1. La historia secreta de la
matanza de Barrios Altos
Publicado el octubre 13, 2009
PORTAL POLITICAMENTE CORRECTO
Casi 18 años después de la matanza de Barrios Altos, acaecida en la
calle Huanta de Lima el 3 de noviembre de 1991, los entretelones
ocultos de aquel episodio trágico salen a la luz pública por primera
vez, en este informe especial, para que el mundo entero sepa la
verdad.
Durante ese tiempo, se afirmó que las 15 personas ejecutadas
extrajudicialmente aquella vez eran inocentes, y que se les ejecutó
como parte de una represión indiscriminada con la que el estado
quiso aterrar a la población. Según este testimonio clave, todos los
ejecutados, excepto el niño fallecido accidentalmente, eran
terroristas o cómplices de estos.
En otro caso parecido (La Cantuta, diez muertos), los periodistas
Álvaro Vargas Llosa, Efraín Rua y Ricardo Uceda descubrieron
años después que las víctimas eran activistas de Sendero Luminoso,
pero en lo que respecta a Barrios Altos nadie indagó a fondo lo
ocurrido.
En el año 2005 se supo que un agente del servicio secreto arrestado
había sido testigo directo de lo sucedido en el famoso solar del jirón
Huanta, pero nadie se atrevió a buscarlo y entrevistarlo por razones
que no vienen al caso abordar ahora.
2. Aquel testigo es el ex agente de inteligencia del ejército Douglas
Arteaga Pascual, quien lo contó todo ante el tribunal que lo juzga
injustamente, acusado de presunto violador de derechos humanos.
La Fiscalía ha reconocido que Arteaga jamás integró el Grupo
Colina, pero igual lo acusa absurdamente de “complicidad”, por
razones políticas.
Este periodista logró acceder a las actas judiciales que registran el
testimonio que brindó Arteaga a la 1ª Sala Penal Especial de Lima
que preside la vocal Inés Villa Bonilla, y a partir de ella hemos
conocido los hechos ocultos que hoy salen a la luz en este informe.
Como consta en las actas respectivas, el agente Arteaga declaró al
tribunal que vivió tres años (1989-1991) en el solar del jirón Huanta
donde se produjeron los hechos, como infiltrado en una célula de
Sendero Luminoso que tenía su base en esa quinta.
Arteaga rindió su testimonial en tres audiencias consecutivas de la
sala Villa Bonilla realizadas los días 15, 22 y 29 de marzo del 2006.
Su declaración había sido mantenida en secreto total, hasta ahora.
Infiltrado
En la primera acta, consta que Arteaga se infiltró en Sendero
Luminoso en 1989 cumpliendo un plan del Servicio de Inteligencia
del Ejército (SIE) llamado “Telaraña”, que tenía por objetivo
original recoger información sobre la penetración terrorista en las
ONG y en los partidos políticos de izquierda marxista.
El agente fue “sembrado” primero en un asentamiento humano de
Villa El Salvador, simulando ser un vendedor ambulante que
trabajaba de noche y de día era un activista de la organización
vecinal de su sector, en la que después logró hacerse elegir dirigente.
3. Dicho cargo le permitió asistir a las asambleas de la Comunidad
Autogestionaria de Villa El Salvador (Cuaves), donde fue
contactado por una ONG izquierdista que le sirvió para infiltrarse en
los partidos Patria Roja y Partido Unificado Mariateguista (PUM),
marxistas.
Después de un trabajo paciente, y con ayuda de un supuesto
militante del PUM, fue contactado por Sendero Luminoso.
Un senderista, según el testimonio de Arteaga, lo buscó en su puesto
ambulante y le pidió que lo acompañara a recoger latas vacías
(usadas para hacer granadas artesanales) en los basurales de Pampas
San Juan. Poco tiempo después lo invitó a un “bingo” que resultó ser
una reunión clandestina en la que le obsequiaron ejemplares del
vocero terrorista El Diario.
“Empiezo en La Rinconada, me llevan a un local en la noche, era de
esteras y allí estaban reunidos jóvenes, y dicen hay un nuevo
compañero, bienvenido seas… recibí clases de entrenamiento
político, ideológico, como 15 días… los instructores nos hablaban
de Marx, Lenin, pensamiento Gonzalo, había documentos…Lo
primero que aprendí fue la regla de oro (nunca admitas que eres del
partido)…”.
El SIE le ordenó entonces que trabajara exclusivamente dentro de
Sendero, para lo cual le dio una identidad falsa junto con el nombre
clave de “Abadía”, y le prohibió visitar las instalaciones militares.
Un tiempo después, el agente llegó a ser “mando político” de la
célula de Sendero Luminoso que actuaba en Barrios Altos.
