1. POR UNA AMERICA EN LA QUE QUEPAMOS TODAS LAS PERSONAS
18 de diciembre -Día Internacional de las y los Migrantes
2. ¡NO MÁS MUROS!
Por una América en la que quepamos todas las personas
E
n ocasión del Día Internacional de la Persona Migrante de 2015, las organizaciones
que participamos en la Campaña por la Hospitalidad abogamos por la urgente necesi-
dad de romper los muros y las discriminaciones que afectan a las y los migrantes e
imaginar una América que cobije a todas las personas sin distingo de nacionalidad.
Desde la caída del muro de Berlín (1989), a nivel mundial 40 países han construido muros o
barreras de algún tipo en contra de 64 países vecinos, con la intención de bloquear los flu-
jos migratorios (The Economist, 15/09/2015). Esta lamentable, costosa e ineficaz tendencia
es presente también en nuestro continente.
Gracias a un mapa interactivo, este recurso señala algunas de las situaciones de exclusión y
violación de DDHH que se realizan en América Latina y el Caribe alrededor de las fronteras
y al interior de nuestras sociedades. Las y los migrantes son rechazados no sólo a través de
vallas y muros físicos, sino además a través de leyes que no garantizan sus DDHH, normas
arbitrarias, practicas sociales discriminatorias y prejuicios culturales, entre otro. Además
ofrecemos la declaración completa de la Campaña por la Hospitalidad que esperamos mo-
tive la acción ciudadana y estatal y la solidaridad internacional para transformar la realidad
y romper los muros.
3. México
México y Centroamérica
Triángulo Norte
de Centroamérica
República Dominicana
Frontera entre
Colombia y Venezuela
Ecuador
Frontera entre Chile y Perú
Chile
4. Muros en el Sur para
detener el flujo migratorio
hacia Estados Unidos
El “Plan Frontera Sur” ha convertido a México en el
guardián de Estados Unidos para bloquear a las per-
sonas centroamericanas que buscan ir hacia el nor-
te del continente.
Entre México y Guatemala ha endurecido los con-
troles policiales para impedir el cruce fronterizo. La
lógica de seguridad nacional y la militarización del
control migratorio han aumentado la vulnerabili-
dad de las y los migrantes y las violaciones de sus
derechos humanos.
México es ahora el país que más deporta en Amé-
rica: entre enero y octubre de 2015 ha deportado a
99 mil personas.
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México:
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5. La hospitalidad rompe los
muros de la hostilidad
A pesar de la hostilidad que a menudo afecta a las y
los migrantes centroamericanos, las iniciativas de la
sociedad civil que se solidarizan con ellos no dejan
de crecer.
En las rutas migratorias por México hay más de 60
albergues para atender sus necesidades y muchas
asociaciones y comunidades movilizadas para aten-
derles a lo largo de su camino.
En Centroamérica hay diversas organizaciones de
migrantes y de sus familiares que trabajan por la
dignificación de las personas, independientemen-
te de su país de origen. Estas iniciativas ciudadanas
son el camino para construir sociedades fundamen-
tadas en los derechos humanos y la hospitalidad.
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México y Centroamérica:
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6. Huimos del hambre y de la
inseguridad
Cada vez más personas huyen de Guatemala, El Sal-
vador y Honduras por la violencia y la exclusión so-
cial que sufren y buscan una vida digna y sin miedo
en otros lugares.
Los gobiernos de estos países acuerdan impulsar el
Plan de la Alianza para la Prosperidad, una estrate-
gia gestada por los grupos de poder que no genera
un desarrollo sostenible y equitativo y va a incre-
mentar la migración forzada.
Esta situación es desatendida en los países veci-
nos, como México, Estados Unidos, Nicaragua, Cos-
ta Rica y Panamá, donde se erigen barreras legales
que deniegan la protección internacional a las y los
centroamericanos forzados a irse.
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Triángulo Norte de Centroamérica:
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7. Se necesita una política
migratoria integral
En República Dominicana la población inmigrante
haitiana asciende a poco más de 524.000 personas,
el 5% de la población nacional.
El Plan Nacional de Regularización que el Gobierno
Dominicano ha impulsado en 2015 ha regularizado
a unas 240.000 personas, tan sólo el 46%, y única-
mente por un año.
Para garantizar los DDHH de todos los migrantes
se necesitan medidas a largo plazo, consensuadas
a nivel binacional, que faciliten el acceso a la docu-
mentación, agilicen los procedimientos, regulen las
condiciones laborales evitando los abusos, persigan
las redes de tráfico y trata y sancionen los discursos
xenófobos.
