¡Pleno empleo en Ica!

El pleno empleo en Ica es una muestra de que en Perú sí se puede hacer las cosas bien. Los trabajadores de la región del sur son los mejores remunerados del país, y sus sueldos están entre tres o cuatro veces por encima de la Remuneración Mínima Vital (RMV) establecida por el Estado. En Ica es totalmente imposible contratar por menos, y los trabajadores están ocupados formalmente todo el año. En distintas empresas, los trabajadores están cosechando, sembrando o haciendo labores de mantenimiento agrícola con todos los beneficios laborales normados por la ley, tales como vacaciones, CTS y seguro médico. ¡En Ica la desocupación tiende a cero!

La Ley de Promoción Agraria (Ley Nº 27360) ha logrado este milagro. La flexibilización del empleo ha permitido que los trabajadores sean los dueños de sus destinos laborales, eligiendo libremente cuándo, en dónde y por cuánto trabajar. La denominada “estacionalidad” de los empleos —en base a los cultivos— permite que los trabajadores estén ocupados, por temporadas, en distintas empresas. Hoy, más del 25% de la población económicamente activa (PEA) —entre ellos miles de huancavelicanos que han decidió mudarse a Ica— están dedicados íntegramente a actividades relacionadas con el agro.

La mayor demanda laboral formal de Ica depende de las actividades agrarias. Este es el gran secreto que hace de la región del sur el modelo perfecto para ser replicado en todas las regiones del país y en todas las industrias cuya producción está determinada, por ejemplo, por las temporadas festivas (Navidad, Fiestas Patrias, Día de la Madre, torneos deportivos) y por las temporadas de cosecha, siembra o exportación.

Por la intensa actividad agroindustrial, Ica ha logrado reducir enormemente la pobreza gracias a la Ley de Promoción Agraria, que promueve la liberalización del empleo. Según el Instituto Nacional de Estadística e Informática (INEI), en 2007 la pobreza de la población de Ica estaba entre el 23.5% y 27.2%. En el último reporte de 2017, esos márgenes de pobreza han sido reducidos notablemente: entre 2.1% y 4.8%. Asimismo, en Ica un 98% de la población tiene corriente eléctrica y un 94% cuenta con agua potable.

Antes de la Ley Nº 27360 y de la liberalización del empleo, Ica era un desierto inmenso inaprovechable. Hoy, miles de hectáreas agrícolas son irrigadas con sistemas tecnificados de alta productividad. En unos años más, por una iniciativa privada cofinanciada con el Estado (por US$ 400 millones), miles de hectáreas desérticas serán integradas a las actividades agroexportadoras. La explicación de estas ambiciosas metas es el “Sistema de afianzamiento hídrico en los valles de Ica, Pisco y áreas irrigables de las provincias de Huaytará y Castrovirreyna, en Huancavelica”, proyecto suscrito por el ex gobernador de Huancavelica, Glodoaldo Álvarez, y el ex gobernador de Ica, Fernando Cillóniz.

Según la Asociación de Gremios Agricultores del Perú (AGAP), las exportaciones agrarias de Ica representan más de 38% de la producción nacional. Uvas, espárragos, paltas frescas, granadas y mandarinas son una parte de los productos que Ica oferta a destinos internacionales como Estados Unidos, Países Bajos, España, Hong Kong, Reino Unido.

El milagro de Ica es una realidad incontrastable: primeros lugares en educación, salud, ingresos laborales, infraestructura productiva y empleo. No obstante, queda mucho por mejorar. El pleno empleo, basado en la liberalización laboral —concebida en la Ley de Promoción Agraria— debería ser la meta del Bicentenario. ¡Qué esperamos! ¡Manos a la obra!