Las “polladas”
Sobre su paso por la “escuela popular” de terroristas, Arteaga
declaró a los jueces que aquella estaba a cargo de personas jóvenes
4. de carácter endurecido por el fanatismo, algunas de los cuales
venían de provincias.
“Eran duros, me estudiaban psicológicamente para ver si estaba
mintiendo. Tuve varias citas con ellos, me hicieron preguntas muy
duras… pero aprobé esos exámenes, lo supe hacer porque yo sabía
de interrogatorios…después me dijeron te vas compañero a tal sitio,
me destacaban a varios destacamentos de células, acá en Lima”,
relató.
El agente también les contó a los jueces como enviaba sus informes
al Puesto de Inteligencia de Lima (PIL): “Normalmente mandaba
mis informes cada 15 días, 20 días, de acuerdo a como se presentaba
la oportunidad… informes, directivas, nombres, relaciones, croquis,
locales donde se estaban realizando actividades… todo con lujo de
detalles… me cuidaba después que los aniquilamientos fallaban…
yo daba cuenta a mi comando advirtiendo que iba a haber un
atentado a esa autoridad, contra ese puesto, etc…”.
En ese mismo testimonio, confirmó que en 1991 Sendero Luminoso
realizaba polladas libremente en varios distintos puntos de Lima, sin
que nadie molestara a su gente.
“En el año 91 todo estaba normal… las polladas que se realizaban
eran normal… no solo en la zona de Barrios Altos, en diferentes
lugares: en San Fernando (facultad de Medicina de San Marcos),
también en el mercado de Lince, en Villa El Salvador, etc.”
“Cuando había ceremonias por el cumpleaños del camarada Gonzalo
siempre se realizaban eventos… y en nuestros cumpleaños hacíamos
velas con la forma de la hoz y el martillo… no había por qué temer
entonces”.
Arteaga reveló luego que después de haber pasado por la “escuela
popular” de formación de terroristas fue enviado a integrarse en un
5. destacamento integrado por siete personas, encargado de realizar
atentados en diferentes zonas de Lima.
Barrios Altos
Al testificar sobre lo sucedido en Barrios Altos, declaró a la sala que
el solar del jirón Huanta donde se produjeron las ejecuciones
judiciales del 1 de noviembre de 1991 era una base de operaciones
de Sendero Luminoso.
Precisó que cada vez que Sendero ordenaba que su destacamento
ejecutara un ataque, él y los demás terroristas del grupo eran
encerrados tres días antes en un cuarto de dicho solar, y de allí salían
directamente a cumplir su misión criminal, a las 7 u 8 de la noche.
Con respecto a la pollada cruenta del 1 de noviembre, Arteaga contó
de manera detallada como fue organizada aquella reunión fatídica:
“La actividad, la pollada que estaba prevista, la hemos hecho
nosotros, el partido (Sendero Luminoso)…”
“…Los vecinos sabían y no decían nada, sabían que éramos
compañeros…Yo trabajé dos años en esa casa, me conocen todos
los vecinos, me conocen como de ahí, pero no sabían que me
llamaba Arteaga…”
El agente precisó que durante los dos años vivió en una habitación
del primer piso, que compartió con la familia del “compañero”
Filomeno León León, uno de los ejecutados extrajudicialmente.
“El compañero León era mi amigo, no lo niego… vivía con él en ese
cuartito que él alquilaba. León arreglaba cocinas, había un televisor
grande y sobre el televisor había siempre un gato grande, le
decíamos Pirincho, era nuestra mascota…”, afirmó.
6. En otro momento, declaró al tribunal que Sendero Luminoso tenía
dos locales en la quinta del jirón Huanta, y los ocupó en principio
con el objeto de asesinar al entonces primer vicepresidente de la
república y presidente del Congreso Máximo San Román.
“¿Por qué creen que (los senderistas) tomaron ese local de Barrios
Altos?. Les voy a decir la verdad, para que sepa todo el mundo, es
sorpresa quizá para ustedes: Cuando en ese tiempo estaba el
ingeniero (Máximo) San Román de vicepresidente, por ese lado
pasaba todos los días con su carro negro, por el jirón Huanta;
entonces ¿Cuál era el objetivo? Era accionar, a través de un control
remoto (una bomba), para volarlo con su carro. No se llevó a cabo
eso porque peleó, hubo problemas, pero ese era el objetivo…”, narró
Arteaga Pascual.
También reveló que el grupo terrorista del solar del jirón Huanta
utilizaba triciclos y carros de heladeros para transportar dinamita,
anfo y armas.
