudadanos había que dotarlos de todos los servicios que hay dentro de una ciudad y un banco era uno de los principales recursos. De esta manera, los maestros, habitantes de aquella

Plan de Hogares. Este plan consistió en la construcción de viviendas para maestros a precios que estuvieran asequibles al magisterio. Arriba, el sorteo de los 100 solares y viviendas en lo que es la Urbanización Villa Los Maestros, en Río Piedras, el 25 de agosto de 1959 (AHAMPR). En la segunda foto, vivienda en Los Maestros. Abajo, la Profa. Carmen Rodríguez, junto a sus hijos, en su vivienda (CMCG). UN SIGLO DE LuCHa EDuCaTIVa v 177


ciudad que se iba creando en el imaginario magisterial, podían mejorar sus recursos económicos, permitiéndoles ahorrar, pero otorgándoles la facilidad para que fueran adquiriendo sus propias cosas. Los servicios, todos, están conectados unos con otros, pues la Cooperativa sirvió de enlace para el despunte del Plan de Hogares. Además, el rápido crecimiento del capital de la Cooperativa aseguró la solidez económica de la Asociación. La “hija de la Asociación”, ha sido, a través del tiempo, su institución de mayor solidez económica. La Cooperativa fue fundada el 1º de diciembre de Égida del Maestro María Arroyo de Colón. La Égida ha servido como hogar a miles 1948, con 21 socios “haciendo préstamos a los miembros de maestros en su vejez. Fue inaugurada cooperadores”.41 En 1949, a sólo un año de fundada, su en 1967 y bautizada con el nombre de la matrícula había aumentado a 761 maestros que habían Presidenta que posibilitó su construcción. Abajo, Teté, una de las residentes celebra ingresado como accionistas. Su capital era, aproximadasu Centenario junto a la presidenta de la mente, de $40,000. “La Asociación debe continuar presAMPR, Aida Díaz, y la exsecretaria ejecuti- tando su apoyo a esta Cooperativa hasta que llegue el va, Nancy Bosch. A la derecha, el siempre recordado Diego Hernández (AHAMPR). día en que en vez de 961 accionistas que tiene hoy, tengamos a los 9,000 maestros asociados… Algún día esta Cooperativa de Crédito de los Maestros de Puerto Rico va a realizar el anhelo de un grupo de maestros cuando hace muchos años pusieron, sin éxito, el establecimiento 41 Acta 1948. 178 v UN SIGLO DE LuCHa EDuCaTIVa


del Banco del Maestro. Nuestra cooperativa se convertirá en uno de los bancos más importantes de Puerto Rico”.42 Este proyecto se remonta a 1927, con la creación de un banco de préstamos y ahorros. SellésSolá nombró una comisión para que estudiara la viabilidad de establecer el banco.43 Algunos de los forjadores de la formación de la Asociación de Maestros, son los incorporadores de la Cooperativa: Áurea Roca Mattei, Luis Muñiz Souffront, Mercedes Martínez, Joaquín Funtané, Ernesto Valderas, Carmen Gómez Tejera, Manuel López de Victoria, Aníbal García, Francisco Ramos, Adolfo Hani Carrillo, Dominga Rivera, Diego Hernández, Dolores S. de Hernández, Francisco Canales, Carlos Maestre Serbiá, Marcelino Canino, Deogracia M. de López, María Adela González, Narciso Costa Valdivieso, Fernando Denis Stevenson y Ramón Mellado. A un año de haber sido establecida la Cooperativa, la Asociación comenzaba a buscar el financiamiento de su hospital. Fue José Joaquín Rivera quien montó la estrategia sobre cómo recaudar el más de millón y medio de dólares que costó la construcción del Hospital. El di-

Cooperativa de Ahorro y Crédito de la Asociación de Maestros (EDUCOOP). La Cooperativa fue el gran sueño de una generación que buscó mejorar las condiciones económicas del magisterio. Fue incorporada en 1948 con un modesto capital entre los que figuraron Muñiz Souffront y Brunet como sus socios principales y constructores de ese sueño (AHAMPR).

42 Ibíd, p. 41. 43 Acta, 1927. UN SIGLO DE LuCHa EDuCaTIVa v 179


nero recaudado para el Fondo Prohospital, desde 1945, el cual ascendía a $21,048, más otros $39,000, provenientes de fondos de actividades y sobrantes de operaciones, era poco dinero. La Asociación tenía que reunir unos $333,000, lo que representaba una tercera parte de la obra, pues las otras dos terceras partes provendrían de fondos federales, como parte de la Ley de Hospitales.44

La creación del futuro

La clase dirigente de la etapa de formación de la Asociación de Maestros creó el futuro de la institución. Brunet y Rivera eran los políticos más sobresalientes de la polis. Junto a ellos, había otros reformadores, casi todos miembros por acumulación de la Junta de Directores. Algunos eran socios fundadores, otros eran más jóvenes. Entre ellos, resaltan: Ismael Rodríguez Bou, Benito Cerezo, Juan Gallisá, Oscar Loubriel, Eloy Cintrón Medina, Rafael Concepción de Gracia, Marcelino Canino, Pedro Arán, Adolfo Hani Carrillo, Narciso Costa Valdivieso, Diego Hernández, Agustín García Estrada y varias mujeres, tales como Juana Rodríguez Mundo, Carmen Gómez Tejera, Palmira Cabrera Ibarra, Milagros González Chapel y María Arroyo de Colón. A un año de haber accedido a la Presidencia, Brunet hace el siguiente resumen: “Miramos el pasado con orgullo. Nuestra Asociación ha crecido en todos los órdenes en forma espectacular: de una matrícula de 1,229 socios en 1920 contamos hoy con 8,700 socios. De un capital ascendente a menos de $1,000 en el 1920, hoy sobrepasa el millón de dólares. Hace 10 años se acabaron las vacaciones de hambre que disfrutaba el maestro. Se acabaron para siempre las odiosas clasificaciones. El maestro ya no tiene aquella sensación de inseguridad. Una ley de permanencia le quitó las preocupaciones de un traslado vicioso e injusto. Los nombramientos se hacen a base de listas de turno de acuerdo con la experiencia y la preparación de los candidatos. A los políticos malamañosos les hemos dicho: manos afuera. Se ha logrado la enseñanza en español; hemos mejorado e 44

180 v UN SIGLO DE LuCHa EDuCaTIVa

Véase el Mensaje del Secretario Ejecutivo ante la Trigésima Novena Asamblea Anual, 1949.


intensificado la enseñanza del inglés. Hemos logrado becas para los maestros que deseen mejorar su preparación. Nuestra propia asociación ofrece becas a hijos de maestros. Hemos logrado que se establezcan cursos de extramuro para el mejoramiento académico y profesional. Hemos evitado calamidades horribles a la escuela pública como la que hubiera sufrido ésta si se incluye al maestro dentro del Servicio Civil. Estamos participando en la confección de un nuevo Código Escolar”.45 Brunet tenía muy claro su rol en la configuración de ese futuro. La Asociación comenzaba una nueva década, ”donde ha colocado a esta diminuta isla en el mapa mundial de la cultura, como un pueblo que realiza sus mayores esfuerzos por estar a la vanguardia”.46 Esa vanguardia se resumía en la construcción de la obra: el Hospital del Maestro; crecimiento en la matrícula: un aumento de más tres 3,000 socios, elevando la matrícula a 8,616; capital económico; estrecha relación con el Departamento de Instrucción; participación en la redacción de importantes piezas legislativas; en fin, la Asociación estaba alcanzando su mayor nivel de influencia en Puerto Rico y sentía que estaba en una especie de “época de oro”. La ciudad se encontraba en la plenitud de su época letrada. Ahora le faltaba seguir construyendo. La clase dirigente pensó que se podía hacer más. En pos de una justicia magisterial, la polis comenzaba a salirse de su centro histórico –la hacendosa finca de la casa solariega en Hato Rey– para que sus ciudadanos comenzaran a echar raíces; para que fueran dueños de su propia tierra, de su propia casa.

“Sentirme felíz dentro de un hogar mío”: el inicio del Plan de Hogares

“Estoy desesperada por tener esta casita para cobijarme con mis hijos. Vivía cerca del Portugués y en una de las crecientes, pues sufrió los prejuicios correspondientes. Don Virgilio, perdóneme que le moleste tanto, pero usted sabe que yo soy sola con estos tres niños huérfanos y toda la ayuda que usted nos dé, Dios se

45 Mensaje del Presidente ante la Cuadragésima Asamblea Anual, 1950, p. 50. 46 Ibíd, p. 52. UN SIGLO DE LuCHa EDuCaTIVa v 181


lo recompensará, con una felicidad en esta vida y con una gloria eterna en la otra. Mis hijos ya lo tienen como su protector y todo lo dejo en la dirección de Dios y en las manos suyas, a ver si en las Navidades puedo sentirme felíz dentro de un hogar mío”.47 María Selva no era maestra permanente en Instrucción Pública. Había quedado viuda y por tener más que una clasificación de maestra transitoria no podía hacer un préstamo para comprar una casa. “Mariano, vamos a ver cómo se puede mejorar el status de María Selva”,48 le dijo Brunet a Villaronga. Los vínculos, las relaciones verticales que tenía Brunet con Villaronga le produjeron a María Selva un contrato probatorio y un préstamo para comprar su casa. La Asociación ideó, en 1954, el Plan de Hogares. Este plan articuló, en conjunto con la Junta de Retiro para Maestros, “reglamentos para la concesión de préstamos a los maestros para la compra de casa… la institución usa los recursos de la Autoridad de Hogares, la FHA [“Federal HousingAdministration”], las organizaciones de carácter cooperativo, el Banco, las agencias de crédito y otras organizaciones en beneficio del Plan”.49 La Asociación mantuvo una relación de cercanía con el gobierno estatal y federal para desarrollar este proyecto. La idea era utilizar terrenos sobrantes del programa de renovación urbana que desarrollaban en la isla las autoridades de hogares en combinación con la Administración de Renovación Urbana de la FHA. La Asociación se insertó en el desarrollo de viviendas para maestros, desarrollando las urbanizaciones La Esperanza, en Juana Díaz; El Coquí, en Aibonito; Dos Pinos y Los Maestros, en Río Piedras. Se preveía construir, además, El Monte, en Río Piedras; El Palo de Pan y El Bosque, en Ponce; así como una urbanización en Arecibo, Mayagüez, Naguabo, Utuado, Toa Baja, Sabana Grande, Yabucoa, Añasco, Cabo Rojo, Carolina, Loíza y Vieques. 47 Carta de María Selva Vda. de Méndez. Reproducida en el Mensaje del Presidente, Virgilio Brunet. En: Acta de la Cuadragésima Cuarta Asamblea Anual de la Asociación de Maestros de Puerto Rico, 1954, p. 65. 48 Ibíd, p. 66. 49 Informe del Secretario Ejecutivo, 1955, pp. 54-61. 182 v UN SIGLO DE LuCHa EDuCaTIVa


En el pico de la montaña

El ascenso del Partido Popular Democrático (PPD), en las elecciones de 1940, abrió una nueva etapa en la historia política puertorriqueña. Tras una década de “revolución pacífica”, como le llamaba Muñoz Marín, la aprobación de la ley del gobernador electivo, convirtió a Muñoz, en primer gobernador electo por el voto popular. Lo convirtió, además, en interlocutor de los maestros. La década de 1950 representa, en Puerto Rico, una época de rápida transformación, en la cual la Asociación de Maestros estuvo muy ligada. La aprobación de la Ley 600 en 1950, que autorizaba al pueblo a redactar su propia Constitución, abrió un proceso eleccionario para escoger los miembros de la Convención Constituyente. Virgilio Brunet y Ramón Mellado Parsons fueron dos de los constituyentes que firmaron la Carta Magna. La participación del Presidente de la Asociación de Maestros no sólo prestigió la Constituyente, sino que aseguró la inclusión de la educación como un derecho constitucional.50 La Constitución se aprobó en febrero de 1952 y se proclamó, finalmente, el 25 de julio de ese año. La Asamblea Anual de 1953, Brunet no sólo informaba a la Asamblea su deseo de construir un “hermoso edificio de 7 u 8 pisos, con un valor, poco más o menos, de $1,000,000 […] En ese edificio se instalarían las oficinas centrales de la Asociación, la Cooperativa de Crédito de los Maestros, una buena farmacia, una Cafetería, una buena biblioteca profesional”; y la delegación a la NEA había aumentado dramáticamente. En esa Asamblea, Luis Muñoz Marín, hablaba por segunda ocasión a los maestros. Y en el seno de la Asociación, Muñoz pronunció uno de los más importantes discursos de su carrera política: el discurso de Agapito’s Bar. La Asociación se encontraba en el pico de la montaña. Aquel parecía un tiempo de cosecha. Agapito’s Bar cuestionaba la transculturación que comenzaba a experimentarse en Puerto Rico, principalmente, sobre la adquisición de los valores lingüísticos norteamericanos. Comienza a articular las bases de Operación serenidad, en la Asociación de Maestros. Im50 Véase el Diario de Sesiones de la Convención Constituyente de Puerto Rico (4 Tomos. Edición Conmemorativa: 25 de julio de 2003. Lexis Nexis of Puerto Rico, Hato Rey). UN SIGLO DE LuCHa EDuCaTIVa v 183


Luis Muñoz Marín, entonces gobernador de Puerto Rico, se dirige a la Asamblea Anual en el Cincuentenario de la Asociación en 1960. Observan, detrás, María Arroyo de Colón, Virgilio Brunet, Inés María Mendoza, José Joaquín Rivera (AHAMPR).

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plícitamente, el Vate entendía que la educación pública era el vehículo más importante para lograr los objetivos de Serenidad, luego de haberse impulsado con mucha fuerza el proceso industrial con la Operación serenidad. ¿Qué papel jugaban los maestros en una buena civilización, en la vida buena? Las relaciones y vínculos que se desarrollaba entre Muñoz, Villaronga, Brunet y Rivera tenderían a indicar que el magisterio era una pieza clave en esa “serenidad” de Puerto Rico. Si viéramos un paralelo con la polis magisterial, la Asociación de Maestros siguió su proceso industrial. Sin embargo, contrario a Puerto Rico, no articuló un proceso de “serenidad” que lograra un balance entre agigantado crecimiento institucional –principalmente económico– y la recuperación de los valores institucionales. Esa ausencia reflexiva produjo, como ocurre en la vida natural, un


proceso de desgaste que condujo a una eventual época de reorientación, provocando un declive institucional. Entre tanto, el sueño de Brunet se hizo realidad. En 1959, la Asociación inauguró el Hospital del Maestro; en 1960, el Edificio de Usos Múltiples; en 1967, la Égida del Maestro; unos años más tarde el actual edificio de EDUCOOP. Estas estructuras quedan como testigo histórico el futuro que comenzó a construir Brunet, Rivera, María Arroyo de Colón, Agustín García Estrada, así como miles de socios. La finalización de la obra “que nadie puede parar”, culminó el camino de la consolidación de la Asociación de Maestros como una institución educativa magisterial, como un corte más profesional en Puerto Rico, al estilo de la NEA en Estados Unidos. Al inicio de la década de 1960, la Asociación de Maestros se había transformado profundamente. En un sentido amplio, no era sólo una organización educativo-magisterial, comenzó a ser una empresa social en Puerto Rico.

Entre tanto, el sueño de Brunet se hizo realidad. En 1959, la Asociación inauguró el Hospital del Maestro; en 1960, el Edificio de Usos Múltiples; en 1967, la Égida del Maestro; unos años más tarde el actual edificio de EDUCOOP. Estas estructuras quedan como testigo histórico el futuro que comenzó a construir Brunet, “Miramos el porvenir llenos Rivera, María Arroyo de Colón, de fe y esperanza”:51¿palabras finales? Agustín García Estrada, así En algún sentido, la clase dirigente de la Asociación de Maestros utilizó sus vínculos y relaciones verticales como miles de socios. para construir una organización en Puerto Rico que tu- La finalización de la obra “que viera una serie de características que no tenía ninguna nadie puede parar” culminó otra organización. La Asociación se creó, genuinamen- el camino de la consolidación te, como un grupo multidimensional, la cual nunca res- de la Asociación de Maestros pondió a un solo objetivo. Al evaluar su primer cuarto como una institución educativa de siglo, nos damos cuenta que fue una organización magisterial, como un corte más que utilizó, fundamentalmente, la defensa y los servi- profesional en Puerto Rico, cios, como sus dos áreas de acción primordiales. Aun- al estilo de la NEA que guardaba características en cuanto a la profesio- en Estados Unidos. nalización, ésta área de acción, así como las otras dos, despuntaron con paso agigantado a partir de 1940. La Asociación de Maestros produjo, más que en ninguna otra época, un mayor sentido de pertenencia, lealtad, compromiso e identidad por parte de sus socios. Fue ahí cuando culminó su construcción como polis. Las ciudades-estado griegas poseían varias características fundamentales: espacio geográfico, unidad política, so51 Palabras de Brunet en su Mensaje a la Asamblea Anual, 1950, p. 54. UN SIGLO DE LuCHa EDuCaTIVa v 185


cial y económica; así como identidad. La Asociación ya poseía todas esas características. Como toda organización, constituida por individuos, poseía “luchas y logros, errores y rectificaciones, sueños y cristalizaciones, ensayos y creaciones, todo con el lema del servicio que sólo es posible porque caminamos bajo el signo de la unión de anhelos y de esfuerzos; de sacrificios y aspiraciones”.52 Le correspondía ahora, a la próxima generación continuar la construcción del legado que dejaba la generación asociacionista del cuarenta. Al iniciar la Década de la Educación, en 1950, el gobernador Luis Muñoz Marín le decía a la 50ª Asamblea Anual en su mensaje que: “les deseo que cuando se celebre el segundo Cincuentenario de esta Asociación, Puerto Rico tenga la gran civilización que todos anhelamos y que el pueblo de Puerto Rico merece para sí mismo”.53 La Asociación tiene todavía mucho por decirle a Puerto Rico para alcanzar esos objetivos.

52 Mensaje de la Presidenta, 1965, 37. 53 Mensaje del Gobernador Luis Muñoz Marín ante la Quincuagésima Asamblea Anual, 1960, pág. 49. 186 v UN SIGLO DE LuCHa EDuCaTIVa


Referencias I. Fuentes Primarias Actas de las Asambleas Anuales 1927, 1934, 1937, 1941, 1942, 1943, 1945, 1946, 1948, Extraordinaria, 1949; 1949, 1950, 1954, 1955, 1960, 1965. II. Fuentes Secundarias Libros Rama, Ángel. La ciudad letrada. Estados Unidos: Ediciones del Norte, 1984. Fernando Picó. Historia general de Puerto Rico. 7ª ed. Río Piedras: Ediciones Huracán, 2000 [1986], p. 120. José Juan Rodríguez Vázquez. El sueño que no cesa: la nación deseada en el debate intelectual y político puertorriqueño, 1920-1940. San Juan: Fundación para la Libertad y Ediciones Callejón, 2004. Diario de Sesiones de la Convención Constituyente de Puerto Rico (4 Tomos. Edición Conmemorativa: 25 de julio de 2003. Lexis Nexis of Puerto Rico, Hato Rey). Artículos García Santiago, Nilda. “‘Una fuerza inteligente y culta’”: elementos fundacionales de la primera organización magisterial en Puerto Rico (1911-1936)”. En: Eloy Antonio Ruiz-Rivera y Nilda García Santiago (editores). Un siglo de lucha educativa: legado histórico de la Asociación de Maestros de Puerto Rico. San Juan: Asociación de Maestros de Puerto Rico, 2011. Langue, Frédérique. “Las élites en América española, actitudes y mentalidades”. En: Nuevo Mundo, Mundos Nuevos. [En línea], BAC, Biblioteca de Autores del Centro, Puesto en línea el 12 de noviembre de 2005. URL: http://nuevomundo.revues.org/1178. Pérez, Luz Nereida. “La Asociación de Maestros y la lucha por el idioma de la enseñanza en Puerto Rico”. En: Eloy Antonio Ruiz-Rivera y Nilda García Santiago (editores). Un siglo de lucha educativa: legado histórico de la Asociación de Maestros de Puerto Rico. San Juan: Asociación de Maestros de Puerto Rico, 2011. Ponce Leiva, Pilar. “Versatilidad y poderes múltiples en la América colonial”. En: Nuevo Mundo, Mundos Nuevos. [En línea], Coloquios, 2007, Puesto en línea el 5 de enero de 2007. URL: http://nuevomundo.revues. org/3231 . Ponce Leiva, Pilar y Arrigo Amadori. “Historiografía sobre las élites en América Hispana: 1992-2005”. En: Nuevo Mundo, Mundos Nuevos. [En línea], BAC, Biblioteca de Autores del Centro, Puesto en línea el 2 de julio de 2008. URL: http://nuevomundo.revues.org/38773 . Remedi, Gustavo. “Ciudad letrada: Ángel Rama y la espacialización del análisis cultural”. En: Mabel Moraña (editora). Ángel Rama. Estudios críticos. Pittsburgh: University of Pittsburgh e Instituto Internacional de Literatura Iberoamericana, s.a. Sagardía Ruiz, Magda E., Cimientos de un centenario de luchas: bases de la defensa y protección del magisterio, de la cultura y de la educación pública de Puerto Rico”. En: Eloy Antonio Ruiz-Rivera y Nilda García Santiago (editores). Un siglo de lucha educativa: legado histórico de la Asociación de Maestros de Puerto Rico. San Juan: Asociación de Maestros de Puerto Rico, 2011.

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La Asociación de Maestros y la lucha por el idioma de la enseñanza en Puerto Rico v Luz Nereida Pérez1 Introducción

El debate del lenguaje de la enseñanza de los puertorriqueños ocupó la palestra de nuestra Patria por cinco décadas (1899-1949). La legislación en torno a cuál es la lengua oficial del Pueblo de Puerto Rico es aún objeto de vaivenes legislativos. Es decir, que el tema del idioma de los puertorriqueños es a modo de una espada de Damocles que pende por siempre sobre la vida boricua amenazando con revivirse una y otra vez. Es un asunto susceptible al vaivén de los políticos de turno y sus particulares demagogias. No obstante, ante todo ello ha brillado por un siglo la verticalidad y combatividad de la Asociación de Maestros de Puerto Rico, institución medular para el magisterio puertorriqueño que desde el momento preciso de su fundación ha sido consecuente en sus planteamientos, incólume en sus posturas, certera en sus métodos de su lucha… Es inequívoca la afirmación del libro sagrado en su Eclesiastés con su Nihil novum sub sole (Nada nuevo bajo el 1 La doctora Luz Nereida Pérez estableció en 1980 su propia oficina de Asesoría en Comunicación Escrita, desde la cual ofrece servicios de adiestramientos sobre técnicas modernas de redacción y revisión de documentos redactados en español a agencias públicas y privadas. Es columnista del Semanario Claridad desde el año 1994, donde semanalmente publica su columna titulada Hablemos español. Ha publicado siete libros con el mismo título de su columna, donde se reúne lo publicado entre 1994 a 2002. Sus más recientes publicaciones son los dos volúmenes de ¿Cuál es tu duda? Usos correctos de lengua española.

Bajo la mirada de George Washington y dos banderas norteamericanas, esta niña lee un libro en una escuela rural. La influencia de la cultura norteamericana a través de la educación, no se dio solo a través del inglés, sino de una poderosa simbología que incluyeron prácticas y representaciones como esta. Circa 1945 (Foto de Jack Delano, AFLMM).

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sol) porque el tema del bilingüismo, como tal, trasciende lo secular para transmutarse en casi milenario. Las palabras del biógrafo griego Plutarco, por ejemplo, resuenan por encima de la distancia y el tiempo para expresar con extraña vigencia y vitalidad lo que desde su circunstancia vital fue su opinión sobre la convivencia de idiomas: Las personas que se asocien con el niño deberán hablarle siempre en lengua griega porque si se le acostumbra a la conversación con gentes de lengua bárbara [es decir, extranjera], adquirirá del trato con ellas, manchas que nunca se borrarán de su espíritu.2 En el más acá de nuestro hemisferio, más cerca de nuestro tiempo y de nuestro entorno isleño, el lingüista catalán Samuel Gili Gaya escribe en la Revista del Instituto de Cultura Puertorriqueña (1959) que: “el bilingüismo, al sumergir conjuntamente el espíritu en dos sistemas que no encajan entre sí, ha de dañar en su raíz a todas las actividades artísticas de la palabra, aspecto que repercute en vocabulario escaso y con pocos matices, repetición de unas mismas fórmulas gramaticales, falta de agilidad verbal”.3 Sin embargo, este ser bilingüe de lengua empobrecida no es quien conoce dos lenguas -lo cual es indudablemente elemento trascendental de cultura-, sino quien convive en ellas: No llamo bilingüe al que sabe dos lenguas, sino al que las vive desde dentro a partir de la infancia, como resultado de su educación y de su ambiente social. Una cosa es saber dos o más idiomas y otra es vivirlos desde que comienzan a fundarse las relaciones permanentes entre pensamiento y lenguaje.4

Pledging Alliegiance to the Flag in a School in Puerto Rico, 1946. La niña que carga la bandera norteamericana en una escuela rural en Corozal, dramatiza una época de grandes conflictos por el idioma en Puerto Rico. En 1917, se plantea, formalmente, el asunto desde una perspectiva educativa (Foto de Jack Delano, AFLMM). 190 v UN SIGLO DE LuCHa EDuCaTIVa

Entonces no se trata de una actitud de repudio al aprendizaje del inglés o de otras lenguas cercanas a nuestro entorno geográfico y cultural, sino de un acto primario de reverencia y valoración ante nuestra lengua vernácula y materna -vehículo formador de nuestro es2 Samuel Gili Gaya. “El hombre bilingüe”. En: Revista del Instituto de Cultura Puertorriqueña. Año 2, número 3, 1959. 3 Ibíd, p. 2. 4 Ibíd, p. 1.


¡Estudia y serás libre! Estos estudiantes de cuarto grado llevaban esta bandera, cuya consigna Estudia y serás libre era parte del desfile del 22 de febrero. Cerca de esa fecha se conmemora el nacimiento de Washington, por lo cual es posible que esa parada celebrara la efeméride que había sido añadida como día festivo en virtud de la Ley Escolar de 1901. La bandera cargada por un hombre con botas, nos haría pensar que era un hombre, probablemente el maestro de los pequeños que miran con curiosidad a la cámara (Colección particular).

píritu de pueblo, nuestra emoción y nuestra sensibilidad- y un cuestionarnos con genuina honestidad -fuera de manipulaciones de índole político- partidista- el cuándo y el cómo del aprendizaje de otras lenguas , sin que ello conlleve máculas en nuestro espíritu que nos hagan tullidos del lenguaje -como una vez afirmó Pedro Salinas-, que nos tornen en impedidos dentro de la circunstancia histórica y que nos transmuten en incapacitados ante la eternidad humanística y filosófica, perspectivas que dependen para su pleno desarrollo de la genuina posesión primaria de los caudales expresivos y el tesoro espiritual que es la lengua vernácula, la lengua materna, la lengua de la cuna. Se trata de lograr desvincular de una vez y por todas al tema del lenguaje de la enseñanza de la demagogia política y supeditar su discusión a la sensatez de principios pedagógicos fundamentados en estudios científicos y culturales porque como ha afirmado el dramaturgo René Marqués existe en nuestro pueblo: “una situación, ambigua, ambivalente, una patética confusión intelectual, espiritual y psicológica que ha conducido a la decadencia en el poder creador de la

¡Viva la bandera americana que nosotros amamos! Este dibujo de una estudiante de 7 años formó parte de los Pupil’s Works, dibujos que representaban banderas de Estados Unidos, paisajes de clima templado, flores extranjeras, animales exóticos y frutas norteñas realizados por niños de escuela elemental de distintos distritos escolares de la Isla. Muchos de los dibujos contenían frases en inglés. Estos dibujos fueron parte de trabajos en la clase de arte. UN SIGLO DE LuCHa EDuCaTIVa v 191


palabra. […] Volverán la política y la pedagogía a mezclarse y agitarse furiosamente en la coctelera pública, con lo cual perderá mucho la pedagogía y nada apreciable ganará la política”.

El problema del idioma en Puerto Rico (1950, Biblioteca de Autores Puertorriqueños) es, probablemente, uno de los estudios más completos que hace Muñiz Souffront sobre la enseñanza en inglés en Puerto Rico durante la primera mitad del siglo 20, así como las múltiples gestiones realizadas por la Asociación de Maestros. Nuestra institución fue puntero en el establecimiento del español como idioma de enseñanza, en 1949 (AHAMPR).

Entre los escritos más minuciosos sobre la militancia de la Asociación de Maestros en la denominada “batalla del idioma”, destaca el libro de Luis Muñiz Souffront -noveno Presidente de esta entidad magisterial- de título El problema del idioma en Puerto Rico. Esfuerzos de la Asociación de Maestros de Puerto Rico para alcanzar la solución del problema (San Juan, Puerto Rico: Biblioteca de Autores Puertorriqueños, 1950). 192 v UN SIGLO DE LuCHa EDuCaTIVa

Opinión a la cual se adhieren las palabras de Nilita Vientós Gastón, abogada por excelencia en los pleitos del idioma, quien afirma en su artículo El Tribunal Supremo de Puerto Rico y el problema de la lengua que: No hay aspecto de la historia de Puerto Rico que mejor revele el drama que vive, a causa de su condición política, que el problema de la lengua, la lucha contra el llamado bilingüismo -la pretensión de que el puertorriqueño considere también como propia una lengua ajena: el inglés-. Sólo en un pueblo que carece de soberanía se discute el derecho a colocar la lengua propia por sobre cualquier otra.5 Transcurrido un año de la presencia estadounidense en tierras boricuas y con posterioridad a la firma del Tratado de París (10 de diciembre de 1898) que da fin a la Guerra Hispano-Estadounidense, comienza el burdo intento de los Estados Unidos por aculturarnos aceleradamente mediante la usurpación del idioma secular de los puertorriqueños: el español o lengua castellana. Ello desató sinsabores, amarguras, imposiciones, fracasos, frustraciones, polémicas y luchas al tratar de utilizarse el medio más efectivo para los estadounidenses lograr su propósito de desarraigarnos, que no era otro que la sustitución del idioma de la cotidianidad y la enseñanza boricua por el lenguaje anglosajón del pueblo que toma posesión de nuestra tierra como resultado de una cruel, desigual y devastadora guerra. Intento que repercute, primordialmente, en nuestro sistema educativo, llegando hasta el extremo de que en un lapso corto de años se pusieran en práctica en Puerto Rico no menos de siete proyectos distintos para la enseñanza del inglés. Mucho se ha escrito sobre la lucha suscitada desde entonces, pugna en la cual destaca, desde sus actas de 5 Nilita Vientós Gastón. “El Tribunal Supremo de Puerto Rico y el problema de la lengua”. En: Claridad, “En Rojo”, 15 de junio de 1989, p. 16.


fundación del año 1911, la militancia insobornable, consecuente, incólume y vertical de la Asociación de Maestros de Puerto Rico, institución que asumió dignamente ser la portaestandarte de la defensa del idioma secular de los puertorriqueños como base de la enseñanza, sin que ello conllevara una negativa de la enseñanza del inglés, como idioma que aportaría -como cualquier otroal acervo cultural de los puertorriqueños. Entre los escritos más minuciosos sobre la militancia de la Asociación de Maestros en la denominada “batalla del idioma”, destaca el libro de Luis Muñiz Souffront -noveno Presidente de esta entidad magisterial- de título El problema del idioma en Puerto Rico. Esfuerzos de la Asociación de Maestros de Puerto Rico para alcanzar la solución del problema (San Juan, Puerto Rico: Biblioteca de Autores Puertorriqueños, 1950). De igual modo, queda inequívoca evidencia de la efectiva participación en esta lucha en las actas de las Asambleas de la Asociación -las que fueron celosamente preservadas y organizadas, a propósito del centenario de la Institución, por la profesora Nilda García Santiago-. De igual modo, constan los detalles de la consecuente postura de la Asociación ante el idioma de la enseñanza en diversos números de la publicación cuatrimestral El Sol (Órgano oficial de la Asociación de Maestros de Puerto Rico, actualmente con 55 años de publicación continua). Dado que los detalles minuciosos de esta lucha se encuentran en fuentes disponibles para la consulta, por limitaciones de espacio en esta publicación de conmemoración del Centenario de la Asociación de Maestros de Puerto Rico, nos limitaremos a una visión rápida y esquemática de los hitos en la “batalla del idioma” en los que destaca la presencia y militancia de esta entidad magisterial.

Luis Muñiz Souffront (1895-1954) fue uno de los presidentes que mayor ímpetu puso al crecimiento de la Asociación. Su presidencia (1940-1949) será recordada como el inicio de la transformación de la institución a un nivel de mayores recursos y servicios. Se fundó la Revista de la Asociación de Maestros (1942), Negociado de Estadísticas (1946) y Negociado de Turismo (1945); se compró la finca de Hato Rey (1944); se creó la Cooperativa de Ahorro y Crédito (1948) y se comenzó la planificación del Hospital del Maestro. Será recordado por su contribución al tema del idioma con su libro El problema del idioma en Puerto Rico (AHAMPR).

La Asociación y el idioma La Asociación de Maestros de Puerto Rico nace en Ponce, Puerto Rico el 8 de julio de 1911 tras la fusión de la Asociación General de Maestros (Mayagüez, 1909) y la Asociación Insular del Magisterio (San Juan, 1910), ocasión en que toma el mando del magisterio organizado su primer Presidente, Antonio Sarriera Egozcue. Para entonces, ya el tema del lenguaje de la enseñanza UN SIGLO DE LuCHa EDuCaTIVa v 193


Fragmento del Acta de 1912, asamblea en la cual se tomaron los primeros acuerdos sobre la enseñanza del español en las escuelas (AHAMPR).

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había suscitado resentimientos en el magisterio, estudiantes y pueblo de Puerto Rico en general, sujetos al vaivén de los caprichos puramente políticos de los estadounidenses, sin base pedagógica alguna: Martin Brumbaugh (1900): nivel elemental con enseñanza en español y nivel secundario, en inglés; Samuel Mc Cune Lindsay (1903): todo el currículo en inglés, tanto en elemental como en secundaria. Posteriormente Paul G. Miller (1916): enseñanza en español hasta cuarto grado y luego todo en inglés. Los maestros se sentían acosados ante exigencias tales, como el que sus licencias para ejercer la profesión estuvieran supeditadas al aprendizaje del inglés, y el vaivén político de intervención en materias pedagógicas les minaba su productividad provocando desasosiego y confusiones. En defensa de sus representados -los maestros de Puerto Rico-, la Asociación de Maestros expresa contundentemente, desde sus inicios, que un problema pedagógico tiene que estar en manos de maestros y no de políticos y se inserta activamente en un largo proceso de lucha que conllevó la emisión de resoluciones, creación de comités, envío de cartas, redacción de artículos para los periódicos del País, participación en pleitos y diversas comparecencias en torno al tema del idioma que habría de emplearse en la enseñanza del sistema escolar público boricua. Las actas de los acuerdos de los maestros asociados congregados en sus asambleas de los años 1912 a 1916 evidencian los primeros acercamientos ante la imposición política foránea de pretender que se enseñara “un idioma que ni los maestros ni los alumnos hablaban ni podían aprender con suficiente rapidez y eficiencia, relegando el proceso educativo a un plano de inferior categoría cual si el principal


objetivo de la enseñanza consistiese meramente en la adquisición de un segundo idioma”.6 Ya para la Asamblea de la Asociación, congregada en Caguas en el año 1919, su entonces Presidente, Francisco Vincenty, expresa de manera contundente, ante los maestros presentes, su postura en lo relativo al vaivén educativo a que nos sometía el gobierno de los Estados Unidos: “Nunca he podido aceptar que haya una razón de justicia y de derecho humano que nos exija abdicar de nuestro idioma, ni aún en el caso de que Puerto Rico fuera constituido en un estado de la Unión Americana”.7 Como reacción de la Asamblea, se aprobó una resolución donde se denunciaba, entre otras cosas, “el grave obstáculo para el normal desarrollo mental y estético de los niños puertorriqueños”8 que representaba el inglés como idioma de enseñanza, lo cual “pone al maestro puertorriqueño en notorias condiciones de inferioridad”9 y se demandaba el “derecho a usar nuestro idioma castellano como medio de transmisión para la enseñanza primaria en nuestras escuelas públicas”.10 Posteriormente, y bajo la presidencia de Fulgencio Piñero (1934), se aprueba una nueva resolución donde se afirma que “la enseñanza de las asignaturas en inglés es un error de nuestro sistema”11 y se le cualifica como un método “antinatural y antipedagógico”.12 En sus Por tanto se expresa la postura ante la cual la Asociación de Maestros será de entonces en adelante consecuente en la firmeza de su demanda en torno a cuál ha de ser el idioma de la enseñanza boricua: “que se use el idioma castellano y que se enseñe el idioma inglés como asignatura especial”.13 En Asamblea Extraordinaria realizada en el pueblo de Aibonito en 1933, se ratifican los acuerdos de una anterior asamblea celebrada en Mayagüez y se crea una comisión constituida por Paulina Rojas, Lewis Richardson, Juan N. León y Juan Rodríguez Llabrés como re-

Las actas de los acuerdos de los maestros asociados congregados en sus asambleas de los años 1912 a 1916 evidencian los primeros acercamientos ante la imposición política foránea de pretender que se enseñara “un idioma que ni los maestros ni los alumnos hablaban ni podían aprender con suficiente rapidez y eficiencia, relegando el proceso educativo a un plano de inferior categoría cual si el principal objetivo de la enseñanza consistiese meramente en la adquisición de un segundo idioma”.

6 Luis Muñiz Souffront. El problema del idioma en Puerto Rico. Esfuerzos de la Asociación de Maestros de Puerto Rico para alcanzar la solución del problema. San Juan: Biblioteca de Autores Puertorriqueños, 1950, p. 26. 7 Citado en Muñiz Souffront, Op. cit., p. 33. 8 Ibíd, p. 34. 9 Ibíd, p. 35. 10 Ibíd, p. 37. 11 Ibíd, p. 42. 12 Loc. cit. 13 Muñiz Souffront, Op. cit., p. 43.

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Planteamiento que en el devenir del tiempo se sintetiza en las palabras actuales de uno de los símbolos vivientes de la cultura puertorriqueña, Ricardo Alegría, quien ante la controversia que surge a fines del siglo XX con motivo de la aprobación de leyes del idioma en Puerto Rico expresa:

“A la enseñanza de inglés, sí. A la enseñanza en inglés, no”.

sultado de la cual se emite una amplísima y detallada carta al Comisionado de Instrucción en la cual se censura el proyecto de enseñanza implantado, se denuncia la pérdida de eficiencia que los sistemas impuestos producen y se consigna la oposición hacia la contratación de maestros procedentes de Estados Unidos.14 Como resultado del hostigamiento y persecución al liderato de la Asociación de Maestros, aumentan en el país las protestas y resistencia ante los absurdos experimentos de que era víctima nuestra educación pública, cualificada por el licenciado Vicente Géigel Polanco como “un sistema al garete”. Ante ello el Presidente Piñero pronuncia en la Asamblea de 1937 un discurso cuyo tema era el idioma de la enseñanza y en el reitera de manera contundente la consecuente e inamovible postura de la Asociación de Maestros de Puerto Rico ante la enseñanza de la lengua inglesa en nuestro sistema educativo público: En ningún momento esta Asociación se ha mantenido opuesta a que se intensifique la enseñanza del inglés en nuestras escuelas. […] Lo que discutimos es que una cosa significa aprender el inglés y lo otro es aprender en inglés.15 Planteamiento que en el devenir del tiempo se sintetiza en las palabras actuales de uno de los símbolos vivientes de la cultura puertorriqueña, Ricardo Alegría, quien ante la controversia que surge a fines del siglo XX con motivo de la aprobación de leyes del idioma en Puerto Rico expresa: “A la enseñanza de inglés, sí. A la enseñanza en inglés, no”. Con posterioridad a esto, y en la Asamblea Anual de 1940, el licenciado Vicente Géigel Polanco consignó en un brillante discurso que el problema del idioma “no es un problema político” sino uno “ajeno a la jurisdicción del partidismo al uso”.16 Hizo énfasis, además, en el hecho de que la insuficiencia de la enseñanza lingüística “desorganiza todo el sistema psíquico de un individuo y de una nación”17 al producir “inestabilidad emocional, exceso 14 15 16 17

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Ibíd, pp. 44-45. Ibíd, p. 74. Muñiz Souffront, Op. cit., p. 84. Ibíd, p. 85.


de actitudes negativas, cierta esterilidad artística y torpeza de expresión”.18 Para el 1942, y ante el Proyecto del Senador Dennis Chávez que propulsaba que toda asignatura se enseñara en el idioma inglés, la Asociación de Maestros aprueba otra resolución donde califica a este proyecto de “error pedagógico” y propulsa que se rescate el problema del idioma de manos de los políticos. Se lee en dicha resolución que “Puerto Rico debe conservar todos los aspectos buenos de sus cuatro siglos de cultura hispánica” y que “el sistema de instrucción pública debe ponerse en manos del

Con la aprobación del Estado Libre Asociado, en 1952, la bandera de Puerto Rico pudo ser izada oficialmente en Puerto Rico. Inés María Mendoza, primera dama de Puerto Rico, eleva la monoestrellada en una escuela (AFLMM).

18 Loc. cit. UN SIGLO DE LuCHa EDuCaTIVa v 197


Recorte del periódico El Mundo sobre el veto del Presidente Truman al proyecto sobre el idioma en Puerto Rico, 1946 (PDPEM).

pueblo de Puerto Rico”.19 A esta proclama se une la voz del Rector de la Universidad de Puerto Rico, Jaime Benítez, para afirmar que “no se puede desarraigar a un pueblo de su idioma sin mutilar su pensamiento”. En ocasión posterior -en la que el Secretario del Interior de Estados Unidos, Harold L. Ickes, amonesta al Comisionado de Instrucción, José M. Gallardo, por no haber implantado el repudiado Proyecto Chávez-, la Junta de Directores de la Asociación de Maestros en reunión extraordinaria emite una resolución en la que “ratifica su actitud y sostiene su criterio pedagógico”, y nuevamente “demanda que la autoridad para trazar la política educativa de Puerto Rico sea colocada democráticamente en manos puertorriqueñas”.20 Dando un salto temporal en esta esquemática y somera mirada a la militancia de la Asociación de Maestros de Puerto Rico ante la “batalla del idioma”, mencionamos los Proyectos del Senado 26 (P. del S.) (1945) y 51 (1946) presentados por Rafael Arjona Siaca, Senador por Acumulación del Partido Popular Democrático.21 Ambas propuestas reclamaban “el uso exclusivo del idioma español para la enseñanza en todas las escuelas públicas”. En el P. del S. 26 se cualifica de “magno y craso error “el que se enseñaran todas las materias en inglés y se decreta que para el año escolar 1945-46 se use exclusivamente el español como idioma de la enseñanza y se haga del inglés asignatura obligatoria a partir del quinto grado de escuela elemental. En la exposición de motivos, se resalta la lucha consecuente de la Asociación de Maestros ante el problema: Contra el grave y notorio error, se pronunció desde su 19 Muñiz Souffront, Op. cit., p. 106. 20 Ibíd, p. 116. 21 Para más detalles sobre el Pleito del Idioma de 1946, véase la Revista El Sol, Año XXIX, Número 1, 1985, la cual dedica un número entero escrito por la profesora Gloria Arjona, hija de Rafael Arjona Siaca.

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fundación la Asociación de Maestros de Puerto Rico, aprobando reiteradamente desde su primera Asamblea de 1912 hasta su última de 1944, acuerdos contrarios al mantenimiento del mismo [se refiere al sistema de enseñar toda materia en inglés] y solicitando insistentemente que la enseñanza en las escuelas del Estado se impartiera utilizando como vehículo al efecto el idioma español, que es el vernáculo de nuestro pueblo.22 El proyecto fue vetado por el gobernador Rexford G.Tugwell, a pesar de las peticiones de diversas personas y organizaciones, incluyendo a miembros distinguidos de la Asociación como el profesor Lewis Richardson, Director del Instituto de Inglés de la Universidad de Puerto Rico y miembro de la Junta de Directores de la Asociación de Maestros de Puerto Rico y el doctor Pedro A. Cebollero, Decano del Colegio de Pedagogía de la Universidad de Puerto Rico y Director Asociado de la Revista de la Asociación de Maestros. A este proyecto le siguió el identificado como P. del S. 51. El Proyecto del Senado 51 criticaba nuevamente el absurdo del sistema de enseñanza del idioma impuesto por políticos ajenos a los conocimientos pedagógicos y proponía en su Artículo 1 que a partir del año escolar 1946-1947 se impartiera la enseñanza mediante el idioma español en todos los niveles educativos del país, incluyendo el universitario, que se enseñara el inglés como asignatura a partir del quinto grado de escuela elemental y que los libros de texto de nuestro sistema público de enseñanza fueran redactados en español. Este sensato proyecto fue presentado en más de una ocasión, siendo vetado tanto por el Gobernador de arraigo estadounidense Rexford G. Tugwell como por un puertorriqueño, el entonces Gobernador Interino, Manuel A. Pérez. Ya en este punto la lucha del idioma comienza a escalar los niveles de pleitos judiciales en los que destaca la figura femenina de la pepiniana NilitaVientós Gastón: Mientras no se sepa para qué se educa al puertorriqueño; mientras el maestro al dirigirse al estudiante no sepa si está parado en su país o en tierra que, aun-

El 7 de noviembre de 1946 el Tribunal Supremo emite una orden para que se promulgue la Ley del Idioma y la Asamblea Anual de la Asociación de Maestros del 1947 aprueba el que se continúen acciones en los tribunales y se lleve el caso hasta los niveles de apelación del Circuito de Boston. Para entonces, el Presidente Harry S. Truman vetó el proyecto de la enseñanza en nuestro idioma vernáculo, acto que no intimidó a la Asociación, la cual continuó con los pleitos ante los tribunales a la par que recibía el apoyo de organizaciones de índole magisterial del exterior como la National Education Association, la Confederación Americana del Magisterio y la Unión Americana de Libertades Civiles, entre otras entidades.

22 Citado en Muñiz Souffront, Op. cit., p. 266. UN SIGLO DE LuCHa EDuCaTIVa v 199


que suya, pertenece a otro país, no habrá educación en Puerto Rico. Padeceremos sistemas, teorías o normas arbitrarias, pero no tendremos una verdadera filosofía educativa nacional con proyección universal.23

Viejos problemas, nuevos escenarios. El problema con la educación y el aprendizaje no son nuevos. Las caricaturas de Filardi fueron, casi, símbolo mismo del Periódico El Mundo (1957, PDPEM).

