Videla y el reino de la muerte

19 05 2013

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Jose Rafael Videla ha muerto. Lo hizo en una prisión, en silencio. Nadie ha lamentado su fallecimineto, ni mucho menos se ha destacado su legado político, tampoco multitudes se han acercado a su feretro para rendir respetos como en el caso de otros políticos. El dictador argentino que ensangrentó Argentina en el siglo pasado  no  parece despertar pasiones  como muchos de los dictadores latinoamericanos, Videla más bien parece una figura sin carisma, sin las sonrisas hipócritas de los típicos gobernantes, no tuvo tampoco interés en hacer vida política ni mucho menos de crear un partido político que lo respalde. Era más bien como un médico o para ser más precisos el oncólogo que extirparía el comunismo de Argentina que para él era una enfermedad que buscaba sanar sin importar las consecuencias para el «enfermo».

Recordemos que Videla es un hombre de la Guerra Fría y que el comunismo  debía ser eliminado del Latinoamerica, para ello fue necesario el apoyo de EE.UU. y de gran parte de las élites que vivían con la paranoia de una dictadura colectivista. Los daños colaterales de esta «operación de extracción» costaría 30 mil muertos, miles de desaparecidos, torturados,un siniestro tráfico de bebés y una absurda guerra por Las Malvinas con Gran Bretaña que acabo por tumbar al régimen.

Videla además tuvo el dudoso mérito de acuñar el término «terrorismo de Estado», según el cual se emplea el terror contra el enemigo, empleando el secuestro, el asesinato y la tortura. Como afirmaría Videla antes de gobernar argentina, durante una reunión de militares en Uruguay:

“Esta lucha va a traer abusos y algún que otro error, pero habrá un costo menor en vidas humanas que en un conflicto prolongado».

Para los militares de la época luchar contra el comunismo implicaba una guerra sin frente donde el no habría ejércitos que vencer, el enemigo estaba en la sociedad civil, en los partidos políticos, los sindicatos, las organizaciones sociales,  o todo aquel que tuviera alguna discrepancia, porque además era una lucha del cristianismo contra el marxismo, por lo que esta era la última cruzada, tal como explicaría Videla siguiendo poniendo en práctica su catolicismo ultraconservador, que veía en el exterminio un mandato de Dios.

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La lucha se realizaría en  la población como lo relata Ricardo  Ragendorfer en elpuercoespin:

«.. es así que su principal estrategia para “pacificar” al país se basaría en el uso intensivo de la inteligencia a partir de informaciones arrancadas mediante la tortura. Según aquella tesitura, en la denominada “lucha contra la subversión”, las verdaderas batallas se librarían en los interrogatorios. Esa iría a ser la columna vertebral de las operaciones militares. Y para dicho propósito era necesario armar un ejército secreto, integrado por oficiales y suboficiales organizados en pequeñas células terroristas, con identidades ocultas, vehículos no identificables, centros clandestinos de detención y mandos paralelos. Así, con esa lógica, fue concebido el Estado terrorista. El resto de la historia es conocido.»

A esto habría que preguntarse,  ¿Videla y el grupo de militares que lo acompañaron eran seres de otro planeta? la respuesta es difícil porque buscar un monstruo es una coartada que supone que el mal ocurre por una sola persona y no por un contexto y una serie de personas que lo permiten.

En el caso argentino habría que mencionar a varios factores como el sector empresarial,la Iglesia Católica y también los medios de comunicación que o miraron para otro lado o creyeron que valía la pena algo de mano dura para frenar la inestabilidad política del país.

Como bien reseña el diario Página 12:

«El 28 de setiembre de 1977 la revista La Semana, que editaba la editorial Perfil, ilustró la portada de su Nº 48 con una fotografía de Farrah Fawcett, la actriz del flequillo al revés, cuyas aventuras como uno de los “Angeles de Charlie” comenzaron a emitirse la misma semana del golpe militar argentino…»

Muchos cómplices, muchos muertos y mucha impunidad también. Hay momentos de la historia en la que el sentido común dice que la reglas existentes son inamovibles, Videla, Massera y los demás torturadores creyeron que el régimen de terror no se acabaría nunca, que tenían más poder del que en verdad tenían. Con el tiempo, los cientos de cadáveres que aparecieron flotando y la derrota de la Guerra de las Malvinas, provocó que la dictadura vaya aislando cada vez más, perdiendo el apoyo de Estados Unidos, por ejemplo,y pasando de ser la última defensa contra el comunismo en simplemente un régimen asesino.

Un rasgo distintivo de la Junta Militar es su ausencia de plan B que sí tuvo Pinochet en Chile, que le garantizó no ser juzgado después, y el apoyo político de un sector de la sociedad chilena. En Argentina, no hubo ese plan y a Videla junto a los demás militares la justicia terrenal les llegó, quedando del lado de los accidentes de la historia de este país.

Este video muestra la propaganda de la Junta Militar para justificar la dictadura:


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Un comentario

9 04 2016
harrietteemerson28

Acho muito bacana isso, ainda mais numa u00e9poca em que qualquer fotu00f3grafo mediano com um bom conhecimento de photojorge acaba se destacando. Click https://zhoutest.wordpress.com/

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