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República Dominicana:
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8. La doble vulnerabilidad de
la población colombiana
En agosto de 2015 en la frontera colombo- venezo-
lana se genera una grave crisis humanitaria, todavía
sin resolver.
Venezuela cierra su frontera con Colombia y realiza
deportaciones masivas de la población colombiana,
inculpándoles de contrabando y de amparar la vio-
lencia de grupos organizados. 1.950 colombianos
son deportados arbitrariamente y otras 22.342 per-
sonas optan por retornar, coaccionados por el con-
texto amenazante.
Es una población sumamente vulnerable: primero
escapó de Colombia debido al conflicto armado y
ahora es forzada a volver a pesar de riesgos y/o de
su estatus de refugiado o de solicitante de asilo, con-
traviniendo el principio internacional de“no devolu-
ción”. Primero Colombia no supo garantizar su segu-
ridad y ahora Venezuela no garantiza su protección.
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La frontera entre
Colombia y Venezuela
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9. Los prejuicios erigen muros
sociales alrededor de los
refugiados
El 98% de las personas refugiadas que viven en
Ecuador son de nacionalidad colombiana. Lamen-
tablemente padecen un fuerte prejuicio social, ya
que son relacionadas con la violencia: guerrilla, de-
lincuencia, narcotráfico y prostitución.
Se dice que“los colombianos vienen a robar o hacer
cosas malas”. Esto genera situaciones de discrimina-
ción y actos de xenofobia tanto a nivel institucional,
ya sea sector público o privado, como a nivel comu-
nitario.
El sistema educativo no está exento de ello: al no
aplicarse plenamente los códigos de convivencia
en los colegios, las y los jóvenes colombianos no
son integrados adecuadamente en las instituciones
educativas.
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Ecuador:
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10. Las arbitrariedades
administrativas hacen la
migración más peligrosa
La mayoría de los migrantes llegan a Chile por vía
terrestre y vienen de Colombia, Ecuador, Perú, Boli-
via, República Dominicana y Haití.
Buscan entrar como turistas y luego obtener una
visa de trabajo y desarrollar un proyecto migratorio
en Chile. Sin embargo, en la frontera experimentan
la discrecionalidad muy amplia de la policía fronte-
riza chilena en aplicar los criterios de entrada.
Las personas rechazadas no vuelven a su país y
caen fácilmente en las redes de tráfico de personas.
A menudo inician una ruta por Bolivia que las lleva a
otro paso fronterizo. La arbitrariedad en la frontera
chilena no detiene la migración, sólo la hace más
peligrosa.
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La frontera entre Chile y Perú:
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11. A la espera de una nueva
Ley de Migraciones con
enfoque de DDHH
Chile se ha convertido en país de destino para mi-
grantes de la región andina y del Caribe.
Gestiona la migración a partir de una ley de 1975
que, según la tendencia de la época, está enfocada
en la doctrina de la seguridad interior del Estado y
ve la migración como una amenaza y no como un
derecho.
Esto dificulta el ingreso de las personas al país, las
expone a vulneraciones de derechos, favorece la
irregularidad migratoria y limita el acceso a los de-
rechos sociales.
Sin embargo, el Gobierno ha elaborado un proyec-
to de ley con enfoque de derechos humanos que
se espera entre en la fase legislativa antes de fin de
2015 y se convierta pronto en la nueva Ley de Mi-
graciones.
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Chile:
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12. No más muros:
Por los derechos de las personas migrantes
18 de diciembre
E
n el Día Internacional del Migrante, las instituciones que promovemos la Campaña por la Hospitalidad
pedimos que las políticas de gestión migratoria vigentes en la región de Latinoamérica y el Caribe cum-
plan con los DDHH y con los principios de protección internacional.