El 7 de noviembre de 1946 el Tribunal Supremo emite una orden para que se promulgue la Ley del Idioma y la Asamblea Anual de la Asociación de Maestros del 1947 aprueba el que se continúen acciones en los tribunales y se lleve el caso hasta los niveles de apelación del Circuito de Boston. Para entonces, el Presidente Harry S. Truman vetó el proyecto de la enseñanza en nuestro idioma vernáculo, acto que no intimidó a la Asociación, la cual continuó con los pleitos ante los tribunales a la par que recibía el apoyo de organizaciones de índole magisterial del exterior como la National Education Association, la Confederación Americana del Magisterio y la Unión Americana de Libertades Civiles, entre otras entidades. La licenciada Nilita Vientós Gastón nos ofrece, en su antes citado artículo, un certero resumen de los pleitos del idioma, en los que la presencia de la Asociación de Maestros de Puerto Rico fue consecuente y su postura incólume: He aquí el hecho insólito de un pueblo que se ve obligado a recurrir a los tribunales para que se decrete el uso de su lengua, el español, como vehículo de la enseñanza, que es derrotado en este legítimo empeño por tecnicismos legales y la voluntad del presidente de la nación de lengua y cultura distintas, que le domina. Muestra, con claridad meridiana, las contradicciones y ambigüedades que caracterizan la vida colectiva puertorriqueña. La legislatura pide que se enseñe en la lengua materna del puertorriqueño, el gobernador se opone por razones políticas, ya que no existen las de orden pedagógico, el Departamento del Interior de los Estados Unidos demora, por olvido o negligencia difíciles de explicar, el envío del proyecto al presidente, y provoca el pleito, el comisionado de instrucción, algunos de cuyos predecesores habían implantado reformas para lograr los mismos fines que perseguía la ley en controversia, se ve obligado a sostener, repre23 Vientós Gastón, op. cit., p. 16.

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sentado por el procurador general, que la ley no está en vigor; el presidente de los Estados Unidos lo rechaza después de plantearse la cuestión en los tribunales insulares.24 Para el mismo año de 1947, la Asociación de Maestros también aprobó resoluciones de endoso al nombramiento de Mariano Villaronga como Comisionado de Instrucción Pública de Puerto Rico (habría de ser el primero genuinamente boricua), situación que se encontró con impedimentos y objeciones por parte de los gobernantes de Estados Unidos y que suscitó la celebración de vistas en las que comparecieron opositores y adeptos ante el Subcomité de Asuntos Insulares y Territoriales de los Estados Unidos. Villaronga acogía como lo recomendable para los estudiantes de Puerto Rico la misma postura que la Asociación consecuentemente había estado defendiendo por años. El Senado estadounidense no actuó ante este nombramiento, dejando pasar el tiempo hasta que Villaronga presenta su renuncia al cargo. Posteriormente el gobernador Luis Muñoz Marín, al tomar posesión como primer gobernador electo por los puertorriqueños, nombra a Mariano Villaronga como Comisionado de Educación y éste emite la Orden Administrativa Núm. 10 del 6 de agosto de 1949 de enseñanza del español haciéndola efectiva para el curso escolar 1949-1950. Durante todos los años en que se llevó a cabo la denominada “batalla del idioma”, la Asociación de Maestros de Puerto Rico se mantuvo consecuentemente combativa en su pedagógica, justa y sensata postura de que se impartiera la educación mediante el idioma cotidiano de los puertorriqueños y que a su vez se enseñara la lengua inglesa con esmero y eficiencia. Por ello, son innegables y certeras las palabras con que Luis Muñiz Souffront cierra su libro sobre el asunto del idioma de la enseñanza en las escuelas de Puerto Rico: La Asociación de Maestros de Puerto Rico puede con orgullo y satisfacción reclamar el honor de haberse mantenido muchos años en la lucha hasta alcanzar

Eso por lo que la Asociación de Maestros de Puerto Rico, junto a otras personas y entidades, tanto ha luchado -el idioma de la enseñanza de los puertorriqueños- es hoy parte de la Declaración universal de

derechos lingüísticos redactada en Barcelona, España en el año 1996, que en su Artículo 29 establece que “toda persona tiene derecho a recibir la educación en la lengua propia del territorio donde reside”

24 Ibíd, p. 17.

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ese logro, fiel a su responsabilidad profesional y los intereses de la niñez puertorriqueña.25

La Asociación de Maestros de Puerto Rico, con su trayectoria vertical y consecuente en la larga lucha por el idioma de la enseñanza del sistema escolar público de los puertorriqueños hizo suyas palabras, que para entonces no habían sido aún pronunciadas, pero que en el Nihil novum sub sole de la

secuencia vital, la Asociación las hizo praxis, vivencia y bandera de lucha, de lo cual sus actas, planteamientos y comparecencias a lo largo de un siglo de vida institucional son evidencia histórica contundente: “Una lengua nunca puede ser impuesta porque una lengua es un saber y el verbo ‘saber’ no se conjuga en el imperativo”.

Eso por lo que la Asociación de Maestros de Puerto Rico, junto a otras personas y entidades, tanto ha luchado -el idioma de la enseñanza de los puertorriqueñoses hoy parte de la Declaración universal de derechos lingüísticos redactada en Barcelona, España en el año 1996, que en su Artículo 29 establece que “toda persona tiene derecho a recibir la educación en la lengua propia del territorio donde reside”.26 Sobre ello argumentó igualmente el escritor boricua José Luis González en su libro Nueva visita al cuarto piso (1986) mediante las palabras que citamos a continuación, cónsonas con la postura incólume de la Asociación de Maestros de Puerto Rico durante los álgidos años de la “batalla del idioma”: ¡No hay derecho, no, a hacer eso a un niño puertorriqueño! Que les enseñen bien el inglés, santo y bueno, porque en todos los países civilizados del mundo se les enseña a los escolares una segunda lengua. Pero aprender en inglés lo que se debe aprender en el vernáculo sólo puede tener como resultado una grave perturbación en la formación de la identidad cultural del niño y finalmente del ciudadano. Y digo perturbación y no transformación porque la víctima de esa insensatez pedagógica seguirá viviendo en una sociedad cuyo idioma y cuya cultura mayoritarios no podrán ser nunca, a estas alturas, y a las del futuro, los mismos que los de la metrópoli. Todo lo que logrará, a fin de cuentas, será convertirlo en un semiextranjero en su propio país. Palabras que al retrotraernos en el tiempo, reflejan el pensar y el sentir que para la década de 1930 -y en plena batalla del idioma- redactó el jurista y periodista manatieño Epifanio Fernández Vanga: El pueblo puertorriqueño tiene su idioma… Esas palabras dichas así, simplemente, parecen un poco vacías. Es preciso pronunciarlas preñándolas de significación y de sentido, para que nos demos cuenta de 25 Muñiz Souffront, Op. cit., p. 227. 26 Declaración universal de derechos lingüísticos. En línea, URL: http://www.unesco.org/ cpp/sp/declaraciones/linguisticos.htm.

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todo el sentido y toda la significación de ellas. Para un pueblo como para un hombre, su lengua es casi como su vida; es el vehículo para percibir y transmitir sentimientos, ideas, pasiones, conocimientos, emociones, súplicas, ruegos, insultos, loas, apasionamiento, todo… Expresiones que sintetiza certeramente NilitaVientós Gastón cuando expresa que: “En la conservación de la lengua le va la vida, como pueblo, a Puerto Rico”. Y esa precisamente es la razón de ser del magisterio y su trascendental papel en nuestra sociedad: el proveer

La maestra Rosa Aldebol ejemplifica el símbolo de las maestras de la década de 1950 en Puerto Rico. La pizarra, con su alfabeto en la parte superior, tenía las icónicas cortinas que durante años fueron utilizadas en nuestros salones de clase. Un grupo de alumnos atienden la clase de Mrs. Aldebol. Circa, 1950 (AHAMPR).

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a los estudiantes pautas de cultura y civilización que propendan a la formación de ciudadanos valiosos para su Patria. También se trata de la evidente e innegable realidad de que somos un pueblo que nace en español, vive en español, sueña en español y tiene el claro derecho -hoy claramente establecido en la Declaración universal de derechos lingüísticos-de recibir su enseñanza en el idioma que lo conforma, en el idioma de la cotidianidad boricua, en el idioma de la vida, que es nuestra lengua española o castellana. La Asociación de Maestros de Puerto Rico, con su trayectoria vertical y consecuente en la larga lucha por el idioma de la enseñanza del sistema escolar público de los puertorriqueños hizo suyas palabras, que para entonces no habían sido aún pronunciadas, pero que en el Nihil novum sub sole de la secuencia vital, la Asociación las hizo praxis, vivencia y bandera de lucha, de lo cual sus actas, planteamientos y comparecencias a lo largo de un siglo de vida institucional son evidencia histórica contundente: “Una lengua nunca puede ser impuesta porque una lengua es un saber y el verbo ‘saber’ no se conjuga en el imperativo”.27 27 Eugenio Coseriu, lingüista rumano, 1921-2002.

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Cimientos de un centenario de luchas: bases de la defensa y protección del magisterio, la cultura y la educación pública de Puerto Rico v Magda E. Sagardía Ruiz1 ”Si algún crédito merece quien más haya contribuido al reconocimiento del maestro como profesional, en nuestro país, ahí está la Asociación de Maestros de Puerto Rico” Lcdo. Virgilio Brunet Mensaje a la Asamblea Anual, 28 de diciembre de 1960

A los héroes anónimos de esta Asociación, como Mami, Ana Elena Ruiz Anglada vda. de Sagardía, mis tíos y tías, y Nilda García Santiago… con el agradecimiento más profundo.

I. Introducción

Los cien (100) años de presencia dinámica y gestión afirmativa de la Asociación de Maestros de Puerto Rico (AMPR) en la formación, profesionalización, bienestar y protección del magisterio están hermanados con la historia de la educación desde su fundación en 1911,2 así como en el desarrollo del Derecho Escolar puertorriqueño en el siglo XX. Coincidimos fundamentalmente 1 La autora es estudiosa del Derecho Escolar desde que le sirvió al magisterio como Asesora Legal de esta Asociación hace más de 30 años. Inició su carrera profesional en la Rama Judicial y ha colaborado en varias ocasiones con las ramas Ejecutiva y Legislativa en asuntos legales relacionados con la educación. Es profesora en la Facultad de Educación Eugenio María de Hostos en la Universidad de Puerto Rico, Recinto de Río Piedras, y preside la Junta Local de la AMPR-UPR. 2 En Ponce se convocaron las dos organizaciones magisteriales existentes: la Asociación Insular del Magisterio y la Asociación General de Maestros. Ese 3 de junio de 1911 acordaron las metas en común a las que aspirarían mediante la fusión en pro de la nueva Asociación de Maestros de Puerto Rico. Finalmente, el 8 de julio de 1911, formalizaron la fusión y aprobaron el Reglamento, incluyendo cuatro grandes fines: confraternidad y mejoras económicas del magisterio; reformas del sistema de educación; ayuda a los asociados por enfermedad; “anulación física o preterición profesional y a sus familias en caso de muerte”. UN SIGLO DE LuCHa EDuCaTIVa v 205


Con el estudio de diversas fuentes que conforman parte de la historia de esta institución, estamos convencidas de la variedad, amplitud, trascendencia y éxito de las iniciativas legales generadas por la AMPR en diversos foros e instancias, dentro y fuera del país.

con la hipótesis formulada por García Santiago y Ruiz Rivera (2010) que durante los primeros 25 años de vida de la institución “se constituye la base ideológica y filosófica de la AMPR en tres dimensiones: creación de servicios básicos esenciales para el magisterio como clase”; lucha por sus condiciones laborales; y “la promoción de una mayor y más completa formación profesional”.3 Añaden, con sobrada razón, que para propiciar y adelantar estas metas, la AMPR se ha constituído “en el vehículo que promueva la consolidación de una agenda educativa”.4 Con el estudio de diversas fuentes que conforman parte de la historia de esta institución, estamos convencidas de la variedad, amplitud, trascendencia y éxito de las iniciativas legales generadas por la AMPR en diversos foros e instancias, dentro y fuera del país. Por razones obvias, limitamos el ensayo a los primeros 50 años (1911-1961), en cuanto a aspectos sobresalientes de la AMPR con el Departamento de Instrucción Pública (DIP) y la Universidad de Puerto Rico (UPR), la Asamblea Legislativa, el Primer Ejecutivo y los Tribunales.5

II. Breve trasfondo jurídico

Cuando se fundó la AMPR en 1911, regía en Puerto Rico la Ley Foraker,6 que establecía un gobierno civil en sustitución del régimen militar impuesto por Estados Unidos (EEUU) desde 1898. Para efectos de este trabajo, basta con destacar que la Rama Ejecutiva estaba compuesta por el Gobernador y su Consejo Ejecutivo (gabinete) de 11 miembros, nombrados por el Presidente de EEUU por términos de cuatro años.7 Desde ese momento, a lo largo del siglo XX y la década del presente, las funciones del Comisionado, hoy Secretario del Departamento de Educación, han sido y son amplias. Centrali3 4 5

6 7 206 v UN SIGLO DE LuCHa EDuCaTIVa

García Santiago, Nilda y Eloy Ruiz Rivera, Eloy. “Ideas e iniciativas de la primera etapa de la Asociación de Maestros (1911-1936). Revista El Sol. Año LI, núm. 4, 2010, p. 7. Ibíd, p. 8. No se pretende excluir otras muchas gestiones de impacto legal ni tampoco agotar el análisis de las incluídas. Confiamos que sirvan de base para estudios adicionales sobre la labor fructífera de la AMPR, que tanto ha favorecido al magisterio, a la escuela pública y a la educación de Puerto Rico. Consideramos conveniente que los aspectos relacionados con beneficios económicos y condiciones de empleo y sueldo se analicen en otras investigaciones. Acta Foraker, de 12 de abril de 1900, Ley para proveer temporeramente de rentas y un gobierno civil a la isla de Puerto Rico y para otros fines. 1 LPRA, Carta Orgánica de 1900. Ibíd, Sección 18.


zaban en su persona “la vigilancia de la instrucción pública en toda la Isla”, con total control del presupuesto, respondiéndole e informándole al Comisionado de Instrucción de EEUU, con copia al Congreso.8 La Ley, también, le adscribía al Consejo Ejecutivo funciones legislativas, al designarlos como la Cámara Alta (lo que hoy sería el Senado), conjuntamente con la Cámara de Delegados (Cámara de Representantes), de elección popular. El efecto neto de esta disposición era que el Comisionado preparaba la legislación que él mismo presentaba y aprobaba como parte de la Asamblea Legislativa. Podía, también, paralizar, posponer y derrotar aquellas piezas legislativas que no le interesaban, que no le convencían ni que le convenían, como fueron los proyectos de ley sobre el idioma vernáculo, presentados por el Lcdo. José de Diego en la primera década del siglo XX, en la Cámara de Delegados, según alude Delgado Cintrón.9 Como ejemplo adicional de su control absoluto sobre el sistema educativo público en todos los niveles, a partir de 1903, con la aprobación de la primera Ley de la Universidad de Puerto Rico,10 el Comisionado, también, presidía la Junta de Síndicos y era, simultáneamente, su Canciller (Rector).11 La razón que por décadas se aducía para esta injerencia directa en la dirección de la UPR era que había que proveer y asegurar la más completa coordinación entre los componentes del sistema educativo público. Otro dato pertinente es la realidad de que los gobernadores civiles en propiedad, a partir de 1900, hasta 1946, fueron estadounidenses; al igual que los comisionados de Instrucción hasta el 1921.12 Todos los comisionados hasta el 1949 respondían a los intereses y las directrices del Presidente de Estados Unidos, incluyen-

La década de 1970 se caracterizó por una nueva dimensión en el activismo magisterial. Maestros enarbolan una bandera de la Asociación en una manifestación (AHAMPR).

8 Ibíd, Sección 25. 9 Carmelo Delgado Cintrón. El debate legislativo sobre las leyes del idioma en Puerto Rico. San Juan: Editorial Revista del Colegio de Abogados de Puerto Rico, 1994, p. 12. 10 Como parte del “paquete” de leyes sobre educación que se aprobaron el 12 de marzo de 1903, estaban la Primera Ley Escolar Compilada, la Ley sobre educación en la Escuela Normal de Río Piedras de determinados jóvenes puertorriqueños y la Ley de la Universidad de Puerto Rico. 11 A partir de 1923, y hasta 1993, el Comisionado o Secretario permaneció como miembro de la Junta de Gobierno o Junta de Síndicos de la UPR. 12 El primer gobernador puertorriqueño fue don Jesús T. Piñero, que se desempeñaba como Comisionado Residente en Washington; el primer comisionado de Instrucción fue el licenciado Juan B. Huyke. UN SIGLO DE LuCHa EDuCaTIVa v 207


do a los nacidos en Puerto Rico. Esta era la situación jurídica imperante cuando se fundó la AMPR, y con la que tuvo que lidiar la incipiente organización hasta el 1917, cuando se adoptó la Ley Jones. Pero, realmente, ¿cambió drásticamente la situación para el magisterio?; ¿se modificó el poder absoluto y centralizado del Comisionado? Se encontraba el mundo en plena Primera Guerra Mundial, cuando el Congreso implantó la Ley Jones,13 imponiendo la ciudadanía americana a “todos los ciudadanos de Puerto Rico”.14 Nuevamente se incluye “la creación” del Departamento de Instrucción a cargo del Comisionado de Instrucción, formando parte del Consejo Ejecutivo y su cargo de nombramiento presidencial. La Ley eliminó la función legislativa del Consejo Ejecutivo, creando la figura del Senado como la Cámara alta y modificando el nombre de la anterior Cámara de Delegados, como Cámara de Representantes, situación que aún prevalece.15 Estos cambios circunscriben al Comisionado de Instrucción a sus funciones ejecutivas. La Ley Jones amplió, aún más, la autoridad del Comisionado: ya no era, meramente, “la vigilancia”, sino la dirección de la instrucción pública en toda la Isla; la preparación de todos los cursos de estudio (currículo), “con sujeción a la desaprobación del Gobernador si éste deseare intervenir”16; la preparación de reglamentos (poder de reglamentación) para la selección de maestros; su aprobación de los nombramientos de maestros hechos por las juntas escolares; y el desempeño de todos los demás deberes que se le asignaren no incompatibles con esta Ley.17 Deben considerarse estos poderes prácticamente plenipotenciarios del Comisionado para poder entender en su justa perspectiva los esfuerzos consistentes y reiterados de los miembros de la AMPR y la tremenda fortaleza, firmeza y tenacidad de su liderato nacional en su insistencia con la no tan fácil tarea de negociar con el Comisionado de Instrucción en beneficio de su matrícula.

208 v UN SIGLO DE LuCHa EDuCaTIVa

13 Acta Jones, de 2 de marzo de 1917, Ley para proveer un gobierno civil para Puerto Rico y para otros fines. 1 LPRA, Carta Orgánica de 1917. 14 Ibíd, sección 5. 15 Ibíd, sección 25. 16 Ibíd, sección 17. 17 Loc. cit.


Con la aprobación de la Ley del Gobernador Electivo, de 5 de agosto de 1947, el Congreso de EEUU enmendó la Ley Jones, permitiéndole al Pueblo de Puerto Rico elegir por voto popular al Gobernador a partir de las elecciones de 1948.18 La Ley fijó los requisitos del cargo y le autorizó a nombrar al Comisionado de Instrucción. Don Luis Muñoz Marín fue el primer gobernador electo, asumiendo su cargo en 1949, desempeñándolo hasta el 1964. Muñoz Marín designó al conocido educador don Mariano Villaronga para que ocupara la comisaría de Instrucción en 1949. Este hecho es pertinente por la insistencia reiterada que llevó a cabo la AMPR en las asambleas anuales para que se modificaran las disposiciones relacionadas con la Ley Jones en cuanto al proceso de nombramiento y poderes absolutos del Comisionado. La AMPR, además, insistió en el nombramiento de un Comisionado que fuera puertorriqueño y que respondiera a los intereses de Puerto Rico. Lo cierto es que don Mariano Villaronga, aparte de ser un asociado destacado, contaba con el apoyo de la AMPR desde la ocasión anterior en que fuera nominado para el puesto, desempeñándose entre 1946 a 1947. Renunció, entonces, al cargo por no actuar a tiempo el Congreso con la confirmación necesaria. Al comenzar el año escolar 1949-50, el Comisionado Villaronga emitió una orden ejecutiva estableciendo el español como idioma de enseñanza en todas las escuelas de Puerto Rico, mediante la Carta Circular Número 10 de 12 de agosto de 1949.19 Proveía, además, para la intensificación del inglés. Tal y como estuvo recomendando la AMPR por largos años, fundamentada por intereses estrictamente pedagógicos y científicos. El 3 de julio de 1950, el Congreso autorizó al Pueblo de Puerto Rico a organizar su propio gobierno, basado en una constitución adoptada por él mismo.20 Cumplidos los requisitos procesales, el Pueblo eligió los miembros de la Convención Constituyente el 27 de agosto de

Muñoz Marín designó al conocido educador, don Mariano Villaronga, para que ocupara la comisaría de Instrucción en 1949. Este hecho es pertinente por la insistencia reiterada que llevó a cabo la AMPR en las asambleas anuales para que se modificaran las disposiciones relacionadas con la Ley Jones en cuanto al proceso de nombramiento y poderes absolutos del Comisionado. La AMPR, además, insistió en el nombramiento de un Comisionado que fuera puertorriqueño y que respondiera a los intereses de Puerto Rico.

18 Acta Jones, sección 12. 19 López Yustos, Alfonso. Historia documental de la educación en Puerto Rico. San Juan: Publicaciones Puertorriqueñas, edición revisada de 1992. Véase el Apéndice número 12, pp. 274-275. 20 Ley Pública 600, 81er Congreso: Ley proveyendo para la Organización de un Gobierno Constitucional por el Pueblo de Puerto Rico. 1 LPRA, LP600. UN SIGLO DE LuCHa EDuCaTIVa v 209


Virgilio Brunet posibilitó que la educación fuera un derecho constitucional al presentar una enmienda a esos fines. Su lucha a favor de la educación le valen ese reconocimiento como uno de los Padres de la Constitución junto a otros dos maestros asociados: Ramón Mellado Parsons y Juan Alemañy Silva.

1951, quienes procedieron a cumplir con su encomienda. Finalmente, se proclamó la Constitución del Estado Libre Asociado de Puerto Rico el 25 de julio de 1952. Para efectos de este trabajo, debemos consignar que el entonces presidente de la Asociación de Maestros de Puerto Rico, el licenciado Virgilio Brunet, fue miembro distinguido de este importante evento histórico, sobre todo, para las disposiciones relacionadas con la educación, el sistema educativo público y el DIP.21 Entre las modificaciones que introdujo la Constitución, está el cambio de título, de Comisionado a Secretario y su nombramiento por el Gobernador, formando parte del Consejo de Secretarios del Poder Ejecutivo.22 El DIP es uno de los departamentos ejecutivos creados por la Constitución.23 En cuanto a la defensa y protección de la educación pública, considérese que la Constitución, desde el Preámbulo, destaca “el afán por la educación” como uno de los factores determinantes de nuestro Pueblo. La Carta de Derechos,24 en su primera Sección, la cual es base del resto de las secciones del Artículo II, proclama la inviolabilidad de la dignidad del ser humano y la igualdad de todos ante la Ley; prohíbe el discrimen por razón de raza, color, sexo, nacimiento, origen o condición social, ideas políticas o religiosas; y ordena que, tanto las leyes como el sistema de instrucción pública, encarnen estos principios de esencial igualdad humana. La Sección 5 es de primordial importancia para la educación pública puertorriqueña. Proclama el derecho de “toda persona” a una educación, y su fundamento filosófico: “que propenda al pleno desarrollo de su personalidad y al respeto de los derechos del hombre y las libertades fundamentales”. Crea el sistema de instrucción pública, con ciertas y determinadas características, tales como “libre” y “no sectario”. Provee “la enseñanza gratuita” en los niveles primario y secundario. Ordena “la asistencia obligatoria”, en la escuela primaria, con excepción de los que acuden a escuelas establecidas “bajo auspicios no

21 Este aspecto es digno ejemplo para motivar una investigación profunda sobre esta intervención del licenciado Virgilio Brunet y el análisis de las disposiciones constitucionales, por su importancia para la educación. 22 Constitución del Estado Libre Asociado de Puerto Rico. Artículo IV, Sección 5. 1 LPRA. 23 Ibíd, Artículo IV, Sección 6. 24 Ibíd, Artículo II. 210 v UN SIGLO DE LuCHa EDuCaTIVa


gubernamentales”.25 Prohíbe el uso de propiedad o fondos públicos para sostener las que no sean del Estado. Proclama el principio de “protección o bienestar de la niñez” al prestar el Estado “servicios no educativos a cualquier niño”. El presidente de la AMPR para el año 1951, licenciado Virgilio Brunet, fue electo miembro de la Convención Constituyente. Se destacó, precisamente, en la discusión y redacción de las disposiciones constitucionales aludidas. Fue el gestor de la primera oración de la Sección 5, proponiéndola como enmienda por adición, participando destacadamente en la defensa de esta Sección y del derecho a la educación.26 Valga consignar la colaboración del doctor Ramón Mellado Parsons (Trías Monge, 1982: 185), entonces profesor del Colegio de Pedagogía de la Universidad de Puerto Rico y miembro activo y prominente de la Asociación.

El gobernador Muñoz Marín, al centro, firma un aumento de sueldo para los maestros. Le acompañan Marcelino Canino, Samuel R. Quiñones, presidente del Senado; Modesto Rivera, vicepresidente de la Asociación; María Arroyo, presidenta; Virgilio Brunet; la senadora Juana Rodríguez Mundo; Ernesto Ramos Antonini, presidente de la Cámara; Cándido Oliveras, secretario de Instrucción; José Joaquín Rivera, secretario ejecutivo de la Asociación; y Águedo Mojica, presidente de la Comisión de Instrucción de la Cámara.

25 Es reconocimiento tácito a las escuelas privadas que ofrecen educación análoga, razón por la cual el Estado las reglamenta, asegurando que se cumplan con unos criterios mínimos. 26 Diario de Sesiones de la Convención Constituyente de Puerto Rico, pp. 14551501, 2003. Por otro lado, en Estados Unidos, 14 estados contienen disposiciones relacionadas con la educación libre y pública: Arizona, Arkansas, California, Colorado, Connecticut, Delaware, Hawaii, Kentucky, Michigan, Minnesota, New Jersey, Pennsylvania, Virginia y Wisconsin. UN SIGLO DE LuCHa EDuCaTIVa v 211


Cartas de presentación de la AMPR

Nos referimos a evidencia robusta, fehaciente y profunda del quehacer que ha distinguido a la AMPR. En el contexto legal de este trabajo, nos referimos a la defensa y protección del magisterio, la cultura, la educación y el sistema educativo público en todos sus niveles. Tomemos como punto de partida las relaciones con otras instituciones.

A. La AMPR y la Asamblea Constituyente de 1951: el derecho a la educación, el sistema de instrucción pública… para protección y bienestar de la niñez

La primera vez que nos topamos con la figura de don Virgilio Brunet como miembro de la Asamblea Constituyente, fue para 1987, en ocasión de una investigación sobre aspectos sustantivos de la educación en la Constitución del ELA.27 Debemos referirnos a algunos antecedentes obtenidos de actas de la Junta de Directores de la AMPR, correspondientes a los años entre 1950 y 1951. En el Acta de la reunión ordinaria de los días 3 y 4 de septiembre de 1950, informó el Presidente Brunet sobre la decisión del Congreso Federal de promover que el Pueblo de Puerto Rico redactara su propia Constitución. Aludió a la fuerza importante que constituían 9,000 maestros impartiendo instrucción a 300,000 estudiantes, destacando que “son los maestros los llamados a orientar a su pueblo”. En consecuencia, le propuso a la Junta “que exprese su criterio”; “que se conozca desde hoy la decisión de la Asociación de Maestros de Puerto Rico, expresada por esta Junta, de intervenir en la orientación del pueblo, para que el magisterio se exprese libremente y los que crean que la Constitución es buena, la defiendan y lo demuestren con sus argumentos ante el pueblo. Los contrarios, que tengan también la oportunidad de manifestarse. Lo que estamos defendiendo con esas manifestaciones es el derecho del maestro a hacer pública sus ideas. El maestro va a ocupar la tribuna para orientar al público”. Se sometió, se discutió ampliamente y se 27 Magda E. Sagardía Ruiz. La educación y la Constitución del Estado Libre Asociado de Puerto Rico. Comisión Especial Conjunta para la Reforma Educativa Integral. Asamblea Legislativa de Puerto Rico, 1987. 212 v UN SIGLO DE LuCHa EDuCaTIVa


aprobó una Resolución para que en la Asamblea Anual de 1950 se discutiera la ley congresional y se decidiera que los maestros ocuparan la tribuna pública para orientar al pueblo antes de las próximas elecciones.28 En la primera reunión ordinaria de 28 de enero de 1951 se presentó y se aprobó por unanimidad una Resolución a los efectos de que “se gestione ante los cuerpos directivos de los partidos políticos insulares la inclusión del nombre del Sr. Virgilio Brunet como candidato del Magisterio puertorriqueño a la Asamblea Constituyente de PR”. Los fundamentos eran que “el magisterio representa un núcleo importante y consciente de la opinión pública que debe estar representado en un cuerpo de cuyas decisiones dependerá el futuro político de Puerto Rico”; que don Virgilio Brunet tenía “el carácter, la inteligencia y el arraigo”, tanto en el magisterio como en la opinión pública; y que era necesaria la representación del magisterio”.29 Meses más tarde, en reunión extraordinaria de la Junta el 28 de agosto de 1951, el licenciado Brunet, informó de su nominación, afirmando que participaría “en todo lo que tenga que ver con educación y justicia”; que formaría parte de la Comisión de Preámbulo, la que calificó como “el alma de la Constitución; la que va a determinar la orientación de este pueblo”30 y que él quería ser “un instrumento de los maestros para ayudar a hacer una buena obra al redactar la Constitución”; “el único compromiso es para los maestros de Puerto Rico”. Don Virgilio, también, formaría parte de la Comisión de Carta de Derechos. Lo cierto es que fue el Partido Popular Democrático el que respondió al llamado y lo incluyó como candidato por acumulación en la elección especial requerida para elegir a los miembros de la Asamblea Constituyente. En la distribución geográfica le correspondió su pueblo natal, Maricao, y los pueblos de Aguadilla, Aguada, Mayagüez, Moca, San Sebastián, Lares, Añasco, Rincón y Hormigueros. Así se informó en dicha reunión.31 Una vez informado esto, en la reunión extraordinaria de 29 de septiembre de 1951, don Virgilio informó 28 Véase el Acta de la Reunión Ordinaria de los días 3 y 4 de septiembre de 1950, pp. 229-230. 29 Acta Reunión Ordinaria Junta de Directores, 28 de enero de 1951, pp. 34-35. 30 Acta Reunión Extraordinaria Junta de Directores, 28 de agosto de 1951, p. 79. 31 Ibíd, pp. 79-81.

Tres generaciones de activistas. En la primera foto, la entonces presidenta, María Arroyo, camina en una marcha hacia la Fortaleza demandando mejores salarios en 1959. La segunda, en la década de 1970, maestros protestan por sus condiciones laborales. En la tercera, la presidenta Aida Díaz, junto a Myrna Ortiz, presidenta de la Junta Local de Bayamón, en una manifestación en 2008 (AHAMPR).

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de varios miembros asociados que junto a él integraban la Asamblea Constituyente, afirmando categóricamente que “a la hora de votar cualquier asunto que se refiera a la educación, votará como maestro antes que como político”. Y, además, que estaba esperanzado en que, tratándose de asuntos de orientación política del Pueblo, “las líneas de partido en Puerto Rico se van a borrar; por lo menos, yo me voy a esforzar porque eso ocurra”.32 Aún cuando en dicha reunión no mencionó a todos los maestros, sí los identificó meses más tarde en la Convención Constituyente, en el 62º día de Sesión, el 6 de febrero de 1952. Los maestros que participaron en la Constituyente fueron doña María Libertad Gómez (primera vicepresidenta de la Asamblea Constituyente y presidenta de la Comisión de Instrucción de la Cámara de Representantes), don Jaime Benítez (Presidente de la Comisión de Carta de Derechos y Rector de la Universidad de Puerto Rico), don Juan Bautista Soto, don Heraclio Rivera Colón, don Álvaro Rivera Reyes, don Ernesto Carrasquillo (Presidente de la Comisión de Instrucción del Senado), don Juan Alemañy Silva y el doctor Ramón Mellado Parsons. Debemos destacar su insistencia como delegado de los maestros y no de partido político alguno, como lo reiteró en el 35º día de Sesión, el 19 de diciembre de 1951, al expresar que: “Pero yo no quiero dejar pasar inadvertidamente este instante, sin decir a la Convención que precisamente porque estoy aquí por razones de ciudadanía, debo informar que doce mil maestros y seiscientos mil niños, jubilosamente van a acoger esta carta de derechos, en donde consagramos la libertad de la ignorancia”.33 Hay un dato interesante que don Virgilio compartió en la reunión extraordinaria de la Junta de Directores de la AMPR del 29 de septiembre de 1951, ya aludida, a los efectos de que surgió en la discusión de la Asamblea Constituyente “la duda de si el Departamento de Instrucción debe funcionar con un simple Comisionado como hasta ahora, o si debe existir una Junta de Instrucción Insular y cuáles deben ser sus atribuciones”.34 Esta 32 Acta Reunión Extraordinaria Junta de Directores de 29 de septiembre de 1951, pp. 119-121. 33 Diario de Sesiones… Tomo 2, p. 1108. 34 Acta, Reunión Extraordinaria Junta Directores, p. 121. 214 v UN SIGLO DE LuCHa EDuCaTIVa


idea ha sido recurrente en iniciativas de reformas educativas posteriores. En la Asamblea Anual de 1951,35 don José Joaquín Rivera, secretario ejecutivo de la Asociación, le informó a la Asamblea que el gobernador, don Luis Muñoz Marín, había seleccionado al Presidente Brunet para figurar en la lista de candidatos que por sufragio popular serían delegados a la Convención Constituyente. Anunció que éste había resultado electo por una gran mayoría de votos, interpretando que era, también, un triunfo para la AMPR, más aún cuando éste se había destacado en la redacción de la Constitución. Por su parte, el Presidente Brunet, expresó haber aceptado formar parte del Comité que redactaba la Constitución de Puerto Rico, por tener fe en que estaban creando un nuevo estado. Afirmó que la misión del maestro puertorriqueño en el porvenir es la del mensajero de la redención de los niños de nuestro país.36 A manera de resumen, reiteramos la participación sobresaliente y productiva de don Virgilio como miembro de la Comisión de la Carta de Derechos y de la Comisión de Preámbulo, siendo responsable de la redacción de varias de sus disposiciones. Ejemplo que generó gran discusión y que reveló el conocimiento profundo

Benito Cerezo, uno de los asociados más férreos de la década de 1950, en una enérgica discusión. Circa 1955 (AHAMPR).

35 El Acta de la Asamblea Anual de ese año no ha estado disponible. Se tomó la información de la misma del trabajo de Lucila del Valle de Rodríguez (1965) mencionar título del trabajo… 36 Ibíd, p. 885. UN SIGLO DE LuCHa EDuCaTIVa v 215


Programa de la Asamblea de 1942.

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del promovente fue la Sección 5 de la Carta de Derechos (Artículo II, Sección 5). El licenciado Brunet presentó como enmienda por adición la primera oración de dicha sección: “Toda persona tiene derecho a una educación que propenda al pleno desarrollo de su personalidad y al fortalecimiento del respeto de los derechos del hombre y de las libertades fundamentales”. Esta oración fue tomada y adaptada del Artículo 26 de la Declaración de los Derechos del Hombre, de la Organización de las Naciones Unidas (ONU) de 1948.37 No hay duda alguna que la disposición constitucional es reflejo de la preocupación que por décadas manifestara la AMPR de que una mayoría de niños en edad escolar carecían del servicio; la necesidad imperiosa de eliminar la doble matrícula y la matrícula alterna o “interlocking”, por ser insuficiente para educar los niños que estaban, sobre todo, en la zona rural;38 la exigencia de aumentar sustancialmente el número de escuelas rurales, y también las urbanas, para que todo niño disfrute de ese derecho a la educación. En cuanto a la prohibición expresa y determinante de utilizar propiedad o fondos públicos para el sostenimiento de escuelas que no sean las del Estado, décadas más tarde sería el muro de contención que utilizaría la AMPR para combatir y derrotar en los tribunales, en varias ocasiones, los subterfugios de los vales educativos y otros, para disfrazar el desvío de fondos para las escuelas privadas.39 Y debe ser el ¡detente! que debemos esgrimir ante los atentados de menoscabar la escuela pública; reducir la oferta pública, de incluir modelos de privatización gradualmente, de insertar modelos de privatización “glorificados”; e, incluso, revivir opciones ya desprestigiadas e ineficaces. 37 Sagardía Ruiz, La educación…, 1987. 38 Este es un asunto que viene debatiéndose hace años. Tan reciente, como este año, la doctora Ángeles Molina Iturrondo aboga porque se elimine esta modalidad. Ésta señala en su columna Interlocking que: “Puerto Rico no puede aspirar a mejorar los niveles de aprovechamiento académico, si no provee las condiciones ideales para el aprendizaje en el contexto del desarrollo integral desde el nivel preescolar. Al Departamento de Educación le corresponde buscar maneras de eliminar de una vez y por todas los kindergartens en “interlocking” para restablecerlos con una rutina diaria de horario completo, que permita atender efectivamente el desarrollo integral y el aprendizaje basado en la interacción de calidad. Si esta meta no se convierte en prioridad, pocas probabilidades habrá de obtener resultados competitivos en las pruebas de aprovechamiento académico que se administran a partir del tercer grado”. El Vocero Dominical, domingo, 6 de marzo de 2011, p. 30. 39 Refiérase al ensayo suscrito por el licenciado Rafael Nadal Arcelay sobre la gesta legal de las últimas décadas, incluido en este libro.


La oración final de la Sección 5, recapitula la doctrina de la protección y el bienestar de la niñez, defendida fervientemente por el licenciado José Trías Monge, don Virgilio y otros. Se incluyó esta vez, con rango constitucional, pero que ameritaría legislación para implantar el principio, los reclamos de servicios complementarios para la niñez que se hicieron en muchas asambleas anuales de la AMPR, tales como: comedores escolares, transportación, calzado, atención médica y dental; vacunación, medicamentos, facilidades sanitarias y deportivas; gimnasios, programas sociales y educativos para niños vagabundos o desertores y para confinados, e inclusive protección de guardias en los planteles y bibliotecas escolares y municipales. El licenciado Brunet dirigió un breve mensaje a la Asamblea Constituyente a nombre de los nueve miembros provenientes del magisterio, decía que: “Ante el gran acontecimiento que tiene lugar hoy en Puerto Rico, creemos nuestro deber expresar brevemente que conocemos íntimamente al maestro puertorriqueño encargado de realizar la dura tarea de educar a nuestra niñez, y afirmamos que nuestro maestro utilizará eficazmente el instrumento de la Constitución que hoy adoptamos, para lograr, mediante el pleno desarrollo de la personalidad de nuestros niños, una cada vez más fecunda convivencia en los ideales de democracia y de dignidad humana; una ciudadanía cada vez más iluminada y enriquecida por el goce y disfrute individual y colectivo de los derechos y prerrogativas que encarna la ciudadanía americana que con orgullo ostentamos; y una conciencia cada vez más clara de lo que significa la justicia social para todos los puertorriqueños dentro del Estado Libre Asociado de Puerto Rico”.40 En resumen, se puede afirmar que la participación del Presidente de la Asociación de Maestros en la Asamblea Constituyente fue la culminación, no sólo de su brillante carrera como abogado, sino, además, de la institución promovente por décadas de los derechos del 40 Diario de Sesiones, Tomo 4, p. 2469. UN SIGLO DE LuCHa EDuCaTIVa v 217


magisterio, del derecho a la educación de niños y adultos, de la solidez de la escuela pública y del sistema educativo público.

B. El DIP, la AMPR y la defensa del español como vehículo de enseñanza: el vernáculo como punta de lanza de la cultura41

...la participación del Presidente de la Asociación de Maestros en la Asamblea Constituyente fue la culminación, no sólo de su brillante carrera como abogado, sino, además, de la institución promovente por décadas de los derechos del magisterio, del derecho a la educación de niños y adultos, de la solidez de la escuela pública y del sistema educativo público.

El idioma de enseñanza en las escuelas públicas del país ha sido objeto de profunda preocupación y de constante controversia durante los últimos 113 años de hegemonía de los Estados Unidos. A partir de la ocupación militar de la Isla en 1898, a lo largo del siglo XX y la década del presente, se ha implantado el proceso de americanización en nuestro pueblo. Americanización lo define la doctora Aida Negrón de Montilla como “el proceso por el cual los pueblos de cultura extranjera adquieren sistemas y costumbres de vida americanos y la lealtad nacional; o la asimilación de la cultura americana por los pueblos de nacimiento o herencia extranjeros”.42 Los Comisionados de Instrucción Pública –norteamericanos y puertorriqueños de nombramiento presidencial– asumieron la ofensiva constante de este proceso por espacio de los primeros cuarenta y ocho (48) años, al ser la punta de lanza del proceso enseñanzaaprendizaje de nuestros niños. El inglés como asignatura preferente y su uso como vehículo de enseñanza fueron parte de las estrategias esenciales en el sistema educativo público en el proceso de americanización. Se ha reconocido la importancia, conveniencia y necesidad de aprender el idioma inglés, y de aprenderlo bien, aún cuando existen discrepancias en cuanto a cómo y cuándo comenzar su enseñanza. Pero su utilización para la enseñanza de otras materias ha generado serias objeciones y resistencia en amplios sectores del país, fundamentadas en diversas razones históricas, sociológicas, culturales, pedagógicas, políticas y económicas. Parte intrínseca de esta controversia radica, ade41 Refiérase al ensayo suscrito por la doctora Luz Nereida Pérez sobre este asunto. Se insertan partes del texto del documento Estudio sobre la encuesta para determinar la disponibilidad de los maestros asociados activos para enseñar inglés, preparado por Nilda García Santiago, Magda E. Sagardía Ruiz y Javier Barreto. Asociación de Maestros de Puerto Rico, 1997, material mimeografiado. 42 Aida Negrón de Montilla. La americanización en el sistema de instrucción pública en Puerto Rico, 1900-1930. 2ª ed. Río Piedras: Editorial de la Universidad de Puerto Rico, 1998.

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más, en la importación de maestros estadounidenses y en la utilización de textos en inglés, todos totalmente ajenos a la realidad puertorriqueña. Asimismo, el problema planteado consistentemente es el bilingüismo y su impacto en el vernáculo de Puerto Rico. A manera de trasfondo histórico sobre la participación de la AMPR en el problema del idioma en Puerto Rico, debe destacarse, una vez más, que la Asociación de Maestros de Puerto Rico surge de la fusión de dos entidades regionales de maestros (“un Magisterio unido vence todos los obstáculos”43): la Asociación General de Maestros, de la parte oeste de Puerto Rico; y la Asociación Insular del Magisterio, de San Juan. Presidió la primera, desde 1908, don Arturo Rubio Cuevas; y don Antonio Sarriera Egozcue, la segunda, desde 1909. El Acta de la Directiva de la Asociación Insular del Magisterio, correspondiente al 25 de abril de 1910, recogió tres temas para una Convocatoria de Certamen Pedagógico, y la prioridad fue la enseñanza del castellano en las escuelas. Se señaló que: “Está universalmente reconocido que en las

El Lcdo. Luis Miranda Correa fue, por años, asesor legal de la Asociación de Maestros. A su izquierda, el entonces presidente José Eligio Vélez. Circa 1975 (AHAMPR).

43 Carlos Brunet, citado en: Juan Carreras. “Síntesis histórica de la Asociación de Maestros de Puerto Rico”. en: Revista El Sol. Año XXV, número 1, 1981, p. 4. UN SIGLO DE LuCHa EDuCaTIVa v 219


Desde el día uno de su constitución en 1911, la recién nacida Asociación de Maestros de Puerto Rico expresó su preocupación por el idioma de enseñanza impuesto: el inglés.

Las razones que se esgrimieron para utilizar el vernáculo fue mejorar el aprovechamiento académico de los estudiantes y, además, se discutió la necesidad de utilizar libros de texto adaptados a realidad cultural de los estudiantes puertorriqueños.

evoluciones de los pueblos, la lengua es lo último que se pierde, y siendo tan bella y armoniosa la que nosotros poseemos, es naturalmente patriótico que estudiemos cada vez con más atención los mejores medios que prevalezca en el país en fraternal consorcio con el habla norteamericana”.44 (Énfasis suplido) El sector profesional afectado, directamente, ha sido el magisterio. Es natural que, desde su fundación e incorporación en 1911, la Asociación de Maestros de Puerto Rico asumiera la vanguardia en “la batalla del idioma”. Altieri (1990) señala que éste “es el nombre con que se conoce el largo camino del pueblo puertorriqueño por recobrar el español como vehículo de instrucción, como medio de llevar a cabo el proceso enseñanza-aprendizaje en las escuelas públicas del país”.45 Reconoce, al igual que los estudiosos de este tema, “el papel protagónico” de esta institución, “así como de los maestros individuales, quienes supieron llevar al máximo sus poderes y conocimientos”.46 Desde el día uno de su constitución en 1911, la recién nacida Asociación de Maestros de Puerto Rico expresó su preocupación por el idioma de enseñanza impuesto: el inglés.47 Las razones que se esgrimieron para utilizar el vernáculo fue mejorar el aprovechamiento académico de los estudiantes48 y, además, se discutió la necesidad de utilizar libros de texto adaptados a realidad cultural de los estudiantes puertorriqueños. El estudio de las Actas de las Asambleas Anuales evidencia consistencia en la promoción del vernáculo como idioma de enseñanza, del inglés como segundo idioma y del español como asignatura.49 Aparte del enfoque profesional y pedagógico, la estrategia reiterada de justificar la petición basada en razones científicas intentaba desvincular la controversia de la vorágine político-ideológica en que se sumió, en la que se denunciaba 44 Acta de la Reunión Extraordinaria del 25 de abril de 1910. 45 Altieri Avilés, Iris C. (1990) Las teorías lingüísticas y la enseñanza del español en las escuelas públicas de Puerto Rico: una perspectiva histórico-descriptiva. Disertación sometida como requisito parcial para el grado de Doctor en Educación. pp 104-105. 46 Altieri, 1990, p.102. 47 En el segundo año de existencia de la AMPR, bajo la presidencia de don Manuel del Toro Peralta, se comenzó a demandar la enseñanza de ciertas materias en el español y para ciertos grados. 48 Bajo la presidencia de don Francisco Vincenty en 1917. 49 Tómese como ejemplos las actas correspondientes a los años 1912 a 1917, 1919 a 1921, 1931 a 1948.