“En esos triciclos, que vendían aparentemente macetas y abono para
plantas, en Miraflores y San Isidro, llevábamos el anfo, en los
maceteros vacíos llevábamos los medios…, también en las
carretillas de Donofrio, de heladero…”, declaró.
Guarida terrorista
En la audiencia del 22 de marzo, preguntado por la presidente del
tribunal para que haga algunas precisiones a su anterior declaración,
Douglas Arteaga reveló que en el departamento que ocupaba junto
con Filomeno León, había una base y una “escuela popular” que
tenían como cubierta un supuesto taller de reparación de cocinas:
“En ese ambiente había una escalera de madera sobre el piso, pegada
a la pared, (por la que) nosotros, de rato en rato, cada hora o media
hora, subíamos al segundo piso (altillo), donde había siete u ocho
7. camarotes, ahí dormíamos. Y no solo yo, venía gente de provincia y
se alojaba allí… hacían un trabajo (atentado) en Lima y se
regresaban”
“Tapábamos ese recuadro (entrada) del techo raso y quedaba como
si no hubiese nada… cuando alguien llegaba, no se veía ninguna
escalera y el techo raso estaba normal… se ponía un radio o un
televisor encendido a volumen, y arriba, en la pizarra acrílica, se
daba instrucciones… la escuela funcionaba normalmente”.
“En la puerta (del solar) había un letrero ‘se arreglan cocinas Surge’,
y ahí estaban las herramientas, ahí estaba el señor arreglando, el
compañero…”, pero todo era aparente, para encubrir las verdaderas
actividades que realizaban los terroristas en el lugar.
Después de la matanza
En la audiencia del 15 de marzo, Arteaga contó otro hecho inédito:
los terroristas que sobrevivieron a la incursión con ejecuciones
extrajudiciales en el viejo solar de Barrios Altos se reunieron al día
siguiente de esos hechos, para hacer un balance de lo sucedido:
“Después de este problema que hubo (la matanza) hemos hecho un
arqueo, un balance, al día siguiente que pasó esto. Nos hemos
reunido en Acho, donde un compañero de nosotros… hemos hecho
como que hemos ganado… A mi me ha sorprendido que en el
segundo piso (del solar) también se realizó una pollada… eso no
estaba previsto”
Arteaga dio a conocer después que la dirigencia limeña de Sendero
Luminoso había ordenado que se cancele la pollada fatídica del jirón
Huanta, pero aquella orden se incumplió porque las invitaciones ya
habían sido repartidas y confirmadas. Además, según reiteró, las
polladas de terroristas eran frecuentes y nunca había ocurrido nada:
8. “El Comité (Sendero) nos dijo la actividad se va a suspender, ya no
vayan compañeros, ya no vayan. Pero fue muy tarde, porque ya se
habían repartido las tarjetas, 15, 20 tarjetas en cada una de las
diferentes bases… para que vayan y colaboren con el partido…”.
Arteaga dijo que él mismo vendió tarjetas de la pollada a varios
terroristas y miembros de base de Sendero Luminoso que asistieron
a la reunión y murieron en ella.
En la misma audiencia, el agente de inteligencia relató al tribunal
que durante el tiempo que permaneció infiltrado en la banda armada
maoísta se esforzó por demostrar que era un buen agente del servicio
de inteligencia del ejército:
“Quería esmerarme, quería demostrar que podía combatir solo… las
claves y señas que aprendí adentro las mandaba por escrito (al SIE).
Aprendí un montón de claves dentro del partido… las daba (al SIE)
y ellos las empleaban. Entonces yo desbaraté, rompí esa clave para
poder capturarlos. Por eso me siendo orgulloso, siento que he
cumplido mi misión…”.
“Lo he hecho porque tenía ese coraje, tenía esa valentía, digamos
esa argucia, ese arte de uno que le gusta trabajar sin ser descubierto.
No me han descubierto en tres años que he trabajado con ellos, ni
siquiera he dejado que salga una sospecha… yo me siento como un
héroe… he combatido al enemigo…”, agregó Douglas Arteaga.
Masacre de Húsares
En las actas judiciales consta además que Arteaga narró que la
célula senderista de Barrios Altos perpetró el ataque terrorista contra
el ómnibus de la escolta presidencial Húsares de Junín, acaecido el 3
de junio de 1989, en el que murieron seis soldados y un policía. Este
hecho continúa aún en la impunidad, sin haberse esclarecido
judicialmente.
9. Con lujo de detalles precisó que los terroristas que asesinaron a los
Húsares de Junín se disfrazaron de basureros con ayuda de
infiltrados en el sindicato de obreros de la municipalidad de Lima
que les dieron los uniformes y carros recolectores. Aquel día los
criminales colocaron una bomba debajo del bus militar y lo hicieron
volar en pedazos.
