Cóndor Andino/Andean Condor/Vultur gryphus

Nombre en español: Cóndor Andino

Nombre en ingles: Andean Condor

Nombre cientifico: Vultur gryphus

Familia:Cathartidae

Ave emblemática: Colombia

Canto: Guillermo Egli
Vultur gryphus
Foto:  Rodrigo Bueno

El cóndor andino, cóndor de los Andes o simplemente cóndor (Vultur gryphus) es una especie de ave de la familia Cathartidae que habita en Sudamérica. El orden al que pertenece su familia se encuentra en disputa. Se extiende por la cordillera de los Andes, cordilleras próximas a ella y las costas adyacentes de los océanosPacífico y Atlántico. Es el ave no marina de mayor envergadura del planeta. No posee subespecies. Su nombre procede del quechua cùntur.

Es un ave grande y negra, con plumas blancas alrededor del cuello y en partes de las alas. La cabeza carece de plumas y es de color rojo, pudiendo cambiar de tonalidad de acuerdo al estado emocional del ave. A diferencia de la mayor parte de las aves de presa, el macho es mayor que la hembra.

Es un ave carroñera. Alcanza la madurez sexual a los 5 o 6 años de edad y anida entre los 1000 y 5000 msnm, generalmente en formaciones rocosas inaccesibles. Posee una tasa de reproducción muy baja , se espera que al menos ponga un huevo cada dos años. Es una de las aves más longevas, pudiendo alcanzar la edad de 75 años en cautiverio.

Vultur gryphus
Foto: Mauricio Ossa

Es un símbolo nacional de Bolivia, Perú, Chile, Colombia, Ecuador y tiene un importante rol en el folclore y lamitología de las regiones andinas de Sudamérica. El cóndor andino fue declarado monumento natural de Chilemediante decreto el 30 de junio de 2006.

La Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza la cataloga como una especie casi amenazada, ya que sufre la pérdida de su hábitat y el envenenamiento por la ingesta de animales intoxicados o de los propios cebos envenenados colocados ilegalmente por cazadores y ganaderos. Varios países iniciaron programas de reproducción en cautividad.

Es considerada como Patrimonio Cultural y natural de Sudamérica.

Taxonomía

El cóndor andino fue descrito en 1758 por Carlos Linneo en la décima edición de Systema naturæ, y conserva la nomenclatura binominal original de Vultur gryphus. El término genérico Vultur proviene del latín vultur ovoltur, que significa ‘buitre’, en tanto, gryphus deriva de la palabra del griego antiguo γρυπός (grupós, ‘pico con forma de gancho’). Es una especie emparentada con el cóndor de California y con el cóndor de la selva o cóndor real. Este último es, genéticamente, su pariente más cercano; incluso algunos autores han colocado ambas especies en una subfamilia separada de los demás buitres americanos, aunque la mayoría de ellos no considera necesaria esta subdivisión.

Descripción

El cóndor andino es reconocido como una de las aves voladoras más grandes del planeta, llegando en ocasiones a ser superado en envergadura solamente por el albatros viajero y el real , si bien el cóndor es más alto, más robusto y más pesado que aquellos. Los adultos llegan a medir hasta 142 cm de altura, y de 270 hasta 330 cmde envergadura, con una media de 283 cm, y pesan de 11 a 15 kglos machos y de 8 a 11 kg las hembras. Poseen la cabeza desnuda y relativamente pequeña, de color generalmente rojizo, aunque el mismo puede cambiar según el estado de ánimo del animal; pico de borde muy cortante y terminado en gancho. Las alas son largas y anchas, y las patas, no prensiles, poseen uñas cortas y poco curvas, y con la inserción del dedo posterior elevada. Las mismas están adaptadas para la marcha y para la sujeción de la carroña. Alcanzan la madurez sexual aproximadamente a los 8 años. El plumaje juvenil de ambos sexos es de color marrón hasta alcanzar en mudas sucesivas el característico plumaje negro-azabache de los adultos. Una ancha banda blanca resalta en el dorso de las alas y un nítido collar blanco no completamente cerrado al frente, protege la desnuda piel del cuello.

Foto: Mauricio Ossa

Los machos presentan una cresta o carúncula y pliegues en la cara y cuello que aumentan de tamaño con la edad. Alcanzan mayor peso y envergadura que las hembras y sus ojos son de color café. Las hembras no poseen cresta aunque al igual que los machos presentan pliegues. Sus ojos son de color rojizo.

Foto: Fabio Arias

Es también una de las aves que vuela a mayores alturas, el cóndor andino puede volar utilizando las corrientes térmicas ascendentes verticales de aire cálido y pueden alcanzar hasta los 6500 metros de altitud; luego puede planear por cientos de kilómetros casi sin mover las alas extendidas, el cóndor consume muy poca energía y merced a su denso plumaje puede soportar climas gélidos.

Foto: Fabio Arias

Los cóndores son prácticamente mudos al tener atrofiada la siringe.

Comportamiento

Alimentación

El cóndor se alimenta de animales muertos. Una vez localizada la carroña, los cóndores no descienden a comer de manera inmediata sino que se limitan a volar sobre la misma o se posan en algún lugar desde donde ésta se vea claramente. Uno o dos días pueden pasar hasta que finalmente se acercan. Comienzan a alimentarse en los puntos más accesibles o blandos de los cadáveres, es decir, los ojos, lengua, ano, ubre o testículos, abdomen y entrepierna. Con sus fuertes y cortantes picos desgarran los tejidos y abren los cueros, lo que adicionalmente facilita el aprovechamiento de la pieza por parte de carroñeros de menor envergadura. Un cóndor puede ingerir unos 5 kg de carne en un día y asimismo puede ayunar hasta 5 semanas.

Dormideros

Los dormideros, compartidos por ejemplares adultos, sub-adultos y juveniles de ambos sexos están generalmente localizados en riscos altos y protegidos de la lluvia, el viento y potenciales depredadores. En la mayoría de los casos observados los dormideros y posaderos preferidos, y por ende disputados, son los que reciben más temprano los rayos solares. Siendo que la carroña está distribuida al azar, los animales usan repetidamente varios sitios de descanso o pernocta dependiendo de la disponibilidad de alimento en el área llegando a concentraciones de hasta 124 individuos.

Reproducción

En ambiente natural, uno de los aspectos menos conocidos del cóndor es el referido a su reproducción. Los cóndores son básicamente monógamos, es decir que escogen una pareja y permanecen con ésta de por vida. Sólo en caso de que uno de los dos muera, el otro busca una nueva pareja. El ciclo reproductivo del cóndor, incluido el cortejo, apareamiento, incubación y levante del polluelo hasta su emancipación dura aproximadamente dos o tres años. La especie posee el período de incubación más prolongado entre las aves rapaces; en el momento de estro o celo el color comúnmente rojizo de la piel de la cabeza se les torna amarillento. Luego de 56 a 60 días de incubación compartida, nace el polluelo el cual es alimentado por ambos padres con carne regurgitada. A los seis meses ya intenta dar sus primeros vuelos en el área inmediata a su lugar de nacimiento y a los nueve el juvenil está listo para acompañar a sus padres en sus vuelos. De ellos asimila los comportamientos básicos para su supervivencia. Al cabo de un año y medio o dos se integra a la población local, y disputa un lugar en la carroña.

Nido

Para anidar escogen generalmente cuevas en grandes paredes rocosas verticales, protegidas del viento y la intemperie. Las dimensiones de los nidos son altamente variables. Depositan el único huevo directamente sobre el sustrato arenoso de las cuevas en el cual han creado una depresión presionando el pecho contra el sustrato. Igualmente utilizan el pico para dar forma final a los bordes del mismo. Este comportamiento se ha observado especialmente en los machos.