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como separatistas a los defensores del español y asimilistas a los del inglés, situación que lamentablemente ha prevalecido por más de un siglo.50 Otra observación válida es que, a medida que avanzaban los años sin resolverse el problema, mayor era la frustración y, en consecuencia, también la radicalización del mensaje. Ya para los últimos años previos al 1949, la exigencia era el uso del español en todos los niveles, y no meramente en la escuela elemental, como se había requerido en el principio. Aparte de la larga y honrosa jornada de la AMPR para restaurar el español como vehículo de enseñanza, por sobradas razones científicas y académicas, planteándolo consistente y reiteradamente a quien impartía e imponía la política educativa y el currículo, una vez más unió la acción donde empeñó la palabra. Las cámaras legislativas habían aprobado el Proyecto del Senado (P del S 51), el cual disponía la enseñanza en español. En dos ocasiones lo había vetado el Gobernador y se elevó al Presidente de EEUU. Surgieron dudas si había pasado el término estipulado por ley para la validez del veto o si había entrado en vigor la misma. Sin dudarlo, sin escatimar en recursos, esfuerzos y energías, se autorizó al Vicepresidente y asesor legal, licenciado Virgilio Brunet, a llevar a cabo las gestiones legales y a agotar todas las alternativas al alcance para promover el caso en los tribunales. Se presentaron tres casos. Los dos primeros fueron presentados a nombre de la AMPR: el primero fue el Caso Civil Núm. 1696; mientras el segundo fue AMPR v. Manuel A. Pérez. El tercer caso fue presentado por el autor del PS 51, licenciado Rafael Arjona Siaca, en el caso Parrilla v. Martin. La AMPR acudió, inclusive, al Tribunal de Apelaciones de Boston. Eventualmente, el Tribunal determinó que la controversia era académica, toda vez que había entrado en vigor la Carta Circular Núm. 10 de 12 de agosto de 1949.51 Reiteramos que con la Carta Circular Núm. 10 de 12

¡Necesitamos aumento de sueldo ahora! El vicepresidente Eugenio del Valle, al centro, en una marcha exigiendo mejores condiciones de salario para el magisterio. Reconocido por su ecuanimidad y capacidad aglutinadora, don Geño ocupó la vicepresidencia entre 1974 y 2000 (AHAMPR).

50 Véase a Torres González (2002) para un análisis exhaustivo sobre el bilingüismo y otros asuntos íntimamente relacionados. 51 Véase Sagardía Ruiz (2010), Torres González (2002), Delgado Cintrón (1994,), Altieri (1990), Revista El Sol, Año XXIX, Núm. 1 de 1985, entre otros. UN SIGLO DE LuCHa EDuCaTIVa v 221


El Vocero Informativo fue un medio de información creado en 1972 para destacar las actividades institucionales, profesionales y culturales de la Asociación para los maestros, como rezaba este primer número, “que son la esencia y razón de nuestra institución”.

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de agosto de 1949, el Secretario Mariano Villaronga rescató el español como vehículo de enseñanza, sin menoscabo de la enseñanza del inglés como segundo idioma. Tal y cual había planteado la AMPR por años. Durante los siguientes 42 años se estuvo impartiendo la educación en español en nuestras escuelas por el mandato que hizo don Mariano Villaronga, gestión respetada por los siguientes 17 sucesores en la dirección del Departamento, hasta diciembre de 1996.52 Desde nuestro inicio en la cátedra universitaria, y al estudiar estos aspectos, nos cuestionamos la razón por la cual no se le había brindado la protección relativa del rango de Ley a una orden administrativa que, en su momento, 1949, fue un adelanto, imponiendo una tregua a la guerra de más de medio siglo por la permanencia del idioma vernáculo. Entre 1949 y la década de 1970, las acciones administrativas que se tomaron respecto al idioma por el sistema de enseñanza no fueron más allá de enmiendas a la Ley. En 1974, 25 años después de la Carta Circular Núm. 10, se conformó una Comisión de Reforma Educativa en la Asamblea Legislativa, la cual comenzó trabajos hacia una reforma del sistema educativo público, los cuales nunca concluyeron. No fue hasta 1985, con la constitución de la Comisión Conjunta para la Reforma Educativa Integral, la cual luego de casi cinco años de labor ininterrumpida, presentó un sustancioso Informe Final, el cual, entre otras cosas, recomendaba una disposición específica respecto al español como idioma oficial de enseñanza en Puerto Rico. La Asamblea Legislativa y el entonces Gobernador, honorable Rafael Hernández Colón, aprobaron la Ley Núm. 68 de 28 de agosto de 1990, mejor conocida como Ley Orgánica del Departamento de Educación del Estado Libre Asociado de Puerto Rico. 52 Secretarios de Instrucción Pública, en propiedad o interinos, desde 1957 hasta 1993: los honorables Efraín Sánchez Hidalgo, Cándido Oliveras, Ángel G. Quintero Alfaro, Ramón Mellado Parsons, Tania Viera, (I.), Celeste Benítez (en dos ocasiones: 1973 y 1991), Ramón A. Cruz, Hernán Sulsona, Carlos Chardón, María Socorro Lacot, Awilda Aponte Roque, Rafael Cartagena (I.), José Isidoro Correa (I.), José Lema Moyá, Anabel Padilla de Casey (I.), José Arsenio Torres y Víctor Fajardo.


Esta ley, en su artículo 1.02, Declaración de política pública, establecía que: “Se dispone que la educación se impartirá en idioma vernáculo, el español. Se enseñará el inglés como segundo idioma.” (Énfasis suplido) La Comisión Conjunta estaba integrada por senadores y representantes, cuya presidencia se alternaba cada año por los presidentes camerales. Contaba con una Directora Ejecutiva, una Unidad Administrativa de asesores y técnicos y, además, con un Secretariado. El presidente de la Asociación de Maestros, señor José Eligio Vélez, fue parte de este Secretariado, participando activamente en representación de los maestros de Puerto Rico. La profesora Nilda García Santiago, una conocida asociada, dirigió la Comisión para la segunda etapa, desde 1989, cuando se produjo la aprobación de la Ley en un año. La autora fue parte de la Unidad Administrativa como Investigadora y Asesora. Esta ley contó con el endoso unánime de los legisladores de ambas cámaras. Asimismo, y durante la discusión de la sesión legislativa, el 6 de julio de 1990, legisladores de todos los partidos representados expresaron acuerdo en la importancia de la enseñanza en el vernáculo y en el inglés como segundo idioma y en que este asunto era de “carácter” o “naturaleza pedagógica”. El Representante David Noriega, portavoz del Partido Independentista Puertorriqueño (PIP), señaló lo siguiente al referirse al trasfondo de esa parte del artículo 1.02:53 El texto como aparece en el Proyecto que estamos considerando fue discutido en la Comisión de Reforma Educativa. Se discutieron varias versiones y por consenso esta versión quedó como final y firme. Añadirle: “desde el nivel preescolar”, como pretende la delegación del Partido Nuevo Progresista, sería inyectar una controversia eminentemente pedagógica donde los pedagogos todavía no se han puesto de acuerdo sobre si es o no conveniente comenzar la enseñanza de un segundo idioma 53 Las siguientes expresiones se tomaron del Informe Final de la Comisión Conjunta para la Reforma Educativa Integral (1990). UN SIGLO DE LuCHa EDuCaTIVa v 223


“Pero nadie se debe llamar a engaño. La intención de este Proyecto, y la intención de la redacción como quedó, es que quede el español como baluarte, como medida de defensa de un pueblo, de su nacionalidad, para que las generaciones futuras aprendan en su idioma vernáculo, para que sirva como escudo y como refugio a su nacionalidad, y esa es inequívocamente la intención de este Proyecto de Ley”.

desde la temprana edad, desde el nivel preescolar. Yo creo que la intención de este Proyecto, desde sus inicios y en la discusión que hubo en la Comisión de Reforma, es que aquí no se está consagrando el bilingüismo. Aquí lo que se está consagrando es que el español es el idioma en que se va a conducir oficialmente la enseñanza, y se coloca el idioma inglés donde tiene que colocarse. Como un idioma extranjero que se va a enseñar como un segundo idioma”. Pretender equiparar y hacer tratar de figurar en el récord legislativo que la intención es consagrar el bilingüismo sería distorsionar la intención de la Comisión de Reforma y distorsionar la realidad puertorriqueña. Como nos decía don Samuel Gili Gaya, éste no es un pueblo bilingüe. Este es un pueblo que tiene gran aprecio por su idioma, que se siente orgulloso de hablarlo, de dominarlo, de aprenderlo, y que por unas relaciones históricas accidentales tiene que aprender el inglés, que es un idioma universal ya, y otros idiomas que también deben aprenderse. No solamente como segundo idioma el inglés, sino también debe enseñarse como segundo idioma el francés, y el italiano, y el portugués, y otros idiomas que debemos todos los puertorriqueños aspirar a dominar”. “Pero nadie se debe llamar a engaño. La intención de este Proyecto, y la intención de la redacción como quedó, es que quede el español como baluarte, como medida de defensa de un pueblo, de su nacionalidad, para que las generaciones futuras aprendan en su idioma vernáculo, para que sirva como escudo y como refugio a su nacionalidad, y esa es inequívocamente la intención de este Proyecto de Ley”. (Énfasis suplido) El honorable José R. Jarabo, entonces Presidente de la Cámara de Representantes y de la Comisión Conjunta, también, se expresó en cuanto al idioma de enseñanza, según recogido en el artículo 1.02 de la Ley 68: “La Comisión de Reforma Educativa acordó, estando presente el compañero Moreno, que se debería eliminar la oración que señalaba la enseñanza de ambas lenguas, el español, vernáculo,

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y el inglés como segundo idioma, desde el nivel preescolar”. “Yo quisiera dejar meridianamente claro aquí que este no es el debate del bilingüismo, ni siquiera el debate del vernáculo nacional, aunque obviamente son el trasfondo de las posiciones asumidas. La oración eliminada fue sugerida por este legislador como Presidente de la Comisión. De manera que debo entender claramente ambos lados de la moneda. Ambos lados del argumento”. “El punto traído, que sirvió de fundamento a la Comisión para eliminar la oración que señalaba específicamente que desde el nivel preescolar, pensando en el Kindergarten -aunque el nivel preescolar incluye otros niveles previos- fue que existe una genuinacontroversia pedagógica, educativa, sobre este asunto. Sobre cuál es el momento más propicio, más adecuado, para comenzar la enseñanza de un segundo idioma; el que sea, en este caso el inglés. Pero la controversia pedagógica es sobre cuál es el momento en que se debe iniciar esa enseñanza. Y se señaló, como objeción al texto, que aquí se estaba resolviendo, en el ámbito legislativo, la controversia educativa como si fuese una cosa en blanco y negro, clarísima. Y que no era propio que fuese en el ámbito de los legisladores que se tomase esa decisión, y sí por el contrario que fuese en el ámbito del sistema educativo, por los que dirigiesen el Sistema Educativo; que se hiciera por razones pedagógicas y no por razones políticas, sino por razones pedagógicas, en qué momento se iba a iniciar. Incluso el momento preescolar. O el momento de primer grado, que es como se hace ahora, y entiendo que se continuará haciendo”. (Énfasis suplido)

Conchita Nogueras y Pura Bocanegra de Angulo salen del Tribunal de San Juan, luego que se impugnaran los resultados de la elección de la Junta Local de San Juan. Las urnas llegaron hasta el tribunal. (1960, AHAMPR).

El entonces Representante por el Partido Popular Democrático y proveniente del magisterio asociado, Andrés Rolón Marrero, manifestó lo que estamos planteando: “Hay que destacar el hecho de que por primera vez se establece por ley que el idioma, o el vehículo de enseñanza, será el español. Hasta ahora sabeUN SIGLO DE LuCHa EDuCaTIVa v 225


mos que era mediante un decreto administrativo del Secretario. Por cierto, de Mariano Villaronga. Y que por uso y costumbre se siguió respetando ese decreto; pero por ley es la primera vez que se establece. Y debe ser orgullo para todos los puertorriqueños saber que en este Proyecto de Reforma Educativa se le da el sitial al vernáculo, al español, a nuestra lengua vernáculo, que debe ocupar”. (Énfasis suplido) La entonces senadora Victoria Muñoz Mendoza lo calificó como “una ganancia grande e importante”. Mientras que el entonces Portavoz de la Minoría del Partido Nuevo Progresista (PNP), honorable Roberto Rexach Benítez, al señalar aspectos positivos de la Ley, destacó que: “superior, también, en otro sentido, y es que, gracias a Dios, y esto lo digo yo con todo, con toda sinceridad, por primera vez veo un proyecto relacionado con la educación donde los autores, los padres, aunque son todos políticos, se privan del placer de utilizar el idioma como campo de batalla para librar la pelea del status, y se deja el problema de la enseñanza de los idiomas en el campo donde corresponde, que es en el campo pedagógico”. “Creo que esa es una gran ganancia, porque por lo menos ha habido la disciplina de parte de los miembros de esta Comisión, de dejar al menos ese tema fuera del ámbito del debate, que no es pedagógico en este caso, ni nunca lo ha sido en Puerto Rico, sino que ha sido más bien un debate de tipo político”. (Énfasis suplido) La honorable Celeste Benítez, entonces Secretaria de Educación (1992), al aludir a este período destacó que: “Esta ley, de fundamental importancia para la educación del país, fue aprobada con el voto afirmativo de todos y cada uno de los legisladores presentes, tanto en la Cámara de Representantes como en el Senado de Puerto Rico. El endoso unánime –no hubo ni un solo voto abstenido, ni un solo voto en contra –que los legisladores que representan los tres partidos políticos de Puerto Rico le impartieron a nuestra Ley de Reforma 226 v UN SIGLO DE LuCHa EDuCaTIVa


Educativa, es un rarísimo ejemplo de consenso universal en el ambiente altamente politizado y polarizado que caracteriza a nuestra Asamblea Legislativa.” En contraste con esa unanimidad de criterio, la Ley del Idioma, aprobada por el gobernador Hernández Colón el 5 de abril de 1991, fue objeto de agria controversia. Esa pieza legislativa convierte el español en la única lengua oficial de nuestro país, derogando una ley de 1902 que declaraba tanto el inglés como el español serían los idiomas de Puerto Rico”. (Énfasis suplido) Benítez afirmó que la Ley del Idioma de 1991 “no difiere en lo absoluto de la Ley de Reforma Educativa en lo que al uso del español se refiere” ni en la importancia del pleno dominio del inglés como segundo idioma, y se preguntó: “¿Cómo es posible que los mismos legisladores del Partido Nuevo Progresista que votaron unánimemente a favor de la Ley de Reforma Educativa votaran en contra de la Ley del Idioma si ambas sostienen a la misma política pública sobre el idioma?”. (Énfasis suplido) En abril de 1991 se aprobó la Ley del idioma oficial,54 que estableció la oficialidad del idioma español, asegurando la enseñanza del inglés como segundo idioma en las escuelas o instituciones educativas. La oposición del Caricatura de María Arroyo sector estadista fue rotunda y recalcitrante. Tan pronto (Periódico El Sol, AHAMPR). recapturó el poder en 1993, lo primero que hizo el Partido Nuevo Progresista fue aprobar por “fast track” la Ley Núm. 1 de 4 de enero de 1993. Esta ley revocó y derogó de inmediato la Ley Núm. 4 de 1991, declarando el español y el inglés como idiomas oficiales, para utilizarse “indistintamente”. En cuanto al idioma de enseñanza en las escuelas públicas, en la Exposición de Motivos de la Ley Núm. 1, la Legislatura de Puerto Rico expresó categóricamente que su intención legislativa: “…no pretende establecer, por fiat legislativo, una condición de bilingüismo extraña a la realidad cotidiana del pueblo puertorriqueño”; y que: “Ninguna disposición de esta medida da ampa54 Véase a Delgado Cintrón (1994) para información completa sobre estas leyes. Hay copiosa literatura, investigaciones enjundiosas publicadas y tesis inéditas, como lo es la de Altieri (1990). Véase, además, la investigación amplia y profunda de Torres González (2002). UN SIGLO DE LuCHa EDuCaTIVa v 227


ro o valida la infundamentada especulación de que, al aprobarla, la Asamblea Legislativa estaría abriendo puertas a que pueda utilizarse un lenguaje que no sea el español como vehículo de enseñanza en las escuelas públicas de Puerto Rico. Este proyecto de ley no deroga, ni cambia, ni enmienda el Artículo 1.02 de la Ley Orgánica del Departamento de Educación” - Ley 68 de 28 de agosto de 1990- que, en lo pertinente, establece “que la educación se impartirá en el idioma vernáculo, el español. Se enseñará el inglés como segundo idioma. Reiteramos aquí la política a esos efectos”. (Énfasis suplido) Estas expresiones crearon una oleada de confusión con el artículo 2.01 de la Ley Núm. 68 de 28 de agosto de 1990, que había sido producto del criterio legislativo por unanimidad, incluyendo la delegación del PNP. Aún nos preguntamos por qué se limitó a hacer tal pretendida aclaración en la Exposición de Motivos, y no se incluyó, como corresponde por la importancia vital en la controversia, en la parte dispositiva y mandatoria de la Ley. Tenemos presente en nuestro recuerdo la denuncia concluyente y la oposición categórica del Presidente de la AMPR, José Eligio Vélez, en las vistas públicas intempestivas que se llevaron a cabo, recomendando con firmeza que, en todo caso, se enmendara, por lo menos, el proyecto para incluir tal expresión en el cuerpo de la pieza legislativa. Dejarlo como mera expresión de intervención, era “dejar la puerta abierta’’ para la derogación del Art. 1.02 de la Ley 68 de 1990. La historia le dio la razón a José Eligio Vélez Torres. El 10 de abril de 1997, el entonces secretario de Educación, Víctor Fajardo, sometió a los líderes magisteriales el Proyecto para Formar un Ciudadano Bilingüe.55 Se presentó una alternativa para la enseñanza del inglés en las escuelas públicas y, a la misma vez, poder desarrollar una política lingüística a través de las áreas académicas para así formar un ciudadano bilingüe. Se incluyeron siete estrategias para viabilizar la nueva política pública 55 Publicación del DE de abril de 1999. Proyecto para Formar un Ciudadano Bilingüe. 77 Págs. 228 v UN SIGLO DE LuCHa EDuCaTIVa


del DE en cuanto a la enseñanza de idiomas. El énfasis en la enseñanza del inglés desde K a 3, especialmente la lectura y la escritura en español y en inglés en todas las materias. La realidad subyacente, “la premisa inarticulada” que constituía la verdadera razón para tal pronunciamiento oficialista del DE, era que en el Congreso se estaba considerando el Proyecto Jones, que promovía la estadidad para Puerto Rico; y que había fuerte cabildeo del grupo de extrema derecha, conocido como English Only, para exigir se oficializara en Puerto Rico el inglés como idioma del gobierno y de la enseñanza. Este era el requisito o condición para la concesión de la estadidad; y era el verdadero apremio del partido estadista en el poder. La experiencia nos ha enseñado que, en gran parte, la insistencia del sector estadista en imponer el inglés es una estrategia para convencer que el bilingüismo es mayoritario en el pueblo de Puerto Rico, una especie de pantalla, para tranquilizar a los sectores más recalcitrantes de Estados Unidos y adelantar en los foros federales su causa anexionista. La AMPR una vez más, como se hiciera a principios de la década de 1930, acudió a expertos en la disciplina para el análisis científico del Proyecto. Los profesores universitarios expertos en el área, doctores María Antonia Irizarry y John Vázquez, conjuntamente con la estudiante doctoral y maestra de inglés del sistema educativo público, profesora Elena González, sometieron los resultados de sus análisis a la Junta de Directores en reunión extraordinaria de 26 de junio de 1997. El análisis fue contenido en el documento Evaluación del Proyecto para Formar un Ciudadano Bilingüe. Se analizaron aspectos históricos, académicos, conceptuales, estratégicos y de política pública. Los expertos analizaron las siete estrategias del DE y señalaron siete hallazgos que se especifican a continuación: 1. No se presenta una defensa pedagógica contundente que justifique utilizar la estrategia de iniciar la lectura en inglés a partir del primer grado. 2. El proyectado uso del horario flexible para acomodar la enseñanza de ciencia y matemáticas en

Luego de la muerte de Adolfina Villanueva, la Asociación de Maestros le regaló una casa a su viudo y sus hijos. José Eligio Vélez le hace entrega de las llaves de la nueva casa en Loíza a su viudo.

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inglés se debe rechazar. No se puede respaldar el uso del inglés como medio de instrucción por las posibles consecuencias negativas de fomentar el bilingüismo que resta. (Bilingüismo que le resta al individuo es característico de grupos minoritarios adquiriendo el idioma de un grupo mayoritario. El aprendizaje de un segundo idioma en este tipo de escenario social muchas veces resulta en pérdida de destrezas en el primer idioma y pérdida de la identidad cultural cuando la persona se va identificando más y más con el grupo mayoritario). El horario flexible dentro de las clases de inglés y español, sí se recomienda. 3. El uso de libros en inglés para las clases de ciencia y matemáticas se rechaza porque el proyecto no presenta ni un sólo estudio que científicamente sustente esta posición. Sí se ha podido comprobar, a través del análisis del proyecto, algunas de las dificultades existentes en la implantación de cualquier medida de inmersión en otro idioma. 4. Se explica muy superficialmente cómo es que se piensa implantar el programa de inmersión. Da la impresión de improvisación. Aunque parece ser una buena idea, presenta interrogantes. 5. El Departamento de Educación tiene toda la razón en planificar para lograr la certificación de los maestros en inglés no certificados. Esto asegura un ambiente de mayor competencia dentro del salón de clases. 6. El intercambio de maestros propuesto conduce a crear un ambiente pedagógico que en nada aportará a mejorar el aprendizaje del inglés en la Isla. 7. Se le da la bienvenida al nombramiento de supervisores de inglés en todos los distritos escolares y se espera que éstos sean nombramientos de maestros puertorriqueños. Concluyeron que era importante notar la poca atención que el proyecto le da al desarrollo del español, un componente esencial del bilingüismo en Puerto Rico. Hay que insistir que para mejorar la enseñanza del inglés y el español no es necesario cambiar la política pública lingüística. Se pueden enriquecer ambos idiomas fortaleciendo sus programas. El uso del inglés como me230 v UN SIGLO DE LuCHa EDuCaTIVa


dio de enseñanza es inaceptable, lo fue en el pasado y lo seguirá siendo en el futuro. La Junta de Directores acogió la Evaluación y las conclusiones, oponiéndose rotundamente al Proyecto del DE. Una vez más en la historia de la educación y del asunto del idioma, la oficialidad prosiguió adelante con su agenda del inglés, imprimiéndole nuevamente la rapidez (“fast track”) para aprobar normas. Tres años más tarde, el 30 de junio de 1999, se aprobó la nueva Ley Orgánica del Departamento de Educación Pública de Puerto Rico de 1999.56 En la Declaración de Propósitos de la Ley se señala que la escuela debe cumplir con sus alumnos, ayudándolos a “adquirir dominio de la comunicación oral y escrita en español e inglés”.57 Más directo aún, el artículo 5.06 dispone que el idioma de enseñanza “se impartirá en español y/o inglés en las escuelas del Sistema”. La Ley 149 derogó las leyes Núm. 68 de 1990 y Núm. 18 de 16 de junio de 1993.58 En resumen, se puede afirmar que la política lingüística establecida es que “Se puede enseñar en inglés y en español”. El asunto del idioma, de ambos idiomas, del bilingüismo, no ha concluido.59 Por el contrario, es predecible y vuelve a la palestra pública una nueva y reforzada ofensiva. Tan reciente como el 19 de febrero de 2011, se le adscribe al gobernador Luis Fortuño anunciar que “Los estudiantes de nivel superior serán sometidos a una prueba para medir su aprovechamiento académico; se buscará que sean “totalmente bilingües”, y los maestros y directores de escuela también serán objeto de evaluaciones”.60 (Énfasis suplido) Por su parte, y una semana más tarde, el Comisionado Residente de Washington, Pedro Pierluisi, le hace eco, anunciando la presentación de “un proyecto en la Cámara de Representantes Federal para crear un programa de intercambio de educadores a nivel nacional”. Éste enfatizó en “la importancia de tener maestros bien preparados 56 Ley Núm. 149 de 30 de junio de 1999 (3 LPRA Secciones 1430 y siguientes) 57 Ibíd. Art. 1.02, inciso c3. 58 Ley Orgánica del Departamento de Educación…; Ley de las Escuelas de la Comunidad, respectivamente. 59 Opinión generalizada de los estudiosos. 60 Bauzá, Nydia (2011) “Cambios al status en el sistema educativo”. El Nuevo Día, 19 de febrero de 2011, pág. 21. UN SIGLO DE LuCHa EDuCaTIVa v 231


para lograr que los estudiantes puertorriqueños y estadounidenses sean completamente bilingües”. El plan incluye el intercambio de maestros puertorriqueños para que experimenten “una inmersión total” y de maestros estadounidenses para que “aprendan español”.61 Como nota final, destacamos el interés y el compromiso, también, centenarios de la AMPR respecto al asunto de los idiomas que se evidencian en los numerosos artículos publicados en nuestra revista El Sol, en periódicos, boletines, informes, mensajes, estudios, seminarios, comparecencias en diferentes foros, programas Arriba, la Asociación de Maestros, radiales, asambleas anuales y extraordinarias, y otras el 4 de mayo de 1959, se tiró a la calle actividades educativas y profesionales.62 Inclusive uno en una histórica marcha que fue desde de los presidentes más protagónicos, don Luis Muñiz el Capitolio hasta la Fortaleza demandando mejores condiciones de trabajo Souffront, es autor de un libro publicado en 1950 que y sueldo. El Cojo Brunet recorre la recoge la lucha de vanguardia de la institución: El promarcha con sus muletas. Abajo, varias blema del Idioma en Puerto Rico. maestras se manifiestan, en 2008, en defensa del Sistema de Retiro para Maestros (AHAMPR).

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61 López Alicea, Keyla (2011) “Proponen inmersión lingüística”. El Nuevo Día. 25 de febrero de 2011. p. 14. 62 Tómese como ejemplos, el Vol. XXI, Núm. 2, de abril de 1978, dedicado al Bilingüismo; y el Vol. XXIX, Núm. 1, de enero de 1985, dedicado a la Batalla del Idioma: Puerto Rico Siglo XX y el Pleito del Idioma de 1946.


C. La AMPR, el DIP y la UPR: el afán por el profesionalismo del magisterio y otras transacciones de personal como beneficios laborales Reiteramos que el 12 de marzo de 1903 se aprobó el paquete de leyes relacionadas con el sistema educativo público en todos sus niveles: La Primera Ley Escolar Compilada disponía lo referente al nivel primario y secundario (que se desarrollaría más adelante); la Ley sobre Educación en la Escuela Normal de Río Piedras de determinados jóvenes puertorriqueños; y la Ley de la Universidad de Puerto Rico. 63 En la parte pertinente para este ensayo, debe destacarse que la Ley Escolar Compilada de 1903 ya disponía de secciones directamente relacionadas con los maestros: requisitos,64 elección,65 deberes,66 sueldos,67 suspensión y destitución,68 y pensiones.69 Esta compilación era la fusión, debidamente revisada, enmendada y codificada de los decretos y leyes generales y reglamentos del DIP existentes. Se centralizó toda actividad, iniciativa, decisión, resolución y disposición relativa al sistema de escuelas públicas en la figura del Comisionado de Instrucción Pública. En cuanto a la Escuela Normal Insular de Río Piedras, se inició oficialmente en 1903, pero tiene su breve trasfondo histórico en el decreto militar de 27 de septiembre de 1899, que disponía el establecimiento de una Escuela Normal Industrial.70 Esta se abrió, originalmente, en 1900 en el pueblo de Fajardo, adscrita al DIP, pero fue necesario trasladarla a Río Piedras en 1901, localizándola temporeramente en la residencia veraniega del Gobernador en el Parque de Convalecencia. En 1902 se inauguró el edificio en los predios del Recinto de Río 63 64 65 66 67 68 69 70

Leyes de Puerto Rico (LPRA, año 1903). Secciones 35 a 41, que equivalen a la Ley de Certificación de Maestros Secciones 54 a 65 Secciones 50 a 53 Secciones 43 a 49 Sección 42 Sección 78 García Santiago, Nilda (2001). “Datos históricos de la Facultad de Educación Eugenio María de Hostos: 1899-2000”. Crónicas Universitarias. Año 6. Vol. 2, febrero de 2001, dedicado al centenario de la Facultad de Educación Eugenio María de Hostos, al 90mo. aniversario de la Estación Experimental Agrícola; también, véase de González Gómez, Luz S., “Colegio Mayor Fundador del Recinto de Río Piedras de la Universidad de Puerto Rico”, en la misma revista universitaria. UN SIGLO DE LuCHa EDuCaTIVa v 233


En plena época de industrialización y desarrollismo en Puerto Rico, la década de 1950 fue un momento en que se experimentó la expansión de oportunidades de estudios para los adultos (CMESR).

Piedras, denominándose, por mandato de la Ley de 1903, Escuela Normal Insular. Esta primera ley universitaria de 1903 creó “una institución de enseñanza superior, denominada Universidad de Puerto Rico”. Dispuso su composición por diversos departamentos que “se organizarán por el valor de su importancia”, iniciándose con “un Departamento Normal que se denominará Escuela Normal Insular, para la instrucción de profesores de las materias cursadas en las escuelas públicas de Puerto Rico”.71 Otra disposición pertinente era la que establecía una Junta de Síndicos que designaba al Gobernador “como miembro y presidente honorario” y al Comisionado de Instrucción “como miembro y presidente”, al “Speaker” de la Cámara de Delegados, entre otros.72 Para completar el círculo de total control y centralización del sistema público, partiendo desde el kindergarten hasta el nivel universitario, la Ley también ordenó que “el Presidente de la Junta de Síndicos será Canciller de la Universidad, y como tal ejercerá las funciones que por lo general corresponden a dicho cargo”.73 En resumen, que el escenario legal de la educación pública lo dominaba la figura plenipotenciaria74 y absolutista del Comisionado de Instrucción. No debemos olvidar que también tenía facultades legislativas por ser miembro del Consejo Ejecutivo. Es inevitable inferir que el propio Comisionado preparó, presentó y aprobó estas leyes que le autorizaban para prescribir el currículo de las escuelas, nombrar el personal y graduar los estudiantes, entre otras funciones. Estudiantes escogidos por él ingresaban a la Escuela Normal, como parte de la UPR. Allí, al fungir como Presidente de la Junta de Síndicos y como Canciller, el Comisionado, también, cualificaba, seleccionaba y nombraba al personal docente, y aprobaba a su voluntad y criterio, los programas y cursos académicos universitarios. Podemos visualizar mejor la dimensión problemática si reconocemos que la premisa inarticulada es que 71 72 73 74

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Sección 8 Sección 3 Sección 7 Se entiende por una figura plenipotenciaria una persona que tiene facultad y poderes plenos para desempeñar su cargo con plena potestad y así hacerlo con todo lo que tiene a su cargo.


la necesidad imperiosa de maestros del país preparados para afrontar las necesidades urgentes del sistema educativo era parte del esquema de imposición del sistema de instrucción pública estadounidense; que incluía la enseñanza del inglés y en inglés como parte del proceso denominado “americanización”.75 Con este marco de referencia, a grandes rasgos descrito, es que nace la AMPR en 1911. Ante el poder centralizado y absoluto del Comisionado, era lógico que fuera a él a quien se le sometieran las peticiones, solicitudes y reclamos respecto al DIP y la UPR; e, inclusive, presentarle los proyectos de ley que, también, se les facilitaron a los legisladores, por lo menos, hasta 1917, toda vez que la Ley Jones eliminó su función legislativa. Resulta interesante cómo, desde la primera asamblea en 1911, surgió una expresión respecto al DIP, reconociendo “la necesidad y la utilidad de mantener las mejores relaciones amistosas, tanto para el DIP como con la Legislatura de Puerto Rico”. A tales efectos, la Asamblea Anual de la AMPR acordó que se le enviara un telegrama de saludo al Comisionado Dexter.76 De otra parte, obsérvese que ha sido uso y costumbre, más bien protocolo, que se le curse invitación al Gobernador, al Comisionado o Secretario, al alcalde del municipio donde sesiona la Asamblea Anual y al Presidente de dicha Junta Local. Valga apuntar que esto dependía de las relaciones imperantes entre el liderato de la AMPR y el Comisionado. Aparte de las relaciones públicas, ellos o sus representantes, dirigían un saludo protocolar; se aprovechaba la oportunidad, en ocasiones, para dirigir mensajes sugestivos, discutir asuntos de política pública, anuncios importantes y urgentes, breves informes del estado de situación y expectativas hacia el personal escolar. El Acta de la Asamblea Anual de 1914 recoge expresiones del gobernador interino Martín Travieso exhortando a una política de acercamiento con el DIP, “por el bienestar y el progreso de la instrucción y del maestro del país”.77 75 “Americanización” lo define Negrón de Montilla, Aida (1998) La americanización de Puerto Rico y el sistema de instrucción pública 1900 – 1930. Editorial de la Universidad de Puerto Rico. Segunda Edición: “proceso por el cual los pueblos de cultura extranjera adquieren los sistemas y costumbres de vida americanos y la lealtad nacional; o la asimilación de la cultura americana por los pueblos de nacimiento o herencia extranjeros” (p. 7). 76 Acta 1911: 77-78 77 Ibíd, p. 105-

Felisa Rincón de Gautier con un grupo de asociadas. A su izquierda, Palmira Cabrera de Ibarra, presidenta de la Comisión de Problemas Educativos y posterior Senadora. A la extrema derecha, Conchita Nogueras (AHAMPR).

Podemos visualizar mejor la dimensión problemática si reconocemos que la premisa inarticulada es que la necesidad imperiosa de maestros del país preparados para afrontar las necesidades urgentes del sistema educativo era parte del esquema de imposición del sistema de instrucción pública estadounidense; que incluía la enseñanza del inglés y en inglés como parte del proceso denominado “americanización”.

UN SIGLO DE LuCHa EDuCaTIVa v 235


Tríada magisterial. Por años Geño del Valle, José Eligio Vélez y Awilda Aponte Roque fueron los líderes de la Asociación de Maestros. En la década de 1980 cuando eran Vicepresidente, Presidente y Directora Ejecutiva, respectivamente.

El presidente Manuel Toro Peralta, leyó un comunicado del Juez Presidente del Tribunal Supremo, honorable Emilio del Toro Cuevas, como saludo y con la recomendación de serenidad y reflexión. El licenciado Fulgencio Piñero, delegado a la asamblea, por Juncos, y también delegado de la Cámara de Delegados,78 expuso sugerencias de cooperación con las cámaras legislativas, aludiendo a proyectos que la asamblea estaba considerando y que podrían someterse a la Legislatura, sobre la enseñanza bilingüe, pensiones, libros de texto y sueldos. Similar sugerencia ofreció otro delegado, el licenciado Benigno Fernández, añadiendo que se designara una comisión que trasmitiera directamente el verdadero sentir de los maestros.79 Medió, además, una Resolución de la Junta Local de Yauco sobre la conveniencia de desarrollar “una política de franca amistad y adhesión al DIP en todos los asuntos que atañan 78 Eventualmente fue electo a la Presidencia de la AMPR en 1931 hasta 1939, siendo su octavo presidente. 79 Acta 1914, p. 109.

236 v UN SIGLO DE LuCHa EDuCaTIVa


a la instrucción y al magisterio”80, la cual, finalmente, se acordó enviarle un telegrama de saludo, simpatía y solidaridad.81 Del Valle Rodríguez (1965) sostuvo que las relaciones entre la AMPR y el DIP dependieron de la actitud manifestada por el del DIP. En ese sentido: “Los que vinieron a ejercer facultades omnímodas o a implantar medidas contrarias al buen juicio pedagógico, encontrarían a la AMPR adversaria. A los que admitieron el rol importante de la AMPR en el sistema de instrucción pública sin ser parte del mismo, y que le adjudicaron el justo valor a las demandas de la AMPR, encontraron a un grupo creador dispuesto a cooperar hombro con hombro con ellos”.82 La autora destaca tres grandes características de estas relaciones: aspecto cooperativo, aspecto defensivo de los derechos y del bienestar del magisterio y aspecto protestativo. Entre los aspectos cooperativos están: 1. En cuanto a las reglas y reglamentos que el DIP le sometía para revisión y/o sugerencias, o que la AMPR le facilitaba proyectos, sobre asuntos tales como certificación, selección, traslados, permutas, asignación de escuelas en la zona rural y diplomas vitalicios. 2. Relacionado con el sistema educativo, fueron consistentes y reiterados planteamientos tales como: aumento de escuelas rurales y urbanas; eliminación de doble matrícula, matrícula alterna (“interlocking”) y organización multigrado; plan de enseñanza 8-4 y 6-3-3-; funcionamiento de escuelas nocturnas; estudios conjuntos o de iniciativa de la AMPR; programas, tales como el de exámenes libres. 3. Respecto a los maestros, a partir de 1911, los mayores reclamos eran sobre los sueldos bajos, solicitando aumentos; formulación de escalas de sueldo basadas en criterios objetivos como lo son preparación académica y años de experiencia;

“Los que vinieron a ejercer facultades omnímodas o a implantar medidas contrarias al buen juicio pedagógico, encontrarían a la AMPR adversaria. A los que admitieron el rol importante de la AMPR en el sistema de instrucción pública sin ser parte del mismo, y que le adjudicaron el justo valor a las demandas de la AMPR, encontraron a un grupo creador dispuesto a cooperar hombro con hombro con ellos”.

80 Ibíd, p. 126. 81 Ibíd, p. 129. 82 Del Valle Rodríguez, Vol. I: 807 UN SIGLO DE LuCHa EDuCaTIVa v 237


equiparación de sueldos, independientemente del lugar de trabajo (zona rural o urbana) o de la especialidad (los de inglés ganaban más); vinculación con los sueldos, la extensión del año escolar y los meses de vacaciones;83 el tiempo acumulado para licencia por enfermedad, que actualmente se acumulan dos (2) días por mes trabajado, hasta veinte (20) días por año, acumulados hasta noventa (90) días; también relacionados con la remuneración, el pago de los períodos de vacaciones navideñas y de Semana Santa. 4. Fueron consistentes las peticiones al DIP y a la UPR, para que, en coordinación, se ofrecieran más, mejores y variadas ofertas académicas, también con la creación de la Escuela Graduada, hoy Departamento de Estudios Graduados, a los fines de que se convalidaran créditos para la obtención de grados académicos y la concesión de los certificados estipulados por ley, así como para mejoramiento profesional y adiestramientos en servicio. Valga destacar las solicitudes de cursos de extensión (nocturnos y sabatinos) y extramuros, así como, además, en instituciones privadas. 5. Hemos destacado el asunto del idioma, que fuera objeto, en ocasiones, de acuerdo y colaboración. Relacionado con este asunto, está la solicitud de cursos y libros de texto cónsonos con la realidad circundante. 6. La AMPR fue vigilante y guardián de los maestros, sobre todo, en relación con los inspectores de escuelas y la actitud de éstos; como, también, fue consistente en la denuncia y en evidenciar el criterio político para la concesión de la “clasificación”, y la contratación o renovación de contratos y la reubicación, traslados y transferencias. La lucha por la estabilidad de los maestros fue recia, y 83 En sus inicios, eran nueve meses del calendario escolar más tres meses de “vacaciones de hambre”; luego diez meses calendario y dos sin paga; más adelante, 1981, eran diez meses calendario, un mes de actividades (se convalidaban mes de estudios, cursos o de censo) y otro de vacaciones remuneradas. Actualmente se acumulan cuatro días por mes trabajado, a 10 meses calendario, cuarenta días que se subdividen en dos meses de vacaciones remunerados. Cuando se logró los doce meses, se denominó: “Ley de Doce Meses”. 238 v UN SIGLO DE LuCHa EDuCaTIVa


en todos los niveles, obviamente iniciándose en el ámbito administrativo. El aspecto defensivo incluye aspectos cooperativos y protestativos, como por ejemplo: injusticia en la clasificación de maestros (no había procedimientos estándares, lo que se prestaba y facilitaba la improvisación, a la subjetividad, al abuso, al discrimen); actitudes indeseables de superintendentes (inspectores) de escuelas, directores y otro personal de supervisión, donde, además, la AMPR auspició foros de “pedagogos” puertorriqueños sobre el valor de la supervisión democrática; la defensa (de décadas) del derecho de los maestros al activismo político, y a estos fines, se denunciaba y solicitaba la derogación del Art. 52 de las Leyes Escolares (que prohibía la participación en campañas políticas) y la AMPR propuso, inclusive, una Comisión conjunta entre AMPR y DIP para discutir enmiendas al reglamento de 1940, 84 protestado por la UPR; solicitud al DIP de que no se expidieran licencias a personas carentes de preparación académica y profesional; requerimiento a que

Geño del Valle, José Eligio Vélez, Ediberto Rodríguez Batisttini y Carlos Matienzo Romero en una caravana en Mayagüez al ganar uno de los pleitos legales. Década 1980. (AHAMPR)

84 Eventualmente se han reconocido las licencias especiales políticas y el derecho de participar en actividades políticas. 3LPRA Lecciones 145, 145 a, b y c. UN SIGLO DE LuCHa EDuCaTIVa v 239


La alianza con organismos magisteriales al exterior de Puerto Rico, ocupó la gestión de José Joaquín Rivera durante la década de 1950. Hoy, la Asociación busca insertarse en esa corriente mundial (1959, AHAMPR).

240 v UN SIGLO DE LuCHa EDuCaTIVa

se modificaran las reglas de selección respecto a las vacantes, la defensa de procedimientos en cuanto a traslados y el derecho a impugnar las listas de elegibles. En el aspecto protestativo, surge con fuerza el problema del inglés como vehículo de enseñanza; el uso de prácticas no profesionales para nombramientos, traslados, ascensos y otras transacciones; el poder absoluto, omnipotente y centralizado del Comisionado o Secretario, y las enmiendas de la Ley Jones; reclamos contra la imposición continua de experimentos en masa de nuevos planes educativos sin brindar oportunidad de evaluarlos; asegurar el derecho de apelación de los maestros a las transacciones de personal, sobre todo, asegurar el remedio judicial a decisiones que afectaban al maestro. Entre los hallazgos que más nos llamó la atención fue la medida del gobierno de afrontar las deficiencias del presupuesto insular a expensas de la reducción del mismo por agencias. El efecto en los maestros era devastador, toda vez que los sueldos no eran comparables con los de otros empleados públicos. Protestas y amenazas de paro se escenificaron ante la reducción de sueldos de los maestros en los años 1914, 1922, 1925, 1932 y 1943. En 1925 se llevó a cabo el primer acto de protesta masiva de la AMPR en su vida institucional: una marcha silenciosa de protesta. La Primera Ley Escolar Compilada disponía que había cinco clases de maestros: rurales, graduados, de inglés, principales y especiales (Sección 35); algunas características generales, tales como “buena conducta moral”, “poseer un certificado o licencia” y otros requisitos que les imponía la Ley-Sección 35. Las secciones 36, 37 y 38 establecían los requisitos particulares de preparación por cada clase de maestro para certificarse. Llama la aten-


Ana Elena Ruiz Anglada, maestra normalista rural con su grupo de alumnos en San Sebastián (CMESR

ción que a todas las clases se les exigía un examen en varias materias como lo fueron el idioma inglés y la historia de Estados Unidos y Puerto Rico. 85 Sin embargo, a los maestros de inglés no se les exigía examinarse en el idioma Español ni en Historia de Puerto Rico. La AMPR continuó con su insistencia de profesionalizar la clase magisterial, con requisitos de preparación académica y profesional, y de experiencia, para cada clase de maestro. Para marzo de 1931 se discutían dos proyectos de ley relacionados con la certificación de maestros. Se generó mucha discusión y se criticó duramente a don Gerardo Sellés Solá, presidente de la AMPR, que pertenecía a una comisión revisora, por endosar la Ley Núm. 29 de 23 de abril de 1931, la nueva ley de Certificación de Maestros. Había oposición a esta ley. La Ley Núm. 211 de 11 de mayo de 1945 derogó la misma. Finalmente, desde 1955, está aún vigente la Ley Núm. 94 de 21 de junio de 1955, según enmendada. Continúa el Secretario de Educación a cargo de la certificación de todos los maestros y con amplio poder de reglamentar aquellos requisitos de preparación y de experiencia. Continúa, también, la AMPR colaborando cuando se le solicita, sometiendo aquellas ideas que mejoren la clase magisterial.

85

La AMPR continuó con su insistencia de profesionalizar la clase magisterial, con requisitos de preparación académica y profesional, y de experiencia, para cada clase de maestro.

En la actualidad son requisitos generales para todo aspirante haber aprobado y evidenciado un curso de Historia de Puerto Rico y uno de Estados Unidos. Reglamento de Certificación de Personal Docente del Departamento de Educación. UN SIGLO DE LuCHa EDuCaTIVa v 241


D. La AMPR y la permanencia de los maestros

La aprobación de la Ley de Permanencia, Ley Núm. 312 de 15 de mayo de 1938 es uno de los primeros logros legislativos, sino el primero, de un impacto público y notorio positivo para la protección del magisterio, y que proyectó a la AMPR a nivel de la nación puertorriqueña.

Este asunto es de importancia medular y de una trascendencia sustancial para la AMPR, que amerita que lo analicemos por sí solo. La aprobación de la Ley de Permanencia, Ley Núm. 312 de 15 de mayo de 1938 86 es uno de los primeros logros legislativos, sino el primero, de un impacto público y notorio positivo para la protección del magisterio, y que proyectó a la AMPR a nivel de la nación puertorriqueña. Esa ley fue de hechura y redacción que partió del seno de la institución y que se llevaba casi tres décadas cabildeando “contra viento y marea”, inclusive recabando el apoyo de la NEA. Como parte del historial, debemos aludir a experiencias del entonces vicepresidente, licenciado Virgilio Brunet, el 28 de diciembre de 1948, en su discurso: Por qué dejé las filas del magisterio en servicio activo sin jamás haber dejado de ser un maestro al servicio de todos.87 Este mensaje contiene un trasfondo del abuso y de los desmanes que imperaban en los procesos de selección del magisterio, siendo el autor, también, actor, testigo y víctima del mismo, ofreciendo su propio testimonio. Aludió, en primera instancia, a la situación de su pueblo Maricao en 1929, cuando las autoridades decidieron cerrar 21 escuelas, dejando fuera a 21 maestros “por la sencilla razón de que los maestros de esas escuelas se habían negado a pagar el tributo escolar (contribución que exigía la Administración Municipal a los maestros para extenderles nombramientos) o no pertenecían al partido político que estaba en el poder en el municipio”.88 El licenciado Brunet presidía la Junta Local de Maricao en aquella época y aclaró que, aunque “pertenecía al mismo partido político que había triunfado en las últimas elecciones, siempre se había negado a satisfacer el tributo escolar”.89 Al hacer acercamiento a las autoridades escolares municipales en la búsqueda de alternativas, encontró: “intransigencia”; actitud de: “queremos castigarlos por habernos votado en contra”; “son unos malagradecidos”. Le damos escuelas y cómo nos pagan. Además, se niegan a 86 87 88 89

242 v UN SIGLO DE LuCHa EDuCaTIVa

18 LPRA, secciones 214 a 216. Acta de 1948, pp. 71-93. Ibíd. Ibíd.


dar el tributo. Que sufran las consecuencias. Contamos con el apoyo del Departamento”.90 Don Virgilio se mantuvo en comunicación estrecha con don Gerardo Sellés Solá, entonces Presidente de la AMPR, quien le ofreció apoyo total a él, a su familia y a la matrícula de lo asociados de Maricao. De la narración de todos los eventos surgen los siguientes datos: 1. El poder del Comisionado era amplio, absoluto; 2. El régimen de personal para seleccionar, transferir, trasladar y retener se prestaba a la arbitrariedad, al prejuicio, al discrimen, a la humillación, al despojo e, inclusive, a la traición; 3. Los maestros involucrados, y aún sus familiares, “fueron todos trasladados con sus respectivas escuelas a otros pueblos”, como Barceloneta, Las Marías y Santa Isabel. El asunto y el malestar trascendía el pequeño pueblo de la montaña, porque aludió don Virgilio a la situación que resonó en el seno y los cimientos de la Asociación a principios de la terrible década de los 1930. Es en esta Acta, y gracias a la contribución de don Virgilio a la historia de la AMPR y de la educación de Puerto Rico, que nos ha permitido adentrarnos con mayor detalle a lo sucedido en ese “cisma” acaecido bajo la presidencia de don Gerardo. Alegó don Virgilio que en el DIP se estaba gestando “un plan maquiavélico para destruir al liderato insular de nuestra Asociación”, siendo don Gerardo presidente de la AMPR y ocupando, simultáneamente, un alto cargo (Supervisor General de Español) en el DIP. Aún cuando don Virgilio no menciona el cargo ni tampoco incluye el funcionario que fraguaba dicho plan, sabemos que se trataba del entonces subcomisionado, señor Francisco Vizcarrondo. Estaba concluyendo sus funciones de Comisionado el licenciado Juan B. Huyke, siendo sustituido por el doctor José Padín, quien se encontraba aún en Estados Unidos. El señor Vizcarrondo ocupaba la dirección de la local de la NEA, contando con el apoyo político de todas las administraciones municipales a quiénes él, a cam-

“Me acaban de subir el pan y los chavitos no me dan”. La situación económica magisterial parece no distar mucho de la vivida hace cuatro décadas (AHAMPR).

