Documentos de Académico
Documentos de Profesional
Documentos de Cultura
TEMA:
TRABAJO MONOGRÁFICO
SANTUARIO DEL SEÑOR DE
MURUHUAY - TARMA
ALUMNO :
ORIHUELA GUADALUPE, DEYSI
GRADO : 5to
TARMA – 2018
PERÚ
1
El presente trabajo va dedicado a
mis padres y profesores por el
esfuerzo que realizan día a día
para brindarme la mejor
educación en casa como en la
escuela, forjando un profesional
del futuro.
2
INDICE
CAPITULO I
SANTUARIO DEL SEÑOR DE MURUHUAY TARMA – JUNÍN ……… 4
1. Antecedentes………………………………………………………… 4
2. Reseña Histórica ……………………………………………………. 4
CAPITULO II
1. Situación Geográfica ……………………………………………….. 6
2. Distancia a centro poblados ……………………………………….. 6
3. Días de Feria ………………….…………………………………….. 6
4. Fundación de Tarma ……………………………………………….. 7
CAPITULO III
CAPITULO IV
CAPITULO V
ANEXOS ……………………………………………………………… 19
3
CAPITULO I
SANTUARIO DEL SEÑOR DE MURUHUAY
TARMA – JUNÍN
1. Antecedentes:
La Cruz fue la aparición original, sobre la cual la mano del hombre pintó a
Cristo crucificado.
2. Reseña Histórica:
4
cercanías de Muruhuay, durante el siglo pasado. Se escogió el 3 de mayo
como día central de una fiesta que celebraría año a año el milagro de la
aparición de la cruz sobre la roca. Posteriormente, en 1928 se erigió un
primer santuario que sería sede de la fiesta del Señor del lugar.
5
CAPITULO II
1. Situación Geográfica:
3. Días de Feria
6
4. Fundación de Tarma
o DISTRITO DE ACOMBAMBA
Deriva de dos voces quechuas:
AGO = Cascajo, Hormigón BAMBA = llanura, zona, pampa de
cascajo
7
CAPITULO III
1. Fundación de Acobamba
Fue fundada por Ley del 2 de Enero de 1857, posteriormente por Ley
del 14 de Marzo de 1861, se confirma su fundación. Es de origen
Español está situada en el Valle de Tarma a una altura de 2959
m.s.n.m. su fundación fue un 29 de Setiembre, fiesta de San Miguel
Arcángel como patrón del pueblo. Se encuentra a 10km. de la ciudad
de Tarma - Acobamba, es como una localidad muy acogedora y
religiosa en su fiesta en honor a San Miguel, después de la Santa Misa,
se realiza la procesión, que es presidida por las autoridades de la
comunidad campesina, en donde los varones ataviados de gañanes
(vestimentas) conducen sus bueyes (yuntas) y sus implementos de
labranza, seguidos por jóvenes semilleros, las damas con vestidos
vistosos, típicamente ataviadas, portan grandes mantas donde llevan
enormes aparatos florales llamada "macetas" rodeada de surtidas y
ricas golosinas, jacarroco (habas secas molidas con presa de cuyes)
y el jupamicuy, completamente gratis, para amigos, turistas y vecinos
esto es una demostración de la buena voluntad de este hermoso y
recordado Acobamba.
Amigos, turistas y vecinos esto es una demostración de la buena
voluntad de este hermoso y recordado Acobamba.
8
CAPITULO IV
1. Etimología de Muruhuay
DERIVA: En castellano:
MURO = pared, tapia
HUAY = espina, tapia o pared de espina
En quechua:
MURO = Viruela
HUAY = casa, casa de viruela
2. Ruinas Notables:
Chicanamarca, Yanamarca, Cinco Pueblos, Huarimarca, Muruhuay,
Yuracmarca, Pachamarca, Vilcamarca, Vilcabamba, todas en Acobamba.
3. Ubicacion De Muruhuay:
4. Mayo de Fiesta
Cada año durante el mes de mayo Muruhuay se viste de fiesta.
En una demostración de fé católica que atrae día a día, a miles de peregrinos
locales, regionales, nacionales y extranjeros, es una de las fiestas más
largas de nuestro querido Perú. Las celebraciones religiosas comienzan con
la Santa Misa mandada oficiar por el mayordomo, y lo acompañan una
orquesta y algunos pueblos que traen a sus conjuntos de Chonguinada y sus
rspectivos grupos de bailantes dando así con sus vestimentas alegría,
música y colorido ya que cada conjunto tiene uniforme diferente. Traen al
Señor de Muruhuay, Abundantes flores multicolores, velas, cirios, y sus
oraciones.