Filogenia

Aunque hasta hace relativamente poco tiempo se clasificaba a los cóndores entre los buitres, actualmente se nota que su linaje es más próximo al de las cigüeñas y garzas pese a que la divergencia evolutiva les ha distanciado grandemente en aspecto y hábitos. Quizás Argentavis magnificens se cuente entre los ancestros de los cóndores; lo que está comprobado es que los cóndores colonizaron sus territorios desde las zonas frías ubicadas en el sur de Sudamérica, al elevarse la cordillera de los Andes los biotopos con climas fríos se extendieron hasta las actuales Colombia y Venezuela y aún más al norte, hasta California.

Distribución

El cóndor andino se encuentra distribuido a lo largo de la Cordillera de los Andes, desde el sur de la Tierra del Fuego (Argentina y Chile) hasta el occidente deVenezuela. Uno de sus mayores hábitats se encuentra en el Cañón del Colca (siendo también uno de los mayores destinos turísticos del Perú) en la Provincia de Caylloma,Arequipa, en el sur del Perú. Sin embargo, las poblaciones registradas en Perú, Ecuador y Bolivia tienden a disminuir.12 En Venezuela fue declarado en extinción, y en Colombia sus poblaciones naturales han disminuido considerablemente.

Su área máxima de difusión hacia el este se ubica en Argentina alcanzando elOcéano Atlántico en las provincias de Tierra del Fuego, Santa Cruz, Chubut y Río Negro, luego toca las sierras que se encuentran en el oeste de la provincia de La Pampa y las Sierras de Córdoba (ocasionalmente se han reportado avistamientos en la Sierra de la Ventana ubicada en el sureste de la provincia Buenos Aires). Las regiones andinas del norte de Argentina tienen poblaciones relativamente numerosas y aparentemente estables. Una de las poblaciones más abundantes se ha registrado en la región del noroeste de la patagonia argentina, con alrededor de 300 individuos entre los que se estiman 200 adultos, un número considerable teniendo en consideración que el número total mundial se estima en alrededor de 6700 individuos adultos.

Desde 1800, su distribución y número a lo largo de toda América del Sur ha disminuido gradualmente, llegando a estar en peligro de extinción, el motivo para tal merma ha sido el exterminio a manos humanas por la creencia de que los cóndores cazan ganado vivo y que ciertas partes de su cuerpo tienen poderes terapéuticos o mágicos. Ha podido constatarse la supervivencia en libertad de 2620 ejemplares sólo en el Perú (120 únicamente en los andes del norte), 2784 cóndores distribuidos entre Argentina y Chile juntos, Colombia con 100 y Venezuela con 14 (población asentada a partir de las introducción con ejemplares provenientes de la cría en cautividad ya que con anterioridad solo hacia presencia como visitante ocasional). En Ecuador un censo a nivel nacional, el único en su tipo para la región, arrojó 102 individuos en 2016. En Bolivia se carece de registros.

Amenazas

 Botella Mochica representando al cóndor. Museo Larco. Lima-Perú.  

El cóndor andino es considerado una especie casi amenazada por la UICN (Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza). Fue puesto por primera vez en la lista de Especies en Peligro de Estados Unidos en 1970, un estado que se asigna a un animal que está en peligro de extinción en la totalidad o de una significativa parte de su área de distribución. Las amenazas a la población incluyen la pérdida de hábitat necesario para la búsqueda de alimento, el envenenamiento secundario de los animales muertos por los cazadores y la persecución.

Se encuentra amenazada principalmente en la zona norte de su distribución y es extremadamente rara en Venezuela y Colombia, donde se ha sufrido una disminución considerable en los últimos años. Debido a que está adaptado a una mortalidad muy baja y a bajas tasas de reproducción, es extremadamente vulnerable a la persecución humana, la mayoría de los cuales se deriva del hecho de que es percibido como una amenaza por los agricultores debido a supuestos ataques al ganado. Los programas de educación han sido implementadas por los conservacionistas para disipar este malentendido. Los programas de reintroducción con cóndores criados en cautividad, que liberan aves nacidas en zoológicos de América del Norte en la naturaleza para reforzar la población, se han introducido en Argentina, Venezuela y Colombia.

En Colombia, Venezuela, y especialmente Perú, se está llevando a cabo en la actualidad proyectos de repoblación en áreas históricamente habitadas por cóndores y de las cuales fueron extirpados en el s. XX. Con en el estudio de registros históricos, se puede afirmar que la densidad poblacional de la especie fue siempre menor en el extremo norte de su distribución (Andes del Norte) comparado con los países del sur, quizá debido parcialmente a que países como Bolivia, Chile y Argentina, poseen vastos territorios relativamente despoblados de humanos y con excelente hábitat para la especie.

Foto: Fabio Arias

Proyecto de conservación

Los primeros cóndores criados en cautiverio fueron liberados en el medio natural en el año 1989. Donde el contacto humano con la cría natural de cóndores es mínimo; los polluelos son alimentados con títeres de guante que se asemejan a los cóndores andinos adultos con el fin de evitar la impronta de los polluelos con los seres humanos, que podría ponerlos en peligro al ser liberados, debido a que no ve a los seres humanos como un peligro. Los cóndores se mantienen en aviarios durante tres meses antes de la liberación, en el que se aclimatan a un ambiente similar al entorno donde serán liberados. A los cóndores se les realiza un seguimiento por satélite con el fin de observar sus movimientos y para controlar si aún están vivos.

En respuesta a la captura de todos los individuos salvajes del cóndor de California, en 1988 el Servicio de Pesca y Vida Salvaje de EE.UU. comenzó un experimento de reintroducción que implica la liberación de cóndores en cautiverio a la vida silvestre de California. Sólo las hembras fueron liberadas para eliminar la posibilidad de introducir accidentalmente una especie de América del Sur en los Estados Unidos. El experimento fue un éxito, y todos los cóndores andinos fueron recapturados y re-introducidos en América del Sur antes de llevar a cabo la reintroducción de los cóndores en California.

En agosto de 1991, en Pampa de Achala, Córdoba, Argentina, se dio origen al Proyecto de Conservación Cóndor Andino (PCCA). Este proyecto está organizado por el ZOO de Buenos Aires, la Fundación Temaikén y la Fundación Bioandina Argentina y cuenta con el apoyo de prestigiosas instituciones, nacionales e internacionales. Su principal objetivo es asistir a la conservación de estas fabulosas aves y su majestuoso ecosistema, a todo lo largo de la cordillera, para asegurar la supervivencia de quien es considerado el Espíritu viviente de los Andes.

El misticismo de su muerte

Los incas creían que el cóndor era inmortal. Según cuenta el mito, cuando el animal siente que comienza a envejecer y que sus fuerzas se le acaban, se posa en el pico más alto y saliente de las montañas, repliega las alas, recoge las patas y se deja caer a pique contra el fondo de las quebradas, donde termina su reinado. Esta muerte es simbólica, ya que con este acto el cóndor vuelve al nido, a las montañas, desde donde renace hacia un nuevo ciclo, una nueva vida. El cóndor simbolizaba la fuerza, la inteligencia y el enaltecimiento o exaltación. Era un animal respetado por todos aquellos que vivían en los Andes desde tiempos anteriores al descubrimiento de América, ya que no sólo traía buenos y malos presagios, sino que también era el responsable de que el sol saliera cada mañana, pues con su energía era capaz de tomar el astro y elevarlo sobre las montañas iniciando el ciclo vital.

