El Cóndor Andino

El cóndor andino, Vultur gryphus, es el ave nacional de Ecuador. Desde el 2012, el equipo de Fundación Cóndor Andino (FCA) y The Peregrine Fund ha ejecutado el  Proyecto de Investigación y Monitoreo Ecológico del Cóndor Andino en Ecuador (PICE). Nuestro trabajo ha estado enfocado en: 1) telemetría satelital 2) monitoreo ecológico 3) biología de reproducción 4) investigación sobre las amenazas, particularmente de perros ferales y domésticos mal cuidados y 5) sensibilización y educación ambiental. Los resultados del PICE han sido presentados anualmente al Ministerio del Ambiente, al Grupo Nacional de Trabajo del Cóndor Andino y a las autoridades ambientales responsables en la toma de decisiones sobre la especie y su hábitat.  A partir del 2019 y por los próximos 10 años nuestra meta es contribuir a la ejecución del Plan de Acción para la Conservación del Condor Andino  (Ministerio del Ambiente – The Peregrine Fund 2018).

Comportamiento individual

De manera individual los cóndores presentas los siguientes comportamientos:

Arreglo minucioso del plumaje durante los periodos en que no vuelan, generalmente en la mañana y durante los baños de sol.

Extendido de las alas: estiramiento de las alas de espalda al sol, asociada al acicalamiento, principalmente en horas de sol, luego de comidas, antes de iniciar el vuelo y luego de lluvias.

Se lleva a cabo con el pico o las patas suele estar relacionado con el acicalamiento y también se presenta de manera independiente para retirar ectoparásitos, piel y escaras.

Posición en la que se apoyan sobre los tarsos y recuestan la quilla en el piso, generalmente la asumen durante periodos de descanso o baños de sol.

Caminado con alas pegadas al cuerpo y ejecutando movimiento ondulante para equilibrar el paso, al tiempo que desplazan la cabeza y el cuello hacia adelante y hacia atrás, generalmente después de comer o al acercarse a una carroña.

Duermen llevando la cabeza hacia atrás y colocándola bajo las alas; durante el sueño las plumas de la espalda se ven erizadas.

Estiran las alas y se dedican a acicalar su plumaje aprovechando los momentos de sol, durante los cuales es frecuente ver varios individuos reunidos.

Consiste en un chapuzón rápido en una fuente de agua ubicada en áreas de difícil acceso para resguardar su integridad. Primero entran en el agua, mojan ligeramente la quilla y después, de manera alternada sumergen los costados chapoteando con la cabeza. Durante el baño se respeta la jerarquía entrando al agua ordenadamente.

Posterior al baño o a lluvias se exponen al sol y se eriza todo el plumaje, facilitando así la acción de corrientes de aire que aceleran el secado.

Después de comer se dedican a limpiar y pulir el pico ya sea contra el piso, piedras o contra un tronco.

Comportamiento en grupo

Los grupos de cóndores mantienen este tipo de interacciones:

Se da en individuos juveniles, subadultos y adultos de ambos sexos formando bandadas donde se presenta una marcada jerarquía durante el consumo de alimento, vuelo, baños y acicalamiento. Facilita la seguridad ante el ataque de predadores y el paso a través de la etapa de adaptación al medio, también actúa como factor de cohesión y les permite desarrollar características comportamentales propias de la especie.

Son poco frecuentes y generalmente se dan en situaciones como el consumo de alimento, desplazamiento de carroñas y de perchas en sitios de dormideros o descanso. Este comportamiento consiste en picotazos, aletazos, empujones con el pecho y proyección de las patas adelante con el fin de empujar al oponente.

Obedece a factores como la edad, tamaño, peso y sexo.

Prefieren horas de mayor sol y en verano es posible notar actividad desde muy temprano la mayor actividad se reporta entre las 9 am y las 12 am y en la tarde 2 pm y 3 pm.

Lo hacen planeando o si se trata de una presa lo hacen en espiral cerrada pasando por el sitio varias veces calculando donde se van a posar; al tiempo dejan descolgar las patas y caen con suavidad en el lugar seleccionado.

Más común en los cóndores juveniles y sirve de estímulo para desarrollar habilidades en base al jugueteo que realizan los individuos entre sí.

Con respecto al comportamiento reproductivo del cóndor andino, en las zonas templadas de Chile y Argentina, con estacionalidad climática,  la temporada de reproducción se desarrolla  entre  octubre y febrero, mientras que en Ecuador, por estar ubicado en la zona  tropical ecuatorial, sin una marcada estacionalidad climática, puede  reproducirse durante todo el año. Durante el cortejo se ha podido observar que los machos son los que llevan la iniciativa, exhibiéndose ante las hembras con las alas extendidas y el cuello inflado, y con un movimiento de cabeza y cuello de adelante hacia atrás las mismas que durante el proceso han adquirido un color rojizo más encendido, al mismo tiempo hace sonidos con la lengua. Por su parte la hembra se mostrará sumisa y posteriormente permitirá la cópula a través de la unión de las cloacas.