Se ha escrito mucho sobre la aparición del Señor de Muruhuay, he aquí
algunas leyendas:
9
escenario llevándose el secreto. El segundo tal vez por la fidelidad a la causa
de su amo o por temor de hacerse acreedor a una represeión y ser destituido
de su cargo, no se atrevió a revelar el hecho inmediato, Esperó transcurrir
los años, cuando su vida I legaba a la senectud, en las postrimerías del siglo
XVIII, decidió transmitir esta verdad a su nieto. En el tercer decenio del siglo
XIX por primera vez se reseñaba esta historia, en una revista
No siempre la tradición ha sido fiel a la realidad. Acostumbramos a atribuir
todo lo hechos celestiales a creaciones divinas, la imaginación popular ha
rodeado de leyendas la aparición del Señor en este vistooso paraje de
Acobamba, sin que nadie se streviera a escudriñar su pasado histórico ni
aesclarecersu origen.
Hoy sabemos con bastante fundamento que fue un teniente de Granaderos
del
Ejército Realista quien grabó con su espada la imagen del Redentor
Crucificado en la piedra bruna de Muruhuay, pero lamentablemete su
nombre no pudo ser registrado por la historia.
Después de la batalla de Junín, este militar español, huyendo del desastre
se había escondido en las alturas de Acobamba, en una acequia, junto a la
peña de Muruhuay, sobre el antiguo camino a Huasahuasi. Ahí permaneció
muchos días hasta que recibió la hospitalidad del Párroco de Acobamba, que
por feliz coincidencia había sido su tío.
En los primeros días de de Agosto, luego del paso del Ejército de Canterac,
encaminábase hacia los llanos del Bombón, guerrilleros armados en confuso
tropel, con banderolas al viento. Eran los patriotas de la Capital de la
Intendncia que iban a unirse a las fuerzas de Miller; que reconocían los llanos
de Junín. A su paso por Acobamba repicaron las campanas, estallaron
disparos, las mujeres rezaban y victoriaban. Pronto la multitud pululante
perdióse hacia Palcamayo poblando las cumbres de gritos y algaradas.
Al anochecer del día 6 de Agosto, "Cuando el orto crepuscular teñia las
cosas, irrumpió por las hondonadas, elevóse hasta las crestas andinas,
enhebrado galopar de hombres y bestias, eran los guerreros 'realistas,
perseguidos por las falanges irregulares peruanas, dejaban cadáveres,
fusiles, aéreos, en su pavoroso huir hacia el sur. Las cañadas
mismas conmoviese al insólito trepita... "Mientras los pobladores de la ruta,
campesinos, ancianos, mujeres y niños se ocultan en las quebradas, en las
cumbres de los cerros, llevando consigo algunos rebaños hasta que volviese
la tranquilidad rota por los vencidos en Junín.
10
Días después, pasaría triunfante el Ejército patriota bajo el mando del
Libertador don Simón Bolívar, con destino a la villa de Tarma.
Se necesitaron varios días y semanas, para que se hicieran olvidar la visión
desusada de la población agrícola y pacífica de estos lugares.
Más una noche, en el paraje de Muruhuay donde pastaba el rebajo de la
Parroquia, se le presentó peligro al mayoral por la presencia de gran cantidad
de zorros, viéndose obligado a rondar la moya lejana con los mastines de la
iglesia.
Era tan clara la luna, tan grato el caminar^ dice el pastor, testigo principal
que lluegé a las breñas sin cansancio ni pena y arrojando mi bastón me senté
sobre los peñones, la luna emergió de los cerros del campo santo,
alumbrando las lomas y al abrillantar la roca, cerca ante mi asombro, la vi
faz de Cristo en el suplicio, promisora vivida. Froté mis párpados, atenacé
mis carnes para convencerme de mi existencia y tomé a mirar, con los
músculos en tensión, el corazón anhelante: el rostro del Redentor
resplandecía cual figura humana".
"La duda era imposible, fascinado, caí de hinojos y mis labios pecadores
musitaron los pobre rezos aprendidos en el cortijo".
Bajó luego al pueblo y comunicó al Párroco la misteriosa aparición. El
religioso rióse al oiríe; al estrépito de sus carcajadas, se abrió la puerta de la
sacristía dando paso a su sobrino, el teniente de granaderos del rey, quien
avanzando exclamó: No te rías, tío, es
verdad lo aseverado por tu mayoral.