Simbolismo

Aparece como símbolo patrio en los escudos de armas de las Repúblicas de Bolivia (búsqueda de horizontes sin límites), Chile (fuerza), Colombia (Libertad y Orden), Ecuador (poderío, grandeza y valor). También aparece en el del Estado Mérida (Venezuela) (actitud de emprender vuelo) y en el del primer escudo del Perú (1820). Además, aparece en el escudo de la Universidad Nacional Autónoma de México representada junto al Águila azteca. El Cóndor Andino es también el emblema militar de la Fuerza Aérea de Chile y de la Fuerza Aérea Ecuatoriana, así como de la Armada del Ecuador. También un cóndor es el logo de la aerolínea de bandera argentina Aerolíneas Argentinas. La representación del cóndor en los escudos varía de país en país. En el escudo de Chile aparece coronado y de perfil, en el de Colombia lleva una rama de laurel en el pico, mientras que en el Ecuador se lo representa con las alas desplegadas. En el caso ecuatoriano, el cóndor aparece en el escudo por primera vez en 1843, manteniéndose hasta la actualidad. En todos los casos aparece representado al natural, en actitud de vuelo y con las alas desplegadas.

Foto: Rodrigo Gaviria

Escudos

  • Escudo de armas de Bolivia  
  • Escudo de armas de Chile  
  • Escudo de armas de Colombia   Escudo de armas de Ecuador  
  • Escudo de armas del estado Mérida,Venezuela    
  • Escudo de armas de la Universidad Nacional Autónoma de México

LUGARES PARA OBSERVARLO

El Nido del Condor

info@elnidodelcondor.com

+573113677739

Vía Villamaría Nevado Santa Isabel Vereda Papayal

Villamaría, Caldas

Colombia

Libro Rojo de las Aves de Colombia Vol. II

Ecología

El Cóndor se distribuye desde el nivel del mar hasta las nieves perpetuas, pero se encuentra principalmente entre 1800 y 5200 m (Ferguson y Christie 2001). Su distribución en Colombia es discontinua (Márquez et ál. 2005). Se puede observar en los nevados, páramos, zonas secas, bosques altoandinos, potreros y mosaicos de hábitats naturales e intervenidos (Rodríguez-Mahecha y Orozco 2002; Márquez et ál. 2005; Martínez 2006; MAVDT y CORPOBOYACÁ 2006). El Cóndor no es depen-diente de bosques y, para anidar o refugiarse, prefiere sectores escarpados que le faciliten lanzarse al vuelo y aterrizar (Olivares 1963; Márquez et ál. 2005).
Aunque el Cóndor sobrevuela una gran diversidad de hábitats, presenta baja tolerancia a la transformación del paisaje por sus requerimientos de vuelo, alimento y reproducción. Debido a su gran tamaño, depende de corrientes de viento ascendentes para poder planear (McGahan 1973; Shepard y Lambertucci 2013). Como su alimento aparece de manera impredecible, esta especie tiene que realizar vuelos extensos y en bandadas para aumentar la probabilidad de encontrarlo (Koenen et ál. 2000; Lambertucci et ál. 2008). Su dieta consiste principalmente de carroña de mamíferos de mediana y gran talla como dantas, vena-dos, ganado y animales marinos muertos en la costa (Márquez et ál. 2005). Hay reportes de cóndores que han matado animales viejos, heridos o juveniles e inclusive huevos (Olivares 1963; Gailey y Bolwig 1973; Botero 2006; MAVDT y CORPOBOYACÁ 2006).
El Cóndor presenta dimorfismo sexual perceptible desde el nacimiento, y se considera una especie monógama ya que parece establecer una pareja para toda la vida (Cuesta 2000; Botero 2006; MAVDT y CORPOBOYACÁ 2006). Anidan en repisas rocosas, cuevas poco profundas, grietas, árboles y el suelo, sin construir nido (Olivares 1963; Márquez et ál. 2005; Martínez 2006; Lambertucci 2007). Los cóndores se reproducen típicamente cada 2 o 3 años y la hembra pone uno o dos huevos por nidada (Wallace y Tem-ple 1988). El periodo de incubación es de aproximadamente dos meses (Lint 1951; Dekker 1967; Del Hoyo et ál. 1994; Ferguson y Christie 2001). Los polluelos pueden volar a los seis meses y dependen de sus padres por varios meses más (Meiri y Yom-Tov 2004). En Colombia se considera que la reproduc-ción probablemente ocurre entre abril y diciembre, y existe un registro histórico del nacimiento de un polluelo en julio (Hilty y Brown 1986; Ferguson y Christie 2001; Rodríguez-Mahecha y Orozco 2002). Dos registros recientes de nacimiento de polluelos de cóndores reintroducidos en el PNN Los Nevados se realizaron en diciembre de 2008 y 2013 (Zuluaga et ál. 2014; Restrepo y Betancur 2013).
La baja tasa reproductiva se debe en parte a: (1) un periodo largo de interacción de la pareja antes de la puesta que puede ser de 8 a 9 meses, (2) disponibilidad de alimento que puede ser impredecible, (3) un tamaño de postura pequeño, (4) un largo periodo de incubación, (5) una larga permanencia del juvenil en el nido, (6) un largo periodo de dependencia de los juveniles y (7) madurez sexual posterior a los 6 a 8 años de edad (Del Hoyo et ál. 1994; Lambertucci 2007).

Población

En el inicio de la década de los 80 la población de Cóndor Andino en Colombia había quedado restringida al nororiente (Sierra Nevada de Santa Marta, Serranía de Perijá y el páramo de Cáchira) y sur del país (Nariño límite con Ecuador) (Negret 2001; MAVDT y CORPOBOYACÁ 2006). Entre los años 1991 y 1993 se observaron ocasionalmente cóndores en la Sierra Nevada del Cocuy, Chita ó Güican (Negret 2001). Posteriormente, a partir de 2000, se han evidenciado registros de la especie en nuevas localidades, en donde la especie había estado ausente por lo menos durante 10 años (macizo de Santurbán y páramo del Almorzadero)(Rodríguez-Mahecha y Orozco 2002, Sáenz et ál. 2014). Esto sugiere una eventual recuperación de las poblaciones, posible-mente a partir de un proceso de redispersión desde el nororiente hacia el centro-oriente del país.