La actividad reproductiva se inicia hacia los 7-8 años de edad, periodo en el cual los individuos han alcanzado la madurez sexual. La selección se da por afinidad y su lazo se refuerza con actividades compartidas como vuelos conjuntos, exploración del territorio en busca de sitios para anidación, desaparece la agresividad del macho ante la alimentación, y por último la pareja se separa del grupo.

Para la anidación estos animales prefieren lugares recónditos e inaccesibles en donde buscan una cueva o cavidad enclavada en una pared rocosa, con una pequeña recamara en donde es puesto e incubado el huevo directamente sobre el piso. Los cóndores no construyen un nido y solamente seleccionan una plataforma con presencia de arena y pequeñas piedras que ayudan a la ventilación del huevo. Además, el área debe contar con una especie de rampa natural generalmente cubierta por arbustos para evitar el peligro para la cría y facilitar el acceso a la misma.

Para la incubación de manera alternada los padres procederán a incubar el huevo mientras el otro va en busca de comida. Cuando eclosiona el huevo, la cría  es absolutamente dependiente de los padres durante los primeros seis meses de vida donde ambos se encargan de alimentarlo. En esta etapa después de alimentar al pichón los padres descansan y se puede observar una especie de unión familiar.

Durante los seis meses de edad el crecimiento de las crías es bastante acelerado e incluso alcanzan casi el mismo tamaño del adulto. Hacia el séptimo mes de edad el polluelo se encuentra con el plumaje completo y comienza sus primeras prácticas de vuelo, asistido permanentemente por los padres. Los padres lo seguirán alimentando hasta después que  empieza a tomar independencia, aunque sigue siendo protegido por los padres y solo hasta después de los 18 meses de edad es que alcanza su independencia total.

El cóndor andino es un ave carroñera por excelencia, se alimenta de manera casi estricta de restos de animales muertos, lo cual le confiere una gran importancia ecológica dentro de los ecosistemas al desempeñar la función de limpiador biológico de organismos en descomposición, evitando así la proliferación de focos de contaminación y por ende de posibles vectores. Sin embargo, se ha podido constatar ocasionalmente una actitud oportunista ya que los cóndores aprovechan la condición de animales moribundos o terneros recién nacidos, sobre los cuales fija su interés y gracias su poderoso pico y corpulencia puede someterlos hasta darles muerte y posteriormente alimentarse de ellos. No usa sus patas para agarrar o cazar ya que no son prensiles.

Una vez localizada la carroña, los cóndores no descienden a comer de manera inmediata, sino que se limitan a volar sobre ella o se posan en algún lugar desde donde ésta se vea claramente. Comienzan a alimentarse en los puntos más accesibles o blandos de los cadáveres, es decir, los ojos, lengua, ano, ubre, testículos, abdomen y entrepierna. Con sus fuertes y cortantes picos desgarran los tejidos y abren los cueros lo que adicionalmente facilita el aprovechamiento de la pieza por parte de carroñeros de menor envergadura.

El cóndor posee la capacidad de soportar hambre y sed por extensos periodos de tiempo (se estima que hasta por un mes y medio), y así mismo puede llegar a ingerir hasta 4kg o 5kg de alimento hasta saciarse extremadamente en un solo evento de alimentación en un día. Una vez satisfecho y con el buche lleno este podrá levantar vuelo, aunque para eso necesitará la ayuda de los vientos a los cuales se lanza siempre después de buscar una plataforma natural que le proporcione altura.

El estómago de los cóndores como el de otros carroñeros está provisto de poderosos ácidos que les permiten digerir los alimentos y eliminar cualquier riesgo de infección. De igual manera con este fin el cóndor defeca sobre sus patas rociándolas con materia rica en uratos lo que le confiere características desinfectantes para evitar riesgos causados por su constante contacto con carroña, carne en descomposición y múltiples agentes patógenos. La cabeza y cuello desnudos también contribuyen a la asepsia.

Hábitat

Áreas de uso

Las áreas de uso son zonas en las que los cóndores andinos realizan varias de sus actividades y estas unidades se reconocen de la siguiente manera:

Lugares escarpados de difícil acceso, en donde hacen sus posturas, incubación, cría y levantamiento de la prole.

Áreas de descanso durante el día, son lugares altos con buena visibilidad del sector.

Sitios de reunión social conformado por individuos de todas las clases de edad (adultos, subadultos y juveniles) y sexo (machos y hembras).

Lugares de vuelo en donde por lo general se encuentra el alimento que será consumido por los cóndores durante sus jornadas de búsqueda de comida.

Lugares, generalmente peñones o acantilados, donde los cóndores pasan la noche. Generalmente están ubicados cerca de las áreas de alimentación.