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EL HUARANGO MILENARIO

En el pueblo de Santa Cruz, en direccion oeste; hay una trocha carrozable que conduce
hacia uno de los arboles mas antiguos de sudamerica, es el El Huarango Milenario de
Palpa.

El huarango es un tipo de acacia silvestre, similar al algarrobo, que tiene la capacidad de


sobrevivir en los desiertos, debido a sus raíces pivotantes y aéreas.

Este árbol en particular ha sido estudiado por la Universidad Nacional Mayor de San
Marcos, por el Instituto de Medicina Tradicional (INMETRA), y por la Universidad
Nacional Agraria de La Molina.

Mediante el conteo de los anillos concéntricos de su tallo y raíces, en 1998 el


INMETRA determinó que este coloso vegetal de formas caprichosas tenia vividos 1,064
años y ha sido declarado como simbolo viviente de la medicina tradicional peruana.

Del Huarango Milenario parte una camino hacia el sur este, este camino conduce hacia
la Ciudad Perdida de Huayuri, uno de los mas importantes atractivos turisticos de la
Provincia de Palpa.
PUENTE COLGANTE DE PALPA
El puente colgante que apreciamos se encuentra a 1.40 Km del Sitio LosMolinos y a 2.40
Km del Geoglifo El Tumi. A 600 mts cruzando este puentese encuentra el Sitio La
Muña.Inicialmente el puente habria sido construido por el Inca Pachacútec paraunir los
Valles de Rio Grande y Santa Cruz, en epocas de avenidas de aguap o r e l R i o G r a n d e , q u e
e n e s a s t e m p o r a d a s s e m u e s t r a s i e m p r e m u y caudaloso.
RUINAS
EL MANANTIAL LA MAQUINA

El Fundo Santo Domingo de La Maquina, se encuentra a 900mts. del kilómetro 399 de


la panamericana sur, en la Provincia y Distrito de Palpa, dentro del mismo se encuentra
un Manantial, producto de una falla geológica de la era terciaria, de aproximadamente
unos 15 Km. de longitud, cortando los cerros del valle de Palpa al valle de Río Grande,
la misma esta compuesta por piedra caliza. En temporada de mayor abundancia llega a
aflorar unas 4 pulgadas continuas las que alcanzan para irrigar las 30 has. con que
cuenta el Fundo, las aguas permanentemente se están renovando y discurren por un
canal de salida hacia la parte baja donde hay una poza de almacenamiento.

La coloración verde del agua es producto de líquenes que hacen fotosíntesis, los mismos
sirven de alimento a las tilapias que se encuentran en este hábitat, y una cadena de
especies menores; entre los meses de mayo a octubre también es posible encontrar aves
migratorias, como La Polla de Agua, El Martín Pescador, La Garza Huaco y La Grulla
Moteada. Para culminar con el aspecto natural, la infraestructura esta utilizada en sus
alrededores con materiales productos de la zona y compatibles con la ecología del lugar.

En el aspecto histórico, el Fundo Santo Domingo de la Maquina, ha pertenecido a la


Familia Tijero durante cuatro generaciones, siendo la familia Tijero Gugliermino, sus
actuales propietarios y conductores.

El Manantial, ha sido lugar de culto durante la época de la cultura Nasca ya que en sus
alrededores se han encontrado las Conchas Spondylus, utilizadas mayormente en
rituales y ceremoniales de culto al Agua, y posiblemente de purificación y transición por
las tumbas en los cerros aledaños, del periodo Nasca Intermedio, además hay
confluencia de algunos geoglifos y trapecios.

El Manantial también encierra vestigios de la época Colonial, ya que cuenta con una
pared de calicanto, con un fechado de 250 a mas años de antigüedad. Según relatos el
almacenamiento de sus aguas, y posterior desembalse cubrían extensa área, incluso
llegando las mismas hasta el distrito de Llipata.

Últimos estudios, sobre todo personas relacionas con el esoterismo, le atribuyen poderes
místicos ya que el Manantial esta ubicado en el centro de una triangulación conformada
por el Apu Pinchango, Cerro Sta. Ana de Llipata y Cerro Negro en Río Grande, es
frecuentemente visitada por místicos, conocidos astrólogos, que confirman sus atributos
de buenas vibraciones y energía positiva.
GEOGLIFOS DE SAN IGNACIO

Los primeros geoglifos los descubrió Julio C. Tello junto con Alfred Kroeber y Toribio
Mejía en 1926, cerca del poblado de Cantalloq. Ellos no les dieron mayor importancia.
Solo figura un furtivo artículo escrito por Toribio Mejía en 1942.