Migrar es cada vez menos una elección libre y más una opción impuesta por nuevas causas (entre ellas:
el desastre natural o ambiental y la violencia generalizada) que se suman a las circunstancias económicas
adversas, generando flujos de movilidad forzada y exigiendo medidas específicas de protección. Día
tras día, este año 2015 ha puesto en evidencia el carácter global de las migraciones y las múltiples causas
que fuerzan a las personas a desplazarse. Las recientes interceptaciones de personas de nacionalidad siria
en Centroamérica y en la frontera con Texas demuestran, una vez más, el alcance mundial que adquieren los
conflictos y las crisis sociales en un mundo interconectado y la gran resiliencia de los seres humanos frente
a los horrores de la violencia, de la guerra o de la pobreza. Si los sirios huyen de la guerra llegando hasta
Latinoamérica, la población del Triángulo Norte de Centroamérica escapa de la violencia de las extorsiones,
del reclutamiento forzado y de los secuestros y de la exclusión social. La población de Haití deja un país cuya
pobreza ha sido amplificada por el terremoto del 2010 para alcanzar no sólo República Dominicana, sino tam-
bién Ecuador, Brasil y Chile. En Colombia los diálogos entre el Gobierno y las FARC alientan la esperanza de
la paz, sin embargo aún permanece una dinámica de desplazamiento forzado, producto de la confrontación
armada, y la violencia en la costa pacífica colombiana desplaza a la población hasta Ecuador, Perú y Chile.
Un número creciente de cubanos emprenden un largo camino por tierra hacia Estados Unidos, empezando
por Ecuador o Venezuela y pasando por Colombia y Centroamérica. Desde África, senegaleses y nigerianos
empiezan a llegar al Cono Sur.
Sin embargo, la respuesta de los Estados sigue siendo inadecuada, cuando no son éstos responsables del
agravio de la vulnerabilidad de las personas migrantes o desplazadas forzosamente. Se invierte más en obs-
taculizar el camino de las personas migrantes, que en atender sus circunstancias, identificar los casos
que merecen protección especial y favorecer la integración social. La reticencia de Estados Unidos, México,
Nicaragua, Costa Rica y Panamá en otorgar refugio a los migrantes centroamericanos quebranta sus derechos
fundamentales. Las trabas burocráticas y la falta de colaboración entre Haití y República Dominicana han
Campaña
por la hospitalidad
13. mermado el alcance del Plan Nacional de Regularización a través del cual las y los migrantes haitianos
por primera vez tenían la oportunidad de acceder a la residencia legal en República Dominicana. En
Costa Rica salir de la irregularidad migratoria supone pagar una multa inasequible para la mayoría de
los migrantes nicaragüenses. La complejidad y los costes de los procesos administrativos, la aplicación
arbitraria o incompleta de las normas y los prejuicios erigen muros legales, económicos y sociales que
excluyen a las y los migrantes tan duramente como las vallas y los muros físicos.
Las fronteras siguen siendo lugares de especiales arbitrariedades y vulneraciones de derechos. El“Plan
Frontera Sur” entre México y Guatemala ha endurecido los controles policiales obligando a las personas mi-
grantes a buscar rutas alternativas donde son fácil presa de grupo criminales. El cierre de la frontera con
Colombia, impuesto por Venezuela desde finales de agosto, ha sido acompañado por deportaciones masivas
e indiscriminadas de colombianos, en violación del principio de no devolución (Art. 33 de la Convención de
Ginebra). Nicaragua ha cerrado unilateralmente su frontera con Costa Rica para impedir el tránsito de migran-
tes cubanos hacia Estados Unidos, agudizando su situación de vulnerabilidad. El marco normativo chileno
otorga un amplio margen de discrecionalidad a los funcionarios en frontera, lo cual afecta las posibilidades
de ingreso al país de la población afro-colombiana que queda“varada”en el territorio peruano.
Frente a los tantos muros que niegan la dignidad y los derechos de las personas migrantes y/o desplazadas
forzosamente, la Campaña por la Hospitalidad insta a los Gobiernos a seguir los ejemplos de hospitali-
dad de la Sociedad Civil, como demuestra la red de 60 albergues para migrantes que recorre México, y a im-
plementar medidas que reconozcan a los migrantes como sujetos de derechos que contribuyen al desarrollo
de nuestras sociedades, si están plenamente integrados. Entre ellas, recomendamos la puesta en marcha, de
manera coordinada entre los Estados, de corredores humanitarios y de procedimientos ágiles para la iden-
tificación de personas con necesidades de protección internacional, unos procesos administrativos simplifi-
cados, asequibles y eficientes para la obtención de la residencia legal o del estatus de refugiado, el acceso
oportuno a la información y a la orientación legal, en el marco de sistemas normativos que posibiliten la libre
circulación de las personas y la garantía de sus derechos.
Apostamos por la hospitalidad como el horizonte y el camino para construir sociedades equitativas y solida-
rias, sin discriminaciones o exclusiones: ¡la hospitalidad rompe los muros de la hostilidad!
Para mayores informaciones: rjm.hospitalidad@sjrlac.org
La Campaña por la Hospitalidad (www.campañaporlahospitalidad.com) es una iniciativa de:
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