90 Ibíd, p. 71 UN SIGLO DE LuCHa EDuCaTIVa v 243


bio, también había favorecido al desplazar y trasladar maestros por razones políticas. Contaba, también, como autoridad nominadora, con los inspectores de escuelas, cuyos nombramientos, supervisión, evaluaciones y ascensos estaban a su cargo. Hay que destacar, además, que bajo el régimen de personal de la época, correspondía a los inspectores de escuela, a su vez, supervisar y evaluar a los maestros anualmente mediante el sistema de clasificación, cuyos resultados se sometían al DIP con sus recomendaciones, dependiendo de éstos la renovación del contrato e, inclusive, la vigencia de su certificación. Esa era la situación en 1930 para la AMPR. Corría, Hay que destacar, además, que bajo el régimen de personal de precisamente, el mes de abril, momento en que los inspectores determinaban la clasificación del maestro que la época, correspondía a los los posicionaban o no para su nombramiento para el inspectores de escuela, a su próximo curso escolar. Fue en ese mes que Vizcarronvez, supervisar y evaluar a los do convocó a la asamblea de la NEA en Puerto Rico. maestros anualmente mediante Los inspectores, además, eran los encargados de recluel sistema de clasificación, tar socios y de reunirlos para elegir los delegados que, cuyos resultados se sometían al convocados en San Juan, constituirían el capítulo de la DIP con sus recomendaciones, NEA en Puerto Rico. El plan era claro: organizar una asociación o capítulo local de la NEA para enfrentarla a dependiendo de éstos la la de la AMPR, “sacándola” del panorama y debilitánrenovación del contrato e, dola con la NEA. inclusive, la vigencia La AMPR preparó una Carta Circular, la Núm. 10 de de su certificación. ese año, la cual, por su importancia y pertinencia, nos permitimos citar: “De su resolución depende la vida de nuestra gloriosa Asociación. La Asociación que ha librado cien combates en defensa de los derechos de los maestros; la que nos protege en todas las ocasiones; la que sin temor alguno nos brinda siempre su desinteresado apoyo; la que nunca nos abandona, aún en los momentos más difíciles; la que ha mantenido el prestigio de la clase; la que tiene para los maestros, cuando les abandonan para siempre, no solamente una voz de aliento y de consuelo, sino una póliza para cubrir sus necesidades; la que nos ayuda cuando caemos en el lecho del dolor; la que en una palabra constituye por decirlo así la palanca poderosa que nos mantiene tranquilos, seguros de que las injusticias han desaparecido para siempre porque ahí esta ELLA que nos ampara y nos 244 v UN SIGLO DE LuCHa EDuCaTIVa


protege como una madre cariñosa y buena: la Asociación de Maestros de P.R. ESTÁ AMENAZADA DE MUERTE.91 Don Virgilio llevó, entonces, a cabo una vigorosa campaña para recoger firmas a una carta de apoyo a la AMPR, pero el miedo de los maestros pudo más y el fracaso de la misma fue evidente. Secuela de este incidente fue la devaluación de la labor y la no renovación del contrato de su prima, teniéndose que apelar al Comisionado. Por su postura frente a este complot y en defensa de la AMPR, su esposa no fue nombrada. También, se enfrentó a una conspiración para agredirle, “con una tranca” en el proceso de deliberación de la Asamblea Anual de su Junta, la cual fue frustrada por otras personas. La intención fue sacarle de la Presidencia de Junta. Mediaron, también, amenazas de llevarlo a los tribunales. En todo momento don Gerardo fue solidario y alentador. Estaba en espera de que llegara a Puerto Rico el doctor Padín para someterle la situación de Maricao. Finalmente, concluyó el curso escolar, el Inspector de Escuelas fue trasladado y a la prima del licenciado Brunet se le restituía la clasificación como correspondía. Sin embargo, don Gerardo le aconsejó que procurara conseguir una oportunidad para salir de Maricao, consejo que siguió, aprovechando las circunstancias para mudarse a Hato Rey y proseguir estudios y luego estudiar Derecho, convirtiéndose en abogado, cambiando radicalmente su vida y su quehacer profesional. Este testimonio es, precisamente, del abogado de la AMPR y miembro destacado de la Junta de Directores, quien fue protagonista en la redacción y cabildeo del proyecto de ley que, eventualmente, se convirtió en la Ley de Permanencia de 1938. Esta Ley fue de la autoría de don Virgilio a nombre de la AMPR, como lo fueron las leyes de Certificación de Maestros, de Retiro, de escala de sueldos, de revocación y formulación de cargos y otras. Su testimonio constituye un testimonio revelador de cómo la situación política prevaleciente de la época

Su testimonio constituye un testimonio revelador de cómo la situación política prevaleciente de la época influía en la toma de decisiones de la educación pública. El testimonio de Brunet, además, ejemplifica cómo la AMPR no estaba libre de conflictos, en lo que podríamos denominar una época convulsa.

91 Ibíd, pp. 74-75. UN SIGLO DE LuCHa EDuCaTIVa v 245


Inés María Mendoza, maestra de español de la Escuela Superior Central, se negó a enseñar en inglés en 1937. Su estudiante, Ricardo Alegría, fue expulsado de la escuela por manifestarse a favor de su maestra, pero luego fue aceptado. Mendoza no corrió la misma suerte. Aunque la acción del Comisionado José Gallardo fue investigada, ésta nunca se reintegró a la enseñanza. Sin embargo, mantuvo un rol pedagógico fundamental como Primera Dama (AFLMM). 246 v UN SIGLO DE LuCHa EDuCaTIVa

influía en la toma de decisiones de la educación pública. El testimonio de Brunet, además, ejemplifica cómo la AMPR no estaba libre de conflictos, en lo que podríamos denominar una época convulsa. Otro caso de renombre, por razón de a quién se le afectaron sus derechos, lo fue el de la señora Inés María Mendoza. Para Ramos Collado (2008), doña Inés María Mendoza Rivera fue “una de nuestras personalidades más complejas del siglo XX”,92 mientras que para Sánchez (2007), “su nombre se levanta como una de tantas leyendas que componen la historia no escrita de nuestra política”.93 Naguabeña de nacimiento, tenía apenas 17 años cuando se hizo maestra rural; obtuvo en 1925 su primer certificado de enseñanza y dos años más tarde se graduó Magna Cum Laude del Colegio de Pedagogía, recibiendo el primer premio Carlota Matienzo por excelencia académica. Ese mismo año se desempeñó como maestra graduada en una escuela rural de su pueblo. Cuatro años más tarde se graduó de Bachillerato de Ciencias en el Teacher’s College de la Universidad de Columbia en Nueva York, con concentración en Supervisión de Escuelas. Prosiguió, luego, estudios en la UPR. Fue maestra de inglés, principal de escuelas, maestra en la Escuela Modelo de la UPR y, finalmente, maestra de español en la Escuela Superior Central en Santurce. Defensora acérrima del vernáculo como vehículo de enseñanza, asumió su defensa pública, apasionada y activa en tribunas y actividades, como también lo hizo ante la Comisión para la investigación de derechos civiles en Puerto Rico, mejor conocida como la Comisión Hays. Le costó la no renovación de su contrato –y por ende, la revocación de su certificado de maestra– en el año 1938-39, por órdenes del gobernador Blanton Winship al Comisionado Gallardo. Valga añadir que, también, fueron víctimas de tal persecución los educadores universitarios don Jaime Benítez y el doctor Lewis C. Richardson, todos miembros destacados de la AMPR, entre otros. Se conmocionó la sociedad puertorriqueña y la in92 Lilliana Ramos Collado. Inés María Mendoza: en sus propias palabras. Fundación Luis Muñoz Marín, 2008, pp. 5-14. 93 Daisy Sánchez. La que te llama vida. Inés María Mendoza: su vida interior en sus diarios y cartas. Editorial Norma, 2007, pp. 47-79.


telectualidad del país, incluyendo la AMPR, en cuya sede, el Templo del Maestro, había sesionado la Comisión Hays. Tal indignación motivó al anterior comisionado de Educación, doctor José Padín, a enviar senda comunicación al secretario del Interior, Mr. Harold L. Ickes, sobre el Caso Mendoza que, entre otras expresiones, destacaba que “Privar a un buen ciudadano de su único medio de sustento por sus opiniones es una forma de terrorismo que ni siquiera tiene la gracia de ser sutil”.94 El Mundo de 29 de diciembre de 1937 publicó un mensaje del Presidente de la AMPR, Fulgencio Piñero, en el cual luego de resumir las gestiones de la institución, culmina con las siguientes expresiones: “Pienso que los derechos de los maestros sujetos a nombramiento discrecional del Comisionado han sido seriamente lesionados. Sin previa presentación de cargos, sabiendo que no los hay, y después de declarar que ella ha servido en forma encomiable durante diez años, fue despedida sin ninguna consideración. Creo y mantengo que la actitud del Dr. Gallardo ha establecido un precedente fatal para la seguridad de los maestros cuyos nombramientos dependen de él. Dejo a consideración de esta Asamblea la decisión acerca de los pasos que se deben dar en este caso, que considero de trascendental importancia”.95

Tal indignación motivó al anterior comisionado de Educación, doctor José Padín, a enviar senda comunicación al secretario del Interior, Mr. Harold L. Ickes, sobre el Caso Mendoza que, entre otras expresiones, destacaba que “Privar a un buen ciudadano

de su único medio de sustento por sus opiniones es una forma de terrorismo que ni siquiera tiene la gracia de ser sutil”.

Al igual que lo hizo la AMPR, doña Inés se expresó sobre su caso. La Asociación le brindó turno igual y ésta se dirigió a la Asamblea, destacando que: “la violación de los más elementales derechos democráticos. Cuando la situación de un país coarta el derecho de los hombres en la defensa de su libertad de pensar, y cuando el oficio de esos hombres, que es el de enseñar a pensar, es víctima de tal situación, entonces es hora de encararse con las causas fundamentales, y no con los aspectos accidentales”.96 El licenciado Piñero acudió en varias ocasiones ante el Comisionado Gallardo en busca de la reinstalación de 94 Carmelo Rosario Natal (editor). Doña Inés María Mendoza y la batalla del idioma: cartas 1937-1938. Fundación Luis Muñoz Marín y Carmelo Rosario Natal, 2004, pp. 63-65. 95 Ibíd, p. 175. 96 Acta del 1937, pág. 38 UN SIGLO DE LuCHa EDuCaTIVa v 247


la señora Mendoza en su cargo de maestra superior hasta que, finalmente, se le informó que el caso estaba cerrado. Hay que destacar que el nombramiento de maestros de escuela superior era, entonces, de la incumbencia del Comisionado. No había reglas de selección ni listas de elegibles (listas de turno). Tales nombramientos vencían al finalizar el año escolar, pero por regla no escrita del Departamento, si la labor del maestro había sido meritoria, se consideraba automáticamente nombrado por otro año, para la misma escuela o para otra de igual categoría. El licenciado Piñero informó que “tendría ella que decidir si iba a luchar por la preservación de los principios por las cuales había luchado por casi más de cinco lustros”.97 La Ley de Permanencia proveía para la contratación “con carácter permanente en la categoría correspondiente en que esté ejerciendo al expirar el período probatorio, sin otras pruebas de calificación o capacidad profesional que la posesión de una licencia regular de la misma categoría del puesto que ocupa el maestro y haber realizado, a juicio del Departamento de Educación, labor satisfactoria”.98 Se añade, en esta sección, que la permanencia es en el municipio en el cual está ejerciendo al expirar el período probatorio, que es de “dos (2) años consecutivos”99. Se dispone, además, que “las licencias de los maestros probatorios se expedirán sólo por un (1) año”;100 se decreta una vez más el poder de reglamentar del Secretario de Educación, específicamente “las renuncias, licencias sin sueldo, los traslados y ascensos de los maestros permanentes”.101 Por último, lo referente a los maestros probatorios es que el período es de “dos (2) años de ejercicio consecutivo”.102 La vigencia de la Ley de Permanencia no evitó que prevalecieran actitudes arrogantes y prepotentes y decisiones arbitrarias y prejuiciadas. El comisionado José Gallardo envió a la AMPR un proyecto de Reglas para la Selección de los Maestros, con el objetivo de que se evaluara. La AMPR solicitó se pospusiera la efectividad en lo que informaban a los afectados y sometían enmiendas. 97 Ibíd. 98 Ibíd, 18 LPRA, Sección 214 99 Ibíd. 100 Ibíd, Sección 215 101 Ibíd, Sección 216 102 Ibíd, Sección 218 248 v UN SIGLO DE LuCHa EDuCaTIVa


Sin embargo, el Comisionado las puso en vigor, creándose mayores tensiones entre la AMPR y el DIP. Finalmente, en 1941, se revisaron las Reglas mencionadas. Aún así, seguían los problemas y las actitudes. En la Asamblea Anual de 1942 se informó respecto al Reglamento sobre Traslados, que representó una de las luchas más grandes de la AMPR. Este reglamento se promulgó el 1 de julio de 1942 en cumplimiento de la Ley de Permanencia, también llamada Ley de Estabilidad. La AMPR alegaba que el Reglamento anulaba en la práctica la Ley de Permanencia y elevó su queja al Comisionado ante el peligro que el Reglamento aprobado pudiese ser instrumento utilizable para fines de la persecución

Las famosas pavas puertorriqueñas fueron durante mucho tiempo uno de los distintivos del grupo de maestros puertorriqueños en la NEA. Ataviados con sus pavas, entre otros, Conchita Nogueras, María Archeval, Paquita Davis, Pedro L. Negrón, Luis J. Cox y Benito Cerezo.

UN SIGLO DE LuCHa EDuCaTIVa v 249


El Comisionado quería arrogarse la potestad de traslado siempre y cuando lo estimara necesario, sobre todo amparándose en los poderes que le adscribía la disposición de la Ley Jones. Había disparidad de criterios y habían dos acciones pendientes en el Tribunal de Distrito de San Juan, relacionados con la Ley de Permanencia que servirían para determinar si el criterio de la AMPR era correcto.

política y de otra naturaleza en manos de funcionarios irresponsables.103 El Comisionado solicitó un proyecto de reglamento que armonizara los puntos de vista. El proyecto dejaba fuera de las manos del Comisionado los traslados, delegándolos en las de los Superintendentes, con derecho a apelación al Comisionado. Dada la garantía de la permanencia, el traslado debía hacerse a petición del interesado. El Comisionado quería arrogarse la potestad de traslado siempre y cuando lo estimara necesario, sobre todo amparándose en los poderes que le adscribía la disposición de la Ley Jones. Había disparidad de criterios y habían dos acciones pendientes en el Tribunal de Distrito de San Juan, relacionados con la Ley de Permanencia que servirían para determinar si el criterio de la AMPR era correcto. Se suspendieron las conversaciones entre el Comisionado y la AMPR. El primer caso era el del profesor Víctor Rosario, maestro de Artes Industriales en la Escuela Superior de Arecibo, contratado con carácter permanente durante el año escolar 1939-40. El 8 de enero el Comisionado le formuló cargos por alegada conducta inmoral, procediendo a suspenderlo de empleo y sueldo. Tras agotar los procedimientos, el 17 de junio de 1940 el Comisionado se reafirmó en la suspensión del servicio sin paga desde el 8 de enero de 1940 hasta finales del año escolar 19391940. El Comisionado procedió a trasladar a Rosario a otro distrito escolar que no fuera Arecibo por el bien del servicio. Luego de agotar remedios administrativos, Rosario acudió al Tribunal de Distrito de Arecibo. El recuso de Mandamus se presentó al Tribunal de Distrito de San Juan para obligar al Comisionado a reponer a Rosario en su puesto de maestro de Artes Industriales de la Escuela Superior de Arecibo, reclamando el pago de sueldos dejados de devengar correspondientes al 8 de enero y el 14 de junio de 1940. El Tribunal resolvió reponer a Rosario en su puesto y denegó el pago de salarios no devengados.104 Rosario apeló al Tribunal Supremo lo relacionado con los sueldos. Se esperaba la reposición de Rosario para el año es103 Acta 1942, p. 63. 104 Ibíd, p 72.

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colar 1942-43. No sucedió así, viéndose obligado el licenciado Virgilio Brunet a recurrir nuevamente al Tribunal de Distrito de San Juan para que se citara al Comisionado a mostrar causa por la cual no debía encontrársele incurso en desacato. Compareció su abogado, anunciando que no había sido su intención no obedecer la orden y que ese día la cumpliría. En consecuencia, Rosario recibió un telegrama reponiéndole en su puesto. Al presentarse, el superintendente y el principal le requirieron se hiciera cargo de un programa provisional en lo que se resolvía el problema del maestro sustituto. Días después, el Comisionado quiso trasladarlo a Aguadilla. Nuevamente se acudió al Tribunal y en la vista el Tribunal absolvió al Comisionado por entender que éste no había cumplido la sentencia por error y que confiaba en que “advertido ahora de su error procederá a cumplir adecuadamente con la sentencia del 22 de mayo de 1942”.105 El Comisionado expresó intención de apelar al Tribunal Supremo, pero el Tribunal de Distrito se negó a darle curso por ser un recurso académico. El segundo caso es del profesor Rafael A. González, quien por diez años había trabajado en las escuelas públicas de Lares. Al entrar en vigor la Ley de Permanencia, el Comisionado lo nombró Superintendente Auxiliar en Lares con carácter permanente. Trabajó como tal desde 1938 hasta el 10 de agosto de 1942, cuando el Comisionado ordenó su traslado al distrito escolar de AguadaMoca. No conforme con el traslado, y luego de negarse el Comisionado a reponerlo en su puesto, González inició acción de Mandamus en el Tribunal de Distrito de San Juan. El Tribunal expidió el Mandamus ordenando al Comisionado la reinstalación, o de lo contrario, lo citó a exponer sus razones por las cuales no debiera dar cumplimiento a lo ordenado. El Comisionado alegó que la Ley de Permanencia le autorizaba a ordenar traslados a su antojo, incluyendo a maestros permanentes, y que de no interpretarse la Ley de esa forma, la misma sería inconstitucional, por estar en abierto conflicto con la Sección 17 de la Ley Orgánica de Puerto Rico (Ley Jones). Por otra parte, la AMPR sometió sendo Memorando que incluía 105 Ibíd, p 74. UN SIGLO DE LuCHa EDuCaTIVa v 251


un análisis de las disposiciones de la Ley de Permanencia y de la Ley Orgánica, en particular la Sección 17, la cual disponía las funciones del Comisionado, alegando que no había tal conflicto entre ambas. El caso se decidió a favor del Comisionado Gallardo amparado en la Ley Jones. González apeló al Tribunal Supremo. En sentencia del honorable A. Cecil Snyder, el Tribunal Supremo 106 revocó al Tribunal de Instancia y reafirmó las disposiciones de la Ley de Permanencia, tales como que la permanencia le aseguraba su plaza en el municipio en el cual específicamente obtuvo su estatus; la Ley no restringía la autoridad de selección y de nombramiento del Comisionado que le confiere el Artículo 17 de la Ley Jones; el traslado de un maestro no forma parte de la selección del maestro, se relaciona con la permanencia de los maestros, no con su selección; el maestro con permanencia tiene bajo su contrato un derecho adquirido, “que no puede ser terminado mediante un traslado arbitrario”.107 El Comisionado apeló al Tribunal Federal, donde se reafirmó la decisión del Tribunal Supremo de Puerto Rico.108 El caso de González v. Gallardo, Comisionado es precedente en nuestro Derecho Escolar, aportación de la AMPR, sobre todo, en la seguridad de empleo que le representó la permanencia a los empleados públicos, inclusive, durante el resto del siglo pasado y en la década presente. Para efectos de actualizar el caso González v. Gallardo, Comisionado, valga mencionar el caso Rodríguez v. Secretario de Instrucción Pública, 92 DPR 874. La AMPR, también, estuvo pendiente y luchó por los derechos y reivindicaciones del profesorado universitario. En la Asamblea Anual de 1945 se proclamó la vigencia de la permanencia a los profesores de la UPR. Se indicó, además, la situación de varios que no recibieron sus contratos permanentes, a pesar de las disposiciones de la Ley Núm. 42 de 7 de mayo de 1942. La AMPR intervino como “Amicus Curie” en todos los casos de apelación presentados por los profesores universitarios ante el Consejo Superior de Enseñanza (CSE). El abogado era el licenciado Virgilio Brunet. Otros nueve 106 62 DPR 275 (1943) 107 Ibíd, pag 279. 108 Gallardo, Commissioner of Education v González, 143 F2nd 947 (1944) 252 v UN SIGLO DE LuCHa EDuCaTIVa


casos eran de profesores permanentes a quienes la UPR les extendió contrato de nueve meses, a diferencia del resto, que fueron de doce meses.109 En fin, a la misma vez que la AMPR era guardián y protectora del magisterio, también lo era del personal docente universitario, siguiendo los mismos fines y aspiraciones: la reivindicación de nuestros derechos y bienestar; la excelencia de la educación pública.110

Los cimientos de un centenario de luchas perviven en un presente que tiene los desafíos propios de su tiempo. El magisterio asociado participa de una manifestación en el día del Paro Nacional, el 10 de octubre de 2009.

IV. Reflexiones finales de este trabajo… para volver a empezar

Hemos abordado, a grandes rasgos, algunos de los aspectos importantes que constituyeron parte de los cimientos del Centenario de luchas: cien años en la defensa y protección del magisterio, de la cultura y de la educación pública de Puerto Rico. Tal y como advirtiéramos en la Introducción, ni se excluyen otras gestiones de impac109 Acta de 1945, pág. 52 110 La relación AMPR y UPR amerita un estudio aparte. UN SIGLO DE LuCHa EDuCaTIVa v 253


to legal ni se agotan los extremos de las incluidas. Más bien esperamos que sirvan de motivación para estudios e investigaciones futuras: bien desde la perspectiva de la historia de la educación en Puerto Rico, o desde la de la Asociación, por lo hermanadas que están; o, si no, desde el enfoque de la historia del Derecho Escolar Puertorriqueño, que deberá partir, inevitablemente, de esta augusta institución, tratándose del siglo XX. Nos sentimos profesionalmente convocadas, por considerar que la agenda quedó inconclusa. La preparación de este trabajo nos ha abierto la versión positiva de la caja de Pandora, al activar nuestro interés y provocar nuestro ánimo de continuar adelante en la búsqueda de muchas respuestas a iguales dudas e interrogantes, hipótesis e inquietudes que han ido surgiendo en el transcurso de lo investigado. Ha sido extraordinaria la experiencia acumulada durante este proceso. A partir de ahora es sin las presiones del tiempo ni de las circunstancias. Conocemos mejor las fuentes primarias, secundarias y de otra índole; sabemos dónde están y cómo tener acceso a otra información valiosa. Sin prisa, pero sin pausa, lo haremos nuevamente por el amor la búsqueda de la verdad, con alto sentido de justicia con el magisterio, ese ejército de humildes, pero comprometidos héroes anónimos que por estos cien años, apenas sin poder, rompiendo las cadenas del miedo y la adversidad, respaldaron al liderato de su institución. También, por el respeto de su liderato visionario, con quienes “convivimos” durante estos últimos meses y por quienes nos quedan varios asuntos por resolver. Estamos agradecidas por la oportunidad y la generosidad brindada por la segunda mujer en presidir esta augusta institución. Mujer valiosa que se ha desempeñado en momentos tan cruciales para la preservación del sistema educativo público en todos sus niveles, incluyendo el universitario; de los derechos adquiridos por el magisterio, en gran medida, por la labor de la institución; y de la supervivencia de nuestra cultura, de nuestras instituciones sindicales y profesionales. De manera muy respetuosa e, igualmente, afirmativa, reafirmamos las expresiones de un gran Presidente, don Gerardo Sellés Solá, ante la Asamblea Anual de 254 v UN SIGLO DE LuCHa EDuCaTIVa


1928, durante una época muy difícil: “Un Puerto Rico con una gran masa ignorante y en una miserable condición social será siempre un Puerto Rico irredento, sean cuales fueren los principios de la Constitución o de las leyes que lo rijan”.

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La Asociación de Maestros de Puerto Rico y la reforma educativa: reclamos en torno al discurso oficial del Estado, (1980-1995)1 v Amarilis Cintrón López2 La defensa de la escuela pública y del derecho a la educación, y, junto a ella, la lucha por unas condiciones de trabajo dignas, constituyen hoy las principales banderas de los procesos de movilización y protesta magisterial en América Latina. Stubrin, 2006

Resumen

Este trabajo de investigación analiza los reclamos presentados por la Asociación de Maestros de Puerto Rico (AMPR) en relación a los proyectos de reforma educativa iniciados por el Gobierno durante la década del ochenta y mediados de los noventa. Los cuestionamientos estuvieron centrados en cuatro tipos de reclamos: políticos, económicos, ideológicos y sindicales.

Introducción

El propósito de este ensayo es analizar la trayectoria discursiva de la Asociación de Maestros de Puerto Rico, 1 Este ensayo es una versión ampliada del análisis de los reclamos generados por la Asociación de Maestros de Puerto Rico en torno al proyecto de reforma educativa contenido en mi tesis de maestría titulada Voces en contrapunto: discursos en torno a la reforma educativa en Puerto Rico, 1970-1995. (2009, Inédita). 2 Amarilis Cintrón López es estudiante doctoral del Programa Graduado de Historia de la Universidad de Puerto Rico, Recinto de Río Piedras. Se desempeña, actualmente, como Ayudante de Investigación en el Centro de Investigaciones Históricas de la misma institución. UN SIGLO DE LuCHa EDuCaTIVa v 259


en relación a la reforma educativa propuesta por el Estado Libre Asociado de Puerto Rico, en la década de los ochenta y noventa. Para comprender las dinámicas que surgieron en Puerto Rico a partir de la década de los ochenta, a raíz de los planteamientos del Estado para reformar las deficiencias del sistema educativo, daré respuesta a las preguntas que guían este trabajo: ¿Qué líneas discursivas en torno a las propuestas de reforma educativa desarrolló la Asociación de Maestros en sus publicaciones?, ¿Cuáles fueron los elementos que caracterizaron sus principales reclamos?, ¿De qué manera utilizó la Asociación de Maestros de Puerto Rico sus publicaciones -Revista El Sol y el periódico ASOMA- y los mensajes que ofreció su Presidente en las Asambleas Anuales para promover su visión de cómo debía constituirse una reforma educativa efectiva en el sistema de enseñanza público puertorriqueño? Me acercaré a las respuestas de estas interrogantes desde el análisis discursivo, definido como una práctica social de producción de significados (Domínguez y Zandrino, 2004). Es decir, se produce una enunciación como resultado de la interacción de los interlocutores, mediado por las experiencias externas y por los procesos psicológicos que le dan sentido y significado. Según Teun A. van Dijk, el objetivo fundamental del análisis del discurso es “analizar, explicar y describir las estructuras específicas del texto y del habla” (Prólogo de van Dijk en Martínez, 2001, p. 7). Su estudio nos resulta una herramienta analítica útil para explorar cómo la Asociación de Maestros reaccionó a las propuestas reformistas y a la implantación de la política educativa estatal que debía ejecutarse en el sistema de enseñanza. Antes de proseguir con el análisis discursivo de los reclamos generados por la Asociación de Maestros, debo establecer que en los próximos apartados se presentan el contexto histórico en el cual se desarrollaron los proyectos de reforma educativa a lo largo de las décadas de los ochenta y mediados de los noventa, así como los objetivos fundacionales de la AMPR. Los apartados que le siguen analizan propiamente los distintos reclamos (políticos, económicos, ideológicos y sindicales) que promovió la Asociación frente a los proyectos reformistas estatales. 260 v UN SIGLO DE LuCHa EDuCaTIVa


Contexto histórico

Puerto Rico experimentó un proceso de transformación social y económica, a mediados del siglo XX, que permitió el paso de una sociedad rural a una urbana; dejó de fomentar el desarrollo de la economía agrícola para iniciar el proceso de industrialización (Dietz, 1997). El sistema educativo de Puerto Rico tuvo una serie de transformaciones en las décadas previas al ochenta, cuya característica principal fue la masificación de la educación (acceso de sectores sociales menos privilegiados a la escuela) y la aceleración de la expansión del sistema de enseñanza público con el objetivo de contribuir al proyecto industrial y económico del Estado. Varios de los problemas que impidieron el éxito de su ejecución fueron: la falta de las instalaciones y la debida planificación, además del personal necesario y los materiales que requería tener un sistema educativo eficiente. En este período, la situación educativa en Puerto Rico reflejaba deficiencias muy notables. La Asamblea

Vista de una Asamblea Anual en la década de 1990 dedicada al tema de la educación pública y su transformación en el siglo 20. En la mesa presidencial, entre otros de izquierda a derecha, Minerva del Valle, Eugenio del Valle, José Eligio Vélez, Rafael Nadal y Clemente Llovet (AHAMPR).

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El entonces gobernador Carlos Romero Barceló dialoga con el presidente José Eligio Vélez en La Fortaleza. Circa, 1977 (AHAMPR).

Legislativa intentó establecer cambios a la política pública educativa existente, a través de la creación de comisiones de Reforma Educativa (1974-1977; 1985-1990), donde se aprobaron proyectos legislativos con el objetivo de encontrar alternativas a la crisis que permeaba en el Departamento de Instrucción Pública (DIP). El objetivo de ofrecer el acceso a la educación a los grupos sociales menos privilegiados se transformó por un acceso mediado por la oferta de una educación pública de calidad. Del discurso del Estado en la década de los ochenta se desprende que la educación se tenía que desarrollar en función de satisfacer el mercado laboral existente en la Isla. De igual forma, enfatizaba la competencia y la productividad del sistema educativo, ya no tan sólo teniendo como foco principal el acceso, sino la calidad, pues se percataron que cantidad no era sinónimo de calidad. En este período se manifiesta la crisis del Estado Benefactor, ante su incapacidad para satisfacer, eficientemente, los servicios básicos de la sociedad. (Almandoz, 2005). Por eso, en esta década diversos actores involucrados (Estado-maestros-padres-estudiantes) reclamaron transformaciones enmarcadas en la búsqueda de la calidad, la igualdad y la eficiencia educativa para reformar el sistema de enseñanza público del Estado Libre Asociado de Puerto Rico. Los distintos componentes del proceso educativo 262 v UN SIGLO DE LuCHa EDuCaTIVa


divergían respecto a los procedimientos para lograr el cumplimiento de las expectativas, los estándares y la calidad de la educación. Por una parte, los puntos de discrepancia se relacionan al pragmatismo ausente en la legislación aprobada y la falta de vinculación entre la oferta académica contenida en el “curriculum” en la realidad social y académica del estudiante. A su vez, los puntos neurálgicos en los planteamientos de reformar el sistema educativo destacan las paupérrimas condiciones laborales; la escasez de recursos educativos; la ausencia de participación de padres y de la comunidad; los aspectos económicos y los pésimos resultados obtenidos por los estudiantes en las pruebas estandarizadas, como las Pruebas de Habilidad General y las pruebas APRENDA, las cuales medían conocimientos y competencias generales que deben poseer los estudiantes en determinado nivel educativo. En este punto, tenemos a la figura del maestro como el agente encargado de ejecutar las políticas públicas que el Gobierno de turno legisla; se le considera el principal responsable por el aprovechamiento académico de los estudiantes. Además, en variadas ocasiones, es éste quien tiene que dedicar parte de su tiempo a ejercer tareas ajenas a sus funciones como aspectos administrativo-burocráticos, la compra de materiales didácticos, lidiar con las situaciones personales y los problemas sociales que afectan a los estudiantes o a la comunidad donde ejercen su labor docente. Los docentes pasan a figurar como un insumo del proceso de aprendizaje y no como parte del sujeto que educa, pues dedican gran parte de la jornada educativa en el ejercicio de otra cantidad de tareas. En el estudio realizado por la CLACSO titulado Las reformas educativas en los países del Cono Sur: un balance crítico (2005, p. 59), los autores establecen que “hay una parte del tiempo y responsabilidad social del trabajo docente que no se ha pagado nunca y que constituye un subsidio histórico al Estado nacional otorgado por los trabajadores de la educación”. Esta cita de los docentes latinoamericanos resulta ser muy aplicable a la situación que enfrentaban los maestros puertorriqueños: trabajadores de la educación mal remunerados económicamente y con multiplicidad de tareas no recompensadas. A su vez, como agravante, se les adjudica la responsabilidad ante UN SIGLO DE LuCHa EDuCaTIVa v 263


La demanda de mejores condiciones de trabajo ha sido una constante para la Asociación de Maestros. Manifestación a favor del personal escolar en 1995 (AHAMPR).

el fracaso del sistema educativo público, sin considerar las deficiencias en las que tienen que ejercer sus funciones (Soto, 1988). En el umbral de la década de los noventa, con el advenimiento de la crisis del Estado Benefactor se cuestionó la función del Estado como propulsor del progreso económico, como garante del desarrollo social, así como en su deber de ofrecer una educación pública y gratuita, que garantizara la igualdad de oportunidades, la equidad y la calidad educativa a los ciudadanos. Distintas administraciones gubernamentales en Puerto Rico propiciaron la aprobación de legislación para transformar los estatutos que regían la educación y así satisfacer las demandas de la sociedad. El Estado no siempre ha sido capaz de cumplir con esas necesidades educativas. Los maestros, en su búsqueda de tener participación en la toma de decisiones referente a una educación pública y de calidad, recurrieron a la organización colectiva para llevar su lucha, aspecto que abordaré más adelante. Algunos de los problemas que afectaron adversamente el desarrollo de la reforma educativa fueron el proceso de cambio de los programas gubernamentales y de la gestión administrativa enmarcados en la política partidista y en el modelo neoliberal. Martínez (2006) establece que la elocuencia del discurso del proyecto 264 v UN SIGLO DE LuCHa EDuCaTIVa


neoliberal tuvo como uno de los principales obstáculos la ausencia de pragmatismo y la exclusión del docente. Argumenta que: “La crítica básica al proyecto neoliberal en educación es que su discurso retórico es irrealizable. La exclusión del docente de los cambios deseables es un escollo insalvable. Los cambios reales, concretos, los hace o no los hace el maestro en la escuela… Sin una modificación concreta del proceso de trabajo no variará el producto educativo o los resultados esperados” (p. 35) En esta coyuntura, la Asociación de Maestros de Puerto Rico, como representante de sus maestros afiliados, desempeñó un rol activo en los discursos de reforma educativa. Antes de comenzar con la tipología de los reclamos que realizó la AMPR, quiero destacar, brevemente, los objetivos fundacionales de la AMPR.

Fundación de la Asociación de Maestros de Puerto Rico

A comienzos del siglo XX, la situación laboral de los maestros era pésima, percibían salarios bajos, las condiciones laborales eran deplorables, el curso escolar era de nueve meses y los tres meses restantes, no recibían salario alguno, además de tener que afrontar (significa hacer frente a) un sistema de clasificación sumamente injusto. La Asociación se fundó en 1911 de la fusión de las dos organizaciones que representaban a los maestros: La Asociación General de Maestros (Mayagüez) y la Asociación Insular del Magisterio (San Juan). El propósito de la fusión fue estrechar los lazos entre los maestros para trabajar unidos en la adopción de medidas que mejoraran las condiciones de trabajo de la escuela pública, de manera que fuera más eficiente en sus ejecutorias. Algunos de sus objetivos eran: promover la confraternización entre todos los maestros, desarrollar proyectos para mejorar la situación económica de los docentes; fomentar el desarrollo cultural y profesional del magisterio puertorriqueño y darle a la enseñanza un carácter profesional. La AMPR fungió como el único representante del magisterio, hasta que en 1966 el Gobierno reconoció el derecho de los trabajadores a organizarse en organiza-

La crítica básica al proyecto neoliberal en educación es que su discurso retórico es irrealizable. La exclusión del docente de los cambios deseables es un escollo insalvable. Los cambios reales, concretos, los hace o no los hace el maestro en la escuela… Sin una modificación concreta del proceso de trabajo no variará el producto educativo o los resultados esperados.

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ciones bonafides o hermandades para procurar el bienestar económico y social de sus miembros. De ahí surgen otras organizaciones magisteriales, tales como: la Federación de Maestros de Puerto Rico (FMPR) y Educadores Puertorriqueños en Acción (EPA). La Asociación y la Federación fungen como los principales representantes del magisterio puertorriqueño entre 1980 y 1995. Ambas organizaciones poseen objetivos fundacionales distintos como parte de su política institucional, entre los que se distinguen las diversas formas de comprender la función del maestro y los puestos administrativos dentro del sistema educativo. La AMPR concibe al maestro como un profesional de la educación y la legislación gubernamental es uno de los mecanismos en la consecución de beneficios y derechos laborales para sus afiliados y para el sistema educativo en general (Calero, 1993). En cambio, para la FMPR el maestro es un trabajador de la educación (FMPR, 1989), cuya alternativa de mejorar sus condiciones de trabajo está mediatizada por la negociación colectiva. De esta manera, surgen nuevas y diferenciadas relaciones obrero-patronales y modos de luchar por la adquisición de beneficios para los maestros a través de la militancia magisterial que ejercen ambas agrupaciones, cada una con su personalidad. Sirva este planteamiento general para ubicarnos en el análisis de los principales reclamos realizados por la AMPR, en el cual se destacan algunas de las necesidades educativas apremiantes que requerían atención para el buen funcionamiento de la reforma educativa propuesta. La tipología de los reclamos se puede agrupar en cuatro categorías de análisis: políticos, económicos, ideológicos y sindicales, expuestos a continuación.

Reclamo político

El reclamo político dispone la importancia del compromiso de que los integrantes del proceso educativo colaboren y se responsabilicen por el buen funcionamiento del sistema de enseñanza público. Según Kaufman y Nelson (2005), el debate político se concentró en identificar mecanismos que produjeran sistemas educativos más eficientes mediante recursos como la autonomía escolar y la participación de la comunidad y de los 266 v UN SIGLO DE LuCHa EDuCaTIVa


padres de familia. A su vez, se relaciona con las demandas de los maestros por tener una mayor participación en la toma de decisiones del Departamento de Instrucción Pública (DIP), luego denominado Departamento de Educación (DE). En un mensaje de José Eligio Vélez, entonces presidente de la AMPR, cuyo tema central era la excelencia educativa, éste hizo varios señalamientos relacionados a la importancia que tiene la educación y la instrucción para el bienestar y la supervivencia de la sociedad. (El Sol, Año XXVIII, Núm. 1, 1984). Vélez establece la encomienda que le hizo a: “un grupo de destacados educadores de nuestro país, representativo de las distintas áreas geográficas de Puerto Rico y de todos los niveles de nuestro sistema educativo (incluyendo el nivel colegial y universitario), que estudiara nuestra situación educativa y rindiera un informe en el cual se enfocaran –no los males del sistema, males que todo conocemos- sino más bien

A mediados de la década de 1970 la preocupación por el creciente vandalismo en las escuelas fue en aumento, al punto que la Asociación y la NEA crearon un frente común para trabajar con el problema. El informe Tragedy in Our Schools fue base para levantar estos planteamientos. La directora de la Oficina de Servicios al Asociado, Aida Díaz, en una conferencia de prensa con Willard McGuire, presidente de la NEA; la directora ejecutiva, Awilda Aponte; y el coordinador, Ángel Guadalupe. Circa 1980 (AHAMPR).

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las posibles alternativas que pueden irse implantando-de inmediato o a corto y a largo plazo- para ir solucionando los múltiples problemas que aquejan a un sistema educativo tan complejo y centralizado como el nuestro”. (El Sol, Año XXVIII, Núm. 1, 1984, p. 4). El resultado de esa encomienda fue el informe “Hacia la excelencia de la educación puertorriqueña”, en el cual se determina que los principios fundamentales de cualquier filosofía educativa que se promulgue deben estar regidos por los principios rectores fijados en la Constitución del Estado Libre Asociado. Más aún, hace una crítica y dice: “(…) cuando una agrupación o un sistema educativo violan esos principios,… están socavando las raíces mismas de nuestra democracia y están violando los más sagrados derechos del hombre. En otros aspectos, los líderes de las agrupaciones debemos mantener una actitud alerta y vigilante”. (El Sol, Año XXVIII, Núm. 1, 1984, p. 4)

El periódico ASOMA informó durante varios años las gestiones que realizó la Asociación a favor del proceso de reforma educativa que comenzó en 1985 y que concluyó con la firma de la Ley Orgánica de Educación de 1990, proceso dirigido por Nilda García Santiago (AHAMPR).

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Es evidente que prevalece un sentimiento de inconformidad con los logros obtenidos por el sistema educativo, según sale a relucir en sus expresiones discursivas. El informe fue solicitado en el año 1983 como un efecto de la “crisis” que se informó existía en el sistema educativo estadounidense con la divulgación del informe A Nation at Risk. A raíz de la relación político-colonial entre Estados Unidos, tanto el DIP como la AMPR comenzaron a extrapolar los resultados del estudio y “analizaron” los problemas existentes en el sistema de educación puertorriqueño. Vélez continua argumentando que la reforma educativa debe proveer: “Diversidad de formas para atender el desarrollo del individuo en todos sus aspectos: cognoscitivos como los contemplativos, los vocacionales como los esencialmente artísticos y los de ética personal como los de moral social. Destaca la necesidad de formar personas con una visión universalista del hombre y de la cultura, pero con profundas raíces puertorriqueñas; una criatura que se preocupe más por el bienestar colectivo que por su comodidad personal. Se desea crear


un ente humano que más que un acumulador de conocimientos sea un investigador incansable”. (El Sol, Año XXVIII, Núm. 1, 1984, pp. 4-6) Abiertamente se observa que en su discurso determina el ideal de ser humano que aspire a crear el sistema educativo, no alude al aspecto educativo como medio para ingresar en el mercado laboral. Es dentro de su visión particular que establece que: “para esta nueva visión o reforma educativa se requerirá una mayor responsabilidad y un cambio en las funciones por parte de los padres, de los maestros, de todo el personal supervisor y administrativo del sistema público de enseñanza, pero –sobre todo- por parte de los propios estudiantes, que deberán asumir mayor responsabilidad por aprender, por desarrollar las destrezas, actitudes y valores que les capaciten para bastarse a sí mismos y de contribuir al mejoramiento familiar y comunal. Tenemos que enseñar a nuestros jóvenes a guiar su propia conducta y a asumir responsabilidad por la consecuencia de sus actuaciones”. (El Sol, Año XXVIII, Núm. 1, 1984, p. 5) En este punto se pone de manifiesto la necesidad de que para que la reforma sea realizable se hace falta que todos los integrantes del sistema educativo se hagan responsables, en especial los estudiantes, quienes, amparados por la Constitución, reciben una educación gratuita. Este discurso se enfocaba en sugerir cambios tanto en el aspecto administrativo como en el compromiso de los estudiantes por su propia educación, ya que aspiraba a concienciar al estudiante de su responsabilidad por su aprendizaje, para transformar, así la mentalidad de los alumnos, quienes son el eje central de la cadena educativa. (El Sol, Año XXVIII, Núm. 1, 1984). La Asociación de Maestros reclamó, continuamente, mayor participación de los maestros en el proceso reformista. La Asociación entendía que para implantar una reforma educativa era esencial una mayor participación de agentes involucrados en el proceso educativo, además de mayor presencia activa docente en la toma de decisiones del sistema. Por ejemplo, la Asociación reclamaba que, al menos, un maestro formara parte del

Destaca la necesidad de formar personas con una visión universalista del hombre y de la cultura, pero con profundas raíces puertorriqueñas; una criatura que se preocupe más por el bienestar colectivo que por su comodidad personal. Se desea crear un ente humano que más que un acumulador de conocimientos sea un investigador incansable.

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El discurso de la AMPR relativo a los reclamos políticos en la reforma educativa a finales de la década de los ochenta, constituía un llamado a que se les considerara en los cambios que el Estado programaba.

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personal que elegiría a la persona encargada de dirigir la escuela en el distrito escolar donde existía la vacante (El Sol, Año XXXI, Núm. 4, 1988, p. 4). El discurso de la AMPR relativo a los reclamos políticos en la reforma educativa a finales de la década de los ochenta, constituía un llamado a que se les considerara en los cambios que el Estado programaba. La AMPR, por medio de su presidente José Eligio Vélez, como portavoz de sus afiliados, exigió mayor participación del magisterio en el proceso de reforma educativa. Vélez argumentó que los maestros y estudiantes quedaban rezagados en la toma de decisiones para desarrollar el plan educativo pertinente a la comunidad y en la selección del equipo administrativo. Para Vélez, ellos eran el núcleo del sistema. En su mensaje a la Asamblea Anual de 1987, Vélez destaca que, como miembro del Secretariado de la Comisión de Reforma Educativa “nuestra posición es velar porque lo que se haga para mejorar la educación no se haga sin contar con los maestros. Eso es fundamental, la reforma la van a hacer los maestros” (Acta de la Septuagésima Séptima Asamblea Anual, diciembre 1987, p. 76). A tal efecto, la Asociación publicó en 1988 los resultados de un cuestionario desarrollado por la institución, en el cual que querían conocer la opinión de los agentes involucrados en el proceso reformista. Los resultados de los encuestados, según la AMPR, evidenció la falta de comunicación entre el personal directivo del DIP y los componentes de la comunidad educativa. “Estudiando los cuestionarios nos damos cuenta de que la mayoría de los padres, estudiantes no están conscientes de que muchos de los proyectos de reforma a corto plazo ya están funcionando” (El Sol, Año XXXII, Núm. 3, 1988, p. 3). De los encuestados, Julia Rodríguez González, directora de la escuela superior Margarita Janer de Guaynabo, señala lo siguiente: “(…) los cambios y el éxito de los mismos no se consiguen de un día para otro. Se requiere una labor conjunta de padres, maestros, estudiantes y la comunidad en general. Trabajar juntos hacia el bien común debe ser el objetivo, si se quieren ver los logros del proyecto” (El Sol, Año XXXII, Núm. 3, 1988, p. 2)


Tal como lo señala la Sra. Rodríguez González, la efectividad en la consecución de la reforma educativa requería del esfuerzo conjunto de sus integrantes, de comunicación asertiva y de la planificación eficiente a corto y a largo plazo. Sobre todo, a largo plazo, ya que las transformaciones y la evidencia de los resultados de sus egresados tan sólo se pueden observar, luego que una generación de alumnos haya completado sus estudios dentro del nuevo modelo académico. Por ello, resulta imprescindible la colaboración de todos los componentes del proceso de aprendizaje de los alumnos y la planificación eficaz. Precisamente, Santiago Mejía, hijo, profesor de la Escuela Secundaria de la Universidad de Puerto Rico, expone en su artículo publicado en un tercer número de la Revista El Sol, dedicado a analizar la reforma educativa, cómo ésta debía atender la importancia de la función del director de escuela en la consecución de la meta educativa propuesta. Destaca que “es necesario que se logre que el director o directora comprenda la importancia de su función como elemento fundamental y facilitador del proceso de Reforma y que el mismo o la misma se comprometa con los cambios: a generarlos y a promoverlos, de forma tal, que se logren las metas deseadas” (El Sol, Año XXXIV, Núm. 1, 1990, p. 19). A través de su reflexión, puede advertirse la importancia que se asigna a cada uno de los componentes del cambio educativo. Más aún, cuando señala: “(…) la reforma educativa debe crear o establecer los mecanismos necesarios que le permitan al director involucrarse en el desarrollo de la implantación de ésta, ya que su actitud como agente de cambio es de gran importancia por ser éste quien va a lidiar con las actitudes del profesorado, que son los llamados a implantar las innovaciones y alteraciones en el proceso de enseñanza-aprendizaje” (El Sol, Año XXXIV, Núm. 1, 1990, p. 21)

...los cambios y el éxito de los mismos no se consiguen de un día para otro. Se requiere una labor conjunta de padres, maestros, estudiantes y la comunidad en general. Trabajar juntos hacia el bien común debe ser el objetivo, si se quieren ver los logros del proyecto.

