Un nuevo informe trajo a debate los casos de niñas explotadas sexualmente que luego terminan detenidas y siendo castigadas por delitos menores. Es decir, en los que la víctima es quien termina encarcelada.
En 2015, investigadores denunciaron un ciclo poco discutido en el que las niñas victimizadas, especialmente las de color, son castigadas injustamente.
Esto incluye a las niñas que huyen de hogares abusivos, arrestadas por absentismo escolar; las vendidas por traficantes, o quienes terminan envueltas en redes de prostitución.
Ocho años después, a pesar de la atención a la investigación, del movimiento #MeToo o del reconocimiento nacional sobre el racismo sistemático, los investigadores reportan que las niñas abusadas todavía enfrentan una crisis.
Un informe publicado este lunes detalla las leyes deficientes, las políticas y la falta de reformas que mantienen un círculo vicioso en las cárceles.
El estudio titulado “Sobrevivientes criminalizados: el abuso de hoy en la prisión para niñas”, se centra en los cargos específicos a los que se enfrentan las menores, quienes se consideran más propensas que los niños a ser arrestadas por delitos menores.
“¿Qué mensajes estamos enviando cuando es el sobreviviente de abuso sexual es quien termina quedando encerrado?”, expresó Rebecca Epstein, coautora del informe y directora ejecutiva del Centro de Oportunidades y Justicia de Género de la Facultad de Derecho de Georgetown.
Niñas explotadas sexualmente también enfrentan abuso penitenciario
El número de niñas arrestadas por cargos de prostitución o “vicio comercializado” ha disminuido considerablemente desde el informe anterior.
Los datos de arresto más recientes, de 2020, muestran al menos 110 menores acusados de ese delito.
Pero los autores del informe expusieron que creen que la estadística es muy inexacta, en parte debido a las mismas reformas por las que abogaron.
En los estados donde los legisladores prohibieron con éxito el arresto de menores por prostitución, la policía y los fiscales suelen detener a los adolescentes de todos modos.
Pero en lugar de cargos de prostitución, sus documentos presentan otros como por ejemplo merodeo, posesión de drogas o alteración del orden público.
“Las condiciones regulares de confinamiento son traumáticas para cualquier niño. Para las víctimas de abuso sexual cosas como cacheos al desnudo, el uso del aislamiento o confinamiento solitario; básicamente que se les diga cuándo y dónde ir en todo momento y el uso de restricciones pueden ser exponencialmente dañino”, agregó la coautora Yasmin Vafa, directora ejecutiva de Rights4Girls.
Víctimas de abuso sexual
Los delitos menores están lejos de ser los únicos cargos que enfrentan las víctimas de abuso, concluyó el informe.
Adicionalmente, las víctimas del tráfico sexual infantil están siendo acusadas de reclutar a otras niñas, lo que lleva a largas sentencias de prisión y quedan registradas como delincuentes sexuales.
En algunos casos, las víctimas de abuso sexual que intentan escapar del trauma terminan enfrentándose a una cadena perpetua.
“Esta práctica, que responsabiliza a los niños víctimas como traficantes, no reconoce las circunstancias más amplias: es decir, la violencia, la coerción, las amenazas, la manipulación y otras formas de control que los traficantes utilizan para obligar a sus víctimas a explotar a otros niños”, escribieron las autoras.