En el atentado también fue asesinado un policía que repelió a los
terroristas con su pistola, y quedaron heridas once personas entre
militares y civiles. La onda expansiva de la potente bomba destruyó
además 11 casas modestas.
La versión del agente indica igualmente que en aquel ataque
resultaron heridos algunos terroristas. En el acta está registrado así:
“En (la plaza) 2 de Mayo nos juntamos en la noche (anterior) para
repartir los cochecitos de hacer la limpieza en la
madrugada… inclusive tengo ex camaradas que están heridos de
ahí, se han quedado lisiados…”
¿Libias senderista?
En la audiencia judicial del 29 de marzo del 2006, el agente Arteaga
hizo una revelación importante que tampoco mereció la atención de
las autoridades judiciales, ni del representante del Ministerio
Público, al testificar que el sobreviviente de la matanza de Barrios
Altos Tomás Libias Ortega es al parecer miembro de Sendero
Luminoso.
La abogada Milagritos Malpica Risco le preguntó así a Arteaga: “La
sesión pasada usted nos mencionó de que había una persona
sobreviviente que era miembro de su partido (Sendero), no
recordaba el nombre, pero ¿si yo se lo digo puede usted reconocer a
esta persona por el nombre de Tomás Libias Ortega?”
10. El agente respondió lo siguiente: “Así es, doctora… exacto doctora,
con él he ido varias veces a La Parada, a La Victoria, al comité
(senderista) de La Victoria, doctora”
Libias ha sido presentado por algunas ONG de derechos humanos
como víctima inocente, ajena al terrorismo, y en esta misma
condición participó como testigo de cargo de la parte civil en el
juicio a Alberto Fujimori por los casos Barrios Altos y La Cantuta.
Es cierto que un solo testimonio es insuficiente para llegar a una
conclusión, pero si se realizara una investigación independiente y
objetiva sobre lo revelado por “Abadía”, se corroboraría su
autenticidad o falsedad. No obstante, nadie ha querido investigar.
Proclamados inocentes
No obstante todo lo mencionado, la sala penal suprema que integran
los vocales César San Martín, Víctor Prado y Hugo Príncipe,
absolvió de toda sospecha de terrorismo a los de Barrios Altos.
Esta decisión es sospechosa ya que dicha sala conoció el testimonio
de Arteaga, según consta en la sentencia a Fujimori, en la que citan
textualmente pasajes de dicha testimonial. Todo indica que el
tribunal tomó solo la parte de la declaración que le convenía.
El 5 de mayo pasado fue presentada al Congreso de la República una
denuncia constitucional contra los vocales San Martín, Prado y
Príncipe, por haber exculpado indebidamente del delito de
terrorismo a los de Barrios Altos y La Cantuta.
Han pasado más de cuatro meses y la denuncia “duerme” en alguna
comisión parlamentaria.
Magistrados y ONGs encubren crímenes
11. de comando terrorista de Barrios Altos
Los graves crímenes atribuidos por Arteaga a la célula terrorista que
tenía su base en la vieja quinta del jirón Huanta han sido ignorados
por las autoridades jurisdiccionales que tienen la obligación de hacer
justicia a las personas que fueron asesinadas por ese grupo
senderista.
“Abadía” ha identificado plenamente a los autores de la matanza de
los Húsares de Junín, también a los que intentaron asesinar a
Máximo San Román y cometieron otros atentados, pero ninguna
autoridad fiscal o judicial ha hecho algo para esclarecer tales
crímenes.
Según consta en las actas, el testimonio del agente fue escuchado
por las vocales Inés Villa Bonilla, Inés Tello de Ñecco e Hilda
Piedra, y ninguna de ellas le demandó al fiscal que cumpliera con su
deber de denunciar a los presuntos terroristas.
También lo escuchó el fiscal superior Jorge Cortez Pineda, quien
estaba obligado a investigar de oficio los hechos denunciados por
Arteaga, pero tampoco lo hizo.
La misma actitud asumió el entonces Procurador Público (abogado
del gobierno) para el caso Barrios Altos, Pedro Gamarra Johnson,
actual máximo procurador anticorrupción.
Estuvieron presentes igualmente los abogados Gloria Cano Legua,
David Velasco Rondón y Gustavo Campos Peralta, de las ONG
Aprodeh, Fedepaz y Comisedh, quienes tampoco han defendido los
derechos humanos de las víctimas de los terroristas de Barrios Altos,
más bien han ocultado este tema, cubriéndolo con un manto de
silencio cómplice e injusto.
12. Esta actitud asumida por las autoridades señaladas es al parecer
delictiva. Y en el caso de las ONG, no sería ilegal, pero sí es
politizada, inmoral y repugnante.