Es tan importante la preparación del maestro, como la dinámica que propicia el líder educativo inmediato en cada núcleo escolar, teniendo en mente “que todo cambio impuesto de arriba hacia abajo en una sociedad UN SIGLO DE LuCHa EDuCaTIVa v 271


Es tan importante la preparación del maestro, como la dinámica que propicia el líder educativo inmediato en cada núcleo escolar, teniendo en mente “que todo cambio impuesto de arriba hacia abajo en una sociedad dinámica está destinado al fracaso”.

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dinámica está destinado al fracaso”. (El Sol, Año XXXIV, Núm. 1, 1990, p. 20). Por ello, la importancia de que cada integrante de la comunidad educativa pusiera su grano de arena, para conformar el sistema educativo al que aspiraban y deseaban tener. Tal como señala Saray Martínez, estudiante de la escuela Ismael Maldonado de Ponce, como representante de los componentes del núcleo del sistema educativo, quien “considera que el deber de los padres es educar e instruir, al igual que es deber del maestro…sin educación no se puede introducir al estudiante en la instrucción” (El Sol, Año XXXII, Núm. 3, 1988, p. 3). La labor del maestro es de suma importancia, pero es complementaria a la educación que inicialmente se recibe en el hogar. La dedicación y esfuerzo del docente sin la integración de los padres en el proceso educativo de sus hijos resulta una labor incompleta. Por eso, la insistencia del compromiso de los integrantes del proceso educativo-estudiantes-maestrospadres-comunidad-administradores escolares. En este punto, es meritorio destacar las palabras de la Directora Ejecutiva de la Comisión de Reforma Educativa (CRE), profesora Nilda García Santiago cuando alude al uso de la semántica para caracterizar que renovar y reformar “son dos términos que podrían confligir [sic]. El término reformar es volver a dar forma, pero hay que saber a qué, a la estructura, a lo académico, a lo administrativo, etc. Renovar es dar nuevos bríos a la educación y eso es lo que queremos.” (El Sol, Año XXXIV, Núm. 1, 1990, p. 5). Uno de los aspectos que señala García Santiago radica, precisamente, en renovar la integración de los padres, dado que éstos son colaboradores esenciales en el proyecto reformista. Su percepción de la desvinculación de los padres en el proceso educativo de sus hijos radica en que “muy pocas veces se les llama para decirle: este es el currículo que se va a implantar en esta escuela o en esta escuela vamos a cambiar el horario o tal vez qué ideas nos sugiere para mejorar la escuela” (El Sol, Año XXXIV, Núm. 1, 1990, p. 6). De esta manera, la visión de la educadora y Directora Ejecutiva de la Comisión evidencia la importancia de la integración y envolvimiento de los padres en el proceso educativo de sus hijos. Así también, señala las fallas del Departamento de Instruc-


ción en lograr ese envolvimiento de los padres en los procesos educativos.

Reclamos económicos

Uno de los reclamos que se destaca en la lucha de la Asociación a lo largo del siglo XX está enmarcado en el aspecto económico. Este reclamo está definido como aquel que se vincula al aspecto laboral, mediante el intento de mejorar las condiciones de trabajo del docente como consecuencia de la aprobación de aumento de salarios, estatutos, convenios colectivos y regímenes de pensiones. Según Peter Fisher (2009), las condiciones de trabajo, los sueldos y la profesión docente se constituyen como uno de los aspectos que han estado presentes en la historia de la resistencia y los conflictos entre los sindicatos docentes y los gobiernos durante los procesos de reforma. De igual forma, Guillermina Tiramonti establece “en el caso específico del sindicalismo docente la conflictividad se desarrolló básicamente alrededor de los salarios docentes y de las mejoras de sus condiciones de trabajo” (2001, pp. 9-10). Desde esta perspectiva se analizarán los reclamos económicos presentados en las distintas publicaciones provenientes de la Asociación de Maestros a lo largo de las décadas de los ochenta y mediados de los noventa. La Asociación de Maestros posee un suborganismo, desde la década de 1920, la Comisión Permanente de Problemas Educativos, la cual estaba destinada a analizar la situación laboral de los docentes y todos aquellos asuntos que necesitaban mejorarse en el sistema educativo. Es decir, la Comisión tenía a su cargo viabilizar estudios para someter las posibles soluciones de los problemas que perjudicaban a los maestros en su ambiente educativo. (El Sol, Año XXVI, Núm. 3, 1982, p. 2). El primer informe técnico que realizó la Comisión Permanente de Problemas Educativos, en el año 1984, destacó cuál era el estado del magisterio puertorriqueño en relación al entorno y las situaciones que incidían en su ejercicio de la docencia. El reflejo de las condiciones de vida a las que estaba sometida la muestra de los maestros seleccionados para participar en la encuesta, dejó ver las condiciones precarias que encaraban los

El proceso de reforma educativa que tomó forma entre 1989 y 1990 sirvió de base para muchas de las iniciativas que hoy se discuten públicamente para elevar los estándares de la educación pública (AHAMPR).

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educadores puertorriqueños. Algunos de los señalamientos indicaban que el papeleo y la burocracia administrativa, la falta de materiales didácticos y el salario devengado y las instalaciones físicas eran los principales inconvenientes que afectaban su labor. La mayoría de los maestros evidenció cómo el salario se esfumaba en gastos básicos como alimentación, vivienda, préstamos y los gastos de agua, luz y electricidad, sin dejar espacio para invertir en su recreación o en su mejoramiento profesional. (Informe de la Comisión de Problemas Educativos, Asamblea 1984, pp. 10, 18-19). Los maestros encuestados, en una actitud optimista, expresaron que “el futuro del magisterio es bueno siempre y cuando se mejoren las siguientes condiciones: unión de todos con unas metas claras, mejores condiciones de trabajo y sueldo, se establezca una filosofía, una reforma y una junta educativa y se logre reducir la carga docente” (Informe de la Comisión de Problemas Educativos, Asamblea 1984, p. 33). Resulta muy encomiable su actitud, cuando por años, han estado escuchando la importancia de su labor, pero no ven a cambio la recompensa a sus esfuerzos. Una de las características de los reclamos económicos de la AMPR radica en sus dos vertientes: la profesionalización del maestro y los salarios e incentivos. Una de las propuestas para lograr la profesionalización del maestro incluía el aumento de los índices de ingreso en los Colegios o Facultades de Pedagogía del País, para que la educación escolar estuviera en manos de los candidatos más competentes, de manera que se caracterizara por la excelencia, la calidad y la competitividad (El Sol, Núm. 1, 1984). “(…) elevar los índices académicos de graduación y de las asignaturas del campo de la especialidad; estaDurante ocho blecimiento de normas rigurosas de selección y certidécadas, la Comisión ficación del maestro; ofrecimiento de educación contiPermanente de Problemas Educativos fue puntero en señalar nuada al personal como requisito para mantenerse en diversas problemáticas de la educael puesto; mejores salarios e incentivos para atraer al ción pública, presentando soluciones magisterio a las personas más capacitadas e idóneas y propuestas. Algunos de los temas de investigación giraron en torno a las y, sobre todo, retenerlas dentro de la profesión”. (p. 5)

situaciones relacionadas con el magisterio y los retos profesionales, laborales y personales que enfrenta nuestra clase profesional (1984, AHAMPR).

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La cita anterior da una muestra de la política que desea promover la AMPR, en beneficio de la profesionalización del maestro. Es la misma que años más tar-


de, en 1990, va a ser pronunciada por la profesora Nilda García, cuando analiza la falta de vinculación entre el proceso de reforma educativa del sistema educativo y la Facultad de Educación de la Universidad de Puerto Rico, Recinto de Río Piedras. García hace la exhortación a reformar el sistema de enseñanza público en ambos niveles académicos: la educación escolar y la educación universitaria, de manera que existiera un vínculo entre la universidad y con el proyecto de reforma educativa que se estaba implantando en las escuelas de la Isla. (El Sol, Año XXXIV, Núm. 1, 1990). Además, en el número 4 de la Revista El Sol de 1988, recomienda la aprobación del requisito de certificación de maestro para ejercer la docencia como lo demuestra la próxima cita: “Luego que el maestro se prepara, su certificación implica una serie de detalles de suma importancia. Ya el maestro está acreditado por ley y tiene unos derechos que deben ir a la par con sus deberes. Se recomienda lo siguiente: que el maestro apruebe un examen que mida su dominio del área general de educación y de su especialidad”. (p. 3)

“nosotros los maestros esperamos que se nos aumente el sueldo, no en lo que se pueda. Tiene que ser un aumento sustancial, que nos saque del hambre y de la miseria. Tendrá que dolerle profundamente, pero hay que buscar los chavos para hacerles justicia a los maestros”.

En el interés de que el maestro permaneciera actualizado y activo en el progreso educativo, la propuesta de la AMPR sugirió que se diera vigencia a la Ley de Sabática. Esto permitiría que los maestros mejoraran profesionalmente, investigaran, produjeran currículo, escribieran libros y realizaran tareas educativas a tono con los conocimientos y habilidades que poseyeran. Una de las luchas que históricamente han tenido que ejecutar los maestros estriba en la remuneración económica por la realización de la labor docente. El Estado reconocía que parte de la reforma educativa tenía que incluir el mejoramiento profesional y la capacitación de los maestros, así como la evaluación de las escalas salariales. En la Asamblea Anual de la Asociación de Maestros celebrada en diciembre de 1985, José Eligio Vélez, anunció el compromiso programático que había contraído el licenciado Rafael Hernández Colón, Gobernador de Puerto Rico, y la Asamblea Legislativa con los maestros puertorriqueños de aprobar la otorgación de un “sustancial” aumento de sueldo. Expresó que la UN SIGLO DE LuCHa EDuCaTIVa v 275


“Luego que el maestro se prepara, su certificación implica una serie de detalles de suma importancia. Ya el maestro está acreditado por ley y tiene unos derechos que deben ir a la par con sus deberes. Se recomienda lo siguiente: que el maestro apruebe un examen que mida su dominio del área general de educación y de su especialidad”.

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posición de la Asociación era que “hay que legislar no solamente el año que viene, sino durante los próximos tres años para llevar el sueldo básico de un maestro con bachillerato a mil dólares que es el sueldo mínimo decente que debe devengar cualquier empleado público en Puerto Rico, muy especialmente el maestro” (Acta de la Septuagésima Quinta Asamblea Anual Ordinaria, AMPR, 7 y 8 de diciembre de 1985, p. 56). De igual manera, esperaban por el cumplimiento de los compromisos del aumento de la aportación patronal, la revisión de las pensiones de los maestros retirados y las condiciones laborales de los docentes. Un aspecto que denota la insatisfacción de José Eligio Vélez, con los vaivenes políticos a los que continuamente someten a los maestros y a la educación pública puertorriqueña, está cimentado en el compromiso de reformar el sistema educativo. Vélez anunció que “nosotros tenemos que estar atentos a que la Secretaria de Instrucción cumpla con el compromiso de reformar el sistema y que el Presidente de la Universidad cumpla con el compromiso de reformar el sistema universitario; porque ya está bueno de promesas” (Acta de la Septuagésima Quinta Asamblea Anual Ordinaria, AMPR, 7 y 8 de diciembre de 1985, p. 57). Cabe señalar que la demanda que lanza Vélez, se la hace a Awilda Aponte Roque, quien había sido designada Secretaria de Instrucción el año anterior por Hernández Colón siendo Directora Ejecutiva de la Asociación. Vélez demostró la posición de la agrupación magisterial y ese ya está bueno de promesas, anuncia que los maestros no se conformarían con menos de lo que entendía que merecían. Anuncia el que ya es hora de que se les haga justicia y, sobre todo, el que se respete la encomiable labor que realizan, a pesar de las precarias condiciones en las que el Estado los somete a ejercer la docencia. Como parte de los mensajes ofrecidos, el presidente del Senado, Miguel Hernández Agosto, ofreció su mensaje en el cual hacía hincapié a los maestros asociados de su compromiso de aumentarle el sueldo, tanto a todos los maestros puertorriqueños como a todos los empleados públicos. Hernández Agosto señalaba que ese aumento sería “el más alto posible dentro de las circunstancias


que nosotros confrontamos” (Acta de la Septuagésima Quinta Asamblea Anual Ordinaria, AMPR, 7 y 8 de diciembre de 1985, p. 64). A este mensaje, según lo recoge el acta, José Eligio Vélez reaccionó, respondiéndole que “nosotros los maestros esperamos que se nos aumente el sueldo, no en lo que se pueda. Tiene que ser un aumento sustancial, que nos saque del hambre y de la miseria. Tendrá que dolerle profundamente, pero hay que buscar los chavos para hacerles justicia a los maestros”. (Acta de la Septuagésima Quinta Asamblea Anual Ordinaria, AMPR, 7 y 8 de diciembre de 1985, p. 65). Con ese tono enérgico, el presidente de la Asociación de Maestros, reacciona y le reclama directamente por el juego de palabras empleado, para justificar que la cantidad en que podían aumentar el salario de los maestros no era precisamente la más alta, pero sí la que podían otorgar dado los compromisos económicos que tenía la administración gubernamental. Hay que recordar que era Hernández Agosto, como Presidente del Senado, el encargado de dirigir el proceso de reforma educativa, el cual era alternado por los presidentes de los cuerpos legislativos cada año. En el proceso de conformación de la ley orgánica que regularía la educación pública puertorriqueña, Roque Díaz Tizol, subsecretario del Departamento de Instrucción Pública, señaló en entrevista con la editora de la Revista El Sol, Evelyn Cruz, lo siguiente: “La reforma no puede hacerse si no se mejora la preparación de los maestros y del personal docente con todo lo que esto conlleva: preparación pre-universitaria, universitaria, capacitación en servicio, un sistema riguroso de evaluación, una buena remuneración económica, que se pague mejor al que más y mejor trabajo le rinda al sistema, y premiar la labor de excelencia y compromiso de ese educador”. (El Sol, Año XXXII, Núm. 3, 1988, p. 6) Según la visión de Díaz Tizol, quien había presidido el Comité Pro Excelencia del Sistema Educativo en Puerto Rico que produjo el Informe de 1983, la deficiencia en los resultados de los egresados del sistema de enseñanza público recae en el compromiso de los maestros con su desempeño laboral. Su postura no contempla que los UN SIGLO DE LuCHa EDuCaTIVa v 277


Por ello, continuamente, la clase magisterial puertorriqueña ha reclamado la valoración de su desempeño y la justicia salarial a la que tienen derecho como profesionales en el área de la educación.

docentes sólo pueden realizar excelente trabajo cuando poseen los recursos educativos necesarios, ejercen en un ambiente educacional saludable, tienen el apoyo de sus superiores y de la comunidad escolar, pero, sobre todo, cuando están bien remunerados por la labor realizada. Por ello, continuamente, la clase magisterial puertorriqueña ha reclamado la valoración de su desempeño y la justicia salarial a la que tienen derecho como profesionales en el área de la educación. En la documentación se observa, cómo algunas de las propuestas promovidas por la Asociación de Maestros en referencia a la reforma educativa estaban muy relacionadas con los salarios e incentivos, para que hicieran justicia a la labor y dedicación del docente a la tarea educativa. A tal efecto, en la Revista El Sol, número 4 de 1988, se destaca lo siguiente: “Que las escalas salariales sean revisadas a tono con las responsabilidades y exigencias de este profesional y que se mantengan actualizadas de acuerdo al costo de vida; que se instituyan incrementos salariales continuos y otras funciones que actualmente no están remuneradas, para estimular a los maestros; que se revise la ley que crea la licencia por enfermedad para que el maestro no pierda los días acumulados en exceso de 90 días. Esta medida contribuirá a reducir el ausentismo en las escuelas”. (p. 4) En cuanto a otro tipo de incentivos, sugiere que haya menos matrícula por grados; horario flexible; materiales especiales y personal para profesional. Asimismo, propone oportunidades de estudio; viajes culturales y bonificación especial para maestros que trabajan en la zona rural aislada. Otro destacado dirigente y vicepresidente de la AMPR, Eugenio del Valle, plantea en 1989 (El Sol, Núm. 4) que: “(…) le preocupa mucho el empeño que hay en creer que la reforma se compone de unos cambios estructurales. Tenemos que pensar en lo que va a ocurrir en el salón de clases. Para que un maestro trabaje bien tiene que tener una carga de alumnos adecuada. Consideramos que 25 estudiantes son suficientes... aboga por unas motivaciones que consigan volver a los libros,

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Los reclamos económicos para el magisterio han estado enmarcados en mejorar las condiciones de trabajo como consecuencia de la aprobación de aumentos de salarios, estatutos, convenios colectivos y regímenes de pensiones. La valorización social del magisterio incluye, entre otros aspectos, beneficios que apoyen la calidad de vida del magisterio. La foto muestra una manifestación frente al Capitolio en 1995 (AHAMPR).

a la búsqueda del conocimiento y la información. El maestro está preparado para cualquier cambio, si le dan los medios. Ahora no está preparado para que le exijan lo que no puede hacer”. (p. 19) Dentro de los directivos de la AMPR fluye un discurso dirigido a mejorar la orientación de la estructura del aparato educativo. Las recomendaciones van desde la estructura misma hasta la mentalidad que debe tener el estudiante, quien es el eslabón central de la cadena educativa y funge como “sujeto” primordial y esencial del proceso de enseñanza-aprendizaje. En la vertiente de salarios e incentivos, la Asociación dedicó varios números de la publicación ASOMA, a destacar su lucha y su posición, en torno al cumplimiento contraído por el Departamento de Educación, según lo dispuesto en la Ley 89 de 1979, Ley de Retribución Uniforme. En la columna del Mensaje del Presidente, José Eligio Vélez declaró las siguientes palabras: UN SIGLO DE LuCHa EDuCaTIVa v 279


Dentro de los directivos de la AMPR fluye un discurso dirigido a mejorar la orientación de la estructura del aparato educativo. Las recomendaciones van desde la estructura misma hasta la mentalidad que debe tener el estudiante, quien es el eslabón central de la cadena educativa y funge como “sujeto” primordial y esencial del proceso de enseñanza-aprendizaje.

“Nuestra lucha no es con la intención de dislocar el sistema. No somos una institución violenta ni tampoco insegura…contamos con excelentes abogados y con el respaldo unánime de una clase magisterial, que cree en el diálogo y confía en los acuerdos” (ASOMA, marzo de 1992, p. 2). El alegato de la Asociación, se basó en el incumplimiento de los funcionarios gubernamentales, el director de Presupuesto, el secretario del Trabajo y la secretaria de Educación, al retrasar el pago, provisto por la referida ley, del debido aumento a todo aquel maestro cualificado para recibir el incentivo económico. Entre los señalamientos de la Asociación se destaca que el Departamento de Educación no había realizado la evaluación de expedientes pertinente para determinar los maestros que cualificaban para recibir el aumento de $25.00 mensuales. (ASOMA, Año XIX, Núm. 45, agosto de 1992, p. 3). En el artículo de la Redacción ASOMA “Que se atengan a las consecuencias” (marzo de 1992, pp. 4-5), como su título lo anuncia, la Asociación emprendió una fuerte lucha y pleito legal para lograr que el Estado cumpliera con su obligación, en referencia a la Ley 89. En su exposición, señalan abiertamente las consecuencias que tienen para la clase magisterial el incumplimiento de la ley y su visión de cómo el Estado dilató el pago correspondiente: “(…) dejen de recurrir a tácticas y estrategias dilatorias, que tan sólo tienen el efecto de privar a la clase magisterial de los beneficios de la Ley que nos ocupa. La clase magisterial es una privada de recursos; históricamente ha sido mal pagada. El privar a ésta del beneficio económico de la Ley 89, implica que unos no podrán sufragar gastos de necesidades básicas. El reclamo del presente caso, no es uno en el vacío para el maestro, la ausencia de $50.00 o $10.00 pueden representar la falta de un medicamento o la compra de un artículo de primera necesidad”. Según se desprende de la cita anterior, los maestros que cualificaban para el aumento salarial estaban siendo privados por su patrono de tener una mejor calidad de vida y de recibir un dinero al cual tenían todo su dere-

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cho, mediante la aprobación de ley. Sobre todo, avala el señalamiento que continuamente se realiza en relación a que los maestros no pueden subsistir con el salario que reciben y que la abstención del pago del aumento traía como consecuencia la privación de muchos docentes a sufragar necesidades básicas. El discurso de la AMPR, también, señala que la educación es un componente esencial para el desarrollo del bien colectivo y una estrategia de supervivencia de la sociedad. De esta manera, se contradice la idea generalizada de que la función primordial de la educación es asegurar el ingreso al mercado laboral. Es decir, la educación trasciende como un mecanismo de formación del ser humano con un conocimiento integral. La educación es generadora de cultura, permite el crecimiento del ser humano y fomenta el humanismo, aspectos que no pueden estar aislados en el proceso de formación intelectual. Roque Díaz Tizol destaca que uno los nuevos objetivos de la Ley Orgánica del Departamento de Educación (Ley 68 de 28 de agosto de 1990) estriba en posicionar al estudiante como el centro del sistema educativo. No obstante, Díaz Tizol cuestiona la metodología a utilizar para concretizar lo estipulado en la Ley 68 de 1990. Comenta que “la enseñanza debe ser un proceso democrático que permita la participación del estudiante en los procedimientos que se llevan a cabo y, sobre todo, que le permitan compartir las decisiones con relación a cómo se educa y con qué se educa. ¿Se logrará así en realidad?” (El Sol, Año XXXIV, Núm. 4, 1990, p. 10). Su línea de pensamiento es una crítica directa a las formas que habían regido el proceso de enseñanza-aprendizaje hasta la década de los noventa, las cuales se caracterizaron por tener un currículo centralizado en las materias, más que en el educando; la evaluación determina el dominio de contenidos y no los cambios de aptitud del ser humano; con una educación de naturaleza bancaria y donde las técnicas y los métodos de enseñanza enfocaban más el promedio que las diferencias individuales de cada educando. Su propuesta estaba dirigida a la democratización de la educación, para lograr el tipo de ciudadano que

Durante la década de 1980, la Asociación se insertó en discusiones públicas reafirmando su defensa de la cultura puertorriqueña y de las instituciones que la salvaguardan. En 1982, apoyó la gestión de don Ricardo Alegría para que Puerto Rico fuera miembro asociado de la UNESCO, a pesar de que la condición política actual no lo permite (AHAMPR).

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Los reclamos políticos, económicos, ideológicos y sindicales formaron parte de esta década (AHAMPR).

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aspira a formar el sistema educativo. Es decir, “un puertorriqueño comprometido con el bien común sobre el bien individual; un puertorriqueño crítico y reflexivo con relación al mundo que le rodea; un puertorriqueño orgulloso de haber formado parte del sistema educativo. Ese puertorriqueño que practique una vida buena y productiva, en lugar de una buena vida. A ello se aspira en la Ley, ¿se hará realidad?” (El Sol, Año XXXIV, Núm. 4, 1990, p. 10). Culmina su artículo describiendo el tipo de vínculo que debe existir entre los componentes del sistema educativo. “La encomienda descrita no es tarea fácil porque requiere cambiar los enfoques y procedimientos de trabajo; requiere compromiso del personal, de los padres y de los estudiantes; requiere dedicación y desarrollo de competencias. Pero el esfuerzo vale la pena porque es necesario recordar que la excelencia cuesta, pero a la larga la mediocridad cuesta más”.(El Sol, Año XXXIV, Núm. 4, 1990, p. 10). De manera que la reflexión con la cual termina la cita anterior, es una muestra de cómo el dinero, el tiempo y la dedicación a la educación de los ciudadanos en edad escolar no es una carga para el Estado, sino una inversión que eventualmente rinde los frutos en el bienestar de la Isla. A tono con esta línea de pensamiento, deseo concluir este apartado con la reflexión de la profesora Haydeé M. Díaz de Román, ex directora de la Región Educativa de San Juan, cuando recalca que el propósito de reformar un sistema educativo radica en proveerles a sus ciudadanos una mejor calidad de vida y desarrollar al país en todo sentido. Añade que “cada integrante del Sistema Educativo deberá asirse a este norte de la educación, porque de lo contrario se estaría trabajando sólo para la obtención de un salario” (El Sol, Año XXXIV, Núm. 1, 1990, p. 14). Esta reflexión de Díaz de


Román, precisamente rechaza la visión que determina que el paso por la escuela y la consecución de un grado académico es exclusivo para el ingreso del egresado al mercado laboral. De ser así, tendríamos una educación al servicio del mercado, obviando la verdadera función de la educación que es la formación de un ser humano con conocimientos universales, un individuo íntegro que sea capaz de reflexionar y de colaborar en la consecución de una mejor sociedad, en la que cada ciudadano pueda disfrutar de una mayor calidad de vida.

Reclamo ideológico

Para efectos de analizar el discurso de los reclamos ideológicos, vale destacar que se refiere a aquel que cuestiona aspectos relacionados con la descentralización, privatización y la política pública de carácter neoliberal que se promovió a partir de los noventa (Delich y Savransky, 2007; Cosi, M.H., 2007). La literatura sobre los reclamos ideológicos respecto a las reformas educativas en América Latina permite observar que las tendencias en los gobiernos que impusieron políticas neoliberales en países desarrollados se caracterizaron por intentar lograr la eficacia, la efectividad y la competitividad social. Por el contrario, en los países en vías de desarrollo a estas políticas se le suman otros objetivos como el combatir la eficacia, la efectividad, el acceso, la equidad, la calidad, la gestión, el financiamiento, la autonomía y la integración en el aparato productivo (Royero, 2008). Aspectos que, como se desprende en el caso de la reforma educativa en Puerto Rico, llevaron a las agrupaciones de maestros a aunar fuerzas y a luchar en conjunto contra la Ley de las Escuelas de la Comunidad, el establecimiento del Programa de Becas Especiales y Libre Selección de Escuelas, de 1993. Cuando Rafael Hernández Colón se encontraba en la campaña eleccionaria de 1984, prometió “atender la situación educativa y elevar la calidad de la enseñanza al nivel que exigen los tiempos” (Hernández Colón, 1991, p. 216). Como resultado de los compromisos programáticos contraídos durante la campaña eleccionaria, en agosto de 1990 se aprobó la nueva Ley Orgánica del Departamento de Educación, Núm. 68, que reorganizó el sistema educativo en cuatro niveles administrativos:

“La encomienda descrita no es tarea fácil porque requiere cambiar los enfoques y procedimientos de trabajo; requiere compromiso del personal, de los padres y de los estudiantes; requiere dedicación y desarrollo de competencias. Pero el esfuerzo vale la pena porque es necesario recordar que la excelencia

cuesta, pero a la larga la mediocridad cuesta más”

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En un junte histórico, el entonces presidente de la Federación de Maestros de Puerto Rico (FMPR), Renán Soto, y David Malavé, presidente de Educadores Puertorriqueños en Acción (EPA), junto a José Eligio Vélez, deponen en las vistas públicas en que rechazaron la aprobación de la Ley de las Escuelas de la Comunidad en 1993 (AHAMPR).

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central, regional (7), distrito escolar (100) y el núcleo escolar, contrario al anterior esquema (6) regiones, (84) distritos. Se suponía que la nueva ley orgánica otorgara mayor autonomía en el poder decisional en el nivel del Distrito Escolar y en especial en el núcleo escolar. En junio de 1993, bajo la primera administración gubernamental de Pedro Rosselló González, se aprobó el Desarrollo de las Escuelas de la Comunidad, Ley Núm. 18, como un nuevo intento de transformar las escuelas tradicionales en escuelas de la comunidad, cuyos principios señalaron que: a) el estudiante fuera el centro y la razón del sistema educativo; b) el maestro como agente de cambio; c) las escuelas tuvieran mayor autonomía en aspectos académicos, fiscales y administrativos y d) mayor participación ciudadana en los consejos escolares. Se pretendía que toda la comunidad participara en el proceso organizacional y de toma de decisiones pertinentes a cada núcleo escolar. Según esta ley, el Consejo Escolar de las escuelas tendría mayor autonomía. Una vez que las escuelas tradicionales completaran su proceso de integración a la nueva estructura de escuelas de la comunidad, se planteaba la aprobación de una nueva ley orgánica que definiera las nuevas relacio-


nes en el sistema educativo. A tal propósito se aprobó la Ley Núm. 149, Ley Orgánica para el Departamento de Educación Pública de Puerto Rico de 15 de julio de 1999, vigente al día de hoy. La AMPR muestra en su producción documental una línea discursiva que plantea no sólo las necesidades del maestro para ejecutar sus labores docentes, sino que, también, cuestiona el poder decisional del maestro. Ángel Luis Ortiz, profesor del Departamento de Estudios Graduados de la Universidad de Puerto Rico y colaborador de la Revista El Sol, señala en su análisis sobre el diseño y evaluación curricular contenido en la Ley 18 de 1993: “nos parece una contradicción que por un lado se le diga al maestro que diseñe su currículo de acuerdo con las necesidades de sus estudiantes y luego el Consejo tenga la potestad de aprobar o rechazar el mismo” (El Sol, Año XXXVIII, Núm. 2, 1994, p. 6). Uno de los argumentos del doctor Ortiz radica en la centralización del poder que –a pesar del intento de erradicación–, seguía latente y en la incapacidad del Instituto de Reforma Educativa para capacitar y adiestrar a los maestros en la preparación del currículo pertinente que, según la Ley 18 de 1993, tenían que implementar en cada núcleo escolar. Nuevamente se le asignaba una mayor responsabilidad al maestro del salón de clases, sin darle los medios para ejercer su labor educativa. Ortiz destaca “es injusto pedirle a los docentes que realicen tareas para la cual no están preparados” (El Sol, Año XXXVIII, Núm. 2, 1994, p. 7). Uno de los señalamientos de la Asociación se basó en que no había ningún aspecto de descentralización con simplemente afirmar que el maestro tenía mayor autoridad y autonomía, cuando no se le entregaban los recursos para ejercerlos. Además, se cuestionó la estructura organizacional vertical predominante en el Departamento de Educación, donde las decisiones se toman a nivel central y el maestro sólo es el instrumento que pone en funcionamiento las políticas públicas del Estado. Para el doctor Ortiz, “la Ley 18 es un intento de reforma educativa y curricular que se queda corto debido a que no supera errores históricos. En Puerto Rico, no se debe realizar una reforma educativa divorciada de una reconceptualización y planificación social dentro de la

La AMPR muestra en su producción documental una línea discursiva que plantea no sólo las necesidades del maestro para ejecutar sus labores docentes, sino que, también, cuestiona el poder decisional del maestro.

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El trío de maestros, junto a Awilda Aponte Roque, entonces presidenta del Consejo de Educación Superior, en un foro en la Facultad de Educación del Recinto riopedrense de la Universidad de Puerto Rico (AHAMPR).

Uno de los señalamientos de la Asociación se basó en que no había ningún aspecto de descentralización con simplemente afirmar que el maestro tenía mayor autoridad y autonomía, cuando no se le entregaban los recursos para ejercerlos. Además, se cuestionó la estructura organizacional vertical predominante en el Departamento de Educación, donde las decisiones se toman a nivel central y el maestro sólo es el instrumento que pone en funcionamiento las políticas públicas del Estado.

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cual la educación desempañaría un papel importante” (El Sol, Año XXXVIII, Núm. 2, 1994, p. 7). Una de las modalidades implantadas en Puerto Rico, al igual que en varios países de América Latina, fue la otorgación de “vouchers” o vales educativos para libre selección de escuelas, aduciendo que eran un medio para combatir las fallas del sistema educativo estatal y para que los alumnos pobres obtuvieran igualdad de oportunidad en acceso educativo que les ofrecían las escuelas privadas. (West, 1998). Esta estrategia fue implantada en Puerto Rico como parte de la política pública que estableció el gobernador Pedro Rosselló González (El Sol, Año XXXVII, Núm. 1, 1993). Estas medidas causaron mucho furor entre la comunidad en general y provocaron que las agrupaciones de maestros, las cuales tenían enfoques divergentes, se unieran en contra de la propuesta gubernamental. La AMPR se percató de que la reforma educativa que se proyectaba representaba una amenaza, pues pondría a competir a la escuela pública con la privada, al maestro de la escuela pública con el maestro de la escuela privada y, por ende, al estudiante de escuela pública con el de escuela privada. El rechazo ante la proyectada aprobación de Ley Núm. 71, Programa de Becas Especiales y de Libre Selección de Escuelas del Departamento de Educación, de septiembre de 1993, radica en su incons-


titucionalidad, ya que no se pueden utilizar fondos estatales para subvencionar corporaciones privadas. En el proceso de reclamarle al Estado por las políticas de privatización ejecutadas a través de los vales educativos, las agrupaciones docentes en la Isla- la AMPR, FMPR y la EPA (Educadores Puertorriqueños en Acción)- lograron hacer a un lado sus discrepancias institucionales y aunaron sus fuerzas para crear el Frente Unido de Trabajadores de la Educación, como lo refleja la siguiente cita: “se han unido en una sola voz para defender los derechos de todo el magisterio puertorriqueño” (FMPR, 1993). Además del esfuerzo conjunto en la calle, para la AMPR y para José Eligio Vélez había que combatir la polémica aprobación en el Tribunal. “Detenerla en la Corte… hay que mejorar la educación, pero no a costa de los derechos de los maestros… advirtió que las escuelas que no llenen los requisitos se cerrarán”. Lo más interesante de sus planteamientos es que indicaba “que la huelga está más cerca de lo que a gente cree, y será una huelga masiva” (El Diario, 1993, p. 5). Más aún, expresó su oposición a la implantación de la referida ley, dado el fracaso que había tenido el programa de vales educativos en trece estados de los Estados Unidos de América. (El Sol, Año XXXVII, Núm. 1, 1993, p. 20). Así, la Asociación evidenció que este programa no redundaría en beneficios para los estudiantes, sino en detrimento del sistema de enseñanza público. Asimismo, la crítica fundamental es que no solamente se reestructuraba el sistema, sino que se trastocaban los derechos adquiridos por sus representados.

La AMPR se percató de que la reforma educativa que se proyectaba representaba una amenaza, pues pondría a competir a la escuela pública con la privada, al maestro de la escuela pública con el maestro de la escuela privada y, por ende, al estudiante de escuela pública con el de escuela privada.

Reclamo sindical

Las organizaciones docentes históricamente han reclamado al Estado el derecho a la negociación colectiva, como alternativa para avanzar en la consecución de mejores condiciones laborales. En Puerto Rico, el reclamo sindical fue dilatado por el Estado hasta que en 1998 se aprobó la Ley de Relaciones del Trabajo para el servicio público de Puerto Rico, conocida como la Ley Núm. 45 de 1998. De esta manera, a partir de ese momento, los empleados gubernamentales tenían el derecho a organizarse en sindicatos para negociar las relaciones obreropatronales. UN SIGLO DE LuCHa EDuCaTIVa v 287


En la década de los ochenta, se observa la trayectoria de reclamos en materia de sindicación que realizó la AMPR. La Asamblea Anual de 1986 fue uno de los escenarios en el cual Vélez informó el estado de las reivindicaciones laborales exigidas al Gobierno en los pasados años y las gestiones que estaban efectuando en coordinación con las dependencias gubernamentales pertinentes, para mejorar las condiciones de los maestros activos, así como de los maestros retirados. Su lucha procuraba un aumento en la aportación patronal para los gastos médicos. Vélez les informó a los delegados en la Asamblea que “vamos a tener que hacer una demostración de fuerza, si no se nos atiende. Así que, amigos, tengan comprados unos ‘tennis’ cómodos porque vamos a empezar a marchar de nuevo” (Acta de la Septuagésima Sexta Asamblea Anual Ordinaria, diciembre 1986, p. 66). Claramente, esta expresión va a tono con uno de los modos de acción, característico de las organizaciones propiamente sindicales, las cuales utilizan la confrontación y la movilización de su matrícula para llevar a cabo los reclamos frente al administrador-patrono-Estado (Gentili, Suárez, Stubrin y Gindín, 2005). En relación a la lucha de los maestros para que el Estado les otorgue mediante aprobación de ley el derecho a sindicalizarse, Vélez hace una exhortación a permanecer atentos para luchar por este derecho, cuando les indica: “Hay otro asunto que no debemos olvidar, que a este momento debido a unas circunstancias está medio en estado durmiente y es el derecho a negociar condiciones de trabajo. Nosotros tenemos que estar atentos a cuando llegue el momento apropiado y el ambiente sea propicio para insistir en ese derecho…nosotros tenemos que estar preparados porque ese derecho no va a resolver todos los problemas nuestros ni todos los problemas de la educación, pero va a ayudar a resolverlos y esta organización tiene que estar preparada para ese momento” (Acta de la Septuagésima Sexta Asamblea Anual Ordinaria, diciembre 1986, p. 67). La cita anterior no alude a un reclamo inmediato por el derecho a sindicalizarse, más bien, se infiere el in288 v UN SIGLO DE LuCHa EDuCaTIVa


terés por permanecer vigilante para cuando estuvieran presentes los factores propicios para que los empleados públicos, entre ellos, los maestros, lograran esa conquista frente a su patrono, el Estado. A través de estas expresiones se pone de manifiesto la importancia de tener el derecho a sindicalizarse, para mejorar las condiciones laborales de los docentes y resolver algunos de los problemas que aquejaban el sistema de enseñanza. De manera realista, Vélez reconoce que la sindicación no resolvería todos los problemas que afectan a los trabajadores de la educación, pero sí ayudaría a mejorar sus condiciones laborales y el ambiente educativo que debía permear en los núcleos escolares. La línea editorial de la Revista El Sol, en su número 1 de 1999, titulado Sindicación: ¿mito o realidad?, dedica varios artículos a analizar la relación de los docentes con la aprobada Ley de Sindicación. Este número de El Sol plantea que la trayectoria de la Asociación de Maestros ha sido una de carácter sindical, dada las ejecutorias que ha realizado desde su fundación, en beneficio de la educación y de las condiciones laborales de sus afiliados.

José Eligio Vélez Torres (1919-2002) fue uno de los líderes magisteriales más importantes en el Puerto Rico del siglo 20. Fue electo Presidente en 1971, puesto que ocupó hasta 2001. José Eligio será recordado como un defensor combatiente del magisterio, quien impulsó la creación de leyes, aumentos salariales y servicios para los maestros. Ganó importantes pleitos judiciales, como el de persecución política en 1977 y el de los Vales Educativos en 1994.

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“Nuestra Asociación de Maestros ha estado pendiente por espacio de 87 años de todo aspecto relacionado con la educación hemos sido un sindicato, porque sin violar leyes, sin hacer huelgas y sin dimes y diretes, la historia confirma que las leyes que benefician al maestro se han luchado mediante el esfuerzo de nuestra organización” (El Sol, Año XLIII, Núm. 1, 1999, p. 3).

Algunos de los señalamientos que sustentan el rechazo de la Asociación de Maestros a la Ley de Sindicación fueron que, según redactada la ley, “no aportaba nada a los menesteres de la educación, ni a los derechos de los maestros. Impone una serie de restricciones y unos controles tan estrictos…que lleva al magisterio a dar vueltas y vueltas sin ir a ningún lado”

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No obstante, la aprobación de la Ley 45 de 1998, fue categorizada por José Eligio Vélez como “la peor ley que se pudo haber pasado y se hizo con toda la mala fe de destruir a los grupos de empleados públicos que existen” (El Nuevo Día, 2 de marzo de 1998, p. 12). Algunos de los señalamientos que sustentan el rechazo de la Asociación de Maestros a la Ley de Sindicación fueron que, según redactada la ley, “no aportaba nada a los menesteres de la educación, ni a los derechos de los maestros. Impone una serie de restricciones y unos controles tan estrictos…que lleva al magisterio a dar vueltas y vueltas sin ir a ningún lado” (El Sol, Año XLIII, Núm. 1, 1999, p. 3). A pesar de no estar de acuerdo con la ley, conforme fue aprobada, tenían la obligación de cumplir con el mandato que estipulaba y que establecía las nuevas relaciones obrero-patronales entre el Estado y las agrupaciones magisteriales. Entre las críticas a la Ley 45 de 1998, se destaca el que no había espacio para abstenerse de participar y aquellos empleados que no participaran en las elecciones en cada unidad apropiada, se contaban como votos en contra. Además, que la ley controlaba el poder del sindicato elegido para representar a la unidad apropiada, dadas una serie de prohibiciones, tales como: 1) decretar o participar en una huelga; 2) realizar cierres para obligar al representante exclusivo a lograr acuerdos en la negociación; 3) negociar cláusulas que representen compromisos económicos más allá de los recursos disponibles; 4) negociar un convenio con carácter retroactivo; y 5) negociar convenios colectivos con un término de vigencia mayor de tres años. Según la profesora Nilda García Santiago, colaboradora de la Revista El Sol, y quien realizó un análisis de las implicaciones de la Ley de Sindicación para los docentes puertorriqueños, la ley tenía que ser revisada sustancialmente.


García Santiago proponía que se integraran los siguientes aspectos que quedaron fuera de la ley aprobada: derecho a la huelga, una mejor fórmula para incrementar los sueldos de los maestros, la clasificación de puestos, la no reducción de plazas, el no aumentar las horas diarias de trabajo ni la reducción de días laborales, así como la imposición de la cuota a todos aquellos maestros que no se inscribieran en la unidad apropiada, pero que serían receptores de los beneficios luchados por el sindicato elegido. (El Sol, Año XLIII, Núm. 1, 1999, p. 10) La Asociación de Maestros estaba afiliada a la National Educational Association (NEA), organización internacional que estableció un proyecto organizativo para solicitar elecciones para convertirse en el representante exclusivo de la unidad apropiada de maestros en el Departamento de Educación. La Sindical Asociación de Maestros de Puerto Rico-NEA, representaba exclusivamente al personal activo- docente o no docente- en el Departamento de Educación. Según su presidenta Nancy Velázquez, “siempre y cuando no sea personal de supervisión o administración, todo personal activo del Departamento cualifica para estar representado” (El Sol, Núm. 1, 1999, p. 15). Velázquez destaca la importancia de la participación activa de los maestros en la toma de decisiones de asuntos que les atañen, mediante la siguiente expresión: “Lo importante de estar organizado es tener una sola voz… Quién mejor que los maestros mismos para indicar cuáles deber ser nuestras condiciones de trabajo” (Ibíd., p. 16). Su objetivo era lograr la representación de la matrícula docente y abogar, mediante la negociación colectiva con el patrono, por mejoras en las condiciones laborales de sus representados. Planteamiento que como fue esbozado en la línea editorial de El Sol, Núm. 1 de 1999, era una de las ejecutorias que había ejercido la Asociación desde los inicios de su fundación. La práctica desarrollada a través de sus primeros cien años de existencia demuestra cómo sí ejerció como sindicato docente, a pesar de la inexistencia de una ley que les otorgara tal derecho a ser un sindicato docente propiamente constituido.

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La celebración del cincuentenario de la Revista El Sol marcó un hito para la única organización profesional en Puerto Rico en mantener una publicación dirigida al magisterio durante más de 50 años de forma ininterrumpida. De izquierda a derecha, Silinette Rodríguez y Amarilis Cintrón observan la producción acumulada junto a dos miembros de la Junta Editora, Víctor Hernández y Ana Helvia Quintero, quien la preside desde 2004 (AHAMPR).

Los reclamos políticos de la Asociación destacan la importancia de la adhesión y el compromiso de los docentes, como un eslabón fundamental para lograr las transformaciones que se esperaban en la educación pública de la Isla.

Comentarios finales

La AMPR utilizó la Revista El Sol y el principal medio de comunicación entre la agrupación y sus afiliados, como un espacio para presentar sus reclamos en relación a los proyectos de reforma educativa planteados por el Estado-Patrono. En la documentación publicada procedente de la Asociación, predominan los reclamos enfocados en la profesionalización, transformación y mejora de las condiciones laborales de sus afiliados. A pesar de que la finalidad de la agrupación magisterial es defender los derechos de los maestros asociados, de sus discursos se desprende que estuvo promoviendo y defendiendo la realización del mandato de la Carta de Derechos de la Constitución del Estado Libre Asociado de Puerto Rico, para que los ciudadanos recibieran una educación pública, gratuita, con una plantilla docente de maestros capacitados para promover la calidad educativa que todo sistema de enseñanza requiere. Los reclamos políticos de la Asociación destacan la importancia de la adhesión y el compromiso de los docentes, como un eslabón fundamental para lograr las


transformaciones que se esperaban en la educación pública de la Isla. Por ello, exigía una mayor participación del maestro en el desarrollo de la política pública a ejecutarse en las escuelas, ya que éste era quien realmente conocía las necesidades del salón de clase y era la figura que tenía la responsabilidad de ejecutar lo dispuesto en los reglamentos que, a tal efecto, se legislaran o se establecieran. En relación a los reclamos económicos, los directivos de la AMPR se enfocaron en realzar el valor del maestro como profesional de carrera, igual a como se exaltaba la labor de otros profesionales colegiados. En esa búsqueda, propiciaron la regulación de la matrícula por salón de clases, disponibilidad de materiales didácticos, al igual que la regulación en la admisión a los Colegios de Pedagogía y la petición que le hicieran a la Legislatura de la aprobación del examen que midiera las capacidades y las destrezas básicas y necesarias que todo candidato a maestro debía poseer para obtener la certificación y ejercer la docencia. De los reclamos de carácter ideológico y sindical, se desprende cómo la Asociación transformó su discurso por uno más enérgico y combativo para defender la escuela pública de las políticas neoliberales fomentadas por el Estado. Así, la trayectoria de lucha de la Asociación de Maestros de Puerto Rico ha fomentado, desde sus inicios, la unidad como grupo para lograr la reforma educativa que necesita el sistema de enseñanza público de Puerto Rico. Tal como lo establecieron en sus objetivos fundacionales, la ahora centenaria Asociación de Maestros de Puerto Rico, logró la unión de los maestros para luchar por la adquisición de muchos de los derechos hoy adquiridos por los docentes. A lo largo de los años, demostró su interés en mejorar las condiciones educativas del país y el ambiente laboral de la clase magisterial. A su vez, auspició proyectos legislativos para hacerles justicia salarial a los maestros puertorriqueños. Las décadas de los ochenta y noventa, tuvieron como protagonista a una Asociación de Maestros atenta a los problemas que aquejaban a su matrícula, pero también, alerta de los cambios que necesitaba realizar el sistema educativo público y combativa para defender la educación pública puertorriqueña.