El destrozado uniforme del oficial español, su brazo en cabestrillo y su
aparición brusca hizoexclamaral cura:
- "Te has entregado; este Mayoral te denunciará inmediatamente. Los
montoneros de Bermúdez y Otero te apresarán.
- "Poco importa, nada temo - contestó-; salvado de la masacre por la
imagen del Crucificado enviando por mi madre y conservada junto a mi
corazón; grabé con la punta de mi espada, en la piedra bruna, el semblante
de Jesucristo".
Y en frases emaciadas contó al sacerdote el desastre español, lo ocurrido
de como junto a las peñas de Muruhuay, cerca del camino de Huasahuasi,
había escapado de la furia patriota, oculto en una acequia. Mostró luego al
Párroco la efigie burilada por él. Ya frente a la imagen, los tres personajes,
el religioso, el militar y el jefe de los pastores, rezaron y dieron gracias al
todopoderoso.
Poco después, par evitar su captura en manos patriotas que se encontraban
cerca, el teniente se dirigió a maco por la ruta de tapo, donde los señores De
la Canal dueños de la hacienda le proporcionaron facilidades para que se
volviera a unir a las tropas de Canterac. (realistas)
El párroco, temiendo que el mayoral divulgará este suceso y se le acusará
de contrario a la causa nacional le ordenó cubrir la imagen esculpida con
gruesa capa de arcilla. Más transcurridos apenas siete días otro pastorcillo
11
lo volvió a descubrir y la noticia del hallazgo se difundió por todo el valle
deTarma. Patinadas por la humedad las huellas del acero habíanse
convertido en suaves líneas de color indefinible.
Asombrada la gente, comenzó a ¡r y venir, diremos mejora subiry bajar, de
manera interminable, abriendo un sendero.
La multitud creyente sin escuchar las protestas y reservas del presbítero
rindió culto al misterioso hallazgo, extremando su devoción y defendiéndolo
de la interperie con una rústica ramada o choza a manera de ermita.
Pronto el Cristo de Muruhuay "curo heridas, sanó enfermos, reconstituyó
inválidos y paralíticos, derramó bendiciones y su fama milagrosa se extendió
por mesetas y valles, punas y montes, como cunde el sol con sus rayos por
todo nuestro planeta.
Segunda versión.-
Según don Fortunato Cárdenas, quien en el libro "Tarma - Acobamba -
Muruhuay" sostiene lo siguiente: "El primitivo caserío de Acobamba estuvo
situado en la falda del cerro que mira la ruta a Palca, hondonado por medio del
otro macizo llamado Shalacoto, cuyo frente da al camino que desciende de
Tarma... Fue en uno de esos sectores del citado cerro en que apareció una cruz
sobre el plano inclinado de una pizarra". Don Fortunato Cárdenas; también
puntualiza que en el año de 1750 "Cuando el antiguo caserío se encontraba en
las faldas del cerro, apareció entre los indígenas el terrible flagelo de la viruela,
enfermedad infecto contagiosa que aún no había sido estudiada-debidamente.
En tal emergencia las autoridades españolas señalaron esas laderas del
Shalacoto, como medida sanitaria,
para defenderse contra la infección de los pobladores del caserío. Sucedió
entonces que los vecinos acaudalados o pudientes iniciaron el éxodo hacia el
llano en que ahora se levanta la Villa Acobamba, y, llevaron al nuevo pueblo sus
capitales, trasladando todo aquello susceptible de llevarse".
En consecuencia en el antiguo caserío sólo quedaron los pobres y en la
quebrada tranca y en las faldas del Shalacoto los enfermos miserables.
La situación apremiante de los pobladores vino a completarse con el desborde
de la laguna "Quiulla-Cocna" que se encuentra en las alturas del Shalacoto. Al
romperse los diques, el agua destruyó el caserío arrasándolo todo.
Cárdenas en su escrito continúa afirmando lo siguiente: Cuarenta y cinco años
después, por los años de 1 795 recrudece la viruela y los pocos moradores de
Acobamba abandonan el poblado, y en aquellos parajes se alternan gritos de los
agonizantes y los angustiados clamores de los sobrevivientes de tamaña
tragedia.
12
"Ni el más refinado infierno dantesco habría alcanzado el horror de las escenas
que a diario se sucedían en aquellos parajes de honda desolación. Grupos de
hombres,
mujeres y niños harapientos recorrían las laderas de aquellos sectores. La fiebre,
con su séquito de transtornos fisiológicos y de sed, enloquecía a aquellos
desventurados, llenos de pústulas asquerosas en que las moscas inoculaban
virus y pestilencias, aquellos infelices seres apuraron hasta las heces todos los
infortunios y todas las miserias y dolores".