En el año 2002 se estimó que la población total de cóndores para Colombia no superaba los 60 individuos (Rodríguez-Mahecha y Orozco 2002). Actualmente, aunque no se han realizado estudios sistemáticos de las poblaciones en el país, se estima que existen por lo me-nos 130 individuos según los registros de la población nativa, los cóndores sobrevivientes del proceso de reintroducción y las nuevas evidencias de re-producción (MAVDT y CORPOBOYACÁ 2006; Sáenz y Ciri 2013; Zuluaga et ál. 2014). La po-blación nativa no supera los 90 individuos, distribuidos en las siguientes localidades (entre pa-réntesis el número aproximado de individuos): Sierra Nevada de Santa Marta (32), serranía de Perijá (15), páramo de Cáchira (10), macizo de Santurbán (5-10), páramo del Almorzadero (15) y Sierra Nevada del Co-cuy (4-7) (IAvH y BIOCOLOMBIA 1997; MAVDT y CORPOBOYACÁ 2006; Sáenz et ál. 2014; F. Sáenz obs. pers.). Además, hay observaciones de juveniles en el departamento de La Guajira (ju-nio 2006) (C. Navarro y Y. Vega obs. pers.), norte del departamento de Boyacá (2006-2014)(MAVDT y CORPOBOYACÁ 2006; F. Sáenz obs. pers.), departamento del Cesar (febrero 2008)(M. Pacheco obs. pers.) y en el departamento de Santander (febrero y marzo 2014) (Sáenz et ál. 2014). Es importante acla-rar que actualmente no se puede establecer si estos juveniles son crías de cóndores silvestres o de individuos reintroducidos.
En las poblaciones reintroducidas sobreviven actualmente entre 35-40 cóndores, a los cuales se les ha hecho seguimiento en los últimos 6 años. Se desconoce la situación de otros 12-17 que no han tenido seguimiento. Se tienen registros de 12 individuos muertos y la probable migración de 5 individuos a los páramos del Ecuador (Barrera-Rodríguez y Feliciano-Cáceres 1994; Sáenz y Ciri 2013). A continuación se presenta el nú-mero de individuos reportados en cada núcleo de repoblación: en el PNN Chingaza y San Cayetano 11 (4 con marquilla, 2 sin marquilla, 2 juveniles y 3 subadultos) (Barrera y Ciri 2010); en Puracé 11 (5 con marquilla, 2 sin marquilla, 2 juveniles y 2 subadultos) (Morales 2010; Barrera y Ciri 2010); en Chiles 6 (2 con marquilla, una hembra juvenil, un macho juvenil y 2 individuos subadultos) (Barrera y Ciri 2010; Martínez y Ortega 2014); en el PNN Los Nevados 8 (4 adultos sin marquillas, dos con marquilla y dos juveniles) (CORPOCALDAS y FUMSOL 2008; Aponte Moreno y Cardona Betancur 2009; Zuluaga 2010; Zuluaga et ál. 2014); en el PNN Cocuy 3 (todos con marquilla); y en el páramo de Siscunsí 8 (la mayoría sin marquilla, no existe evidencia de reproducción local) (F. Ciri y M. Barrera obs. pers.; MAVDT y CORPOBOYACÁ 2006; Fundación Neotropical 2010).
Es difícil determinar si los cóndores sin marquilla corresponden a individuos reintroducidos o a cóndores silvestres que han migrado de otras localidades. Esto se debe a que el seguimiento de los cóndores reintroducidos no ha sido continuo y a que varios de los individuos perdieron sus mar-quillas alares poco tiempo después de ser liberados (F. Sáenz obs. pers.). Tampoco se puede asegurar que los juveniles sean resultado de reproducción en el núcleo de repoblación don-de se encuentran, cuando no se tiene conocimiento de los nidos donde nacieron. En Argentina se han registrado desplazamientos diarios de juveniles y adultos que superan los 300 km (Lambertucci et ál. 2014). En Colombia, se han estimado dis-tancias de desplazamiento de 80 a 170 km (F. Sáenz obs. pers.).
Se considera que las poblaciones de la especie siguen siendo reducidas en número y restringidas a localidades generalmente aisladas (MAVDT y CORPOBOYACÁ 2006; Barrera y Ciri 2010). Sin embargo, cabe destacar que una de las hembras del núcleo de repoblación en Siscunsí ha sido observada en localidades como Mutíscua, Norte de Santander, PNN El Cocuy y páramos del SFF Guanentá Alto Río Fonce entre 2008 y 2010 (F. Ciri y M. Barrera obs. pers). Igualmente, una de las hembras liberadas en el PNN Cocuy ha sido observada en Santander, en la parte alta del municipio de Enciso (mayo de 2014) y Cerrito (octubre de 2014) (O. Gutiérrez y F. Sáenz obs. pers.), lo cual sugiere una posible conexión entre las pobla-ciones de cóndores del corredor nororiental de páramos del país.
La evidencia de reproducción en los núcleos de reintroducción sugiere que a largo plazo estas poblaciones pueden llegar a ser viables. Este es el caso en el PNN Nevados, donde se liberaron 14 cóndores entre 1997 y 1999, y se registró el nacimiento de dos polluelos en 2009 y 2013 respectivamen-te. Lastimosamente el polluelo nacido en 2013 murió al caer prematuramente del nido (Zuluaga 2010; Restrepo y Betancur 2013). Las poblaciones reintroducidas pueden llegar a ser viables siempre y cuando las próximas liberaciones contribuyan a balancear la proporción de sexos (Lambertucci et ál. 2012), sigan teniendo éxito reproductivo y la mortalidad sea baja (Barrera y Ciri 2010)

Amenazas

El Cóndor enfrenta amenazas debidas principalmente al deterioro y transformación de los hábitats como consecuencia de los asentamientos humanos y la expansión de la frontera agrícola hacia los bosques andinos y páramos (Olivares 1963; Rodríguez-Mahecha y Orozco 2002; Márquez et ál. 2005; MAVDT y CORPOBOYACÁ 2006).
La pérdida directa de individuos se debe a la cacería, por considerarse equivocadamente que esta especie es una amenaza para el ganado (Olivares 1963; Cuesta 2000; Rodríguez-Mahecha y Orozco 2002; Lambertucci 2007) y al tráfico de animales silvestres (FZC-CREA 2005). Indirectamente, los cóndores mueren al consumir restos de animales envenenados que se usan para controlar depredadores del gana-do, como zorros, pumas y perros cimarrones (Barrera-Rodríguez y Feliciano-Cáceres 1994; Cues-ta 2000; L. Aponte Moreno y D. M. Hurtado Zapata obs. pers.). La cacería deportiva también puede atentar contra la supervivencia de los Cóndores si estos consumen restos de animales cazados con municiones de plomo (MAVDT y CORPOBOYACÁ 2006; Lambertucci 2007). Otra fuente de mortalidad, principalmente de juveniles que están aprendiendo a volar, es la colisión con estructuras como líneas de transmisión eléctrica y torres de comunicación (Cuesta 2000; FZC-CREA 2005; J. Zuluaga obs. pers.). Las rutas de vuelo de aerolíneas pue-den afectar la especie, ya que en algunas ocasiones coinciden con las mismas rutas de vuelo de los cóndores (Cuesta 2000). Final-mente, se cree que algunas par-tes del cuerpo del Cóndor tienen propiedades curativas, lo que ha conducido a la captura de individuos (Olivares 1963; McGahan 1973). Sin embargo, no hay in-formación reciente que indique que en Colombia todavía se lleva a cabo este tipo de actividad.
La reducción de los hábitats naturales resulta en la disminución de fuentes de alimento como los grandes mamíferos silvestres (venado y danta). Esta defaunación se intensifica en algunas regiones por la cacería deportiva y la presencia de com-petidores, por ejemplo, de perros cimarrones. Igualmente, la pre-sencia de carreteras hace que los cóndores dediquen más tiempo a vigilar el lugar donde se alimen-tan, con lo cual se reduce la energía que pueden invertir en alimentarse (Speziale et ál. 2008).
La reproducción del Cóndor se ve limitada por factores como el deterioro de hábitats para la anidación y la contaminación del agua por agroquímicos, ganado y carroña (FZC-CREA 2005). Por ejemplo, aunque el uso del DDT (diclorodifeniltricloroetano) está prohibido en Colombia desde 1994, es posible que todavía se presenten consecuencias deletéreas en esta especie como se sugiere en otros países andinos (Cuesta 2000). Este plaguicida disminuye la resistencia de la cáscara del huevo, lo que incrementa la posibilidad del rompimiento durante la incubación (Cuesta 2000). Este es el caso del Cóndor de California, para el cual se han encontrado posibles evidencias recientes de contaminación de DDT, aunque el uso de este pesticida se prohibió en 1972 (The New York Times 2011).
Otros factores que amenazan el éxito alcanzado con el repoblamiento y conservación de la especie son la ausencia de un seguimiento continuo de las poblaciones naturales y reintroducidas, la escasez de programas educativos para la conservación de la especie y la falta de atención a las necesidades básicas de las comunidades locales que comparten las zonas de distribución del Cóndor (Cuesta 2000; MAVDT y CORPOBOYACÁ 2006; Morales 2010; Barrera y Ciri 2010; L. Aponte Moreno y D. M. Hurtado Zapata obs. pers.).