La transformación de El Sol incluye un nuevo formato gráfico y de rigurosidad académica que busca reforzar la teoría y las ilustraciones prácticas, haciendo aprehensible los últimos debates en el campo de la educación para todos nuestros docentes.

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Fiel a su misión cívica, la Asociación participa en actividades sociales y manifestaciones, cuyo objetivo es la defensa de los derechos de todos los ciudadanos. Ante la creciente represión policíaca, la institución participó de la manifestación en contra del abuso policíaco el 18 de julio de 2010 (AHAMPR).

Bibliografía Acta de la Asamblea Anual Asociación de Maestros de Puerto Rico 7 y 8 de diciembre de 1985 26, 27 y 28 de diciembre de 1986 12 y 13 de diciembre de 1897 10 y 11 de diciembre de 1988 26, 27 y 28 de diciembre de 1989 ASOMA Año XIX, Número 41, marzo de 1992 Año XIX, Número 45, agosto de 1992 Año XIX, Número 46, septiembre de 1992 Año XIX, Número 47, octubre de 1992 Calero, M.S., (27 de mayo de 1993) Maestros a las trincheras. El Diario, p.5. Desarrollo de las Escuelas de la Comunidad, Ley Núm. 18, de 16 de junio de 1993. Consultado en: http://www.presupuesto.gobierno.pr/PresupuestosAnteriores/af2001/BASLEGAL/081/Educacion-18-IRE.htm Dietz, J. (1997). Historia económica de Puerto Rico. Río Piedras: Ediciones Huracán. Gentili, P., Suárez D., Stubrin F. y Gindín J., (2005). Reforma educativa y luchas docentes en América Latina. En Graciela Frigerio y Gabriela Diker (Comps.), Educar: ese acto político (pp. 107-125). Serie Seminarios del Centro de Estudios Multidisciplinarios CEM, Buenos Aires: Argentina, Del Estante Editorial. Hernández Colón, R. (1991). Retos y luchas: 24 años de historia política puertorriqueña

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Apuntes históricos de la defensa legal del magisterio puertorriqueño v Rafael A. Nadal Arcelay1 Desde 1911, la Asociación de Maestros de Puerto Rico fue cobrando conciencia de que la vía legal era un mecanismo indispensable en la defensa de los derechos del magisterio puertorriqueño. Los atropellos a los que constantemente eran sometidos los maestros, padres y estudiantes en un sistema arbitrario dirigido por el Director de Escuela y el Superintendente Escolar, reclamaron de la Asociación de Maestros, el que ésta tuviera como prioridad la intervención en dicho proceso a favor del maestro. En el Puerto Rico de los 40 y 50, en pleno desarrollo nuestra sociedad, estaba presente una política educativa, pero se ocasionaban muchísimas injusticias en su implanta1 El licenciado Rafael A. Nadal Arcelay es Socio Principal del Bufete Cancio, Nadal & Rivera. Cursó estudios en la Universidad Interamericana, donde obtuvo su Juris Doctor en 1983. Tiene el grado de Maestría en Derecho, LLM, de la Pontificia Universidad Católica, otorgado en el 1986, habiendo completado sobre treinta créditos Doctorales con la Universidad de Valladolid, España. Entre sus publicaciones se resalta Provisional Remedies in International Commercial Arbitration, Walter de Gruyter. Berlin-New York, 1994. Se le otorgó la Medalla de Egresado Distinguido de la Universidad Interamericana de Puerto Rico en el 2004. Tiene en su relación de casos publicados los siguientes: Enrique Díaz Maldonado v. Dra. María Socorro Lacot, 123 D.P.R. 261 (1989); Héctor Berberena v. Ileana Echegoyen, 128 D.P.R. 864 (1991); Asociación de Maestros de Puerto Rico v. José Arsenio Torres, 137 D.P.R. 528 (1994); Domingo Domínguez v. E.L.A., 137 D.P.R. 954 (1995); Elizabeth Súarez Ruiz v. Aníbal Figueroa Colón, 145 D.P.R. 142 (1998); Ana Martínez Conde v. Departamento de Educación, 148 D.P.R. 648 (1999); Asociación de Maestros de Puerto Rico v. Secretario del Departamento de Educación, 156 D.P.R. 754 (2002); Mario Pérez Santos v. Comisión de Relaciones del Trabajo del Servicio Público, 158 D.P.R. 80 (2002); Asociación de Maestros de Puerto Rico v. Comisión de Relaciones del Trabajo del Servicio Público de Puerto Rico, 159 D.P.R. 81 (2003); FMPR v. María M. Molina Torres, 160 D.P.R. 571 (2003); Departamento de Educación v. Sindicato Puertorriqueño de Maestros, 168 D.P.R. 527 (2006); Asociación de Maestros de Puerto Rico v. Departamento de Educación, 171 D.P.R. 640 (2007); Lydia Matías Lebrón v. Departamento de Educación, 172 D.P.R. 859 (2007); Asociación de Maestros de Puerto Rico v. Honorable César Rey Hernández, 2010 TSPR 19.

Los atropellos a los que constantemente eran sometidos los maestros, padres y estudiantes en un sistema arbitrario dirigido por el Director de Escuela y el Superintendente Escolar, reclamaron de la Asociación de Maestros, el que ésta tuviera como prioridad la intervención en dicho proceso a favor del maestro.

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La protección a la vida y seguridad de los docentes ha sido otro reclamo consistente de la Asociación que, incluso, ha llegado hasta los Tribunales. El caso más reciente fue el de Wanda I. Velázquez v. Secretario de Educación por emanaciones de sustancias tóxicas con olores objetables (2002). En la década de 1970 las manifestaciones por estas situaciones se recrudecieron (AHAMPR).

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ción. La Asociación, desde sus inicios, utilizó la vía legal y los reclamos basados en normas y reglamentos para vindicar los derechos del maestro. Como punto de partida, en esta política concreta de la Asociación de Maestros de Puerto Rico de utilizar los recursos a su alcance, incluyendo los legales para la defensa de los derechos del magisterio puertorriqueño, podemos tomar de referencia y punto de partida el caso señero de Asociación de Maestros de Puerto Rico, representada por su Presidente Luis Muñiz Souffront v. Manuel A. Pérez, en su carácter de Gobernador Interino de Puerto Rico en 1947. En dicho caso se establece la defensa del idioma español como vehículo de enseñanza en nuestras escuelas públicas. En este caso, de octubre de 1946, el Tribunal Supremo recibe por voz del abogado Virgilio Brunet, posteriormente Presidente de la Asociación de Maestros de Puerto Rico, el reclamo de que esta organización tenía legitimidad para acudir a los tribunales por sí y en representación de sus socios para exigir que la Ley Escolar compilada se pusiera en vigor. Dicha Ley disponía que la enseñanza en nuestras escuelas fuera en español.


Esto dentro de las circunstancias que la Ley Orgánica había sido aprobada por las Cámaras Legislativas, vedada por el Gobernador y transmitida al Presidente de los Estados Unidos por conducto del Director de la División de Territorios y Posesiones Insulares de la Secretaría del Interior de los Estados Unidos. Al tener la Ley Orgánica vedada en exceso de noventa (90) días sin haber sido aprobada o desaprobada, la Asociación de Maestros de Puerto Rico reclamó que se había convertido en ley, según disponían los estatutos correspondientes. Este caso sin par, de notable transcendencia nacional, resulta ser el legado que honrosamente recibe y asume el Bufete de Cancio, Nadal & Rivera en 1979, cuando la Asociación de Maestros de Puerto Rico contrató esta joven firma de abogados para que les representara. El Bufete de Cancio, Nadal & Rivera se inició en agosto de 1975 y sus miembros fundadores lo eran el exjuez federal y exsecretario de Justicia, don Hiram Cancio; y los licenciados Harry R. Nadal Arcelay, Jaime R. Nadal Arcelay y Carlos M. Rivera Vicente. Este Bufete, además de enlazarse por propósitos profesionales, lo unió la amistad entre sus socios fundadores, la cual al día de hoy se ha transmitido en sentido de unificación a nuevas generaciones que han garantizado que esta firma de abogados continúa presente aportando al quehacer puertorriqueño y sobre todo en la defensa del magisterio y su institución principal, la Asociación de Maestros de Puerto Rico. El Bufete Cancio, Nadal & Rivera asumió la responsabilidad de representar al magisterio puertorriqueño, tomando como inicio el caso normativo de decenas de profesores que, por haber sido descendidos por razones políticas en violación de sus derechos civiles, tramitaron por conducto de nuestro Bufete varios casos. Tenemos a bien señalar que éstos prevalecieron, sentando doctrina en nuestro país y en la jurisprudencia federal. Estas decenas de profesores habían sido descendidos de sus puestos de supervisión por el entonces Secretario Carlos Chardón en 1977. El licenciado Jaime R. Nadal Arcelay, q.e.p.d., dirigiendo los reclamos de estos maestros, logró prevalecer y demostrar al tribunal que, en efecto, se habían violado UN SIGLO DE LuCHa EDuCaTIVa v 299


Para crear una cultura educativa en Puerto Rico, el respeto al maestro y la educación pública son cardinales en esta defensa. La valoración social del magisterio debe comenzar con ese reconocimiento. Esta manifestación en la Plaza del Quinto Centenario en San Juan ilustra este reclamo (AHAMPR).

los derechos civiles de estos profesores al, ciertamente, utilizar el criterio político como uno para descender a estos compañeros maestros de sus puestos de supervisión. Este caso culminó en una histórica opinión en el Tribunal Supremo Federal, foro en el que son contadas sus expresiones anualmente. El caso de Chardón v. Fumero Soto, 462 U.S. 650 (1983) establece que para radicar casos bajo la sección 1983 de Violación de Derechos Civiles se tiene un año de radicación por ley local. Estos compañeros maestros radicaron sus casos individualmente y prevalecieron.2 Estos casos beneficiaron a sobre cien (100) maestros, siendo lo más importante que quedó claro para el Departamento de Educación que la Asociación de Maestros de Puerto Rico estaba dispuesta a defender a sus asociados hasta las últimas consecuencias. La Asociación de Maestros de Puerto Rico contaba con el recurso legal como punta de lanza magisterial. A nuestro juicio, éste fue el caso que marcó el inicio de la defensa del magisterio puertorriqueño, utilizándose como instrumento formal la vía legal en esta situación, por conducto del Bufete Cancio, Nadal & Rivera. La Asociación de Maestros de Puerto Rico, con este caso federal, dio inicio a una era que, según veremos en su 2 Soto v. Chardón, 514 F. Supp. 339, (D.P.R. 1981); Fernández v. Chardón, 681 F.2d 42 (1st Cir. P.R. 1982); Chardón v. Fumero Soto, 462 U.S. 650 (1983); Velázquez v. Chardón, 576 F. Supp. 476 (D.P.R. 1983); Velázquez v. Chardón, 736 F.2d 831 (1st Cir. P.R. 1984).

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trayectoria, demuestra la más activa defensa que grupo profesional alguno haya dado en Puerto Rico en defensa de su clase, atreviéndonos categóricamente a señalar, por el conocimiento que tenemos, que no hay grupo sindical en este hemisferio que supere el historial legal de la Asociación de Maestros de Puerto Rico. La Asociación de Maestros de Puerto Rico, utilizando el Bufete de Cancio, Nadal & Rivera, teniendo como norte el haber establecido que, de no respetarse los derechos del maestro acudiría al Tribunal, ha dejado plasmado en la historia la defensa más tenaz y férrea que institución alguna haya podido dar por sus miembros. Establecida la defensa legal del maestro, se dio inicio a una serie de casos que mencionaremos por su importancia, señalando que se han omitido muchos, porque lo tramitado en 32 años de historia no puede ser traducido a un escrito, sino que está plasmado en la vida diaria del maestro y en cómo éste disfruta sus derechos, siendo éstos respetados por la autoridad nominadora. En 1982 se dio el caso de Roselio Acevedo Vera v. Romero Barceló, en el cual se reclamó que el sistema de selección de personal a puestos directivos era nulo por su arbitrariedad, así como también, porque se prestaba al discrimen político y de otro tipo. Luego de un extenso litigio se estableció como norma que los ascensos en el Departamento de Educación tienen que regirse por el principio de mérito. Posteriormente, siguen una secuela de casos que, básicamente, reconocen jurisprudencialmente los principios instituidos en el Departamento de Educación para ascensos, descensos y otros que, con anterioridad, el Departamento no implantaba como norma previamente establecida. (Como nota justiciera en el 2002, ocho (8) de los últimos demandantes de este caso recibieron una compensación monetaria de sobre $8,000.00 cada uno). Como gran ejemplo de lo anterior, está el caso conocido como el de los Gerentes Escolares. Este caso, básicamente, se alegó que la administración de turno había creado el puesto de Gerente Escolar para usurpar funciones del Superintendente Escolar por motivaciones políticas. En 1985 el Tribunal emitió una Sentencia en la cual dictaminó que el puesto de Gerente Escolar fue uno ilegal, contrario al Reglamento y nulo de por sí.

El Lcdo. Rafael Nadal Arcelay, del Bufete Cancio, Nadal & Rivera, quienes han representado legalmente al magisterio durante más de tres décadas. Aquí con José Eligio Vélez (AHAMPR).

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El Departamento de Educación confirmó la intención de la Asociación de Maestros de Puerto Rico de fiscalizar el Departamento, teniendo como objetivo las mejores condiciones de empleo del personal del Departamento, proveyéndose la mejor educación gratuita y no sectaria. Otro de los casos de esa época lo fue el de Permanencia. En este caso de Daisy Cuadrado Carrión, entre otras, se solicita una Sentencia Declaratoria que determine que, a tenor con la Ley de Permanencia, todo maestro que tenga los requisitos dispuestos por la Ley de Permanencia, se les tiene que extender nombramiento probatorio y/o permanente. Este resulta ser el caso en el cual por primera vez se discute la Ley de Permanencia, luego de la aprobación de la Constitución del Estado Libre Asociado de Puerto Rico de 1952, donde en la sección 5 del Artículo II se dispone la educación como derecho constitucional. Este caso trae a la luz pública la mala práctica del Departamento de Educación de no otorgar las permanencias anualmente a todo aquel maestro que, cumplidos los requisitos, no recibía su permanencia en el Sistema. En este caso se reconoce la Ley de Permanencia, sus parámetros y su validez. Este pleito es uno de clase en el cual se alegó y prevaleció el que el Departamento de Educación está obligado por la Ley de Personal y por el Registro de Turno y que al llenar las vacantes magisteriales en categoría de probatorio y permanente se tienen que respetar las disposiciones señaladas, estableciéndose que las mismas son inviolables. Como parte de la continuación de la defensa de los maestros por la Asociación de Maestros de Puerto Rico, esta entidad se dio a la tarea de continuar fiscalizando a los puestos gerenciales del Departamento de Educación. En 1986 el Superintendente Sigfredo Alvira Benítez demandó a la Asociación de Maestros de Puerto Rico por difamación y libelo. La Asociación de Maestros de Puerto Rico criticó fuerte y públicamente los actos de este Superintendente del Distrito Escolar de Vega Baja y el Tribunal, teniendo ante sí todos los argumentos de las partes, archivó/desestimó la demanda de este superintendente dictaminando que la Asociación de Maestros de Puerto Rico había actuado en ley, siendo de interés 302 v UN SIGLO DE LuCHa EDuCaTIVa


público, legítimo, el discutir y analizar las cualificaciones y ejecutorias de un Superintendente de Escuelas. Con este caso, se establece por la Asociación de Maestros de Puerto Rico como norma y estrategia el denunciar los atropellos que sufría la clase magisterial, llevándose a cabo conferencias de prensa que denunciaban actuaciones caprichosas e ilegales de funcionarios que, en ocasiones, por divulgarlas públicamente, cesaban. Para este período, la Asociación de Maestros comenzó a atender reclamos particulares de situaciones específicas de grupos de maestros de escuelas de las que recibían quejas. El Bufete se dio a la tarea de atender estos reclamos, siendo de los primeros el conocido como el de la Escuela de Inmersión de Barranquitas y el pleito del programa Job Corps de Río Grande. Ambos pleitos establecieron la tónica en la Asociación de Maestros de Puerto Rico de atender situaciones particulares de escuelas, lo que logra remedios concretos a grupos específicos que se sienten marginados por el Departamento de Educación. En el caso de la Escuela

Un grupo de coordinadores y maestros exigen, en 2012, frente a la Comisión Apelativa del Servicio Público la celebración de elecciones sindicales para que la Asociación logre la representación exclusiva del magisterio (AHAMPR).

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La Asociación de Maestros de Puerto Rico logró el reconocimiento de la totalidad de la experiencia adquirida por el magisterio, punto cardinal del principio de mérito.

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de Inmersión, se tenían a maestros inmersos las veinticuatro (24) horas en el proceso de aprendizaje sin que se le estuviera compensando por la labor rendida. El Departamento pretendía pagarle a estos maestros una jornada regular, lo que resultaba ilegal, ya que le tenían que pagar horas extras laboradas. En el de Job Corps, básicamente, se reclamó el derecho de propiedad en el empleo por razón de haber laborado en el Departamento de Educación por más de doce (12) años, lo que obligó a la Agencia a reconocer que cuando se está por un período prolongado ocupando una plaza de manera satisfactoria, no se puede prescindir de los servicios sin mayor justificación. Ambos casos establecen la tónica estratégica del Bufete al prestar servicios a grupos de maestros provenientes de un sólo plantel, a diferencia de otros casos, en los cuales se llevan causas que benefician a la clase magisterial o individual. En lo que corresponde a jurisprudencia del Tribunal Supremo de Puerto Rico que dispone sobre beneficios para la totalidad de la clase magisterial, es trascendental señalar el caso de Berberena v. Ileana Echegoyen, 128 D.P.R. 864 (1991). En este caso, varios funcionarios públicos adscritos a diferentes entidades gubernamentales radicaron una demanda ante el Tribunal Superior de Puerto Rico, Sala de San Juan, sobre Mandamus, Injunction Preliminar y Permanente, cuestionando la constitucionalidad de la Ley Núm. 25 de 3 de junio de 1960, la cual autoriza la concesión de licencia con paga a los maestros del Departamento de Educación que hayan aceptado nominación para un cargo electivo por un partido político. El Tribunal Superior declaró inconstitucional el beneficio de esta licencia especial. Se recurrió al Tribunal Supremo con una petición de revisión. El Tribunal emitió una opinión el 28 de junio de 1991 reconociendo la constitucionalidad de dicha ley. El Tribunal Supremo “echa a un lado” la Igual Protección de las Leyes, por así decirlo, y justifica una excepción a dicho sagrado precepto, al establecer que la función magisterial ocupa un lugar importante en nuestra escala de valores sociales y que “el servicio público requiere que esas personas participen en la política activa porque recono-


cidamente tienen más talento que el promedio del pueblo de Las manifestaciones a favor del magisterio fueron persistentes. Puerto Rico de donde a veces se sacan los candidatos”. En el caso de Licencia Política, se establecen unos precedentes que nos sirven de argumentos para otros casos, en los cuales se ven envueltos derechos particulares del maestro que está cobijado por una legislación especial. Otro de los aspectos importantes en los cuales se ha establecido un precedente, fue el cuestionamiento de la Asociación de Maestros de Puerto Rico, en cuanto a que el Departamento de Educación organizaba el registro de elegibles, reconociendo tan sólo la puntuación por la experiencia acumulada adquirida en la categoría de la plaza de área de especialización y no la totalidad de la experiencia adquirida y acumulada por el maestro. La Asociación de Maestros de Puerto Rico, de forma inmediata, acudió a los tribunales e impugnó tal procedimiento que reconocía puntuación únicamente a la experiencia adquirida en el área de especialización. Los maestros se vieron afectados en sus nombramientos, traslados y reasignaciones al no reconocérseles la totalidad de la experiencia acumulada, entiéndase dos puntos por cada año de experiencia irrespectivamente de la categoría (experiencia total docente) hasta un máximo de doce (12) años, por lo cual la Asociación UN SIGLO DE LuCHa EDuCaTIVa v 305


Myrna Ortiz, en primer plano en una manifestación en 1995 en la que todos los integrantes de la Asociación, entre ellos el Personal No Docente, reclaman seguridad. Los inicios de la década de 1990 se distinguió por un extenso debate sobre la seguridad en los planteles escolares (AHAMPR).

alegó violación de los derechos civiles, con especial y particular importancia al del Derecho Propietario Adquirido. Luego de extenso trámite y la implantación de una estrategia dirigida a probar que el sistema implantado por el Departamento violentaba el principio de mérito, el Departamento se vio en la obligación de reconocer la violación cometida y revocar el sistema que no reconocía la totalidad de la experiencia acumulada, comprometiéndose a los efectos que para los años escolares 1993-94, y subsiguientes, se preparará el registro elegible del personal docente en consideración a la totalidad de la experiencia acumulada por éstos. La Asociación de Maestros de Puerto Rico logró el reconocimiento de la totalidad de la experiencia adquirida por el magisterio, punto cardinal del principio de mérito. La totalidad de la experiencia será reconocida de forma irrevocable por el Departamento, reteniendo 306 v UN SIGLO DE LuCHa EDuCaTIVa


el Honorable Tribunal la jurisdicción para velar por el fiel cumplimiento de lo señalado. En la época de los noventa (1990), surgen otros pleitos que marcan la trayectoria legal de la Asociación de Maestros de Puerto Rico en defensa del magisterio. Se dan dos casos particulares, conocidos como el de la Hora de Capacitación Profesional y el de la Ley 89 sobre Retribución Uniforme. En cuanto a la hora de capacitación, ocurría la mayor de las injusticias. Sin justificación alguna, el Departamento de Educación no reconocía al maestro de escuela elemental la hora de capacitación profesional. Esta acción injustificada, por demás, provocó el que la Asociación de Maestros de Puerto Rico radicara el pleito que se conoce como el de la Hora de Capacitación Profesional. El caso se vio en su fondo ante la obstinada posición del Departamento de no reconocer la hora de capacitación a todos los maestros, determinando el Tribunal “se sostiene que el derecho fundamental a la dignidad humana, Artículo 2, Sec. 1 de nuestra Constitución, se violenta al privar al maestro de escuela elemental de capacitación profesional, impidiendo que éste adquiera las mismas oportunidades que otros maestros de nuestro sistema educativo público poseen para su mejoramiento profesional, social y económico. Esto violenta además la cláusula constitucional de igual paga por igual trabajo”. Sin lugar a dudas, como hemos podido observar, los casos tramitados por la Asociación de Maestros de Puerto Rico, por conducto del Bufete Cancio, Nadal & Rivera han ido marcando y definiendo los derechos magisteriales. La labor legal es la que a nuestro juicio ha ido precisando los derechos de los maestros, como clase profesional, estando firmemente decidido que a pesar de que es una clase del servicio público, ésta es protegida por legislación laboral específica del maestro. En cuanto a Retribución Uniforme, el caso de Asociación de Maestros de Puerto Rico v. Celeste Benítez, 1990, prueba que la actitud vigilante de la Asociación de Maestros de Puerto Rico es la que rinde frutos y que no se puede ceder en esta lucha, porque la pérdida del maestro es cuantiosa y a veces irreparable. Uno de los mejores ejemplos de esta situación es este caso de Retribución Uniforme. La Ley 89 reconoce a empleados UN SIGLO DE LuCHa EDuCaTIVa v 307


Luego de una extensa pugna, la Asociación prevaleció en l os Tribunales en su defensa de los dineros del Estado para la educación pública. La libre selección de escuelas con los vales educativos crearía una brecha de inequidad que Cancio, Nadal & Rivera logró demostrar en los Tribunales en 1994 (END).

probatorios permanentes que no han recibido ninguna clase de aumento de sueldo, excepto los otorgados por disposiciones de ley durante un periodo de cinco (5) años de servicio tienen derecho a un aumento de sueldo equivalente a un tipo de paso a escala correspondiente. Previamente en el 1984 la Asociación de Maestros de Puerto Rico había acudido al Tribunal reclamando que tal legislación le era aplicable al maestro. El Departamento de Educación, luego de varios trámites, no tuvo otra alternativa que reconocer la aplicación de dicha ley a la Clase Magisterial, por lo que la Asociación de Maestros de Puerto Rico obtuvo en el 1985 una Sentencia a su favor. Posterior al 1991, se tuvo que acudir al Tribunal nuevamente para que se reiniciara de manera inmediata los pagos y aumentos en estricta consideración a la Ley 89. La Asociación de Maestros de Puerto Rico, invocando la Sentencia del 1985, prevaleció y el Departamento de Educación tuvo que someter un programa de trabajo a los efectos de informar la forma y manera en que pagaría los beneficios de la Ley 89 al maestro y el tiempo que tardaría en así hacerlo. El sistema de retribución se implantó de manera mecanizada, identificándose las personas que cumplen con los requisitos de ley para recibir la retribución correspondiente. Este caso al igual que los mencionados establece la necesidad de la práctica de la Asociación de Maestros de 308 v UN SIGLO DE LuCHa EDuCaTIVa


Puerto Rico de dedicar recursos y tiempo a la estrategia legal. Ciertamente unido al Caso de la Defensa del Idioma, en los noventa el caso más importante, mediante el cual se detuvo la política de privatizar la escuela pública, lo fue el caso de la Ley de Becas Especiales y Libre Selección de Escuelas. Esta opinión fue emitida el 30 de noviembre de 1994 luego de un arduo y extenso litigio llevado a cabo en el caso de la Asociación de Maestros de Puerto Rico v. José Arsenio Torres. En este caso se discute el Artículo II, sección 5, de la Constitución del Estado Libre Asociado de Puerto Rico que por su importancia citamos a modo de excepción, en la presente recopilación histórica: “Toda persona tiene derecho a una educación que propenda al pleno desarrollo de su personalidad y al fortalecimiento del respeto de los derechos del hombre y de las libertades fundamentales. Habrá un sistema de instrucción pública el cual será libre y enteramente no sectario. La enseñanza será gratuita en la escuela primaria y secundaria y, hasta donde las facilidades del Estado lo permitan, se hará obligatoria para la escuela primaria. La asistencia obligatoria a las escuelas públicas primarias, hasta donde las facilidades del Estado lo permitan, según se dispone en la presente, no se interpretará como aplicable a aquellos que reciban instrucción primaria en escuelas establecidas bajo auspicios no gubernamentales. No se utilizará propiedad ni fondos públicos para el sostenimiento de escuelas o instituciones educativas que no sean las del Estado. Nada de lo contenido en esta disposición impedirá que el Estado pueda prestar a cualquier niño servicios no educativos establecidos por ley para protección o bienestar de la niñez.”

El Estado, se señala con particular importancia, siempre ha cuestionado, defensa del idioma español, hasta el presente, la legitimidad que tiene la Asociación de Maestros de Puerto Rico de llevar pleitos a los tribunales por sí y en representación de sus socios. En todos los casos en que tal planteamiento se ha realizado, el mismo ha sido derrotado, prevaleciendo la Asociación de Maestros de Puerto Rico como una entidad que tiene legitimación activa para impugnar cualquier acción La discusión ante los tribunales se circunscribió a estatal en los tribunales. analizar la constitucionalidad de un Programa de Becas Especiales y Libre Selección de Escuelas creado en el 1993 mediante el cual se le concedía un vale educativo para que el estudiante de escuela pública se trasladara a la escuela privada. El vale lo era de $1,500.00 para sufragar los gastos de matrícula, libros y materiales escolares. La Asociación de Maestros de Puerto Rico alegó en síntesis que al Estado crear una beca especial y/o vale UN SIGLO DE LuCHa EDuCaTIVa v 309


con dinero del gobierno se estaría utilizando fondos públicos para el sostenimiento de escuelas que no son del Estado, al estudiante transferirse a la escuela privada. El Estado, se señala con particular importancia, siempre ha cuestionado, defensa del idioma español, hasta el presente, la legitimidad que tiene la Asociación de Maestros de Puerto Rico de llevar pleitos a los tribunales por sí y en representación de sus socios. En todos los casos en que tal planteamiento se ha realizado, el mismo ha sido derrotado, prevaleciendo la Asociación de Maestros de Puerto Rico como una entidad que tiene legitimación activa para impugnar cualquier acción estatal en los tribunales.3 “La Asociación de Maestros de Puerto Rico tiene legitimación activa para demandar a nombre de sus integrantes. En primer lugar, el interés principal de la Asociación en proteger el sistema de instrucción pública, impidiendo el gasto inconstitucional de fondos públicos para beneficiar escuelas privadas, está relacionado con los objetivos de la organización de mantener en la mejor condición posible a las escuelas del Estado. En segundo lugar, la reclamación y el remedio solicitado no requieren la participación individual en el pleito de los miembros de la Asociación en vista de que el planteamiento que se hace es uno puramente de derecho, relativo a la constitucionalidad de una ley. Finalmente, los miembros de la organización tendrían legitimación activa para demandar a nombre propio, ello debido a su condición de contribuyentes del Estado Libre Asociado de Puerto Rico. El reclamo de la Asociación está basado en la cláusula de establecimiento de la Primera Enmienda de la Constitución federal así como en las cláusulas de separación y sostenimiento de nuestra Constitución. Como ya discutimos, los principios constitucionales de separación entre iglesia y estado permiten que, por excepción, cualquier contribuyente tenga legitimación activa para plantear una violación a una de las anteriores disposiciones”4. 3

4

3 Asociación de Maestros de Puerto Rico v. Secretario de Educación, et al., 2002 T.S.P.R. 58, Op. de 9 de mayo de 2002. Asociación de Maestros de Puerto Rico v. José Arsenio Torres, en su carácter de Secretario del Departamento de Educación, 137 D.P.R. 528 (1994) 4 Ibíd 310 v UN SIGLO DE LuCHa EDuCaTIVa


Aclarado lo anterior por el Tribunal de manera concluyente el Tribunal Supremo en esta histórica opinión, analiza el debate de la Convención Constituyente y determina que el alcance del Artículo II, sección 5, que prohíbe el sostenimiento de instituciones educativas privadas tiene un alcance amplio y que por tanto el Vale Educativo es inconstitucional. Aclara el Tribunal Supremo que el Estado puede prestar servicios no educativos para beneficio de la niñez como lo son alimentos, transportación y otros. La decisión continua discutiendo todos los detalles de este complicado caso, expresando que el Vale Educativo crea un fuerte incentivo para promover el traslado de estudiantes del sistema público de enseñanza al privado, beneficiando así a la escuela privada, lo que va en detrimento directo del Artículo II, sección 5, de la Constitución. A juicio nuestro esta decisión trascendental es la que al día de hoy ha logrado que cónsono con los deseos de los que escribieron la Constitución del Estado Libre Asociado de Puerto Rico en el 1952, exista con sus defectos y sus virtudes un sistema público de enseñanza. Con juicio categórico nos atrevemos a consignar que de la Asociación de Maestros de Puerto Rico no haber tra-

La defensa del Sistema de Retiro para Maestros ha sido capital en la gestión de la Asociación de Maestros desde su fundación en 1911. Esta manifestación, en 2009, logró detener la medida legislativa que busca su fusión con los otros sistemas (AHAMPR).

UN SIGLO DE LuCHa EDuCaTIVa v 311


Con juicio categórico nos atrevemos a consignar que de la Asociación de Maestros de Puerto Rico no haber tramitado este caso y prevalecido en el mismo, estaríamos viviendo en un sistema sin instrucción pública; en un sistema de los privilegiados, de un sistema sin uniformidad plagado de injusticias para con nuestros estudiantes, razón de ser del maestro.

mitado este caso y prevalecido en el mismo, estaríamos viviendo en un sistema sin instrucción pública; en un sistema de los privilegiados, de un sistema sin uniformidad plagado de injusticias para con nuestros estudiantes, razón de ser del maestro. Con posterioridad al caso de los Vales Educativos surgen tres decisiones que tienen que ver con la implantación de la Ley Núm. 45 sobre Sindicación de Empleados Públicos de febrero de 1998. La primera de estas decisiones y a nuestro juicio la más importante es la del caso conocido como el de Acceso a las Escuelas. Este caso se inició cuando el Departamento de Educación negó y prohibió la entrada de la Asociación de Maestros a las escuelas. De forma inmediata la Asociación de Maestros radicó ante los tribunales, reclamando que podía entrar a los planteles escolares para comunicarse con empleados del Departamento, en horas no laborables, para cualquier asunto. El Departamento de Educación modificó su postura de no permitir la entrada, limitando su política a que se podía entrar para orientaciones y otros asuntos, pero no para aspectos del Convenio Colectivo, de términos y condiciones de empleo, ya que éstos estaban delegados exclusivamente al representante exclusivo. Luego de un extenso trámite, la controversia fue atendida por el Tribunal Supremo y éste en Opinión del Pleno del Tribunal, determinó el 9 de mayo de 2002 lo siguiente y cito por su importancia: “El Tribunal Supremo, en opinión emitida por el Juez Asociado señor Hernández Denton, revoca el dictamen del TCA. Resuelve que el Departamento de Educación no puede prohibirle a la Asociación de Maestros de Puerto Rico y a Educadores Puertorriqueños en Acción que se expresen sobre los términos y condiciones de empleos en los planteles escolares públicos durante horas no laborables, incluyendo la hora de almuerzo, al dirigirse a todo el personal adscrito al Departamento de Educación, sean o no afiliados de sus organizaciones.” Esta opinión que ha establecido precedente en el Derecho Constitucional y sobre todo resulta la primera opinión que interpreta la Ley 45 de Sindicación, de nues-

312 v UN SIGLO DE LuCHa EDuCaTIVa


tro Tribunal Supremo, está bajo Asociación de Maestros v. Secretario de Educación, 2002 TSPR 58. Con igual importancia, se encuentra la decisión en el caso de Mario Pérez Santos v. Comisión de Relaciones del Trabajo del Servicio Público, 2002 TSPR 133 del 4 de octubre de 2002. Esta Opinión del Tribunal Supremo trata sobre el derecho que reclaman los maestros asociados no afiliados de acudir a la Comisión de Relaciones del Trabajo del Servicio Público en petición de arbitraje. La Comisión, de manera ilegal había promulgado la Sección 701 de su Reglamento, dándole acceso al arbitraje tan sólo al patrono y al Sindicato representante exclusivo. La Asociación de Maestros reclamó que podía representar en dicho foro a sus maestros asociados, alegando que se violentaba la libre asociación y la igual protección de las leyes, y sobre todo, el derecho a estar no afiliado al representante exclusivo, si se obligaba al maestro a acudir Necesitamos aumento de sueldo ¡Ahora! a dicho foro con el representante exclusivo. El Tribunal Supremo, analizando la controversia, concluyó que era ilegal impedir acceso al proceso de arbitraje a personas no afiliadas, ordenando y devolviendo el caso a la Comisión para que entendiera en la solicitud de arbitraje del maestro Mario Pérez Santos. Por otro lado, e íntimamente relacionado a esta controversia, se emitió el 25 de noviembre de 2002, Sentencia por el Tribunal de Primera Instancia, Sala Superior de San Juan, en el caso de Carlos G. Vargas Rodríguez v. Comisión de Relaciones del Trabajo del Servicio Público, en el cual se solicitó se declarara inconstitucional la Sección 701 del Reglamento de la Comisión, en la cual se amparaban éstos para negar arbitraje a no afiliados, maestros socios de la Asociación de Maestros. Esta extensa Sentencia declara inconstitucional la Sección 701(a) y (b) del aludido Reglamento, la cual tiene el efecto por su declaración de aplicar a todos los empleados gubernamentales, no afiliados a un representante exclusivo, que deseen acudir en petición de arbitraje a la Comisión. Estos tres casos, señalo con particular importancia, establecen y representan la base sobre el cual la Asociación de Maestros, a mi juicio, opera su asistencia legal a los maestros asociados desde la perspectiva sindical. UN SIGLO DE LuCHa EDuCaTIVa v 313


Esta jurisprudencia establece nuestro derecho incuestionable de entrar a las escuelas, en horas no laborables, sin limitación alguna. Además, se establece que la Asociación de Maestros de Puerto Rico puede brindar la asistencia que corresponda a sus maestros que acudan a la Comisión y en cualquier foro para solicitar en éstos se revoque cualquier determinación del Departamento de Educación que entiendan les perjudica. Es importante reconocer que estas decisiones, respecto al derecho de solicitar arbitraje ante la Comisión, han sido tramitadas en otros casos como el de Ana D. Rivera Mercado v. Serrano Santos, revisión administrativa ante el Tribunal de Circuito, Sentencia del 1 de julio de 2002, Héctor L. Santiago v. Departamento de Educación, Revisión Administrativa y otros, cuestionando la negativa de la Comisión a dar acceso a arbitraje. En estos casos particulares, se acudió al Circuito en revisión, el cual le ordenó a la Comisión le reconociera arbitraje a estos maestros y a muchos otros más. A manera de ejemplo, señalo el caso del compañero Noel Cedeño y Ana G. Rivera Colón, que inicialmente se les negó proceso de arbitraje y se les reconoció formal y oficialmente el mismo, a raíz de estas decisiones. Como otra importante decisión está la Opinión del Tribunal Supremo en el caso de Pueblo de Puerto Rico v. Liliana Irizarry Irizarry, CC 01-466. Esta Opinión trata sobre una gestión en la cual se vio involucrada la maestra Irizarry, al reclamar que ésta tenía derecho y acceso al plantel escolar para discutir cualquier asunto con los otros compañeros maestros. Se radica una querella por una federada contra la profesora Irizarry que prosperó, tramitándose el caso ante el Circuito y en última instancia ante el Tribunal Supremo, el cual en su parte pertinente dispone y citamos por su importancia: “Por los fundamentos expuestos en la Opinión que antecede, la cual se hace formar parte íntegra de la presente, se dicta Sentencia revocatoria de la emitida en el presente caso por el Tribunal de Primera Instancia, subsecuentemente confirmada por el Tribunal de Circuito de Apelaciones y, en consecuencia, se absuelve a la peticionaria, Liliana Irizarry Irizarry, del delito de Alteración a la Paz del cual fue convicta.” 314 v UN SIGLO DE LuCHa EDuCaTIVa


Este caso demuestra por una parte el tesón y la voluntad del maestro asociado de reclamar sus derechos y por otra el respaldo incuestionable y absoluto que le brinda la Asociación de Maestros de Puerto Rico, que tramita sus casos hasta sus últimas consecuencias, logrando como en el presente, que sea el más Alto Tribunal del país el que le diera la razón a la compañera Liliana Irizarry Irizarry. Por otro lado y como muestra importante de la gestión legal que realiza la Asociación de Maestros de Puerto Rico por la clase magisterial, a tono con los tiempos lo es los casos de Emanaciones de Sustancias Tóxicas con Olores Objetables. Esta gestión tuvo su inicio con la radicación de la demanda de Wanda I. Velázquez v. Secretario de Educación, ante el Tribunal Superior de Caguas, respecto a la Escuela Generoso Morales Muñoz. Luego de un extenso litigio, el 12 de junio de 2002 se emitió Sentencia resaltando que “La protección a la vida no se hace esperar, la salud de los maestros y la comunidad escolar de la Escuela Generoso Morales Muñoz requiere una acción in-

Ante el cierre del gobierno, en 2006, la Asociación permaneció durante más de una semana apostada frente al Capitolio. La valla divide a los maestros de los policías (AHAMPR).

UN SIGLO DE LuCHa EDuCaTIVa v 315


mediata. Cerrar la escuela dislocaría aún más el ya accidentado en demasía proceso de aprendizaje de los estudiantes de esta Escuela. Optamos, por tanto, por la alternativa menos drástica. En virtud de lo anterior, ordenamos a las partes demandadas que en un término de cuarenta y cinco (45) días hayan instalado los acondicionadores de aires, que puedan operar con sistema cerrado o casi cerrado, de poco o ningún intercambio con el aire exterior, en todos los salones y áreas de la Escuela, así como las cubiertas o ‘screens’ plásticas para las ventanas y puertas que lo requieran en las estructuras que comprende la Escuela Generoso Morales Muñoz.” Este caso y la gestión exitosa en el mismo ha dado margen a que se acercaran a la Asociación de Maestros de Puerto Rico otras escuelas con similar problemática dándole la oportunidad a la Asociación de Maestros de servir al estudiante, padres y maestros mejorando su calidad de vida y el entorno escolar. Tomando conocimiento judicial de las reclamaciones válidas de los maestros de dichas escuelas, el Tribunal les ha dado prioridad a este tipo demanda, señalando vistas inmediatas. Luego de recibir prueba por el perito de la Asociación de Maestros de Puerto Rico, se ha procedido a ordenar la instalación de aires acondicionados a los más de 160 salones de dichas tres (3) escuelas. Esto como medida de mitigación a los daños que reciben todas las personas que tienen que ver con estas escuelas. Este trámite legal es la muestra de la respuesta inmediata y efectiva que da la Asociación de Maestros de Puerto Rico a los problemas de sus asociados. Queda demostrado con este trámite legal la diversidad en la representación de los derechos que reclaman los socios de la Asociación de Maestros de Puerto Rico. Otro de los casos importantes que mantuvieron con presencia a la Asociación de Maestros de Puerto Rico en las escuelas de nuestro país en la época de los años 2000 es el caso de las maestras Irma Hernández Vázquez y Awilda Barreto Pérez v. Departamento de Educación, Civil Núm. K AC 03-7910, en el cual se emitió Senten316 v UN SIGLO DE LuCHa EDuCaTIVa


cia el 16 de julio de 2004, que reconoce por primera vez y de manera histórica, que el maestro que notificó no afiliación, no representación de la organización obrera debidamente certificada, tiene el incuestionable derecho de tramitar todos sus asuntos laborales por conducto de la entidad de su preferencia. A estos efectos, se ordenó al Departamento de Educación llevar a cabo todo proceso de Quejas y Agravios según pactado, Paso I, Paso II, Conciliación y Arbitraje, con todos los maestros por igual, reconociéndoles a los maestros que notificaron su no afiliación, no representación al representante exclusivo, a tenor con la Sección 17.1 y 17.2 de la Ley 45, Ley 96, supra, poder acudir en cualquier etapa de dicho proceso por derecho propio y/o asistido por abogado o la entidad de su preferencia. La presencia como observador del representante exclusivo se garantizará en todo el proceso, para velar por el cumplimiento del Convenio Colectivo, mediante el cual se rigen los señalados procesos de Quejas y Agravios. Esta decisión es histórica y reconoce la capacidad que tiene la Asociación de Maestros de Puerto Rico de tramitar en cualquier etapa los reclamos de los maestros y garantizar así, mediante un efectivo trámite, que prevalezcan en la defensa de sus derechos. Con esta importante decisión, la Asociación de Maestros de Puerto Rico dice presente en todas las escuelas que un maestro asociado reclame un derecho a su favor. La presencia de la Asociación de Maestros de Puerto Rico garantiza al maestro asociado una representación digna, profesional y sobre todo, exitosa, según la historia de la Asociación ha demostrado. Otro caso de gran importancia lo es el conocido como el de Educación Física, que se radicó ante reclamos de los maestros asociados de Educación Física. El 17 de noviembre de 2003, se acudió al Tribunal mediante el Recurso Extraordinario de Mandamus, en solicitud de que se le ordenara al Secretario de Educación cumplir con los Artículos 3.04 y 6.03 de la Ley Orgánica del Departamento de Educación, 3 L.P.R.A. Los aludidos artículos básicamente lo que señalan es que el Secretario de Educación debe nombrar un maestro de Educación Física en cada escuela y uno adicional

Aida Díaz en conferencia de prensa con William Ortiz, quien fuera Vicepresidente entre 2002 y 2010 (AHAMPR).

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Además de esto ser una gran victoria, creemos que es la primera vez que se le señala a un Secretario de Educación que menoscaba el derecho de las personas a recibir una educación pública que fomente el pleno desarrollo de éstos.

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para el caso de escuelas con más de 250 estudiantes, garantizándose un mínimo de tres (3) horas semanales de Educación Física a nuestro estudiantado. Notificada la demanda al Secretario de Educación, en primer orden éste cuestionó la legitimación de la Asociación de Maestros para radicar este tipo de demanda y en segundo, solicitó se le eximiera de la Ley por razones fiscales, señalando que ya había un maestro de Educación Física para cada escuela en Puerto Rico. Luego de un arduo litigio y extensas mociones y alegatos de ambas partes, el Tribunal emitió Sentencia el 11 de octubre de 2004. La aludida Sentencia a su página sexta señala que el Secretario no ha cumplido a cabalidad con el mandato de ley de proveer a cada escuela los maestros adicionales necesarios de acuerdo al número de estudiantes matriculados en éstas. Que tal acción menoscaba el derecho de las personas a recibir una educación pública que fomente el pleno desarrollo de éstos, según establecido en el Artículo 1.02 infringiendo así la política pública que persigue el Sistema de Educación Pública en Puerto Rico. Por lo anterior, el Tribunal en primer orden reconoce legitimación activa a la Asociación de Maestros para radicar este tipo de demandas y segundo, le ordena al Secretario presente un plan de nombramientos que tenga como objetivos cumplir a cabalidad con el mandato de ley, conforme a la capacidad del Departamento de Educación. Además de ser una gran victoria, creemos que es la primera vez que se le señala a un Secretario de Educación que menoscaba el derecho de las personas a recibir una educación pública que fomente el pleno desarrollo de éstos. Se dispuso bajo la Ley 146 que cada escuela proporcionará a sus estudiantes un mínimo de tres (3) horas semanales de educación física. Además se estableció que cada escuela con más de 250 estudiantes, se nombrarían maestros adicionales por cada 250 estudiantes o fracción. Este caso estuvo sometido ante el Tribunal Supremo varios años y no es hasta febrero de 2010 que el Tribunal Supremo en Asociación de Maestros de Puerto Rico


vs. César Rey Hernández le concede la razón a la Asociación de Maestros de Puerto Rico y para todo efecto queda protegida la enseñanza de la educación física en Puerto Rico. Esta opinión básicamente deshace la intención del Departamento de Educación de eliminar la Educación Física y queda por tanto instituida y en rango de importancia la Educación Física en nuestro currículo educativo. No tenemos dudas que esta opinión es una de las más importantes por su efecto en el sistema educativo puertorriqueño de proteger la Educación Física como materia indispensable en la formación de nuestros niños y jóvenes. Concerniente a la Ley Núm. 45, hay dos (2) opiniones del Tribunal Supremo que resta mencionar. El caso conocido como el de Descuento de Cuotas y el segundo conocido como el de Descuento de Cargo por Servicio. El primero, de Descuento de Cuotas es el caso de la Asociación de Maestros de Puerto Rico vs. Comisión de Relaciones del Trabajo, 159 D.P.R. 81 (2003), de marzo de 2003, el cual declaró improcedentes e ilegales los descuentos por concepto de cuotas a los maestros que no se afiliaron a la Federación de Maestros. Este caso ha sido objeto de múltiples decisiones y al presente el Comisionado Especial al cual el Tribunal le asignó el caso ha emitido un Informe, que básicamente reafirma la responsabilidad de la Federación y sus acciones ilegales de retener cuotas a maestros que le notificaron su desafiliación y por tanto, el efecto práctico, histórico, es que la Federación actuó ilegal y sobre todo inmoralmente, al retener cuotas, dineros de los maestros ilegalmente. Se estima en sobre $5 millones de dólares la deuda de la Federación con el magisterio puertorriqueño ya que es a éste al que le tienen que devolver de manera íntegra las cuotas retenidas ilegalmente. El otro caso lo es el de Descuento de Cargo por Servicios. Este caso trata sobre una enmienda de la Ley 45 que establece el cargo por servicio. La Asociación de Maestros de Puerto Rico reclamó que dicha ley no podía aplicarse de manera retroactiva a los maestros que ya habían notificado su desafiliación a la Federación y que por tanto no se les podía descontar cargos por servicio, de las cuotas que les tenía que devolver la Federación. UN SIGLO DE LuCHa EDuCaTIVa v 319


Estos casos en unión a casos individuales de maestros han representado millones de dólares en compensación y beneficio a los maestros.