"Mas, cuando se sintieron abandonados de todos sus semejantes, volvieron sus
ojos a Dios, y El que todo lo ve y todo lo sabe se hizo presente entre ellos, y por
su mandato, surgió al pie del cerro Shalacoto un manantial de agua fresca y
cristal ina".
Después... una tarde de los primeros días del mes de Mayo, uno de los
picapredreros que había sido confinado por vía de castigo, al arrancar una laja,
cual si fuera una esquirla de un cuerpo descuartizado, apareció la cruz, orlada
por filtraciones de humedad, que al cruzar alguna zona ferruginosa, Parecia
verter sangre.
"Fuertemente impresionado, el hombre dio grandes voces llamando a sus
compañeros de infortunio, y todos cayeron de rodillas, profundamente
emocionados. Es así que, de acuerdo a esta leyenda aparece. La imagen del
Señorde Muruhuay.
Tercera Versión
Doña Justa Segura Vda. de Santivañez, dama de Acobamba, por los años 1975
prestó declaraciones sobre una de las leyendas del Señor de Muruhuay, y al
respecto dijo: "Mis abuelos me contaron que un día, cuando se encontraban
trabajando en las chacras, vieron al pie de una peña cuatro Velas encendidas;
no dándole importancia, por la distancia, y la oscuridad, pero, como el fenómeno
se sucedía,-optaron por averiguar de qué se trataba, y sólo encontraron, cuatro
huesos. Con mayor razón, le volvieron a restar importancia a ese hecho, pero
al otro día, al regreso de la chacra, vieron nuevamente las cuatro velas
encendidas y cuando se acercaron a la peña notaron en ella la imagen del Señor.
Ellos quisieron sacar la imagen y no pudieron ya que la roca se partió en cuatro
partes. Recién allí mis abuelos pensaron: "De seguro no quiere salir de ese
lugar". Fue así como le colocaron una ramadita y empezaron a adorarlo. Mi
abuelo Justo Suárez fue el primero que le hizo una Capilla". Así culmina su
narración doña Justa Segura Vda. de Santivañez, conocida ampliadamente en
Acobamba como "Mama Justa".
Por los años de 1818, el pueblo de Acobamba sufrió una epidemia de viruela,
muchos vecinos murieron a causa de esta enfermedad. Como el mal era
contagioso, el Gobernador del lugar, a la vez, representante de los españoles,
ordenó que todos los enfermos fueran aislados a la quebrada de los cerros
Tranca Vuchizcancha. Sucedió que un día, los enfermos que se lababan con el
13
agua que brotaba de uno de los cerros (y que sigue brotando hasta la actualidad)
comenzaron a aliviarse salvándose de una muerte segura, las heridas que eran
lavadas con esa agua, eran curadas en dos o tres días. Este hecho fue atribuido
a un milagro de Dios y el agua de dicho manantial fue llamada Agua Bendita de
Shala Loma.
Las historia continúa, pues al día siguiente; uno de los vecinos de Juan de Dios
Ramírez Lara, se acercó a la imagen para prender una vela, cuando de pronto
sintió un ruido estremecedor y del lugar donde se encontraba la efigie, salió un
señor montado sobre un caballo blanco portando una cruz en la mano derecha,
a la luz de la luna resplandecía como un lucero; dio una vuelta formando un
círculo, volvió hacia la roca y luego desapareció. Con la mirada atónita el
campesino corrió hacia sus compañeros para contar lo sucedido, pero tan luego
terminó de contar lo acontecido, cayó muerto.
Existen dos versiones con cierta similitud, entre las leyendas que existen sobre
la aparición de la imagen del Señor de Muruhuay.
"La Historia cuenta, que varios obreros al extraer las piedras a golpe de barreta,
se dieron con la sorpresa de descubrir la imagen del Señor Jesucristo en el
bloque de la roca partida. La emoción y la admiración de gente humilde, buena
y generosa fue grande, exclamando ¡Milagro! ¡Milagro! desde ese momento el
lugares sagrado y uno de sus devotos, el entonces gobernador de Acobamba,
mandó levantar una campillita a fin de que el Señor fuera objeto de veneración y
culto".
Otras pesonas relatan que "uno de los pobladores de Muruhuay dedicado a
extraer material de una cantera, encontró grabada en la roca la sangrante
imagen del Cristo Crucificado. El descubrimiento se difundió i en toda lacomarcay
la población en general, se constituyó a Muruhuay a fin de presenciar" el milagro,
constatándose los rasgos de sangre que destacaba nítidamente sobre la roca".