Historia de vida

El Cóndor alcanza la madurez sexual a los 6 años, pero la primera puesta, que puede ser infértil, puede retrasarse hasta los 8 años de edad (Barrera-Rodríguez y Feliciano-Cáceres 1994; Márquez et ál. 2005; Botero 2006; Lambertucci 2007). La longevidad es de 50-75 años (Finch 1990; Botero 2006; Martínez 2006).

Medidas de conservación tomadas

En 1989, el entonces INDERE-NA, con el apoyo de la Sociedad Zoológica de San Diego, inició un proceso de reintroducción de Cóndor Andino en Colombia con un resultado a la fecha de 69 ejemplares liberados en siete núcleos de repoblación (Lieberman et ál. 1993; MAVDT y CORPOBOYACÁ 2006; F. Sáenz y S. Zuluaga obs. pers.). Los núcleos con el número de individuos liberados y el año de liberación se presentan a continuación: PNN Chingaza (13, 1989 y 1994), Resguardo Indígena de Puracé (12, 1990), Resguardo Indígena de Chiles (8, 1990), PNN Los Nevados (14, 1997-1999), páramo de San Cayetano (2, 2001 y 4, 2003), páramo de Siscunsí (11, 2004-2009) y área de influencia del PNN Cocuy (4, 2011-2014) (Barrera-Rodríguez y Feliciano-Cáceres 1994; MAVDT y CORPOBOYACÁ 2006; Sáenz y Ciri 2013; Zuluaga et ál. 2014). Se debe aclarar que el proceso de repoblación en el páramo de Belmira (3, 2000) fracasó y los dos Cóndores sobrevivientes fueron capturados y liberados posteriormente en el páramo de San Cayetano.
Parte de la reproducción en cautiverio con fines de repoblación se llevó a cabo en el Zoo-lógico de Cali, donde también se produjo el video documental “Yakaira el Cóndor de los Andes” con la colaboración del Instituto Alexander von Humboldt (FZC-CREA 2005). Actualmente el Ministerio de Ambiente y Desarrollo Sostenible y la Asociación Colombiana de Parques Zoológicos, Acuarios y Afines (ACOPAZOA) están desarrollando el programa de cría en cautiverio del Cóndor Andino en Colombia. Este programa importó a Colombia tres parejas de cóndores donadas por la Unión de Ornitólogos de Chile con el fin de reproducirlos en cautiverio, para que en un tiempo no mayor a 10 años se pueda contar con individuos viables para liberar en futuras reintroducciones en el medio natural.
Este programa pretende traer varias parejas de cóndores de Argentina y Chile con el fin de reproducirlos en cautiverio, para que en un tiempo no mayor a 10 años se pueda contar con individuos viables en futuras reintroducciones en el medio natural.
En 2005 a partir de un trabajo participativo se diseñó el Plan de Acción 2006-2016 del Pro-grama Nacional para la Conservación del Cóndor Andino en Colombia (MAVDT y CORPOBOYACÁ 2006). Este programa busca trabajar de forma conjunta y articulada con los diferentes actores institucionales, nacionales e internacionales, comunitarios y educativos para promover la investigación, la conservación y el aprovechamiento sostenible del Cóndor y su hábitat. El Plan de Acción sigue las políticas de la Dirección de Ecosistemas del Ministerio de Ambiente y Desarrollo Sostenible en cuanto a gestión ambiental y manejo de especies focales, y se lleva a cabo por regiones con una coordinación nacional.
Varias instituciones han seguido líneas estratégicas del Plan de Acción y han aunado esfuerzos para el estudio del Cóndor Andino en los núcleos de repoblamiento de Chingaza, Puracé, Chiles y Los Nevados (CORPOCALDAS y FUMSOL 2008, 2009; Aponte Moreno y Cardona Betancur 2009; Barrera y Ciri 2010; Morales 2010). Se han logrado caracterizar lugares estratégicos para el seguimiento de cóndores, zonas de distribución, sitios propicios para cebaderos, zonas y rutas de vuelo, posibles lugares de anidación y disponibilidad de oferta alimenticia. Se ha identificado la conformación de parejas reproductivas y la dinámica de distribución y migración de cóndores liberados. Se ha capacitado a líderes comunitarios, por ejemplo, a auxiliares técnicos de campo, como apoyo para el seguimiento de la especie y puente comunicativo con las comunidades locales. Finalmente, se han realizado talleres educativos a más de mil niños y jóvenes. Sin embargo, es importante mencionar que el Plan de Acción no se ha cumplido en todos los núcleos de repoblamiento ni para todas las actividades (S. Zuluaga obs. pers.).
La especie se encuentra en zonas con algún grado de protección como: PNN Sierra Nevada de Santa Marta, PNN Tayrona, PNN Tamá, PNN Chingaza, PNN Cocuy, PNN Nevado del Huila, PNN Puracé, PNN Los Nevados, Resguardos Indígenas de Puracé y Chiles, y Reserva Forestal Protectora Nacional Río Algodonal (Rodríguez-Mahecha y Orozco 2002; MAVDT y CORPOBOYACÁ 2006; Morales et ál. 2007).
Esta especie se encuentra protegida bajo el Apéndice I de CITES (UNEP-WCMC 2015). En el ámbito nacional está incluida en la lista de especies amenazadas, establecida por la Resolución Nº 192 de 2014 del Ministerio de Ambiente y Desarrollo Sostenible en la que se cataloga como una especie en peligro.

Ave emblemática

Colombia

En 1834 el país escogió el Cóndor Andino como Ave Emblema de Colombia y lo incluyó en su escudo nacional como símbolo de libertad y soberanía. Y ante la amenaza de extinción del Cóndor Andino en Colombia se inició en el año de 1987, con la ayuda de los zoológicos de San Diego y Los Ángeles, un programa de reintroducción del Cóndor Andino en el país y se hace un gran esfuerzo por su conservación (Biocarta No. 10/2006).

Es importante destacar que el idealismo mencionado por Sanabria sirvió para sancionar la ley 12 de 1984, en la cual se adoptan los símbolos patrios de la República de Colombia, y es por la cual se legitima la bandera, el escudo y el himno. Y es allí donde se aborda la importancia del cóndor en su artículo 3: «El Jefe del Escudo está sostenido por una corona de laurel pendiente del pico de un cóndor con las alas desplegadas que mira hacia la derecha. En una cinta de oro asida al Escudo y entrelazada a la corona, va escrito en letras negras mayúsculas, el lema Libertad y Orden».

Son abundantes los datos relativos al cóndor en los escritos de los cronistas y viajeros que visitaron Sudamérica. La descripción científica más antigua del ave emblemática, hecha en Colombia, se debe a fray Diego García (1745-1794), uno de los comisionados de la Real Expedición Botánica del Nuevo Reino de Granada. Fray Diego, un sacerdote franciscano natural de Cartagena, laboró con la Expedición a partir de 1783 y puede ser considerado con justicia como el primer zoólogo colombiano.