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En el 2007 en AMPR v. Departamento de Educación, 171 D.P.R. 640 (2007), el Tribunal Supremo reafirma la norma de que las leyes no son retroactivas, concediendo la razón a la Asociación de Maestros de Puerto Rico. Como hemos podido examinar, en la muestra de opiniones y servicios legales que la Asociación de Maestros de Puerto Rico ha prestado por conducto del Bufete de Cancio, Nadal & Rivera son múltiples las representaciones legales, siendo diversos los temas que éstos cubren. La muestra histórica en el presente escrito no hace justicia a la labor legal y su impacto a nivel nacional. Hemos podido observar cómo se ha defendido nuestro idioma y su enseñanza en nuestras aulas patrias. Hemos podido constatar cómo se defiende al maestro, desde un reclamo elemental de trato por su supervisor inmediato a cómo éste es ascendido, trasladado y nombrado, según las normas vigentes. Se ha consignado para la historia la labor a favor del maestro asociado que a su vez ha beneficiado a toda la clase magisterial, ya que las decisiones que ha obtenido la Asociación de Maestros de Puerto Rico por conducto del Bufete de Cancio, Nadal & Rivera favorecen a esta clase profesional. Desde toda perspectiva el maestro es atendido en sus reclamos los cuales se concretan en un trámite legal, dándole formalidad y marco de ley al reclamo informado por el asociado a la Asociación de Maestros de Puerto Rico. Como último ejemplo de este trámite lo está el caso conocido como el De Permanencia del 2008, el cual se inicia cuando los asociados acuden a la Asociación de Maestros de Puerto Rico e informan que el Departamento de Educación no está otorgando regularmente las permanencias a todo aquel maestro que cualifica y que lleva más de dos años ocupando una plaza. Se radica el pleito y el Departamento de Educación de forma inmediata expide 5,093 permanencias. En la actualidad este pleito ha provocado que el Departamento evalúe caso a caso si otorgará la permanencia a una lista pendiente de maestros particulares, lo cual sin lugar a dudas ha favorecido a la totalidad de la clase magisterial. Unido al caso anteriormente descrito está el caso de la Ley 109 del 14 de junio de 2008 que reconoce un au-


mento de $150.00 a todo maestro independientemente de su estatus. Al maestro transitorio el Departamento de Educación le negó el aumento. La Asociación de Maestros de Puerto Rico acudió al Tribunal, reclamó que este aumento había que extendérsele al maestro transitorio, ya que la ley no hacía distinción alguna y el Departamento de Educación no ha tenido otra alternativa que reconocer que a sobre 7,000 maestros les corresponde dicho aumento de $150.00, el cual se les concedió por la gestión legal de la Asociación de Maestros de Puerto Rico. Este pleito, como es costumbre de la Asociación de Maestros de Puerto Rico se lleva hasta sus últimas consecuencias y está pendiente la paga retroactiva, que a pesar de que el Departamento de Educación la ha reconocido y ha separado los dineros para su pago, se encuentra procesando dicho pago. Estos casos en unión a casos individuales de maestros han representado millones de dólares en compensación y beneficio a los maestros. En un breve y somero análisis podemos ver cómo la Asociación de Maestros de Puerto Rico fue evolucionando, legalmente hablando desde tramitar unos casos en representación a maestros, hasta llegar a tramitar casos

En una de las manifestaciones más vigorosas de la Asociación frente a La Fortaleza, en 2010, la matrícula aprobó la defensa del retiro y de beneficios para los jubilados y maestros activos (AHAMPR).

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de clase que benefician a la totalidad de los miembros del magisterio. La contratación del Bufete de Cancio, Nadal & Rivera dio formalidad a este trámite y brinda a la Asociación de Maestros de Puerto Rico un brazo legal mediante el cual se tramita desde la reclamación administrativa de un maestro respecto a sus condiciones de trabajo hasta el caso medular que trata y dispone sobre un derecho que beneficia y cobija a la clase magisterial en su totalidad. No hay institución profesional en Puerto Rico que tenga establecido un programa legal como lo tiene la Asociación de Maestros de Puerto Rico por conducto del Bufete de Cancio, Nadal & Rivera que se ha honrado en representar al maestro desde su reclamo en el salón de clases, hasta la vindicación de sus derechos civiles. Los resultados son evidentes y la historia los consigna con importancia particular porque aquellas victorias que han quedado reflejadas en la jurisprudencia puertorriqueña y federal sirven de norma en nuestro estado de derecho. ¡La Asociación de Maestros de Puerto Rico es la que nunca te ha fallado!

El Lcdo. Jaime Nadal Arcelay, ya fallecido, junto a su hermano, el Lcdo. Rafael Nadal cuando éste se iniciaba en la profesión legal. El Bufete Cancio, Nadal & Rivera tiene un largo historial junto a la Asociación en la defensa legal del magisterio.

Me tomo la libertad literaria de dedicar a mi hermano Jaime este pequeño ensayo que recopila la historia legal de la Asociación de Maestros de Puerto Rico y por ende la de su Bufete Cancio, Nadal & Rivera. Jaime, al que conocimos todos, me enseñó a amar la profesión legal y a defender con toda mi energía, tesón y corazón al Maestro. En herencia llevo, con la mayor dignidad, el continuar la representación legal de la Asociación de Maestros de Puerto Rico y del Maestro Puertorriqueño. Sé que en la presencia de Nuestro Señor Jesucristo, Jaime observa a su hermano menor y a su Bufete con orgullo, pero vigilante de que continuemos nuestra ardua labor, la que él llevó apasionada e incansablemente hasta sus últimos días. Rafael A. Nadal-Arcelay

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Anatomías de una nueva era magisterial: una década de trabajo (2002-2012) v María del Carmen Gutiérrez

1

El efecto de una ley: nuevo orden magisterial

E

l 25 de febrero de 1998 fue una fecha fundamental para los docentes en Puerto Rico. Se aprobó la Ley Núm. 45 conocida como la Ley de Sindicación de Empleados Públicos. A partir de ese momento se creó una nueva relación laboral en el Departamento de Educación y en en todas las agencias públicas del país. La Ley 45, como se conocería coloquialmente desde ese momento, creó un nuevo estado de derecho en el cual las relaciones laborales entre los empleados y la gerencia de las agencias públicas se convirtieron en 1. María del Carmen Gutiérrez es Relacionista Profesional y dirige la Oficina de Relaciones Públicas de la Asociación de Maestros de Puerto Rico desde el año 2007. Fue consultora para los asuntos sindicales de la organización desde el 2003. Por más de 20 años ha estado vinculada a proyectos de alta gerencia relacionados a la creación, planificación y desarrollo de campañas de comunicaciones y relaciones públicas para organizaciones profesionales y sindicales del país. Dirigió las Comunicaciones del Proyecto Organizativo de SPT-SEIU para los empleados no docentes del Departamento de Educación, fue consultora para las campañas organizativas de la Federación Central de Trabajadores, Senior de la agencia de Relaciones Públicas Comstat Rowland, Inc., creó y dirigió la Oficina de Servicios Administrativos y Profesionales de la Central Puertorriqueña de Trabajadores, y fue Directora Ejecutiva del Colegio de Actores de Teatro de Puerto Rico. Posee un Bachillerato en Estudios Interdisciplinarios con área de énfasis en Estudios Pre-Jurídicos de la Universidad de Puerto Rico en Río Piedras y estudios en Educación Musical y Piano del Conservatorio de Música de Puerto Rico.

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relaciones obrero-patronales. Los empleados pasaron a ser trabajadores unionados y los gerenciales pasaron a ser el patrono. Un nuevo lenguaje afloró en las escuelas públicas del país con el uso de términos como delegado de taller, convenio colectivo y procedimiento de quejas y agravios. Se trazó una línea evidente entre entre el director de escuela y el maestro. El primero vino a ser el patrono. El segundo vino por primera vez a ser personificado por un representante sindical exclusivo, una unión de trabajadores que tenía la encomienda de negociar y hacer valer un convenio colectivo a nombre de los maestros. La Asociación de Maestros de La Asociación de Maestros de Puerto Rico había Puerto Rico había reclamado reclamado por décadas el derecho a la sindicación de 2 por décadas el derecho a la los maestros . La Ley 45, sin embargo, no llenaba sus sindicación de los maestros. expectativas al eliminar el derecho a la huelga. De ahí que la Asociación no asumió un rol protagónico en su La Ley 45, sin embargo, no aprobación y abogó por enmiendas al proyecto de ley llenaba sus expectativas al para que incluyera el derecho a la huelga como acción eliminar el derecho a la huelga. legítima. La huelga había sido un mecanismo de presión De ahí que la Asociación no efectivo utilizado en varias ocasiones por los maestros asumió un rol protagónico en para lograr reivindicaciones salariales. La Asociación no su aprobación y abogó por tuvo éxito en su reclamo esta vez. La Ley 45 se aprobó enmiendas al proyecto de ley el 25 de febrero de 1998 eliminando de todas maneras el para que incluyera el derecho a derecho a la huelga. En mayo de 1999 los maestros acudieron a las urnas la huelga como acción legítima. y votaron mayoritariamente a favor de la sindicación bajo la Ley 45. Regresaron a las urnas en diciembre de ese año para seleccionar un representante exclusivo. La Asociación acudió a esa votación representada en la Sindical Asociación de Maestros PR-NEA, afiliada a su vez a la National Education Association (NEA). Los maestros votaron a favor de que fuera la Federación de Maestros de Puerto Rico el sindicato representante exclusivo de los maestros. Posterior a esa votación la Asociación celebró una Asamblea que fue una muy candente en la que se destacó el debate sobre la conveniencia de mantener la afiliación a la NEA. Los maestros votaron para finalizar la relación de 71 años de solidaridad y amistad con esa organización magisterial colega. 2 324 v UN SIGLO DE LuCHA EDuCATIVA

Véanse las Actas de las Asambleas Anuales de la década de 1970, las cuales discuten este tema.


En el análisis del resultado de la votación se barajearon varias teorías para explicar la derrota de la Sindical de la Asociación. Entre éstas figuró prominentemente la afirmación de que “la Sindical no era la Asociación”. O sea, muchos maestros creyeron que la Sindical no era lo que ellos conocían como su Asociación, sino un nuevo brazo sindical de la NEA en Puerto Rico. Pasaron por alto que la Asociación estaba afiliada a la NEA desde muchas décadas antes del proceso tal y como otras muchas uniones y organizaciones en el país estaban afiliadas a otras organizaciones inter-nacionales en las que Puerto Rico mantenía y mantiene su personalidad jurídica. La ideología permeó el debate. También se planteó como razón posible un fraude en el proceso electoral debido a irregularidades que incluían papeletas no iniciadas y urnas sin custodia. Otros análisis señalaron un gran desconocimiento de los maestros de lo que realmente significaba un representante sindical exclusivo. Esa versión sugería que la Asociación se veía como una organización de servicio y no como una organización sindical. Lo cierto es que el proceso fue complejo. Reflejó un cambio fundamental en la anatomía y pensamiento del magisterio en Puerto Rico a finales del siglo 20. Así concluyó el siglo para la Asociación de Maestros de Puerto Rico.

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Vista de la 101ª Asamblea Anual celebrada el 27 de diciembre de 2011 en el Hotel Sheraton en San Juan. El Reglamento estipula que la Asociación deberá cada año celebrar una asamblea ordinaria para informar a sus socios las labores realizadas. Las asambleas se celebran en el mes de diciembre de cada año como una tradición desde 1911, año en que se celebró la primera asamblea ordinaria (AHAMPR).

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Otros vientos: nuevas perspectivas institucionales

Con esos vientos comenzó el nuevo milenio. Llegó el año 2000 y la Asociación se enfrentó a una realidad contradictoria: era la organización magisterial que mayor cantidad de maestros afiliados tenía, pero no tenía la representación sindical de los maestros. Comenzó un proceso de instrospección y de transición. Los primeros años de la primera década del 2000 fueron cruciales. Se discutía la continuidad o el fin de la institución. Ni su tradición de lucha evitó ese clima de incertidumbre. Ocurrió entones un fenómeno que vino a marcar el nuevo rumbo. La elección de Aida Díaz Rivera como presidenta de la Asociación de Maestros de Puerto Rico. Por solo una segunda vez en los noventa años de historia de la Asociación una mujer ocupó la presidencia. Por primera vez, una maestra de la sala de clases fue electa a esa posición. Doña Aida, como la conoce el país, llegó a la presidencia de la Asociación sin haber ocupado nunca un puesto gerencial dentro del sistema educativo. Contrario al resto de los presidentes que había tenido la organización, doña Aida no había sido directora ni superintendente de escuelas.


Aida Díaz asumió la presidencia el 29 de diciembre de 2001. Sus primeros grandes retos fueron (1) la actitud hostil de la FMPR hacia la Asociación y hacia los maestros asociados; (2) un déficit millonario; (3) un patrono que le cerró el paso al diálogo y le prohibió la entrada a las escuelas;y (4) la fuga de miles de asociados, quienes entendían que ya no era necesario pertenecer a la Asociación. Como si fuera poco, maestros asociados eran víctimas de una persecución despiadada en sus talleres de trabajo por parte de un representante exclusivo que jamás entendió la razón de su existencia y que terminó años después traicionando al magisterio y al sindicalismo puertorriqueño. Muchos fueron perseguidos, sus derechos civiles fueron violados y a muchos trataron de acallarles su voz a través de querellas sin fundamentos, trato irrespetuoso, y señalamientos injustos. Quien se suponía que iba a velar por los derechos de todos los maestros se convirtió en autor y/o cómplice de atropellos alarmantes nunca antes vistos por los maestros. No sólo eran atropellados por el patrono sino que también eran maltratados por su representante sindical exclusivo. Haciendo esta reflexión ahora, hay que reconocer que esos asociados merecen el mayor de los reconocimientos. Por ellos y gracias a ellos, la Asociación continuó su lucha y la defensa de sus miembros, de la escuela pública y del magisterio de nuestro país. Después de la elección de 1999 se impidió la entrada de la Asociación a las escuelas. El Departamento de Educación prohibió el acceso a los asociados que continuaban recibiendo servicios de la Asociación y prohibió la libre asociación de maestros que querían ser representados por la Asociación. El asunto llegó a los tribunales y en el 2002 el Tribual Supremo de Puerto Rico determinó que el Departamento de Educación no podía prohibirle a la Asociación de Maestros de Puerto Rico la entrada a los planteles. Este pleito de la Asociación de Maestros v. Secretario de Educación, 2002 TSPR 58, mejor conocido como el de Acceso a las Escuelas o de Libre Asociación, ha sido desde entonces utilizado por sindicatos, organizaciones civiles y comunitarias para la defensa de sus derechos y el de sus representados. Todavía hoy, la Aso-

Nuevo equipo trabajo 2002. Con la elección de Aida Díaz, al centro, se dio un relevo generacional que hizo un balance con experiencia y juventud que trajo nuevos bríos a la institución. A la izquierda, Víctor Bonilla, Director Asociado; Aida Díaz, presidenta; William Ortiz, vicepresidente; y Reyes E. Rodríguez, director ejecutivo (AHAMPR).

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Con esa base menguada, un déficit millonario y un nuevo modelo laboral, Aida Díaz comenzó la obra que hoy supera todas las expectativas trazadas: más de 32,000 maestros asociados, un superávit sustancial en las finanzas de la institución y un posicionamiento de primer orden en la imagen, el prestigio y la participación de la Asociación en los asuntos de importancia en la sociedad puertorriqueña, más allá de los asuntos profesionales y académicos.

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ciación libra una ardua lucha contra el Departamento de Educación que insiste en negarle la entrada a algunas escuelas en abierto desafío a la orden final y firme del Tribunal Supremo. La situación con la FMPR y el DE corría paralela a un difícil panorama administrativo interno en la Asociación. En 2001, la matrícula se redujo a unos 6,800 socios activos y 11,000 retirados. Cargaba además con un gran déficit presupuestario que crecía en los libros. Con esa base menguada, un déficit millonario y un nuevo modelo laboral, Aida Díaz comenzó la obra que hoy supera todas las expectativas trazadas: más de 32,000 maestros asociados, un superávit sustancial en las finanzas de la institución y un posicionamiento de primer orden en la imagen, el prestigio y la participación de la Asociación en los asuntos de importancia en la sociedad puertorriqueña, más allá de los asuntos profesionales y académicos. El trabajo desde el primer día no ha cesado, han tenido que darse grandes transformaciones, ha tenido que aflorar una nueva visión y se ha tenido que imponer el rescate del magisterio como figura protagónica del quehacer educativo del país. La Asociación de Maestros de Puerto Rico vuelve a ser hoy la principal organización magisterial del país.

La lucha desde el principio

Una de las estrategias que fue utilizada por el DE para aniquilar la Asociación en esa época fue el descuento ilegal de cuotas. El patrono continuó descontando ilegalmente la cuota de la Asociación a sus miembros y se la entregaba a la Federación de Maestros a pesar de que esos miles de asociados habían expresado conforme a derecho su determinación de continuar siendo representados por la Asociación de Maestros. Quincena tras quincena, el DE le descontaba ese dinero a los maestros asociados y se lo entregaba a la Federación en abierto desacato a los tribunales que en varias ocasiones establecieron lo ilegal del proceso. El pleito incoado por la Asociación en contra del Departamento de Educación y de la FMPR para detener esa prácica también llegó al Tribunal Supremo. El Supremo ordenó al Departamento la devolución de $5 millones de dólares a los maestros afectados. Una batalla gana-


da por la Asociación, capitaneada por la maestra Aida Díaz. Mientras tanto, se efectuaron cambios administrativos en el seno de la Asociación. Se comenzó una reducción importante en gastos, se conformó un equipo de trabajo que compartía la visión de vanguardia de la Presidenta y se estudió el Reglamento de la Asociación para atemperarlo a la nueva legislación laboral existente. La Asociación tomó vida. Fortalecía su respiracíon día a día al ritmo del trabajo arduo, sin pausa, pero con prisa. Otra de las transformaciones determinantes para la nueva era de la Asociación fue la limitación del término de su presidencia que hasta entonces no contemplaba restricciones. La Asamblea Anual Ordinaria de 2004 recibió y aprobó unánimemente una propuesta para llevar a un tope de tres (3) términos, de tres (3) años consecutivos el cargo de presidente de la organización. En una Asamblea Extraordinaria en el 2006 se produjo otra de las acciones afirmativas de la nueva era. La Asamblea aprobó que el personal docente y no docente que ejercía funciones administrativas y gerenciales en el Departamento de Educación se pudiera agrupar en una organización que defendiera los intereses particulares de ese grupo. La Asociación se mantendría como una organización exclusivamente de maestros. Esta decisión produjo una revisión del marco conceptual de la Asociación, aprobando importantes modificaciones institucionales a su Misión y Visión. Concluyó así un capítulo de muchas décadas en el interior de la organización, en el cual compañeras y compañeros a quienes les unían un certificado de maestro, independientemente de la función que realizaran en el Departamento de Educación, compartieron la casa de la AMPR. Esa transformación trascendental para el futuro de la institución fue avalada unánimemente por aquella Asamblea Extraordinaria. A partir de ahí, cientos de maestros que se habían ido de la Asociación, regresaron a tocar a su puerta solicitando apoyo, asistencia, asesoría. La AMPR entendió que era momento de pasar la página y abrir la casa. La Asociación creció y se creció. Se creció en sentido figurado al mostrarse como una institución madura que daba

Uno de los logros más significativos de esta década ha sido la inserción de la Asociación de Maestros en el campo sindical. De izquierda a derecha, Carmen Yulín Cruz, alcaldesa electa de San Juan; los líderes sindicales Víctor Villalba, Eric Sevilla, Luisa Acevedo, Manuel Perfecto, Monseñor Roberto González Nieves, Arzobispo de San Juan; Padre Enrique Camacho, Director de Cáritas, Aida Díaz, Lcdo. José Añeses, José Rodríguez Báez, Ramón Fuentes; y el presidente del Colegio de Médicos Cirujanos de Puerto Rico, Eduardo Ibarra, en una misa el 1º de mayo de 2012 (AHAMPR).

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Doña Teté, residente de la Égida del Maestro, celebra su centenario de vida.

señales de mucha vida, porque la experiencia bien llevada siempre es beneficio. Miles de trabajadores sociales y consejeros escolares estaban siendo atropellados al no ser considerados en la Legislación de Carrera Magisterial. La Asociación no los abandonó. Fue gracias a la Asociación que dicha ley tuvo que ser enmendada para esos trabajadores ser reconocidos por el patrono como docentes. De igual forma, miles de maestros transitorios fueron defendidos para recibir las permanencias que les negaban, así como los aumentos legislados que tampoco les reconocían. Maestro por maestro, escuela por escuela, grupo por grupo, la Asociación, timoneada por Aida Díaz, tendió la mano a los maestros sin importar su afiliación, su ideología, su partido político. Aida Díaz llamó a quitarse el sombrero de los partidos políticos y a colocarse el del magisterio. Paso a paso, se comenzaron a romper barreras y a sembrar alianzas. Se abrió un espacio de diálogo sincero con el movimiento obrero puertorriqueño, con organizaciones profesionales y comunitarias, con la llamada sociedad civil, con la prensa, las universidades, las causas de las minorías, en fin, del pueblo trabajador. La Asociación, acción tras acción, se convirtió en lo que es hoy: una de las entidades más solidarias y más comprometidas que existen en el país.

Una presidencia extendida

Grupo de Empleados en la ornamentación del Jardín del Hospital del Maestro, 2012 (AHAMPR).

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Muchos desconocen que la presidencia de la Asociación de Maestros incluye la presidencia de la Junta de Directores del Hospital del Maestro y de la Égida del Maestro. Aunque no preside la Junta de Directores de EDUCOOP, forma parte de ésta, velando por la integridad y salud económica de dicha institución al ser la Cooperativa parte del conglomerado de servicios que se ofrece a los maestros asociados. Al tiempo que la Presidenta atiende eventos y situaciones de los afiliados, lo mismo activos que retirados, atiende situaciones del Hospital, la Égida y de un sinnúmero de otros proyectos y programas creados para ofrecer servicios que a veces pasan por alto. La labor de la Presidenta incide directamente en asegurar desde la apertura de una moderna Sala de Radiografías en el Hospital que cuenta por primera vez


con su propio equipo para estudios de resonancia magnética, hasta la permanencia de una Facultad Médica de primer orden. La inauguración del Centro Estereotáctico, de un moderno centro de cateterismo, así como el mantenimiento de toda esa planta física, son asuntos del quehacer cotidiano de quien preside la Asociación y ocupa un espacio importante de su tiempo. La Presidenta, su quipo de trabajo y la Junta de Directores también han sido responsables de adaptar a los tiempos el Programa de Servicios de Salud de la Asociación (PROSSAM) para que contenga beneficios de medicinas, amplia cubierta de cáncer y el acceso de los afiliados a una red de médicos, laboratorios, hospitales, farmacias y otros servicios, al precio más bajo en el mercado. Todo esto con el sello indiscutible de calidad al que están acostumbrados los asociados. Gracias a a lucha de la Asociación de Maestros bajo la dirección de Aida Díaz y su Junta de Directores, el maestro es el único empleado público que conserva la libertad de escoger su plan médico. Presidir la Asociación no es asunto fácil. No existe en Puerto Rico otra organización de la complejidad de la UN SIGLO DE LuCHA EDuCATIVA v 331


Asociación. Es una organización profesional y sindical, que ha dedicado toda su vida a proteger y defender la permanencia de la escuela pública puertorriqueña, no por capricho ni por tradición, sino a conciencia. Porque es la única que existe para todos y que es de todos.

El magisterio cogió calle

Al igual que Gerardo Sellés Solá llevó a los maestros a las calles de San Juan en la década de 1920, la nueva dirección de la Asociación tomó las calles de Puerto Rico en los albores del 2000, pero con mayor asiduidad. Y trasladó la oficina de trabajo presidencial a los salones de clases. La Presidenta se dio a la tarea de escuchar directamente de los maestros sus situaciones, preocupaciones, sinsabores, en fin, su lucha de cada día. El dolor de éstos se hizo suyo y se convirtió en su portavoz. La voz del magisterio en la voz de la nueva Presidenta se comenzó a escuchar a diario en la radio. La cobertura de los medios de prensa a las convocatorias de la Asociación comenzó a ser masivas. Tanto la radio como la prensa escrita, televisión y medios cibernéticos convirtieron muchas de las noticias generadas por la Asociación en titulares principales que luego fueron analizadas en programas existentes para esos propósitos y crearon opinión pública. Aida Díaz se ganó el respeto y la confianza de quienes antes no la conocían y la Asociación pasó a ser la principal fuente de información de periodistas y editores de la mayoría de los medios de comunicación del país. Cuando el tema lo ameritaba, la Asociación por medio de la Presidenta, ofrecía al pueblo mensajes radiales y televisivos con información a fondo que, en ocasiones, cambiaron tendencias gubernamentales hacia unas más favorables para la clase magisterial y la escuela pública. Por otro lado, la Asociación se dio a la tarea de reunirse con el resto del liderato de la sociedad civil. Los presidentes de sindicatos importantes recibieron a la Asociación y le abrieron espacio en sus actividades y reuniones. En el 2006, cuando el gobernador Aníbal Acevedo Vilá decretó un cierre del Gobierno y cientos de miles de estudiantes dejaron de recibir los servicios educativos que brinda la escuela pública, la Asociación332 v UN SIGLO DE LuCHA EDuCATIVA


de Maestros se movilizó para organizar una marcha masiva de maestros, estudiantes y personas de la comunidad escolar hacia la Fortaleza para exigir la apertura de las escuelas públicas. El cierre del Gobierno fue un asunto políticopartidista entre el Ejecutivo y la Legislatura, dirigido el primero por el Partido Popular Democrático y la segunda por el Partido Nuevo Progresista. Entre ambos constituyeron el segundo gobierno compartido en la historia del país y a lo largo del cuatrienio desataron entre sí una serie de controversias que, junto a la crisis económica mundial, causaron grandes estragos en la sociedad puertorriqueña. La marcha multitudinaria de la Asociación contra el cierre de gobierno se celebró en mayo del 2006 bajo el nombre Por el pan de la enseñanza. Como secuela se montaron campamentos sindicales de diferentes uniones frente al Capitolio que duraron 14 días, y en los que de día y de noche se cabildeaba a favor de la apertura de las agencias de gobierno –particularmente de las escuelas públicas, en reuniones con los legisladores de todos los partidos y con La Fortaleza. La única organización magisterial en esos campamentos fue la Asociación. Desde allí atendía situaciones particulares de los maestros en su incertidumbre de saber si podrían llevar el pan a sus hogares. La Asociación fue también la única organización magisterial en compartir la experiencia de solidaridad y convivencia con los demás sindicatos allí establecidos. Se compartieron alimentos, tarima, carpas, buena voluntad, oraciones, reflexiones, y gastos. Mientras casi todos los sindicatos colaboraban en armonía y de forma estratégica, otros grupos minoritarios realizaban acciones no concertadas, peligrosas para la estabilidad de la economía del país. Entre éstas se puede mencionar el bloqueo a los puertos que realizó la Federación de Maestros, acción que fue altamente criticada por los medios de comunicación, los sindicatos y la mayoría de las organizaciones comunitarias que se sumaron a la lucha que se libraba. Era muy difícil entender que una organización de maestras y maestros atentara contra la entrada de suministros para el pueblo. Dicha acción puso de manifiesto el carácter ideológico y pseudo-sindical de esa organización.

La marcha multitudinaria de la Asociación contra el cierre de gobierno se celebró en mayo del 2006 bajo el nombre

Por el pan de la enseñanza. Como secuela se montaron campamentos sindicales de diferentes uniones frente al Capitolio que duraron 14 días, y en los que de día y de noche se cabildeaba a favor de la apertura de las agencias de gobierno –particularmente de las escuelas públicas, en reuniones con los legisladores de todos los partidos y con La Fortaleza. La única organización magisterial en esos campamentos fue la Asociación.

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Otra de las grandes aportaciones que la Asociación ha realizado a la educación del país es la petición para que se amplíe como marco de referencia y análisis lo que ocurre con la educación en otros países del mundo y no se mantenga la mirada exclusivamente en Estados Unidos.

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El cierre del gobierno terminó y se logró negociar el cobro del salario de esas dos semanas para todos los empleados públicos, incluyendo los maestros. El movimiento obrero reconoció la solidaridad de la Asociación y el magisterio cerró filas casi en su totalidad con la organización. La Asociación se posicionó como una organización estratega, con una gran capacidad organizativa, la principal organización magisterial del país. Hoy la Asociación participa de la mayoría de las actividades sindicales que se organizan en el país y muchas de éstas se organizan desde su sede. A pesar de toda esta lucha, la escuela pública ha estado durante décadas al borde de ser privatizada. Algunos piensan que así debe ser y han hecho todo lo que ha estado a su alcance desde sus puestos gubernamentales para convertir el derecho a la educación pública en un privilegio de pocos. Esa primera década del siglo 21 quizás pueda ser catalogada como la más arriesgada para la permanencia de la escuela pública, quizás comparable con la batalla del idioma que duró varios años para la primera mitad del siglo 20. La Asociación junto con la militancia del magisterio, ha tenido que enfrentar la radicación de múltiples proyectos de Ley que le abrían la puerta a la privatización y a la municipalización. La Asociación ha tenido que redactar docenas de ponencias de defensa de la escuela pública y ha tenido que acudir directamente ante el Secretario de Educación Federal en esa defensa. Hay quienes insisten en comparar los beneficios y los resultados de la escuela privada con los de la escuela pública, olvidando que el ingreso a esas escuelas se basa en exámenes de competencia, lo que hace imposible tal comparación. La Constitución establece el carácter libre, gratuito y laico de la escuela pública. Eso la convierte en la única institución educativa que tiene que recibir a todos los niños y a todas las niñas del país, sin importar su condición social, económica, de aprovechamiento académico, creencias religiosas, origen nacional, orientación sexual y origen nacional. Si no existiera la escuela pública, ¿dónde irían los niños desventajados económicamente, los estudiantes de educación especial, los que tienen potencial ocupacional, los que no pueden pagar por su educación?


Ese ha sido uno de los mensajes más contundentes que ha llevado la Presidenta de la Asociación a los lugares donde ha tenido que ir a defender la escuela pública y el magisterio. Ha tenido que explicar una y mil veces que no es lo mismo ser maestro en un salón en el que de 25 estudiantes 18 son de educación especial, casi todos viven con un solo padre o con un abuelo rodeados de escasez y limitaciones sociales, y donde el tiroteo y las drogas son las palabras mas mencionadas durante el día, que en uno donde los 25 estudiantes son una selección exclusiva. Con esto, Aida Díaz no critica la educación privada, la que entiende es necesaria para aquellos que quieren para sus hijos una educación con especificaciones – educación religiosa, militar, bilingüe. Solo pide que no se comparen, pues los resultados tienen que considerar el trasfondo social, económico e intelectual de cada estudiante y las variables son muchas e incompatibles con la educación selectiva. Otra de las grandes aportaciones que la Asociación ha realizado a la educación del país es la petición para que se amplíe como marco de referencia y análisis lo que ocurre con la educación en otros países del mundo y no se mantenga la mirada exclusivamente en Estados Unidos. Fue la Asociación quien puso en conocimiento al Departamento de Educación y al Gobierno de Puerto Rico sobre las pruebas de aprovechamiento académico que toman la mayoría de los estudiantes en el mundo y en las cuales Puerto Rico no participa. Las pruebas del Programme for International Student Assessment (PISA, por sus siglas en inglés) son administradas por la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico, cuyos resultados destacan a Finlandia, Corea del Sur, Singapur y Japón, entre otros países, como los que presentan los estudiantes más sobresalientes en matemáticas, ciencias y lenguajes, en la edad de 15 años. Desde el 2003, la Asociación le ha solicitado al Departamento de Educación y al Gobierno de Puerto Rico la inclusión de Puerto Rico en esas pruebas, ya que comprenden un análisis de lo que rodea a los estudiantes mas allá de lo académico.

Ednita Nazario no oculta su emoción cuando la Presidenta Aida Díaz la nombró Socia de Honor en el marco de la celebración de la Fiesta Nacional del Maestro en 2005. Al centro, el entonces vicepresidente William Ortiz (AHAMPR).

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La Asociación es auspiciadora principal desde hace tres años del Festival de la Palabra, iniciativa que pone como protagonista la palabra en la literatura. Un junte de escritores del mundo entero se dan cita para compartir sus obras con el pueblo, los maestros y los estudiantes.

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La cultura: otro bastión de lucha

La cultura es un tema de gran importancia para la Asociación, así como el reconocimiento de lo que el maestro y la maestra puertorriqueña le brindan a la sociedad y la cultura puertorriqueña. Desde 2005, la tradicional Fiesta Nacional del Maestro se ha convertido en un magno evento en el que se persigue que sobre 15,000 maestros asociados participen y es por eso que se trasladó de espacios abiertos y coliseos deportivos a la comodidad del mayor estadio cubierto en Puerto Rico dedicado al entretenimiento, el Coliseo de Puerto Rico José Miguel Agrelot. El primer concierto gratuito fue el de la artista Ednita Nazario. Este concierto se convirtió en el primer evento que llenó a capacidad las sobre 15,000 butacas del“Choliseo”. Luego de Ednita, han deleitado a los maestros artistas del calibre de Franco de Vita, Gilbertito Santa Rosa, y los comediantes Luis Raúl y Raymond Arrieta, con espectáculos producidos específicamente para la ocasión. Este vistoso evento, que se celebra para agasajar a los maestros asociados durante el mes de mayo en reconocimiento del Día del Maestro, es único en su clase y quién mejor que la organización que los representa para hacerlo, mientras el gobierno que está llamado a reconocerlos, no lo hace.


Durante los primeros años del nuevo milenio la Asociación también hizo un cambio significativo en sus publicaciones. Se creó el periódico DE MAESTROS, publicación que llega a todas las escuelas publicas del país con temas de actualidad relacionados a la educación, a aspectos sindicales y de defensa del magisterio. El periódico reseña además actividades escolares, méritos de los maestros y de los estudiantes y temas educativos internacionales. Por su alcance - disponible para todos los docentes - y su contenido atractivo es una excelente herramienta de reclutamiento para la organización. El carácter académico de la Revista El Sol se fortaleció con el nombramiento de una Junta Editora, buscando que la discusión teórica y de ilustraciones prácticas presente artículos que puedan ser utilizados por los maestros para mejorar la enseñanza en el salón de clases. Busca además que puedan ser utilizados por estudiantes graduados en sus trabajos de tesis. Su imagen se actualizó y la última edición del año se transformó en una revista tipo “journal”, llamada Magisterio. Hay que destacar que la lucha de esta última década se ha dado en gran medida desde el mundo cibernético. Con un portal en la web y páginas en las redes sociales, estos nuevos espacios de información le ofrecen a la Asociación la oportunidad de participar de forma interactiva con docentes y no docentes, trabajadores sociales, consejeros y estudiantes. Desde el 2008, de forma ininterrumpida, la Asociación mantiene un espacio radial una vez a la semana llamado Actualidad Educativa para tratar temas de interés a los docentes y a la comunidad escolar en general. Los espacios de comunicación se han ampliado utilizando las nuevas modalidades para llegar a diario al maestro. Envíos casi a diario de correos electrónicos masivos, actualizaciones en el portal y en las redes sociales proliferan en la Asociación para cumplir efectivamente con la misión y la visión que hacen falta para informar y mantenerse informado. La Asociación bajo la dirección de la profesora Aida Díaz también se ha ocupado de cumplir con su responsabilidad social al convertirse en auspiciador de importantes eventos culturales y académicos en el país. La Asociación es auspiciadora principal desde hace UN SIGLO DE LuCHA EDuCATIVA v 337


La Presidenta recibe, en nombre de la institución, el homenaje que nos hiciera el Festival por la celebración del centenario. A la izquierda, observa Santos-Febres. A la derecha, el vicepresidente Víctor Bonilla y el director ejecutivo, José Luis Vargas (AHAMPR).

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tres años del Festival de la Palabra, iniciativa que coloca como protagonista la palabra en la literatura. Un junte de escritores del mundo entero se dan cita para compartir sus obras con el pueblo, los maestros y los estudiantes. Se colabora con el Festival junto al Museo del Arte de Puerto Rico, Ballet Concierto, el Ateneo Puertorriqueño, el Instituto de Cultura Puertorriqueño, el College Board de Puerto Rico, el Colegio de Abogados, la Fundación Luis Muñoz Marín, la Facultad de Educación de la Universidad de Puerto Rico, del Sagrado Corazón y la Universidad Interamericana, entre otros. Se participa y colabora además con Jóvenes de Puerto Rico en Riesgo, con Relevo por la Vida, el Programa Yo Puedo y la Sociedad Americana del Cáncer, con Bill’s Kitchen y la Fundación para Puerto Rico. La Asociación participa también como proponente y en grupos de discusión con Agenda Ciudadana y en foros académicos de las principales universidades del país. Se auspician iniciativas de maestros, de comunidades escolares. Se creó un muñeco que simboliza la niñez y su deseo por mantener un mundo saludable y sustentable, el Sabio. La Fundación Ricardo Alegría, sociedad sin fines de lucro organizada y dotada por su fundador, el fenecido doctor Ricardo E. Alegría, reconoció en el 2010 a Aida Díaz y a la Asociación por su contribución notable a la defensa, conservación, divulgación y fomento de las diversas manifestaciones de la cultura de Puerto Rico. En 2011, Aida Díaz hizo historia al ser la primera maestra invitada como Oradora en los Actos del Natalicio de Luis Muñoz Rivera. Ese día, en Barranquitas, pronunció el mensaje Muñoz Rivera: guía para construir el Propósito Nacional de Puerto Rico, en el cual abogó por la educación como elemento fundamental para la transformación social. Propuso que para que Puerto Rico se convierta en un país líder, emprendedor, autosustentable y modelo tiene que crear alianzas, medicar la droga, apostar por la cultura y la educación y establecer mecanismos económicos sustentables. Hizo historia también al ser invitada a dirigirse al Congreso de los Estados Unidos en las vistas sobre el estatus de Puerto Rico que se celebraron en Washington el 22 demarzo de 2007 en la que abogó por la libre autodeterminación del país.


Una batalla inconclusa

Hay una batalla inconclusa. Las gestiones para garantizar a los maestros un representante sindical exclusivo acorde con la imagen y el profesionalismo del magisterio no cesaron en el 2000. Esa lucha sigue. En 2003, la Asociación auspició la creación del Sindicato Puertorriqueño de Maestros (SPM), una entidad autónoma que surgió del seno de los maestros activos de la organización. Este sindicato solicitó una elección ante la Comisión de Relaciones del Trabajo del Servicio Publico (CRTSP), hoy conocida como Comisión Apelativa del Servicio Público (CASP). La cantidad de endosos necesarios para solicitar esa elección era de 11,000. El Sindicato sometió cerca de 13,000 el 25 de febrero de 2003, pocos meses antes de que el convenio colectivo vigente entre el Departamento y la FMPR finalizara. La elección jamás se celebró. Un litigio entre la Federación y el Sindicato se debatió ante la Comisión. La FMPR alegaba que el Convenio llegaba a su término en 2005. El SPM sostenía que la Ley no permitía convenios de más de tres años, por lo que la fecha de vigencia del mismo era correspondiente al trienio de 2000 a 2003. La pugna duró tres años y finalizó a favor del Sindicato en una orden emitida por la Comisión a esos efectos en el 2006. Durante esos tres años, la Comisión fue custodia de las 13,000 tarjetas de endosos que el Sindicato entregó. En una acción sin precedente, ignorando ese historial, emitió una orden dejando sin efecto la solicitud de elección sindical “por falta de intereses sustanciales del proponente”. Lejos de levantar una nueva pugna con la CRTSP para solicitar una exhaustiva investigación de lo que ocurrió con los endosos, el Sindicato decidió recoger nuevamente los endosos y afiliarse formalmente a la Asociación de Maestros de Puerto Rico. El 1º de septiembre de 2006 el SPM, afiliado a la Asociación de Maestros, radicó una nueva petición de endosos con más de 17,000 firmas de maestros. La Federación de Maestros continuaba siendo el representante sindical exclusivo, aunque los maestros ya no tenían desde hacía varios años un convenio colectivo vigente. Una vez más, esa organización utilizó subterfugios legales para evitar o atrasar que los maestros

El Sindicato Puertorriqueño de Maestros (SPM) fue instrumental en la creación de una cultura sindical en la Asociación de Maestros. Marcha del Sindicato frente al Departamento de Educación en julio de 2008 (AHAMPR).

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escogieran en las urnas a su representante sindical exclusivo. En esa ocasión, alegó falsamente que el SPM y la AMPR eran organizaciones patronales, que no tenían los endosos necesarios y que mantenían contratos con el patrono. La CRTSP decidió investigar al SPM y a la AMPR. Luego de vistas públicas y una exhaustiva investigación del Reglamento y documentos de ambas organizaciones, la CRTSP emitió una orden contundente en la que establecía que el SPM y la AMPR no eran organizaciones patronales, que ninguno mantenía contratos con el patrono y que el SPM cumplía con el interés sustancial y con el requisito mínimo de endosos. Una vez más se demostró que la Federación le mentía a los maestros y al país. Para esa fecha, una organización internacional de trabajadores, la Service Employee International Union (SEIU) firmó un acuerdo de afiliación con la AMPR que establecía que si el SPM ganaba la representación sindical exclusiva se presentaría a la Asamblea del SPM una solicitud de afiliación a la SEIU. Esa acción nunca se realizó y el acuerdo se deshizo, pues el SPM perdió la elección sindical que se celebró en octubre de 2008. Esa elección establecía en la papeleta de votación una pregunta sencilla (SÍ o NO) consultando al magisterio su deseo de tener un convenio colectivo negociado por el Sindicato Puertorriqueño de Maestros. Más de 15,000 votaron por el Sí, mientras que 18,000 votaron por el No. La campaña a favor del Sí la desarrolló la SEIU y la del No los dirigentes de la descertificada Federación de Maestros. La alegación de éstos era que el magisterio estaría mejor sin un representante sindical exclusivo y sin un convenio colectivo. Para entonces, la Federación ya había sido descertificada oficialmente. La descertificación de esa organización era esperada. Los dirigentes de la misma habían anunciando desde el 2003 que retarían la Ley 45 con una huelga y esa acción conllevaba la descertificación de forma clara en la Ley. Si iban a la huelga, sería descertificada la unión. La huelga la realizaron en 2008 sin ninguna consecuencia positiva para sus representados. A pesar de que buscaban un convenio desde hacía tres años en un 340 v UN SIGLO DE LuCHA EDuCATIVA


Grupo de maestros de la Junta Local de Morovis en la Vigilia exigiendo elecciones sindicales. San Juan, 4 de mayo de 2012 (AHAMPR).

proceso de negociación cerrado y poco confiable, era de conocimiento general que no había adelantos en la misma, pero que tampoco se recurría al proceso de arbitraje que la Ley obliga a utilizar en momentos de tranque. Así pues, durante tres años de supuestas negociaciones nunca hubo tranques. Sin tranque se levantaron de la mesa de negociación que se realizaba en el Departamento de Trabajo y se fueron a una huelga que pocos maestros respaldaron. Algunos de estos maestros aun hoy día le reclaman a la Asociación que no apoyaran esa gestión. Es importante tener claro que ni en la negociación, ni en la discusión para realizar la huelga para retar la Ley, la Asociación tuvo participación alguna. La Asociación habría participado de buena fe en la negociación colectiva para lograr que los maestros tuvieran su convenio colectivo. Pero nunca se le solicitó. La Asociación fue clara en su posición. Nadie se levanta de una mesa de negociación sin una buena razón. Lo que hizo la Federación fue contrario a los mejores intereses de sus representados y del sindicalismo puertorriqueño. Posterior al resultado de la elección sindical, en una Asamblea de la Asociación se presentó la moción para culminar los trabajos del Sindicato Puertorriqueño de Maestros. Había jugado un papel importante en la Asociación, en el movimiento sindical y en el país. Ayudó a desarrollar una mentalidad sindicalista entre los asociados que antes no existía, permitió organizar escuelas, identificar líderes, llevar un mensaje sobre la importanUN SIGLO DE LuCHA EDuCATIVA v 341


cia de la defensa de los derechos de los maestros y fue una plataforma de trabajo que trajo experiencia sindical a muchos. En enero de 2011, la presidenta Aida Díaz anunció En enero de 2011, la presidenta que, por primera vez en su historia, la Asociación de Aida Díaz anunció que, por Maestros de Puerto Rico buscaba endosos para peticioprimera vez en su historia, la nar una elección sindical ante la CASP. En abril de ese Asociación de Maestros de año, la Asociación contaba con 20,000 firmas de endosos Puerto Rico buscaba endosos de maestros que peticionaban que la Asociación fuera la para peticionar una elección representante sindical exclusiva del magisterio y negosindical ante la CASP. En abril de ciara un nuevo convenio colectivo. Antes de peticionar la elección, la Presidenta se reuese año, la Asociación contaba con 20,000 firmas de endosos nió con los otros dos grupos magisteriales que surgieron con la descertificación de la Federación de Maestros de maestros que peticionaban para informarles su intención. Quería saber si se unirían que la Asociación fuera la a la Asociación o competirían con la Asociación. El líder representante sindical exclusiva de uno de los grupos solicitó un puesto en la AMPR, del magisterio y negociara un desconociendo que en la AMPR los puestos son por nuevo convenio colectivo. elección de los afiliados y no por nombramiento. Al otro grupo no le interesó discutir el tema. El 29 de septiembre de 2011 la Asociación de Maestros de Puerto Rico radicó su primera petición de elección sindical a nombre de más de 23,000 maestros, quienes firmaron y luego reafirmaron ese endoso en una carta dirigida al gobernador Luis Fortuño, al Presidente de la CASP y a los Presidentes de las Cámaras Legislativas. Las otras dos organizaciones magisteriales presentaron endosos ante la Comisión para participar en la elección bajo otro nombre, al igual que lo hizo la descertificada Federación. La Comisión desestimó esas solicitudes por no cumplir con los requisitos establecidos en el Reglamento y en la Ley. La petición de la Asociación es la única que sigue vigente. Esa elección aún no se ha ordenado, a pesar de que en enero de 2012 se le informó a la Asociación que la elección se celebraría en marzo. La inacción de la CASP y del Gobierno causó que la Asociación, una vez más, se movilizara como lo ha hecho a lo largo de estos 12 años, con una masiva vigilia que se movió desde los predios del Morro hasta la Fortaleza. La Marcha-Vigilia, celebrada el 4 de mayo de 2012, cerró el año escolar 2011-2012. La Asociación tuvo que expresar una vez más su sentir al son de protestas en contra del gobierno de turno. 342 v UN SIGLO DE LuCHA EDuCATIVA


La elección sindical se encuentra ante la consideración los Tribunales por un recurso de Mandamus incoado por la Asociación, exigiendo a la Comisión que ordene la elección. Entretanto, los maestros continúan sin convenio colectivo y sin un representante sindical exclusivo. No reciben aumentos salariales desde hace cuatro años, se ha limitado el pago del incentivo de la Carrera Magisterial, se han negado traslados, se han negado derechos, se han identificado cientos de puestos excedentes. En fin, la lucha ha continuado y continuará mientras haya maestros a quienes se les atropelle y se les viole sus derechos. La Asociación de Maestros se prepara para recibir su centésimo segundo año de existencia con la fuerza y la energía necesaria para continuar defendiendo al maestro y a la escuela pública, para mantener su trayectoria de excelencia y para continuar promoviendo transformaciones positivas y favorables de beneficio a la organización, a sus afiliados, a las comunidades escolares y al País.