Como comprendrerán son varias las leyendas que se han difundido en torno a la
imagen del Señor de Muruhuay.
14
CAPITULO V
1. LA PRIMERA CAPILLA
Doña Justa Segura de Santivañez cuenta: "Mis abuelos me contaron que
un día cuando se encontraban trabajando en las chacras, vieron al pie de
una peña cuatro velas encendidas, se acercaron a averiguar de que se
trataba y vieron la imagen pero no pudieron sacarla ya que la roca se
partió en cuatro partes, y un sudor frió les dio a los dos y el temor a lo
divino les hizo caer de rodillas. Recien mis abuelos pensaron: de seguro
que el Señor quiere quedarse en este lugar. Fue entonces que le hicieron
una ramadita y empezaron a adorarle. Mi abuelo Justo Suarez fue el
primero que le hizo una capilla.
2. SEGUNDA CAPILLA
Como la devoción crecía año a año extendiéndose por todos los lugares
de Tarma y demás pueblos que venían en grupo, en caravanas de
asémilas y caballos a pie, era tan grande el grupo de personas que el
cabildo -según afirmaciones- se vió obligado en construir la segunda
capilla. Otros sostienen que fue el gobernador Don José Vásquez quién
mando levantarla en el añode 1827.
3. TERCERA CAPILLA
La fama milagrosa del Señor de Muruhuay había recorrido toda la región
llegando peregrinos desde lejanos pueblos. Este hecho obligó a ampliar
la capillita por el año 1832, tres años después se concluía la nueva
construcción bajo la protección de don Justo Avellaneda. El 3 de Mayo de
1835, se inauguró, celebrándose la primera misa. Desde entonces se
establecieron las fiestas solemnes dedicadas al Señor de Muruhuay en el
mes de mayo, de todos los años.
15
En este año se colocó la primera piedra del nuevo edificio apadrinado por
Crisálida Orjeda de Legonía; juntó a esta piedra de depósito el acta de
esta ceremonia suscrito por los padrinos, por el Padre Vicario Baltazar
Canellas, por el Párroco de Acobamba, Juan Cirer, por las autoridades y
devotos.
En el año de 1928, según refiere Monseñor Francico Rubén Berroa,
obispo de Huánuco, se inauguró esta obra. El Padre Pedro Ischler precisa
el día 1o de Mayo de 1928. Don Fortunato Cárdenas sostiene que fue el
3 de Setiembre de 1927 el día de la bendición de este templo.
En la construcción de este nuevo templo cooperaron con gran entusiasmo
todos los fieles de la región. Y no solamente levantron este santuario, sino
también, trabajaron un camino que permitía llegar al lugar en automóvil.
El acabado de este templo se realizó años después y fue construido de
adobes con muros de gran espesor y el techo de calaminas,
destacándose el altar artísticamente construido frente a la imagen del
Señor.
Desde entonces las fiesta del Señor de Muruhuay se celebraron con
mayor pompa y gran fervor, atrayendo más devotos. Cuando todavía eran
escasos los vehículos la peregrinación hasta el santuario desde Tarma,
se hacia a pie o en acémiles y el camino en los días,-de Mayo ofrecía un
pintoresco espectáculo. Refiriéndose a esta época, Fortunato Cárdenas
decía. "Devotos de toda condición social predominando el elemento
popular.
16
religión católica en toda la región, habiéndo logrado reconstruir algunas
pequeñas posiciones que se habían perdido.
17
públicas en las cuales se agradecía al Señor de Muruhuay por favores y
gracias recibidas quedaron destruidas por efecto del fuego.
Entre las placas destruidas se encontraron entre otras.:
Las de las siguientes instituciones: Banco de la nación, Banco de crédito,
Banco popular, Policía Nacional de Investigaciones, Guardia Civil del
Perú, de la Hermandad del Señorde los Milagros, Docentes del Colegio
Nacional San Ramón, etc.
En necesario agregar asi mismo que la mayoría de los tapices con dibujos
alusivos a la Pasión del Señor, quedaron destruidos.
Hoy en el interior del Sagrado Templo, podemos apreciar nuevos tapices
con motivos religiosos y no está permitido encender velas; las personas
que deseen mostrar su agradecimiento y prender velas, estas (las velas)
deben ser encendecidas en un lugar especialmente preparado en el
exterior del santuario.
18
ANEXOS
19
20