Anota García al realizar un envío de materiales científicos con destino a Mutis: «Se remiten dos Buitres color barroso, macho y hembra, el macho se conoce por la cresta de carne que tiene desde la extremidad del pico, y corre por encima o sobre la cabeza. Esta ave es muy arisca, y por ello siempre tiene su habitación y casa en las roturas y concavidades de los cerros mas remotos y encumbrados. Dicen los montaraces que la hembra pone dos huevos, que empolla y saca macho y hembra por lo regular y que los pollos son de pluma blanquísima como las de los gallinazos, y mudando aquellas primeras, quedan del color que ahora se les mira. Esta es ave carnívora, que sólo se mantiene de carnes de los ganados y bestias, y para ello cuando llegan a cebarse o que la hembra les pica o aprieta, se juntan macho y hembra (que andan siempre así) y llegando a los campos más solitarios o menos habitables de gentes, persiguen los terneros pequeños volando el uno sobre él y dándole piquetes o mordiéndole con el pico, y el compañero siempre adelante. Cerca de la cabeza del ternero, el que precisamente, mientras más corre, más se fatiga, y rendido que se halla echa la lengua fuera (como es natural en el ganado) y entonces pillándola el que va delante, y haciéndosela pedazos y desangrándosela con el pico, lo postran, matan y comen. Se me iba olvidando expresar los ojos de las aves referidas, por lo que, habiéndolo reparado, digo que el buitre tiene el cerco del ojo color colorado, pero muy poblado de ciertas como punticas espesas de color pardo y la uba y pupila de color sarco». El comportamiento descrito puede rayar en la leyenda; por ello fray Diego añade en otra parte de sus notas, que para cazarla es necesario cogerla en un campo, donde esté comiendo alguna bestia, res, perro, etc., que encuentre muerto o que se le haya puesto a propósito, como lo ha hecho el comisionado para capturar los ejemplares que remite.

La detallada descripción, realizada en San Sebastián de las Piedras (Tolima) el 13 de octubre de 1785, es una pieza magistral, por la exactitud y fidelidad de los detalles que proporciona. Dice así:

BUITRE COLLAREJO O DOMINICANO

«Tiene la cabeza más larga que ancha, algo aplanada y sobre ella una cresta hermosa, gruesa, carnosa y de color ceniciento, que le nace desde la basa del pico, y de allí corriendo hacia atrás llega hasta algo más de la medianía de la calavera. Sobre la misma cabeza, hacia una y otra parte, de la cresta una verruga negra, callosa, lineal y corta como de una pulgada y nueve líneas. Poco más abajo le corren otras algún tanto que llegan hasta más de la medianía del pescuezo.

Los ojos hermosos, la huba color fino de asarcón, la pupila grande de azul oscuro y sus párpados vestidos de pelillos negros. El pico robusto, corto y comprimido. La quijada que forma la parte principal, tiene sus lados anchos, separados por un lomo encorbado y mucho más en la punta que es un diente muy fuerte. La quijada inferior más pequeña, roma y acanalada en la punta. La lengua roma, fuerte, acanalada y en todos sus bordes o circunferencia unos dientecillos finísimos muy pequeños y unidos a manera de una sierrecilla delicadísima.

Las narices grandes, sus orificios taladrados de una a otra parte, muy aproximados al lomo de la basa del pico que se halla cubierta de una membrana negra. Por la parte inferior de la horqueta del pico menos principal le cuelga una membrana negra lineal, que en estos Reinos llamamos barba, cubierta de pelillos negros y tirados algún tanto hacia abajo del pescuezo. El cuello proporcionado a su corpulencia, erguido de color anaranjado sucio y vestido como la cabeza de pelillos negros. El pecho ancho y hacia la parte superior del buche, sobre el cogote, un collar de plumitas finísimas que parecen un copo de algodón descarmenado y a este por la parte de abajo lo divide una verruga que le cuelga de color negruzco y flexible.

El cuerpo comprimido, oblongo y todo vestido densamente de plumas negras como toda la región del ano. La cola más larga que los pies extendidos, que consta del número natural de doce plumas negras. Los muslos de calzón entero muy vestido de plumas negras. Las piernas robustas cortas, de color ceniciento, vestidas de escamas pequeñas y negras. Los pies de tres dedos adelante y uno posterior, todos separados y ligeramente unidos por una pequeña membrana cenicienta con escamillas negras. Los dedos por debajo de pulpejos robustos y mucho más el de la planta del pie. Las uñas robustas, negras y encorvadas. Las alas grandes y complicadas tocan sus puntas a la extremidad del dedo intermedio que es el mayor extendidos los pies. Las primeras remeras de las puntas hasta aquel huesecillo, de donde nacen que llamamos guías inferiores, del todo negras; pero las que existen desde dicho huesecillo hasta las que tocan inmediatamente al cuerpo, son pintadas de arriba a bajo linealmente de blanco sucio y negro […]

El macho de quien es la presente descripción, se diferencia de la hembra en que ésta es menos corpulenta, no tiene cresta en la cabeza ni verrugas en ella y en que la verruga que divide por abajo el collar y la membrana o barba que tiene por la parte inferior de la horqueta del pico, son más cortas y por consiguiente las medidas de sus partes lo han de ser» […]

Humboldt y Bonpland hicieron numerosas anotaciones referentes a los cóndores que les rodeaban, aprovechando las corrientes de aire, durante los ascensos a los nevados, especialmente en el Chimborazo. D’Orbigny observó cómo durante el día volaban a lo largo de las costas sudamericanas para ascender en la noche a sus lugares de descanso en las cimas de la cordillera, donde se refugiaban en las oquedades de las rocas más abruptas. Darwin los vio repetidamente al recorrer la costa sudamericana y se sorprendió al verlos volar por horas sin batir las alas, aprovechando totalmente las corrientes de aire para ganar altura. En realidad, el cóndor está íntimamente asociado con la cordillera andina y vive a lo largo de su extensión, desde la Tierra del Fuego hasta Colombia y los Andes de Mérida en Venezuela. También habita la Sierra Nevada de Santa Marta. Su presencia, al igual que la de las demás rapaces, contribuye al mantenimiento del equilibrio biológico en diversos ecosistemas, motivo por el cual en casi todos los países existen leyes tendientes a su protección, al tiempo que se aplican políticas de repoblamiento en aquellas áreas donde se han extinguido.

En el escudo colombiano el cóndor representa la soberanía. Allí aparece con las alas desplegadas y de su pico pende una corona de laurel (Laurus nobilis), árbol que desde la antigüedad simboliza la victoria y la nobleza; la corona de laurel alude a la victoria alcanzada por los forjadores de la Nación.

Andean condor

Vultur» redirects here. For the birds known as vultures, see Vulture.  

The Andean condor (Vultur gryphus) is a South American bird in the New World vulture family Cathartidae and is the only member of the genus Vultur. Found in the Andes mountains and adjacent Pacific coasts of western South America, the Andean condor is the largest flying bird in the world by combined measurement of weight and wingspan. It has a maximum wingspan of 3.3 m (10 ft 10 in) exceeded only by the wingspans of four seabirds and water birds—the roughly 3.5 m (11 ft 6 in) maximum of the wandering albatross, southern royal albatross, great white pelican andDalmatian pelican.

It is a large black vulture with a ruff of white feathers surrounding the base of the neck and, especially in the male, large white patches on the wings. The head and neck are nearly featherless, and are a dull red color, which may flush and therefore change color in response to the bird’s emotional state. In the male, there is a wattle on the neck and a large, dark red comb or caruncle on the crown of the head. Unlike most birds of prey, the male is larger than the female.

Foto: Mauricio Ossa

The condor is primarily a scavenger, feeding on carrion. It prefers large carcasses, such as those of deer or cattle. It reaches sexual maturity at five or six years of age and nests at elevations of up to 5,000 m (16,000 ft), generally on inaccessible rock ledges. One or two eggs are usually laid. It is one of the world’s longest-living birds, with a lifespan of over 70 years in some cases.

The Andean condor is a national symbol of Argentina, Bolivia, Chile, Colombia, Ecuador, and Peru and plays an important role in the folklore and mythology of the Andean regions. The Andean condor is considered near threatened by the IUCN.[1] It is threatened by habitat loss and by secondary poisoning from carcasses killed by hunters. Captive breeding programs have been instituted in several countries.