Coro de la Asociación de Maestros de Puerto Rico dirigido por el profesor Ángel David Mattos.

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Una institución multidimensional: entre luchas y propuestas

v Aida Díaz de Rodríguez1 Un orgullo de vida

M

e ha correspondido el privilegio y la responsabilidad de dirigir los destinos de nuestra Asociación en momentos en que cumple sus primeros cien años de vida y se inicia en una nueva jornada en su segundo siglo de vida. Este libro es un intento de síntesis de lo que es la Asociación, o en otras palabras, de su carácter multidimensional de lo que ha sido un siglo de historias, luchas y victorias. Uno de los valores que tiene el ejercicio de la historia 1

En los últimos 10 años, Aida Díaz de Rodríguez ha presidido la Asociación de Maestros de Puerto Rico, institución a la cual le ha dedicado sus esfuerzos profesionales en las últimas tres décadas y media. Maestra de ciencias y ecología familiar y nutrición, se destacó en la Asociación de Maestros por la creación de programas de liderazgo y desarrollo profesional para maestros, así como en la implantación de estrategias sindicales en Puerto Rico como parte de los trabajos desarrollados por la National Education Association (NEA). Tras un breve tiempo fuera de la institución, retomó las riendas de la Cooperativa de Ahorro y Crédito de la Asociación (EDUCOOP) en 1987, convirtiéndose en su Directora Ejecutiva. En 2000, fue electa Vicepresidenta de la Asociación de Maestros, y un año más tarde, en la Asamblea Anual de 2001 fue electa como la 15ª maestra al mando de la institución, siendo la segunda mujer en un siglo de historia. Ha escrito columnas periodísticas sobre temas educativos y ha realizado presentaciones en múltiples foros públicos. Su presentación más reciente, el 18 de julio de 2011, fue el mensaje Muñoz Rivera: guía para construir el Propósito Nacional de Puerto Rico, que pronunció al ser invitada como Oradora Principal en los actos del 152º Natalicio del prócer Luis Muñoz Rivera, en Barranquitas, donde presentó importantes planteamientos sobre la educación y el país que fueron ampliamente reseñados por los medios de comunicación y las redes sociales.

Marcha contra el PS 1370, el cual atentaba contra el Sistema de Retiro para Maestros. 12 de marzo 2010 (AHAMPR).

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La presidenta Aida Díaz comparte con un grupo de niños de la Escuela Elemental Villa Capri en la Asociación durante un día educativo (2010, AHAMPR).

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de las instituciones es poder viajar al pasado para entender su desarrollo en el tiempo. A través de los ensayos compilados en este trabajo, entendemos que la Asociación de Maestros no es sólo una institución, sino que tenemos una historia que nos hace parte de la educación en Puerto Rico. Aunque las características del magisterio han cambiado fundamentalmente en las pasadas tres o cuatro décadas, uno de los atractivos mayores es que la Asociación ha logrado mantenerse viva en todas las dimensiones de servicio al maestro: apoyo a la vida, salud, seguridad, economía, protección social y cultural. La Asociación, desde el grito de rebeldía contra los atropellos a los maestros en Mayagüez, en 1909, hasta los gritos de rebeldía exigiendo un convenio colectivo en el 2012, es una institución multidimensional. Es la institución que hace propuestas al País para mejorar su educación pública, pero que les presta dinero con su Cooperativa a los maestros que necesitan y atiende la salud no solo de los maestros sino del pueblo en ge-


neral. De un extremo a otro, la Asociación, como decía Luis Muñiz Souffront en la década de 1940, ha influido en todos los órdenes de la vida de los maestros en Puerto Rico. Ha pasado un siglo, pero los principios siguen siendo los mismos.

La Asociación: su dimensión propulsora de vanguardia

Muchos sectores sociales apuntan a la educación como responsable de nuestros problemas. Nosotros insistimos en que la educación es la única opción para salir del creciente caos social en que se ha sumergido nuestra sociedad. Desde este punto de vista, la educación es tema generador de ideas, propuestas, planteamientos y debates. Es, también, un tema que genera controversias, especialmente por los distintos enfoques que se le dan al proceso educativo. La realidad es que, ante la situación caótica que vive nuestro país, no veo otra opción que la educación para salir del caos en que nos hemos sumergido. ¿Qué clase de país queremos y qué clase de educación queremos para ese país? ¿Qué tenemos que hacer con nuestra educación para cambiar la realidad actual de Puerto Rico? Para algunos, la respuesta a estas preguntas ha sido tan sencilla como decir que hay privatizar la educación pública. Sin embargo, los que estamos conscientes de la aportación que ha hecho la educación pública al desarrollo del país, sabemos que esa es una respuesta equivocada. Por ello nuestras grandes luchas. La educación es de todos y para todos. La realidad es el país comenzó a desarrollarse sin escuelas ni universidades, y cuando el gobierno norteamericano inició el sistema educativo en 1899, su visión del sistema fue más ideológica que pedagógica, lo que causó una resistencia cultural, utilizando la escuela como uno de sus principales reductos. Así, la escuela puertorriqueña se desarrolló en el fragor de una violencia ideológica que más tarde adquirió ribetes partidistas en ese contexto. Y, como las escuelas no son espacios descontextualizados del entorno social, las paupérrimas casas de madera que sirvieron de escuelas fueron testigos de los múltiples problemas que llevamos arrastrando por más de un siglo, que surgen de la ausencia de una visión de futuro. Bajo esa misma

Un grupo de empleados y maestros demuestran su solidaridad con los planteamientos de los estudiantes del Recinto de Río Piedras de la Universidad de Puerto Rico durante la huelga de 2010. La presidenta Díaz al centro. María del Carmen Gutiérrez y José A. Ortiz aguantan la pancarta (AHAMPR).

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Profesores Jubilados de la Junta Local de la UPR reclaman justicia.

ausencia de visión se ha desarrollado la profesión magisterial en el país. Nuestro grupo profesional constituye un sector considerable de la sociedad civil puertorriqueña,2 lucha y se empeña porque el sistema educativo sea más ágil; que pueda ser más efectivo; que la toma de decisiones se traduzca en aprendizaje real y en apoyo para todos los componentes que trabajan en el sistema, principalmente para los docentes. La Asociación de Maestros, además, discute la impostergable responsabilidad que tiene el estado, y que tenemos todos, de que todos los ciudadanos puedan tener calidad de vida en un país seguro y saludable. En ese sentido, nuestros planteamientos afirman que el problema puertorriqueño con su educación es más amplio y complejo que el del sistema público de enseñanza. Si aspiramos a ser un país líder, emprendedor, autosustentable y modelo, tenemos muchas cuentas que ajustar en la educación de Puerto Rico, sobretodo la falta de voluntad y consenso social para lograr esa transformación educativa de largo alcance. Una trasformación imposible de lograr si no se cambia la relación actual maestro patrono. Insisto en que para que Puerto Rico tenga verdaderas bases de prosperidad económica, espiritual e intelectual, tenemos que crear las bases para esa prosperidad: educación, salud, seguridad, vivienda y cultura.3 Apostar por la educación pública y por la escuela pública es un primer paso para cerrar la brecha de la inequidad educativa en Puerto Rico.

Otra manera de concebir la transformación

Puerto Rico, como muchos otros países, tiene un problema con su educación, una realidad que escapa sistemas educativos y que va más allá del entorno mismo de la escuela.4 Es una situación colectiva que hay que 2

Países como Finlandia y Singapur, los maestros poseen una alta valoración social, donde incluso están al nivel de los médicos, en términos de salarios y otros beneficios. Para más información al respecto, consúltese nuestra publicación académica dedicada al tema de Otras maneras de ver la educación: lecciones y desafíos para una nueva educación puertorriqueña, Revista Magisterio, año 1, número 1. 3 Este es uno de los planteamientos centrales que esbocé en el mensaje Muñoz Rivera: guía para construir el Propósito Nacional de Puerto Rico, pronunciado en el natalicio de Muñoz Rivera, donde argumento que debemos establecer un Propósito Nacional de Puerto Rico 4 Rafael Aragunde afirma que “podría ser que el problema de la educación en Puerto Rico no es la escuela puertorriqueña, ni la educación propiamente, la cual avanza sin 348 v UN SIGLO DE LuCHA EDuCATIVA


analizar en la raigambre de nuestro pueblo. En parte, el problema de la educación en Puerto Rico está relacionado con visiones, perspectivas, decisiones y actitudes de algunos de los que han tenido la oportunidad de tomar decisiones y no lo han hecho. O, en otros términos, esa falta de visión, perspectivas, decisiones y actitudes nos han conducido a un marasmo colectivo que parece no tener escapatoria. Nuestro pueblo tiene personas con grandes capacidades para lograr transformaciones educativas. Existen educadores sólidamente formados, estudiosos y conocedores del sistema educativo que podrían lograr la transformación a que aspiramos. Los que trabajan y viven la cotidianidad, o sea, el día a día de lo que el sistema educativo verdaderamente es son los primeros que están llamados a transformar la educación. ¿A quién o a quiénes apostamos para que transformen la educación? Una buena opción sería pensar en los maestros, estudiantes, trabajadores sociales, consejeros y bibliotecarios para que cada cual transforme su entorno. ¿Quién mejor que ellos que conocen muy bien su comunidad? Para ello, es necesario devolver el sitial del maestro en nuestra sociedad. A través del siglo 20 se llevaron a cabo importantes luchas que reivindicaron la figura del maestro, logrando posicionarlo al nivel de otros profesionales, pero parece que las manecillas del reloj han cambiado su dirección. Carecemos de políticas públicas que aseguren la implantación y cumplimiento de mecanismos profesionales, y laborales que mejoren el trabajo de nuestros docentes. Todavía existen maestros trabajando en estrecheces; escuelas sin consejeros y trabajadores sociales; o, donde los hay, matrículas altísimas que impiden el seguimiento de un efectivo modelo

La guagua va en reversa. Utilizando el estribillo de la canción de Juan Luis Guerra, maestros marchan frente al Departamento de Educación en contra de la privatización de la educación pública. A la izquierda, José Eligio Vélez Castro, presidente de la Junta Local de Río Piedras (2011, AHAMPR).

que nadie la controle en la medida en que las distintas redes de comunicación saturan la realidad, sino Puerto Rico. Si hay violencia en el sistema escolar es porque en Puerto Rico abunda la violencia; si hay poco aprovechamiento escolar es porque en Puerto Rico, comenzando por los adultos, se estudia muy poco o mejor, casi nadie se vale de las redes informativas para instruirse; si los procesos administrativos son ineficientes y están politizados es porque en Puerto Rico prevalece la burocratización y la politización, aun en instancias no gubernamentales; si los planteles se deterioran fácilmente y si hay muchos que ya deberían ser clausurados, es porque en Puerto Rico se desprecia la propiedad pública, es porque Puerto Rico es un país pobre y apenas hay fondos para mantenimiento”. Énfasis suplido. Rafael Aragunde. “Sugerencias con breve prolegómeno sobre la educación en Puerto Rico”. En: El Sol, año LII, número 1, 2012, pp. 12-16. UN SIGLO DE LuCHA EDuCATIVA v 349


Una estudiante le coloca una estrella a su maestra como símbolo de respeto, aprecio y valor a la profesión magisterial.

de apoyo y atención a nuestros estudiantes; bibliotecas cerradas y falta de cientos de bibliotecarios que no han sido nombrados. Deberíamos, como país, cambiar esa realidad. En un conversatorio realizado por la Asociación de Maestros de Puerto Rico con estudiantes de escuela superior de las siete regiones educativas para conocer sus percepciones acerca de su proceso educativo, salió a relucir la importancia que debe dársele al maestro como mentor y como modelo social. Los estudiantes propusieron soluciones sobre cómo desean que sea su educación o cómo mejorar los planteles, servicios y ofrecimientos académicos. Estos dejaron consignadas, también, muchas de sus inquietudes a los candidatos a la Gobernación. Reconocieron, además, que muchos de sus maestros, aunque quieren dar más, en ocasiones sienten “frustraciones”5 porque sus condiciones de trabajo no son las mejores. Esa es la razón principal por la que existe la Asociación de Maestros. Desde el momento en que el primer grupo de maestros se organizó en Cabo Rojo para luego unirse al de San Juan, los maestros se plantearon la necesidad de estar organizados. Tal vez en ese momento no pensaban en un sindicato, pero si nos queda claro que su visión y propósito era la unidad de pensamiento, la unidad de propósito: una mejor calidad de vida para el magisterio para una mejor educación para el país. Con esos principios, los maestros protestaron, marcharon y lucharon. En vista que el gobierno no reciprocaba, los maestros tuvieron que crear su propio programa de servicios de salud, su propio hospital, su cooperativa, se proveyeron viviendas, desarrollaron un hogar para ancianos y hasta su propio seguro de vida. Cuanta grandeza en un grupo profesional y cuan poco ha recibido a cambio. Esto sin descuidar su responsabilidad con la educación del país. Nadie puede negar la contribución que ha hecho el magisterio a través de su Asociación al desarrollo del país. Sin embargo, el poco compromiso de los distintos gobiernos ha sido el factor principal para que los maestros puertorriqueños no reciban la justicia que merecen, mucho menos que alcancemos la 5

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Expresión “ad verbatim” surgida a través del Conversatorio.


excelencia educativa a la que aspiramos. La educación es un asunto de sensibilidad. Tenemos un compromiso social con Puerto Rico para que nunca más ningún niño o ninguna niña tengan que carecer de las facilidades, accesos, conocimientos y destrezas que se necesitan en una sociedad altamente competitiva. No podemos hacernos cargo del sistema de educación pública, pues para eso existe el Estado, el cual tiene que garantizar un mínimo de preparación y tiene que cumplir con esa responsabilidad constitucional.6Nuestra actitud de lucha y de propuesta está encaminada a asegurar el cumplimiento de esa disposición.

Marcha-Vigilia exigiendo al Gobierno la celebración de elecciones sindicales para ostentar la representación exclusiva del magisterio. Calle del Cristo, Viejo San Juan, 4 de mayo de 2012 (AHAMPR).

Los maestros: líderes del nuevo país

Ruth Chung Wei, Alethea Andree y Linda DarlingHammond argumentan en How Nations Invest in Tea6

Virgilio Brunet, presidente de la Asociación de Maestros (1949-1956) y delegado a la Convención Constituyente de Puerto Rico, en una de sus intervenciones en el pleno de la Convención expresó que: “Para que una democracia funcione en forma adecuada, es preciso que el derecho a la educación esté consignado, no solamente como un derecho del ciudadano, sino, además, debe contener aquella disposición que haga al Estado, que obligue al Estado a proporcionar un mínimo de educación para que los estudiantes, los niños, adquieran ese mínimo de preparación y puedan enfrentarse a una lucha sin desigualdades en una sociedad democrática”, Diario de Sesiones de la Convención Constituyente de Puerto Rico, p. 1770. UN SIGLO DE LuCHA EDuCATIVA v 351


chers, que los países con mejores logros tratan a sus maestros como verdaderos profesionales. Las autoras plantean que “nations seeking to improve their education systems are investing in teacher learning as a major engine for academic success”.7Además, se les proveen oportunidades sostenidas y extensivas para desarrollar e incrementar su desarrollo profesional, otorgándole más tiempo para trabajo colaborativo, donde la gobernanza escolar les incluye en decisiones trascendentales como el currículo, estrategias de enseñanza, assessment y desarrollo profesional.8 El magisterio puede y debe ser uno de los actores sociales que nos ayude a instrumentar nuevos paradigmas para que las comunidades comiencen a florecer. Pero repito, tenemos que regresar a los valores que siempre nos han caracterizado como pueblo y la solidaridad, el respeto, la tolerancia, la colaboración son fundamentales. Hay que integrar las comunidades al proceso educativo, como, también, los currículos tienen que ser más flexibles; las clases tienen que hacer para aprender; y los maestros tienen que, también, innovar. Un grupo de jóvenes universitarios de Las innovaciones, como las que aspiramos, necesieducación en el Anfiteatro 4 de la Facultad de Educación de la tan de planes estratégicos consensuados que permitan Universidad de Puerto Rico escuchan la implantación de políticas públicas que aseguren: planteamientos de la Asociación. 1. Condiciones laborales óptimas, seguras y saEsta será la nueva cepa de maestros ludables, dignas de profesionales que tienen en que formarán nuestros niños y jóvenes. 4 de mayo de 2011 sus manos la responsabilidad de formar a las (AHAMPR). personas que servirán al país.9 Siguen siendo problemas recurrentes en las escuelas los excedentes de maestros por manejos particulares en el proceso de elaboración de las Organización 2. Escolar; descuentos injustificados por problemas o manejo del Sistema de Tiempo, Asistencia y Licencia; descuentos de salario indebidos; manejo y administración de las escuelas; falta de un tope de estudiantes por salón, variando la cantidad de estudiantes dependiendo la escuela y región; falta de materiales; problemas con la planificación; 7 Ruth Chung Wei, Alethea Andree y Linda Darling-Hammond. “How Nations Invest in Teachers”. En: Education Leadership. Association for Supervision and Curriculum Development, febrero de 2009, pp. 28-29. 8 Ibíd. 9 Siguiendo la definición de la Organización Mundial de la Salud de que la salud está compuesta por las dimensiones física, emocional y social; el elemento biosicosocial. 352 v UN SIGLO DE LuCHA EDuCATIVA


y, no menos importante, por mencionar algunos, la alta cantidad de maestros con nombramientos transitorios. 2. Mejoramiento profesional continuo. 3. Asegurar que todos los programas de preparación de maestros de las universidades en Puerto Rico establezcan mecanismos rigurosos de admisión de estudiantes que ejercerán la profesión magisterial. Es una realidad, triste, pero real, de que los índices de admisión a algunos programas son bajos, permitiendo la entrada de estudiantes que poseen algunos rezagos académicos y de conocimiento. En el camino, al no ofrecer apoyo propedéutico, se gradúa un producto que no está preparado. 4. Compensar al magisterio justamente de acuerdo a su preparación y carga educativa.

En una de las demostraciones más contundentes, la Asociación celebró por primera vez en su historia una asamblea extraordinaria en un espacio abierto en la Calle Fortaleza, siendo el primer sindicato en así hacerlo. 1º de mayo de 2010, Día Internacional de los Trabajadores (AHAMPR).

Palabras finales

El siglo de vida que recoge este libro puede describirse como uno rico en luchas y victorias escritas por el esfuerzo y sacrificio de los que nos antecedieron. Un pasado que refleja la historia de una institución que se UN SIGLO DE LuCHA EDuCATIVA v 353


¿Dónde están mi$ de Carrera Magisterial? El planteamiento de dignidad laboral y altas condiciones de trabajo para el grupo profesional más grande el País debe seguir siendo el norte de las luchas que debemos llevar en nuestro segundo siglo de trabajo.

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adelantó a sus tiempos y con ella un grupo de líderes que supo anteponer los intereses de la educación y del magisterio puertorriqueño por sobre sus propios intereses. Maestros que laboraron con pasión para hacer de nosotros lo que somos como pueblo y dejarle a las nuevas generaciones mejores condiciones de vida que las que a ellos les tocó vivir. No hay duda de que a través de estos 100 años han surgido otras organizaciones profesionales. Sin embargo, lo que siempre nos ha distinguido como organización y lo que nos ha hecho únicos en nuestra clase es que como organización profesionalsindical no nos hemos limitado a protestar y luchar, sino que como Asociación hemos ido mucho mas allá proponiendo soluciones. Nuestra Asociación con su dimensión profesional y sindical, más fortalecidas que nunca, son ahora nuestra mejor carta de presentación. Ese legado se lo entregamos a la nueva cepa de maestros que se forman en esta Asociación. Son ellos los responsables de emprender la ruta del próximo siglo.


3

Una historia no oficial


Junta de Directores en su tradicional fiesta de Navidad, 2012.


El territorio privilegiado de la memoria

L

a vida escolar para estudiantes y maestros se entremezcla en un espacio común que hace que, para ambos, sea experiencia compartida. Es por ello que, como ha señalado Carlos Lomas, la escuela forma parte de ese territorio privilegiado de la memoria. “La escuela es ese lugar donde se aprenden y olvidan cosas, donde se aprueban y suspenden exámenes, donde se difunden algunos saberes y donde se adquieren destrezas y ciertos hábitos y normas. Es, en fin, en ese escenario de la vida cotidiana donde se castiga a unos y se premia a otros, donde se hacen amigos y enemigos, donde uno se conjura junto a los camaradas y se enfrenta a los adversarios, y donde niños y niñas escriben y leen, alborotan y enmudecen, saltan y juegan, alzan la mano, hacen cola, afilan lápices, se enamoran y viven durante la mayor parte de su infancia y adolescencia, de lunes a viernes, les guste o no”.1 “Quizá por todo ello la escuela ha sido y es uno de los territorios privilegiados de la memoria”.2

1

Carlos Lomas. La vida en las aulas. Memoria de la escuela en la literatura. Barcelona: Paidós, 2002, p. 17 2 Ibíd, p. 18.

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Entre los consabidos alborotos escolares y los toques de timbre de cambio de clase, esos pasillos por donde corretean los niños y los jóvenes se entretienen con sus iPods, es el mismo camino donde habitan los maestros, en un lado vivencialmente opuesto a la experiencia de los jóvenes. Aún así, la escuela sigue siendo una experiencia trascendental que ha marcado a los seres humanos a través de la historia desde que la sociedad liberal comenzara a fomentar “el desarrollo de cuerpos docentes que asumirán la gestión de establecimientos escolares”3, aunque para alumnos y maestros esa experiencia escolar tenga significaciones distintas. La memoria fuerza recordar eventos, situaciones, anécdotas, en fin, vivencias que, sin más, hacen brotar un caudal de recuerdos. Esos recuerdos constituyen un caudal referencial, cuyos límites transgreden la memoria oficial, celosamente custodiada por las escogidas palabras de cartas, actas de asambleas anuales o mensajes. Tras la memoria no oficial buscamos recrear otra Asociación, la que se escapa de las actas; la que vive en el recuerdo de los que libraron importantes batallas; la que está presente en el escurridizo momento que deja escapar la nostalgia del pasado. El territorio privilegiado de la memoria rememora momentos, algunos al azar, que, para personalidades como Benny Frankie Cerezo, hijo de una familia “fiel devota del magisterio”, constituyen un recuerdo nítido y placentero de su niñez. Aunque muchos conocen a Cerezo por su participación en la última década en programas radiales de análisis político, además de ser un reconocido abogado y exrepresentante a la Cámara por el Partido Nuevo Progresista (1969-1972), “Benitín” –como lo llamaban los compañeros maestros de sus padres en la Asociación– se crió, literalmente, en la Asociación de Maestros. Sus padres, Benito Cerezo y Leonor González, dos reconocidos líderes de la Asociación desde los tiempos de la fundación, le habían hecho crecer entre constantes viajes de Aguadilla a San Juan en un peregrinar que mantiene nítido en sus recuerdos. 3

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Véase el trabajo de Víctor Hernández Rivera, Magisterio y modernidad: la discusión cultural y el surgimiento de las organizaciones de maestros en Puerto Rico (18801900), incluido en este libro.


“Mis padres vivían con la ilusión de una asociación de Maestros ágil, fuerte e independiente, ya que ambos eran firmes creyentes del valor de la educación como instrumento de cambio social. Mi padre había sido, desde que comenzó como alfabetizador en los campos de Aguadilla, un maestro 24 horas al día, 365 días al año, y mi madre, varios años más joven, también era una fiel devota del magisterio. Los recuerdos más claros en mi memoria son los viajes todos los sábados en la mañana al “Templo del Maestro”. Allí íbamos en el vehículo “fletado” que conducía Alberto Maldonado. Salíamos temprano, a eso de las 5:00 de la mañana, mis padres, algún maestro con necesidad de hacer algún trámite en la Asociación o alguno de aquellos a quienes mi padre evangelizaba sobre la importancia de la Asociación de Maestros. Debe haber sido bien

Benny Frankie Cerezo en un viaje de la Asociación auspiciado por el Negociado de Turismo de la AMPR.

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temprano en mi vida. Me contaba Alberto Maldonado en la época en que yo ya era un joven adulto encaminado a estudiar en la Universidad de Puerto Rico que en uno de mis primeros viajes siendo niño, el cual no recuerdo, de algún modo no pude esperar y me oriné en un bolsillo de la chaqueta de mi padre, dañando de paso el auto de Maldonado, además del traje. Así de temprano deben haber comenzado en mi vida estos peregrinajes. ...una oficina que se había creado en la época de Brunet para ayudar a los maestros,

principalmente, sufragando los costos de medicamentos que éstos no podían incurrir por sus bajos salarios. El pago mensual de $2.65, $3.35 y $4.05 era lo que aseguraba que cuando un maestro enfermaba y no podía regresar a trabajar tenía un plan en el cual la Asociación les pagaba $100, $150 y $200 mensuales, respectivamente. Un bote de remos no desamparaba la clase magisterial.

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Recuerdo que llegábamos a Hato Rey y, mientras mis padres participaban de alguna reunión, yo corría por la Imprenta El Sol y buscaba por los escritorios de Carmen Nydia y de Márquez, e interrumpía las reuniones de Virgilio Brunet, con José Joaquín Rivera, Agustín García Estrada. Recuerdo a María Arroyo de Colón con quien siendo yo Legislador compartí tareas legislativas”. La Carmen Nydia a quien se refiere Benny Frankie Cerezo es Carmen Nydia Cuprill, quien ha trabajado en la Asociación de Maestros por las pasadas seis décadas. Carmen Nydia es de esas mujeres que tienen una cabeza que parece una caja de herramientas, tan repleta de recuerdos que de uno brinca a otro y así entreteje el comienzo de sus vivencias. Recuerda cuando comenzó a trabajar en la Cooperativa, poco tiempo después de haberse fundado, cuando los maestros venían a la Asociación buscando ayudas cuando el sueldo no les alcanzaba. Esa organización, la cual “se identificaba con los maestros”, era una “casona… que parecía una casa elegante”, la cual estaba rodeada de árboles de mangó. Era en las cercanías de esos árboles, donde los directivos de la Asociación planificaron hacer de esta organización una institución como si fuera una fortaleza. Era la época de la presidencia del ‘Cojo’ Brunet, “un hombre brillante; lo que tocaba lo hacía magia. Él fue, verdaderamente, el creador de muchas cosas”. Esta sentencia hizo vibrar a Carmen Nydia, quien de momentos miraba vagamente hacia ningún lado, como buscando fuerzas entre sus recuerdos para seguir hablando. Carmen Nydia de la Cooperativa, pasó a trabajar en


Auxilios Especiales, una oficina que se había creado en la época de Brunet para ayudar a los maestros, principalmente, sufragando los costos de medicamentos que éstos no podían incurrir por sus bajos salarios. El pago mensual de $2.65, $3.35 y $4.05 era lo que aseguraba que cuando un maestro enfermaba y no podía regresar a trabajar tenía un plan en el cual la Asociación les pagaba $100, $150 y $200 mensuales, respectivamente. Un bote de remos no desamparaba la clase magisterial. Ese Plan de Auxilios Especiales lo dirigía Palmira Díaz, una mujer con “un genio del cará”, el mismo genio que tenían muchos maestros de esa época, a la usanza de entonces. ¿Quién olvida el carácter recio de algunos de nuestros maestros? Ese ha sido, tal vez, el trademark de los maestros de la vieja guardia, los que podían escribir en la pizarra a la vez que “velaban” rigurosamente la conducta de nosotros. María Arroyo de Colón era una de esas maestras. Mujer menuda, fue famosa por sus moños, guantes y sombreros. Toda una mujer de la década del 50 y el 60. Siempre ataviada de trajes, Carmen Nydia insiste en que “era visionaria. Tenía una inteligencia preclara. Se sentaba y escribía unos mensajes en un segundo. Era firme; tenía enjundia”. Sin embargo, su presencia de UN SIGLO DE LuCHA EDuCATIVA v 361


¿Quién olvida el carácter recio de algunos de nuestros maestros? Ese ha sido, tal vez, el “trademark” de los maestros de la vieja guardia, los que podían escribir en la pizarra a la vez que “velaban” rigurosamente la conducta de nosotros.

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mujer pequeña no fue óbice para emprender una agenda que tuvo, como punto principal, las mejores condiciones de trabajo de los maestros y una mejor educación para Puerto Rico. María Arroyo, en parte, había seguido la agenda de crecimiento de la Asociación que había iniciado Brunet. Dos años después de su elección como sucesora de El hombre fuerte, se vio inmersa en una convulsa ronda, donde el grupo de Renovación de la Asociación, dirigida por Harris F. Bunker y Demetrio Cartagena, insistió en una mayor democratización del gremio. Fueron años difíciles para Arroyo. Es por eso que Carmen Nydia insiste en que las asambleas eran “bien fuertes”, tanto así que tuvo que ser ella quien, a instancias de su jefe, Agustín García Estrada, entonces Subdirector Ejecutivo, sirviera como transcriptora de un mensaje de Demetrio Cartagena, quien retaba la presidencia de Arroyo. Carmen Nydia le entregó a Cartagena el original del documento, el papel carbón y la copia. García Estrada, un hombre corpulento –a juzgar por las fotos– le dijo a Cuprill que no le preguntaría lo que él le dictó. Ella, muy risueña, le contestó “ni yo, tampoco, te lo voy a decir”. María Arroyo, a finales de la década de 1960, dejó la presidencia cuando fue electa Senadora por Acumulación por el Partido Popular Democrático. La sustituyó el doctor Modesto Rivera en 1968 y a éste José Eligio Vélez en 1971. Entonces, vino un cambio generacional a la Asociación, del cual ella sería testigo. La Asociación, insistía José Eligio –quien venía con “otra” visión– tenía que llegar “al pueblo”. Fue, entonces, cuando arreció la lucha por los derechos de los maestros, utilizando otros mecanismos. Cuando “Mr. Vélez”, como dice Carmen Nydia, comenzó a reclutar gente para hacer más accesible la Asociación, surgió lo que se llamó como el Cuerpo de Coordinadores, maestros que iban por las escuelas reclutando socios y ofreciendo otro tipo de servicios. Ello no impidió las pelas con algunos secretarios, combatividad que le había ganado a los maestros asociados alguna fama. Esa fogosidad es la que se refiere Cerezo cuando dice que sentencia que:


“¡Cómo no recordar la fogosidad de Doña Angelita Caldas! La devoción de Marcelino Canino. El entusiasmo de Felipe Díaz. Tantas asambleas que presencié de principio a fin, pues mi padre había sido el autor de las Reglas Parlamentarias adoptadas por la Asociación y como Parlamentario tenía que permanecer de principio a fin. Experiencia que marcó mi vida legislativa, pues al llegar a la Cámara de Representantes me correspondió revisar por primera vez en años las Reglas Parlamentarias de la Cámara de Representantes. Me encontraba con otros hijos de maestros cuyos padres también estaban en el mismo sacerdocio. Recuerdo a Marcelino Canino, hijo. También estaban Luz Nereida Pérez, Frank Fournier y otros mayores o menores que también crecían junto al frondoso árbol de la Asociación de Maestros. Recuerdo claramente la marcha hacia San Juan encabezada por Virgilio Brunet con una pierna y dos muletas. Conocí El Escambrón y el Caribe Hilton, lugares donde se celebraban las asambleas anuales.

Primer grupo de Coordinadores de la Asociación de Maestros. Década 1970

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Se valoraban los beneficios que a través de los años creaba la AMPR para sus asociados, tales como el plan de protección social, el seguro de vida, servicios médicoshospitalarios, la Cooperativa de los maestros asociados, el Negociado de Turismo, revista, periódicos, boletines, programa radial, materiales educativos y didácticos, la Égida, actividades de mejoramiento profesional y otros.

¡Cómo olvidar las luchas internas, las distintas facciones, el discurso de Muñoz advirtiendo sobre los problemas que ilustraba con Agapito’s Bar! Las luchas para establecer una Cooperativa de Crédito fuerte y su gestor Don Joaquín Fontanet. Un Ausubo de hombre, todo rectitud y quien, siendo yo estudiante de derecho, estaba todavía Don Joaquín al timón de esa institución de crédito al servicio de los maestros, que viabilizaba mis continuos viajes anuales –dos veces al año– una para Acción de Gracias, cuando me llevaban a New York a ver la Parada de Macy’s, y otra en el verano, donde pude conocer buena parte del mundo –cuarenta y ocho estados de los Estados Unidos, Cuba, Méjico, Europa– ya para el momento en que, en 1959, me incorporé al mundo universitario, gracias a la disciplina de mis padres, que ahorraban religiosamente en la Cooperativa de la Asociación de Maestros para esos dos viajes, que tenían el propósito de abrir mis horizontes, otra manera de enseñar. Esta es una experiencia común en la vía de otros hijos de Maestros Asociados. Recuerdo claramente las reuniones y luchas para establecer el Hospital del Maestro, las negociaciones con la familia Fonalledas para adquirir los terrenos donde están el Hospital y la Égida del Maestro, la inauguración del hospital orgullo de mis padres y de aquellos que lo cimentaron. Éste fue un sueño gremial, un hospital y una caja de crédito y ahorros, de los cuales fueron dueños y forjadores los maestros para servir a maestros, todo ello gracias a una generación de Maestros con gran devoción de servicio y conciencia laboral”. Mientras Carmen Nydia rebuscaba recuerdos de la Asociación de otra época, Víctor Bonilla, el Vicepresidente, y José Luis Vargas, el Director Asociado, irrumpieron en medio de la conversación para escucharla. Estaban impávidos. Bonilla dijo que “mientras la escucho entiendo que la Asociación ha sido una organización sindical”. Ella, sin dudar, contestó: “yo admiro la Asociación porque tiene una historia magnífica”. En esa misma historia, donde hay nombres, eventos, fechas, hay “masas de bacalaítos y almojábanas de “coquito”, de tem-

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La Lcda. Magda Sagardía sostiene ejemplares de las revistas El Sol y De Maestros.

bleque “veteado” (con chocolate), ensaladas de papas o arroces que mami preparaba para actividades sociales, de recaudación de fondos en las fiestas patronales, los “asaltos” y las trullas navideñas, el Día del Maestro o el de Acción de Gracias y la Asamblea Anual”. Para Magda Sagardía, una reconocida abogada en el ámbito del derecho escolar, y asociada de muchos años, ser hija de una maestra de San Sebastián, le dio la oportunidad de nacer “bajo la cobertura de la Asociación” donde “La tradición familiar ha seguido la línea de socios integrales de la AMPR y de EDUCOOP: tres tías, dos tíos El famoso pelotero Millito Navarro. políticos y un primo hermano por la vía materna; dos tíos, la única tía paterna y su esposo. Se valoraban los beneficios que a través de los años creaba la AMPR para sus asociados, tales como el plan de protección social, el seguro de vida, servicios médicos-hospitalarios, la Cooperativa de los maestros asociados, el Negociado de Turismo, revista, periódicos, boletines, programa radial, materiales educativos y didácticos, la Égida, actividades de mejoramiento profesional y otros. Durante mis años de estudio de Bachillerato fui beneficiaria del Plan de Becas. No era nada fácil para una sencilla maestra normalista y un humilde empleado del Banco de la Vivienda mantenerse y sostener a cuatro hijas en el área UN SIGLO DE LuCHA EDuCATIVA v 365


En la Asamblea Centenaria William Ortiz, Carmen Laura Nieves, Steven Díaz, José Luis Vargas, Miriam Díaz, Aldo Rivera, Cosette Donalds, María del C. Gutiérrez, Aida Díaz, Carmen Ayala y Carmen Nydia Cuprill.

José Santana explica los alcances del proyecto GUIAPAD, una iniciativa que apoya la planificación de maestros.

Luis Fuentes y José Meléndez entonan estribillos frente a la Comisión Apelativa del Servivio Público, abril 2012. (AHAMPR) 366 v UN SIGLO DE LuCHA EDuCATIVA

metropolitana. Los $90 semestrales, en el último año fueron $100, venían muy bien para complementar la matrícula de honor, permitiendo la compra de algunos libros y materiales al inicio del semestre; no como otras ayudas económicas de la Universidad (si es que esto cualificaba), que estaban disponibles avanzado el semestre. Historias que se entretejen en la memoria y que son parte de una historia no oficial que forma parte del imaginario colectivo de un pasado que fue y que hoy forma parte de ese territorio privilegiado de la memoria. Después de todo “Las historias son las historias y las historias se deben decir como son”, afirma Carmen Nydia.


Puerto Rico mira a la Asociación de Maestros

A

través de un siglo, la Asociación de Maestros de Puerto Rico ha luchado porque otra educación en nuestro país sea posible. Para ello, la Asociación no ha escatimado en esfuerzos ni recursos. Ha tocado muchas puertas buscando reivindicar su lucha, como una posibilidad real para miles de niños y jóvenes; como un futuro laboral digno para un magisterio profesional que se convierta en una clase respetada. Como es de esperar, muchos líderes de diversos quehaceres en Puerto Rico han ofrecido su solidaridad para la consecución de la Misión de la Asociación. Hoy, algunos de esos líderes, reconocen el esfuerzo que hemos realizado a través de una centenaria ruta de trabajo y con sus expresiones, consignan su testimonio de agradecimiento, no solo a nuestra gesta, sino a la apertura de nuevas agendas educativas del Puerto Rico que buscamos construir.

Sila María Calderón

Gobernadora de Puerto Rico, 2001-2005 “Los hombres y mujeres que en los albores del siglo pasado unieron sus talentos para crear la Asociación de Maestros de Puerto Rico tienen el profundo agradeciUN SIGLO DE LuCHA EDuCATIVA v 367


Ednita abraza la bandera de la Asociación de maestros donde se aprecia El Sol.

miento de los ciudadanos del País. En medio de pobreza y carencias, formaron una agrupación profesional para liberar a nuestros niños del analfabetismo y abrirlos al maravilloso mundo del conocimiento. Varias generaciones de puertorriqueños han sido educadas por maestros que han sabido insertar los valores y la identidad nacional propia en su cátedra. Con valentía, la Asociación ha luchado por la permanencia democrática de acceso a la educación en igual de condiciones para todos los niños desde el sistema de Instrucción Pública de Puerto Rico. Los maestros han sido generosos con nuestro Pueblo. Viven con grandes sacrificios su vocación y exigen muy poco a cambio. Son los verdaderos héroes y heroínas de nuestro tiempo. En tiempos difíciles, el apoyo de la Institución que los representa los ha fortalecido a la vez que los alienta a continuar su desarrollo profesional. Atenta vela para que se le otorgue al maestro el lugar preferencial que merece en la sociedad. Los próximos cien años traerán nuevos retos para la clase magisterial. Pero las verdades constantes que hacen un buen maestro permanecerán para siempre. Reciba la Asociación, su presidenta Aida Díaz y sus miembros mis felicitaciones más calurosas por las trascendentales aportaciones que han hecho al país.”

Rafo Muñiz

Empresario y sobrino nieto de Luis Muñiz Souffront, pasado presidente de la AMPR

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“Decía Gardel que “veinte años no es nada”, pero cumplir 100, es más fuerte que nunca, es un logro que muy pocas organizaciones pueden celebrar. La Asociación de Maestros de Puerto Rico ha sido por un siglo un ejemplo de compromiso, no sólo hacia sus asociados activos y retirados, sino, también, para los millones de estudiantes que se han beneficiado de la educación que proveen los maestros en nuestra patria”. Sin haber sido estudiante del sistema público he podido ser testigo, en muchas ocasiones, de cómo los maestros y los líderes magisteriales de la AMPR protegen los intereses de Puerto Rico, invirtiendo de su tiempo y poniendo alma y corazón al servicio de nuestro pueblo.”


Albita Rivera

Representante a la Cámara de Representantes de Puerto Rico “Históricamente, la Asociación de Maestros de Puerto Rico ha sabido abogar por los derechos de las maestras y los maestros sin menoscabar o ignorar los deberes en sus funciones, sobre todo, en concienciar la importancia de contribuir en la formación integral del ser humano al que aspiramos: capaz y sensible para lograr una mejor calidad de vida”.

Rafael Hernández Colón

Gobernador de Puerto Rico, 1973-1977; 1985-1993 “Enhorabuena en el Centenario de la Asociación. Durante mis tres cuatrienios como Gobernador, tuve la ingente cooperación de la Asociación, presidida entonces por José Eligio Vélez, para definir e instrumentar la política pública educativa, para elaborar proyectos de ley, y para implantar programas innovadores para mejorar la enseñanza en el país. Durante mi segundo mandato como Gobernador designé a Awilda Aponte Roque, quien era la Directora Ejecutiva de la Asociación como Secretaria de Educación. Su liderazgo, su capacidad como educadora y su conocimiento del Departamento, hicieron de aquel cuatrienio uno de los más fructíferos en el desarrollo de la educación en el país. Su excelente labor como Secretaria tuvo como base sus años y sus experiencias al frente de la Asociación. Al reconocer la importante aportación que ha hecho la Asociación al país, le pido que transmita mis felicitaciones a todos sus miembros”.

Gilbertito Santa Rosa Cantante

“Soy producto de la escuela pública, de la Escuela Libre de Música y a mucha honra. Hoy felicito a la Asociación de Maestros de Puerto Rico al cumplir su primer centenario, prestando servicios de calidad a los miUN SIGLO DE LuCHA EDuCATIVA v 369


les de maestros y maestras que dedican su vida a educar a la juventud boricua. Las luchas han sido muchas, los logros aún muchos más. Ahora, “camínalo” para el segundo siglo”.

César Rey Hernández, Ph.D. Secretario de Educación, 2001-2004

Una mirada sindical hacia un nuevo paradigma en la gobernanza de la educación en Puerto Rico “La educación es un rompecabezas en el que todas las partes tienen que armonizar si es que queremos darle sentido al proyecto colectivo que es la Educación del País. En ese contexto se inserta la épica de la Asociación de Maestros y su histórica gesta a favor de la comunidad de educadores de Puerto Rico. Parte del reto que ha enfrentado la estructura de gobierno en Puerto Rico está en los paradigmas gerenciales, que a su vez están muy arraigados en las personalidades de nuestros líderes, no sólo de los políticos, sino igualmente entre líderes comunitarios, cívicos y religiosos. En estos paradigmas aun se sostiene conceptos anacrónicos excluyentes de la participación de los forjadores del proyecto educativo, como los son maestros, estudiantes, personal no docentes y comunidad en general. A esto se le debe añadir un patronazgo caudillista casi idiosincrático de nuestros países y que arrastra un paternalismo detrimental para una administración pública sana e inclusiva. En tal sentido, es necesario transformar el modelo de lo que hacemos, cómo lo hacemos y cuáles son los recursos con los que contamos como país. Necesitamos darle forma de una vez y por todas a algo que nos aqueja a todos y que, hasta el momento, ha sido un canto de sirena nostálgica pero sin resultados medibles en la administración pública en las últimas cuatro décadas. No se trata ahora de reinventar la rueda, es ponerla a andar, pues ya está inventada. El país evolucionó y se complicó; sin embargo, las estructuras de su gobernabilidad permanecieron intactas en muchos sentidos, particularmente la estructura gubernamental decimonónica del Departamento de Educación. El momento exige que se escuchen otras voces que tienen el poder de darle continuidad a las polí370 v UN SIGLO DE LuCHA EDuCATIVA


ticas públicas al igual que, garantizar que se conviertan en artífices de los cambios que requiere nuestro sistema educativo. Es mi experiencia que esa fuerza se encuentra en los grupos que representan a los distintos sectores del proyecto Educación. La historia de Asociación de Maestros exalta las distintas luchas que los maestros han enfrentado durante décadas y como por las acciones solidarias y representativas del quehacer magisterial han encontrado salidas airosas. Tan es así, que gracias a esas luchas se han transformados conductas administrativas, se han reivindicado condiciones laborales de nuestros maestros y se ha hecho justicia salarial en distintos momentos. La educación es la principal inversión del Estado, conjuntamente con la salud, la vivienda y la seguridad. En tal sentido, tenemos que afinar todo lo que supone su gobernabilidad para así potenciar un proyecto educativo pertinente y eficaz para Puerto Rico. Está contundentemente evidenciado que para que un país sea exitoso, tiene que contar con un proyecto educativo que sea inclusivo. La educación ha dado sobradas pruebas de su viabilidad a lo largo de los siglos y de su capacidad para transformarse y propiciar el cambio y el progreso de la sociedad. En ese renglón, un buen acierto se recoge en la historia de la Asociación de Maestros que por varios lustros ha servido de frente a muchas de esas reivindicaciones. Lo descrito aquí de alguna manera alimenta la esperanza de ver que aun en el gigantismo gubernamental se pueden ensayar proyectos de viabilidad de gobernanza y que esos espacios tienen que integrar los aspectos administrativos y sindicales tanto como los espacios pedagógicos curriculares. Solamente en una verdadera integración de propósitos y con la sabiduría del tiempo, se podrá constar que el cambio es posible”.

Victoria Espinosa

Profesora Emeritus de la Universidad de Puerto Rico 2003 y Premio Rafael Cordero 2004 “Ya que la Asociación de Maestros de Puerto Rico ha sido siempre una emisaria educativa-cultural, se equipara, por lo tanto, con la Universidad de Puerto Rico. UN SIGLO DE LuCHA EDuCATIVA v 371


Existen en Puerto Rico tres instituciones que bregan directamente con la educación y las bellas artes. Estas son: el Departamento de Drama de la Universidad de Puerto Rico, Recinto de Río Piedras; el Instituto de Cultura Puertorriqueña y el Departamento de Educación. ¿Por qué no establecer un sistema de autonomía en el cual las agencias mencionadas no dependan, como ocurre en la actualidad, de los cambios políticos del país? Considero que el Instituto de Cultura, el Departamento de Educación pueden convertirse en un Triángulo de fuerza cultural y educativa. Ojalá que en los años por venir, pueda la Asociación de Maestros de Puerto Rico en la mediadora idónea para lograr que se haga realidad este Triángulo de fuerza cultural y educativa que propongo”.

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