El primer hallazgo científico de los geoglifos fue en 1941, con los trabajos de Paul
Kosok en las Pampas de San Ignacio y Llipata en Palpa. Luego lo siguieron María
Reiche y Hans Horkheimer. Kosok hizo el primer recorrido a pie por las mesetas y
quebradas al sur de Llipata y fue allí donde descubrió la primera figura que marcó la
puesta del Sol, el 22 de junio de 1941, día del solsticio de invierno. El suceso fue el
inicio para que se planteara la hipótesis de la función astronómica de los geoglifos. Pero
con las nuevas investigaciones, la idea se desvaneció.

La matemática María Reiche viajó por primera vez a Nasca y encontró otras líneas
marcando la puesta del sol el 21 de diciembre de 1941, día del solsticio de verano.Hans
Horkheimer recorrió las Pampas de San Ignacio y Llipata en 1946 y encontró la misma
combinación de líneas, figuras y trapecios reportada por Kosok y publicó los primeros
croquis y fotos en 1947. Además registró varios geoglifos en otras regiones de la cuenca
del Río Grande de Palpa y Nasca.

En los años posteriores María Reiche realizó muchos recorridos a pie por las mismas
pampas, después de haber estudiado detalladamente las fotos aéreas del Servicio
Aerofotográfico Nacional (SAN). Aunque no hay ningún informe científico sobre estos
trabajos, en los primeros artículos de Reiche se menciona varios geoglifos importantes y
uno muy grande que encontró en la meseta de San Ignacio. Fue el más largo que
conoció. También hizo referencia a varias figuras antropomorfas que vio en las laderas
de las mesetas y sobre la figura de un pelícano, la más grande de la Pampa de San
Ignacio.

Sin embargo, a pesar de que las primeras líneas que encontró fueron en Palpa, nunca
publicó un mapa de los figuras de las Pampas de San Ignacio y Llipata, como los que
elaboró para la Pampa de Nasca. La única referencia en esos planos, son algunos de los
geoglifos más grandes, señalados en un mapa sinóptico de toda la cuenca.

Las fotos del SAN y otras tomas aéreas de algunos dibujos importantes de las Pampas
de San Ignacio y Llipata se publicaron a comienzos del 2000 junto con otras imágenes
inéditas en la región. Pero para el arqueólogo peruano Johny Isla, la gran parte del
material tiene una ubicación equivocada, originada en la falta de un mapeo sistemático
de los geoglifos. En cambio, él sí utilizó, junto con su colega alemán Markus Reindel, la
moderna tecnología fotogramétrica, que les ha permitido crear un viaje virtual de
sobrevuelo por todas las Líneas de Palpa.

La fotogrametría aplicada por el Proyecto Arqueológico Palpa abarca la Cresta de


Sacramento, el Cerro Carapo, las Pampas de San Ignacio y Llipata. Es la primera base
de datos que ha registrado científicamente, una por una, esas líneas que han llamado la
atención de curiosidad del mundo
La Cruz Negra
Se relata así:
"Corría el año 1864 cuando comenzaba la historia de la Cruz Negra, levantada a más o
menos veinte kilómetros de la ciudad de Tunuyán sobre la ruta 40.

Don Eugenio Bustos, propietario de campos en las hoy localidades de Eugenio Bustos y
La Consulta, entre sus peones, tenía contratado a un hombre llamado Raymundo
Palleres. Era hombre hábil en el manejo de caballos, pero ante todo era la persona de
confianza por su lealtad y honradez.
En ese año, Eugenio Bustos le encomendó pasar a Chile para cobrar dineros que en ese
país le adeudaban. Ya en posesión de los valores, emprendió el regreso, en la misma
forma que había viajado de ida. Él en su mula y dos más, acollaradas de tiro.

En determinado momento presintió una emboscada, quizás porque oyó los cascos de
otros caballos. Había tomado la precaución de colocar el dinero sobre las mulas de tiro.
Las soltó y posiblemente les dio el latigazo de gracia, que los animales comprenden
como su libertad.
Unos cuatreros chilenos, quienes lo esperaban a la vuelta de un recodo, que aún hoy
hace al camino, le dieron muerte sin piedad, mientras las mulas volvieron a las casas de
Eugenio Bustos. Como Palleres no volvía, comenzó el rastreo del camino sospechando
una desgracia y lo encontraron sin vida en ese recodo, víctima de su deber. Allí mismo,
a la vera del camino, sobre un montículo cavaron una tumba y lo enterraron. Manos
cristianas hicieron una cruz y la pintaron de negro, seguramente para protegerla de las
inclemencias de la naturaleza y la clavaron sobre la tumba de Palleres como esperanza
de la resurrección.

Al lugar asisten creyentes, turistas y curiosos (como en mi caso) de todos lados que
hacen promesas, agradecen, piden y dejan cartas con sus peticiones, ofrendas o
recordatorios de sus muertos que van desde mochilas, rosarios de madera, yesos,
andadores, remeras, flores, matrículas de autos, ruedas de bicicleta y demás objetos.
Agradezco la colaboración de Patricia Carden, Nora Garritano, Paula Calzetta y Diego
Varela por la información aportada.

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