Giovanni Paredes Ruiz: “Haré lo que mi padre no hizo”

Giovanni Paredes Ruiz sabe que es un empresario mediático. El asesinato de su madre, Nora Ruiz de Paredes, y hermana, Melissa Paredes Ruiz, en 1998, fue el primero de varios episodios por los que tuvo que ponerse frente a las cámaras. Las posteriores batallas judiciales contra sus medios hermanos y la red de Rodolfo Orellana lo mantuvieron en escena. Pero detrás de todo ello hay un padre que busca cambiar su historia familiar.

Cuestiona el tiempo en que la justicia tarda en llegar en el Perú, ¿qué espera ante los procesos judiciales que aún tiene pendientes?

La institucionalidad en el país existe, pero es muy débil. Es muy fácil que se quiebre con sobornos. La mafia lo ha hecho fácilmente. Los funcionarios públicos no han hecho más que ignorarnos. Las pruebas siempre han estado ahí. El estado es cómplice. Hay espíritu de cuerpo, blindaje, rabo de paja. La jueza corrupta que me metió preso y me quitó mis cosas, María Jesús Carrasco Matuda, se ha atrevido a querellarme por difamación. Es una jueza delincuente que debe estar presa. Si bien es cierto que llegué a recuperar el camal de Yerbateros, aún el Estado y el Poder Judicial no se atreven a indemnizarme.

¿Planea iniciar otra acción legal para que lo indemnicen?

Tengo que hacerlo ante la Corte Interamericana de Derechos Humanos. Acá, en el Perú, ninguna autoridad es capaz de iniciar resarcimiento a ese daño irreparable.

¿Cuándo entablaría su demanda?

No creo que pase de mitad de año. Tengo un borrador.

¿Cómo va su proceso judicial para recuperar la Plaza de Toros de La Victoria?

No puedo recuperarla porque Vicente Díaz Arce coimea, rompe mano. No puedo luchar contra la corrupción. Tengo medidas judiciales a favor desde 2012, pero no quieren ejecutarlas. El gran beneficiado ha sido Díaz Arce, empresario de Gamarra que está despojando las galerías que alguna vez construyó y vendió con las mismas mañas que Rodolfo Orellana, es decir, laudos arbitrales, falsificación de firmas, falsificación de documentos. Para eso utilizó al exjefe de la división de criminalística de pericias grafotécnicas, José Reyes Matos. Ahora Díaz Arce se hace pasar por pastor evangélico.

¿Cuándo surgió el conflicto con Blanca Paredes?

Se ha quedado con odios porque mi padre no le dio atención, amor y no convivió con ella. Eso ha hecho que sus principios y valores sean nulos. Durante años, Blanca tuvo la obsesión de ser heredera mayoritaria. Me fabrica dos laudos arbitrales, uno fue por el camal y otro por la plaza, utilizando a César Javier Vega Vega y a Alonso Gonzales Campos, de la red de Orellana. Orellana busca perjudicarme a pedido de Blanca.

¿Le interesa participar en política?

Me han convocado algunos grupos, pero he declinado. Mi prioridad es recuperar mi privacidad, mi tranquilidad, dedicarme a mi vida empresarial y familiar. No hay motivación para entrar al Congreso.

¿Por qué dice que quiere recuperar su tranquilidad?

Porque han hecho lo que han querido con mis derechos. No se ha respetado mi derecho de propiedad, libertad y debido proceso. Me he enfrentado con una mafia. Soy un empresario mediático, pero también un ciudadano común y corriente.

¿Es difícil hablar de conflictos familiares ante la prensa?

No hay ningún conflicto, hay un escándalo porque son diez hermanos. A cada uno le tocó el 5% del camal de Yerbateros y la Plaza de Toros, pero algunos no aceptaron esa realidad.

¿Qué rescata de su paso por la prisión?

Te das cuenta quiénes son tus amigos. Es un momento de reflexión, desesperación, indignación, frustración. Es frustrante porque no sabes qué está pasando. Uno cree en el Estado de Derecho, la democracia, la institucionalidad, pero se ve cómo la criminalidad quiebra todo eso.

¿Qué le inculcaría a sus hijos para que de adultos no pasen por lo mismo que usted con sus medios hermanos?

Mi padre y yo somos personas distintas. He podido gozar de la convivencia con mis padres. Haría lo que mi padre no hizo. Les voy a dedicar tiempo y darles mucho amor para que sean mejor que yo.

MAFIA NO ESTÁ DESARTICULADA

Para Giovanni Paredes Ruiz, la red de Rodolfo Orellana es más grande de lo que se cree. “Vicente Zevallos, presidente de la comisión Orellana del Congreso, ha dicho que deben estar presas 120 personas. Le enmienda la plana al sistema de justicia. Creo que deberían estar presas 300 personas, pues por cada despojo de una propiedad se utilizaba a distintos testaferros”, afirmó.