Taxonomy and systematics

The Andean condor was described by Swedish scientist Carl Linnaeus in 1758 in the tenth edition of his Systema Naturae and retains its original binomial name of Vultur gryphus. The Andean condor is sometimes called the Argentinean condor, Bolivian condor, Chilean condor, Colombian condor, Ecuadorian condor, or Peruvian condor after one of the nations to which it is native. The generic term Vultur is directly taken from the Latin vultur or voltur, which means «vulture». Its specific epithet is derived from a variant of the Greek word γρυπός (grupós, «hook-nosed»). The word condor itself is derived from the Quechua kuntur.

The exact taxonomic placement of the Andean condor and the remaining six species of New World vultures remains unclear. Though both are similar in appearance and have similar ecological roles, the New World and Old World vultures evolved from different ancestors in different parts of the world and are not closely related. Just how different the two families are is currently under debate, with some earlier authorities suggesting that the New World vultures are more closely related to storks. More recent authorities maintain their overall position in the order Falconiformes along with the Old World vultures or place them in their own order, Cathartiformes. The South American Classification Committee has removed the New World vultures from Ciconiiformes and instead described them as incertae sedis, but notes that a move to Falconiformes or Cathartiformes is possible.

The Andean condor is the only accepted living species of its genus, Vultur. Unlike the California condor (Gymnogyps californianus), which is known from extensive fossil remains and some additional ones of congeners, the fossil record of the Andean condor recovered to date is scant. Presumed Plio-Pleistocene species of South American condors were later recognized to be not different from the present species, although one known only from a few rather small bones found in a Pliocene deposit of Tarija Department, Bolivia, may have been a smaller palaeosubspecies, V. gryphus patruus.

Description

Although it is on average about seven to eight cm shorter from beak to tail than the California condor, the Andean condor is larger in wingspan, which ranges from 270 to 320 cm (8 ft 10 in to 10 ft 6 in). It is also typically heavier, reaching a weight of 11 to 15 kg (24 to 33 lb) for males and 8 to 11 kg (18 to 24 lb) for females. Overall length can range from 100 to 130 cm (3 ft 3 in to 4 ft 3 in). Among standard measurements, the wing chord is 75.7–85.2 cm (29.8–33.5 in), the tail is 33–38 cm (13–15 in) and the tarsus is 11.5–12.5 cm (4.5–4.9 in). Measurements are usually taken from specimens reared in captivity. The mean weight is 11.3 kg (25 lb), with the males averaging about a kilogram more at 12.5 kg (28 lb), the females a kilogram less at 10.1 kg (22 lb). According to a recently published manual of avian body masses, the species possesses the heaviest average weight for any living flying bird or animal, ahead of competitors such as trumpeter swans (Cygnus buccinator) and Dalmatian pelicans (Pelecanus crispus). However, another resources claims a mean species body mass of 10.3 kg (23 lb) for the Andean condor. The Andean condor is the largest living land bird capable of flight if measured in terms of average weight and wingspan, although male bustards of the largest species (far more sexually dimorphic in size) can weigh more at maximum. The mean wingspan is around 283 cm (9 ft 3 in) and the wings have the largest surface area (measured in square centimeters) of any extant bird.[20] Among living bird species, only the great albatrosses and the two largest species of pelican exceed the Andean condor in average and maximal wingspan.

Foto: Mauricio Ossa

The adult plumage is a uniform black, with the exception of a frill of white feathers nearly surrounding the base of the neck and, especially in the male, large patches or bands of white on the wings which do not appear until the completion of the bird’s first moulting.[22] The head and neck are red to blackish-red and have few feathers. The head and neck are meticulously kept clean by the bird, and their baldness is an adaptation for hygiene, allowing the skin to be exposed to the sterilizing effects of dehydration and ultraviolet light at high altitudes. The crown of the head is flattened. In the male, the head is crowned with a dark red caruncle or comb, while the skin of his neck lies in folds, forming a wattle.The skin of the head and neck is capable of flushing noticeably in response to emotional state, which serves to communicate between individuals. Juveniles have a grayish-brown general coloration, blackish head and neck skin, and a brown ruff.

The middle toe is greatly elongated, and the hind one is only slightly developed, while the talons of all the toes are comparatively straight and blunt. The feet are thus more adapted to walking, and are of little use as weapons or organs of prehension as in birds of prey and Old World vultures. The beak is hooked, and adapted to tear rotting meat.The irises of the male are brown, while those of the female are deep red. The eyelids lack eyelashes. Contrary to the usual rule for sexual dimorphism among birds of prey, the female is smaller than the male.

Distribution and habitat

The Andean condor is found in South America in the Andes, including the Santa Marta Mountains. In the north, its range begins in Venezuela and Colombia, where it is extremely rare, then continues south along the Andes in Ecuador,Peru, and Chile, through Bolivia and western Argentina to the Tierra del Fuego. In the early 19th century, the Andean condor bred from western Venezuela to Tierra del Fuego, along the entire chain of the Andes, but its range has been greatly reduced due to human activity. Its habitat is mainly composed of open grasslands and alpine areas up to 5,000 m (16,000 ft) in elevation. It prefers relatively open, non-forested areas which allow it to spot carrion from the air, such as the páramo or rocky, mountainous areas in general. It occasionally ranges to lowlands in eastern Bolivia and southwestern Brazil, descends to lowland desert areas in Chile and Peru, and is found over southern-beech forests in Patagonia.

Ecology and behavior

The condor soars with its wings held horizontally and its primary feathers bent upwards at the tips. The lack of a large sternum to anchor its correspondingly large flight muscles physiologically identifies it as primarily being a soarer. It flaps its wings on rising from the ground, but after attaining a moderate elevation it flaps its wings very rarely, relying on thermals to stay aloft. Charles Darwin commented on having watched them for half an hour without once observing a flap of their wings. It prefers to roost on high places from which it can launch without major wing-flapping effort. Andean condors are often seen soaring near rock cliffs, using the heat thermals to aid them in rising in the air.

Like other New World vultures, the Andean condor has the unusual habit of urohidrosis: it often empties its cloaca onto its legs and feet. A cooling effect through evaporation has been proposed as a reason for this behaviour, but it makes no sense in the cold Andean habitat of the bird. Because of this habit, their legs are often streaked with a white buildup of uric acid.

There is a well-developed social structure within large groups of condors, with competition to determine a ‘pecking order’ by body language, competitive play behavior, and vocalizations. Generally, mature males tend to be at the top of the pecking order, with post-dispersal immature males tending to be near the bottom.

Diet

The Andean condor is a scavenger, feeding mainly on carrion. Wild condors inhabit large territories, often traveling more than 200 km (120 mi) a day in search of carrion. In inland areas, they prefer large carcasses. Naturally, they feed on the largest carcasses available, which can include llamas (Lama glama), alpacas (Vicugna pacos), rheas (Rhea ssp.), guanacos (Lama guanicoe), deer and armadillos. However, most inland condors now live largely off of domestic animals, which are now more widespread in South America, such as cattle (Bos primigenius taurus), horses (Equus ferus caballus), donkeys (Equus africanus asinus), mules, sheep (Ovis aries), pigs (Sus scrofa domesticus), goats (Capra aegagrus hircus) and dogs (Canis lupus familiaris). They also feed on the carcasses of introduced game species such as wild boars (Sus scrofa), rabbits (Oryctolagus cuniculus), foxes (Vulpes vulpes) and red deer (Cervus elaphus). For condors who live around the coast, the diet consists mainly of beached carcasses of marine mammals, largely cetaceans. They will also raid the nests of smaller birds to feed on the eggs. Andean condors have been observed to do some hunting of small, live animals, such as rodents, birds andrabbits, which (given their lack of powerful, grasping feet or developed hunting technique) they usually kill by jabbing repeatedly with their bill. Coastal areas provide a constant food supply, and in particularly plentiful areas, some Andean condors limit their foraging area to several kilometers of beach-front land. They locate carrion by spotting it or by following other scavengers, such as corvids or other vultures.[41] It may follow New World vultures of the genus Cathartes—the turkey vulture (C. aura), the lesser yellow-headed vulture (C. burrovianus), and the greater yellow-headed vulture (C. melambrotus)—to carcasses. TheCathartes vultures forage by smell, detecting the scent of ethyl mercaptan, a gas produced by the beginnings of decay in dead animals. These smaller vultures cannot rip through the tougher hides of these larger animals with the efficiency of the larger condor, and their interactions are often an example of mutual dependence between species. Black vultures (Coragyps atratus), king vultures (Sarcoramphus papa) and even mammalian scavengers may sometimes trackCathartes vultures for carcasses but the condor is invariably dominant among the scavengers in its range. Andean condors are intermittent eaters in the wild, often going for a few days without eating, then gorging themselves on several pounds at once, sometimes to the point of being unable to lift off the ground. Because its feet and talons are not adapted to grasping, it must feed while on the ground.[24] Like other carrion-feeders, it plays an important role in itsecosystem by disposing of carrion which would otherwise be a breeding ground for disease.

