Pese a no recibir la misma atención de los grandes puertos de Ecuador o Brasil, el puerto del Callao en Perú, cerca de la capital Lima, se ha mantenido como punto de salida vital de la cocaína dirigida a los mercados internacionales.

En el último decomiso, las autoridades capturaron unas tres toneladas de clorhidrato de cocaína en una casa a las afueras del Callao, según informó el Ministerio del Interior el 7 de enero.

En 2022, las incautaciones no pararon. En diciembre, un importante productor peruano de café emitió una alerta después de descubrir que uno de sus contenedores en el Callao tenía cocaína oculta en su interior. En noviembre, se encontraron unos 100 kilos de cocaína escondidos en un cargamento de chatarra dirigido a Chile.

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Y en junio, las autoridades peruanas interceptaron 2,2 toneladas de cocaína en el puerto. La droga, que se había camuflado en latas de espárragos, iba a ser enviada a Róterdam, Países Bajos. En 2021, las autoridades incautaron más de ocho toneladas de cocaína y base de cocaína en el Callao.

Análisis de InSight Crime

El puerto del Callao ha eludido hasta el momento la atención que reciben las terminales marítimas de países vecinos, como el puerto de Guayaquil en Ecuador, ya devastado por la violencia entre pandillas, o el de Santos en Brasil, que se ha convertido en el principal punto de salida para la cocaína destinada a Europa.

Lo que no quiere decir que deba ignorarse su importancia global para el tráfico internacional de cocaína.

Alex Kouri, alcalde del Callao en tres ocasiones, declaró recientemente a los medios locales que el puerto maneja casi el 40% de exportaciones de drogas de Perú, en su mayoría por medio de buques de carga, y añadió que mafias extranjeras, como los carteles mexicanos, italianos, serbios y croatas, tienen presencia permanente en el Callao por medio de alianzas con bandas locales.

Aun cuando el Callao se encuentra sobre la costa Pacífica, la mayor parte de los cargamentos de cocaína embarcados en el puerto tienen como destino Europa, incluyendo a BélgicaPaíses Bajos y España.

Esto pondría al Callao como uno de los principales puntos de salida de la cocaína en América Latina, en especial por el hecho de que Perú es el segundo mayor productor de cocaína, después de Colombia.

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Algunos expertos mantienen dudas sobre la actual importancia del Callao, pero advierten que esta podría aumentar.

Javier Montana, experto de las Naciones Unidas en control y seguridad portuarias, explicó a InSight Crime que el volumen de cocaína que sale por el Callao sigue siendo modesta. Otros puertos de la región, como Santos en Brasil, desde donde el poderoso Primer Comando de la Capital (Primeiro Comando da Capital, PCC), despacha grandes cantidades de cocaína a la mafia italiana ‘Ndrangheta, y el puerto de Guayaquil, Ecuador, arrasado por la violencia extrema de las disputas entre pandillas por el control del tráfico, siguen siendo dos puntos importantes de exportación de drogas, según afirman los expertos.

Pese a ello, recalcaron que el control de las exportaciones de cocaína que salen por el Callao era una ventaja considerable para los narcotraficantes internacionales.

Se han tomado algunas medidas para reforzar la ciudad en el puerto. Desde 2017, cuando el Callao se adhirió al Programa Global de Control de Contenedores (CCP), administrado por la Oficina de las Naciones Unidas contra la Droga y el Delito (ONUDD) y la Organización Mundial de Aduanas (OMA), se ha logrado incautar más de 15 toneladas de cocaína.