Reproduction

Sexual maturity and breeding behavior do not appear in the Andean condor until the bird is five or six years of age. It may live to 50 years or more, and it mates for life.During courtship displays, the skin of the male’s neck flushes, changing from dull red to bright yellow, and inflates. He approaches the female with neck outstretched, revealing the inflated neck and the chest patch, while hissing, then extends his wings and stands erect while clicking his tongue. Other courtship rituals include hissing and clucking while hopping with wings partially spread, and dancing. The Andean condor prefers to roost and breed at elevations of 3,000 to 5,000 m (9,800 to 16,400 ft). Its nest, which consists of a few sticks placed around the eggs, is created on inaccessible ledges of rock. However, in coastal areas of Peru, where there are few cliffs, some nests are simply partially shaded crannies scraped out against boulders on slopes. It deposits one or two bluish-white eggs, weighing about 280 g (9.9 oz) and ranging from 75 to 100 mm (3.0 to 3.9 in) in length, during the months of February and March every second year. The egg hatches after 54 to 58 days of incubation by both parents. If the chick or egg is lost or removed, another egg is laid to take its place. Researchers and breeders take advantage of this behavior to double the reproductive rate by taking the first egg away for hand-rearing, causing the parents to lay a second egg, which they are generally allowed to raise.

The young are covered with a grayish down until they are almost as large as their parents. They are able to fly after six months, but continue to roost and hunt with their parents until age two, when they are displaced by a new clutch.Healthy adults have no natural predators, but large birds of prey and mammalian predators, like foxes, may take eggs or hatchlings. Predation is relatively uncommon, since the vigilant parents often aggressively displace birds of prey who come near and the rocky, precipitous location of most nests are difficult for mammals to access.

Longevity

Being a slowly-maturing bird with no known natural predators in adulthood, an Andean condor is quite a long-lived bird. Longevity and mortality rates are not known to have been extensively studied in the wild. Some estimations of lifespans of wild birds has exceeded 50 years. In 1983, the Guinness Book of World Records considered the longest-lived bird of any species with a confirmed lifespan was an Andean condor that died after surviving 72 years in captivity, having been captured from the wild as a juvenile of undetermined age. Several species of parrot have been reported to live for perhaps over 100 years, but these (at least in 1983) were not considered authenticated. Another early captive-held specimen of condor reportedly lived for 71 years. However, these lifespans have been exceeded by a male, nicknamed «Thaao», that was kept at Beardsley Zoo in Connecticut. Thaao was born in captivity in 1930 and died on January 26, 2010, making him 79 years of age. This would be the greatest verified age ever known for a bird.[20]

Relationship with humans

Conservation status

The Andean condor is considered near threatened by the IUCN. It was first placed on the United States Endangered Species list in 1970, a status which is assigned to an animal that is in danger of extinction throughout all or a significant portion of its range. Threats to its population include loss of habitat needed for foraging, secondary poisoning from animals killed by hunters and persecution. It is threatened mainly in the northern area of its range, and is extremely rare in Venezuela and Colombia, where it has undergone considerable declines in recent years.Because it is adapted to very low mortality and has correspondingly low reproductive rates, it is extremely vulnerable to human persecution, most of which stems from the fact that it is perceived as a threat by farmers due to alleged attacks on livestock. Education programs have been implemented by conservationists to dispel this misconception. Reintroduction programs using captive-bred Andean condors, which release birds hatched in North American zoos into the wild to bolster populations, have been introduced in Argentina, Venezuela, and Colombia. The first captive-bred Andean condors were released into the wild in 1989. When raising condors, human contact is minimal; chicks are fed with glove puppets which resemble adult Andean condors in order to prevent the chicks from imprinting on humans, which would endanger them upon release as they would not be wary of humans.  The condors are kept in aviaries for three months prior to release, where they acclimatize to an environment similar to that which they will be released in. Released condors are tracked by satellite in order to observe their movements and to monitor whether they are still alive.

In response to the capture of all the wild individuals of the California condor, in 1988 the US Fish and Wildlife Service began a reintroduction experiment involving the release of captive Andean condors into the wild in California. Only females were released to prevent it becoming an invasive species. The experiment was a success, and all the Andean condors were recaptured and re-released in South America before the reintroduction of the California condors took place.

Role in culture

Chancay textile with flying condors, 1200-1400 AD

The Andean condor is a national symbol of Argentina, Bolivia, Chile, Colombia, Ecuador, Peru and Venezuelan Andesstates. It is the national bird of Bolivia, Chile, Colombia, and Ecuador. It plays an important role in the folklore andmythology of the South American Andean regions, and has been represented in Andean art from c. 2500 BCE onward, and they are a part of indigenous Andean religions. In Andean mythology, the Andean condor was associated with the sun deity, and was believed to be the ruler of the upper world. The Andean condor is considered a symbol of power and health by many Andean cultures, and it was believed that the bones and organs of the Andean condor possessed medicinal powers, sometimes leading to the hunting and killing of condors to obtain its bones and organs. In some versions of Peruvian bullfighting, a condor is tied to the back of a bull, where it pecks at the animal as bullfighters fight it. The condor generally survives and is set free.

In Peru, they are occasionally shot, but more often revered and used for ceremonial purposes. The Yawar Fiesta is a celebration, the pinnacle of which is the tying of an Andean condor to the back of a bull, allowing the condor to kill the bull with its talons before being released. This ceremony is a symbolic representation of the power of the Andean peoples (the condor) over the Spanish (the bull). There is also a ceremony known as the arranque del condor in which a live Andean condor is suspended from a frame and is punched to death by horsemen as they ride by.

The Andean condor is a popular figure on stamps in many countries, appearing on one for Ecuador in 1958, Argentina in 1960, Peru in 1973, Bolivia in 1985,Colombia in 1992, Chile in 2001, and Venezuela in 2004. It has also appeared on the coins and banknotes of Colombia and Chile. The condor is featured in several coats of arms of Andean countries as a symbol of Andes mountains.

The Andean condor is depicted on the logo of Avianca and Aerolineas Argentinas, which are two of the largest airlines in South America.

  • First Coat of arms ofPeru.
  • Coat of arms of Bolivia
  • Coat of arms of Chile
  • Coat of arms ofColombia
  • Coat of arms of Ecuador
  • Former coat of arms ofVenezuela
  • Coat of arms of UNAMdepicting a condor andgolden eagle
  • Hunting for condor. Chile, 19th century.
  • Gauchos lassoing a condor
    (illustration 1895)
  • Stamp of Chile, 60 centavos, 1935
Vultur gryphus

Fuentes: Wikipedia/eBird/xeno-canto/Libro Rojo de las Aves de Colombia Vol. II/Banco de la Republica

Deja un comentario